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EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

Canto

Oremos a Dios Padre por todos los hombres, supliquémosle especialmente por
nuestro obispo Mons. Oscar Efraín Villarreal Tamez llamado al orden episcopal.
El Señor conserve en él sus dones y éstos fructifiquen en el bien de nuestra
Iglesia.

Pueblo responde: Te rogamos Señor


 Para que la fuerza del Espíritu Santo que Jesucristo comunicó a los
santos apóstoles y, por ellos a sus sucesores, fortalezca a nuestro obispo a
fin de que ejerza sin reproche su ministerio y apaciente con santidad a la
Iglesia que le ha sido encomendada. Roguemos al Señor

 Para que predique con fe y constancia el Evangelio de Jesucristo y guarde,


íntegro y puro, el depósito de la fe, de acuerdo con la tradición recibida de
los apóstoles. Roguemos al Señor.

 Para que, como un buen padre, vele por el pueblo santo de Dios, y ayudado
por sus presbíteros y diáconos, lo guíe por el camino de la salvación y sea
siempre comprensivo y misericordioso con los pobres, los inmigrantes y
todos los necesitados. Roguemos al Señor.

 Para que nuestra Iglesia diocesana, bajo la guía de su obispo, crezca sin
parar y vaya acogiendo en su seno a los hijos dispersos que viven en
nuestras ciudades y pueblos. Roguemos al Señor.

Señor Dios Todopoderoso, que, por medio de tu Hijo Jesucristo, elegiste a los
apóstoles para que cuidasen de la Iglesia, y quisiste que su ministerio se
perpetuase a través de los obispos, escucha nuestra oración y concede a nuestro
pastor Mons. Oscar Efraín Tamez Villarreal ser un verdadero imitador de tu Hijo.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Canto

Los obispos tienen una grandísima responsabilidad y, en el Juicio, se les pedirá


cuentas de cada fiel que perdió la fe, cada pagano al que no se le anunció el
Evangelio y cada vez que se enseñaron herejías en sus parroquias en vez de la fe
que da la vida eterna. Sin embargo, a nosotros también se nos preguntará por
qué, conociendo su debilidad, no los sostuvimos con nuestra oración, como
era nuestro deber.
Del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18
Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el
asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo,
abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque
es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco
mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a
mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de
este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un
solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para
recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder
para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi
Padre.
Palabra del Señor
Reflexión
«Yo soy el buen pastor» (Juan 10,11) es la cuarta de las siete declaraciones «Yo
soy» de Jesús registradas sólo en el Evangelio de Juan. Estas proclamas «Yo
soy» apuntan a Su identidad y propósito único y divino. Inmediatamente después
de declarar que Él es «la puerta» en Juan 10, 7, Jesús declara: «Yo soy el buen
pastor». Él se describe a sí mismo no sólo como «el Pastor», sino como «el Buen
Pastor».
Debe entenderse que Jesús es «el Buen Pastor, no simplemente «un buen pastor,
como otros pueden ser, sino que es único en su carácter (Salmo 23, Zacarías 13,
7, Hebreos 13,20, 1 Pedro 2:,25; 1 Pedro 5, 4).
Por lo tanto, al usar la frase «el buen pastor», Jesús está haciendo referencia a Su
bondad inherente, Su justicia y Su belleza. Como el pastor de las ovejas, Él es el
que protege, guía y nutre a su rebaño.
Primero, para comprender mejor el propósito de un pastor durante los tiempos de
Jesús, es útil darse cuenta de que las ovejas son totalmente indefensas y
dependientes del pastor. Las ovejas están siempre sujetas a peligro y siempre
deben estar bajo la atenta mirada del pastor mientras pastan.
Conduciendo nieve en invierno, polvo cegador y arenas ardientes en verano,
largas y solitarias horas cada día, todo esto el pastor aguarda pacientemente
por el bienestar del rebaño. De hecho, los pastores eran frecuentemente
sometidos a un grave peligro, a veces incluso dando sus vidas para proteger a sus
ovejas.
Por medio de su sacrificio voluntario, el Señor hizo posible la salvación para todos
los que acuden a Él con fe. Al proclamar que Él es el Buen Pastor, Jesús habla de
«dar» Su vida por Sus ovejas (Juan 10,15, 17-18).

Canto
ORACIÓN POR LOS OBISPOS Y SACERDOTES
L. María, Madre de Jesús,
C. Cubre con tu manto de pureza a nuestros Obispos y Sacerdotes,
Protégelos, guíalos y mantenlos unidos a tu corazón.

L. Se una madre para todos ellos,


C. Especialmente en momentos de desánimo y soledad.

L. Ámalos y haz que se mantengan siempre junto a Jesús.


C. Al igual que Jesús, ellos también son tus hijos.

L. Mantén su corazón puro y limpio.


C. Que sus mentes estén llenas de la gloria de Jesús y que sus labios
siempre pronuncien la Palabra de Jesús.

L. Ellos son los que ofrecen perdón por los pecados y a todos los que con ellos
se reúnen.
C. María, Madre de Jesús se su Santa Madre

L. Ámalos y dales alegría.


C. Cuida especialmente de aquellos que ofrendan su vida por su pueblo.

L. Madre, bendícelos y guardarlos en tu corazón Inmaculado.


C. Dales la paz de tu corazón Inmaculado.

L. Llénalos de amor y humildad para que ellos también puedan crecer en la


semejanza de Cristo Jesús.
C. María: que sean humildes como tú y santos como Jesús.
Amén. 

Canto 
Pues, no puedes hacer nada sin Mí...
Jn 15:5, "Porque separados de Mí no podéis hacer nada".
Jn 5:19, "...el Hijo no puede por Sí mismo hacer nada, sino lo que ve hacer al
Padre..."
Lc 24:48, "...vosotros sois testigos de estas cosas".
Mc 2:10, "Para que sepáis que el Hijo del hombre tiene el poder de remitir los
pecados..."
Jn 7:16, "Mi doctrina no es mía, sino del que me envió".
Jn 8:28-29, "...Cuando hayáis alzado al Hijo del hombre, entonces conoceréis que
soy Yo (el Cristo), y que de Mí mismo no hago nada, sino que hablo como mi
Padre me enseñó. Y El que me envió, está conmigo. Él no me ha dejado solo,
porque Yo hago siempre lo que le agrada".

Autoridad...
Jn 12:49, "Porque Yo no he hablado por Mí mismo, sino que el Padre, que me
envió, me prescribió lo que debo decir y enseñar".
 Mt 28:18, "...Todo poder me ha sido dado en el cielo y sobre la tierra".
Jn 15:15, "Os he llamado amigos, porque todo lo que aprendí de mi Padre, os lo
he dado a conocer".
Mt 28:19-20, "Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a conservar todo
cuanto os he mandado. Y mirad que Yo con vosotros estoy todos los días, hasta la
consumación del siglo".
Jn 20:21, "Como mi Padre me envió, así Yo os envío".
Jn 21:15-17, "Simón, hijo de Juan, ¿me amas tú más que estos?...Apacienta Mis
ovejas".

Nota: Jesús no dijo: Apacienta TUS ovejas. Él dijo: "Apacienta MIS ovejas".

Heb 3:1, "Por tanto, hermanos santos, partícipes de una vocación celestial,
considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos: Jesús; el cual
es fiel al que lo hizo (sacerdote)...".
Jn 20:29, "Porque me has visto, has creído; dichosos los que han creído sin haber
visto".
 
La Llamada...
Gen 3:9, "Yahvé Dios llamó a Adán y le dijo: «¿Dónde estás?»".
Lc 6:13, "Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y de entre ellos eligió a
doce, a los que dió el nombre de Apóstoles".
 Jn 15:16, "Vosotros no me escogisteis a Mí; pero Yo os escogí, y os he
designado para que vayáis, y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que el
Padre os dé todo lo que le pidáis en mi nombre".
Mt 10:1, "Y llamando a sus doce discípulos, les dió potestad de echar a los
espíritus inmundos y de sanar toda enfermedad y toda dolencia".
Hch 9:15, "Mas el Señor le replicó: «Anda, porque un instrumento escogido es
para mí eso mismo, a fin de llevar mi nombre delante de naciones y reyes e hijos
de Israel»".
¿Cuál es el propósito de este versículo sino mostrar sucesión apostólica por
medio de una sucesión de obispos?

Gal 1:1, "Pablo, Apóstol -no de parte de hombres, ni por mediación de hombre
alguno, sino por Jesucristo, y por Dios Padre que levantó a Él de entre los
muertos".

Hch 14:23, "Y habiéndoles constituído presbíteros en cada una de las Iglesias,
orando con ayunos los encomendaron al Señor en quien habían creído".

Tt 2:15, "Esto es lo que has de enseñar. Exhorta y reprende con toda autoridad.
Que nadie te menosprecie".

1Cor 12:28, "Y a unos puso Dios en la Iglesia, primero Apóstoles, segundo
profetas, tercero doctores, a otros les dió el don de milagros, de curaciones,
auxilios, gobiernos y variedades de lenguas".

Lc 22:29-30, "Y Yo os confiero dignidad real como mi Padre me la ha conferido a


Mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis sobre tronos,
para juzgar a las doce tribus de Israel".

Lc 10:16, "Quien a vosotros escucha, a Mí me escucha; y quien a vosotros


rechaza, a Mí me rechaza; ahora bien, quien me rechaza a Mí, rechaza a Aquél
que me envió".
 
1Ts 2:7, "Aunque habríamos podido, como apóstoles de Cristo, ejercer autoridad,
sin embargo nos hicimos pequeños entre vosotros; y como una madre que
acaricia a sus hijos...".
 
Transfiriendo la Batuta...

Hch 20:32, "Ahora, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, la cual es


poderosa para edificar y para dar la herencia entre todos los santificados".

Lc 1:8-9, "Un día que estaba de servicio delante de Dios, en el turno de su clase,
fue designado, según la usanza sacerdotal para entrar en el Santuario del Señor y
ofrecer el incienso".
Hch 1:15-26, "En aquellos días se levantó Pedro en medio de los hermanos y dijo
-era el número de personas reunidas como de ciento veinte- ...y echándoles
suertes, cayó la suerte sobre Matías, por lo cual éste fue agregado a los once
Apóstoles".
 

La "imposición de manos" para dar autoridad y liderazgo es prefigurada en


el Antiguo Testamento.
Nm 27:15-23, Entonces Moisés habló a Yahvé diciendo: «Destine, Yahvé, el Dios
de los espíritus de todos los vivientes, un varón que gobierne este pueblo, que
salga delante de ellos y entre delante de ellos y que los saque y los introduzca,
para que el pueblo de Yahvé no sea como un rebaño sin pastor». Y dijo Yahvé a
Moisés: «Toma a Josué hijo de Nun, varón de espíritu, y pon tu mano sobre él. Le
presentarás ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo y le darás tus órdenes
delante de ellos. Le comunicarás parte de tu autoridad, a fin de que le obedezca
todo el pueblo de los hijos de Israel. Se presentará al sacerdote Eleazar, que
consulte por él el juicio de los Urim, y delante de Yahvé. Según su respuesta
saldrá y según su respuesta entrará, él y con él todos los hijos de Israel, y todo el
pueblo.» Hizo Moisés como Yahvé se lo había mandado. Tomó a Josué y le
presentó ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo; y poniendo sobre él sus
manos, le dió sus órdenes, como Yahvé había dispuesto por boca de Moisés".
 
Este mismo rito era practicado en el principio de la Iglesia y continúa hasta
nuestros días. El obispo, al "imponer sus manos", transfiere una sucesión
de sacerdotes y obispos con una comisión, dándoles los atributos de
autoridad y liderazgo necesarios para perpetuar la Iglesia que Jesucristo
fundó.

2Tm 1:6, "Por esto te exhorto a que reavives el carisma de Dios que por medio de
la imposición de mis manos está en tí".
 
1Tm 4:14, "No descuides el carisma que hay en ti y que te fue dado en virtud de
profecía, mediante imposición de las manos de los presbíteros".
 
Ef 2:20, "Sois edificados sobre el fundamento de los Apóstoles y profetas, siendo
piedra angular el mismo Cristo Jesús".

Tit 1:5, "Por esta causa te he dejado en Creta, para que arregles las cosas que
faltan y para que constituyas presbíteros en cada ciudad como yo te ordené".
 
2Tm 2:2, "...y lo que me oíste en presencia de muchos testigos, eso mismo
transmítelo a hombres fieles, los cuales serán aptos para enseñarlo a otros".
Este versículo claramente nos dice que la verdad de los Apóstoles será
pasada a maestros competentes. Los obispos de la Iglesia son la autoridad
que instruye.

2Tm 3:14, "Pero tú persevera en lo que has aprendido y has sido confirmado,
sabiendo de quienes aprendiste".

2Ts 2:15, "Así pues hermanos, estad firmes y guardad las enseñanzas que habéis
recibido, ya de palabra, ya por carta nuestra".

2Tm 1:13, "Conserva las palabras saludables en la misma forma que de mí las
oíste con fe y amor en Cristo Jesús".

1Co 11:2, "Os alabo de que en todas las cosas os acordéis de mí, y de que
observéis las tradiciones conforme os las he transmitido".
 
1P 5:1-4, "Exhorto, pues, a los presbíteros que están entre vosotros, yo, (su)
copresbítero y testigo de los padecimientos de Cristo, como también partícipe de
la futura gloria que va a ser relevada apacentad la grey de Dios que está entre
vosotros, velando no como forzados sino de buen grado, según Dios; ni por
sórdido interés sino gustosamente; ni menos como quienes quieren ejercer
dominio sobre la herencia (de Dios), sino haciéndoos modelo de la grey. Entonces,
cuando se manifieste el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible
de la gloria".

La ordenación episcopal, plenitud del sacramento del Orden (CDIC)

1556 "Para realizar estas funciones tan sublimes, los Apóstoles se vieron


enriquecidos por Cristo con la venida especial del Espíritu Santo que descendió
sobre ellos. Ellos mismos comunicaron a sus colaboradores, mediante la
imposición de las manos, el don espiritual que se ha transmitido hasta nosotros en
la consagración de los obispos" (LG 21).

Comunidad
Oración por mi obispo
Señor, Padre Santo, fuente de toda gracia, te pido por el obispo que tu providencia
ha elegido para mí. Haz que nuestra Señora, Reina de los Apóstoles, lo proteja de
las herejías y lo lleve siempre de su mano por caminos de humildad. Envía sobre
él tu Espíritu para que enjugue sus lágrimas, ilumine sus oscuridades, fortalezca
su debilidad, lo colme de amor a la Iglesia y a la fe y haga que no le falten nunca
la oración de sus fieles y la obediencia de sus sacerdotes. Concédele la fe de
Abraham, la sabiduría de Salomón, y la firmeza martirial de todos los apóstoles.
Dale también la valentía de San Ambrosio, el don de predicación de San Juan
Crisóstomo y el celo por anunciar el Evangelio de San Francisco Javier. Por amor
a tu pueblo, Señor, transfórmalo con tu gracia a imagen de Jesucristo, para que
encontremos en él un claro reflejo del Buen Pastor que contigo vive y reina por los
siglos de los siglos.
Amén.

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