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La Ilíada (Resumen)

CANTO I
Se pide desde el principio a la musa que mande el canto de las desgracias alcanzadas por la ira de Aquiles
(1-7). Llega a la asamblea de los argivos, Crises, sacerdote de Apolo para rescatar a su hija, hecha cautiva
hacía poco en la guerra y por honor entregada a Agamenón (8-21). Apolo mandó sobre el
ejército una terrible epidemia por haber sido rechazado ignominiosamente su sacerdote (22-52). Aquiles
hace una asamblea, para aplacar al dios, en la que el adivino Calcas pregona que ellos debían liberar a su
hija Briseida de tan terrible disputa y pero Agamenón se rehúsa entregarle su hija ciertamente a Crises, pero
le arrebata a Aquiles a Briseida a quien había sido concedida como premio a su valor. Se apodera de
Briseida, aunque Néstor se opone (130-311 y 318-347). Enardecido por esta ofensa, decide el irme joven
separarse de la guerra con los mirmidones, sus soldados. Su madre Tetis reafirma su propósito
y promete venganza al suplicante (348-427). Mientras tanto el ejército ofrece sacrificios expiatorios y son
ofrecidos a Apolo (312-317).
Entonces se hace retirar a Crises a su casa junto con las víctimas propiciatorias, por quienes es expiado el
crimen siendo sacrificadas (428-487), puesto que se había presentado Tetis en el Olimpo
ocultamente, favoreció con la victoria a los troyanos, mientras los aqueos no dieran una satisfacción a
Aquiles (488-533). Hera, enemiga de los troyanos ataca estas determinaciones clandestinas y riñe con Zeus
en la cena (534-567). Por esta causa se entristece toda la asamblea de los dioses, a quienes
Hefesto hace volver finalmente a la tranquilidad y alegría (568-611).

CANTO II
Zeus quien habría de vengar la injuria inferida a Aquiles-, le envió un sueño a Agamenón para incitarlo a
realizar la batalla con la esperanza de la victoria (1-40). Al amanecer, Agamenón manifestó lo comunicado
en el sueño y su propia decisión a los jefes de los argivos; reunió al poco una asamblea de
todos (41-100). Le agradaba para probar la fe del pueblo, del que desconfiaba, fingir la
determinación de retornar a la patria: habiendo oído esto la multitud comenzó enseguida, cansada ya por
la guerra, a sublevarse y a preparar la navegación (101-154). Odiseo reprimió la rendición de
común acuerdo y por consejo de Atenea se valió de súplicas, amenazas y oprobios para que
volvieran de este modo a la asamblea (155-210). A Tersites, aquel hombre torpe y malhablado que
no cesaba de urgir la retirada, lo castigó con mayor severidad para escarmiento de los demás
(211-277). Así cohibido el populacho se doblegó por in a dejarse persuadir por los excelentes discursos de
Odiseo y de Néstor quienes renovaron las antiguas promesas y se valieron de estas ostentaciones para
que los aqueos tuvieran confianza en el combate; el mismo Agamenón ordenó el combate y llenó del ardor
de la pelea el ánimo de todos (287-393). Ya se anima el ejército; los primeros, sacrificadas ya las
mayores víctimas, se sientan al convite delante de Agamenón; los demás toman sus alimentos por
diversas partes y ofrecen sacrificios, y cada pueblo, instruido por sus jefes marcha a la batalla (394-484). Se
inserta en este lugar el cuidadoso catálogo de las naves, pueblos, jefes, que habían seguido a Agamenón a
la guerra de Troya (485-785). También los troyanos, descubrieron lo que tramaban los aqueos, marchan al
campo bajo el mando de Héctor junto con sus aliados, de los que se añade una breve reseña (786-877).

CANTO III
Al primer encuentro del combate, Paris o Alejandro provocan con suma fiereza a cada uno de los aqueos
para el combate; pero en cuanto ve a Menelao saltando de su carro, huye atemorizado (1-37) Poco después
él mismo, impulsado por los gritos de Héctor se ofrece en singular desafío con Menelao, comenzando lo más
importante de la batalla; aceptada la condición pide Menelao que vaya por medio una promesa,
consagrándola ante la presencia de Príamo (38-110).
Así pues, los ejércitos dejan las armas y se preparan sacrificios de ambas partes, mientras tanto Helena
llama desde la torre a Príamo y a los ancianos de Troya, a los jefes argivos que están en el campo inferior
(111-244). Siendo llamado, se presenta Príamo en compañía de Antenor y se hace un pacto según el antiguo
rito y bajo estas condiciones, de que, si uno de los dos venciese al otro, obtendría a Helena y sus
riquezas; pero los troyanos inferiores a los aqueos pagarían una fuerte multa (245-301). Después
de la partida de Príamo, toman las armas Menelao y Paris y marchan al espacio convenido
para la pelea; pero Paris, superado, es sustraído por Hera ocultamente y se lo lleva incólume a su propia
morada (302-382). Al mismo lugar lleva a Helena, quien resistiendo primero al nuevo marido le echa
en cara su cobardía; sin embargo, poco después se reconcilia con él (383-448). De esta manera, en vano
busca Menelao al adversario que estaba gozando de la protección de la diosa, mientras
Agamenón busca públicamente el precio de la victoria que se había pactado (449-461).

CANTO IV
Debiendo ser devuelta Helena a los aqueos según el pacto y dirimidas las diferencias en la línea de
combate en la que fue separado Paris; Hera indignada en la asamblea de los dioses, no pudo contener
ya su odio contra los troyanos e insiste ante Zeus a in de que conceda que los aqueos den muerte a
Paris (1-49). Atenea, enemiga también de los troyanos, enviada a la tierra por la exhortación de
Zeus, persuade a Píndaro Licio para que lanzada una lecha contra Menelao, rompa el pacto e introduzca una
nueva causa para combatir (50-104). Llamado el médico Macaón, cura a Menelao de su herida no mortal
(105-219). Mientras tanto, armados nuevamente vuelven a combatir los troyanos, mientras Agamenón va y
viene entre la multitud de aqueos, alabando el valor de algunos como Idomeneo, Áyax y Néstor, que ya
estaban situados en el campo de batalla y reprendiendo la tardanza de los otros como Menesteo, Odiseo,
Diomedes que aún no se llenaban del nuevo ardor para combatir (220-421). Se reanuda la lucha,
en la que Ares por una parte y Apolo, Atenea y otras divinidades por la otra, ayudan respectivamente
a los troyanos y a los aqueos (422-544).

CANTO V
Los aqueos continúan despedazando a los troyanos; delante de todos, el insigne Diomedes lleno de ferocidad
por la protección de Palas retira a Ares de la batalla (1-94). Pero él mismo herido por Pándaro,
ataca con mayor vehemencia a los enemigos (95-166); mata a Pándaro, estando de pie, y después peleando
desde el carro de Eneas (167-296); hiere a Eneas que cubría el cuerpo de su amigo (297-310); hiere a
Afrodita en la mano, pero Iris la saca del combate (311-351). Afrodita librada por su hija en el carro de Ares, la
lleva al Olimpo, en donde su madre Dione la cobija en su seno. Los otros dioses se ríen sin que lo note
(352-431). Apolo libra a Eneas, apartado por Atenea del furor de Diomedes y lo cura recreándolo en la
fortaleza troyana y llama nuevamente a Ares a las ilas (432-460). Ares exhorta a los troyanos para que peleen
con fortaleza; enseguida se presenta ante ellos Eneas, ya curado (461-518). Tampoco los aqueos combaten
con cobardía y caen muchos de una y otra parte, entre éstos Tlepolemo contra Sarpedón;
finalmente se alejan poco a poco los aqueos (519-710). Hera y Atenea vienen desde el Olimpo en auxilio
de éstos que luchaban (711 -777). Por estas palabras de Hera se enardece nuevamente la masa;
pero Diomedes aconsejado y conducido por Atenea, hiere al mismo Ares (778-883) quien regresa
enseguida al Olimpo desde el campo de batalla y ahí sana, siguiéndolo también las diosas (864-
909).

CANTO VI
El adivino Heleno, cuando decaía en huida el ejército troyano exhorta a Héctor para que haga un sacrificio
público a Atenea en la fortaleza (1-101). Así pues, él, habiéndose reanudado la lucha rápidamente,
marcha a la ciudad; en este combate, Diomedes y Glauco, jefe de los licios, encaminándose al lugar
de la lucha, antes de llegar a las manos, habiendo recordado la hospitalidad de sus padres, hecho el
cambio de las armas, unen sus diestras (102-236).
Hécuba y las demás matronas, por consejo de Héctor y de los próceres troyanos, llevan el manto
al templo de Atenea y expresan sus votos por la salvación de la patria (237-311). Mientras tanto
Héctor, en su casa, hace volver a Paris reprendiéndolo en el campo de batalla (312-368); a su esposa
Andrómaca, la buscó en vano en sus habitaciones y salió finalmente de la ciudad por la puerta Escea; la
encuentra con su hijo Astianacte y les habla por última vez (369-502).
Armado, Paris alcanza a su hermano en el camino (503-529).

CANTO VII
Héctor y Paris impulsan a los aqueos para que vuelvan a la batalla, combatiendo ya sea con armas iguales
o mejores (1-16); lo cual, para que sea terminado finalmente, de acuerdo con el designio de Atenea y de
Apolo, y la persuasión de Heleno sea provocado cada uno con la mayor fuerza posible por parte de Héctor
para un combate cuerpo a cuerpo (17-91). Agamenón disuade a Menelao que se muestra alegre y
confiado mientras los demás vacilan (92-122); al poco instigados por Néstor salen a combatir nueve héroes de
cuyas suertes señala el suceso Áyax Telamonio (123-205). Se reúnen Héctor y Áyax y pelean duramente,
mientras bajo la noche apartan a éstos, iguales en fuerzas, habiéndoles dado a su vez regalos (206-312). En
los banquetes públicos Néstor hace el recuento de los cuerpos de los caídos que deben sepultarse y los
campamentos que deben fortiicarse. Cuando en la asamblea de los troyanos, Paris responde a Antenor
quien dice que deben ser restituidos al dueño, Helena juntamente con sus riquezas, añade que él no
regresará ningunas riquezas, sino que a aquéllas se añadirán las propias (313-364). Al día siguiente Príamo
lleva aquella respuesta a los aqueos y a in de que también puedan ser sepultados los cuerpos de los troyanos
manda que se haga una tregua (365-420). Después de estos sucesos cada bando procura dar sepultura
a los suyos y al mismo tiempo los aqueos rodean su base naval con un muro y fosas;
Poseidón se admira de estas obras con indignación en la asamblea de los dioses (421-464). A la cena sigue
la noche amenazadora con sus rayos (465- 482).

CANTO VIII
Zeus pide a los dioses llamados a asamblea que no se presenten en la batalla contra
ninguno de los dos pueblos, y es llevado en su carroza al monte Ida (1-52). Desde ahí
contempla durante la mañana a los ejércitos que combaten en dudosa victoria; después habiendo pesado
cuidadosamente sus suertes en la balanza del destino, y lanzando sus terribles rayos, pronostica la muerte a
los aqueos (53-77). Hera en vano pide a su aliado Poseidón que le sean apartadas a aquellos toda clase
de ayudas; después vuelve Agamenón, levantando los ánimos y señala que Zeus se le ha
mostrado propicio (78-250). Ya los aqueos, algún tanto superiores, repelen a los troyanos en un
nuevo encuentro, y Teucro hiere a muchos de aquéllos con sus lechas y a su vez es herido por Héctor
(251-334). Una vez más, se lanzan a la huida los aqueos cuando Hera y Atenea se preparan a marchar a
Troya para llevar auxilio; pero Zeus habiéndolas visto desde el monte, las rechaza inmediatamente por medio
de Iris (335-437). Él mismo, habiendo regresado al Olimpo reprende con suma severidad a las
desobedientes diosas y aun amenaza a los aqueos con mayores matanzas para la mañana
siguiente (438-484). Terminada la batalla a causa de la noche y habiendo realizado una
asamblea los troyanos vencedores, ponen guardias de asedio en el mismo lugar de la batalla, y para
impedir a los enemigos asechanzas o navegación, encienden innumerables fogatas a través de la
ciudad y del campo (485-565).

CANTO IX
Entre los aqueos, una vez pasado el peligro, aterrorizados y rechazados de momento, convoca Agamenón
ocultamente a los jefes a quienes el rey les señala la determinación de huir y dirigir la
navegación durante la noche (1-38). Diomedes y Néstor lo desaconsejan de este torpe intento (39-
78). Se colocan fogatas en las trincheras de los campamentos, se prepara una cena en la tienda de
Agamenón y después de la cena se trata a toda costa de hacer las paces con Aquiles y atraerlo al ejército (79-
113). El propio Agamenón mandó decir que si cedía en su enojo ante la pública necesidad, le prometía
devolverle intacta a Briseida y magníficos regalos (114-161).
Néstor envió con estas condiciones a varios escogidos, como Fénix a quien el padre de Aquiles lo había
hecho mentor en su juventud, Áyax el mayor, Odiseo y dos embajadores de paz (162-184). Aquiles recibió
amigablemente a los legados, pero rechazó todas las promesas de Agamenón y los discursos, ya los
esmerados como los ásperos y suaves; además retuvo a Fénix y amenazó con que regresaría al poco
juntamente con él a la patria (185-668). De este modo, después de que Áyax y Odiseo anunciaron tan
dolorosa resolución, Diomedes lo conirma en toda su gravedad a los aligidos jefes y los exhorta a la tenacidad
en la lucha (669-713).

CANTO X
Electos los vigías, Agamenón en unión con su hermano Menelao llama a Néstor y a los demás jefes y hacen
guardia con ellos ante el foso (1-193). Toman determinaciones ahí mismas donde habían sufrido las
calamidades y envían como observadores a Diomedes y a Odiseo (194-271). Habiendo avanzado estos
algunos tantos, un ave de raudo vuelo ofreció próspero augurio (272-298). Al mismo tiempo había salido
cierto troyano, Dolón, que había sabido las determinaciones de los aqueos, e incitado por las
promesas de Héctor, fue aprehendido por los que se habían adelantado más hacia la base naval (299-381).
Implorando éste por su vida, denunció todos los sitios de los campamentos y a dónde se dirigía Reso, el rey
de los tracios, pero sorprendido por Diomedes fue asesinado (382-464). Ya marchan a los aposentos de
Reso, a quien habían oído llegar con sus famosos caballos (465-503). Atenea amonesta a los héroes para
que no se retarden más tiempo con la esperanza de obtener demasiados botines; mientras tanto Apolo incita
a los tracios y a los troyanos y los regresa a sus campamentos (504-579).

CANTO XI
Armado Agamenón con espléndidas armas conduce por la mañana a sus tropas a las filas de
combate; lo mismo hacen Héctor y los otros príncipes de Troya (1-66). Ante el insólito valor de Agamenón que
enardece a la turba desconocida, se excitan los troyanos y se inicia una gran batalla (67-162). El
mismo Héctor apartado por mandato de Zeus hasta las murallas de la ciudad, evita el coraje del
enardecido adversario, mientras aquél se marcha del combate mal herido (163-283). Realizado esto, Héctor
vuelve a pelear e infunde a los suyos un nuevo valor (284-309). Diomedes, Odiseo y Áyax vuelven a la
decaída batalla; pero Diomedes herido por Paris se regresa violentamente hacia las naves (310
400); asimismo Odiseo herido por Soco y muerto aquél, viéndose rodeado por los troyanos, se libra del
combate ayudado por Menelao y Áyax (401-488). A poco a Macaón y Euripilo los hieren las lechas de Paris
(489-596). Viendo Aquiles a Macaón que se adelantaba en el carro de Néstor, envió a Patroclo para reconocer
su presentación (596-617). Tan pronto como reconoció éste a Macaón y librado por Néstor de tan miserable
muerte, le pide que o bien implore directamente la ayuda de Aquiles en auxilio de los aqueos o que él
mismo espante a los enemigos revestido con el armamento de Aquiles (618-803). Al regreso
Patroclo hiere al peligroso Euripilo y es curado en su tienda de campaña (804-848).

CANTO XII
Rechazados los aqueos contra las murallas (hecho abominable a los dioses; a ellos mismos los rechazan
detrás de la misma ciudad), ven que los troyanos se dirigen a las naves y que están a punto de atravesar ya el
foso (1-59). Desconcertados al principio por lo difícil del momento bajan de los carros por consejo de
Polidamante y corren divididos en cuatro grupos (60-107). Asio se atrevió a atacar una de las puertas desde
su carro y fue rechazado por los dos Lapitas con gran matanza de los suyos (108-194). Polidamante
interpretó augurios adversos que no intimidaron a Héctor en perseguir a los enemigos (195-250). Éstos
aunque molestados por un viento tempestuoso, defienden sus trincheras con suma fortaleza, estando en
los primeros lugares los dos Áyax (251-289). Por otra parte entran Sarpedón y Glauco a quienes se les opone
Menesteo y son llamados por él, Áyax el mayor y Teucro (290-377). Son heridos Epicles, el
compañero de Sarpedón y Glauco por Teucro; finalmente él es derrotado en la almena del
muro (378-399). Los aqueos atacan duramente la muralla, abierta por la parte de los licios; Héctor
conjura el peligro y tapa la puerta con una enorme piedra y abre a los suyos el camino hacia las naves (400-
471).

CANTO XIII
Pasando el muro los troyanos, por diversas partes, matan a los aqueos, cuando Poseidón conmovido por la
calamidad en su interior por Zeus, se acerca a los que defendían las naves (1-42). Oculto bajo forma humana
para animar a los que se detenían, exhorta primero a los dos Áyax y después a los demás capitanes (43-124).
Así los Áyax y otros, rechazan a Héctor de la matanza de las naves en plena fila de combate (125-205); al
poco, Idomeneo, movido por Poseidón a combatir, habiéndose unido con Merión, socorre por la
izquierda a los afligidos aqueos (206-329). Después se traba un feroz combate en el que Zeus favorece a los
troyanos y Poseidón a los aqueos. Sobresale entre éstos, el valor de Idomeneo (330-662). Éste, da
muerte a Otrioneo, Asio y Alcátoo y asimismo, en compañía de Merión, Antíloco y Menelao lucha con
superioridad contra Eneas, Deífobo, Héleno y Paris (363-672). También detiene a Héctor quien hacía
poco se hallaba en el centro del lugar y de tal modo lo apremian los Áyax y otros grupos, que ya se retiran
los troyanos: pero fortalecido Héctor por el consejo de Polidamante, conduce repentinamente contra el
enemigo a los que había reunido (673-808). Áyax da comienzo a un nuevo combate y se pelea por ambas
partes con grandes clamores (809-837).

CANTO XIV
Néstor, atemorizado por el clamoreo del combate, sale de su tienda en la que aún se curaba Macaón, para
explorar los hechos en el lugar en que se realizaban (1-26). Agamenón, Odiseo y Diomedes, doliéndose aún
por las heridas, le salen al encuentro cambiándose de lugar por la misma causa; el primero de los cuales
angustiado por el éxito de la guerra y viendo ahora abierta la muralla, reflexione sobre la huida (27-81).
Odiseo reprueba esta determinación, y así Diomedes persuade a todos a que vuelvan a la batalla y que con
su presencia ayuden a todos, dándoles certidumbre y consejos; al mismo tiempo Poseidón conforta a
Agamenón que ya se iba y da fortaleza al ejército (82-152). Mientras tanto Hera, para elevar la moral de los
aqueos, se arregla en su persona y se prepara delante de Zeus en el monte ldan para atraerlo con todos los
halagos de una esposa; para lo cual se coloca el cíngulo de Afrodita y hace venir desde Lemnos
al dios Sueño, quien lo entretiene en el estado de descanso (153-351).
Poseidón había puesto asechanzas en este tiempo, mediante el consejo de Sueño, la suerte
de los aqueos que les devolvió auxiliándolos prontamente (352-401). Héctor, herido por el golpe de la
piedra que le había lanzado Áyax, estaba sin alientos y fue transportado y curado por sus
soldados (402-439). Combatiendo los aqueos a los troyanos, elevados ya sus fuerzas y espíritu de combate,
los alejan de las naves, persiguiéndolos en primer término Áyax el menor (440-522).

CANTO XV
Despertando de su letargo Zeus, ve a Poseidón dando ayuda a los troyanos contra los aqueos (1-11).
Enseguida, reprende ásperamente a Hera y manda llamar del Olimpo a Iris y Apolo; se sirve de ellos como
de sus ministros para restituir sus fuerzas a los troyanos y simultáneamente predice toda la serie de designios
hasta la destrucción de la ciudad (12-77). Habiendo regresado Hera a la morada de los dioses, Ares sabe por
ella lo referente a la muerte de su hijo Ascálafo y se apresta para la venganza; Atenea reprime su cólera (78-
142). Apolo e Iris se presentan ante Zeus y por mandato de éste obliga a Poseidón bajo amenazas a que
abandone la guerra. Éste a pesar de estar lleno de temor aún se atreve a resistirse (143-219).
Apolo alienta a Héctor, ya sanado y retirado del combate por esa causa, y renueva la suerte de los troyanos
(220-280). Héctor acomete a los fortísimos aqueos que dejando de combatir se retiraban a las naves; mata a
una parte de ellos; a otros los hace huir, yendo delante el dios, quien agitando su égida estremeció de temor a
los aqueos y fortaleció a los troyanos, pues derribando el muro, preparó el camino para destruir al ejército
(281-389). Por esta terrible desgracia que le comunicó Eurípilo, Patroclo regresó ante Aquiles y lo exhortó
para que los ayudara en ese último trance (390-404). Mientras tanto los aqueos combaten terriblemente ante
sus naves cayendo muchos de ambas partes (405-590). Finalmente ellos se retiran sin dispersarse entre las
filas de las naves, desde las que Áyax Telamonio defiende del fuego, armado con una lanza, porque ya Héctor
amenazaba quemar la nave de Protesilao (591-746).

CANTO XVI
Aquiles le presta a su amigo Patroclo que le suplicaba y pedía ayuda, sus propias armas y tropas para
salir a combatir bajo la condición de que se contentase con rechazar a los troyanos de las naves y no se
expusiese a mayores peligros (1-100). Debilitado ya el mismo Áyax, no pudo impedir que se pusiese fuego a
la nave (101-123). Visto lo cual Aquiles, llama a su amigo a las armas, prepara las ilas de los suyos, les habla
y hechas las libaciones y las preces los despide (124-256). De pronto, habiendo visto el jefe de los
mirmidones, aterrorizados a los enemigos, el engaño de la figura de Aquiles, libra del ataque a la nave y
apaga el incendio (257-303).
Comienza de nuevo la batalla y a los que huían cegados por el pavor, los persigue sobre la trinchera y
aun a campo abierto (306-418).
Enseguida, Glauco mata a Sarpedón, hijo de Zeus, habiendo quedado así vengadas las matanzas (419-507).
Éste juntamente con Héctor y otros de los en terrible combate con los aqueos que arrastraban los despojos,
les quita el cuerpo de Sarpedón. Apolo ve esto y por mandato de Zeus es lavado el cuerpo y
ungido y llevado a Licia por sus amigos (508-683). Por aquel tenor de los acontecimientos el feroz Patroclo
persigue a los troyanos hasta la ciudad, sube a su muralla pero es apartado de aquel lugar por el dios (684-
711); sin embargo, resiste de nuevo a Héctor que irrumpe lleno de fuerza, mata a su auriga Cebrión y se lleva
el cadáver después de haberlo despojado (712-782). Finalmente mata a muchos de la masa de soldados
hasta que Euforbo lo hiere, aterrorizado él mismo por la fuerza de Apolo y despojado de sus armas; Héctor le
da muerte e insta a Automedonte a encaminar el carro de Aquiles llevándolo junto a las naves (783- 867).

CANTO XVII
Muerto Patroclo, Menelao mata a Euforbo y lo despoja de sus armas (1-60). Héctor por consejo de Apolo
dejando de perseguir a Automedonte le quita su despojos y regresa, mientras Menelao hace venir a Áyax el
mayor, para que cuide el cadáver (61-139). Héctor se retira ante Áyax, pero incitado por la reprensión de
Glauco vuelve nuevamente, luciendo soberbiamente las armas de Aquiles, a in de arrebatar el cuerpo y lleno
de fortaleza anima a cada uno de los suyos en el mismo campo de batalla; simultáneamente
llamados por Menelao acuden con presteza los más valientes aqueos (140-261). Así en un mismo lugar se
origina un terrible combate entre Menelao y Héctor con cada una de sus tropas y pelean uno y otro con
distinta suerte. Ellos para defender el cuerpo de Patroclo y éstos para que lo arrastren y sea causa de ludibrio
(262-425). Zeus vuelve el vigor a los caballos de Aquiles que se dolían por la muerte de Patroclo
y Automedonte los regresa al combate en unión con Alcimedonte (426- 483). Héctor, Eneas y otros,
atacan el carro de Aquiles para apoderarse de los nobles caballos y los aqueos sostienen con fiereza el
ímpetu de aquellos, quienes tratan también de rescatar el cadáver. Entonces Menelao implora nuevas fuerzas
a Atenea, y Apolo exhorta a Héctor con la aprobación de Zeus (484-596). Finalmente viene a
menos la fuerza aquea, y aun el mismo Áyax Telamonio, tiembla, bajo cuyo mandato Menelao envía un
mensajero a Aquiles, y es Antíloco, quien le anuncia la muerte de Patroclo y las derrotas recibidas, (597- 701),
y el mismo Menelao junto con Merión apoyado por la compañía de los Áyax, se atreve a llevarse el
cadáver hasta las naves, metiéndose entre los enemigos que combatían (702-761).

CANTO XVIII
Recibida la noticia de la muerte de Patroclo, Aquiles se entrega a la desesperación y a los lamentos (1-34).
Ante estas lamentaciones despertada Tetis, llega desde el mar con su cohorte de Nereidas para consolar a su
hijo; a quien cuando ve lleno de ambición de vengarse de Héctor, aunque aquello habría de ser
decidido por el destino, difiere su deseo para el último día, pero le promete que le llevará armas nuevas
fabricadas por Hefesto (35-137). Habiendo regresado las Nereidas a su mansión, Tetis se apresura hacia el
Olimpo, mientras se renueva la batalla sobre el cuerpo de Patroclo que finalmente hubiera
quedado en poder de Héctor, a no ser que Aquiles por consejo de Hera hubiese aterrorizado a los
troyanos con su aspecto y voz terribles y los hubiese hecho huir hasta las murallas enemigas (138-231);
mientras tanto los aqueos, rescatado el cuerpo, lo llevan a la tienda de Aquiles, al entrar la noche (232-242).
Los troyanos tienen una tumultuosa asamblea y Polidamante los persuade de que se salven dentro
de las murallas, no sea que Aquiles venga a las filas y acabe con ellos; pero este prudente consejo desagrada
a Héctor y al pueblo (248-314). Los troyanos redoblan la vigilancia durante la noche con sus armas;
los aqueos y al frente de ellos Aquiles, lloran la muerte de Patroclo, embalsaman el cadáver y lo colocan en el
ataúd (315-355). Aquella misma noche llega Tetis al Olimpo en donde Zeus acababa de reprender a su
esposa porque ayudó a Aquiles y es recibida amigablemente en la mansión de Hefesto (356-427).
Para Hefesto le era fácil si se lo pedían con insistencia, fabricar escudos y toda clase de armas con su arte
exquisito (428-617).

CANTO XIX
A la salida del sol, Tetis le da a Aquiles las armas que había hecho Hefesto y lo excita nuevamente a la
alianza para la guerra; pues el cuerpo de Patroclo derrama divinos olores a in de que dure incorrupto para la
sepultura (1-39). Aquiles, reuniendo una asamblea, olvida su ira, y pide continuar la guerra cuanto antes (40-
73). Por su parte Agamenón confiesa su error y una vez reconciliado, ofrece los dones prometidos por medio
de su legado Odiseo; pero olvidándolos él, tal vez con intención de vengarse, apremia a comenzar la batalla
(74-153). Finalmente cede ante Odiseo y espera hasta hallarse presente al que lo aconsejaba
mientras las tropas tomaban el desayuno y recibe ante la asamblea los dones y a la hija de Brises, causa
de la discordia a la que Agamenón juró devolverla intacta mediante un sacrificio expiatorio (154-
275). Se trasladaron los dones desde un lugar público a la tienda de Aquiles en donde las mujeres lloraban a
Patroclo y el héroe mismo vuelve a lamentarse y se abstiene firmemente de probar alimento,
tomándolo el ejército (276- 339). Aquiles es deleitado por Atenea, enviada desde el cielo; poco después se
pone las nuevas armas, sube al carro con Automedonte y sabido por otro el destino de sus caballos, marcha a
la fila lleno de vida (340-424).

CANTO XX
Preparados ambos ejércitos y llamados los dioses a la asamblea, Zeus les permite que cada uno
socorra a cualquiera de los dos que desee a in de que no madure la matanza para los troyanos por la
crueldad de Aquiles (1-30). Así marchan a la guerra, Hera, Atenea, Poseidón, Hermes, Hefesto, para
ayudar a los aqueos; y Ares, Febo, Artemisa, Latona, Janto y Afrodita, a los troyanos. Las tierras celebran con
estremecimiento y temor la entrada de los dioses (31- 74). Antes del comienzo de la batalla, Febo excita a
Eneas contra Aquiles que amenazaba a Héctor. Mientras tanto los dioses por convencimiento de
Poseidón se sitúan alejados del combate (75-155).
A varias provocaciones sigue el combate de Aquiles con Eneas a quien Poseidón libra por medio
de una nube, pues según los oráculos le tenía destinado un reino entre los troyanos (156-352); Héctor, que
está por agredir a Aquiles, es rechazado por Febo. Aquiles mata entre otros troyanos a Polidoro, hijo de
Príamo (353-418). Estando ya por vengar la muerte de su hermano, se dirige Héctor contra Aquiles a quien
lo salva también Febo rodeándolo con una nube (419-454).
Movido por el dolor Aquiles ataca a los demás troyanos y llena el campo de una espantosa ruina de muertos
y armas (455-503).

CANTO XXI
Aquiles acosa a los troyanos, parte hacia la ciudad y parte hacia el Janto (el Escamandro) y habiendo
despedazado a muchos en el río, conserva a doce jóvenes vencidos, para las exequias de Patroclo (1- 33).
Ahí mismo mata a Licaón, hijo de Príamo a pesar de sus súplicas (34-135); después a Asteropeo, jefe de los
peonios junto con otros de aquel pueblo, habiéndose librado del enfurecido río desigual en fuerza (136-210).
Continuaba la matanza hasta que Janto, obstruido por el número de cadáveres, compadeciéndose, mandó
que su cauce se desbordara contra él. Apenas se escapaba Aquiles cuando de nuevo tenía que saltar; pero
el río enfurecido lo sumergía en sus ondas y perseguía al que volvía a escapar (211-271). Ya le faltaban las
fuerzas al que luchaba entre las olas, pero Poseidón y Atenea se las aumentaban; entonces
Janto que estaba demasiado irritado, llamó en su ayuda a Simóis, pero Hera llamó a Hefesto que quemó el
campo y al río y ni las llamas lo detenían si no las hubiese aumentado la misma diosa (272-384).
Se iniciaron después combates personales entre los demás dioses: Ares, Atenea, Afrodita, Febo, Poseidón;
Hera, Artemisa; Hermes, Latona (385-513). Después de esto vuelven al Olimpo los dioses, excepto
Febo quien se dirigió a Troya, mientras Aquiles hacía estragos a través del campo y a los demás los empujó
su furia hacia el interior de la ciudad en la que Príamo mandó que se cerrara la puerta (514-543). Para que
aquellos no fueran diezmados en la fuga, Apolo detuvo a Aquiles introduciendo a Agenor, y después él mismo
disfrazado bajo la apariencia de Agenor, lo engañó huyendo y así lo alejó de la ciudad (544-611).

CANTO XXII
Ambos ejércitos se habían puesto en lugar seguro en el campo, cuando Héctor, estando él solo,
permanece frente a Aquiles que volvía de perseguir a Febo. Desde el muro querían detener a Héctor sus
parientes que lloraban desolados (1-89). Vanamente, porque a éste el pudor y a aquél el afecto les impedía
retirarse del lugar; sin embargo, apareciéndosele un dios bajo aspecto de hombre, hizo huir a Héctor
atemorizado. Lo persiguió fieramente Aquiles y dio tres vueltas alrededor de la muralla (90-
166). Entre tanto Zeus, compadeciéndose de Héctor, pesó su destino en la balanza y decretó su muerte.
Febo lo abandonó al instante y Atenea lo incitó a combatir bajo la apariencia de su hermano Deífobo (l67-
247). De esta manera los héroes se unen en singular combate en el que estando presente Atenea, ayuda a
Aquiles y se burla de Héctor con terrible engaño (248-305). Finalmente, Aquiles, en lo más álgido del
combate lo atraviesa con su lanza, lo despoja de sus armas e insultándolo y manchándose de
ignominia, insulta a los suyos y atado a su carro lo arrastra hacia la base naval (306-404). Toda la ciudad llora
la muerte de su querido Héctor y gritan amargamente sus parientes desde la muralla y Andrómaca es llevada
a su casa (405-515).

CANTO XXIII
Los mirmidones dejan sus armas alrededor del féretro de Patroclo, yendo delante Aquiles quien
poco después les prepara el banquete fúnebre. Él mismo cena ante Agamenón y anuncia las
exequias para el próximo día (1-58). A la siguiente noche se le presenta durante el sueño la
imagen de Patroclo que le pide justos funerales (59-107). Por mandato de Agamenón se llevan leños por la
mañana, se presenta el cuerpo y se dispersan las caballerías de Aquiles y de los demás;
sacrificadas ante él muchas víctimas y los doce jóvenes troyanos, se hace la hoguera, se enciende y arde con
el soplo del Bóreas y del Céiro, mientras el cuerpo de Héctor es preparado por Afrodita y
por Febo (108-225). Al día siguiente se recogen y llevan a la urna los huesos de Patroclo para que
estén algún día, según promesa hecha, junto con los de Aquiles; se levanta también un túmulo improvisado
(226-256). Aquiles añade en honor del difunto, certámenes de varias clases en los que se llevan premios y
regalos los principales jefes aqueos. En equitación: Diomedes, Antíloco, Menelao, Merión, Eumelo y
Néstor (257-650?; en pugilato Epeo y Eurialo (651-699); en lucha: Áyax Telamonio y Odiseo (700- 739); en
carreras: Odiseo y Áyax el menor, así como Antíloco (740- 797); en competencia de armas: Diomedes y Áyax
Telamonio (798- 825); en disco: Polipetes (826-849); en lechas: Meriones y Teucro (850-883); y
lanzando dardos: Agamenón y Meriones (884-897).

CANTO XXIV
Terminados los juegos, los aqueos se entregan a la cena y al sueño; Aquiles permanece insomne y durante la
mañana arrebata el cadáver de Héctor atado al carro cerca del túmulo de Patroclo (1-18), repetida esta
profanación ante los dioses durante varios días, parte se duelen de ello, parte se alegran; compadecido Febo,
que guardaba aun íntegro el cuerpo, se queja ante todos gravemente (19-54), y por esto Zeus, llamando a Iris
por medio de Tetis, manda a Aquiles que desista de tanta crueldad y que no rehúse devolver el cuerpo a los
que quieren redimirlo; al mismo tiempo y por su mandato, Iris exhorta a Príamo a que, pagado el rescate de
redención, reciba a su hijo (55- 186). Se llevan a cabo estas gestiones doce días después de la
muerte de Héctor. Príamo, durante la noche, al igual que Hécuba y todos los demás troyanos, reúnen
preciosos dones y cargan con ellos un carro conducido por el pregonero Ideo y manda que se prepare otro
(187-282). Entonces hechas las libaciones y aceptado el augurio directo, comienzan a recorrer el camino
(283-330). Hermes llega ante Príamo por mandato de Zeus, y lo lleva a la tienda, sirviéndole de vigía durante
el tiempo dedicado al sueño (331-467). Aquiles, vencido fácilmente por las súplicas del rey, recibe el precio de
la redención, le devuelve el cuerpo lavado, envuelto en túnicas y concede once días de tregua para la
sepultura y ofreciéndole honrosa cena lo manda a descansar (468-676). Al amanecer del día siguiente,
conduciéndolos Hermes, Príamo lleva el cuerpo a la ciudad a cuya vista salieron todos los troyanos con
grandes lamentos; colocado poco después en palacio, después de haberse presentado los
cantores, lloran Andrómaca, Hécuba y Helena (677-776). Hecha después la pira, se celebra el funeral y el
banquete (777-804).
Otros personajes principales de la tragedia
Además de los dos coprotagonistas, también hay otros personajes principales en La Ilíada y que a
continuación analizaremos:
Paris
Paris es el hermano menor de Héctor. Es el desencadenante de la guerra de Troya pues se enamora
perdidamente de Helena, la mujer de Menelao, rey de Esparta. Paris decide huir llevándose consigo a
Helena a Troya, lo cual desata la ira de Menelao, quien pide ayuda a su hermano Agamenón, rey de Micenas,
para emprender la guerra contra Troya y recuperar a su mujer.
Frente a su hermano Héctor, Paris es un joven iluso y cobarde, que prefiere sacrificar el bienestar de todos los
troyanos con tal de conseguir el amor de una mujer.
Agamenón
Rey de Micenas y principal jefe del bando griego en la guerra de Troya. Es un guerrero egoísta y su ego
hace que tenga varios enfrentamientos directos con Aquiles, su mejor soldado. Cuando cae Troya, Agamenón
se proclama victorioso y regresa a Micenas.
Menelao
Hermano menor de Agamenón. Junto con él, reúne a los ejércitos griegos para marchar sobre Troya,
recuperar a su mujer y así salvar su honor

Personajes secundarios de la Ilíada


Junto a los personajes principales de la Ilíada, a continuación estudiamos los personajes secundarios más
importantes del texto homérico:
Helena
Helena de Troya es la mujer de Menelao. Cuenta la leyenda que la diosa Afrodita sentía celos de la belleza de
Helena y por ello hizo que Paris se enamorase de ella y huyesen junto a Troya, razón por la cual comenzó la
guerra. Simboliza, en la figura de una mujer, el devenir desastroso de la ciudad de Troya y de todos los
troyanos.
Odiseo
Uno de los guerreros más astutos y audaces de las tropas de Agamenón. Es el personaje principal de la
Odisea, la otra gran obra homérica. Suya fue la idea de construir el famoso caballo de Troya, una enorme
estructura de madera que los griegos ofrecieron a los troyanos como señal de paz pero que sin embargo,
escondía en su interior guerreros griegos, que gracias a este artilugio, consiguieron entrar en la ciudad,
evitando las enormes murallas que tanto tiempo habían resistido la invasión anterior.
Ayax
Uno de los más valientes guerreros aqueos, perteneciente a los ejércitos de Agamenón. Se le conoce con el
sobrenombre de "Ayax el Grande". Su fama le precede, puesto que no cuenta con la ayuda de los dioses y
aún así es uno de los guerreros más feroces y temidos del bando griego.
Patroclo
El mejor amigo de Aquiles, tan cercano como si fuese su hermano pequeño. Lo acompañó durante la guerra
hasta que, en una batalla, este decidió vestirse con la armadura de Aquiles y, al verlo Héctor, lo confundió con
el gran héroe griego y le dio muerte, lo cual supuso la posterior ira y venganza de Aquiles.

Resumen por cantos de la odisea

Han pasado diez (10) años desde la caída de Troya, y el héroe griego Odiseo aún no ha regresado a su reino
en Ithaca. Una multitud grande y alborotada de pretendientes que han invadido el palacio de Odiseo y
saqueado su tierra continúan cortejando a su esposa, Penélope. Ella se ha mantenido fiel a Odiseo.
El Príncipe Telémaco, el hijo de Odiseo, quiere desesperadamente arrojarlos, pero no tiene la confianza o la
experiencia para luchar contra ellos. Uno de los pretendientes, Antinous, planea asesinar al
joven príncipe, eliminando la única oposición a su dominio sobre el palacio. Desconocido para los
pretendientes, Odiseo sigue vivo. La bella ninfa Calypso, poseída por el amor por él, lo ha encarcelado en su
isla, Ogygia.
Anhela volver con su esposa y su hijo, pero no tiene barco ni tripulación para ayudarlo a escapar. Mientras los
dioses y las diosas del Monte Olimpo debaten el futuro de Odiseo, Atenea , la más fuerte defensora de Odiseo
entre los dioses, resuelve ayudar a Telémaco. Disfrazado de un amigo del abuelo del príncipe, Laertes,
ella convence al príncipe para convocar a una reunión de la asamblea en la que reprocha a los pretendientes.
Athena también se prepara para un gran viaje a Pilos y Esparta, donde Nestor y Menelao reyes, que lucharon
durante la guerra Odysseus, decirle que Ulises está vivo y atrapado en la isla de Calipso. Telémaco hace
planes
para volver a casa, mientras que en Ithaca, Antinous y los demás pretendientes preparan una emboscada
para
matarlo cuando llega al puerto. En el Monte Olimpo, Zeus envía a Hermes para rescatar a Odiseo de Calipso.
Hermes convence a Calypso para que deje que Odiseo construya una nave y se vaya. El héroe nostálgico
zarpa, pero cuando Poseidón, dios del mar, lo encuentra navegando hacia su casa, envía una tormenta para
destruir la nave de Odiseo.
Poseidón ha albergado un amargo resentimiento contra Odiseo, ya que el héroe cegó a su hijo, el cíclope
Polifemo, al principio de sus viajes.Atenea interviene para salvar a Odiseo de la ira de Poseidón,
y el asediado rey desembarca en Scheria, hogar de los feacios.Nausicaa, la princesa feaciana, lo muestra
en el palacio real, y Odiseo recibe una cálida bienvenida del rey y la reina.
Cuando se identifica como Odiseo, sus anfitriones, que han oído hablar de sus hazañas en Troya,
quedan atónitos. Prometen darle paso seguro a Ithaca, pero primero piden escuchar la historia de sus
aventuras. Odiseo pasa la noche describiendo la fantástica cadena de eventos que llevaron a su llegada a la
isla de Calipso.
Él relata su viaje a la Tierra de los Combatientes del Loto, su batalla con Polifemo el Cíclope, su relación
amorosa con la diosa-bruja Circe, su tentación por las Sirenas mortales, su viaje al Hades para consultar al
profeta Tiresias, y su lucha con el monstruo marino Escila. Cuando termina su historia, los feacios devuelven a
Odiseo a Ítaca, donde busca la choza de su fiel porquerizo, Eumeo. Aunque Atenea ha disfrazado a Odiseo
como un mendigo, Eumeo lo recibe y lo alimenta con gusto en la cabaña.
Pronto se encuentra con Telémaco, que ha regresado de Pylos y Esparta a pesar de la emboscada de
los pretendientes, y le revela su verdadera identidad. Odiseo y Telémaco idean un plan para
masacrar a los pretendientes y recuperar el control de Ítaca. Cuando Odiseo llega al palacio al día
siguiente, todavía disfrazado de mendigo, soporta el abuso y los insultos de los pretendientes.
La única persona que lo reconoce es su vieja enfermera, Eurycleia, pero ella jura no revelar su secreto.
Penélope
se interesa por este extraño mendigo, sospechando que podría ser su marido perdido hace
mucho tiempo. Bastante astuta, Penelope organiza una competencia de tiro con arco al día siguiente y
promete casarse con cualquier hombre que pueda ensartar el gran arco de Odiseo y disparar una flecha a
través de una hilera de doce hachas, una hazaña que solo Odiseo ha logrado alguna vez.
En el concurso, cada pretendiente intenta ensartar el arco y falla. Odiseo se acerca a la proa y, con poco
esfuerzo, dispara una flecha a través de las doce hachas. Luego da vuelta el arco a los pretendientes. Él y
Telémaco, asistidos por unos pocos servidores fieles, matan hasta el último pretendiente.
En la Odisea, Ulises se revela a sí mismo a todo el palacio y se reúne con su amorosa Penélope. Viaja a las
afueras de Ithaca para ver a su anciano padre, Laertes. Son atacados por los familiares vengativos
de los pretendientes muertos, pero Laertes, revitalizado por el regreso de su hijo, mata con éxito al padre de
Antinous y pone fin al ataque. Zeus despacha a Atenea para restaurar la paz. Con su poder seguro y su
familia reunida, la larga experiencia de Odiseo llega a su fin.
Características de la odisea La Odisea es un poema del género épico. Se encuentra escrito en griego antiguo.
No se conoce exactamente la fecha de su escritura y se presume que fue en la Grecia continental.
La obra comienza donde termina la Ilíada, cubriendo diez (10) años posterior de la caída de Troya, el poeta,
que invoca la ayuda de la musa.
A menudo ofrece una idea de los pensamientos y sentimientos de incluso personajes menores, dioses y
mortales por igual; Odiseo libremente hace inferencias acerca de los pensamientos y sentimientos de otros
personajes. Odiseo debe regresar a casa y vencer a los pretendientes que amenazan su matrimonio y
patrimonio; Telémaco
debe madurar y asegurar su propia reputación en la sociedad griega. El regreso de Odiseo a Ítaca; el regreso
de Telémaco a Itaca; su entrada al palacio; el abuso que Odiseo recibe; los diversos presagios; el
ocultamiento de los brazos y el bloqueo de las puertas del palacio.
Odiseo y Telémaco pelean y matan a los pretendientes de Penélope; mataron a los aliados de los aliados
entre los sirvientes del palacio. El poder de la astucia sobre la fuerza; las trampas de la tentación; la tensión
entre objetivos y obstáculos; la miseria de la separación; maduración como un viaje

Canto I
La historia de la Odisea comienza diez años después del final de la Guerra de Troya, el tema de la Ilíada.
Todos los héroes griegos, excepto Odiseo, han regresado a casa. Odiseo languidece en la remota isla de
Ogygia con la diosa Calypso, que se enamoró de él y se niega a dejarlo irse.
Mientras tanto, una multitud de pretendientes está devorando su propiedad en Ithaca y cortejando a su
esposa,
Penélope , con la esperanza de hacerse cargo de su reino. Su hijo, Telemaco, un niño cuando Odiseo se fue
pero ahora es un joven, no puede detenerlos. Se ha resignado a la probabilidad de que su padre esté muerto.

Canto II
Se realiza una asamblea en Itaca, un sabio anciano ithacano, habla primero, y elogia a Telémaco por entrar
en los zapatos de su padre, y señala que esta ocasión marca la primera vez que se convoca a la asamblea
desde que Odiseo se fue.
Luego, Telémaco se prepara para su viaje a Pilos y Esparta para buscar a su padre,
Atenea lo visita disfrazada. Ella lo anima y predice que su viaje será fructífero. Luego se dirige a la ciudad y,
asumiendo el disfraz del propio Telémaco, reúne a un equipo leal para tripular su barco.
El mismo Telémaco no le cuenta a ninguno de los sirvientes domésticos de su viaje por temor a que su partida
moleste a su madre. Él solo le cuenta a Eurycleia, su sabia y anciana enfermera. Ella le suplica que no vaya al
mar abierto como lo hizo su padre, pero él deja a un lado sus temores al decir que sabe que un dios está a su
lado.

Canto III
Una vez estando en Pilo, Telémaco y Mentor ( Atenea disfrazado) son testigos de una impresionante
ceremonia
religiosa en la que se sacrifican docenas de toros a Poseidón, el dios del mar. Aunque Telémaco tiene poca
experiencia en hablar en público, Mentor le da el aliento de que necesita acercarse a Néstor, el rey de la
ciudad, y preguntarle por Odiseo. Nestor, sin embargo, no tiene información sobre el héroe griego.
Él cuenta que después de la caída de Troya tuvo lugar un enfrentamiento entre Agamenón y Menelao, los dos
hermanos griegos que dirigieron la expedición. Menelao zarpó hacia Grecia inmediatamente,
mientras que Agamenón decidió esperar un día y continuar sacrificando en las costas de Troya.
Nestor fue con Menelao, mientras que Odiseo se quedó con Agamenón, y no ha tenido noticias de Odiseo. Él
dice que solo puede rezar para que Athena le muestre a Telémaco la bondad con que mostró a Odiseo.
Agrega que ha escuchado que los pretendientes se han apoderado de la casa del príncipe en Ithaca y que
espera que Telémaco alcance el renombre en defensa de su padre que Orestes, hijo de Agamenón, ganó en
defensa de su padre.

Canto IV
En Esparta, el rey y la reina, Menelao y Helena, están celebrando los matrimonios separados de su hijo e hija.
Ellos saludan felizmente a Pisistratus y Telémaco, el último de los cuales pronto reconocen como el hijo de
Odiseo debido a la clara semejanza familiar. Mientras todos banquetean, el rey y la reina cuentan con
melancolía los muchos ejemplos de la astucia de Odiseo en Troya. Helen recuerda cómo Odiseo se vestía de
mendigo para infiltrarse en las murallas de la ciudad. Menelao cuenta la famosa historia del caballo de Troya,
la estratagema magistral de Odiseo que permitió a los griegos colarse en Troya y masacrar a los troyanos. Al
día siguiente, Menelao relata su propio regreso de Troya. Él dice que, varado en Egipto, se vio obligado a
capturar a Proteus, el divino Viejo del Mar.
Mientras tanto, los pretendientes en la casa de Odiseo se enteran del viaje de Telémaco y se preparan para
emboscarlo a su regreso. El heraldo Medon escucha sus planes y los reporta a Penélope . Se angustia
cuando
reflexiona que pronto perderá a su hijo además de a su marido, pero Athena envía un fantasma en forma de
hermana de Penélope, Ithime, para tranquilizarla. Ithime le dice que no se preocupe, porque la diosa
protegerá a Telémaco.

Canto V
Odiseo viaja al río del océano en la tierra de los cimmerios. Allí vierte libaciones y realiza sacrificios como lo
instruye anteriormente Circe para atraer las almas de los muertos. El primero en aparecer es el de Elpenor, el
tripulante que se rompió el cuello al caerse del techo de Circe. Le ruega a Odiseo que regrese a la isla de
Circe y le dé un entierro adecuado a su cuerpo.
Odiseo luego habla con el profeta tebano Tiresias, quien revela que Poseidón está castigando a los aqueos
por
cegar a su hijo Polifemo. Pronostica el destino de Odiseo, que volverá a casa, recuperará a su esposa y
palacio de los desdichados pretendientes, y luego hará otro viaje a una tierra distante para apaciguar a
Poseidón.

Canto XII:
Se acercan a la isla de las preciosas Sirenas, y Odiseo, como lo ordenó Circe, le tapona las orejas a sus
hombres
con cera de abeja y los obliga a atarlo al mástil de la nave. Solo él oye que su canción fluye desde la isla,
prometiendo revelar el futuro. La canción de The Sirens es tan seductora que Odiseo pide ser liberado de sus
cadenas, pero sus hombres fieles solo lo atan más fuerte.
Una vez que hayan pasado la isla de las Sirenas, Odiseo y sus hombres deben navegar por el estrecho entre
Escila y Caribdis. Escila es un monstruo de seis cabezas que, cuando pasan los barcos, se traga a un
marinero por cada cabeza. Charybdis es un enorme remolino que amenaza con tragarse a toda la nave.
Como lo ordenó Circe, Odiseo mantiene su rumbo firme contra los acantilados de la guarida de Escila.

Canto XIII:
La cuenta de sus andanzas ahora terminada, Odiseo espera dejar a Scheria. Al día siguiente, Alcinous carga
sus regalos a bordo del barco que llevará a Odiseo a Ithaca. Odiseo zarpa tan pronto como el sol se pone.
Duerme toda la noche, mientras que la tripulación Phaeacian comanda la nave. Él permanece dormido incluso
cuando el barco aterriza a la mañana siguiente. La tripulación lo lleva suavemente a él y sus regalos a la orilla
y luego se dirige a su casa.

Canto XIV:
Odiseo encuentra a Eumeo fuera de su choza. Aunque Eumeo no reconoce al viajero marchito como su
maestro, lo invita a entrar. Allí Odiseo tiene una copiosa comida de puerco y escucha mientras Eumeo alaba
la memoria de su antiguo maestro, a quien teme que se haya perdido para siempre, y se burla del
comportamiento de sus nuevos maestros, los viles pretendientes. Odiseo predice que Eumeo volverá a ver a
su maestro muy pronto, pero Eumeo no escuchará nada de eso: ha encontrado demasiados vagabundos en
busca de un folleto de Penélope a cambio de noticias inventadas de Odiseo.

Canto XV:
Atenea viaja a Esparta, donde encuentra a Telémaco y Pisístrato, el hijo de Néstor. Ella le dice a Telémaco
que
debe apresurarse a su casa en Ithaca antes de que los pretendientes logren ganar la mano de su madre. Ella
también le advierte de la emboscada que han establecido y explica cómo evitarla. Finalmente, ella le ordena
que se dirija primero a la casa del porquero Eumeo, quien le transmitirá la noticia de su regreso seguro a
Penélope .
Al día siguiente, Telémaco anuncia su partida y acepta regalos de Menelao y Helena. Cuando Telémaco se
retira del palacio en su carro, un águila que lleva un ganso robado de un corral se abalanza a su lado. Helen
interpreta el incidente como un presagio de que Odiseo está a punto de lanzarse sobre su casa
y vengarse de los pretendientes.

Canto XVI:
Cuando Telémaco llega a la cabaña de Eumeo, encuentra al porquero hablando con un
extraño (Odiseo disfrazado). Eumeo recuerda la historia de Odiseo y sugiere que el extraño se
quede con Telémaco en el palacio. Pero Telémaco teme lo que los pretendientes podrían hacer con ellos.
Eumeo va así solo al palacio para decirle a Penélope que su hijo ha regresado.
Antes de que Eumeo pueda informar a Penélope del regreso de Telémaco, el mensajero del barco llega e
informa a todo el palacio que Telémaco ha regresado. Los pretendientes, abatidos por el fracaso de su plan,
se apiñan afuera para planear su próximo movimiento.

Canto XVII:
Telémaco deja a Odiseo en la choza de Eumeo y se dirige a su palacio, donde recibe la bienvenida
llorosa de Penélope y la enfermera Eurycleia. En la sala del palacio se encuentra con Telémaco y Piraeus. Él
le dice al Pireo que no traiga sus regalos de Menelao al palacio; teme que los pretendientes los roben si lo
matan dirija primero a la casa del porquero Eumeo, quien le transmitirá la noticia de su regreso seguro a
Penélope.
Al día siguiente, Telémaco anuncia su partida y acepta regalos de Menelao y Helena. Cuando Telémaco se
retira del palacio en su carro, un águila que lleva un ganso robado de un corral se abalanza a su lado. Helen
interpreta el incidente como un presagio de que Odiseo está a punto de lanzarse sobre su casa
y vengarse de los pretendientes.

Canto XVI:
Cuando Telémaco llega a la cabaña de Eumeo, encuentra al porquero hablando con un
extraño (Odiseo disfrazado). Eumeo recuerda la historia de Odiseo y sugiere que el extraño se
quede con Telémaco en el palacio. Pero Telémaco teme lo que los pretendientes podrían hacer con ellos.
Eumeo va así solo al palacio para decirle a Penélope que su hijo ha regresado.
Antes de que Eumeo pueda informar a Penélope del regreso de Telémaco, el mensajero del barco llega e
informa a todo el palacio que Telémaco ha regresado. Los pretendientes, abatidos por el fracaso de su plan,
se apiñan afuera para planear su próximo movimiento.

Canto XVII:
Telémaco deja a Odiseo en la choza de Eumeo y se dirige a su palacio, donde recibe la bienvenida
llorosa de Penélope y la enfermera Eurycleia. En la sala del palacio se encuentra con Telémaco y Piraeus. Él
le dice al Pireo que no traiga sus regalos de Menelao al palacio; teme que los pretendientes los roben si lo
matan.
Cuando se sienta a comer con Penélope, Telémaco le cuenta las pocas noticias que recibió de Odiseo en
Pilos y Esparta, pero no revela que ha visto a Odiseo con sus propios ojos en la cabaña de Eumeo. Telémaco
luego habla y jura que Odiseo está en Ithaca en este mismo momento.

Canto XVIII:
Otro mendigo, Arneo (apodado Irus), entra al palacio. Para un mendigo, él es bastante temerario: insulta a
Odiseo y lo desafía a un combate de boxeo. Él piensa que hará un rápido trabajo con el anciano, pero Atenea
le da a Odiseo una fuerza y estatura extra. Irus pronto se arrepiente de desafiar al anciano y trata de escapar,
pero ahora los pretendientes se han dado cuenta y están incitando a luchar por el bien de su propio
entretenimiento.
Termina rápidamente cuando Odiseo piso a Irus y se detiene justo antes de matarlo. Los pretendientes
felicitan a Odiseo. Uno en particular, el moderado Amphinomus, brinda por él y le da comida. Odiseo,
plenamente consciente del derramamiento de sangre venidero y vencido por la compasión por Amphinomus,
saca al hombre a un lado.

Canto XIX:
Penélope le ofrece al mendigo una cama para dormir, pero él está acostumbrado al piso, dice, y declina. Solo
a regañadientes le permite a Eurycleia lavarse los pies. Cuando ella los pone en un recipiente con agua, nota
una cicatriz en uno de sus pies. Inmediatamente lo reconoce como la cicatriz que Odiseo recibió cuando fue a
cazar jabalíes con su abuelo Autolycus. Ella abraza a Odiseo, pero él la silencia mientras Athena distrae a
Penélope para que el secreto de Odiseo no sea llevado más allá.

Canto XX:
Penélope y Odiseo tienen problemas para dormir esa noche. A Odiseo le preocupa que él y Telémaco nunca
podrán conquistar a tantos pretendientes, pero Athena le asegura que a través de los dioses
todo es posible. Atormentada por la pérdida de su esposo y su compromiso de volver a casarse, Penelope se
despierta y reza porque la mate. Odiseo quien le pide a Zeus un buen augurio. Zeus responde con un trueno,
y, de inmediato, se escucha a una criada en una habitación contigua maldecir a los pretendientes.

Canto XXI:
Penélope saca el arco de Odiseo del almacén y anuncia que se casará con el pretendiente que puede atarlo y
luego disparar una flecha a través de una línea de doce hachas. Telémaco establece los ejes y luego prueba
su propia mano en la proa, pero falla en su intento de encadenarla. Los pretendientes calientan y engrasan el
arco para hacerlo flexible, pero uno por uno todos intentan y fallan.
Canto XXII:
Antes de que los pretendientes se den cuenta de lo que está sucediendo, Odiseo dispara una segunda flecha
en la garganta de Antinous. Los pretendientes están confundidos y creen que este tiroteo fue un accidente.
Odiseo finalmente se revela y los pretendientes se aterrorizan. No tienen escapatoria, ya que Philoetius ha
cerrado la puerta de entrada y Eumaeus ha cerrado las puertas de las habitaciones de mujeres.
Eurímaco trata de calmar a Odiseo, insistiendo en que Antinoo era la única manzana mala entre ellos, pero
Odiseo anuncia que no perdonará a ninguno de ellos. Eurímaco luego carga a Odiseo, pero
es cortado por otra flecha. Amphinomus es el siguiente en caer, en la lanza de Telémaco.

Canto XXIII:
Eurycleia sube las escaleras para llamar a Penélope , que durmió durante toda la pelea. Penélope no cree
nada de lo que dice Eurycleia, y sigue incrédula incluso cuando baja las escaleras y ve a su marido con sus
propios ojos. Telémaco la reprende por no haber saludado a Odiseo con más amor después de su larga
ausencia, pero Odiseo tiene otros problemas de los que preocuparse.
Acaba de matar a todos los nobles jóvenes de Ithaca; sus padres seguramente estarán muy angustiados. Él
decide que él y su familia necesitarán permanecer en la granja por un tiempo. Mientras tanto, un trovador toca
una canción feliz para que ningún transeúnte sospeche lo que ha sucedido en el palacio.

Canto XXIV:
La escena cambia bruscamente. Hermes lleva las almas de los pretendientes, llorando como murciélagos,
al
Hades. Agamenón y Aquiles discuten sobre quién tuvo la mejor muerte. Agamenón describe el funeral de
Aquiles en detalle. Ven a los pretendientes entrar y preguntan cómo llegaron a su fin tantos jóvenes nobles.
El pretendiente Amphimedon, a quien Agamenón conocía en la vida, da un breve recuento de su ruina,
echando la culpa a Penélope y su indecisión. Agamenón contrasta la constancia de Penélope con la traición
de Clitemnestra.
Personajes de la odisea
Odiseo el protagonista principal de la Odisea. Odiseo luchó entre los otros héroes griegos en Troya y ahora
lucha por regresar a su reino en Ithaca. Odiseo es el esposo de la reina Penélope y el
padre del Príncipe Telémaco. Aunque es un guerrero fuerte y valiente, es famoso por su astucia. Es el
favorito de la diosa Atenea, que a menudo le envía ayuda divina, pero es un enemigo acérrimo de
Poseidón, quien frustra su viaje en todo momento.Lea un análisis en profundidad de Odiseo.
Telémaco (el hijo de Odiseo) – Un niño cuando Odiseo se fue a Troya, Telémaco tiene unos veinte años al
comienzo de la historia. Es un obstáculo natural para los pretendientes que cortejan desesperadamente a su
madre, pero a pesar de su coraje y buen corazón, al principio le falta el aplomo y la confianza para oponerse a
ellos. Su maduración, especialmente durante su viaje a Pylos y Esparta, proporciona una trama secundaria de
la epopeya. Athena a menudo lo ayuda.Lea un análisis en profundidad de Telémaco.
La odisea y Penélope
En la Odisea, Penélope es la cónyuge de Odiseo y madre de Telémaco. Penélope pasa sus días en el palacio
apeteciendo por el marido que se fue a a la guerra de Troya.
Homero la describe como a veces frívola y excitable, pero también inteligente y firmemente fiel a su marido.
En la obra, aunque ella no ha visto a Odiseo en veinte (20) años, y ya pesar de la presión que los
pretendientes le dan para que se vuelva a casar, Penélope nunca pierde la fe en su marido. Sin embargo, sus
preocupaciones la vuelven algo voluble y excitable. Por esta razón, Odiseo, Telémaco yAtenea a menudo
prefieren dejarla en la oscuridad sobre los asuntos en lugar de molestarla.
Deben distraerla para que no descubra la identidad de Odiseo cuando Eurycleia lo está lavando. Athena a
menudo acude a ella en sueños para consolarla, porque ella de otra forma pasaría las noches llorando. La
novela Las mil y una noche te podría interesar.
Aunque su amor por Odiseo es inflexible, ella responde a los pretendientes con cierta indecisión. Ella nunca
se
niega a casarse de nuevo.
En cambio, pospone su decisión y los lleva adelante con promesas de que elegirá un nuevo marido tan pronto
como sucedan ciertas cosas.
Sus astutas tácticas dilatorias revelan su lado astuto e ingenioso. La idea de no volverse a casar hasta que
complete un sudario que nunca completará hábilmente le compra su tiempo.
Del mismo modo, algunos comentaristas afirman que su decisión de casarse con quien gane el concurso de
tiro
con arco resulta de su conciencia de que solo su marido puede ganarlo. Algunos incluso afirman que
reconoce a su marido antes de admitirlo.

La odisea y las sirenas


Homero en su obra la Odisea, habla de sirenas llamadas Scylla y Charybdis (Escila y Caribis). El poema
habla de como Odiseo y su tripulación pasan en frente de ellas, ademas de saber que esos monstruos
seducen a los navegantes con sus canciones para asesinarlos.
Ellas les tienden una trampa, pero la tripulación consiguen escapar de las Sirenas, cuya música o cantos
mejor
dicho, hizo a aquellos que los oyeron quedarse locos, Odiseo ordenó que sus hombres cubrían sus oídos con
cera, excepto para él, y ordenó que fuera atado al mástil, para poder escapar de ellas.

Dioses de la odisea
Zeus – Rey de dioses y hombres, que media las disputas de los dioses en el Monte Olimpo. Zeus se
representa de vez en cuando como pesando los destinos de los hombres en sus escalas. A veces ayuda a
Odiseo o le permite a Atenea hacer lo mismo.

Atenea – diosa de la sabiduría, batalla resuelta y las artes femeninas. Athena ayuda a Odiseo y Telémaco con
poderes divinos durante toda la épica, y ella habla en nombre de ellos en los concilios de los dioses en el
Monte

Olimpo. A menudo aparece disfrazada como Mentor, una vieja amiga de Odiseo.Lea un análisis en
profundidad
de Athena.

Poseidón – Dios del mar. Como los pretendientes son los antagonistas mortales de Odiseo, Poseidón es
su antagonista divino. Desprecia a Odiseo por cegar a su hijo, el cíclope polifemo, y obstaculiza
constantemente su viaje a casa. Irónicamente, Poseidón es el patrón de los feacios marinos, quienes
finalmente ayudan a devolver a Odiseo a Ítaca.

Circe – la bella diosa bruja que transforma a la tripulación de Odiseo en puerco cuando aterriza en su isla.
Con la ayuda de Hermes, Odiseo se resiste a los poderes de Circe y luego se convierte en su
amante, viviendo lujosamente a su lado durante un año.

Otros personajes de la odisea


Antinous – El más arrogante de los pretendientes de Penélope. Antinous lidera la campaña
para matar a

Telémaco. A diferencia de los otros pretendientes, nunca es retratado con simpatía, y él es el primero en morir
cuando regresa Odiseo.

Eurimaco – un pretendiente manipulador y engañoso. El carisma y la duplicidad de Euriaco le permiten ejercer


cierta influencia sobre los otros pretendientes.

Amphinomus -Entre los docenas de pretendientes, el único hombre decente que busca la mano de Penélope
en el matrimonio. Amphinomus a veces habla por Odiseo y Telémaco, pero es asesinado como
el resto de los pretendientes en la pelea final.

Eumeo – el leal pastor que, junto con el pastorcillo Filocio, ayuda a Odiseo a recuperar su trono después de
su
regreso a Itaca. Aunque él no sabe que el vagabundo que aparece en su choza es Odiseo, Eumeo le da
comida y refugio al hombre.

Eurycleia – La criada leal y anciana que amamantó a Odiseo y Telémaco cuando eran bebés. Eurycleia está
bien informada sobre las intrigas palaciegas y sirve como confidente de sus amos. Mantiene el viaje de
Telémaco en secreto de Penélope, y más tarde guarda la identidad de Odiseo en secreto después de que ella
reconoce una cicatriz en su pierna.
Melanthius – El hermano de Melantho. Melanthius es un cabrero traicionero y oportunista que
apoya a los pretendientes, especialmente Eurímaco, y abusa del mendigo que aparece en el palacio de
Odiseo, sin darse cuenta de que el hombre es el propio Odiseo.

Melantho – Hermana de Melanthius y sirvienta en el palacio de Odiseo. Al igual que su hermano, Melantho
abusa del mendigo en el palacio, sin saber que el hombre es Odiseo. Ella está teniendo una aventura con
Eurímaco.

Calypso – la bella ninfa que se enamora de Odiseo cuando aterriza en su isla, hogar de Ogygia. Calipso lo
mantiene prisionero allí durante siete años hasta que Hermes, el dios mensajero, la persuade para que lo deje
ir.

Polifemo – Uno de los Cíclopes (gigantes incivilizados de un solo ojo) cuya isla Odiseo llega poco después de
abandonar Troya. Polifemo encarcela a Odiseo y su tripulación y trata de comérselos, pero Odiseo lo
ciega mediante una artimaña astuta y logra escapar. Al hacerlo, sin embargo, Odiseo enoja al padre
de Polifemo,

Poseidón.
Laertes – El padre anciano de Odiseo, que reside en una granja en Ithaca. En la desesperación y el deterioro
físico, Laertes recupera su espíritu cuando Odiseo regresa y finalmente mata al padre de Antinous.

Tiresias – Un profeta tebano que habita en el inframundo. Tiresias conoce a Odiseo cuando Odiseo viaja al
inframundo. Le muestra a Odiseo cómo regresar a Ítaca y le permite a Odiseo comunicarse con las otras
almas en Hades.

Néstor – Rey de Pilos y un antiguo guerrero en la Guerra de Troya. Al igual que Odiseo, Néstor es conocido
como un orador inteligente. Telémaco lo visita en para preguntar por su padre, pero Néstor sabe poco sobre el
paradero de Odiseo. Aparece en la Ilíada y en La Odisea

Menelao – Rey de Esparta, ayudó a guiar a los griegos en la Guerra de Troya. Él ofrece asistencia a
Telémaco en su búsqueda para encontrar a Odiseo cuando Telémaco lo visita.

Helen – Esposa de Menelao y reina de Esparta. El secuestro de Helen de Esparta por parte de los troyanos
provocó la Guerra de Troya. Su belleza no tiene paralelo, pero es criticada por ceder ante sus captores
troyanos y, por lo tanto, les cuesta la vida a muchos griegos. Ella le ofrece asistencia a Telémaco en su
búsqueda para
encontrar a su padre.

Agamenón – Ex rey de Micenas, hermano de Menelao y comandante de las fuerzas aqueas en Troya. Odiseo
se encuentra con el espíritu de Agamenón en Hades. Agamenón fue asesinado por su esposa, Clitemnestra, y
su amante, Egisto, a su regreso de la guerra. Más tarde fue vengado por su hijo Orestes. Su historia se repite
constantemente en la Odisea para ofrecer una imagen invertida de las fortunas de Odiseo y Telémaco.
Nausicaa – La hermosa hija del Rey Alcinous y la Reina Arete de los Phaeacians. Nausicaa descubre a
Odiseo en la playa de Scheria y, debido a un afecto incipiente por él, asegura su cálida recepción en el palacio
de sus padres.

Alcinous – Rey de los Phaeacians, que ofrece la hospitalidad de Odysseus en su reino de


la isla de Scheria. Alcinous escucha la historia de las peregrinaciones de Odiseo y le proporciona un
salvoconducto para volver a Ítaca.

Arete – Reina de los feacios, esposa de Alcinous y madre de Nausicaa. Arete es inteligente e influyente.
Nausicaa le dice a Odiseo que haga un llamamiento para ayudar a Arete.

Argumento de la odisea

Los dioses se encuentran en asamblea y deciden dejar volver a Odiseo a sus tierra en Ítaca. Athena, llega al
palacio de Odiseoy habla con su hijo Telémaco. Él recomienda que él vaya en busca y rescate de Odiseo, su
padre para Pylos y Esparta. Telémaco recoge a los pretendientes de Penélope en una asamblea. Él se queja
de sus abusos y los alienta a dejar el palacio.

Telemaco va a Pylos. Allí, encuentra a Nestor y le cuenta lo que le sucedió a los griegos al final de la guerra
de
Troya. De allí, van a Esparta, donde Menelao les dice lo que sabe sobre el destino de los troyanos. Mientras
los
pretendientes discuten sobre cómo matar a Telemachus. Zeus envía a Hermes y él ordena a Calipso para
liberar a Ulises.
Calipso obedece. Después de que los naufragios y los sufrimientos alcancen la isla de los fallecidos. Nausica,
hija del rey de los difuntos, Alcinous, descubre a Odiseo y le lleva al palacio de su padre y Ulises le cuenta lo
que le sucedió desde que dejó Ogigia, la isla de Calypso. Al día siguiente, se equipa un barco para que Ulises
vuelva a su tierra.
Él también cuenta cómo él escapó de las canciones de las sirenas al tener sus compañeros amarrarlo al polo
del barco y los terribles monstruos del mar Scylla y Charybdis en el Estrecho de Messina. Todos murieron
menos Ulysses que, agarrándose al mástil del barco, llegaron a la isla de Calypso. Los fallecidos equipan su
barco y Ulises se embarca en dirección a Ítaca. En Ithaca Athena explica cómo matar a los pretendientes. Él
se disfraza como un hombre viejo y va a la casa de Eumeo, uno de sus ex pastores.
Telémaco regresa a Ítaca. Ulises aparece delante de su hijo, pero el palacio está disfrazado de mendigo para
probar el humor de los pretendientes. Ulysses es maltratado por los pretendientes. Su vieja enfermera Euricea
lo reconoce. Ulises aparece antes de Penélope y prepara un plan. Penélope les dice que se casará con
alguien que sea capaz de montar el arco de Ulises y él disfrazado como un mendigo obtiene. Entonces él se
aprovecha para matar a los pretendientes con su arco.
Análisis de la odisea
Como ya se ha mencionado, la obra es un clásico de la literatura griega, de especie Epopeya. Los hechos se
dan a conocer en la guerra de Troya , donde el protagonista principal, en esta obra es Odiseo, parte a su
hogar en Itaca ypor el camino encuentra un sin fin de aventuras.

Estructura de la odisea
La Odisea se divide en cantos o en rapsodias, los cuales al obra poética contiene 24 de ellos, las cuales se
titulan de estas tres (3) manera:

Telémaquia:
Canto I:Concilio de los dioses;
Canto II: Telémaco reúne en asamblea al pueblo de Ítaca;
Canto III: Telémaco
viaja a Pilos para informarse sobre su padre;
Canto IV: Telémaco viaja a Esparta para informarse sobre su padre;Regreso y aventura de Odiseo:
Canto V: Odiseo llega a Esqueria de los feacios;
Canto VI: Odiseo y Nausícaa;
Canto VII: Odiseo en el palacio de Alcínoo;
Canto VIII: Odiseo agasajado por los feacios;
Canto IX: Odiseo cuenta sus aventuras;
Canto X: La isla de Eolo;
Canto XI: Descenso al Hades;
Canto XII: Las sirenas Escila y Caribdis; Llegada de Odiseo:
Canto XIII: Los feacios despiden a Odiseo;
Canto XIV: Odiseo en la majada de Eumeo;
Canto XV: Telémaco regresa a Ítaca;
Canto XVI: Telémaco reconoce a Odiseo;
Canto XVII: Odiseo
mendiga entre los pretendientes;
Canto XVIII: Los pretendientes vejan a Odiseo;
Canto XIX: La esclava Euriclea reconoce a Odiseo; Venganza de Odiseo:
Canto XX: La última cena de los pretendientes;
Canto XXII: certamen del arco; Canto XXII:
La venganza; Canto XXIII: Penélope reconoce a Odiseo;
Canto XXIV: El pacto.
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Resumen de la Odisea
La Odisea ha sido descrita como el libro de la inteligencia y la astucia. La historia que narra ocurre
luego de la caída de Troya. En la guerra, Ulises, también conocido como Odiseo, se había destacado
por lograr con su mente lo que no pudo lograrse por la fuerza. A continuación veremos un
resumen de la Odisea.
Han pasado diez años desde que cayó Troya. Sin embargo, Odiseo todavía no pudo volver a su
reino de Ítaca, en Grecia. Mientras tanto Penélope, su esposa, resistía a los pretendientes que la
cortejaban intentando convencerla de que el héroe griego había muerto.
Ayudada por Mentor, amigo fiel de Odiseo, Penélope crió al príncipe Telémaco, hijo de Ulises.
Telémaco anhelaba desesperadamente expulsar a los pretendientes de su madre, pero no tenía la
confianza ni la experiencia para luchar contra ellos. Uno de los pretendientes, Antinoo, planeaba
asesinar al joven príncipe, para eliminar así el único obstáculo en su plan de dominar el palacio.
Los pretendientes no sabían que Odiseo aún estaba vivo. La bella ninfa Calipso, enamorada de él,
lo mantenía encarcelado en su isla, Ogigia. Ulises deseaba volver con su esposa e hijo, pero no
tenía forma de escapar.
Mientras los dioses del Monte Olimpo debatían el destino de Odiseo, la diosa Atenea decidió
ayudar a Telémaco. Disfrazada de un amigo del padre de Ulises, lleva al príncipe a Pilos y Esparta,
donde los reyes Néstor y Melenao, compañeros de Odiseo durante la guerra, le informan que su
padre sigue vivo y atrapado en la isla de Calipso. Telémaco planea volver a su casa en Ítaca, pero
Antinoo y los otros pretendientes lo esperaban con una emboscada con la que planeaban matarlo
al llegar al puerto.
Zeus, dios de los dioses, determina enviar a Hermes para rescatar a Odiseo. El enviado persuade a
la ninfa Calipso de que permita a Odiseo construir un barco y abandonar la isla de Ogigia. De esta
forma Odiseo queda en libertad.
En su camino a Ítaca, naufraga junto a la costa de Feacio. Allí es rescatado por la joven Nausica,
quien se enamora de él y lo conduce al palacio de su padre, el rey Alcino. Durante la fiesta
celebrada en honor, Odiseo revela su verdadera identidad y cuenta a sus anfitriones las peripecias
por las que ha tenido que pasar durante la guerra de Troya y las desaventuras que le han impedido
volver a Ítaca.
Odiseo relata como, luego de abandonar Troya, él y sus compañeros navegaron hacia la región de
los cíclopes. Allí fueron capturados por el cíclope Polifemo, hijo del dios Poseidón. Engañándole,
Odiseo consiguió emborrachar al gigante y, una vez dormido, le clavó una estaca en el ojo y se dio
a la fuga con los suyos. A continuación visitaron al dios Eolo, quien les concedió un viento favorable
para llegar a casa y les ofreció un odre lleno de vientos tormentosos. La tripulación, llevada por la
curiosidad, abrió el odre y un terrible huracán los arrastró a las Eolias. Odiseo y los suyos
desembarcaron entonces en el país de los lestrigones, una isla habitada por caníbales gigantes que
devoraron a varios de ellos.

Los sobrevivientes desembarcaron en la isla de Circe, una hechicera con poderes para transformar
a las personas en animales. Odiseo se ganó su amistad y Circe le ofreció su hospitalidad durante un
año. Antes de partir, el héroe griego siguió el consejo de la hechicera y consultó al vidente Tiresias
la manera de encontrar una ruta segura hacia Ítaca. Para ello, bajó al mundo de los muertos donde
se cruzó con muchas almas, entre ellas la de su madre, Anticlea, y las de sus amigos Agamenón y
Aquiles, muertos en la guerra de Troya.
Retomado el camino a casa, se encontraron con las sirenas. Odiseo consiguió que sus hombres
resistieran a los cánticos seductores de estas criaturas siguiendo la recomendación de Circe de
taparles los oídos con cera y atándose él mismo al mástil del barco de manera que pudiera oír su
dulce voz sin peligro. Después de resistir el letal remolino de Caribdis en el mar y de escapar a
Escila, un monstruo de seis cabezas sediento de sangre, llegaron a la isla donde Apolo cuidaba de
su ganado. Hambrientos, los hombres ignoraron todo aviso y sacrificaron a algunos animales, lo
que provocó que Apolo enviara una terrible tormenta de la que Odiseo fue el único sobreviviente.
Tras la tormenta, Odiseo fue arrastrado hasta la costa de Ogigia. Calipso, la bella ninfa del mar, se
enamoró de él y lo mantuvo prisionero durante ocho años, prometiéndole buena suerte e
inmortalidad. Finalmente, Atenea intercedió ante los dioses que convencieron a la ninfa de que lo
liberara.
Justo cuando comenzaba a ver el final de su viaje, la desgracia volvió a golpearle: el dios Poseidón,
enfurecido por la humillación que le había infligido a su hijo Polifemo, envió una violenta tormenta
que le hizo naufragar en la costa de Feacio. Y es así como termina la narración de Odiseo ante el
rey Alcino quien, conmovido, le proporciona un barco para que pueda volver a Ítaca.
Siguiendo el consejo de Atenea, Odiseo desembarca en Ítaca disfrazado de mendigo. El pastor
Eumaeus le informa de la arrogancia de los pretendientes de Penélope y de la fidelidad de ésta.
Entonces, Odiseo se reúne con su hijo Telémaco y le revela su identidad. Oculto por su disfraz,
Odiseo llega al palacio, donde nadie lo reconoce excepto su fiel perro Argos y su antigua sirvienta
Euriclea. Penélope cuenta al mendigo el engaño con el que había conseguido evitar la elección de
un nuevo esposo entre sus muchos pretendientes: la promesa de elegirlo una vez que hubiese
terminado de tejer la mortaja para Laertes, su suegro, y deshaciendo cada noche el trabajo
realizado el día anterior. Pero una criada la había traicionado, y Penélope no había tenido más
remedio que completar su trabajo. La vuelta de Odiseo se produce en el momento en que los
pretendientes intentan forzarla a tomar una decisión.
Es entonces que Penélope tiene la ocurrencia de someter a sus pretendientes a una competición
cuyo vencedor se convertirá en su esposo. Cada pretendiente debe lanzar una flecha con un arco
mágico que sólo Odiseo sabe utilizar. Todos los participantes fracasan en el intento excepto Odiseo,
todavía en ropas de mendigo. Después de la victoria, Odiseo y Telémaco ejecutan a todos los
pretendientes.
Finalmente, Odiseo revela su verdadera identidad a Penélope, quien lo recibe con lágrimas de
alegría. La diosa Atenea retrasa el amanecer para prolongar su reunión. De esta forma Odiseo
cuenta sus aventuras a su esposa mientras yacen en el lecho matrimonial. La diosa interviene por
última vez a favor de Odiseo contra los parientes de los pretendientes que querían vengarse. La
paz vuelve a establecerse en el reino.
Introducción
Inmediatamente el título te hace pensar en una labor muy difícil y que toma mucho tiempo (por
ejemplo: Realizar ese trámite fue una odisea).
Argumento.
Es ese precisamente el contenido de este libro clásico de lectura obligatoria, los esfuerzos de un
héroe "Odiseo" (de aquí viene el título) o "Ulises", por llegar a su país, una Isla llamada Itaca y
volver a su esposa y a su hijo, después de participar en la guerra de Troya.
Por que le es tan difícil?: Ha hecho enojar al Dios del Mar Poseidón y el camino a su casa está lleno
de criaturas mitológicas que harán todo lo que puedan para retenerlo, eso sin contar que a veces
sus acompañantes son bastante torpes, insensatos o desafortunados y más perjudican que ayudan
(de hecho el único que sobrevive es Odiseo, el resto es pasto de los monstruos o carne de cañón
literaria).
Cosas que le ayudan: El héroe es muy listo y astuto (de hecho la idea del caballo de madera gracias
al cual ardió Troya, fue su idea) y lo favorece Atenea Diosa de la Inteligencia.
Principales personajes:
Odiseo: Héroe astuto.
Penélope: Leal esposa acosada por pretendientes que la quieren casar por interés.
Telémaco: Valiente hijo que sale a buscar a su padre cuando la situación con los pretendientes ya
está de buen tamaño.
Euriclea: El ama y niñera de la familia.
Atenea: Diosa Consejera y amiga.
Circe: Maga que convierte personas en animales.
Calipso: Ninfa hermosa que quiere retener al Héroe, por enamorada.
Los pretendientes: Grupo de imbéciles, comelones y parranderos que al final reciben su merecido.
Historia resumida. Al acabar la guerra de Troya, nuestro Héroe emprende el camino a casa, no
obstante entorpece su camino lo siguiente:
1. El cíclope: Monstruo de un solo ojo hijo de Poseidón (de allí el enojo) que se cena a muchos de
sus valientes compañeros al estilo brocheta. Odiseo lo convence para que tome un vino
especialmente fuerte y mientras el monstruo dormía la mona, lo deja ciego con una estaca. El
monstruo llama a su familia y amigos pero como el héroe le dice que se llamaba "nadie", el bobo
les indica que nadie lo está lastimando y los cíclopes pensando que Polifemo (el bobo cíclope)
estaba enfermo, no hacen nada.
2. Caribdis y Escila: Monstruos marinos que destruían los navíos.
3. Sirenas: Cantantes mágicas que atraían con sus bellas melodías a los incautos navegantes y los
hacían naufragar en los escollos. Todos se tapan las orejas con cera menos el héroe que quería
escucharlas, pero que se hace amarrar a un palo, gracias a lo cual no pasa nada.
4. Calipso: Ninfa inmortal que se enamora del héroe y trata de retenerlo con sus encantos.
5. Circe: Maga hija del sol, convierte a los compañeros en animales con una torta de miel, pero
gracias a los consejos de Atenea y al "ajo dorado" que Hermes le regala al héroe, éste es inmune a
la torta y se dispone a matar a la maga, pero esta ruega por su vida, vuelve a la normalidad a los
compañeros y se enamora del héroe y al final viendo que no lo puede retener lo despide muy triste
cargándolo de regalos.
6. Los vientos de Eolo: Eolo (dios de los vientos) obsequia a Odiseo una bolsa conteniendo los
vientos para que pueda llegar rápido a casa. Mientras el héroe dormía Los compañeros curiosos
piensan que es oro y riquezas y abren los sacos y se produce tal ventarrón que aleja nuevamente la
nave de la Isla natal del Héroe que ya estaba a la vista. 7. Los comedores de Loto: En una isla a la
que llegan la gente comía una variedad extraña de loto que les hacía olvidar todos sus problemas y
vivir en un mundo de ilusión (algo parecido a una isla de adictos a la cocaína). Viendo el riesgo el
héroe y sus hombres escapan rápidamente.
8. El adivino Tiresias: Por consejo de Atenea, Odiseo tiene que consultar a un adivino de nombre
Tiresias, pequeño detalle, el hombre está muerto por lo que el héroe tiene que aventurarse en los
mismos infiernos, en donde se entera al ver el espectro, que su madre ha muerto en su ausencia. A
cambio de sangre de cabra el adivino le dice que para aplacar la ira de Poseidón debe ir a un lugar
donde nunca se haya escuchado del mar y plantar un remo y matar cien vacas en honor del dios.
9. Las Vacas del sol: Muertos de hambre los compañeros se comen las vacas sagradas del sol y
reciben terrible muerte.
10. Finalmente sin nada más que su piel encima, llega a la costa del rey Menelao y la princesa y su
séquito que lo encuentran a orillas del mar piensan en inicio que es un monstruo marino. Luego
aclaradas las cosas y como Menelao era amigo de Odiseo, le organiza banquetes y juegos en su
honor y escucha los relatos de sus peripecias que lo conmueven tanto que por fin lo manda a su
casa en nave prestada y cargado de regalos.
11. Mientras tanto en casa: Y mientras Odiseo vagaba por todo el ancho mar. Su casa había sido
invadidos por los jóvenes nobles, que creyéndolo muerto cortejaban a su esposa Penélope para
convertirse en el nuevo rey por medio de esa alianza. Penélope les había dado largas, incluso había
pedido tejer una sábana mortuoria para su esposo y que al concluirla se casaría. No obstante la
astuta tejía de día y destejía de noche. No falta la empleada cuentera que les va con el chisme a los
pretendientes y estos como venganza se instalan en casa de la reina y hacen una fiesta
interminable que amenaza agotar los animales y los recursos de palacio en banquete tras
banquete. Incluso insultan al hijo de Odiseo, Telémaco, que decide ir a buscar a su padre.
12. Desenlace: El héroe es convertido por Atenea en un mendigo y al llegar a su casa es maltratado
por los pretendientes, lo reconoce no obstante, por una cicatriz en su pierna el ama Euriclea, su
perro y a su hijo que regresa de su viaje. Finalmente la reina propone casarse con aquel quien
pueda tensar el arco de su esposo, Naturalmente la tanda de gorrones comelones de los
pretendientes fracasa estrepitosamente, entonces el mendigo pide participar y para sorpresa de
todos tensa el arco sin problema y la primera flecha mata al primer pretendiente. Entonces
empieza la matanza y ni un solo pretendiente escapa a la cólera de león del héroe. Al despertar su
esposa, a quien Atenea había hecho dormir, la diosa transforma de nuevo al héroe de mendigo a
su verdadera y gallarda forma. Penélope al principio no cree en su dicha y le dice que hará traer su
cama al jardín. Como la cama estaba hecha en un árbol que los esposos habían prometido no
cortar nunca Odiseo se indigna, pero luego descubre que era solo una estratagema de su esposa
para comprobar que en efecto su adorado había regresado. Entonces se abrazan y ... y luego
termina el libro. Final feliz????, si, pero hay que acordarse de que el héroe acaba de matar a todos
los jóvenes nobles y que sus familias seguro querrían venganza, además todavía queda pendiente
el asunto del remo, por lo que habían las bases para la Odisea parte II que tristemente no salió o si
lo hizo no llego a nuestros días

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