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PERIODISTAS POR EL PLANETA

En Chubut falta agua, pero el gobierno


provincial insiste con una apuesta a la
megaminería
El aumento sostenido de la temperatura proyecta para el centro y norte de la
Patagonia deshielos tempranos, reducción del caudal de los ríos, aumento de la
aridez y degradación de los suelos. En ese marco, el gobierno provincial busca
habilitar la minería a gran escala, una actividad resistida desde hace dos décadas
por la población.

Julián Raso
Chubut — 8 de diciembre de 2021

Protesta contra las actividades extractivistas en Rawson, Chubut. Daniel Feldman

El invierno de 2021 transcurrió en la provincia del Chubut, en el sur de la Argentina,


con una reflexión común para cualquier conversación sobre el clima: se viene un verano
difícil. Para fines de septiembre, en la ciudad de Esquel había llovido un 40% menos
que el año anterior —otro año seco—. La situación era similar en el resto de la
cordillera, por lo que se espera que en las ciudades de la costa falte agua en el
verano y que se repitan las condiciones para que se desarrollen incendios forestales
como los que afectaron, en marzo pasado, a la Comarca Andina.

Si bien es normal que haya ciclos húmedos y otros secos, en general, llueve y nieva
cada vez menos en las nacientes de los ríos. El agua atraviesa la gran mayoría de los
problemas provinciales por falta de control y planificación en su uso: lagunas, lagos y
ríos secos, comunidades con pozos que ya no logran extraerla; tormentas que enturbian
ríos con cada vez menos caudal y generan problemas en la potabilización.

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El cambio climático implica, para la región, la profundización de estos problemas.
El aumento sostenido de la temperatura proyecta, para el centro y norte de la Patagonia,
deshielos tempranos, reducción del caudal de los ríos, aumento de la aridez y
degradación de los suelos, mayor frecuencia e intensidad de eventos extremos (como
tormentas localizadas) y condiciones favorables para el desarrollo de incendios
forestales. 

En ese marco, y a pesar de ese pronóstico, el Gobierno provincial busca habilitar la


minería a gran escala, una actividad resistida desde hace dos décadas por la población.
El proyecto, presentado a fines de 2020, lleva las firmas de todos sus ministros, dos de
los cuales fueron candidatos por el oficialismo en las elecciones legislativas que
tuvieron lugar el pasado 14 de noviembre y quedaron en el cuarto lugar, apenas
arañando al 10% de los sufragios.

Marcha en Esquel contra la Megaminería. Daniel Feldman @feldman_da

Falta de agua: sin control ni planificación

El río Chico conectaba la cuenca del río Senguer con el río Chubut tras recorrer casi 300
kilómetros. Hace 80 años, su cauce dejó de ser permanente y son contadas las veces
que volvió a correr agua. Su nacimiento era provocado por el desborde del Colhué
Huapi, un enorme espejo de agua que hoy también está seco. El lecho del lago,
expuesto, es levantado por el viento patagónico, generando un campo de dunas que
avanza hacia el este. Y, los días de mucho viento (nada raro en Patagonia), se genera
una pluma de polvo que desde el espacio parece una erupción volcánica. Los
sedimentos desertifican el suelo, cubren la ciudad de Comodoro Rivadavia, afectando la
salud de la población, y llegan incluso a depositarse en los hielos de la Península
Antártica.

El río que abastecía el Colhué Huapi fue cerrado artificialmente para intentar sostener el
nivel de su vecino, el lago Musters. De allí se abastece un importante acueducto que
corre riesgo de no poder tomar agua por la continua bajante del lago. Este año, se habló
de avanzar con una obra de bombas flotantes para evitar que la población de Sarmiento,

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Comodoro Rivadavia, Rada Tilly y Caleta Olivia (más de 250.000 personas) se queden
sin agua durante el verano.

Sin embargo, el consumo de agua de la población no es el principal responsable de la


falta de agua en el lago. Al ciclo climático seco se suman años de utilización del
recurso por parte de petroleras y, como causa principal, la reconocida por el
organismo oficial encargado de su control (el Instituto Provincial del Agua): río arriba,
cientos de canales clandestinos sin compuertas desvían el río Senguer para hacer
riego por inundación en estancias ganaderas, sin medición ni control por parte del
Estado, sin siquiera dejar de inundar los campos en invierno cuando el agua debería
llegar en grandes cantidades a los lagos.

Lluvias extraordinarias

En las últimas décadas, Chubut ha registrado tormentas excepcionales y localizadas


sobre terrenos afectados por la desertificación. Las más recientes y recordadas son el
desborde del arroyo Telsen en 2014 (198 milímetros en 24 horas) y la de Comodoro
Rivadavia en 2017 (232 milímetros en 24 horas), principalmente por cómo afectaron
directamente a poblaciones urbanas, viviendas, chacras, caminos y servicios. Sin
embargo, se desarrollan en distintos puntos del territorio y muchas veces, como en los
casos mencionados, descargan en pocas horas lo que normalmente llueve a lo largo
de todo un año. Este tipo de tormentas generan la activación de cauces de arroyos que
no son permanentes, arrastrando sedimentos cuenca abajo y enturbiando el río Chubut:
es común que se dificulte la potabilización y se deba cortar o racionalizar el agua para la
población en localidades como Rawson, Trelew, Gaiman, Dolavon y Puerto Madryn.

La tormenta de Comodoro Rivadavia, por ejemplo, alcanzó la cuenca seca del río Chico,
que venía acumulando los mencionados sedimentos del fondo expuesto del Colhué
Huapi. La crecida llegó hasta el Florentino Ameghino, embalse que hoy ocupa lo que
era la confluencia con el río Chubut, elevando repentinamente su nivel 12 metros y
volviéndolo turbio por dos meses. En esa ocasión, la falta de agua potable para la
población duró dos semanas; las restricciones, tres meses.

Los estudios científicos demuestran que cada vez hay más tormentas localizadas y que
el cambio climático las hará más extremas. Un informe de la Universidad Nacional de la
Patagonia sobre la tormenta de 2017 revela la complejidad y la fragilidad de la realidad
hídrica de la comarca del Valle Inferior del río Chubut: “Sequías,  inundaciones  y 
problemas con la calidad del agua son problemas intrínsecos de las características
biofísicas de este sistema, y sólo pueden ser agravados  por  el  cambio  climático  y  las 
actividades  humanas no planificadas”.

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Acceso a Minas Argentinas, a 35 km de Gastre, eje del proyecto minero. DanielFeldman

Disminución del caudal en el Río Chubut

El Chubut es, en verdad, otro río chico, sobre todo si se lo compara con sus pares
patagónicos —51 metros cúbicos por segundo frente a los casi 800 m3 del río Santa
Cruz o los más de 1.000 m3 del río Negro—. Hoy, es el único río que recorre la
provincia completa de oeste a este, desde la cordillera hasta el mar. Abastece a la
mitad de la población de la provincia y a la agricultura de su valle inferior, que en
veranos secos llega a utilizar el 80% del caudal.

A la falta de control sobre el uso del agua y las complicaciones que generan las
tormentas en su potabilización, hay que agregar la proyección que el cambio climático
ofrece para la región. Natalia Pessag es meteoróloga e investigadora del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y una de las autoras del
estudio que proyecta para fin de siglo un promedio de disminución del 40% en las
precipitaciones en la cabecera de cuenca, esto es, donde nace el río. “Ya hay
tendencias en la reducción de precipitaciones y del caudal del río. Son cambios
continuos que se vienen evidenciando desde 1950 a la actualidad y van a continuar en el
futuro”, explica.

Este estudio, así como otros relacionados al río Chubut, puede encontrarse en
unriotodaslasaguas.com.ar, que es una iniciativa que busca dar a conocer la información
científica generada por las instituciones científicas de la región. Entre otras cosas, estas
investigaciones explican que la disminución del caudal, además de afectar debido a la
falta de agua, modifica la capacidad del río de diluir compuestos que provienen del
suelo pero también de las actividades humanas. 

Emergencia hídrica

Este 2021, el invierno -con pocas precipitaciones- adelantó un verano en el que no


alcanzará el agua para la población y para la producción agropecuaria. Ante la
evidente crisis, el gobierno provincial cambió al encargado del Instituto Provincial del

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Agua y logró, en poco tiempo, una Ley de Emergencia Hídrica, con lo cual se
garantizan fondos y se habilitan contrataciones directas para distintas obras. La
Legislatura acompañó el proyecto dada la urgencia, pero no faltaron quienes recordaron
los juicios por corrupción que se llevan adelante por las contrataciones directas
fraudulentas en la Emergencia Ambiental de 2017 en Comodoro Rivadavia. Las
asambleas socioambientales desconfían sobre las verdaderas intenciones y desde la
Unión de Asambleas de Comunidades de Chubut (UACCh) denuncian, en referencia a
la falta de controles del gobierno y a las intenciones de avanzar con obras sin licencia
social: “No te saca del problema quien te mete en él”.

Mientras tanto en Yala Laubat, pequeña aldea escolar en la meseta chubutense, no


tienen agua desde junio, cuando el pozo que les abastecía se secó. Se abastecen con un
camión que recorre más de 100 kilómetros para buscar agua en otra población, Lagunita
Salada. La solución parecía llegar en el invierno, con el arribo de la máquina
perforadora del Estado provincial para realizar una nueva perforación, pero se rompió y,
desde entonces, no hay novedades. Como en distintas localidades de la meseta, el agua
está, pero bajo tierra.

Reservas de agua subterráneas. El acuífero Sacanana

Sacanana es uno de los acuíferos subterráneos de la Meseta Central Norte chubutense.


Según estudios de la empresa Hidroar S.A., tendría agua para 3 millones de personas.
Pero, hay un problema: las mediciones fueron realizadas a pedido de Pan American
Silver, empresa minera que pretende construir un campo de pozos de bombeo para
abastecer un proyecto que prevé utilizar 9 millones de litros por día para la
extracción de plata y plomo a cielo abierto.

Según la empresa encargada de las mediciones, el proyecto minero utilizaría sólo el 2%


del agua, dado que el acuífero se recargaría con las precipitaciones. También aseguran
que la cuenca no tiene conexión con el Chubut, por lo que “sería imposible” que el río
se contamine.

Para el ingeniero Héctor Malnero, Jefe del Departamento de Ingeniería Civil


Orientación Hidráulica de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco
(UNPSJB), la información no es suficiente y está generada para dar sustento a la
actividad extractiva. Indica que falta información importante sobre la profundidad de
la cuenca en distintos puntos, los niveles de evaporación y los cambios entre ciclos
secos y húmedos, es decir, el nivel real de precipitaciones sostenido en el tiempo.

“Es un estudio presentado como concluyente, pero, en verdad, es sólo un primer paso,
una foto. Para análisis dinámicos es necesario analizar toda la película. En Patagonia,
por norma, cualquier estudio de este tipo debe tener, mínimo, entre 25 y 30 años para
incluir al menos un ciclo húmedo y uno seco. Predecir o tratar de establecer un estudio
así requiere de un esfuerzo de recursos y tiempo que excede mucho a lo que se ha
hecho”, afirma Malnero, y agrega que, además, el Estado no ha contrastado ni
verificado esa información: “Se han tomado y dado por bueno esos estudios sin haberlos
verificado”.

Con esta realidad y pronósticos, la existencia de acuíferos subterráneos se vuelve un


hecho de suma importancia. En un contexto de cambio climático, crisis hídrica y falta

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de agua, su cuidado y preservación debería ser una política central. Sin embargo, la
política actual del gobernador Mariano Arcioni apunta casi exclusivamente a “zonificar”
la provincia y habilitar proyectos mineros precisamente sobre el acuífero Sacanana.

Protesta en Esquel en 2003 contra la megaminería. Daniel Feldman @feldman_da

Una actividad resistida hace 18 años

La minería a gran escala y a cielo abierto está prohibida en la provincia desde 2003, año
en que la movilización del pueblo de Esquel forzó un plebiscito en el que el 81% de la
población votó en contra de un proyecto en su cordón montañoso. El levantamiento
popular logró también la Ley XVII-Nº 68 (antes Ley 5001) y la sostuvo desde entonces
frente a distintos intentos de modificarla. La defensa del agua y el territorio contra
esta actividad extractiva se extendió a toda la provincia, tomando forma en
asambleas ciudadanas y de comunidades, pero también como un debate y una identidad
propia que atraviesa partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales, religiosas y
la sociedad toda.

Desde noviembre de 2020, se encuentra en la Legislatura un proyecto de zonificación


minera presentado por el gobernador que busca proponer una excepción a la ley actual.
En un principio, buscaba habilitar la actividad casi en el 70% del territorio provincial,
incluyendo yacimientos uraníferos sobre el río Chubut, pero hoy, más acotado, busca
casi exclusivamente habilitar el Proyecto Navidad de la transnacional Pan American
Silver. La empresa compró el proyecto en 2010, con la legislación que prohibía su
explotación a cielo abierto en plena vigencia.

Distintos sectores sociales y políticos se han pronunciado contra esta zonificación


inconsulta. Con diversas pero similares argumentaciones, se sostiene que el gobierno
llegó a donde está haciendo campaña en sentido contrario, que el proyecto no fue
debatido a nivel social, que se está alterando la paz social y que la provincia no tiene
recursos para garantizar el control siquiera de las actividades extractivas que hoy
afectan al ambiente y la sociedad. Las asambleas presentaron nuevamente una
Iniciativa Popular, herramienta que ofrece la Constitución Provincial para que la

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población presente leyes a la Legislatura. Avalada por 30.196 firmas (más del 7% del
padrón electoral), buscaba incluir etapas y procesos no contemplados en la ley actual,
pero fue rechazada por la Legislatura en mayo de este año en una sesión exprés.
Comunidades mapuche tehuelche de la región afectada por la zonificación buscan, por
vía judicial, que el proyecto de zonificación no avance sin realizar la consulta previa,
libre e informada que indica el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT): rechazado el amparo por cuestiones técnicas por la justicia chubutense,
se abre el camino a que la disputa llegue a la Corte Suprema de Justicia.

Por su parte, las instituciones del sector científico-académico como el Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria (INTA), la UNPSJB, la Universidad Tecnológica Nacional
- Facultad Chubut se han manifestado en contra del proyecto. También la mesa técnica
del Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET), desde donde elaboraron un
informe interdisciplinar en el cual solicitan que el proyecto sea retirado, manifestando la
necesidad de evaluar los riesgos de la minería sobre acuíferos subterráneos en un
contexto de cambio climático, así como distintas preocupaciones de índole social.

El pasado 4 de diciembre, se cumplieron 19 años de marchas mensuales en Esquel, a las


que hay que sumar las que cada 23 de marzo conmemoran el plebiscito de 2003 y todas
las realizadas frente a cada intento del poder político y el lobby minero de avanzar. Las
actividades, el cuarto día de cada mes, se extendieron hace años a toda la provincia,
convirtiéndose en una lucha que excede al pueblo cordillerano e involucra a gran parte
de la población.

Sin embargo, llegamos a fin de año y nuevamente vuelve la amenaza megaminera.


Sin importar los pronósticos científicos, la emergencia hídrica, ni la licencia social, el
gobierno vapuleado en las urnas sólo encuentra respaldo en sectores que proponen como
única salida profundizar el extractivismo, un sistema que endeudó a la provincia y la
está dejando sin agua.

Este artículo es parte de COMUNIDAD PLANETA, un proyecto periodístico liderado


por Periodistas por el Planeta (PxP) en América Latina, del que elDiarioAr forma
parte.

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Chubut y la degradación social e
institucional que provoca la megaminería
Maristella Svampa Enrique Viale

La megaminería Télam
16 de diciembre de 2021 21:29h

A espaldas de la sociedad, con represión, con degradación institucional, con corrupción


política: así se impone la megaminería en casi todo el mundo. No por casualidad es la
actividad extractiva más resistida en el planeta, en América Latina, en Argentina.
Oposición que se ha incrementado en contextos de escasez hídrica, como el actual, en
plena crisis climática.

Hace años que venimos advirtiendo que la megaminería no sólo es sinónimo de


contaminación ambiental sino también de una gran degradación social e
institucional. Lo que ocurre en la provincia de Chubut es una demostración cabal de
ello. En Chubut hubo un plebiscito, en 2003 donde el 82% de la población de Esquel
dijo NO a la Mina, y la primera ley provincial del país que prohibía la minería a cielo
abierto con uso de sustancias tóxicas. Luego, ante la insistencia de los diferentes
gobiernos y corporaciones, hubo también dos iniciativas populares (con decenas de
miles de firmas de ciudadanxs), primero en 2014, y más recientemente otra, en 2020-
2021, en plena pandemia, cuyo objetivo era el de reforzar la ausencia de licencia social
para la minería. Iniciativas populares que mostraron la perseverancia de la
ciudadanía chubutense en los dispositivos institucionales, pese al comportamiento
corrupto de muchos de sus legisladores, que lograron obturar su tratamiento en las
dos ocasiones. Pese ello, la lucha popular y democrática lleva casi 20 años resistiendo,
activa y de manera informada, las embestidas de la megaminería.

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Sin embargo, la aprobación de la actividad sin licencia social siguió avanzado,
cometiendo los atropellos institucionales más indignantes. Justo hace un año se viralizó
el video de una cámara oculta que mostraba a un diputado provincial solicitando dinero
para apoyar el ingreso de la mineria a la provincia. Ayer, 15 de diciembre, ese mismo
diputado estuvo presente en la legislatura provincial -como si no hubiese habido ningún
delito previo- y votó a favor, consumando de ese modo su parte del “trato”, en favor del
ingreso de la actividad extractiva.

Leila Lloyd Jones, otra diputada provincial, aseguró en un audio -que también se
viralizó- que la coima a los legisladores en Chubut para habilitar la minería a gran
escala “es de 10 millones de pesos”. Luego ratificó estos dichos ante la Justicia, para lo
cual aportó elementos de prueba e incluso señaló a Guillermo Corneo, el abogado del
actual gobernador Mariano Arcioni, como el gestor del cohecho.

Todo este manoseo institucional y moral no nos sorprende. En 2014, en otro embate
minero, se difundió la fotografía del celular de un diputado provincial recibiendo
instrucciones de cómo redactar una ley, de parte del CEO de una transnacional
minera, en plena sesión parlamentaria. La foto recorrió el mundo como símbolo de la
corrupción política y del fuerte lobby de las corporaciones. Por unos años los sectores
promineros se mantuvieron en silencio, avergonzados. Luego, favorecidos por la
impunidad, volvieron a beber las aguas del olvido, para ir a la carga una vez más, y
refrendar que en Chubut las grandes mineras, literalmente, pretenden redactar las
normas.

Fue así que la Legislatura de Chubut con el apoyo del Ejecutivo provincial y en una
sesión sin previo aviso, burlando la voluntad de una sociedad alerta y movilizada desde
hace tantos años, decidió habilitar la zona de la meseta central para desarrollar la
megaminería. No habían pasado 24 horas todavía, que el gobernador Arcioni presuroso
promulgó la ley. Las compañías mineras ya deben estar bajando las maquinarias hacia la
meseta. De eso se trata: de hacer tabula rasa –pues la corrupción política y el lobby
empresarial en este país no se penalizan-, y de ir rápido, golpeando de manera
inesperada, blindando al poder, antes de que la población salga a cortar los caminos con
sus pretensiones antiguas de democracia, defendiendo el agua escasa y los territorios
cada vez más indefensos.

¿Si Chubut es una provincia con un solo gran río, si la escasez hídrica es ya una realidad
acuciante, qué sucederá entonces cuando avance la minería, que es una actividad
sedienta de agua y de energía? Es sabido que la gran minería avanza sobre los territorios
y entra en competencia con otras actividades por la utilización del agua, la tierra,
energía y otros recursos. Para extraer los minerales diseminados en grandes extensiones
de territorio, esta actividad se realiza a cielo abierto, con el uso de demenciales
cantidades de energía, explosivos, agua y sustancias extremadamente tóxicas para
separar la roca del mineral. Un ejemplo nos sirve de muestra: La Alumbrera, en
Catamarca, otra provincia con escasez hídrica, tiene autorizado la utilización de más de
86 millones de litros de agua dulce por día, mucho más que el consumo total provincial
y, a su vez, en materia eléctrica representa el 85% del consumo de la energía de toda la
provincia. Catamarca muestra hoy un paisaje socioeconómico desolador, a pesar de más
20 años de actividad.

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En Chubut, miles de personas salieron a las calles en defensa de los territorios y el agua.
Inmediatamente después, llegó la represión, con balas de gomas y detenciones. Según el
CELS desde que el gobierno de Chubut presentó el proyecto de ley en el año 2020, la
respuesta recurrente fue la represión sistemática de las protestas, la detención arbitraria
de manifestantes y los allanamientos a las casas de asambleístas. Además, se
identificaron personas infiltradas con el objetivo de generar disturbios en las protestas.
Así, a los tiros, a la fuerza y manipulando las instituciones, la provincia es el modelo
modelo por excelencia de la máxima que dice “A más extractivismo, menos democracia
y más represión”.

¿Y qué hay del principio de no regresividad de las leyes? Claramente la ley de


zonificación que aprobaron los diputados en Chubut es un retroceso en materia de
protección ambiental. Por lo tanto es cuestionable judicialmente por violar el principio
de no regresión ambiental. Sin embargo, de modo maquiavélico, la legislatura buscó
blindarse ya que en esta misma semana aprobó: 1) la designación de 3 nuevos jueces del
Tribunal Superior de Justicia; 2) una reforma de Ley de amparo (con el objetivo de
limitarlo); 3) La limitación de las medidas cautelares contra el Estado. Todo pensado,
orquestado, planificado en la lógica de saqueo y la entrega. Como si fuese armado por el
buffet de abogados de la empresa Panamerican Silver, que no se ha cansado de invertir
en costosas acciones en favor de la minería. Según ha trascendido, la multinacional
canadiense minera gastó 30 millones de dólares en Chubut entre 2013 y 2019, sin mover
una roca. 

El pueblo de Chubut saldrá a las calles. Las protestas no cesarán. “Se viene el
Chubutazo”, anuncian ya desde varios lugares de la provincia, y aguarda un país
demudado, que en medio de tanta indignación siente que no es posible avalar ni tragarse
todo este  entuerto antidemocrático gestado por el gobierno provincial, parte de la clase
política y las corporaciones mineras. Porque ante la defensa de la vida, el agua, los
territorios, ya no hay ciudadanía que aguante si no se respeta la voluntad popular y no se
amplían los canales democráticos de representación. Deberían haberlo aprendido ya,
después de lo ocurrido en Mendoza, con la gran pueblada en defensa del agua de fines
de 2019.

La historia de la megaminería en
Chubut, atravesada por una crisis
democrática

Nicki Becker Laura Aluminé García

Jóvenes por el Clima 16 de diciembre de 2021

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Protesta en Chubut contra la megaminería

 Hace dos semanas estábamos junto a miles de personas en plena marcha en Esquel. En
la movilización, que se hace todos los días 4 de cada mes, había gente de todas las
edades y se escuchaba con mucha fuerza  “El agua es para el pueblo, mineras no. Jamás
podrán, el pueblo está en la calle no pasarán”. 

A pesar de que la lucha en Chubut lleva casi 20 años, ayer en menos de 1 hora, en una
sesión sorpresa y sobre tablas, la legislatura de Chubut aprobó la ley de zonificación
minera que habilita la megaminería en la provincia. 

Ni bien se supo de la noticia, vecinos de toda la provincia fueron a la Legislatura en


Rawson, donde hubo represión con balas de goma y gases lacrimógenos, resultando
heridos más de 20 asambleístas. La lucha de Chubut lleva 19 años, y la historia
definitivamente podría ser comprada por Netflix para hacer una serie en la que la
adrenalina, acción y tensión no faltarían.

Los vecinos y vecinas de la provincia desde el 2002 con la primera embestida minera,
no frenaron su lucha. En 2003 en Esquel, donde se pretendía desarrollar el proyecto
“Suyai” en manos de Meridian Gold, el pueblo comenzó a informarse, e informar sobre
las  consecuencias que traería este proyecto, logrando así que se convoque a un
plebiscito, para que los ciudadanos decidan el futuro de la ciudad. Con más del 81%
ganó el rechazo al emprendimiento minero. Y ahí comenzó a gestarse esta resistencia,
que se incrementa con los años convirtiéndo así a Chubut en un ejemplo de lucha
socioambiental para todo Latinoamérica. 

Esquel sin dudas puso el tema en discusión en la provincia, lo que generó la creación de
la ley 5001 que prohíbe la explotación minera, y la organización de todas las asambleas
chubutenses, que resisten hasta el dia de hoy a las multinacionales, y al gobierno que
actúa en contra de la voluntad popular.

En 2014, se presentó la primera iniciativa popular para prohibir en su totalidad la


explotación minera, esta iniciativa fue ninguneo por la legislatura, siendo un acto

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bochornoso donde se fotografió al diputado Muñiz recibiendo instrucciones de un
gerente de la minera. En 2020 la unión de asambleas de comunidades chubutenses
presentó nuevamente una  iniciativa popular, juntando en plena pandemia 30.916
firmas, la historia se repitió y la legislatura rechazó de forma express nuevamente la
voluntad del miles de vecinos.

Legislador Muñiz en plena sesión, recibiendo indicaciones de una minera

La historia de la megaminería en Chubut se caracteriza por estar atravesada por una


crisis democrática. Los ejemplos, sobran. En 2017, al hacer campaña para ser diputado
nacional, centró uno de sus spots sobre su postura de  “NO a la megaminería que le
quieren imponer desde Buenos Aires”. No solo eso, sino que en reiteradas entrevistas
durante ese tiempo reafirmó que estaba muy en contra de instalar proyectos mineros en
la provincia. Sin embargo, pasó de hacer campaña oponiéndose a la megaminería a ser
el mayor propulsor de instalar un proyecto de este tipo. De hecho, el proyecto de
zonificación  fue presentado por el mismo gobernador, que meses atrás había sido electo
por decir algo distinto. 

Otro ejemplo es el video que se filtró hace un año del legislador del PRO Sebastián
López pidiendo 100 lucas a cambio de votar a favor de esta ley. Hace dos semanas,
Nahuel, un vecino de la asamblea, fue amenazado por la legisladora Tatiana Goic en
plena sesión parlamentaria. 

Para completar esta escena antidemocrática, el gobierno provincial hace años que no
duda en responder a la voluntad popular con violencia institucional.

Se están realizando movilizaciones en todo el país para pedir la derogación de esta ley y
la intervención de la justicia federal. 

A pesar de que lo que sucedió ayer es uno de los capítulos más tristes, estamos seguras
que este no es el final. La lucha sigue hoy más que nunca y el pueblo seguirá haciendo
historia, resistiendo a la embestida minera.

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Tras la aprobación de la megaminería en
Chubut, rebotan las acciones de Pan
American Silver
Mientras la provincia se sume en una crisis política y social, las acciones de la
empresa canadiense, dueña del yacimiento de plata que ahora podrá ser
explotado, subieron casi 11% en dos días.

Las acciones de Pan American Silver comenzaron a subir a partir del 15 de diciembre

Delfina Torres Cabreros 17 de diciembre de 2021

"Un gap", una suba importante respecto del cierre anterior. Ese fue el movimiento que
los brokers leyeron en las acciones de la compañía canadiense Pan American Silver el
jueves, cuando el mercado amaneció con la noticia de la habilitación de la megaminería
en Chubut. Mientras la provincia atraviesa momentos de tensión extrema, con un
gobierno de credibilidad agonizante, represión policial en las calles y disturbios que
incluyeron el incendio de la Casa de Gobierno, la firma dueña del yacimiento que
ahora tiene luz verde para ser explotado mejoró el valor de sus acciones casi 11%
en dos días.

El salto, que revirtió la tendencia bajista de los últimos cuatro meses, se inició luego de
que el miércoles a última hora la Legislatura provincial tratara y aprobara de improviso
un proyectos que habilita la actividad en los departamentos de Gastre y Telsen, ambos
ubicados en la meseta, una región árida y muy poco poblada del centro de Chubut.

Ayer las acciones de la firma subieron en torno a 8% y la mejora se sostenía en la rueda


de este viernes, con un alza cercana al 3%. De acuerdo con los movimientos en la bolsa
de valores Nasdaq, donde cotiza Pan American Silver, el miércoles las acciones

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cerraron con un valor de US$22,09 y esta tarde se vendían cerca de los S$24,5, lo
que arroja una mejora del valor de la empresa del 10,9%.  

Las protestas en Chubut tras la aprobación de la megaminería en la provincia Daniel Feldman

La ley aprobada —que impulsó el gobernador Mariano Arcioni pese haber llegado al
gobierno con un discurso abiertamente antiminero— fue diseñada a medida de las
necesidades de Pan American Silver. La firma adquirió el yacimiento de plata
"Navidad" en 2010, cuando la actividad ya estaba prohibida en territorio
chubutense, y esperaba pacientemente el momento de poder capitalizar su
inversión. La mina es una de las reservas de plata más grandes del mundo y, según
fuentes de la empresa, tendría una vida útil de 18 años, con la posibilidad de
prolongarse con nuevas explotaciones en la zona. 

Según los números de la compañía, este yacimiento le garantizaría a la provincia


exportaciones despachadas en sus propios puertos por US$350 millones anuales y
demandaría una inversión de entre US$1.000 y US$1.300 millones a lo largo de toda la
explotación. Parte de los habitantes de la meseta apoyan la iniciativa como una
posibilidad de desarrollo para los pueblos del interior chubutense.

El rechazo principal de los grupos antimineros radica en el impacto ambiental. Según


detalla un proyecto presentado en la Legislatura por la Unión de Asambleas de
Comunidades Chubutenses, la minería es una enorme consumidora de energía eléctrica
y de agua, recurso —escaso— que deja contaminado por los tóxicos que se emplean en
el proceso. La organización argumenta que es imposible asegurar que los diques que se
utilicen para almacenar el agua contaminada permanezcan en buen estado a lo largo del
tiempo. 

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Hay visiones encontradas sobre la conveniencia de habilitar la explotación minera en Chubut

"Existe un riesgo cierto de que se fisuren, quiebren o produzcan filtraciones que puedan
contaminar gravemente el agua superficial o subterránea de la zona, trasladándose la
contaminación a grandes distancias", asegura el texto, y menciona como ejemplo lo
ocurrido en 2015 en San Juan, cuando una falla en el sistema de la empresa
Barrick Gold produjo el derrame de un millón de litros de solución cianurada en
la mina Veladero. "El derrame tóxico llegó primero al río Potrerillos hasta alcanzar el
río Jáchal y rápidamente aumentó la concentración de metales pesados en el agua,
convirtiéndola en no apta para el consumo humano", detalla.

La discusión sobre la conveniencia o no de habilitar la minería en la provincia lleva al


menos 18 años. En 2003 se realizó un plebiscito en la ciudad de Esquel que arrojó el
rechazo del 81% de la población a la instalación de una explotación de oro en sus
alrededores por parte de la —también canadiense— Meridian Gold. Ese resultado
derivó en una ley que prohibió la actividad y le dio impulso a un activismo
ambientalista que lidera las manifestaciones que se replican desde el miércoles a la
noche en distintos puntos de la provincia. Arcioni habló este viernes de una "pandemia
de violencia" y anticipó que no dará "un paso atrás".

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Megaminería: dónde se hace a gran
escala y en qué provincias nunca pudo
prosperar
Catamarca y San Juan son los dos distritos más ricos en minerales, donde se lleva
a cabo una explotación minera a gran escala. En Mendoza, en cambio, las
movilizaciones sociales impidieron, como hasta esta semana lo habían hecho en
Chubut, el desarrollo de esta actividad productiva.

Catamarca y San Juan son las dos provincias donde la minería constituye una de las actividades
productivas principales. Télam

Agustina Said 18 de diciembre de 2021

Tras la luz verde legislativa, la meseta central de la provincia de Chubut será un


territorio habilitado para la explotación minera, como lo son las provincias de
Catamarca y San Juan, los dos distritos más ricos en minerales que, bajo la
presidencia de Carlos Saúl Menem, pudieron sortear las pocas trabas que impusieron los
grupos opositores. La presión ejercida por los grupos ambientalistas, las comunidades
de la zona de la cordillera y ciertos grupos políticos había impedido, hasta esta semana,
la aprobación de la megaminería en Chubut, que está prohibida en Mendoza, pese a
los esfuerzos de algunas facciones por habilitarla. La explotación a cielo abierto se
encuentra prohibida también en Córdoba, San Luis, Tucumán, Tierra del Fuego y
La Pampa. 

Catamarca y San Juan son las dos provincias donde la minería constituye una de las
actividades productivas principales. En Catamarca, la extracción comenzó a gran escala
en 1997, con la explotación del "Bajo de la Alumbrera", yacimiento de cobre, oro y

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molibdeno ubicado al noroeste de la provincia, a 400 km de San Fernando del Valle de
Catamarca. 

El contexto nacional era muy favorable, con el expresidente Carlos Saúl Menem como
promotor: en 1993, bajo su mandato, se sancionó la Ley de Inversiones Mineras
(24.196), que garantizó a los inversores extranjeros estabilidad tributaria y fiscal. A
través del Acuerdo Federal Minero (Ley 24228), ese mismo año, Menem buscó la
armonización de los procedimientos provinciales.

Al momento de desarrollar la megaminería, no hubo conflicto con los grupos


ambientalistas o con las comunidades que vivían en la zona. Desde el Ministerio de
Minería de la provincia de Catamarca aseguran que el proyecto pasó sin inconvenientes
por la Legislatura. 

“Ahora tenés algunos grupos menores que cuestionan algunos proyectos, como Aguas
Ricas, proyecto integral que es la continuación de Bajo la Alumbrera. Pero la sociedad
de Catamarca apoya la minería”, sostienen desde el Ministerio en diálogo con
eldiarioAR. El turismo, la agroindustria y la minería son las tres principales actividades
productivas de Catamarca, “siendo esta última la que más dinero deja de impuestos y
salarios”. 

No es casualidad entonces que la Secretaría de Minería nacional, Fernanda Avila, cuya


designación se formalizó este miércoles a través del Decreto 847/2021, haya sido, hasta
hace unas pocas semanas, la Ministra de Minería de Catamarca. Tras la renuncia del
sanjuanino Alberto Hensel, quien había ocupado el cargo desde la asunción de Alberto
Fernández, Catamarca presentó la propuesta de Avila como posible reemplazante,
que fue aceptada rápidamente por Matías Kulfas.

A Catamarca la siguió la provincia de San Juan, que también gozó, bajo la presidencia
de Menem, de ventajas para la actividad exploratoria del terreno. El primer proyecto
de megaminería de San Juan se desarrolló en el año 2003, "Emprendimiento de
Veladero". Luego, en el 2007 y 2009 comienzan otros proyectos también de
megaminería. 

"Se fue dando un consenso progresivo de que había que avanzar en uno de los
principales potenciales que caracteriza a la provincia de San Juan: el geológico-minero",
aseguraron desde el gobierno de San Juan. "Hubo una decisión política que fue
acompañada por el 90% de la sociedad sanjuanina. Acá la minería es una política de
estado que cuenta con un importante consenso de la sociedad, porque ellos mismos
advirtieron el efecto multiplicador de la actividad”.

En Mendoza, en cambió, la megaminería nunca pudo prosperar, gracias a la presión


de grupos ambientalistas y ciertos sectores de la sociedad. En 2007, bajo el mandato
de Julio Cobos, se estableció la ley 77.222, que prohibía el uso de sustancias químicas
como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y otras sustancias en los procesos mineros.

Cuando, bajo el gobierno de Rodolfo Suárez, se intentó modificar esta ley para pasar a
una actividad minera de gran escala, gran parte de la sociedad cuyana se movilizó en
contra. Desde el gobierno mendocino aseguran, sin embargo, que la megaminería no
prosperó por la presión de "una parte pequeña de la sociedad". “Los que estaban a favor

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del desarrollo de una minería potente, que eran muchos, no salieron a la calle”,
sostienen desde el gobierno de Mendoza en diálogo con eldiarioAR. 

“Sin embargo, más allá de que exista la posibilidad, para el gobernador Rodolfo Suarez
es un tema terminado. No lo va a poner nuevamente en debate”, agregan. 

En Neuquén existieron tres intentos de exploración de yacimientos metalíferos que no


avanzaron al status de megamineria, por interposición de acciones de hecho y judiciales
de grupos ambientalistas. "Todo proyecto debe traer consigo un informe de Impacto
Ambiental. En todos los casos, a través de este procedimiento, los grupos organizados
tomaron conocimiento y comenzaron acciones contrarias que impidieron su avance",
comentan desde el gobierno neuquino.

En otras provincias, como Jujuy y Salta, la actividad minera es de menor escala que en
San Juan y Catamarca, pero constituye una actividad importante dentro del sector
productivo provincial. En octubre pasado, los gobernadores Gerardo Morales y Gustavo
Sáenz, junto al catamarqueño Raúl Jalil, firmaron un tratado por el cual se creó la
“Región Minera del Litio”. 

En Jujuy, las inversiones de las compañías Orocobre, Exar, Toyota, Sales de Jujuy y
Ganfeng Lithium superan los 1.000 millones de dólares. El gobernador Geraldo Morales
tras finalizar la exploración y exploración de los yacimientos, busca convertir a Jujuy
en una provincia productora de baterías de litio. Esta iniciativa fue formalizada en
mayo de este año a través de un memorándum firmado por el gobernador jujeño, el
ministro Matías Kulfas y el vicepresidente de Ganfeng Lithium.

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