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I Congreso De Investigación Cualitativa en Ciencias Sociales

I Post Congreso ICQI


(International Congress of Qualitative Inquiry)

Línea temática: 13- Investigación cualitativa en estudios de ciencia tecnología y sociedad.

Autores:
María Laura Lesta (laulesta@gmail.com) Universidad Siglo 21
Natalia Soledad Cañas (ncanas@gmail.com) Universidad Siglo 21
Milena Rabbat (milenarabbat@gmail.com) Universidad Siglo 21
Ana Paula Rodriguez (paulirm.pr@gmail.com) Universidad Siglo 21

Apropiación de TICs en Educación Superior: el Facebook en las cátedras.

RESUMEN:
El desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ha
transformado distintas esferas de la vida cotidiana contemporánea, lo que ha despertado el
interés de numerosos investigadores de las ciencias humanas y sociales. Unas de las esferas
que ha sido impactada por el fenómeno de las TICs es el de las prácticas educativas en
todos los niveles, volviéndose una herramienta pedagógica muy utilizada. En el nivel
superior, los jóvenes universitarios se ven atravesados por esta realidad presentando
características muy particulares. Esto ocurre porque los modos de interacción que plantean
los nuevos medios, sobre todo el caso de las redes sociales, tienen que ver con la
posibilidad de realizar una recepción mucho más activa que en los medios de comunicación
tradicionales. Por lo tanto, tomamos el concepto de apropiación para mirar al individuo no
como aquel que solo recibe y consume, sino como aquel que resignifica y se apropia de los
contenidos e intentamos explorar de qué manera los estudiantes de la Universidad Siglo 21
se apropian de las redes sociales en sus procesos de aprendizaje. A partir de la utilización
de técnicas de investigación cualitativa como el focus group y los recursos de la etnografía
virtual como metodología, nos acercamos a esas prácticas de uso de TICs en las cátedras
desde la perspectiva y desde la experiencia de los alumnos.

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DESARROLLO:

Un punto de partida:

La sociedad contemporánea se encuentra en una fase de transformación, producto de

innovaciones económicas, políticas, tecnológicas y culturales. Es por esto que surgen

nuevos desafíos y problemáticas que demandan la atención de distintos actores sociales,

entre ellos, numerosos investigadores que han abordado los estudios de la Ciencia, la

Tecnología y la Sociedad.

En este contexto, entendido como la globalización (Hirsch, 1996), producido por la

liberalización de los mercados, el incremento de la accesibilidad a la información y el

rápido desarrollo de las tecnologías, surge lo que se denomina la Sociedad de la

Información. Esta nueva forma de vida, estrechamente vinculada con un fuerte desarrollo

de las tecnologías de la información, está en continua evolución y ha dado lugar a múltiples

transformaciones en los modos tradicionales de llevar a cabo las diferentes actividades que

configuran la vida cotidiana.

El concepto de “sociedad red”, de Castells, nos sirve para definir estas

configuraciones actuales de lo cotidiano mediadas por las nuevas tecnologías:

La Era de la Información es un período histórico caracterizado por una revolución


tecnológica centrada en las tecnologías digitales de información y comunicación,
concomitante, pero no causante, con la emergencia de una estructura social en red,
en todos los ámbitos de la actividad humana, y con la interdependencia global de
dicha actividad. Es un proceso de transformación multidimensional que es a la vez
incluyente y excluyente en función de los valores e intereses dominantes en cada
proceso, en cada país y en cada organización social. Como todo proceso de
transformación histórica, la era de la información no determina un curso único de la
historia humana. Sus consecuencias, sus características, dependen del poder de
quienes se benefician en cada una de las múltiples opciones que se presentan a la
voluntad humana (2005: 15).

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En este contexto socio-histórico, la educación superior no escapa a esta tendencia, por

eso, por ejemplo, cada vez son más las Universidades que promueven el uso de redes

sociales como herramientas pedagógicas.

Estas políticas educativas se sustentan en el presupuesto de que las posibilidades de

acceso a la información conducen a la generación de nuevas formas de interacción que

independizan las prácticas educativas de los contextos espaciales y temporales y que por lo

tanto, la educación se encuentra hoy con la necesidad de replantear y renovar sus formas de

enseñanza y aprendizaje. Desde esta perspectiva, se concibe que los desarrollos de la

educación a futuro revestirán características innovadoras tendientes a favorecer la

autogestión, la integración de la tecnología, la colaboración, la creatividad y las cualidades

emprendedoras y que por lo tanto, los jóvenes deben ser capaces de incorporar

aprendizajes sociales para contribuir al desarrollo de la sociedad contemporánea.1

En este marco, en el que los procesos de comunicación ya no pueden entenderse en

términos de mera recepción o consumo, resulta pertinente indagar sobre esta idea de

“apropiación” como el uso particular que los jóvenes realizan de las tecnologías digitales

en sus experiencias de aprendizaje universitarias.

Dentro del campo de la investigación, numerosos estudios se han desplegado a lo largo

de estas últimas décadas en torno al fenómeno de las tecnologías de la información y la

comunicación. Desde las ciencias de la Ingeniería hasta las ciencias Sociales, estos

esfuerzos han demostrado la necesidad de generar nuevos modelos teóricos así como

nuevas metodologías de abordaje. En el marco de los estudios en Comunicación, la

irrupción de las nuevas tecnologías ha transformado las prácticas de investigación, dentro

1
Fundamento de la Primera Jornada de Educación del Siglo 21 -Enseñar y aprender en la era de la tecnología-
Universidad Siglo 21, Córdoba: Argentina. Septiembre de 2013.

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de las metodologías cualitativas, las etnografías virtuales son un ejemplo de estas

innovaciones, así como la particularidad de contar con investigadores protagonistas de estos

cambios históricos, investigadores que son “nativos digitales” y la necesidad de trabajar de

manera interdisciplinar (Scolari, 2008).

Un recorrido por el campo teórico:

El surgimiento y desarrollo de los estudios de Comunicación se han visto marcados

por su reciente constitución como campo académico, por la incidencia de los acelerados

avances tecnológicos sobre la definición de sus objetos de estudio y por las intensas

variaciones que el mundo ha sufrido a nivel político, económico y cultural en los últimos

tiempos.

En la actualidad, podemos afirmar que el eje de estudio que está atravesando

fuertemente desde hace décadas al campo de las investigaciones en Comunicación es el

conjunto de reflexiones en torno a la cuestión de la recepción.

En relación a este objeto, desde los primeros estudios surgidos en EEUU y en

Europa en la década del `30 se han sucedido diferentes perspectivas que intentaron analizar

la compleja relación entre las audiencias, los medios de comunicación y los mensajes

mediáticos y que han dado paso al surgimiento de un paradigma novedoso en torno a esta

problemática.

En este sentido, los aportes de Michel de Certeau, Stuart Hall, Roger Silverstone y

John Thompson (desde la perspectiva de los cultural estudies), plantearon la cuestión de la

recepción en términos de “apropiación” como aquella manera de relacionarse con los

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medios desde las posibilidades subjetivas de diálogo con el orden social (en términos de

resistencia/negociación) y las condiciones materiales de existencia de los sujetos (el

contexto sociohistórico que enmarca al evento comunicativo).

A partir de aquí, pareciera entonces que estamos frente a una nueva manera de mirar

al receptor, frente a una perspectiva que nos habla de un receptor más activo. Incluso,

algunos investigadores actuales del campo se animan a afirmar que:

Una de las transformaciones que se han producido en los últimos tiempos es que los
jóvenes pasaron de ser lectores-consumidores a productores de contenidos. Esto es
posible, en parte, por el desarrollo de herramientas con interfaz flexible y orientadas
a su apropiación por parte de los usuarios que ahora comienzan a investigar e
incursionar en la experiencia participativa a través de la creación (Comba y Toledo,
2004: s.d.)

Es más, dentro de esta mirada, los jóvenes son sujetos consumidores, sujetos

productores pero también sujetos críticos, que ponen en duda y que rompen con un discurso

hegemónico. Aparecen dentro de esta línea, conceptos como el de “sociedad de la

ubicuidad” y de “prosumidores” para hablar de aquella sociedad en la cual el desarrollo de

las comunicaciones digitales móviles propicia que los sujetos articulen nuevos ambientes

comunicativos. Al respecto, Islas afirma que “el cibernauta ordinario paulatinamente se fue

convirtiendo en prosumidor 2 , gracias a la autoaplicación del conocimiento y el

conocimiento aplicado a la revolución misma del conocimiento: autología pura” (2008:7).

Mientras tanto, desde el campo de la educación, se ha comenzado a prestar atención

a la influencia que la tecnología ha ejercido en las generaciones más jóvenes, aquellas que

han crecido y se han desarrollado en un medio plagado de tecnología. Según algunos

2
Prosumidor del inglés prosumer, acrónimo que procede de la fusión de dos palabras: “producer” (productor) y
“consumer” (consumidor). Concepto anticipado por Marshall McLuhan y Barrington Nevitt en 1972 y popularizado por
Alvin Toffler en 1980 (Islas, 2008).

5
autores, esta generación está compuesta por los nativos digitales. Esta expresión fue

acuñada por Prensky por primera vez en 2004, en un ensayo titulado “La muerte del mando

y del control”. Allí, este autor los definía como aquellas personas que habían crecido con

Internet y con las TICs (a diferencia de los “inmigrantes digitales”).

García, Portillo, Romo y Benito, en su trabajo “Nativos digitales y modelos de

aprendizaje”, los definen de la siguiente manera:

Nacieron en la era digital y son usuarios permanentes de las tecnologías con una
habilidad consumada. Su característica principal es sin duda su tecnofilia. Sienten
atracción por todo lo relacionado con las nuevas tecnologías. Con las TICs [sic]
satisfacen sus necesidades de entretenimiento, diversión, comunicación,
información y, tal vez, también de formación.
Estos nuevos usuarios enfocan su trabajo, el aprendizaje y los juegos de nuevas
formas: absorben rápidamente la información multimedia de imágenes y videos,
igual o mejor que si fuera texto; consumen datos simultáneamente de múltiples
fuentes; esperan respuestas instantáneas; permanecen comunicados
permanentemente y crean también sus propios contenidos (2007: 2).

Por lo tanto, las tecnologías de la información y la comunicación han cambiado la

configuración de nuestras vidas en sociedad y se integraron en todos los ámbitos de esta,

repercutiendo en el aprendizaje y en las formas que asimilamos los contenidos. En esta

Sociedad de la Información, con una alta tecnificación, los emisores deben ser cada vez

más creativos para vincular los diferentes soportes a la hora de transmitir un mensaje a fin

de que este sea recibido de manera efectiva.

Según Robinson (2010), frente al panorama de las TICs y la abundancia de la

información, el estudiante deberá ejercer un papel activo que le permita tener un rol más

protagónico en la enseñanza, sin limitarse a una actitud pasiva, de mero oyente. Por otra

parte, el profesor tendrá que replantear su posición, ya no sólo como un proveedor de

información sino como guía en el proceso de análisis, síntesis y comprensión de la

abundante información que circula por los sistemas informativos. Anteriormente, el docente

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era el foco de conocimiento y la relación se dirigía de arriba hacia abajo. Las TICs

posibilitan el acceso del alumno a dicha información de manera autónoma, haciendo que el

flujo se torne horizontal.

En la educación, entonces, la posibilidad de un aprendizaje más participativo parece

abrirse con la aparición de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Sobre el concepto de Apropiación:

Como mencionamos anteriormente, utilizamos el concepto de “apropiación” para

hacer referencia al particular uso o consumo que se realiza de las nuevas tecnologías de la

información y la comunicación, y haremos, en esta ocasión, una breve reseña de algunas

acepciones del término que nos sirven a modo de marco teórico.

Retomando la línea de los Estudios Culturales, Susana Morales (2008) toma el

concepto de apropiación y lo analiza desde diez dimensiones: la disponibilidad, el acceso,

el conocimiento, la reflexividad, la competencia, la elucidación, la interacción, el uso, la

interactividad y el proyecto.

La dimensión de la disponibilidad pone en consideración la multiplicidad de medios

y discursos que configuran el contexto social de la realidad de los jóvenes, esta dimensión

hace referencia de la presencia simbólica de los dispositivos para su apropiación.

Con respecto a la segunda dimensión, el acceso a diferentes discursos y medios,

refiere a la posibilidad efectiva de tomar contacto material y simbólico con esos discursos y

medios. Estudiar el acceso en la apropiación, nos permite conocer los condicionamientos

económicos, sociales, políticos e individuales, es decir, conocer el lugar social de los

individuos inmersos en los procesos de apropiación.


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Otro factor que contribuye al entendimiento de la apropiación es la dimensión del

conocimiento. Para la autora, la dimensión del conocimiento supone superar la visión de los

medios como caja negra y ser consciente de que los mismos son productos de una historia y

un vehículo ideológico de luchas por ideas y hegemonías dominantes. El conocimiento en

la apropiación implica, en este sentido, poder reconocer la complejidad histórica de los

objetos tecnológicos.

En cuanto a la reflexividad, la misma es entendida como una permanente revisión

que los sujetos son capaces de concebir frente a los discursos mediáticos a los cuales son

expuestos y las diferentes posiciones que se asumen frente a ellos. La reflexividad supone

una actitud crítica frente a las TICs.

La dimensión de la competencia hace referencia a la capacidad de operar con los

discursos mediáticos tanto sea como receptores o como productores de los mismos.

Teniendo en consideración que las competencias para comunicarse con los otros implican

una serie compleja de otras competencias como: las habilidades lingüísticas (fonología,

morfología, sintaxis, y semántica), las sociolingüísticas (reglas de interacción social), las

competencias culturales (lo extradiscursivo), y las destrezas pragmáticas y psicolingüísticas

(personalidad y emocionalidad de los sujetos). Las competencias se van adquiriendo,

desarrollando y ampliando a medida que se van poniendo a prueba en las diferentes

situaciones de comunicación que enfrentamos.

Otra de las dimensiones propuestas por la autora es la elucidación, proceso en el que

los individuos consiguen interpretar el componente imaginario de los discursos a través del

análisis metódico y ordenado de los posicionamientos (como sujetos individuales y

colectivos) frente a esos contenidos de los medios de comunicación. Esta dimensión

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también supone una actitud crítica que permite descubrir las lógicas de funcionamiento de

los fenómenos de uso de la tecnología.

La interacción como variable dentro del concepto de apropiación, comprende

aquellos procesos que se ponen en juego en los sujetos a la hora de vincularse con los otros

desde las creencias, afectividades, estilos de vida que están latentes en cada individuo. Este

aspecto hace referencia a la presencia de los sujetos como individuos y a los procesos de

intersubjetividad.

Y el uso, como dimensión de análisis, tiene que ver no con la idea de consumo, sino

con la idea de esa relación entre los sujetos y los medios que se configura a partir de la

frecuencia del contacto, la duración de los contactos y el tipo de objetos a los que las

audiencias se exponen.

Para concluir, el término apropiación se completa con la noción de proyectos, que

implica la posibilidad de realización autónoma, individual o colectiva, que posiciona desde

otro lugar a los sujetos frente a los medios. La idea de proyectos está ligada a la noción de

autonomía de Castoriadis, quien la plantea como la autorealización de los sujetos.

Esta manera de concebir a la recepción ha resultado de gran pertinencia para

analizar el fenómeno de los nuevos medios, por su carácter interactivo y por su

imposibilidad de ser pensados en términos de mera recepción y consumo.

Por su parte, la propuesta de Sebastian Benitez Larghi (2009) nos permite completar

el sentido del término “apropiación” ya que lo aborda desde una concepción crítica de la

tecnología que indica que la apropiación es entendida como un proceso material y

simbólico de interpretación y dotación de sentido en relación a un determinado artefacto

cultural por parte de un grupo social. Pensar en términos de apropiación implica, según este

autor, indagar los sentidos que las TICs generan en quienes las utilizan teniendo en cuenta
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su pertenencia socio-cultural, el contexto socio-histórico y los universos simbólicos previos

de cada grupo desde donde las tecnologías son incorporadas, así como el despliegue de

habilidades, competencias y saberes que los sujetos desarrollan para apuntalar esa

apropiación.

Pensar el uso o consumo de tecnologías digitales desde la perspectiva de la

“apropiación” implica entonces, en este trabajo en particular, analizar: la multiplicidad de

medios y discursos que configuran el contexto social de la realidad de los sujetos; la

posibilidad efectiva de tomar contacto material y simbólico con esos discursos y medios; el

nivel de conocimiento que los sujetos poseen para poder reconocer la complejidad histórica

de los objetos tecnológicos; la revisión que los sujetos son capaces de concebir frente a los

discursos mediáticos; la capacidad de operar con los discursos mediáticos tanto sea como

receptores o como productores de los mismos; la posibilidad de que los individuos consigan

interpretar el componente imaginario de los contenidos de los medios tecnológicos; la

presencia de los sujetos como individuos y los procesos de intersubjetividad; la relación

entre los sujetos y los medios que se configura a partir de la frecuencia del contacto, la

duración de los contactos y el tipo de objetos tecnológicos que se usan; la posibilidad de

realización autónoma, individual o colectiva, que posiciona desde otro lugar a los sujetos

frente a los medios y las significaciones imaginarias sociales que los sujetos otorgan a los

artefactos tecnológicos para su uso y en función de su pertenencia socio-cultural, el

contexto socio-histórico y los universos simbólicos previos de cada grupo desde donde las

tecnologías son incorporadas.

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Sobre la metodología: una aproximación a la etnografía virtual:

Junto a este nuevo objeto de estudio en Ciencias Sociales (las tecnologías digitales,
de reciente aparición) ha surgido una nueva técnica de investigación que se ha dado en
llamar Etnografía Virtual.
En este campo, se reconoce a Christine Hine como uno de sus máximos referentes,

la autora propone una etnografía de Internet basada en el estudio de hechos mediáticos

concretos, donde la red tiene un papel, por un lado, de instancia de conformación cultural y,

por otro, de artefacto cultural construido sobre la comprensión y las expectativas de los

internautas. Hine (2004) afirma que la etnografía virtual supone problematizar el uso de

Internet como objeto dentro de la vida de las personas y como lugar de establecimiento de

comunidades y propone pensar esta etnografía de la interacción mediada como fluida,

dinámica y móvil. Admite que el reto de la etnografía virtual consiste en examinar cómo se

configuran los límites y las conexiones entre aquello "virtual" y aquello "real y que la

reflexividad etnográfica otorga protagonismo a la relación entre el etnógrafo y la

tecnología.

Etnografía virtual como propuesta técnico-metodológica en el marco de una

investigación con metodología cualitativa ya que, tal como afirma Vasilachis (1993), antes

que privilegiar la recurrencia en una serie de respuestas sobre preguntas objetivas, nos

interesa la particularidad de los casos, para analizarlos en profundidad y captar su sentido

interno subjetivo.

En este trabajo aplicamos para la recolección de datos, por un lado, la herramienta

del focus group, teniendo en cuenta que en el enfoque cualitativo, la muestra es una unidad

de análisis o un grupo de personas, contextos, eventos, sucesos, etc. de análisis; sobre la

cual se habrán de recolectar datos, sin que necesariamente sea representativo del universo o
11
la población que se estudia. Las unidades de análisis para el desarrollo del focus group de

este estudio se constituyeron a partir de dos grupos de estudiantes de la Universidad Siglo

21, caso en el que estamos trabajando como equipo de investigación con el proyecto “Las

redes sociales en los estudiantes de la Universidad Siglo 21. Representaciones sociales y

prácticas educativas.”. El primer grupo correspondió a estudiantes de primer año (alumnos

ingresantes) de la Universidad de las carreras de Publicidad y Relaciones Públicas y un

segundo grupo de alumnos que se encuentra cursando el último año (alumnos avanzados)

de las carreras de Abogacía y Administración. El criterio muestral en todos los casos es no

probabilístico, por propósitos. Optamos por esta herramienta ya que da importancia a los

intercambios que surgen entre el grupo de entrevistados, y como expresa Rut Vieytes “(...)

es una técnica mucho más interactiva que la simple entrevista, pues debe conducirse a un

grupo en donde la respuesta de una persona constituye un estímulo para otras, lo cual

genera un rango de respuestas mucho más rico si esas mismas personas hubieran sido

entrevistadas aisladamente” (2004: 633).

Y por el otro, realizamos unas observaciones de algunos espacios en Facebook de

las cátedras de la Universidad a los fines de analizar los intercambios que entre docentes y

alumnos y entre alumnos y alumnos allí se producen.

Asumimos entonces, en este trabajo, la riqueza de esta propuesta metodológica para

el abordaje de nuestro objeto, y nos planteamos, a partir de aquí, el análisis de este caso.

12
El Facebook en las cátedras de la Universidad:

Luego de aplicar la técnica del focus group en los estudiantes de la Universidad

Siglo 21, pudimos observar que tanto los alumnos ingresantes como los avanzados admiten

estar conectados a Internet las 24 horas del día, en algunos momentos desde sus

computadoras y durante todo el tiempo desde sus celulares, ésto nos habla de que los

sujetos entrevistados tienen la posibilidad efectiva de tomar contacto material con los

dispositivos de tecnología digital que permiten la conectividad a Internet, por lo tanto

podemos decir que nos encontramos con una población en la que el acceso, la frecuencia y

la disponibilidad de estos medios están aseguradas en sus vidas cotidianas. Inclusive,

podemos afirmar que el tipo de objetos tecnológicos que utilizan (celulares, tablets,

notebooks y netbooks) posibilitan la movilidad de la conectividad por lo que los sujetos

llevan consigo la conexión a Internet a donde vayan. Con respecto a la frecuencia, algunos

alumnos del grupo de los ingresantes admiten hasta dormir con los celulares prendidos y

controlar todo el tiempo las notificaciones, inclusive despiertan en medio de la noche para

chequear si hay novedades, ya que, en palabras de uno de los entrevistados: “siempre hay algo para

ver”.

En relación al uso o a las actividades que realizan con los distintos dispositivos,

ambos grupos admiten utilizar el celular para fines sociales (Facebook y Twitter

principalmente) y la computadora para fines académicos.

Cuando profundizamos sobre el uso del Facebook nos encontramos con una

respuesta generalizada y espontánea: esta herramienta tiene un objetivo social. Por lo tanto

para poder hablar del Facebook y su uso académico tuvimos que interrogarlos por esto de

manera directa.

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Los alumnos ingresantes no reconocen la utilidad de esta herramienta para fines

educativos porque admiten no haber tenido experiencias de este tipo todavía, salvo un caso

que mencionó una materia del colegio secundario. Si imaginan un uso académico de

Facebook, no creen que se animarían a participar con publicaciones (“por los comentarios

de los otros” según sus palabras) sino que lo usarían como fuente de información. Sin

embargo, consideran que podría ser de gran utilidad ya que “en Facebook estamos todo el

tiempo” según ellos mismos. Podemos decir entonces que las competencias que despliegan

estos sujetos están vinculadas por ahora sólo a poder manipular la herramienta para fines de

ocio y diversión, no han experimentado sus habilidades para manejar la herramienta con

fines educativos.

Los alumnos avanzados por su parte, reconocen la utilidad del Facebook para el

desarrollo de sus carreras universitarias, mencionan el Facebook de la Universidad, los

Facebook de sus carreras y los distintos grupos o fan pages de cátedras en las que pueden

encontrar: los power points de las clases, noticias y videos de la actualidad vinculados a las

materias e información para próximas clases. Pero en general admiten que la herramienta

no sirve o no se usa en estas cátedras para que los alumnos participen sino como fuente de

información unidireccional (del docente a los alumnos), inclusive, los entrevistados

reconocen que los profesores en todos los casos fomentaron el uso de estos espacios por lo

cual la propuesta no formó parte de un proyecto colectivo u horizontal. Por la frecuencia en

el uso, el acceso y la disponibilidad prefieren que la Universidad se comunique

directamente por Facebook en lugar de utilizar otros canales oficiales como el Noticampus

o Autogestión (plataformas que la Universidad Siglo 21 usa para comunicarse con sus

alumnos), porque: “siempre entramos a Facebook”, “todos saben usarlo”, “es informal” y

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“te llegan las notificaciones al celular, entonces, lo ves más que por Noticampus o

Autogestión”, según ellos mismos.

En la observación de los espacios en Facebook de las cátedras de la Universidad se

reflejó lo que el grupo de alumnos avanzados había expresado: la mayoría de las

publicaciones las hacen los docentes, los alumnos en pocos casos las comentan, a menos

que se plantee en esos espacios alguna actividad con evaluación. En varios casos, se

observó que los docentes publican información o material vinculado a sus asignaturas pero

que exceden lo que se dicta en clase, por ejemplo, algunos videos o noticias de actualidad

relacionadas a los contenidos de sus materias.

A modo de conclusión:

En base a lo observado en nuestro trabajo de campo podemos afirmar que la

Universidad Siglo 21 es una casa de altos estudios que fomenta desde sus instrumentos

institucionales hasta sus prácticas docentes al interior de las cátedras, el uso de las

herramientas digitales, en este caso, las red social Facebook, para el desarrollo de la

formación y la vida académica. Sus estudiantes entonces se encuentran en un entorno que

fomenta, facilita y promueve estos usos. Estos sujetos tienen la posibilidad efectiva de

tomar contacto material y simbólico con esos discursos y medios, sin embargo no

reflexionan ni tienen un alto nivel de conocimiento para reconocer la complejidad histórica

de los objetos tecnológicos, al ser interrogados reflexionaron sobre el uso que hacen de

estas herramientas y pudieron reconocer que en general se utiliza como fuente o medio de

información unidireccional. Por lo tanto se reconocen como consumidores o receptores de

15
estos mensajes más que como productores. La plataforma tampoco les ha brindado la

posibilidad de construcción intersubjetiva, ya que la presencia de ellos en esos espacios

sólo garantiza la recepción de las publicaciones que el docente y unos muy pocos

compañeros y en pocos espacios, realizan. En relación a los significados que le atribuyen a

Facebook, los alumnos de la Universidad estudiados expresan que esta herramienta facilita

la vida universitaria al proporcionarles información en aquel espacio virtual en donde ellos

están todo el tiempo. El acceso, la disponibilidad y la frecuencia en el uso están

garantizadas en estos sujetos pero la potencialidad de la herramienta (según lo que hemos

observado en estas prácticas universitarias) no ha alcanzado aún los niveles suficientes

como para abrir la posibilidad de una apropiación tal que permita la realización autónoma,

individual o colectiva de estos sujetos.

BIBLIOGRAFÍA:

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MARCO DE REFERENCIA:

Equipo de Investigación: Las redes sociales en los estudiantes de la Universidad Siglo 21.

Representaciones sociales y prácticas educativas. (2013-2014) Universidad Siglo 21.

Córdoba, Argentina.

Directora: Lic. María Laura Lesta

Integrantes: Lic. Cecilia Peralta Frías, Lic. Natalia Cañas, Est. Celeste Rocío Torres, Est.

Manuel Ortega Villafañe, Est. Ana Paula Rodriguez y Est. Milena Rabbat.

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