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Haz el favor de tomarte unos instantes para cerrar los ojos, abrir tu corazón y sentir todo el
amor que te rodea. Te invito a que te unas a mí en una oración muy especial para
experimentar la comunión con nuestro Creador.
Dirige tu atención a tus pulmones, como si sólo existieran ellos. Haz una inspiración
profunda y siente el aire a en los pulmones. Descubre la conexión de amor que existe
entre el aire y los pulmones. Cuando se expandan, siente el placer de satisfacer la mayor
necesidad del cuerpo humano: respirar. Haz una nueva inspiración profunda, y después
espira y siente el placer de nuevo.
Respirar es suficiente para que siempre disfrutemos de la vida. Siente el placer de estar
vivo, el placer del sentimiento del amor...
Hoy, Dios, mi corazón está lleno de gratitud por el don de la vida. Gracias por la
conciencia de que tú sólo creas perfección, y dado que tú me has creado, creo en mi propia
perfección.
Amén.
esta voz.
Cuando naces no sabes lo que eres, pero tu cuerpo sí que lo sabe y sabe qué hacer. Esto es
el conocimiento silencioso. Sientes ese conocimiento silencioso cada vez que respiras.
El cielo es una historia que podemos crear cuando nos entregamos a la vida y permitimos
que ésta se manifieste sin mentiras. El cielo está aquí y está disponible para todos, pero
necesitamos tener los ojos para percibirlo.
El fruto del árbol de la Vida es la vida, es la verdad. La vida es sólo verdad; es la fuerza
que siempre está creando. Cuando ves esta fuerza en ti mismo y depositas tu fe en ella,
estas verdaderamente vivo.
La verdad no está en las historias. La verdad esta en el poder que ha creado esas
historias. La verdad es tu yo real; es tu propia integridad, y nadie puede guiarte a ese lugar.
Sólo tú mismo puedes conducirte hasta él.
«Haz solo una oración al día para que te dé tiempo a reflexionar adecuadamente sobre
cada pasaje y a ponerlo en práctica. Si haces más de una al día, no serán tan
potentes». Don Miguel Ruiz
, sus leyes, sus religiones, sus diferentes culturas y maneras de ser, sus
gobiernos, sus escuelas, sus acontecimientos sociales y sus celebraciones.
Tal vez no podamos escapar del destino del ser humano, pero podemos
elegir entre sufrir nuestro destino o disfrutar de él, entre sufrir o amar y ser
feliz, entre vivir en el infierno o vivir en el cielo.