Está en la página 1de 51

Proyecto genoma humano sobre diversidad

Autor: Kemelmajer de Carlucci, Aída


Fuente: JA 1999-IV-910

VII. CONVENIO INTERNACIONAL SOBRE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA

Dado que el tema propuesto enmarca dentro de la bioética ambientalista, creo conveniente
hacer algunas breves referencias al Convenio Internacional sobre la diversidad biológica,
aprobado por ley de la Nación 24375.

a) Algunos precedentes

Como respuesta a la creciente inquietud mundial frente al peligro de agotamiento de los


recursos fitogenéticos de nuestro planeta, la Conferencia de la FAO, en su resolución 8/83,
emitió una declaración cuyos principios básicos son:

- Los recursos fitogenéticos son un patrimonio común de la humanidad. Por esta razón deben
estar libremente disponibles para su utilización en beneficio de la generación presente y las
futuras.

El concepto de "patrimonio común de la humanidad" es más filosófico que jurídico, desde que
no hace referencia a una titularidad real. Aunque tiene antecedentes en los siglos XVII y XVIII,
fue acuñado, en su sentido moderno, en un discurso pronunciado por Arvid Pardo,
representante de Malta ante las Naciones Unidas refiriéndose a los fondos marinos y a sus
recursos. Los espacios y los recursos comprendidos en tal patrimonio quedan de hecho sujetos a
un régimen específico, cuyos elementos básicos son:

* La prohibición de apropiaciones nacionales

* El destino para fines pacíficos.

* Su utilización en interés de la humanidad, con especial atención a los países y sectores más
pobres (desigualdad compensadora, en el sentido de que quien está en peor situación debe ser
tratado de modo más favorable a fin de evitar la disparidad, que de otro modo se agravaría).

- Creación de un organismo internacional dotado de poderes adecuados para gestionar el


patrimonio (internacionalismo institucional).

b) Breves datos de su aprobación

El convenio internacional sobre la diversidad biológica fue suscripto en Río de Janeiro el


5/6/1992, con la abstención de los EE.UU., luego de cuatro años de negociaciones, aunque con
anterioridad, desde 1984 en adelante, se había presentado una serie de proyectos; fue firmado
por los representantes de 152 países y en dieciocho meses logró las 30 ratificaciones requeridas,
por lo que entró en vigor el 29/12/1993. Nuestro país lo aprobó por ley 24375 del 7/9/1994.

c) Importancia para el país


1
Hasta la ratificación del convenio existía en nuestro país un vacío legal en torno a la regulación
y control del acceso a los recursos genéticos sitos en jurisdicción nacional; este vacío hace
peligrar su conservación y protección y tornaba en permisiva la obtención ilegal e irrestricta
aún con fines comerciales y de investigación biotecnológica.

d) Idea fuerza de la Convención

La diversidad biológica está repartida desigualitariamente; también la carga de su conservación;


sin embargo, los beneficios de esa conservación sirven a la comunidad internacional toda; por
ello, se debe crear un mecanismo financiero para esa conservación.

e) Desconfianza recíproca

Llegar a este mecanismo no fue fácil. Fue, como en tantas otras convenciones internacionales,
una gran disputa entre el Norte y el Sur: los Estados desarrollados, porque querían que se les
reconocieran los derechos de quien obtiene estos recursos; los países en desarrollo, porque se
sienten expoliados, desde que no participan de los beneficios que derivan de la utilización del
material genético que proviene de su territorio.

El clima de la negociación, entonces, se degradó rápidamente entre los países del Norte, ricos
en tecnología y los del sur, ricos en genes. En realidad, la discusión se inserta en el problema
más extenso de las relaciones entre ambiente y desarrollo; son dos caras de una misma moneda.

f) Realismo económico-político

La biotecnología moderna ha renovado su interés por los productos de la naturaleza. Esta


evolución se debe, en particular, a los métodos de screening, cada vez más eficaces. En estas
condiciones, los conocimientos, las innovaciones y prácticas de las poblaciones autóctonas
relativas a los recursos que ellas utilizan toman una particular relevancia: al problema del
acceso a los recursos genéticos se agrega el del acceso al conocimiento de sus propiedades.

Se reconoce, sin embargo, que teniendo en cuenta la prioridad de otros temas más acuciantes
(salud, educación, trabajo), para los países en desarrollo la conservación de la diversidad
biológica constituye una carga financiera difícil de sobrellevar. En consecuencia, se plantean
diversas formas posibles de retribuir los beneficios derivados de la utilización de los recursos
genéticos al país de origen.

"El valor económico que el mercado mundial asigna a los productos biotecnológicos ha llevado
a niveles de venta sumamente importantes, generando posiciones dominantes que las empresas
farmacéuticas multinacionales y sus países de origen intentan conservar. Por otra parte, la
progresiva destrucción del capital biológico obliga a la adopción de medidas de conservación y
uso sustentable para evitar su desaparición. Los países proveedores de los recursos genéticos, a
veces por desinformación, y otras por necesidades económicas urgentes, se desprenden de ellos
sin posibilidades de imponer ciertas condiciones mínimas al acceso, ni de acceder a su vez a las
tecnologías basadas en su utilización o de participar en los beneficios comerciales provenientes
de ese uso".

2
g) El Preámbulo del Convenio Internacional sobre la diversidad biológica

Teniendo en consideración todos estos aspectos, el Preámbulo comienza con una toma de
conciencia sobre el valor intrínseco de la diversidad biológica y de los valores ecológicos,
genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos de la
diversidad biológica y de sus componentes y, luego de otros considerandos, hace un expreso
reconocimiento de la estrecha y tradicional dependencia de muchas comunidades locales y
poblaciones indígenas que tienen sistemas de vida tradicionales basados en los recursos
biológicos y de la conveniencia de compartir equitativamente los beneficios que se derivan de
la utilización de los conocimientos tradicionales, las innovaciones y las prácticas pertinentes
para la conservación de la diversidad biológica y la utilización sostenible de sus componentes.
Finalmente, reconoce que se precisan inversiones considerables para conservar la diversidad
biológica y que cabe esperar que el suministro de recursos financieros suficientes, nuevos y
adicionales y el debido acceso a las tecnologías pertinentes puedan modificar
considerablemente la capacidad mundial de hacer frente a la pérdida de la diversidad biológica.

h) Objetivos de la Convención (art. 1)

Los firmantes eran conscientes que la convención debía contemplar los principales aspectos
implicados, o sea: a) la conservación de la diversidad biológica; b) la utilización sostenible de
los elementos que la componen; c) la participación justa y equitativa en los beneficios que se
deriven de la utilización de los recursos genéticos mediante: 1) acceso adecuado a esos
recursos; 2) transferencia apropiada de las tecnologías pertinentes; 3) financiación apropiada.

i) Acceso a los recursos

Los principales puntos referenciados en el art. 15 son:

- Reconocimiento de la soberanía de cada Estado en sus recursos genéticos; este


reconocimiento importa el derecho del Estado a legislar sobre sus recursos genéticos.

- El Estado que quiera proveerse de esos recursos tiene que asegurarse que está actuando de
conformidad con la legislación del país y además tiene que tomar las medidas necesarias para
asegurar una participación en los beneficios

VIII. ALGUNAS REGLAS QUE PODRÍAN SER ÚTILES PARA LA PROTECCIÓN DE


LA BIODIVERSIDAD

La lectura de algunas monografías sobre la cuestión en estudio y el convencimiento de que la


conservación de la biodiversidad entraña un valor positivo, me han empujado a un acto de
atrevimiento, cual es, insinuar algunas reglas útiles a este fin:

a) De naturaleza utilitarista: la regla costo-beneficio

Debemos asumir la ventaja de renunciar a ventajas inmediatas para evitar daños futuros más
extensos. En este cálculo, se debe tener en cuenta el destino de nuestros descendientes

3
inmediatos. Bien se ha dicho que no hemos heredado la Tierra de nuestros antepasados;
nosotros la tomamos prestada de nuestros descendientes y a ellos hay que restituirla.

b) De naturaleza cultural

- Es necesario pasar de una visión antropocentrista a una visión moral más extensa; advertir el
valor de los animales, las plantas, el ecosistema y la naturaleza en general. Reformulemos, con
Hans Jonas, el famoso principio kantiano: "Actúa de tal forma que las consecuencias de tu
acción sean compatibles con la continuidad de la vida humana sobre nuestro planeta".

- Esta actitud tiene su correlato en el plano político; se debe pasar de una visión
irremediablemente individualista a otra que entienda que la realización de nuestras propias
convicciones depende, de alguna manera de la posibilidad de que otras ideologías subsistan
junto a las nuestras. Y en este sentido, el respeto por la diversidad es fundamental para nuestro
futuro: los derechos del hombre no contradicen la pluralidad de las culturas; más aún,
constituyen el presupuesto para hacer posible la realización de una sociedad multicultural en la
cual muchos ven la única salida posible para este segundo milenio. "La patria de nuestro futuro
tiene el nombre de "Babel" y los derechos del hombre pueden y deben constituir la única llave
autorizada de traducción recíproca de los innumerables lenguajes de la ciudad futura. Una llave
universal, perfectible, pero irrenunciable".

c) Confiar en la ciencia, pero prestar atención a su aplicación

Con gran optimismo, Michael Kirby, magistrado del Tribunal superior de Australia y miembro
del Comité sobre aspectos éticos, jurídicos y sociales del Proyecto Genoma Humano dijo que
"el ser humano es la única especie existente sobre nuestro planeta que puede preguntarse sobre
el genoma humano, que puede enfrentarse a su búsqueda y descubrirlo, y encontrar lo que
significa; encontrar las claves que lo encierran, por lo menos potencialmente. Se podría decir
que ha sido en este momento de la historia humana cuando la vieja especie humana ha
encontrado el camino para la nueva especie. Quiero decir que sólo los seres humanos podían
hacer esto. Y existe al menos algún derecho a hablar de que a largo plazo la especie humana se
alzará sobre los hombres de la actual especie y que será un desarrollo de la actual especie.
¿Quiénes somos nosotros en 1995 para decir lo que es completamente imposible? Si ocurre,
habrá ocurrido gracias a la mente de la humanidad y deberíamos ser optimistas con respecto a
la ciencia".

Participo de este entusiasmo científico; no creo en el argumento del plano inclinado (slippery
slope) conforme el cual "si se inicia la manipulación genética en el ser humano ya no hay lugar
lógico para detenerse; si se consigue mediante la nueva técnica genética curar alguna
enfermedad como la diabetes o la anemia se avanzará hacia otros desórdenes como ser zurdo, o
un determinado color de piel". Creo sinceramente que hay una diferencia muy grande entre
admitir la curación de la leucemia y comenzar a realizar intervenciones para aumentar el
cociente intelectual; "el cometido básico del discurso moral es el de reconocer esta diferencia y
plantear si existe un lugar lógico para detenerse".

4
Sin embargo, creo que debemos ser cautos. En otras palabras, confiar en la ciencia, pero poner
mucha atención en la aplicación de algunas de sus técnicas. No en vano Niestzche afirma que
en la cultura existen dos tipos de elementos:

- Dionisíacos, básicamente referidos al impulso vital: Dionisio, dios griego de la naturaleza,


personificaba la savia húmeda de la tierra, su vida fecunda y exuberante; es símbolo de una vida
poderosa, abolía los límites ordinarios de la existencia y hacía que el hombre se sintiera Dios.

- Apolíneos, relacionados con la formalización y el encauzamiento de ese impulso: Apolo,


divinidad ética, dios de la verdad, fundador de ciudades y legislador, imagen divinizada del
principio de individualización; de allí que la disciplina apolínea se expresaba en los preceptos:
Conócete a ti mismo; no vayas demasiado lejos.

Fundado en esta dicotomía dice Ciuro Caldani que "la vida se manifiesta a través del impuso
renovador dionisíaco, que destruye los moldes existentes, pero a su vez, para seguir su
despliegue necesita cierto orden, que brinda el sentido apolíneo. Si nos entregamos totalmente a
Dionisio, quedamos ebrios de vida y si nos entregamos íntegramente a Apolo, resultamos
apresados en la forma. La tensión entre los elementos dionisíacos y apolíneos se vincula con la
relación entre ser y deber ser. Los elementos dionisíacos representan un mayor despliegue del
ser; los apolíneos una mayor conciencia del deber ser. Pero el despliegue de la vida y del
cosmos ha de entenderse al hilo de la relación inescindible entre el ser y el deber ser. Uno de
los elementos dionisíacos más importantes de la cultura de nuestro tiempo es el de las
investigaciones en genética humana, que puede llegar a destruir los moldes en que hemos
encauzado despliegues fundamentales de nueva vida, incluyendo la familia, la persona, la
justicia. Ante posibles hombres fabricados cuyos caracteres podremos decidir, entra en crisis la
noción tradicional de justicia, referida a méritos y deméritos de hombres naturales. Las
posibilidades que se abren con la investigación genética humana tienden a constituir así un
tiempo axial, comparable a las épocas de dominio de fuego y de invención de la escritura".

Por eso, permanecerá vigente el inimitable diálogo de las manos que magistralmente plasmó
Miguel Ángel en la Capilla Sixtina: "el dedo del hombre, Adán que apunta hacia una utopía,
hacia un paraíso por el que siempre intenta luchar, y el dedo del Creador -o el dedo amigo de la
sabiduría humana y de la reflexión ética- que señala y apunta siempre al hombre, cuya dignidad
y su intrínseco valor deben ser siempre proclamados y defendidos".

LA CONVENCIÓN SOBRE BIODIVERSIDAD


Autor: Pigretti, Eduardo A.
Fuente: JA 1999-IV-1176

I. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene por objeto comentar algunos aspectos del convenio sobre la diversidad
biológica que fuera suscripto en la Conferencia de Río, el 5 de junio de 1992.

Graves problemas plantea desde nuestro criterio el tratamiento que se ha dado a la


biodiversidad.

5
Dicho Convenio es el final de una evolución en el tratamiento de lo que los romanos
designaban como res communis.

Estas cosas, que en general se referían a los bienes de la naturaleza y a los objetos sagrados,
eran cosas que podían ser usadas por todos, sin limitación alguna. Como consecuencia de ese
punto de vista, las cosas eran consideradas res nullius, lo que permitía su disposición por
cualquiera.

Desde aquellos viejos tiempos hasta una más reciente evolución fruto de las organizaciones
internacionales se procedió a "poner en comercio" tales recursos de la naturaleza.

El Convenio sobre Biodiversidad Biológica (en adelante CDB), ha servido más como una
teoría relativa a la soberanía de los Estados para impedir la utilización por las personas
individuales de la naturaleza. En particular al agregarse a dicho punto de partida, un camino
forzoso conforme con el cual ningún Estado y ninguna persona puede hacer lo que quiere, sino
limitarse a cumplir un procedimiento exclusivo que impide a los que lo habían utilizado hasta
ahora el uso libre de la naturaleza.

II. ¿CÓMO ES EL PROCEDIMIENTO DEL CDB?

El camino obligatorio a transitar por quien pretenda utilizar la naturaleza combina los siguientes
temas: 1) una particular visión del mundo, conforme con la cual la biodiversidad exige de la
comunidad mundial un privilegio en favor de los que poseen el know how del conocimiento
genético de las especies; 2) la limitación de los derechos de los individuos y la consecuente
restricción en favor de entidades dedicadas a la biodiversidad y de laboratorios de
especialidades medicinales, únicos, de hecho y de derecho que pueden apropiarse de las
condiciones de los elementos naturales (sean vegetales o animales); 3) una aplicación
exagerada del derecho de propiedad intelectual, con el objeto de impedir la utilización durante
los períodos de protección, de todas las modificaciones que puedan lograse en las especies
vivas. Esta noción puede ser exagerada hasta el límite de patentarse toda la naturaleza; 4) el
establecimiento de un sistema de acuerdo como obligatorio entre el Estado, las instituciones
científicas de biodiversidad y los laboratorios medicinales, mediante el cual se establezca un
régimen de regalías conforme con el cual se devolvería a los anteriores propietarios de los
elementos naturales un royalty que el convenio no establece y que en los casos concretos que se
conocen no superan el 2% de los valores que se obtengan con la comercialización de los
productos derivados de las especies.

Como puede apreciarse el efecto inmediato de la convención es desposeer al conjunto de los


seres humanos de los derechos que le conferían la anterior situación denominada de res nullius.
Esa órbita de libertad en la que se vivía fue sustituida por un mecanismo comercializador que
presume respetar las soberanías del Estado suprimiendo derechos particulares.

La modificación de la situación jurídica fue tan trascendente que se pretende respetar los
derechos que las poblaciones indígenas tienen por su uso inmemorial de ciertas utilizaciones de
los elementos naturales.

6
Éste es en nuestro criterio el punto que ayuda a demostrar la supresión que se efectúa a los que
no son indígenas del aprovechamiento de la naturaleza.

A los indígenas se les exige que ellos también firmen convenios para resolver el
aprovechamiento que ellos han venido ejerciendo desde tiempo inmemorial sobre esas especies.
Es una suerte de derecho adquirido que se reconoce a grupos sistemáticamente olvidados a
quienes les costará enormemente ponerse en condiciones de negociar con el objeto de percibir
una magra regalía original del 2% que deberá repartir entre el Estado, los entes de investigación
nacionales y sus propias indemnizaciones.

III. ASPECTOS POLÍTICOS

Lo curioso de esta regulación internacional es que los Estados Unidos de Norteamérica no la


han suscripto.

Las razones por las cuales no lo han hecho, a estar a las diversas voces que se han alzado en
contra de esta convención, es que la misma se ha convertido en un enorme cepo que permite a
los EE.UU. una búsqueda intensiva dentro de su territorio de los elementos que pueden ser
objeto de utilización medicional o de otro tipo. Como se sabe diversos vegetales pueden
contener las mismas sustancias que se buscan pese a ser de diversa presentación botánica. El
efecto que produce el convenio hace que los elementos de todo el mundo concurran a las
entidades científicas del mundo desarrollado, todo dentro del convenio, mientras que los
propios elementos estadounidenses se quedan en el país sin permiso para nadie que no sea un
nacional u otro autorizado para efectuar la búsqueda dentro del territorio nacional.

a) Visión del mundo

No es fácil resolver en qué mundo vivimos. La teoría de las nacionalidades no puede creerse
que sobrevivirá pese a que sobre su existencia se construye el mundo supranacional que
conocemos.

Las Naciones Unidas intentan asumir una suerte de mando mundial que no se consigue a partir
de la existencia de las organizaciones llamadas multinacionales, dentro de las que deben
computarse las lícitas y las ilícitas, esto es las corporaciones económicas, entre las primeras y
las mafias y organizaciones delictuales entre las segundas.

La notable hegemonía de los EE.UU. que el mundo acata pero no acepta y las organizaciones
no gubernamentales que aspiran a apoyar, según la índole de su pensamiento a otras
organizaciones internacionales, a alguno o algunos de los estados existentes o simplemente a
diversos idearios. A ellas debe sumarse las organizaciones guerrilleras, terroristas y subversivas
respecto de las cuales no es posible lograr determinación alguna.

Por su parte la Iglesia Católica Apostólica y Romana, junto a algunas iglesias que no son sectas,
y a otras religiones (judía, musulmana, budista), persiguen señalar límites éticos a una cultura
que se resiste a los postulados del decálogo, expresión moral que resulta inaplicable a juicio de
los que organizan el nuevo orden moral y legal del planeta.

7
Una nueva visión se nos ofrece, por ahora de forma incompleta, sin que se pueda advertir la
nueva modalidad de vida que se ofrece. Esta nueva modalidad de vida parece posible sólo en un
mundo que adopta una situación de homogeneidad. Como se comprende no todos los países son
homogéneos y muchos de ellos tienen particularidades que no parece que puedan disiparse en
lo inmediato. Para cuando dichos planes sean conocidos podremos saber qué países no
alcanzarán los niveles culturales necesarios para soportar su sobrevivencia.

Un grave problema pues será determinar las pautas y principios con los que se vivirá en el siglo
XXI.

b) Limitación de los derechos de los individuos

Como ha quedado dicho las cosas que fueron de nadie ahora son de ciertas entidades de
investigación públicas o privadas y de los laboratorios de especialidades medicinales.

La soberanía es sólo una excusa técnica para resolver este traspaso de propiedad de todos los
habitantes del mundo en favor de sólo los más capacitados. Un estado que se espera
desaparezca.

c) La propiedad intelectual

Los regímenes de propiedad intelectual se dividían en tres en el pasado reciente. En primer


lugar y aún cuando las convenciones se suponía que tenía validez mundial, en los países
capitalistas se respetaba con variantes los derechos intelectuales que surgían de determinadas
investigaciones científicas, dentro de un proceso que se estimaba razonable y con una evolución
histórica que llegó a permitir en los EE.UU. primero y en el resto de algunos países después,
que algunas investigaciones sobre elementos naturales puedan registrarse.

Una segunda teoría que correspondía a los países de la órbita socialista sostenía la inexistencia
del sistema de propiedad intelectual. Un tercer régimen tenía un modelo mixto que permitía el
registro de las ideas pero no tanto.

La CDB establece una modalidad no internacional sino supranacional de la propiedad


intelectual a emplearse en el caso de investigaciones sobre elementos nacionales, lo que
modifica totalmente el esquema tripartito que existió en el mundo y del cual resultaba una
suerte de equilibrio inestable que respetaba los legítimos derechos de propiedad de los
creadores, sin las exageraciones que el CBD ha establecido. Puede decirse que en Río hubo una
suerte de desesperación por patentarlo todo y comerciar la naturaleza en forma integral.

d) Los acuerdos

La obligatoriedad de utilizar acuerdos entre quienes participan de investigaciones está descripta


de un modo incompleto pero forzoso en la CDB. Ello vuelve particularmente injusto el sistema
adoptado, lo que se advierte en particular cuando de la regalía práctica establecida se refiere.

8
También el tratamiento de los indígenas no es aceptable. Cualquier otro grupo humano que no
tenga esa condición debe poder utilizar con total amplitud los elementos naturales de los que ha
sido desposeída la humanidad.

Esperamos que más voces se alcen para corregir los procedimientos que se han dispuesto
mediante leyes de los Estados nacionales, primeros y más sensibles afectados por el tardío
reconocimiento de sus soberanías.

La conversión del concepto de res nullius en patrimonio común pasa a ser un grave problema
futuro.

PROPIEDAD DE LOS SEMOVIENTES por Luis Moisset de Espanés, Luis B. Cima (h),
Víctor H. Martínez y Gabriel Ventura

I.- La nueva ley 22.939 instaura un régimen doble para acreditar la propiedad de los
semovientes.

II.- Para los animales de pura raza prevé la inscripción en los registros genealógicos; pero sólo
con un efecto perfeccionador del título de adquisición, es decir declarativo (art. 14, ley 22.939).

III.- Dicho régimen para los animales de pura raza, prescripto por la ley 22.939, no se hace
aplicable a los caballos pura sangre de carrera que ya tienen su regulación específica a través de
la ley 20.378, cuya inscripción de dominio o de cualquier otro acto jurídico sobre los mismos,
es de carácter constitutivo.

IV.- La ley 22.939 legitima la marca o señal, en todo el territorio de la Nación, como
presunción de propiedad del ganado. Presunción que puede ser destruída con prueba en
contrario y que se aplica sólo cuando el diseño de la marca o señal se encuentra registrado a
nombre del poseedor, haciéndola extensiva asimismo a las crías no marcadas ni señaladas que
estén al pie de la madre.

V.- La ley 22.939 deja subsistente el régimen del art. 2412 del Código Civil en los supuestos de
ganado no marcado ni señalado, o cuya marca o señal no estén claras, pero haciendo pasible a
su poseedor de las sanciones que determinen las autoridades locales.

VI.- Dichas sanciones pueden consistir en la presunción de mala fe de su posesión (art. 8, ley
5542 de Córdoba, y art. 109 del Código Rural de Buenos Aires).

FUNDAMENTOS

Mucho se ha discutido ya sobre el valor de las marcas o señales como prueba de la propiedad
de los semovientes. El Código civil no les asigna ningún régimen especial y ello obliga, en
principio, a aplicar el régimen general que, en materia de cosas muebles está previsto en el
artículo 2412 del Código civil. Pero la necesidad imperiosa de establecer un sistema racional
que efectivamente protegiera a los propietarios de ganado, justificó en alguna medida la
intromisión de las provincias con sus respectivas legislaciones estableciendo la aplicación de
las marcas o señales.
9
En la gran mayoría de los casos estas marcas y señales constituían una presunción "iuris
tantum" de propiedad del ganado (así lo vemos en el Código rural de Corrientes de 1902; el de
Entre Ríos de 1892; la ley de estancias de Mendoza de 1880; la de Salta de 1933; la de Santa Fe
de 1901 y en el Código rural de Córdoba de 1885). También existían, sin embargo, aquellos
regímenes que atribuían a la marca o señal el carácter de presunción de propiedad "iuris et de
iure" (ver el Código rural de la provincia de Buenos Aires de 1865; el de Catamarca de 1878; el
de Jujuy de 1893 y el de Salta de 1902).

Respecto a esta dualidad de legislación y su correlativa colisión (art. 2412 Código civil - leyes
rurales), se pronunciaron opiniones de la más diversa índole entre los autores especializados en
el tema.

Merecen destacarse principalmente las llamadas posturas conciliadoras que, encabezadas por
David de Tezanos Pintos, fuera seguida también por Bibiloni con motivo de la consulta que le
efectuara la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires, según expresa el mismo autor en
nota de su Anteproyecto.

Dicha solución, más que atribuir un valor probatorio directo a la marca o señal respecto de la
propiedad del animal, se lo asigna en relación a la buena o mala fe de su poseedor, haciendo así
aplicable, o no, el artículo 2412 del Código civil. Dice Bibiloni que "...la buena fe de que habla
el Código, no se concibe sino...allí donde se ha procurado obtener toda la información natural
requerida por las circunstancias para acreditar el derecho del enajenante en caso de transmisión.
Desde que las leyes provinciales dan valor a las marcas, a los certificados visados para obtener
las llamadas guías, podía admitirse que era grave imprudencia en el adquirente prescindir de la
documentación usual. Esa imprudencia excluye la buena fe...". La solución sustentada por
Bibiloni tiene jurídicamente alguna imperfección, en especial si se tiene en cuenta que surge de
la doctrina de los artículos 2362 y 2363 del Código civil que la buena fe se presume y que "...el
poseedor no tiene obligación de producir su título a la posesión...".

Varias provincias aplican este sistema que procura conciliar las previsiones de la ley de fondo,
es decir el Código civil, con las normas provinciales. Así lo hacía ya el Código rural de
Santiago del Estero, el de Buenos Aires de 1970 y la ley de Marcas y Señales de Córdoba. Nº
5442, del año 1973.

La ley 22.939 de 1983.

En la actualidad la discusión se disipa; contamos ahora con una ley nacional, la Nº 22.939,
sancionada y promulgada el 6 de octubre de 1983, y publicada el 11 del mismo mes y año, que
se ocupa especialmente del tema.

Como primera aproximación podemos decir que esta ley legitima en el orden nacional la
existencia de las marcas o señales -sea cual fuere su valor probatorio- y su coexistencia con el
artículo 2412 del Código civil.

Sobre la base de la solución que consideramos más acertada, la mencionada ley atribuye a la
marca o señal el carácter de una presunción "iuris tantum" de propiedad de quien las tenga
registradas a su nombre. Ello cuando el animal se identifica en forma colectiva a través de su
10
propietario; pero la ley 22.939 se refiere también a los ejemplares de pura raza, previendo para
ellos un régimen especial.

La Marca o Señal

Se establece como obligatorio para todo propietario de ganado el marcarlo o señalarlo; el


ganado mayor durante su primer año de vida, y el menor antes de llegar a los seis meses de
edad; así como tener registrado a su nombre el diseño que emplease para efectuar dichas marcas
o señales (artículos 5 y 7, ley 22.939). Ante el incumplimiento de dichos preceptos la ley, como
medida sancionatoria, priva al culpable de la protección legal, amén de hacerlo pasible de las
multas que establecieren las reglamentaciones locales (art. 8, ley 22.939).

Propiedad del ganado

El Título III reglamenta en tres artículos distintas categorías jurídicas de animales: a) El ganado
mayor marcado o menor señalado: en cuyo caso establece una presunción "iuris tantum" de
propiedad en favor del titular de la marca o señal, extendiendo esa presunción a las crías aún no
marcadas ni señaladas, cuando estén al pie de la madre (art. 9, ley 22.939). b) Hacienda orejana
o cuya marca y señal no fuere clara: En estos supuestos la ley remite al derecho común, es decir
al artículo 2412 del Código civil, pero haciendo pasible también a su propietario de las
sanciones que establecieran las autoridades locales (art. 10, ley 22.939).

Estimamos que una de las sanciones que pueden aplicarse en estos casos es la de presumir la
mala fe en el poseedor, apartándose de esta forma de la normativa del artículo 2412 del Código
civil. Esto sucede sobre todo en aquellas legislaciones rurales que en lugar de establecer la
presunción de buena fe del poseedor del ganado marcado, sancionan al propietario negligente
que no marca ni señala sus animales, atribuyéndole el carácter de poseedor de mala fe. Tal es lo
prescripto por el artículo 109 del Código rural de Buenos Aires de 1970 y también la solución
adoptada por la ley 5542, de 1973, de Córdoba, que expresa: "la omisión de la marca o la señala
en ganados de edades mayores a las fijadas en el artículo 46, implica, salvo prueba en contrario,
presunción de mala fe contra su poseedor".

c) Animales de pura raza: Respecto de estos la propiedad se probará con el certificado de


inscripción en los registros genealógicos y selectivos reconocidos que concuerde con los signos
individuales que llevaren los animales (art. 11, ley 22.939).

Transmisión de la propiedad del ganado.

La ley dedica su Título IV a la transmisión de la propiedad del ganado. El artículo 12 prescribe:


"Todo acto jurídico mediante el cual se transfiera la propiedad de ganado mayor o menor,
deberá instrumentarse con un certificado de adquisición que, otorgado por las partes, será
autenticado por la autoridad local competente".

Dicho certificado de adquisición es el título o causa de la transmisión que deberá ser


autenticado por la autoridad local. Poco feliz nos parece esta expresión, pues estimamos, a
través de una interpretación conjunta de los artículos 12 y 15 de la ley, que debe tratarse de un

11
instrumento privado con firmas autenticadas, expresándose en el instrumento que estas han sido
puestas en presencia del funcionario autenticante.

En el artículo 13 vemos desarrollado el principio de la especialidad en todas sus partes, cuando


establece el contenido obligatorio del certificado de adquisición: a) lugar y fecha de emisión; b)
nombre y apellido de las partes y en su caso de sus representantes, sus domicilios y la mención
de los documentos de identidad (especialidad en los sujetos); c) especificación del tipo de
operación de que se trata (especialidad en la causa), matrícula del título de la marca o señal y
diseño de éstas o el tatuaje de reseña correspondiente en los animales de raza (especialidad en
el objeto); ch) especificación de la cantidad de animales comprendidos en la operación, con
indicación de su sexo y especie (especialidad en el objeto); d) firma del transmitente o de su
representante, y si no pudiere o no supiere firmar, la firma a ruego de otra persona, junto con la
impresión digital del que no pudiere o no supiere firmar. La firma del transmitente podrá ser
suplida por la del consignatario.

Transmisión de animales de raza.

Respecto a los animales de raza la ley establece que, por acuerdo entre partes, la transmisión de
su dominio podrá perfeccionarse por la inscripción del acto en los registros genealógicos o
selectivos a que se refiere el artículo 11; atento a ello estimamos que se trata de un registro
meramente declarativo y que mientras no se ha inscripto la transferencia solamente produce
efectos entre las partes, o sus sucesores, no pudiendo oponerse a terceros.

Existen en el país registros genealógicos de seis especies, creados por la Sociedad Rural
Argentina: a) El "Herd Book", para la especie bovina; b) El "Stud Book", para la especie
equina; c) El "Flock Book", para la especie ovina; d) El "Swine Book", para la especie porcina;
e) El "Ass Book", para la especie asnal; f) El "Dog Book", para la especie canina.

Lógicamente, en todos los casos de transmisión de ganado el certificado de inscripción no


transfiere el derecho real, y para obtener este efecto es menester que se cumpla con el requisito
de la tradición que prevén los artículos 577 y 2601 del Código civil, como modo adquisitivo,
salvo en los supuestos en que la inscripción ha reemplazado a la tradición como modo
constitutivo, como sucede con los caballos pura sangre de carrera, en virtud de lo dispuesto por
la ley 20.378.

LEY NACIONAL 22.421, “PROTECCIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA FAUNA


SILVESTRE”; BUENOS AIRES - 05/03/1981; BOLETIN OFICIAL - 12/03/1981

CAPITULO I DE LA CONSERVACION DE LA FAUNA. (artículos 1 al 7)

ARTICULO 1. - Declárase de interés público la fauna silvestre que temporal o


permanentemente habita el Territorio de la República, así como su protección,
conservación, propagación, repoblación y aprovechamiento racional.

Todos los habitantes de la Nación tienen el deber de proteger la fauna silvestre, conforme
a los reglamentos que para su conservación y manejo dicten las autoridades de aplicación.

12
Cuando el cumplimiento de este deber causare perjuicios, fehacientemente comprobados,
los mismos deberán ser indemnizados por la vía administrativa, por el Estado Nacional o
los provinciales en sus respectivas jurisdicciones, de conformidad con las disposiciones
que dictarán al efecto las autoridades de aplicación.

En jurisdicción nacional, en caso de desestimarse total o parcialmente los reclamos


formulados, los interesados podrán recurrir ante el Juez Federal competente, interponiendo
y fundando recurso de apelación dentro de los QUINCE (15) días hábiles de notificados en
la resolución respectiva.

ARTICULO 2. - En la reglamentación y aplicación de esta ley las autoridades deberán


respetar el equilibrio entre los diversos beneficios económicos, culturales, agropecuarios,
recreativos y estéticos que la fauna silvestre aporta al hombre, pero dando en todos los
casos la debida prelación a la conservación de la misma como criterio rector de los actos a
otorgarse.

ARTICULO 3. - A los fines de esta Ley se entiende por fauna silvestre: 1) Los animales
que viven libres e independientes del hombre, en ambientes naturales o artificiales. 2) Los
bravíos o salvajes que viven bajo control del hombre, en cautividad o semicautividad. 3)
Los originalmente domésticos que, por cualquier circunstancia, vuelven a la vida salvaje
convirtiéndose en cimarrones.

Quedan excluídos del régimen de la presente Ley los animales comprendidos en las leyes
sobre pesca. La autoridad jurisdiccional de aplicación acordará con la SECRETARIA DE
ESTADO DE INTERESES MARITIMOS la división correspondiente en los casos dudosos.

ARTICULO 4. - Se ajustarán a las disposiciones de esta Ley y sus reglamentos, la caza,


hostigamiento, captura o destrucción de sus crías, huevos, nidos y guaridas, tenencia,
posesión, tránsito, aprovechamiento, comercio y transformación de la fauna silvestre y sus
productos o subproductos.

ARTICULO 5. - La autoridad Nacional de aplicación podrá prohibir la importación,


introducción y radicación de ejemplares vivos, semen, embriones, huevos para incubar y
larvas de cualquier especie que puedan alterar el equilibrio ecológico, afectar actividades
económicas o perturbar el cumplimiento de los fines de esta Ley.

ARTICULO 6. - Queda prohibido dar libertad a animales silvestres en cautiverio,


cualquiera fuese la especie o los fines perseguidos, sin la previa conformidad de la
autoridad de aplicación, nacional o provincial según corresponda.

ARTICULO 7. - Queda igualmente prohibido introducir desde el exterior productos y


subproductos, manufacturados o no, de aquellas especies de la fauna silvestre autóctona
cuya caza, comercio, tenencia, posesión y transformación se hallen vedadas en toda la
región de su hábitat natural, sin permiso previo de la autoridad nacional de aplicación.

CAPITULO II DEL APROVECHAMIENTO DE LA FAUNA SILVESTRE.

13
ARTICULO 8. - Ajustándose a las disposiciones legales y reglamentarias nacionales y
provinciales el propietario del campo podrá aprovechar la fauna silvestre que lo habita
transitoria o permanentemente, debiendo protegerla y limitar racionalmente su
utilización para asegurar la conservación de la misma.

CAPITULO III COMERCIO INTERPROVINCIAL E INTERNACIONAL (artículos 9


al 12)

ARTICULO 9. - A los fines del transporte y del comercio interprovincial, el propietario,


administrador, poseedor o tenedor a cualquier título legítimo del fundo, proveerá al
cazador de un documento donde conste el producto de la caza, el que intervendrá la
autoridad competente.

Si por cualquier circunstancia el cazador no pudiere obtener dicho documento, lo solicitará


a la autoridad competente más próxima, la que lo otorgará siempre que acredite haber
cazado dentro del fundo con el debido permiso de las personas mencionadas en el párrafo
anterior, en la forma que prescriban los reglamentos de la autoridad de aplicación.

ARTICULO 10. - La documentación que ampare el transporte y el comercio internacional


o interprovincial de los productos y subproductos de la fauna silvestre, será uniforme en
toda la República, y de acuerdo con la reglamentación que dictará el PODER EJECUTIVO
NACIONAL.

ARTICULO 11. - Con la venta o cesión a cualquier título de los animales de caza y sus
productos y subproductos, se transferirán los documentos que los amparen.

ARTICULO 12. - Realizada cualquier transformación de los productos de la caza u


operaciones de comercio que requieran nuevos documentos, las autoridades los proveerán
a sus dueños para acreditar legítima posesión, previa presentación y anulación de los que
amparaban el producto originario.

En todos los casos, al ingresar a jurisdicción federal o al realizarse actos de comercio


internacional o interprovincial, estos documentos serán presentados por sus dueños ante
la autoridad nacional de aplicación, a los fines de su fiscalización.

CAPITULO IV DEL AMBIENTE DE LA FAUNA SILVESTRE Y SU PROTECCION


(artículos 13 al 14)

ARTICULO 13. - Los estudios de factibilidad y proyectos de obras tales como desmonte,
secado y drenaje de tierras inundables, modificaciones de cauce de río, construcción de diques
y embalses, que puedan causar transformaciones en el ambiente de la fauna silvestre, deberán
ser consultados previamente a las autoridades nacionales o provinciales competentes en materia
de fauna.

ARTICULO 14. - Antes de autorizar el uso de productos venenosos o tóxicos que contengan
sustancias residuales nocivas, en especial los empleados para la destrucción de aquellos
invertebrados o plantas que son el alimento natural de determinadas especies, deberán ser
14
previamente consultadas las autoridades nacionales o provinciales competentes en materia de
fauna silvestre.

CAPITULO V DE LA CAZA. (artículos 15 al 16)

ARTICULO 15. - A los efectos de esta Ley, entiéndase por Caza la acción ejercida por el
hombre, mediante el uso de artes, armas y otros medios apropiados, persiguiendo o apresando
ejemplares de la fauna silvestre con el fin de someterlos bajo su dominio, apropiárselos como
presa, capturándolos, dándoles muerte o facilitando estas acciones a terceros.

ARTICULO 16. - El PODER EJECUTIVO NACIONAL y cada Provincia, establecerán por


vía reglamentaria las limitaciones a la práctica de la caza por razones de protección y
conservación de las especies o de seguridad pública.

Será requisito indispensable para practicar la caza: a) Contar con la autorización del propietario
o administrador o poseedor o tenedor a cualquier título legítimo del fundo; b) Haber obtenido la
licencia correspondiente, previo examen de capacitación. Esta licencia la expedirán las
autoridades jurisdiccionales de aplicación o las entidades públicas o privadas en las que
aquellas podrán delegar esta función en la forma que determine el decreto reglamentario. Las
licencias expedidas por la Nación o por las provincias adheridas al régimen de la presente Ley,
de conformidad con las disposiciones de la misma y su reglamentación, tendrán validez en todo
el territorio de la República. Las provincias no adheridas podrán celebrar convenios a tales
efectos.

El PODER EJECUTIVO NACIONAL establecerá, por vía de reglamentación, los requisitos


indispensables para expedir la licencia de caza. Las provincias conservan competencia propia
para legislar o reglamentar sobre las demás modalidades relativas al otorgamiento de esta
licencia, así como también acerca de todo lo concerniente a los permisos de caza dentro de sus
respectivas jurisdicciones.

CAPITULO VI DE LA SANIDAD, MANEJO Y PROMOCION DE LA FAUNA


SILVESTRE (artículos 17 al 20)

ARTICULO 17. - El control sanitario de la fauna silvestre proveniente del exterior, y la que
fuera objeto de comercio o de tránsito internacional o interprovincial, será ejercido por el
SERVICIO NACIONAL DE SANIDAD ANIMAL, de acuerdo con las leyes que reglan su
competencia y funcionamiento.

En el supuesto que la fauna silvestre tenga por hábitat territorios provinciales, el control
sanitario será ejercido por los servicios de las respectivas provincias, pudiendo actuar el
SERVICIO NACIONAL DE SANIDAD ANIMAL en los casos en que las provincias
interesadas así lo soliciten.

ARTICULO 18. - El INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGIA AGROPECUARIA


realizará la investigación y extensión para el manejo de la fauna silvestre, atendiendo a las
necesidades señaladas por la autoridad nacional de aplicación de esta Ley y coordinando sus

15
programas a través de los CONSEJOS PROVINCIALES DE TECNOLOGIA
AGROPECUARIA.

ARTICULO 19. - La autoridad nacional de aplicación y las de las provincias adheridas al


régimen de la presente Ley, deberán adoptar -con el objeto de promover la protección,
conservación y aprovechamiento de la fauna silvestre- medidas para fomentar, entre otras, las
siguientes actividades: a) Preferentemente el establecimiento de reservas, santuarios, o
criaderos de fauna silvestre autóctona con fines conservacionistas; b) El establecimiento de
cotos cinegéticos oficiales y privados, jardines zoológicos y reservas faunísticas con fines
deportivos, culturales y/o recreativos turísticos, que podrán tener propósito de lucro; c) La
crianza en cautividad de especies silvestres, con fines de explotación económica.

ARTICULO 20. - En caso de que una especie de la fauna silvestre autóctona se halle en
peligro de extinción o en grave retroceso numérico, el PODER EJECUTIVO NACIONAL
deberá adoptar medidas de emergencia a fin de asegurar su repoblación y perpetuación. Las
provincias prestarán su colaboración y la autoridad de aplicación nacional aportará los recursos
pertinentes, pudiendo disponer también la prohibición de la caza, del comercio interprovincial y
de la exportación de los ejemplares y productos de la especie amenazada.

CAPITULO VII DE LAS AUTORIDADES DE APLICACION. (artículos 21 al 23)

ARTICULO 21. - El PODER EJECUTIVO NACIONAL y los de las provincias determinarán


las autoridades que tendrán a su cargo la aplicación de las disposiciones de esta Ley en sus
respectivas jurisdicciones.

ARTICULO 22. - Serán funciones de la autoridad nacional de aplicación: a) Administrar los


fondos destinados al cumplimiento de esta Ley por el Presupuesto General de la Nación; b)
Armonizar la protección y conservación de la fauna silvestre con el uso y aprovechamiento de
los recursos naturales que constituyen su medio de vida; c) Coordinar con los demás
organismos oficiales competentes el establecimiento de normas para: 1) El uso de productos
químicos; 2) La eliminación de desechos industriales y otros elementos perjudiciales; 3) La
prevención de la contaminación o de la degradación ambiental, en grado nocivo para la vida
silvestre.

d) Promover, por intermedio de instituciones oficiales o privadas, la preparación de


profesionales especializados en la administración y manejo de la fauna silvestre, técnicos
guarda faunas, guías cinegéticos, inspectores y todo otro personal necesario a los fines de esta
Ley; e) Organizar y mantener actualizado el Registro de Infractores; f) Proponer la celebración
de acuerdos internacionales e interjurisdiccionales, relativos a la fauna silvestre; g) Cooperar
con organismos internacionales interesados en la promoción y defensa de la fauna silvestre; h)
Programar y coordinar la realización de estudios e investigaciones científicas y técnicas sobre
este recurso natural, con instituciones oficiales y privadas, nacionales e internacionales; i)
Promover y ejecutar, en coordinación con los organismos competentes provinciales, la
extensión y divulgación conservacionista; j) Fiscalizar el comercio internacional e
interprovincial de los productos de la fauna silvestre en todo el territorio de la República; k)
Fiscalizar la importación y la exportación de los animales silvestres, de sus productos,
subproductos y demás elementos biológicos previstos por el artículo 5; l) Señalar al
16
INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGIA AGROPECUARIA las necesidades previstas en
el artículo 18.

Asimismo, la autoridad nacional de aplicación queda facultada para otorgar subsidios a las
provincias que se adhieran al régimen de la presente ley, para contribuir a la instalación y
funcionamiento de las áreas de protección previstas en el artículo 19 inciso a), así como para las
tareas de investigación, conservación y manejo de la fauna silvestre autóctona a realizarse en
los respectivos territorios.

ARTICULO 23. - Serán funciones de la autoridad nacional de aplicación en los lugares sujetos
a su jurisdicción exclusiva: a) Ejecutar la política nacional establecida en esta Ley. b) Fijar los
programas inherentes a la fauna silvestre. c) Ejercer la administración y el manejo de la fauna
silvestre. d) Reglamentar el ejercicio de las actividades cinegéticas. e) Fiscalizar la posesión,
comercio, tránsito, transformación y producción de animales de la fauna silvestre, sus
productos, subproductos y derivados, manufacturados o no.

CAPITULO VIII DE LOS DELITOS Y SUS PENAS (artículos 24 al 27)

ARTICULO 24. - Será reprimido con prisión de UN (1) mes a UN (1) año y con inhabilitación
especial de hasta TRES (3) años, el que cazare animales de la fauna silvestre en campo ajeno
sin la autorización establecida en al Artículo 16, inciso a).

ARTICULO 25. - Será reprimido con prisión de DOS (2) meses a DOS (2) años y con
inhabilitación especial de hasta CINCO (5) años el que cazare animales de la fauna silvestre
cuya captura o comercialización estén prohibidas o vedadas por la autoridad jurisdiccional de
aplicación.

La pena será de CUATRO (4) meses a TRES (3) años de prisión con inhabilitación especial de
hasta DIEZ (10) años cuando el hecho se cometiere de modo organizado o con el concurso de
TRES (3) ó más personas o con armas, artes o medios prohibidos por la autoridad jurisdiccional
de aplicación.

ARTICULO 26. - Será reprimido con prisión de DOS (2) meses a DOS (2) años y con
inhabilitación especial de hasta CINCO (5) años el que cazare animales de la fauna silvestre
utilizando armas, artes o medios prohibidos por la autoridad jurisdiccional de aplicación.

ARTICULO 27. - Las penas previstas en los artículos anteriores se aplicarán también al que a
sabiendas transportare, almacenare, comprare, vendiere, industrializare o de cualquier modo
pusiere en el comercio piezas, productos o subproductos provenientes de la caza furtiva o de la
depredación.

CAPITULO IX DE LAS INFRACCIONES Y SANCIONES (artículos 28 al 29)

ARTICULO 28. - Las infracciones que se cometan en violación de las disposiciones de esta
Ley y sus reglamentaciones, serán sancionadas con:

17
a) Multa de SETENTA MIL PESOS ($70.000.-) a CINCUENTA MILLONES DE PESOS
(50.000.000.-), la que llevará aparejada el comiso de los animales, pieles, cueros, lanas, pelos,
plumas, cuernos y demás productos, subproductos y derivados en infracción. En todos los casos
se decomisarán las armas o artes empleadas, cartuchos, trampas y otros instrumentos utilizados
para cometer la infracción.

El destino de los animales y objetos decomisados será establecido en las disposiciones


reglamentarias.

b) Suspensión de UN (1) mes a DOS (2) años o cancelación de la licencia de caza deportiva,
sanciones que serán graduadas de acuerdo a la naturaleza y gravedad de la infracción, el
perjuicio causado y los antecedentes del infractor.

c) Suspensión, inhabilitación o clausura de los locales o comercios, como asimismo suspensión


o cancelación de licencias de caza comercial. En todos los casos podrán ser de UN (1) año hasta
CINCO (5) años y se aplicarán sólo a los reincidentes.

Los montos establecidos en el inciso a) se actualizarán semestralmente por la SECRETARIA


DE ESTADO DE AGRICULTURA Y GANADERIA DE LA NACION, sobre la base de la
variación del Indice de los Precios Mayoristas Nivel General, elaborado por el Instituto
Nacional de Estadística y Censos.

ARTICULO 29. - Las sanciones serán impuestas por la autoridad de aplicación, previo
sumario que asegure el derecho de defensa, conforme al procedimiento que se fije en cada
jurisdicción.

Contra las decisiones administrativas que impongan sanciones podrá interponerse recurso de
apelación, al solo efecto devolutivo, ante la autoridad judicial competente, dentro de los
CINCO (5) días de su notificación. El recurso deberá presentarse y fundarse ante el órgano que
la dictó. En jurisdicción nacional conocerán del recurso las respectivas cámaras federales de
apelación.

CAPITULO X ATRIBUCIONES DISPOSICIONES GENERALES, AMBITO DE


APLICACION (artículos 30 al 37)

ARTICULO 30. - La autoridad jurisdiccional de aplicación designará agentes públicos


investidos con atribuciones para controlar el cumplimiento de esta Ley, los que podrán ser
honorarios o rentados.

Estos agentes, en el ejercicio de sus funciones, quedan especialmente facultados para: a)


Sustanciar el acta de comprobación de la infracción y proceder a su formal notificación. b)
Secuestrar los instrumentos y objetos de la infracción así como los documentos que habiliten al
infractor. c) Detener e inspeccionar vehículos. d) Inspeccionar los locales de comercio,
almacenamiento, preparación, elaboración, crianza, servicios de transporte y todo otro lugar de
acceso público, en donde se hallen o pudieren encontrarse animales de la fauna silvestre, sus
productos y subproductos. e) Inspeccionar los campos y cursos de agua privados, moradas,
casas habitaciones y domicilios, previa autorización del propietario u ocupante legítimo; en los
18
casos de negativa injustificada o cuando no resultare posible obtener dicha autorización, será
necesaria orden de allanamiento expedida por juez competente. f) Requerir colaboración de la
fuerza pública toda vez que lo estime necesario. g) Clausurar preventivamente los
establecimientos comerciales en que se hubiere cometido la infracción, dando cuenta de
inmediato a la autoridad jurisdiccional de aplicación. h) Portar armas y proceder a la detención
de los presuntos infractores, cuando realicen tareas de vigilancia como guardafaunas dentro de
reservas, estaciones o santuarios ecológicos.

ARTICULO 31. - EL PODER EJECUTIVO NACIONAL dispondrá lo necesario a fin de


hacer conocer a los educandos las disposiciones de esta Ley y la significación de la protección
y conservación de la fauna silvestre en general, invitando a los gobiernos de las provincias a
hacer lo propio.

ARTICULO 32. - EL PODER EJECUTIVO NACIONAL suscribirá convenios con las


provincias a fin de uniformar los diversos sistemas de documentación local sobre fauna
silvestre entre sí y con el que rige para el comercio interprovincial y en territorio federal; así
como armonizar los regímenes de caza, protección y veda vigentes en el territorio de cada
provincia.

ARTICULO 33. - EL PODER EJECUTIVO NACIONAL promoverá la concertación, con las


autoridades provinciales, del ejercicio de las facultades constitucionales concurrentes a los fines
de la aplicación de esta Ley.

ARTICULO 34. - Todas las disposiciones de la presente Ley regirán en los lugares sujetos a la
jurisdicción exclusiva del GOBIERNO NACIONAL, así como el comercio internacional e
interprovincial y en las provincias que se adhieran al régimen de la misma. En las provincias no
adheridas regirán los artículos 1, 20, 24, 25, 26, y 27.

ARTICULO 35. - En los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales,


y en todo lo concerniente a la fauna silvestre regirá la legislación específica para esas áreas.

ARTICULO 36. - Derógase la Ley 13.908.

ARTICULO 37. - Comuníquese, publíquese, dese a la Dirección Nacional del Registro Oficial
y archívese.

LEY NRO: 13273 “LEY DE DEFENSA DE LA RIQUEZA FORESTAL”; Sancionada el


25/09/1948; Publicada en el Boletín Oficial del 30/09/1948

Decreto 710/95 Apruébase el texto ordenado de la “Ley de Defensa de la Riqueza Forestal”.


Bs. As., 13/11/95

VISTO las Leyes Nº 13.273, 14.008, 19.989, 19.995, 20.004, 20.531, 21.111, 21.990, 22.374 y
24.028, los Decretos Ley Nº 4905 del 7 de abril de 1958 y 2131 del 20 de marzo de 1963 y el
Decreto Nº 2284 del 31 de octubre de 1991, ratificado por la Ley Nº 24.307, y

19
CONSIDERANDO: Que el régimen forestal nacional requiere reglas de juego que brinden
certidumbre, permanencia, transparencia y seguridad jurídica.

Que los dos temas centrales en la agenda internacional ambiental, la protección de la


biodiversidad y el cambio climático global, que llevaron a la firma de convenios internacionales
de naturaleza jurídica durante la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y
el Desarrollo, se encuentran fuertemente vinculados al destino de las masas forestales del
planeta.

Que a raíz del tiempo transcurrido desde la sanción de la Ley Nº 13.273 es necesario eliminar
aquellos términos que han caído en desuso por imperio de la costumbre e incorporar los nuevos
conceptos que se han establecido en la materia.

Que como consecuencia de los estudios realizados se ha podido determinar la existencia de


normas y circunstancias de hecho que obstaculizan injustificadamente el desarrollo de la
producción y el comercio forestal, dificultando al mismo tiempo el ingreso de nuevos
inversores.

Que parte de las actividades forestales se desarrollan en las Zonas de Seguridad de Frontera, las
cuales se hallan reguladas por un ordenamiento cuyas características encontraron fundamento
en un contexto regional diferente, y cuya rigidez aparece excesiva en estos momentos en que se
pretende un desarrollo del intercambio comercial en la región.

Que por los motivos antes expresados aparece razonable la exclusión de las Zonas de Seguridad
de Fronteras con relación a las explotaciones forestales.

Que el Artículo 2º del Decreto Ley Nº 15.385 del 13 de junio de 1944, ratificado por la Ley Nº
12.913, faculta al PODER EJECUTIVO NACIONAL a modificar los límites de las Zonas de
Seguridad de Frontera.

Que en un contexto de desregulación e intercambio pierden relevancia las consideraciones


respecto de la nacionalidad de los titulares de derechos forestales, que aparecen como
fuertemente discriminatorias e irrazonables frente a la amplitud y generosidad de los Artículos
16 y 20 de la Constitución Nacional.

Que ello no obsta a mantener en plena vigencia el principio de reciprocidad de tratamiento con
los países limítrofes, que aparece como necesario para conservar una igualdad en los
intercambios comerciales.

Que conforme a la normativa de la desregulación han quedado eliminadas las restricciones


económicas al aprovechamiento forestal de superficies boscosas.

Que el Decreto Nº 2284/91 modificó el régimen forestal disolviendo el INSTITUTO


FORESTAL NACIONAL, de acuerdo a las facultades otorgadas al PODER EJECUTIVO
NACIONAL por la Ley Nº 23.696 de Reforma del Estado.

20
Que como lo ha interpretado la doctrina, el artículo 61 de la Ley Nº 23.696 de Reforma del
Estado es el antecedente de lo dispuesto por el Decreto Nº 2284/91, ratificado por la Ley Nº
24.307, el que en tal entendimiento suprimió varios organismos de aplicación de leyes
especiales implicando ello la derogación de las leyes regulatorias que tales entes en su caso
aplicaban.

Que conforme a esa interpretación debe entenderse que la supresión del INSTITUTO
FORESTAL NACIONAL importa que han quedado sin efecto todas aquellas normas referidas
al Fondo Forestal Nacional, creado por la Ley Nº 13.273.

Que el Artículo 1º de la Ley Nº 20.004 faculta al PODER EJECUTIVO NACIONAL para


ordenar las leyes sin introducir en sus textos ninguna modificación, salvo las gramaticalmente
indispensables por la nueva ordenación.

Que el presente se dicta en uso de las facultades conferidas por el Artículo 99 inciso 1) de la
Constitución Nacional.

Por ello, EL PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA DECRETA:

Artículo 1º — Apruébase el texto ordenado de la Ley de Defensa de la Riqueza Forestal Nº


13.273, modificada por las Leyes Nº 14.008, 19.989, 19.995, 20.531, 21.111, 21.990 y 22.374,
que como Anexo I forma parte integrante del presente decreto.

Art. 2º — Dispónese la no aplicación de las disposiciones de la Ley Nº 13.273 al régimen


establecido por el Decreto Ley Nº 15.385 del 13 de junio de 1944, ratificado por la Ley Nº
12.913, ni el Decreto Reglamentario Nº 32.530 del 21 de octubre de 1948.

Art. 3º — Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y


archívese. — MENEM. — Eduardo Bauzá. — Domingo F. Cavallo. — Rodolfo C. Barra.

ANEXO I: LEY DE DEFENSA DE LA RIQUEZA FORESTAL

I.- GENERALIDADES

ARTICULO 1º — Entiéndese por bosque, a los efectos de esta ley, toda formación leñosa,
natural o artificial, que por su contenido o función sea declarada en los reglamentos respectivos
como sujeta al régimen de la presente ley.

Entiéndese por tierra forestal, a los mismos fines, aquella que por sus condiciones naturales,
ubicación o constitución, clima, topografía, calidad y conveniencias económicas, sea
inadecuada para cultivos agrícolas o pastoreo y susceptible, en cambio, de forestación, y
también aquellas necesarias para el cumplimiento de la presente ley.

Decláranse de utilidad pública y sujetos a expropiación, cualquiera sea el lugar de su ubicación,


los bosques clasificados como protectores y/o permanentes, tendientes al mejor
aprovechamiento de las tierras. La expropiación será ordenada en cada caso por el PODER

21
EJECUTIVO NACIONAL, en cualquier tiempo que lo estime oportuno, previos los informes
pertinentes y el cumplimiento de los demás requisitos establecidos en la ley de expropiación.

ARTICULO 2º — Quedan sometidos a las disposiciones de la presente ley: a) los bosques y


tierras forestales que se hallen ubicados en jurisdicción federal; b) los bosques y tierras
forestales de propiedad privada o pública ubicados en las provincias que se acojan al régimen
de la presente ley; c) los bosques protectores y tierras forestales que respondan a algunas de las
condiciones especificadas en el Artículo 6º, ubicados en territorio provincial, siempre que los
efectos de esa calidad incidan sobre intereses que se encuentren dentro de la esfera de
competencia del gobierno federal, sea porque afecten al bienestar general, al progreso y
prosperidad de DOS (2) o más provincias o de UNA (1) provincia y el territorio federal.

ARTICULO 3º — Las provincias que se acojan al régimen de la presente ley gozarán de los
beneficios siguientes: a) participación en la ayuda federal, afectada a obras de forestación y
reforestación; b) régimen del crédito agrario hipotecario o especial para trabajos de forestación
y reforestación en bosques de propiedad provincial o comunal.

ARTICULO 4º — El acogimiento al régimen de la presente ley, comporta correlativamente las


siguientes obligaciones: a) creación de un organismo provincial encargado de la aplicación de
la presente ley; b) creación de un fondo provincial de bosques, en base a los impuestos que
graven los frutos y productos forestales naturales y otros provenientes del presupuesto general
de la provincia; c) hacer extensivo a la jurisdicción provincial el régimen forestal federal y
administrar sus bosques con sujeción al mismo; d) conceder las exenciones impositivas
previstas en los Artículos 40 y 41; e) coordinar las funciones y servicios de los organismos
provinciales y comunales encargados de la conservación y fomento forestal con los de la
autoridad forestal federal; f) coordinar con la autoridad forestal federal los planes de forestación
y reforestación y la explotación de los bosques fiscales, provinciales o comunales,
especialmente en lo relativo a oportunidades para realizarlas, monto de los aforos o derechos de
explotación; g) adoptar en su jurisdicción el régimen del Capítulo V de esta ley para los
bosques fiscales.

II.- CLASIFICACION

ARTICULO 5º — Clasifícanse los bosques en: a) protectores; b) permanentes; c)


experimentales; d) montes especiales; e) de producción.

ARTICULO 6º — Decláranse bosques protectores aquellos que por su ubicación sirvieran,


conjunta o separadamente, para: a) proteger el suelo, caminos, las costas marítimas, riberas
fluviales y orillas de lagos, lagunas, islas, canales, acequias y embalses y prevenir la erosión de
las planicies y terrenos en declive; b) proteger y regularizar el régimen de las aguas; c) fijar
médanos y dunas; d) asegurar condiciones de salubridad pública; e) defensa contra la acción de
los elementos, vientos, aludes e inundaciones; f) albergue y protección de especies de la flora y
fauna cuya existencia se declare necesaria.

ARTICULO 7º — Decláranse bosques permanentes todos aquellos que por su destino,


constitución de su arboleda y/o formación de su suelo deban mantenerse, como ser: a) los que
formen los parques y reservas nacionales, provinciales o municipales; b) aquellos en que
22
existieren especies cuya conservación se considere necesaria; c) los que se reserven para
parques o bosques de uso público.

El arbolado de los caminos y los montes de embellecimiento anexos disfrutarán del régimen
legal de los bosques permanentes.

ARTICULO 8º — Serán considerados bosques experimentales: a) los que se designen para


estudios forestales de especies indígenas; b) los artificiales destinados a estudios de
acomodación, aclimatación y naturalización de especies indígenas o exóticas.

ARTICULO 9º — Se entenderán por "montes especiales" los de propiedad privada creados


con miras a la protección u ornamentación de extensiones agrícolas, ganaderas o mixtas.

ARTICULO 10. — Se considerarán bosques de producción, los naturales o artificiales de los


que resulte posible extraer periódicamente productos o subproductos forestales de valor
económico mediante explotaciones racionales.

III.- REGIMEN FORESTAL COMUN

ARTICULO 11. — Queda prohibida la devastación de bosques y tierras forestales y la


utilización irracional de productos forestales.

ARTICULO 12. — Los propietarios, arrendatarios, usufructuarios o poseedores a cualquier


título de bosques naturales no podrán iniciar trabajos de explotación de los mismos sin la
conformidad de la autoridad forestal competente, que deberán solicitar acompañando el plan de
manejo.

ARTICULO 13. — Las autorizaciones o aprobaciones a que se refiere el artículo anterior


deberán ser otorgadas o negadas dentro del término de TREINTA (30) días de la presentación
del pedido y se reputarán tácitamente acordadas transcurridos QUINCE (15) días desde la fecha
de reiteración de la solicitud.

ARTICULO 14. — El transporte de productos forestales, fuera de la propiedad fiscal,


proveniente de bosques naturales, no podrá realizarse sin estar marcados o individualizados y
sin las correspondientes guías parciales expedidas por autoridad competente. Dichas guías serán
confeccionadas por triplicado y en las mismas se especificarán: cantidad, especie, peso,
procedencia y destino del producto transportado.

Las empresas de transportes no podrán aceptar cargas de productos forestales provenientes de


los bosques naturales, que no se encuentren acompañados por la respectiva guía, bajo pena de
aplicársele una multa igual al valor transportado.

El triplicado de las guías deberá simultáneamente enviarse a la sección estadística de la


autoridad forestal competente.

FORESTACION Y REFORESTACION

23
ARTICULO 15. — Los trabajos de forestación y reforestación en los bosques protectores
serán ejecutados por el Estado con el consentimiento del propietario de las tierras forestales o
directamente por éste, con la supervisión técnica de la autoridad forestal. En caso contrario, o
siendo necesario, se realizarán los trabajos previa expropiación del inmueble.

Si el propietario enajenare la tierra o explotare el bosque, el importe de los trabajos realizados


por el Estado deberá ser reintegrado al Tesoro de la Nación.

ARTICULO 16. — Toda superficie de condición forestal ubicada en las zonas especificadas
en el Artículo 6, que se encuentre abandonada o inexplotada por un término mínimo de DIEZ
(10) años, queda sujeta a forestación o reforestación pudiendo el Estado realizarla sin necesidad
de expropiación.

ARTICULO 17. — Los trabajos de forestación o reforestación que realice el Estado en tierras
forestales, fuera de la zona de bosques protectores, con consentimiento del propietario, serán a
costa de éste.

ARTICULO 18. — Se fomentará la formación y conservación de masas forestales en los


inmuebles afectados a la explotación agrícola-ganadera y podrá ser declarada obligatoria por el
PODER EJECUTIVO NACIONAL la plantación y conservación de árboles en tierras de
propiedad particular o fiscal para la fijación de médanos y en las zonas de las mismas linderas
con caminos, manantiales, márgenes de ríos, arroyos, lagos y lagunas, islas, acequias, embalses,
canales y demás cuerpos y cursos de agua, en la cantidad, plazos y condiciones que de acuerdo
con las modalidades de cada región establezca la autoridad forestal nacional competente.

Si el propietario o el concesionario, en el caso de las tierras fiscales, no cumplieran esas


obligaciones dentro del término del emplazamiento, la autoridad forestal podrá ejecutarlas a su
costa.

ARTICULO 19. — La autoridad nacional, provincial o municipal competente, podrá declarar


obligatoria por su ubicación, edad, o por razones de índole científica, estética o histórica, la
conservación de determinados árboles mediante indemnización, si ésta fuere requerida.

IV.- REGIMEN FORESTAL ESPECIAL

ARTICULO 20. — La declaración de bosques protectores comporta las siguientes cargas y


restricciones a la propiedad: a) dar cuenta en caso de venta o de cambio en el régimen de la
misma; b) conservar y repoblar el bosque en las condiciones técnicas que se requieran, siempre
que la repoblación fuere motivada por explotación o destrucción imputable al propietario; c)
realizar la posible explotación con sujeción a las normas técnicas que a propuesta del interesado
se aprueben; d) recabar autorización previa para el pastoreo en el bosque o para cualquier
género de trabajo en el suelo o subsuelo que afecte su existencia; e) permitir a la autoridad
forestal la realización de las labores de forestación y reforestación.

ARTICULO 21. — La norma contenida en el artículo precedente es aplicable a los bosques


permanentes.

24
Los dueños de bosques protectores o permanentes de propiedad privada podrán solicitar una
indemnización que se fijará administrativamente si hubiere acuerdo, y se pagará en cuotas
anuales por la disminución efectiva de la renta del bosque que fuera consecuencia directa e
inmediata de la aplicación del régimen forestal especial, dentro del límite máximo de
rentabilidad producido por una explotación racional. Para graduar la indemnización se
computará el mayor valor resultante de los trabajos ejecutados y/o las medidas adoptadas por la
administración así como todos los beneficios que dicho régimen reportare a los titulares del
dominio sin perjuicio del derecho de la administración de optar por la expropiación del
inmueble, fijándose la indemnización de acuerdo a las bases especificadas y a las que determina
la ley de expropiación.

V.- REGIMEN DE LOS BOSQUES FISCALES

ARTICULO 22. — Los bosques y tierras forestales especificadas en el Artículo 1º, que formen
el dominio privado del Estado, son inalienables, salvo aquellas tierras que por motivos de
interés social y previos los estudios técnicos pertinentes se considere necesario destinar a la
colonización o formación de pueblos de conformidad con las leyes respectivas.

ARTICULO 23. — Los bosques protectores, permanentes y de experimentación de la Nación,


provincias adheridas, municipios y entidades autárquicas, quedan sujetos al régimen forestal
común, en cuanto no resulten incompatibles con el régimen forestal especial y con las
disposiciones del presente capítulo.

ARTICULO 24. — Los bosques de producción y tierras forestales de la Nación, provincias


adheridas, municipios y entidades autárquicas, quedan sometidos a las disposiciones del
régimen forestal común y a las que integran el presente capítulo.

ARTICULO 25. — Los bosques protectores y permanentes solamente podrán ser sometidos a
explotaciones mejoradoras. La explotación de los bosques de experimentación está
condicionada a los fines de estudio o investigación a que los mismos se encuentren afectados.

ARTICULO 26. — La explotación de los bosques fiscales de producción no podrá realizarse


hasta que se haya ejecutado previamente su relevamiento forestal, la aprobación del plan
dasocrático y el deslinde, la mensura y amojonamiento del terreno, en la medida que las
circunstancias lo permitan.

ARTICULO 27. — El aprovechamiento forestal de superficies boscosas mayores de DOS MIL


QUINIENTAS (2.500) hectáreas se realizará por concesión, previa adjudicación en licitación
pública, por administración, o por intermedio de empresas mixtas. El Poder Ejecutivo, a
propuesta de la autoridad de aplicación, determinará el procedimiento a adoptar en cada caso.

El aprovechamiento de los bosques deberá condicionarse a las conclusiones que surjan de su


estudio técnico previo, debiéndose en todos los casos asegurar la persistencia de la masa
forestal sin detrimento de su extensión y calidad.

25
En cada oportunidad, el PODER EJECUTIVO NACIONAL determinará en base a estudios
técnicos previos las superficies, plazos y condiciones a que el aprovechamiento deberá
ajustarse, fijándose en DIEZ (10) años el máximo de vigencia.

ARTICULO 28. — Las concesiones y permisos forestales obligan al titular a realizar la


explotación bajo su directa dependencia y responsabilidad. Son intransferibles, sin previa
autorización administrativa, bajo pena de caducidad.

ARTICULO 29. — Podrá acordarse directamente permisos de extracción de productos


forestales hasta el máximo de DOS MIL QUINIENTAS (2.500) toneladas o metros cúbicos por
persona y por año, en parcelas delimitadas o en superficies de hasta DOSCIENTAS
CINCUENTA (250) hectáreas ajustadas a las normas de aprovechamiento que rijan para las
concesiones mayores.

En los otorgamientos acordados por el Artículo 27 y el presente, la autoridad forestal queda


facultada para reservar superficies anexas a las concedidas, con la finalidad de asegurar en
forma normal y permanente el abastecimiento de materia prima a plantas industriales que
elaboren las extracciones en superficies adjudicadas, de acuerdo con estudios técnico-
económicos que lo justifiquen.

ARTICULO 30. — La explotación de bosques fiscales queda sujeta al pago de un aforo fijo,
móvil o mixto. Su monto será establecido teniendo en cuenta: a) la especie, calidad y aplicación
final de los productos; b) los diversos factores determinantes del costo de producción; c) los
precios de venta; d) el fomento de la industrialización de maderas argentinas.

El aforo móvil jugará cuando las circunstancias y condiciones económico-sociales hayan


variado con relación a la época en que fue celebrado el contrato.

ARTICULO 31. — Podrán acordarse, a personas carentes de recursos, permisos limitados y


gratuitos para la recolección de frutos y productos forestales.

ARTICULO 32. — Excepcionalmente, podrán acordarse permisos en las condiciones del


Artículo 29 para la extracción de leña y madera libre de pago o a aforo especial a reparticiones
públicas y entidades de beneficencia o asistencia social, condicionadas a la utilización de los
productos forestales para las necesidades del titular y con prohibición de comercializarlos.

ARTICULO 33. — Queda prohibida la ocupación de bosques fiscales y el pastoreo en los


mismos sin permiso de la autoridad forestal. Los intrusos serán expulsados por la misma, previo
emplazamiento y con el auxilio de la fuerza pública, en caso necesario.

La simple ocupación de bosques o tierras forestales no servirá de título de preferencia para su


concesión.

La caza y la pesca en los bosques fiscales sólo serán permitidas en las épocas reglamentarias,
previa autorización y de acuerdo con las leyes de la materia.

VI.- PREVENCION Y LUCHA CONTRA INCENDIOS


26
ARTICULO 34. — Toda persona que tenga conocimiento de haberse producido algún
incendio de bosques está obligada a formular de inmediato la denuncia ante la autoridad más
próxima. Las oficinas telefónicas, telegráficas y de radiocomunicaciones oficiales o privadas
deberán transmitir sin previo pago y con carácter urgente las denuncias que se formulen.

ARTICULO 35. — En caso de incendio de bosques las autoridades civiles y militares deberán
facilitar elementos, medios de transporte y personal para extinguirlo.

ARTICULO 36. — La autoridad forestal o la más cercana podrá convocar a todos los
habitantes habilitados físicamente, entre los QUINCE (15) y CINCUENTA (50) años, que
habiten o transiten dentro de un radio de CUARENTA (40) kilómetros del lugar del siniestro,
para que contribuyan con sus servicios personales a la extinción de incendios de bosques y
proporcionen los elementos utilizables, que serán indemnizados en casos de deterioro.

Estas obligaciones son cargas públicas. Cuando la persona obligada a colaborar en la extinción
de incendios de bosques, como carga pública, se accidentase por el hecho o en ocasión del
cumplimiento del servicio que aquella implica, el Estado le prestará asistencia médica y
farmacéutica gratuita, por un período máximo de SEIS (6) meses a contar desde la fecha del
accidente. Dicha prestación se otorgará por medio de los organismos oficiales respectivos, o a
costa del Estado cuando no existiesen los mismos en el lugar del accidente y el accidentado no
pueda ser trasladado hasta aquellos.

El Estado, asimismo, deberá abonar indemnización por incapacidad o fallecimiento.

Al vencimiento del plazo de SEIS (6) meses referido —o antes en su caso— se procederá a
establecer la incapacidad resultante. La misma se determinará por los organismos oficiales
pertinentes; esa determinación será definitiva.

El tipo y grado de las incapacidades serán los establecidos por la Ley Nº 24.028 y su
reglamentación.

Cuando la incapacidad sea total y permanente u ocurriese el fallecimiento, se abonará la


indemnización que fija la Ley Nº 24.028.

Las indemnizaciones que corresponda abonar a los otros supuestos de incapacidad, se


determinarán tomando en cuenta el porcentaje de disminución de la capacidad laborativa
establecido por la citada reglamentación legal, refiriéndolo al monto máximo indemnizatorio.

En caso de fallecimiento, la indemnización se abonará a las personas mencionadas en el


Artículo 8º inciso a) de la Ley Nº 24.028 y su Decreto Reglamentario Nº 1792/92, con la
prelación allí establecida.

En todos los supuestos la indemnización se pagará de una sola vez.

ARTICULO 37. — Cada vez que se produzca un incendio en zona fronteriza, con peligro de
propagación al país limítrofe, las autoridades darán inmediata cuenta a la correspondiente más

27
cercana de la zona que pudiera resultar afectada. El PODER EJECUTIVO NACIONAL
gestionará la reciprocidad internacional.

ARTICULO 38. — En el interior de los bosques y en una zona circundante, cuya extensión
fijarán los reglamentos, sólo se podrá llevar o encender fuego en forma tal que no resulte
peligro de incendio y en las condiciones que se determinen reglamentariamente, siendo
prohibida la fabricación de carbón, rozados y quemas de limpieza sin autorización
administrativa.

ARTICULO 39. — Queda prohibida la instalación, sin autorización administrativa previa, de


aserraderos, hornos de cal, yeso, cemento, o cualquier otro establecimiento que pueda provocar
incendios en el interior de los bosques y en una zona circundante suficientemente amplia como
para prevenir su propagación.

VII.- FOMENTO

ARTICULO 40. — La existencia de los bosques y montes artificiales no será computada para
la determinación del valor imponible de la tierra a los efectos del pago de la contribución
inmobiliaria.

ARTICULO 41. — Las tierras con bosques protectores o permanentes situadas en las zonas
especificadas en el Artículo 6º sometidas a trabajos de forestación o reforestación, quedarán
exceptuadas del pago de la contribución inmobiliaria en la parte pertinente y en las condiciones
que especifique la reglamentación si estuvieren ubicados en jurisdicción nacional, y del
CINCUENTA (50 %) por ciento o la cantidad que especifiquen los respectivos convenios leyes,
si pertenecieren a jurisdicción de las provincias.

ARTICULO 42. — El BANCO DE LA NACION ARGENTINA y los bancos provinciales,


oficiales o mixtos, acordarán a los particulares créditos de carácter especial para trabajos de
forestación y reforestación, industrialización y comercialización de productos forestales,
adecuando a las necesidades respectivas los plazos y tipos de interés.

ARTICULO 43. — Periódicamente y de acuerdo con la reglamentación que se dicte, se podrán


conceder premios y primas de estímulo a las actividades forestales técnicas, científicas, de
fomento y de industrialización de nuevos productos y subproductos.

El PODER EJECUTIVO NACIONAL arbitrará los medios a fin de que el transporte de


simientes, estacas y plantas forestales se realice a tarifas reducidas.

ARTICULO 44. — Decláranse liberados de derechos aduaneros los equipos, útiles, drogas,
semillas, estacas forestales y demás elementos necesarios para la forestación, reforestación del
país y trabajos de investigación.

VIII.- PENALIDADES

ARTICULO 45. — Constituyen contravenciones forestales: a) llevar o encender fuego en el


interior de los bosques y zonas adyacentes en infracción a los reglamentos respectivos; b)
28
arrancar, abatir, lesionar árboles y extraer savia o resina en infracción a los reglamentos
respectivos; c) destruir, remover o suprimir señales o indicadores, alambrados, carteles, letreros
o refugios colocados por la autoridad forestal; d) toda transgresión al plan de explotación
aprobado; e) desobedecer las órdenes impartidas en ejecución de normas legales o
reglamentarias; f) pronunciarse con falsedad en los informes; g) omitir la denuncia a que obliga
el Artículo 34; h) toda infracción a la presente ley y a los decretos, resoluciones, disposiciones
o instrucciones que se dicten en su consecuencia; i) introducir ganado en infracción a los
reglamentos en los bosques y tierras forestales.

ARTICULO 46. — Las contravenciones especificadas en el artículo anterior serán pasibles de


multas de VEINTE MIL ($ 20.000) pesos a CIEN MILLONES ($ 100.000.000) de pesos. La
aplicación de sanciones por infracciones lo será sin perjuicio de las acciones civiles y
criminales que pudieren corresponder por daño a bienes.

ARTICULO 47. — Cuando la infracción fuera cometida con apropiación de productos y/o
subproductos forestales, éstos serán comisados donde se encuentren, y quien los tuviese o los
hubiese consumido indebidamente será pasible de las sanciones aplicables al infractor si se
probara que conocía o tenía motivo para conocer su procedencia.

ARTICULO 48. — La suspensión de hasta TRES (3) años podrá aplicarse como sanción
principal o accesoria de acuerdo a las circunstancias del caso.

Los efectos de la suspensión consisten en la inhabilitación para obtener concesiones, permisos o


franquicias durante el plazo de las mismas, que se computarán, cuando ellas tuviesen el carácter
de accesorias, desde la fecha de cumplimiento de la sanción principal.

ARTICULO 49. — El plazo de la prescripción de la acción penal y de la pena es de CINCO


(5) años.

ARTICULO 50. — Cuando la contravención forestal haya sido cometida por agentes
representativos de una persona jurídica, asociación o sociedad, sin perjuicio de la
responsabilidad personal de éstos, podrá, además, responsabilizarse a la persona jurídica,
asociación o sociedad.

IX.- PROCEDIMIENTO

ARTICULO 51. — Las multas y suspensiones por infringir las disposiciones de la presente ley
serán aplicables directamente por la autoridad forestal.

Contra estas resoluciones podrá apelarse dentro de los TREINTA (30) días, en relación y para
ante Juez Federal competente por razón del lugar de la comisión del hecho.

ARTICULO 52. — En todos los casos de presunta infracción, los funcionarios públicos,
nacionales, provinciales o municipales, deberán denunciar el hecho a la autoridad más cercana
y tratándose de empleados forestales adoptar de inmediato las medidas necesarias para asegurar
la prueba de los hechos que la configuran y evitar que continúe la transgresión. Dentro de las

29
VEINTICUATRO (24) horas deberán, además, dar cuenta a la oficina forestal más cercana,
remitiéndole las actuaciones producidas.

ARTICULO 53. — Recibidas las actuaciones, si la comisión de la infracción no hubiese


podido documentarse mediante acta, se procederá a la instrucción del sumario. El funcionario
instructor designado tendrá facultad para requerir la comparecencia de testigos, disponer
secuestros, nombrar depositarios, recabar órdenes judiciales de allanamiento y el auxilio de la
fuerza pública para el cumplimiento de las diligencias del sumario.

Realizadas las medidas precautorias e indagatorias indispensables, la autoridad sumariante


correrá vista de lo actuado a los denunciados o presuntos responsables por el término de
QUINCE (15) días para tomar intervención en los autos.

X.- DISPOSICIONES GENERALES

ARTICULO 54. — Los bosques puestos bajo la jurisdicción de la ADMINISTRACION DE


PARQUES NACIONALES solamente dependerán de esta ley en cuanto se refieren a la
obligación de presentar los planes de explotación de los bosques naturales, teniéndose en cuenta
en todos los casos las necesidades básicas a que están dedicados los mismos.

ARTICULO 55. — Deróganse las disposiciones de las Leyes Nros. 4.167, 12.103 y 12.636 en
cuanto se opongan a la presente.

EL DERECHO REAL DE SUPERFICIE Y LA SUPERFICIE FORESTAL


Autor: Barbieri, Patricia - Benincasa, Juan C. - Espinoza, María C. - Humphreys, Ethel
Fuente: JA 2003-III-1161

I. EL DERECHO REAL DE SUPERFICIE

a) El derecho real de superficie y el numerus clausus

Uno de los principios rectores en nuestro sistema normativo en materia de derechos reales es el
numerus clausus. Éste se encuentra plasmado en el art. 2503, al determinar que los derechos
reales sólo pueden ser creados por ley y que las partes no pueden crear otros derechos reales
diferentes de los establecidos ni modificar los ya existentes.

De este principio se desprende el de la tipicidad, que implica que el derecho debe estar
previamente enumerado y caracterizado para poder ser considerado tal.

De lo expuesto precedentemente se infiere la preeminencia del Estado sobre la voluntad de los


particulares. Es decir, las normas que rigen en materia de derechos reales son eminentemente de
orden público.

Una de las pocas excepciones en esta materia la constituyen las servidumbres atípicas
contempladas en el art. 3000 del Código de forma. Parte de la doctrina sostiene que en realidad
no estamos frente a una verdadera excepción, pues si bien permite a los particulares crear
servidumbres diferentes de las contempladas por el Código, les establece dos límites. Por un
30
lado impone que deben reportar un beneficio y por el otro que habrán de regirse por la
normativa de fondo. Es decir que si bien otorga a los particulares una libertad al momento de la
contratación, les restringe su campo de acción. Estaríamos frente a una excepción que no es tal.
Debemos recordar que antes de la sanción de la ley 25509 el derecho real de superficie se
encontraba entre los derechos expresamente prohibidos. Así lo determinaba el art. 2614. La
mencionada ley, en su art. 12, dispuso su supresión. El artículo siguiente ordenó la
incorporación del derecho real de superficie forestal como inc. 8 del art. 2503. De esta forma,
encontramos que este derecho real es uno de los permitidos y regulados por nuestro Código
Civil.

b) El derecho de propiedad

El estudio del derecho real de superficie sugiere inmediatamente abordar la concepción del
derecho de propiedad, que ha ido cambiando a través de los tiempos.

La propiedad de nuestros días está muy lejos de las viejas concepciones romanas, como así
también de aquellas que nuestro codificador tuvo al sancionar nuestro Código Civil.

El último siglo estuvo marcado por un auge del urbanismo, que ha creado nuevas necesidades.
Y así las nuevas formas de contratación en masa han sustituido la discusión por las
convenciones predispuestas.

El mantenimiento de capitales inactivos contraría no sólo el fin comunitario que se pretende


hacer cumplir a la propiedad, sino el interés individual del titular a quien le resulta
antieconómico.

La incentivación de las figuras coparticipativas trae aparejadas determinadas ventajas: varios


sujetos obtienen ventajas económicas de una misma cosa, y eso es lo que importa.
Por tanto, tenemos un ensanchamiento de la noción misma de propiedad.

c) El nacimiento de la concepción del derecho real de superficie forestal

Antes de tratar este tema debemos recordar que, como ya expusimos, Vélez siguió al derecho
civil romano, en el cual imperaba el principio de la accesión. Así, en diversas normas, lo
plasmó. A saber:

En los modos de adquisición del dominio, específicamente en lo que a la edificación y a la


plantación se refiere, determinó que el dueño hace suya la obra realizada por un tercero (arts.
2587 a 2593).

En la extensión del dominio estableció que la propiedad del suelo se extiende a la del espacio
aéreo, al subsuelo y a todos los accesorios que en aquél se encuentren (art. 2518).

Determinó que las obras ejecutadas por un tercero pertenecen al dueño del suelo y que esta
presunción tendrá el carácter de iuris et de iure (art. 2519).

31
Consideró que la multiplicidad de derechos reales sobre un mismo inmueble es una fuente
fecunda de pleitos y que ello sólo daría lugar a situaciones complicadas para la buena
explotación económica de los inmuebles y de su libre circulación (nota al art. 2503).

Prohibió un determinado número de derechos reales: los censos y las rentas que se celebrasen
por un período mayor al de cinco años, las vinculaciones, la enfiteusis, la superficie y la
propiedad horizontal (arts. 2614 y 2617 -derogado por la ley 13512).

Debemos considerar el supuesto de que existen casos en que las construcciones son más
valiosas que el inmueble, por lo que el principio de accesión quedaría privado de
fundamentación económica. Este fenómeno económico habría llevado al nacimiento de nuevas
formas jurídicas como, por ejemplo, el derecho real en estudio.

En el derecho germánico podemos encontrar nuestro antecedente. Para ellos la superficie es una
reafirmación del principio del trabajo frente al de la accesión. Atribuyen la propiedad a quien a
través de su trabajo ha creado una cosa, con independencia de la propiedad del dueño del suelo.

Algunos autores afirman que ése no sería el origen del derecho real de superficie, pues en el
derecho germánico primitivo se estableció que la cosa mueble es todo aquello que "la antorcha
destruye", pues la mayoría de las casas estaban construidas de madera y hasta el siglo XVI las
consideraron como parte del patrimonio mueble y no como partes esenciales del suelo. En ese
entonces los edificios se permutaban o donaban, independientemente del terreno.

Los que no consideran como antecedente el derecho germánico afirman que el nacimiento de
este derecho se debe a razones de índole económica, como puede ser la exigencia de legitimar
las construcciones realizadas sobre los terrenos de propiedad eclesiástica.

Por lo tanto, podemos afirmar que existe multiplicidad de teorías sobre el origen de este
derecho, sin que con gran asidero pueda afirmarse cuál de ellas es la correcta.

d) El concepto del derecho real de superficie y sus implicancias

Para establecer su concepto en primer lugar debemos considerar lo establecido por el BGB.
alemán, que en su art. 1012 lo define como a un "derecho enajenable y heredable de tener una
construcción sobre o bajo la superficie de la finca".

Roca Sastre dice que "es el derecho real de tener y mantener temporalmente en terreno o
inmueble ajeno, una edificación o plantaciones y cultivos, en propiedad separada, obtenida
mediante el ejercicio del derecho ajeno de edificar o plantar".

Aída Kemelmajer de Carlucci y Alicia Puerta de Chacón lo definen como "al derecho real de
tener y mantener temporalmente en inmueble ajeno una edificación en propiedad separada
obtenida mediante el ejercicio del derecho anejo de edificar o por medio de un acto adquisitivo
de la edificación ya existente".

Así, podemos afirmar que el derecho real de superficie puede tener dos manifestaciones: el
derecho de edificar (ius edificandi) y la propiedad superficiaria.
32
El derecho de edificar es el usar de un inmueble ajeno con fin determinado (edificar/plantar). Es
una relación real pues se tiene una relación directa e inmediata sobre una cosa ajena, que sólo
nacerá si ella se materializa, a pesar de que sí habrá de haber existido el derecho real, pero no
será posible atribuir a persona alguna la propiedad superficiaria, por falta de objeto.

Como todo derecho real está compuesto por dos elementos: el objetivo (la obra propia sobre
inmueble ajeno) y el subjetivo: el dueño del suelo y el superficiario.

La constitución de este derecho está limitada en el tiempo, pues de lo contrario conculcaría con
los principios rectores en materia de dominio.

La propiedad superficiaria otorga todas las facultades propias del derecho real de dominio (ius
utendi, ius abutendi y ius fruendi).

A su vez, sobre el superficiario pesan todas las obligaciones establecidas para todo titular de un
derecho real de dominio y las propias del contrato a través del cual se estableció.

El dueño del suelo debe cumplir con todas aquellas cargas inherentes que se le imponen por
haber establecido sobre su propiedad un dominio desmembrado.

La propiedad superficiaria puede extinguirse por: el abandono, la expropiación, el


cumplimiento del plazo o de la condición resolutoria y la destrucción de la propiedad
superficiaria.

Respecto del abandono debemos hacer una salvedad. Si bien el dominio de un inmueble no se
pierde por el abandono, si el superficiario no hace uso de su derecho por un período
determinado se considera abandono. El abandono no libera al superficiario de sus obligaciones
personales (por ejemplo, del pago del canon).

El principal efecto que produce la extinción de la propiedad superficiaria es que, en principio, el


dueño del suelo recobra la plenitud del dominio, pues empieza a operar nuevamente el principio
de accesión. Los demás efectos son consecuencia de éste.

II. LOS RECURSOS FORESTALES. DESARROLLO FORESTAL. RÉGIMEN LEGAL


EN MATERIA DE RECURSOS FORESTALES

a) La actividad forestal

En la República Argentina una de las principales actividades del sector primario está
constituida por el sector forestal.

La Argentina cuenta con un gran potencial forestal. Tan es así, que en la actualidad más de un
quinto de su área territorial está cubierta por bosques.

Ello representa aproximadamente unas cuarenta y cinco millones de hectáreas de bosques


nativos, concentrados principalmente en el bosque chaqueño, al norte del país, cuyas especies
más importantes son las de hoja ancha y quebracho, cuya madera es de extrema dureza. La
33
región mesopotámica, en el noroeste, posee una zona selvática (selva misionera) donde se
encuentran especies como el pino Paraná (Araucaria angustifolia) en las regiones más
templadas; estos pinos se cotizan por la alta calidad de su madera.

Otros importantes bosques naturales se encuentran más hacia el noroeste, en la selva tucumana
(prolongación de la selva boliviana), y los bosques de la Patagonia en el sur.

La producción anual de estos bosques es de 2,8 millones de metros cúbicos, es decir un 30% del
total de la producción forestal del país; el resto proviene de los bosques implantados. Las
provincias de Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chaco se adjudican las mayores
superficies.

La superficie plantada es al día de hoy de aproximadamente ochocientas mil hectáreas, pero


existe un área potencial de treinta y cuatro millones de hectáreas adicionales que podrían ser
movilizadas; de ese total unos veinte millones de tierras de alta calidad para el desarrollo de la
actividad forestal, en suelos que varían desde profundas arcillas rojas a tierras arenosas, se
encuentran disponibles en la actualidad.

Estos bosques implantados se encuentran formados por las siguientes especies: 50% de
coníferas (pinos), 30% de eucaliptos, 16% de sauces y álamos y 4% de otras (Gmelina,
Paulownia, etc.)

La región mesopotámica, en el noroeste, es la principal zona de bosques cultivados; no existen


grandes conflictos en cuanto al uso de la tierra entre la forestación y otras actividades de
carácter agrícola o ganadero, ya que hay grandes extensiones de tierras en manos privadas que
cambian de dueño a precios razonables.

La provincia de Misiones registra precipitaciones anuales de entre 1600 y 1900 mm; los suelos
son excelentes para la forestación, y la topografía es de lomas onduladas. Se han implantado
200.000 hectáreas de coníferas, la principal concentración de pinos cultivados del país; las
variedades principales son los pinos norteamericanos Pinus elliotti y Pinus taeda. Otras especies
implantadas son la Pinus caribea, variedad de hondurensis.

Las plantaciones de eucalipto registran muy elevadas tasas de crecimiento; las especies más
comunes son Eucaliptus grandis y Eucaliptus dunnii. Otras especies cultivadas en la provincia
son el paraíso (Melia azedarach) y el kiri (Paulownia fortunei).

La zona del litoral, a orillas del río Uruguay, bordea las provincias de Corrientes y Entre Ríos;
sus suelos arenosos son ideales para el cultivo de eucaliptos (Eucalyptus grandis) y pinos. Las
precipitaciones anuales son de unos 1200 mm.

En la zona del delta del Paraná, cercana a los importantes mercados de Buenos Aires, se han
implantado álamos (Populus spp.) y sauces (Salix spp.) con buenos resultados, particularmente
en las islas del delta donde diques de contención aseguran un óptimo nivel de agua para el
crecimiento forestal. La precipitación anual es de 900 mm.

34
En el sur del país la enorme región de la Patagonia posee más de un millón de hectáreas aptas
para la forestación. La región de mayor potencial se sitúa cerca de la frontera con Chile, donde
se pueden plantar especies como el pino ponderosa (Pinus ponderosa), el Pinus contorta y el
Pseudotsuga menziesii, con una producción a costos relativamente bajos. Las mejores tierras se
encuentran en los lugares que reciben una precipitación anual de entre 600 y 1200 mm, situados
al pie de la cordillera de los Andes.

Los bosques implantados no compiten con las regiones de bosques naturales, que incluyen el
guindo chileno (Nothofagus pumilia) y otras especies, que crecen en regiones de mayor altura
sobre el nivel del mar. El bajo precio de la tierra y los reducidos costos de implantación,
sumados a la disponibilidad de vastas extensiones para implantación, hacen que esa región sea
de interés para aquellos proyectos integrados de inversión de gran envergadura.

La provincia de Buenos Aires, junto con la Ciudad de Buenos Aires, cuenta con una población
de 15,6 millones de habitantes. La región incluye la Pampa húmeda, donde las tierras son de las
mejores del mundo; ésta es la principal región agrícola del país, y aquí las implantaciones
forestales se han realizado para la protección de los cultivos o en pequeños lotes para la
producción de madera, con una producción insuficiente para satisfacer la demanda de la
industria establecida en las cercanías de la Ciudad de Buenos Aires. Los eucaliptos, de las
variedades Eucalyptus globulus ssp., maidenni y dunni al norte, viminales en el oeste y
globulus ssp. al sudeste, en la región cercana a las ciudades puerto de Mar del Plata y
Necochea, son las especies más comunes. Las tierras marginales para el cultivo de eucaliptos
son implantadas con álamos y otras especies.

La provincia de Córdoba se ubica en el centro geográfico de la Argentina. En el Valle de


Calamuchita existen más de 30.000 hectáreas de bosques de pinos cultivados (Pinus elliottii) y
diversas especies de pino mexicano.

En el noroeste argentino, que abarca las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán, el clima es
subtropical, con una precipitación anual de entre 900 y 1200 mm, y las tierras son aptas para la
plantación de pinos mexicanos (Pinus patula y Pinus greggi) y también para Pinus taeda y
algunas especies de eucaliptos.

La tasa de crecimiento forestal en la Argentina es una de las más altas del mundo; si a ese
hecho se suman los precios de las tierras con buena capacidad forestal, inferiores a los de los
países vecinos, el sector resulta altamente atractivo para los inversores.

No olvidemos que los productos forestales, junto con el petróleo y los alimentos, conforman los
tres mercados mundiales de mayor significación. El negocio supera los U$S 100.000 millones,
un 24% superior a la suma de los productos lácteos, las carnes y los cereales de todo el mundo
juntos.

Los recursos forestales han permitido fortalecer una industria transformadora que, partiendo de
esas materias primas, ha incrementado la producción de papel, pastas, tableros, chapas y
láminas, entre otros productos, y que supone uno de los sectores importantes dentro de la
industria local.

35
En los últimos cinco años la actividad forestal ha crecido más que en los últimos cinco
decenios. Las inversiones en el sector forestal y maderero atraen nuevos capitales y están
creciendo de forma impresionante; así, durante el período 1994/1997, entre forestaciones,
instalaciones de nuevas plantas y reconversión de las existentes las inversiones en el sector con
capitales nacionales y extranjeros superaron los U$S 1000 millones.

Esto significa que la inversión forestal constituye un verdadero "potencial de crecimiento", pues
actualmente se trata de una actividad que ofrece distintas opciones de inversión, puesto que por
sus características resulta apropiada para satisfacer una gran variedad de posibilidades.

No debemos olvidar que el aprovechamiento de este recurso forestal, si bien implica el


gerenciamiento de un proyecto a mediano y largo plazo, a diferencia de lo que ocurre con otras
actividades como la minera, se caracteriza por constituir una riqueza renovable.

De allí la importancia de promover, a través de las herramientas legales idóneas, la inversión en


esta actividad primaria que, además de producir ingreso de divisas a través de la exportación,
ayudaría a incrementar la ocupación de una mano de obra que no requiere demasiada
especialización, disminuyendo así el grueso porcentaje de desempleo existente en el país.

Ahora bien, pese a lo manifestado precedentemente, la República Argentina es importadora


neta de maderas, celulosa y papel para diarios.

Ello es así porque fundamentalmente la Argentina no posee grandes extensiones de bosques de


maderas blandas cuya explotación resulte rentable económicamente. Asimismo, conspira contra
un adecuado aprovechamiento de maderas sustitutivas de las importadas la falta de un mercado
eficientemente organizado que valorice dichas especies.

Éste es el motivo por el cual se propuso la sanción de la Ley de Superficie Forestal, regulación
legal ésta que sumada a la normativa ya existente, y que veremos a continuación, facilitará el
despegue de la actividad forestal en nuestro país.

b) Marco legal en la República Argentina

A la fecha, en el ámbito nacional se encuentran sancionadas las siguientes normas relacionadas


con los recursos forestales:

Leyes nacionales
* 13273, 16/9/1948, Defensa de la Riqueza Forestal (ALJA 1853-958-1-401).
* 17273, 25/1/1968, creación del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (ALJA 1967-B-
1629).
* 24857, 6/8/1997, Estabilidad Fiscal para la Actividad Forestal (LA 1997-C-2769).
* 25080, 16/12/1998, Ley de Inversiones para Bosques Cultivados (LA 1999-A-80).
* 25509, 14/11/2001, créase el derecho real de superficie forestal, constituido a favor de
terceros, por los titulares de dominio o condominio sobre un inmueble susceptible de
forestación o silvicultura.

Decretos nacionales
36
* PEN. 1831/1993 del 1/9/1993, Sistema Estadístico Forestal. Obligaciones mínimas.
* PEN. 710/1995 del 13/11/1995, Ley de Defensa de Riqueza Forestal. Texto ordenado (LA
1995-C-3275).
* PEN. 1332/2002 (LA 2002-C-3433) del 25/7/2002, créase el Programa Social de Bosques
"ProSoBo." en el ámbito de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

Resoluciones
* SRNyAH. 403/1996 del 7/8/1998, creación del Comité Asesor de Selección para establecer
Bosques Modelos en la República Argentina.
* SRNyDS. 222/1997 del 26/3/1997, resolución organizativa del Plan de Manejo del Fuego.
* SRNyDS. 780/1998 del 1/9/1998, designación de coordinador general del Plan Nacional de
Manejo del Fuego.
* SDSyPA. 771/2000 del 20/7/2000, creación de la Red Nacional de Bosques Modelo en la
República Argentina.
* SDSyPA. 1184/2000 del 9/10/2000, creación del Consejo Consultivo de la Red Nacional de
Bosques Modelo.
* SAyDS. 860/2002 del 21/8/2002, apruébase el Reglamento y Organización del Programa
Social de Bosques "ProSoBo.".

III. DERECHO REAL DE SUPERFICIE FORESTAL

El 14/11/2001 fue sancionada la ley 25509, que creó el derecho real de superficie forestal.

Juntamente con esta ley se modificó el art. 2614 CCiv., en lo que respecta a la prohibición de la
constitución del derecho real de superficie allí previsto, porque era un obstáculo para que los
titulares de dominio de inmuebles aptos para el desarrollo de la actividad forestal constituyeran
a favor de terceros el derecho real de superficie, y a través del cual se concede la facultad de
realizar plantaciones en un inmueble ajeno y hacer propio lo plantado, así como también de
adquirir la propiedad de plantaciones ya existentes en un inmueble ajeno, separadamente del
dominio sobre el suelo.

Asimismo, se incorporó al art. 2503 del Código de fondo, como inc. 8, "La superficie forestal".

El proyecto fue iniciativa de los legisladores radicales Raúl Solmoirago (Misiones) y Beatriz
Leyba de Martí (Córdoba).

a) Antecedentes

La ley promulgada tuvo entre sus antecedentes al dictamen de Comisiones de Legislación


General y Agricultura (1999), el Anteproyecto de Ley de Inversiones de Bosques Cultivados
(ley 25080), los Códigos Civiles alemán, suizo, portugués, italiano (1942), etc. y el proyecto de
Código Civil Unificado argentino.

b) Fundamentos

Las razones que sirvieron de fundamentos a esta ley fueron: a) Impulsar el crecimiento del
sector forestal. b) Promover el uso intensivo de mano de obra de baja capacitación. c) Lograr la
37
participación de pequeños y medianos propietarios e industriales madereros. d) Proteger a los
forestadores en suelo ajeno. e) Obtener la forestación de gran cantidad de tierras aptas no
explotadas por falta de interés o dinero. f) Efectuar un aporte social, al evitar la emigración de
colonos y chacareros.

c) Concepto

El derecho de superficie forestal es un derecho real sobre cosa ajena y temporario que atribuye
a una persona física o jurídica facultades de uso, goce y disposición respecto del bosque
implantado en la superficie de un fundo cuyo dominio pertenece a otro.

d) Caracteres: a) Es un derecho real autónomo; b) Es temporario; c) Es reversible; d) Es


transmisible; f) Se le otorga publicidad a los fines de su oponibilidad a terceros interesados.

e) Objeto

Debemos distinguir dos planos: el derecho a forestar (sobre cosa ajena) y la propiedad
superficiaria (sobre cosa propia). Al respecto la doctrina no es pacífica, y podemos encontrar
diferentes posturas:

Derecho a forestar (inmueble ajeno) y propiedad superficiaria (cosa propia).

Derecho a forestar (derecho personal) y propiedad superficiaria (cosa propia).

Ambos recaen sobre inmueble ajeno.

Ambos recaen sobre inmueble propio.

Ambos de naturaleza mixta.

f) Régimen jurídico: ley 25509

1.- Definición

El art. 2 define al derecho real de superficie forestal como un derecho real autónomo sobre cosa
propia temporaria que otorga el uso, goce y disposición jurídica de la superficie de un inmueble
ajeno, con la facultad de realizar forestación o silvicultura y hacer propio lo plantado o adquirir
la propiedad de plantaciones ya existentes, pudiendo gravarla con derecho real de garantía.

Las actividades comprendidas son las del art. 3 Ley de Inversiones para Bosques Cultivados:

La implantación de bosques, su mantenimiento, el manejo, riego, protección y cosecha de los


mismos, incluyendo las actividades de investigación y desarrollo, así como las de
industrialización de la madera, cuando el conjunto de todas ellas formen parte de un
emprendimiento forestal o forestoindustrial integrado.

38
La silvicultura, que comprende todas las operaciones necesarias para regenerar, explotar y
proteger los bosques, así como para recolectar sus productos.

2.- Facultades y deberes del titular superficiario

Realizar plantaciones en un inmueble ajeno (art. 1).


Adquirir la propiedad de plantaciones existentes (art. 1).
Uso, goce y disposición de la propiedad superficiaria (art. 1).
Constitución de derechos reales de garantía (art. 1).
Imposibilidad de afectación a otro destino.

3.- Facultades y deberes del propietario del inmueble

Derecho a enajenar el inmueble (art. 3).


Prohibición de constituir sobre el mismo otro derecho real de disfrute o garantía durante la
vigencia del contrato (art. 4).
Prohibición de perturbar los derechos del superficiario (art. 4).

4.- Adquisición

El derecho real de superficie forestal se adquiere por contrato, oneroso o gratuito,


instrumentado por escritura pública y tradición de posesión. Ese contrato debe inscribirse, a
efectos de su oponibilidad a terceros interesados, en el Registro de la Propiedad Inmueble de la
jurisdicción correspondiente, el que abrirá un folio correlacionado con la inscripción dominial
antecedente (art. 5).

5.- Duración

Se trata de un derecho temporario, es decir, limitado en el tiempo. Este carácter aparece en la


mayoría de las legislaciones modernas y en todos los proyectos de reforma al Código Civil de
1987 en adelante.

Tiene un plazo máximo de duración de cincuenta años, y en caso de convenirse plazos


superiores, el excedente no valdrá a efectos de la ley (art. 6).

6.- Extinción

El derecho real de superficie forestal se extingue (art. 8): a) Por renuncia expresa; b) Por
vencimiento del plazo contractual; c) Por cumplimiento de una condición resolutoria pactada;
d) Por consolidación en una misma persona de las calidades de propietario y superficiario; e)
Por el no uso durante tres años.

No se extingue por la destrucción total o parcial de lo plantado. Cualquiera fuera su causa,


siempre que el superficiario realice nuevas plantaciones dentro del plazo de tres años (art. 7).

39
En el supuesto de extinción del derecho real de superficie por consolidación, los derechos y
obligaciones del propietario y superficiario continuarán con sus mismos alcances y efectos (art.
10).

La renuncia del derecho por el superficiario o su desuso o abandono no lo liberan de sus


obligaciones (art. 9).

Producida la extinción del derecho real de superficie forestal, el propietario del inmueble
afectado extiende su dominio a las plantaciones que subsistan, debiendo indemnizar al
superficiario, salvo pacto en contrario, en la medida de su enriquecimiento (art. 11).

IV. CONCLUSIONES

La creación del derecho real de superficie forestal constituye una importante toma de decisión
en relación con la actividad forestal, que -como ya manifestamos- constituye un área en pleno
crecimiento y expansión y está destinada a compararse a lo que fue el sector agropecuario a
principios del siglo XX.

No alcanzaba para lograr el desarrollo foresto-industrial, adoptar decisiones como la que se


desprende de la Ley de Estabilidad Fiscal, o los subsidios anuales para la actividad, sino que
había que acompañar estas decisiones con otros institutos como el que analizamos, que
permiten viabilizar la voluntad manifiesta de convertir a la Nación en un país forestal y obtener
el despegue de esta actividad, que resulta, en un plazo razonable, económicamente rentable.

No obstante, creemos que la norma sancionada posee algunos defectos y olvidos que deben ser
subsanados a la brevedad para permitir que se convierta en una herramienta eficaz a fin de
obtener los resultados esperados.

En efecto, no encontramos obstáculo para que este derecho se amplíe más allá de las especies
maderables a otro tipo de plantaciones, como pueden ser las de vid, citrus, olivo, nogal,
membrillo, etc.; es decir, especies que autorizan la extracción de sus frutos sin renovación
completa de la especie, por lo menos por períodos determinados, y que también pueden resultar
sumamente redituables.

También es dable esperar que se legisle el conocido como derecho de tanteo, es decir, de
preferencia, para que en los supuestos de venta o ejecución forzada, sea tanto respecto del
derecho del superficiario como del propietario, cualquiera de ellos sea preferido antes que algún
otro interesado en adquirir la propiedad del mismo. De esa manera, concediéndose
recíprocamente el propietario del suelo y el titular superficiario la facultad de consolidar su
derecho, el primero con la posibilidad preferente de adquirir lo construido y el segundo de
convertirse en titular del suelo, se configuraría el dominio perfecto en cabeza de uno solo.

Pese a estas o algunas otras falencias de las que pueda adolecer esta nueva legislación,
consideramos que constituye una iniciativa seria que permitirá consolidar el crecimiento del
sector y mantener a la República Argentina entre las primeras potencias forestales del mundo.

40
LEY 26.331 “PRESUPUESTOS MÍNIMOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL DE LOS
BOSQUES NATIVOS”; Establécense los presupuestos mínimos de protección ambiental para
el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los
bosques nativos. Sancionada: Noviembre 28 de 2007; Promulgada de Hecho: Diciembre 19 de
2007.

LEY DE PRESUPUESTOS MINIMOS DE PROTECCION AMBIENTAL DE LOS


BOSQUES NATIVOS

Capítulo 1 Disposiciones Generales

ARTICULO 1º — La presente ley establece los presupuestos mínimos de protección ambiental


para el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de
los bosques nativos, y de los servicios ambientales que éstos brindan a la sociedad. Asimismo,
establece un régimen de fomento y criterios para la distribución de fondos por los servicios
ambientales que brindan los bosques nativos.

ARTICULO 2º — A los fines de la presente ley, considéranse bosques nativos a los


ecosistemas forestales naturales compuestos predominantemente por especies arbóreas nativas
maduras, con diversas especies de flora y fauna asociadas, en conjunto con el medio que las
rodea —suelo, subsuelo, atmósfera, clima, recursos hídricos—, conformando una trama
interdependiente con características propias y múltiples funciones, que en su estado natural le
otorgan al sistema una condición de equilibrio dinámico y que brinda diversos servicios
ambientales a la sociedad, además de los diversos recursos naturales con posibilidad de
utilización económica.

Se encuentran comprendidos en la definición tanto los bosques nativos de origen primario,


donde no intervino el hombre, como aquellos de origen secundario formados luego de un
desmonte, así como aquellos resultantes de una recomposición o restauración voluntarias.

Quedan exceptuados de la aplicación de la presente ley todos aquellos aprovechamientos


realizados en superficies menores a DIEZ (10) hectáreas que sean propiedad de comunidades
indígenas o de pequeños productores.

ARTICULO 3º — Son objetivos de la presente ley: a) Promover la conservación mediante el


Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos y la regulación de la expansión de la frontera
agropecuaria y de cualquier otro cambio de uso del suelo; b) Implementar las medidas
necesarias para regular y controlar la disminución de la superficie de bosques nativos
existentes, tendiendo a lograr una superficie perdurable en el tiempo; c) Mejorar y mantener los
procesos ecológicos y culturales en los bosques nativos que beneficien a la sociedad; d) Hacer
prevalecer los principios precautorio y preventivo, manteniendo bosques nativos cuyos
beneficios ambientales o los daños ambientales que su ausencia generase, aún no puedan
demostrarse con las técnicas disponibles en la actualidad; e) Fomentar las actividades de
enriquecimiento, conservación, restauración mejoramiento y manejo sostenible de los bosques
nativos.

ARTICULO 4º — A los efectos de la presente ley se entiende por:


41
- Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos: A la norma que basada en los criterios de
sostenibilidad ambiental establecidos en el Anexo de la presente ley zonifica territorialmente el
área de los bosques nativos existentes en cada jurisdicción de acuerdo a las diferentes
categorías de conservación.

- Manejo Sostenible: A la organización, administración y uso de los bosques nativos de forma e


intensidad que permita mantener su biodiversidad, productividad, vitalidad, potencialidad y
capacidad de regeneración, para atender, ahora y en el futuro, las funciones ecológicas,
económicas y sociales relevantes en el ámbito local y nacional, sin producir daños a otros
ecosistemas, manteniendo los Servicios Ambientales que prestan a la sociedad.

- Plan de Manejo Sostenible de Bosques Nativos: Al documento que sintetiza la organización,


medios y recursos, en el tiempo y el espacio, del aprovechamiento sostenible de los recursos
forestales, maderables y no maderables, en un bosque nativo o grupo de bosques nativos, para
lo cual debe incluir una descripción pormenorizada del terreno forestal en sus aspectos
ecológicos, legales, sociales y económicos y, en particular, un inventario forestal con un primer
nivel de detalle tal que permita la toma de decisiones en cuanto a la silvicultura a aplicar en
cada una de las unidades de bosque nativo y a la estimación de su rentabilidad.

- Plan de Aprovechamiento del Uso del Suelo: Al documento que describe el objeto del
aprovechamiento y especifica la organización y medios a emplear para garantizar la
sustentabilidad, incluidas la extracción y saca.

- Desmonte: A toda actuación antropogénica que haga perder al "bosque nativo" su carácter de
tal, determinando su conversión a otros usos del suelo tales como, entre otros: la agricultura, la
ganadería, la forestación, la construcción de presas o el desarrollo de áreas urbanizadas.

ARTICULO 5º — Considéranse Servicios Ambientales a los beneficios tangibles e


intangibles, generados por los ecosistemas del bosque nativo, necesarios para el concierto y
supervivencia del sistema natural y biológico en su conjunto, y para mejorar y asegurar la
calidad de vida de los habitantes de la Nación beneficiados por los bosques nativos.

Entre otros, los principales servicios ambientales que los bosques nativos brindan a la sociedad
son: a) Regulación hídrica; b) Conservación de la biodiversidad; c) Conservación del suelo y de
calidad del agua; d) Fijación de emisiones de gases con efecto invernadero; e) Contribución a la
diversificación y belleza del paisaje; f) Defensa de la identidad cultural.

Capítulo 2 Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos

ARTICULO 6º — En un plazo máximo de UN (1) año a partir de la sanción de la presente ley,


a través de un proceso participativo, cada jurisdicción deberá realizar el Ordenamiento de los
Bosques Nativos existentes en su territorio de acuerdo a los criterios de sustentabilidad
establecidos en el Anexo de la presente ley, estableciendo las diferentes categorías de
conservación en función del valor ambiental de las distintas unidades de bosque nativo y de los
servicios ambientales que éstos presten.

42
La Autoridad Nacional de Aplicación brindará, a solicitud de las Autoridades de Aplicación de
cada jurisdicción, la asistencia técnica, económica y financiera necesaria para realizar el
Ordenamiento de los Bosques Nativos existentes en sus jurisdicciones.

Cada jurisdicción deberá realizar y actualizar periódicamente el Ordenamiento de los Bosques


Nativos, existentes en su territorio.

ARTICULO 7º — Una vez cumplido el plazo establecido en el artículo anterior, las


jurisdicciones que no hayan realizado su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos no
podrán autorizar desmontes ni ningún otro tipo de utilización y aprovechamiento de los bosques
nativos.

ARTICULO 8º — Durante el transcurso del tiempo entre la sanción de la presente ley y la


realización del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, no se podrán autorizar
desmontes.

ARTICULO 9º — Las categorías de conservación de los bosques nativos son las siguientes:

- Categoría I (rojo): sectores de muy alto valor de conservación que no deben transformarse.
Incluirá áreas que por sus ubicaciones relativas a reservas, su valor de conectividad, la
presencia de valores biológicos sobresalientes y/o la protección de cuencas que ejercen,
ameritan su persistencia como bosque a perpetuidad, aunque estos sectores puedan ser hábitat
de comunidades indígenas y ser objeto de investigación científica.

- Categoría II (amarillo): sectores de mediano valor de conservación, que pueden estar


degradados pero que a juicio de la autoridad de aplicación jurisdiccional con la implementación
de actividades de restauración pueden tener un valor alto de conservación y que podrán ser
sometidos a los siguientes usos: aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e
investigación científica.

- Categoría III (verde): sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse
parcialmente o en su totalidad aunque dentro de los criterios de la presente ley.

Capítulo 3 Autoridades de Aplicación

ARTICULO 10. — Será Autoridad de Aplicación el organismo que la Nación, las provincias y
la ciudad de Buenos Aires determinen para actuar en el ámbito de cada jurisdicción.

ARTICULO 11. — Será Autoridad de Aplicación en jurisdicción nacional la Secretaría de


Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación o el organismo de mayor jerarquía con
competencia ambiental que en el futuro la reemplace.

Capítulo 4 Programa Nacional de Protección de los Bosques Nativos

ARTICULO 12. — Créase el Programa Nacional de Protección de los Bosques Nativos, el que
será ejecutado por la Autoridad Nacional de Aplicación, y tendrá los siguientes objetivos: a)
Promover, en el marco del Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos, el manejo
43
sostenible de los bosques nativos Categorías II y III, mediante el establecimiento de criterios e
indicadores de manejo sostenible ajustados a cada ambiente y jurisdicción; b) Impulsar las
medidas necesarias para garantizar que el aprovechamiento de los bosques nativos sea
sostenible, considerando a las comunidades indígenas originarias que los habitan o dependan de
ellos, procurando la minimización de los efectos ambientales negativos; c) Fomentar la creación
y mantenimiento de reservas forestales suficientes y funcionales, por cada eco región forestal
del territorio nacional, a fin de evitar efectos ecológicos adversos y pérdida de servicios
ambientales estratégicos. Las citadas reservas forestales deben ser emergentes del proceso de
Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos en cada eco región y podrán incluir áreas
vecinas a los bosques nativos necesarias para su preservación; d) Promover planes de
reforestación y restauración ecológica de bosques nativos degradados; e) Mantener actualizada
la información sobre la superficie cubierta por bosques nativos y su estado de conservación; f)
Brindar a las Autoridades de Aplicación de las distintas jurisdicciones, las capacidades técnicas
para formular, monitorear, fiscalizar y evaluar los Planes de Manejo Sostenible de los Bosques
Nativos existentes en su territorio, de acuerdo a los criterios de sustentabilidad establecidos en
el Anexo. Esta asistencia estará dirigida a mejorar la capacidad del personal técnico y auxiliar,
mejorar el equipamiento de campo y gabinete y el acceso a nuevas tecnologías de control y
seguimiento, promover la cooperación y uniformización de información entre instituciones
equivalentes de las diferentes jurisdicciones entre sí y con la Autoridad Nacional de Aplicación.
g) Promover la aplicación de medidas de conservación, restauración, aprovechamiento y
ordenamiento según proceda.

Capítulo 5 Autorizaciones de Desmonte o de Aprovechamiento Sostenible

ARTICULO 13. — Todo desmonte o manejo sostenible de bosques nativos requerirá


autorización por parte de la Autoridad de Aplicación de la jurisdicción correspondiente.

ARTICULO 14. — No podrán autorizarse desmontes de bosques nativos clasificados en las


Categorías I (rojo) y II (amarillo).

ARTICULO 15. — Se prohíbe la quema a cielo abierto de los residuos derivados de


desmontes o aprovechamientos sostenibles de bosques nativos.

ARTICULO 16. — Las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, que soliciten
autorización para realizar manejo sostenible de bosques nativos clasificados en las categorías II
y III, deberán sujetar su actividad a un Plan de Manejo Sostenible de Bosques Nativos que debe
cumplir las condiciones mínimas de persistencia, producción sostenida y mantenimiento de los
servicios ambientales que dichos bosques nativos prestan a la sociedad.

ARTICULO 17. — Las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, que soliciten
autorización para realizar desmontes de bosques nativos de la categoría III, deberán sujetar su
actividad a un Plan de Aprovechamiento del Cambio de Uso del Suelo, el cual deberá
contemplar condiciones mínimas de producción sostenida a corto, mediano y largo plazo y el
uso de tecnologías disponibles que permitan el rendimiento eficiente de la actividad que se
proponga desarrollar.

44
ARTICULO 18. — Los Planes de Manejo Sostenible de Bosques Nativos y los Planes de
Aprovechamiento del Cambio de Uso del Suelo deberán elaborarse de acuerdo a la
reglamentación que para cada región y zona establezca la Autoridad de Aplicación de la
jurisdicción correspondiente, quien deberá definir las normas generales de manejo y
aprovechamiento.

Los planes requerirán de la evaluación y aprobación de la Autoridad de Aplicación de la


jurisdicción en forma previa a su ejecución y deberán ser suscriptos por los titulares de la
actividad y avalados por un profesional habilitado, inscriptos en el registro que se llevará al
efecto en la forma y con los alcances que la Autoridad de Aplicación establezca.

ARTICULO 19. — Todo proyecto de desmonte o manejo sostenible de bosques nativos deberá
reconocer y respetar los derechos de las comunidades indígenas originarias del país que
tradicionalmente ocupen esas tierras.

ARTICULO 20. — En el caso de verificarse daño ambiental presente o futuro que guarde
relación de causalidad con la falsedad u omisión de los datos contenidos en los Planes de
Manejo Sostenible de Bosques Nativos y en los Planes de Aprovechamiento de Cambio de Uso
del Suelo, las personas físicas o jurídicas que hayan suscripto los mencionados estudios serán
solidariamente responsables junto a los titulares de la autorización.

ARTICULO 21. — En el caso de actividades no sostenibles desarrolladas por pequeños


productores y/o comunidades campesinas relacionadas a los bosques nativos, la Autoridad de
Aplicación de la jurisdicción que corresponda deberá implementar programas de asistencia
técnica y financiera a efectos de propender a la sustentabilidad de tales actividades.

Capítulo 6 Evaluación de Impacto Ambiental.

ARTICULO 22. — Para el otorgamiento de la autorización de desmonte o de aprovechamiento


sostenible, la autoridad de aplicación de cada jurisdicción deberá someter el pedido de
autorización a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental.

La evaluación de impacto ambiental será obligatoria para el desmonte. Para el manejo


sostenible lo será cuando tenga el potencial de causar impactos ambientales significativos,
entendiendo como tales aquellos que pudieran generar o presentar al menos uno de los
siguientes efectos, características o circunstancias: a) Efectos adversos significativos sobre la
cantidad y calidad de los recursos naturales renovables, incluidos el suelo, el agua y el aire; b)
Reasentamiento de comunidades humanas, o alteraciones significativas de los sistemas de vida
y costumbres de grupos humanos; c) Localización próxima a población, recursos y áreas
protegidas susceptibles de ser afectados, así como el valor ambiental del territorio en que se
pretende ejecutar el proyecto o actividad; d) Alteración significativa, en términos de magnitud
o duración, del valor paisajístico o turístico de una zona; e) Alteración de monumentos, sitios
con valor antropológico, arqueológico, histórico y, en general, los pertenecientes al patrimonio
cultural.

ARTICULO 23. — En el procedimiento de evaluación de impacto ambiental la autoridad de


aplicación de cada jurisdicción deberá: a) Informar a la Autoridad Nacional de Aplicación; b)
45
Emitir la Declaración de Impacto Ambiental; c) Aprobar los planes de manejo sostenible de los
bosques nativos; d) Garantizar el cumplimiento de los artículos 11, 12 y 13 de la Ley 25.675 —
Ley General del Ambiente— y de lo establecido en la presente ley.

ARTICULO 24. — El Estudio del Impacto Ambiental (EIA) contendrá, como mínimo y sin
perjuicio de los requisitos complementarios establecidos por cada jurisdicción, los siguientes
datos e información: a) Individualización de los Titulares responsables del proyecto y del
Estudio del Impacto Ambiental; b) Descripción del proyecto propuesto a realizarcon especial
mención de: objetivos, localización, componentes, tecnología, materias primas e insumos,
fuente y consumo energético, residuos, productos, etapas, generación de empleo, beneficios
económicos (discriminando privados, públicos y grupos sociales beneficiados), números de
beneficiarios directos e indirectos; c) Plan de manejo sostenible de los bosques nativos,
comprendiendo propuestas para prevenir y mitigar los impactos ambientales adversos y
optimizar los impactos positivos, acciones de restauración ambiental y mecanismos de
compensación, medidas de monitoreo, seguimiento de los impactos ambientales detectados y de
respuesta a emergencias; d) Para el caso de operaciones de desmonte deberá analizarse la
relación espacial entre áreas de desmonte y áreas correspondientes a masas forestales
circundantes, a fin de asegurar la coherencia con el ordenamiento previsto en el artículo 6º; e)
Descripción del ambiente en que desarrollará el proyecto: definición del área de influencia,
estado de situación del medio natural y antrópico, con especial referencia a situación
actualizada de pueblos indígenas, originarios o comunidades campesinas que habitan la zona,
los componentes físicos, biológicos, sociales, económicos y culturales; su dinámica e
interacciones; los problemas ambientales y los valores patrimoniales. Marco legal e
institucional; f) Prognosis de cómo evolucionará el medio físico, económico y social si no se
realiza el proyecto propuesto; g) Análisis de alternativas: descripción y evaluación comparativa
de los proyectos alternativos de localización, tecnología y operación, y sus respectivos efectos
ambientales y sociales. Descripción y evaluación detallada de la alternativa seleccionada; h)
Impactos ambientales significativos: identificación, caracterización y evaluación de los efectos
previsibles, positivos y negativos, directos e indirectos, singulares y acumulativos, a corto,
mediano y largo plazo, enunciando las incertidumbres asociadas a los pronósticos y
considerando todas las etapas del ciclo del proyecto; i) Documento de síntesis, redactado en
términos fácilmente comprensibles, que contenga en forma sumaria los hallazgos y acciones
recomendadas.

ARTICULO 25. — La autoridad de aplicación de cada jurisdicción, una vez analizado el


Estudio de Impacto Ambiental y los resultados de las audiencias o consultas públicas, deberá
emitir una Declaración de Impacto Ambiental a través de la cual deberá: a) Aprobar o denegar
el estudio de impacto ambiental del proyecto; b) Informar a la Autoridad Nacional de
Aplicación.

Capítulo 7 Audiencia y Consulta Pública

ARTICULO 26. — Para los proyectos de desmonte de bosques nativos, la autoridad de


aplicación de cada jurisdicción garantizará el cumplimiento estricto de los artículos 19, 20 y 21
de la Ley 25.675 —Ley General del Ambiente—, previamente a la emisión de las
autorizaciones para realizar esas actividades.

46
En todos los casos deberá cumplirse con lo previsto en los artículos 16, 17 y 18 de la Ley
25.675 —Ley General del Ambiente— y en particular adoptarse las medidas necesarias a fin de
garantizar el acceso a la información de los pueblos indígenas, originarios, de las comunidades
campesinas y otras relacionadas, sobre las autorizaciones que se otorguen para los desmontes,
en el marco de la Ley 25.831 —Régimen de Libre Acceso a la Información Pública Ambiental
—.

Capítulo 8 Registro Nacional de Infractores

ARTICULO 27. — Toda persona física o jurídica, pública o privada, que haya sido infractora
a regímenes o leyes, forestales o ambientales, nacionales o provinciales, en la medida que no
cumpla con las sanciones impuestas, no podrá obtener autorización de desmonte o
aprovechamiento sostenible.

A tal efecto, créase el Registro Nacional de Infractores, que será administrado por la Autoridad
Nacional de Aplicación. Las Autoridades de Aplicación de las distintas jurisdicciones remitirán
la información sobre infractores de su jurisdicción y verificarán su inclusión en el registro
nacional, el cual será de acceso público en todo el territorio nacional.

Capítulo 9 Fiscalización

ARTICULO 28. — Corresponde a las Autoridades de Aplicación de cada jurisdicción


fiscalizar el permanente cumplimiento de la presente Ley, y el de las condiciones en base a las
cuales se otorgaron las autorizaciones de desmonte o manejo sostenible de bosques nativos.

Capítulo 10 Sanciones

ARTICULO 29. — Las sanciones al incumplimiento de la presente ley y de las


reglamentaciones que en su consecuencia se dicten, sin perjuicio de las demás
responsabilidades que pudieran corresponder, serán las que se fijen en cada una de las
jurisdicciones conforme el poder de policía que les corresponde, las que no podrán ser
inferiores a las aquí establecidas.

Las jurisdicciones que no cuenten con un régimen de sanciones aplicarán supletoriamente las
siguientes sanciones que corresponden a la jurisdicción nacional: a) Apercibimiento; b) Multa
entre TRESCIENTOS (300) y DIEZ MIL (10.000) sueldos básicos de la categoría inicial de la
administración pública nacional. El producido de estas multas será afectado al área de
protección ambiental que corresponda; c) Suspensión o revocación de las autorizaciones.

Estas sanciones serán aplicables previo sumario sustanciado en la jurisdicción en donde se


realizó la infracción y se regirán por las normas de procedimiento administrativo que
corresponda, asegurándose el debido proceso legal, y se graduarán de acuerdo a la naturaleza de
la infracción.

Capítulo 11 Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques


Nativos

47
ARTICULO 30. — Créase el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de
los Bosques Nativos, con el objeto de compensar a las jurisdicciones que conservan los bosques
nativos, por los servicios ambientales que éstos brindan.

ARTICULO 31. — El Fondo estará integrado por: a) Las partidas presupuestarias que le sean
anualmente asignadas a fin de dar cumplimiento a la presente ley, las que no podrán ser
inferiores al 0,3% del presupuesto nacional; b) El dos por ciento (2%) del total de las
retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la
agricultura, ganadería y sector forestal, correspondientes al año anterior del ejercicio en
consideración; c) Los préstamos y/o subsidios que específicamente sean otorgados por
Organismos Nacionales e Internacionales; d) Donaciones y legados; e) Todo otro aporte
destinado al cumplimiento de programas a cargo del Fondo; f) El producido de la venta de
publicaciones o de otro tipo de servicios relacionados con el sector forestal; g) Los recursos no
utilizados provenientes de ejercicios anteriores.

ARTICULO 32. — El Fondo Nacional para la Conservación de los Bosques Nativos será
distribuido anualmente entre las jurisdicciones que hayan elaborado y tengan aprobado por ley
provincial su Ordenamiento de Bosques Nativos.

La Autoridad Nacional de Aplicación juntamente con las autoridades de aplicación de cada una
de las jurisdicciones que hayan declarado tener bosques nativos en su territorio, determinarán
anualmente las sumas que corresponda pagar, teniendo en consideración para esta
determinación: a) El porcentaje de superficie de bosques nativos declarado por cada
jurisdicción; b) La relación existente en cada territorio provincial entre su superficie total y la
de sus bosques nativos; c) Las categorías de conservación declaradas, correspondiendo un
mayor monto por hectárea a la categoría I que a la categoría II.

ARTICULO 33. — Las Autoridades de Aplicación de cada Jurisdicción remitirán a la


Autoridad Nacional de Aplicación su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos y la
documentación que la reglamentación determine para la acreditación de sus bosques nativos y
categorías de clasificación.

ARTICULO 34. — La Autoridad Nacional de Aplicación, a los efectos de otorgar los


beneficios por los servicios ambientales, podrá constatar periódicamente el mantenimiento de
las superficies de bosques nativos y las categorías de conservación declaradas por las
respectivas jurisdicciones.

ARTICULO 35. — Aplicación del Fondo. Las Jurisdicciones aplicarán los recursos del Fondo
del siguiente modo: a) El 70% para compensar a los titulares de las tierras en cuya superficie se
conservan bosques nativos, sean públicos o privados, de acuerdo a sus categorías de
conservación. El beneficio consistirá en un aporte no reintegrable, a ser abonado por hectárea y
por año, de acuerdo a la categorización de bosques nativos, generando la obligación en los
titulares de realizar y mantener actualizado un Plan de Manejo y Conservación de los Bosques
Nativos que deberá ser aprobado en cada caso por la Autoridad de Aplicación de la jurisdicción
respectiva. El beneficio será renovable anualmente sin límite de períodos. b) El 30% a la
Autoridad de Aplicación de cada Jurisdicción, que lo destinará a: 1. Desarrollar y mantener una
red de monitoreo y sistemas de información de sus bosques nativos; 2. La implementación de
48
programas de asistencia técnica y financiera, para propender a la sustentabilidad de actividades
no sostenibles desarrolladas por pequeños productores y/o comunidades indígenas y/o
campesinas.

ARTICULO 36. — El Fondo Nacional para la Conservación de los Bosques Nativos será
administrado por la Autoridad Nacional de Aplicación juntamente con las autoridades de
aplicación a que se refiere el artículo 32, quienes dictarán las normas reglamentarias al efecto.
La Autoridad nacional arbitrará los medios necesarios para efectivizar controles integrales
vinculados a la fiscalización y auditoría por parte de la Auditoría General de la Nación y la
Sindicatura General de la Nación, según lo dispuesto por la Ley 24.156.

ARTICULO 37. — La administración del Fondo realizará anualmente un informe del destino
de los fondos transferidos durante el ejercicio anterior, en el que se detallarán los montos por
provincias y por categorías de bosques, el cual será publicado íntegramente en el sitio web de la
Autoridad Nacional de Aplicación.

ARTICULO 38. — Las jurisdicciones que hayan recibido aportes del Fondo Nacional para la
Conservación de los Bosques Nativos, deberán remitir anualmente a la Autoridad Nacional de
Aplicación un informe que detalle el uso y destino de los fondos recibidos. La Autoridad
Nacional de Aplicación instrumentará los mecanismos correspondientes a los efectos de
fiscalizar el uso y destino de los fondos otorgados y el cumplimiento de los requisitos y
condiciones por parte de los acreedores de los beneficios.

ARTICULO 39. — Los artículos de este capítulo hacen al espíritu y unidad de esta ley, en los
términos del artículo 80 de la Constitución Nacional.

Capítulo 12 Disposiciones complementarias

ARTICULO 40. — En los casos de bosques nativos que hayan sido afectados por incendios o
por otros eventos naturales o antrópicos que los hubieren degradado, corresponde a la autoridad
de aplicación de la jurisdicción respectiva la realización de tareas para su recuperación y
restauración, manteniendo la categoría de clasificación que se hubiere definido en el
ordenamiento territorial.

ARTICULO 41. — Las Autoridades de Aplicación de cada jurisdicción determinarán el plazo


en que los aprovechamientos de bosques nativos o desmontes preexistentes en las áreas
categorizadas I y II adecuarán sus actividades a lo establecido en la presente ley.

ARTICULO 42. — El Poder Ejecutivo deberá reglamentar la presente ley y constituir el Fondo
al que se refiere el artículo 30 y siguientes en un plazo máximo de NOVENTA (90) días desde
su promulgación.

ARTICULO 43. — El Anexo es parte integrante de esta Ley.

ARTICULO 44. — Comuníquese al Poder Ejecutivo.

49
ANEXO: Criterios de sustentabilidad ambiental para el ordenamiento territorial de los
bosques nativos:

Los criterios de zonificación no son independientes entre sí, por lo que un análisis ponderado de
los mismos permitirá obtener una estimación del valor de conservación de un determinado
sector.

1. Superficie: es el tamaño mínimo de hábitat disponible para asegurar la supervivencia de las


comunidades vegetales y animales. Esto es especialmente importante para las grandes especies
de carnívoros y herbívoros.

2. Vinculación con otras comunidades naturales: Determinación de la vinculación entre un


parche de bosque y otras comunidades naturales con el fin de preservar gradientes ecológicos
completos. Este criterio es importante dado que muchas especies de aves y mamíferos utilizan
distintos ecosistemas en diferentes épocas del año en búsqueda de recursos alimenticios
adecuados.

3. Vinculación con áreas protegidas existentes e integración regional: La ubicación de


parches de bosques cercanos o vinculados a áreas protegidas de jurisdicción nacional o
provincial como así también a Monumentos Naturales, aumenta su valor de conservación, se
encuentren dentro del territorio provincial o en sus inmediaciones. Adicionalmente, un factor
importante es la complementariedad de las unidades de paisaje y la integración regional
consideradas en relación con el ambiente presente en las áreas protegidas existentes y el
mantenimiento de importantes corredores ecológicos que vinculen a las áreas protegidas entre
sí.

4. Existencia de valores biológicos sobresalientes: son elementos de los sistemas naturales


caracterizados por ser raros o poco frecuentes, otorgando al sitio un alto valor de conservación.

5. Conectividad entre eco regiones: los corredores boscosos y riparios garantizan la


conectividad entre eco regiones permitiendo el desplazamiento de determinadas especies.

6. Estado de conservación: la determinación del estado de conservación de un parche implica


un análisis del uso al que estuvo sometido en el pasado y de las consecuencias de ese uso para
las comunidades que lo habitan. De esta forma, la actividad forestal, la transformación del
bosque para agricultura o para actividades ganaderas, la cacería y los disturbios como el fuego,
así como la intensidad de estas actividades, influyen en el valor de conservación de un sector,
afectando la diversidad de las comunidades animales y vegetales en cuestión. La diversidad se
refiere al número de especies de una comunidad y a la abundancia relativa de éstas. Se deberá
evaluar el estado de conservación de una unidad en el contexto de valor de conservación del
sistema en que está inmerso.

7. Potencial forestal: es la disponibilidad actual de recursos forestales o su capacidad


productiva futura, lo que a su vez está relacionado con la intervención en el pasado. Esta
variable se determina a través de la estructura del bosque (altura del dosel, área basal), la
presencia de renovales de especies valiosas y la presencia de individuos de alto valor comercial
maderero. En este punto es también relevante la información suministrada por informantes
50
claves del sector forestal provincial habituados a generar planes de manejo y aprovechamiento
sostenible, que incluya la provisión de productos maderables y no maderables del bosque y
estudios de impacto ambiental en el ámbito de las provincias.

8. Potencial de sustentabilidad agrícola: consiste en hacer un análisis cuidadoso de la actitud


que tiene cada sector para ofrecer sustentabilidad de la actividad agrícola a largo plazo. La
evaluación de esta variable es importante, dado que las características particulares de ciertos
sectores hacen que , una vez realizado el desmonte, no sea factible la implementación de
actividades agrícolas económicamente sostenibles a largo plazo.

9. Potencial de conservación de cuencas: consiste en determinar las existencias de áreas que


poseen una posición estratégica para la conservación de cuencas hídricas y para asegurar la
provisión de agua en cantidad y calidad necesarias. En este sentido tienen especial valor las
áreas de protección de nacientes, bordes de cauces de agua permanentes y transitorios, y la
franja de "bosques nublados", las áreas de recarga de acuíferos, los sitios de humedales o
Ramsar, áreas grandes con pendientes superiores al cinco por ciento (5%), etc.

10. Valor que las Comunidades Indígenas y Campesinas dan a las áreas boscosas o sus
áreas colindantes y el uso que pueden hacer de sus recursos naturales a los fines de su
supervivencia y el mantenimiento de su cultura.

En el caso de las Comunidades Indígenas y dentro del marco de la ley 26.160, se deberá actuar
de acuerdo a lo establecido en la ley 24.071, ratificatoria del Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).

Caracterizar su condición étnica, evaluar el tipo de uso del espacio que realizan, la situación de
tenencia de la tierra en que habitan y establecer su proyección futura de uso será necesario para
evaluar la relevancia de la continuidad de ciertos sectores de bosque y generar un plan de
acciones estratégicas que permitan solucionar o al menos mitigar los problemas que pudieran
ser detectados en el mediano plazo.

51

También podría gustarte