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Niña con cara de jirafa

NIÑA CON CARA DE JIRAFA


de Natalia Carmen Casielles

Es mucha más simpática la gente que no existe


que la que existe de
verdad. Tú no puedes evitar el hecho
de existir,
y me atrevería a decir que eres simpática,
tan simpática como si no existieses.

Lewis Carroll

Alicia en el país de las maravillas y Alicia del otro lado


del espejo, dos de los libros más hermosos que jamás se
hayan escrito, fueron dedicados a Alicia Liddel, la
primera niña amiga de Charles Dodgson, quien vivió su
vida como Lewis Carroll.
La atracción de Carroll por las niñas se convirtió en
una auténtica manía. Allí donde estuviera intentaba
hacerse amigo de las niñas que conocía, les escribía
cartas, les sacaba fotografías y en su casa tenía
desparramados espejos deformantes, conejos mecáni-
cos y una colección de cajas de música.
Lewis Carroll podía pasar toda una tarde con sus
niñas fotografiándolas dormidas en la cama, disfraza-
das o semidesnudas sobre un viejo sillón.
Natalia Carmen Casielles

Pero sus niñas caían en desgracia cuando cumplían


quince años y sus cuerpos de mujeres mataban a sus
cuerpos de niñas.
Esta obra está inspirada en el libro Niñas, libro que
reúne una serie de fotografías que Lewis Carroll sacó a
sus niñas amigas, en múltiples disfraces y posturas, y
un conjunto de cartas dedicadas a ellas.
Niña con cara de Jirafa recibió el Premio Artei a
la Producción de Teatro Independiente. Formó parte
de la III Jornada de Investigación y Crítica Teatral,
realiza- da en la Feria Internacional del Libro de
Buenos Aires. La versión corta del texto se
encuentra editada en el libro Palabras en Diálogo
(Editorial Leviatán, 2013). En el 2012 se estrenó en el
teatro Abasto Social Club. Participó de varios
festivales nacionales y del IX Coloquio Inter-
nacional de Teatro, Lenguajes escénicos en el Nuevo
Milenio, de Montevideo, Uruguay.

Ficha técnica:
Dramaturgia y dirección: NATALIA CARMEN CASIELLES. Actriz:
SOL TESTER. Diseño de vestuario: GUSTAVO ALDERETE, DE LA
POLILLA VESTUARIO. Diseño de escenografía: MARILÚ CARBÓ.
Diseño de luces: JAVIER CASIELLES. Diseño sonoro: PEDRO
DONNERSTAG. Diseño gráfico: ESTUDIO PINI. Asistencia de
escenografía: RODRIGO PASCUAL. Asistencia de dirección: SOL
PITTAU. Producción: EL COLOR DE LAS JIRAFAS.
Niña con cara de jirafa

Personajes:
La niña con cara de jirafa

Todo a oscuras, se escucha el sonido de una caja de


música, luego a la niña.
Niña con cara de jirafa: Yo ahora soy una niña, niña
aunque no esté en la niñez soy yo, y aunque tenga
pocos años ya no tengo tan pocos como para ser una
niña. Aunque sí soy alguien que tiene poca reflexión y
experiencia y por eso pienso que tal vez yo si soy una
niña. Me miro en el espejo y pienso, ¿Yo seré una niña?

Luz. La niña con cara de jirafa comienza su viaje.

Eres mi niña amiga dijo la voz, la voz era de él, así que
él me dijo que yo era su niña amiga aunque yo ya no
tenía edad de niña. Después dijo que entre nosotros los
dos comenzaba una cosa y como la niñez era el
comienzo de una cosa, entonces por eso también yo era
su niña amiga. Me gusta ser tu niña amiga y ahora que
lo soy ¿Qué es lo que debo hacer?

Él la agarra de su muñeca, él no se ve, a él solo lo ve la


niña.

Él me agarró de la muñeca y me explicó que la moral


solo era un árbol cuyo fruto es la mora y que me sacaría
Natalia Carmen Casielles

una fotografía en la cual yo estaría triste. Me agarró


nuevamente de la muñeca y me dijo que las niñas eran
de azúcar y canela y que no debía yo decir que tenían
poca reflexión aunque si poca experiencia. Lo miré a
sus ojos caídos y le pedí que no me agarre de la muñeca
para llevarme, pero él dijo que eso no era posible ya
que no veía ninguna muñeca a la vista.

La niña con cara de jirafa conversa con él, a él lo


escuchamos porque la niña habla, su voz es la de la niña.

Tan solo te veo a ti niña, aunque muy bella niña que


podría confundirse con una muñeca, pero que aún así
me doy cuenta que no lo eres porque hablas y te
mueves.
La muñeca de mi brazo dije.
Pero eso no es una muñeca, tal vez tú no lo sabes pero
las muñecas son de trapo y las niñas como tú juegan
con ellas.
Esto también es una muñeca.
Yo tan solo veo una parte del cuerpo en donde se
articula la mano con el antebrazo.
Pues eso es una muñeca.
Que torpe soy dijo y me soltó mi muñeca aunque ya
habíamos llegado al lugar en donde él quería que yo
esté.
Niña con cara de jirafa

Me miró y me dijo.
¿Tú no serás una niña mala verdad?
Creo que no, contesté.
Entonces ve a ponerte uno de esos trajes y vuelve para
que pueda sacar una fotografía tuya.

Me dijo esto mientras yo recordaba que antes de irme a


dormir veía en un libro algunos retratos que hizo a
otras niñas y que me gustaron mucho pensé, me
gustaron sobre todo los retratos de otra niña con aquel
nombre raro que no recuerdo pero que era parecida a
mí y a la cual él le sacó varias fotografías y pienso que
tal vez por eso le guste yo ahora y me quiera sacar
fotografías a mí.

La niña con cara de jirafa comienza a sacarse su ropa


hasta quedarse en camisón.

Me pongo el traje, un traje que no es más que un


simple camisón que me queda holgado.
Miro una de las fotografías de otra de las niñas y pienso
que eso si es belleza y no lo otro que dicen de él y sus
niñas, esto sí es belleza y no lo otro, esto....

Y repentinamente tengo la sensación de que no solo el


camisón me queda grande, si no que todo me queda
completamente grande y dudo de que eso sea normal.
Natalia Carmen Casielles

La niña cae como cae Alicia adentro de la cueva del


conejo.

Yo detesto las cosas que los mayores dicen que son


normales y eso es porque yo sé que las cosas no hablan
y les dicen a los mayores si son normales o no, sino que
los mayores son los que hablan y dicen que cosas son
las normales y que cosas no. ¿Yo seré una cosa normal?
No es que me gusten las cosas diferentes, pero tampoco
las normales, siempre me mareo pensando esto y
entonces no sé al lado de qué algo es normal o al lado
de qué algo es diferente, yo según de quien esté al lado
soy normal o soy diferente ¿Al lado de él cómo seré?

La niña con cara de jirafa agarra su muñeca y empieza a


sacarle la ropa. La muñeca viste muy parecida a la niña. La
niña comienza a sacarle la ropa.

Mis últimas palabras se fueron escapando desde mi


cabeza hacia afuera, entonces él me dice…
Tú no eres una cosa, eres una niña y al lado mío tan
solo eres una niña y siempre lo serás aunque tengas los
cabellos ya grises.
Eso me hace sentir bastante normal pienso y su manera
de hablar a veces no parece de ahora y mi manera de
contar esto en ocasiones tampoco parece ser de ahora,
entonces pienso que tal vez ahora es antes, y si ahora es
antes, entonces antes es una de esas épocas en que
había

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más espacio entre casa y casa y las mujeres usaban


vestidos mas grandes como campanas gigantes y
entonces por los vestidos es que se necesitaría más
espacio entre casa y casa, porque las mujeres usaban
vestidos más grandes que ocupaban todo el lugar y
pienso que tal vez las mujeres ahora se visten más
ajustadas porque ya no hay tanto espacio entre casa y
casa y eso me hace sentir rara y no normal.

La niña camina como en una cornisa que da al vacío.

Y pienso nuevamente que entonces ahora es antes y


que estoy en otra época y que por eso por momentos
hablo así y mezclo todos los tiempos cuando hablo al
contar esto, así mezclando los tiempos. Creo que es por
lo que me pasó esta mañana. Porque hoy por la
mañana no me sentía nada normal, de hecho me sentía
lo contrario de normal, ya que hoy me desperté
pensando que yo ya no era yo, sino otra persona y me
pregunté ¿Si no soy yo entonces quién soy? Voy a salir
al parque y a mirar para arriba, respirar muy profundo
y ver quién soy, si me gusta la persona que ahora me
toca ser voy a salir a caminar por todos los parques y
praderas del mundo, si no me gusta no saldré más.

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Natalia Carmen Casielles

La niña salta al vacío, todo se vuelve oscuridad, en la


oscuridad se escuchan las respiraciones profundas de la
niña, una caja de música, pasos. Luz, la ropa de la niña ha
cambiado al igual que su cara.

Esto me hizo acordar a mí misma, acordarme, que tal


vez yo era o soy algún personaje que él contaba en los
paseos en barca por el río. Me gustaban los cuentos que
contaba por el río, él siempre contaba cuentos que
contaba por el río. Él no es mi papá, él es un amigo de
mi papá que cuenta historias y saca fotografías de
niñas, de niñas como yo.

La niña saca una caja, de la caja salen libros, de los


libros salen cartas.

Tengo aún guardados unos libros que él me leía y


alguno que otro libro me envió por correo. Siempre nos
escribíamos cartas, siempre contaba las historias más
extraordinarias en las cartas y cuando estábamos juntos
yo lo escuchaba. Aunque no entendía a veces lo que él
decía, porque si bien uno puede saber escuchar a veces
uno no sabe entender bien las cosas que escucha. Eso
decía él y yo lo escuchaba y no entendía lo que me
decía mientras me decía eso, pero yo lo miraba y lo
escuchaba, lo escuchaba hasta quedarme dormida.

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Niña con cara de jirafa

La niña duerme en el lago.

En una oportunidad me contó una historia de un señor


que tenía la misma edad que él y vivió siempre con él
pero que en vez de llamarse Charles se llamaba Lewis y
que ese señor igual a él pero con otro nombre le dolía
mucho la boca por haber dado muchos besos. Le
pregunté a quién y me dijo a una niña.
¿A una niña especial como yo?
Si como tú.
¿Y cómo se llama esa niña?
Se llama Alicia.

La niña llora.

Los ojos se me pusieron llorosos y empecé a llover


desde los ojos y mi cara se puso alargada como la de
una jirafa pensando que siempre estará Alicia entre
nosotros y que Alicia siempre será su preferida ¿Por
qué yo no puedo ser su preferida? ¿Acaso salí mal en la
fotografía que me sacó?
Pero tú eres una de mis amigas niñas preferidas, eres
una de mis únicas amigas reales.
Soy una de sus amigas niñas, él me escribió algo
hermoso en una carta, me escribió, tú eres mi única
amistad real, una amistad real en tanto tu cuerpo de
niña nada revele aún a la mujer te tendré siempre a mi

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Natalia Carmen Casielles

lado, pero si alguna vez tu quieres irte jamás pero


jamás te obligaré a quedarte y aunque tengas los
cabellos grises, a diferencia de las otras niñas, tú si
siempre serás mi niña amiga.

Eso me confundió bastante porque para tener cabellos


grises o bien me tendría que haber metido en una
chimenea llena de hollín, pasar unos días al sol y
quedar gris o ya tendría que ser toda una mujer.

La niña con cara de jirafa escucha a su muñeca.

¿Qué dices? Basta, basta, ya no hables, basta, basta de


hablar como ella, eres una muñeca mala, mala ¿Por qué
no quieres hablar como otra de las niñas? ¿Por qué
quieres ser Alicia? ¿Qué dices ahora?, pero si él ya no
está acá, no está o acaso… ¿Tú lo ves pegado en mi
vestido? Tampoco se subió a mi espalda, de haberlo
hecho lo sabría, ¿Cómo que por qué?
Porque me pesaría. Aunque tal vez esté sobre mi
cabeza o sobre mis pies y no me he dado cuenta aun yo
de eso ¿Tú puedes ver si está encima de mis pies?
Porque a él le gusta bailar arriba de mis pies, porque él
dice que yo bailo bien y que él no y por eso debo yo
enseñarle. Aunque yo le dije que no puede bailar
encima de mis pies porque me pesa mucho, pero él me

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dijo que le peso porque lo miro con cara de que algo


grave está ocurriendo. Él me dice que si yo lo dejara de
mirar con gravedad, entonces habría falta de gravedad
y entonces él podría volar encima mío. No entiendo lo
que me dice, prefiero yo poner mis pies encima de sus
pies y así bailar aunque igualmente nunca música.

La niña con cara de jirafa parece flotar.

¿Cómo que no hay música? Me dijo la primera vez que


bailamos, si yo escucho una melodía hermosa.
¿Dónde está esa música? Pregunté.
Ahí mismo dijo.
Pero yo no la escucho.
Es curioso porque cuando tú dices que no la escuchas
es ahí cuando yo la escucho, en cambio cuando tú te
callas tratándola de escuchar la melodía se va.
¿Pero qué melodía escuchas?
Ahí la acabé de escuchar y ahora ya se fue.
Pero yo no escucho nada.
Ahí de vuelta la escuché.
¿Y es solo melodía?
Es melodía hermosa con palabras.
¿Y qué palabras dice?
Qué bueno que lo preguntaras porque recién la
melodía decía algo.

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Natalia Carmen Casielles

¿Era algo bello?


Si, era algo bello
¿Y qué decía?
Recién la melodía decía ¿Era algo bello? y antes decía
¿Y es solo melodía? y mucho antes decía ¿Dónde está
esa música?

Todo se vuelve oscuridad, desde la cara de la muñeca


sale luz, la niña baila con su muñeca iluminada.

Me gusta bailar contigo, aunque no sé si melodía y


música son lo mismo
¿Y cómo tu sabes eso?
Yo no lo sé, por eso pregunto.
Tu sabes una pregunta y eso ya es saber demasiado.
Pero pregunte porque no lo sé.
Pues una pregunta supiste.
Yo tengo otra pregunta para ti... ¿Dónde está la
muñeca que te regalé la última navidad?

La muñeca se apaga, vuelve la luz, la presencia de él es


cada vez más fuerte.

Acá mismo, estaba yo jugando con ella antes de que


llegues pero le prometí que no nos mirarías al hacerlo.
¿Por qué le prometiste eso?

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Niña con cara de jirafa

Porque dice que no le gusta que la mires, aunque para


calmarla le dije en secreto que ella podía ser yo y yo
podía ser ella.
¿Y para qué quieres ser ella si tú eres una muñeca más
linda que esa muñeca?
¿Yo soy una muñeca?
Si, tú lo eres.
Pero en otro tiempo me has dicho que no lo era y que
ellas eran de trapo, aunque la mía no lo es, entonces yo
podría ser una muñeca, pero si yo soy una muñeca
¿Quién está jugando conmigo ahora?

La niña cae en la caja y queda acostada como una


muñeca desparramada en una repisa de algún cuarto de
niña.

Tal vez esté yo en estos momentos en una repisa de un


cuarto de una niña de verdad que me hizo creer que yo
niña era, por ahí mi muñeca tan solo es mi compañera
de repisa, por ahí mi niña dueña es ella, por ahí por eso
siempre la nombro, por ahí estoy en el cuarto de la casa
de Alicia y las voces de él me vienen desde lejos, desde
otro cuarto de la casa de ella y por eso escucho sus
cuentos y sus historias. Por ahí es Alicia la que me lleva
siempre en su regazo, dije en su regazo y esa palabra de
vuelta me parece de antes, yo ahora diría, por ahí es

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Alicia la que me lleva encima, pero en cambio dije


regazo, en cambio dije eso, y si en cambio el cambio de
niña a muñeca pasa mientras me doy cuenta de lo que
pasa entonces yo ya niña no soy.

La niña se ha convertido en muñeca. La niña es muñeca


hasta que se da cuenta que es niña.

Escucho su voz, escucho la voz de él que cuenta algo, le


cuenta algo a alguien, le cuenta que hay una niña que
llora como una luciérnaga porque salió mal en una de
las fotografías que él le sacó, que hay otra niña que
bosteza como un hipopótamo pensando en sus tareas
del colegio y que hay otra niña que alarga su cara como
una jirafa cuando se pone triste y que él escribirá
historias para todas ellas. Esa niña soy yo, pienso, la
última niña que nombró soy yo pienso y si pienso eso,
pienso que si soy niña y no soy muñeca.

Por las dudas sacaré mi espejo y me miraré, luego me


peinaré y vestiré para él, si él me ve lo suficientemente
niña entonces vendrá, porque yo creo que él quiere que
yo sea niña aunque me dijo que era una muñeca, yo sé
que él quiere que yo sea niña y no muñeca, he
nombrado tantas veces la palabra niña que si no lo soy
en un rato lo seré.

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Niña con cara de jirafa

La niña con cara de jirafa piensa en él.

Mejor voy a sentarme acá y a esperar que venga


nuevamente, voy a sentarme acá y no ser muñeca si no
niña, voy a sentarme acá y a esperarlo que venga a
sacarme una de sus fotografías, voy a esperarlo
mientras me miro en el espejo.

La niña saca un pequeño piano y comienza a tocar la


misma melodía que sonaba al principio en la caja de
música.

Tengo cien espejos que son solo espejos, pero después


tengo este espejo que él me regaló un día de lluvia y
con este espejo puedo meter mi mano y dársela a él.
Puedo con mi mano tocar su cara y su pelo, puedo con
mis manos tomar prestado el más maravilloso cuento
que se haya escrito, puedo poner mis dedos del otro
lado del espejo y arrancar flores para mi cabello, ahora
mismo podría hacerlo, podría pasar a través del espejo
y sacar unas flores para mi cabello, creo que quedarían
bien, las flores quedarían bien en mi cabello. Yo no
tengo ningún cuento, el que agarraría no sería mío, no
sería escrito para mí, sería de ella, sería de ella y no
mío. Él no me escribió nunca ningún cuento, nunca me
escribió uno, me contó muchos y me escribió cartas,
pero ningún cuento escrito para mí y yo ya me voy

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poniendo mayor y él no me escribió ninguno y si ya soy


mayor dejo de ser niña y si dejo de ser niña él ya no me
va a querer.

La melodía se vuelve ruido, el ruido se termina, el piano


se ha roto, la niña ha cambiado.

De pronto siento que mis tiempos son tiempos tan


chiquititos que entrarían en una barca por el río, de
pronto siento que mi cuerpo es tan chiquitito que no
soportaría el peso de una aguja y que ahora mi cuerpo
es pequeño pero ya no de una pequeña, mi cuerpo
ahora es pequeño como el papel mojado. Recibí una
última carta de él, una carta que decía: Alicia ya no me
quiere. No lo quiere más, sus ojos, los ojos de él se han
vuelto más caídos, tendría que haberme elegido a mí,
yo nunca hubiera dejado que sus ojos caigan.

La niña con cara de jirafa comienza a sacarse sus


polleras hasta quedar nuevamente en camisón.

Desde lo lejos escucho nuevamente su voz, su voz que


me habla, que me dice que guarde el espejo que él me
regaló ese día, que en su reflejo siempre seré niña, pero
no me dice que cruce, él no me dice que cruce del otro
lado del espejo, eso no es para mí, eso es para Alicia,
aunque ella ya no lo quiere, eso es para ella, y lo que él

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Niña con cara de jirafa

me dice me hace sentir como adentro de una cueva


repleta de conejos que sueño tres minutos antes de
despertar.

Todo es tristeza, la niña se acuesta sobre su caja como


en una cama encantada.

Comenzó a llover, pero ahora no en mis ojos, sino


afuera, y desde la ventana se podía ver el lago
congelado por otros fríos y otros tiempos.
Quizá nos vemos en cien años, me dijo al guardar la
caja oscura, cuando vaya a visitarte a tu casa de verdad
antes de despertar, y tú seguirás igual y yo ya seré
mayor, entonces para que me reconozcas llevaré otro
espejo y te lo daré y verás reflejado del otro lado del
espejo la misma imagen de mi cara que tú ves ahora y
entonces me reconocerás, te besaré en la frente y luego
me abrazarás, abrazarás a tu querido amigo Lewis
Carroll.

Todo se vuelve oscuridad y la niña con cara de jirafa


esperará para siempre a su querido amigo.

Fin

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