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Coronado Meza Edna Ximena

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Tercera Lectura “Ensayo”

Los derechos, comprendidos como las "facultades otor gadas o célebres por las reglas
del derecho objetivo", son producto del ser humano y, por esto, se plantea que todos los
derechos son humanos.

No obstante, el concepto "derechos humanos" se emplea para distinguir una especie


especial de derechos, esos que son inherentes al hombre y "que, en cada instante
histórico, concretan las exigencias de la digni dad, la independencia y la estabilidad
humana, las cuales tienen que ser populares de manera positiva por los ordenamientos
jurídicos a grado nacional e mundial".

Como puede advertirse, se han emitido varios pronunciamientos doctrinales en torno a


eso que debería entenderse por derechos humanos, criterio éste que fue además objeto
de estudio en otros espacios, como lo son el normativo y el jurisprudencial.

En lo relacionado al primero de ellos puede hacerse referencia, ejemplificando, a lo


dispuesto en el preámbulo de la Convención Americana de los Derechos Humanos, en
el que está establecido que hablamos de "derechos fundamentales del ser humano [que]
no nacen del hecho de ser nacional de definido Estado, sino que poseen como motivo
los atributos de el individuo humano".

El anterior criterio puede desintegrarse en diferentes recursos que, paralelamente,


conforman atributos distintivos de los derechos humanos, a saber:

Son prerrogativas. Se unen por facultades, poderes y libertades de diversa índole, tales
como: civil, política, económica, social, cultural y ambiental.

Hablamos de los derechos mínimos de las personas. Son derechos irreductibles, puesto
que conforman los derechos fundamentales de las personas; es decir, los derechos
básicos o primordiales de los que debería disfrutar para poder hacer su pleno desarrollo.
Todo ser humano, por su condición de tal, es titular de ellos. Hablamos de derechos
connaturales al hombre, puesto que éste reviste ciertos atributos y valores que tienen
que ser ubicados y salvaguardados. Por esto, todo ser humano, independientemente de
su nacionalidad, raza, sexo, religión, edad, preferencia sexual, situación económica o
cualquier otra condición similar, los tiene.

Su respeto y observancia tienen que ser asegurados por el Estado. La autoridad política
debería velar por que todos los seres vivos gocen realmente de sus derechos
fundamentales; derechos que se conforman en parámetros inquebrantables para el
ejercicio del poder público. De esta forma, como lo muestra Santos Azuela, los derechos
humanos son "los poderes fundamentales, incontrastables del ser humano, fuera de la
esfera de la acción innovadora y reservada del Estado, en cuanto organización política
suprema".

Concretan las exigencias de la dignidad humana. Los principios, la esencia y el fin de


todos los derechos humanos lo es la dignidad humana, puesto que, como lo explica el
Pleno de la SCJN, "en la gente existe una dignidad que debería ser respetada en todo
caso, constituyéndose como un derecho definitivamente importante, base y condi ción
de todos los otros, el derecho a ser identificado y a vivir en y con la dignidad de el
individuo humano, y del cual se desprenden todos los otros derechos, en cuanto son
necesarios para que las personas desarrollen integralmente su personalidad".

Como puede advertirse, es bastante extenso el catálogo de derechos humanos que se


incluye en nuestra Regla Suprema, siendo de destacar el hecho de que en ésta no
únicamente se estatuyen los derechos de el individuo individualmente considerada, sino
además como integrante de un conjunto social, puesto que, con la intención de defender,
principalmente, a los sectores más desvalidos de la sociedad como lo son,
ejemplificando, los trabajadores, los campesinos o los nativos, la Constitución
comprende derechos sociales.

Ahora bien, es de resaltar que nuestra regla Importante no únicamente añade en un


plano jerárquicamente supremo a los derechos previstos en aparatos mundiales cuyo
asunto central sea el de los derechos humanos, sino a todos esos derechos de el
individuo contenidos en tratados de todo el mundo, independientemente de la materia
sobre la que verse.

La titularidad de los derechos humanos "no puede estar restringida a una clase definida
de personas" o a un entorno histórico o espacial definido y, por esto, "tienen que ser
aceptados y respetados por todos los Esta dos, con libertad de su sistema político,
económico y social. En este tenor, el inicio de universalidad, "a partir de un criterio a
gusto, debería permitir la ampliación de los titulares de los derechos y de las situaciones
protegidas por aquellos derechos", hasta conseguir que toda la gente, en todo tiempo y
sitio, disfruten verdaderamente de ellos.

Interdependencia. Los derechos humanos se refieren a ciertos bienes básicos que


constituyen lo que se considera dignidad humana y, por lo tanto, forman parte de un todo
que no debe verse de forma aislada. El principio de interdependencia se basa en el hecho
de que los derechos humanos son interdependientes o interdependientes y que la
realización o violación de cualquiera de ellos afecta el goce y efectividad de los derechos,
y las consecuencias de otros derechos.

En nombre de este principio rector, las autoridades competentes deben velar por que
todos los derechos sean plenamente respetados y que no se pueda vulnerar un derecho
con el pretexto de respetar otro, sino, por el contrario, que la existencia de un derecho
dependa siempre de su realización. de ese derecho o de otros.

Indivisible. Este principio tiene en cuenta el hecho de que los derechos humanos
constituyen un todo indivisible; Es decir, porque constituyen los elementos del todo.

sin permitir la segregación racial. Por este principio, los estados no pueden reconocer
ciertos derechos y desconocer otros, ya que todos forman una unidad básica, el goce o
ejercicio de ese derecho no puede ser parte de ella. Así, el principio de indivisibilidad
“implica una visión integral de los derechos humanos en la que todos los derechos están
unidos, no por subordinación, sino porque forman, de una forma u otra, un solo edificio”,
e implica como idea central que “los derechos sólo puede realizarse a través de la
práctica.” común a todos.

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