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Guia Monitoreo Citricos
Guia Monitoreo Citricos
El monitoreo, por otra parte es una de las herramientas que permite aplicar el concepto de Nivel de
Daño Económico (NDE o EIL), al establecer la densidad de la plaga a la cual la reducción del
ingreso económico o pérdida, debido al daño provocado por la plaga es equivalente al costo de
controlarla. Cabe destacar que Binns et al (2000) define “daño”, como la reducción de la cantidad o
calidad del producto cosechable (por ejemplo, kilos de fruta por hectárea) y lo diferencia de la
“lesión” fisiológica que provoca la presencia de la plaga en la planta, afectando el área fotosintética.
Por otra parte, hace la diferencia con el daño económico o “pérdidas”, que serían expresadas en
unidades monetarias.
Por medio del monitoreo es factible determinar el daño y estimar indirectamente la lesión y las
pérdidas. Estas últimas a través de evaluaciones a la cosecha, comparando sectores del predio
afectado, y libres de la plaga. Esta comparación realizada a través del tiempo genera información
invaluable para tomar decisiones de manejo. Existen alteraciones en los frutos y el árbol originadas
por factores abióticos (estrés hídrico, deficiencia de minerales, entre otros) y bióticos (bacterias,
virus, vertebrados, entre otros), ajenos a los artrópodos (insectos y ácaros), que podrían confundirse
con las causadas por las plagas, por ello es importante que el monitor se familiarice con los daños
causado por insectos y ácaros, y los distinga de aquellos que no lo son.
El monitoreo sistemático del huerto también permite conocer y realizar seguimiento de la biología de
las plagas, sus generaciones y apariencia de sus estadios, establecer la presencia y efectividad de
los enemigos naturales y, paralelamente, evaluar la eficacia de las medidas de control. Es
considerado, además, como un instrumento que valida el uso de productos fitosanitarios en el
cumplimiento de normativas internacionales como EurepGAP y otras. La implementación del
monitoreo en el predio requiere la capacitación especializada del personal asignado a esta labor,
basada en el correcto reconocimiento de las plagas y enemigos naturales, sus ciclos de vida y una
metodología de muestreo y entrenamiento en el huerto.
El personal, una vez capacitado, es designado como monitor, debiendo estar provisto de
implementos básicos como lupa de bolsillo (10 aumentos como mínimo), planillas de registro,
apuntador y envases para colecta de muestras, entre otros. En la práctica la mayor dificultad que
enfrenta el monitor para realizar su labor es la priorización que se le asigne al monitoreo en la
empresa, ya que suele suceder que “compite” con otras labores del huerto como por ejemplo, control
de riego, supervisión de poda, cosecha, o embalaje, entre otras actividades que se solicitan al
personal asignado y capacitado en monitoreo, circunstancia que va relegando su labor de monitoreo
de plagas y enemigos naturales a un segundo plano y no permite que adquiera la experiencia que
otorga la práctica y observación directa (Figura 3-2).
El principal objetivo del monitoreo es determinar la abundancia de las plagas, sin embargo, una
determinación del número total de insectos o ácaros presentes sería en la gran mayoría de los casos
impracticable.
Con el fin de obtener mayor precisión en el muestreo se ha estudiado la distribución de las plagas en
el huerto y desarrollado modelos matemáticos que se ajusten a ella. Una parte importante de los
insectos y ácaros, tales como chanchitos, mosquitas y pulgones, de acuerdo a su biología
desarrollan colonias que son agrupadas, este tipo de distribución ha sido descrito a través de
diversas ecuaciones matemáticas, la más conocida es la binomial negativa, que resulta ser útil
cuando la plaga causa daño directo, (pérdidas medibles de cantidad o calidad del producto). En
cambio cuando la plaga posee un efecto sobre la fisiología de la planta (como succión de savia), se
requiere relacionar una proporción de unidades infestadas (presencia/ausencia) con la densidad de
la población presente, ya que se estima que este parámetro está relacionado con el daño.
HERRAMIENTAS
1. Lupa de 20x (aumentos) de 1x1 cm, es decir cuya superficie sea de 1cm2
2. Tabla para monitoreo.
3. Lápiz/Lapicero
4. Cachucha/Sombrero y protector solar.
5. Plástico negro para poner en el plato, cuando se va hacer monitoreo de picudo.
6. Un galón partido a la mitad, preferiblemente blanco para el monitoreo de trips.
PROCEDIMIENTO
1. Es imprescindible como primera medida llenar la parte superior de la tabla, es decir, todos
los datos generales del lote, la finca, el monitor y la fecha.
2. Una vez se ingresa la población del lote, es decir el número de árboles que tiene el lote, este
arroja la muestra, cuyo tamaño siempre es el 5% de la población, lo que indica la cantidad
de árboles que vamos a monitorear.
3. Si se cuenta con un plano del lote con los arboles demarcados, se debe pintar algún tipo de
muestreo aleatorio, es decir marcar en alguna forma aleatoria, los árboles que vamos a
monitorear. Este muestreo puede ser en ZIGZAG, Z, M, S, X, etc. En este muestreo no se
deben incluir ninguno de los arboles exteriores o de la frontera/borde del Lote. Cada
monitoreo se debe variar el tipo de muestreo.
4. Antes de empezar el conteo debe establecer en qué estado fenológico está el árbol, es decir
el estado que predomina en el árbol, pudiendo marcar más de uno.
5. De existir floración, es necesario registrar el porcentaje de la superficie del árbol que está en
floración, siendo 100% el máximo, cuando hay una excelente floración abundante y
homogénea.
6. En cada árbol se debe ubicar los cuatro cuadrantes, es decir se debe dividir el árbol en
cuatro, y en cada uno de estos evaluar 5 estados fenológicos; un brote tierno, un fruto
tamaño canica, un fruto tamaño ping pong, un fruto tamaño tenis, y un fruto con un cuarto de
maduración. Para estas evaluaciones, se deben escoger al azar cada uno de estos
terminales, evitando ser tendencioso, es decir no buscar donde puede haber ácaros debido
a la apariencia del mismo. Escójalo completamente al azar.
7. Una vez ponga la lupa en el terminal, cuente los ácaros que ven a primera vista, ubique la
lupa igualmente al azar, no donde se ve a primera vista la afectación si la hay, y únicamente
ubíquela y cuente una mirada de la lupa, pues de lo contrario afecta el tamaño de la
muestra.
8. En los brotes y frutos tamaño canica, cuente los ácaros blancos, y en los frutos tamaño ping
pong, tenis y un cuarto de maduración, cuente los ácaros tostadores.
9. Registre cada conteo en la casilla correspondiente.
10. Cuando se les ha indicado, se debe hacer monitoreo de picudos, haciendo un conteo
exhaustivo de los individuos presentes. De lo contrario debe reportarse únicamente si
durante los conteos de ácaros se logro ver o no la plaga, es decir poner 1 si hay y 0 si no
hay.
11. Para las demás plagas como son Antracnosis, Diaphorina, Moscablanca-Ortesia, Afidios, u
Otra, debe dársele una valoración según la afectación o presencia, siendo 1 presencia leve,
hasta 5 afectación/presencia excesiva.
12. Las demás observaciones que se les pide en este formato, debe dársele una valoración
general del lote. En cuanto a las prácticas culturales debe darse a conocer el estado en cada
uno de estos aspectos. En las deficiencias, debe reportarse si en alguno de los árboles se
presenta alguna de estas. Por último, en cuanto a las podas y aspectos de nutrición, debe
darse a conocer si es necesaria alguna de estas prácticas o valorarse la ejecución de esta
labor si se ha hecho recientemente.
TOMA DE DECISIONES
1. Para tomar decisiones en cada una de las plagas, debemos valorar todos los factores
críticos que influyen en el comportamiento y desarrollo de cada una de estas.