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Impacto de la guerra en ucrania sobre la seguridad alimentaria en

Latinoamérica

El 22 de marzo de 2022 un grupo de 44 naciones solicitaron una


reunión extraordinaria del consejo de la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con el objetivo de
tratar la crisis alimentaria actual motivada por la subida de los precios
de los alimentos a nivel global. Al prologarse el conflicto bélico en
Ucrania, los efectos adversos en la seguridad alimentaria mundial
provocados por la pandemia de Covid-19 se han profundizado. El
enfrentamiento en el este europeo está fomentando notorias alzas en
los commodities agrícolas, así como efectos en la producción,
distribución y consumo de los principales rubros alimenticios. Por
supuesto que Latinoamérica también se ha visto afectada por esta
nueva crisis mundial y los grandes países suramericanos como Brasil
y Argentina, están implementando medidas puntuales para enfrentar
este escenario.

En este contexto, las alertas emanadas por el principal órgano mundial


relacionado con la seguridad alimentaria, la Organización de Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se resumen en el
informe “Nuevas hipótesis sobre la seguridad alimentaria mundial
basadas en el conflicto entre la Federación de Rusia y Ucrania” . En
este escrito, la organización de la ONU proporciona los datos
esenciales e informa sobre los riesgos para la seguridad alimentaria
mundial derivados del conflicto en Ucrania, concluyendo con una serie
de recomendaciones para evitar una crisis alimentaria de dimensiones
catastróficas. En este sentido, el economista Jefe de la FAO Máximo
Torero, advierte que: “Las interrupciones logísticas y de la cadena de
suministro en la producción de granos y semillas oleaginosas de
Ucrania y las restricciones a las exportaciones de Rusia tendrán
repercusiones significativas y podrían aumentar gravemente la
inseguridad alimentaria a nivel mundial, cuando los precios
internacionales de los alimentos y los insumos son ya altos y volátiles”.
En el informe, el organismo multilateral plantea que el año pasado
Rusia o Ucrania, o ambos, figuraron entre los principales exportadores
mundiales de trigo, maíz, colza, semillas de girasol y aceite de girasol.
Además, Rusia también se situó como el principal exportador mundial
de fertilizantes nitrogenados, y el segundo proveedor de potasio y
fósforo . Actualmente, estas naciones eslavas representan más de un
tercio de las exportaciones mundiales de cereales, y venden el 52%
del aceite de girasol mundial, según explica la FAO en el texto.

Por estos motivos, la FAO recomienda en este documento «hacer todo


lo posible» para mantener abierto el comercio mundial de alimentos y
fertilizantes, aconseja a los países que dependan de Rusia y Ucrania
que busquen proveedores alternativos e igualmente pide que se
diversifique la producción nacional, pues se desconoce cuánto durará
el conflicto bélico, mientras se implementan medidas de protección
para las personas más vulnerables.

Para las economías emergentes, muchas de ellas productoras de


materias primas, el conflicto significa una mejora de los términos del
intercambio a corto plazo. Para los países menos desarrollados -varios
de ellos ubicados en Africa- el panorama puede ser muy severo: el
aumento de precios agrícolas y la inseguridad de provisión, podría ser
motivo de escasez de alimentos capaz de amenazar las condiciones
de vida de vastos grupos de población. En nuestra región, los grandes
suramericanos ya reacciones a esta situación.

Efectos en Brasil

La República Federativa de Brasil importa de Rusia y Bielorrusia el 85


por ciento de las materias primas utilizadas para producir fertilizantes,
por lo que la dependencia de estos proveedores es un gran desafío
para el robusto sector de los agronegocios brasileros. Además, las
cuantiosas exportaciones de soya influyen directamente en los precios
de la proteína animal, ya que es la base del alimento ganadero. Por
esta razón, la Ministra de agricultura Tereza Dias, recurrió a Canadá y
Oriente Medio en busca de nuevos proveedores. En adición, la
semana pasada, Dias también lideró una propuesta respaldada por
Mercosur y presentada a la FAO, solicitando la exclusión de los
fertilizantes de las sanciones a Rusia.

Brasil vende la mayor parte de su soya a China, que utiliza gran parte
de la cosecha para alimentar al ganado. Una soya más escasa y más
cara podría obligar a los ganaderos a recortar ese tipo de alimentación
animal, lo que supondría vacas, cerdos y pollos más pequeños, y
precios de carne más elevados.

Impactos sobre la economía argentina

En el corto plazo, la Argentina experimenta una mejora de términos del


intercambio donde las ganancias de los precios agrícolas se
compensan parcialmente con los mayores precios del gas proveniente
de importación. En el plano doméstico, los mayores precios
internacionales complican y limitan las políticas de reducción de la
inflación. También se han visto afectadas las exportaciones a Rusia,
conformadas en su mayor parte por productos de la agroindustria que
revisten importancia en las regiones productoras. Por su parte, el
Gobierno de Alberto Fernández anunció medidas que buscan frenar la
escalada inflacionaria: la suba de las retenciones a las harinas y aceite
de soja y la creación de un fondo de estabilización del trigo, para
atenuar el impacto de la suba de precio internacional y garantizar el
abastecimiento de la demanda interna. Estas políticas son tomadas
tras varias tensiones con la cámara empresarial del agronegocio.

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