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Pedagogía de la diversidad

Cuando hablamos y pensamos en el concepto de diversidad este apunta a


las formas de vivir que poseen las especies o clases de seres vivos, es decir a la
convivencia de estas. Ahora bien podemos distinguir varias clasificaciones de
diversidad, tales como cultural, lingüística, biológica, ecológica, genética, entre
otras. Es de esta forma que como especie humana cada uno presenta diferentes
características que nos hacen seres únicos e irrepetibles en este planeta, ya sean
características físicas, biológicas y psicológicas.

Las características antes mencionadas son las que nos determinan como
persona dentro de una sociedad, nos identifican como ser humano de otro, por
ende cuando hablamos de diversidad hacemos clara alusión a la identidad de
cada individuo, lo que más tarde se traduce en las “diferencias” las cuales llevadas
al ámbito educativo son diferencias en: los ritmos de aprendizaje, habilidades y
capacidades de cada niño/a dentro del aula. Debido a la gran diversidad cultural
que presenta nuestro país, es que el gobierno se ha visto en la obligación de crear
políticas públicas que apunten a mejorar la calidad de la educación y con ellos
poder dar respuesta a la diversidad.

La institución escolar es un mundo en donde las particularidades y


diferencias entre los alumnos/as están presentes de forma permanente debido a
los factores biológicos, culturales y sociales. Si bien las diferencias han existo
desde siempre estas antes no fueron una prioridad dentro de las políticas públicas,
esto trajo como consecuencia graves dificultades en los procesos de enseñanza –
aprendizaje dando paso a altos índices de repetición y deserción escolar.

A partir de esta falencia en la educación, es que a nivel mundial los


gobiernos se han vistos en la obligación de replantearse las políticas públicas que
apuntan a cambiar las practicas pedagógicas que han dominado la enseña
tradicional. Desde esta perspectiva es como nacieron de forma paulatina dos
grandes movimientos en una primera instancia nace la “integración educativa” la
cual es redefinida posteriormente como “inclusión educativa”.

La integración educativa nace para hacer frente a las distinciones


peyorativas que experimentaban de un grupo minoritario de estudiantes, esa
minoría eran aquellos niños/as que presentaban algún tipo de discapacidad, los
cuales estaban destinados a asistir a escuelas especiales y luego en la década del
90’ pasaron de ir a escuelas especiales a asistir a establecimientos de educación
regular, todo esto con el fin de entregarles un ambiente educativo “lo menos
restrictivo posible” (Informe Warnock, 1978).

Ahora bien con esta medida, la pedagogía de la diversidad no se hace


efectiva del todo, puesto que aún está basada en un modelo biológico - médico, el
cual encasilla al sujeto en donde el problema es él, puesto que no cumple con lo
que se espera. Para que este paradigma cambie la pedagogía debe apuntar no
solo a nivel educativo, sino que también a niveles socioculturales que permitan
tener una vida plena y ser parte de la sociedad como entes activos.

Para que esto sea posible se debe dejar de lado las visiones desde
paradigmas homogeneizadores en donde se niegan las particularidades de la raza
humana, dando paso así a nuevos paradigmas en los cuales se valore y respete la
diversidad, de tal forma que se pueda construir una sociedad moderna,
globalizada y con una clara cohesión social en donde los valores fundamentales
sean: tolerancia, respeto mutuo e igualdad. Y es desde esta perspectiva que nace
la “inclusión educativa”, en la cual educar en la diversidad supone un;

“Proceso amplio y dinámico de construcción y reconstrucción de


conocimiento que surge a partir de la interacción entre personas distintas en
cuanto a valores, ideas, percepciones e intereses, capacidades, estilos cognitivos
y de aprendizaje, etc., que favorece la construcción consciente y autónoma, de
formas personales de identidad y pensamiento, y que ofrece estrategias y
procedimientos educativos (enseñanza-aprendizaje) diversificados y flexibles con
la doble finalidad de dar respuesta a una realidad heterogénea y de contribuir a la
mejora y el enriquecimiento de las condiciones y relaciones sociales y culturales”
(Jiménez y Vila, 1998, 38).

Es decir, esta educación tiene como finalidad hacer valer el derecho de toda
persona a educarse, sin importar las singularidades que cada individuo pueda
presentar.

Del mismo modo la educación en la diversidad está basada en cuanto los


aprendizajes se proporcionan a través de las vivencia, ya que se construyen a
partir de la experiencia personal, dando paso a responder a la necesidad de cada
estudiante según su aprendizaje “Es más, la educación en la diversidad se
consigue mediante una enseñanza que utilice estrategias distintas para ofrecer
servicios coordinados. En este contexto la incorporación de estrategias
alternativas de enseñanza y la introducción de opciones en el currículo son
importantes para facilitar el aprendizaje del alumno y para diseñar las oportunas
adaptaciones curriculares.” (Jiménez Raya Manuel, 2007).

Para que esta educación se lleve a cabo se debe tener siempre en cuenta
que dentro de un aula, existe la heterogeneidad y diversidad en cual deben
coexistir razas, religiones y culturas. Y para que esta educación sea posible, todos
los integrantes de la comunidad educativa deben ser entes activos, ya sean las
autoridades, docentes, familia, alumnos/as y personal administrativo.

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