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Troya de la roca de muy buenas troyas

Fundación[editar]
Según la mitología griega, la familia real troyana fue iniciada por
la pléyade Electra y Zeus, padres de Dárdano. Este cruzó hasta Asia
Menor desde la isla de Samotracia, donde conoció a Teucro, que lo trató con
respeto. Dárdano se casó con Batiea, hija de Teucro, y fundó Dardania. Tras la
muerte de Dárdano, el reino pasó a su nieto Tros. Zeus raptó a uno de sus
hijos, llamado Ganimedes, a causa de su gran belleza, para convertirlo en
copero de los dioses. Ilo, otro hijo de Tros, fundó la ciudad de Ilión y pidió a
Zeus una señal. Casualmente, encontró una estatua conocida como Paladio,
que había caído del cielo. Un oráculo decía que mientras el Paladio
permaneciera en la ciudad, esta sería inexpugnable. Luego Ilo construyó
el templo de Atenea en su ciudad, en el mismo lugar donde había caído. 8b
Los habitantes de Troya son denominados teucros, mientras Troya e Ilión son
los dos nombres por los que se conocía la ciudad; por tanto Teucro, Tros e Ilo
eran considerados sus fundadores epónimos. Los romanos relacionaron el
nombre de Ilión con el de Iulo (en latín Iulus), hijo de Eneas y antepasado
mítico de la gens Iulia o Iulii, a la que pertenecía Julio César.
Véase también: Anexo:Estirpe de Troya
Expedición de Heracles contra Troya[editar]

Heracles a punto de matar a Laomedonte, frasco de terra sigillata de la Galia, final del siglo I –
principio del siglo II.

Los dioses Poseidón y Apolo construyeron los muros y fortificaciones alrededor


de Troya para Laomedonte, hijo de Ilo.9 Cuando Laomedonte se negó a
pagarles el salario convenido, Poseidón inundó la tierra y envió un monstruo
marino que provocó estragos en la zona. Como condición para que cesaran los
males sobre la ciudad, un oráculo demandó el sacrificio de Hesíone, hija del
rey, para ser devorada por el monstruo, así que fue encadenada a una roca del
litoral.10 Heracles, que había llegado a Troya, rompió las cadenas de Hesíone e
hizo un pacto con Laomedonte: a cambio de las yeguas divinas que Zeus había
entregado a Tros, abuelo de Laomedonte, en compensación por el rapto
de Ganimedes, Heracles liberaría a la ciudad del monstruo.11c Los troyanos
y Atenea construyeron un muro que debía servir como refugio a Heracles. 12
Cuando el monstruo alcanzó la obra defensiva, abrió sus enormes mandíbulas,
y Heracles se arrojó armado en las fauces del monstruo. Después de tres días
en su vientre causando destrozos, salió victorioso y completamente calvo. 13
En otras versiones, el enfrentamiento con el monstruo se situaba dentro del
camino de ida de la expedición de los argonautas, y el modo en que Heracles
mataba al monstruo era arrojándole una roca en el cuello. 14
Pero Laomedonte no cumplió su parte del pacto, ya que sustituyó dos de las
yeguas inmortales por dos yeguas ordinarias y, como represalia, Heracles,
encolerizado, le amenazó con atacar Troya y embarcó de vuelta a Grecia. 15
Pasados unos años, encabezó una expedición de castigo de dieciocho naves,
después de reclutar en Tirinto un ejército de voluntarios entre los que se
encontraban Yolao, Telamón, Peleo, el argivo Ecles, hijo de Antífates,
y Deímaco, el beocio. Telamón tuvo una actuación destacada en el asedio de
la ciudad al abrir una brecha en las murallas de Troya y entrar en primer lugar.
Capturada Troya, Heracles mató a Laomedonte y a sus hijos, excepto al joven
Podarces.16
Hesíone fue entregada a Telamón como recompensa y se le permitió llevarse a
uno cualquiera de los prisioneros. Ella eligió a su hermano Podarces y Heracles
dispuso que antes debía hacerse esclavo y luego ser rescatado por ella.
Hesíone se quitó el velo de oro de la cabeza y lo dio como rescate. Esto le valió
a Podarces el nombre de Príamo, que significa «rescatado».17d Después de
haber quemado la ciudad y devastado los alrededores, Heracles se alejó de la
Tróade con Glaucia, hija del dios-río Escamandro, y dejó a Príamo como rey de
Troya, en virtud de su sentido de la justicia, pues fue el único de los hijos de
Laomedonte que se opuso a su padre y le aconsejó que entregara las yeguas a
Heracles.18
Guerra de Troya[editar]
Artículos principales: Guerra de Troya y Caballo de Troya.

Mapa con la procedencia de los contingentes que, según la mitología griega, intervinieron en la
guerra de Troya. Los caudillos aqueos están señalados en verde y los troyanos y sus aliados, en
amarillo.
Durante el reinado de Príamo, y a causa del rapto de Helena de Esparta por el
príncipe troyano Paris, los griegos micénicos, comandados por Agamenón,
tomaron Troya tras haber puesto sitio a la ciudad durante diez
años. Eratóstenes fechó la guerra de Troya entre el 1194 y el 1184 a. C.,
el Marmor Parium entre el 1218/7 y el 1209/8 a. C., y Heródoto en el 1250 a. C.
La mayoría de los héroes de Troya y de sus aliados murieron en la guerra, pero
dos grupos de troyanos, liderados uno por Eneas y otro por Antenor, lograron
sobrevivir y navegaron hasta llegar los primeros a Cartago y luego a
la península itálica, donde llegaron a ser los ascendientes de los fundadores
de Roma, mientras que los segundos arribaron a la costa septentrional del mar
Adriático y también se les atribuía la fundación de Padua. A los primeros
asentamientos de estos supervivientes en Sicilia y en Italia se les dio
igualmente el nombre de Troya.19 Los barcos troyanos en los que viajaron
fueron transformados por Cibeles en náyades, cuando iban a ser quemados
por Turno, el rival de Eneas en Italia.20 Según narran Tucídides y Helánico de
Lesbos, otros troyanos supervivientes se establecieron en Sicilia, en las
ciudades de Erice y Egesta, recibiendo el nombre de élimos.21 Además,
Heródoto comenta que los maxies eran una tribu del oeste de Libia cuyos
miembros afirmaban ser descendientes de los hombres llegados desde Troya. 22
e
Algunos de estos relatos míticos, a veces con contradicciones entre sí,
aparecen en la Ilíada y la Odisea, los célebres poemas homéricos, y en otras
obras y fragmentos posteriores.

Historicidad de la guerra de Troya[editar]


Véase también: Cuestión homérica
El problema de la autenticidad histórica de la guerra de Troya ha suscitado
conjeturas de todo tipo. El arqueólogo Heinrich Schliemann admitía
que Homero fue un poeta épico y no un historiador, y que pudo exagerar el
conflicto en aras de la libertad poética, pero no que lo inventara. Poco después,
el también arqueólogo Wilhelm Dörpfeld defendió que Troya VI fue víctima del
expansionismo micénico. A esta idea se sumó Sperling en 1991. Los estudios
de Blegen y su equipo admitieron que una expedición aquea debió de haber
sido la causa de la destrucción de Troya VII-A hacia el 1250 a. C. —
actualmente se suele fijar el fin de esta ciudad más cerca de 1200 a. C.—, sin
embargo hasta ahora no se ha podido demostrar quiénes fueron los atacantes
de Troya VII-A. Hiller, en cambio, también en 1991, señaló que debió haber dos
guerras en Troya que marcaron el fin de Troya VI y Troya VII-A. Mientras,
Demetriou, en 1996, insistió en la fecha de 1250 a. C. para una histórica guerra
de Troya, en un estudio en el que se basó en yacimientos chipriotas.
Parte de las murallas de Troya.

Frente a ellos se halla una corriente de opinión escéptica encabezada


por Moses Finley, que niega la presencia de elementos micénicos en los
poemas homéricos y señala la ausencia de pruebas arqueológicas acerca de la
historicidad del mito.f Otros estudiosos destacados pertenecientes a esta
corriente escéptica son el historiador Frank Kolb y el arqueólogo Dieter
Hertel. Joachim Latacz, en un estudio en el que relaciona fuentes
arqueológicas, fuentes históricas hititas y pasajes homéricos como el Catálogo
de las naves del libro II de la Ilíada, considera probado el origen micénico de la
leyenda pero, con respecto a la historicidad de la guerra, se ha mostrado cauto
y solo ha admitido que es probable la existencia de un sustrato histórico. g
También se ha tratado de fundamentar la historicidad de la leyenda con el
estudio de textos históricos contemporáneos a la edad del Bronce
tardío. Carlos Moreu ha interpretado una inscripción egipcia de Medinet Habu,
en la que se narra el ataque sobre Egipto de los pueblos del mar, de manera
distinta a la interpretación tradicional. Según esta interpretación, los aqueos
habrían atacado varias regiones de Anatolia entre las que se encontrarían
Troya y Chipre, y los pueblos atacados habrían establecido un campamento
en Amurru y posteriormente habrían formado la coalición que se enfrentó
a Ramsés III en el octavo año de su reinado.23

Troya histórica[editar]
Troya en las fuentes hititas[editar]
Artículos principales: Tratado Alaksandu y Carta de Manapa-Tarhunta.

Mapa con la situación de Wilusa, al noroeste del Imperio hitita (siglo XIV a. C.)

La ciudad de Troya estuvo habitada desde la primera mitad del III milenio a. C.,
pero su momento de mayor esplendor coincidió con el auge del Imperio hitita.
En 1924, poco después del desciframiento de la escritura hitita, Paul
Kretschmer había comparado un topónimo que aparece en fuentes
hititas, Wilusa, con el topónimo griego Ilios, usado como nombre de Troya. Los
eruditos, basándose en pruebas lingüísticas, establecieron que el
nombre Ilios había perdido una digamma inicial y anteriormente había
sido Wilios. A esto se unía otra comparación entre un rey de Troya que aparece
escrito en documentos hititas, denominado Alaksandu, y Alejandro, usado en
la Ilíada como nombre alternativo de Paris, príncipe troyano.
Estas propuestas de identificación de Wilusa con Wilios y de Alaksandu con
Alejandro en principio fueron motivo de controversia: era dudosa la situación
geográfica de Wilusa y en fuentes hititas aparece también el nombre
de Kukunni como rey de Wilusa y padre de Alaksandu, sin aparente relación
con la leyenda de Alejandro, aunque algunos han señalado que este nombre
podría tener su equivalente en griego en el nombre Κύκνος (Cicno), otro
personaje del ciclo troyano. Sin embargo, en 1996, Frank Starke probó que,
efectivamente, la localización de Wilusa debe situarse en el mismo lugar donde
está la región de la Tróade. No obstante, algunos arqueólogos como Dieter
Hertel todavía se niegan a aceptar esta identificación entre Wilusa e Ilios. Los
principales documentos hititas que mencionan a Wilusa son:

 El llamado Tratado Alaksandu, que fue un pacto entre el rey hitita Muwatalli


II y Alaksandu, rey de Wilusa, datado a principios del siglo XIII a. C. Del
texto de este tratado se ha deducido que Wilusa tenía una relación de
subordinación respecto del Imperio hitita.
Entre los dioses que son nombrados en el tratado como testigos del pacto
figuran Apaliunas, que algunos investigadores han identificado con Apolo,
y Kaskalkur, cuyo significado es 'camino al inframundo'. Sobre Kaskalkur, el
arqueólogo Korfmann indica que:
De este modo se designaban los cursos de agua que desaparecían en el suelo de las
regiones cársticas y volvían a surgir al exterior, pero los hititas también usaban este concepto para
las galerías de agua instaladas artificialmente.

Esta divinidad ha sido por ello asociada al descubrimiento de una cueva con un
manantial a 200 metros al sur del muro de la acrópolis que, tras analizar la
piedra caliza de las paredes, se ha determinado que ya existía a principios del
tercer milenio a. C. y en torno a la cual podrían haber surgido mitos. También
se ha señalado la coincidencia que supone la alusión del autor Esteban de
Bizancio a que un tal Motylos, que podría ser una helenización del nombre de
Muwatalli, prestó hospitalidad a Alejandro y Helena.

 Una carta escrita por el rey del país del río Seha (estado vasallo
hitita) Manapa-Tarhunta al rey Muwatalli II, y por tanto datada también
alrededor de 1295 a. C., donde se da información de un tal Piyamaradu que
había encabezado una expedición militar contra Wilusa y contra la isla
Lazba, identificada por los investigadores con Lesbos.
 En la Carta de Tawagalawa (h. 1250 a. C.), generalmente atribuida
a Hattusili III,24 el rey hitita hace referencia a antiguas hostilidades entre los
hititas y los ahhiyawa posiblemente sobre Wilusa, resueltas de manera
amistosa en esta carta:h «Ahora es cuando hemos llegado a un acuerdo en
el asunto de Wilusa respecto al cual estuvimos enemistados».
La última mención de Wilusa conservada en fuentes hititas aparece en un
fragmento de la llamada Carta de Millawanda, remitida por el rey Tudhaliya
IV (1240-1215 a. C.) a un destinatario desconocido. En ella, el rey de los hititas
explica que va a usar todos los medios a su alcance para reponer en el trono
de Wilusa a Walmu, un sucesor de Alaksandu que había sido destronado y
exiliado. Sin embargo, T. R. Bryce dice que este hecho es mencionado con
anterioridad, consignándolo en su reinterpretación de la Carta de
Tawagalawa.25 Además, en los anales del rey Tudhaliya I/II (siglo XIV a. C.),
este declara que tras una expedición de conquista, una serie de países le
declararon la guerra, en cuya lista se encuentran, seguidos: «...el país Wilusiya,
el país Taruisa...». Algunos investigadores, como John Garstang y Oliver
Gurney, han deducido que Taruisa podría identificarse con Troya; sin embargo,
esta equivalencia no cuenta aún con el respaldo de la mayoría de los
hititólogos.
Troya en las fuentes egipcias[editar]

Relieve de Medinet Habu que muestra a Ramsés III derrotando a los pueblos del mar.

No es segura la mención de Troya en las fuentes egipcias de la Edad del


Bronce. Sin embargo, algunos eruditos han investigado la relación que podría
tener con las inscripciones de Medinet Habu que cuentan la batalla de los
egipcios de la época de Ramsés III contra los pueblos del mar, que intentaron
una invasión de su territorio hacia 1176 a. C.i Según las inscripciones, los
egipcios derrotaron en una batalla terrestre y en otra marítima a una coalición
de pueblos de identificación dudosa. Entre las denominaciones de los pueblos
que componían la coalición figuran los weshesh —que podrían tener relación
con Wilusa— y los tjeker —que se han puesto en relación con los teucros—.
En fuentes egipcias más recientes es interesante el testimonio recogido en la
lista de faraones de Manetón, un sacerdote egipcio del siglo III a. C., que indica
que la caída de Troya tuvo lugar durante el mandato de Twosret, lo que la
situaría entre los años 1188 y 1186 a. C.26
Troya en las fuentes históricas griegas[editar]
Los primeros colonos griegos que llegaron al territorio de la Tróade debieron de
ser emigrantes eolios.27 El origen del santuario de Atenea de la ciudad podría
remontarse al año 900 a. C. Explica el arqueólogo Dieter Hertel que:
Como muy tarde desde 900 a. C. fue también venerada la diosa griega Atenea, como se deduce del
grueso sedimento sobre el revestimiento del pozo del bastión nororiental, que estaba
completamente lleno de residuos de ofrendas.

Otros autores, en cambio, sostienen que los griegos no llegaron a colonizar


Troya hasta el año 700 a. C. En todo caso, hasta el siglo III a. C. debió ser una
entidad pequeña de población, de menor nivel que otras colonias litorales
próximas como Sigeo y Aquileo.j Troya fue parte del reino de Lidia, teniendo
como capital a la ciudad de Sardes probablemente desde la época de Aliates,
uno de los reyes de la dinastía Mermnada, de principios del siglo VI a. C. El
último rey de esta dinastía fue Creso, que llegó a reinar sobre casi todos los
territorios al oeste del río Halis.
Los persas, bajo el mando de Ciro II el Grande, derrotaron a Creso en la batalla
del río Halis e invadieron su reino, incluida Troya,
en 546 a. C. Entre 499 a. C. y 496 a. C., durante la revuelta jónica,
los eolios apoyaron a los jonios contra los persas bajo el reinado de Darío I,
pero la rebelión fue sofocada. Himeas fue el general persa que sometió a Ilión
en esta revuelta.k Posteriormente, la visita de Jerjes I a Troya en 480 a. C. fue
también relatada por Heródoto, que cuenta que sacrificó a Atenea mil bueyes y
los magos ofrecieron libaciones a los héroes.28 Una de las consecuencias de la
firma de la Paz de Calias entre persas y atenienses fue que Troya, junto a
muchos territorios de Asia Menor, estuvo bajo la dirección
de Atenas desde 449 a. C.; luego, a fines de ese mismo siglo, pasó a
pertenecer a un principado dárdano dependiente de Persia; pero poco
después, desde 399 a. C., se convirtió en aliada de Esparta29 hasta que en
el 387 a. C. volvió a pasar a control de Persia tras la firma de la Paz de
Antálcidas con Esparta.

Vista desde la colina de Hisarlik hacia la llanura de Ilión y el mar Egeo.

En el 360 a. C. Caridemo tomó Ilión, que fue reconquistada poco después


por Atenodoro de Imbros.30
Alejandro Magno protegió especialmente la ciudad, a la que llegó
en 334 a. C. Él mismo se consideraba como un nuevo Aquiles y guardaba
como un tesoro un ejemplar de la Ilíada. La visita de Alejandro Magno a Troya
es narrada por Arriano, Plutarco y Estrabón, entre otros autores de la
Antigüedad:
Subió a Ilión e hizo un sacrificio a Atenea, así como libaciones a los héroes. En la tumba de Aquiles,
tras ungirse de aceite y correr desnudo junto con sus compañeros, como es su costumbre, depositó
coronas, llamándolo bienaventurado, porque en vida tuvo un amigo leal y tras su muerte un gran
heraldo de su gloria.31

Dicen que la ciudad de los actuales ilieos había sido durante un tiempo una aldea con un pequeño y
humilde santuario de Atenea, pero que cuando Alejandro llegó allí después de la batalla del
Gránico adornó el santuario con ofrendas, dio a la aldea el título de ciudad, ordenó a los encargados
que la realzaran con edificios y le otorgó la libertad y exención de impuestos. 32
Arriano, que sitúa la visita de Alejandro Magno antes de la batalla de Gránico,
indica también que rindió honores a Aquiles mientras su
compañero Hefestión los rendía a Patroclo.33
Según continúa el relato de Estrabón, tras derrotar a los persas, Alejandro
prometió hacer de Ilión una gran ciudad, aunque fue Lisímaco de Tracia, uno
de sus generales, el artífice de la mayor parte de las reformas y ampliación de
la ciudad.l
Entre los años 275 y 228 a. C., Troya perteneció al Imperio seléucida, que años
atrás había sido fundado por Seleuco, otro de los sucesores de Alejandro.
Del 228 a. C. al 197 a. C., la ciudad fue independiente, pero con vínculos con
el Reino de Pérgamo. Volvió a pertenecer a los seléucidas
entre 197 a. C. y 190 a. C. Durante toda esta época siguió siendo importante el
culto a Atenea. Un ritual que se celebraba en su honor era
el sacrificio de bueyes, que se colgaban de un pilar o un árbol y allí se les abría
la garganta.

Áyax el menor arrastra a Casandra, agarrada al Paladión. Copa ática de figuras rojas, 440-430 a. C.

También se celebraba, probablemente desde el siglo VIII a. C.,34 una


costumbre relacionada con el mito de la guerra de Troya: según la
leyenda, Áyax Locrio había arrastrado durante el saqueo de Troya a la
princesa Casandra mientras ella, para buscar la protección divina, se había
agarrado a la estatua de Atenea. Por esta causa, los locrios habían sido
obligados por el Oráculo de Delfos a enviar cada año durante un periodo de mil
años a dos o más muchachas de origen noble a Troya. Las muchachas, una
vez llegadas a la costa troyana, trataban de alcanzar el templo de Atenea; si lo
conseguían, se convertían en sacerdotisas del templo, pero los habitantes de
Troya trataban de matarlas en su trayecto. Si alguna moría, los locrios debían
enviar otra en su lugar. La mayoría lograba su objetivo y alcanzaba el templo
de Atenea. Hay controversia sobre cuándo dejó de practicarse esta costumbre.
Algunos señalan que finalizó tras la guerra focidia, en 346 a. C.; otros creen
que se practicó hasta el siglo I.35m
Troya en las fuentes históricas romanas[editar]
El prestigio de Troya en la época romana fue acompañado de motivaciones
ideológicas y políticas ligadas a las propias raíces de la fundación de Roma.
En 190 a. C., las tropas romanas llegaron a la ciudad y tras ofrecer sacrificios
a Atenea pusieron a Ilión bajo su protección. Tras la Paz de Apamea, las
ciudades vecinas de Gergita y Retio se unieron en sinecismo con Ilión36 y la
ciudad fue parte de los dominios del Reino de
Pérgamo entre 188 a. C. y 133 a. C., hasta que Pérgamo cayó bajo el poder de
Roma y Troya pasó a formar parte de la provincia romana de Asia.
En el año 85 a. C., el general romano Cayo Flavio Fimbria destruyó y saqueó
Troya durante la guerra contra Mitrídates, que había combatido la dominación
romana en Oriente. Posteriormente, el emperador Augusto reconstruyó el
templo de Atenea. Julio César, después de la batalla de Farsalia, visitó, en el
año 48 a. C., la ciudad de Ilium, que él consideraba patria de sus antepasados.
Aumentó el territorio de la ciudad y la liberó de tributos. En esa misma época se
acuñó por vez primera moneda con la imagen de Eneas huyendo de Troya con
su padre Anquises en brazos y el mítico Paladio. Según cuenta Suetonio, Julio
César meditaba trasladar su residencia a Ilium.
El emperador Caracalla llegó a Ilium en el año 214 y consagró allí a Aquiles
una estatua y organizó desfiles militares en torno a la supuesta tumba del
guerrero mítico. Para que estos actos se asemejaran más a los juegos en
honor de Patroclo tras su muerte, narrados en la Ilíada, mató a su amigo Festo
para que representara el papel de Patroclo.
El final de Troya[editar]
Después de que el emperador Constantino promulgó la libertad religiosa por
medio del Edicto de Milán y que cesó con la persecución al cristianismo, el
emperador Juliano el Apóstata, partidario de las antiguas creencias, visitó la
ciudad en 354-355, pudiendo comprobar que la tumba de Aquiles seguía allí y
que se seguían ofreciendo sacrificios a Atenea. Sin embargo, en 391 se
prohibieron los ritos paganos.
Hacia el año 500 ocurrió un gran terremoto que provocó el definitivo derrumbe
de los edificios más emblemáticos de Troya. Parece ser que Troya siguió
siendo un asentamiento poblado durante la época del Imperio bizantino, hasta
el siglo XIII, pero apenas se tienen noticias de sucesos ocurridos en ella y poco
después la misma existencia de la ciudad cayó en el olvido. Tras la Caída de
Constantinopla en 1453, la colina sobre la que se asentaba Troya fue
llamada Hisarlik, cuyo significado en Turco es ‘dotada de fortaleza’.

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