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EL VERDADERO GOLPE

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MANUEL MERINO DE LAMA

EL VERDADERO

GOLPE

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EL VERDADERO GOLPE
Primera edición, abril de 2021

© Manuel Arturo Merino De Lama, 2021


© Diario Expreso, 2021

Editado por: Inversiones Harold Alva EIRL


Calle Buenaventura Aguirre 391, Of. K,
Email: harold.alva.v@gmail.com
Barranco, Lima, Perú.
Telf.: +511 999074143

Tiraje: 6,000 ejemplares

Impresión: I.H.A. EIRL


Calle Buenaventura Aguirre 391, Of. K,
Barranco, Lima, Perú.

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú,


Nro.: 2021-
ISBN:

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PRESENTACIÓN

De aquí en unos años, cuando exista la distancia histórica


suficiente, quedará en claro que Manuel Merino es en
realidad un héroe de la democracia.
En estricto cumplimiento del orden institucional,
Merino desempeñó un papel crucial en los procesos
contra Martín Vizcarra que terminaron, como es de
público conocimiento, en su vacancia por incapacidad
moral del cargo como Presidente de la República al que
había accedido luego de complotar y propiciar el
derrocamiento de Pedro Pablo Kuczynski, de quien era
Primer Vicepresidente. El primer caso en nuestra historia
republicana.
Una sentencia del Tribunal Constitucional,
además, legitimó el proceder del Congreso y de su
Presidente, al declarar la sustracción de la materia en un
proceso competencial interpuesto por Vizcarra para
limitar las facultades constitucionales del Congreso. La
medida cautelar que solicitó para suspender la votación
de la primera vacancia fue rechazada abrumadoramente
por el pleno del Tribunal Constitucional, en un fallo
histórico.
Manuel Merino ocupó constitucionalmente la
Presidencia de la República y fue víctima de una
conspiración orquestada por la izquierda peruana que
terminó en lamentables sucesos de violencia del 2020. Sin

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consideración alguna por la paz social, en medio de la
pandemia, y a costa de la vida de dos inocentes, la
izquierda no paró hasta derrocar a Merino, quién para
evitar una inminente confrontación entre peruanos, dio
un generoso paso al costado, retornando a sus funciones
parlamentarias como un patriota.
Conocí a Manuel antes de que estallaran estos
sucesos. Tengo de él la mejor opinión. Hombre
ponderado, de trato afable y moderado, tuvo que
encabezar el Parlamento en un momento histórico y lo
hizo sin rendir jamás su dignidad.
No tuvo el respaldo de quiénes le dieron el
encargo y se vio abandonado, inclusive, por algunos de
sus más destacados correligionarios, pero nunca perdió la
fe en el Perú ni los principios y valores democráticos que
Fernando Belaunde Terry supo inculcarle.
Estoy muy honrado por ello al escribir estas
palabras introductorias e invito muy vivamente a los
lectores a conocer el testimonio directo de Manuel
Merino, actor protagónico de nuestra historia republicana
más reciente.

Enrique Ghersi
Lima, abril del 2021

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MERINO,
EL ANTIHÉROE
A modo de prólogo

Dr. Juan Antonio Bazán


Politólogo de la UNMSM

I.

Manuel Arturo Merino De Lama es el antihéroe del


proceso político peruano pandémico. Es decir: El
arquetipo Merino, anatomopolitizado y biopolitizado,
ocupó el centro de nuestra sociedad discursiva en los
días que le tocó ser presidente del congreso de la
República para dirigir el proceso de vacancia del
dictador Martín Vizcarra, entre el 20 de octubre y el 9
de noviembre de 2020; y, sobre todo, en los días que le
tocó ser presidente de la República, entre el 10 y el 15
de noviembre de dicho año.
Fue así: La narrativa caviar hegemónica de los
pocos días de Merino dividió al Perú en el bando
“nosotros, los correctos”, y el bando “otros, los
incorrectos”. Una vez más la política fue la lucha
cruenta por la posesión del sentido común para
convertirlo en el sentido político de los roles del héroe,
de la víctima y, por supuesto, del antihéroe.

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II.

Merino, el antihéroe, tiene la virtud de la indisciplina


ante el poder caviar. Es el presidente de la República
que no se ordenó de cortesano de la dictadura caviar
que, de manera subyacente y por relaciones de poder,
gobierna al Perú de los últimos veinte años. Esta
indisciplina le ha costado a este hombre el castigo caviar
del aniquilamiento propio de quien es un “monstruo
moral”. En verdad, le ha tocado sufrir una de las
mayores anatomopolíticas que registra la historia
contemporánea de la humanidad.
Michel Foucault, por su enfoque poderoso, nos
ayuda a desenmascarar el biopoder caviar. Semejante
forma del poder se escinde entre nosotros, siempre
perversamente: La biopolítica es la manipulación estatal
y mediática de los peruanos en general, y la
anatomopolítica es el control individual de ciertos
peruanos devenidos en antihéroes, con nombre propio,
uno de ellos es Merino. El biopoder caviar toma la
forma de la narratología: Así, tenemos al
constructivismo como la asignación autoritativa y
ficticia de roles: Vizcarra aparecía como héroe salvífico,
los peruanos en general como víctimas, y Merino como
antihéroe demonizado.
El storytelling caviar actualiza en enfoque de
Foucault en los días de Merino: “Hay que ser un héroe
[o un antihéroe] para enfrentarse con la moralidad [o
con la inmoralidad] de la época”. Por supuesto, los
entre corchetes son foucaultianamente nuestros.

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III.

Merino, el antihéroe, asume la tarea histórica de liberar


al Perú de la dictadura de Vizcarra. De hecho, es uno
de nuestros presidentes de la República más breves, y,
a la vez, es nuestro presidente de un solo acto, pero
histórico: Lanzó al dictador Vizcarra de palacio de
gobierno. Punto. En verdad, la hegemonía de la
narrativa caviar hizo que Merino asuma la presidencia
de la República en su arquetipo de antihéroe: Como una
inmolación. Más aún, fue un presidente, o un hombre,
al que se le desposeyó del vínculo social. Su sola
posición de Presidente de la República, a pesar de la
constitucionalidad de su origen, parecía ser asumida
por el sentido común como una usurpación, como un
crimen de tal magnitud que rompía el pacto social.
Seamos realistas: Merino fue el jefe de gobierno y el jefe
de Estado que no llegó a ejercer el poder. En puridad,
el poder, durante los días de Merino, lo ejercieron los
caviares y su narrativa biopolítica, cuya capacidad
disciplinaria llegó al extremo de obligar a renunciar al
presidente Merino, y de sancionar a la inmensa mayoría
de congresistas de la República con una capitis deminutio
que hizo posible la postulación congresal a la
presidencia de la República únicamente de los
congresistas caviares o de izquierda. Semejante
hegemonía del sentido común convertido en sentido
político autoritario hizo posible lo democráticamente
imposible: Elegir presidente de la República a
Francisco Sagasti, un congresista gris cuya bancada

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morada por sí sola tenía únicamente nueve de un total
de ciento treinta congresistas.

IV.

Merino, el antihéroe, tiene la debilidad de la pérdida del


lazo social. La narrativa caviar es la narrativa del
estigma. El storytelling se inicia con el establecimiento de
una línea valorativa, de una frontera que divide entre el
bien y el mal, entre el “ellos” y el “nosotros”.
El fraccionamiento social dio paso a la
construcción de ciertos saberes maximalistas y de
ciertas artes extremas: Pintas, grafitis, banners,
papelotes, banderolas, arengas, entre otras formas,
llevaban las inscripciones “Papá, mamá, salí a defender
a mi patria, si no regreso me fui con ella”, “Mi cuerpo
es mi pueblo en insurgencia”, “Hoy no salió el sol”,
“Dónde están los que faltan”, “Te has metido con la
generación equivocada”, “Merino no me representa” y
finalmente “Merino renuncia”; y dio paso también a la
construcción, oportunista y penosa, de héroes vivos
como Vizcarra y Sagasti, y de héroes muertos como los
jóvenes Inti Sotelo y Brian Pintado.
Los sujetos sociales que produjeron la mayor
representación de la ruptura de la interacción social de
Merino fueron, como siempre, los jóvenes a través de
las marchas; y, como novedad, las amas de casa por
medio de cacerolazos.

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La narrativa caviar, en los días de Merino, logró
la reproducción social de sujetos políticos muy dóciles
y de sujetos sociales muy útiles.

V.

Merino, el antihéroe, es resignificado por el subtítulo de


su libro: No negociable. Ahora lo sabemos mejor: Posee
las virtudes y los defectos de cualquier peruano, más
aún si el arquetipo le es asignado a un agricultor
provinciano y sin título universitario.
Don Quijote de la Mancha, publicado en 1605,
podría ser el libro laico más importante de todos los
tiempos, y es la historia de un antihéroe devenido en
héroe universal.
El verdadero golpe, publicado este 2021, podría ser
el libro más importante de los días de Merino, y es
también la historia de un antihéroe devenido en héroe
nacional.
La estética de la protesta de las marchas
juveniles durante los nueve días del mes de noviembre
de 2020 dejó sentado que la subjetivación de la
autodenominada generación bicentenario se construye
también en películas, mangas y animes, en la anti
heroicidad convertida luego en heroicidad de
personajes como el murciélago Batman y el saiyajin
Vegeta.
Como antes, y hasta como en lo alternativo,
también hoy: Los antihéroes pueden devenir en héroes.

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VI.

El verdadero golpe, el libro del presidente Manuel Merino


De Lama es parte de la restauración de la política
peruana: de sus narrativas legítimas y de sus valores más
altos. Se suma a nuestra tradición republicana de libros
escritos por presidentes. Está anotado en los enfoques
sociológicos de la historia de vida y del testimonio.
Tiene el valor de un documento histórico: Queda
establecido que Merino le devuelve el lenguaje a la
política al operacionalizar la vacancia del dictador
Vizcarra desde las autonomías de las hermenéuticas
constitucional y parlamentaria; y que deviene en
antihéroe y presidente fallido por su propia elección
ética, pues se niega a la propuesta indecente del aún
parlamentario Francisco Sagasti, interlocutor de los
demás congresistas caviares, para “compartir el
jamón”.
Este libro redime a Merino ante su historia
personal aún inacabada, y tal vez lo recupera para la
acción política.
Merino, el antihéroe, es así.

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“Pater dimitte illis, non enim sciunt, quid faciunt”

(Lucas, 23: 34)

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A todos los peruanos, en especial a los jóvenes,
con la esperanza de que juntos podamos construir
un mejor país.

Con mi gratitud a Dios,


a mis padres, a mi esposa, a mis hijas, a mi familia,
al pueblo de Tumbes y a quienes, a pesar de la adversidad,
siempre confiaron en mí.

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PRECISIONES
LIMINARES

Renunciar exige más valor que tomar una calle.


Marchar por un ideal es un acto admirable, pero
protestar azuzado por los flashes de la narrativa de lo
políticamente correcto, reduce al individuo a un
número del rebaño que necesitan los dictadores y los
autócratas para someter naciones. Lo sucedido en
noviembre pasado puso en evidencia la bien organizada
corrupción que valiéndose de la crisis por la pandemia
apeló a todo para sostenerse en el poder.
Me explico: Martín Vizcarra fue la pieza de
ajedrez del poder caviar, un sujeto sin escrúpulos para
quien la palabra lealtad resultó apenas un adjetivo al que
no le importó pisotear cuantas veces pudo. Por eso,
conmigo en la presidencia del congreso de la república,
supo, desde antes de nuestra juramentación, que
tendría una muralla para consumar sus desviados
objetivos. Tal es así que primero intentó boicotear la
juramentación del nuevo congreso imponiendo una
cuarentena sin importarle el costo país, a Vizcarra poco
o nada le importó desatar una crisis, su meta fue
sostenerse en el poder para, desde allí, lograr la
hegemonía del discurso caviar, eliminando a sus
adversarios políticos, valiéndose de un poder judicial al

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que primero descabezó para hacerse del Ministerio
Público, la ONPE, RENIEC y el Jurado Nacional de
Elecciones. En paralelo se hizo de los medios de
comunicación a quienes les pagó sumas millonarias con
el cuento de la publicidad estatal. No fue gratuito verlo
a diario en nuestras pantallas, al más explícito estilo
chavista, explicándonos sobre un virus al que ni siquiera
los médicos eran capaces de controlar; luego apuntó sus
artillerías al recién instalado congreso ¿Cómo era
posible que al centro de una pandemia el presidente de
la república enfrente a la representación nacional? Y,
finalmente, hizo del IDL el látigo con el que fustigó a
la oposición.
Vacarlo por incapaz moral fue una clara lección
democrática. Merecía más. Martín Vizcarra, a la luz de
las evidencias sobre el aprovechamiento ilícito del
cargo, debería estar tras las rejas. La historia sabrá leer
con objetividad lo sucedido durante este tiempo.
En política nada es casual. Por la gobernabilidad
del país y por evitar víctimas, yo renuncié en medio de
una turbulencia social azuzada por quienes venían
complotando contra el sistema desde hace varios años.
Los gobiernos de izquierda se hacen del poder
desestabilizándolo. En ese tablero de ajedrez estuvo
Martín Vizcarra, pero también Francisco Sagasti, un
deslucido técnico incorporado a la política y adoptado
por esa hegemonía, a quien le entregaron todas las
herramientas para hacer de la minoría una falsa reserva
moral que en verdad fue cómplice de un Martín
Vizcarra que le heredó no solo a sus operadores sino

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una elección en la que, gane quien gane, responda a los
intereses del poder fáctico.
Ensayaron con el inexperto alcalde La Victoria,
con el ex general Urresti, quien en dos oportunidades
me pidió que converse con Vizcarra, con la señora que
trabajó con Nadine para, finalmente, concentrar sus
energías en un desconocido sindicalista que fue
acopiándolos en “su equipo”. Que Verónika Mendoza,
Ollanta Humala y Daniel Salaverry sean “ahora” sus
aliados, confirma que los brazos del lagarto tuvieron
todo bajo control.
Con una derecha atomizada y dividida, con la
reacción tardía de las fuerzas democráticas por detener
el avance de los radicales, el Perú ingresa a una terrible
nebulosa; ceder al chantaje o al oportunismo de quienes
han hecho de la mentira y la judicialización armas
contra la libertad, es algo que los demócratas no
estamos dispuestos a permitir.
Este libro narra la oscura noche que me tocó
vivir desde mi discurso de ascensión cuando advertí
que cortaría con las consultorías y con la millonaria
publicidad estatal, que no nos temblaría la mano en las
investigaciones contra quienes lucraron con el dolor y
la muerte por la pandemia del COVID 19; y como quien
asiste a una regresión, me permito compartirles mi
inicio en la política, la coherencia como militante del
partido fundado por el arquitecto Fernando Belaunde,
el legado de honestidad que recibí de mi padre, mi labor
como fiscalizador, mis primeras investigaciones en las
que estuvo comprometido Martín Vizcarra, nuestra

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juramentación como congresistas aún a pesar del
estado de emergencia, la composición de la mesa
directiva, la desesperación por “el jamón” de Francisco
Sagasti, las manipulaciones colectivas del lagarto, la
histórica votación de los 105 parlamentarios que lo
vacaron por incapaz moral; mi llegada a Palacio de
Gobierno, la conformación de mi gabinete y el
linchamiento mediático contra quien tuvo el coraje de
emplazarlos, que terminó por construir la narrativa del
antihéroe a quien defenestraron sin importarles desatar
una segunda ola de contagios.
El poder caviar ha ganado una carrera, no la
maratón, ver cómo empieza a desconfigurarse en el
imaginario de la gente, leer en las estadísticas el rechazo
contra Martín Vizcarra, confirma que hicimos bien y
legitima la naturaleza de mi breve mandato.

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Capítulo I
EL FISCALIZADOR

L a Presidenta del Congreso se asusta cuando


alguien habla de presentarle una censura y
algunos medios de comunicación y periodistas
afines al gobierno de turno se coluden confundiendo al
afirmar que esta generaría inestabilidad en el actual
gobierno morado de transición cuando, en realidad, de
acuerdo a la constitución, una censura de la actual mesa
directiva no afectaría en absoluto al gobierno de Sagasti
más bien nos llevaría a un equilibrio de poderes perdido
en forma absurda por la falta de expertis del actual
Congreso que, llevados por la presión política, se hizo
a un lado cediendo ejecutivo y legislativo a los grupos
minoritarios; algo nunca visto para asombro del mundo
entero.
Dentro de mi gestión presentaron dos censuras.
La censura la puede presentar a sola firma un
congresista. El reglamento ordena que una censura
presentada contra el presidente del Congreso, en la
sesión que corresponde, es el primer punto de agenda,
no se puede postergar: censura propuesta, censura que
se tiene que votar.

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La primera censura contra mi presidencia,
presentada por el congresista Jim Alí Mamani, solo
tuvo un voto en mi contra; la segunda, presentada por
Lenin Checco Chauca, por el supuesto de sedición y
“mis llamadas telefónicas a los cuarteles”, montado por
el ejecutivo, tuvo una abrumadora respuesta a mi favor.
Presumo que eso le preocupó a Martín Vizcarra porque
ambas censuras fueron promovidas con la finalidad de
apartarme de la Presidencia.
Con el resultado contrario a sus intereses, es de
suponer que lo intimidó la evidente respuesta política.
Por eso no me puedo quejar del respaldo que
tuve de los congresistas, donde mi desempeño fue en
defensa de nuestra institucionalidad y de puertas
abiertas sin restricciones a ningún grupo político.
En las mediciones que hacían sobre el poder
político a mí me ubicaban después de Vizcarra, esto se
puede corroborar en la revista independiente “Semana
Económica” del 04 de octubre del 2020. Conmigo el
Congreso alcanzó índices de aceptación nunca antes
vistos, incluso a pesar de los temas con los que el
Ejecutivo acusaba al Legislativo como el no haberle
otorgado la confianza al gabinete de Pedro Cateriano y
la aprobación de algunas iniciativas legislativas como
eliminar el cobro de peajes en pandemia,
congelamiento de cuentas, devolución de la AFP, ONP
eran motivo suficiente para que el ejecutivo en forma
sistemática acusara desprestigiando al legislativo.
En mi vida política he enfrentado diferentes
sucesos, siempre he defendido la institucionalidad. El

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2002 impulsamos la Ley de bases de la
Descentralización N° 27783, la Ley Orgánica de
Gobiernos Regionales N° 27867, y logramos la reforma
de la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y
de la Contraloría General de la República, Ley 27785
así también iniciamos diferentes acciones de control
tanto dentro del Congreso como en la región Tumbes.
En mi primer periodo, en el 2001-2006, se
investigó el gobierno de Fujimori y, dentro de lo
investigado, la Comisión agraria procedió a formar un
subgrupo de trabajo que se encargó de ver el Proyecto
Pasto Grande, paradoja política el que haya sido parte
del equipo junto al congresista arequipeño Manuel
Olaechea García quien presidia y el Congresista
Alejandro Oré Mora. Luego de varios meses de trabajo
se emitió el informe final encontrándose
responsabilidad administrativa, civil y penal de varios
funcionarios entre los que se encontraba el Ing. Martin
Vizcarra Cornejo, dos veces Director Ejecutivo del
proyecto moqueguano. Es una pena que, pese al
informe, el delito penal haya prescrito, quedó la sanción
administrativa, pero quedó en el olvido.
En mi segundo periodo tuve una ardua labor
fiscalizadora a la gestión de los ex gobernadores de
Tumbes, Gerardo Viñas y Ricardo Flores Dioses, con
el primer Gobernador Gerardo Viñas se presentó una
controversia en la que hasta pusieron carteles gigantes
desprestigiándome. Al final, producto de esa acción,
Viñas terminó preso.

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En aquel entonces recibí amenazas de muerte.
En Tumbes había una banda que lideraba el “sordo
Vite”. El “sordo Vite” era quien manejaba todas las
bandas en Tumbes, tenía sicarios. El comentario
general era que Viñas se reunió con él para ponerle
precio a mi cabeza.
En un vuelo que tomé de Tumbes a Lima, ya
sentado en el avión observé que los pasajes a mis
costados, adelante y atrás, estaban vacíos, luego, una
persona de su entorno de confianza subió en ese vuelo
y me entabló conversación insinuando que tenían un
fondo de donaciones que ascendía a más de quinientos
mil dólares lo cual sería suficiente para que en lugar de
estar enfrentados se podrían realizar actividades de
proyección a la comunidad. Lo escuché sin responder,
reiterando él, en varias oportunidades, que no era
conveniente activar denuncias contra Viñas porque el
tema era trabajar en equipo, ganar por Tumbes y el país.
Insinuaba en doble sentido que las denuncias sin mi
participación quedarían sin efecto, solo pedían que
me mantenga al margen.
Ese año en Tumbes se habían licitado diferentes
proyectos con expedientes mal elaborados y en
condiciones no transparentes con pagos de arbitrajes
con montos muy elevados, todo esto originó el que se
pida un crédito suplementario de doscientos millones,
lo que hasta ahora me resulta incomprensible es cómo
pudo burlar al ministerio de Economía y Finanzas para
lograr licitar proyectos y lanzarlos cuando se conoce
que, para que un proyecto tenga viabilidad, tiene que

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tener calidad, aparte de la certificación presupuestal,
temas que no pudieron ser explicados por los órganos
competentes.
Era sospechoso que el Gobernador Regional de
Tumbes diga que le faltaban doscientos millones si el
presupuesto de la Región para obras era de ciento
veinte millones. Por eso, cuando se concretaron las
denuncias se cursaron documentos a Contraloría
General de la Republica y al Ministerio de Economía y
Finanzas, lo que permitió que la Contraloría General de
la Republica congele cuentas al Gobierno Regional de
Tumbes poniéndose en evidencia groseros actos de
corrupción.
Nuestra gestión fiscalizadora fue la que permitió
poner al descubierto diversas irregularidades tanto en el
proceso constructivo como en la elaboración de
expedientes y el pago de arbitrajes irregulares (malecón
turístico, IE Tupac Amaru, IE Olivera Paredes, CEO
del Tablazo Corrales, Centro Cabecera de redes
Zarumilla, Planta de Agua de Francos, etc.)
posicionándonos en Tumbes con un 34% de
aprobación, una cifra que no la tenía ni el presidente del
Congreso, sin embargo, cuando intenté la reelección
esto no fue reflejado. No porque se haga fiscalización
se gana popularidad dado que como siempre la
corrupción se colude con algunos medios que en forma
sistemática confunden a la población. Viñas dejó obras
incompletas millonarias que hasta hoy siguen
inconclusas.

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Así se fortaleció mi función fiscalizadora. Por
eso puedo presumir que Wilmer Dios actual
Gobernador de la Región Tumbes; podría haberle
dicho a Vizcarra, dada su amistad con él, que Merino
De Lama podría significar un problema.
Vizcarra todo el tiempo me trató con recelo y
las pocas veces que nos reunimos me decía que desde
Lima se podía hacer más por nuestros pueblos y me
sugería que conversara con Vicente Zeballos quien,
paradójicamente, fue presidente de la Comisión de
Fiscalización, encargada de la investigación del
Gobernador de la Región Tumbes.
Trajimos al Gobernador Regional de Tumbes
para que responda ante el Congreso, quien llegó a la
Comisión con su abogado defensor. El mismo que no
tuvo opción a la defensa dado que los cargos eran
contundentes, esta sesión fue trasmitida radial y
televisiva en directo a la Región Tumbes, teniendo una
audiencia histórica. Se logró demostrar los malos
manejos de uno de los políticos más poderosos de la
región Tumbes.
En cuanto a la fiscalización al Gobierno
Regional de Ricardo Flores Dioses fueron dejadas
diferentes denuncias de actos irregulares, así como por
la no culminación de obras millonarias.
Cumplí con mi función fiscalizadora dentro de
mi trabajo parlamentario pese a las amenazas y el
amedrentamiento del que fui objeto. Eso afirmó el
respeto que ya tenía en mi Región.

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Capítulo II
LA MESA DIRECTIVA

L a primera reunión sostenida entre los veinticinco


parlamentarios recientemente electos fue en
paseo Colon un día martes 4 de Febrero del
2020, esta se dio antes de la asistencia a la invitación a
palacio de Gobierno. En dicha reunión se definieron
varios aspectos como el nombramiento de voceros,
quienes tomarían la palabra con la finalidad de
organizarnos y poder tanto recibir como exponer temas
importantes para nuestro trabajo con el poder
ejecutivo.
Los voceros elegidos fueron Otto Guibovich
Congresista de la Región Ancash y Jorge Vásquez
Becerra de la Región Cuzco, ellos tendrían el uso de la
palabra en la reunión de palacio. Además, se acordó ver
la posibilidad de elegir un representante para la Mesa
Directiva del Congreso de la Republica dada la
proximidad de la instalación de este Congreso
Transitorio. La bancada tenía que decidir quién sería el
representante de parte de nuestra bancada que
participaría en la mesa Directiva, además esto permitiría
definir en quien recaería la Presidencia del Congreso.

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El miércoles 5 de febrero fuimos a Palacio de
Gobierno, culminada dicha reunión tendríamos una
cena en el Club Unión y se daría la oportunidad de
poder elegir al representante para la Mesa.
En esta cena tuve la oportunidad de hablar con
Mesías Guevara y Yonhy Lescano, a quienes les
manifesté que era importante estar de acuerdo pues el
número de congresistas de nuestra bancada era similar
al de APP. En ese entonces había voces que sugerían la
posibilidad de que AP postule a la Mesa Directiva por
lo cual teníamos que tener ya a nuestro representante.
Cuando empezamos a coordinar, los
parlamentarios de diferentes regiones estuvieron de
acuerdo con la necesidad de nombrar a un
representante que pudiera participar de la Mesa
Directiva. Se formó un panorama de posicionamiento
a mi favor debido a mi experiencia como
exparlamentario, pero la gente de la línea del presidente
del partido de AP y actual Gobernador Regional de la
Región Cajamarca Ing. Mesías Guevara Amasifuen,
dejo en claro que no apostarían por mí, a ellos se sumó
también el correligionario Yonhy Lescano, pese a que
estuvimos diez años juntos en el parlamento.
Era el miércoles 5 de febrero de 2020 cuando
fuimos a Palacio de Gobierno. Cada bancada tenía que
delegar la palabra a sus voceros.
El acuerdo era tácito: luego de la visita a Palacio,
acudiríamos a la cena que teníamos en el Club de la
Unión, para elegir a quien nos representaría en la Mesa
Directiva del Congreso de la República.

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El Comité Electoral del partido también había
invitado a Hugo Rovira, ex Oficial Mayor, para que dé
unas instrucciones sobre cómo era el tema congresal.
Como mencioné, mi nombre era voceado para presidir
la mesa directiva, Rovira en su exposición al explicar
mencionaba “aquí está el señor Merino, quien conoce
el manejo Congresal”, en todo momento resaltaba la
importancia de la experiencia congresal como un
soporte para ser elegido representante de nuestra
bancada.
Terminando Rovira hizo uso de la palabra la
presidenta del Comité Electoral, señorita Doris
Guerrero, luego el presidente encargado del partido
Mesías Guevara Amasifuén, miembros notables del
partido como Raúl Diez Canseco Terry, Víctor Andrés
García Belaunde y Yonhy Lescano como miembro del
Comité político. En la intervención de Yonhy Lescano,
se produjo un incidente con Víctor Andrés García
Belaunde, “Vitocho”, el mismo que se puso de pie y le
respondió el ataque inicial enfrentándose en una
discusión por lo que se les llamó a calmarse; se armó
como decimos los norteños, un bochezaso.
Mónica Saavedra, la congresista más votada de
nuestra bancada, se levantó y tocó una campanita para
pedir nuestra atención.
Rolando Ruiz Pinedo, congresista por la región
San Martín, intervino pidiendo de favor que se retiren
los asistentes y que solo se queden los congresistas
porque ése era el momento para elegir quien iría a la
mesa. Hubo algunas voces en contra que empezaron a

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murmurar a lo que Ruiz retó a que se retiren quienes
no querían y con los que se quedaban se definiría la
mesa. Allí se retiraron Vitocho, Diez Canseco, todos
los que no eran congresistas.
La gente de Lescano y de Mesías quiso dividir o
evitar a toda costa la elección, pero cuando se dieron
cuenta que estábamos dispuestos a que esa noche se
resuelva de una vez, propusieron como candidato a
Luis Carlos Simeón Hurtado, congresista electo por la
región Pasco. Ruiz me propuso a mí, Jorge Vásquez
Becerra, del Cuzco, apoyaba también a Simeón, el
cajamarquino Hans Troyes propuso a Burga, a lo que
Burga para mi sorpresa levantó la mano y retiró su
candidatura. Entonces solo quedamos dos
provincianos, Simeón y yo.
Simeón sacó diez votos, yo saqué catorce y hubo
una abstención. Se abstuvo Kenyon Durand, de
Huancavelica.
Una vez que gané, se decidió que yo sería el
candidato a la presidencia del Congreso. En ese
momento tuve que elegir quiénes me acompañarían
para coordinar con las otras bancadas con quienes
conformaría la mesa directiva. Lo que seguía era mirar
el panorama como quien observa un tablero de ajedrez.
Definimos de acuerdo a cuántos congresistas tenía cada
grupo, fue un ejercicio de cálculo vs. acercamiento y
afinidad.
Necesitaba sesentaiséis votos.
Los primeros fueron los congresistas de APP,
llamé a Richard Acuña. En las previas Diez Canseco me

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ayudó, él había conversado con César Acuña, a quien
encontró en el aeropuerto y César le dijo que no porque
ellos también iban a la mesa, a lo que Raúl persuadió
diciéndole que cómo iban a destrozarse mutuamente,
“apóyanos”. César Acuña le preguntó a quién llevarían
y Raúl le dijo que a Manuel Merino De Lama.
Cuando Acuña escuchó mi nombre, dice Raúl
que dijo: “Merino De Lama es mi amigo, hemos sido
congresistas, si es Manuel es una persona de confiar, tal
vez podamos apoyarlo”. Por eso contacté directamente
con Richard Acuña y le pedí reunirnos. Efectivamente,
Richard me contó que ya tenían un grupo algo armado.
Nos reunimos en el departamento de la mamá
de Richard Acuña. Fui con Otto Guibovich y Luis Roel
Alva, Richard estaba con Luis Valdés.
Empezamos a conversar y Valdés fue radical,
dijo que ya tenían algunas conversaciones sobre armar
su lista aparte que todavía tenían pendientes dos
apelaciones en el JNE, por lo que podrían incrementar
sus curules a dos más, ellos pretendían como una
prioridad la comisión de Constitución y Reglamento.
Comisión que nosotros también deseábamos
mantener. Les dije que ese tema lo definiríamos en su
momento. Tocamos el tema de con que otros grupos
parlamentarios podríamos coordinar para integrar la
Mesa Directiva. Nos despedimos y nos volvimos a
reunir dos días después. Nosotros queríamos impulsar
a Roel Alva para que presida la Comisión de
Constitución, por su antecesor, su abuelo Javier Alva
Orlandini, sabíamos que él, por su formación y por su

33
juventud, era el indicado. Finalmente, luego de varias
reuniones continúas tanto con ellos como con otros
grupos políticos estuvieron de acuerdo de ir con
nosotros, eso quedó definido en la última reunión que
contó con la asistencia del presidente del partido y
excongresista Cesar Acuña Peralta, respecto al tema de
las Comisiones quedó pendiente determinarlo en su
oportunidad.
Cuando fui a conversar con los otros grupos,
efectivamente APP ya los había visitado. Sí era verdad
que tenían la iniciativa de armar una mesa haciendo una
modificatoria del reglamento para contar con cuatro
vicepresidencias, estas reuniones fueron de importancia
dado que nos permitió consolidar la Mesa Directiva de
este Periodo Congresal de Transición 2020-20021.
Se conversó con la mayoría de las bancadas
políticas para buscar acuerdos que ayuden a lograr la
gobernabilidad del país.
UPP, nos acompañaría en la mesa con la
condición de que haga un gesto y vaya al penal a visitar
a Antauro, además de eso me pidieron que ponga en
debate una moción de amnistía para liberar a Antauro,
sin exigir el apoyo en votación, querían solo el gesto
para que sea debatida.
Las reuniones sostenidas con UPP, trajo al
recuerdo unos pasajes de mi vida donde conocí al
capitán del ejército Antauro Humala Taso.
Era el año 1998, en mi Región Tumbes cuando
estábamos en plena emergencia por el conflicto con
Ecuador y teníamos orden de inamovilidad. Recuerdo

34
que llegué a casa, a recoger a mi esposa, a quien ofrecí
llevar a comer un ceviche y fuimos a una conocida
cevichería llamada “El Estadio”. Cuando estábamos
comiendo llegó Antauro Humala, acompañado de dos
soldados que preguntaron quién era el dueño de la
camioneta roja, estacionada afuera del establecimiento.
Entonces se acercó a la mesa y me dijo que estaba
incautando la camioneta y que tenía dos opciones: o
entregaba la camioneta o iba con ellos manejando la
camioneta. Elegí ir manejando la camioneta. Desde
aquel día estuve internado una semana en la zona de
Quebrada Grande donde estaban encuartelados. Allí
estaban las carpas, las municiones, los soldados, habían
armado todo un campamento. En ese transcurso, lo
llevé al cuartel de Corrales a dejar un informe, luego
fuimos al mercado por víveres, de cada puesto llevamos
un saco de arroz, un saco de azúcar, latas de aceite, y
como yo tenía mi negocio de venta de plátanos, le
ofrecí que podía regalarles la punta de los racimos, el
mayor aceptó agradecido porque había muchos
militares no acostumbrados al calor que estaban
deshidratándose. Entonces empecé a regalar las puntas
de los racimos de los camiones con los que me iba al
sur a vender el plátano. Quizá, por eso, exactamente a
los ocho días, Antauro Humala se me acercó y me dijo
que le había caído en gracia y me estaba dando la
oportunidad para que me vaya. “Vamos al lugar donde
te encontré o déjame por el puente para incautar otro
carro”, me dijo. “Vamos donde me encontraste, de
paso te invito un ceviche”, le respondí. Antauro aceptó

35
y en la cevichería bebimos seis cervezas que fueron
suficientes para que el capitán se picara. Creo que no
estaba acostumbrado a tomar. “Merino, te voy a dejar
un recuerdo” pronunció, poniendo su mano derecha en
mi hombro, mientras con la izquierda sacaba una
granada. “Te voy a dejar esto como recuerdo de nuestra
amistad”. Yo acepté con asombro el presente. Antauro
estaba casado con una tumbesina de apellido Paiva. No
supe más de él hasta que sucedieron los hechos en
Locumba.
Con Podemos Perú conversamos en tres
oportunidades la primera vez por intermedio de un
amigo: me reuní solo con Urresti. La segunda y tercera
para poder definir. En la tercera reunión participaron
Urresti y José Luna, definiendo su participación con
nosotros poniendo una Congresista mujer a la
vicepresidencia que le tocara.
Sin embargo, con quien conversamos primero,
antes de conversar con Unión Por el Perú y Alianza
Para el Progreso, fue con los morados. En la reunión
con los morados participaron Gino Costa y Zenaida
Solís, en un departamento que tienen en San Isidro. En
esa conversación pusimos en claro que nuestra apuesta
era por la gobernabilidad y enfocarnos en una agenda
país, ellos estuvieron de acuerdo, pero nos dijeron que
con quien teníamos que tratar era con Francisco Sagasti
y Sagasti estaba fuera del país. “Que retorne Francisco
y nos reunimos”.
La reunión con el FREPAP fue la que nos causó
más trabajo, fue más difícil que cuando enamoré a mi

36
señora. Con ellos sostuve durante casi dos semanas
reuniones continúas, éstas se llevaron a cabo en el
domicilio del ingeniero y correligionario Enrique
Paredes en el distrito de San Borja vale aclarar que fue
con sus dirigentes quienes se comunicaban con los
Congresistas a cada momento, al no ser en forma
directa los acuerdos se dilataban por lo que al final
cuando les expresamos que estábamos contra el tiempo
y que teníamos que decidir si venían o no, con
nosotros, su respuesta fue que mientras no tengan la
credencial en la mano, ellos no podían concluir nada.
Al final los pescaditos no nos apoyaron porque
teníamos a Valdés en la lista y no deseaban su
participación.
En el caso de Somos Perú, sostuvimos una
comunicación telefónica con Renán Espinoza a quien
ya conocía con antelación por haber estado juntos
como parlamentarios en el periodo 2001-2006 desde
inicios en todo momento mostraron en términos
generales una apertura positiva de poder acompañarnos
en la Mesa. Posterior a esto se realizó una reunión
presencial con el Congresista Guillermo Aliaga, electo
por Lima y con la presidenta del partido Somos Perú
señora Patricia Li Sotelo con quienes tratamos temas a
detalle de nuestra participación en la Mesa Directiva.
Las bancadas que iban en nuestra mesa ya tenían
más de sesenta y seis votos: APP 22 + AP 25 + SP 11
+ PP 11 = 69. Adicional a ellos se sumaron los
fujimoristas.

37
Tuvimos sin embargo que definir si llevábamos
a Podemos o al Partido Morado. Decidimos por
Podemos y, justo cuando cerramos la mesa, me llamó
Zenaida Solís para decirme que ya estaba en Lima
Francisco Sagasti y nos convocaba a una reunión.
Nosotros con Sagasti no habíamos conversado.

38
Capítulo III
LA PRIMERA PUYA
CON VIZCARRA

L a disolución del Congreso de la República,


realizada el 30 de setiembre del 2019 DS- 165-
2019-PCM DENEGACIÓN FÁCTICA DE
CONFIANZA nos dejó una sensación de ilegalidad,
tanto así que la Comisión permanente el 29 de Octubre
2020, presentó una demanda competencial sobre la
legalidad de la disolución del Congreso, la misma que
se resuelve por el tribunal constitucional el 14 de Enero
del 2020, es de esta forma que el Tribunal
Constitucional avala esta disolución, un tribunal que
lamentablemente tiene su mandato vencido hace más
de dos años. Por eso, podría tener razones de sobra
para pensar que el poder ejecutivo jamás quiso que este
Congreso pueda realizar como corresponde la elección
de los nuevos miembros del Tribunal Constitucional.
El día que me defenestraron la primera acción que se
dio fue desactivar la comisión que tenía el encargo de
poder elegir a sus miembros.
El actual Tribunal Constitucional es un tribunal
que en sus últimos fallos no ha demostrado una
respuesta dentro del marco de la legalidad

39
La importancia del tema institucional se hace
primordial en la coyuntura existente en el país,
cualquiera no pelea por el tema institucional, durante la
permanencia como presidente del Congreso de la
Republica 15 de marzo al 9 de noviembre 2020 lo
demostramos. Si ustedes revisan la aprobación durante
este periodo al frente del Congreso, los porcentajes
fueron llevados hasta el 51 % de aprobación, porque
ante todo mi tarea ha sido defender la institución,
cuando salí en tres o cuatro oportunidades a enfrentar
a Vizcarra, fue por defender la institucionalidad.
Vizcarra encontró al frente del Congreso a una
persona no negociable, para mí más fácil habría sido
someterme dado que él estaba acostumbrado a no tener
un equilibrio de poderes, hecho que lo llevó a convocar
elecciones esperando un Congreso a su medida, con
parlamentarios sin experiencia y desconocimiento de
sus funciones que le permitieran seguir conduciéndose
como lo venía haciendo, de modo unilateral, sin
confrontaciones de ningún tipo.
En realidad, no sé qué pretendía Vizcarra, pues
nunca llegó a convocarnos para trabajar juntos, era
como si el poder legislativo solo debía existir en la
medida en que no pueda mostrar ninguna objeción a lo
que ellos como poder ejecutivo pudieran decidir, se
acostumbró a trabajar solo, nunca socializó o entabló
una comunicación fluida, nunca tuvo ni mostró la
mínima intención de trabajar en equipo.
Si bien, en mi primera experiencia como
legislador participé en la Comisión agraria y en el

40
subgrupo de trabajo que investigó el proyecto Pasto
Grande, donde Vizcarra tuvo participación como
funcionario, siendo dos veces director ejecutivo, yo no
recordaba haberlo conocido personalmente.
A José Hernández sí lo recordaba. Por el año
2001, en el Congreso, siendo secretario de la comisión
agraria, él era asesor. También por ese año su hija,
Claudia Hernández Oré, fue nuestra representante en
todos los eventos como anfitriona.
Por eso puedo afirmar que nuestro primer
encuentro no fue grato para él.
Antes de que reciba mi credencial, pero ya electo
congresista, Martín Vizcarra llegó a Tumbes para
inaugurar una calle con el gobernador Wilmer Dios
Benites, justo la calle donde yo vivo, siendo un
proyecto que impulsé en mi anterior gestión.
Lamentablemente había denuncias de los vecinos y
malestar por los trabajos no culminados e incluso hubo
una rotura de unos desagües; entonces al escuchar y ver
el despliegue de la delegación presidencial, salí de mi
vivienda y les di el encuentro con la pregunta de que
cómo iban a inaugurar una calle que aún no estaba
terminada.
Cuando llegué la gente empezó a gritar para
evitar que se inaugure, probablemente Vizcarra pensó
que yo había llevado a la gente, y más cuando
empezaron a pedir “que hable Merino”, “que hable el
congresista”. No hubo inauguración, Martín Vizcarra
estaba hablando, pero por los gritos de la población no
continuó. Él y Wilmer se vieron obligados a retirarse.

41
En ese ínterin estoy seguro que conversó con
Wilmer Dios, al punto que me llamaron de la región
pidiéndome que vaya porque se llevaría a cabo una
reunión y Vizcarra había pedido reunirse también
conmigo. No estuve invitado a esa reunión, estaba claro
que me programaron a última hora, pues al llegar allí se
encontraba Napoleón Puño, congresista electo por la
agrupación política Alianza para el Progreso, quien
recibió el apoyo total del gobernador regional durante
la campaña.
En la reunión cada uno de los presentes tomó la
palabra, a mi turno, luego de saludarlo le dije: “con todo
el respeto que usted se merece, presidente, si ha
desactivado a un Congreso confrontacional y ahora se
ha elegido uno nuevo, usted no está actuando de
manera correcta, yo he escuchado atentamente el
discurso que dio al inicio de la ceremonia en la Avenida
Mariscal Castilla que dadas las casualidades es la calle
donde vivo, y usted ha hablado de los gobiernos
regionales, de los alcaldes, de la presidencia que está
ejerciendo, pero no del Congreso, este es un Congreso
recién electo que representa el poder legislativo que es
el contrapeso al que usted debe incorporar en sus
discursos, sin embargo usted no lo mencionó, más bien
utilizó adjetivos confrontándolo”. A lo que respondió
que en ningún momento esa fue su intención, que lo
había malinterpretado, que no fue así, que él estuvo
hablando del otro Congreso y que lo disculpe si
entendió mal. Entonces le hice hincapié que, dada mi
experiencia como exparlamentario, le correspondía a él

42
tender los puentes con el nuevo Congreso. Fue una
reunión breve en la que hasta se realizaron bromas.
Vizcarra no vio con buenos ojos el que haya sido
electo congresista y menos con agrado mi postulación
y elección a la Presidencia del Congreso. Esa fue mi
percepción.

43
44
Capítulo IV
¿CÓMO? ¿Y EL JAMÓN?

A la reunión con Francisco Sagasti fui con Otto


Guibovich. Otto lo conocía. Mi asistencia
respondió a un tema de forma, de cordialidad,
para decirles que el Partido Morado no iba a la mesa,
que nos gustaría que nos apoyen en la votación, pero
que la mesa estaba cerrada. La reunión fue en su
departamento. Además de Otto y de Sagasti estuvo
Zenaida Solís.
Cuando llegamos nos sorprendimos con el
banquete con el que nos recibieron. Hubo pastas,
jamones, quesos, de todo, era una mesa abundante, de
primera.
Sagasti me saludó efusivo, había estudiado toda
mi biografía, me dijo las fechas en las que fui
congresista, sabía que fui dirigente agrario, sabía que era
de Tumbes. “Buenas noches, General”, saludó a Otto.
“Tomen asiento”, de pronto sacó dos ejemplares de su
libro, no nos dejaba ni hablar, lo sentimos emocionado,
me firmó un libro, le dedicó otro a Otto. Le comenté
que estábamos allí porque teníamos un tema pendiente.
“Claro” dijo Zenaida. “Nosotros hemos estado
esperando esta reunión, ya con Francisco hemos
conversado”, agregó.

45
Efectivamente, les dije, conversamos, pero en
política los tiempos corren a otra velocidad y se tienen
que tomar decisiones, sin embargo, venimos a ratificar
su apoyo. A lo que Francisco asintió que teníamos su
absoluto apoyo, que tenían incluso un plan de gobierno
que él trabajó al 2035 sobre el que teníamos que trabajar
para cambiarle la cara al Congreso y que debíamos
evaluar a quién llevaríamos a la mesa directiva,
criticando el posible desempeño de algunos
congresistas electos, que tenían procesos judiciales
pendientes.
Por supuesto, le respondí, que al igual que ellos
deseábamos el mejor desempeño de este nuevo
congreso pero que el tema de las presidencias de las
comisiones recaía en cada uno de los grupos políticos
elegidos, en la misma forma la designación de los
miembros de la Mesa Directiva, que ahora nosotros
estábamos allí para decirle que ya teníamos definida la
mesa y que a ellos los llevaríamos para que nos apoyen
con sus votos.
“¿Apoyen? ¡De ninguna manera!” pronunció
ofuscado poniéndose de pie. “¿Apoyen? ¡Nosotros
queremos ser parte del jamón!” nos dijo levantando la
voz y moviendo los brazos, abriendo las manos.
“¿Cómo?” pregunté “¿Qué jamón?” Puntualicé.
“¿Cómo que qué jamón? ¿Acaso tú no lo sabes? ¡Tú
sabes bien qué jamón porque tú has sido congresista!”
repetía ofuscado. Era otro Sagasti, el hombre se
transformó, perdió completamente la cordura. Otto le
hablaba para calmarlo. “¿Qué? ¿Tú vas a venir a

46
explicarme? ¡Yo conozco cómo es esto! ¿Qué creen que
nosotros vamos a ir de cola de ustedes? ¡Por supuesto
que no!” Continuaba Sagasti enardecido, mientras
Zenaida afirmaba que ellos pensaban que, con la
primera y segunda conversación, sin Sagasti, venían con
nosotros y que los estábamos traicionando.
“Nosotros hemos quedado” dijo Zenaida.
“Zenaida, nunca hemos quedado”, le respondí.
“Hemos conversado, hemos hablado de que tenemos
que trabajar un plan de acciones desde el Congreso,
pero en ningún momento dije que ustedes estaban en
la mesa porque ustedes mismos nos dijeron que la
decisión la tomaban con Sagasti y Sagasti estaba en el
extranjero, han pasado quince días, hemos tenido que
tomar decisiones, el tema está definido, no hay espacio
en la mesa.
Con todo lo que espetó Sagasti, el hombre
prácticamente nos puso en la puerta, podría decir que
con su actitud nos botó. Fue tan tenso el momento que
yo ya no sabía si devolverle o no su libro. Con Otto nos
miramos desconcertados. No sabíamos si pararnos, si
devolverle los libros o si él mismo nos los iba a quitar.
Finalmente nos retiramos. “Nunca lo he visto
así”, comentó Otto, mientras salíamos. Sagasti se quedó
con Zenaida, con el rostro desencajado, repitiendo
“¿Has visto? ¡Nos quieren dejar sin el jamón!”
Después, instalada la mesa, Francisco Sagasti
fue colaborativo, sin embargo, esa noche, fue como si
lo hubiésemos herido de muerte.

47
Capítulo V
48
Capítulo V
VIZCARRA
Y LOS MORADOS

L os réditos de Vizcarra siempre fueron por atacar


al Congreso. Por la situación debido a la
pandemia era claro que la situación era propicia
para facilitar el que no podamos juramentar y asumir
funciones. Considero que eso estaría en sus planes
cuando Vizcarra llamó a la congresista Mónica
Saavedra, encargada de presidir las juntas preparatorias.
La mandó a llamar so pretexto de un Consejo de
Estado. Estoy convencido que, de haber postergado la
convocatoria para la juramentación, este congreso de
transición no habría logrado instalarse. Pues al darse los
tiempos nos habría llegado el confinamiento.
Desde inicios no se dio de parte del ejecutivo
una apertura para hacer un trabajo en equipo, más bien
al contrario, siempre se trató de parte de ellos el resaltar
un congreso con deficiencias e irresponsabilidad.
Como congresista con experiencia observé
muchas señales como por ejemplo el decreto de
urgencia 020-2019 emitido el día 05 de diciembre del
2019 en el interregno parlamentario refrendado por el
presidente del consejo de ministros y la ministra de
justicia y derechos humanos, el mismo que obligaba a

49
la declaración jurada de interés dentro de los quince
días hábiles de haber sido elegido y/o designado. Esta
declaración se manejaría desde la PCM. Nuestro recién
instalado Congreso de transición tomó la decisión de
proponer la derogatoria de este decreto de urgencia por
las deficiencias presentadas pues la PCM no era la
entidad encargada de hacer control de esta declaración
jurada de interés por no tener la capacidad de sancionar,
ni la experiencia, ni personal capacitado para ello, como
sí lo tenía la Contraloría General de la Republica, así
mismo podría darse que en determinadas circunstancias
la PCM llegaría a ser juez y parte.
Otro tema de enfrentamiento fue en la
devolución de los aportes a las AFP a través de la ley
31,017 aprobada por el Congreso de la Republica
donde los aportantes del sistema privado de pensiones
podrían solicitar el retiro del 25% en las
administradoras de los fondos de pensiones.
En estas oportunidades, así como en otros
temas confrontacionales se observaba el apoyo
incondicional de la agrupación morada al Gobierno de
Vizcarra.
Al haber sido necesario juramentar e instalar a la
vez la nueva mesa directiva y sus órganos de gobierno
por consiguiente la conformación de las 25 Comisiones
ordinarias fueron en forma proporcional al número de
Congresistas, lo cual originó algunas controversias y o
críticas.
Debemos aclarar que los cargos tanto de
presidencia, vicepresidencia y secretaria de las

50
diferentes Comisiones ordinarias fueron absoluta
responsabilidad de cada grupo político
Dentro del Congreso era sabido que cada
movimiento, reunión acontecimiento era filtrado a
Martín Vizcarra al parecer tenía su red de espionaje.
En circunstancias normales decidir sobre las
comisiones es un proceso que toma no menos de
treinta días, nosotros tuvimos que ser rápidos.
Vizcarra acababa de publicar el Decreto de
Urgencia que declaró el confinamiento. Nosotros sobre
esa marcha juramentamos como mesa directiva y sobre
esa marcha instalamos las comisiones. Si nosotros esa
noche solo juramentábamos y nos íbamos a nuestras
casas, confinados, ya no podríamos retornar a convocar
al pleno para elegir la mesa directiva. Esa noche
juramentamos como congresistas y esa noche
decidimos elegir la mesa e instalar las comisiones.
En ese momento nos dimos con la sorpresa que
el Congreso no tenía instrumentos para poder sesionar
de manera virtual, no había reglamento sobre eso, aun
así, convocamos a un nuevo pleno ya con las medidas
sanitarias y los protocolos de bioseguridad en los que
solicitamos que no vayan todos para no estar
amontonados.
Solo así logramos modificar el reglamento.
Sagasti es un personaje a quien no termino de
descifrar. Mi presidencia ha sido la más democrática y
la de mayor consenso. Si ustedes analizan, yo logré
votos de todas las bancadas y donde no saqué votos,
cuando me quisieron censurar, se abstuvieron.

51
En mi contra presentaron dos mociones de
censura, en la segunda moción de censura que se
origina con la presentación de los audios por parte del
presidente de la Comisión de fiscalización Edgar
Alarcón por la supuesta llamada a los cuarteles la
agrupación morada se partió, Sagasti se abstuvo,
habiendo votado su bancada a favor. Sagasti tuvo
buena relación conmigo porque era vocero de su grupo,
aunque cuando una de las personas de mi despacho le
comentó a uno de los asesores del Partido Morado
sobre “la estima” de Sagasti hacia mí, el asesor
respondió que tenga cuidado porque es un hipócrita.
Probablemente sea verdad. Desde que asumió la
presidencia, Sagasti no ha tenido el gesto de hablar
conmigo.
Yo llamé a Francisco Sagasti por teléfono
cuando se presentó el conflicto por la ley de los
agroexportadores, le timbré varias veces porque que no
me contestaba, hasta que respondió. “Francisco te
estoy llamando, tú como ejecutivo no puedes ponerte a
un costado, asuman la responsabilidad de esta ley”, le
dije. “¿Con quién hablo? ¿Con quién hablo?” Contestó.
“Te habla Manuel Merino”. “Ah ¿Has cambiado de
teléfono?” Preguntó. Y se cortó. Y no volvió a
responder.
Luego de mi renuncia, me ausenté del
parlamento una semana. Cuando volví quise realizar
una conferencia de prensa, eso fue algo que a la actual
presidenta del Congreso con su directiva no le gustó, al
punto que, estando ya en su programación, me negaron

52
la sala, grave porque a un congresista no se le puede
negar una sala. Luego, a quien me facilitó la sala Porras
Barrenechea, extrañamente, lo despidieron.
Desde los acontecimientos de noviembre luego
de mi renuncia, Sagasti ha podido conversar conmigo,
pero no lo ha hecho ni cuando convocaron a los
voceros. Tal es así que en lugar de resolver el tema de
la intervención de la policía durante las protestas,
intentaron responsabilizarme a mí y, para presionar,
designaron a diferentes funcionarios afines a su
ideología tales como el Señor Luis Alberto Naldos
Blanco en el cargo de Director General de la Oficina
General de Integridad Institucional del MININTER
Resolución Ministerial N 1035-2020-IN y el señor
Omar Alonso Taupier Chávez en el cargo de secretario
de la secretaria de Comunicación Social de la PCM RM
N-037-2021-PCM, con esas designaciones noté la
parcialidad y el acercamiento de la agrupación morada
con Vizcarra.
Es clara la intención de tratar de hacer ver que
cuando asumimos la presidencia era anticonstitucional
y cuando asume Sagasti no. Si a esto sumamos la
designación de algunos ministros, viceministros y altos
funcionarios que han sido afines con el régimen de
Vizcarra y ahora continúan con Sagasti. Por todo esto
podría presumir que los morados han sido desde
siempre la red de espionaje de Martín Vizcarra y de su
prensa.
Apunto dos anécdotas.

53
Una noche estando en sesión plenaria en el
Congreso, saliendo a tomar un café en la sala
Mariátegui, de casualidad vi a Edgar Alarcón, sentado,
me acerqué a su mesa y en ese momento también se
acercó Lenin Checo, eran los días en que estábamos
sobre la Cuestión de Confianza de Cateriano, fue un
encuentro normal, de rutina. Logré divisar en una de las
mesas a un gordito con la frente amplia, de mediana
estatura, al que no le ajustaba la corbata en el cuello. De
repente, me pasaron un Twitter que estaba circulando
en redes con una foto tomada en ese preciso instante,
en el que me denunciaban por estar reunido con Edgar
Alarcón, “complotando” contra Martín Vizcarra. De
inmediato me puse de pie y me acerqué al gordito que
se dirigió por uno de los pasadizos hacia donde estaba
Daniel Olivares y le reclamé por qué me había sacado
esa foto inventando una conspiración. El gordito negó
todo. Era uno de los asesores de la bancada del Partido
Morado.
En otro momento cuando salí de mi oficina
rumbo al despacho de la presidencia, coincidió en que
Pepe Vega y José Luna, salieron también de sus oficinas
y me siguieron, seguro para dialogar o preguntarme
algo, antes de que se me acerquen vi con el rabillo del
ojo que al fondo estaba Gino Costa hablando por
teléfono, entonces les pedí que si querían conversar
conmigo que sea más tarde porque en ese momento no
los iba a poder atender.
Ingresé al despacho de la presidencia, donde se
encontraba encendido el televisor, me senté a ver qué

54
sucedía y vi a Daniel Olivares sentado en su butaca,
quien, al no apagar su micrófono, permitió que se
escuche nítido a Gino Costa que le decía “Acaba de
salir Merino de su oficina y está entrando con José Vega
y Pepe Luna a su despacho”, entonces la persona que
estaba a cargo de la sesión pidió que por favor cierren
sus micrófonos.
Eran espías y, claro, como ellos dominan redes,
publicaban cualquier evento “sospechoso” y armaban
escándalos donde yo era el malvado de la película.
Ellos fueron los que posteriormente intentaron
sepultarme con el mote de golpista. Su intención,
cuando me denunciaron por sedición, fue que caiga
preso.

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56
Capítulo VI
LAS FUERZAS ARMADAS
Y UNA LLAMADA TELEFÓNICA

A hora, con la distancia que me permiten los


hechos, retrocedo a cada momento, a cada
conversación y evalúo diversos detalles que no
pude analizar durante aquellos vertiginosos días.
Reflexiones con las que seguro habría revertido
los resultados, pero la historia se escribe solo una vez.
Sin embargo, dos acontecimientos importantes
en los que no reparé fue la información de un amigo en
retiro de la Marina de Guerra quien me avisó sobre una
información filtrada del servicio de inteligencia cuya
directiva era que las movilizaciones tenían que terminar
con cinco fallecidos para lograr mi renuncia y otro fue
el aviso de una ex promoción de mi hermano mayor, a
cuyo llamado no acudí, pero me mandó a decir que
debería tener en cuenta que “quien no tiene el mando
del ejército, no tiene el poder”, por lo que se imponía
que llame a los altos mandos del ejército con el fin de
sostener una reunión con mi primer ministro y así
escuchar sus apreciaciones sobre lo que estaba pasando
ya que eso me podría dar una mejor visión para
determinar mis acciones.

57
Vizcarra quiso un Congreso sometido a su
presidencia, esto se puede evidenciar desde la entrega
de credenciales cuando con su presencia pretendió
imponerse ante el nuevo Congreso Constitucional,
después, el 12 de Marzo de 2021, convocó a la
Presidenta de las juntas preparatorias, congresista
Mónica Saavedra, a un Consejo de Estado para ponerla
en conocimiento que frente a los sucesos se había
determinado realizar la declaratoria de Emergencia
Sanitaria en confinamiento; la misma que se hace
efectiva desde el día 16 de Marzo de 2021, por eso el
nuevo Congreso tomó la decisión de realizar su
juramentación el 15 de marzo. Para ello fue
indispensable realizar la instalación de la nueva mesa y
sus órganos de funcionamiento (comisiones ordinarias,
junta de portavoces, consejo directivo). Luego de esto,
se vería en un pleno la modificación del Reglamento
para que puedan realizarse las sesiones virtuales.
Es importante señalar que desde el primer
momento que se instaló el Congreso de la Republica el
Poder Ejecutivo estaría impedido de seguir emitiendo
los decretos de urgencia a los que estaba acostumbrado.
Después de la instalación, Vizcarra volvió al
ataque, pretendiendo desprestigiarnos, a través de
algunos medios de prensa escrita y televisiva, nos tildó
de irresponsables con información malintencionada
para malograr la imagen del nuevo Congreso.
El nuevo Congreso no sería a su medida.
Igualmente sucedió con el voto de confianza al
Gabinete de Pedro Cateriano quien, irresponsable, nos

58
acusó de haber pretendido chantajearlo para otorgarle
la confianza, luego dio marcha atrás, pero el
desprestigio estaba en curso, desprestigio que nos
llevaría a los acontecimientos de la primera vacancia
presidencial del 10 de Setiembre del 2020 que finalizó
el 18 de Setiembre, por el caso Richard Cisneros.
Hoy observo con claridad que mi actuación fue
totalmente transparente y de buena fe, quizá pequé de
ingenuo a pesar de mis años en política, más teniendo
en contra una maquinaria utilizada en los medios con
todo ese montaje que se realizó sobre la llamada a los
altos mandos militares.
El objetivo fue muy claro, ellos apuntaron a
desconfigurarme hasta hacer que me vean como un
personaje ambicioso.
Yo era un obstáculo a su impunidad. Por eso la
puntería en mi contra, por eso cuando acudía a las
invitaciones de las fuerzas armadas en representación
del legislativo no se permitía un trato igualitario al
ejecutivo, incluso no se me permitía la entrega de
ofrendas florales de nuestra institución para rendir
honores a nuestros héroes, esto era recurrente en los
homenajes realizados por las fuerzas armadas como el
8 de Octubre de 2020, homenaje a Miguel Grau
Seminario, ilustre político norteño, diputado por Paita,
lo mismo cuando, en un gesto de solidaridad,
realizamos una donación a la Marina de Guerra del
Perú, el 10 de Julio de 2020, con una suma de S/.
141,480; el Comandante General de la Marina de
Guerra no acudió a la entrega disculpándose por haber

59
tenido un compromiso con antelación; pese a haber
coordinado las fechas con tiempo el donativo
mencionado fue recibido por el Vicealmirante de la
Marina Manuel Santiago Bascones Morey.
Ese donativo permitió optimizar las capacidades
de 100 respiradores fabricados por la Marina de Guerra
del Perú.
Otro caso similar ocurrió en la Plaza de la
Bandera, el 24 de Setiembre de 2020, día de las fuerzas
Armadas rindiendo homenaje a nuestra Gran Mariscala
Señora de la Merced: a mi llegada, el Presidente del
Comando Conjunto del Ejército, General Cesar
Augusto Astudillo Salcedo, a las justas me recibió,
incluso malcriado, ignorando protocolos, en el discurso
de apertura no se mencionó al Congreso de la
Republica, de igual forma, el Obispo castrense
Monseñor Juan Carlos Vera Plasencia, evitó mencionar
mi nombre al realizar los saludos protocolares al inicio
de su paraliturgia, sumado a esto el jefe de protocolo,
no sé si por una absurda iniciativa o producto de alguna
indicación, o coordinación con los anfitriones, se me
acercó para pedirme el retito de mi medalla de
congresista porque el presidente venía sin su banda
presidencial.
Fue recurrente, en Vizcarra, buscar la mínima
oportunidad para atacar al Congreso y menospreciarlo.
Ahora tengo todo claro.
Esos altos mandos militares no habrían podido
ser imparciales porque fueron parte del régimen
autoritario de Martín Vizcarra y podría creer, sin temor

60
a equivocarme, que con él mantenían comunicación
para asegurarse que mi asunción fuese lo más breve
posible pues la consigna era la misma planteada por los
morados para que Vizcarra retornara a la presidencia.
Mis adversarios me denunciaron por sedición.
En un informe de IDL, quien siempre tenía las
primicias del gobierno de Vizcarra, se me acusó de
llamar en reiteradas ocasiones al jefe del Comando
Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Cuando se presentaron los audios donde
personal de confianza de Vizcarra confirmaba su
cercanía con Richard Cisneros, las noticias que llegaban
a diario era que estaban saliendo tanques contra el
Congreso ante el inminente escándalo que pretendía
defenestrar al presidente. Entonces, el edecán de la
Marina, que tenía mi confianza, seguro que por
apaciguar lo que pasaba, se tomó la libertad de llamar al
Almirante Fernando Cerdán, y me lo puso al habla.
Fue una comunicación de menos de diez
segundos en la que afirmé que frente a lo que podría
suceder, nosotros actuaríamos en el marco de la
constitución. Lo que la prensa vizcarrista no cuenta es
que yo conocía al almirante Cerdán. Yo lo había
ayudado en una gestión para la adquisición de
respiradores. En otra ocasión fui a Tumbes y Cerdán
me esperó en el aeródromo, posteriormente cené en su
casa a la que me invitó agradecido por mi colaboración,
me presentó a su esposa con quien coincidió que
también era de Tumbes, de los Feijoo, medio
emparentada con unos familiares. Incluso, la noche

61
anterior de la presentación de los audios, tenía una
invitación suya para cenar.
Era un momento complejo donde sabíamos que
Alarcón presentaría un informe, por lo que desistí
acudir, le pedí a mi asistente que lo llame y me excuse.
Mi asistente lo llamó, le comentó que se me presentó
un inconveniente y que iba a tardar. Cerdán le
respondió que no importa, que igual me esperaba para
la cena. Por supuesto que no fui.
Esa llamada fue el pretexto y el argumento para
denunciarme por un evento que no corresponde, en
palabras publicadas en el diario Expreso del 13 de
setiembre 2020 del abogado penalista Carlos Caro, al
termino penal de sedición porque es imposible que se
acuse de sedición a alguien por una comunicación
telefónica.
Martín Vizcarra es un mitómano, además un
conspirador. Alguien que construyó un relato con el
apoyo de un gran sector de la prensa donde el malo de
la película era el Congreso y su presidente.
El almirante Cerdán fue una de sus piezas y,
antes, el ministro Inchaústegui, quien me acusó de
haberle ofrecido continuar en su ministerio si me
apoyaba. Hecho que nunca sucedió.

62
Capítulo VII
LA CAÍDA DE VIZCARRA

E l día que citamos a Vizcarra por la segunda


vacancia, proceso que inició el 20 de octubre y
concluyó el 9 de Noviembre pasado; un portal
llamado “El foco” publicó una noticia sobre denuncias
contra sesenta y ocho parlamentarios. Los voceros de
las bancadas estaban indignados frente a una
información que solo pudo haber salido del ministerio
público. Ahora todos tenemos claro cómo el ministerio
público se movía en pared con el ejecutivo.
Ese acto pintó de cuerpo entero a Vizcarra, un
hombre capaz de acudir a todo con tal de salir bien
librado, algo que solo ratifica su incapacidad moral. Por
eso, uno de los razonamientos del Congreso para votar
en su contra fue que si ese señor perpetró tales ilícitos
con OBRAINSA y mintió descaradamente cuando dijo
que no se reunió con Keiko, que no conocía a Camayo,
aseverando que él no era el de la foto porque ese sujeto
era más gordo y él, máximo, subía cinco kilos, y que
negó a Richard Cisneros; con todos esos antecedentes
ese señor no podía continuar administrando el Estado;
aparte, que su continuidad no ofrecía garantías de una
elección limpia ni tampoco el manejo efectivo de la
pandemia había tenido resultados favorables, aparte de
que existían serios cuestionamientos por las pruebas

63
rápidas, como por las adquisiciones, implementación
de los hospitales provisionales, compra de 840 mil
tablets, compras directas por 243 millones. Eran
demasiadas evidencias de sus malos manejos. Martín
Vizcarra no podía seguir dirigiendo el país porque si eso
hizo antes y durante su mandato, qué habría hecho
después.
La historia acaba de confirmarnos que ese
razonamiento fue correcto, porque además de todo lo
que se descubrió, se había vacunado y venía negociando
la compra de las vacunas, favoreciendo a un solo
comprador. Aparte, el Congreso, para facilitarle su
accionar conta el covid-19 le había otorgado facultades
legislativas lo que permitió que el 10 de setiembre del
2020 se emitiera el decreto de urgencia que dicta
medidas extraordinarias para facilitar y garantizar la
adquisición, conservación y distribución de vacunas
contra el Covid-19. DU-110-2020
La noticia contra los congresistas golpeó y
golpeó más cuando en su discurso de defensa citó al
portal, señalándolos. La reacción fue ciento cinco
votos, vacándolo, pero quedaba esperar su siguiente
paso. Hubo voces que afirmaban que se atrincheraría
en Palacio y que se resistiría a dejar el poder, mientras
la prensa nos atacaba azuzando al caos tildándonos de
golpistas, tanto que en la noche una turba rompió la
seguridad del Congreso y golpearon a Burga. Mientras
estaba en oficialía mayor evaluando los incidentes, vi
cuando Vizcarra salió a dar su conferencia anunciando
la retirada. Había llegado el momento de la sucesión.

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65
66
Capítulo VIII
PRESIDENTE MERINO
DE LAMA

C uando estuve en la mesa directiva y se dio el


resultado de los ciento cinco votos, mi mente se
puso en blanco.
Inmediatamente me asaltaron temas como la
conformación del gabinete, algo que no había podido
coordinar con ninguna bancada porque nunca hubo
una previa, sin embargo, en ese instante tenía a todos
allí preguntándome quiénes conformarían mi gabinete.
Todos presionaban, los medios querían saber
quiénes estarían en el gabinete de Manuel Merino.
Todos comentaban cómo se había presentado el
panorama, todos hablaban de la vacancia, de la forma
cómo Vizcarra pechó al Congreso y la respuesta que
obtuvo, adversa a lo que él pensaba; la bancada del
Partido Morado retirándose completa, el Frente
Amplio estaba dividido y algunos grupos con diversas
posiciones que todavía no se habían sumado.
Lo primero que advertí cuando llegué a mi
despacho fue que no había banda ¿Qué me iba a poner
al día siguiente para juramentar? El oficial mayor trajo
una banda antigua que tenía guardada, porque ya era de

67
noche, era tarde y la juramentación se programó para el
día siguiente, tratamos de correr la hora, quisimos
postergarla para ver si ganábamos tiempo para llamar a
las personas que hacen bandas, me tomen las medidas
y me hagan una. En mi despacho nadie había esperado
que suceda eso, mi gente estaba desperdigada porque al
final yo me iba, pero ellos se quedarían allí y no tuvimos
ni siquiera tiempo para coordinar con el primer
vicepresidente ni con los miembros de la mesa.
Yo dejaba de ser congresista y pasaba a ser
presidente de la república.
Nunca imaginé asumir esa responsabilidad.
Siempre miré la política como un apostolado, es
fundamental que quien pretenda ser líder tenga claro
eso antes de intentar presentarse a cualquier encargo
con la intención de una representación popular. La
primera vez que fui candidato fue un hecho casi
fortuito. Nosotros apoyamos a unas personas en sus
candidaturas que luego perdieron y fueron esas mismas
personas quienes me pidieron que fuera candidato. Por
eso postulé por primera vez el año dos mil, invitado por
Somos Perú, y perdí, pero quedé en un lugar
expectante, tuve buena votación, pero no la suficiente
para ganar.
A raíz de ese resultado, cuando cayó el gobierno
de Alberto Fujimori y se convocó a elecciones, volví a
postular. Tenía 39 años cuando entré de nuevo a la
contienda, con Acción Popular, el partido en el que era
militante, y gané, quedé primero.

68
Soy militante de Acción Popular desde el año
1978. Mi padre Pedro Alberto Merino Hidalgo, fue
fundador del partido en Tumbes; cuando Valentín
Paniagua era Secretario General, mi padre era
Secretario en Tumbes. En Acción Popular estuve un
tiempo trabajando en el comité político de juventudes;
por mis diferentes actividades y algunas discrepancias
me alejé del partido. Como en aquel entonces hubo
personas que veían con buenos ojos mi posible
postulación, me buscaron para organizar, sin éxito, un
movimiento regional que apoyó a un ingeniero en su
candidatura para alcalde. Luego de esa derrota hubo
más personas que me seguían; con ellos se definió mi
primera candidatura, como era dirigente agrario y
siendo Tumbes una región en su mayoría dedicada al
agro, mi votación fue buena. Es así que luego de esa
derrota en el año dos mil, con la gente de mi partido y
mi papá solicité mi retorno a Acción Popular. Yo
postulé por Somos Perú sin ser afiliado porque en ese
entonces no teníamos Ley de Partidos Políticos.
Después, en mis funciones como congresista, fui autor
de la Ley de Partidos Políticos, ley por la que trabajé
hasta el 2006. Gracias a esa ley se inició el
fortalecimiento institucional y partidario.
El 2001 decidí postular por Acción Popular
logrando el máximo de mis expectativas: ser
Congresista de la República.
Paradójicamente, mi padre, al ser fundador del
partido, siempre recibía en casa visitas del arquitecto
Fernando Belaunde Terry, Violeta Correa Miller, Javier

69
Alva Orlandini, Javier Díaz Orihuela, Gastón Acurio,
Valentín Paniagua, Raúl Diez Canseco, entre otros
acciopopulistas. Incluso, el 1980, por un problema
partidario interno, llegó una comisión a Tumbes con el
arquitecto Belaunde quien invitó a mi padre a que
integre la lista de candidatos al parlamento, pero no
aceptó. Mi padre tuvo una discusión con mi madre
quien se opuso a que se meta completamente en
política, sin embargo, postuló su hermano quien ganó
un escaño como diputado por Piura. Luego, cuando
gané el 2001, y celebré el resultado con mi equipo hasta
cerca de las tres de la madrugada, siendo las seis, se
apareció mi padre. Por supuesto, yo lo recibí contento,
emocionado, porque pensé que venía a felicitarme, a
sumarse alegre a la celebración. Nada más ajeno que
eso, me miró profundamente a los ojos y me dijo: “he
venido a verte porque ya lograste tu objetivo, ya eres
congresista, ahora lo único que te pido es que no
manches mi apellido”. Tengo grabadas sus palabras.
Desgraciadamente los grupos de poder que
están detrás de un gran sector de la prensa y que están
todavía detrás de Vizcarra han pretendido ensuciarlo,
por eso para mí es una cuestión de honor que se sepa
la verdad, no lo que cuentan ellos, sino lo que pasó
realmente.
Llegar a la presidencia fue fortuito. Se jugaban
bromas respecto a que Vizcarra iba a caer porque tenía
un montón de denuncias, pero no imaginamos el alto
grado de corrupción que venía arrastrando. Se
recibieron los audios que fueron contundentes sobre la

70
manipulación a su personal para mentir en el caso
Swing; para mí y para varios parlamentarios, estuvo
claro lo que ocurría, veíamos una red de corrupción que
se extendía, la misma que nos hizo pensar que alcanzó
el Ministerio Público, el Poder Judicial y el Consejo
Nacional de la Magistratura, pero aún con todos esos
indicios nunca nos centramos en buscar cómo vacarlo
para asumir la presidencia tal como acusaron casi todos
los medios.
En el despacho como presidente del Congreso
tuve once personas trabajando conmigo. En ese
momento llegaron a felicitarme, contentos como si se
tratara de una especie de festejo, fue un momento en el
que se recapitularon las anécdotas respecto a lo que
había pasado, las cosas que se contaban respecto a
cómo sucedió todo y cómo es que se fueron sumando
de forma inesperada varios grupos que habían dicho
que no votarían por la vacancia.
A las once de la noche me fui a casa. Allí me
esperaba mi esposa, mi mamá y una de mis hijas. Todas
estaban al tanto de los acontecimientos, las secuencias
fueron casi las mismas que las de mi despacho en el
Congreso, todo fue demasiado fugaz, en mi cabeza
tenía la preocupación de a quién convocar para
conformar mi gabinete.
Todo fue veloz, tenía la sensación que las horas
pasaban y aún no lograba hacer lo que necesitaba
porque nunca como en aquellos instantes pasó tan
rápido el tiempo. Apenas pude contestar el teléfono a
algunos amigos que me llamaron para felicitarme,

71
Víctor Andrés García Belaunde y Raúl Diez Canseco,
fueron los únicos que estuvieron conmigo en la
juramentación. Ellos me llamaron, haciéndome sentir
apoyado moralmente, algo que valoré dada la sensación
de inestabilidad que se vivía; en ese momento realmente
me confortó que me llamaran, por eso los invité.
La juramentación que iba a ser a las cinco de la
tarde, la adelantamos por la amenaza de las marchas. La
toma de mando fue un momento protocolar, saludos,
felicitaciones. A un joven que trabaja conmigo le di las
pautas para el Mensaje, le dije que había que remarcar
el tema de las consultorías que no se iban a dar, el corte
de la publicidad estatal y el llamado a la calma respecto
a que cumpliríamos con los plazos para realizar las
elecciones.
A pesar de que parecía que todo estaba bajo
control, yo salí del Congreso nervioso, tan nervioso que
ni siquiera saludé a los grupos políticos. Solo saludé al
presidente del poder judicial y marché rumbo a palacio.
La prensa dijo que a Merino se le subieron los humos,
pero en realidad no fue así, yo estaba nervioso.
Nadie de la noche a la mañana despierta para
cambiar de un despacho como el de la presidencia del
Congreso al de la presidencia de la república.
Cuando llegué a Palacio de Gobierno, Palacio
estaba vacío. Encontré un silencio sepulcral. Me dirigí
de la recepción a la oficina que me correspondía,
cuando de pronto llegó la gente.
Todos querían hablar conmigo, congresistas,
alcaldes, dirigentes, sin orden, sin agenda.

72
Capítulo IX
PALACIO DE GOBIERNO

L uego de juramentar en el Congreso me dirigí a


Palacio de Gobierno. Eran las once de la
mañana. Cuando llegué a Palacio fue como
ingresar a un hermoso museo, en cuarentena. No había
nadie, solo en la puerta me esperó el jefe de protocolo,
ingresé con algunos trabajadores, mi jefe de seguridad
y el edecán.
Lo que llamó mi atención fue la flexibilidad de
la seguridad de Palacio, hubo mucha gente, daba la
sensación de que cualquiera podía ingresar. Extraño
por tratarse de una casa militar custodiada por el
ejército.
Ese día ingresó todo el mundo.
No me sorprendió ver a Víctor Andrés García
Belaunde, tampoco a Raúl Diez Canseco, alcaldes y
congresistas, sí a personas que no conocía, desde
trabajadores del Congreso. Esa mañana relajaron el
sistema de control, algo que me desconcertó porque vi
a tanta gente entrar con una facilidad increíble al lugar
más custodiado del Estado que, salvando las distancias,
fue casi como el ingreso de los seguidores de Donald
Trump al Capitolio.

73
Adentro estaba el Secretario de Palacio, Pedro
Pablo Angulo De Pina, a quien nombraron luego del
escándalo por el que salió Miriam Morales. Un tipo
absolutamente protocolar que me manifestó que solo
haría lo que ordenara el presidente porque el presidente
era su máxima autoridad. Yo esperaba otro
recibimiento, el hecho de que hayamos vacado a
Vizcarra por incapaz no significaba que Palacio se
quede a solas.
Yo recibí el mando en uno de los momentos
más graves de nuestra historia, la función estatal no
podía detenerse, estaba contra el tiempo, lo primero
que hice fue resolver quién sería mi premier.
Ya había pensado en Ántero Flores Aráoz.
En la noche, fui con Ricardo Burga y Otto
Guibovich a conversar con Ántero a su casa. Lo que
me dio gusto y me sorprendió gratamente es que todo
indicaba que Ántero me estaba esperando listo.
Inclusive nos expresó que ya tenía varios ministros.
Ahora ¿Por qué Ántero? Necesitaba a Ántero
porque la prensa se encargó de propalar el concepto de
que yo era un populista y que seguro pondría a un
radical como primer ministro. Ántero fue presidente
del PPC, fundador de un partido político, candidato a
la presidencia, congresista de la república, presidente
del Congreso, ministro de defensa, un político que no
tenía problemas con nadie, que le caía bien a todos,
porque Ántero es horizontal, campechano, y conoce la
cosa pública. Él era el indicado para la transición.

74
Sin embargo, un gran sector de la prensa estuvo
al acecho de que cometiéramos cualquier error para
lanzar sus canes y morder al nuevo gobierno.
De esta manera iniciaron un ataque mediático
diferentes medios de comunicación utilizando unas
declaraciones dadas por Ántero sobre SUNEDU,
vinculándolas a un discurso realizado el mes anterior
ante los alumnos de la Facultad de Derecho a la
Universidad Privada de Chiclayo (UDCH) así trataban
de señalar en forma malintencionada una coincidencia
con un sector del Congreso haciendo creer que existían
intereses empresariales respecto a la educación
superior, igualmente lo tildaron de acusar a algunos
jóvenes de terroristas y le sacaron lo que alguna vez dijo
sobre los pobladores de la selva. Este sistema
malintencionado utilizo toda una maquinaria de
desprestigio que estuvo a cargo desde los medios de
comunicación televisivos, escritos y todas las
herramientas cibernéticas, era claro que habían tenido
toda una preparación y planificación, nosotros
lamentablemente no tuvimos capacidad de reacción,
increíblemente encontramos un palacio totalmente
vacío, no había gente. En la PCM se había ido hasta el
jefe de recursos humanos. Si cabe la metáfora del barco,
me dejaron una embarcación vacía, sin trabajadores, sin
prensa, sin personal, sin nadie.
El día que juramenté asistieron los jefes del
comando conjunto de las fuerzas armadas. Al día
siguiente juramentó Ántero Flores Araoz y, en la
noche, continuamos sobre la constitución del gabinete.

75
La mañana cuando juramentó Ántero llegó muchísima
gente, todos los congresistas querían reunirse conmigo.
Acción Popular me solicitó una reunión a través
de Otto, mi asesor me sugirió que continúe con la
deliberación de los ministros, y cometí otro error. Asistí
a la reunión con mi grupo parlamentario, con quien
estuve toda la mañana. En ese momento quizás no debí
asistir a esa reunión. Eran horas cruciales. Sobre eso, la
prensa de nuevo me atacó acusándome de favorecer a
mi bancada. “La primera reunión de Merino De Lama,
en su condición de presidente, es con Acción Popular,
con ello deja sentado que habrá favoritismo”.
La noche anterior a la juramentación de los
ministros, me buscó Pedro Angulo De Pina,
llevándome unos documentos con un discurso propio
de un bufón. “Yo estoy en este cargo porque soy
funcionario de carrera, un hombre comprometido con
la institución, desde que se fue la señora Miriam
Morales estoy cumpliendo a cabalidad con mis
responsabilidades, las personas que estuvieron aquí han
sido personas muy buenas, entregadas completamente
a su trabajo”, entonces lo corté y le hablé de lo que
sucedería al día siguiente, Pedro Angulo De Pina
cambió el tono de voz y me dijo que no podía seguir
acompañándome porque tenía a su madre muy
enferma, en Trujillo, y quería pasar los últimos días con
ella. Luego se puso a llorar. Me dio pena. Me pidió que
lo entienda, que su madre estaba muy enferma y que él
necesitaba viajar para estar con ella. “Tranquilo, hijo”,
le dije conmovido. (Posteriormente, Pedro Angulo De

76
Pina fue candidato al congreso por La libertad, con
Somos Perú, la misma agrupación que postuló a Martín
Vizcarra.)
No tuve tiempo de disponer de casi nada al
extremo que el día de mi juramentación, Canal 7, el
canal del Estado estuvo trasmitiendo las marchas en mi
contra. Eso no significa que el canal del Estado está a
disposición del presidente, pero había una línea, una
direccionalidad, un objetivo desestabilizador para
tumbarme. Los medios morado-vizcarristas se valieron
hasta de mis lentes para desprestigiarme. Yo utilizo
lentes desde hace años. Cuatro días antes de asumir la
presidencia, fui con mi señora al Jockey Plaza y le
comenté que quería cambiarlos. Necesitaba unos lentes
más sencillos, que pesen menos porque cuando me
ponía la mascarilla me dolía la nariz y se humedecían,
escogí entonces unos lentes más pequeños, al aire, pero
que expuestos al sol las lunas se ponían negras. Hasta
eso jugó en mi contra. Cuando asumí la presidencia
llevé puestos esos lentes y al momento de pronunciar
mi discurso las letras no se visualizaban, tuve que
inclinarme para poder leerlo, habiéndome sucedido
eso, cometí el error de no retornar a mis antiguos lentes.
El día que juramentó el Gabinete, el encargado
de la secretaría de Palacio me informó que la
juramentación no podía ser adentro de Palacio porque
la sala era para no más de veinte personas, por el
distanciamiento social, las medidas y los protocolos de
pandemia y como había demasiada gente le pedí
continuar afuera.

77
En el patio, por el sol, mis lentes nuevos se
pusieron negros por lo que dificulto mi lectura no
pudiendo leer, esos lentes dieron a la prensa otro
motivo para resaltar a un Merino “mafioso”.
Desgraciadamente la realidad es una construcción
social, ese día la prensa hizo de una anécdota que pudo
ser humorística otro motivo para mi desprestigio. Todo
lo hecho en mi contra fue parte de una conspiración
para capturar el poder. Su hambre por vaciar las arcas
del Estado, firmar licitaciones, cerrar contratos como el
de la vacuna que bloqueó a otras empresas, entregando
concesiones, a la caza de errores que maximizaron para
desconfigurar mi trayectoria y presentarme como un
político inescrupuloso y ambicioso, ha sido parte de
una conspiración que quizás inicio la noche cuando le
dije a Sagasti que teníamos completa la mesa directiva.
Francisco Sagasti no reparó en acercarse
durante nuestra gestión para que le tomemos confianza,
“ayudó” en los plenos virtuales, el día de la votación
por la vacancia, me siguió hasta el baño para
preguntarme cuál era mi proyección sobre lo que
sucedería, a lo que yo le contesté que no estaba en mis
planes asumir la presidencia y que ojalá no se llegue a
los 86 votos porque si me tocaba votar yo no tendría
agallas para hacerlo en contra y fallarle a la confianza de
nuestros congresistas.
“Ojalá no lleguen a 86”, fue su respuesta, y se
retiró. A Martín Vizcarra se lo vacó con 105 votos.
Nunca el Congreso estuvo más de acuerdo en
una votación.

78
79
80
Capítulo X
EL GABINETE

N o tuve tiempo para definir las líneas de lo que


tenía que hacer, además tenía a la prensa
preguntando insistente sobre quiénes serían
los ministros. Presión que no tuvo Francisco Sagasti.
Me reuní en palacio con Víctor Andrés, Ricardo
Burga, Raúl y Otto, para ver cómo conformaría el
gabinete, les pedí sugerencias, la clave era escoger al
presidente del consejo de ministros. Se pensó en Oscar
Dancourt, en Sheput, pero Juan Sheput habría sido
muy confrontacional para ese cargo, se pensó en el
mismo Raúl Diez Canseco, pero dijimos que no tenía
que ser nadie del partido, aunque mucha gente esperaba
eso, pensamos en Vitocho para que sea ministro de
relaciones exteriores, luego se decidió que sea alguien
de cancillería, igual se propuso a Burga para
producción, pero el partido acordó que no debía ser
nadie de la bancada, a mí me pidió una reunión la
bancada, en la noche me reuní con cada uno de ellos, y
al día siguiente, a las nueve de la mañana tuve que ir al
Congreso, ya como presidente, porque la bancada me
pidió urgente una reunión.

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En la noche del martes se decidió que sea
Ántero Flores Aráoz. Si bien al principio había dudas
por considerarlo muy liberal, se llegó a la conclusión
que, dadas las circunstancias, por ser un gobierno de
transición, además de administrar de la mejor manera
la crisis, se tenía que velar para que se cumpla con las
elecciones: entonces necesitábamos a un político de
consensos.
En la conversación que sostuve con Vitocho le
manifesté que ni bien se elija al nuevo presidente no iba
a esperar hasta el 28 de julio para iniciar el proceso de
transferencia, estuve dispuesto a recortar el tiempo y
adelantar la entrega del mando.
Luego de la juramentación me reuní con algunos
congresistas, otros se fueron resentidos, los de UPP,
por ejemplo, y los de Podemos, porque se acercaron a
verme, pero no pudieron ni saludarme. José Vega
manifestó que se habían ensartado igual que con
Paniagua, a quien apoyaron y al final los hizo a un
costado.
Cuando mi asesor me dijo eso, fui a reunirme
con Luna y con Pepe Vega para bajar esas tensiones.
¿Cómo se le ocurre que los hacia a un costado? Ni
siquiera estaba en funciones y ¿ya estaba separándome
del Congreso? Por supuesto que no. Fui al Congreso y
me reuní con ellos en las oficinas del segundo piso; allí
envié a llamar a Pepe Luna (hijo) y a Vega. Aclaré que
no estaba poniendo a ningún ministro de mi partido y
tampoco tenía ningún condicionamiento con nadie,
porque eso podría desfigurar el proceso y yo quería un

82
proceso transparente en el que no iba a permitir que se
cometan abusos.
Ellos me dijeron que tenía razón, pero que por
qué puse a Ántero, me criticaron eso. Sin embargo,
pienso que ese no era el tema, a quien pusiera en la
presidencia del consejo de ministros, la gente de
Vizcarra, sus operadores en el gabinete, y su prensa,
iban a criticar porque se venían varios hechos
importantes, entonces había un plan, una consigna.
Esa consigna eran los intereses económicos, se
venía el debate por el presupuesto, 138 mil millones que
se iban a aprobar en quince días y ellos qué cosas
tendrían allí, a eso el plan operativo de todo lo
concerniente a las vacunas que ya venían operando,
hubo grandes intereses, y como acababa de ingresar una
persona que no tenía ningún contacto con su gente y
con quien no tenían ningún acercamiento, alguien
absolutamente ajeno a ellos, había que separarlo.
Yo, sin saber lo perpetrado por esa gente, hasta
pensé en dejar algunos miembros de su gabinete para
que no sea una transición traumática, porque de lo que
se trataba era de sacar a ese señor que es un corrupto y
velar por la gobernabilidad para que haya elecciones
limpias. En ese momento, el pensamiento natural era
que teníamos que estar bien con la empresa y con la
banca, que la imagen populista que hicieron contra el
Congreso no era lo que hizo que yo llegara a la
Presidencia de la República.
Ese fue el primer objetivo y para romper con
esos posibles obstáculos pensé en alguien que pueda

83
dar esa tranquilidad, alguien que tenga afinidad para dar
ese paso.
El segundo objetivo fue darle tranquilidad al
Congreso, les pedí contener las presiones al ejecutivo
porque no íbamos a empezar peleándonos, había que
buscar la gobernabilidad, mantener los temas de
exceso, lo concerniente a la ONP había que conversarlo
con el ministro de economía, pero sin presiones, sin
apurarlo, sin asfixiar al estado, porque tampoco es que
haya dinero para todo, estamos en una pandemia y
teníamos que dar todo el apoyo para resolver lo grave
y la reactivación económica, ejes centrales en los que
debíamos concentrarnos.
En esa línea, sobre esos dos ejes, empecé a
buscar a los ministros con el jefe del gabinete. Yo me
senté con Ántero, él me daba sus propuestas, yo le
preguntaba cuáles eran sus perfiles, no tuve ningún acto
de mezquindad respecto a que, si venían del APRA, de
la izquierda o de la derecha, yo quería gente que trabaje
por el Perú, pueden ver quiénes formaron mi gabinete
y se darán cuenta que actué así.
No fue sencillo porque con todo lo que
necesitábamos lo más complicado fue armar el
gabinete, al fin y al cabo, nadie quiere meterse en un
periodo de crisis como el que tocó enfrentar.
Teníamos que convocar a los mejores contra el
rumor de los adversarios que decían que nadie quería
ser ministro de Merino. Nosotros tuvimos la gran
suerte de que acudieron a nuestra convocatoria los
mejores. Por ejemplo, Sheput estuvo en producción y

84
la reactivación económica pasa por producción,
agricultura, relaciones exteriores. En quien se pensó
para que esté en la cartera de defensa fue en Otto, eso
fue antes de tener el acuerdo de partido de no
participación en el gabinete de transición.
Las sugerencias iban todas a Ántero. Luego de
que Ántero evaluaba, leía los currículos, filtrábamos las
listas, nos cercioramos de que no tengan procesos,
nuestra tarea fue realmente acelerada; pese a ello,
llamamos a personajes de primer nivel.
Así fuimos armando el gabinete.
Tuvimos en el bolo al que está ahora de ministro
de economía, pero no lo llamamos porque Arista tenía
más experiencia.
En esa deliberación, cometimos un error:
estuvimos concentrados en armar un buen gabinete, un
equipo que realmente resuelva la emergencia nacional y
no estuvimos pendientes de las marchas, no vimos las
marchas, sabíamos de las marchas, pero imaginamos
que eran protestas que terminarían pronto,
manifestaciones propias de la política; y cometí el error
de apagar la televisión, de no ver lo que sucedía
afuera.
Cuando yo llegaba a mi casa y mi hermana me
decía que las marchas continuaban yo pensé que
acabarían el viernes que jugaba la selección, me
equivoqué, hubo mucho dinero de por medio, las
marchas siguieron.
Yo necesitaba un consejo de ministros de
primer nivel, en mi celular no tengo Facebook ni

85
Twitter, por lo tanto, no tuiteo ni comento, porque
alguna vez tuve Facebook y, entre comentar y
responder, uno se desvincula de sus tareas; esa fue otra
de las razones por las que estuve desatento a lo que
pasaba en las calles.
Yo no miré lo que pasaba, quien me llamó para
comentarme sobre la situación fue el primer
vicepresidente, Valdés, él me dijo que el tema se había
desbordado y amenazaban con quemar el Congreso.
Recién allí prendí el televisor y empecé a mirar
las marchas. Eso fue el jueves, ya había denuncias sobre
el disparo de perdigones. Le pedí a Ántero que vaya al
día siguiente a visitar a los heridos, que vaya a la policía,
pero que visite a los heridos para ver qué es lo que
estaba pasando. También hablé con Federico Tong.
El viernes me reuní con Patricia Teullet, luego,
el sábado, con Ántero, Arista y Tong. Ese día,
lamentablemente, murieron los dos jóvenes.

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GABINETE

✓ Presidente del Consejo de Ministros


Ántero Flores Aráoz

✓ Relaciones Exteriores
Franca Deza Ferreccio

✓ Defensa
Walter Chávez Cruz

✓ Economía y Finanzas
José Arista Arbildo

✓ Interior
Gastón Rodríguez Limo

✓ Justicia y derechos Humanos


Delia Muñoz Muñoz

✓ Educación
Fernando D’Alessio Ipinza

✓ Salud
Abel Salinas Rivas

✓ Agricultura y Riego
Fernando Hurtado

87
✓ Trabajo y Promoción del Empleo
Juan Sheput Moore

✓ Producción
Mario Alfonso Miranda Izaguirre

✓ Comercio Exterior y Turismo


María Magdalena Seminario Marón

✓ Energía y Minas
Carlos Herrera Descalzi

✓ Transportes y Comunicaciones
Augusto Valqui Malpica

✓ Vivienda, Construcción y Saneamiento


Hilda Sandoval Cornejo

✓ Mujer y Poblaciones Vulnerables


Patricia Teullet Pipoli

✓ Ambiente
Lisset Del Carmen Rojas Sánchez

✓ Cultura
María Del Carmen De Reparáz Zamora

✓ Desarrollo e Inclusión Social


Federico Tong Hurtado

88
Capítulo XI
LA RENUNCIA

Y o no iba a renunciar. En la madrugada del día


15 de noviembre llegué a mi casa, hablé con mi
familia y les dije que no iba a renunciar, porque
si me tocaba morir, yo moriría de pie.
Durante el transcurso del día estuvimos en
varias reuniones en diferentes lugares, unas en palacio
de Gobierno, algunas visitas puntuales finalizando en la
noche con una reunión de emergencia dado que ya se
habían suscitado el fallecimiento de los jóvenes por lo
que se sostuvo esta reunión con algunos de los
ministros en las instalaciones del Ministerio del Interior
para ese entonces ya era muy avanzada la noche por lo
cual permanecimos hasta la madrugada tratando de
entender que había ocurrido, tantas interrogantes por
resolver porque una marcha aparentemente pacifica de
jóvenes con ideales habría terminado en vandalismo ¡,
con manifestantes dirigiendo piedras y cohetones
contra policías, estas acciones destructivas no habían
podido controlarse por no haber contado la policía con
un operativo bien montado quizás porque en un inicio
se pensó que sería pacifica la marcha, sin percibir la
connotación violenta que había encubierto toda este

89
desplegué inducido por los cómplices de Vizcarra so
pretexto de una defensa engañosa de la Democracia,
pedíamos encontrar explicaciones ante el fracaso del
operativo policial.
Una negligencia imperdonable de haber
permitido una marcha en pleno estado de emergencia
cuando existía un decreto supremo del gobierno que las
impedía y penalizaba. Estas interrogantes solo se
podían justificar al haber sido planificadas en varios
frentes y con ayuda de sectores tanto de fuera como del
mismo personal esperando lo que estaba ocurriendo.
Realmente esa era la única justificación a lo
acontecido. Es así como con estas interrogantes me
retiré a mi domicilio para llegar y encontrarme en mi
hogar con otro problema de desborde dado que no
habían podido controlar las manifestaciones, todo esto
me desconcertó. Podía sentir que los que estaban
llamados a brindar orden y seguridad no se habían
podido organizar, era como si hubiera una suerte de
coincidencias para que triunfe el vandalismo para que
no pueda controlarse la situación generada.
Yo decidí renunciar, por varias razones primero
porque la policía dejó que los manifestantes lleguen
hasta mi casa, afuera tenía a más de quinientas personas
con carteles diciendo “muerte a Merino”, con
reflectores en la noche poniendo frases en mi contra
que tenían aterradas a mi mamá, a mi esposa y a mi hija.
Fue un direccionamiento mediático, político y
delincuencial nunca antes visto en la historia de la
república. A los carteles de “No me representa” y “No

90
es mi presidente” se sumaron aquellas proyecciones
sobre los edificios colindantes. Es decir, mientras yo
ocupaba mi tiempo en coordinar el Gabinete, en
paralelo, en mi hogar se vivía un drama con el tumulto
de jóvenes con cacerolas, carteles, bocinas, megáfonos
y reflectores instalados en el techo de una conocida
institución financiera; apoyados notoriamente por el
empresariado que no veía con buenos ojos la vacancia
de Vizcarra. Sumado a eso, el acoso en redes, tanto que
mis hijas y familiares se vieron obligados a cerrar sus
cuentas en Facebook, Twitter, Instagram y WhatsApp,
asustados por la violencia y los ataques que con la ayuda
de influencers, empresarios, políticos y, un gran sector
de la prensa, estaban perpetrando.
La turba, azuzada por la prensa vizcarrista, atacó
sin importarle que adentro de mi departamento estaba
mi madre, mi esposa y mi hija, tres mujeres asustadas
que no entendían cómo los congresistas, Daniel
Olivares, Lenin Bazán y Alberto de Belaunde, hablaban
de desaparecidos cuando en realidad no hubo ningún
desaparecido.
Con ese panorama y en esa situación de riesgo
familiar y personal, decidí la retirada.
Sobre aquello las denuncias contra el gabinete
por las muertes de los jóvenes, las palabras de la
ministra de justicia diciendo que ella no tenía ninguna
responsabilidad en los fatídicos hechos porque en
realidad nada de lo que sucedió respondió a algún plan
del gabinete, que había muertes y que era la policía a
quién le correspondía asumir esa responsabilidad.

91
El ministro del interior dijo que él asumía la
responsabilidad y puso su cargo a disposición.
Hubo, sin embargo, algo que fue determinante.
Todo empezó a desencadenarse cuando en la
mañana del día siguiente en palacio de gobierno llegó el
presidente del consejo de ministros con una especie de
dicotomía, se sentó al lado de Augusto Valqui, el
ministro de transportes, tomó la palabra y dijo:
“Presidente, señores ministros, quiero decirles que voy
a estar hasta el último momento con el presidente de la
república”, en ese momento nos miramos, sentimos las
palabras de Ántero como una señal de alivio, estábamos
dispuestos a pelearla y teníamos el apoyo del jefe del
gabinete.
De pronto, segundos después, Ántero
prosiguió: “La situación es insostenible, debo exigir que
todos renunciemos”. Me descuadró completamente.
¿Cómo era posible que Ántero nos diga una cosa, y a
los segundos diga otra?
Varios Ministros luego me dieron a saber que
estaban dispuestos a continuar hasta el final, pero
considero que ya la suerte estaba echada la planificación
realizada por Vizcarra y sus socios estaba dando
resultados. Mientras sucedía todo esto, la prensa cada
dos horas decía que me estaba quedando sin ministros.
Renunció tal ministro, renunció otro ministro, y nadie
en realidad renunciaba.
Pero también hubo muestras de cobardía. La
ministra de justicia preguntó que por qué el grupo
parlamentario de Acción Popular me había quitado la

92
alfombra. Empezó a reclamar que como el Congreso
me había puesto, el Congreso me estaba pidiendo que
renuncie, porque, efectivamente, Valdés salió a pedir
mi renuncia.
El Congreso considero que fue reducido por la
presión mediática. Los canales de televisión azuzaron
tanto que los asustaron hasta llevar algunos
Congresistas que desconociendo sus facultades hasta
pedían perdón. A Ántero lo golpearon por sus
declaraciones sobre la SUNEDU y sus acusaciones
contra los manifestantes. Fueron las declaraciones de
Valdés, luego el pronunciamiento de las bancadas
adelantándose a decir que no darían la confianza a este
gabinete.
Vicente Zeballos se encargó de desprestigiar la
transición, los medios insidian en que fuimos los
autores de una gran represión, fue tanto el ruido sobre
supuestos desaparecidos que la OEA no saludó mi
mandato.
Estábamos en manos de lo que decía la prensa,
la verdad era lo que los medios vizcarristas presentaban.
La muerte de los jóvenes Jordan y Brian significó la
sangre que necesitaron para arrinconarme y acusarme
de usurpador y golpista. En las calles, Julio Guzmán,
Verónika Mendoza, se pusieron al frente de las
manifestaciones, aduciendo que Martín Vizcarra no
merecía ser vacado y que el Congreso debió dejar que
termine su gestión y luego procesarlo. Incluso mis
copartidarios, Mesías Guevara y Yonhy Lescano,
estuvieron en contra de la vacancia por incapacidad

93
moral permanente. Ahora el Partido Morado tiene a
Francisco Sagasti como presidente, el Frente Amplio
obtuvo la presidencia del Congreso y los sondeos de
opinión difunden encuestas que carecen de objetividad
y veracidad.
Anunciar que cortaría la publicidad estatal y las
consultorías hizo que se organizara contra mi gobierno
la más cruenta de las conspiraciones, sin embargo,
logramos destituir del poder a quien hizo del Perú un
enorme hospital que ya lleva más de ciento veinte mil
fallecidos por culpa de la incapacidad para responder a
la crisis generada por la pandemia.
El tiempo sabrá juzgar el linchamiento
mediático, no contra mí sino contra la posibilidad de
una verdadera transición, sin contubernios ni arreglos
bajo la mesa. Hago votos para que quienes marcharon
motivados por la desconfianza y el hartazgo por tanta
inmoralidad, entiendan que el enemigo no fue Manuel
Merino De Lama sino Vizcarra, el vacunado, el impune,
el impedido para ejercer como congresista.

94
95
96
Capítulo XII
NO NEGOCIABLE

E n política, un hombre vale cuando es no


negociable. Ha quedado demostrado que los
partidos políticos del siglo XXI son los medios
de comunicación. Puedo afirmarlo con la autoridad que
me permite haber sido víctima de esa desnaturalización
como Presidente del Congreso y como Presidente de la
República.
Los medios como brazos del poder detrás del
poder, porque si de algo estoy seguro es que la crisis
política fue un plan sincronizado con “autoridades” de
diversos niveles.
Como político estoy tranquilo porque pienso
que lo que hicimos fue lo que le convenía al país. Vacar
a Martín Vizcarra, presunto jefe de una organización
criminal donde primero era él, segunda era él y tercero
era él, ha sido beneficioso para el Perú.
Los morados pensaron que teniendo la
presidencia de la república podrían ganar con facilidad
las elecciones, no fue así: aún a pesar de su respaldo a
Pedro Castillo, fracasaron completamente. Hubo
decisiones que no tomaron y la ciudadanía se dio
cuenta. No es posible que este gobierno no haya visto

97
en Aduanas cuál era el problema con las plantas de
oxígeno que estuvieron allí durante meses. Tampoco
respondieron con las camas UCI.
Nosotros, en nuestro corto periodo, cambiamos
las pruebas rápidas por las pruebas antígenas o las
pruebas moleculares, pero estas debieron establecerse
masivamente para poder mapear, saber dónde están los
focos de infección y hacer anillos de contención, sin
embargo, no están haciendo nada.
En mi gestión, firmamos la Ley de la AFP para
que se devuelva los 17 mil soles a la gente que no tenía
cómo sobrevivir en una economía quebrada, le dimos
el 2% a los gobiernos regionales para que haya un
incremento a partir del 2023 y puedan realizar obras y
reafirmamos la realización de las elecciones. Cada
ministro, en su área, hizo lo que le correspondía hacer.
Martín Vizcarra señaló que por la vacancia no
pudo comprar vacunas cuando él, desde setiembre, al
hacer trato con Sinopharm, bloqueó a otras empresas
porque lo que estuvo buscando fue la famosa comisión.
Por eso demoró en la negociación, porque estuvo en el
tira y jala sin importarle la vida de la gente.
En reunión sobre la conformación de la mesa
directiva del Congreso, Francisco Sagasti se refirió
ofuscado a que él no nos apoyaría si no era parte del
jamón. Vuelvo a preguntar ¿A qué jamón se refirió el
señor Sagasti? ¿Por qué los congresistas Daniel
Olivares y Alberto De Belaunde inventaron que hubo
41 desaparecidos cuando en realidad no hubo ninguno?
¿Por qué la gestión de Francisco Sagasti, siendo

98
gobierno de transición, maltrató a nuestras fuerzas
policiales? ¿Por qué el gobierno morado continuó
trabajando con el personal de confianza de Martín
Vizcarra? ¿Por qué la prensa no se ha disculpado por el
más grande linchamiento a una sucesión
constitucional? ¿Por qué dejaron a fojas cero la elección
de los miembros del Tribunal Constitucional? ¿Qué
motivó a Francisco Sagasti llamar desesperadamente a
mi asesor a las 10:18 de la noche del domingo 15 de
noviembre pidiéndole que me aconseje que renuncie?
¿Dónde estuvo el IDL cuando se hizo pública la
vacunación de Martín Vizcarra, Pilar Mazzetti y
Elizabeth Astete? ¿Cómo se les pasó semejante
primicia? Son muchas las preguntas que me obligan a
permanecer en política porque la verdad debe
conocerse y los culpables tienen que responder frente a
los tribunales. El Estado no es un botín.
Mi padre, cuando gané mi primera elección, me
pidió que no manche su apellido. A pesar de los
señalamientos, mantengo la frente en alto porque sé
que he actuado correctamente. Nací en el norte, allí me
forjé como agricultor y empresario. Soy padre de
familia, pero, sobre todo, un ciudadano que ama su país
y no dudará jamás en defenderlo. En verdad, les digo
que, al cuidar y defender las instituciones y los valores
de la política en el Perú, he sentido que he defendido y
cuidado a los peruanos. No fui un golpista, soy el
presidente que renunció en pro de la gobernabilidad y
en el cumplimiento de su deber.
Soy no negociable.

99
100
ANEXOS

1. Discurso como Presidente del Congreso de la República


2. Discurso como Presidente de la República
3. Discurso de Renuncia

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102
DISCURSO DE ORDEN
DEL PRESIDENTE DEL CONGRESO
DE LA REPÚBLICA,
MANUEL MERINO DE LAMA

Señores congresistas:

Es un alto honor para mí y la Mesa Directiva


multipartidaria que me acompaña, recibir el encargo de
conducir los destinos del Congreso de la República, y
completar el periodo de gestión legislativa 2016 - 2021.
Permítanme, en primer lugar, agradecer a mi
familia; a mi madre, mis hermanos, mi esposa y mis hijos,
a quienes les agradezco su cariño, paciencia y
comprensión.
Agradezco también a mis correligionarios, los
líderes de mi partido y mi querido pueblo de Tumbes, a
quien le debo este honor.
La Historia, estimados congresistas, ha querido
darle a Acción Popular un rol articulador, de regreso al
equilibrio de poderes y al fortalecimiento de la
democracia. En 1980, cuando salimos de la funesta
experiencia de un gobierno militar, el pueblo confió en
Fernando Belaunde la reconstrucción democrática. Lo
mismo pasó el año 2000, con Valentín Paniagua.
Y hoy, tras la disolución del Congreso, el pueblo
nuevamente ha querido que un representante de Acción
Popular esté al frente de esta etapa de recuperación de la
confianza en sus instituciones democráticas.

103
Apenas si salimos de una crisis entre los poderes
del Estado que aún no es interpretada del todo por los
grupos políticos.
Somos conscientes de que heredamos un
Congreso que nace de una elección en la que no ha habido
una clara mayoría para ninguna fuerza política. A la
dispersión política se añade una cierta apatía en la
ciudadanía que —como nunca antes en otro periodo de
la historia— se ha ausentado del acto electoral. Eso nos
obliga no solo a conversar entre nosotros para lograr
acuerdos, sino, además, nos impone la inmensa tarea de
recuperar la credibilidad y la confianza de la población.
Sin instituciones sólidas y eficientes, el sistema
democrático en su conjunto corre el riesgo de debilitarse,
de alejarse del sentir de las mayorías.
Y eso es peligroso.
El Congreso debe recuperar y fortalecer la
confianza ciudadana.
Para ello, debemos dar el ejemplo y tener una
actitud responsable, transparente y eficaz. Hoy, sin
embargo, el país se encuentra en medio de una situación
de emergencia nacional ante al avance implacable de una
pandemia mundial: el COVID-19. Nos espera una tarea
titánica.
No hay tiempo para ensayar. No hay tiempo para
improvisar. Ni para fracasar. Solo tenemos tiempo para
actuar, concertar y trabajar.
Somos plenamente conscientes de que la
pandemia del Coronavirus tendrá consecuencias
tremendas para la economía. Si antes de la llegada del letal
virus a nuestro país ya teníamos un panorama económico

104
incierto, las consecuencias en el comercio exterior, los
servicios, la agricultura, las pymes, ahora serán mayores.
En un escenario así, es urgente que se trabaje en
una respuesta integral a la crisis de Salud para mitigar sus
efectos en el ámbito principalmente económico.
Una medida que propondremos de inmediato es
que al Consejo de Seguridad Nacional que encabeza el
presidente de la República se sume de inmediato el sector
afectado por la situación de emergencia. Esto permitirá
que el órgano estratégico de la conducción de la
emergencia sanitaria tenga en su seno, en este caso, al
sector Salud.
Asimismo, se requieren medidas inmediatas para
reducir el impacto social que tendrá la paralización de la
economía. 70% de nuestra economía es informal. No
tiene un sueldo ni un seguro que la respalde. Se gana el
pan día a día.
Para esta población debemos proponer medidas
de contingencia que la ayuden a soportar la dura situación
creada por la necesaria medida de “aislamiento social total
y obligatorio”. Eso pasa también por que el ejecutivo se
ocupe no solo de la emergencia, sino de atender los
problemas estructurales de falta de servicios básicos en
las regiones.
Hoy que se articula una campaña intensa para
defendernos de la pandemia con el lavado de manos, nos
encontramos con la cruda realidad de que regiones como
Tumbes, Piura y otras regiones del país, por ejemplo, no
tienen agua potable. Esta situación debe cambiar.

Hemos sido elegidos para legislar. Pero también


para llevar la voz de nuestros representados y sensibilizar
105
a los organismos públicos de la necesidad de cerrar las
brechas sociales que aún nos separan.
Apoyamos la gobernabilidad en el marco de un
respeto pleno a la división de poderes. El Perú así lo pide.
Pero que esto no se confunda con impunidad.
Nuestro compromiso es claro: llevar adelante la
reforma política y judicial pendientes; pero también
abordar las principales preocupaciones del país: seguridad
ciudadana, servicios públicos de calidad, lucha contra
corrupción y recuperación del crecimiento económico.
Actuaremos con la plenitud de nuestras
atribuciones constitucionales, legislando con audacia,
fiscalizando con justicia y teniendo al diálogo y al
consenso como mecanismos para encontrar soluciones a
los problemas. El Congreso que presido, tomará la
iniciativa para trabajar por la recuperación del respeto a
las instituciones.
Vamos a acercar el Parlamento a todos los
peruanos. Para ello la Presidencia y Vicepresidencias del
Congreso sostendrán reuniones descentralizadas
permanentes con la sociedad civil y autoridades regionales
que nos permita articular ante las instancias
gubernamentales a fin de atender los principales
problemas.
Sumado a ello, desarrollaremos plenos
especializados en materia de Salud, Seguridad Ciudadana,
Agrario, Anticorrupción y Pleno de medidas que
impulsen el crecimiento económico.
La inseguridad ciudadana merece nuestra máxima
atención. Antes de la situación de emergencia que
tenemos, ya estaba desbordada. En consecuencia,
apoyaremos las iniciativas que vengan del ejecutivo sobre
106
este tema y realizaremos los cambios legales necesarios
para incorporar a las Fuerzas Armadas a sumarse junto a
la Policía Nacional, en la tarea de luchar contra el crimen
organizado.
La violencia contra la mujer se ha convertido
también en una preocupación nacional. Este Congreso,
actualizará el proyecto de ley de la entonces congresista y
hoy ministra de la Mujer, Gloria Montenegro, para
integrar este tema dentro de la política pública nacional
por que propone que se incorpore en los planes y
programas de seguridad ciudadana, la prevención y lucha
contra la violencia hacia la mujer y miembros de la familia
en situación de vulnerabilidad.
Y en cuanto a la elección de los magistrados al
Tribunal Constitucional, sumados a la propuesta del
poder ejecutivo, incorporaremos el sistema de elección
especial por invitación, aprobado con el voto favorable
de dos tercios de los congresistas, representados en la
Junta de Portavoces.
Nunca más la repartija partidaria en la elección de
miembros del TC.
Este Parlamento con observancia del estado de
emergencia declarado en el Perú, ha procedido a tomar
juramento a los señores Congresistas y a su vez a elegir la
Mesa Directiva de manera atípica, pero en concordancia
con lo dispuesto en su reglamento, a fin de contribuir en
los esfuerzos que el Presidente de la República viene
desplegando para afrontar ésta emergencia sanitaria en
salvaguarda de todos los peruanos.
Señores congresistas: Los peruanos hemos
aprendido que las dificultades y los problemas que pueda
tener la democracia solo se resuelven con más
107
democracia. Ese es nuestro compromiso. Estamos aquí
para ayudar a sacar el Perú adelante. No para verlo
fracasar en el intento.
Fernando Belaunde nos enseñó que: “En la vida
democrática, el orden no se crea para que disfruten de él
los gobernantes, sino para que la colectividad lo
aproveche en beneficio general, en un trabajo creador y
profundo”.
Recuperemos el sentido de vida futura que
tenemos como Nación. Actuemos con firmeza, pero con
ponderación. Con rectitud, pero con justicia. Con pasión,
pero con hidalguía. Hagamos política, pero con altura y
nobleza.
El país, nos demanda acción.
¡Acción por el Perú!
Muchas Gracias.

108
MENSAJE DEL PRESIDENTE
CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA
MANUEL MERINO DE LAMA

Señor presidente,
señores representantes,
pueblo del Perú:

Aceptando el mandato de la Constitución Política del


Perú, asumo hoy con honor y alta responsabilidad el
cargo de Presidente Constitucional de la República.
Es un momento muy difícil para el país. Hoy, la
población nos mira con expectativa, pero a la vez con
mucha preocupación.

La crisis

Es innegable que atravesamos una crisis. Esta crisis hace


que nos enfrentemos a dilemas permanentes y a
decisiones constantes. Y la tarea de quienes asumimos un
deber con el país, es que ante esos dilemas y ante esas
decisiones, nos corresponde actuar siempre con
responsabilidad y madurez.
El día de ayer, se produjo la vacancia del
Presidente de la República. Más allá del debate político,
que siempre genera pasiones, este parlamento ha actuado
109
respetando el debido proceso, amparado en lo que dice
tanto la Constitución Política como el Reglamento del
Congreso de la República.
Aquí no hay nada que celebrar. Reitero que es un
momento muy difícil para el país que tenemos que
asumirlo con entereza moral y valor democrático.
En este contexto, expreso mi respeto a la
institucionalidad y apoyo a las Fuerzas Armadas.

Elecciones generales y transición democrática

Reitero ante el país que nuestro primer compromiso, es


el de ratificar nuestra convicción democrática y respetar
el proceso electoral en marcha que tiene que realizarse en
el país, de acuerdo al calendario establecido por los
órganos competentes. Nadie puede modificar la fecha de
las elecciones, que legalmente están convocadas para el
11 de abril del año 2021.
Los órganos electorales, deben tener la confianza
en que su trabajo independiente está garantizado y que se
les otorgará todos los recursos que necesiten para cumplir
cabalmente con su misión.
Asumimos el deber de garantizar la imparcialidad
en todo el proceso electoral, para que el pueblo tome la
decisión que le corresponde y dentro de su libertad elija a
las próximas autoridades que asuman las riendas del país,
dentro de una transición democrática que
impostergablemente tiene que producirse el 28 de julio
del año 2021.

110
Salud

La salud de nuestra población será una de nuestras


principales prioridades. Somos conscientes que el Perú no
puede parar. Vamos a mantener, en lo posible, a los
equipos médicos y técnicos que tienen la responsabilidad
de enfrentar la pandemia en la primera línea de batalla.
Desde el gobierno, tenemos que hacer el esfuerzo
para dejar de ser el país con el peor manejo de la pandemia
del Covid-19.
Tenemos que garantizar las medidas necesarias
para que una posible segunda ola no nos encuentre con
las vulnerabilidades de cuando comenzó esta emergencia
sanitaria. Es imprescindible corregir los errores en
beneficio de todos los peruanos.

Reactivación económica y empleo

Nuestro país necesita también continuar con la


reactivación económica y el relanzamiento de la
economía. Es importante que volvamos a dinamizar el
mercado fortaleciendo a las empresas, a las grandes y a las
pequeñas, pero ese fortalecimiento tiene que garantizar
también la creación de puestos de trabajo y el retorno a la
actividad económica de quienes han perdido su empleo o
se han visto perjudicados por la pandemia.

111
Descentralización

No olvido que, como provinciano y representante de


Tumbes, tengo el compromiso con las poblaciones del
interior del país.
Sabemos que el otro gran reto es la
descentralización efectiva, es decir, el fortalecimiento de
los gobiernos regionales y locales, porque son ellos
quienes entienden de manera más directa las necesidades
de cada región del Perú.
Tal como hemos visto en las visitas realizadas al
interior del país, necesitamos mejorar la comunicación
entre el gobierno central y los gobiernos regionales y
locales.
Vamos a apoyarlos para cumplir con sus
prioridades más urgentes y trabajar de la mano en
beneficio de todos.

Educación y seguridad ciudadana

No quiero dejar de mencionar estos dos aspectos como


ejes fundamentales de la responsabilidad que asumimos.
Este año ha sido muy difícil para los peruanos en
edad escolar. Tenemos que garantizar las herramientas
necesarias para una educación de calidad y para mejorar
las condiciones educativas, sobre todo el próximo año y
trabajar seriamente en un plan “post pandemia”.
Del mismo modo, somos conscientes de la
preocupación de nuestra población, a nivel nacional, por
los temas vinculados a la seguridad ciudadana. Si alguna
mano dura hay que poner, tiene que ser contra la
112
delincuencia y contra quienes siembran la zozobra y el
terror en nuestra sociedad.
Vamos a ser implacables en el enfrentamiento de
este problema que todos los peruanos sentimos en carne
propia.

Unidad nacional y lucha contra la corrupción

Permítanme finalmente, hacer un llamado a la unidad.


Debemos terminar con el enfrentamiento y producir un
giro con respecto a la relación entre el Ejecutivo y el
Legislativo, que lamentablemente en los últimos, no ha
sido el adecuado.
La única forma de salir juntos de esta crisis
política, moral, económica y sanitaria es haciendo una
amplia convocatoria, no sólo a las fuerzas políticas
democráticas del país, sino también a las organizaciones
representativas de la sociedad civil, para proponer un
gabinete de consenso y de unidad nacional, que esté
integrado por las personas más calificadas sin distinción
de colores políticos.
Del mismo modo, reconocemos el aporte técnico
y profesional de los altos funcionarios del Estado, de
quienes también esperamos la continuidad en su
importante compromiso con el país.
Nuestro compromiso es llevar adelante una
transición democrática.
Provengo de un partido cuya historia está
vinculada a la defensa de la Democracia. Mi formación
política está inspirada en los ejemplos de los presidentes
Fernando Belaúnde y Valentín Paniagua, a quienes nadie
113
les puede señalar como inmorales o corruptos. Por eso,
en nombre de ellos, nuestro compromiso también está
con la lucha implacable contra la corrupción y con el
manejo transparente en la gestión de recursos del Estado.
El diálogo democrático y la búsqueda de
consensos es lo que ha caracterizado nuestro paso por la
Presidencia del Congreso en los últimos meses, y dentro
de esa voluntad, he tenido el apoyo de la Mesa Directiva
a la que ahora también agradezco por su vocación
democrática.
Nosotros, hemos estado siempre dispuestos al
diálogo democrático. Y ahora estamos dispuestos a
ampliar ese diálogo.
Nuestro país necesita de nuestro esfuerzo y de la
unidad de todos los peruanos.
Muchas veces hemos escuchado que nuestro país
comienza o termina en Tumbes, que es la región a la que
me debo y a la que agradezco la confianza de otorgarme
el privilegio de ser su representante.
Construyamos juntos la promesa peruana del
Bicentenario, aún vigente, y trabajemos por hacer realidad
el sueño de quienes consolidaron nuestra independencia:
Construir una Patria “Firme y Feliz por la Unión”.

¡Que viva el Perú!


Muchas gracias.

114
MANUEL MERINO DE LAMA
RENUNCIA IRREVOCABLE
AL CARGO DE PRESIDENTE
DE LA REPÚBLICA

Queridos peruanos y peruanas:

Los lamentables hechos ocurridos en las últimas horas


agravan la crisis que ya veníamos atravesando y que
produjo hace unos días la vacancia presidencial del Señor
Martín Vizcarra. Quiero expresar mis sentidas
condolencias a las familiares de las víctimas mortales
durante las protestas donde, ciudadanas y ciudadanos,
ejerciendo su derecho y libertad salieron a las calles a
manifestarse.
Todo el Perú está de luto, nada justifica que una
legítima protesta deba desencadenarse en muertes de
peruanos; estos sucesos deben ser profundamente
investigados por las instancias correspondientes para
determinar todas las responsabilidades.
Vivimos en una democracia, el Perú es nuestra
patria y yo, como todos ustedes, quiero lo mejor. Soy
demócrata, respeto las instituciones y las leyes, este es un
Gobierno de transición y nuestro primer deber político es
garantizar las elecciones transparentes y limpias. Nada ni
nadie puede impedir que las elecciones generales se
realicen el 11 de abril del año 2021.

115
Estamos en un proceso electoral en marcha el
pueblo tiene el deber de elegir democráticamente a sus
autoridades. Ese fue mi compromiso desde que asumí
este encargo constitucional, que nunca estuvo en duda.
Sé que muchos peruanos y peruanas están
hastiados de los vaivenes de la clase política, pero son los
ciudadanos los únicos que pueden elegir libremente a sus
autoridades. Cada peruano o peruana que participa en las
marchas, o no, tiene el poder del voto en las urnas y ese
voto está garantizado.
Es tiempo de Paz y de unidad. Soy padre de
familia, tengo tres hijas, mi madre, mis hermanos, mi
esposa; en mi corazón laten los ideales de mi juventud que
me impulsaron a ingresar a la política. Creo que el Perú sí
puede salir adelante con honestidad, educación, trabajo.
Creo en la lucha frontal contra la corrupción; los
corruptos no pueden de ninguna manera representarnos,
ningún presidente debe tener acusaciones de haber
recibido coimas, creo que el poder es para servir a los
demás y no para servir a intereses subalternos.
La legitima protesta, donde hay muchas voces
jóvenes, tiene también, lamentablemente, a grupos
interesados en producir caos y violencia. Ninguna salida
a esta crisis debe realizarse fuera del marco legal y
constitucional, todos debemos defender la democracia.
Yo no soy un político de casualidad que solo aparece para
ser un candidato a las elecciones. He tenido la
oportunidad de estar tres veces en el parlamento nacional
y sé de los deberes que tengo que cumplir.
Sé que algunos piden mi renuncia. Soy un hombre
de estado y soy consciente que no puede haber un vacío
de poder. En ese sentido, he recibido las cartas, poniendo
116
sus cargos a disposición, de todos los ministros. Debo
anunciar que los ministros continuarán en sus cargos
hasta que la incertidumbre del momento actual se pueda
resolver. De ninguna manera habrá un vacío de poder.
Asimismo, en este momento donde el país
atraviesa una de las más grandes crisis políticas, quiero
hacer de conocimiento, a todo el país, que presento mi
renuncia irrevocable del cargo de Presidente de la
República e invoco a la paz y la unidad de todos los
peruanos.
Mi compromiso es con el Perú y haré el mayor de
mis esfuerzos para poder garantizar la sucesión
constitucional que el Congreso determine. El Perú
merece seguir adelante.
Quiero terminar agradeciéndole a todos los
miembros del gabinete que me han acompañado en este
reto que el Perú nos ha puesto y espero lo mejor para
todos los peruanos.
Muchas gracias.

117
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122
EPÍLOGO

UNA DECISIÓN ÉTICA


Y CONSTITUCIONAL

Dra. María Del Pilar Tello


Abogada y Periodista de la UNFV

E l Congreso del Perú destituyó el 9 de noviembre


2020 al presidente Martín Vizcarra después de
que el pleno lo declarara “incapaz moral”. Con
105 votos a favor, la moción de vacancia
impulsada contra el mandatario por actos de corrupción
cuando era gobernador de Moquegua (2011, 2014),
superó el número de votos que exige la Constitución, 87
sobre 130. La resolución declaró la “permanente
incapacidad moral del presidente” y por tanto “la
vacancia de la presidencia de la República”.
El régimen de sucesión establecido en la
Constitución se hizo efectivo automáticamente después
de la publicación en el diario oficial. El cargo de
presidente de la República recayó en el titular del
Congreso, Manuel Merino de Lama, del grupo político
Acción Popular.

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Nadie creía que se conseguirían los votos, pero la
actitud desafiante del gobernante precipitó la situación ya
que se presentó a primera hora de la mañana para negar
cualquier tipo de soborno y criticar duramente la
destitución. La mayoría de congresistas expresaron que
votaban “por el país” sin “cálculos políticos” ni
“presiones mediáticas” en referencia a las peticiones de
calma y responsabilidad que cierta prensa hizo a las
bancadas ante el riesgo de inestabilidad por la caída del
Ejecutivo.
El Presidente del Congreso Manuel Merino de
Lama juró como nuevo presidente ante el pleno del
Congreso hasta julio de 2021. Merino de Lama debía
entregar el poder al mandatario elegido en los comicios
generales convocados para el 11 de abril 2021 y su misión
era garantizar este proceso. Pero las consignas iban en
sentido contrario con disturbios que parecían
programados.
Algunos medios de comunicación tomaron
partido por la ilegalidad de la destitución y urgieron al
nuevo presidente a presentar inmediatamente su gabinete
a las pocas horas de juramentar. La hostilidad contra
Merino era palpable. No en vano muchos medios habían
apoyado a Vizcarra quien en plena crisis les prestó ayuda
económica apelando a la publicidad oficial.
Movilizados a través de las redes sociales, los
manifestantes se reunieron portando banderas y carteles
en protesta por la destitución de Vizcarra y por la
asunción de Merino, a quien calificaban de golpista y
usurpador. La Policía Nacional no pudo impedir el
desborde mediáticamente incentivado al punto que se
difundían medidas de precaución para salir a manifestar.
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En el extremo, un médico en una conocida radio afirmaba
que las manifestaciones no contagian.
La violencia era inevitable, grupos de jóvenes
argumentaban defender la democracia en peligro y se
enfrentaron a la Policía para llegar al Congreso. “Este
presidente no me representa” o “Congreso usurpador”
fueron las frases de rechazo a la legítima y constitucional
decisión parlamentaria.
La vacancia se produjo en un Perú muy
convulsionado por la corrupción y debía arraigarse en la
ética y los valores. Se discutía el significado de
incapacidad moral como causal y también el
procedimiento parlamentario adecuado para un resultado
aceptado por todos. El Presidente de la República no es
constitucionalmente procesable pero su asociación con
conductas reprochables lesiona la dignidad de quien
personifica a la nación. Demasiadas noticias lo inculpaban
y llevaban a la indignación y al cuestionamiento.
¿El Presidente debía irse o quedarse en plena
pandemia ya muy cercanas las elecciones? Estaba en
cuestión su pésimo manejo de la crisis sanitaria y
económica y también su permanencia a pesar de su
conducta inapropiada. La gente en las calles gritaba NO a
casi todo, ambiguo e inespecífico sin que se pudiera
vislumbrar lo que realmente querían.
Nada fue pacífico. No funcionaron las
prohibiciones, tampoco las regulaciones, menos las
jerarquías, ni el toque de queda. Manipulaciones
mediáticas y políticas con estentóreas exigencias de
renuncias, traiciones, dudas, tribulaciones e instigaciones.
Fueron sacrificados el honor y la reputación del
Presidente Manuel Merino de Lama y de su Primer
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Ministro Antero Flores Araoz que organizó un gabinete
de dignos profesionales.
El Perú apareció ante el mundo con la peor crisis
sanitaria y el peor manejo económico, también
exportamos la peor imagen de desgobierno después de la
vacancia. Tras la renuncia del presidente Manuel Merino
y de su Primer Ministro Antero Flores-Araoz, no
importaron las buenas voluntades ni las leyes. Se impuso
la arbitrariedad y los intereses subalternos, violencia y
caos durante horas interminables.
Y el Tribunal Constitucional selló esa semana al
declarar improcedente la demanda competencial contra la
primera moción de vacancia contra Martín Vizcarra.
Prevaleció la sustracción de la materia, los hechos
cuestionados estaban consumados. La historia daría la
razón al Congreso que decidió la vacancia, pero en ese
momento el poder mediático y el político confluyeron
para aceptar la solución.
Todo consumado en una historia que no puede ni
debe repetirse. No olvidarlo.

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ÍNDICE

Presentación, por Enrique Ghersi /7


Merino, El Antihéroe
A modo de prólogo/ Juan Antonio Bazán / 9

Precisiones liminares / 19
C. I El fiscalizador / 23
C. II La mesa directiva/ 29
C. III La primera puya con Vizcarra/ 39
C. IV ¿Cómo? ¿Y el jamón? / 45
C. V Vizcarra y los morados/ 49
C. VI Las fuerzas armadas y una llamada telefónica/ 57
C. VII La caída de Vizcarra/ 63
C. VIII Presidente Merino De Lama/ 67
C. IX Palacio de Gobierno/ 73
C. X El Gabinete/ 81
C. XI La renuncia/ 89
C. XII No Negociable/ 97

ANEXOS

Discurso como Presidente del Congreso/ 103


Discurso como Presidente de la República/ 109
Discurso de Renuncia/ 115

Una decisión ética y constitucional


A modo de epílogo/ María Del Pilar Tello/ 123

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EL VERDADERO GOLPE
de Manuel Arturo Merino De Lama,
se terminó de imprimir en los talleres gráficos
de Inversiones Harold EIRL, en abril de 2021.

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