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MATERIAL DISCIPULAR

Ruben Dario Quijano


7 PASOS A LA PROSPERIDAD
SEXTO PASO:
Diezme fielmente
Uno de los principios bíblicos más hermosos y poderosos es el diezmar. Esta es
una forma de decirle a Dios que confiamos en Él, que nuestra provisión viene
de Él y no de nuestra capacidad, empleo o dinero. Más allá de toda
explicación bíblica, el diezmo es un acto de gratitud a Dios.

Para el recién convertido el diezmo es conflictivo y esto no es debido a que no


haya claridad en la Palabra respecto al tema, sino por la importancia que el
ser humano da al dinero. Más allá de todas las excusas que se presentan y de
la falta de conocimiento en la Palabra, quienes no diezman lo hacen por amor al
dinero, lo cual es “raíz de todos los males” (1 Tim. 6:10) Usualmente el nuevo
convertido necesita tiempo y claridad para entender la bendición que
representa dar y específicamente diezmar, curiosamente, los más reacios a
este principio son los creyentes experimentados, quienes suelen asirse de
disculpas para no obedecer la Palabra. Veamos algunos ejemplos:

A- “No diezmo, pues el diezmo es de la ley”. Quienes aducen esta


razón ignoran que la práctica del diezmo se remonta al padre de la fe, es
decir a Abram. Recordemos que éste fue llamado por Dios y en obediencia se
dirigió a la tierra que Dios le daba, allí vivió un tiempo de escasez, por lo que tuvo que
emigrar hacia Egipto, cuando volvió de Egipto, Dios le había prosperado abundantemente y
al encontrar a Melquisedec, sacerdote de Salem (Cristo mismo), Abram le dio los diezmos
de todo, sin tener Biblia, sin haber sido instruido y por si fuera poco, cientos de años
antes de la ley de Moisés. Simplemente recordó sus tiempos de escasez y la manera cómo
Dios lo había prosperado, así que por gratitud, ofreció su diezmo a Dios; de la misma
forma lo hizo Jacob en tiempos bien anteriores a la ley.

B- “No diezmo, pues el Diezmo es del Antiguo Testamento”. La defensa de


esta razón alega que en Cristo se hace innecesario diezmar, sin embargo esto sería
directamente contrario a la gratitud y a la fidelidad a Dios, es decir, sería irracional que
en Cristo no manifestáramos gratitud y dependencia a Dios. En este mismo orden de
ideas, nótese que encontramos registros que en el Nuevo Pacto, este mandato es una
práctica no solo de la iglesia sino aún del mismo Señor Jesucristo.

Jesús diezmó. Mateo 23:23 nos dice cómo el Señor criticó la hipocresía de los escribas
y fariseos quienes diezmaban aún aquello de poco valor olvidando la esencia de dicha
práctica lo cual es el amor a Dios, por lo que Él dice: “Esto era necesario hacer (Amar),
Sin dejar de hacer aquello (diezmar)” Es importante resaltar que el pasaje mencionado no
critica el diezmo, sino el hacerlo despojado de una actitud de amor. Por otra parte
sabemos que Jesús diezmó ya que en su juicio no se encontraron pruebas contra Él, si el
Señor no hubiera diezmado, esto hubiese sido un punto clave para su acusación.

-La iglesia diezmó. Hebreos 7:8 dice: “Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres
mortales...” es decir que la iglesia practicaba el diezmo y el mismo Pablo nos dice “Cada
uno dé como propuso en su corazón...”(2 Co. 9:7) de donde entendemos que el 10% es la
medida mínima, de ahí en adelante debe haber una propuesta de corazón al dar a Dios.

C- “No diezmo, pues no me alcanza...” Es bueno aclarar que a Dios nunca se le


da de lo que nos sobra, para Él son las primicias, los primeros frutos, con ello le decimos
que no dependemos de nosotros mismos. Para quienes no diezman por que no les alcanza,
sería más justo decir: “NO ME ALCANZA, PORQUE NO DIEZMO”.

D- “No diezmo pues no sé cómo se maneja el dinero de la iglesia”. La iglesia


no puede ser vista como un club, una cooperativa o una fundación donde damos aportes.
El diezmar no es dar, es entregar a Dios lo que es de Dios. Es sencillo, el diezmo no nos
pertenece, para decirlo de alguna manera, es nuestro impuesto a Dios por darnos la vida.
El manejo de estos recursos es exclusivo de los siervos de Dios, no olvidemos que el
diezmo es para los “levitas”, el manejo de los diezmos “no es tu problema” pues no son
tuyos, esto también implica que no está autorizado para administrarlos, es decir, no
puede Usted escoger dónde o a quién entregarlos, simplemente debe llevarlos al alfolí.

El Diezmar es una gran bendición, de esto da testimonio el pueblo Hebreo para quienes el
diezmo es una práctica inalterable es por ello que son los “dueños” de la economía
mundial. Si revisamos lo que dice Malaquías, descubrimos que el no diezmar es acarrear
castigo a los nuestros al condenarlos a una vida de necesidades y escasez. ¿Deseas ser
prosperado por Dios? Entonces “Dale a Dios lo que es de Dios”.

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