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I. Introducción
A partir de los cambios que introdujo la Ley N° 20.417 el año 2010, la insti-
tucionalidad ambiental sufrió modificaciones importantes. Si bien desde esa
fecha en adelante el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), el Servicio de
Evaluación Ambiental (SEA), la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA)
y los Tribunales Ambientales (TA) han sido objeto de análisis, poco se ha di-
cho acerca del rol que cumple el Comité de Ministros (Comité) en esta nueva
estructura organizacional. Pese a que algunos confunden recurrentemente a
este órgano con el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, no hay duda,
entre otras razones adicionales, que este órgano requiere ser explicado a fin
de evitar estas y otras confusiones existentes.
347
(EIA).En caso que así lo disponga el responsable del proyecto o aquellas personas
que participaron del proceso de participación ciudadana si sus observaciones no
fueron debidamente consideradas, la discusión del proyecto continúa ante este
órgano en caso que se presenten recursos administrativos ante él. Si a eso se suma
lo resuelto por la Excma. Corte Suprema a propósito del fallo referido a la central
termoeléctrica “Punta Alcalde”, no hay duda que su estructura, sus límites y los
procedimiento de actuación que ostenta deben ser analizados detenidamente.
1
SOTO KLOSS (2012), p. 255, y SILVA CIMMA (1995), p. 67.
348
¿Es un órgano fiscal (no personificado)? Sí, toda vez que está integrado por los
Ministros de Estado, que son órganos que ejercen la función administrativa,
componen la personalidad jurídica del Fisco, y actúan bajo su manto protector.
349
en el caso del Comité queda expresado en el artículo 20, que dispone que “De
lo resuelto mediante dicha resolución fundada, se podrá reclamar...”.
Como se verá posteriormente, sus actos, que son de carácter administrativo, son
susceptibles de ser impugnados ante el Tribunal Ambiental, conforme aparece
del inciso penúltimo del artículo 20 de la Ley N° 19.300.
Existen diversos aspectos que se pueden indicar sobre este asunto. Sin embar-
go, en términos concretos, la responsabilidad por los daños cometidos por
los órganos que integran el Comité es del Fisco. Lo anterior, sin perjuicio de
la responsabilidad de la autoridad que dictó el acto, produjo el hecho o incu-
rrió en la omisión antijurídica, conforme a lo dispuesto en el artículo 38 de la
Constitución Política de la República.
Como se puede apreciar, del texto mismo del artículo 20 de la Ley N° 19.300
se desprende que la forma en que se estructura el Comité es la colegiada. En
este sentido, que no se hayan definido los elementos propios de un servicio
público en caso alguno implica negarle el sentido de órgano administrativo
que ejerce una función pública al referido Comité.
2
Véase FERNÁNDEZ (2012), p. 176
350
3
CORDERO VEGA (1996), p. 85.
4
Aun cuando, siguiendo a BERMÚDEZ (2007), p. 215, no representaba un ente jerárquico de la COREMA.
5
CORDERO VEGA (1996), p. 89.
351
Como aparece de manifiesto, se trata de dos órganos distintos. Uno que admi-
nistra y califica ambientalmente, el SEA, cuya “administración y dirección superior
del Servicio estará a cargo de un Director Ejecutivo, quien será el Jefe Superior del
Servicio y tendrá su representación legal”, conforme lo señala el artículo 82 de
la Ley N°19.300; y otro que resuelve, con potestades amplias, si lo calificado
se ajusta a derecho y al mérito de la evaluación ambiental.
6
Para un panorama general sobre la nueva institucionalidad ambiental, véase el trabajo de BOETTIGER
(2010), pp. 429-454, quien explica, adecuadamente, su origen, tramitación y aprobación. Igualmente,
el trabajo de BERMÚDEZ (2013a), p. 485-491. También se pueden encontrar antecedentes y fundamentos
en HERVÉ, GUILOF Y PÉREZ (2010), 288 pp.
7
SOTO KLOSS (2012), p. 253.
352
con los Ministros de Estado, no obstante que sus potestades para efectos de
conocer y revisar la juridicidad de las reclamaciones hayan sido conferidas por
una ley distinta a su ley orgánica respectiva.
8
COSCULLUELA (2012), p. 171-173.
9
SCHIMDT-ASSMAN (2003), p. 391.
10
SÁNCHEZ (2012), p. 266.
353
En tales términos, y bajo una lógica funcional del SEIA, es dable pensar que el
legislador distinguió entre ambos órganos con la finalidad de que la instancia
11
PARADA (2012), p. 42.
12
ARGANDOÑA (1985), p. 80. En el mismo sentido, SOTO KLOSS (2012), pp. 194-195.
354
recursiva –al menos en los recursos que la ley le confiere competencia– fuese
conocida por un órgano de naturaleza y rango legal diferenciado.
355
Asimismo, cuando dicho recurso sea presentado por las personas que
hubieren formulado observaciones al EIA y que estimaren que sus ob-
servaciones no han sido consideradas, en conformidad al artículo 29
de la Ley N° 19.300; y,
13
GARCÍA DE ENTERRÍA Y FERNÁNDEZ (2011), p. 534; ESCUÍN Y BELANDO (2011), p. 38; PAREJO (2012), p. 619.
14
BERMÚDEZ (2013), p. 10.
15
BERMÚDEZ (2011), p. 181.
16
BERMÚDEZ (2013), p. 11.
356
En la misma línea, el inciso tercero del artículo 15, el artículo 56 y el inciso final
del artículo 59 de la Ley N° 19.880, que establece las bases de los procedimien-
tos administrativos que rigen los actos de los órganos de la Administración del
Estado,se refieren a principios generales en materia de impugnación de actos
administrativos.
En primer lugar, el inciso tercero del artículo 15 establece que “La autoridad que
acogiere un recurso interpuesto en contra de un acto administrativo podrá dictar
por sí misma el acto de reemplazo”. Con ello, se reconoce la facultad del órgano
revisor para actuar por sí mismo, no exigiéndose necesariamente retrotraer un
procedimiento a la etapa anterior al recurso, siendo perfectamente factible que
la decisión sobre el recurso sea en sí misma el acto de reemplazo.
Finalmente, el inciso final del artículo 59 señala que “La resolución que acoja
el recurso podrá modificar, reemplazar o dejar sin efecto el acto impugnado”. Es
decir, el ámbito de decisión del ente revisor es sin duda extenso y no encuentra
mayores limitaciones en las reglas generales del derecho administrativo.
“Los recursos son mecanismos destinados a pedir ante la misma autoridad que
dictó el acto, o ante su superior, que revise, modifique o enmiende lo resuelto
por ella misma previamente. Los recursos administrativos son una manifestación
del principio de impugnabilidad (artículo 15, Ley N° 19.880). Dicho principio
es parte de la garantía que para las personas significa todo procedimiento
administrativo”18.
17
ESCUÍN Y BELANDO (2011), p. 42.
18
Considerando vigésimo de la sentencia del Excelentísimo Tribunal Constitucional, de fecha 18 de
octubre de 2011, recaída en los autos rol N° 2036-11.
357
Para un correcto análisis, se hace pertinente revisar de qué manera la ley am-
biental recoge el recurso de reclamación y cuál es el alcance que le otorga.
Por su parte, el inciso final del artículo 20 de la Ley N° 19.300, que entrega la
competencia al Comité para resolver, dispone que:
19
FERRADA (2013), p. 6.
358
20
Véase MARTÍNEZ y ZÚÑIGA (2011).
21
Véase ARNOLD, MARTÍNEZ y ZÚÑIGA (2012).
359
“... así las cosas, resulta evidente que la competencia del Comité de Ministros
establecido en el artículo 20 de la Ley N° 19.300 es amplia y le permite, basado
en los elementos de juicio que apareje el reclamante y en los que el mismo recabe,
revisar no sólo formalmente la decisión reclamada, sino que, además, puede
hacerlo desde el punto de vista del mérito de los antecedentes, circunstancia
que le habilita, a su vez, para aprobar un proyecto inicialmente rechazado,
aplicándole, si lo estima necesario, condiciones o exigencias que, a su juicio,
resulten idóneas o adecuadas para lograr los objetivos propios de la normativa
de protección medioambiental, incluyendo entre ellas medidas de mitigación
o compensación que tiendan a la consecución de ese fin y, especialmente, a
la salvaguardia del medio ambiente y de la salud de la población que podrían
ser afectados por el respectivo proyecto”22.
“En cuento a las atribuciones que el poder central reserva para sí en lo relativo
a los procedimientos de tutela sobre actos, se ha sostenido que ellos “pueden
referirse a la legalidad o a la oportunidad o mérito de los mismos” (op. cit,
página 106), de lo que se deduce que una reclamación como la prevista en el
artículo 20 de la Ley N° 19.300 no se halla restringida, por su propia natura-
leza, a meras consideraciones de legalidad, sino que puede extenderse también
a otras de mérito, oportunidad o conveniencia, lo que se ha de determinar al
tenor de la disposición legal respectiva”24.
22
Rol N° 6563-2013, considerando 22.
23
Rol N° 6563-2013, considerando 19.
24
Considerando vigésimo de la sentencia de la Excma. Corte Suprema de fecha 17 de enero de 2014,
Rol N 6563-2013.
360
En este sentido, y como bien señala Escuin Palop,“El ámbito de revisión está
determinado, pues, no por las cuestiones que plantee el expediente, sino por las
pretensiones del recurrente, de tal manera que los aspectos del acto impugnado
cuya revisión no se pide expresamente quedan consentidos”26. Es decir, la autori-
dad administrativa puede revisar el acto administrativo impugnado sólo según
el margen que definan el o los recurrentes en sus pretensiones. En definitiva,
la competencia para actuar se encuentra acotada por las peticiones concretas
formuladas. De esta manera, la autoridad al resolver una reclamación debe
necesariamente atenerse a lo pedido por las partes.
25
Véase BORDALÍ (2011), para efectos de comprender adecuadamente el concepto de tutela en relación
a la protección de derechos en el ámbito judicial.
26
ESCUÍN Y BELANDO (2011), p. 203.
361
Lo anterior cabe, como es lógico, dentro de esa potestad amplia que la Corte
Suprema le ha reconocido recientemente. No obstante, una discusión distinta es
si el Comité puede, con antecedentes nuevos o distintos a los que tuvo presente
la Comisión de Evaluación respectiva, cambiar la decisión del órgano calificador.
Sin perjuicio de la opinión del profesor Cordero, no hay duda, a partir del fallo
ya citado reiteradamente, que estamos ante una discusión que, al menos desde
la perspectiva del régimen de recursos administrativos en el ámbito ambiental,
parece abierta y sujeta a un escrutinio estricto, situación necesaria a fin de
resolver y precisar los márgenes de una competencia que pese a su amplitud
requiere contornos que la delimiten.
En ese sentido, debemos anotar que con la interposición del recurso de recla-
mación se abre un nuevo procedimiento, en este caso recursivo, desde que la
27
CORDERO VEGA (2014).
362
Por eso, debemos detenernos en la actual ley a fin de definir qué nos dice
esta sobre la forma en que los recursos sometidos a su conocimiento deben
resolverse. Así, el artículo 20 de la ley dispone, dentro de los aspectos proce-
dimentales, lo siguiente:
Pese a que ambos artículos son claros en reconocer este derecho a las partes
intervinientes en el procedimiento de evaluación o que se apersonen a él29, este
no es un asunto pacífico. De hecho, actualmente, ante el Segundo Tribunal
Ambiental de Santiago, esta situación se encuentra controvertida, habiendo
ya dicho tribunal definido que la determinación de la legitimidad activa para
reclamar ante él –cuestión que incide en la legitimación activa previa para re-
currir administrativamente ante el Comité– puede ser resuelta en la sentencia
definitiva30.
28
MORAGA (2010), pp. 271-272.
29
Útil para estos efectos es el artículo 21 y sus respectivos numerales de la Ley N° 19.880, el que fija
criterios para determinar la calidad de interesado en un procedimiento administrativo. Véase, también,
FERRADA (2013).
30
Véase la causa Rol N° 16- 2013. Disponible en www.tribunalambiental.cl.
31
En el mismo sentido GARCÍA DE ENTERRÍA y FERNÁNDEZ (2011), pp. 536-538.
363
Desde ya, conviene explicar que la acción ante el Comité procede únicamente
en caso que el acto administrativo realice la revisión. De esta forma, en caso
de no revisarse la RCA, total o parcialmente, no hay acción administrativa ante
este órgano. Todo, sin perjuicio de las acciones generales, administrativas y
judiciales, que el ordenamiento jurídico nacional dispone.
Despejado el hecho que el titular puede ser uno de estos legitimados, lo con-
creto es que por directamente afectados nos referimos a aquellos que sufran de
manera evidente un perjuicio por el cambio o no verificación de las variables
ambientales del proyecto o actividad. Para ello, y como una forma de acotar
y de otorgar algunos criterios que permitan precisar dicho carácter, lo que en
ningún caso constituye un límite a dicha calidad, creemos que la propia ley
nos da un punto de partida en su caracterización.
Es evidente, si se razona en clave ambiental –no siendo por cierto esta la única
arista para entender la calidad de afectado–, que si está en riesgo la salud de
ciertas personas producto del cambio no previsto en los efluentes, emisiones
o residuos, hay un menoscabo a ciertos recursos naturales en cantidad o ca-
32
BERMÚDEZ (2013), p. 504.
364
33
Es importante señalar que otras normas del ordenamiento jurídico nacional, como el número 17
del artículo 3° de la ley N° 18.410, también se refieren a la categoría de “afectado” ante el desperfecto
de instalaciones eléctricas de diversas índole quienes pueden reclamar ante la Superintendencia de
Electricidad y Combustible.
34
Considerando décimo séptimo.
35
Considerando décimo noveno.
36
Considerando vigésimo.
365
perjuicio de esta disposición, debemos señalar que los plazos para la Adminis-
tración del Estado no son fatales. Lo importante es el cumplimiento del deber
impuesto por ley al órgano respectivo, sin desmedro de las responsabilidades
que se originen.
Es importante señalar que los plazos fatales son una excepción en la legisla-
ción administrativa vigente y, como tales, al ser de derecho estricto, deben ser
expresamente señalados por el texto legal. Es así como la Contraloría General
de la República ha señalado en reiteradas ocasiones que la “dilación no incide
en la validez del procedimiento llevado a cabo, teniendo en consideración que, por
regla general, la Administración puede cumplir válidamente sus actuaciones en una
fecha posterior a la preestablecida, atendido que los plazos que la rigen no tienen
el carácter de fatales, lo que debe entenderse sin perjuicio de la responsabilidad
administrativa en que puedan incurrir los causantes de tal retardo”37.
37
Dictamen N° 49.044, de 2013. En ese sentido, se aplica el criterio contenido en el dictamen N°
77.444, de 2012.
38
Considerando noveno de la sentencia de la Corte Suprema de fecha 17 de enero de 2014, Rol N°
6.563-2013.
366
Obviamente estos terceros deben, tal como lo señala la ley, tener varias cualida-
des para que sus informes, en caso de ser requeridos, cumplan con la finalidad
que ha buscado el legislador, cual es, en último término, aportar con nuevos
antecedentes técnicos para ilustrar de mejor forma decisiones que en la mayoría
de los casos son técnica y políticamente complejas.
Así, los informes pueden solicitarse a terceros, entes o personas ajenos al Co-
mité, de reconocida aptitud técnica en los asuntos de que trate la solicitud de
informe, siempre que tenga por objeto ilustrar, de mejor forma, una decisión.
39
COSCULLUELA (2012), p. 364.
367
Dejamos constancia, eso sí, que el actual Reglamento del Sistema de Evaluación
Ambiental (D.S N° 40/2012) regula este asunto en su artículo 80 recogiendo
los criterios previamente expuestos, agregando en relación a ello tres criterios
de selección adicionales que resultan plenamente aplicables, tales como la
“objetividad, la confiabilidad y el buen juicio”.
Por último, la Excma. Corte Suprema ha señalado a este respecto que el Comité
“si cuenta con atribuciones para recabar antecedentes por sí mismo, ello se debe a la
necesidad en que el Comité puede hallarse de reunir elementos de juicio que arrojen
luz sobre sus pesquisas y que, por lo mismo, le permitan adoptar una decisión fun-
dada, incluso si ella resulta ser contradictoria con la que es objeto de su revisión”41.
4.5 Decisión
Toda resolución administrativa debe cumplir con una motivación. Debe expre-
sar siempre las razones de hecho y de derecho que determinaron lo decidido.
En este caso, de rechazarse o acogerse, total o parcialmente, los recursos de
reclamación presentados por parte del Comité o en el caso de adoptarse otra
decisión –tal como pedir nuevos informes–, la decisión, en cualquier caso,
deberá ser fundada. Naturalmente, que dicha decisión, tal como lo hemos
expuesto previamente, debe encuadrarse dentro del ámbito de competencias
del Comité, lo que se explicó en el título anterior.
4.6 Notificación
La resolución que resuelva el reclamo deberá ser notificada a todos los “or-
ganismos del Estado que sean competentes para resolver sobre la realización del
proyecto o actividad” (inciso final).
40
GONZALEZ (2001), p. 330.
41
Considerando vigésimo primero de la sentencia de la Corte Suprema de fecha 17 de enero de 2014,
Rol N° 6.563-2013.
368
Como es natural, los acuerdos del Comité y las resoluciones que los contienen
producen sus efectos una vez que son notificados a las partes. Por lo tanto,
respecto de esta materia, no hay duda que las reglas generales en materia de
notificación de actos administrativos deben cumplirse, siendo esencial que las
resoluciones se notifiquen en su texto íntegro a los interesados en el procedimien-
to (artículo 45 de la Ley N° 19.880). De igual forma, si se afecta a un número
indeterminado de personas adoptando normas de general aplicación, la decisión
debe publicarse en el Diario Oficial (letras a) y b) del artículo 48 de la ley N°
19.880), situación que ocurre, además, generalmente, cuando hay reclamantes
que no es posible ubicar, han cambiado de dirección, el correo postal arriba con
dificultades o el proyecto tiene una cierta importancia a nivel nacional.
La regla que dispone el artículo citado parece de toda lógica con la finalidad
de ordenar la actuación administrativa y no generar una duplicidad innecesaria
respecto de un determinado proyecto, y de esa forma cumplir adecuadamente
con el principio de eficiencia y coordinación que nuestra legislación exige a la
Administración del Estado.
Por último, no hay duda que el procedimiento descrito, pese a sus reglas espe-
ciales, está sujeto a las etapas de inicio, instrucción y decisión propias de cada
procedimiento administrativo, lo que obliga, como primer trámite, a declarar
admisibles las reclamaciones presentadas y una vez que eso ocurra, a instruir
369
los oficios o informes a terceros que correspondan y que sean necesarios para
decidir. A lo anterior, tampoco puede descartarse un proceso de información
pública en caso que así lo requiera el Comité. Dicho período, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 39 dela Ley N° 19.880, no podrá ser inferior a diez días.
V. Palabras finales
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