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Fundación[editar]
Según la mitología griega, la familia real troyana fue iniciada por
la pléyade Electra y Zeus, padres de Dárdano. Este cruzó hasta Asia
Menor desde la isla de Samotracia, donde conoció a Teucro, que lo trató con
respeto. Dárdano se casó con Batiea, hija de Teucro, y fundó Dardania. Tras la
muerte de Dárdano, el reino pasó a su nieto Tros. Zeus raptó a uno de sus
hijos, llamado Ganimedes, a causa de su gran belleza, para convertirlo en
copero de los dioses. Ilo, otro hijo de Tros, fundó la ciudad de Ilión y pidió a
Zeus una señal. Casualmente, encontró una estatua conocida como Paladio,
que había caído del cielo. Un oráculo decía que mientras el Paladio
permaneciera en la ciudad, esta sería inexpugnable. Luego Ilo construyó
el templo de Atenea en su ciudad, en el mismo lugar donde había caído. 8b
Los habitantes de Troya son denominados teucros, mientras Troya e Ilión son
los dos nombres por los que se conocía la ciudad; por tanto Teucro, Tros e Ilo
eran considerados sus fundadores epónimos. Los romanos relacionaron el
nombre de Ilión con el de Iulo (en latín Iulus), hijo de Eneas y antepasado
mítico de la gens Iulia o Iulii, a la que pertenecía Julio César.
Véase también: Anexo:Estirpe de Troya
Expedición de Heracles contra Troya[editar]
Heracles a punto de matar a Laomedonte, frasco de terra sigillata de la Galia, final del siglo I –
principio del siglo II.
Mapa con la procedencia de los contingentes que, según la mitología griega, intervinieron en la
guerra de Troya. Los caudillos aqueos están señalados en verde y los troyanos y sus aliados, en
amarillo.
Durante el reinado de Príamo, y a causa del rapto de Helena de Esparta por el
príncipe troyano Paris, los griegos micénicos, comandados por Agamenón,
tomaron Troya tras haber puesto sitio a la ciudad durante diez
años. Eratóstenes fechó la guerra de Troya entre el 1194 y el 1184 a. C.,
el Marmor Parium entre el 1218/7 y el 1209/8 a. C., y Heródoto en el 1250 a. C.
La mayoría de los héroes de Troya y de sus aliados murieron en la guerra, pero
dos grupos de troyanos, liderados uno por Eneas y otro por Antenor, lograron
sobrevivir y navegaron hasta llegar los primeros a Cartago y luego a
la península itálica, donde llegaron a ser los ascendientes de los fundadores
de Roma, mientras que los segundos arribaron a la costa septentrional del mar
Adriático y también se les atribuía la fundación de Padua. A los primeros
asentamientos de estos supervivientes en Sicilia y en Italia se les dio
igualmente el nombre de Troya.19 Los barcos troyanos en los que viajaron
fueron transformados por Cibeles en náyades, cuando iban a ser quemados
por Turno, el rival de Eneas en Italia.20 Según narran Tucídides y Helánico de
Lesbos, otros troyanos supervivientes se establecieron en Sicilia, en las
ciudades de Erice y Egesta, recibiendo el nombre de élimos.21 Además,
Heródoto comenta que los maxies eran una tribu del oeste de Libia cuyos
miembros afirmaban ser descendientes de los hombres llegados desde Troya. 22
e
Algunos de estos relatos míticos, a veces con contradicciones entre sí,
aparecen en la Ilíada y la Odisea, los célebres poemas homéricos, y en otras
obras y fragmentos posteriores.
Troya histórica[editar]
Troya en las fuentes hititas[editar]
Artículos principales: Tratado Alaksandu y Carta de Manapa-Tarhunta.
Mapa con la situación de Wilusa, al noroeste del Imperio hitita (siglo XIV a. C.)
La ciudad de Troya estuvo habitada desde la primera mitad del III milenio a. C.,
pero su momento de mayor esplendor coincidió con el auge del Imperio hitita.
En 1924, poco después del desciframiento de la escritura hitita, Paul
Kretschmer había comparado un topónimo que aparece en fuentes
hititas, Wilusa, con el topónimo griego Ilios, usado como nombre de Troya. Los
eruditos, basándose en pruebas lingüísticas, establecieron que el
nombre Ilios había perdido una digamma inicial y anteriormente había
sido Wilios. A esto se unía otra comparación entre un rey de Troya que aparece
escrito en documentos hititas, denominado Alaksandu, y Alejandro, usado en
la Ilíada como nombre alternativo de Paris, príncipe troyano.
Estas propuestas de identificación de Wilusa con Wilios y de Alaksandu con
Alejandro en principio fueron motivo de controversia: era dudosa la situación
geográfica de Wilusa y en fuentes hititas aparece también el nombre
de Kukunni como rey de Wilusa y padre de Alaksandu, sin aparente relación
con la leyenda de Alejandro, aunque algunos han señalado que este nombre
podría tener su equivalente en griego en el nombre Κύκνος (Cicno), otro
personaje del ciclo troyano. Sin embargo, en 1996, Frank Starke probó que,
efectivamente, la localización de Wilusa debe situarse en el mismo lugar donde
está la región de la Tróade. No obstante, algunos arqueólogos como Dieter
Hertel todavía se niegan a aceptar esta identificación entre Wilusa e Ilios. Los
principales documentos hititas que mencionan a Wilusa son:
Esta divinidad ha sido por ello asociada al descubrimiento de una cueva con un
manantial a 200 metros al sur del muro de la acrópolis que, tras analizar la
piedra caliza de las paredes, se ha determinado que ya existía a principios del
tercer milenio a. C. y en torno a la cual podrían haber surgido mitos. También
se ha señalado la coincidencia que supone la alusión del autor Esteban de
Bizancio a que un tal Motylos, que podría ser una helenización del nombre de
Muwatalli, prestó hospitalidad a Alejandro y Helena.
Una carta escrita por el rey del país del río Seha (estado vasallo
hitita) Manapa-Tarhunta al rey Muwatalli II, y por tanto datada también
alrededor de 1295 a. C., donde se da información de un tal Piyamaradu que
había encabezado una expedición militar contra Wilusa y contra la isla
Lazba, identificada por los investigadores con Lesbos.
En la Carta de Tawagalawa (h. 1250 a. C.), generalmente atribuida
a Hattusili III,24 el rey hitita hace referencia a antiguas hostilidades entre los
hititas y los ahhiyawa posiblemente sobre Wilusa, resueltas de manera
amistosa en esta carta:h «Ahora es cuando hemos llegado a un acuerdo en
el asunto de Wilusa respecto al cual estuvimos enemistados».
La última mención de Wilusa conservada en fuentes hititas aparece en un
fragmento de la llamada Carta de Millawanda, remitida por el rey Tudhaliya
IV (1240-1215 a. C.) a un destinatario desconocido. En ella, el rey de los hititas
explica que va a usar todos los medios a su alcance para reponer en el trono
de Wilusa a Walmu, un sucesor de Alaksandu que había sido destronado y
exiliado. Sin embargo, T. R. Bryce dice que este hecho es mencionado con
anterioridad, consignándolo en su reinterpretación de la Carta de
Tawagalawa.25 Además, en los anales del rey Tudhaliya I/II (siglo XIV a. C.),
este declara que tras una expedición de conquista, una serie de países le
declararon la guerra, en cuya lista se encuentran, seguidos: «...el país Wilusiya,
el país Taruisa...». Algunos investigadores, como John Garstang y Oliver
Gurney, han deducido que Taruisa podría identificarse con Troya; sin embargo,
esta equivalencia no cuenta aún con el respaldo de la mayoría de los
hititólogos.
Troya en las fuentes egipcias[editar]
Dicen que la ciudad de los actuales ilieos había sido durante un tiempo una aldea con un pequeño y
humilde santuario de Atenea, pero que cuando Alejandro llegó allí después de la batalla del
Gránico adornó el santuario con ofrendas, dio a la aldea el título de ciudad, ordenó a los encargados
que la realzaran con edificios y le otorgó la libertad y exención de impuestos. 32
Arriano, que sitúa la visita de Alejandro Magno antes de la batalla de Gránico,
indica también que rindió honores a Aquiles mientras su
compañero Hefestión los rendía a Patroclo.33
Según continúa el relato de Estrabón, tras derrotar a los persas, Alejandro
prometió hacer de Ilión una gran ciudad, aunque fue Lisímaco de Tracia, uno
de sus generales, el artífice de la mayor parte de las reformas y ampliación de
la ciudad.l
Entre los años 275 y 228 a. C., Troya perteneció al Imperio seléucida, que años
atrás había sido fundado por Seleuco, otro de los sucesores de Alejandro.
Del 228 a. C. al 197 a. C., la ciudad fue independiente, pero con vínculos con
el Reino de Pérgamo. Volvió a pertenecer a los seléucidas
entre 197 a. C. y 190 a. C. Durante toda esta época siguió siendo importante el
culto a Atenea. Un ritual que se celebraba en su honor era
el sacrificio de bueyes, que se colgaban de un pilar o un árbol y allí se les abría
la garganta.