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MONICIONES, DOMINGO 10 DE OCTUBRE DE 2021

ENTRADA: Buenos días (Buenas tardes) Al venir a la Santa Misa en


el Día del Señor, lo que en el fondo andamos buscando siempre es
nuestra propia felicidad. Una felicidad que equivale a la “verdadera
sabiduría”, de la que nos habla hoy la Palabra de Dios. Una dicha que
brota del resuelto seguimiento de nuestro Señor Jesucristo e implica
un esfuerzo continúo por vivir –como deseamos hacerlo en esta
Eucaristía– la comunión fraterna.

Al terminar la oración colecta: Nos sentamos para escuchar la palabra


de Dios.
1ª. LECTURA: El libro de la Sabiduría pone en boca de Salomón una
comparación entre la “Sabiduría que viene de Dios” y las más valiosas
de las riquezas materiales. No hay nada comparable a ella, ya que es
la fuente de todo bien.

2ª. LECTURA: La carta a los Hebreos asigna a la Palabra de Dios


muy preciosas y variadas cualidades… Al compararla con «una
espada de doble filo», nos invita a ponernos ante ella con
transparencia y autenticidad.

EVANGELIO: La práctica de los mandamientos de la antigua Alianza


–nos dice San Marcos– es insuficiente para ser discípulos de Jesús…
Seguir a Cristo implica, además, compartir su generosa entrega. Nos
ponemos de pie

OFRENDAS: Al presentar nuestros dones pidámosle al Señor el saber


desprendernos de lo que más nos cuesta. Que –superando nuestros
orgullos y egoísmos– podamos también poner nuestros bienes
materiales al servicio de los demás.

COMUNIÓN: Sólo la comunión con Jesús y la fuerza que viene de


aceptar su mensaje nos puede dar la gracia necesaria para seguirlo
sin condiciones. ¡Que logremos llegar a compartir lo mejor de nosotros
mismos con nuestros semejantes!
DESPEDIDA: Ser discípulos de Jesús es la común vocación a la que
nuestro Padre Dios nos llama a todos nosotros… ¡Vayamos a
compartir esta gran certeza con todos los que más nos necesitan!

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