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Marcelo Picón - Departamento de Historia Universal (FHCE - UDELAR)

SANGRE Y FRATRICIDIO
La Guerra de Secesión en EEUU en la mirada de Montserrat Huguet

OBRA: Breve Historia de la Guerra Civil de los Estados Unidos


AUTOR: Montserrat Huguet
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2015
SELLO EDITORIAL: Nowtilus (Madrid)
PALABRAS CLAVE: historia, guerra, secesión

Docente a cargo de la cátedra de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de


Madrid, la Dra. Montserrat Huguet ha realizado una versátil carrera en el campo
historiográfico, realizando investigaciones sobre género, Historia Política e Historia Social.
Actualmente integra la Junta Directiva de la Comisión Española de Historia de las Relaciones
Internacionales en calidad de experta, y continúa realizando una prolífica carrera académica,
que articula actividades de docencia e investigación. Como parte de su praxis en el campo de
la historiografía contemporánea atlántica, Huguet publicó en 2015 su ensayo acerca de la
Guerra de Secesión en Estados Unidos (1861-1865). El espíritu de esta obra no es únicamente
realizar un somero estudio expositivo sobre el conflicto, al estilo de la historiografía
tradicional del Siglo XIX, sino abordar las complejidades y bemoles que convirtieron a esta
guerra local en un enfrentamiento de magnitud, que posibilitó la configuración de los Estados
Unidos que conocemos en la actualidad. El punto inicial de la expansión territorial hacia el
Oeste norteamericano acentuó aún más las diferencias ya existentes entre el Norte
industrializado y el Sur esclavista, quebrando el frágil equilibrio que hasta entonces ambas
regiones tenían, posibilitando por ende que un conflicto político (y como se verá, ideológico)
escalara vertiginosamente en un conflicto bélico.
Desde el primer capítulo, vemos la inquietud de la autora por reconstruir las
transformaciones sociales y políticas acaecidas en los EEUU a mediados del Siglo XIX,
época de la “era Jackson” y de la expansión hacia el Oeste. En este ámbito de
transformaciones vertiginosas, nace en 1856 el Partido Republicano, quien tensó las
relaciones con el Sur esclavista a través de un discurso que priorizaba la salud de la Unión
sobre las inquietudes locales, así como reclamaba el final de la esclavitud. Esto hacía peligrar
las jugosas rentas obtenidas por el Sur algodonero, que comerciaba con potencias de fuste
como Gran Bretaña o Francia los productos agrícolas extraídos en base al extendido trabajo
esclavo. Para 1860, Estados Unidos se había convertido en una nación de dificultosa
gobernabilidad, con los demócratas del Norte queriendo preservar la Unión y los del Sur
deseando secesionarse, mientras los republicanos (de forma más homogénea) liderados por el
Presidente Abraham Lincoln anteponían la supervivencia de la Unión ante todo. Es aquí
cuando Huguet analiza la naturaleza del concepto de secesión, un derecho que se otorgaba
constitucionalmente a los estados desde 1776, pero qué necesitaba el acuerdo del gobierno
nacional con el gobierno local para efectivizarse; según revela la autora, para la ciudadanía
del sur “...se trataba de defender el territorio, el modo de vida y la independencia para tomar
decisiones.”1
En el segundo capítulo, Huguet nos anticipa información acerca del complejo entramado
social que nutría a los ejércitos, complejo entre otros factores por un aumento de la
inmigración en el Norte junto a un crecimiento demográfico generalizado. Los ejércitos del
Norte no eran tan homogéneos como la historiografía tradicional indicaba; en efecto, la
discriminación jugó un papel importante a través de la acción de grupos que eran al mismo
tiempo nativistas (rechazaban las olas de inmigración) y abolicionistas, llamados know
nothing, lo que llevó a su vez a la conformación en los dos bandos de grupos milicianos
voluntarios compuestos por inmigrantes rechazados por la oficialidad, pero que sin embargo
deseaban combatir por el país qué los había acogido (caso de las Garibaldi Guards en el
Norte, caso de los Luisiana Tigers en el Sur).
En el tercer capítulo, la autora revela que “Toda guerra civil es una guerra fratricida y en
el caso de la americana fue de facto en muchos casos una brother’s war.”2, una forma de
revelar de manera explícita la magnitud que el conflicto tuvo. Amplía además la información
sobre la composición orgánica de los ejércitos unionistas y confederados, haciendo énfasis en
una cuestión a veces obviada por la historiografía sobre la Guerra de Secesión: la
participación de las mujeres. Numéricamente menores a los soldados masculinos, y no
reconocidas por la oficialidad, éstas conformaban milicias de voluntarias que se infiltraban en
los ejércitos para combatir; según analiza Huguet, esto no se debía a la existencia incipiente
de una ideología feminista, sino que estas mujeres milicianas combatían (principalmente en el
Sur) por la preservación del status quo y, por ende, movidas por un ideal nacionalista. No

1 Huguet, Montserrat. Breve Historia de la Guerra Civil de los Estados Unidos. Nowtilus, Madrid,
2015 (pág.22).
2 Idem (pág.45)
menor fue la participación de voluntarias en las unidades de asistencia sanitarias, siendo un
caso emblemático el de la enfermera Clara Barton, fundadora de la Cruz Roja de EEUU.
En su quinto capítulo, Huguet relata los eventos ocurridos entre 1864 y 1865, que
concluirían con la ocupación del Sur por las tropas nordistas, estas últimas conducidas por los
generales Ulysses Grant y William Sherman, que habían reforzado en los últimos tiempos del
conflicto una táctica de guerra total contra los secesionados. La ocupación de Savannah
(Georgia) por el Norte significó el principio del fin para los ejércitos confederados,
mermados además por el padecimiento de hambrunas y falta de recursos bélicos, entre otros
males. Los ejércitos comandados por el General Robert E. Lee (máximo jefe militar de la
Confederación) se rendirían en las márgenes del río Appomatox el 9 de abril de 1865,
sellando así el triunfo del Norte sobre el Sur, y precipitando el cese parcial de las
hostilidades. El final de la guerra trajo aparejada la aparición de sectores radicales del Partido
Republicano que bregaban por imponer condiciones extraordinarias a los estados del Sur,
mientras el Congreso de EEUU se inclinaba mayoritariamente por una reconstrucción en paz
de la Unión. El escenario que sucedió a la guerra no era nada pacífico, demostrando que el
conflicto lejos estaba de terminar: el 12 de abril de 1865, el Presidente Lincoln es asesinado,
mientras que el antiguo líder confederal Jefferson Davis era encarcelado en Virginia y
sometido a múltiples vejámenes por sus captores nordistas.
De forma retroactiva, el capítulo sexto analiza algunas diferencias económicas entre ambos
bandos, que explican de forma somera porque el sistema económico del Norte logró
sobrevivir, mientras el Sur socavó al máximo sus recursos durante el desarrollo de las
hostilidades. Según revela Huguet, “Comparativamente, en volumen de recursos materiales y
humanos, la Unión contaba con algunas ventajas de partida inexistentes en el Sur. De entrada
le favorecía una red de infraestructuras y comunicaciones más tejida y conectada, pues el
funcionamiento del sistema de transporte ferroviario fue decisivo en el desarrollo de la
guerra”3. Además, el gobierno del Norte contaba con un Tesoro Nacional que subvencionaba
a los ejércitos, mientras los estados sudistas solamente contaban con las cada vez más
mermadas prerrogativas del comercio con Gran Bretaña y Francia, que tenderían a disminuir
por la baja productividad de las tierras durante el conflicto y una descontrolada inflación de
precios.
En el capítulo séptimo, Huguet hace una valoración histórica sobre los dos principales
contendientes: Abraham Lincoln y Jefferson Davis. El orígen humilde de Lincoln, y su

3 Huguet, Montserrat. Breve Historia de la Guerra Civil de los Estados Unidos. Nowtilus, Madrid,
2015 (pág.117).
entrada improvisada en la política nacional norteamericana, son factores que Huguet destaca
como forjadores de su carácter, tanto demócrata como proclive a legislar sobre las injusticias
sociales. Por su parte, Davis es caracterizado como un militar (su formación había sido en la
academia de West Point), que entendió como un deber la defensa del status quo sureño, de un
estilo de vida cuasi-aristocrático sostenido principalmente en las rentas agrícolas generadas
por el trabajo esclavo.
El capítulo octavo indaga en la heterogeneidad moral de los EEUU respecto a la esclavitud
a partir del Compromiso de Missouri de 1821. Mientras el Norte (con una gran tasa de
población cristiana protestante) veía injustificada a la esclavitud por tratarse de una práctica
inmoral, en el Sur “La argumentación moral en defensa de la esclavitud era en este caso,
además de una sólida creencia, una justificación de índole práctica.”4, lo cual mixturaba la
falta de consideración del esclavo como ser humano con su consideración efectiva como
propiedad, la cual debía ser defendida como un derecho por los propietarios del Sur. En este
escenario, era frecuente en el Sur ver gestos de rebeldía por parte de los esclavos, quienes
forjaban cultos propios o, en casos extremos, huían o formaban motines (siendo el más
eminente el de Nat Turner). En cualquier caso, puede verse que la división en EEUU no fue
(como se creyó por décadas) solo una contraposición entre los modos de producción
esclavista del Sur e industrial del Norte, ya que existían también diferencias teológicas o
filosóficas que separaban a ambas regiones, y que al volverse irreconciliables desataron una
guerra total.
Mientras el capítulo noveno otorga al conflicto una cierta proyección global (con Rusia
apoyando a la Unión debido a su enemistad con Francia y Gran Bretaña, socios comerciales
de la Confederación, mientras paralelamente Lincoln buscaba tejer alianzas con el gobierno
mexicano de Benito Juárez), el siguiente capítulo indaga en el período de la Reconstrucción.
Huguet desprovee de cualidades positivas a este período, ya que pese a que el saldo de sangre
del conflicto había sido alto, “La impronta de la guerra se mantuvo viva y el rastro del
conflicto latente en la naturaleza de la reconstrucción de los estados rebeldes.”5 Dicha
consideración no es gratuita, si consideramos que al cabo de la guerra el radicalismo sudista,
mixturado con la magra situación de los libertos luego de la sanción de los Black Codes por
la administración de Andrew Johnson, abrieron nuevamente heridas en un EEUU que aún no
había terminado de sanar.

4 Huguet, Montserrat. Breve Historia de la Guerra Civil de los Estados Unidos. Nowtilus, Madrid,
2015 (pág.150).
5 Huguet, Montserrat. Breve Historia de la Guerra Civil de los Estados Unidos. Nowtilus, Madrid,
2015 (pág.185).
En su último capítulo, Huguet realiza una reflexión sobre la proyección al futuro de la
guerra civil. Según razona, la situación magra vivida durante e inmediatamente después del
conflicto, abrió una brecha entre pasado y futuro, que permitió a EEUU proyectar (no sin
grandes costos) un futuro venturoso como nación en base a las lecciones aprendidas por la
guerra civil. Los problemas sociales devenidos luego del conflicto (sobre todo en relación a la
población afrodescendiente) son ejemplos de que si bien la guerra es parte del pasado, aún
persisten consecuencias irresolutas de la misma.
La guerra civil norteamericana es un conflicto historiográficamente complejo, y que ha
suscitado múltiples relecturas a lo largo de las décadas. En este trabajo de Montserrat Huguet
tenemos una óptica nueva, integradora y compleja, que sustituye a las existentes durante
finales del Siglo XIX y comienzos del XX; en efecto, haciendo uso del revisionismo como
herramienta heurística de innegable utilidad, Huguet replantea la Guerra de Secesión, y le da
una entidad social, política y cultural alejada de la limitada visión sostenida antaño por la
Historia Política. Como se desprende de la presente reseña, no hay causas definidas para la
generación de un conflicto tan sangriento como este, sino procesos históricos transversales
que se articulan en un todo, y que permiten aprehender con meridiana claridad teórica los
porqué que todos los historiadores persiguen como parte de su praxis científico-social.

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