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A través de la ventana.

En algún lugar de la ciudad, donde


comienza el otoño y los niños se encontraban
en época escolar, Andrés se quedó dormido y
se dirigía tarde a su escuela, al llegar se percató
que un niño observa la clase de don Benito a
través de la ventana, lo examino todo el día
preguntándose el por qué lo hacía.

Al día siguiente el niño nuevamente se


encontraba tras la ventana mirando la clase y
Andrés se dio cuenta, pero en su cabeza ya
tenía más preguntas, no solo el por qué lo
hacía, esta vez se preocupaba por él, si tendría frio ya que no usaba chaqueta o si tenía
hambre ya que no lo había visto comer y al llegar a su casa le converso a su mamá quien
indica que pusiera más atención en clases y deje de distraerse. Esa noche Andrés se fue a
dormir con la intriga del niño que había visto en los últimos días.

A la mañana siguiente, Andrés salió a recreo, pero no a jugar como sus demás compañeros
y se acercó tímidamente al niño, su mirada reparo en su vestimenta, que claramente no
era la más adecuada por el clima frio y tenía un cuaderno y un lápiz. Andrés no quiso
incomodar así que por esta vez solo le pregunto el nombre y que hacía ahí.

- ¡Hola!, me llamo Luis, respondió el niño, estoy observando la clase de don Benito para
entender mejor los números y ayudar a mi papá.

- ¿Y porque no entras al salón?, preguntaba Andrés.

- Es que mi papá ya no tiene trabajo y no tenemos dinero suficiente para poder pagar la
escuela, es por eso por lo que veo las lecciones por la ventana, por favor no le cuentes a
nadie, yo solo quiero aprender. Le decía Luis.

-No te preocupes, dijo Andrés muy seguro, y se despidió agitando la mano.

Esa noche en su casa Andrés quien sintió que debía hacer algo por Luis, busco una
chaqueta que no ocupaba, unos útiles de escuela, una pequeña merienda y la guardo en
una bolsa para el día siguiente.

Constanza Palma Delgado


Ing. De Ejecución En Administración
Ese día como los anteriores Luis se encontraba mirando por la ventana y a la hora del
recreo, Andrés tomo su bolsa y se la entrego Luis.

-espero que te sirvan Luis, no quiero que te enfermes y tampoco quiero que dejes de
aprender, mañana traeré más cosas, que te puedan ayudar.

-Luis, sorprendido y contento lo abrazo en forma de agradecimiento.

Nuevamente al llegar a casa, Andrés busco alimentos y algunas cosas que creyó
que podrían ayudar a Luis.

Por la mañana Andrés se dirigió a la escuela y en el camino se encontró a don Benito, su


profesor de matemáticas quien le ofreció ayuda con su bolsa al ver que llevaba algo de
peso. En el descanso, Andrés tomo su bolsa y se dirigió donde se encontraba Luis; sin
embargo, esta vez Don Benito se percató en una actitud un poco extraña de Andrés, lo
siguió y observo la situación a distancia. Antes de terminar la lección del día don Benito le
pide a Andrés su cuaderno donde envía una nota a sus padres para que asistan a la
escuela.

Aquella mañana, Andrés se presentó a la escuela con sus padres, y se encontraba algo
preocupado pensando que tal vez alguien lo había visto con Luis y no quería que este
saliera perjudicado.

Pero su sorpresa fue grande cuando don Benito felicita a sus padres por los valores
inculcados a su hijo y le cuenta lo que el observo el día anterior; Andrés se retira y los
adultos conversan un tiempo más antes de irse.

El día transcurre con normalidad, los niños como días anteriores se juntan en el descanso
y se ve que ya son amigos, juegan y ríen juntos.

Paso un fin de semana, y Andrés solo quería ir a la escuela para poder ver a Luis. Llego por
fin el lunes, pero se preocupó ya que en todo el día Luis no apareció.

Cuando llego a la escuela al día siguiente, se encontró con una gran sorpresa, Luis se
encontraba sentado dentro del salón, lo abrazo muy contento, y Luis le cuenta lo
sucedido.

-Muchas gracias Andrés, no sé muy bien como lo hiciste, pero don Benito y tus padres
fueron a mi casa el fin de semana, estuvieron conversando un buen rato y luego papá me
contó que ya tiene un nuevo trabajo y que puedo venir a la escuela, estoy realmente
contento. Andrés tampoco entendía mucho lo que había pasado, pero igualmente estaba
feliz.

Constanza Palma Delgado


Ing. De Ejecución En Administración
Esa noche en los dos hogares existía un ambiente de armonía y agradecimiento; en la casa
de Luis su papá recibió ayuda con un trabajo y con ello tranquilidad para alimentar a su
familia y poder enviar a su hijo a la escuela. Y en la casa de Andrés, sus padres estaban
contentos por la enseñanza que les brindo su hijo con su gran corazón, recordándoles que
una pequeña muestra de empatía y solidaridad puede ser una gran ayuda para la otra
persona.

Ahora las familias de Andrés y Luis comparten e intentan ser tan generosos y
sabios y como los niños.

Constanza Palma Delgado


Ing. De Ejecución En Administración

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