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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.

Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño

Ingeniería en mantenimiento mecánico.

Inspección y análisis de fallas.

Barcelona – Anzoátegui.

Ruido
(Medición y control,
niveles, en maquinarias,
atenuadores, analizadores)

Profesor: Bachiller:

Jorge Guzmán Angel Rengifo

C.I 25.272.313

Barcelona, Abril de 2018


Ruido:

Un sonido se genera por una superficie en movimiento que se transmite a través


del aire, disminuyendo su intensidad con la distancia y el entorno físico.

Un ruido es todo sonido que puede producir una pérdida de audición, ser nocivo
para la salud o interferir en una actividad en un momento dado.

En un principio, los ruidos no son ni positivos ni negativos, solo una sensación


subjetiva cuyo nivel de molestia está influido por la calidad, duración y, por
supuesto, la tolerancia de cada individuo.

Para la física, el ruido es un perturbación eléctrica que interfiere en la transmisión


o el procesamiento de la señales. La agitación térmica de las moléculas del
material que forma los conductores o el movimiento desordenado de los
electrones y de otros portadores de corriente son algunas de las causas del ruido.

De esta manera, tendríamos que hablar que existe lo que se conoce como
contaminación acústica. Un término este que viene a definir al exceso de sonidos
y ruidos que existe en una ciudad o localidad y que supone que las personas que
lo sufren vean alterada de manera contundente su calidad de vida.

El ruido es la sensación auditiva inarticulada generalmente desagradable. En el


medio ambiente, se define como todo lo molesto para el oído o, más exactamente,
como todo sonido no deseado. Desde ese punto de vista, la más excelsa música
puede ser calificada como ruido por aquella persona que en cierto momento no
desee oírla.

En el ámbito de la comunicación sonora, se define como ruido a todo sonido no


deseado que interfiere en la comunicación entre las personas o en sus
actividades.

Cuando se utiliza la expresión ruido como sinónimo de contaminación acústica, se


está haciendo referencia a un ruido (sonido), con una intensidad alta (o una suma
de intensidades), que puede resultar incluso perjudicial para la salud humana.
Contra el ruido excesivo se usan tapones para los oídos y orejeras (cascos para
las orejas, los cuales contienen una electrónica que disminuye los ruidos
exteriores, disminuyéndolos o haciendo que su audición sea más agradable), para
así evitar la pérdida de audición (que, si no se controla, puede provocar la
sordera).
Medición del ruido:

La unidad con la que se expresa esta magnitud es el decibelio (dB) y el equipo de


medida más utilizado es el sonómetro, diseñado para responder al sonido de la
misma manera que lo hace el oído humano.

El nivel de sonido o ruido se puede medir con distintos equipos que miden niveles
de presión sonora, es decir, la variación de presión que se produce en un punto
determinado cuando se está propagando una onda sonora.

El oído transforma las presiones sonoras en sensaciones auditivas. El espectro de


audición es la gama de frecuencias que puede escuchar el oído humano. Este
está comprendido entre 20 y 20.000 Hz, aunque es más sensible a frecuencias
entre 2.000 y 5.000 Hz.

Las sensaciones que producen las ondas sonoras en el oído dependen de


distintos factores físicos: la intensidad y la frecuencia de la onda, la acústica del
lugar y el momento del día, la sensibilidad de las personas o el tipo de ruido.

Los sonidos tienen distintas intensidades (fuerza). Así, por ejemplo, si usted le
grita a alguien en lugar de susurrarle, su voz tiene más energía y puede recorrer
más distancia y, por consiguiente, tiene más intensidad. La intensidad se mide en
unidades denominadas decibelios (dB) o dB(A). La escala de los decibelios no es
una escala normal, sino una escala logarítmica, lo cual quiere decir que un
pequeño aumento del nivel de decibelios es, en realidad, un gran aumento del
nivel de ruido.

Control del ruido:

Son el Conjunto de técnicas que contemplando aspectos operacionales y


económicos permiten obtener un ambiente aceptable de ruido para un receptor
determinado. Control de ruido no significa exclusivamente reducción de ruido.

El control del ruido está formado por aquel conjunto de medidas (tanto a nivel
normativo como a nivel de ingeniería y su aplicación) que tienen como objetivo
general asegurar unos niveles de ruido aceptables según la legislación vigente en
cualquiera de los ámbitos de la sociedad.

Se puede decir que el control del ruido es la adecuación de los niveles de ruido a
niveles aceptables.

Una vez determinados los problemas de ruido sufridos en una zona o municipio el
control del mismo puede hacerse desde 3 puntos de vista:

En la fuente, en el receptor, y en el medio de propagación.


Control de ruido en la fuente: Actúa sobre la vibración que produce el ruido.
Este sería el caso de la vibración de un cuerpo, por ejemplo la maquinaria de
refrigeración de un local. Esta puede no producir ruido como tal, pero sí propagar
una vibración por la pared de un edificio y que ésta, al entrar en contacto con un
elemento de poca masa de convierta en ruido. Esto se solucionaría colocando
elementos dispersores de vibración como muelles o bancadas de inercia. También
se pueden Reducir la amplitud de las fuerzas que generan el ruido.

Control de ruido en el medio de propagación:

El sonido es una onda que se propaga por el aire. Pero esta propagación no es
gratuita sino que el rozamiento que se produce entre partículas con el avance de
la onda produce disipación de la energía, esto podemos aprovecharlo para reducir
el nivel de sonido que reciben los oyentes. Otra forma de pérdida de energía es la
atenuación producida por obstáculos y barreras que se encuentra la onda en su
propagación.

Algunos métodos de control de ruido en la propagación son los siguientes:

Modificación de orientación de fachadas: en ejes viarios con mucha densidad


de tráfico y por tanto un elevado nivel de ruido, el modo de aumentar la distancia y
por tanto el nivel sonoro recibido en las viviendas es colocar las edificaciones de
modo que la fachada no coincida con el trazado de la vía.

Barreras acústicas: se trata de pantallas sólidas especialmente construidas para


reducir el nivel sonoro tras ellas y protegiendo de este modo al oyente. Este tipo
de barreras se suelen colocar en calzadas de grandes dimensiones que se
encuentran cerca de núcleos de población. Dentro de los municipios su instalación
es inviable por lo que se recurre a otros objetos, de menor tamaño e impacto
visual y por tanto efecto sonorreductor como árboles.

Cerramientos: esta solución consiste en encerrar la fuente en cabinas que


reducen el nivel de emisión en el exterior de las mismas.

Este tipo de soluciones son muy utilizadas en elementos de ventilación de


edificios, instalados en azoteas.

Control del ruido en el receptor:

Estas medidas deben ser las últimas a las que recurrir para el control el ruido ya
que son las menos populares por la molestia que generan.
Este tipo de soluciones suelen adoptarse en el entorno laboral donde, a pesar de
otras medidas tomadas los niveles de exposición de los trabajadores continúan
siendo muy elevados.

Cabinas de aislamiento: en este caso no es la fuente la que se encuentra aislada


sino el propio receptor.

Protección de los oídos: mediante cascos y tapones.

Atenuadores:

Para reducir el ruido emitido por la turbulencia generada por el aire.

Cuando seleccionamos un atenuador es importante considerar los siguientes


parámetros

•IL (Insertion Loss) se refiere a la diferencia entre dos niveles de presión sonora,
cuando son medidos en el mismo punto antes y después de que el atenuador se
ha instalado.

•Static Pressure Drop que se define como la pérdida de carga a través del
atenuador.

Los atenuadores de ruido ayudan a reducir los niveles de ruido perturbador


relacionado con procedimientos de cuidados especiales y de transportación.

Analizadores:

Los analizadores son empleados principalmente para la detección de errores y


comprobación de prototipos antes de su fabricación, comprobando las entradas y
analizando posteriormente el comportamiento de sus salidas. Existen analizadores
de frecuencias analógicos y digitales y estos cuentan con sensores para señales
acústicas, ópticas o eléctricas.

Analizadores de vibración:

Analizadores de vibración para inspección, fabricación, producción y laboratorio.


Los analizadores de vibración se usan para medir vibraciones y oscilaciones en
muchas máquinas e instalaciones, así como para el desarrollo de productos (p.e.
de componentes o herramientas). La medición proporciona los siguientes
parámetros: aceleración de la vibración, velocidad de vibración y variación de
vibración. De este modo se caracterizan las vibraciones con precisión. Los
analizadores de vibración son portátiles y sus resultados se pueden almacenar
parcialmente.
Analizador de espectro:

Un analizador de espectro es un equipo de medición electrónica que permite


visualizar en una pantalla las componentes espectrales en un espectro de
frecuencias de las señales presentes en la entrada, pudiendo ser ésta cualquier
tipo de ondas eléctricas, acústicas u ópticas.

Funcionamiento del analizador de espectro:

Análisis se refiere a la acción de descomponer algo complejo en partes simples o


identificar en ese algo complejo las partes más simples que lo forman. Como se ha
visto, hay una base física para modelar la luz, el sonido o las ondas de radio en
superposición de diferentes frecuencias. Un proceso que cuantifique las diversas
intensidades de cada frecuencia se llama análisis espectral.

Niveles de ruido:

La principal fuente de ruido de la mayor parte de los equipos de construcción es el


motor, o también puede ser la operación de un martillo neumático rompe
pavimentos. Para la evaluación del ruido, se puede considerar que los equipos de
construcción funcionan en dos formas, fijos y móviles.

Los niveles que permiten las normas sobre ruido de la mayoría de los países es,
por lo general, de 85-90 dB durante una jornada laboral de ocho horas.

Niveles de ruido seguro:

La existencia de un nivel de ruido seguro depende esencialmente de dos cosas: 1)


el nivel (volumen) del ruido; y 2) durante cuánto tiempo se está expuesto al ruido.
El nivel de ruido que permiten las normas sobre ruido de la mayoría de los países
es, por lo general, de 85-90 dB durante una jornada laboral de ocho horas (aunque
algunos países recomiendan que los niveles de ruido sean incluso inferiores a
éste).

Se puede tolerar la exposición a niveles superiores de ruido durante períodos


inferiores a ocho horas de exposición. Así, por ejemplo, los obreros no deben estar
expuestos a niveles de ruido superiores a 95 dB durante más de cuatro horas al
día. A los obreros expuestos hay que facilitarles protección de los oídos cuando
estén expuestos a ese nivel y deben rotar, saliendo de las zonas de ruido, al cabo
de cuatro horas de trabajo continuo. Naturalmente, antes de utilizar protección
para los oídos y de rotar a los obreros, se debe hacer todo lo posible para
disminuir el ruido utilizando controles mecánicos.

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