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Tu equipo ideal

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Un mito arcaico que juntos debemos desterrar, es la idea de que el líder de adolescentes
ideal es un joven y no un adulto. Yo arranqué en el ministerio siendo prácticamente un ado-
lescente y probablemente algún lector comparte mi mismo testimonio, pero si recordamos
esos años vamos a tener que admitir que hubiéramos hecho un trabajo mucho mejor si
hubiéramos tenido un mentor que nos protegiese de cometer muchos errores.

Poner a un adolescente al frente de otros adolescentes puede ser natural pero es sin dudas
peligroso. Sin ser fatalistas podemos decir que es como poner a un ciego a guiar otro ciego.
En 1 Timoteo 3:6 el mismo apóstol Pablo nos exhorta a no poner en el liderazgo a alguien
dando sus primeros pasos, no sea que se envanezca y ceda a las tentaciones que
justamente ofrece el liderazgo. En esta exhortación de Pablo está claro que el apóstol está
hablando de quien está al frente y no de quien de a poco va asumiendo nuevas responsabi-
lidades.

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Yo soy un fiel creyente en que los jóvenes ya están listos para el servicio. Tenemos que
aprender a delegar liderazgo en ellos y asignarles tareas de servicio específicas en la
iglesia, pero eso es muy distinto a dejarlos solos. Hoy más que nunca estoy convencido de
la necesidad de tener adultos involucrados en el ministerio con adolescentes. La iglesia
debe ofrecer modelos alternativos a los que ofrece la sociedad y los adolescentes en
particular necesitan conocer de cerca a matrimonios y adultos cristianos que practiquen lo
que predican y modelen de qué se trata la madurez cristiana.

LA IMPORTANCIA DE QUE LOS PADRES SEAN PARTE

El crecimiento del índice de divorcio y la continua exaltación de modelos negativos por parte
de los medios masivos de comunicación hacen que la mayoría de los jóvenes hoy no
conozcan de cerca cómo funciona un matrimonio cristiano. Además, debemos recordar que
los padres son los líderes naturales que Dios le dio a cada nueva generación de jóvenes y
adolescentes y por eso debemos aprender a involucrar a los padres y sobre todo a servirlos.
¿Cómo lo podemos hacer? Más allá de diferentes ideas programáticas hay cuatro ejercicios
continuos que podemos hacer.

Informarlos; Dejarles saber cuál es el programa y el plan anual del ministerio.

Servirlos: Ofrecerles ayuda. Talleres y seminarios acerca de cómo tratar a los adolescentes
les vienen muy bien.

Estimularlos: Animarlos con palabras elogiosas y oración. Es difícil ser padres de


adolescentes.

Involucrarlos: Invítalos a participar en distintas actividades.

Los líderes más jovencitos naturalmente van a mirar a los padres con sospecha y van a
tender a aislarlos en vez de servirlos. ¿Por qué? Porque al ser jovencitos se imaginan al
ministerio juvenil ideal como un gran grupo de amigos donde ellos son los héroes y los
adolescentes los soldados de su ejército. Por eso necesitamos padres para servir a los
padres. Los jóvenes con vocación y capacidades para el liderazgo deben formar el equipo
de trabajo. Ellos pueden ser incluso aquellos que tomen el micrófono con más frecuencia,
pero es fundamental que haya adultos maduros y padres involucrados en el ministerio.

DISPARADORES PRÁCTICOS

Al comenzar a tener en claro la importancia de tener adultos involucrados en el ministerio


juvenil y de servir a los padres desde el ministerio, hay que tener cuidado con que esos
adultos entiendan que están siendo parte del ministerio juvenil para servir a los
adolescentes y no para servirse a sí mismos. La música, el horario y las actividades que van
a elegir no pueden estar pensadas para sus gustos. Si la reunión es la reunión de

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adolescentes, todo debe estar pensado para los ellos y no para los adultos involucrados en
el ministerio. Aquí hay un par de ideas prácticas como papeles sueltos adentro de una caja
para involucrar a los padres y contar con adultos modelos en el ministerio:

»» Hacer una conferencia anual para padres trayendo algún especialista o psicólogo a
hablar de psicología evolutiva del adolescente.

»» Organizar una noche al año para honrar a los padres.

»» Picnic familiar donde los adolescentes “presentan” a su familia describiendo a cada


miembro con sus palabras.

»» Tener padres encargados del transporte (2 o 3 matrimonios por noche pueden tener a su
cargo transportar a los adolescentes que tienen dificultad en llegar a la reunión).

»» Tener padres encargados de los refrescos (que antes de comenzar la reunión o al


terminar siempre haya algo que tomar).

»» Que un par de padres den testimonio ante la iglesia del beneficio de que sus hijos
participen del grupo de jóvenes.

»» Los padres hacen una obra de teatro para los hijos.

»» Día de ayuno y oración anual de padres por los hijos.

»» Que los líderes juveniles hagan un reporte bianual a los padres acerca del crecimiento de
sus hijos y de los planes del ministerio juvenil.

»» Entrega anual de premios donde se premia a los mejores padres o los padres entregan
algún premio a los jóvenes.

»» Olimpiadas familiares.

»» Noche de juegos hijos contra padres.

»» Tarde de belleza para hijas y madres.

En el “dream team” del ministerio juvenil nuestras iglesias deberían tener voluntarios
jóvenes, mucha participación de los adolescentes, un par de matrimonios y algunos adultos
mayores en algún rol secundario. ¿Suena a mucha gente? Es tanta como queremos que
nuestro ministerio juvenil crezca.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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Lucas Leys
Es el fundador de e625.com y tiene más de 25 años de experiencia en el discipulado de nuevas
generaciones habiendo trabajado en distintos países, estilos de iglesia y circunstancias. Lucas es autor
de más de 20 libros y es considerado una de las principales fuerzas de cambio en la pastoral de nuevas
generaciones en el mundo.

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