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Anuario de Psicología Jurídica, Volumen 13, año 2003. Págs.

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REFLEXIÓN

LA ACTUACIÓN DEL PSICÓLOGO FORENSE EN


LA SALA DE JUSTICIA. APUNTES SISTÉMICOS
THE PERFORMANCE OF FORENSIC
PSYCHOLOGIST IN THE COURTROOM OF
JUSTICE. SYSTEMIC NOTES

Óscar Díaz Nieto*


Psicólogo Forense
Profesor Asociado

1. JUSTIFICACIÓN entre las que podrían caber, por ejemplo,


el asesoramiento a un Magistrado o al
En el ejercicio de sus funciones profe- Ministerio Fiscal, a la hora de realizar una
sionales, tanto los Psicólogos componen- exploración de un menor, etc. Para aque-
tes de los Equipos Psicosociales, como los llos que ejercen desde el campo privado,
Psicólogos que actúan desde el ámbito éstas no se cumplen en su integridad,
privado vienen atendiendo desde hace pero aparecen otras que no tienen cabida
varios años las diferentes solicitudes que desde el trabajo de los Equipos Psicosocia-
llegan desde las instancias judiciales. les, como por ejemplo la atención psicote-
Dependiendo de la procedencia de la rapéutica a las víctimas, agresores, etc.
intervención de los Psicólogos, las funcio-
nes serán unas u otras. Así, para los profe- En cualquier caso, y común a todos, de
sionales que desempeñan su labor desde entre estas posibles tareas hay una que ha
el ámbito público, cabe destacar la emi- cobrado especial relevancia en los dos
sión de informes periciales en aquellos últimos años en el quehacer diario de los
procedimientos que desde cualquier juris- psicólogos que intervienen en el foro,
dicción les sean solicitados, la interven- como consecuencia de la introducción de
ción a lo largo del procedimiento penal modificaciones legislativas de amplio cala-
juvenil, la mediación penal juvenil, la asis- do en el ordenamiento jurídico. La prácti-
tencia a las vistas de aquellos procedi- ca profesional diaria en los juzgados de
mientos en los que hayan participado y primera instancia -con competencias
emitido un informe, y un capítulo de exclusiva en derecho de familia o sin ellas-
“otras tareas” -de más difícil clasificación- , es donde se ha obrado dicho cambio al

* Enviar correspondencia a : Equipo Psicosocial Judicial. Palacio de Justicia de Barakaldo. e-mail:


diaz.o@aju.ej-gv.es
Universidad del País Vasco. Facultad de Psicología. Dpto. Psicología Social y Metodología. e-mail: pspdi-
nio@sc.ehu.es

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La actuación del Psicólogo forense en la sala de justicia. Apuntes sistémicos

entrar en vigor la Ley Orgánica 1/2000, de Esta aproximación a las actuaciones de los
7 de enero, de Enjuiciamiento Civil. Psicólogos en las salas de justicia, puede
servir, además, para introducir racionali-
Es cierto que con anterioridad a la dad en la ansiedad que a veces despierta
entrada en vigor de la nueva Ley de esta tarea entre los profesionales, y por
Enjuiciamiento Civil, en el ámbito penal qué no, también para desmitificarla. El
ya existía la obligación de comparecer en objetivo, sin embargo, dista mucho de
la Vista Oral para dar cuenta de los estu- ofrecer una receta certera. La pretensión
dios periciales psicológicos. También es es la de introducir un elemento para la
cierto que en la jurisdicción civil el trámi- reflexión, procedente desde la experiencia
te de la ratificación y aclaraciones de los y el testimonio personal.
informes periciales también aparecía
recogido en la ley. Sin embargo, debido
al carácter no oral que el día a día le 2. MARCO LEGAL
había dado a la práctica del enjuicia-
miento civil (un día a día que se prolongó De entre las diferentes jurisdicciones
durante 119 años), el hecho era que las que conforman el edificio judicial espa-
ratificaciones y aclaraciones de los infor- ñol nos centraremos en las tres que reco-
mes periciales o no se realizaban o se gen un mayor número de intervenciones
realizaban en una sala del juzgado. En profesionales por parte de los psicólo-
este acto el perito recibía por escrito la gos; la jurisdicción civil, la penal y la
formulación de las aclaraciones, el penal de menores.
magistrado declaraba su pertinencia o
impertinencia, y posteriormente regresa-
ban al perito, que dictaba al funcionario 2.1. Derecho Procesal Civil
las oportunas contestaciones.
La actual Ley de Enjuiciamiento Civil,
Sin embargo, desde la entrada en en sus artículos 346 y 347, nos aporta el
vigor de la nueva Ley de Enjuiciamiento marco legal en el que han de desarrollarse
Civil, en enero de 2001, la oralidad de las actuaciones en las vistas civiles. Estos
los procedimientos y la inmediación en artículos se encuentran recogidos en el
las actuaciones han recobrado la vigen- Libro II, Título I, Capítulo VI, Sección 5ª. El
cia perdida. Con anterioridad a la entra- libro hace referencia a los procesos decla-
da en vigor de la ley 1/2000, los profesio- rativos, el título, a las disposiciones comu-
nales o no tenían en gran consideración nes de estos procedimientos, el capítulo a
esta tarea, o directamente no la contem- los medios de prueba, y la sección, al dic-
plaban como una función específica. tamen de peritos, que es lo que nos inte-
resa. El artículo 346 habla de la emisión y
Aprovechando, por lo tanto, este ratificación del informe y dice lo siguiente:
nuevo contexto, testado ya en la práctica
desde hace años y en especial durante Artículo 346. Emisión y ratificación del
estos dos últimos, intentaremos abordar dictamen por el perito que el tribunal
la cuestión de las intervenciones profesio- designe.
nales en las vistas orales. Conviene, pues,
El perito que el tribunal designe emitirá
enmarcar esta tarea tanto desde el punto por escrito su dictamen, que hará llegar al
de vista legal, como profesional y teórico. tribunal en el plazo que se le haya señalado.

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De dicho dictamen se dará traslado a las par- sobre la posibilidad y utilidad de la


tes por si consideran necesario que el perito ampliación, así como del plazo necesa-
concurra al juicio o a la vista a los efectos de rio para llevarla a cabo.
que aporte las aclaraciones o explicaciones 5º. Crítica del dictamen de que se trate por
que sean oportunas. El tribunal podrá acor- el perito de la parte contraria.
dar, en todo caso, mediante providencia, 6.º Formulación de las tachas que pudieren
que considera necesaria la presencia del afectar al perito.
perito en el juicio o la vista para comprender 2. El tribunal podrá también formular pre-
y valorar mejor el dictamen realizado. guntas a los peritos y requerir de ellos
explicaciones sobre lo que sea objeto del
dictamen aportado, pero sin poder acor-
Por lo tanto, queda a discreción del dar, de oficio, que se amplíe, salvo que se
magistrado aceptar o no la presencia de trate de peritos designados de oficio con-
los peritos en la vista. Solo lo hará si forme a lo dispuesto en el apartado 5 del
entiende que es necesario para com- artículo 339.
prender y valorar mejor el dictamen,
aunque las partes lo pidan. Por lo tanto, existe una cierta cobertu-
ra respecto de aquellas cuestiones a las
El siguiente artículo, el 347, regula los que habrá que dar respuesta. Y siempre
contenidos sobre los cuales habrá de queda a discreción judicial aceptar las
pronunciarse el perito. Este artículo dice preguntas que formulen las partes.
lo siguiente:
Artículo 347. Posible actuación de los peri- 2.2. Derecho Procesal Penal
tos en el juicio o en la vista.
El Derecho Penal es mucho menos
1. Los peritos tendrán en el juicio o en la vista
la intervención solicitada por las partes,
exhaustivo que el Derecho Civil respecto
que el tribunal admita. de la regulación de la actuación de los
El tribunal sólo denegará las solicitudes de peritos en la sala de justicia. Es esperable
intervención que, por su finalidad y contenido, que una nueva Ley de Enjuiciamiento
hayan de estimarse impertinentes o inútiles. Criminal recoja con exhaustividad similar
En especial, las partes y sus defensores a la 1/2000 nuestra actuación en la sala.
podrán pedir:
1.º Exposición completa del dictamen,
cuando esa exposición requiera la reali- La Ley de Enjuiciamiento Criminal, de
zación de otras operaciones, comple- 14 de septiembre de 1882, recoge de
mentarias del escrito aportado, median- esta manera la actuación del perito en la
te el empleo de los documentos, mate- sala, cuando hace referencia a los proce-
riales y otros elementos a que se refiere dimientos sumarios. Lo hace en el Libro
el apartado 2 del artículo 336.
2.º Explicación del dictamen o de alguno o II, Título V, Capítulo VII.
algunos de sus puntos, cuyo significado
no se considerase suficientemente Artículo 483.
expresivo a los efectos de la prueba.
3.º Respuestas a preguntas y objeciones, El Juez podrá, por su propia iniciativa o
sobre método, premisas, conclusiones y por reclamación de las partes presentes o de
otros aspectos del dictamen. sus defensores, hacer a los peritos, cuando
4.º Respuestas a solicitudes de ampliación produzcan sus conclusiones, las preguntas
del dictamen a otros puntos conexos, que estime pertinentes y pedirles las aclara-
por si pudiera llevarse a cabo en el ciones necesarias.
mismo acto y a efectos, en cualquier Las contestaciones de los peritos se con-
caso, de conocer la opinión del perito siderarán como parte de su informe.

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En el caso de las Vistas Orales, se reco- informe, tiene cabida dentro del pre-
ge lo siguiente en Libro III, Título III, Capí- sente artículo.
tulo III, Sección 3ª.
La Ley Orgánica 5/2000, de 12 de
enero, reguladora de la responsabilidad
Artículo 724. penal de los menores, recoge del
siguiente modo la intervención del Equi-
Los peritos que no hayan sido recusados po Técnico en la fase de Audiencia. Se
serán examinados juntos cuando deban
encuentra recogido en el Título IV.
declarar sobre unos mismos hechos y con-
testarán a las preguntas y repreguntas que
las partes les dirijan. Artículo 37. Celebración de la audiencia.

2. Seguidamente se iniciará la práctica de


Artículo 725. la prueba propuesta y admitida, y la que,
previa declaración de su pertinencia, ofrez-
Si para contestarlas considerasen necesa- can las partes para su práctica en el acto,
ria la práctica de cualquier reconocimiento oyéndose asimismo al equipo técnico sobre
harán este acto continuo, en el local de la las circunstancias del menor. A continua-
misma Audiencia si fuere posible. ción, el Juez oirá al Ministerio Fiscal y al
En otro caso se suspenderá la sesión por letrado del menor sobre la valoración de la
el tiempo necesario, a no ser que puedan prueba, su calificación jurídica y la proce-
continuar practicándose otras diligencias de dencia de las medidas propuestas; sobre
prueba entre tanto que los peritos verifican este último punto, se oirá también al equipo
el reconocimiento. técnico. Por último, el Juez oirá al menor,
dejando la causa vista para sentencia.

2.3. Derecho Penal de Menores


3. MARCO TEÓRICO
La Nueva Ley de Responsabilidad
A la hora de aproximarse a la actua-
Penal de los Menores, L.O. 5/2000, con
ción de un Psicólogo en una sala de justi-
sus correspondientes reformas posterio-
cia, puede ser interesante que contem-
res, también deja claro el momento y el
plemos esta actuación desde una pers-
modo de intervención del perito en el
pectiva comunicacional. No en vano, el
procedimiento, también en la fase de
objetivo y la razón de ser de la vista es la
Audiencia, por lo tanto.
de comunicar al foro los resultados de un
estudio de caso único, y estar disponible
En este ámbito jurisdiccional, espe-
para aclarar aquellas cuestiones que se
cial por la naturaleza de los sujetos jus-
planteen.
ticiables, la actuación de los Psicólogos
en la Audiencia no se ajusta a lo que
Los operadores sociales sabemos que
conocemos en el resto de jurisdicciones
la comunicación humana responde a
como la actuación de un perito forense
una serie de postulados y a una lógica
en la sala de justicia. Tiene otras con-
específica. Por lo tanto, también en este
notaciones diferentes, que no serán
contexto tan concreto, podemos utilizar
objeto de exposición en el presente
los axiomas de la Teoría de la Comunica-
artículo. En cualquier caso, y en la
ción Humana (TCH), como faros que ilu-
medida en que también supone una
minen en la tarea. Para fundamentar
intervención en sala y una defensa del

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esta propuesta, repasaremos brevemen- texto forense nos damos cuenta de que
te los contenidos de los axiomas de la podemos rescatar una serie de aspectos
TCH, y posteriormente intentaremos importantes. En primer lugar, el hecho
buscarles la relación con el contexto de de que, en una vista judicial comunicare-
trabajo judicial. mos, con independencia de nuestro
comportamiento. Esta comunicación va
En el famoso libro de Paul Watzla- a venir marcada, además de por nuestra
wick, Janet Beavin Bavelas y Don D. Jack- conducta verbal, por el resto de expre-
son, titulado Teoría de la Comunica- siones de comunicación; del tono de
ción Humana, estos autores afirman voz, la postura, el aspecto físico, los indi-
que la comunicación es una condición cadores psicofisiológicos, etc. Evidente-
indispensable de la vida humana y el mente, estos elementos no se dan en
orden social, y que a pesar de ello, pocas una relación unívoca. Estamos ante un
o insuficientes han sido los esfuerzos por contexto que se retroalimenta. Del
estudiarla de un modo sistemático. Ellos mismo modo que los peritos no pueden
se aventuran a hacerlo, y desarrollan una no comunicar, tampoco no pueden no
serie de axiomas sobre la comunicación comunicar el resto de actores de la sala.
humana, que utilizaremos aquí. Y esta es una importante cuestión a
tener en cuenta para orientar nuestro
comportamiento.
3.1. No es posible no comunicarse
Pero una cosa es no poder evitar el
Para estos autores toda conducta es comunicar, y otra bien distinta es el
comunicación –verbal, tonal, postural, comunicar con eficacia, o incluso el pre-
contextual, etc.- Los diferentes elemen- tender ser eficaz en la comunicación.
tos del conjunto comunicativo son sus- Podríamos ir más allá diciendo que, cada
ceptibles de permutaciones y cambios, parte puede entender una cosa diferente
los cuales podrán ir desde lo congruente respecto de qué es ser eficaz en la comu-
hasta lo más incongruente y paradójico. nicación. Para algunos, quizá que se
Entienden que no existe nada que sea lo entienda el contenido del informe, para
contrario de conducta. Por lo tanto, y en otros, que no se entienda. Otros querrán
la medida en que la comunicación es que solo se tengan en cuenta determina-
conducta, es imposible que exista algo das partes, y otros, otras partes diferen-
que sea no-comunicación. Siguiendo tes del informe.
esta línea argumental, estos autores afir-
man que la comunicación no sólo es
comunicación intencional. Ser o no efi- 3.2. Toda comunicación tiene un
caz en la transmisión de contenidos o aspecto de contenido y un aspecto
comprenderlos es otra cuestión, pero no relacional tales que el segundo
cabe duda de que es un acto comunicati- clasifica al primero y es, por ende,
vo. Además, un acto comunicativo impli- una metacomunicación
ca un compromiso y define el modo en
que el emisor concibe su relación con el Según los autores de la TCH, la comu-
receptor. nicación no solo transmite información,
también impone conductas. Para Bate-
En la aplicación de este axioma al con- son (1984) todo acto comunicativo tiene

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un aspecto referencial y un aspecto –que es lo que nos interesa en este


conativo. El aspecto referencial tiene que momento- en el acto de ratificación y
ver con el contenido del mensaje. Es aclaración del informe. En la pelea por la
cualquier cosa comunicable, con inde- naturaleza de la relación, el perito corre
pendencia de su veracidad, validez, etc. el riesgo de ser fagocitado.
El aspecto conativo se refiere a cuál es el
tipo de mensaje que debe entenderse
que es. Tiene que ver con la relación 3.3. La naturaleza de una relación
entre los comunicantes. Esta relación depende de la puntuación de las
rara vez se define deliberadamente o con secuencias de comunicación entre
plena consciencia. Así, las relaciones los comunicantes
“enfermas” se caracterizan por una
constante lucha acerca de la naturaleza Así reza el tercer axioma descrito por
de la relación, y el aspecto de la comuni- P. Watzlawick, J. Beavin Bavelas y D. D.
cación vinculado con el contenido se Jackson. Para un observador externo a
hace cada vez menos importante. una relación, una serie de comunicacio-
nes puede entenderse como una
Hay una evidente relación entre los secuencia interrumpida de intercambios.
aspectos referenciales y conativos. El pri- Pero para aquellos que participan en la
mero transmite los “datos” de la comu- interacción siempre introducen “la pun-
nicación, y el segundo, cómo debe tuación de la secuencia de hechos”.
entenderse dicha comunicación. La rela- Estamos hablando de contemplar un
ción entre éstos aspectos se expresa de fenómeno desde una perspectiva causa-
todos modos, también en un modo no lista circular o lineal. Algunos teóricos
verbal, y puede entenderse claramente si mantienen que los intercambios se dan
reparamos en el contexto en el que la en función de los items “estímulo” –
comunicación tiene lugar. “respuesta” – “refuerzo”; muy utiliza-
dos en la psicología del aprendizaje y
En la aplicación forense nos damos que defiende la linealidad de las interac-
cuenta de que un procedimiento judicial ciones. Sin embargo, otros teóricos se
es un acto comunicativo en sí mismo. El sitúan en el papel de la rata y dicen “Ya
procedimiento judicial es el aspecto rela- he adiestrado a mi experimentador.
cional de la comunicación que estamos Cada vez que presione la palanca, me da
examinando. Incluye el contenido, que de comer” (Bateson y Jackson, 1964).
puede ser la custodia de los hijos, las visi-
tas con el progenitor no custodio, las En cualquier caso, en una secuencia
pensiones, el delito, etc. Con indepen- prolongada de intercambio, las personas
dencia de los “datos”, de los contenidos la puntúan de modo que una de ellas
del procedimiento, existe un claro com- tiene la iniciativa. Se establecen patrones
ponente conativo entre las partes, las de intercambio, que constituyen reglas
cuales utilizan a los actores y a los datos de contingencia con respecto al inter-
del procedimiento para enviarse mensa- cambio de refuerzos. Con independen-
jes. El perito no es ajeno a este axioma y cia de si la secuencia comunicacional es
conviene tener en cuenta que será utili- buena o mala, es evidente que la pun-
zado para alimentar el conflicto. Lo será tuación organiza la conducta. En nuestra
a lo largo de la evaluación, y también sociedad compartimos muchas conven-

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ciones de puntuación, aunque resultaría causalidad lineal y no repara en la posibili-


difícil decir cuál surge primero o qué dad de metacomunicar como modo de
sería del uno sin el otro. La falta de redefinir la relación y el conflicto.
acuerdo con respecto a la manera de
puntuar la secuencia de hechos es la
causa de incontables conflictos en las 3.4. Los seres humanos se
relaciones. El problema radica en la inca- comunican tanto digital como
pacidad para metacomunicar acerca de analógicamente. El lenguaje digital
las respectivas maneras de pautar las cuenta con una sintaxis lógica
interacciones. sumamente compleja y poderosa
pero carece de una semántica
Este axioma también nos aporta ele- adecuada en el campo de la relación,
mentos para la reflexión. Un procedi- mientras que el lenguaje analógico
miento judicial se inicia con una demanda posee la semántica pero no una
o una denuncia, que incluye una serie de sintaxis adecuada para la definición
causas que la motivan. Hay causas explíci- inequívoca de la naturaleza de las
tas, y causas implícitas que cada parte le relaciones
reprocha a la otra. Se contesta a la
demanda o a la denuncia (bien con una Según este cuarto axioma, en la
contestación formal o con la toma de comunicación humana es posible referir-
declaración judicial), con una contraargu- se a los objetos de dos maneras total-
mentación, y se propone o se ordena mente distintas; por un símil o por un
practicar la prueba para acreditar los nombre. Si se utiliza una palabra para
planteamientos de cada parte. Parece evi- nombrar algo, resulta obvio que la rela-
dente que este esquema responde a una ción entre el nombre y la cosa nombrada
puntuación determinada de las secuen- está arbitrariamente establecida. Las
cias de los hechos, y a un planteamiento palabras son signos arbitrarios que se
causalista de las relaciones. En un supues- manejan de acuerdo con la sintaxis lógi-
to de derecho de familia el sujeto A se ca del lenguaje. Se trata de una conven-
separa del sujeto B porque B bebe y no ción semántica, y fuera de tal no existe
cuida de los hijos. Pero B podrá decir que correlación ninguna. En la comunicación
empezó a beber porque A era muy analógica hay algo similar a la cosa. Es
intransigente con B y nunca le dejó hacer- más fácil referir la comunicación analógi-
se cargo de los niños. En un supuesto ca a la cosa que representa. La comuni-
penal A denuncia a B por robo de su cación analógica tiene sus raíces en
patrimonio, y pide su ingreso en prisión periodos mucho más arcaicos de la evo-
por ser peligroso para la sociedad. B lución. Encierra una validez mucho más
puede hacer dos cosas. Puede negar los general que el modo digital de la comu-
hechos de los que es acusado, lo que nicación verbal. La comunicación analó-
implícitamente supone llamar mentiroso gica es todo aquello que sea comunica-
a A, o puede asumirlos pero argumentar ción no verbal; postura, gestos, expre-
que la sociedad –de la que A es un ilustre sión facial, inflexión de voz, secuencia,
miembro- nunca le dio ninguna oportuni- ritmo, cadencia de palabras…
dad, llevándole a tener que cometer
semejantes hechos. Este esquema se tras- Ambos modos de comunicación no
lada al contexto judicial, que reproduce la existen lado a lado, sino que se comple-

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mentan entre sí en cada mensaje. Del que sería una conclusión errónea. Hay
mismo modo, cabe suponer que el que tener en cuenta que en la sala de vis-
aspecto relativo al contenido se transmi- tas no solo se “ventilan” los contenidos
te en forma digital, mientras que el objeto de litigio. El propio sistema de
aspecto relativo a la relación es de natu- relaciones entra en juego, y por lo tanto
raleza predominantemente analógica. El lo conativo y también lo analógico. No es
mensaje digital es de mucha mayor lo mismo la expresión digital con un tono
complejidad, versatilidad y abstracción de voz que con otro, con una postura
que el material analógico. La comunica- que con otra, con una expresión facial
ción analógica no tiene nada compara- que con otra, etc. La emisión y recepción
ble a la sintaxis lógica del lenguaje digi- de los contenidos digitales viene muy
tal. No hay equivalente para elementos mediatizado por los contenidos analógi-
como “si…” “luego…” “o…”. La cos.
expresión de conceptos abstractos resul-
ta difícil o imposible. El lenguaje analó-
gico, además, no dispone del concepto 3.5. Todos los intercambios
“no”. comunicacionales son simétricos o
complementarios, según que estén
En su necesidad de combinar estos basados en la igualdad o en la
dos lenguajes, el hombre debe traducir diferencia
constantemente de uno al otro, y al
hacerlo debe enfrentar curiosos dilemas. Finalmente, P. WATZLAWICK, J. BEA-
No sólo sucede que la traducción del VIN BAVELAS y D. D. JACKSON, nos pro-
modo digital al analógico implica una ponen un quinto axioma. En la interac-
gran pérdida de información, sino que lo ción simétrica los participantes tienden a
opuesto también resulta sumamente igualar especialmente su conducta recí-
difícil. Hablar acerca de una relación proca, y así su interacción puede consi-
requiere una traducción adecuada del derarse simétrica. Sean debilidad o fuer-
modo analógico de comunicación al za, bondad o maldad, la igualdad puede
modo digital. mantenerse en cualquiera de estas áreas.
En el caso de la interacción complemen-
Pudiera parecer que en la sala de justi- taria, la conducta de uno de los partici-
cia no se da otro tipo de comunicación pantes complementa la del otro.
que no sea la digital. Efectivamente, el
contexto relacional que se establece en En la relación complementaria un par-
la sala de justicia es un contexto muy ticipante ocupa una posición superior o
sofisticado. Allí se dan cita una serie de primaria, mientras que el otro ocupa una
personas con una muy elevada cualifica- posición inferior o secundaria. Una rela-
ción y formación, que además utiliza un ción complementaria puede estar esta-
lenguaje técnico, y participa de una jerga blecida por el contexto social o cultural o
específica. Dejan a un lado a las partes ser el estilo propio de relación de una
implicadas, que cuando participan tie- idea particular. Ninguno de los partici-
nen que plegarse a las pautas marcadas pantes impone al otro una relación com-
desde la sala. Esto pudiera llevarnos a la plementaria, sino que cada uno de ellos
conclusión de que lo analógico en este se comporta de una manera que presu-
contexto no tiene cabida. Entendemos pone la conducta del otro, al tiempo que

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ofrece motivos para ella: sus definiciones sala de justicia de la que Juan Romero
de la relación encajan. habla es la sala de justicia penal. Él nos
introduce advirtiendo de que Psicología
En la medida en que el perito acude a y Derecho son dos disciplinas diferen-
la sala de justicia a contestar preguntas, tes, por lo que los operadores judiciales
puede entenderse que se sitúa en una no tienen por qué conocer la terminolo-
posición complementaria. Esto no quie- gía psicológica. Esto, afirma, puede
re decir que se sitúe en una posición traer como consecuencia la formulación
sumisa, simplemente complementa el de cuestiones incomprensibles, llamati-
todo relacional que se da en la sala. vas o incluso absurdas. Para este autor
Quizá en algún momento alguna de las habrá preguntas de sentido común,
partes busque situarnos en un patrón preguntas poco claras o técnicamente
de interacción simétrica. Hay que tener incorrectas, y preguntas correctamente
en cuenta que –como norma general- formuladas.
las partes están en un patrón de inte-
racción simétrica, y puede que preten- De las preguntas de sentido común,
dan aliarse con nosotros para alimentar Romero afirma que poco o nada tienen
la escalda que mantiene con la otra que ver con cuestiones relacionadas con
parte, o que intenten descalificarnos, la profesión, y sí con aspectos de la testi-
también como respuesta simétrica a la ficación. Preguntas como “¿ha tratado
otra parte. En un contexto de este tipo Vd. al procesado?” Bien podrían ser
no sería descartable que el perito rom- contestadas con un sí o con un no. Res-
piera esta dinámica peligrosa para él pecto de las preguntas poco claras o
introduciendo elementos de metaco- técnicamente incorrectas, este autor
municación. considera que son realizadas debido al
desconocimiento de los profesionales de
la Justicia, de la terminología psicológi-
4. TIPOS DE PREGUNTAS ca. En estos casos, Romero considera
conveniente solicitar aclaración de la
Pero, ¿qué tipos de preguntas le espe- pregunta al formulante de la misma. En
ran a un perito en la sala de justicia? el último grupo, en el de las preguntas
¿Pueden tipificarse, o son siempre ines- correctamente formuladas, incluye pre-
perables? ¿Alguien se ha preocupado guntas del tipo “¿Personalidad del suje-
por estudiarlas?. Realmente, en la litera- to?”. Son, según Romero, perfectamen-
tura consultada para la elaboración de te abordables.
este texto, no ha sido fácil encontrar pis-
tas que nos ayuden a aclarar esta cues- Francisco Granados (1990) y Marta
tión. Es cierto que la revisión no ha sido Ramírez, Vicente Ibañez y Pilar de Luis
exhaustiva, pero no es menos cierto que (1998) por su parte, nos hablan de los
esta cuestión no es precisamente de las intentos de desacreditación de los peri-
mas abordadas en nuestra literatura tos, realizados por las partes en las vistas
científica. de ratificación y aclaraciones de los infor-
mes. Para Granados, la ratificación
Juan Romero (1993) nos dice que un podría considerarse un momento devo-
perito puede encontrarse con tres tipos lutivo, y de responsabilidad de las consi-
de preguntas en la sala de justicia. La deraciones a las que se ha llegado. Obli-

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ga al profesional a conocer sus niveles de nar el nombre de la universidad por la


inferencia y a responsabilizarse de las que se licenció el perito, éste ha salido
afirmaciones que hace. Sin embargo, airoso de la prueba.
este momento puede ser utilizado por
las partes como “degolladero de vacas
sagradas” (Haward, 1979) o “ziskiniza- 5. ALGUNAS PAUTAS CONCRETAS
ción”. La ziskinzación (Ziskin, 1970, DE ACTUACIÓN
1980) es una estrategia de descrédito
del experto. Esta expresión tiene su ori- Tras haber recorrido algunas cuestio-
gen en J. Ziskin, y en su trabajo a favor nes importantes que tienen que ver con
de la desmitologización de la labor e el marco legal en el que se desenvuelve
influencia del perito. Se trataría de exigir nuestro trabajo, y un posible marco teó-
al perito más de lo que puede dar para rico que nos ayude en la tarea de la ratifi-
desvalorizar lo que da. La base de esta cación y aclaraciones del juicio, y haber
estrategia es la negación de evidencia descrito –grosso modo- la tipología de
aceptable en las conclusiones psicológi- preguntas posibles en una vista, bueno
cas de los peritos. Esta estrategia no sería pasar a proponer alguna pauta con-
tiene por qué ir en contra del perito. Se creta de actuación.
orienta a anular el efecto del informe en
el juez. Los letrados experimentados bus- Como se ha mencionado al comienzo
can una alianza con los puntos oscuros y de este trabajo, no hay intención ningu-
dudas del propio perito, dudas, que por na de ser magistral ni taxativo a la hora
otra parte, pueden ser muy científicas. El de abordar esta cuestión. Sin embargo,
éxito completo viene cuando el letrado sí está presente en este trabajo el ánimo
consigue llevar al experto por la admi- de compartir la experiencia diaria. Y es
sión de verdades parciales, y a que diga desde ese punto de vista desde el cual se
algo que encaje en un discurso ya prepa- plantearán una serie de recomendacio-
rado por el letrado. Este lleva al perito nes para la actuación en la sala de justi-
más allá de dónde quiere ir, le plantea cia. Un repaso a la bibliografía ha dado
futuribles, etc. como resultado la existencia de tres
autores que, ya hace veinte años, se pre-
Algún profesional ha afirmado que un ocuparon por proporcionar a los peritos
buen modo de comprobar si el perito pautas y sugerencias de actuación. Para
está sabiendo afrontar bien o no una una mayor profundización en el tema
ratificación ziskinizadora es el grado de consultar Brodsky (1977), Brown (1981),
personalización que llevan las preguntas y Hodge (1986).
que recibe. Un letrado puede comenzar
cuestionando las conclusiones del infor- Hay una serie de cuestiones de orden
me, si ve que no logra su objetivo, cues- general y que tienen que ver con el
tionará el contenido, la metodología aspecto formal de las vistas, que tratare-
empleada, y de este modo irá volviéndo- mos a continuación de modo breve. Pero
se más cuestionado hasta acabar cues- parecen más importantes que estas
tionando la profesionalidad del perito su cuestiones, otras que tengan que ver
experiencia, su formación específica etc. con criterios que nos ayuden a manejar-
Irónicamente pudiera concluirse que, si nos en el “baile” con los abogados, el
el letrado acaba por preguntar y cuestio- fiscal y el magistrado. A estas segundas

132 ANUARIO/2003
Óscar Díaz Nieto

le dedicaremos más espacio, pero repa- tados de la misma. En algunos casos, no


semos las primeras. tendremos clara la orientación de nues-
tro informe. En otros casos nos faltarán
Tienen su relevancia cuestiones de corregir pruebas, o querremos con-
externas como la edad, la presencia físi- trastar alguna información con algún
ca, la experiencia del perito percibida profesional ajeno a nuestro servicio,
por los operadores judiciales, la ubica- etc. Sin embargo, el hecho de que los
ción del perito en la sala, etc. Algunas sujetos salgan de la pericial informados
las podemos controlar, y otras no, por –si cabe someramente- sobre la orienta-
lo que es conveniente conocerlas y ción de nuestro informe, ayudará
tenerlas en cuenta. No es lo mismo mucho a la hora de enfrentarse al acto
tener veinticinco años, que cuarenta y de aclaraciones. La devolución nos evita
cinco, un año de experiencia, que cinco que se enteren del contenido del infor-
o diez, etc. También es importante me en la sala, o través de sus abogados,
hacerse a la idea de que el único intervi- y nos permite que la transmisión de esa
niente que se encontrará de pie en la información no corra el riesgo de estar
sala será el perito, en un espacio reduci- sesgada. Además, en casos de familia,
do, y sobre el que se concentrarán podremos darla planteándola desde el
todas las miradas. Quizá en las Audien- punto de vista del interés del menor.
cias Provinciales se nos conceda el dere- Los intervinientes, pues, cuando lleguen
cho a declarar sentados, pero no en un a la sala ya sabrán cual es nuestra opi-
juzgado de lo penal o en uno de prime- nión, y nosotros nos sentiremos tam-
ra instancia. Por el momento, el único bién menos ansiosos a la hora de con-
foro que nos garantiza asiento es el de testar a las preguntas que nos hagan los
los juzgados de menores. Además, la abogados.
situación para nosotros es la contraria a
la habitual, estamos para responder y
no para preguntar. 5.2. La prueba pericial Psicológica es
una prueba de un procedimiento
Respecto de la segunda cuestión, a judicial y no un procedimiento
continuación se presentan una serie de paralelo al procedimiento judicial.
criterios, que pueden ayudarnos. No
son exhaustivos ni definitivos. Tan solo En muchas ocasiones parece que la
parten de la experiencia y de la refle- prueba pericial hace la competencia al
xión, y por supuesto, están sujetos a procedimiento del que forma parte, y
debate. los peritos hacemos la competencia al
magistrado. Parece que en la prueba
pericial han de probarse todas los ele-
5.1. Una buena actuación en la sala mentos del pleito, tengan o no tengan
de vistas empieza con una buena que ver con el objeto de la pericia. Pro-
devolución en la prueba pericial. bablemente esta es una cuestión indu-
cida a los profesionales por los subsiste-
Es cierto que no en todas las inter- mas cliente-abogado. Y es una cuestión
venciones periciales puede concluirse en la que no debemos caer. Asumir
ofreciéndole a la familia, víctima o esto, aparte de que podría llegar a ser
imputado una devolución de los resul- ilegal, sería asumir una responsabilidad

ANUARIO/2003 133
La actuación del Psicólogo forense en la sala de justicia. Apuntes sistémicos

que no nos corresponde, y caer en la pero quien más sabe del informe, a la
tentación –o en la trampa- de comenzar hora de ratificarlo y aclararlo, es el pro-
a responder cuestiones sobre las que no pio perito. Los demás escuchan. Escu-
nos han preguntado en el objeto de la chan porque no son expertos, y necesi-
pericia, y sobre las que no somos exper- tan del testimonio de un experto para
tos. poder probar una cuestión que no
dominan. Por lo tanto, podemos estar
tranquilos. Si estamos convencidos de
5.3. Por lo tanto, la vista de que nuestro informe está bien hecho,
ratificación y aclaraciones de un de que hemos actuado según nuestro
informe pericial, es la vista de “leal saber y entender”, no habríamos
ratificación y aclaraciones del de tener reparos para defender con
informe, y no un momento para claridad todas las premisas y conclusio-
emitir un informe paralelo. nes que conforman el texto del infor-
me.
Efectivamente, del mismo modo que
la prueba pericial es la prueba pericial, y
no un procedimiento paralelo, la vista 5.5. El perito es experto,
es la vista, y no el momento para hacer pero no lo sabe todo
otro informe. Hay que tener en cuenta,
que el informe ya esta hecho, ya se ha Es importante ser honesto con uno
recibido a los sujetos, se ha escrito el mismo y no ir más allá de los conoci-
informe contestando a las preguntas mientos que se dominen. Es posible que
periciales, y se ha presentado en el juz- el perito no sea capaz de responder
gado. Por lo tanto, la prueba está com- adecuadamente a los objetos de la peri-
pleta, o casi. En ocasiones, es de interés cia propuestos. Esto puede ser así por
para los abogados, o bien reforzar ante varias razones; o porque la petición no
el magistrado los contenidos del infor- es clara, o porque la información que se
me, o cuestionarlos. De este modo se ha podido recoger no ha sido suficien-
puede iniciar toda una cadena de pre- te, porque ha habido sujetos cuya eva-
guntas sobre cuestiones que están luación era necesaria, que no han com-
escritas con la intención de que el peri- parecido, etc. En estos casos es mejor
to modifique el contenido del informe. hacerlo constar en el informe y repetirlo
En este sentido el Art. 347. 1. 1º. nos en la vista, que hacer inferencias sus-
ampara. Si el perito quiere modificar el tentadas en demasiados pocos datos, y
contenido del informe, puede hacerlo al luego tener problemas para defenderlas
comienzo de su comparecencia, al res- en la sala.
ponder a la pregunta judicial sobre si se
afirma y ratifica en el contenido del En otros casos, puede que el perito
mismo. haya respondido correctamente a las
cuestiones planteadas, y en la sala se le
pregunte por futuribles. Una recomen-
5.4. El experto es el perito. dación es la de no caer en eventuales
La sala escucha. “trampas” y remitirse al objeto de la
pericia y a los datos obtenidos en la
Puede parecer una perogrullada, evaluación.

134 ANUARIO/2003
Óscar Díaz Nieto

5.6. La evaluación se hace en información que vaya más allá de las


función de unos objetos de pericia capacidades, conocimientos y cometido
determinados, sobre los que el de éste.
magistrado declara su pertinencia.
Las aclaraciones serán sobre esos
extremos, y no sobre cuestiones no 5.8. Si no se entiende, lo mejor
evaluadas. es preguntar.

Hay ocasiones en las cuales la prueba En ocasiones los letrados emiten pre-
pericial se acuerda sobre unos extremos, guntas de difícil comprensión. Puede ser
pero luego las preguntas en la vista tie- porque no hayan sido ellos quienes
nen que ver con otras cosas. Puede que hayan redactado las preguntas, puede
nos encontremos con peticiones de peri- que no hayan leído el informe, solo las
cial poco claras y que luego, en la vista, conclusiones, y estén despistados, o
se nos pregunte sobre éstas u otras puede que pretendan confundir a la sala
cuestiones que, podríamos decir, entran y al perito, con largas formulaciones, en
en el terreno de la adivinación, de los las que se mezcla la pregunta con la
futuribles… argumentación.

No es descartable que otros psicólo-


5.7. El objetivo es el de aclarar, gos o técnicos de las ciencias sociales
no el de dar un discurso. redacten las preguntas que los abogados
nos planteen en la sala. Esto quiere decir
Por eso es importante ceñirse al con- que nos preguntan manejando un len-
tenido del informe y ser conciso en las guaje ajeno para ellos, y emitan las pre-
respuestas que se den, sobre todo a los guntas de un modo no propio. Si la pre-
letrados de las partes. Hay que tener en gunta nos resulta extraña, podemos
cuenta que contra más hable un perito devolvérsela al letrado para que nos la
más material produce para recibir nue- reformule. Entonces tendrá que pensarla
vas preguntas, que respondan al interés y emitirla con su lenguaje. Es cuando la
de las partes. Quizá en algún caso, y si pregunta pierde potencia y es más
se conoce el modo de proceder del manejable para nosotros.
Magistrado o del Ministerio Fiscal –y en
el caso de que ellos formulen alguna Otras veces el letrado llega con el
cuestión- puede el perito ampliar un informe poco trabajado, y tiene que
poco más el contenido de sus respues- cubrir el expediente delante de su cliente.
tas. Conviene recordar que las partes Es posible, entonces, que realice pregun-
persiguen sus propios intereses, y sin tas generalistas, o que pregunte por
embargo el Magistrado y el Fiscal tienen cuestiones ya plasmadas en el texto.
otros intereses diferentes. El magistrado Quizá sea conveniente recordarle que, o
debe poner la sentencia, y el Fiscal res- que la respuesta se encuentra en el texto,
ponde al interés del menor. Por eso sus o que emitir una respuesta generalista
preguntas pueden ser de un interés corre el riesgo de no ajustarse a la reali-
“más limpio” que el de las partes. Pero dad de la familia que hemos evaluado.
solo puede, porque quizá el Magistrado
y el Fiscal también busquen en el perito También, a veces, mezclan pregunta

ANUARIO/2003 135
La actuación del Psicólogo forense en la sala de justicia. Apuntes sistémicos

con argumentación y acabamos por no que nosotros comprendamos que quiere


saber qué pregunta. Es bueno en estos saber el letrado, o si no quiere saber
casos no contestar hasta que la pregunta nada, y su pretensión es otra, de tipo zis-
se halle “desmontada”, esto es, hasta kinizador.

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136 ANUARIO/2003
Anuario de Psicología Jurídica, Volumen 13, año 2003. Págs. 95-122

ESTUDIOS

«OPINIÓN DE LOS JUECES (DERECHO PENAL Y


DE FAMILIA) SOBRE EL INFORME PSICOLOGICO
FORENSE»1
THE VIEW OF JUDGES WORKING IN THE FIELD
OF CRIMINAL AND FAMILY LAW, CONCERNING
THE PSYCHOLOGICAL FORENSIC REPORT

Gabriel Aguilera Manrique*


Flor Zaldívar Basurto*

RESUMEN

El objetivo de este estudio es conocer la opinión de los jueces de derecho penal y de


familia respecto a los informes periciales que son presentados en los Juzgados y, más
concretamente, respecto a la relevancia de la pericial psicológica de cara a tomar decisio-
nes sobre el eje de la pericia (responsabilidad penal y alternativa de custodia),así como
respecto a determinados aspectos del informe (formales, de contenido, éticos y metodo-
lógicos) que suscitan cierto debate en el ámbito psicológico y jurídico. Para ello se ha
aplicado a una muestra de 42 jueces de distintas provincias andaluzas un auto-informe,
elaborado al efecto, que explora dichas cuestiones, describiéndose y discutiéndose
dichos resultados la luz de las controversias teóricas e interprofesionales existentes.

PALABRAS CLAVE: Psicología Forense, Opinión de los Jueces, Informe psicológico,


Psicología y Justicia.

ABSTRACT

The aim of this study is to know the view of judges working in the field of criminal and
family law regarding expert reports submitted to courts. More specifically, this paper

1 Parte de esta investigación ha sido financiada por el Grupo de Investigación HUM-745 (Junta de Anda-
lucía).
* Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos. Universidad de Almería. e-mail:
flor@ual.es

ANUARIO/2003 95
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

addresses the relevance of psychological experts to make decisions with respect to crimi-
nal responsibility and custody alternatives. It also deals with formal, content and metho-
dological aspects subject to controversy in the psychological and legal contexts. A self
report form was administered to a sample of 42 judges in several Andalusian cities.
Results are discussed in the light of existing theories and professional controversies

KEY WORDS: Forensic Psychology, Judges view, Psychological report, Psychology and
Justice.

Agradecemos la colaboración prestada al desarrollo de


este trabajo a los Jueces Decanos de las distintas pro-
vincias andaluzas, así como a los Jueces que han con-
testado el cuestionario.

La introducción de la Psicología Foren- des de peritaciones psicológicas. Campa-


se en el ámbito de la Justicia española es nero (2000) apunta el aumento de pro-
una práctica relativamente reciente, cedimientos civiles (fundamentalmente
cuyo antecedente más claro es la obra de solicitudes de separación y divorcio por
Mira y López (1932). Sin embargo, la vía contencioso-administrativa), las
incorporación de los psicólogos a la muertes o daños producidos por acci-
administración de justicia como expertos dentes de tráfico o laborales y la entrada
que asesoran a los jueces sobre determi- de las compañías de seguros privadas. A
nados asuntos y, en diversos ámbitos esto habría que añadir las nuevas necesi-
(Derecho Penal, Civil, Laboral, Peniten- dades que aparecen con la introducción
ciarias y Juzgados de menores, especial- de la nueva Ley del Menor y del nuevo
mente), apenas cuenta con una historia Código Penal y la subsiguiente disminu-
de algo más de dos décadas y es, preci- ción de la edad penal, así como la pre-
samente, en los últimos tiempos cuando sencia de determinados delitos cargados
mayor proliferación de actuaciones peri- con dosis importantes de violencia o
ciales psicológicas se están realizando crueldad (maltrato doméstico, maltrato
(Romero, 2000). infantil, pederastas, parricidios, niños
“asesinos”, etc.) (Zaldívar, Luciano,
Variadas son las razones por las que se Gómez y Berrocal, 2002) que generan
ha incrementado el número de solicitu- una gran alarma social debido a su apa-

96 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

rente "inexplicabilidad", con la subsi- éticos y científicos, como en delimitar las


guiente entrada en escena de los psicó- funciones, competencias y roles del
logos, en aras a averiguar la posible psi- nuevo psicólogo forense. Todo ello sin
copatología asociada. olvidar que, como en muchas otras oca-
siones, trabajamos en un terreno, en
Debido a este aumento de la deman- este caso, el jurídico, en el que somos
da social y jurídica de la actuación psico- “extraños” y donde las competencias
lógica (acompañada de una mayor ofer- inter-profesionales son importantes (nos
ta de psicólogos formados en este ámbi- referimos fundamentalmente a jueces,
to) se vislumbra también una preocupa- abogados e incluso psiquiatras, aunque
ción creciente en la profesión en tratar se podría hacer extensivo a la sociedad
de profundizar, actualizar y desarrollar en general), por lo que es fácil compren-
esta nueva disciplina aplicada. Muestra der que nuestra práctica sea observada
de ello es que en los últimos 10-15 años de cerca no sin cierto celo y, las críticas
es cada vez más llamativamente nume- (muchas veces necesarias), tanto prove-
rosa la información sobre Psicología Jurí- nientes de dentro como de fuera, deben
dica o Forense en forma de bibliografía servir de acicate continuo para mejorar
(libros o monografías, artículos en publi- nuestras actuaciones.
caciones periódicas), reuniones, congre-
sos, jornadas o foros de reflexión sobre Con este argumento como punto de
el desarrollo de la profesión y sobre códi- partida y recogiendo muchas de las críti-
gos éticos y de actuación práctica, así cas y cuestiones polémicas que ya han
como cursos de formación en forma de sido reflejadas por diversos autores y
Masters o seminarios donde están desde diversos ámbitos (Ávila y Rodrí-
teniendo un protagonismo especial los guez Sutil, 1995; Calcedo, 1982; Fer-
Colegios Oficiales de la profesión así nández Estralgo, 1990; López Ibor,
como las Universidades. 1958; Romero, 2000; Urra, 1994, entre
otros muchos) este trabajo tiene como
Todos estos esfuerzos son, en nuestra objetivo conocer la valoración, opinión o
opinión, absolutamente necesarios y imagen que los jueces tienen sobre la
urgentes. Como es ya habitual en la his- actuación pericial de los psicólogos en
toria de la Psicología, las demandas los dos ámbitos donde más frecuente es
sociales suelen ir por delante del desarro- nuestra labor: en Derecho Penal y en
llo de la Psicología y, por tanto, muchas Derecho de Familia (y más concretamen-
veces, los psicólogos aplicados han teni- te para evaluar la salud mental del
do que dar respuesta a problemas socia- encausado y la mejor alternativa de cus-
les sin las suficientes y adecuadas herra- todia en casos de separación y divorcio).
mientas teóricas, metodológicas e instru- Consideramos que tener en cuenta la
mentales (Fernández-Ballesteros, 1980; opinión de los Jueces (que directamente
Zaldívar, 1999). Teniendo en cuenta la son los receptores de nuestras evaluacio-
juventud de la Psicología Forense parece nes a partir del informe pericial) puede
recomendable no ahorrar esfuerzos en resultar didáctico, sano, esclarecedor y,
reflexión, teorización, instrumentación e además, puede facilitar un mayor enten-
investigación, y tanto en lo que se refie- dimiento y colaboración futura. Al fin y
re a metodologías de actuación, desarro- al cabo, el Juez es, en el contexto jurídi-
llos técnicos e instrumentales y códigos co, como el “cliente” o el “paciente” en

ANUARIO/2003 97
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

el contexto clínico, y resultaría extraño nuestra actuación psicológica en el


que los psicólogos no tratasen de obte- campo forense.
ner feedback del paciente sobre si la
actuación psicológica ha sido o no útil, si Teniendo en cuenta que el informe
ha logrado sus objetivos... en suma, si ha psicológico es solicitado por el Juez, sería
resuelto el problema o demanda. Con deseable que éste se ajustase a las nece-
esto tampoco queremos decir, ni mucho sidades de asesoramiento del deman-
menos, que la opinión de los jueces dante. A este nivel, algunas cuestiones
sobre nuestra actuación en aquellas en relación a la información que debe o
cuestiones polémicas que se van a plan- no debe incluir el informe, el tipo de len-
tear en este trabajo, deba ser entendida guaje utilizado, su comprensión, clari-
como un criterio externo de "verdad" o dad, etc., ha sido y es objeto de aten-
de calidad, pero, sin duda, es un indica- ción, debate e incluso crítica por parte
dor más a tener en cuenta y conocer su de diversos autores (Abenza, 1994; Cal-
opinión puede ser ilustrativo y útil de cedo, 1982; De la Torre, 1999; Rodrí-
cara a un mayor entendimiento futuro. guez, 1999; Weiner, 1995, etc.). Por
ejemplo, el uso de términos jurídicos o
Sobre la base de la función del Psicó- psicológicos, aplicación o no de tests,
logo como asesor del Juez con el objeto uso de tecnicismos, opinar o no sobre la
de ayudarle a tomar decisiones sobre responsabilidad o imputabilidad del
asuntos que requieren conocimientos encausado, decidir o no sobre la opción
estrictamente psicológicos (por ejemplo, de custodia, etc.
salud mental, personalidad, inteligencia,
responsabilidad personal, control con- Respecto a las preguntas concretas a
ductual, conducta violenta, mejor alter- las que debe referirse y contestar el
nativa de custodia, capacidad parental, informe pericial, la posible polémica se
etc.) es menester realizar una evaluación centra, fundamentalmente en si el psicó-
psicológica amplia que generalmente logo debe contestar únicamente a cues-
requiere obtener información del sujeto tiones que tienen que ver con el psico-
y de las condiciones psicológicas y diagnóstico propiamente dicho o la des-
ambientales que rodean a éste. Obvia- cripción de la personalidad o capacidad
mente, todo el proceso de evaluación de los progenitores o si, al contrario,
realizado por el Psicólogo se articula debe responder o pronunciarse sobre
finalmente en el informe psicológico cuestiones más comprometidas y com-
(como documento duradero que recoge plejas (que para algunos tendrían el
y vertebra toda la actuación evaluativa objetivo de facilitar o ayudar al Juez a
realizada) y que está dirigido al Juez con tomar decisiones -emitir su sentencia- y
el objetivo de responder a su demanda o para otros un objetivo claramente intru-
preguntas hipotéticas (Abenza, 1994). El sivo en competencias que no le son pro-
informe psicológico (pericial) representa, pias) tales como la relación, si la hubiera,
por tanto, el último eslabón del proceso entre el delito cometido y el trastorno
de evaluación y, en definitiva, la imagen mental, grado de responsabilidad, impu-
de nuestro "saber hacer" en este campo tabilidad o inimputabilidad, la mejor
(Zaldívar, 1999). Por esta razón, la uni- alternativa de custodia, etc. (sobre esta
dad de análisis de este estudio se centra polémica véase por ejemplo, Bonnie y
en el informe pericial como producto de Slogobin, 1980; Conde Pumpido, 1982;

98 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

De la Torre, 1999; García Andrade, Psychiatric Association, 1982; Criminal


1993; Morse, 1978; Ortuño, 1998; Red- Justice Mental Health Standards of the
ding, Floyd, y Hawk, 2001; Slogobin, American Bar Association, 1989; Slogo-
1989). bin, 1989;) y es posible, en un futuro y
de forma paralela al desarrollo de la pro-
En relación al peritaje psicológico en fesión y su especialización, que las fun-
materia penal, el eje central de la evalua- ciones del forense se amplíen y que su
ción psicológica se refiere esencialmente rol se asemeje, tal y como ocurre en
a la salud mental del encausado o la E.E.U.U., más al de un investigador
capacidad del sujeto, en sus diversas forense similar al planteado por Shaphi-
competencias, y en relación a la comi- ro, (1989) -con un papel activo en cuan-
sión de los actos delictivos. Sin embargo, to a obtener y contrastar información
decidir sobre la imputabilidad o respon- dentro y fuera del despacho (escena del
sabilidad penal de la persona es actual- crimen, entrevistas con policías, testigos,
mente competencia de los Jueces (en familiares, personal de la prisión, hospi-
legislación española), aunque en ocasio- tal, etc.) que al de un psicólogo clínico-
nes se solicite el asesoramiento (no vin- forense tradicional (Zaldívar, 2000). Esta
culante) de los expertos en aras a ayudar diferencia debe ir paralela, claro está, al
al Juez a tomar esta decisión (De la Torre, desarrollo metodológico, tecnológico e
1999). Aún así, puede suceder que en la instrumental de la profesión, y en este
fase de instrucción, tanto el juez instruc- sentido destacamos los desarrollos que
tor, como el Ministerio fiscal o la defen- se han alcanzado en el ámbito america-
sa, cada uno desde su competencia y sus no en la elaboración de instrumentos y
intereses legítimos, pretendan a partir metodologías específicas para evaluar la
de la prueba pericial sentar las bases ine- responsabilidad penal, como las desarro-
quívocas sobre la autoría y/o culpabilidad lladas por Rogers (1984) y Shaphiro
del sujeto adquiriendo, en este caso, el (1999).
informe una función más de prueba que
de asesoría (García, 1997). Otro aspecto que en bastantes ocasio-
nes resulta controvertido es el informar
En todo caso, al psicólogo perito se le sobre la peligrosidad del encausado, es
plantea un dilema al tener que evaluar al decir, la posibilidad de que éste vuelva a
sujeto teniendo presente un concepto cometer un delito. De cara a evaluar este
crucial, la imputabilidad (como eje de la aspecto, lo habitual es tener en cuenta
pericia), pero sin hacer explícito su juicio aspectos de la historia del sujeto y de su
o valoración sobre ello (a riesgo, claro, contexto que puedan probabilizar la emi-
de inmiscuirse en competencias que no sión de conductas antijurídicas, pero, sin
le son propias, según la legislación vigen- duda, responder a este requerimiento no
te española, o a realizar un informe que es nada fácil (Abenza, 1994; Barcia,
podría calificarse de inconcluso). Efecti- Pozo y Ruiz, 1994; Terradillos, 1994) y no
vamente, y según nuestra legislación, el debe hacerse de manera categórica
perito no debe pronunciarse sobre la (como respecto a ninguna conducta
imputabilidad o responsabilidad; ahora futura). El protagonismo y responsabili-
bien, esto no es igual en todos los países dad del psicólogo en este terreno es fácil
(por lo que también existe a este nivel de vislumbrar pues si a pesar de las limi-
una controversia al respecto – American taciones existentes para pronunciarse a

ANUARIO/2003 99
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

este respecto, lo hace, el encausado to de los tests" es un tema propicio que


podría quedar en libertad e incurrir nue- suscita polémicas de todo tipo. El que las
vamente en dicha conducta delictiva, o puntuaciones de los tests (que en princi-
viceversa. Lo que no está claro es hasta pio sólo pueden ser bien interpretadas
qué punto los Jueces, que habitualmente por expertos en la materia) deban o no
requieren este tipo de preguntas cono- aparecer en los informes periciales, la
cen el nivel de riesgo de la inferencia que cuestión de las garantías científicas de
supone responder a esta cuestión. dichos tests, el uso o abuso indiscrimina-
do de estos con un objetivo "cientifista"
En materia de Derecho de Familia y en (más que científico), la cuestión de su
relación a la evaluación pericial en rela- idoneidad (la mayoría han sido construi-
ción a la guardia y custodia de los meno- dos para objetivos clínicos y por tanto, su
res, la tendencia actual se inclina a con- trasvase, sin más, al contexto jurídico
cluir respecto a la mejor alternativa de supone un problema) y otro tipo de
custodia (Ibáñez y De Luis,1998). cuestiones similares son una muestra de
la controversia al respecto. Los tests de
Este planteamiento nos aleja de la inteligencia (escalas Wechsler) y de per-
búsqueda de la no aptitud en uno de los sonalidad (fundamentalmente MMPI y
progenitores, (por ejemplo psicopatoló- Rorschach) han sido los más utilizados
gica, como era la tónica) permitiendo en la práctica forense y sólo actualmente
también no hacer recaer la decisión se están empezando a utilizar otro tipo
sobre custodia de los hijos en la voluntad de auto-informes, sistemas de observa-
de éstos (lo cual sería demasiado simplis- ción y otro tipo de pruebas de evaluación
ta); para llevarnos hacia modelos de eva- más específicas sobre las variables rele-
luación más globales (Ibáñez y de Luis, vantes a informar (Grisso, 1986; Quinnell
1998) donde la evaluación de diversas y Bow, 1995), siendo precisamente la
competencias y aspectos situacionales e escasez de instrumentación específica
interactivos resultan sustanciales. Sin para el ámbito forense una de las mayo-
embargo, saber si esta nueva tendencia res lagunas en este campo (Ávila y Rodrí-
de evaluación integral que trasciende a guez-Sutil, 1995; Grisso, 1986, entre
la mera aplicación de tests tradicionales otros). Quizás por este problema, y por la
–por ejemplo de personalidad o caracte- imagen, a veces, con tintes de “cientifis-
rísticas psicopatológicas o intelectuales- mo” con el que cuentan los tests psicoló-
está siendo o no bien acogida por parte gicos, incide en que los peritos sigan uti-
de los Jueces, es una cuestión a explorar, lizando los tradicionales tests de inteli-
así como la opinión sobre si nuestros gencia y personalidad en sus evaluacio-
informes periciales les aclara o no cuál es nes; práctica que, obviamente, ha recibi-
la mejor alternativa de custodia. do sus críticas (por ejemplo, Hagen,
1997; Morse, 1978), ya que la informa-
Por otro lado, no cabe duda que el ción que aportan este tipo de pruebas
hecho de que los psicólogos contemos apenas nos aclara sobre si el sujeto en
con una instrumentación psicológica concreto conoce o no la norma jurídica
propia, se ha convertido, a nuestro que ha sido transgredida, si es o no
entender, en una de nuestras "armas" capaz de dirigir su comportamiento en
profesionales por las que la Justicia base a dicho conocimiento, si el trastor-
requiere nuestros servicios. Así, el "asun- no psicológico que padece tiene relación

100 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

con el comportamiento anti-jurídico rea- cuenta en la valoración del informe los


lizado, sobre si tiene o no la suficiente instrumentos utilizados (entre ellos la
capacidad y voluntad parental para satis- aplicación o no de tests), ahora bien, el
facer las necesidades de cuidado y desa- problema se daría si se establecen creen-
rrollo de los menores, etc. En este senti- cias erróneas por parte de los magistra-
do, evaluaciones de corte más funcional, dos (o peritos) sobre la necesaria utiliza-
basadas en competencias concretas e ción de este tipo de pruebas o en su
incluyendo aspectos personales y situa- apreciación como “objetivas”, “científi-
ciones del contexto serían las herramien- cas”, etc. No obstante, la obligación de
tas más ajustadas a los objetivos últimos determinar las técnicas utilizadas para
(Grisso, 1986), pero para lo cuál, prácti- elaborar el informe, supone una mayor
camente no existen, actualmente en garantía de rigor técnico, ya que desde el
España, instrumentos específicos al efec- propio uso del test o instrumentos dife-
to (Ávila y Rodríguez-Sutil, 1995). rentes pueden alcanzarse conclusiones
también diferentes (Recover, 2000).
Sin pretender hacer aquí una crítica
(ni una defensa) sobre el uso de los tests En Derecho Penal ordinario, los reque-
en el ámbito forense, parece de sentido rimientos periciales son realizados por
común, que el uso o no de éstos, debe los Psicólogos adscritos a las Clínicas
ser una cuestión a valorar en cada caso y Médico Forenses, a Decanatos de Juzga-
que, en definitiva, la evaluación psicoló- dos, así como por psicólogos-peritos de
gica, como proceso de toma de decisio- parte o mediante el turno de oficio de las
nes incluye algo "más" que la aplicación Delegaciones del Colegio Oficial de Psi-
estándar de determinado "tipo" de cólogos. De forma similar, en Derecho de
tests. Por otro lado, parte de la polémica Familia, los informes periciales son reali-
en torno a si deben o no aparecer las zados por los equipos psicosociales (for-
conclusiones periciales acompañadas de mados por psicólogos y trabajadores
los medios (sean los que fueren, eso sí) a sociales, generalmente) adscritos al Juz-
partir de los que se han obtenido, pare- gado así como por peritos de parte o
ce que ha sido resuelta legalmente, tal y mediante turno de Oficio. Esta variabili-
como se puede vislumbrar en la Ley de dad en el origen del psicólogo, ha venido
Enjuiciamiento civil (2000) que en su a crear también cierta controversia en
apartado 3 del artículo 366, refleja la relación a la "imparcialidad" del psicólo-
necesidad de que se aporten los medios go "de parte" frente al que está adscrito
usados por el perito para llegar a sus al juzgado (Abenza, 1994, Dietz, 1985;
conclusiones: Urra, 1994, entre otros). De hecho,
corresponde al Juez valorar la validez del
“Los dictámenes se formularán por informe y un factor a tener en cuenta, es
escrito acompañados, en su caso, de los precisamente la “imparcialidad” del
demás documentos, instrumentos o perito, es decir, el informe que se emite
materiales adecuados para exponer el puede ser valorado de manera diferente
parecer del perito sobre lo que haya sido por el juez si este proviene de un profe-
objeto de la pericia” sional privado o si es de un profesional
adscrito al Ministerio de Justicia, y máxi-
Así, el demandante de la pericial, me cuando informes diferentes llegan a
generalmente el juez, puede tener en conclusiones también diferentes (Aben-

ANUARIO/2003 101
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

za, 1994). Respecto a ésta posibilidad (o peritos psiquiatras que por los psicólo-
mejor dicho, hecho), de que la informes gos (68 % frente a 31 %, respectiva-
de diferentes peritos puedan ser contra- mente, con una diferencia significativa a
dictorios (Kenneth y Fukunaga, 1981), nivel estadístico p < 0.001).
además de poder ser parcialmente expli-
cado por los intereses (de parte) que Por otro lado el tipo de formación
estén en juego, también puede explicar- específica que debe tener un Psicólogo
se por otros factores. Así, Dietz (1985) que actúa como perito también ha sido
apunta que dichas variaciones entre los objeto de diversas opiniones. Aún así,
expertos (psiquiatras) se producen, ade- parece existir un consenso en que el psi-
más de por el contexto en el que ser rea- cólogo perito debe tener una formación
lizan (públicos o privados, es decir, de Jurídica o forense específica (Redding,
parte o de la administración), por el Floyd y Hawk 2001), complementaria a
marco teórico del evaluador, cualifica- su formación psicológica, y ello parece
ción, y por las técnicas de entrevistas, que está siendo más acentuado según va
investigación y de toma de decisiones creciendo la oferta de formación en Psi-
que se utilizan, así como por la diferente cología Forense a partir de Masters, cur-
interpretación que se realiza de los datos sos de expertos, etc. Sin embargo, algu-
obtenidos. En cualquier caso, esta hete- nos autores (García Andrade, 1993) han
rogeneidad en el hacer de los expertos, y reivindicado una sana independencia
por ende, en las conclusiones alcanza- entre el mundo jurídico y psicológico
das, difícilmente puede ser vista como para evitar la intrusión en competencias
una buena carta de presentación (credi- de una u otra profesión. En relación a la
bilidad) de los psicólogos ante los juris- formación del psicólogo forense también
tas. De hecho, Dietz (1985) propone de cabría hablar de si su enfoque psicológi-
cara a lograr una mayor concordancia, co debiese provenir de uno u otro mode-
una formación más homogénea de los lo psicológico y si los Jueces o Magistra-
profesionales, así como una mayor espe- dos conocen tales diferencias. En este
cialización. sentido, al igual que el psicólogo puede
tener un mayor o menor conocimiento
Así mismo, un aspecto que también del ámbito jurídico, también es impor-
suele estar presente a la hora de solicitar tante saber si los magistrados tienen
informes periciales es si se solicita al psi- algún conocimiento sobre los diferentes
quiatra o al psicólogo, duda que suele modelos psicológicos e incluso, si tienen
presentarse cuando el solicitante desco- alguna preferencia. A este nivel, también
noce las diferentes funciones que pue- son numerosos los autores (véase Kovera
den realizar uno u otro. Esto podría tam- y McAuliff, 2000) que señalan que los
bién motivar una valoración diferente del Jueces deberían recibir algún tipo de for-
informe dependiendo de su origen. A mación psicológica, pues frecuentemen-
este nivel, también sería interesante te carecen de entendimiento para poder
conocer si en nuestro contexto los jueces valorar y apreciar las distintas “eviden-
prefieren los psicólogos o los psiquiatras. cias científicas” que se les aporta.
En el estudio realizado por Redding,
Floyd y Hawk (2001) en el estado de Vir- Otro aspecto muy interesante del
ginia se encontró que los jueces y letra- informe pericial es la conveniencia o no
dos tenían una mayor preferencia por los de informar de los resultados de la eva-

102 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

luación al sujeto o personas evaluadas. estos aspectos y controversias vienen a


Así, parece ser que existe cierta polémica ser temáticas de discusión y debate entre
sobre si el perito sólo debe informar al los foros profesionales de los psicólogos,
demandante de la pericial (generalmente pocas veces se ha tratado de conocer de
el Juez) o también a la persona evaluada, forma específica (en el contexto español)
y así, adecuarnos a nuestro Código Deon- la opinión de los Jueces sobre nuestro
tológico (art. 42, COP, 1984). Si bien es ejercicio profesional y, más concreta-
cierto que los psicólogos forenses están al mente, sobre el informe pericial como
servicio de la justicia y, por tanto, eximi- producto último de nuestro quehacer
dos (parcialmente) del secreto profesional evaluativo. Así, el objetivo general de
resulta exigible éticamente que el perito este estudio es conocer la opinión de los
informe al sujeto evaluado de dicha rela- jueces que desempeñan su labor en
ción, obtenga un consentimiento infor- Derecho Penal y en Derecho de Familia
mado (Shapiro, 1999) e informe a la per- sobre los informes periciales psicológicos
sona evaluada de determinados conteni- que son presentados en los Juzgados, y
dos o conclusiones del informe. Dado la ello, sobre dos aspectos fundamentales:
idiosincrasia de este tipo de evaluación, la
información que se pueda aportar al suje- a) Conocer la opinión de los jueces
to de los resultados podría incidir en su sobre la importancia y trascendencia del
actitud, conducta posterior e incluso en el informe pericial psicológico, de cara a
desarrollo del proceso judicial. Por ello, toma de decisiones sobre el asunto infor-
sería posible alcanzar un punto medio en mado: validez del informe (cuyo criterio
el que se aplicase un principio que se sería el juez).
podría definir como de “pertinencia” b) Conocer la opinión de los jueces
(Ávila y Rodríguez-Sutil, 1995; Zaldívar, sobre determinados aspectos formales,
1999), es decir, valorar en cada caso qué metodológicos y de contenido (de dichos
información debe comunicarse y cómo, informes) que suscitan cierta controversia
con el objeto de que dicho feedback en el campo jurídico y/o psicológico.
pueda ser útil al sujeto sin entorpecer el
proceso judicial. Un último punto que
resulta crucial en el ámbito forense, debi- MÉTODO
do a las peculiaridades propias de éste, es
la alta posibilidad de simulación y engaño Sujetos
por parte de los evaluados (Rogers,
1997a). Por esta razón, el psicólogo La muestra utilizada en este estudio
forense debe estar lo suficientemente esta compuesta por 42 Jueces pertene-
capacitado para evaluar la simulación y el cientes a los Juzgados de Penal, Familia y
engaño como una variable relevante más 1ª Instancia de la Comunidad Autóno-
(Delgado, 1994; Delgado, Rodríguez, y ma de Andalucía. En la tabla 1 se reco-
Esbec, 1994; Rogers, 1997a, 1997b, gen el numero de Jueces que contesta-
Shaphiro, 1999), otra cosa es que real- ron al cuestionario recibido según su
mente lo esté, y otra, la imagen a este procedencia: Penal o Familia (incluyendo
nivel que tengan los jueces sobre ello. 1 ª Instancia), y su provincia de origen.

En definitiva y como justificación del La edad media de años de ejercicio


presente trabajo, a pesar de que todos profesional de los Jueces participantes

ANUARIO/2003 103
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

en el estudio ha sido de 10,22 años, con referida al grado de acuerdo o desacuer-


una mediana de 10. do con la afirmación planteada. Ambas
escalas también incluían 5 ítems de tipo
De un total de 81 cuestionarios envia- abierto que no son descritos en este
dos, se recibieron 42, lo que supone un estudio.
51,85 % de los enviados. En la Comuni-
dad Autónoma de Andalucía hay, según Dichos autoinformes exploran a nivel
datos recabados de los Juzgados Deca- general áreas tales como la utilidad de la
no, 42 Juzgados de lo Penal y 39 Juzga- evaluación psicológica pericial, aspectos
dos (8 de Familia y 31 de 1ª Instancia de relevantes que deben ser evaluados por
capitales de provincia), lo que indica que los psicólogos, aspectos metodológicos,
han respondido el 64,28% de Jueces de así como otro tipo de aspectos relaciona-
Penal y 38,46% de Jueces de Familia y 1ª dos con la actuación de los psicólogos en
Instancia. Juzgados de Familia (en procedimientos

Tabla 1: Número, procedencia y ámbito jurídico de la Muestra

Provincia Penal Familia

Almería 2 3
Cádiz 3 2
Córdoba 4 0
Granada 5 2
Huelva 3 1
Jaén 2 3
Málaga 4 2
Sevilla 4 2

TOTAL 27 15

Variables e instrumentos de medida que tienen que ver con la determinación


de la guarda y custodia de los menores) y
Se han aplicado dos auto-informes, en Juzgados de lo Penal, con la evalua-
elaborados específicamente al efecto, ción de la salud mental y/o responsabili-
uno dirigido a Jueces de Derecho Penal y dad de los acusados.
otro a Derecho de Familia.

La escala de apreciación utilizada para Procedimiento


los Jueces de lo Penal contiene 21 ítems
de tipo cerrado, utilizando en 17 de ellos Se ha utilizado un procedimiento des-
una escala de acuerdo tipo likert (con criptivo de corte transversal.
siete puntos). La escala utilizada para los
Jueces de Familia contiene 15 ítems de Una vez elaborados los dos cuestiona-
tipo cerrado, utilizándose en 13 de ellos rios, la fase de obtención de información
una escala tipo likert de siete puntos se inicia con un primer contacto telefóni-

104 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

co con los Jueces Decano de todas las otras llamadas telefónicas para confir-
provincias andaluzas, exceptuando el mar la distribución de los cuestionarios
Juez de la provincia de Almería que fue a entre los Jueces. Y, por último, si de cual-
través de cita previa y posterior entrevis- quier provincia no se recibían los cuestio-
ta. Tras la correspondiente presentación, narios en un margen de tiempo de 15-
se describió el estudio en líneas genera- 20 días, se volvía a llamar a los Jueces
les, así como la colaboración que se le de forma personalizada, recordándoles
solicitaba. Esta consistía en que distribu- la importancia de la cumplimentación
yera, por los canales de comunicación del cuestionario.
del Decanato, a cada Juez de los Juzga-
dos de Penal y de Familia de su jurisdic- Una vez que se iban recibiendo los
ción, el cuestionario -bien el correspon- cuestionarios, se fueron trasladando los
diente a Derecho Penal o Derecho de datos a un soporte informático y se rea-
Familia- incluyendo una carta de presen- lizaron los análisis estadísticos a través
tación junto con un sobre franqueado del programa SPSS para windows, ver-
para su posterior reenvío. sión 9.0.

Se solicitó también información refe-


rente al número de Jueces de Juzgados RESULTADOS
de lo Penal y de Familia de su provincia,
ajustando así el número y características A continuación se exponen los resul-
de los cuestionarios enviados. La mayo- tados, en porcentajes, obtenidos en las
ría de los Jueces Decanos se mostraron respuestas al cuestionario, en su versión
muy receptivos al estudio, existiendo para Derecho Penal y de Familia, así
unanimidad en la advertencia de que se como la media y mediana respecto a la
responsabilizaban del envío a sus com- escala de Acuerdo/Desacuerdo de tipo
pañeros pero no de su posterior cumpli- Likert (1-7) utilizada.
mentación.
Para estudiar las posibles diferencias
En todas las provincias de Andalucía significativas a nivel estadístico entre las
hay Juzgados de lo Penal, no siendo así medias de las respuestas al cuestionario
en lo referente a los de Familia, que sólo referidas a la versión para Derecho Penal
hay en Sevilla, Granada, Málaga y Cór- (DP) y de Familia (DP) se ha utilizado la
doba, por lo que en las demás provincias prueba no paramétrica para 2 muestras
se enviaron los cuestionarios a los Jueces independientes de U de Mann-Whitney.
de 1ª Instancia de las capitales que son, Asimismo para analizar si las diferencias
en este caso, los que instruyen causas en los porcentajes de ámbas versiones
propias de los Juzgados de Familia. (DP y DF) son significativas a nivel esta-
dístico se ha aplicado la prueba chi cua-
La documentación a los Jueces Deca- drado. También se han calculado la signi-
no se envío a través de Postal Exprés cer- ficación estadística en las diferencias de
tificado, recibiéndose en dos días y medias en función de los años de expe-
constatando este hecho telefónicamente riencia de los jueces, utilizando la prueba
con el personal administrativo. no paramétrica de Kruskal-Wallis. Para
ello, la edad de los jueces se ha categori-
Posteriormente se realizaron también zado en tres grupos con el mismo núme-

ANUARIO/2003 105
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

ro de sujetos (1-9 años, 10-12 años y 4.1. Considero que el Psicólogo debe
más de 13 años de experiencia). Cuando informar sobre los aspectos del contexto
se han encontrado diferencias de medias y del ambiente de cada uno de los pro-
significativas (o diferencias entre los por- genitores (trabajo, familia, amigos,
centajes), dicha significación ha sido vivienda...), porque ello puede ayudar a
anotada en las casillas de las tablas tomar mejor la decisión sobre las alterna-
correspondientes. tivas de custodia. (DF)

En la tabla 2 se exponen los resultados Como se puede observar en la tabla 2,


obtenidos de las preguntas 1-4 de la mayoría de los jueces, tanto de penal
ambos cuestionarios. En concreto, estas como de familia, están de acuerdo, muy
cuestiones son las siguientes: de acuerdo y absolutamente de acuerdo
(74 % y 93.3 % respectivamente) sobre
1. En mi experiencia, el informe psi- el papel decisivo del informe psicológico
cológico pericial en Derecho Penal, cuan- pericial para tomar decisiones sobre el
do hay dudas respecto a la salud mental asunto esencial a valorar en estos ámbi-
del acusado, es decisivo para determinar tos (imputabilidad e idoneidad). Así, la
la imputabilidad o no del acusado. (Ver- media está en 5.74 y 5.93 (es decir, entre
sión Derecho Penal – DP-). de acuerdo y muy de acuerdo) y la
1.1 En mi experiencia, el Informe Psi- mediana en 6 (muy de acuerdo). Es de
cológico Pericial en Derecho de Familia destacar que en DF ningún juez informa
es decisivo para determinar la idoneidad su desacuerdo sobre esta cuestión mien-
de cada uno de los progenitores respec- tras que sí ocurre en DP (11, 1 %).
to a la guarda y custodia de los menores.
(Versión Derecho Familia– DF-). El nivel intelectual parece ser conside-
rado un tópico también esencial a refle-
2. Considero fundamental que en el jar en los informes, sobre todo en DP
Informe Psicológico se refleje el nivel donde la mayor parte de los jueces están
intelectual del acusado. (DP). de acuerdo, muy de acuerdo y totalmen-
2.1. Considero fundamental que en el te de acuerdo (88,9 %) y la mediana se
Informe Psicológico se refleje el nivel encuentra en 7. Hay que destacar que se
intelectual de los progenitores. (DF). han encontrado diferencias de medias
significativas entre DP y DF, utilizando la
3. Considero fundamental que en el prueba de U de Mann-Whitney, y que las
Informe Psicológico se refleje el tipo de diferencias de porcentajes son también
personalidad del acusado. (DP). significativas (prueba chi cuadrado). Aún
3.1. Considero fundamental que en así, en DF también es mayoritario dicho
el Informe Psicológico se refleje el tipo de acuerdo (73,4 %). Algo semejante ocu-
personalidad de los progenitores. (DF). rre respecto a que se refleje la personali-
dad de los evaluados, donde se aprecia
4. Considero que el Psicólogo debe un acuerdo prácticamente general (100
informar sobre aspectos personales y % en familia y 85,2 en penal). Hay que
situacionales en relación al momento del destacar que se han encontrado diferen-
delito porque ello puede resultar impor- cias de medias significativas a nivel esta-
tante de cara a valorar la responsabilidad dístico en esta cuestión en función de los
del acusado. (DP). años de ejercicio de los jueces. Así, los

106 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

Tabla 2: Porcentajes, media y mediana de las respuestas a las preguntas del cuestionario
(Versión para Derecho Penal –DP- y Derecho de Familia –DF-). Diferencias de medias
significativas en función de la jurisdicción, años de experiencia de juez y diferencias
significativas en los porcentajes

Media
% Mediana
PREGUNTA 1 2 3 4 5 6 7
1. Decisivo para la
IMPUTABILIDAD(DP) 0 0 11,1 14,8 7,4 29,6 37 5,74
6
1. Decisivo para
IDONEIDAD (DF) 0 0 0 6,7 26,7 33,3 33,3 5,93
6
2. Reflejar el C.I.
del acusado (DP) 0 0 0 11,1 22,2 14,8 51,9 6,07 * x
7
2. Reflejar el C.I. de
los progenitores (DF) 0 6,7 0 20 26,7 40 6,7 5,13 * x
5
3. Evaluar
PERSONALIDAD
acusado (DP) 3,7 0 3,7 7,4 14,8 14,8 55,6 5,96 **
7
3. Evaluar
PERSONALIDAD
progenitores(DF) 0 0 0 0 26,7 33,3 40 6,13 **
6
4. Informar aspectos
CONTEXTUALES
del momento
del delito (DP) 7,4 0 0 7,4 22,2 0 63 5,78
6
4. Informar aspectos
CONTEXTUALES de
los progenitores (DF) 0 0 0 0 13,3 53,3 33,3 6,13
6
1: En total desacuerdo. 2. Muy en desacuerdo. 3. En desacuerdo. 4. Ni de acuerdo ni en desacuerdo. 5. De acuerdo. 6: muy de acuerdo. 7. Totalmente
de acuerdo.
Media y mediana: Sobre las puntuaciones de la escala de acuerdo-desacuerdo de 7 puntos.
*: Diferencias significativas de medias entre Derecho Penal y de Familia. Prueba no paramétrica de U de Mann-Whitney (p< .05).
x: Diferencias significativas en los porcentajes (chi cuadrado).
**: Diferencias significativas de medias en función de los años de experiencia del juez (el grupo con mayor grado de acuerdo es el de 10-
12 años, después el de más de 13 años y el menor el de 0-9 años). Prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis (p< .05).

ANUARIO/2003 107
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

jueces del grupo de 10-12 años de expe- 7.1. Considero que los Psicólogos
riencia presentan puntuaciones mayores Forenses son capaces de detectar, de
de acuerdo, seguidos por los de más de forma efectiva, los posibles intentos de
13 años y por último, los más jóvenes (0- engaño por parte de los litigantes, por lo
9 años). que las conclusiones del informe creo
que son, en su mayoría, veraces.(DF).
Respecto a la inclusión en el dictamen
pericial de los aspectos contextuales 8. Considero que el Psicólogo debe
también existe un acuerdo mayoritario, facilitar y explicar a las personas evalua-
tanto en DP (85,2 %) como en DF donde das los resultados de la evaluación reali-
la opinión es unánime en el acuerdo. Hay zada (DP y DF).
que señalar que, sin embargo, un 7,4 %
de los jueces penales están totalmente 9. En mi experiencia, el Informe Psi-
en desacuerdo sobre la inclusión en el cológico es un documento de especial
informe de este aspecto y otro 7,4 % no utilidad en los procedimientos judiciales
están de acuerdo ni en desacuerdo, lo (DP y DF).
que revela cierta controversia sobre esta
cuestión en el contexto penal. En relación a incluir en el informe la
opinión del acusado o de los menores
En la tabla 3 se exponen los resultados respecto a la decisión judicial objeto de
obtenidos de las preguntas 5-9 de la pericia (responsabilidad, custodia,
ambos cuestionarios (cuando procede). etc.), en DF están de acuerdo un 60 %
En concreto, estas cuestiones son las frente al 25,9 % en DP (las diferencias de
siguientes: medias son significativas a nivel estadísti-
co –prueba U de Mann-Whitney- así
5. Considero que el Informe psicoló- como las diferencias en los porcentajes -
gico debe incluir la opinión del acusado chi cuadrado-). No obstante, en ambas,
respecto a su responsabilidad o no, arre- las opiniones son muy dispersas a este
pentimiento, atribución de su comporta- nivel, tal y como se puede observar en la
miento u otros aspectos subjetivos. (DP). tabla 3. Hay que destacar también que
5.1. Considero que el Informe psico- se han encontrado diferencias significati-
lógico debe incluir las opiniones de los vas de medias (prueba de Kruskall-
menores sobre sus preferencias de cus- Wallis) en función de los años de ejerci-
todia. (DF). cio profesional, de forma que el grupo
de jueces que está más de acuerdo con
6. Considero que el Informe psicoló- esta cuestión es el de 10-12 años, des-
gico debe incluir la historia o biografía pués el de más de 13 años, y el que
del acusado (historia familiar, educativa, menos el grupo de 0-9 años.
laboral, médica, conflictos vitales, etc.)
(DP). En Derecho penal, tal y como se
observa en la tabla 3, un 66 % de los
7. Considero que los Psicólogos jueces responde que está de acuerdo y
Forenses son capaces de detectar, de totalmente de acuerdo con incluir la his-
forma efectiva, los posibles intentos de toria o biografía del acusado en el infor-
simulación (simulación de trastornos psi- me, mientras que sólo un 11,1 % estaría
cológicos) del acusado. (DP). en desacuerdo. Respecto a la capacidad

108 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

Tabla 3: Porcentajes, media y mediana de las respuestas a las preguntas del cuestionario
(Versión para Derecho Penal –DP- y Derecho de Familia –DF-).-). Diferencias de medias
significativas en función de la jurisdicción, años de experiencia de juez y diferencias
significativas en los porcentajes
Media
% Mediana
PREGUNTA 1 2 3 4 5 6 7
5. Incluir OPINIÓN
acusado
responsabidad,
arrepentimiento
u otros aspectos
subjetivos (DP) 22,4 14,8 14,8 22,2 11,1 7,4 7,4 3,37 * x
**
3
5. Incluir OPINIÓN
menores sobre
preferencias custodia
(DF) 6,7 13,3 6,7 13,3 13,3 20 26,7 4,8 * x **
5
6. Incluir HISTORIA
del acusado (DP) 3,7 0 7,4 22,2 18,5 0 48,1 5,26
5
7. Los Psicólogos
son capaces de
DETECTAR intentos
de SIMULACIÓN (DP). 0 0 18,5 22,2 37 0 22,2 4,67
5
7. Los Psicólogos
son capaces
de DETECTAR intentos
de ENGAÑO de los
progenitores (DF). 0 20 0 13,3 26,7 26,7 13,3 4,8
5
8. Devolución del
INFORME DE
RESULTADOS (DP)
al evaluado 25,9 0 11,1 44,4 0 0 18,5 3,7
4
8. Devolución del
INFORME DE
RESULTADOS (DP)
a los evaluados 26,7 6,7 13,3 26,7 13,3 6,7 6,7 3,4
4
9. El informe
psicológico es de
especial UTILIDAD (DP) 0 0 11,1 14,8 25,9 14,8 33,3 5,44
5
9. El informe
psicológico es de
especial UTILIDAD (DF) 0 0 0 6,7 26,7 13,3 53,3 6,2
7
1: En total desacuerdo. 2. Muy en desacuerdo. 3. En desacuerdo. 4. Ni de acuerdo ni en desacuerdo. 5. De acuerdo. 6: muy de acuerdo. 7. Totalmente de acuer-
do.
Media y mediana: Sobre las puntuaciones de la escala de acuerdo-desacuerdo de 7 puntos.
*: Diferencias significativas de medias entre Derecho Penal y de Familia. Prueba no paramétrica de U de Mann-Whitney (p< .05).
x: Diferencias significativas en los porcentajes (chi cuadrado).
**: Diferencias significativas de medias en función de los años de experiencia del juez (el grupo con mayor grado de acuerdo es el de 10-12 años,
después el de más de 13 años y el menor el de 0-9 años). Prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis (p< .05).

ANUARIO/2003 109
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

de detectar los intentos de simulación y 13. Es imprescindible que el Informe


engaño de los evaluados, en general, los pericial venga sustentado por la aplica-
jueces de familia están más de acuerdo ción de tests psicológicos. (DP y DF).
con ello (66,7 %) que los de penal (59,2
%), aunque dicha diferencia no es signi- 14. En general, entiendo sin dificul-
ficativa a nivel estadístico. No obstante, tad los informes psicológicos aportados
existe también mucha variabilidad en por los peritos. (DP y DF)
ambas jurisdicciones sobre dicho aspec-
to, lo que puede indicar también cierta Tal y como se desprende de la tabla
controversia al respecto. Se observa una anterior (tabla 4) los jueces, en general,
tendencia al desacuerdo sobre la perti- presentan un desacuerdo respecto a la
nencia de proporcionar un feedback de cuestión planteada sobre la neutralidad o
los resultados de la evaluación tanto en imparcialidad de los psicólogos que actú-
DF (46,7 %) como en DP (37 %), desta- an de parte, de forma que en DP el 67,7
cando el alto porcentaje de jueces que % se encuentra en desacuerdo (media
no están ni de acuerdo ni en desacuerdo 2,89 y mediana 2) y en DF un 80 %
(donde se sitúa la mediana), así como la (media 2,53 y mediana 2), sin encontrarse
dispersión de opiniones a este nivel, en diferencias significativas en función de la
ambas jurisdicciones. La opinión es prác- jurisdicción o los años de ejercicio.
ticamente unánime en DF ( 93,3 %,
correspondiendo la mediana a la catego- En cuanto a la preferencia de los psi-
ría totalmente de acuerdo) respecto a la quiatras frente a los psicólogos, en
consideración del informe psicológico ambas jurisdicciones predomina una ten-
como un documento de especial utili- dencia neutral (mediana se encuentra en
dad, y muy mayoritaria en DP (74 %). 4: “ni acuerdo ni desacuerdo”) aunque
en general, en DP son más proclives que
En la tabla 4 se exponen los resultados en DF al acuerdo, es decir, se prefiere a
obtenidos de las preguntas 10-14 que los psiquiatras que a los psicólogos en
son similares para la versión de penal y un 40,7 % (media 4,73) y un 33,3 %
de familia. Estas cuestiones son las (media 3,6), respectivamente. De forma
siguientes: similar, también observamos una ten-
dencia neutral, en ambas jurisdicciones,
10. Los Psicólogos Forenses que respecto a la opinión que tienen los jue-
actúan de parte son considerados tan ces de la adecuada formación de los psi-
independientes y neutrales como los cólogos para ejercer sus funciones en los
profesionales que están adscritos al Juz- juzgados, aunque es ligeramente mejor
gado. (DP y DF). en DP (mediana de 5 frente a 4 en DF).
En relación a que el informe pericial esté
11. Prefiero obtener información sustentado bajo la aplicación de tests
pericial de los Psiquiatras que de los Psi- psicológicos parece que también existe
cólogos. (DP y DF). un acuerdo mayoritario, tanto en DP
(40,7 %) como en DF (53,3%) (siendo la
12. Según mi experiencia, considero mediana, en ambos casos de 5), aunque
que el Psicólogo ha recibido una forma- también destaca que existe un porcenta-
ción adecuada para realizar su función je elevado de jueces (56,4% en DP y
en los Juzgados. (DP y DF). 33,3% en DF) que no muestran acuerdo

110 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

Tabla 4: Porcentajes, media y mediana de las respuestas a las preguntas del cuestionario
(Versión para Derecho Penal –DP- y Derecho de Familia –DF-)
Media
% Mediana
PREGUNTA 1 2 3 4 5 6 7
10. Los P.F. que actúan
de parte son tan
NEUTRALES como los a
dscritos al JUZGADO (DP) 51,9 0 14,8 18,5 7,4 0 7,4 2,89
2
10. Los P.F. que actúan
de parte son tan
NEUTRALES como los
adscritos al JUZGADO
(DF) 26,7 33,3 20 13,3 0 0 6,7 2,53
2
11. Prefiero
PSIQUIATRAS que
Psicólogos (DP) 3,7 0 7,4 48,1 7,4 18,5 14,8 4,73
4
11. Prefiero
PSIQUIATRAS que
Psicólogos (DF) 6,7 20 6,7 33,3 13,3 13,3 6,7 3,6
4
12. Buena
FORMACIÓN de los
psicólogos (DP) para
funcionamiento en
Juzgados 11,1 0 22,2 22,2 25,9 0 18,5 4,56
5
12. Buena
FORMACIÓN de los
psicólogos (DF) para
funcionamiento en
Juzgados 0 6,7 33,3 20 13,3 26,7 0 4,2
4
13. El informe pericial
sustentado en
aplicación de TESTS (DP) 3,7 0 0 56,4 14,8 0 25,9 4,67
5
13. El informe pericial
sustentado en aplicación
de TESTS (DF) 0 6,7 6,7 33,3 26,7 13,3 13,3 4,73
5
14. Entiendo INFORMES
PSICOLÓGICOS (DP) 6,7 7,4 11,1 18,5 25,9 14,8 18,5 4,7
5
14. Entiendo INFORMES P
SICOLÓGICOS (DF) 0 6,7 6,7 13,3 6,7 46,7 20 5,4
6
1: En total desacuerdo. 2. Muy en desacuerdo. 3. En desacuerdo. 4. Ni de acuerdo ni en desacuerdo. 5. De acuerdo. 6: muy de acuerdo. 7. Totalmente
de acuerdo.
Media y mediana: Sobre las puntuaciones de la escala de acuerdo-desacuerdo.

ANUARIO/2003 111
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

ni desacuerdo sobre esta cuestión. Tal y 16. Considero que el psicólogo debe
como se desprende de los datos, tanto informar sobre la peligrosidad del sujeto.
los jueces de DP como de DF entienden
sin dificultad los informes psicológicos, 17. Considero que el informe psicoló-
aunque fundamentalmente esto es así gico debe limitarse a decir si la persona
en DF (73,4 % frente al 59,2 %). evaluada presenta algún tipo de trastor-
no psicológico o no, y si lo presenta, cuál
En la tabla 5 se exponen los resultados es su gravedad y pronóstico (DP).
obtenidos de las preguntas 15-17 (ver-
sión DP) y de la pregunta 18 de DF. Estas 18. En general, tras el estudio de un
cuestiones son las siguientes: informe psicológico pericial sobre este
asunto, sigo teniendo muchas dudas
15- Considero que el Psicólogo debe sobre cuál de los progenitores es más
opinar sobre la responsabilidad o irres- idóneo para la guarda y custodia de los
ponsabilidad del acusado en relación al menores, es decir, este tipo de informes
delito cometido. (DP) no me aclara mucho. (DF).

Tabla 5: Porcentajes, media y mediana de las respuestas a las preguntas del cuestionario
(Versión para Derecho Penal –DP- y Derecho de Familia –DF-)
Media
% Mediana
PREGUNTA 1 2 3 4 5 6 7

15. El psicólogo
debe opinar sobre la
RESPONSABILIDAD (DP) 48,1 0 0 3,7 18,5 14,8 14,8 3,5
4

16. El psicólogo debe


opinar sobre la
PELIGROSIDAD (DP) 7,4 3,7 0 7,4 11,1 22,2 48,1 5,8
6

17. El psicólogos debe


limitarse al
DIAGNÓSTICO (DP) 18,5 3,7 0 7,4 11,1 25,9 33,3 5,1
6

18. El informe NO ME
ACLARA sobre cuál
progenitor es más
idóneo (DF) 13,3 33,3 26,7 6,7 6,7 13,3 0 3
3

1: En total desacuerdo. 2. Muy en desacuerdo. 3. En desacuerdo. 4. Ni de acuerdo ni en desacuerdo. 5. De acuerdo. 6: muy de acuerdo. 7. Totalmente
de acuerdo
Media y mediana: Sobre las puntuaciones de la escala de acuerdo-desacuerdo.

112 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

Tal y como se desprende de la tabla nión mayoritaria de desacuerdo (73,3 %)


anterior (tabla 5), un alto porcentaje de respecto a que el informe pericial no les
jueces de DP responden que están en aclare las dudas sobre la idoneidad para
total desacuerdo (48,1 %) con que los la guarda y custodia, es decir que en
psicólogos informen sobre la responsabi- general este tipo de informes sí les resul-
lidad o irresponsabilidad del evaluado, ta útil, aunque hay que destacar que a
aunque el acuerdo general también un porcentaje del 20 % de los jueces, el
representa un 48,1 % de las respuestas, informe no les aclara gran cosa.
de forma que las opiniones a este nivel
están muy divididas (la mediana está en En la tabla 6 se exponen los resultados
4, es decir, ni de acuerdo ni en desacuer- obtenidos en la preguntas 19 (versión DP
do). Sin embargo, el acuerdo es mucho y DF). Esta cuestión versa así:
mayor respecto a si el psicólogo debe
informar sobre la peligrosidad del acusa- 19. ¿Con qué frecuencia he tomado
do, donde los jueces muestran un acuer- decisiones diferentes a las aconsejadas
do mayoritario (81,4 %, mediana 6 y en el Informe Psicológico pericial en rela-
media 5,8) y respecto a que el informe se ción al acusado? (DP).
limite a realizar un posible diagnóstico, 19.1. ¿Con qué frecuencia he toma-
así como de su gravedad y pronóstico do decisiones diferentes a las aconseja-
(70,3 %, mediana 6 y media 5,1). No das en el Informe Psicológico pericial en
obstante, en esta cuestión, también se relación a la guarda y custodia? (DF).
puede destacar que un 18,5 % de los
jueces estaría en total desacuerdo con En general, tal y como se puede
que el papel de los peritos se limitase observar en la tabla 6, en ambas jurisdic-
únicamente a su función diagnóstica. ciones, sólo algunas veces, se toman
decisiones diferentes a las recomenda-
En DF, los jueces presentan una opi- das en los informes. En DF, ningún juez

Tabla 6: Porcentajes de las respuestas a la preguntas del cuestionario


(Versión para Derecho Penal –DP- y Derecho de Familia –DF-)

PREGUNTA NUNCA ALGUNA ALGUNAS BASTANTES MUCHAS


VEZ VECES VECES VECES

19.Decisiones
diferentes a las
aconsejadas en el i
nforme respecto al
acusado (DP) 18,5 29,6 40,7 7,4 3,7

19. Decisiones diferentes


a las aconsejadas en
el informe respecto
a la guarda y custodia (DF) 13,3 33,3 53,3 0 0

ANUARIO/2003 113
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

responde que bastantes veces o muchas 21. Señale si en su experiencia profe-


veces haya tomado decisiones diferentes sional ha apreciado algún atenuante o
a las aconsejadas en el dictamen pericial, eximente en algún caso que presentase
mientras que en DP esto ha sido infor- alguno de los siguientes trastornos psi-
mado que ocurre en un 11,1 %. cológicos. (DP).

En la tabla 7 se exponen los resultados 22. En base a su experiencia profesio-


obtenidos en la pregunta 20 (versión DP nal, ¿cuál de los anteriores diagnósticos
y DF). Esta pregunta es la siguiente: psicológicos es informado más frecuen-
temente?
20. ¿Conoce algunos de los siguien-
tes modelos teóricos de los Psicólogos? En la tabla anterior (tabla 8) aparecen
(DP y DF) los porcentajes, ordenados por orden de

Tabla 7: Porcentajes de las respuestas a la preguntas del cuestionario


(Versión para Derecho Penal –DP- y Derecho de Familia –DF-)

PREGUNTA Conduct. Cogn. Hum. C-C PSA Ninguno Otros

20. ¿Conoce alguno de


estos modelos? DP 22,3 7,4 0 3,7 0 66,6 0

20. ¿Conoce alguno de


estos modelos? DF 33,3 53,3 6,7 6,7 0 0 0

Conduct.: Modelo Conductual. Cogn.: M. Cognitivo. Hum.: M. Humanista. C-C.: M. Cognitivo-Conductual. PSA.: M. Psicoanalítico.

Como queda reflejado en la tabla frecuencia, de los psicodiagnósticos en


anterior (tabla 7), tanto en DP como en los que los jueces han apreciado una
DF, los modelos más conocidos son el relación con la inimputabilidad (atenuan-
conductual y el cognitivo. El modelo tes o eximentes). Así, se destaca que las
conductual es más conocido en DP drogodependencias, los trastornos del
(22,3 %) y el cognitivo más en DF (53,3 espectro psicótico y esquizofrénico
%). También es de destacar que el 66 (esquizofrenia, psicosis y T. paranoide), y
% de los jueces de Penal responden los trastornos intelectuales (demencia y
que no conocen ningún modelo psico- retraso mental) son los diagnósticos que
lógico (cuestión que no es respondida más frecuentemente están asociados a la
en la misma dirección por ningún juez apreciación de inimputabilidad por parte
de familia). de los jueces. También destacan los rela-
tivos altos porcentajes encontrados en
Por último, en la tabla 8 se exponen los trastornos de personalidad, trastor-
los resultados obtenidos en las pregun- nos afectivos, e incluso, psicopatía y neu-
tas 21 y 22 para la versión de DP. rosis. En la misma tabla también pode-

114 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

Tabla 8: Porcentajes de las respuestas a la preguntas del cuestionario


(Versión para Derecho Penal –DP-)

PREGUNTA: 21. En su experiencia ha 22. En base a su experiencia


apreciado algún atenuante ¿cuál de los siguientes
o eximente en algún caso trastornos es informado
que presentase alguno más frecuentemente? (DP)
de estos trastornos? (DP)

Drogodependencias 81,5 88,9


Esquizofrenia 70,4 25,9
Psicosis 63 18,5
Retraso mental 63 —
T. Personalidad 55,6 92,6
T. paranoide 51,9 29,6
T. afectivos (depresión, ansiedad) 51,1 —
Demencia 48,1 —
Psicopatía 40,7 —
Neurosis 33 —
Cleptomanía 18,5 —
Ludopatía 14,8 —
T. estrés postraumático 3,7 —
Otros 0 —

mos observar que los trastornos que son Una de las conclusiones más impor-
informados más frecuentemente por los tantes que se desprende de los resulta-
peritos son los trastornos de personali- dos obtenidos viene a apoyar el papel
dad y las drogodependencias. decisivo, que según los jueces, tiene el
informe psicológico para valorar los
aspectos centrales sobre los que centra
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN la pericia psicológica (imputabilidad en el
ámbito penal e idoneidad –o mejor alter-
Los resultados de este trabajo van a nativa de custodia- en derecho de fami-
ser analizados a diferentes niveles. Por lia). En relación con el papel del informe
un lado, se van a discutir las opiniones psicológico, también los resultados obte-
vertidas por los jueces sobre el informe nidos en relación a la utilidad percibida
psicológico pericial poniendo en relación (item 9, tabla 3) vienen a apoyar esta
las divergencias encontradas con las pro- opinión positiva de los jueces, lo que rati-
pias controversias que se dan en el ámbi- fica la necesidad y justificación del infor-
to psicológico forense. Por otro, se van a me pericial, su validez, y la presencia del
comentar las diferencias encontradas en Psicólogo en este foro. Ahondando más
las respuestas al cuestionario entre los en este punto, los resultados obtenidos
jueces del ámbito penal y de familia, así en el item 19 (véase tabla 6) nos propor-
como las diferencias encontradas en fun- cionan información que tiene que ver
ción de los años de ejercicio judicial. con la utilidad y con el acuerdo con las

ANUARIO/2003 115
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

conclusiones que aparecen en los dictá- nivel es que un alto porcentaje de jueces
menes psicológicos; así, la mayor parte (48,1 %) responden que están en total
de los jueces, responden que sólo en desacuerdo con que los psicólogos infor-
algunas ocasiones, toman decisiones men sobre la responsabilidad o irrespon-
diferentes a las recomendadas en los sabilidad del evaluado (otra cosa es que
informes. Ahora bien, como este desa- esta práctica sea frecuente entre los psi-
cuerdo se produce, aunque sea en esca- cólogos, aunque, evidentemente, si se
sas ocasiones, y la decisión última es produce, puede explicar el desacuerdo
competencia del Juez (el informe no es entre las conclusiones del informe y las
vinculante), sí parece muy recomenda- conclusiones del Juez). Este dato es con-
ble, tal y como apunta de la Torre (1999, sistente al encontrado por Redding,
pag. 13), la Sentencia del Tribunal Supe- Floyd y Hawk (2001) quiénes evaluaron
rior de 6 Marzo de 1995, RJ 1995/1811, las preferencias de los jueces y abogados
que exige que cuando el Juez llega a en el estado de Virginia y obtuvieron que
conclusiones distintas del informe, debe la información aportada por los peritos
expresar las razones que justifiquen tal relativa a la imputabilidad o inimputabili-
decisión porque si no nos encontramos dad de los evaluados (es decir, los estan-
“ante un discurso o razonamiento judi- dares legales de insanidad) se la conce-
cial que es contrario a las reglas de la día menor importancia que a la mera
lógica, de la experiencia o de los criterios información descriptiva y de diagnosis
firmes del conocimiento científico”. De clínica. Otros resultados que se podrían
esta forma se facilita que se pongan poner en relación con ese desacuerdo
sobre la mesa cuáles son los puntos de ocasional con las conclusiones del infor-
conflicto o desacuerdos encontrados, lo me podrían también que ver con la per-
que probablemente sirva para un mayor cepción que tienen los jueces sobre la
entendimiento futuro. Obviamente, los formación de los psicólogos, sobre su
resultados de este estudio no nos ayu- neutralidad, la detección del engaño de
dan al conocimiento en concreto de las los evaluados, los aspectos que se evalú-
causas de dichos desacuerdos pues esto an, las técnicas que utilizan, etc. Estos
habría que analizarlo para cada caso, resultados se discuten de forma específi-
pero sí que nos proporciona alguna ca a continuación.
información general que podría estar
relacionado con esta cuestión. Por ejem- En relación a los aspectos que deben
plo, los datos obtenidos sobre los jueces incluirse en el informe, o lo que es simi-
de familia en el item 18 (véase tabla 5) lar, los aspectos que deben ser evalua-
indican que un 20 % de éstos contestan dos, parece que existe unanimidad en el
que el informe no les aclara gran cosa ámbito de familia y clara mayoría en
respecto a cuál de los progenitores es penal en que se debe reflejar el nivel
más idóneo para ostentar la guardia y intelectual y la personalidad de los pro-
custodia de los menores (aunque para la genitores o del acusado. Estos resultados
mayor parte de los jueces el informe sí son coincidentes con los tópicos que han
les resulta claro y, además, en general, sido tradicionalmente casi exclusivamen-
tanto los jueces de penal como de fami- te evaluados en las periciales psicológi-
lia opinan que entienden sin dificultad cas, pues han estado vinculadas a los
los informes psicológicos – véase tabla 4, aspectos centrales del concepto de dolo
item 14). Otro dato interesante a este en Derecho Penal, es decir, a la inteligen-

116 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

cia y a la voluntad. Sin embargo, cada dad de opiniones entre los jueces respec-
vez son más los psicólogos (Ávila y Rodrí- to al asunto sobre el que debe informar
guez-Sutil, 1995; Grisso, 1986; Hernán- o concluir el psicólogo, disparidad que
dez, 2002) que consideran que estos coincide con una de las controversias
tópicos, si bien algunas veces relevantes, abiertas más importantes en el terreno
deben ser sustituidos y complementados de la psicología forense por la diversidad
con otras variables más relacionadas con de recomendaciones, precauciones, y
competencias específicas relacionadas opiniones que se han vertido sobre este
bien con el delito en concreto (en Dere- asunto, así como por las distintas legisla-
cho Penal), bien con las competencias y ciones existentes entre diferentes países
habilidades que se requieren para el cui- en relación a las funciones y competen-
dado parental (en Derecho de Familia) y, cias del forense para informar o no sobre
por ende, con evaluaciones más de corte la responsabilidad penal (American Psy-
conductual y funcional que puedan ayu- chiatric Association, 1982; American Bar
dar (asesorar) de una forma más directa Association, 1989; Bonnie y Slogobin,
a que el Juez tome las decisiones oportu- 1980; Conde Pumpido, 1982; De la
nas sobre el asunto esencial, es decir, Torre, 1999; Esbec y Delgado, 1994;
sobre la responsabilidad penal del acusa- Morse, 1978; Redding, Floyd, y Hawk,
do o el mejor interés del menor. Sin 2001; Slogobin, 1989).
embargo, estos aires renovadores, sólo
parece que hayan cuajado entre una Obviamente, esta controversia (opi-
(buena) parte de los jueces. Así cuando niones extremas y contrarias) puede
se les pregunta a éstos su opinión res- generar cierta indecisión al psicólogo,
pecto a que se refleje los aspectos con- que no sabe muy bien cuando se espera
textuales del delito o de los progenitores de él una posición más comprometida en
(item 4, tabla 2) o los aspectos históricos relación a la responsabilidad o cuando
(item 6, tabla 3), sí parece que se mues- dicha posición puede ser considerada
tra una tendencia positiva a su inclusión. como un intrusismo en competencias
No obstante, también es relevante enfa- que no le son propias.
tizar que aunque hay un relativo alto
porcentaje de jueces penales (22, 2 %) De los resultados obtenidos también
que estarían en contra de que el papel se desprende como no hay una opinión
del psicólogo se limitase a una función unánime sobre la adecuación o no de
meramente diagnóstica, la mayor parte reflejar la opinión del acusado respecto a
de ellos (un 70 %) estarían de acuerdo su responsabilidad, arrepentimiento u
con ello (item 17, tabla 5). Este resultado otros aspectos subjetivos (DP) ni sobre la
sería coincidente con el obtenido por opinión de los menores sobre sus prefe-
Redding, Floyd y Hawk (2001), como ya rencias de custodia (DF) (véase item 5,
se ha comentado. En la misma línea, un tabla 3). No obstante, en DF existe una
48,1 % de los jueces estarían en absolu- tendencia positiva a que aparezca la opi-
to desacuerdo en que el perito reflejase nión del menor, invirtiéndose esta opi-
en el dictamen su opinión (conclusión) nión en el caso penal. Teniendo en cuen-
respecto a la responsabilidad del acusa- ta que la apreciación del arrepentimiento
do (item 15, tabla 5) mientras que otro (y la responsabilidad) es un atenuante
48,1 % estaría de acuerdo con ello. De del Código Penal cuya valoración en la
aquí se desprende que existe una dispari- legislación española compete al Juez, y

ANUARIO/2003 117
«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

que la opinión de los menores es rele- bién con la imagen tradicional del psicólo-
vante tenerla en cuenta (aunque no de go-testólogo, así como a la escasa infor-
forma exclusiva) de cara a decidir sobre mación que tienen los jueces sobre aspec-
la mejor alternativa de custodia, es fácil tos metodológicos e instrumentales de la
vislumbrar así la explicación a estos últi- Evaluación Psicológica, a saber, sobre el
mos datos. También los resultados obte- papel que juegan los tests dentro de todo
nidos muestran que existe una opinión un proceso de evaluación psicológica, las
mayoritaria de que el informe psicológi- limitaciones de éstos para la evaluación
co debe informar sobre la peligrosidad de objetivos forenses, las garantías cientí-
del acusado. Resaltamos este dato por- ficas de los datos, la constrastación de la
que es de sobra conocido en la práctica información, etc. Obviamente, todas
psicológica forense la dificultad que estas cuestiones corresponden a temáti-
tiene, muchas veces, concluir o respon- cas propiamente psicológicas sobre las
der a esta pregunta hipotética, tantas que no se debe presuponer su conoci-
veces demandada, y que tiene que ver, miento a personas legas en la materia,
obviamente, con la predicción de la peli- por ello, sí parece necesario que los profe-
grosidad. A este nivel quizás sería opor- sionales con los que colaboramos (en este
tuno hacer una reflexión sobre si el psi- caso Jueces) reciban algún tipo de infor-
cólogo, con los conocimientos y herra- mación a este respecto con el objeto de
mientas que tiene en la actualidad, que puedan valorar y apreciar, con mayor
puede hacer con garantías dicha predic- conocimiento de causa, la calidad de la
ción o si es necesario un mayor esfuerzo información psicológica que se aporte (tal
en investigación para lograr este objetivo y como sugieren Kovera y McAuliff, 2000,
(si alcanzable) en el futuro (Barcia, Pozo, por ejemplo) aunque ésta no provenga
y Ruiz, 1994; Tetradillos, 1994). de los tradicionales tests. Por otro lado,
este mayor entendimiento también con-
Respecto a la aplicación de tests psico- tribuiría a que los psicólogos disminuye-
lógicos y a que el informe pericial esté sen el excesivo uso de algunas de las téc-
sustentado en éstos (item 13, tabla 4), nicas más tradicionales (provenientes de
existe una clara tendencia al acuerdo en la clínica, por ejemplo, MMPI, 16 PF, Rors-
las dos jurisdicciones, aunque hay que chach, escalas de inteligencia, etc.) (Ávila
destacar que más de la mitad de los Jue- y Rodríguez-Sutil, 1995) debido a la mejor
ces de lo Penal no están ni de acuerdo ni imagen que producen en los jueces, a
en desacuerdo. Estos datos vienen a favor del uso de otras técnicas como la
poner sobre la mesa la mayor importancia observación, la evaluación de competen-
y confianza que los jueces otorgan a los cias específicas, y sobre todo a innovar e
datos obtenidos a partir de la aplicación investigar en el diseño de instrumentos (y
de tests, frente a otro tipo de datos o evi- metodologías) específicas forenses (Gris-
dencias obtenidos a partir de otras técni- so, 1986), lo que obviamente ahondaría
cas o procedimientos, y de los que a prio- en abordar de forma más directa los obje-
ri, no se debería dudar sobre su bondad tivos concretos de la evaluación forense, y
(por ejemplo, datos obtenidos de la por ende, en una mayor calidad y utilidad
observación u otro tipo de auto-infor- de los datos. En cualquier caso, también
mes), resultado coincidente con el obteni- hay que tener en cuenta que probable-
do por Redding, Floyd y Hawk, (2001). mente (y de modo paulatino) esta ten-
Probablemente, esto tenga que ver tam- dencia esté cambiando ya que hay que

118 ANUARIO/2003
Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

destacar que un 13,4 % de los jueces del actúa de parte esta cuestionada. Este
ámbito de familia no considera impres- aspecto también ha sido denunciado
cindible que el informe vaya sustentado desde nuestra profesión (por ejemplo,
en la aplicación de tests. Abenza, 1994; Alfaro, 2000; Dietz,
1985), lo que nos muestra que se requie-
Esta recomendación respecto a la re cierta crítica “de puertas hacia den-
necesidad de formación de los jueces en tro”, dispositivos de control y un cambio
determinados aspectos psicológicos bási- de conducta, allí donde sea necesario.
cos también viene apuntada por el resul-
tado encontrado en este estudio respecto Los resultados obtenidos sobre la
al conocimiento de los modelos psicoló- capacidad de detección de la simulación
gicos. Así, destacamos que un 66,6 % de y el engaño por parte del Psicólogo no
los jueces penales no conocen ningún son muy concluyentes, aunque se obser-
modelo psicológico (item 20, tabla 7), va una ligera tendencia al acuerdo (item
resultado que no es similar en el ámbito 7 y 8, tabla 3). Este resultado es de vital
familiar donde el conocimiento de los importancia ya que intentos de fingi-
modelos (fundamentalmente cognitivo y miento y engaño por parte de los evalua-
conductual) es mayoritario. En relación a dos es un aspecto muy frecuente en el
la necesidad de formación también es terreno forense (Rogers, 1997a), dados
importante conocer lo que opinan los los intereses que están en juego, por lo
jueces respecto a la formación de los psi- que los psicólogos deben poner un espe-
cólogos forenses. Así, la opinión de los cial cuidado en detectar este tipo de con-
jueces sobre este aspecto no es determi- ductas engañosas haciendo uso de las
nante, existe un ligero predominio positi- herramientas existentes a este nivel (por
vo en Derecho Penal y una postura neu- ejemplo, contrastación de la informa-
tral (ni de acuerdo ni en desacuerdo) en ción, observación continua, evaluación
Derecho de Familia. Obviamente, que el clínica exhaustiva, uso de entrevistas y
psicólogo tenga una buena formación, y cuestionarios específicas para la valora-
que además posea dicha imagen entre ción de la simulación, uso de escalas
los juristas va a influir en el futuro de esta control de sinceridad y validez en los
profesión, es decir, en una mayor integra- tests utilizados, etc.) y todo ello porque
ción en el ámbito de la Justicia. Así, pro- la validez de las conclusiones periciales
bablemente sea necesario tanto la exi- requiere que se parta de una informa-
gencia de una adecuada formación (teó- ción previa auténtica y precisa. Así, pare-
rica, práctica y ética) de los psicólogos ce que una asignatura pendiente es
forenses como la valoración de las actua- tanto mejorar la formación de los peritos
ciones realizadas, a modo de seguimien- sobre este aspecto (si se valora que es
to de la práctica profesional, con el obje- insuficiente su práctica) así como que en
to de velar por las garantías científicas y el informe pericial se haga clara referen-
éticas de la actuación psicológica. En cia a las estrategias metódicas utilizadas
relación a este último aspecto hay que de cara a valorar la detección de la simu-
resaltar que los Jueces opinan, mayorita- lación y el engaño, y, por supuesto, a la
riamente, que los Psicólogos de parte no conclusión obtenida a este nivel.
son tan independientes y neutrales que
los que están adscritos al Juzgado. Es En lo que respecta a la conveniencia o
decir, la neutralidad del profesional que no de informar los resultados de la evalua-

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«Opinión de los Jueces (Derecho Penal y de Familia) sobre el Informe Psicológico Forense»

ción a las personas evaluadas, existe una entre la opinión de los Jueces de los Juz-
clara divergencia por parte de los jueces gados de lo Penal y los de Familia. Lo pri-
respecto a que se facilite dicha informa- mero que debemos resaltar es que dichas
ción, lo que iría en contra de nuestro Códi- diferencias no hacen referencia a una
go Deontológico profesional, y que está misma cuestión, ni provienen de profesio-
en clara consonancia con una de las con- nales de las mismas características; aún
troversias abiertas a este nivel en la profe- así, dichas diferencias (o su ausencia) pue-
sión forense (Hierro, 2002), lo que apunta den resultar de interés. Sólo se han
a que es necesario todavía hoy tratar de encontrado diferencias en el item 2 y en el
clarificar nuestros derechos y obligaciones item 5, (tabla 2 y tabla3), es decir, los jue-
sin obstaculizar el proceso judicial y llegar ces de Derecho Penal están más de acuer-
a un entendimiento más estrecho entre do que los de Derecho de Familia en que
jueces y psicólogos a este respecto. el informe psicológico debe reflejar el CI
de los evaluados y los jueces de Derecho
En relación a la preferencia de que el de Familia están más de acuerdo que los
informe sea realizado por el psiquiatra o de Derecho Penal en que se incluya la opi-
el psicólogo, los resultados nos demues- nión del evaluado sobre aspectos esencia-
tran que no hay una clara preferencia por les a peritar (preferencias de custodia –
una u otra figura. Si hubiera que destacar responsabilidad, arrepentimiento u otros
algún dato, éste sería, además de una alta aspectos subjetivos). Respecto a los años
variabilidad de opiniones, la tendencia, en de experiencia, el dato a destacar es que
general, en el ámbito Penal, del Psiquiatra no existen diferencias significativas, a
frente al Psicólogo (resultado similar, pero nivel estadístico, en función de esta varia-
con una tendencia menos acusada que el ble en las cuestiones planteadas, a excep-
obtenido por Redding, Floyd y Hawk, ción de las encontradas en el item 3 y 5
2001), aspecto éste que puede explicarse (tabla 2, y tabla 3). En ambos casos, res-
por la tradición, es decir, la implantación pecto a la evaluación de la personalidad y
de los médicos forenses en el ámbito la inclusión de la opinión de los evalua-
penal es clásica (los psicólogos tienen un dos, el grupo con mayor grado de acuer-
papel mucho más reciente), mientras que do es el de 10-12 años, después el de más
en el ámbito de Familia, cuyas competen- de 13 años y el último el de menor expe-
cias legales son más recientes, las diferen- riencia.
cias no han sido tan acusadas. Este dato
también nos puede indicar el desconoci- Por último, sólo resaltar que los resul-
miento de las funciones diferenciales de tados obtenidos son producto de un
cada uno e incluso el solapamiento de estudio descriptivo de carácter explora-
éstas. De cualquier modo, históricamente, torio. No obstante, se considera que los
los profesionales de la Psiquiatría han datos encontrados pueden resultar ilus-
tenido un papel más destacado en la Jus- trativos de algunas controversias actua-
ticia, pero también hay que indicar la pro- les entre el ámbito psicológico y jurídico
gresiva consolidación del Psicólogo en y, por tanto, tener en cuenta las conclu-
este campo. siones y sugerencias que se aportan
puede resultar útil de cara a fomentar un
En un segundo nivel de análisis, se van mejor entendimiento, colaboración y
a comentar las diferencias significativas, a funcionamiento entre los psicólogos y
nivel estadístico, que se han encontrado profesionales del ámbito de la Justicia.

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Gabriel Aguilera Manrique, Flor Zaldívar Basurto

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