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Vehuel
Daniel
Hahasiah
Imamiah
Nanael
Nithael
Mebahiah
Poyel
INTRODUCCION
El Iniciado, para alcanzar esa condición espiritual, ha debido recorrer paralelamente las dos Sendas
Iniciáticas: la del conocimiento y la de la devoción. A lo largo de todos mis años de convivencia con
el mundo de lo espiritual, he podido conocer a aspirantes al conocimiento, sedientos del saber
cósmico, y también he podido compartir muchos momentos con aquellos que han sido llamado
por la voz del corazón, estos se alimentaban, fundamentalmente, de la fe.
Es muy importante en la búsqueda de la verdad, no olvidar que los dos caminos deben recorrerse
conjuntamente. Si decidimos enfocar nuestros trabajos tan solo en uno de ellos, debemos saber
que dejamos pendiente asignaturas que aguardaran otros momentos de nuestra conciencia para
ser desarrollada.
“Lo peor, en la sociedad en que vivimos, es que la gente ha dejado de creer en los milagros; es
decir, ha dejado de creer que cada hombre lleva incorporada en sí la divinidad, y que si se recurre
a ella, nos saca del atolladero. Para esa divinidad que todos llevamos dentro, no hay
enfermedades incurables, ni problemas insolubles, ni existe lo que llamamos fracaso,
incomprensión, soledad. Somos portadores de un inmenso poder, pero no lo utilizamos, no
sabemos ni tan siquiera que este poder existe y que está constantemente a nuestro alcance”.
“El repertorio de Potencias Celestiales a las que van dedicadas estas Plegarias, procede de la
Tradición. Esas personalidades cósmicas están agrupadas en 9 Coros, formados cada uno de ellos
por 8 Rostros Divinos: son los llamados Coros Angélicos en la terminología cristiana, y conocidos
con el nombre de Genios por la tradición cabalística”.
“La Tradición nos dice que dichos Coros fueron organizados por Jehová después del Diluvio, al
iniciarse la Segunda Creación, después de haber fallado la primera. Dicen los textos tradicionales
que dándose cuenta la divinidad de que el Hombre era incapaz de interiorizar las energías
creadoras que manaban a chorro de las fuentes primordiales de vida, dividió el gran designio
divino en 72 programas, de manera que le fuera más asequible al Hombre el aprendizaje de la
ciencia divina. Al frente de cada uno de esos Programas, puso un Rostro angélico, encargado de
impartir una determinada asignatura y disponiendo de un determinado poder. Así fue como los 72
Genios fueron domiciliados en el Zodiaco, a razón de cinco grados por cada uno 72 x 5 = 360
grados y organizando las clases de forma que cada día se expusiera un determinado Programa
hasta llegar a los 72. En este punto empiezan una nueva ronda de Programas y así sucesivamente,
por cinco veces consecutivas a lo largo del año”.
Puedo asegurarles que el acercamiento consciente a las Entidades Angélicas, para solicitar su
ayuda cuando nos encontramos necesitados de luz, dará lugar a una profunda comunicación con
Ellos. No hay normas que determinen que esa comunicación debe ser de un modo específico. He
conocido casos en los que la comunicación se ha producido durante el sueño; en otras ocasiones,
como consecuencia de una meditación... El caso más reciente que puedo compartir con vosotros,
se produjo simplemente solicitando que se ofreciera la oportunidad para solucionar una situación
de desarmonía, era necesario que se produjera el encuentro entre las partes enfrentadas. No era
fácil, doy fe de ello, pero se produjo el momento mágico, y el encuentro tuvo lugar.
Cuando pedimos desde nuestro corazón, guiado por la comprensión de que es necesario que en
nuestra vida no haya ni un solo rincón donde no llegue la luz, podemos estar seguros de que
recibiremos respuesta. Tan sólo recomiendo adoptar una actitud: ESTAR DESPIERTO. Es decir,
vivamos como si estuviésemos en constante comunicación con los Seres de Luz, en verdad, no nos
estamos inventando nada que no ocurra a diario, lo que pasa es que no lo hacemos
conscientemente.
Estas Plegarias y Exhortos que se exponen no debemos entenderlas como la única manera de
dirigirnos a las Entidades Angélicas. Es un camino. Es importante que conozcas, que en ti, en todos
nosotros, se encuentra la capacidad de poder encontrar nuestras propias palabras o gestos para
lograr comunicarnos. El Amor, conjuntamente al Conocimiento, sabrán inspirar a todo aquel que
quiera construir con esos materiales, el “edificio” de su propia existencia.
Principados
Vehuel
Regencia zodiacal: 18º al 19º de Tauro; 0º al 1º de Leo; 12º al 13º de Libra; 24º al 25º de Sagitario;
6º al 7º de Piscis; 0º al 5º de Sagitario.
Lo que otorga:
Netzah había sido construida por nobles sabios que inspirándose en las mas bellas formas de la
naturaleza, quisieron que aquella morada fuese una morada donde se viviese anticipadamente el
goce que el Gran Maestro otorgaba a su pueblo, el goce de la paz y de la armonía.
Sin embargo, el afán de poder, generó una terrible competencia, una espantosa rivalidad que
desencadenaba guerras y destrucción.
El deseo de riquezas propició la gula, la ambición, la avaricia. El hombre ya no competía, tan solo
vivía para satisfacer sus intereses. Antes de dar, recibía.
El afán de placer, anuló la verdadera búsqueda de la plenitud. Gozar sin trabajar era lo deseado.
Recibir frutos sin sembrar. Aquellos afanes fueron ahogando y enterrando poco a poco el tenue
grito de esperanza de volver a vivir en armonía con las leyes de la naturaleza. Sin duda, Netzah
había dejado de ser la dulce tierra de los goces para convertirse en la mísera tierra de los placeres.
Mientras que todo esto sucedía en la Ciudad Sagrada, no muy lejos de allí, pero sí lo suficiente
como para quedar protegido por el hedor nauseabundo procedente de la basura que enterraba a
Netzah, crecía fuerte y saludablemente un joven príncipe de sangre real, era Vehuel, hijo legitimo
de la princesa Venus y del príncipe Urano.
La princesa de Netzah se vio obligada a abandonar a su hijo cuando su esposo Urano fue
derrocado del poder. Lo entregó a una familia humilde que le era fiel, y esta lo había criado
durante 18 años. Ahora Vehuel era todo un hombre y se complacía en hablar con las plantas y los
animales, que perecían entender su lenguaje.
Un día, Vehuel, sin poder evitarlo oyó la conversación que mantenían sus padres ilegítimos y
conoció la verdad sobre su identidad. El joven que era noble y bueno comprendió lo que había
sucedido, pero dijo a sus protectores que debía ir en busca de sus verdaderos padres.
Vehuel ya dirigía sus pasos hacia la Ciudad Sagrada, y cuando se acercaba a ella notó como el aire
se enrarecía impidiéndole casi respirar. Tuvo que hacer grandes esfuerzos para seguir su camino,
pero poco a poco se fue acostumbrando a el sintiendo como en su pecho ardía un fuego hasta
ahora desconocido.
A su paso, Vehuel vio como los hombres permanecían prisioneros de un sopor que no les permitía
pensar. Encontró en su camino a un joven que lloraba amargamente. Se acercó a él preocupado y
le dijo:
¿Por qué lloras muchacho? Por la intensidad de tu dolor, algo grave debe ocurrirte.
Vehuel no supo contestar, pues no comprendía como podía llorar por tal banalidad. Así fue
encontrando otros muchos casos y comprendió que aquel pueblo no tenía espíritu, estaba vacío y
se dijo que debía hacer algo para ayudarles.
Sin pensarlo más, se puso a trabajar. Día tras día trabajaba incansablemente y al poco tiempo
muchos se unieron a él. Al cabo de unos días, el grupo había crecido considerablemente y cuando
este fue lo suficientemente grande, Vehuel, les hablo:
Muchos de vosotros habéis conocido el placer de la tierra y habéis quedado prisionero de sus
seductores encantos. Ahora podréis conocer el verdadero goce que tan solo Dios puede ofrecer.
Seguid mis pasos y abandonemos este valle. Elevémonos hasta la montaña de Hochmah, donde mi
padre el Príncipe Urano nació. Allí encontraremos la faz de nuestro creador.
Así fue como Netzah dejo de ser la tierra profanada por la mayoría y Se convirtió en la Ciudad
Sagrada donde moraba el Eterno Amor.
VEHUEL
PLEGARIA
el sabor de tu transcendencia.
VEHUEL exhorta:
Tú eres, peregrino,
de lo insondable.
Daniel
Lo que otorga:
Una vez más Vesar dejó escapar una maravillosa oportunidad para conseguir superar su timidez. Si
se hubiese decidido, ahora no estaría apenada y triste recordando las ocasiones que había
desaprovechado para conseguir ver realizado sus sueños.
No sabía qué le pasaba, pero cuando se enfrentaba ante situaciones, no acertaba a pronunciar
palabra y la mayor de las veces ni tan siquiera se decidía hacerles frente.
El sentimiento de frustración ahogaba su alegría y sin darse cuenta se fue convirtiendo en una
joven solitaria.
Comenzó a sentir envidia de los demás. Ellos tenían tanta facilidad para tomar decisiones, que le
molestaba el solo pensarlo.
Aquella tristeza fue dibujándose en el rostro de la joven Vesar y su belleza se fue transformando
poco a poco hasta tal punto que se convirtió en un ser horrible.
Todos sus amigos comenzaron a tenerle lástima y aquel sentimiento lo único que hizo fue
aumentar aún más su dolor.
Cierto día, su angustia era grande y su pena tan amarga, que buscó consuelo en la oración.
Elevó su rostro, endurecido por las lagrimas, hasta el cielo, y fijó su mirada en una extraña nube
que se le antojó la faz de Dios e invocó su nombre con humildad, diciendo:
iOh Dios mío, ayúdame Me siento perdida y sin fuerzas para seguir luchando contra mi debilidad! -
imploró la joven-.
Sin duda no esperaba respuesta alguna, pero se reconfortaba abriendo su corazón al único ser que
no se reiría de ella. Pero se equivocó, pues a sus espaldas una voz la llamó por su nombre:
Vesar, Vesar, Vesar, ¿por qué no aceptas tu condición?, ¿por qué no perdonas tu debilidad, tus
errores? -preguntó un ser de luz que iluminó la habitación -.
Soy Daniel, el Ángel de las Misericordias, y tu nombre, Vesar, está inscrito en el Gran Registro del
Cielo. Yo te ayudaré, pero no podré hacerlo si tu no confiesas tu pecado. Debes saber pequeña
que el Eterno es misericordioso y compadeciente, lento en la cólera y rico en bondades -explicó el
Ángel dulcemente -.
La joven Vesar se sintió descubierta, desnuda ante tan noble ser. Siempre había ocultado en lo
más profundo de su ser la traición con la que un día castigó a su mejor amiga. Quería ser famosa,
que todos la venerasen, pero su amiga iba a impedírselo, pues era más hermosa que ella. Debía
evitarlo, y para ello decidió traicionarla. Sin embargo, a pesar de su intento, Vesar no consiguió su
propósito y sí en cambio perdió a su mejor amiga.
Desde entonces, no se había perdonado y aquel sentimiento de odio le impedía tomar decisiones
importantes en la vida, pues el recuerdo de la traición la atormentaba.
Daniel que tenía el poder de la visión sagrada, fue leyendo sus pensamientos y vio que Vesar había
aprendido la lección, y le dijo:
Puedes ir tranquila pequeña Vesar, pues he insuflado en tí el poder de rejuvenecer con tu aliento a
los seres y las cosas.
Y aunque Vesar no entendió muy bien lo que quería decir aquello, pronto pudo comprenderlo,
pues su comportamiento cambió por completo. Ahora tomaba decisiones y cada vez que lo hacía
revelaba a los demás su potencial dormido y la ilusión renacía de nuevo en ellos.
DANIEL
PLEGARIA
su potencial dormido
aparentemente irremediables.
sus errores.
Y te he dado a ti potestad
para que ejerzas ese privilegio ante tus hermanos los hombres.
Gracias a tu acción,
Hahasiah
Regencia zodiacal: 20º al 21º de Tauro; 2º al 3º de Leo; 14º al 15º de Libra; 26º al 27º de Sagitario;
8º al 9º de Piscis; 10º al 15º de Sagitario.
Lo que otorga:
Misión redentora.
Todos coincidían cuando hablaban de Vejur, en que era un joven raro. Nadie podía prever su
comportamiento, él iba a su aire.
Cuando sus compañeros de edad aún se divertían jugando en la calle o en los parques, el mayor
placer que sentía Vejur era leer libros.
Es por ello que todo el mundo sabía que cuando alguien quisiera encontrarle, tan solo tendría que
acudir a la biblioteca, su lugar favorito.
La biblioteca era su santuario, allí se encontraba en paz, lejos del mundanal ruido. Entre aquellas
paredes pasaba más tiempo que en su casa. Leía y leía horas tras horas buscando incesantemente
encontrar las respuestas que calmaran su sed de conocimiento.
Vejur, desde muy pequeño se había sentido siempre atraído por la medicina. Los secretos que
encerraba el cuerpo humano le fascinaba y por ello devoraba los textos de fisiología, anatomía y
patología.
Aun le quedaban algunos años para estudiar en la universidad, pero aquello no le impedía
satisfacer su ardiente curiosidad. El inspirado joven tenía muy claro su vocación. Cuando fuese
mayor sería un eminente médico, consagraría toda su vida a los enfermos y aquello le hacía feliz.
Sin embargo, Vejur seguía buscando. Llevaba mucho tiempo buscando respuestas, pero ningún
libro se las daba.
¿Por qué enfermamos realmente? ¿Por qué dos personas con la misma alimentación y los mismos
cuidados, uno de ellos enferma y otro no? ¿Por qué unos se curan y otros no lo consiguen a pesar
de tomar las mismas medidas?
Cierto día, cuando el joven Vejur se encontraba rebuscando en una pila de libros viejos algún texto
de medicina que pudiera leer, tuvo una experiencia muy extraña.
De repente y sin saber como, un libro resbaló de la estantería y vino a caer justo en sus manos. El
muchacho sorprendido ojeo aquel manual y quedó admirado. Se trataba de un texto muy antiguo,
antiquísimo. Su título aparecía en hebreo y se lamentó de no saber descifrarlo. En su interior
descubrió una serie de gráficos y temió que la obra estuviese escrita en esa lengua.
Pero entonces fue, cuando quedó aun mas sorprendido. Tenia en sus manos un manual de magia
cabalística referente a la curación de los Cuatro Cuerpos.
El que escribe este manual, de nombre Hahasiah, Eterno servidor del Supremo, siguiendo la
sabiduría y la voz de los Siete Grandes Logos, transcribe con fidelidad lo que sus Majestades le han
confiado.
No desvió ni un solo segundo los ojos de aquellas lineas. Sin darse cuenta, poco a poco fue
viviendo cada letra, cada mensaje y su rostro se iluminaba cada vez más. Estaba absorto en la
lectura. Sus incógnitas estaban siendo reveladas. Ahora conocía las verdaderas causas que
llevaban a los seres a enfermar y a sanar. Conoció los diez grandes Centros -Moradas de Dioses -,
que se encontraban ocultos en cada hombre y que se hacían tangibles en cada órgano del cuerpo.
El hallazgo de aquel misterioso libro llevó al joven Vejur a investigar los Grandes Secretos, y
cuando fue mayor se convirtió en un gran médico y su fama se extendió por todo el mundo, pues
no tan solo sanaba el cuerpo, sino también el espíritu, su único señor y dueño.
HAHASIAH
PLEGARIA
Que la gloria del Eterno subsista por los siglos. Que el Eterno se regocije con sus obras.
y el ejecutor de tu Providencia,
con Tu luz.
HAHASIAH exhorta:
Si no la hallas, si no la vivificas,
si no la derramas a tu alrededor,
en un mundo de lobos.
Imamiah
Lo que otorga:
Siempre se reían de él, pues decían que era cursi y débil como una flor. La verdad es que si lo
comparaban con la corpulencia y fortaleza de sus hermanos, Ilaliah era un insignificante y sensible
ser.
En aquellos días, la vida no era fácil. Rara era la vez que no se recibían noticias de países que
habían sido asediados y conquistados por legiones de hombres rudos y violentos, sedientos de
sangre y ambición.
Hombres sin escrúpulos cuyo único objetivo era sembrar el pánico, el terror y la maldad entre los
habitantes de los demás pueblos.
El padre de Ilaliah era el soberano de aquella rica comarca. Su poder se extendía a través de un
vasto reino y durante 22 años había gobernado disfrutando de la paz.
Sin embargo, ese estado de plenitud iba a ser alterado, puesto que una tropa de bárbaros
guerreros se dirigían hacia su tierra y aquello solo podía significar una cosa, la guerra.
Nada mas supo la noticia reunió al Consejo de los Sabios y a sus hijos, debía consultar con ellos,
pues estaba desconcertado.
Debemos parar su avance antes de que crucen nuestras defensas y lleguen a palacio -le advirtió
uno de sus hijos -.
Así fue acordado y así se cumplió. El valiente Arul partió con una gran tropa para hacer frente al
enemigo.
Confiaba en su poder y bravura, pero no serían suficientes, pues al cabo de dos lunas, volvió
derrotado. Su ejercito había sido diezmado.
Viendo aquella derrota, otro de sus hijos propuso ser él quien probase suerte. El rey que no sabía
qué hacer, accedió a su petición y su segundo hijo buscó al enemigo para poder vencerle.
Pero no seria mejor su suerte. Transcurrió una sola Luna y el bravo guerrero volvió desolado y
vencido.
El tercero de los hermanos, indignado y enfurecido por aquellas humillaciones, solicitó a su padre
que le dejase partir, pues debía vengar el honor de su familia. y su petición también fue concedida.
Al mando de los pocos hombres que quedaban en palacio, el orgulloso y osado joven buscó al
enemigo con la esperanza de poder vencerle y vengar las suertes de sus amigos.
Pero al tercer día de su partida, volvía mal herido y sin haber conseguido su objetivo.
Nadie podía salvar ya al rey. Sus tres hijos más valientes habían fracasado y nadie se atrevía a
intentarlo.
Sin embargo, había olvidado como siempre a Imamiah, el delicado y sensible Imamiah.
Todos rieron al oír aquella solicitud, mas su padre que ya no le quedaba ganas de reír, miró a los
ojos de su hijo más pequeño y vio una extraña luz, y le dijo:
Toma cuanto necesites y que la Diosa Netzah te proteja.
Imamiah tomó las siete arpas y reunió a siete hombres que siguiendo sus instrucciones tocaron
una bella melodía.
De repente el cielo se abrió y una sinfonía celestial partió de él. La Música de las Esferas tenia un
gran poder y el enemigo se fundió en aquella armonía olvidando todo deseo de maldad.
IMAMIAH
PLEGARIA
Loaré al Eterno a causa de su justicia. Cantaré el nombre del Eterno, del Muy Alto.
y construir en él tu Edén.
se reintegran a su virginidad;
Nanael
Regencia zodiacal: 22º al 23º de Tauro; 4º al 5º de Leo; 16º al 17º de Libra; 28º al 29º de Sagitario;
10º al 11º de Piscis; 20º al 25º de Sagitario.
Lo que otorga:
La familia de Nanael era humilde y muy pobre. Su padre aunque trabajaba de Sol a Sol sin
desfallecer, apenas si ganaba para alimentar a sus doce hijos, y a pesar de ello, nadie se quejaba,
bueno excepto uno, puesto que Nanael soñaba con ser alguien famoso, influyente y poderoso.
Ignorando los muchos esfuerzos que sus padres hacían para poder sobrevivir, su orgullo le llevó a
despreciar aquel modo tan humillante de vivir, y decidió abandonar su hogar y salir en busca del
prestigio y de riquezas.
Siempre había querido ser un gran mago y había oído que en la Ciudad Sagrada admitían a
aprendices que buscaban dominar la Alta Magia. Así que dirigió sus pasos hacia donde nacía el Sol.
Allí le aguardaba su destino.
Tras cuatro días de camino, nuestro joven protagonista logró llegar hasta las puertas de la Gran
Ciudad. Un silencio armonioso le sobrecogió. Estaba ante la entrada y ya podía respirar el
particular aroma del Misterio. Dos Querubines custodiaban con espadas flameantes el acceso al
Santuario.
Nanael tras recuperar su aliento, quiso penetrar en su interior, pero una voz paró en seco sus
pasos.
¿A dónde crees que vas extranjero? -le interrogó uno de los Querubines mientras le apuntaba con
su espada -.
No pudo seguir hablando el joven, pues fue bruscamente interrumpido por el Querubín.
Calla insolente!. Todo el que Es, no Es, y todo aquel que no Es, Es.
Nanael un poco asustado no entendía aquel juego de palabras. Pensó que sería un enigma y
dirigiéndose al Guardián del Templo, le dijo:
Así es muchacho. Medita, medita, y cuando tengas la respuesta llama de nuevo -le ordenó el
Querubín. -.
El osado joven se sintió muy desilusionado. Nunca había pensado que fuera tan complicado ser
mago, y menos aun aprendiz de mago.
Meditar, ¿acaso tenía paciencia para meditar? Si estuviera allí su padre, el sí sabría cómo hacerlo.
Siempre le aconsejaba lo mismo:
Hijo mío, cuando siembras la semilla de un árbol hay que tener paciencia hasta que dé sus frutos.
Observa como la semilla se protege en la tierra y satisfecha crece poco a poco con el afán de dar al
final sus frutos, esos apetitosos y dulces frutos que nos alimentan.
Cuanta razón tenía su padre. Ahora él estaba sólo y debía tener paciencia.
Buscó un lugar donde poder meditar y se entregó a ello en cuerpo y alma. Al principio se irritaba,
pues su mente era como un avispero rabioso. Sus ideas revoleteaban sin sentido en su cabeza,
pero aquel silencio armonioso fue penetrando lentamente en su interior y sin saber cómo, una luz
emergió de él.
No quería que aquella luz se apagara, y pensó en la luz. En ese momento todo se convirtió en una
luz intensa, y de repente la respuesta apareció milagrosamente. Era el espíritu. Esa era la
respuesta. El espíritu, por eso él era extranjero. El Eterno, no es extranjero y sin embargo, al ser
invisible, no Es, pero al no ser de este mundo, Es habitante del Templo.
Las puertas del Santuario se abrieron para Nanael, pero el joven pidió a los Querubines que las
cerrasen de nuevo, pues comprendió que debía volver a su hogar donde tenía una labor que
hacer.
De sus ojos se había desprendido la venda de orgullo que hasta ahora le había cegado, pero la luz
había abierto ante él un hermoso camino.
NANAEL
PLEGARIA
Yo sé, ¡oh Eterno! que tus juicios son justos y que es tu Verdad la que me ha humillado.
tu esplendoroso Reino.
de Tu Designio,
el humilde artesano.
NANAEL exhorta:
la intensidad de mi luz,
porque en verdad te digo que será grande nuestra Obra.
Nithael
Regencia zodiacal: 23º al 24º de Tauro; 5º al 6º de Leo; 17º al 18º de Libra; 29º al 30º de Sagitario;
11º al 12º de Piscis; 25º al 30º de Sagitario.
Lo que otorga:
Conservación de lo legítimo.
Tras la muerte del Gran Soberano Axis, el reino de Netzaliah quedó sin sucesor, pues su hijo
Nithael único y legítimo heredero a la corona no había alcanzado aún la mayoría de edad para
gobernar.
Aquella situación dejó el trono sin gobernante y eran muchos los que ambicionaban ocuparlo.
Entre estos se encontraban sus tres primos, que siempre habían deseado el poder y que como
buitres festejaban la muerte de su tío el Soberano Axis, pues pronto, muy pronto esperaban
devorar la “pieza” que su amadísimo tío les había ofrecido en bandeja.
Lu, Ci y Fer, ni tan siquiera conocieron al monarca Axis y menos aun a su primo Nithael. Habían
vivido durante todo ese tiempo en las tierras pantanosas donde las fuerzas del mal se daban cita
para protegerse de la luz, su mortal enemigo.
Los tres hermanos competían para ser el mas malo, y en esos momentos estaban de nuevo
apostando.
Os demostraré que yo soy mucho más malo que vosotros -dijo Lu a sus hermanos -.
Te equivocas Lu, pues seré yo quien os demuestre que aún no ha nacido quien sea más malo que
yo -le respondió Ci -.
Ambos estáis en un grave error, vuestra maldad comparada con la mía es cosa de risa. Yo os
demostraré quién es el más malo -añadió Fer -.
De este modo los tres diabólicos hermanos comenzaron a fraguar un maléfico plan. Habían
decidido hacerse con el trono de Netzaliah y para conseguirlo debían hacer desaparecer al
legitimo heredero, al joven Nithael.
Con ese propósito los tres traidores solicitaron ser recibido por su primo, pues deseaban hacerle
llegar su más respetuoso pésame. Nithael tras consultar con sus Consejeros, accedió a recibirlos.
Lu, Ci y Fer, que dominaban el arte de embaucar y engañar representaron un magnifico papel que
conmovió el corazón del príncipe. Viendo el dolor que les afligía, Nithael les pidió que se quedasen
unos días en palacio haciéndole compañía.
El plan se estaba cumpliendo como ellos tenían pensado, y ahora tendrían la oportunidad de ganar
la confianza del ingenuo de su primo, y eso era lo único que esperaban para poder culminarlo.
Dos días fueron suficientes para que Nithael cayera en la trampa. Acababa de quedar con sus
primos para salir de cacería al bosque. Le hizo tanta ilusión que no pensó en el peligro que le
acechaba.
Lu, Ci y Fer, aprovecharon ese momento para deshacerse de él. Un golpe seco en la cabeza le hizo
rodar por el suelo. No fijándose de que estuviese muerto, aquellos tres asesinos lo tiraron por un
abismo. Así quedaron tranquilos.
Cuando volvieron contaron a todos el terrible accidente sufrido por su primo y todos les creyeron.
Tan solo faltaba guardar un tiempo prudente de luto y el trono sería suyo.
Pero el destino es muy sabio y aquello que aparece inscrito en él no podrá arrebatarnoslo tan
sencillamente nadie, y eso fue lo que le ocurrió a los tres malhechores. Aquel trono no les
pertenecía, pues no estaba escrito así en las Estrellas.
Sin embargo Nithael sí era el elegido y tras pasar tres largos años mendigando por reinos
desconocidos, cierto día, un gran sabio le reveló su destino.
Nithael que era ya mayor de edad, volvió a Netzaliah y reclamó su derecho real. El pueblo ante
aquella evidencia le respaldó y decidieron echar del reino a los tres hermanos que llevaban ya tres
años discutiendo quién era el mas malo.
NITHAEL
PLEGARIA
El Eterno ha establecido su trono en los cielos y su reino domina sobre todas las cosas.
NITHAEL: Pon en mi el sentimiento
la sed de lo primordial.
NITHAEL exhorta:
que un día tal vez soñaron con hendir el cielo con sus picachos;
de la Eternidad.
Mebahiah
Regencia zodiacal: 24º al 25º de Tauro; 6º al 7º de Leo; 18º al 19º de Libra; 0º al 1º de Capricornio;
12º al 13º de Piscis; 0º al 5º de Capricornio.
Lo que otorga:
Una profunda decepción se había apoderado del Maestro. No comprendía como otras familias
tenían hijos y más hijos, mientras que ellos por mucho que trabajaban y servían no eran
recompensados con esa dicha.
Mebahiah hubiese dado todas sus riquezas si a cambio conseguía que un alma eligiera venir a su
casa. Ya no era un joven, y aunque con su fuerza física era capaz de transportar el universo sobre
sus espaldas, no podía decir lo mismo de su fuerza espiritual.
Aquellos doce años de espera habían acabado con su fe, con su esperanza. Ya no creía en nada, y
aquello le había convertido en un ser distante, insociable y brusco.
Cierto día, llegó al pueblo un enviado de palacio con un edicto proclamado por el rey:
El Soberano recompensara con el logro de cualquier deseo a aquel que le consiguiese construir un
Templo.
Linda, la esposa de Mebahiah se puso muy contenta al conocer la noticia, y con ese entusiasmo
fue al encuentro de su esposo, pues tenía la ilusión de que se presentara.
Pero pronto aquella esperanza se desvanecería. Su esposo no quería oír hablar ya nunca más de
trabajos de construcción. Había dedicado toda su vida a ello, y para que, ¿qué había conseguido?.
El tiempo transcurrió y Mebahiah seguía alimentando aquel odio, pero a pesar de ello, no pudo
evitar recibir aquella visita.
Veo que estás afligido por un profundo dolor -dijo aquella suave voz a sus espaldas -.
Mebahiah se volvió un poco molesto, pero tuvo que reprimir sus acaloradas palabras, pues ante el
estaba el rey.
No os asustéis, mi visita es desesperada. Mi cuerpo envejece con el paso de los años y he aquí que
mi espíritu esta sediento de luz y no encuentra un lugar sagrado donde saciar su ansia. En palacio
se han reunido los mejores constructores de todos los reinos, pero ninguno de ellos consigue
elevar las columnas del Templo. Tan solo buscan prestigio, honores, riquezas, y lo que hoy
construyen mañana aparece destruido. ¿Comprendéis ahora mi dolor? Pero. decidme, ¿cuál es el
vuestro?, pues en vuestro rostro puedo leer los rasgos de la amargura -preguntó el rey -.
Mebahiah explicó los motivos de su aflicción al Soberano y este lamentó no poder satisfacer su
necesidad. Viendo que nada podría ofrecer, decidió no pedir nada.
Pero el Maestro comprendió que debía romper su silencio y servir a su rey. Y así se lo hizo saber.
Al cabo de nueve lunas, las columnas del Templo se elevaron y ya nunca más se desvanecieron. El
rey ya tenía un Santuario donde dar gozo a su espíritu, pero aquel no sería el único logro, pues
Mebahiah y Linda vieron como su familia aumentaba, y ello gracias al nacimiento de un alma
noble y elevada que desde el cielo decidió visitar la morada del Maestro Constructor.
MEBAHIAH
PLEGARIA
Tu Eterna Verdad,
de Tu fuerza moral;
el constructor, el carpintero,
MEBAHIAH exhorta:
piedra a piedra,
la permanente verdad,
Yo te ayudaré en tu empresa:
mi rutilante Faz.
Poyel
Regencia zodiacal: 25º al 26º de Tauro; 7º al 8º de Leo; 19º al 20º de Libra; 1º al 2º de Capricornio;
13º al 14º de Piscis; 5º al 10º de Capricornio.
Lo que otorga:
Desde muy pequeños sus vidas siempre habían estado muy unidas. Crecieron y jugaron juntos y de
esta forma forjaron una sólida amistad.
Pero los rostros del destino no siempre nos sonríen, y un buen día, Neyes tuvo que decir adiós a su
inseparable compañero Poyel.
La distancia y el tiempo fueron inquebrantables y poco a poco aquel ardiente afecto que un día les
unió se fue apagando hasta llegar a fundirse en un vago recuerdo. Era lo único que quedaba de
una relación que al igual como floreció, murió.
Fue el número uno de su promoción y había conseguido ganar la confianza de todos sus
compañeros, los cuales le buscaban constantemente para que les aconsejase. La fama y
reputación antecedían al joven Poyel donde quiera que iba, sin embargo, jamás nadie pudo
observar en él una muestra de orgullo, ni de vanidad por sentirse tan admirado.
Lo que mas elogiaban de él, era precisamente su constante modestia y su moderado
comportamiento.
Acababa de aprobar los estudios y ya era un flamante profesor de filosofía. Tan solo le quedaba
poder ejercer su carrera y la providencia puso a su alcance la posibilidad de conseguirlo, pero para
ello debía competir con otro candidato que al igual que él se presentaba para ocupar ese puesto.
Poyel trabajó incansablemente para elaborar un buen proyecto de presentación. Durante años
había investigado y ahora tenía la oportunidad de dar a conocer sus trabajos.
Pero el destino vino a traerle una vez más una nueva sorpresa. No podía apenas creerlo. Jamás
pensó que la vida le jugara aquella mala pasada. Tenía que competir con Neyes su inseparable
amigo de infancia. Casi no le reconocía, pero aquello no importaba lo ms mínimo, pues celebraron
aquel inesperado reencuentro con un emotivo abraso.
Las próximas horas la pasaron juntos. Recordaron los días de su infancia y rieron algunas de las
travesuras que entonces protagonizaron. Pero ambos sabían que tenían que hablar del tema
profesional y temían que aquella felicidad se enturbiara.
Mi buen amigo Poyel, debemos olvidar nuestra amistad. Estoy decidido en ocupar ese puesto, mi
vida depende de él. Debo pedirte que no te presentes, estoy dispuesto ha hacer lo que sea para
conseguirlo y lamentaría mucho tener que desafiarte –dijo fríamente Neyes-.
Aquellas palabras llevaban verdadero hielo y una profunda carga de ambición. Poyel no podía dar
crédito a lo que su viejo amigo había dicho y apenas si podía hablar, pues sentía como un fuerte
nudo le oprimía la garganta.
¿Pero cómo es posible que hayas cambiado tanto? -confesó el joven muy contrariado -.
La vida es dura amigo mío, y tan solo sobreviven los más fuertes -contestó sarcásticamente Neyes,
al tiempo que se alejaba de él -.
Al cabo del tiempo, ambos recibieron una carta del Ministerio en respuesta a su solicitud, y fue
Poyel el elegido para ocupar el puesto de trabajo.
A pesar de las artimañas utilizadas por Neyes, de nada les sirvieron, pues al final la providencia
supo premiar al que verdaderamente merecía conseguirlo.
POYEL
PLEGARIA
El Eterno sostiene todos los que caen y levanta todos los que están encorvados.
la profundidad de Tu Obra;
anchas perspectivas;
POYEL exhorta:
mi orden, mi norma,
de la razón,
el espacio de la otra.
en perfecto orden,
en perfecta armonía.
cállate,
búscame en el silencio y,
como Job,
me encontrarás