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CAROLINA VELEZ FLOREZ

ABOGADA
Carrera 32 No. 27-76 Barrio Victoria
e-mail: caveflo_1981@hotmail.com / Teléfono (318) 781-7643 Tuluá - Valle

Señor
JUEZ TERCERO ADMINISTRATIVO ORAL DEL CIRCUITO
Dr. RAMON GONZALEZ GONZALEZ - JUEZ
E. S. D.

REFERENCIA: MEDIO DE CONTROL – ACCION POPULAR


DEMANDANTE: ALEJANDRO FORERO VALDERRAMA DEMANDADO:
MUNICIPIO DE TULUA – VALLE
RADICACIÓN: 76-111-33-33-003 2021-00160-00
ASUNTO: CONTESTACION A DEMANDA DE ACCION POPULAR.

CAROLINA VÉLEZ FLÓREZ, mayor de edad, abogada en ejercicio, identificada


con la Cédula de Ciudadanía No. 31.792.889 expedida en Tuluá - Valle, con Tarjeta
Profesional No. 343.855 del Consejo Superior de la Judicatura, actuando como
apoderada judicial de la Señora MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ,
mayor, identificada con cédula de ciudadanía número 38.857.855 expedida en
Buga - Valle, con domicilio en la Ciudad de Tuluá – Valle, mediante el presente
escrito, presento contestación de demanda de ACCION POPULAR, en razón a que
del escrito de demanda presentado por el Actor Popular se concluye que es la
señora MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ, la persona contra quien se
dirige la demanda y es su predio el único sobre el cual recaen las medidas
cautelares decretadas dentro del presente proceso, en razón a los siguientes.

HECHOS
PRIMERO La señora MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ es
propietaria de los derechos reales de domino, sobre el inmueble denominado LOTE
NUMERO DIECISIETE A, CONDOMINIO RESIDENCIAL LA LOMA SEGUNDA ETAPA
(17 A 2ª Etapa) ubicado en el paraje La Rivera, jurisdicción del Municipio de
Tuluá - Valle, lote de terreno con una cabida superficiaria de QUINIENTOS
CUARENTA Y SIETE METROS CUADRADOS CON CUARENTA CENTIMETROS
CUADRADOS (547.40 Mts2).

SEGUNDO: los linderos del “Lote 17ª son: “Arrancamos en un mojón ubicado
sobre la vía principal de acceso, al CONDOMINIO DE LA UNIDAD RESIDENCIAL LA
LOMA SEGUNDA ETAPA; de allí salimos en dirección NORTE 20 grados 35 minutos
ESTE (N20A35’E) y en una distancia de cuarenta y seis metros ochenta y tres
centímetros (46.83 M), encontramos un mojón, esta lado colinda con la vía
principal interna al CONDOMINIO RESIDENCIAL LA LOMA SEGUNDA ETAPA; de allí
salimos en dirección SUR veintisiete grados veintiséis minutos ESTE (27ª26’E), y a
una distancia de treinta y dos metros ochenta y seis centímetros (32.86 Mts),
encontramos otro mojón, este lado colinda con el predio número DIECIOCHO A
(18 A), en una distancia de dieciséis metros con cuarenta y tres centímetros
(16.43 Mts) y el lote número DIECINUEVE A (19 A) en una distancia de diecisies
metros con cuarenta y tres centímetros (16.43 Mts), de allí salimos en dirección
SUR, cincuenta y nueve grados quince minutos ESTE (59ª15’E), y a una distancia
de treinta y tres metros cincuenta y un centímetros (33.51 Mts) encontramos el
mojón inicial, este lado colinda con la vía principal de acceso al CONDOMINIO DE
LA UNIDAD RESIDENCIAL LA LOMA, SEGUNDA ETAPA.”
TERCERO: la señora MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ adquirió los
derechos reales de dominio por medio de Escritura Pública No. 0530 del 15 de
marzo de 2018 otorgada en la Notaría Segunda de Tuluá – Valle, la cual se
encuentra registrada en el Folio de Matrícula Inmobiliaria No. 384-69171 de la
Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Tuluá – Valle, e identificado con la
Cédula Catastral No. 01-02-0448-0009-000.
CUARTO: En el mes de marzo de 2020, la Señora MERCEDES DEL PILAR, realizó
solicitud de licencia de construcción, en la modalidad de obra nueva, ante el
Departamento Administrativo de Planeación Municipal del Tuluá, la cual se otorgó
mediante la Resolución No. C-303 de fecha 25 de junio de 2020, “POR MEDIO DE
LA CUAL SE EXPIDE UNA LICENCIA UTRBANÍSTICA DE CONSTRUCCION BAJO LA
MODALIDAD DE (OBRA NUEVA) VIVIENDAUNIFAMILIAR UN (1) PISO”, y se dio
inicio a la construcción de la vivienda, sin observar que la línea de paramento fue
mal definida
QUINTO: se modificó la Licencia No. C-303, mediante Resolución No. R-001 de
fecha 17 de Junio de 2021 del Departamento Administrativo de Planeación
Municipal del Tuluá, corrigiendo la línea de paramento, permitiendo la continuidad
de la obra al corregir los yerros en los que se incurrió.

SEXTO: Corregido el yerro, mediante Resolución No. 29.59.330 de fecha 18 de


Agosto de 2021 el inspector de policia de Tuluá – Valle, cerró el PROCESO VERBAL
ABREVIADO, CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 223 DE LA LEY 1801 DE 2016, POR EL
PRESUNTO COMPORTAMIENTO CONTRARIO AL ORDEN URBANISTICO, que se
había abierto en contra de MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ,

SEPTIMO: Actualmente la construcción de la vivienda de la señora MERCEDES


DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ, se encuentra suspendida por orden del Juzgado
Tercero Administrativo de Guadalajara de Buga, donde por medio de Acción
Popular interpuesta por el ciudadano Alejandro Forero Valderrama, se solicitó la
suspensión de dicha obra.
OCTAVO: la suspensión de la obra está causando graves perjuicios económicos a
la señora MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ y a su familia, debido a que
ella ha tenido que sufragar todo este tiempo gastos de arrendamiento de vivienda
para ella y su familia que mensualmente ascienden a la suma de UN MILLON
CIENTO CINCUENTA MIL PESOS $1’150.000.

FUNDAMENTOS JURIDICOS

La carga de probar la afectación al derecho colectivo, por parte del actor


popular.

La carga de probar los daños por parte del afectado, en este caso de probar la
afectación o daño al derecho colectivo invocado, o la afectación cierta que a futuro
se pudiere producir, por acción u omisión de la persona que está en capacidad de
causarlos, recae en quien alega dicho daño o infiere se llegara a producir en el
futuro dicho daño, es decir, el actor popular debe iniciar la acción aportando las
pruebas pertinentes, conducentes y admisibles, según las reglas del C.G.P. que por
integración normativa aplican a las acciones constitucionales.

Como lo señala en su escrito de demanda el accionante, el potencial daño que


alega podría producirse al derecho colectivo, solo puede ser producido por la titular
del derecho de dominio, del bien identificado con Matrícula Inmobiliaria No. 384-
69171, de la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Tuluá – Valle, quien
además es la dueña de los derechos de desarrollo y construcción contenidas en la
licencia de construcción No. C-303 del 25 de junio de 2020, expedida por
Departamento Administrativo de Planeación Municipal del Tuluá, es decir la señora
MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ.

La señora MERCEDES DEL PILAR, al someterse a un proceso administrativo,


para la obtención de la licencia de construcción, debió cumplir con unos requisitos
o cargas, exigidas por las normas que regulan la materia, para que esta le fuera
otorgada, obligándose a cumplir con las obligaciones urbanísticas y
arquitectónicas, solicitadas por la autoridad, además de reforzar su compromiso de
responder extracontractualmente por los daños originados a terceros en desarrollo
de la misma.

En este sentido la Sección Tercera del Consejo de Estado, ha señalado que


tratándose de acciones populares donde se alega el daño o amenaza a un derecho
colectivo, debe probarse la ocurrencia del mismo, y si el daño es futuro, debe
determinarse por medios técnico-científicos la ocurrencia del mismo, de tal manera
que se verifique la existencia o la certeza de que ocurrirá dicho daño.

La Sala considera importante recordar, que la acción popular tiene un


papel preventivo y/o remedial de protección de derechos e intereses
colectivos, cuando quiera que éstos se ven amenazados o están siendo
vulnerados, pero en todos los casos tanto la amenaza como la
vulneración, deben ser reales y no hipotéticas, directas, inminentes,
concretas y actuales, de manera tal que en realidad se perciba la
potencialidad de violación del derecho colectivo o la verificación del
mismo, aspectos todos que deben ser debidamente demostrados por el
actor popular, quien conforme a lo dispuesto en el artículo 30 de la Ley
472 de 1998, tiene la carga de la prueba1.

Así las cosas, el actor no aporta dictamen pericial que pruebe la ocurrencia de un
daño o la amenaza futura de ocurrencia de un daño, basa su demanda en
afirmaciones indeterminadas, que por mandato legal no está obligado a probar,
pero que carecen de pertinencia y conducencia, para determinar con certeza, la
ocurrencia o posible ocurrencia de un hecho, que en este caso sería un daño
futuro. Por tal motivo el Actor Popular falta a las cargas procesales que se le
exigen cuando se alega la ocurrencia de un menoscabo o daño a un derecho
colectivo; por estas razones y atendiendo a la dignidad que usted representa como
Juez de la República, realizar un pronunciamiento judicial, basado únicamente en
apreciaciones subjetivas, realizadas por el Actor Popular en su escrito de demanda
y las intervenciones de sus coadyuvantes, contraria el principio del derecho
denominado por la doctrina como onus probandi, contenido en el articulo 30 de la
ley 472 de 1998.

La prohibición de anulación actos administrativos mediante el ejercicio


de acciones constitucionales.

La ley 1437 de 2011, en el inciso segundo, del Articulo 144, establece que:

Cuando la vulneración de los derechos e intereses colectivos provenga


de la actividad de una entidad pública, podrá demandarse su protección,
inclusive cuando la conducta vulnerante sea un acto administrativo o un
contrato, sin que, en uno u otro evento, pueda el juez anular el acto o
el contrato, sin perjuicio de que pueda adoptar las medidas que sean
necesarias para hacer cesar la amenaza o vulneración de los derechos
colectivos2.

En el mismo sentido el Honorable Consejo de Estado en Sala Plena, dentro del


proceso con Radicación número: 25000-23-15-000-2002-02704-01, en sentencia
del 13 de febrero de 2018, Unificó Jurisprudencia respecto a la prohibición que
tiene el juez Constitucional, para cuestionar la legalidad de los actos
administrativos, sino también para decretar su anulación en caso de evidenciarse
la ilegalidad del acto, y la incidencia de ello en la vulneración de los derechos
1
Consejo de Estado, Seccion Tercera, C.P. RAMIRO SAAVEDRA BECERRA, Radicación número:
15001-23-31-000-2003-01345-01, dieciséis (16) de febrero de dos mil seis (2006), disponible en:
https://jurinfo.jep.gov.co/normograma/compilacion/docs/15001-23-31-000-2003-01345-01(AP).htm
2
Senado de la Republica, Ley 1437 de 2011, Secretaria del Senado, tomado de:
http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_1437_2011_pr003.html#144
colectivos, fijando su posición de la siguiente manera:

El constituyente consagró el principio de separación de jurisdicciones


como garantía de la seguridad jurídica y del acceso efectivo a la
administración de justicia, por lo que la acción popular no se instituyó
para desconocer o desplazar las acciones judiciales ordinarias, ni como
un procedimiento alternativo a las mismas. Por lo tanto, no es
conveniente mantener una dualidad de procedimientos que congestiona
los despachos judiciales.
Para mayor precisión, comparamos algunas finalidades y características
de las acciones de nulidad, de nulidad y restablecimiento del derecho
con la acción popular:

• La acción de nulidad tiene como finalidad la protección y el


restablecimiento del orden jurídico general o abstracto, es decir, el
respeto del principio de legalidad y de la Constitución, sin que con ella
necesariamente se busque proteger los derechos e intereses colectivos
vulnerados con su expedición, salvo que estos se involucren en el
concepto de violación y se pida su nulidad por ello. Su fin último es
retirar del ordenamiento jurídico la norma demandada.

• A su vez, la acción de nulidad y restablecimiento del derecho o de


plena jurisdicción, busca proteger un derecho subjetivo amparado en
una norma jurídica y su restablecimiento, así como la indemnización de
perjuicios causados a cualquier persona que se crea lesionada con el
acto. Es decir, su finalidad radica no solo en que se declare nulo el acto,
sino en que su objetivo principal es amparar e indemnizar la violación
de derechos subjetivos protegidos por la Constitución y la ley.
• Por otra parte, el objeto de la acción popular se circunscribe a la
protección de los derechos e intereses colectivos, que, si bien tienen
profundas repercusiones jurídicas, sociales y económicas, no están
protegidos necesariamente por las acciones ordinarias mencionadas. Su
finalidad, por tanto, se aleja de la salvaguarda del orden jurídico
abstracto, y no culmina con el restablecimiento de derechos subjetivos
ni con indemnización de perjuicios, salvo la condena al pago de
perjuicios cuando se haya causado daño a un derecho o interés
colectivo en favor de la entidad pública no culpable que los tenga a su
cargo […]

[…] En efecto, esta posición permite que cada juez cumpla su propósito
constitucional y legal sin invadir las competencias del otro, según las
finalidades y naturaleza de las acciones. Así, lo decidido en un proceso
no influye o bloquea el resultado al momento de valorar o decidir el
otro. El efecto útil de esta postura es la de suprimir la posibilidad de
decisiones contradictorias frente a legalidad del acto 3.

En este sentido, se advierte que los medios para controvertir la legalidad de un


acto administrativo, son los que la ley consagra para atacarlos judicialmente, por
tal razón el Juez Constitucional, no está facultado por ministerio de la ley para el
estudio de la legalidad de los actos jurídicos, por tal motivo, si el actor popular, lo
que propone es desvirtuar la presunción de legalidad del acto administrativo que
concedió la licencia de construcción No. C-303 del 25 de junio de 2020 expedida
por Departamento Administrativo de Planeación Municipal del Tuluá, o de los actos
administrativos que concedieron licencias de construcción en la Urbanización “La
loma 2”, el medio de control a accionar por parte del interesado es el de Nulidad
Simple o si fue perjudicado por la expedición de dicho Acto o por una Actuación
administrativa, el Medio de Control llamado a ejercer es el de Nulidad y
Restablecimiento del Derecho, o solicitar a la Administración la Revocatoria Directa
de los actos Administrativos expedidos por el Municipio de Tuluá.

Por lo tanto, teniendo en cuenta que la afectación de los derechos colectivos


alegada por el actor popular, está en cabeza de un particular, como ya se
mencionó dentro del presente escrito, y que el llamado a conocer el asunto es el
juez ordinario, teniendo en cuenta que la Administración en cabeza del Municipio
de Tuluá – Valle, solo es responsable por la expedición del acto administrativo que
otorgó la licencia de construcción No. C-303 del 25 de junio de 2020 expedida por
Departamento Administrativo de Planeación Municipal del Tuluá, observando la
totalidad de documentos y requisitos exigidos para el otorgamiento de dicha
licencia, no es lógico determinar que el Municipio de Tuluá es responsable de la
afectación a derechos colectivos.

El simple hecho de expedir un Acto administrativo, que cumplió con las cargas
para nacer a la vida jurídica, no faculta al actor popular para inferir y llevar al juez
constitucional al convencimiento de que la Administración es la causante o
potencial causante de vulneración de derechos colectivos, contraria conclusión
seria contraria a las leyes de la lógica y de la sana critica, se reitera que la
competencia del juez constitucional no es la misma del juez contencioso
administrativo, por lo tanto, el actor debe hacer uso de los medios adecuados para
acceder a sus pretensiones.

Así las cosas, el actor popular que pretende hoy la puesta en duda de la legalidad
de un Acto Administrativo, deberá hacer uso de los Medios de Control a su
disposición y la acción popular dirigirla a la persona natural que está en “posición”
de “afectar” “derechos colectivos”, esto es llevarla a conocimiento del juez
ordinario.
3
Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, Radicación número: 25000-23-
15-000-2002-02704-01, sentencia del 13 de febrero de 2018, disponible en:
https://www.consejodeestado.gov.co/documentos/boletines/PDF/25000-23-15-000-2002-02704-
01(SU).pdf
Respeto a los principios de seguridad jurídica, la protección a los
derechos adquiridos y la confianza legitima.

Los principios jurídicos, se orientan a la protección de desequilibrios que surgen el


mundo del derecho, generando imperativos a ser respetados por las autoridades y
observados por los operadores judiciales en sus providencias, cuando del estudio
de las controversias se observe una tensión entre derechos o cuando se observe
una violación manifiesta a principios, enmarcada en una aparente legalidad, por tal
motivo a este respecto la Corte Constitucional en sentencia T-499 de 1999 afirmó
que:

Es éste un principio que debe permear el derecho administrativo, el


cual, si bien se deriva directamente de los principios de seguridad
jurídica (arts. 1º y 4 de la C.P.) y buena fe (art. 83 de la C.P.), adquiere
una identidad propia en virtud de las especiales reglas que se imponen
en la relación entre administración y administrado. Es por ello que la
confianza en la administración no sólo es éticamente deseable sino
jurídicamente exigible.

Este principio se aplica como mecanismo para conciliar el conflicto entre


los intereses público y privado, cuando la administración ha creado
expectativas favorables para el administrado y lo sorprende al eliminar
súbitamente esas condiciones. Por lo tanto, la confianza que el
administrado deposita en la estabilidad de la actuación de la
administración, es digna de protección y debe respetarse […]

[…] Sin embargo, lo anterior no significa que las autoridades están


impedidas para adoptar modificaciones normativas o cambios políticos
para desarrollar planes y programas que consideran convenientes para
la sociedad. La aplicación del principio de la buena fe lo que significa es
que la administración no puede crear cambios sorpresivos que afecten
derechos particulares consolidados y fundamentados en la convicción
objetiva, esto es fundado en hechos externos de la administración
suficientemente concluyentes, que dan una imagen de aparente
legalidad de la conducta desarrollada por el particular.

Ahora bien, debe aclararse que la confianza o la buena fe de los


administrados no se protege garantizando la estabilidad de actos u
omisiones ilegales o inconstitucionales sino a través de la
compensación, no necesariamente monetaria, del bien afectado.
Igualmente, este principio tampoco significa “ni donación, ni reparación,
ni resarcimiento, ni indemnización, como tampoco desconocimiento del
principio de interés general.

Por lo tanto, al analizar el asunto su lite encontramos, que la “Urbanización” “Loma


2” es un fenómeno que ha sido reconocido por la Administración por las siguientes
conductas constitutivas de expectativas legitimas: A) reconocer la prestación de
servicios públicos en ese sector, B) la expedición de licencias de construcción. C) la
supervisión de los procesos de Urbanización en dicho sector, sin estar

La señora MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ. Actuando en calidad de


propietaria del Lote 17 de la Urbanización “Loma 2”, lo sometió a solicitud de
licencia de construcción, la cual fue otorgada con la Resolución No. C-303 de fecha
25 de junio de 2020, expedida por DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE
PLANEACIÓN MUNICIPAL, y posteriormente fue modificado el paramento con la
resolución No. R-001 de fecha 17 de junio de 2021. Hechos que generaron en la
propietaria, verdaderos derechos y expectativas legitimas llamadas a ser
respetadas y protegidas por la administración y por la judicatura.

Igualdad de trato por parte de las autoridades

El Estado Colombiano, esta fundamentado en el paradigma filosófico denominado


Estado Social de Derecho, el cual representa el andamiaje o columna vertebral de
la parte dogmática de la Constitución Política, y que desarrolla ampliamente la
aplicación de principios fundamentales, como mandatos de optimización dentro del
ordenamiento jurídico.

En ese sentido, el derecho a la igualdad ha alcanzado gran importancia, al


consagrarse en el Articulo 13 de la Constitución, el cual ha sudo objeto de un gran
alcance jurisprudencial, es así como la Corte Constitucional en sentencia T-371 de
2015, afirmó que

El principio estudiado obliga a todos los servidores públicos en el


ejercicio de sus funciones, autoridades administrativas y jueces, como
expresión del sometimiento del poder al derecho y la proscripción de la
discriminación y la arbitrariedad. Así mismo, de esta obligación
constitucional de igualdad de “protección y trato” de las personas, se
desprende: (i) el deber a cargo de la administración y la judicatura de
adjudicación igualitaria del derecho; (ii) y el derecho de las personas a
exigir de sus servidores que, en el ejercicio de sus funciones
administrativas o judiciales, reconozcan los mismos derechos a quienes
se hallen en una misma situación de hecho prevista en la ley.

En tal sentido, cuando la administración le permitió la construcción a los demás


propietarios de bienes inmuebles (lotes de terreno) dentro de la “urbanización
Loma 2” fijó un rasero para el reconocimiento de derechos, a los demas
propietarios, que sometidos a los procedimientos propios del urbanismo, pretendan
realizar construcciones. Es así como en la misma providencia judicial, la protectora
de la Constitución, analizando las situaciones que pueden atentar contra dicho
principio, explicó algunas de las características de un acto discriminatorio por parte
de las autoridades, de la siguiente forma:

De ello se desprende que para la configuración de un acto


discriminatorio se requiere, además del trato desigual, el que dicha
actitud sea injustificada; en otras palabras, que carezca de razonabilidad
y que su causa evidencia que se fundamenta en un prejuicio. Además,
se debe configurar un perjuicio, ya sea porque genere un daño, cree
una carga o excluya a una persona del acceso a un bien o servicio de
uso común o público, retenga o impida un beneficio.

Ahora bien, los coadyuvantes en la acción popular, pretenden ejercer derechos


colectivos, sobre un bien privado, alegando la protección al derecho a un ambiente
sano, ya que en el sentir de ellos, el “LOTE 17” de la “urbanización” “Loma 2”,
debería ser una zona verde, esto con la firme intención de imponer a la señora
MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ, la carga de las cesiones que ellos
debieron hacer (todos) cuando realizaron las construcciones de lo que hoy llaman
“Urbanización Loma 2”, es decir, recargando en el Lote 17 todas las cesiones
obligatorias de los demás predios construidos, imponiendo una carga
desproporcionada en quien no está obligada a soportarla, queriendo alegar la
aplicación de normas que ellos han desconocido. Sobre lo anterior la Corte
Constitucional en sentencia T-432 de 1992 expresó lo siguiente.

La idea del derecho y en últimas de la justicia en función de la paridad o


igualdad jurídica, implica la idea de la reciprocidad o contracambio. Esto
significa que un sujeto al reclamar legalidad en el obrar de algunos,
debe hacerlo sólo sobre la base de que su conducta es legal. En
definitiva, el principio jurídico universal reclama que las cosas que se
quieren que los hombres hagan por uno, uno deberá hacerlas por ellos.

La distribución de cargas y beneficios.

Las normas que rigen el urbanismo en Colombia, son muy claras en determinar las
cargas a las que debe someterse quien pretenda desarrollar o adelantar
actuaciones urbanísticas, ya sean parcelaciones, urbanizaciones o construcción de
inmuebles, es así como el inciso primero del parágrafo del articulo 39 de la ley 388
de 1997 establece

PARAGRAFO. Las cargas correspondientes al desarrollo urbanístico que


serán objeto del reparto entre los propietarios de inmuebles de una
Unidad de Actuación incluirán entre otros componentes las cesiones y la
realización de obras públicas correspondientes a redes secundarias y
domiciliarias de servicios públicos de acueducto, alcantarillado, energía y
teléfonos, así como las cesiones para parques y zonas verdes, vías
vehiculares y peatonales y para la dotación de los equipamientos
comunitarios.

Teniendo en cuenta dicho precepto normativo, es de advertir al señor juez que


todos los miembros de la denominada “Urbanización Loma 2” como unidad de
actuación urbanística, deberán realizar las correspondientes cesiones obligatorias,
en proporción al porcentaje del tamaño de su predio dentro de la urbanización.

Es de advertir al despacho, que la unidad de actuación urbanística “Loma 2” no


existe, ergo dicha cesión no se realizó, lo anterior lo sostengo, porque no existe
registro de escritura pública de constitución de urbanización y si llegase a existir
dicho documento, este no estipuló que el “Lote 17” de la “urbanización Loma 2” se
constituía como cesión de zonas verdes o equipamiento común. Por lo tanto, los
urbanizadores (personas con construcciones en el sector, incumplieron las normas
de urbanismo; dicha situación, no puede ser aprovechada por los demás
propietarios de inmuebles que pertenecen a esa “unidad urbanística” para imponer
a la señora MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ, las cargas que por ley
son repartidas a todos los propietarios de la unidad urbanística.

La responsabilidad del Estado por daño antijuridico.

El artículo 90 de la Constitución Política de Colombia, el cual contiene la cláusula


general de responsabilidad del Estado, establece que “El Estado responderá
patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por
la acción o la omisión de las autoridades públicas.” Y en ese mismo orden la
Sección Tercera del Consejo de Estado ha desarrollado amplia Jurisprudencia y al
respecto a determinado que:

En cuanto al daño antijurídico, el precedente jurisprudencial


constitucional señala que la, “… antijuridicidad del perjuicio no depende
de la licitud o ilicitud de la conducta desplegada por la Administración
sino de la no soportabilidad del daño por parte de la víctima. De otro
lado, la concepción del daño antijurídico a partir de la consideración de
que quien lo sufre no está obligado a soportarlo constituye otra forma
de plantear el principio constitucional según el cual, la igualdad frente a
las cargas públicas es sustento de la actividad de la administración
pública”. Así pues, el precedente jurisprudencial constitucional ha
señalado, “La Corte Constitucional ha entendido que esta acepción del
daño antijurídico como fundamento del deber de reparación estatal
armoniza plenamente con los principios y valores propios del Estado
Social de Derecho debido a que al Estado corresponde la salvaguarda
de los derechos y libertades de los administrados frente a la propia
Administración.

Así las cosas, conforme al amparo constitucional y teniendo en cuenta las calidades
de la señora MERCEDES DEL PILAR TRUJILLO DE RUIZ, y los derechos que le
asisten como propietaria del “Lote 17” de la “urbanización Loma 2”, se pone de
manifiesto que no es ella la llamada a soportar las cargas derivadas de la
permisividad de la administración y de la no aplicación de las normas de
urbanismo, situaciones que consolidaron una expectativa legitima, que como
propietaria le asiste, para la explotación de un bien, el cual va a ser destina a la
satisfacción de una necesidad básica como lo es el acceso a vivienda digna, la cual
en estos momento se encuentra insatisfecha para la señora MERCEDES DEL
PILAR TRUJILLO DE RUIZ, quien además tiene a su cargo a una persona en
condición de discapacidad. Por lo tanto, será el Estado quien debe garantizar la
indemnización de los perjuicios ocasionados a la señora y su núcleo familiar.

Cordialmente,

CAROLINA VELEZ FLOREZ


C.C. 31.792.889 expedida en Tuluá Valle
T.P. No. 343.855 del C.S de la J.

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