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Actividad 6: Responder (DSI)

Lee la primera parte de la Populorum Progressio y el capítulo II de la Centesimus annus y responde


la siguiente pregunta: ¿Qué relación hay entre la justicia y la riqueza? (500 palabras).

Para entender la relación entre justicia y riqueza es necesario contextualizar adecuadamente la


noción de este último concepto: si entendemos la riqueza como una abundancia de recursos
materiales, independientemente de la manera en que se generan o acumulan, asumimos que la
riqueza es tal en comparación a su condición opuesta, la frugalidad o la pobreza. En este sentido,
la riqueza se define como tal únicamente si se contrasta con su opuesto; por lo tanto, pobreza y
riqueza son una manifestación de desequilibrio e injusticia. Este punto de vista puede entenderse
como dentro de una perspectiva de justicia aritmética o absoluta. Si nos trasladamos a una
perspectiva más “geométrica” o proporcional, la riqueza puede entenderse como “justa” si
tenemos en cuenta distintos factores que facultarían a un individuo a poseer una propiedad
privada considerable o que destaca entre los demás, como su fuerza de trabajo, destreza, bienes
heredados, etc.

Estas encíclicas, antes que compaginar riqueza y justicia, inicialmente se adhieren a la explicación
lockeana de la propiedad privada como condición natural y facultad divina del ser humano. En
Populorum Progressio se pondera el progreso (económico, técnico y científico) como el factor
determinante para la creación de una sociedad justa; al mismo tiempo, reconoce que la justicia no
se observa en la sociedad desarrollada a partir de este progreso. En esta encíclica, se hace
evidente que la solución a las desigualdades derivadas de los distintos tipos de progreso resulta de
la aplicación de medidas de justicia en los procesos que éstos siguen, es decir la implementación
del “capitalismo liberal”. Lo que no resulta evidente es si estas medidas deben ser una especie de
reposicionamiento moral o una condición legal de considerable fuerza y alcance. Ante ambos
escenarios, el modelo capitalista ha presentado y presenta considerables resistencias.

En Centesimus Annus se resalta la opinión de que la solución marxista a la condición de


sometimiento del proletariado no resuelve el problema fundamental de este sometimiento: la
supresión de la condición humana como entidad individual, que es a lo que conduce la explotación
a la que se ve expuesto el proletariado en el régimen capitalista. Se enfatiza la concepción
teológica de la persona como depositaria de una identidad individual que trasciende el mundo
material, y que al mismo tiempo constituye un entramado social del cual es la célula fundamental.
Centesimus Annus sí hace énfasis en el papel del estado como regulador de las condiciones de
justicia dentro de un sistema de libre mercado, al mismo tiempo que critica la postura
revolucionaria del socialismo que, al ser sustrato de movimientos violentos, puede significar en el
abrupto surgimiento de condiciones de opresión y desigualdad para los sectores derrotados.

Centesimus Annus enfatiza la lucha contra los regímenes totalitaristas por medio de una mayor
conciencia moral dentro del sistema de libre mercado. Sin embargo, es necesario tener en
consideración que esta solución resulta evidente desde un punto de vista inserto en este sistema.
Desde mi punto de vista, hace falta tener en cuenta ciertos hechos evidentes:
- Los recursos que sirven de base para el funcionamiento del libre mercado son finitos. 1
- Al reducirse o terminarse los recursos naturales, la explotación necesaria para continuar la
producción se enfoca en la clase trabajadora.
- En este punto, los principios morales ya no son compatibles con los principios capitalistas,
por lo que se hace inevitable el conflicto entre ambas ideologías.

Así pues, parece que la riqueza no es muy compatible con la justicia, y que el modelo capitalista
implica necesariamente un desequilibrio social en donde un grupo minoritario acumula capital en
base a la explotación de un grupo mayoritario que vive en la pobreza. Sin embargo, resulta
interesante reflexionar cómo es que hemos mantenido esta estructura de poder por tanto tiempo,
y que ha podido sobrevivir a propuestas más “justas” como el comunismo. Quizá hemos
subestimado el peso que tiene en el alma del ser humano la potencia de llegar a ser más que el ser
mismo. El libre mercado ofrece la posibilidad de generar riqueza, aún a sabiendas de que esa
posibilidad no se puede materializar más que en unos cuantos. Este factor de éxito es compartido
con las religiones monoteístas como el cristianismo que, a través de la fe, nos promete “llegar a
ser” más allá de la vida.

1
Hasta el momento, para la ciencia no existe la posibilidad de producir energía a nulo o bajo costo. De
acuerdo con las leyes de entropía, no existe la posibilidad de una “máquina de movimiento perpetuo”.

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