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LAS PALMAS DEL CHACO AUSTRAL

Entendemos como poblado histórico  a todo asentamiento humano vivo de hasta 10.000
habitantes, fuertemente condicionado por una estructura física proveniente del pasado, reconocible
como representativo de la evolución de un pueblo. Consideramos que Las Palmas es un poblado
histórico ya que cumple con estas características, además de presentar marcada homogeneidad,
trama muy reducida, baja densidad de población, bordes no degradados y paisaje natural desde
cualquier punto del poblado formando un marco monumental (MORENO, YURKEVICH y ROMERO:
2002)

En 1909 se crea la sociedad anónima “Las Palmas del Chaco Austral”, encuadrado en esta razón
social es cuando la empresa alcanza su máxima expresión en desarrollo, tanto intensivo como
extensivo, de capitales, como de inversiones y producción. Las Palmas del Chaco Austral S.A. dura
hasta 1969, cuando por una serie de crisis empresarial, es intervenida por el Estado Nacional.

Con Las Palmas del Chaco Austral S.A. el poblado tomo su fisonomía que lo caracteriza hasta hoy,
modificado solamente por el levantamiento de las actividades ferroviarias y el paso del tiempo junto
con el cierre de talleres, almacenes, fábrica de tanino y otras actividades. Por eso, aún hoy las casas,
los edificios públicos, las chatarras de las antiguas fábricas, el trazado de las calles y la distribución
urbana, no son mudos testigos del tiempo. Entre susurros y bulliciosos murmullos quieren
trasmitirnos mensajes del pasado. Nos relatan historias que no debemos ignorarlas, como por
ejemplo la organización social de acuerdo a la función que desempeñaba cada uno de sus habitantes,
factores que aún hoy pueden leerse con claridad en el trazado del pueblo, la disposición de los
barrios, las casas y la empresa. (ARQUITECTURA Y EL URBANISMO: 1983)

Si bien los condicionantes geográficos son algo tenidos en cuenta, lo que salta a la vista es la
superposición de dos sistemas sociales. En primer lugar se encuentra la zona de las distintas fábricas
y talleres, con galpones que están en continuo reciclaje, por lo que su fisonomía es la sumatoria de
elementos, aunque los lineamientos de tradición funcional inglesa, en la que se destaca la utilización
de chapas, hierro y ladrillo a la vista, están siempre presente.

Unido a ella está el grupo de casas de personal jerarquizado, que está rodeado de jardines y
cercanos a la casa Hardy, -mansión familiar- se destaca del entorno por su estilo colonial inglés
acompañado por una importante adaptación climática a la zona, propiciada por la vinculación hacia
el entorno a través de elevadas galerías. De amplios espacios, sólida construcción, e interesantes
detalles constructivos, tales como los grandes vitrales; esta casa cuenta con sector de servicio
ubicado en planta baja e inusuales instalaciones para la época y la región.

Este sector se encuentra en un predio aislado y separado del resto por una valla con ingreso
vigilado. Igual la Administración y Casa Bonilla -residencia de los administradores-, forman un mismo
bloque, también elevado, con sendas y rítmicas galerías, de estilo similar a la Casa Grande, a la cual
se une posteriormente por un bloque de características neogóticas. Estilo este con el que se enfatizó
también el eje central y acceso a la administración, constituido por un torreón almenado en sus
extremos. (MORENO, YURKEVICH y ROMERO: 2002)

Al lado de ella, otras casas destinadas a administración y equipamiento adquieren fisonomía


variadas, aunque siempre con galerías.

García Pulido, un delegado de la Unión Sindical Argentina, que en 1922 llega a Las Palmas para
organizar a los obreros de la Federación de Oficios Varios desorganizada luego de la huelga grande de
1920 y las continuas represalias de la empresa, nos pinta el poblado de la época: “Partiendo de la
portada de la empresa hacia el norte había una calle hasta el riacho Quia. Eran cuatro cuadras de
casas todas construidas por sus propios habitantes, pero sobre tierra de la empresa, que la cedía a
título gratuito, sin compromisos y mientras sus ocupantes trabajaran en ella. En esta dirección existía
la única construcción de la empresa consistente en doce piezas para solteros, pues era una
construcción seguida y divida por un tabique.
A la derecha había varias casas diseminadas y otras calles más recta que daba hacia una laguna, y
lindando con lo que se denomina Solalinda. En realidad, no hay calles; cada uno levantó su rancho
donde mejor le gustó; unos construyeron lindas casitas con jardín y una pequeña quinta, algunas
plantas de naranjas; los más se conformaron con el rancho de barro, techo de paja sin preocuparse
de plantar un árbol y cerrar para tener unas gallinas.

A un kilómetro de la fábrica está La Leonesa, donde había algunos colonos particulares sobre
propias tierras, pero la mayoría también plantaba caña para la empresa o algodón, lo mismo que en
Cancha Larga a tres kilómetros más al centro y donde había alguno comercio particular”. (GARCIA
PULIDO: 1977)

Ferrau Marco Antonio: Las Palmas del Chaco Austral, un caso fabrica con villa obrera. Resistencia,
2003

“Entre el Pueblito Nuevo y el cerco de alambrada de púa que divide el establecimiento, están las
casas de los empleados medios de la empresa. Cómodas casas de material y de buen techo, alineadas
de derecha a izquierda. En un extremo, la escuela y el juzgado de paz; al otro, el matadero y la
comisaría. ¡Otro matadero!

Dentro de la alambrada, las fábricas de tanino y de azúcar destacan sus colosales chimeneas de
hierro; una, muy alta, para el tanino y cuatro, aparte, para el azúcar; pilas de quebrachos en las
playas, vagones y más vagones de caña para el azúcar; alta grúa de hierro en el centro para la caña,
vias y desvios, trenes y vagones, canastas para la caña, chatas para el tanino y tapados de hierro para
las mercancías que fletan para las sucursales.

Chalets señoriales para el administrador, subadministrador, gerente, contador, ingeniero, químico.


Estilizado edificio, el escritorio. A un lado la Casa Grande. Al otro, el almacén de ramos generales, con
su destacado despacho de bebidas: borracheria del pueblo, la panadería y, más allá, el hospital.”

“...Los cuadros de edificaciones definen física y moralmente sus habitantes; por otros lados, oscuros
rancheríos de los explotados.

Edificios uniformes, de cuartel, para la clase media; gente esclava de la burguesía y de sus prejuicios;
incolora políticamente.” (pp 237)

Dominguez, Crisanto: Rebelión en la selva. Tanino: memorias de un hachero. Resistencia, Librería


La Paz, 2009

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