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Retomando ideas generales

En el primer texto compartido, Daniel Brailovsky utiliza esta imagen para hacer referencia a un
orden fundante, aquel que hacia 1880 se configura en un sistema educativo homogeneizante,
abarcador, igualitario. Claro que por ese entonces, fue el mecanismo perfecto y necesario para
que la Argentina naciente forjara los cimientos de un Estado Nación.
El autor describe y analiza la
imagen: “…muestra, en
principio, un cuadro
ordenado. No sólo porque los
cuerpos de todos estos niños
están en filas muy prolijas y
bien calculadas, sino porque
detrás de ese ordenamiento
de los cuerpos hay un
conjunto enorme de reglas,
hábitos adquiridos, normas de conducta y mecanismos de toma de decisiones. En algún lado
(tal vez en un reglamento, un diseño curricular, un manual, un libro de texto) se ha escrito que
todos deben vestirse, pararse y moverse de esa manera; y esa decisión reposa (igual que la
enseñanza de las tablas de multiplicar, los ríos y las montañas de las que hablábamos hace un
rato) en la idea de que todos deben tener algo en común para poder conformarse como una
sociedad de iguales. El orden fundante surge de la necesidad de entender a la educación como
un gran sistema. No hace falta demasiado orden para enseñarle algo a un niño. Hace falta
orden, diríamos parafraseando a la generación de Sarmiento, para sentar las bases que
permitan, mediante la educación, imaginar un futuro para todo un pueblo.” (Brailovsky; 2018)
La observación, descripción y análisis de la imagen es tan solo la antesala para introducirnos en
la idea de Pedagogía crítica.
Con la Ley de Educación 1420, una de las
tantas primeras leyes que configuran el
sistema educativo en su origen, se
instala la educación laica, gratuita y
obligatoria, en un territorio donde
primaban colonias extranjeras, y donde
aún quedaban pueblos originarios con
su propio dialecto, cultura y tradiciones. Civilización o barbarie decía y titulaba una de sus
obras literarias D. F. Sarmiento destacando de este modo, patrones culturales “deseables”
mientras observada la cultura nórdica y contraponiendo a la cultura aborigen como aquello
que había que combatir y desterrar. El guardapolvo blanco para igualar las diferencias y como
símbolo de pulcritud que conllevaban el ideal higienista. Entones hacia 1880 primaban la
HOMOGENEIZACION-NORMALIZACIÓN -HIGIENISMO- UNIFICACION DE LA LENGUA.
Desterrando la mínima posibilidad de las diferencias y la heteronomía. “Corrigiendo y
Adaptando” esas diferencias por la fuerza… a base de castigos físicos, rebenque, maíz en las
rodillas… todos tuvimos un abuelo o padre que compartió relatos escalofriantes al respecto,
¡¡los invito a indagar en estas historias!!

Adentrarnos en el contexto histórico por un ratito, nos permite comprender el sentido de la


pedagogía crítica. La misma, llega para señalar y visibilizar algo que desde el origen del sistema
educativo se instala, la idea de igualar, homogeneizar, culturalizar bajo los mismos códigos
morales y lingüísticos a la sociedad. Brailovsky (2018) sostiene: “La pedagogía crítica analiza lo
que pasa en la escuela más allá de la necesidad de que el sistema de enseñanza sea eficaz. Se
pregunta ¿eficaz para qué? ¿Eficaz para reforzar los intereses de qué sectores sociales y
económicos? A una pedagogía crítica le interesa destacar los problemas políticos y sociales que
permanecen ocultos detrás de los asuntos “técnicos”.”

Pero con la llegada de la pedagogía critica y distintos


movimientos político-sociales a nivel mundial, llega para
quedarse la idea de derecho a la educación desde una
perspectiva distinta a la anterior ya que la idea de derecho se
asocia a la idea de justicia educativa. Es decir, antes (1880) el
foco se ponía en la obligatoriedad por un “bien mayor”: el
surgimiento del Estado Nación. Y el derecho a la educación se cubría tan solo por matricularse
en la escuela (la educación como obligatoriedad). Pero con la pedagogía crítica, movimiento
que inicia entre 1960-1970, se profundiza el sentido de derecho cuestionando patrones
normalizadores que solo contribuían a la exclusión del sistema educativo. Con este
movimiento y el siguiente (teorías postcríticas) se evidencia la imperiosa necesidad de incluir e
integrar para garantizar dicho derecho. De este modo los conceptos que se destacan son
HETERONOMÍA – DIFERENCIAS- INCLUSIÓN – INTEGRACIÓN- DERCHO A LA EDUCACIÓN –
JUSTICIA EDUCATIVA-
Desde entonces, el sistema educativo ¿lleva adelante un choque de ideales, tal vez? ¿Una
contradicción de intereses? ¿Es posible la convivencia de ideales de homogeneidad y
heterogeneidad en un mismo sistema educativo?

Las autoras Rosato y Heredia plantean: “En


términos de derechos, es primordial llevar
adelante estrategias de inclusión, que los
chicos puedan ingresar al sistema educativo
formal y permanecer en él y, a la vez, que éste
no se convierta en un factor de contención y
asistencialismo, sino por el contrario que el
proceso de enseñanza-aprendizaje genere las
condiciones para que la escuela sea
herramienta de construcción, distribución y
apropiación del conocimiento.” (María Rosa
Rosato y Olga Susana Heredia; 2007)

Entonces… el derecho a la educación hoy es mucho más que asistir a clases y figurar dentro del
sistema educativo. Este derecho implica, estar dentro de la escuela, permanecer, aprender, y
concluir sin quedarse en el camino. Y no depende solamente de la institución familiar cumplir
con la asistencia obligatoria. Esta nueva mirada, implica a todos los actores de la comunidad
educativa: el Estado como máximo garante, la institución escolar, la institución familiar y el
docente. De este modo, garantizar acceso, políticas públicas para la inclusión social, asistencia,
acompañamiento, gestión institucional de gestión en el aula con tantas estrategias como hagan
falta para que niños, niñas y adolescentes tengan garantizado un derecho básico.
Es importante aclarar que a esta nueva mirada se suman nuevas leyes y marco normativo como
la Convención Internacional de los Derechos de las personas con Discapacidad, Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño en 1989, las reformas de La Ley de Educación
Nacional 26.206 entre tantas otras.

Para finalizar, los invito a escuchar a Eduardo Rinesi, un filósofo, politólogo y educador
argentino, una mente brillante en materia de política educativa. Que nos trae con esa
dialéctica tan particular que lo caracteriza, una cuestión clave a la hora de justificar a la
pedagogía crítica, y esto no es ni más ni menos que el derecho a la educación.
https://www.youtube.com/watch?v=-xhwx8qnJF4

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