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*Conceptuar lo que se entiende 

por testamento.

El testamento, según el artículo 833 del Código Civil de la República Bolivariana


de Venezuela (1982) es “un acto revocable por el cual una persona dispone para
después de su muerte de la totalidad o de parte de su patrimonio, o hace alguna
otra ordenación, según las reglas establecidas por la Ley”. Asimismo, el Artículo
834, plantea que las disposiciones testamentarias que comprendan la
universalidad de una parte alícuota de los bienes del testador, son a título
universal y atribuyen la calidad de heredero. Tomando en cuenta lo planteado, el
testamento es el acto jurídico por el cual una persona dispone para después de su
muerte de todos sus bienes o de parte de ellos. Cuando una persona muere sin
dejar testamento se dice que ha fallecido abintestato o intestada, en el cual el
patrimonio relicto comprende todos los bienes, derechos y obligaciones de una
persona, que no se extingan por su muerte. El testador puede disponer de sus
bienes por herencia (a título universal)
o por legado (a título particular).

*Enunciar  sus características.

Es un acto unilateral: La única declaración válida y la única que por tanto debe
aparecer en el texto del documento es la del testador; llegando al extremo de
prohibirse que en el mismo acto tomen parte dos personas o más. Es así que se
prohíbe el testamento recíproco. Tampoco es posible que el acto aparezca
declaración alguna de aceptación por parte del heredero o legatario, ya que ello
constituiría un pacto sobre sucesión futura, expresamente prohibido por nuestro
Código Civil. Por último, no es posible el testamento en donde dos personas
testen a favor de un tercero (testamento conjunto)

Es un acto de última voluntad: El testamento siempre surtirá efecto después de


la muerte del testador, es decir, mortis causa, sin que por ningún concepto pueda
producir efecto en vida del causante, ni siquiera con carácter preliminar. De modo
que el testamento no pierde eficacia, no importa cuando sea el tiempo transcurrido
entre su otorgamiento y su apertura, aunque alguno o varios de los objetos a que
se refiere hayan perecido o que las disposiciones en él contenidas pierdan
eficacia.

Es un acto esencialmente revocable: El testador puede en cualquier momento


de su vida cambiar o anular las disposiciones testamentarias que haya hecho, no
siendo necesario que las sustituya por otras; pues puede aún pasar que tenía
hecho sin hacer uno nuevo. Es un acto de disposición: El testador dispone,
esencialmente, de sus bienes a favor de una o varias personas; lo que no
excluyere, sin embargo, que pueda disponer de bienes que no le pertenecen
(legado de una cosa ajena) y aún establecer disposiciones sobre otros aspecto no
patrimoniales. Es un acto formal y solemne: El testamento está rodeado de un
conjunto de formalidades ad substantiam, indispensables para su validez, las
cuales deben cumplirse necesariamente, de acuerdo con lo que expresamente
señale la Ley.

*Conocer la validez del testamento.

Por ser un acto de manifestación de voluntad, el testamento se rige por las reglas
comunes a los demás negocios jurídicos. Sin embargo, dado su carácter de
negocio jurídico personalísimo, está sometido, además, a ciertas reglas
especiales, a saber:

*Enunciar sus características.

La voluntad del testador debe manifestarse directamente: Es decir, que en


este acto no tiene cabida la representación. Por lo que no sería posible que una
persona otorgara a otra poder especial (y menos aún general), ara que en su
nombre y representación otorgara su testamento.

La voluntad del testador debe ser manifestada de manera inequívoca: Y por


tanto carecerá de validez cualquier manifestación de voluntad hecha mediante
señales o expresada en forma dudosa o indefinida.

La voluntad del testador debe ser consciente y libre: De tal manera que
carecerá de validez la manifestación hecha por quien no se encuentre en pleno
uso de sus facultades; o sea inducido a testar bajo engaño, o sometido a violencia.

El testador debe estar en plena capacidad para efectuar el acto: De ahí que se
considere nula toda disposición testamentaria hecha por quien no reúna los
requisitos de capacidad a quien hicimos referencia en el tema anterior.

*Distinguir los tipos de testamentos

Testamento Ordinario: Cuando el testador se encuentra en circunstancias


normales de vida, puede acogerse a cualquiera de las formas de testamento
ordinario.

Este a su vez de clasifica en:

Testamento Abierto: Es aquel en el cual el testador manifiesta su última voluntad


en presencia de las personas que deben autorizar este acto. La diferencia entre
este y el cerrado, es que las personas que intervienen en el acto conocen de
manera inmediata las disposiciones ordenadas por el testador. Protocolizado por
documento público (Art. 852 C.C.) Sin protocolizar: Ante registrador y dos testigos
(Arts. 853, 854, 856 y 882 C.C.) Sin protocolizar, ante cinco testigos, sin la
concurrencia del Registrador (Art. 853, 855,856 y 882 C.C.).

Testamento Cerrado: (Arts. 857 al 860 y 882 C.C.) Es aquel en el que el testador,
sin revelar su última voluntad, declara que ésta se halla contenida en el pliego
cerrado, que presenta no solo el testamento sino cualquier sentencia, orden
especial o documento que deba abrirse y leerse en el tiempo y en las
circunstancias que sean indicadas en la cubierta del mismo o en una hoja especial
que lo indique.

Especiales: Estos testamentos son aquellos en los cuales puede recurrir un


testador en casos especiales, descritos de manera taxativa en la ley, y estos
casos solo pueden ser: En lugares donde haya epidemia (Arts. 865, 866 y 882
C.C.) A bordo de buques de marina de guerra o marina mercante (Arts. 867 al 874
y 882 C.C.) Otorgado por militares (Arts. 875 al 878 y 882 C.C.) Otorgados en el
extranjero: (Arts. 879 y 881 C.C.)

*Establecer las normas para otorgar testamentos

Las formalidades del testamento público se describen de la siguiente manera:

El Artículo 986, del Código Civil establece que toda persona que tenga en depósito
un testamento cerrado, está en la obligación de manifestarlo ante el Juez de
Primera Instancia más cercano tan pronto como conozca la muerte del testador,
para que sea abierto y publicado.

Cualquiera que se crea interesado puede solicitar del mismo funcionario que
ordene la entrega del testamento, comprobando la muerte del testador. En la
misma audiencia en que se presente la solicitud o se haga la manifestación a que
se refiere el artículo anterior, el Juez fijará audiencia y hora para la consignación,
apertura y publicación del testamento. El auto del Juez se publicará
oportunamente por la prensa en los lugares en que la hubiere o por carteles donde
no existan periódicos. (Artículo 987 CC). De la misma manera el Artículo
988establece que en la audiencia y a la hora fijada se procederá a la
consignación, apertura y publicación del testamento en presencia de dos testigos
por lo menos, prefiriéndose, si fuere posible, dos de los que suscribieron el acta
del testamento. Se verificará previamente el estado en que se encuentre el pliego
y si hay o no indicios de haber sido alterados o violados los sellos. De todo se
levantará acta en que se hará constar expresamente la verificación del estado del
pliego. Dicha acta será firmada por el Juez, los testigos, los interesados que
hayan concurrido y el Secretario.
En el Artículo 989, se menciona que en la misma audiencia, el Juez ordenará que
se expida copia certificada del testamento y del acta de consignación, apertura y
publicación, para su remisión al Registrador Subalterno de la jurisdicción donde se
hubiere otorgado el testamento, para su protocolización.

*Diferenciar los testamentos extranjeros de los otorgados en Venezuela. 

Testamentos otorgados en el extranjero. Es el que hacen los venezolanos fuera de


Venezuela siguiendo las normas establecidas en el país en el que se otorga y
podrá ser tanto ológrafo como abierto o cerrado. El Código Civil de Venezuela
establece en el Artículo 879. Los venezolanos y los extranjeros podrán otorgar
testamento en el exterior para tener efecto en Venezuela, sujetándose en cuanto a
la forma a las disposiciones del país donde se realice el acto. Sin embargo, el
testamento deberá otorgarse en forma auténtica, no se admitirá el otorgado por
dos o más personas en el mismo acto, ni el verbal ni el ológrafo.

Asimismo en el Artículo 880, plantea. También podrán los venezolanos o los


extranjeros otorgar testamento en el exterior para tener efecto en Venezuela, ante
el Agente Diplomático o Consular de la República en el lugar del otorgamiento,
ateniéndose a las disposiciones de la Ley venezolana. En este caso, el funcionario
Diplomático o Consular hará las veces de Registrador y cumplirá en el acto del
otorgamiento con los preceptos del Código Civil. De la misma manera, el Artículo
881, señala que el Agente Diplomático o Consular que presencia el acto, remitirá
copia certificada del testamento abierto o del acta de otorgamiento del cerrado, al
Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual a su vez remitirá dicha copia por el
medio legal al Registrador del último domicilio de testador en el país; y si no fuese
conocido o no lo hubiere tenido nunca en el mismo, se le enviará a uno de los
Registradores Subalternos del Departamento Libertador del Distrito Federal, para
su protocolización.

*Redacción de testamentos.

A este acto o negocio jurídico de disposición de bienes para después de la


muerte, la Ley le ha dado el carácter de solemne, constituyéndose en un acto
estrictamente formal que requiere de unos determinados requisitos que son
realmente solemnidades indispensables solemnidades para que pueda tener
eficacia jurídica. Dentro de las condiciones se mencionan:

Manifestación De Voluntad: Es el principal elemento del acto jurídico, su esencia


misma. Implica primero la formación de la voluntad, proceso que encierra tres
fases: el discernimiento, la intención y la libertad. Por ello, la doctrina señala que la
conjunción de la voluntad y su manifestación es el resultado de un proceso que
va, de la voluntad interna a la voluntad manifestada.

Agente Capaz: Con lo cual se quiere aludir a la llamada capacidad de ejercicio


que debe poseer el sujeto o sujetos celebrantes. La capacidad de obrar o de
ejercicio, es la aptitud del sujeto de ejercer por sí mismo sus derechos. Sin agente,
sujeto de derecho, no hay voluntad, no puede haber generación alguna de
declaración
jurídica; y la capacidad debe existir en él, pues de otro modo se reputará como si
no se hubiese producido la declaración. Sin agente capaz no hay voluntad
declarada,

Objeto Física Y Jurídicamente Posible: El objeto debe ser lícito, es decir, no


debe el acto jurídico como contenido, referirse a algo opuesto a la moral, buenas
costumbres, orden público, ni ser, en general, repudiado por el derecho mismo. De
aquí que en esto va implícito que el objeto no puede consistir en nada que la ley
prohíba como explica Ferreyra Coelho, "los actos opuestos a la ley expresa o que
aunque aparentemente legales tengan consecuencias infractoras de la misma, no
son garantizados por el derecho, porque las consecuencias de los actos in
fraudem legis agere y los de contra legem agere siempre infringen al derecho.

Fin Lícito: Es el elemento que da justificación a una manifestación de voluntad,


para que produzca determinados efectos jurídicos. De allí que se equipare
finalidad con causa del acto. Por tanto, el sentido de este inciso está en referirse a
la finalidad perseguida por el que realiza el acto, que a su vez es causa del mismo.
El sujeto, al realizar un acto jurídico, lo hace con el objetivo de producir
determinados efectos que le son característicos o propios. Ahora bien, existen a
su vez propósitos propios del sujeto que condicionan su actuar y que escapan a la
tipicidad del acto. Son los llamados motivos que -salvo que se erijan como la razón
determinante del acto-carecen de importancia.

Forma: Es el aspecto externo de la manifestación de voluntad, la que la hace


reconocible, evidente. Aquí hacemos la precisión en cuanto a distinguir forma con
formalidad. Hay actos que para perfeccionarse requieren del cumplimiento de
ciertas formalidades y así tener plena validez y poder desplegar todos sus efectos.
Pero también hay otras, que no requieren para su perfección, el cumplimiento de
ninguna formalidad. Obviamente estos últimos tendrán una forma, pues será la
manera de plasmar una declaración de voluntad, exteriorizarla, haciéndola
jurídicamente relevante. La formalidad por tanto es por llamarla de alguna manera
una forma especial de los actos jurídicos, ya sea por exigencia de la ley o por
convenio entre las partes, para ser tenidos como válidos.

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