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UNIVERSIDAD JOSÉ ANTONIO PÁEZ

FACULTAD DE INGENIERÍA – ESCUELA DE ARQUITECTURA


HISTORIA II

BARROCO Y ABSOLUTISMO: PROTAGONIZACIÓN DEL ARTE


BARROCO COMO INSTRUMENTO DE VANAGLORIA
POLÍTICA DE LAS MONARQUÍAS EUROPEAS

PROFESOR: FIRAS KANAAN


ALUMNA: ANDREA GABRIELA LÓPEZ RUIZ
SECCIÓN: 305Q1
SAN DIEGO, VENEZUELA
MARZO, 2022
ÍNDICE GENERAL

pp.

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………… 1

GÉNESIS, CONCEPTUALIZACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DEL


ARTE BARROCO…………………...……………………………………… 2
Origen…………………..…………………………………………………. 2
Concepto………………………………………………………………….. 3
Características…………………………………………………………… 4

EL ARTE BARROCO COMO INSTRUMENTO PARA LA


EXALTACIÓN POLÍTICA DE LAS MONARQUÍAS EUROPEAS…….. 6
Barroco en Italia………………………………………………………….. 7
Barroco en Francia………………………………………………………. 9
Barroco en España………………………………………………………. 10

CONCLUSIONES…………………………………………………………… 11

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………… 12
ANEXOS……………………………………………………………………... 13
INTRODUCCIÓN

En el desarrollo histórico de las diferentes expresiones del arte, se


puede destacar al arte barroco como una de las más importantes, por el hecho
de lo que ha representado estéticamente y el papel que llegó a desempeñar,
gracias a su expresividad y vitalidad, como instrumento dirigido a resaltar el
poder político y religioso en la Europa del siglo XVII y parte del siglo XVIII.
El trabajo que se desarrolla a continuación está dirigido a realizar un
análisis del Barroco y su relación con las monarquías europeas en los términos
de un instrumento dirigido a vanagloriar a estas estructuras políticas y a las de
la iglesia católica a fin de coadyuvar a su afianzamiento en el poder y/o a la
conservación del mismo frente a los cambios que se exigían de parte de los
diferentes sectores de la sociedad.
En la ejecución de esta investigación se llevó a cabo una revisión
bibliográfica de diferentes fuentes y autores que abordan lo relativo al arte
barroco, describiendo sus aspectos estéticos y su diferenciación con el estilo
clásico del Renacimiento, así como su irrupción como arte de la apariencia y
de los sentidos que contribuyó a generar su importancia para los propósitos y
fines de las formas de poder prevalecientes en la época.
La estructura de este estudio comprende dos partes: en la primera se
analiza la génesis del arte barroco, su conceptualización y los aspectos que lo
caracterizan, destacando el contexto histórico que le da origen, los elementos
conceptuales y características que lo distinguen del Clasicismo y lo presentan
como una estética que rompe con ese estilo.
En la segunda parte, se presentan los análisis relacionados con la
utilización de este arte como instrumento de exaltación política de las
monarquías europeas, destacándose como ejemplo la arquitectura de tres
países considerados emblemáticos: Italia, Francia y España. Se complementa
esta estructura con las conclusiones donde se hacen las reflexiones y
observaciones de lo desarrollado en el trabajo.

1
GÉNESIS, CONCEPTUALIZACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DEL ARTE
BARROCO

Origen del arte barroco

Con relación al origen del arte barroco, Anguita (2010) refiere al famoso
crítico de arte suizo Heinrich Wölfflin, quien “localiza su origen en la ciudad de
Roma donde hacia 1520 se atisban ya unos síntomas iniciales, llegando a la
madurez hacia 1580 y al pleno apogeo con Bernini hacia 1630” (p. 4). En ese
sentido, se puede afirmar que la cronología del arte barroco tendría sus
primeras manifestaciones en el siglo XVI, siendo en el siglo XVII cuando llega
a alcanzar su máximo esplendor, extendiéndose hacia la primera mitad del
siglo XVIII.
Asimismo, Anguita (2010) afirma que el nacimiento del arte de barroco
se produce en un contexto histórico que presenta circunstancias concretas:

Circunstancias entre las que se pueden citar la escisión


protestante y las luchas reformistas junto a hechos puntuales
como el Saco de Roma (1527) o la expulsión de los Médicis de la
ciudad de Florencia (1530). Esta situación de crisis económica y
social, y asimismo de inestabilidad política, se manifestará en el
arte mediante la fórmula manierista. Poco a poco se va
caminando definitivamente hacia una situación de mayor
estabilidad en Europa, que concluirá con la celebración del año
jubilar de la Roma Triumphans en 1600 y, por supuesto, del
nacimiento del estilo barroco (p. 6)

En esta realidad histórica de luchas, confrontaciones y triunfos políticos


en la cual tienen roles protagónicos y destacados la iglesia católica y la
monarquía, se generan las condiciones económicas, sociales y políticas a
partir de las cuales surgirá el estilo barroco, precedido por el manierismo como
una fórmula y estilo que luego deriva en el nacimiento definitivo de este arte,
que va constituir una herramienta de gran importancia para el poder
eclesiástico y el monárquico absolutista en Europa.

2
Concepto del arte barroco

Desde el punto de vista etimológico este arte remite a la palabra


barroco, cuyo significado tiene implicaciones despectivas, ya que se traduciría
como algo sin sentido, ilógico o caricaturesco. Esto es confirmado por Riutort
(2010) al señalar que: “El término barroco surge en el siglo XVIII inicialmente
con carácter peyorativo; de origen incierto, lo más probable es que proceda de
las voces ´barroco´ (silogismo ´artificioso´) o barrueco (palabra portuguesa que
significa ´perla irregular´)” (p. 15).
Con relación a esta acepción despreciativa, es pertinente hacer
referencia a las consideraciones que realiza Grombich (2008) en las cuales
plantea lo siguiente:

El término barroco fue empleado por los comentaristas de una


época posterior que combatieron las tendencias del siglo XVII y
desearon ridiculizarlas. Barroco significa, realmente, absurdo o
grotesco, y el término fue empleado por personas que insistieron
en que las formas de los edificios clásicos nunca debían ser
aplicadas o combinadas de otra manera que como lo fueron por
griegos y romanos. Desdeñar las reglas estrictas de la
arquitectura antigua les parecía a esos críticos una lamentable
falta de gusto; de ahí que denominaran estilo barroco al de los
que tal hacían (p. 388).

Las consideraciones realizadas por el autor citado permiten plantear en


primer lugar, que el término que designa el arte barroco tiene una orientación
despectiva (absurdo, grotesco) surgida por el hecho de que su formulación
práctica no se atenía a las normas y principios estéticos clásicos griegos y
romanos. En segundo lugar, se puede entender que el estilo barroco remite a
un concepto de ruptura con relación a las formas dominantes de la estética
clásica presentes en el Renacimiento.
Respecto a lo señalado, Anguita (2010), nuevamente acudiendo a la
autoridad de Heinrich Wölfflin, indica que este crítico de arte “lo analiza como
un estilo, contrastándolo con el que lo precedía; así, frente al Renacimiento,

3
basado en la rigidez de las formas, el Barroco es libre, pintoresco y con
ausencia de forma” (p. 4). En ese sentido, el concepto que define y caracteriza
al arte barroco se concentra en categorías referidas a libertad expresiva,
vitalidad y desprendimiento de las formas, es decir un concepto donde lo
imaginativo prevalece sobre lo racional.
Respecto a lo planteado, López et al. (2004) expresan que: “El arte
barroco se dirige siempre a los sentidos del espectador, el ilusionismo y el
dinamismo de sus formas pretenden impresionar, convencer, provocar un
movimiento interno. Con frecuencia se percibe como algo exaltado, efectista y
hasta ampuloso” (p. 150).
Tomando como base lo señalado, se puede afirmar que el arte barroco
se expresa en un concepto donde prevalece la impresión de los sentidos, la
estimulación de las emociones y sentimientos; un concepto que categoriza un
estilo dirigido a generar un convencimiento surgido de la sensación, de las
emociones y no de la razón a través de formas no rígidas, dinámicas y colores
intensos y fuertes.

Características del arte barroco

Los aspectos desarrollados con relación al concepto del arte barroco


permiten caracterizarlo como un estilo estético donde prevalece la imagen y la
emoción sobre la razón, un estilo donde se genera una ruptura con las formas
clásicas griegas y romanas prevalecientes en el Renacimiento, hecho que
lleva a catalogarlo despectivamente desde los círculos donde se defendía el
dominio y obligatorio cumplimiento de las normas que orientaban esas formas
clásicas.
Precisando lo anterior, Talarkiewicz (2004), señala las siguientes
características al contrastar el arte barroco con el arte clásico renacentista:

4
El arte clásico es un arte a la medida del hombre, mientras que el
barroco aspira a lo grande, podríamos decir a lo sobrehumano. El
primero pretendía ser y es, en cierto modo un arte exacto, el
segundo rico; el primero es monumental y vivo el otro. Las formas
clásicas son económicas y las barrocas generosas; por un lado,
hay mesura y formas estáticas, y por otro, un fortíssimo y formas
dinámicas (p. 415).

Estas características definen un estilo que, en contraste con el arte


clásico, enfatiza en lo exuberante, la riqueza expresiva, la vitalidad, el
dinamismo, la esplendidez, la magnificencia y el lujo, lo que confirma su
carácter de arte dirigido a los sentidos y las emociones y no al razonamiento y
la reflexión, un arte a través del cual es posible ganar voluntades para una
determinada ideología política o creencia religiosa, dándole mayor fuerza y
espacio a lo sensorial y lo afectivo para vincularlos con el poder en el plano
político y religioso.
Igualmente, ubicadas en el plano de lo estético, permiten destacar el
papel que el Barroco va a desempeñar en un contexto histórico de luchas
político-religiosas, que comprende el enfrentamiento entre la iglesia católica y
la reforma protestante y la restauración del catolicismo a través de la
contrarreforma, lo que lleva a la estabilidad política de Europa con el
afianzamiento de la monarquía absolutista. En ese contexto, el arte barroco se
constituye como expresión estética de la contrarreforma católica y de las
monarquías europeas.

5
EL ARTE BARROCO COMO INSTRUMENTO PARA LA EXALTACIÓN
POLÍTICA DE LAS MONARQUÍAS EUROPEAS

Como se indicó anteriormente, uno de los aspectos que identifica y


describe al arte Barroco, aparte de sus peculiares características expresivas y
estéticas, es su vinculación con el poder religioso y político a través de su
función como medio de difusión, exaltación y publicitación de los ideales del
cristianismo católico y de las monarquías absolutistas europeas. Zantonyi
(2011) lo confirma al sostener que: “En la época del absolutismo europeo, el
arte barroco, principalmente la arquitectura, el urbanismo y el paisajismo,
apoyado frecuentemente por la pintura, la escultura y también por la música
tenía esta característica publicitaria” (p. 109).
En ese sentido, el absolutismo y el catolicismo en Europa tienen en el
arte barroco el estandarte de su presencia, dominio y poder, adquiriendo un
carácter protagónico y de primera línea por ese hecho. López et al. (2004)
señalan lo siguiente, en cuanto a esta representación y protagonismo del arte
Barroco en la gestión de la imagen del poder político y religioso:

El Barroco representa una nueva forma de comunicación literaria


y plástica capaz de dar respuesta a nuevas necesidades de la
cultura y del poder de la sociedad dirigente, asentada alrededor
de las monarquías absolutistas y de la iglesia católica,
(establecida en Italia, España, Flandes y Francia) y de las nuevas
iglesias que surgen del cisma protestante en Inglaterra, Holanda
y en los países escandinavos y germanos (p. 149).

Se puede afirmar que como arte que enfatiza la imagen sobre la razón,
dirigido a estimular los sentidos del espectador a provocar la ilusión y los
sentimientos más profundos, el Barroco adquiere importancia para el poder
político representado en el absolutismo monárquico europeo y para el poder
religioso de la iglesia católica, importancia que se encuentra en la función de
propaganda que cumplió para la vanagloria de estos poderes. Con relación a
lo expuesto, es oportuno referir lo que afirma Navarro (2013) al indicar que:

6
Entre los valores civiles que favorecieron la suntuosidad barroca,
hay que considerar la institución monárquica y el lujo que los
príncipes creían necesario para su prestigio. Con el
afianzamiento del absolutismo, el arte barroco se erigió en el
mejor representante de los reyes europeos, pues sirvió como
instrumento de vanagloria y propaganda de sus monarquías; la
ciudad, el palacio y los edificios reales serán las enseñas del
nuevo régimen (p. 1).

Reafirmando y complementando lo anterior, Rojo y Martínez (2013)


señalan que: “El arte barroco tendrá doble función de propaganda: por un lado,
de la iglesia católica y por otro lado de los monarcas a través de ciudades con
palacios y edificios reales que representan lujo y ostentación” (p. 105). Esta
doble función, que abarca a la iglesia católica de la contrarreforma y a la
monarquía absolutista en la Europa del siglo XVII, tiene una de sus
expresiones más resaltantes en la arquitectura, donde el arte barroco llega a
cumplir esta función divulgadora en la cual se trata de exaltar el poder,
destacándose Italia, Francia y España como países más emblemáticos.

Barroco en Italia

El arte barroco de Italia tiene un desenvolvimiento que arranca


sutilmente en el siglo XVI y que se intensificó en las creaciones del siglo XVII,
en virtud de la confrontación entre la iglesia católica y la reforma protestante.
Al respecto, López et al. (2004) destacan lo siguiente:

El Barroco se inicia en Italia, cobijado y dinamizado por la


jerarquía católica que tuvo en el arte una excelente arma
propagandística para frenar la Reforma protestante, después que
el Concilio de Trento (1545-1563) hubiese sentado
definitivamente las bases de restauración del catolicismo. En el
siglo XVII, cuando Roma había vencido a la herejía calvinista, la
iglesia católica enseña al mundo su victoria a través de un arte
triunfal, de exaltación del papado y de todas aquellas creencias
que el Concilio Tridentino había declarado verdades dogmáticas
de la fe (p. 150).

7
La vinculación del Barroco con la iglesia católica se establece en
atención a la coyuntura político-religiosa que se produce por la confrontación
del papado con el movimiento de reforma protestante. En ese marco, se
aprecia que el arte barroco surge como un instrumento propagandístico del
catolicismo, primero, para detener al protestantismo y luego para mostrar ante
el mundo su triunfo sobre los llamados herejes que formaban parte de dicho
movimiento, a través de la contrarreforma.
En ese sentido, se puede afirmar que el arte barroco en Italia representa
con mayor fuerza la expresión estética más acabada del poder político del
catolicismo y de la contrarreforma católica, lo que confirma su vinculación con
el poder absolutista como una herramienta dirigida a la difusión y
afianzamiento del mismo en la sensación, percepción y en la mente de los
diferentes grupos de la sociedad de la época.
Lo anterior se hace particularmente significativo en la arquitectura y
esto lo advierten Trachtenberg y Hyman (1990) cuando señalan a “Roma como
centro del catolicismo revitalizado, como la ciudad más ricamente dotada e
históricamente importante de la cristiandad” (p. 410). Las edificaciones del
siglo XVI, eran el producto del encargo realizado por el papado para resaltar
la importancia de Roma como centro de poder del cristianismo en el mundo
occidental. Este estilo evoluciona hacia el siglo XVII alcanzando su mayor nivel
entre las décadas de 1630 y 1660, destacando los autores citados que en ese
momento “la arquitectura barroca era de efecto dramático y forma majestuosa”
(Ibídem).
Entre las obras representativas de ese período en el cual la arquitectura
barroca italiana alcanza su mayor cima, se encuentran la Plaza de San Pedro,
que combina elementos renacentistas y barrocos; la Iglesia Sant`lvo alla
Sapienza, la Basílica Santa María della Salute y la Cúpula de la Capilla de
Sabana Santa (Anexos/Imagen 1). Estas obras son un indicativo de la forma
como el arte barroco llega a consolidarse y convertirse en emblema
protagónico y propagandístico durante esas décadas.

8
Barroco en Francia

Aun cuando se reconoce a Italia como el lugar donde tiene su origen el


arte barroco, Trachtenberg y Hyman (1990) afirman que es en Francia donde
se constituye como instrumento con el cual la monarquía buscaba resaltar su
poder. Esto se evidencia en la siguiente afirmación:

Fue en el siglo XVII, especialmente en la Francia de Luis XVI,


cuando el arte se convirtió en el instrumento del absolutismo
monárquico y fue creado casi exclusivamente para los objetivos y
los gustos y placeres extravagantes de la aristocracia religiosa y
política (p. 409).

En tal sentido, se puede afirmar que Francia constituye lo que se podría


denominar el punto de partida o el referente en el cual se muestra el empleo
del arte barroco como un vehículo dirigido a publicitar, difundir y reafirmar ante
el pueblo el poder del absolutismo. Si se pudiera hacer un paralelismo con la
época actual, el arte barroco funcionó al modo cómo actúan los medios
publicitarios a través de la televisión, el cine o las redes sociales, con el
propósito de evidenciar ante la sociedad, no solo el esplendor y la grandeza
de la monarquía absolutista europea sino el poder con el cual la misma
contaba. En ese contexto, Francia representó el país modelo por excelencia
de otras monarquías absolutistas europeas en el empleo de este arte como
instrumento de vanagloria política.
En cuanto a lo señalado, Canellas y Castellano (2019) afirman lo
siguiente sobre el uso de la arquitectura barroca en la monarquía francesa:

En el siglo XVII Francia forjó el modelo de arquitectura palaciega.


En la monarquía francesa se puede destacar el Palacio de
Versalles como una de las representaciones arquitectónicas en la
cual se evidencia el empleo del arte barroco como un instrumento
de propaganda de esta monarquía. Como palacio de forma
barroca, el Palacio de Versalles se caracteriza porque aun
cuando mantiene el Clasicismo, introduce una decoración
recargada donde se destacan mármoles y dorados (p. 60).

9
De acuerdo con lo que señalan los autores, a través de expresiones
artísticas como la arquitectura del Palacio de Versalles (Anexos/Imagen 2), se
muestra como la monarquía absolutista francesa llega a simbolizar la magnitud
de su poder político. La conformación de una decoración recargada de
mármoles y dorados, podría interpretarse como una representación de
grandiosidad a través de la cual se trata de transmitir la magnificencia del
poder monárquico, incitando los sentidos, provocando actitudes de respeto y
obediencia ante ese poder y la sensación de omnipotencia de la figura del rey.

Barroco en España

España es otro de los países adonde se hace extensivo el empleo del


arte barroco, y de la arquitectura barroca en particular, como instrumento de
exaltación y vanagloria política de las monarquías absolutistas europeas. Al
respecto, Canellas y Castellano (2019) afirman que: “En España el arte
barroco estuvo al servicio de la monarquía de los Austrias (dinastía
Habsburgo) y de la contrarreforma católica” (p. 60).
Es de destacar que la arquitectura barroca española se inicia
precisamente en los comienzos de siglo XVII bajo la influencia proveniente de
Juan de Herrera, a través de su obra emblemática: El Real Monasterio de San
Lorenzo de Escorial (Anexos/Imagen 3), construcción donde llegan a
simbolizarse los ideales de la contrarreforma católica, y el legado de los
Habsburgo a través del poder de la monarquía española en la persona de
Felipe II (Wilkinson, 1996).
También se puede destacar como representantes de la arquitectura
barroca española en el siglo XVII a Juan Gómez de Mora, teniendo como uno
de sus trabajos la Plaza Mayor de Madrid. Igualmente, ya independizado de la
influencia de Juan de Herrera, Alonso Cano con la Catedral de Granada. En el
siglo XVIII se debe hacer mención a las obras de Alberto Churriguera, entre
ellas la Plaza Mayor de Salamanca (Anexos/Imagen 4).

10
CONCLUSIONES

El arte barroco representa una forma de expresión estética que en su


conceptualización rompe con los esquemas propios del Clasicismo
prevaleciente en las obras artísticas del Renacimiento, hecho que llevó a
calificarlo en términos despectivos, calificación asociada a su propia
denominación, pero que atiende a una visión desde la cual se trataban de
mantener las normas propias del estilo clásico del arte griego y romano.
Como un arte que enfatiza la imagen sobre el razonamiento y donde se
le da preeminencia a la exuberancia, a la riqueza expresiva, la vitalidad, el
dinamismo, la esplendidez, la magnificencia y el lujo, el Barroco va
desempeñar un papel de relevancia en los propósitos y fines de la iglesia
católica y de las monarquías absolutistas, en cuanto a afianzar su poder a
través de la impresión de los sentidos, la opulencia y la grandiosidad.
En ese sentido, la estética del arte barroco es la estética de la
contrarreforma católica y del absolutismo representado en las monarquías
europeas, donde se destacan Italia, Francia y España como países
emblemáticos. Es un instrumento mediante el cual la iglesia católica y el
absolutismo, sobre todo a través de la arquitectura, trasmiten a la sociedad del
momento su abundancia y vanagloria, favoreciendo sus propósitos políticos.
Su utilización como arte con propósitos publicitarios y de propaganda
por parte de las estructuras de poder durante el siglo XVII y parte del XVIII,
responde a que en el mismo prevalece una estética de carácter dinámico, no
sujeta a rigidices, pero, sobre todo a una estética que responde a la exaltación
de la sensibilidad y orientada a la generación de actitudes que atienden más
a las emociones que a la reflexión y a la razón, aspecto que a la iglesia católica
y a las monarquías europeas les fue de una utilidad significativa en sus luchas
por el poder y su preservación.

11
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Anguita, R. (2010). El arte barroco español. Madrid: Ediciones Encuentro.

Canellas, A. y Castellano, M. (2019). Ámbito lingüístico y social. Historia


Moderna. Madrid: Editex

Grombich, E.H. (2008). La Historia del Arte. [Libro en línea]. Recuperado el 26


de marzo de 2022 de:
https://historiadelarteuacj.files.wordpress.com/2016/08/gombrich-ernst-
h-historia-del-arte.pdf.

López, J., Marcano, M., López, J., López, Y. & Fasanella, H. (2004). El arte
Barroco. Análisis de las circunstancias que favorecieron su difusión: Las
formas en el Barroco: I. Arquitectura y escultura. Gaceta Médica de
Caracas, 112(2), 148-157. [Revista en línea]. Recuperado el 25 de
marzo de 2022, de:
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0367-
47622004000200010&lng=es&tlng=es.

Navarro, J.M. (2013). El Barroco: arte de la Monarquía Absoluta. [Blogspot].


Recuperado el 26 de marzo de 2022, de
http://jmnavarron.blogspot.com/2013/12/el-barroco-arte-de-la-
monarquia-absoluta.html

Riutort, A. (2010). El arte barroco. Madrid: Firmas Press.

Rojo, R. y Martínez, B. (2013). Recursos turísticos. Madrid: Paraninfo

Talarkiewicz, W. (2004). Historia de la estética III. La estética moderna 1400-


1700. Madrid: Akal.

Trachtenberg, M. y Hyman, I. (1990) Arquitectura. De la prehistoria a la


postmodernidad. Madrid: Akal.

Wilkinson, C. (1996). Juan de Herrera: arquitecto de Felipe II. Madrid: Akal.

Zantonyi, M. (2011). Arquitectura y diseño. Análisis y teoría. Buenos Aires:


Nobuko.

12
ANEXOS

13
A B

C D

Imagen 1: A. Plaza de San Pedro, B. Iglesia Sant`lvo alla Sapienza, C.


Basílica Santa María della Salute y D. Cúpula de la Capilla de Sabana Santa
Fuente:https://es.wikipedia.org/wiki/Arquitectura_barroca_en_Italia#:~:text=
La%20arquitectura%20barroca%20italiana%20se,%2D1713)
%20y%20despu%C3%A9s%20Austria%20(

14
Imagen 2. Palacio de Versalles.
Fuente: Amura: https://amuraworld.com/

15
Imagen 3. Real Monasterio de San Lorenzo de Escorial
Fuente: https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20190929/
47666097339/san-lorenzo-el-escorial-octava-maravilla-mundo.html

16
B
A

Imagen 4: A. Plaza Mayor de Madrid; B. Fachada de la Catedral de Granada;


C. Plaza Mayor de Salamanca.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Arquitectura_barroca_en_Espa%C3%B1a

17

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