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Causas del renacimiento comercial

Comenzamos con este resumen del comercio en la Edad


Media hablando del renacimiento del sector.
La situación de las actividad comercial va a cambiar en el
momento en el que las ciudades empiezan de nuevo a cobrar
importancia, es decir, tras varios siglos de conflicto reina la paz
en Europa y eso vino acompañado de un aumento de la población,
un mejoramiento de las condiciones alimentarias que generó a su
vez un aumento de la producción agrícola llegando a generar
excedentes que son los que se vendían gracias a las nuevas rutas
comerciales tanto terrestres como marítimas, revitalizando por
ejemplo el comercio entre Occidente y Oriente.
Tres fueron las actividades principales para la población tras
el desarrollo de la actividad comercial: la alimentación, la
vivienda y la vestimenta.
En esta otra lección de unPROFESOR te descubrimos cómo
era la ciudad medieval y sus partes.
El mercader
El desarrollo del comercio en la Edad Media vino acompañado
del nacimiento de una nueva figura vinculada a esta actividad y
fue el mercader. El mercader era un tipo de comerciante
profesional, la mayoría de origen rural, que en un principio ante el
aumento de la población se vieron obligados a abandonar el
campo pues, aunque se diera un aumento demográfico mayor, las
tierras eran las mismas por lo que optaron por llevar un estilo de
vida trashumante.
Los primeros comerciantes para vender sus productos elegían
pequeñas distancias pues los caminos eran malos y con cuando
menos se lo esperaban los bandidos los asaltaban, además si en el
recorrido tenía que atravesar un feudo, el señor de la tierra o bien
le confiscaba las mercancías (que solían ser artículos de primera
necesidad, como lana, cereales, sal, miel…) o le hacía pagar un
impuesto.
Poco a poco, y a medida que se iba dando un auge en el
comercio, las distancias fueron cada vez mayores vendiendo sus
productos en ferias y utilizando medios de transportes, como los
carros tirados por bueyes o caballos. Además, se amplió la gama
de productos para vender que no solo se reducían a los de primera
necesidad sino también a productos de lujo como especias y
perfumes.
Ya partir del siglo XIV los mercaderes optaron por instalarse
en ciudades pues el volumen creciente a lo largo de estos años era
tal que dificultaba sus traslados por las diferentes ferias, por lo
que decidieron dedicarse a la venta al por mayor.
En unPROFESOR te descubrimos las características
principales de la sociedad feudal.
Tipos de comercio en la Edad Media
Continuando con este resumen del comercio en la Edad
Media ahora nos centraremos en los distintos tipos de comercios
que se desarrollaron.
El primero que se dio fue de tipo local y es el que se producía
del campo a la ciudad, en el que tanto los campesinos libres, así
como los señores feudales vendían a la ciudad sus excedentes que
provenían de sus tierras por lo que principalmente se trataban de
los productos del campo, la madera, la lana y el cuero.
Posteriormente con las ganancias obtenidas ya en la ciudad
compraban otras mercancías más elaboradas y que en el campo no
podían obtener como las herramientas agrícolas o telas.
El otro tipo de comercio que se dio fue el internacional, y
para ello hubo dos focos principales, Flandes e Italia del Norte,
ambas zonas estaban muy pobladas y se dedicaban generalmente
a la manufactura de objetos, tejidos, metal y cerámica.
Italia del Norte: a través del Mediterráneo y una antigua red
vial romana las principales ciudades de Italia (Pisa, Génova
Venecia) controlaban el comercio con Oriente. Italia lo que hacía
era vender los productos de su tierra, así como los de norte de
Europa, y de Oriente se traían los perfumes, especias y sedas.
Flandes: gozaba de una muy buena situación geográfica, pues
se encontraba frente al mar del Norte en el que desembocaban ríos
como el Mosna o el Rin. Además, Flandes formaba parte de una
de las ligas comerciales más conocidas, la Liga Hanseática,
organizada por unos comerciantes alemanes que se encargaron de
monopolizar las exportaciones desde el norte de Europa hasta
Londres, de manera que llegó a consolidar un importante tráfico
de productos como madera trigo y pieles y era en Flandes,
concretamente en Brujas, donde se encontraba el puerto de
almacenaje y redistribución al resto de las regiones europeas.
Rutas y transportes principales
Existían tres rutas principales para comerciar: las vías
marítimas, las vías fluviales y las vías terrestres.
Las vías terrestres eran las que permitían alcanzar las zonas
más profundas donde no llegaban los ríos, sin embargo, los
caminos eran muy inseguros y malos, debían de pagar una gran
cantidad de impuestos por lo que era el medio de transporte más
caro y por lo tanto el menos utilizado.
El transporte fluvial era uno de los elegidos para comerciar,
aunque también estaba sujeto a impuestos. Algunas de las redes
fluviales más importantes fueron las del rio Ródano, Rin y todo el
enrejado de los diferentes ríos que hay por la zona de Flandes.
La vía marítima fue la preferida para los comerciantes pues,
aunque era mayor la lentitud de los viajes, con tan solo un barco
se podía llevar las cargas de varios comerciantes.
La aparición de las ferias y bancos
Y para terminar con este resumen del comercio en la Edad
Media hablaremos ahora de la aparición de nuevos métodos de
comercio como por ejemplo las ferias que aparecieron como un
tipo de mercado de tipo nacional e internacional y muy vinculada
con las figuras de los mercaderes.
Se trataba de una actividad comercial que se impuso en
Europa a lo largo del siglo XIII, realizadas en ciertos periodos del
año, es decir, son temporales, nada de mercados permanentes.
Estas solían durar varios días, días además que eran festivos y
acudían no solo personas vinculadas al comercio sino también
juglares y titiriteros que amenizaban el ambiente.
Una de las ferias más conocidas fue la feria de Champaña por
su situación geográfica que acabo convirtiéndola en uno de los
principales encuentros entre mercaderes italianos y flamencos, y
también por estar libre de impuestos a todos los mercaderes que
llegaban a ella pues así los decidieron los condes de Champaña.
Paralelo a este progreso comercial se estableció un desarrollo
monetario en el que se empezaron a acuñar monedas, y a ponerlas
en circulación por toda Europa, pues, aunque en un principio los
mercaderes llevaban el dinero consigo, el avance en el comercio
supuso que fuera imposible llevar grandes cantidades monetarias
por miedo a que los comerciantes pudiera ser asaltados.
De esto modo, para agilizar las transacciones comerciales
aparecieron los primeros bancos y como no, los banqueros, cuya
función se basaba en reconocer las diferentes monedas, su peso y
sus equivalencias. Muchos de estos banqueros se convirtieron con
el tiempo en cambistas, y su trabajo se basaba en tener diferentes
tipos de monedas para que un comerciante pudiera cambiarla por
otra y así comprar en otros países.

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