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Tema 3.

El origen de la
industrialización
La Revolución Industrial tuvo su origen en
Gran Bretaña, en el siglo XVIII. La
industrialización significó el paso de la
economía agraria a otra dominada por la
industria, donde la producción de bienes se
realizaba de forma mecanizada.
Los cambios en los sistemas de producción
implicaron una nueva organización de la
economía (capitalismo) y de la sociedad
(sociedad de clases).
2. Factores impulsores de la industrialización
en Gran Bretaña

Monarquía parlamentaria, e importancia de la burguesía

Crecimiento de la población: más demanda y mano de obra

Abundancia de recursos y materias primas: carbón

Facilidad de transporte (ríos y canales)

Imperio colonial: nuevas materias primas y nuevos mercados

“Revoluciones paralelas”: agraria, demográfica, tecnológica, en


el transportes/comercio y en las finanzas
3. El sistema fabril
Los elementos fundamentales del
proceso industrializador son los
siguientes:
- Mecanización: máquinas que
sustituyen al trabajo humano en la
producción de bienes.
- Fuentes de energía: importancia del
carbón para el funcionamiento de
la máquina de vapor.
- Fábricas: edificios destinados a la
producción donde se
concentraban las máquinas, fuentes
de energía y los obreros/as. Supuso
la fabricación en serie y el aumento
de la productividad.
4. La transformación de la agricultura
Un conjunto de transformaciones en el campo impulsaron un aumento de la producción agrícola a
finales del sigo XVIII en Gran Bretaña:
1. La nueva estructura de la propiedad: la subida del precio de los cereales hizo que los propietarios
rurales cercaran sus propiedades y, además, se adueñaran de las tierras de uso colectivo. La
concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos perjudicó a las familias campesinas
pobres, ya que no sólo se quedaron sin las tierras de uso colectivo, sino que no disponían de
recursos suficientes para cercar sus tierras, por lo que tuvieron que venderlas y convertirse en
jornaleros. Como consecuencia del gran número de campesinos que buscaban trabajo los
salarios bajaron, y se vieron obligados a emigrar a las ciudades para trabajar en la industria.
2. Los cambios en el sistema de cultivo: se suprime el barbecho por el sistema Norfolk o rotación
cuatrienal de cultivos (cereales y plantas forrajeras). El aumento de las plantas forrajeras supuso un
aumentó de la cabaña ganadera (animales), lo que a su vez aumentó la disponibilidad de carne
y leche (mejora en la dieta humana).
3. La introducción de nuevas máquinas: la siembra mecánica (Jethro Tull) permitió la recogida de
frutos y malas hierbas de forma más sencilla. El arado de Rotherham ayudó a remover los campos
con mayor facilidad y profundidad. Mientras que la aplicación de la máquina de vapor permitió
utilizar nuevas máquinas segadoras y trilladoras que facilitaron estas tareas.
Como consecuencia de todas estas transformaciones, se produjo un aumento de la producción de
alimentos, lo que supuso, a su vez, un gran aumento de la población.
5. La máquina de vapor
La máquina de vapor fue creada por James Watt a
finales del siglo XVIII. Dicha máquina aprovecha la
fuerza del vapor para generar un movimiento
continuo que traslada a las máquinas.
Su aplicación en la mecanización de la industria
textil (hilado y tejido) provocó el aumento de la
productividad. La máquina de vapor se aplicó
también a la maquinaria agrícola, las fábricas de
papel o la minería.
Por otro lado, la máquina de vapor también
revolucionaría los transportes. En 1829, Stephenson
inventaría la locomotora al utilizar la máquina de
vapor para transmitir un movimiento continuo a las
ruedas. Este nuevo sistema de transporte permitió
trasladar personas y mercancías en menos tiempo y
reducir costes, lo que estimuló el comercio de
mercancías.
6. Industrias, minería y comercio en
la Inglaterra del siglo XVIII
6.1. La industria textil
Durante el siglo XVIII, en Inglaterra, el algodón
se convirtió en la principal materia prima de la
industria textil. El algodón se adquiría a bajo
costo (muy barato) porque se importaba de
la India o de las plantaciones esclavistas de
Estados Unidos.
El proceso de mecanización en la industria
textil se iniciaría con máquinas como la
lanzadera volante, que aumentaban la
velocidad del tejido, o máquinas de hilar
como la Spinning Jenny, Mule Jenny o Water
Frame, que aumentaban la velocidad del
hilado. Sin embargo, gracias al telar
mecánico aumentó la producción de tejidos
y el abaratamiento de su coste.
6.2. La industria siderúrgica
La siderurgia es la industria que se ocupa del
tratamiento del hierro para obtener
diferentes tipos de hierro o sus aleaciones.
En el siglo XVIII aumentó considerablemente
la demanda de hierro para fabricar barcos,
máquinas y herramientas. Junto a esto, una
serie de innovaciones estimularía el
crecimiento de la siderurgia:
En primer lugar, el uso del carbón de coque
en los altos hornos para la fundición del
mineral de hierro. Su elevado poder
calorífico permitió la producción de hierro
en grandes cantidades, a la vez que
incrementó la minería del carbón.
En segundo lugar, el convertidor de
Bessemer permitió la fabricación de acero
(mezcla de hierro y carbono), material muy
apto para la construcción de maquinaria,
herramientas y edificios.
6.3. La minería del carbón y del hierro
El carbón y el mineral de hierro se
convirtieron en las principales materias
primas de la industria. Por ello, la minería
fue una actividad económica muy
importante.
El carbón se convirtió en la gran fuente de
energía de la Revolución Industrial, pues
era necesario para el funcionamiento de la
máquina de vapor y para la fabricación de
hierro y acero. Por este motivo, las minas de
carbón se extendieron por toda Europa,
siendo muy importantes las de Gales (Gran
Bretaña).
En las regiones donde se instalaron
industrias siderúrgicas, se generaron los
llamados “paisajes negros”, fruto del humo
de las fábricas y de los vertidos
contaminantes que llegaban a los ríos.
6.4. La expansión comercial
La Revolución Industrial dio paso a una
economía de mercado, es decir, se
producían bienes o productos para
venderlos en los mercados urbanos.
Esto fue posible gracias al aumento de
la producción y al aumento de la
población.
Por otro lado, el desarrollo de los
transportes (ferrocarril o barco de
vapor) facilitó el comercio interior y
exterior. Además, Gran Bretaña contó
con nuevos mercados (colonias
extraeuropeas) donde vender sus
productos industriales.
7. El triunfo del capitalismo
La Revolución Industrial impulsó el desarrollo del capitalismo. Se trata de un sistema
económico en el que los instrumentos de producción (fábricas, máquinas y los stocks
de bienes) son de propiedad privada.
Las actividades económicas responden a la libre iniciativa de los individuos, que
buscan el máximo beneficio. Por lo tanto, se trata de un sistema donde la
intervención del Estado se reduce al mínimo.
Los intereses de vendedores y compradores concurren en el mercado, el cuál fija los
precios de los productos mediante la ley de la oferta y la demanda.
Otra característica del capitalismo es la ley de la competencia, según la cual los
empresarios intenta continuamente reducir los costes de producción y los precios de
sus productos, para de esta forma conquistar el mercado.
Sin embargo, son frecuentes las crisis de sobreproducción provocadas por un exceso
de la producción en relación con la capacidad de compra o consumo de la
sociedad. Algunas de sus consecuencias son la caída de los precios, el cierre de
empresas y el paro obrero.
7.1. El crecimiento de las finanzas
El desarrollo de la industria también trajo consigo la multiplicación de los bancos, los
cuales se convirtieron en captadores de ahorro (bancos de depósito) y
suministradores de capital (dinero) a la industria (bancos de inversión).

7.2. Librecambio y proteccionismo


Reino Unido se mostró partidario del librecambio, es decir, de la no intervención del
Estado en el comercio internacional.
Por otro lado, Reino Unido y los países que empezaron a industrializarse aplicaron
medidas proteccionistas, de esta forma fomentaban el crecimiento de su propia
industria. El proteccionismo consiste en la imposición de aranceles o impuestos sobre
la entrada de productos extranjeros, así se encarecían para que su importación no
fuese rentable.
8. La nueva sociedad de clases y los movimientos sociales

8.1. La sociedad de clases


El capitalismo estableció la división
entre capital y trabajo, y organizó la
sociedad en dos clases sociales: la
burguesía y el proletariado.
La burguesía poseía el capital,
desarrollaba los negocios y era la
dueña de las fábricas, los bancos y las
empresas comerciales. El proletariado
(obreros) vivía del trabajo que
realizaba en las fábricas, minas y
medios de transporte a cambio de un
salario.
Si en la sociedad estamental lo más
importante era poseer privilegios, en la
sociedad de clases lo será poseer
dinero.
8.2. Las asociaciones obreras
En los primeros tiempos de la industrialización, no existía ninguna legislación
laboral que regulase las condiciones de trabajo, los salarios o la protección en
caso de accidente o enfermedad. Por otra parte, los obreros estaban
sometidos a una dura disciplina laboral, siendo frecuentes los castigos; y las
jornadas en fábricas y minas eran de 14-16 horas. Estas duras condiciones de
trabajo y la miseria en que vivía la clase obrera generó una nueva
conflictividad social.
Algunos obreros empezaron a darse cuenta de la necesidad de crear
asociaciones propias para defender sus intereses. Las primeras organizaciones
fueron las Sociedades de Socorro Mutuo, que ayudaban a los trabajadores en
caso de enfermedad o paro.
A principios del siglo XIX también se crearían en Inglaterra los primeros
sindicatos, que reunían a los obreros de un mismo oficio.
En 1834 se fundaría la Great Trade Union, que agrupaba a trabajadores de
diferentes oficios. Reivindicaron la reducción de la jornada laboral, las mejoras
salariales o la regulación del trabajo infantil.
8.3. La denuncia de la desigualdad social
A mediados del siglo XIX, algunos pensadores defendieron la necesidad de una
revolución para acabar con el capitalismo y construir una sociedad más igualitaria.
Estas ideas dieron lugar a dos grandes corrientes revolucionarias:
• El anarquismo: defiende que la revolución debe ser el resultado de una huelga
general que destruya el Estado para crear una sociedad igualitaria con formas
de propiedad colectiva. Se opone a la participación en la política (elecciones) y
a la organización en partidos políticos.
• El marxismo: Marx y Engels denunciaron la explotación de los trabajadores y
defendieron la revolución para destruir al capitalismo. Pretende crear un Estado
obrero que destruya la propiedad privada y la ponga en manos del Estado.
También defendieran la creación de una sociedad comunista, en la que
desaparecerían las clases sociales.

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