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Tema: Proceso de individuación.

Constitución de la subjetividad

Domont dedicó su vida al estudio de las grandes civilizaciones. En particular se dedicó al


análisis compartativo.

Según el, la ideología moderna es única en la historia del genero humano, se caracteriza por la
centralidad que le adjudica al individuo y el valor dado a la libertad y a la igualdad. Y la va a
comparar constantemente con otros sistemas ideologicos desprovistos de este sentido
individualista. A partir de esto, se va a percatar de la gran discontinuidad entre la modernidad
y el resto de las civilizaciones.

Principalmente, se dedico a comparar a la sociedad de castas de la india tradicional, cuyos


rasgos ideologicos y morfológicos principales eran el holismo y la jerarquía, con la ideología
individualista moderna, el cual posiciona al individuo y a la igualdad como valores supremos. El
principal contraste entre ambas ideologías reside principalmente en el lugar que le asignan
respectivamente al individuo en relación a la sociedad.

El sistema de castas se rige por una ideología holista en la medida en que el orden normativo
le asigna valor supremo a la totalidad social por encima del individuo, a quien ignora. Por lo
tanto, la pertenencia a la sociedad es superior a sus consecuencias sociales. El individuo es una
mera entidad empírica contenida en la totalidad social trascendente. El principio unificador del
sistema de castas es la jerarquía, cuya legitimidad deriva de la inscripción en un orden religioso
trascendental

En contraposición a esto, en la sociedad occidental, el principio unificador dota al individuo de


un valor trascendental y absoluto, minimizando lo social, o reprimiendo el hecho de la
aparcepcion social (Introduce el concepto de apercepción sociológica al hecho de que
conceptos tales como individuo o persona son, en realidad, construcciones socio-cualturales)

Según el autor, el camino hacia el individualismo moderno occidental consistió en sucesivas


separaciones y emancipaciones de los distintos dominios sociales. Se inicia con la
emancipación del poder político de la autoridad religiosa, asociada con la creación del Estado y
luego le síguela emancipación de la economía de mercado. Esta revolución de valores condujo
a la emancipación del indiviudo du sus ataduras tradicionales y a su posicionamiento como
valor supremo y medida de todas las cosas. Como resultado, la ideología moderna valora, en
primer lugar y sobre todo, al ser humano individual, lo cual implica su igualdad y libertad.

La ideología moderna es individualista en la medida que valora al individuo concebido como un


sujeto moral, independiente y autónomo, e ignora o subordina la totalidad social. A este
individuo moderno se lo entiende como un sujeto emancipado de lo social, libre de todo orden
colectivo e igual a todos los demás seres humanos (es dotado de un valor absoluto como ser
racional y libre). Ente individualismo es nominalista, en la medida en que dota de realidad al
individuo ignorando las relaciones sociales en las que está atrapado.

“el individualismo moderno es una especie de inconsciencia de lo social”

En relación a esto, Lahire va a plantear la necesidad de una sociología psicológica, la cual


responde a la necesidad de pensar lo social en una sociedad fuertemente individualizante, ya
que en el momento en que el hombre puede ser pensado cada vez mas como un ser aislado,
autónomo, dotado de razón, “sin apego ni raíces”, apuesto a la sociedad contra la cual
defenderá su “autenticidad” radical, la sociología tiene el deber (y el desafio) de develar la
producción social del individuo, y mostrar que lo social no se reduce a lo colectivo o lo general,
sino que se encuentra en el interior de cada individuo. Para estudiar lo social individualizado,
la realidad social bajo su forma incorporada, interiorizada, va a ser necesario el estudio de las
condiciones sociales (y discursivas) de producción del individuo, su socialización.

Cuanto mas un individuo ha sido colocado, simultanea o sucesivamente, en el seno de una


pluralidad de contextos sociales no homogéneos, y cuanto mas esta experiencia ha sido vivida
de manera precoz, mas se esta en presencia de un individuo con un patrimonio no homogéneo
ni unificado de disposiciones, de habitos o de capacidades, que varia según el contexto social
en el que se desarrolla. Por esto en necesario el estudio de las instituciones, de los dispositivos
sociales y delas configuraciones de relaciones de interdependencia que contribuyen a producir
el sentimiento de singularidad, de autonomía, de interioridad, de identidad del yo consigo
mismo.

También plantea que la ilusión de un yo unificado, homogéneo y coherente, tiene un


fundamento social. Que la celebración de la unidad del yo es permanente en las sociedades
actuales, y pone como ejemplo al apellido, asociado al nombre propio, que consagra la
singularidad entera de la persona, y que prevalece toda su vida. O las formas discursivas en las
cuales presentamos al yo (biografías o relatos de si mismo).

Según el autor, el individuo esta demasiado multi-socializado y multi-determinado para que


pueda ser consciente de sus determinismos. El individuo puede tener el sentimiento de
libertad de comportamiento porque tiene muchas posibilidades de ser plural y porque en el se
ejercen “fuerzas” diferentes según las situaciones sociales en las que se encuentra.

En Aleman, además de el problema de la determinación social del individuo, entra la cuestión


del poder,y de la intencionalidad a la hora de la constitución de subjetividades.

Según este autor, el poder no solamente oprime, sino que fabrica consensos, establece la
orientación subjetiva y produce una trama simbólica que funciona de modo invisible,
naturalizando ideas dominantes, y donde siempre esconde su acto de imposición.

Particularmente, plantea que el Neoliberalismo es el primer régimen histórico que intenta


alcanzar la primera dependencia simbólica, para esto necesita producir un “hombre nuevo”
disputando el campo del sentido, la representación y la producción de subjetividad. Tiene la
capacidad de producir subjetividades que se configuran a través de un paradigma empresarial,
competitivo y gerencial de la propia existencia. El régimen de dominación neoliberal no
necesita de un forma de opresión exterior, si no que logra que los propios sujetos se vean
inmersos en mandatos e imperativos, donde se ven confrontados en su propia vida, en el
modo de ser propio, a las exigencias de lo “ilimitado”. El Mercado funciona como un
dispositivo que se nutre de la permanente presión que impacta sobre las vidas, marcándolas
con el deber de construir una vida feliz y realizada. El poder neoliberal es una dominación que
se disimula con consenso, una dominación que se presenta mas como una serie de dispositivos
que conforman la subjetividad que como una sumisión impuesta. El capitalismo ha logrado
para su reproducción ilimitada, para su extensión planetaria, intervenir, modular y producir
una nueva subjetividad

“El secreto del capital es la subjetividad, y el verdadero botin de guerra del capitalismo
contemporáneo es el sujeto”

Las epidemias de depresión, el consumo adictivo de fármacos, las patologías de


responsabilidad desmedida, el sentimiento de “estar en falta”, la asunción como “problema
personal” de aquello que es un hecho estructural del sistema de dominación, son señales de
que el Capitalismo contemporáneo nace con la primacia del yo y los distintos relatos de
autorealizacion formulados para sostenerla. La depresión aparece como una patología de la
responsabilidad, una patología del sujeto que dice que no puede con sus exigencias, un sujeto
que se hace cargo de no haber cumplido.

El autor va a considerar que, es la política el único lugar posible donde se puede pensar una
resistencia al proyecto de deshistorizacion y desimbolizacion que el Neoliberalismo celebra. Es
a través de la política, la acción colectiva del sujeto popular, donde se constituyen las lógicas
emancipatorias que daran lucha a la imposición del neoliberalismo como régimen totalizante.

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