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Batalla de Pichincha

La batalla del Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822 en las faldas del volcán
Pichincha, a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de
Quito.

El encuentro, que ocurrió en el contexto de las guerras de independencia


hispanoamericanas, enfrentó al ejército independentista unido bajo el mando del
mariscal venezolano Antonio José de Sucre, conformado: por una División la de Gran
Colombia, un batallón de guayaquileños y otra División peruana bajo el mando del
Coronel peruano-boliviano Andrés de Santa Cruz, con el ejército realista comandado
por el comandante Melchor Aymerich. La derrota de las fuerzas españolas condujo a
la liberación de Quito y aseguró la independencia de las provincias que pertenecían
a la Real Audiencia de Quito, también conocida como la Presidencia de Quito, la
jurisdicción administrativa colonial española de la que finalmente emergió la que
hoy conocemos como República del Ecuador.
Antecedentes

Podría afirmarse que la campaña militar por la independencia de Quito se inició el


5 de agosto de 1820, cuando la ciudad costanera de Esmeraldas proclamó su
independencia de España después de una rápida y casi incruenta revuelta contra la
guarnición local. Los líderes de la revuelta, una combinación de oficiales peruanos
y venezolanos del Ejército colonial junto con intelectuales locales y patriotas,
formaron un consejo de gobierno y un ejército con el propósito de defender la
ciudad y extender el movimiento independentista a otras provincias de la
Presidencia. Para entonces, el curso de las guerras de independencia en América del
Sur había cambiado en contra de España; la victoria de Simón Bolívar en la Batalla
de Boyacá selló la independencia del Virreinato de Nueva Granada, mientras que en
el Sur José de San Martín, tras haber desembarcado con su ejército en la costa
peruana en septiembre de 1820, preparaba la campaña para la independencia del
virreinato del Perú.
Primeras campañas en la Real Audiencia de Quito
Artículos principales: Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito, Provincia Libre
de Guayaquil, Independencia de Ecuador, Gran Colombia y Organización territorial de
la Gran Colombia.
Mapa de la antigua República de Colombia.

Los primeros movimientos empezaron en 1809 con la rebelión de los Criollos contra
el dominio español conocida como El Primer Grito de Independencia Americana. Aunque
hay otros precursores como Eugenio Espejo, sabio criollo de origen mestizo que
lanzó las primeras proclamas por escrito en la publicación «El Nuevo Luciano de
Quito». Los sublevados formaron una Junta de Gobierno provisional el 10 de agosto
de

1809 en Quito,sublevando el poder Español y gobernándose autónomamente; sin embargo


los participantes acabaron siendo encarcelados y asesinados en la Matanza del 2 de
agosto de 1810. Este capítulo de la historia ecuatoriana fue tomado como ejemplo en
el inicio de varios procesos libertarios en América Latina. En esa fecha los
sublevados propugnaban el liderazgo de una junta autónoma de gobierno, cambiar las
autoridades en Quito, manteniendo su autonomía utilizando la estrategia de las
máscaras de Fernando VII ; que consistía en jurar una falsa lealtad al cautivo rey
Fernando VII con el fin de mantener la autonomía.10 La historiografía del Ecuador
considera este suceso como el Primer Grito de Independencia Hispanoamericana y el
inicio del proceso de emancipación de la región.Terminado el dominio francés y con
la negativa del rey de España, Fernando VII, de acatar la Constitución de Cádiz, se
desencadenaron una oleada de movimientos independentistas en la América Española.
Extensión territorial de la Provincia Libre de Guayaquil integrada posteriormente a
la Gran Colombia.

En 1820 tras la independencia de Guayaquil. El gobierno independiente de Guayaquil


formó un ejército de hombres locales, de tal vez 1800 soldados, y en noviembre lo
envió hacia la región sierra, con el propósito de sumar adeptos a la causa
independentista. Tras algunos éxitos iniciales, como la declaración de
independencia de Cuenca el 3 de noviembre de 1820, los independentistas sufrieron
una grave derrota ante el ejército realista en la Batalla de Huachi, cerca de
Ambato, que les obligó a regresar a las regiones costeras.

En febrero de 1821 Guayaquil ya había recibido refuerzos, armas y provisiones de


parte de Bolívar, quien para entonces era Presidente de la República de Colombia,
coadyuvado desde Santafé por el Vicepresidente Francisco de Paula Santander. En
mayo del mismo año, el general de brigada Antonio José de Sucre, Comandante en jefe
de la División Sur del ejército colombiano y el subordinado de mayor confianza de
Bolívar, arribó a Guayaquil. El debía asumir la dirección del ejército Patriota, y
empezar las operaciones con miras a la liberación de la ciudad de Quito y todo el
territorio de la Real Audiencia de Quito. El objetivo político de Bolívar era
incorporar todas las provincias de la Real Audiencia, incluyendo Guayaquil, a
Colombia. Guayaquil, por su parte, no había decidido si incorporarse a Perú o
Colombia, y muchos de sus ciudadanos querían establecer su propia República. El
avance de Sucre a través de los Andes empezó en julio de 1821. Al igual que en la
primera campaña, tras tener algunos éxitos iniciales, Sucre fue vencido por el
ejército Realista el 12 de septiembre, coincidentemente en el mismo lugar donde
ocurrió la anterior Batalla de Huachi. Esta segunda campaña terminó con un
armisticio entre los independentistas y los realistas el 18 de noviembre de 1821.
Planificación
Archivo:Antonio José de Sucre.JPG
Antonio José de Sucre

De vuelta en Guayaquil, el General Sucre concluyó que la mejor estrategia para la


próxima campaña sería evitar cualquier intento de avanzar directamente hacia Quito
vía Gua-randa, en favor de un avance indirecto, marchando primero hasta Cuenca
antes de redirigirse hacia el Norte, a través de los Andes, en dirección a Quito.
Este plan ofrecía numerosas ventajas: al recapturar Cuenca se podría impedir las
comunicaciones entre Quito y Lima, y le permitiría a Sucre esperar por los
refuerzos que entonces San Martín le había prometido enviar desde el Perú. Además,
un progresivo avance desde la costa y ascensión a través de las montañas le
permitiría a su ejército una gradual adaptación a los efectos fisiológicos del
cambio altitud. Pero fundamentalmente, era la única forma de evitar un combate
directo en condiciones desfavorables con las fuerzas Realistas que venían de Quito.
La campaña
Vista desde la cima del volcán Pichincha.

Para enero de 1822 Sucre ya había organizado la nueva campaña. Su ejército constaba
de aproximadamente 1700 hombres, entre veteranos de sus campañas anteriores y
nuevos reclutas. Había hombres de las tierras llanas de la Provincia de Guayaquil y
voluntarios que provenían de la Sierra, como el héroe cuencano Abdón Calderón, cuyo
padre había muerto heroicamente en 1812, defendiendo al Estado de Quito. Los dos
contingentes pronto fueron organizados como el Batallón Yaguachi; también había
soldados neogranadinos y venezolanos enviados por Bolívar, unos cuantos oficiales y
soldados españoles que habían cambiado de bando, un batallón entero de voluntarios
británicos e incluso unos cuantos irlandeses y franceses. El 18 de enero el
ejército Patriota se dirigió a Machala, en el llano. El 9 de febrero, tras haber
cruzado los Andes, Sucre entró en el pueblo de Saraguro, donde su ejército se juntó
con los 1300-1500 hombres de la División peruana, enviados por San Martín, al mando
del Coronel Andrés de Santa Cruz. Esta fuerza (Expedición Auxiliar de Santa Cruz a
Quito) estaba conformada en su mayoría por reclutas peruanos, existían también
chilenos, argentinos y alto-peruanos (bolivianos), tenía también oficiales
argentinos, entre los que destacaban Félix Olazábal, ambos de Infantería y Antonio
Sánchez de Caballería y un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo de los
Andes (argentino) al mando de Juan Lavalle. Al enfrentar esta fuerza multinacional
de alrededor de 3000 hombres, el destacamento Realista de caballería, de unos 900
hombres, que defendía Cuenca se retiró hacia el Norte, siendo perseguido a la
distancia por la caballería Patriota. Cuenca fue entonces recapturada el 21 de
febrero de 1822, sin que se disparara un solo tiro. Durante marzo y abril, los
Realistas continuaron marchando hacia el Norte, logrando con éxito evitar
enfrentarse con la caballería Patriota. Sin embargo, el 21 de abril se produjo un
feroz encuentro entre las fuerzas de caballería en Tapi, cerca de Riobamba. Al
final del día los Realistas nuevamente se retiraron, mientras que el ejército
principal de Sucre procedió a capturar Riobamba, quedándose ahí hasta el 28 antes
de reanudar su viaje hacia Quito.
Acercamiento a Quito

El 2 de mayo de 1822, la fuerza principal de Sucre había alcanzado la ciudad de


Latacunga, 90 km al sur de Quito. Ahí Sucre procedió a reorganizar sus tropas,
sumando voluntarios de los pueblos cercanos, mientras esperaba refuerzos, en
especial el Batallón Alto Magdalena (de Colombia) y nuevos informes de inteligencia
sobre el paradero del ejército Realista.

Mientras tanto, Aymerich alistó los puntos de resistencia y posiciones de


artillería en los principales pasos montañosos que dirigían a Quito. Sucre,
empeñado en evitar un enfrentamiento frontal en terreno desfavorable, decidió
avanzar paralelamente a los flancos de las posiciones Realistas, marchando por las
laderas del volcán Cotopaxi para así poder llegar al Valle de los Chillos, en la
retaguardia de las posiciones defensivas Realistas. El 14 de mayo el ejército
Realista, intuyendo las intenciones de Sucre, comenzó a replegarse, llegando a
Quito el 16. Dos días después, y tras una muy difícil marcha, el ejército de Sucre
ocupó Sangolquí, siendo recibidos por Rosa de Montúfar en la hacienda Chillo-
Compañía, misma que había heredado de su padre el marqués de Selva Alegre.1516
Maniobras finales

En la madrugada del 23 de mayo de 1822, el ejército patriota, conformado por 2971


hombres, empezó a ascender por las laderas del volcán Pichincha. En la vanguardia
estaban 200 colombianos del Alto Magdalena, seguidos por el ejército principal de
Sucre; en la retaguardia estaban los británicos del Albión, protegiendo el tren de
municiones. A pesar del enorme esfuerzo de las tropas, el avance por las laderas
del volcán fue más lento de lo que se esperaba, y la llovizna que cayó durante la
noche convirtió los senderos en ciénagas.

Cuando amaneció, para consternación de Sucre, el ejército no había logrado un


avance significativo, hallándose literalmente a mitad del camino, a 3500 metros
sobre el nivel del mar y a la vista de los centinelas Realistas en Quito. A las
ocho en punto, ansioso por el lento avance del Albión, y con sus tropas exhaustas y
afectadas por la altitud, Sucre ordenó a su ejército detener el avance para
descansar, pidiendo a sus oficiales ocultar sus batallones como mejor pudieran.
Envió parte del batallón Cazadores del Paya en una labor de reconocimiento,
seguidos por el Trujillo, un batallón peruano. Una hora y media después,
repentinamente, los hombres del Paya fueron golpeados por una descarga, bien
apuntada, de mosquetes. Esta acción dio inicio a la batalla.
Desarrollo de la batalla
El uniforme de los granaderos, actualmente guardia de honor del palacio
presidencial de Quito.

Cuando amaneció, los centinelas posicionados cerca de Quito avistaron a las tropas
patriotas ascendiendo por las laderas del Pichincha. Aymerich, entonces consciente
de la intención de Sucre de flanquearlo por medio del ascenso al volcán, ordenó a
su ejército de 1894 hombres ascender la montaña lo más pronto posible, para
enfrentar ahí a Sucre. Al haberse encontrado en un campo de batalla tan improbable,
los dos comandantes no tuvieron otra opción más que enviar gradualmente sus tropas
a la batalla. Existía poco espacio para maniobrar en las empinadas laderas del
Pichincha, entre profundos barrancos y densos matorrales.

Los hombres del Paya, tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron


bajo el fuego enemigo, esperando la llegada del batallón Trujillo. Sucre, esperando
que los españoles estén más cansados que sus propias tropas, envió también al
batallón Yaguachi, conformado por ecuatorianos. El batallón Alto Magdalena trató de
hacer un movimiento de flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo permitió.
Pronto, los batallones Paya, Trujillo y Yaguachi (batallones patriotas), sufriendo
muchas bajas y con pocas municiones, comenzaron a replegarse.

Para entonces el destino de la batalla para los Patriotas parecía depender del
Albión, que transportaba las municiones tan necesitadas; y sin embargo se
desconocía su paradero. A medida que el tiempo pasaba, los Realistas parecían ganar
el control de la batalla. El otro batallón peruano Piura, fue obligado a
retroceder. En medio de la desesperación, a los hombres de reserva del batallón
Paya se les ordenó cargar contra el enemigo con sus bayonetas. Ambos bandos
sufrieron grandes bajas, pero la situación más o menos se estabilizó para los
Patriotas. A pesar de esto, Aymerich, como parte de su estrategia, durante el
ascenso al Pichincha separó de su fuerza principal al batallón Aragón, ordenándole
avanzar hasta la cúspide del volcán, para así luego atacar a los Patriotas por la
retaguarda, rompiendo sus líneas en el momento indicado.17 El Aragón era el mejor
batallón del ejército realista; estaba conformado por veteranos españoles que
habían actuado tanto en Guerra de la Independencia Española como en otras batallas
en América del Sur, y en ese momento se hallaba sobre los Patriotas y listo para
atacar.

Afortunadamente para los Patriotas, cuando el Aragón estaba por cargar sobre la
alicaída línea Patriota, fue detenido en seco por el Albión, que entró
inesperadamente en la batalla. Resulta que el Albión consiguió avanzar a una
posición más alta que la de los españoles. Pronto, el Magdalena se unió a la
batalla, y el Aragón tras sufrir fuertes bajas, se desintegró. Entonces el
Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para reemplazar al Paya, y cargó contra la
línea Realista, que terminó por romperse.18
El sacrificio de Abdón Calderón

La Batalla de Pichincha fue el escenario del sacrificio por la patria de uno de los
más destacados héroes ecuatorianos, el cuencano de 18 años Abdón Calderón.
Calderón, quien fue hijo del coronel cubano Francisco Calderón, defensor del Estado
de Quito de 1812, vivía en Guayaquil y se enlistó en las tropas de origen
ecuatoriano que combatieron en la Batalla.

Calderón, a pesar de haber recibido 4 heridas de bala, prefirió permanecer


inamovible en la línea de fuego, alentando a todo su batallón y levantando
incansablemente la que es ahora la bandera celeste y blanco de la ciudad de
Guayaquil. Al terminar el feroz combate fue trasladado a la ciudad de Quito, donde
murió al cabo de catorce días, el 7 de junio de 1822. Antonio José de Sucre en su
escueto parte de la Batalla de Pichincha, fechado el 28 de mayo del aquel año dice:
" [...] hago una particular memoria de la conducta del Teniente Calderón, que
habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate.
Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá compensar a la familia
los servicios de este oficial heroico".19

Cuando Simón Bolívar llegó a la ciudad de Quito y se enteró de estos hechos,


ascendió póstumamente a Calderón al grado de capitán y decretó que su sueldo fuera
entregado a su madre. La compañía del Batallón Yaguachi a la que perteneció
Calderón no tendría capitán y en las revistas, al mencionarse su nombre, la tropa
habría de contestar: "Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros
corazones". La tradición se mantiene hasta la actualidad en el Ejército
ecuatoriano, pues al pasar lista a los batallones de caballería se nombra a
Calderón tal como dispuso Bolívar.

En la obra Leyendas del Tiempo Heroico del escritor Manuel J. Calle se narra la
muerte de Calderón con una serie de hipérboles, destacando que pese a las graves
heridas sufridas en las cuatro extremidades, se negó a abandonar el campo de
batalla.
La Capitulación de Pichincha
Capitulación de Quito (1822), óleo sobre lienzo de Antonio Salas Avilés

A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la libertad en
la cima del Pichincha a más de 3000 metros de altura dieron el grito de victoria.
La victoria fue de Sucre, la cual fue completada con la capitulación que el jefe
patriota concedió al mariscal Aymerich el 25 de mayo del mismo año.
El fortín de El Panecillo sirvió de puesto de mando de los españoles, quienes
inclusive hicieron fuego de artillería contra los patriotas, que habían ascendido
la falda del cercano volcán Pichincha. Al ser derrotados, los españoles se
refugiaron en el fortín.20 Sucre, para evitar el sangriento asalto al emblemático
cerro, envió un emisario a Aymerich para que capitulara, cosa que el capitán
general español aceptó.

Según el acta de Capitulación del 25 de mayo de 1822,21 los españoles, a las 14:00
de ese día, arriaron su bandera y entregaron sus armas al Ejército de la Gran
Colombia, en una ceremonia especial que tuvo lugar en un puente del fortín
colonial. De esta manera, en la cima del Panecillo tuvo lugar el acto final del
Imperio español en Ecuador.

La fortaleza permitía vigilar el norte y el sur, por lo que estaba provista de


cañones. Al caer el fuerte en manos del Ejército libertador de la Gran Colombia, en
1822, se tomaron a los españoles catorce piezas de artillería.20

Con las operaciones cuyas acciones finales se produjeron en las faldas del
Pichincha y en la ciudad de Quito, Sucre decidió a su favor la vacilante y delicada
situación de Guayaquil; dio libertad al territorio que conforma hoy la República de
Ecuador, y facilitó su incorporación a la Gran Colombia.

El 18 de junio de ese año, Bolívar le asciende a general de división y lo nombra


intendente del departamento de Quito. Ese día, durante la entrada triunfal del
Libertador a la Plaza de la Independencia de Quito, una mujer le arroja desde su
balcón una corona de laurel al rostro, lo que llama vivamente la atención de
Bolívar. Esta mujer fue Manuela Sáenz, quien participó también en las luchas de la
independencia y sería nombrada coronela por Bolívar, que la convirtió en su amante
y la llamó "La Libertadora del Libertador".

Al frente de los destinos de Ecuador desarrolla una positiva obra de progreso:


funda la Corte de Justicia de Cuenca y en Quito el primer periódico republicano de
la época, El Monitor. Instala en esa ciudad la Sociedad Económica. De su actividad
personal es buena prueba que, el 6 de septiembre de 1822 expidió y firmó en Quito
52 comunicaciones. Interesado por la educación, se puede afirmar que en Cuenca
halló 7 escuelas y dejó 20.
Mientras tanto en Guayaquil

Luego de la batalla, a los pocos días llegó la noticia a Guayaquil, siendo esta
celebrada por los cabildantes y autoridades máxima del Gobierno Provisorio. Esta
fue plasmada en el principal y único medio de comunicación oficial del Gobierno,
que era el "Patriota de Guayaquil", publicándose lo siguiente en conmemoración a la
victoria conseguida por las tropas de varias nacionalidades, entre ellas la
Guayaquileña:”22

El Patriota de Guayaquil. del Sabado 15 de Junio de 1822. La Junta Superior de


Gobierno.

CONCIUDADANOS. Las fuerzas unidas del Perú, Colombia y Guayaquil han roto al
fin las pesadas cadenas que arrastraban nuestros hermanos en la segunda capital de
los Incas: y aunque los tiranos las habían afianzado en los enormes montes y
profundas quebradas de aquel país, ellas ahn sido deshechas á la presencia de los
hijos de la Libertad.

Las aguas del Plata, Magdalena, Rímac y Guayaquil, se reunieron formaron un


torrente, que escalando el Pichincha, ahogaron en su falda á la tiranía. Esas aguas
han hecho reflorecer el árbol de la Libertad, regando el 25 de Mayo á la hermosa
Quito, y confirmado que la AURORA DEL 9 DE OCTUBRE, que rayó en nuestro horizonte.
fué la aurora del brillante día en que la Libertad, con aire magestuoso, debía
pasearse sobre la orgullosa cima de Los Andes.

GUAYAQUILEÑOS. Cuando nos propusimos ser libres no podiamos dejar gemir en la


opresión á los pueblos que nos rodeaban: la empresa era grandiosa, y los tiranos
miraron con desdén nuestro noble arrojo... Ellos creyeron que vuestra sangre, que
tres veces corrió en Guachi y Tanisagua, debilitaría y extinguiría la llama de
vuestro amor pátrio: pero se hizo mas viva; y mientras vuestros hijos, hermanos y
amigos corrieron á las armas, doblamos los esfuerzos, y todos nuestros recursos
fueron empleados para conducir en nuestro auxilio a los hijos de la inmortal
Colombia...

GUAYAQUILEÑOS. Quito es ya libre: vuestros votos están cumplidos; la


Providencia os lleva por la mano al Templo de la Paz. á recoger los frutos de
vuestra constancia y de vuestros sacrificios... llenaremos la página que nos toca
en los fastos de la historia americana, y cimplirémos los grandes destinos á que
estamos llamados...
CONCIUDADANOS Y AMIGOS. En vuestra sola felicidad está el premio de las fatigas
que hemos sufrido por la PATRIA... Bajo los auspicios de la Libertad, y con la
protección de los grandes Estados que nos rodean, se abre una carrera inmensa á la
prosperidad de este hermoso y rico Pueblo, que será llamado por todas las naciones
de la tierra, LA ESTRELLA DE OCCIDENTE. Guayaquil junio 9 de 1822-3- OLMEDO-XIMENA-
ROCA23

Resultado
Mapa de la Gran Colombia según Agustín Codazzi. El mariscal Sucre compartía la
visión política de Bolívar y la unidad de la "Patria Grande".

A pesar de que en el contexto de las Guerras de Independencia de Hispanoamérica la


batalla de Pichincha figura como un conflicto menor, tanto en términos de su
duración como del número de combatientes, sus consecuencias fueron bastante
significativas. El 24 de mayo de 1822 Sucre entró con su ejército en la ciudad de
Quito, donde aceptó la rendición de todas las tropas españolas establecidas en el
territorio que el gobierno de Colombia llamaba "Departamento de Quito", al
considerarlo como parte integral de la República de Colombia desde su creación el
17 de diciembre de 1819. Asimismo, cuando Sucre recapturó Cuenca el 21 de febrero,
obtuvo de su Consejo local un decreto en el cual se proclamaba la integración de su
ciudad y provincia a la República de Colombia. Entonces, con la rendición de Quito,
que a su vez puso fin a la resistencia realista en la provincia norteña de Pasto,
Bolívar pudo entrar en la ciudad, como finalmente lo hizo el 16 de junio de 1822.
Entre el entusiasmo general de la población, la antigua Provincia de Quito fue
incorporada a la República de Colombia. Por su parte Guayaquil, que aún no decidía
su futuro, con la presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército
Grancolombiano en su territorio, proclamó forzosamente bajo presión la
incorporación de Guayaquil a la Gran Colombia el 13 de julio de 1822.24
El Templo de la Patria y otros monumentos conmemorativos
En la ladera del monte Pichincha en donde tuvo lugar el combate, se levantó en 1922
un obelisco conmemorativo del primer centenario de la Batalla. El Obelisco, ubicado
en un paraje andino a 3000 metros de altura, recuerda los nombres de los
comandantes patriotas y también tiene una placa dedicada al valor del soldado
español.
Los Próceres, Caracas, Venezuela

En los años 70 del siglo XX, la dictadura militar que gobernaba Ecuador decidió
construir en el lugar un monumento de mayores proporciones que el modesto obelisco
original.

En el sitio se levantó el llamado "Templo de la Patria" una estructura de hormigón


armado con varios salones cavados en la montaña. El Templo de la Patria, visible
desde varias partes de la ciudad de Quito, está decorado en el exterior con una
torre y con un mural en mosaico de Eduardo Kingman, que evoca los distintos
episodios de la lucha por la independencia del Ecuador, desde los tiempos de
Eugenio Espejo, pasando por el Diez de Agosto.

El Templo tiene varios salones en los que se pueden apreciar algunas armas
antiguas, que, si bien no son en su mayoría de 1822, son de mediados y finales del
siglo XIX. Otro salón muestra los trajes de época de todas las guardias
presidenciales y de honor de Sudamérica, y un diorama que permite seguir las
incidencias de la Batalla del Pichincha.

En sendos salones se encuentran estatuas en bronce del Libertador Simón Bolívar y


del Mariscal Antonio José de Sucre, así como un homenaje simbólico a la heroína
ecuatoriana Manuela Sáenz, amante de Bolívar que, aunque no participó en el
combate, está enterrada simbólicamente en el lugar. Otra sala contiene los restos
de un soldado desconocido.

El Templo de la Patria integra en su conjunto el antiguo obelisco de 1922 y permite


una vista panorámica del Centro Histórico de Quito.

En el Centro Histórico, se levanta el Monumento a los Héroes Ignotos del Pichincha,


una columna con un cóndor de bronce, en el paseo "24 de Mayo" construido también al
pie de la montaña con ocasión del primer centenario del combate.

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