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Señora congresista

Rosío Torres Salinas


Presidenta
Subcomisión de Acusaciones Constitucionales

Referencia: Denuncia Constitucional N°132


Sumilla: Solicito se sirva tener en cuenta la posición de los familiares de
Jack Bryan Pintado Sánchez respecto al Informe presentado por el
congresista Alejandro Cavero Alva.

OSCAR RODRIGO PINTADO SANDOVAL, padre de Jack Bryan Pintado Sánchez, asesinado
el 14 de noviembre de 2020 mientras ejercía su derecho a la protesta en defensa de
la institucionalidad democrática; en la denuncia constitucional N°132 presentada por la
Fiscal de la Nación en contra de Manuel Arturo Merino de Lama, Antero Flores-Araoz
Esparza y Gastón César Augusto Rodríguez Limo, como presuntos autores, por omisión
impropia, del delito de homicidio en agravio de Jordan Inti Sotelo Camargo y Jack Bryan
Pintado Sánchez, y de lesiones graves y leves, a título de dolo eventual, en agravio de
Fermín Marlon Cruz Ances y de decenas de ciudadanos y ciudadanas, todo ello en el
contexto de violaciones a los derechos humanos; ante usted se presenta y como en
Derecho mejor procede dice:

1. Como es de público entendimiento, el Estado tiene la obligación de respetar los


derechos humanos, y garantizar que el ejercicio de dichos derechos sea
respetado. De manera tal que, ante la violación de un derecho consagrado, como la
vida y la integridad física, el Estado tiene la obligación de investigar el crimen de
manera objetiva, juzgar y eventualmente sancionar a quienes resulten responsables.
Si bien corresponde al Ministerio Público y al Poder Judicial las labores de
investigación y juzgamiento de los delitos, no es menos cierto que toda otra
autoridad del Estado -como el Congreso de la República- se encuentra
comprometida por las obligaciones soberanamente adquiridas por el Estado, y
particularmente por el deber de cooperación con la justicia.

2. Mi hijo Jack Bryan Pintado Sánchez fue asesinado el 14 de noviembre de 2020 en


circunstancias en que, junto a miles de ciudadanos y ciudadanas de este nuestro país,
ejercían su derecho a la protesta y su derecho de defensa de la institucionalidad
democrática. 10 perdigones de plomo -munición prohibida- disparada por efectivos de la
Policía Nacional del Perú, y dirigidos al tercio superior de su cuerpo, le causaron la muerte.

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El Ministerio Público, órgano constitucionalmente instituido para la investigación de los
delitos, ha señalado que se trata de un asesinato perpetrado en un contexto de
violaciones a los derechos humanos; por lo que, en atención a las competencias de sus
instancias y a las prerrogativas constitucionales de determinadas autoridades públicas,
abrió dos investigaciones: una, contra Manuel Arturo Merino de Lama, Antero Flores-
Araoz Esparza y Gastón César Augusto Rodríguez Limo, a nivel de la Fiscalía de la Nación
(Carpeta fiscal N°150-2020); y otra, contra los efectivos de la Policía Nacional del Perú que
organizaron, dirigieron y/o intervinieron directamente en la represión policial en la que
se hizo uso desproporcionado de la fuerza y se causó la muerte de dos personas y lesiones
graves y leves a decenas de manifestantes (Carpeta fiscal N°54-2020). En la primera de
las indagaciones, y vencida la etapa de las diligencias preliminares, la Fiscal de la Nación
presentó la denuncia constitucional N°132 ante el Congreso de la República, la misma que
es materia de conocimiento de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales que usted
dirige.

3. Estado a ello, y en mi condición de persona que ha sufrido menoscabo en sus derechos


como consecuencia del asesinato de mi hijo Jack Bryan Pintado Sánchez víctima, me
permito recordar al Congreso de la República las obligaciones adquiridas por el Estado
en sede internacional, exhortar al cumplimiento de su deber de cooperación con la
justicia; y, señalar que compete a la autoridad –a todas, sin excepción alguna-
facilitarme el acceso, oírme y permitir mi participación activa y eficaz en cuanta
investigación o denuncia, de carácter penal, civil, administrativo, constitucional o
congresal, se genere y sustancie por los hechos en los que tengo la calidad de víctima,
sea esta en sede judicial, administrativa o congresal.

En esa dirección, debo lamentar que en la sustanciación de la denuncia constitucional


N°132 la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales no haya considerado la
participación de las víctimas y los familiares de las víctimas del uso desproporcionado
de la fuerza policial en noviembre de 2020; así, no hemos sido convocados para prestar
nuestro testimonio y no se ha convocado a nuestra defensa legal a hacer valer nuestros
derechos en la instancia parlamentaria. Por lo demás, lamentamos el manejo que se le
ha dado a la denuncia constitucional: se ha declarado la no pertinencia de elementos de
convicción alcanzados por el Ministerio Público, solo se ha escuchado a los denunciados
y su representación jurídica, se ha faltado a las reglas del debido proceso aplicables en
sede parlamentaria (particularmente en la estación de los interrogatorios), y ahora el

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congresista Alejandro Cavero Alva ha presentado un Informe orientado a la exculpación
de Manuel Arturo Merino de Lama y compañía.

4. Me centraré en el Informe del congresista Alejandro Cavero Alva, con el que guardo
absoluta distancia. Mi crítica a tal documento es la siguiente:

4.1. Una parte importante del documento elaborado por el congresista


Alejandro Cavero, tanto en su desarrollo como en sus conclusiones, se orienta
a desvirtuar las órdenes que Manuel Arturo Merino de Lama y compañía
habrían dado a los mandos policiales para hacer uso desproporcionado de la
fuerza y dar muerte y causar lesiones a los manifestantes.

Sucede, sin embargo, que esa no es la imputación que el Ministerio Público ha


formulado ni es, por cierto, materia de la denuncia constitucional presentada.
En efecto, el análisis jurídico de la Fiscala de la Nación sostiene que Manuel Arturo
Merino de Lama, Antero Flores-Araoz Esparza y Gastón César Augusto Rodríguez
Limo, en función a los altos cargos que detentaban en la estructura estatal, tenían el
deber de garante de la vida y la integridad física de mi hijo Jack Bryan Pintado Sánchez
y los demás agraviados -la Constitución garantiza la plena vigencia de los derechos
humanos como deber primero del Estado-; que, en consideración al ejercicio de altos
cargos en el Estado, tenían una posición de dominio y de capacidad material y real
frente a la Policía Nacional del Perú que reprimían las movilizaciones ciudadanas de
noviembre de 2020, a efectos de garantizar que el uso de la fuerza no vulnere los
derechos a la vida e integridad física de la ciudadanía en marcha y en protesta; y que,
pese al llamado y exhortaciones de los órganos del sistema interamericano de
protección de los derechos humanos y otros en ese sentido (Unicef y la CIDH el 11 de
noviembre, la Defensoría del Pueblo y el Alto Comisionado de Derechos Humanos de
la ONU el 12 de noviembre), y pudiendo evitar los resultados criminales, decidieron
no intervenir frente al uso desproporcionado de la fuerza policial, lo que
conllevó a la muerte de mi hijo Bryan y la de Inti, y a las lesiones a decenas de
manifestantes, en un contexto de violación de derechos humanos.

4.2. Respecto del pleno, permanente y privilegiado conocimiento de Manuel


Arturo Merino de Lama y compañía sobre las marchas ciudadanas en el centro
de Lima los días de noviembre de 2020 y su proyección a intensificarse, así

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como su detallado, permanente y privilegiado conocimiento sobre la forma
cómo la policía reprimía a los manifestantes, se tiene los siguientes elementos de
convicción:

i) la declaración de Renzo Mazzei Mancesidor, gerente de prensa de IRTP,


quien el 10 de noviembre de 2020 recibió la llamada de José Rocha, asesor de
prensa de Merino de Lama, diciéndole que no transmita las marchas
ciudadanas;

ii) la declaración testimonial de César Augusto Gentille Vargas, exministro del


Interior, quien recibió una llamada de Merino de Lama el día 11 de noviembre
de 2020, “preocupado por los desmanes que había en las calles y me pregunto
qué era lo que estaba haciendo mi sector para controlarlo”;

iii) el ingreso a Palacio de Gobierno del coronel PNP Carlos Villafuerte Salas,
jefe de la división de servicios especiales de la PNP, y uno de los responsables
operativos de la represión, en horas de la mañana del 11 de noviembre de
2020, según obra en el registro de visitas oficial;

iv) solo después de la información brindada por el jefe de las operaciones


policiales de represión de las movilizaciones ciudadanas, Merino de Lama se
reúne en Palacio de Gobierno con el teniente general PNP Jorge Lam Almonte,
comandante general de la PNP, en horas de la noche del 11 de noviembre de
2020, circunstancia en la que el oficial le informó sobre el estado de las
marchas ciudadanas y se le dijo que maneje la situación e informe de los
hechos de importancia, según obra de la declaración del propio Lam y de Jhon
Saba, asesor de Merino de Lama;

v) en los días subsiguientes, el teniente general PNP Jorge Lam Almonte


recibió llamadas de Jhon Saba Guerra, asesor de Merino de Lama, preguntando
por novedades en las manifestaciones para informarle a Merino de Lama;

vi) en los días subsiguientes también, el teniente general PNP Jorge Lam
Almonte recibió llamadas de Antero Flores-Araoz señalando la presencia de
manifestantes frente a su domicilio;

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vii) el 11 de noviembre de 2020, Merino de Lama se reúne en Palacio de
Gobierno con el contralmirante AP Nelson Montenegro Pacheco, director de
inteligencia de la Marina de Guerra, según obra en el registro de visitas oficial;

viii) el 12 de noviembre de 2020, Gastón Rodríguez recibió en el Ministerio del


Interior al teniente general PNP Jorge Lam Almonte, junto a otros oficiales
PNP, oportunidad en que el jefe de la policía le informó sobre las marchas
ciudadanas, conforme admite Lam en su declaración;

ix) en los días subsiguientes, Gastón Rodríguez y el teniente general PNP Jorge
Lam Almonte tuvieron una comunicación fluida, de ida y vuelta, dándole
cuenta el oficial de la situación en las calles;

x) el 12 de noviembre de 2020, en el despacho ministerial, Gastón Rodríguez


recibió al general PNP Roger Arista, director de la Digimin, quien le informó
sobre las movilizaciones ciudadanas, como lo admite en su declaración el
propio Gastón Rodríguez;

xi) el 12 de noviembre de 2020, Merino de Lama se vuelve a reunir en Palacio


de Gobierno con el contralmirante AP Nelson Montenegro Pacheco, director de
inteligencia de la Marina de Guerra, según obra en el registro de visitas oficial;

xii) el 12 de noviembre de 2020, a la presidencia del Consejo de Ministros


ingresa información de inteligencia proporcionada por la DINI sobre las
movilizaciones ciudadanas;

xiii) en los días subsiguientes, la DINI y los diferentes componentes del Sistema
de Inteligencia Nacional -SINA, emitieron “documentos de inteligencia" sobre "las
marchas ciudadanas a consecuencia de la asunción como presidente de la República
de señor Manuel Merino de Lama en noviembre de 2020", entre los cuales figura la
"Nota de Inteligencia 171-CV", de fecha 12 de noviembre de 2020, titulado "Riesgo
de escalamiento de la conflictividad de los movimientos juveniles urbanos en un
contexto de descrédito del sistema político y crisis sanitaria", que fue enviado a la
Presidencia de la República y a la Presidencia del Consejo de Ministros;

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xiv) el 13 de noviembre de 2020, en horas de la mañana, Antero Flores-Araoz
fue entrevistado en Frecuencia Latina y se le preguntó por los manifestantes
heridos con canicas;

xv) el 13 de noviembre de 2020, el general PNP Roger Arista, director de la


Digimin, proporcionó a Gastón Rodríguez una síntesis informativa abierta y de
inteligencia, según admitió en su declaración el propio ministro del Interior;

xvi) la declaración del coronel PNP Jorge Luis Cayas Medina, jefe de la Región
Policial Lima, quien señaló haber participado el 13 de noviembre de 2020 en
una reunión con el ministro del Interior Gastón Rodríguez, el general PNP Lam
Almonte, el coronel PNP Tenorio Gamonal, el coronel PNP Carlos Villafuerte y
otras autoridades del despacho ministerial, en la que informó sobre las
marchas ciudadanas;

xvii) el 13 de noviembre de 2020, Antero Flores-Araoz y Gastón Rodríguez


acuden a las instalaciones de la Región Policial Lima, circunstancia en la que el
primero tiene palabras de apoyo al personal de la división de servicios
especiales de la PNP, a cargo del coronel PNP Carlos Villafuerte;

xviii) el 13 de noviembre de 2020, Gastón Rodríguez acude al Hospital


Almenara, donde se le informó de dos manifestantes heridos el día anterior
con canicas de vidrio;

xix) el general PNP Roger Arista, director de la Digimin, proporcionó a Gastón


Rodríguez una síntesis informativa abierta y de inteligencia, según admitió en
su declaración el propio ministro del Interior;

xx) el 14 de noviembre de 2020, el general PNP Lam Almonte volvió a reunirse


con el ministro del Interior y le expuso los servicios policiales realizados el día
12 de noviembre;

xxi) el 14 de noviembre de 2020, el coronel PNP Jorge Luis Cayas Medina, jefe
de la Región Policial Lima, se reunió con el ministro del Interior y le expuso los
servicios policiales realizados el día 12 de noviembre;

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xxii) el 14 de noviembre de 2020, Merino de Lama se vuelve a reunir en Palacio
de Gobierno con el contralmirante AP Nelson Montenegro Pacheco, director de
inteligencia de la Marina de Guerra, según obra en el registro de visitas oficial;

xxiii) la declaración de Hugo Cornejo Valdivia, jefe del gabinete de asesores


de la DINI, quien reconoce el envío de informes de inteligencia a la presidencia
de la República y la presidencia del Consejo de Ministros sobre las
movilizaciones ciudadanas; y que, el 14 de noviembre de 2020 en el contexto
de la exposición de la DINI en Palacio de Gobierno, Merino de Lama solicitó
información sobre la identificación de los actores de las manifestaciones
sociales.

xxiv) la declaración del teniente coronel FAP Christian Schambaher Céspedes,


director de contrainteligencia de la DINI, a quien Merino de Lama le manifestó
el 14 de noviembre de 2020 que debía evaluarse el empleo de las fuerzas
armadas para controlar las movilizaciones ciudadanas;

xxv) el 15 de noviembre de 2020, Lam Almonte y Cayas Medina fueron


invitados por el ministro Gastón Rodríguez, a pedido de Merino de Lama, a la
sesión del Consejo de Ministros con el propósito de informar sobre las
movilizaciones ciudadanas.

4.3. En relación a la vinculación de la Policía Nacional del Perú con la muerte de


mi hijo Jack Bryan Pintado Sánchez y la de Jordan Inti Sotelo Camargo, así como
las lesiones causadas a decenas de manifestantes en noviembre de 2020, que el
Informe del congresista Alejandro Cavero Alva pretende soslayar, debo remitirme a
la seria y motivada argumentación desarrollada por la Fiscal de la Nación en su escrito
de denuncia constitucional, la misma que recoge las conclusiones a las que arribó el
Área de Enriquecimiento Ilícito y Denuncias Constitucionales tras un año de
investigación especializada, objetiva e imparcial, con intervención de los investigados
y de la representación legal de las víctimas, y apego a las reglas del debido proceso.

Por si esto no fuera suficiente, debo recordar que mediante la disposición N°15-2021-
MP-FN-1FPSP, de fecha 30 de setiembre de 2021, la Primera Fiscalía Penal
Supraprovincial formalizó investigación preparatoria contra el teniente general PNP
Jorge Alejandro Lam Almonte, general PNP Jorge Luis Cayas Medina, coronel PNP

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Carlos Vicente Villafuerte Salas, coronel PNP Percy Alberto Tenorio Gamonal,
comandante PNP Luis Castañeda Urbina, comandante PNP Charles Apaza Pilares,
comandante PNP Giulianno Arguedas Pérez, comandante PNP Víctor Oliva Angulo,
mayor PNP José Solari Chillcce, mayor PNP Juan Chenet del Pozo y capitán PNP Mario
García Chávez, por la comisión del delito de asesinato con alevosía, lesiones graves y
leves, y por abuso de autoridad, todo ello en el contexto de graves violaciones a los
derechos humanos, en agravio de mi hijo Jack Bryan Pintado Sánchez, Jordan Inti
Sotelo Camargo, así como otras personas agraviadas. Ello debido a la existencia de
elementos de convicción sobre órdenes para el uso de la fuerza policial
desmedida, desproporcionada e indiscriminada para controlar a los
manifestantes y neutralizar la protesta social, mediante el empleo de armas
letales y municiones prohibidas (perdigones de plomo y canicas de vidrio),
disparadas directamente al cuerpo de las personas, que han ocasionado
muertes y lesiones en los ciudadanos que participaban en las movilizaciones.

No solo eso, el Ministerio Público sostiene que, en atención a la forma de ejecución de


los disparos directamente al cuerpo de los manifestantes y a sus zonas más sensibles,
la magnitud y gravedad de las lesiones producidas, la cantidad de víctimas, el tipo de
armamentos y municiones prohibidas que habrían utilizado los efectivos policiales,
estamos ante un patrón de comportamiento que obedeció a una orden emanada
de la alta superioridad policial, que involucraría directamente a los altos
mandos de la Policía Nacional, y que presuntamente habría sido de
conocimiento de otras altas autoridades estatales.

Seria y sinceramente, el documento del congresista Alejandro Cavero, elaborado en


tan solo unos días, sin intervención de las víctimas y su representación jurídica, y sin
el rigor y técnica de investigación propio de los ministerios públicos, no puede
cuestionar y mucho menos restar valor al trabajo metódico y objetivo y a las
conclusiones de dos instancias de la Fiscalía, una de las cuales incluso lo hizo a
dedicación exclusiva durante un año y reforzando su equipo.

4.4. En cuanto al empleo de armas y municiones prohibidas que causaron las


muertes y las lesiones a los ciudadanos que ejercían su derecho a la protesta y
a la defensa de la institucionalidad democrática, que el Informe del congresista
Alejandro Cavero descarta que correspondieran a la actuación de las fuerza policial,
debo recordar que en el escenario de las movilizaciones de noviembre de 2020
la Policía Nacional se encontraba armada e hizo uso de sus armas en contra de

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los manifestantes, y que no existe evidencia alguna de que las personas que
marchaban estuvieran premunidas de armas, aun cuando estas fueras
hechizas. En efecto, no existe un solo video, fotografía, declaración o informe de
inteligencia que siquiera lo deslice como posibilidad. Es más, las pericias que se
hicieron respecto de las víctimas arrojaron resultado negativo para disparos con
armas de fuego (por ejemplo, Informe pericial de restos de disparo de arma de fuego
N°13524 al N°13529/2020, practicada por la Unidad de Criminalística de la PNP
sobre Jack Bryan Pintado Sánchez). Y claro, no existe acta de incautación alguna de
dicho material que pudiera ser atribuida a los manifestantes. En suma, los únicos que
portaron armas, dispararon a las personas e impactaron en los cuerpos de los
marchantes fueron los miembros de la Policía Nacional. Tratándose de munición
prohibida (los perdigones de plomo y las canicas de vidrio) es más que evidente que,
no existirá registro oficial de que la Policía Nacional del Perú almacena ese material y
lo haya distribuido entre su personal para hacer frente a las movilizaciones
ciudadanas de noviembre de 2020. Habría que ser ingenuo, muy ingenuo, como para
considerar que ese no registro importa la exoneración de responsabilidad de los
efectivos de las fuerzas de seguridad.

De otro lado, es de considerar -lo que no hace el congresista Alejandro cavero- que el
Informe N°000005-2021/IN/OGII, de fecha 29 de enero de 2021, elaborado por Luis
Naldos Blanco, director general de la Oficina General de Integridad Institucional, del
Ministerio del Interior, sostiene que “se produjo la muerte de dos personas y lesiones
graves en otras, por causa atribuible a proyectiles (perdigones) de plomo y
proyectiles de vidrio endurecido; y, que por lo menos en un caso de muerte, el
disparo fue realizado por una escopeta del tipo usada por la Policía Nacional
del Perú”. Lo reconoce el propio Ministerio del Interior.

Por lo demás, el Ministerio Público (Carpeta fiscal N°54-2020), en su disposición de


formalización de la investigación preparatoria, atribuye directamente a los altos
mandos de la Policía Nacional haber ordenado utilizar, y a los efectivos
policiales haber utilizado municiones prohibidas: perdigones de plomo y canicas
de vidrio.

Las pericias existentes señalan con claridad que los perdigones de plomo y las bolas
de vidrio endurecido podrían haber sido disparadas con el tipo de escopeta que fue
recuperada en una armería de la Policía Nacional del Perú, y una de ellas, la que
resulta más específica, concluye que el perdigón de plomo analizado fue

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disparado con una escopeta regular, formal, y no por una de fabricación
artesanal o hechiza, pues no existe en la munición la ranura que deja el tubo
galvanizado de una escopeta artesanal o hechiza.

Así pues, por mencionar algunos, el Informe pericial de balística forense –


Pronunciamiento N°33/2021-MP-FN-GG-OPERIT-ABF, de fecha 19 de agosto de
2021, realizado por el perito Ernesto Rafael López Caycho, sobre 23 perdigones
extraídos del cuerpo de 11 personas (Jordan Inti Sotelo Camargo, Jon Cordero,
Oswaldo Palomino, en intersección de Lampa y Colmena, entre 8.30 pm y 10.40 pm;
Jack Bryan Pintado Sánchez, Gustavo Moreno, Arturo Vilca, Junior Mejía, Mirko
Missiego, Anna Olivares, Joseph Barrantes y Jean Zevallos, en intersección Abancay y
Colmena, entre 6 pm y 10.40 pm) que participaron en las manifestaciones de
noviembre de 2020, concluye que “pueden ser disparados por una ESCOPETA calibre
12, como las examinadas material del informe pericial de Balística Forense N° 51/20
y 52/20”.

Además, puedo citar el Informe pericial de balística forense N°25/2020-MP-FN-


OPERIT-ABF, de fecha 16 de noviembre de 2020, que, sin dejar rastro de duda, al
examen de un perdigón de plomo extraído del cuerpo de Jordan Inti Sotelo Camargo,
una de las víctimas del uso desproporcionado de la fuerza policial, concluye en el
punto 1 de su apreciación criminalística que el referido perdigón de plomo no
presenta el rastro o rozamiento característico que deja el tubo galvanizado con pin
percutor de una escopeta artesanal.

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Y, en cuanto a las canicas de vidrio, es de invocar el Informe pericial de balística
forense N°30/2021-MP-FN-GG-OPERIT-ABF, que concluye que dicho material por el
diámetro de su medida puede fijarse a presión, o encima del borde anterior de un
cartucho de goma con perdigones marca Maxam, o de un cartucho de propulsión de
calibre 12GA, y que tal canica -con los tipos de cartuchos citados- pueden ser
disparados con las marcas de escopetas de la Policía Nacional examinadas en los
informes periciales de balística forense N°51 y N°52-MP-FN-GG-OPERIT-ABF.

4.5. Para la familia de Jack Bryan Pintado Sánchez, a diferencia del Informe del
congresista Alejandro Cavero Alva, a la fecha y conforme a los elementos de
convicción expuestos y recabados por el Ministerio Público, se ha podido acreditar
que:

A) De un lado,

i) el ejercicio legítimo, constitucional y predominantemente pacífico del derecho


a la protesta por parte de las víctimas del uso desproporcionado de la fuerza en
noviembre de 2020,

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ii) el ejercicio del derecho a la defensa de la institucionalidad democrática por
parte de las víctimas del uso desproporcionado de la fuerza en noviembre de
2020,

iii) la convocatoria pública, abierta y plural a las movilizaciones ciudadanas de


noviembre de 2020, y su masiva circulación en redes sociales,

iv) la elevada cantidad de víctimas entre los y las manifestantes, incluyendo a dos
jóvenes que fueron asesinados,

v) el profuso número de impactos de disparos de armas en el cuerpo de las


víctimas,

vi) la ubicación de las heridas (las dos terceras partes de las víctimas presentan
lesiones en el tercio superior de su anatomía),

vii) la calidad de los elementos extraídos del cuerpo de los damnificados


(perdigones de plomo, canicas de vidrio),

viii) la gravedad de las heridas causadas por la Policía Nacional del Perú,

ix) las alegaciones de uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía


Nacional del Perú, en agravio de la población civil que participó en las
manifestaciones sociales de noviembre último, hechas por entidades públicas
nacionales (Defensoría del Pueblo), organismos internacionales (Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, Oficina del Alto Comisionado de Naciones
Unidas para los Derechos Humanos) y organizaciones de derechos humanos
(Human Rights Watch),

x) el no uso de armas de fuego -hechizas, artesanales o regulares- por parte de los


ciudadanos y ciudadanas que participaron en las grandes manifestaciones
pacíficas de noviembre de 2020,

xi) el resultado negativo de los exámenes practicados a las víctimas -entre ellos, a
los jóvenes asesinados- respecto al posible uso de armas de fuego,

xii) el no señalamiento oficial -por parte del Ministerio del Interior o de la propia
Policía Nacional del Perú- del supuesto uso de armas de fuego por los y las
participantes de las movilizaciones sociales, así como la no incautación de arma

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de fuego alguna a los jóvenes que marcharon entre el 9 y el 15 de noviembre de
2020,

xiii) la no existencia de un solo efectivo de la Policía Nacional del Perú con


impactos de arma de fuego en el cuerpo,

xiv) la no participación de las víctimas en actos cuyo nivel de agresividad,


justifique el empleo de la fuerza por parte de la Policía Nacional del Perú, dado
que, en tal caso, tendrían la calidad de imputados, estarían siendo investigados o
habrían sido objeto de formalización por tales actos, lo que obviamente no ha
acontecido; y,

B) De otro:

i) la no adecuación de la actuación de la Policía Nacional del Perú a los estándares


internacionales y nacionales que obligan a dichos funcionarios públicos a ajustar
el uso de la fuerza a los principios fundamentales de legalidad, necesidad,
proporcionalidad, precaución y no discriminación,

ii) la decisión de la Policía Nacional del Perú de dispersar las manifestaciones


ciudadanas, en contravención a los estándares internacionales en materia del
derecho a la protesta,

iii) la decisión de la Policía Nacional del Perú de dispersar las manifestaciones


ciudadanas empleando fuerza innecesaria y de manera general contra los
manifestantes,

iv) la decisión de la Policía Nacional del Perú de dispersar las manifestaciones


ciudadanas empleando municiones prohibidas, como los perdigones de metal y
las canicas de vidrio,

v) la decisión de la Policía Nacional del Perú de dispersar las manifestaciones


ciudadanas también vía el uso irracional de armas y municiones permitidas y
menos letales, dirigidas en línea recta, paralela al suelo, masiva y directamente
contra la multitud de ciudadanos y ciudadanas,

vi) la decisión de la Policía Nacional del Perú de emplear la escopeta lanza gas, sin
advertir a los y las manifestantes y con ayuda de megáfonos, que se procederá a
su uso,

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vii) la decisión de la Policía Nacional del Perú de disparar a las y los manifestantes
que intentaban escapar del caos generado por el lanzamiento masivo de las
bombas lacrimógenas,

viii) la decisión de la Policía Nacional del Perú de no permitir la circulación de los


manifestantes en determinadas áreas del Centro Histórico de Lima,
particularmente el cruce de las avenidas Nicolás de Piérola y Abancay, y los
alrededores del Congreso de la República, pese a una expresa sentencia del
Tribunal Constitucional y los estándares internacionales que permiten el ejercicio
de la protesta en todos los espacios públicos,

ix) la decisión de la Policía Nacional del Perú de colocar rejas metálicas


bloqueando las calles públicas, en abierta e ilegítima restricción del derecho a la
protesta,

x) la estructura y cadena de mando que permitió que se perpetrara las graves


violaciones de derechos humanos,

xi) las ordenes de operación formalmente aprobadas por la Policía


Nacional del Perú para la represión de las marchas ciudadanas del 10 al 15
de noviembre de 2020 y su efectiva implementación en el terreno,

xii) la lógica de la represión policial continua e inalterada tras el uso


desproporcionado de la fuerza durante los días 9 y 12 de noviembre de
2020 y no obstante los llamamientos de la comunidad internacional al cese
de la indebida violencia policial,

xiii) el apoyo entusiasta de la autoridad política a la represión policial de


las manifestaciones ciudadanas de los primeros días, y la visita del
presidente del Consejo de Ministros, Antero Flores-Aráoz Esparza,
acompañado del ministro del Interior, Gastón Rodríguez Limo, a la sede de
la Región Policial de Lima y su entrevista con el general PNP Jorge Alberto
Lam Almonte, el 13 de noviembre de 2020,

xiv) las variaciones de los planes y las órdenes de operaciones en el terreno,

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xv) la intervención del general PNP Jorge Alberto Lam Almonte, del general
PNP Jorge Luis Cayas Medina, el coronel PNP Carlos Villafuerte Salas y
otros jefes policiales en el lugar de los hechos (particularmente, el 14 de
noviembre, en la intersección en las avenidas Nicolás de Piérola y Abancay,
el “quinto sector” de la “zona de acción”) por encima de los comandos y
jefes operativos de la Policía Nacional del Perú, las puntuales disposiciones
que ellos emitieron sobre la reestructuración del dispositivo del servicio
policial y el uso de las armas, la intervención de los efectivos de la Uniseesp
– Sur (Salvataje) así como la de su comandante y suboficiales en el mismo
lugar (entre ellos, los 24 policías que emplearon sus escopetas lanza gas y
los 8 que utilizaron sus escopetas de caza), y el apoyo brindado por los
efectivos de la Uniseesp Potao (entre ellos, los 6 policías que utilizaron sus
escopetas lanza gas y los 3 que emplearon sus escopetas de caza), por los
efectivos de la Uniseesp Este y su comandante así como por el personal de
la escuadra del área de instrucción de la Divseesp y el mayor a su cargo.

xvi) el gran número de municiones (perdigones, granadas de mano y


bombas lacrimógenas) que fue efectivamente empleado por el personal de
la Policía Nacional del Perú para enfrentar las manifestaciones ciudadanas,

xvii) también, por cierto, la participación de efectivos de la Policía Nacional


del Perú vestidos de civil, sin identificación, en calidad de infiltrados en las
marchas, específicamente los miembros de la Unidad de Inteligencia Táctica
Operativa Urbana, comúnmente conocida como Grupo Terna,

xviii) la existencia de decisiones para impedir el registro del uso


desproporcionado e ilegítimo de la fuerza, y por ello, el ataque sostenido a
periodistas, personal de la defensoría del Pueblo y defensores de derechos
humanos,

xix) la existencia de decisiones para impedir la atención inmediata a los


manifestantes heridos, y por ello, la agresión a los brigadistas voluntarios,

xx) la hostilización del personal de la Policía Nacional del Perú a los


manifestantes heridos en el interior de los hospitales a los que fueron

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trasladados de urgencia, así como la posterior intimidación a ellos mismos
y sus familiares en sus domicilios,

xxi) el 15 de noviembre de 2020, la presencia de los altos mandos de la


Policía Nacional del Perú en el lugar en que se iba a desarrollar el Consejo
de Ministros de esa fecha, el porqué de su presencia, así como la persona
que los convocó,

4.6. Finalmente, señora presidenta de la Subcomisión de Acusaciones


Constitucionales, debo recordar que tratándose de un caso de graves violaciones de
derechos humanos en el contexto del ejercicio del derecho a la protesta -y este
definitivamente lo es-, la investigación de los hechos corresponde al Ministerio
Público, siendo deber de toda autoridad pública el velar y coadyuvar a que esto
sea así. Es más, un hecho de tal magnitud y relevancia debe ser materia de una
investigación fiscal que responda a los estándares de indagación establecidos por los
órganos del sistema interamericano de protección de derechos humanos y a las
obligaciones internacionales del Estado de controlar la actuación de las fuerzas de
seguridad en el marco de dicha protesta social1. Por cierto, también debe contar y
desarrollarse con protocolos de investigación con enfoques de derechos humanos y
de género. En esa dirección, el Ministerio Público debe llevar adelante una
investigación exhaustiva, con la debida diligencia y en un plazo razonable, sobre las
violaciones -vida e integridad física- ocurridas en el marco de las manifestaciones
públicas (estándares de oficiosidad, oportunidad y exhaustividad), accesible, con
participación de las víctimas y sus familiares, y efectiva (el deber de investigar
demanda la utilización de las categorías penales adecuadas), con la finalidad de
identificar a todos los responsables y sancionarlos.
Para las víctimas y sus familiares, la investigación de los hechos por el Ministerio
Público representa una oportunidad para encontrar la verdad y evitar la impunidad
de las graves violaciones de derechos humanos cometidas por agentes estatales que
son de conocimiento público y cuya trascendencia esta fuera de cualquier duda, así
como de cumplir de forma adecuada con las obligaciones del Estado de controlar la
actuación de las fuerzas de seguridad en el marco de la protesta social.

1
Puede verse, particularmente, el Informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos titulado Protesta y Derechos Humanos: Estándares sobre
los derechos involucrados en la protesta social y las obligaciones que deben guiar la respuesta estatal. 2019;
y, CEJIL, Debida diligencia en la investigación de graves violaciones de derechos humanos. 2020.

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EN TAL VIRTUD:

A usted señora presidenta de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales solicito tener


en cuenta la posición de los familiares de Jack Bryan Pintado Sánchez respecto al Informe
presentado por el congresista Alejandro Cavero Alva.

Lima, 17 de junio de 2022

_____________________
Ronald Gamarra Herrera
Abogado
CAL 13434

____________________
Julio Arbizu Gonzalez
Abogado
CAC 5489

_______________________
AARON ALEMAN
CAL 82481

__________________
Jimmy Sotomayor Herrera
CAL 82348

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