Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por lo general, el caballo de Troya es considerado una creación mítica, pero también se
ha debatido si realmente pudiera haber existido y fuera una máquina de guerra
transfigurada por la fantasía de los cronistas. De cualquier manera, demostró ser un
fértil motivo tanto literario como artístico, y desde la Antigüedad ha sido reproducido en
innumerables poemas, novelas, pinturas, esculturas, monumentos, películas y otros
medios, incluidos dibujos animados y juguetes. Asimismo, en épocas recientes se han
hecho varias reconstrucciones hipotéticas del caballo. Aunado a ello, ha dado origen a
dos expresiones idiomáticas: «caballo de Troya»; es decir, un engaño destructivo, y
«presente griego», algo concebido como aparentemente agradable pero que trae
consigo graves consecuencias.
El Caballo de Troya fue un enorme caballo de madera que los griegos regalaron a los
troyanos como reconocimiento de su victoria. Así, que los troyanos, confiados, abrieron
la puerta de la fortaleza y permitieron su entrada. Desconocían que, en el interior del
gigantesco muñeco de madera, había decenas de soldados griegos que, llegada la
noche, salieron de su escondite, redujeron a los centinelas y abrieron la fortaleza para
facilitar la entrada de más griegos que acabaron así por tomar Troya.
Actualmente, la expresión caballo de Troya viene a significar algo que aparentemente
es positivo pero que se torna en vehículo de destrucción para quien lo recibe.
Guerra de Troya
La guerra de Troya surgió en la Edad de Bronce, entre griegos y troyanos, con inicio en
el año 1.300 a. C. y duró una década. El territorio de Troya se ubica donde actualmente
es lo que se conoce como Turquía Occidental, de acuerdo a las evidencias
arqueológicas.
La justificación para el inicio de esta larga década fue el secuestro o fuga de la reina
Helena de Esparta con el príncipe de Troya, Paris. La situación enfureció al rey
espartano Menelao, quien declaró la guerra a Troya.