Está en la página 1de 31

1.

La explicación Psicosocial: elementos clave y articulación entre nivel


social y nivel psicológico.
Retomando la perspectiva clásica, según dos autores destacados de la Psicología Social
contemporánea como son Ross y Nisbett, la Psicología Social busca explicar la conducta de los
sujetos mediante tres elementos: la situación, la representación que la persona tiene de ella y las
tensiones de los sistemas socioculturales y psicológicos. De esta manera:

(A) La conducta social se debe explicar, primero, por las influencias de la situación o posición
social del sujeto, a menudo sutiles e inconscientes (Ross y Nisbett, 1991). En este sentido,
dicha conducta es tributaria de las máximas marxistas: "es la existencia del hombre la que
determina su conciencia" y "el hombre hace la historia, pero en condiciones que él no elige,
heredadas del pasado" (Merton, 1948). Este énfasis en lo situacional, se asocia
generalmente a un rechazo de las explicaciones persono lógicas - basadas en la estructura
de la personalidad o en las diferencias individuales.
(B) Simultáneamente, la conducta social se explica por la representación subjetiva que el sujeto
tiene de la situación. En otros términos, se acepta la importancia de la dimensión subjetiva
de la influencia situacional: las personas actúan en función de la definición o de la
representación que tienen del contexto en que aquella se realiza (Ross y Nisbett, 1991).
(C) Un tercer aspecto importante de la explicación psicosocial proviene de Lewin, y plantea que
la conducta social es un efecto de sistemas en estado de tensión. La estructura social y la
cultura van a determinar la posición situacional y el contenido de la representación
subjetiva. Además, van a presentar tendencias opuestas que actúan simultáneamente. Los
contextos socio-culturales son dinámicos, los estados de equilibrio pueden depender de la
coexistencia de elementos opuestos que se contrabalancean y evolucionan.

Todo esto quiere decir que el estudio de los factores o estímulos inhibitorios es tan importante
como el estudio de los factores o estímulos facilitadores y el de los nuevos estímulos sociales, ya
que, de hecho, los sistemas psicológicos o sociales pueden permanecer equilibrándose
precariamente al borde del cambio. Una cultura, dice Lewin, no es tanto un hecho estático como un
proceso que evoluciona pero que tiene una estructura reconocible, es decir, un proceso cuasi-
estacionario (Páez, 1995). Este equilibrio cuasi-estacionario se asocia al hecho de que a veces un
pequeño estímulo nuevo produce un cambio fundamental o, al contrario, que gigantescas presiones
no llegan a producir cambio alguno Otra forma de plantear los aspectos distintivos de la explicación
psicosocial es mediante la matización complementaria de la afirmación general o Teorema de
Thomas:

 Teorema de Thomas: Las situaciones que los hombres definen como reales son reales en
su consecuencia (Principio Representacional).
 Complementarios a Thomas:

a) Aunque los hombres no definan las situaciones reales como tales, éstas siguen, sin embargo,
siendo reales en sus consecuencias (Principio Situacionista).

b) Las situaciones y las definiciones presentan contradicciones y son dinámicas: coexisten normas
y contra normas, (p.ej.: Principio de la Tensión).
c) Las personas definen a las situaciones, pero no como quisieran. Las representaciones reflejan
una situación y el conocimiento socialmente acumulado (Principio de Determinación
Sociocultural).

La concepción dinámica del equilibrio como regularidad cuasi-estacionaria, producida por el


equilibrio de fuerzas opuestas, es consustancial con una perspectiva que concibe a la sociedad
como un conjunto de contradicciones y de coacciones estructurales, como un equilibrio que
genera disfunciones y cambios. Su énfasis situacional es coherente con la tradición social marxista
y su énfasis en la importancia de las representaciones es coherente con la tradición de
pensamiento social durkheimiano (Merton, 1948).

Finalmente, podemos afirmar que las explicaciones psicosociales más relevantes son las
motivacionales, motivacionales intencionales y de intercambio, del aprendizaje, cognitivas y de
roles (Taylor, Peplau y Sears, 1994). Describiremos brevemente a estas explicaciones,
ejemplificaremos y las pondremos en relación con las diferencias culturales.

La Explicación en Psicología Social


El concepto de explicación científica en Psicología Social refiere a la explicación,
comprensión y predicción de los comportamientos individuales a partir de las
características del contexto social (procesos interactivos que se dan entre la persona
individual y los factores sociales), de las expectativas y evaluaciones sociales y, de los
procesos psicológicos generales. Esta explicación, comprensión y predicción de la
problemática en cuestión debe hacerse siguiendo criterios de evidencia recogidos de forma
sistemática, lo que quiere decir que se han de tener como criterios de referencia las
inferencias racionales derivadas de datos objetivos fiables. De esta forma, debemos saber
que la ciencia no opera mediante la mera falsación de teorías ni por la mera acumulación
de datos, ya que ambos procesos no permiten mejorar el conocimiento. Teniendo en cuenta
que los tres tipos de Razonamientos Clásicos aplicables a las ciencias son el Deductivo, el
Inductivo y el Abductivo, lo que caracterizará propiamente a la ciencia, incluyendo a la
Psicología Social, será la Abducción. Peirce propuso el término de Abducción para definir
una forma de razonamiento inductivo, no lógicamente válido pero utilizado regularmente
en el conocimiento. La abducción caracteriza el contexto de descubrimiento en la ciencia y
equivale a la elaboración de una hipótesis. Exige contar con un grupo de datos y de
conceptos aplicados correctamente a dichos datos. Por razonamiento abductivo este autor
entenderá cuando presuponiendo p, se introduce la hipótesis p causa q para explicar q. No
se trata de mera inducción ya que hay elaboración de una hipótesis explicativa y no
solamente una generalización. El razonamiento abductivo puede ser aceptable en
determinadas condiciones de aplicación. Supongamos:
Primero, Modus Ponens
A) Sin combustible, un coche no anda
B) Mi coche no tiene combustible
C) No anda
La abducción implica entonces:
A) Sin combustible, un coche no anda
C) el coche no anda
B) infiero no tiene combustible
Si este ejemplo parece confirmar de forma evidente que este razonamiento es inválido, otro
ejemplo muestra que es un razonamiento fácilmente aplicable y con validez aparente:

A) si llueve la calle se moja

C) la calle está mojada

B) llueve

La razón está en el contexto de alternativas implícitas explicables, muy grande en el caso del coche
(batería, motor de arranque, problema del sistema eléctrico, etc.) y muy restrictiva en el caso de la
lluvia (fuera de los limpiadores municipales que riegan, en nuestras ciudades no hay muchas otras
alternativas). Como veremos en un capítulo posterior, una serie de estudios mostraron que
cuando las personas realizaban una conducta contraria a sus actitudes, por libre decisión y
recibiendo poca recompensa, tendían a cambiar su actitud en una dirección contraria a ésta y que
justificaba su conducta. Por ejemplo, personas que tenían que afirmar que una tarea aburrida era
entretenida y que recibían menos de un euro, a continuación, evaluaban la tarea más
positivamente que personas que habían vivido la misma a experiencia (realizar la tarea aburrida y
mentir) pero que habían recibido una recompensa más alta (digamos 10 euros).

Cuadro 1. Ejemplo de Reconstrucción de Experimentos de Disonancia

1) Si hay disonancia, hay cambio de actitud (p entonces q)

2) Hay cambio de actitud (q)

3) El refuerzo alto puede provocar cambio de actitud (p' entonces q)

4) Hay cambio por refuerzo o disonancia (q si p o p')

5) Admitamos que p y p' no concurren (No hay simultáneamente

disonancia y refuerzo alto (q--- no p v p')

6) Si hay refuerzo alto, no hay gran cambio de actitud (si p', entonces r)

7) (hay r) El cambio es menor con refuerzo alto; el refuerzo fue bajo

8) Entonces no ha sido el refuerzo (no p')

9) Por 4, 5 y 6 podemos deducir válidamente p (Ha sido la disonancia)


El ejemplo de la disonancia sugiere que la abducción se utiliza normalmente en el razonamiento
científico y resulta válida en un contexto de alternativas específicas y delimitadas. La abducción no
es válida únicamente en los contextos en los que hay p, p', p'', p''', etc. En otras palabras, la
abducción no es válida en contextos de infinitas alternativas abiertas. Ahora bien, en contra de lo
que piensa Popper, en el desarrollo científico difícilmente se da esa situación. Recordemos que la
disonancia se ha enfrentado a tres teorías alternativas: a la Teoría del Refuerzo, a la de la Auto
percepción y a la del Manejo de las Impresiones. En este último caso, cuando falsar una teoría lleva
a demostrar la otra, no hay asimetría entre falsación y verificación. Debemos decir que cuando hay
teorías en competición es bastante raro que una sola experiencia permita decidir de forma clara. Lo
que debemos subrayar es que la falsación del punto de vista de una teoría, en algunos casos, se
puede convertir en la verificación de otro - por tomar el ejemplo más sencillo de dos teorías que no
pueden ser simultáneamente ciertas -. La eliminación de teorías rivales a través de la extinción
ramificada de hipótesis alternativas, mediante la realización de experiencias repetidas y
parcialmente alternativas, constituye además un mecanismo plausible de desarrollo científico
(Campbell, 1988).

La Explicación Causal en Psicología Social


Como dice Nagel (1974), los científicos sociales "tratan de descubrir y formular en
términos generales las condiciones en las cuales ocurren los sucesos de diverso tipo, y las
explicaciones serán los enunciados de tales condiciones determinantes". Las leyes
científicas serán concebidas como principios causales o tendencias enraizadas en la
naturaleza de entidades relevantes y no como reflejo de concomitancias regulares entre
eventos. Por otra parte, no podemos olvidarnos de qué requisitos se consideran
imprescindibles a la hora de poder afirmar la existencia de una relación de causalidad. Las
exigencias de Salmon (1984) y Suppes (1982 citado en Páez,1995) con relación a la
Explicación Causal son:
a) que la causa preceda al efecto en el tiempo.
b) un suceso C es la causa de otro suceso E si la probabilidad de E condicionada en C es
mayor que la probabilidad incondicional de E.
Por ejemplo, los sucesos vitales son una causa de la depresión si los anteceden en el tiempo
y si la probabilidad condicional de depresión en sucesos vitales (el porcentaje de deprimido
/as sobre el total de sujetos con sucesos vitales negativos) es superior a la probabilidad
incondicional (o porcentaje general de depresivos en la población general). c) C es una causa
genuina de E si no es una causa espúrea. Una causa espúrea es aquella que condiciona
(parcializa) la relación entre C y E en un suceso previo en el tiempo pero que no impide que
en ocasiones posteriores la relación desaparezca (por ejemplo, al parcializar el sexo, la
relación entre sucesos y depresión desaparece indicando que es el sexo la variable causal).
Otro elemento importante planteado por autores con una concepción probabilística de la
causalidad, es que la causalidad se define siempre contra una tercera condición. Otra forma
de plantear esto es afirmar que la confirmación es una relación entre tres términos:
evidencia, hipótesis y una teoría de fondo.
Otros Tipos de Explicaciones
Aunque las explicaciones causales son las más utilizadas en Psicología Social y Ciencias
Humanas, no son las únicas. Otros dos tipos de explicaciones ampliamente utilizadas son
las Funcionales y las Teleológicas. Considerando que todas las perspectivas teóricas en
Psicología Social y de la Personalidad están impregnadas del énfasis puesto en la adaptación
y en la búsqueda de realización de fines y objetivos, el conjunto de la Psicología Social
presupone Explicaciones Funcionales - la cognición social se explica por sus funciones, las
actitudes son funcionales, los estereotipos tienen funciones, etc. -. Igualmente, todas las
teorías de la decisión, de la motivación y del intercambio son Explicaciones Teleológicas:
hacen referencia a las razones e intenciones de los sujetos. Además, las explicaciones
difieren en el tipo de proceso que enfatizan en el ámbito de análisis. Las explicaciones de la
conducta se pueden referir a
1) Procesos Automáticos (inconscientes, involuntarios),
2) Procesos Normativos o reglas morales y de orientación de la acción dadas por la sociedad
y,
3) Procesos Intencionales Voluntarios. De esta manera y sintetizando, tenemos los
siguientes niveles de explicación y análisis en la Psicología Social:
a) Explicaciones Causales y Funcionales de la conducta: enfatizan procesos automáticos de
la cognición social y actúan en nivel causal.
b) Explicaciones Normativas o Socio-Culturales: destacan procesos que se producen a un
nivel autónomo o en parte consciente y se explican por reglas institucionales.
c) Explicaciones Intencionales: resaltan los procesos a nivel creativo, de conducta individual
innovadora y se explican por planes y motivaciones conscientes.
Una explicación normativa y cultural debe sobrepasar ciertas críticas a su carácter circular:
a) Las normas deben demostrar que actúan por un indicador diferente y previo a la
conducta en que se manifiesta,
b) se debe confirmar que la norma existe de manera específica como guía para la acción y
que no es demasiado vaga,
c) se debe demostrar que los sujetos que más se adhieren a la norma, muestran más la
conducta en cuestión,
d) se debe mostrar que es la norma y no las oportunidades de acción de la situación, la
que actúa determinando la conducta.
Vale decir, hay que actuar con relación a la norma de forma similar a la oposición entre
explicación por disonancia y explicación por aprendizaje. Hay que mostrar con indicadores
autónomos del resultado que la norma actúa, oponiéndola a otra determinación
(situacional, por ejemplo). Esto se puede hacer obteniendo indicadores de la otra variable
explicativa y mostrando que es la norma la que actúa y no la situación. Lo mismo se puede
plantear para las explicaciones culturalistas en general. Más allá de plantear que una cultura
se define a partir de las creencias y prácticas de sus miembros, podemos postular que un
valor específico, como el individualismo colectivismo, puede explicar algún otro aspecto de
la conducta social lógicamente independiente del área de valores, p.ej., los sesgos
motivacionales y cognitivos.
Así hemos abstraído lo que consideramos un elemento clave del concepto explicativo (la
cultura) y lo proponemos como explicación para otro aspecto de la cultura (Smith y Bond,
1993). Además de tener indicadores de valores diferentes de las normas y de las conductas,
también debemos contrastar que otros factores estructurales y situacionales alternativos
no explican la conducta social en cuestión.
Por otra parte, los psicólogos sociales han analizado los comportamientos individuales a la
luz de múltiples variables o condiciones, siendo su tarea la de identificar estas variables
determinantes. Al igual que una máquina, el comportamiento funciona en cierto sentido
bajo ciertas condiciones, las personas se comportan de acuerdo con sus estados
psicológicos y fisiológicos y con relación al contexto estimular en el que se sitúan.
Lógicamente las condiciones que controlan el comportamiento podrían extenderse hasta
incluir todo el universo. El mero hecho de intentar especificar tales condiciones
detalladamente con el fin de predecir la conducta a partir de todos sus antecedentes sería
una tarea imposible. Por ello encontramos teóricos de la Estadística que reconocen que la
interpretación de diseños de regresión múltiple con muchas variables es
extraordinariamente susceptible de error 3. El objetivo de la Psicología Social ha sido el de
explicar a partir de algunas variables aspectos de la conducta social.
Finalmente, de esto se deduce la distinción radical entre el mundo abierto de la vida
cotidiana y los sistemas cerrados del estudio de laboratorio. Las ciencias generan
mecanismos explicativos para sistemas cerrados, simplificados, en condiciones de
aislamiento. En la realidad, en cambio, nos encontramos con sistemas abiertos,
multideterminados, que no pueden ser explicados totalmente. Si bien la Física es una
ciencia dura y la Ley de la Gravedad permite predecir la caída de los cuerpos, no permite
predecir al 100% la caída de proyectiles. Con relación a las limitaciones de la predicción de
sistemas abiertos complejos, la Meteorología nos provee de un ejemplo claro: pese a
apoyarse en las ciencias duras, por el objeto mismo de análisis (sistema abierto e inestable),
le es imposible predecir el 100% de los fenómenos.
La Explicación Funcional en Psicología Social
Las explicaciones funcionales, hacen hincapié en las funciones que una unidad cumple con
relación a un sistema. Una conducta o institución social se explican porque ayudan a la
supervivencia, a una mejor adaptación o equilibrio del sistema psicológico o social. Un estilo
conductual se califica como universalmente funcional cuando se refiere a dos o más
configuraciones de conducta que tienen consecuencias sociales similares como, por
ejemplo, los ritos de paso a la edad adulta que cumplen la función de reforzar la cohesión
social. Jones (1985 citado en Páez, 1995) define la posición funcionalista como aquella que
analiza un fenómeno psicosocial como un proceso del organismo al servicio de la
adaptación al medio social.
Ahora bien, describir las funciones (sociales) de un fenómeno psicosocial, es decir, sus
efectos adaptativos, no es sinónimo de explicación funcional. Postular una explicación
funcional no implica afirmar que el 100% del fenómeno psicosocial en cuestión sea
funcional, ni niega la existencia de conflictos, disfunciones, etc. Habrá que definir las
funciones y necesidades de los sistemas, así como el mecanismo retroactivo de equilibrio.
Por ejemplo, las funciones sociales postuladas para las emociones son en general, la
regulación de conductas desviadas y la promoción de conductas que reflejen y refuercen
las prácticas y valores sociales dominantes. Si las emociones de culpa y vergüenza tienen la
función de reforzar los valores morales de la sociedad, esto no cuestiona los dos siguientes
aspectos:
a) La existencia de explicaciones causales: Por ejemplo, si se quebrantan
(causas) (efectos)
normas internas privadas culpa
normas públicas vergüenza
b) La emoción no es una condición necesaria para cumplir la función. Esta última se
puede cumplir por un refuerzo de los castigos y leyes morales -al margen del
autocontrol y de las emociones de los sujetos.
Se han postulado funciones para los Estereotipos, Actitudes, Creencias o
Representaciones Sociales y para las estructuras de pensamiento o Esquemas
Cognitivos: Las funciones planteadas para las Expectativas, Estereotipos y
Creencias son las siguientes:
a) Función de Orden y Economía Cognitiva: Sirven para cumplir la finalidad de
ordenar y estructurar la percepción; p.ej.: los estereotipos sirven para categorizar y
ordenar la percepción;
b) Función de Explicación y Causalidad Social: Se utilizan para explicar los hechos
sociales; p.ej.: los estereotipos sirven para explicar por qué un grupo actúa como lo
hace y para explicar un orden social (las mujeres están en roles de servicios y
ayuda, porque tienen una naturaleza o personalidad afectiva y maternal);
c) Función de Diferenciación Social: Los estereotipos sirven para clasificar
diferencialmente a los miembros del endo y exogrupo, reforzando una visión
positiva del grupo de pertenencia (los hombres son agresivos y fuertes, las mujeres
suaves y afectuosas);
d) Función de Justificación Conductual: Justificar o racionalizar las conductas hacia
un grupo social (a las mujeres se les paga menos porqué están menos motivadas a
trabajar y su trabajo es inferior al de los hombres) (Morales, 1994). En el caso de una
explicación funcional se debe demostrar que la conducta se da de forma
independiente de la intencionalidad grupal.
En los textos sobre la Identidad Social usualmente se supone que, dado que hay una
"afinidad electiva" entre el contenido denigrante de un estereotipo negativo y la
situación social (p.ej.: el de los negros que justifica el esclavismo) se deduce que la
función de ese estereotipo es explicar y justificar un estado de cosas. Algo similar
ocurre con la afirmación de que el hecho de compartir un estereotipo que diferencia
discriminatoriamente exogrupo y endogrupo es funcional. Para confirmar que los
estereotipos grupales son funcionales se debe demostrar que los grupos que
dominan a grupos de estatus inferior, si desarrollan o poseen un estereotipo que
explica o justifica la dominación, ven el “status quo” como más legítimo, se sienten
más seguros o con mayor auto-estima que otros grupos dominantes que no poseen
el estereotipo (Morales, 1994). Una explicación similar de tipo funcional se plantea
en el Área de los Esquemas, que ejemplificaremos con el Auto-esquema o
Autoconcepto.
La función del “Sesgo Enaltecedor del Yo" en la obra "Cognición Social" de Fiske y
Taylor (1991) se refiere a la argumentación: ¿Por qué la gente tiende a tener una
visión auto-enaltecedora si ésta no se conforma a la realidad? No olvidemos que: a)
Sesgo Enaltecedor del Yo: La gente tiende a tener una imagen más positiva de sí
misma que la que tienen sus pares; tiende a auto-atribuirse las causas de los éxitos
y a rechazar la causalidad de los fracasos; recuerda más la información positiva que
la negativa;
b) Sesgo Egocéntrico: La gente se auto-atribuye mayor aporte a las relaciones
sociales y a las tareas colectivas;
c) Sesgo de Falsa Unicidad: La gente tiende a creer que sus habilidades y capacidades
son poco comunes y que es superior a otras personas con relación a atributos
normativos. Dado que estas percepciones no concuerdan con la percepción de otros
y/o son lógicamente imposibles (p.ej., el 90% de los conductores cree que conduce
mejor que la media) se puede concluir que son en parte ilusorias y poco realistas.
d) Ilusión de Control: La percepción de control del medio también tiende a ser
exagerada: la gente actúa como si controlara situaciones que de hecho son de azar
y sobre-estima su capacidad de controlar el entorno.
e) Optimismo Ilusorio e Ilusión de Invulnerabilidad: Se tiene un sesgo de positividad
y una ilusión de invulnerabilidad con relación al futuro: la mayoría de la gente cree
que tiene más probabilidades de tener éxito, suerte y sobrevivir a situaciones
difíciles y menos probabilidades que la persona media de tener fracasos, dificultades
y problemas.
f) Sesgo de Moralidad: Uno tiende a percibirse a sí mismo como más moral que los
otros. g) Sesgo de Sabiduría Retrospectiva: Se tiende a pensar que uno ya sabía lo
que ocurriría - después de que haya ocurrido se percibe que lo que pasó era
inevitable y que uno ya lo sabía -, sin base real en el pasado (Fiske y Taylor, 1991).
Así, la explicación funcional sería la siguiente: Esto ocurre porque la gente que tiene
ese conjunto de ilusiones enaltecedoras, expectativas o creencias exageradas en la
visión positiva de sí, de controlar el mundo y el optimismo ilusorio: a) son más
felices;
b) presentan un mayor grado de motivación, más perseverancia en las tareas, mayor
eficacia en las actuaciones y, finalmente, mayor recompensa;
c) también son más creativos, trabajan mentalmente con mayor rapidez y con
asociaciones más inusuales. Tienen una perspectiva de crecimiento y desarrollo
personal a futuro;
d) tienden a tener mejores relaciones con otros y a mostrar mayor conducta
altruista. Es decir, se argumenta que las expectativas o creencias ilusorias sirven
para adaptarse mejor individualmente.
Se puede afirmar que la explicación funcional es una explicación no-intencional, ya
que no se presupone que los sujetos tengan esas creencias voluntariamente con el
fin de enfrentar mejor el mundo.
El apoyo de esta explicación es indirecto (los sujetos deprimidos no presentan estos
sesgos), y directo (los sujetos con esas creencias enfrentan mejor el estrés y están
mejor integrados socialmente) (Taylor, 1991). Su carácter funcional universal
psicológico parece ser razonable. Además, la demostración de que esos sesgos
aparecen mitigados o son reemplazados por un sesgo de modestia (de auto-
denigración si se elimina la connotación negativa) en las culturas colectivistas,
sugiere que al menos parte de ellos se apoyan en la historia de refuerzo en un
contexto social dado (Smith y Bond, 1993). Por otra parte, también se ha mostrado,
al igual que en otras áreas de la Psicología Social, en qué condiciones son estos
sesgos funcionales o adaptativos. Son adaptativos: a) cuando los acontecimientos
son controlables o se trata de una reconstrucción significativa retrospectiva; b)
cuando no son muy exagerados, extremos y rígidos y; c) cuando no llevan a
conductas inadaptativas (demasiado arriesgadas, a no aplicar conductas
preventivas) (Fiske y Taylor, 1991).
Ahora bien, esta explicación funcional se refiere, por un lado, a una mejor capacidad
de generar refuerzos para el individuo, y por otro, al carácter hereditario y
adaptativo para la especie. Desde esta última perspectiva evolucionista se ha
planteado que estas ilusiones se mantienen porque han servido para una mejor
adaptación de nuestros ancestros y que por ello fueron seleccionadas. Las ilusiones
se asocian a la felicidad, que, desde un punto de vista evolutivo, es un fenómeno
psicológico que señala que nuestro organismo está en condiciones satisfactorias y
que nuestras perspectivas de adaptarnos exitosamente al medio son buenas. Las
ilusiones también refuerzan la capacidad de trabajo y esfuerzo, lo que obviamente
era adaptativo en nuestros ancestros. Estos últimos, que perseveraban en sus
esfuerzos, probablemente acumularían más recursos, status, parejas de calidad e
hijos fecundos. La perspectiva positiva y creativa también ayudaría a una mejor
adaptación, vía la realización de planes innovadoras y optimistas. Una visión positiva
de sí mismo, generalmente proyectada al endo-grupo, induciría un mayor cuidado
de las personas con las que había relación genética (familia, clan) y reforzaría la
ayuda recíproca induciendo a los que yo ayudo a ayudarme. La cooperación endo-
grupal reforzaría la capacidad adaptativa de nuestros ancestros - la cooperación
refuerza el desempeño y los grupos cooperativos tienen mayor éxito en la
competición con otros grupos que aquellos en los que predomina la competición
endogrupal - (Taylor, Peplau y Sears, 1994). Dado que esta perspectiva evolucionista
es la meta-teoría más relevante alternativa a la socio-cultural, la revisaremos en
detalle.
2. La explicación en Psicología Social.
Psicología social: definición
La psicología social es una rama dentro de la psicología que analiza los procesos de índole
psicológica que influencian al modo en que funciona una sociedad, así como la forma en
que se llevan a cabo las interacciones sociales. En suma, son los procesos sociales los que
modulan la personalidad y las características de cada persona.
También se suele describir a la psicología social como la ciencia que inquiere acerca de los
fenómenos sociales, tratando de desentrañar las leyes y principios por los que se rige la
convivencia entre humanos. Así pues, esta rama de la psicología se encarga de investigar
las distintas organizaciones sociales, intentando extraer patrones de conducta de las
personas que conforman el grupo, sus roles y el conjunto de situaciones que modulan su
comportamiento.
¿Qué estudia exactamente la psicología social?
El objeto de estudio de la psicología social es, como hemos dicho, la influencia de las
relaciones sociales sobre la conducta y los estados mentales de las personas. A este
efecto, uno de las teorías clave en esta disciplina es la del interaccionismo simbólico. Uno
de sus antecesores, George H. Mead, desarrolló un profundo estudio sobre lenguaje,
gestos y conducta, como productos de las relaciones interpersonales que permiten la vida
en comunidad y, concretamente, sus interacciones personales cara a cara.
Obviamente, en nuestras sociedades existen organizaciones e instituciones constituidas
alrededor de ciertos condicionantes socioculturales que son un producto de la interacción
entre personas. Siendo así, no es difícil imaginar que existe una conciencia colectiva que
nos facilita la comprensión de estas articulaciones sociales.
La psicología social, pues, estudia los procesos psicológicos y sociales observables, cosa
que nos ayuda a entender cómo actuamos los individuos cuando formamos parte de
grupos o sociedades. La psicología social también engloba el estudio de las actitudes
personales y la influencia (bidireccional) con el pensamiento social.
Representantes e investigadores de la psicología social
Vamos a conocer algunos de los representantes más destacados de este ámbito de la
psicología.
August Comte

Uno de los principales representantes de la psicología social por su relevancia en el


surgimiento de esta disciplina, es el sociólogo francés Auguste Comte (1798 - 1857). Este
investigador fue el pionero en plantear conceptos como la moral positiva y preguntarse
acerca de varios aspectos que relacionaban el rol del sujeto en el sí de una sociedad y
cultura, además de no abandonar su curiosidad por los fundamentos psicobiológicos que
influyen también en la conducta humana.
Karl Marx
Otro de los autores precursores de la disciplina de la psicología social fue el filósofo,
economista y sociólogo alemán Karl Marx (1818 - 1883). Este fructífero intelectual empezó
a sugerir ciertos conceptos y elementos que servirían, posteriormente a su muerte, para
establecer las bases de la psicología social. Por ejemplo, fue el precursor de una línea de
investigación que relacionaba las influencias culturales, institucionales, religiosas,
materiales y técnicas sobre la psicología del individuo.
Entre las aportaciones de Karl Marx a los inicios de la Psicología Social encontramos el
hecho de remarcar que lo que pensamos y sentimos está históricamente construido, no
surge de nuestro interior de manera aislada.
La escuela estadounidense: Mead, Allport y Lewin
A los dos intelectuales citados antes, podemos añadir la enorme influencia de los que,
esta vez sí, se consideran los padres fundadores de la psicología social. Tres psicólogos
estadounidenses: George Mead, Floyd Allport y Kurt Lewin.
El último de ellos, Kurt Lewin, es considerado el artífice de la denominada Psicología Social
Moderna, escuela que a la postre construyó los cimientos sobre los que se edificaría
la Psicología de la Gestalt. Es, además, el autor de la Teoría de Campo, que nos explica
que las variaciones individuales de la conducta en relación a la norma están fuertemente
condicionadas por la pugna entre las percepciones subjetivas del individuo y el ambiente
psicológico en que se encuentra.
Así pues, Lewin concluye que el comportamiento humano solo puede ser cognoscible
dentro de su propio entorno, en su ambiente. La conducta, entonces, debe
comprenderse como una miríada de variables interdependientes.
Escuelas psicológicas que se nutren de la psicología social
Siendo la psicología social una subdisciplina amplísima que aborda múltiples procesos de
interacción entre el individuo y la sociedad, no es de extrañar que muchas escuelas
psicológicas haya basada gran parte de sus enseñanzas y sus desarrollos a esta.
Por ejemplo. podemos encontrar distintos abordajes en el psicoanálisis, el conductismo, la
psicología postmoderna y la psicología de los grupos.

Psicoanálisis
El psicoanálisis, cuyo máximo representante es Sigmund Freud, es una de las escuelas más
tradicionales. El psicoanálisis emplea algunos principios de la psicología social como la
disciplina que inquiere acerca de las pulsiones y represiones colectivas, que emergen del
interior del inconsciente de cada persona para posteriormente influir en lo colectivo y
condicionar lo social.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el psicoanálisis no forma parte de la psicología
social ni se basa en la epistemología de la psicología científica en general.
Conductismo
Por otra parte, el conductismo concibe la psicología social en la medida en que nos aporta
datos sobre la influencia social. El conductismo se focaliza en observar y analizar la
conducta individual teniendo en cuenta la influencia del entorno social y cultural.
Psicología postmoderna
La psicología postmoderna trata de analizar mediante la psicología social
aquellos elementos que influyen en la diversificación y la fragmentación de la sociedad.
Psicología de los grupos
Desde el enfoque de la psicología de los grupos, todo colectivo conforma una unidad de
análisis con su propia idiosincrasia particular. En consecuencia, la psicología social trata de
llevar a cabo un estudio ponderado entre lo social y despersonalizado y entre lo subjetivo
y particular.
Experimentos famosos en psicología social
Los experimentos, investigaciones y estudios más conocidos en el ámbito de la psicología
social son los siguientes:
1) El experimento de la muñeca Bobo de Albert Bandura
En este estudio se demostró que la violencia y la agresión son aprendidas mediante la
imitación. Fue uno de los estudios pioneros en este ámbito, y ha sido repetido para
evaluar la medida en que la exposición a contenidos violentos en los medios de
comunicación influye en el comportamiento agresivo de los espectadores.
Puedes saber más sobre este experimento accediendo a este post:
 “La Teoría de la Personalidad, de Albert Bandura”
2) El experimento de la prisión de Stanford, de Philip Zimbardo
Uno de los estudios más controvertidos y célebres en psicología social, consistió en un
ejercicio simulado en el que estudiantes universitarios adquirieron durante unos días el rol
de reos y guardias en una cárcel artificial. Zimbardo demostró que, ante unas
determinadas circunstancias, las personas asumirían su papel hasta el punto de llegar a
actuar de una forma poco ética. Es un estudio clásico sobre el poder de la situación social.
Descubre todos los detalles de este experimento leyendo este artículo:
 “El Experimento de la Prisión de Stanford, de Philip Zimbardo”
3) Asch, Sherif, Milgram…
Otros experimentos notables como el experimento de Solomon Asch, el experimento de la
Cueva de los Ladrones de Sherif o el experimento de Milgram también tienen una
importancia crucial en el campo de la psicología social.
En un artículo, explicamos detalladamente estos (y otros) experimentos. Lo puedes
consultar:

 “Los 10 experimentos psicológicos más perturbadores de la historia”


¿Cuáles son los niveles de explicación de la psicología social?
Según Doise, existen cuatro tipos de explicación o niveles de análisis en la Psicología:
Intraindividual, Interindividual, Intergrupal e Ideológico. ... “Un primer nivel de análisis,
abordado en las experiencias de psicología social, concierne a los procesos
intraindividuales.
Referencias bibliográficas:
Allport, G.W. (1968). The historical background of modern social psychology. In G. Lindzey
& E. Aronson (Eds.) The handbook of social psychology. (2nd ed.) Vol. l.
Blanco, A (1988). Cinco tradiciones de la Psicología Social. Madrid: Morata.
Costa, M. & López, E. (1986). Salud Comunitaria. Barcelona: Martínez Roca.
Forsyth, D.R (2006). Group dynamics. Belmont, CA: Thomson-Wadworth.
Moscovici, S.; Markova, I. (2006). The Making of Modern Social Psychology. Cambridge,
UK: Polity Press.
Rueda, J. M. (1992). La intervención psicosocial. El psicólogo de la comunidad.
Intervención psicosocial, 1, 27-41.
Uchelen, C. (2000). Individualism, collectivism, and community psychology. En J.
Rappaport & E. Seidman, Handbook of Community Psychology, (65-78). New York: Kluwer
Academic.
¿Cuáles son los niveles de explicación de la psicología social?
Según Doise, existen cuatro tipos de explicación o niveles de análisis en la Psicología:
Intraindividual, Interindividual, Intergrupal e Ideológico. ... “Un primer nivel de análisis,
abordado en las experiencias de psicología social, concierne a los procesos
intraindividuales.
3. Individualismo y holismo metodológico.
Holismo e individualismo metodológico en la sociología clásica y
contemporánea
Introducción
Resulta difícil negar el hecho de que el hombre nace dentro de un contexto social objetivo y que lo
produce y reproduce en cuanto adquiere la capacidad para conducirse dentro de él 1. Ahora bien,
el poder explicativo de una teoría social depende del grado de desarrollo que alcance en la
elucidación del vínculo entre la acción de ese individuo y el entorno social que le viene dado.

Para dar cuenta, verdaderamente, de esta relación, el cientista social, en su explicación, debe
valorar de manera ecuánime la incidencia causal tanto de los factores sociales como de los
individuales. Es justamente en este marco donde se libra el debate que nos interesa tratar: ¿en la
explicación de un fenómeno social se debe otorgar relevancia causal a las creencias, intenciones y
estados mentales de los individuos, o por el contrario, se debe enfatizar el rol que desempeñan las
condiciones, estructuras o instituciones sociales en la configuración de la conducta humana?

Para limitar el campo de análisis, dada la amplitud de cuestiones que involucra la polémica holismo-
individualismo metodológico, conviene ceñirnos a la hipótesis del trabajo. Mi propósito es
demostrar que, a partir de las tres alternativas que plantea Corina Yturbe en cuanto a las posiciones
que se pueden adoptar en torno al debate, sólo una da cuenta de la verdadera naturaleza de la
realidad social, del individuo y del vínculo que los une, sin caer en falsas reducciones ni
desconociendo partes importantes de la realidad. Para mostrar las virtudes y defectos de cada una
de las opciones consideraré, básicamente, las posturas que adoptaron los representantes de la
teoría social clásica y algunos de los miembros más importantes de la sociología contemporánea 2.

Tres alternativas frente a una polémica


Según Yturbe, existen tres alternativas con respecto al debate holismo-individualismo
metodológico, cada una plantea de un modo diferente la actitud que se puede adoptar frente a
sendas perspectivas epistémicas:

- la primera opción supone que el individualismo y el holismo son dos enfoques en competencia,
que son dos metodologías excluyentes: o se adopta el punto de vista holista donde la realidad social
se explica, principalmente, apelando a estructuras; o bien se adopta el punto de vista individualista,
donde a la base de toda explicación se encuentra el individuo, sus intereses, creencias y deseos.

- una segunda actitud que puede adoptar el cientista social frente a la disyuntiva holismo e
individualismo consiste en suponer que el uso de una u otra metodología depende del fenómeno a
explicar; así, cada una se vería como un proyecto explicativo distinto y guiado por un interés
específico: según el aspecto de la realidad social que se pretenda estudiar se adoptará un método
u otro.

- una última forma de entender la relación entre ambos enfoques epistémicos es suponer que son
complementarios, es decir, considerar que es posible elaborar una teoría social donde los dos tipos
de factores causales, estructuras sociales e individuos, tengan ambos un papel relevante en la
explicación; así, dar cuenta de la realidad social incluiría tanto la subjetividad del individuo
(racionalidad, intereses, intenciones) como el contexto social en donde tiene lugar.

La posición de los clásicos


Subrayando, sobre todo, los lineamientos teóricos principales en donde aparezca más claramente
formulado el principio metodológico adoptado, conviene exponer sumariamente la doctrina de
cada uno de los autores escogidos.

Tanto Marx como Durkheim y Weber asientan sus respectivos proyectos teóricos sobre la base de
una sola concepción metodológica, los dos primeros autores lo hacen sobre la plataforma del
holismo y el último sobre la del individualismo3.

Marx, al igual que Durkheim, adopta el principio del holismo metodológico, en tanto explica
la conducta de los individuos apelando a leyes macroscópicas y descripciones de las posiciones o
situaciones que ocupan los individuos al interior del conjunto social.

El carácter holístico de la presentación marxista de las condiciones de la existencia humana es


revelado en cuanto se consideran los conceptos que utiliza para formular su teoría: formación
social, fuerza productiva, relaciones de producción, conciencia de clase, etc.

El materialismo histórico es la concepción que establece que el resorte fundamental del desarrollo
de la historia se encuentra en la actividad productiva y en las consiguientes relaciones sociales que
trae aparejada. Así, la historia, y cualquier fenómeno social, puede explicarse al margen de las
iniciativas, intenciones o estados de la conciencia del hombre. El marxismo considera que los
agentes históricos son meros portadores de ciertas relaciones sociales y que todas las esferas de la
vida, social e individual, son reflejo, en última instancia, de la base económico-productiva de
la sociedad. De esta manera, no hay acción que no esté orientada por las condiciones materiales de
la existencia, porque el hombre no puede determinar de modo consciente su propio destino: la
situación de clase crea una situación en la que todo el destino de un individuo está determinado por
la clase a la que pertenece y la función que se le ha asignado en el sistema productivo.

El otro gran exponente del holismo metodológico es Durkheim, cuya formulación teórica aparece,
a primera vista, como mucho más "radical" que la de Marx. La teoría durkheminiana contiene
explicitada la perspectiva holística en términos metafísicos: los hechos sociales son cosas que se
conocen a través de la observación, de una naturaleza completamente diferente de los estados
psíquicos de la conciencia individual. Durkheim estudia los fenómenos sociales en sí mismos,
independientemente de los sujetos que están implicados en ellos.

"Los modos colectivos de obrar y de pensar" tienen una realidad objetiva, una existencia propia, y
un poder coercitivo que hace que las voluntades individuales no puedan oponer resistencia. Así, el
sustrato de un hecho social no es el individuo sino la sociedad, que es definida no como un simple
agregado de individuos, sino como un todo real y orgánico, donde las distintas funciones -clases-
que la componen cooperan entre sí en situaciones normales.

En La división del trabajo social se ofrece una definición resumida y muy ilustrativa de la orientación
epistemológica escogida:
La conciencia colectiva o común es el conjunto de creencias y de sentimientos comunes al término
medio de los miembros de una misma sociedad, constituye un sistema determinado que tiene vida
propia... es independiente de sus manifestaciones particulares, es la misma en las grandes y
pequeñas ciudades, en las distintas profesiones, en las diferentes generaciones...4

El autor adopta una perspectiva holista incluso para estudiar un fenómeno como el suicido, donde
parece patente el hecho de que al menos algunos roles explicativos importantes deben tener los
estados psíquicos o mentales y que no son tomados en cuenta5.

Cabe realizar una última observación: Durkheim reconoce que las cosas sociales se actualizan a
través de la acción de los hombres, pero estos son siempre objetos pasivos, nunca sujetos actuantes
(los hechos sociales residen en la propia sociedad y no en los miembros que los producen).

Para señalar las limitaciones del holismo metodológico, es conveniente formular una de las críticas
que Watkins6 le dirige y que es una falla en la que incurre tanto el materialimo histórico como la
teoría social durkheminiana. Según el filósofo, no es posible captar las características totales de una
situación social, antes de aprender algo acerca de las situaciones individuales de los protagonistas
de dichas situaciones; aduce que es falsa la presunción de que se pueden detectar los rasgos
esenciales de alguna totalidad histórica permaneciendo alejado de las conductas de los sujetos
concretos.

Por otro lado, hay que admitir que las cosas sociales no son producto de la "generación
espontánea", son creadas y recreadas permanentemente por voluntades particulares que actúan
en situaciones concretas y con fines específicos y, que la mayoría de las veces saben lo que hacen.
Normalmente, en la vida cotidiana, conocemos lo qué hacemos, por qué lo hacemos y en qué
momento hacerlo; y por otra parte, interpretamos acertadamente qué hace el otro, por qué razón
lo hace y por qué lo hace en un momento particular. Esto significa que una teoría social debe ubicar
en el centro el hecho cotidiano de que los agentes humanos son conocedores de las condiciones
sociales con las que día a día se entretejen sus acciones y que no son meramente sujetos pasivos
abandonados al arbitrio de entidades supraindividuales que determinan su conducta.

Además, es acertada la observación que realiza Watkins al sostener que una postura como la de
Durkheim, al otorgarles una realidad objetiva análoga a la de una sustancia, duplica y no explica la
naturaleza de los fenómenos sociales7.

Por su parte, Popper critica explicitamente al holismo en general y al marxismo en particular,


argumentando que las teorías sociales holísticas son ambiguas en el uso de los términos que hacen
referencia al todo social8 y que este no puede ser estudiado desde su carácter de totalidad: la
ciencia es selectiva puesto que no es posible para el hombre construir una teoría que contemple
todos los aspectos del mundo 9.

Max Weber, formula su propia teoría sociológica desde la perspectiva del individualismo
metodológico; desde su óptica, el objetivo principal de las ciencias sociales se encuentra en la
interpretación del sentido subjetivo de las acciones. Para entenderlo claramente conviene exponer
lo que se conoce como el postulado weberiano de interpretación subjetiva, porque es
particularmente allí donde son más manifiestas las limitaciones del individualismo metodológico a
la hora de explicar la realidad social.
Según Weber, las ciencias sociales procuran comprender los fenómenos sociales en términos de
categorías provistas de sentido de la experiencia humana individual: toda conducta humana
socialmente significativa es una expresión de estados psíquicos motivados; el investigador social no
puede contentarse con estudiar los procesos sociales como sucesos externamente relacionados,
sino que debe construir tipos ideales 10, en cuyos términos comprender la conducta social.

En suma, el postulado sostiene que todas las explicaciones científicas del mundo social deben
referirse al sentido subjetivo que confieren los hombres a sus propias acciones, porque toda
conducta manifiesta tiene su origen en determinados estados psíquicos, intencionales o
motivacionales 11.

Es cierto que todas las explicaciones científicas del mundo social pueden y deben referirse al sentido
subjetivo de las acciones de los seres humanos en los que se origina la realidad social, pero
el comportamiento de un actor sólo puede comprenderse con respecto a una situación que se
encuentra condicionada por variables sociales.

El supuesto del individualismo metodológico de que la sociedad es un conjunto de personas que se


comportan de manera más o menos inteligible y que se influyen mutuamente, parece bastante
sensato, lo que sucede es que es insuficiente. Las preferencias, el egoísmo y la racionalidad no
bastan a la hora de dar cuenta de los procesos histórico-sociales, es necesario agregar otros
supuestos: el modo en que las estructuras limitan las acciones, el modo en que se vinculan los
actores para convertirse en actores sociales colectivos, el modo en que se renuevan, modifican o
trastocan las estructuras sociales a partir de las acciones particulares, etc. La comprensión de una
situación social compleja no puede derivarse exclusivamente del conocimiento de las
predisposiciones, creencias y relaciones de los individuos.

Ya señaladas las limitaciones, tanto de una como de otra versión metodológica, sobre la base de la
sociología clásica, volvamos y relacionemos esto con las alternativas que planteaba Corina Yturbe.

Se había dicho que los tres autores se encolumnaban detrás de la concepción que sostenía que el
holismo y el individualismo eran dos métodos mutuamente excluyentes. Ahora bien, adoptar la
primera alternativa frente al debate en cuestión, implica otorgar prioridad explicativa a tipos
distintos de factores causales: a las creencias, acciones e intenciones de los individuos, en el caso
del individualismo metodológico, o a las propiedades de las estructuras sociales en el caso del
holismo. Esta alternativa parece poco fructífera, ya que supone una reducción del objeto de estudio
de la sociología: ya sea a las estructuras (en cuyo caso, el hombre se transforma en un mero portador
de funciones o estructuras sociales) o al individuo (y el contexto histórico-social queda reducido sin
ninguna incidencia causal sobre la acción individual).

Preferir una metodología en detrimento de otra, implica sobredimensionar determinados aspectos


de la realidad social en perjuicio de otros no menos importantes: en una acción social nunca se
persiguen únicamente intereses propios; así como, tampoco hay contexto ni estructura social que
no implique individuos con capacidad de producirlos y reproducirlos. No se está afirmando que
quienes adoptan el individualismo como método nieguen la existencia de estructuras sociales, sino
que no le conceden relevancia explicativa ni eficacia causal: argumentan que las estructuras no
pueden actuar, sólo los individuos, y por lo tanto, las características de las estructuras sociales no
son sino resultado de rasgos individuales (son los sujetos individuales los que determinan el curso
de los acontecimientos, entendiendo sujeto como agente racional e intencional). Por otro lado,
quienes aceptan el holismo, no sostienen que las estructuras existen o actúan independientemente
de sus miembros, sino que son las estructuras las que actúan a través de los individuos y que para
explicar las características de los individuos se debe apelar a las propiedades de aquéllas (es el
contexto social el que produce a los individuos y el que configura su capacidad de actuar).

Así, hemos desechado la primera opción que planteaba la autora porque la elección de un método
u otro deja sin explicar aspectos importantes de la realidad social; ahora queda por resolver cuál de
las otras dos alternativas planteadas es más viable a la hora de dar cuenta del mundo social.

En cuanto a la segunda alternativa, respecto de las posibles actitudes que se pueden asumir en la
discusión epistemológica que se está considerando, cabe indicar que adoptar alternativamente el
holismo o el individualismo según el fenómeno a estudiar o el interés del científico social, no supera
ninguna de las dificultades teóricas que suponía la primera alternativa. El cientista social que adopte
esta actitud no conjuga ambas perspectivas al interior de una misma explicación sino que las utiliza
de manera alternativa, no concurrente, y por tanto se cometen, alternativamente, tanto
las faltas del holismo como las del individualismo.

Concurrencia entre el individualismo y el holismo metodológico en la explicación social

Aún resta por considerar la última alternativa plantada por Yturbe, respecto del debate holismo-
individualismo, y examinar si es una opción viable o si sólo constituye un proyecto impreciso,
ecléctico, que no puede plasmarse en ninguna explicación científica concreta.

Afirmar que es posible conjugar, en una misma explicación, tanto factores causales sociales como
individuales, implica recuperar el sujeto como agente racional y actuante -que
el pensamiento estructuralista disuelve en las estructuras sociales-, pero también, evitar una caída
en el subjetivismo, que tiende a explicar las acciones colectivas y las individuales a partir de la suma
de elecciones y propósitos particulares. Así, debe admitirse que los seres humanos son agentes que
razonan, tienen intenciones, conciencia y capacidad, pero también reconocer que los planes, los
motivos o la racionalidad se encuentran limitados por condiciones y variables que exceden al sujeto
individual.

La relación entre acción humana y estructura social debe entenderse, tal como sostiene Giddens, a
partir del reconocimiento de una doble dualidad que está implicada en el proceso de reproducción
social: la dualidad de la estructura 12 (dada por las reglas y los recursos) y la del sujeto (dada por su
capacidad y cognoscibilidad). Desde este punto de vista, para dar cuenta de la realidad social es
necesario comprender la acción del individuo en términos de motivos y fines y así mismo identificar
al contexto social como medio y resultado de la acción, como constituido y constituyente del
comportamiento humano.

En la teoría de la estructuración, Anthony Giddens reconoce, ante todo, que las acciones se dan en
el marco de condiciones no reconocidas y de consecuencias no anticipadas 13* , dos conceptos
centrales de cualquier perspectiva holística; pero categorías tales como monitoreo reflexivo de la
acción y racionalización de la acción que hacen referencia al carácter intencional
del comportamiento humano, constituyen rasgos inequívocos del individualismo metodológico.
Giddens encuentra en el concepto de acción dos componentes básicos de la conducta humana: la
capacidad y la cognoscibilidad. La capacidad es la posibilidad que tiene un agente humano de haber
actuado de otra manera y la cognoscibilidad son todas aquellas cosas que los miembros de una
sociedad conocen acerca de la misma y de las condiciones de su actividad dentro de ella 14.

Pero la sociedad no es el resultado del proyecto intencional de uno o más individuos, sino que toda
actividad humana tiene lugar en el contexto de estructuras sociales que tienen una larga trayectoria
en el tiempo que al individuo le vienen dadas al nacer.

La sociedad contiene estructuras que existen, pero no como una cosa en el mundo, tienen una
existencia virtual, potencial, se actualizan en la medida en que funcionan, y funcionar implica que
haya agentes que actúen, que "hagan uso" de ella. El agente social tiene conciencia y capacidad,
pero una acción no puede tener lugar si la estructura no provee de dos elementos importantes que
son constitutivos de ella: las reglas (restricciones, limitaciones a la capacidad del agente, definen lo
que puede hacer y lo que no) y los recursos (permiten que la regla se cumpla, son la condición de
posibilidad para que el agente actúe). Las estructuras son duales, están constituidas por reglas -que
limitan- y por recursos -que posibilitan.

La estructura es condición y medio para la acción pero no es superior al individuo, sin él no existe,
porque no tiene razones ni necesidades de ninguna clase, sólo el actor las tiene y son sus actividades
las que constituyen y reconstituyen las sociedades -en el marco de las consecuencias no
intencionadas y condiciones no reconocidas, pero también en el del monitoreo reflexivo de la acción
y en el de la racionalidad.

Las estructuras sociales suceden y son hechas suceder a través de los múltiples actos de los agentes
individuales, que conocen mucho, tanto en el sentido de la conciencia práctica como en el de la
discursiva, acerca de las condiciones en donde tienen lugar sus actividades. Así, las estructuras
sociales están constituidas por acciones y relaciones humanas, pero a su vez, esas acciones están
influidas por las características estructurales de la sociedad en que ocurren.

La continuidad y el cambio social han de entenderse como una mezcla entre la voluntad de
individuos que tienen capacidad de acción y conocimiento del medio social en el que viven, y las
variables desconocidas y las consecuencias no previstas de las acciones de los agentes humanos.
Los cambios se producen en parte porque las personas pretenden que ocurran, y en parte por las
consecuencias que nadie prevé.

Según el punto de vista holístico, los individuos son producto de la sociedad, la cual no sólo impone
límites a sus deseos, metas y posibilidades de llevar a cabo sus proyectos, sino que los configura.
Pero el holismo olvida que la realidad social contiene un significado y un plexo de significatividades
para los seres humanos que viven, actúan y piensan dentro de ella 15. Tal como lo señala Alfred
Schütz, el hombre desde el comienzo experimenta el mundo social cultural como provisto de
sentido, es el pensamiento de sentido común el que refleja el conocimiento que tienen los hombres
en su vida cotidiana de las diferentes dimensiones del mundo social en que vive, a través de él se
orienta dentro de la sociedad y se puede entender con los demás miembros. En la vida cotidiana,
en la interacción con otros agentes humanos, comprendemos su conducta porque comprendemos
sus motivos, elecciones, objetivos y planes (no en sus circunstancias biográficamente determinadas
sino en su tipicidad), este sentido subjetivo que tiene una acción para el actor es el referido por
Weber en el postulado de interpretación subjetiva. Por lo tanto, no dar cuenta de estas dimensiones
simbólicas que tienen una importancia decisiva en el comportamiento cotidiano de los individuos
implica desconocer, al menos como factor causal, una parte fundamental de la realidad social.

Por su parte, en la teoría de la acción comunicativa, Jürgen Habermas también complementa una
perspectiva holística con una individualista al considerar que en la comprensión del mundo social
son tan importantes las acciones que llevan a cabo los sujetos individuales como el contexto en el
que están insertas: en las comunicaciones cotidianas, una manifestación nunca tiene significado por
sí misma, sino que recibe parte de su contenido semántico del contexto cuya comprensión el
hablante supone en el oyente.

Para Habermas el concepto de acción del individuo es central y lo desarrolla en cuatro conceptos
básicos: acción teleológica y su variante estratégica, acción regulada por normas, acción
dramatúrgica y acción comunicativa. Todas estas acciones suponen un agente dotado de un
"complejo cognitivo-volitivo" que le permite desarrollar conductas a partir del conocimiento de los
estados de cosas existentes en el mundo.

Por otra parte, este sujeto al llevar a cabo sus acciones se mueve en el horizonte de tres mundos:

- el mundo objetivo, como conjunto de todas las entidades sobre las que son posibles enunciados
verdaderos,

- el mundo social, como conjunto de todas las relaciones interpersonales legítimamente reguladas,
y

- el mundo subjetivo, como totalidad de vivencias del hablante a las que éste tiene un acceso
privilegiado.

Así, no puede comprenderse ningún tipo de hecho social si no se observan tanto los estados
cognitivos y motivacionales del agente como los mundos que presuponen y con los que interactúan.
La comprensión del mundo social es posible si se reconoce la estructura teleológica 16* que subyace
a todos los conceptos de acción y el modo en que los "elementos del mundo de la vida" (desde
textos, tradiciones, obras de arte, técnicas, bienes y teorías hasta instituciones, estructuras y el
sistema social en su conjunto) producen y son producidos por el comportamiento del individuo.

De esta manera, también Habermas como Giddens centra su atención tanto en los factores
individuales como en los sociales, sin menoscabar la incidencia causal de ninguno de los dos tipos
de términos. Examinar con detalle el modo en que se relacionan el individuo a través de los distintos
modos de acción y los tres tipos de mundos excede por su complejidad y extensión los límites de
este trabajo, pero basta con señalar que para Habermas la subjetividad guarda una relación de
complementariedad con el mundo externo (el mundo objetivo y el mundo social), son las
estructuras del mundo de la vida las que le permiten a los individuos adoptar orientaciones
racionales de acción. Al desarrollar intenciones con la finalidad de traer a la existencia estados de
cosas deseados, son los agentes humanos como seres dotados de un complejo cognitivo-volitivo los
que producen y reproducen la sociedad.

Volviendo a la alternativa planteada por Corina Yturbe, vemos de qué manera algunos de los autores
de la sociología contemporánea adoptan marcos epistemológicos donde en la configuración del
proceso social no se pasan por alto: ni la intervención de la intencionalidad de las acciones
individuales, ni la importancia de una situación condicionada por variables de nivel supraindividual.

Conclusión
Hemos visto que los intentos de dar cuenta de las explicaciones sociales en términos holista -
Durkheim, Marx- tienen grandes lagunas, faltas en las que también incurren los proyectos
individualistas de explicar los hechos sociales como resultado de acciones individuales -Weber. Esto
nos ha conducido a descartar la posibilidad de considerar al individualismo y al holismo como dos
metodologías excluyentes o como proyectos explicativos distintos que se pueden adoptar según un
interés específico, que eran las dos primeras alternativas planteadas por Yturbe.

Una perspectiva que combine aspectos holistas e individualistas sin distorsionar ni parcializar la
realidad no debe subordinar al actor intencional y capaz a las estructuras sociales o al sistema social,
ni viceversa; debe observar que ambos términos están involucrados en un proceso dialéctico de
constitución y reproducción mutua, donde ambos se retroalimentan e implican recíprocamente.

La elección de un método en ciencias sociales debe tener en cuenta la manera en que opera la
realidad, debe atender al hecho cotidiano de que orientamos nuestro comportamiento según
nuestros intereses, creencias, objetivos y de que interpretamos exitosamente, la gran mayoría de
las veces, la conducta de nuestros semejantes en los mismos términos. Por otro lado, también es
cierto que la dimensión subjetiva individual puede explicar las acciones, pero no bastan a la hora de
dar cuenta de los fenómenos histórico-sociales. Una teoría debe observar además de las variables
que caen dentro de la órbita del individuo (intenciones, significados, creencias, etc.), el modo en
que los actores se vinculan para llevar adelante acciones sociales colectivas, el contexto a partir del
cual se realizan las acciones y la manera en que el entorno muchas veces las orienta y las configura.

Dentro de una misma teoría social se debe pensar que los dos tipos de factores causales, individual
y social, desempeñan ambos un papel importante en la explicación. Esto es lo que hacen tanto
Giddens como Habermas, complementando las estructuras dentro de las cuales actúan los
individuos con el modo en que estos les otorgan un sentido subjetivo a sus acciones: la
intencionalidad del individuo interviene en la configuración del contexto social, a través de sus
iniciativas los agentes pueden resignificar, crear, recrear y darle nuevos sentidos a la realidad social.

Entonces, un marco adecuado en las disciplinas sociales debe incluir tanto las intenciones y
proyectos subjetivos de los individuos como la naturaleza de sus contextos socio-materiales, esto y
no otra cosa es lo que planteaba la tercera alternativa esbozada por Yturbe y llevada a buen término
en las teorías desarrolladas por Giddens y Habermas.

¿Que privilegia el individualismo metodológico?

El individualismo metodológico es un método ampliamente utilizado en las ciencias sociales,


sostiene que todos los fenómenos sociales -estructura y cambios- son en principio explicables por
elementos individuales, es decir, por las propiedades de los individuos, como pueden ser sus metas,
sus creencias y sus acciones.

¿Qué es el holismo?
El holismo (del idioma griego ὅλος [hólos]: "todo", "por entero", "totalidad") es una posición
metodológica y epistemológica que postula cómo los sistemas (ya sean físicos, biológicos, sociales,
económicos, mentales, lingüísticos, etc.)

¿Qué es el holismo y ejemplos?

En términos estrictos, una visión holística sería aquella que contemple primero la totalidad del
sistema o del problema, que sus partes integrantes. ... Por ejemplo, un médico holista preferirá
pensar la enfermedad de su paciente como una afección general del cuerpo, que como un problema
focal de un órgano.

Bibliografía
- ABBAGNANO, N. y VISALBERGHI, A.: Historia de la pedagogía; FCE; México, México ; 1964 ;
Cuarta parte, cap. VI y XVIII.

- ALEXANDER, Jeffrey C. : "La centralidad de los clásicos" en La teoría social hoy ; Alianza ; Madrid,
España ; 1990.

- ARCHENTI, Nélida y AZNAR, Luis: Actualidad del pensamiento sociopolítico clásico; Eudeba ; Bs.
As., Argentina ; 1988 ; cap. III, IV y V.

- BERGER, Paul y LUCKMAN, Thomas: "La sociedad como realidad subjetiva" en La construcción
social de la realidad; Amorrortu; Bs. As., Argentina; 1984.

- DURKHEIM, Emile: Las reglas del método sociológico; Alianza; Madrid, España; 1988; Prefacio de
la primera y de la segunda edición, Introducción y cap. I y II.

La división del trabajo social; Shapire ; Bs. As., Argentina ; 1978 ; cap. I, II y III.

- GEERTZ, Cliford: La interpretación de las culturas; Gedisa ; 1993 ; cap.I.

- GIDDENS, Anthony: "Hermenéutica y teoría social" y "Acción, estructura y poder" en Profiles and
critiques in social theory ; UCP ; Los Angeles, EEUU ; 1982. (Traducción de la cátedra de Filosofía y
métodos de las ciencias sociales de la Facultad de Ciencias Sociales, UBA)

"Sociología : problemas y perspectivas" en Sociología ; Alianza ; Madrid, España ; 1991.

- HABERMAS, Jürgen : Teoría de la acción comunicativa ; Taurus ; Bs. As., Argentina ; 1989 ; tomo I,
pp. 9-197.

- MANDELBAUM, Maurice: "Hechos sociales" en RYAN, Alan (comp.) : La filosofía de la explicación


social ; FCE ; 1976.

- MARX, Karl y ENGELS, Friedrich: La ideología alemana; Pueblos Unidos; Bs. As., Argentina; 1985;
pp. 13-90.

Manifiesto comunista; Centro Editor Argentino; Bs. As., Argentina; 1994.

- NAGEL, Ernest : "Sobre el enunciado : El todo es más que la suma de las partes" en LAZARSFELD,
Paul y ROSENBERG, Morris (comps.) : The languaje of social research ; The free press ; Glencoe ;
1955.
La estructura de la ciencia; Paidós; Bs. As.; 1968; cap. XIV.

- POPPER, Karl : La miseria del historicismo ; Alianza-Taurus ; Madrid, España ; 1988 ; parágrafos 7,
23 y 24.

La sociedad abierta y sus enemigos; Paidós; Bs. As., Argentina; 1985; cap. 13 y 14.

- SCHUSTER, Félix Gustavo: "Individualismo y holismo metodológicos: notas para una polémica"
en Análisis filosófico, vol. I, núm. 1; 1981.

- SCHUTZ, Alfred: "Formación de conceptos y teorías en ciencias sociales" en El problema de la


realidad social; Amorrortu; Bs. As., Argentina; 1974.

- WATKINS, J.W.N.: "Tipos ideales y explicación histórica" en RYAN, Alan (comp.): La filosofía de la
explicación social; FCE; 1976.

- WEBER, Max: Economía y sociedad; FCE; México, México; 1964; cap. I, II y IV.

WEBER, Max: Ensayos sobre metodología sociológica; Amorrortu; Bs. As., Argentina; 1987.

- YTURBE, Corina : "Individualismo metodológico y holismo" en. CRUZ, M.


(comp.) : Individuo, modernidad, historia ; Tecnos ; Madrid, España ; 1993.

- ZEITLING, Irving: Ideología y teoría sociológica; Amorrortu; Bs. As., Argentina; 1977; cap. 8, 9, 10,
11 y 15.

Notas

1. El individuo no nace miembro de una sociedad, sino que nace con una predisposición a la
sociabilidad y llega a ser miembro efectivo de ella a través de "la aprehensión o
interpretación inmediata de los propios semejantes y del mundo como realidad
significativa y social". Así, el individuo socializado externaliza simultáneamente su propio
ser y el mundo social y lo internaliza como realidad objetiva, a este continuo proceso
dialéctico me refería con la producción y reproducción social por parte de los agentes
humanos. Para una visión más amplia del proceso de socialización, cfr.: P. BERGER y TH.
LUCKMAN: "La sociedad como realidad subjetiva" en La construcción social de la realidad;
Bs. As., Argentina; Amorrortu; 1984.

2. La selección de autores clásicos de la teoría social no es arbitraria, sino que obedece al


carácter del debate metodológico en cuestión: la polémica sobre el individualismo y el
holismo es tan amplia e implica tantas posiciones y matices que abarcarlos resulta
imposible, al menos, en la naturaleza y extensión de este trabajo. El criterio por el cual se
ha escogido a representantes de la sociología clásica, siguiendo a Jeffrey Alexander, se
debe a una necesidad funcional: un "clásico" simplifica y facilita la discusión teórica en
tanto permite que un número muy reducido de obras sustituyan -representen- una
extensa variedad de formulaciones matizadas; son posiciones teóricas paradigmáticas que
permiten fijar un punto de referencia común a todas las perspectivas implicadas en el
debate. Cfr.: ALEXANDER, Jeffrey C.: "La centralidad de los clásicos" en La teoría social hoy;
Madrid, España; Alianza; 1990.
3. Esto no significa que Durkheim no plantease algunos aspectos parciales de su teoría
utilizando el principio del individualismo metodológico, o que Weber desconociese por
completo la importancia de las estructuras sociales en la sociología, de hecho se le deben
grandes aportes intelectuales a sus estudios sobre la burocracia ; pero lo que se está
remarcando en este trabajo, a riesgo de simplificar excesivamente, es el punto de vista
epistemológico general desde donde se formula la teoría, exceptuando detalles o aspectos
puntuales que requeriría un trabajo de otra naturaleza.
4. DURKHEIM, Emile: La división del trabajo social; Bs. As., Argentina; Schapire ; 1978 ;
pp.78-80.
5. Para Durkheim, el suicidio se debe a un bajo grado de integración social del individuo a la
sociedad religiosa, doméstica y política ; cuanto más débiles son estos grupos, el
individuo dependerá menos de ellos y afirmará más su individualidad, esto puede
conducirlo a un egoísmo extremo que es el generador principal del suicidio.
6. Cfr. : WATKINS, J.W.N. : "Tipos ideales y explicación histórica" en RYAN, Alan
(comp.) : La filosofía de la explicación social ; México, México ; FCE ; 1976.
7. La crítica es similar a la que Aristóteles le hace a la teoría de las Formas de Platón. Véase :
ARISTOTELES : Metafísica ; 992 a27.
8. Una crítica similar formula Nagel cuando analiza el enunciado "el todo es más que la
suma de las partes", donde muestra la relatividad del enunciado, la vaguedad de los
términos que lo componen y la pluralidad de sentidos y contextos en los que puede ser
aplicado y, en mucho de los cuales, no sólo es problemático sino lógicamente absurdo.
Cfr.: NAGEL, Ernest : "Sobre el enunciado : El todo es más que la suma de las partes" en
LAZARSFELD, Paul y ROSENBERG, Morris (comps.) : The languaje of social research ;
The free press ; Glencoe ; 1955.
9. Esta crítica puede ser cuestionada, no creo que ningún holista sensato haya pretendido
explicar toda la realidad social en todos sus aspectos.
10. Weber formula tipos ideales holistas e individualistas que utiliza en distintas etapas de su
producción intelectual, para precisar las sucesivas concepciones acerca de los tipos
ideales que sustentó el sociólogo cfr.: WATKINS, J.W.N.: "Tipos ideales y explicación
histórica" en RYAN, Alan (comp.): La filosofía de la explicación social; México, México;
FCE; 1976.
11. Cfr. SCHUTZ, A.: "Formación de conceptos y teorías en ciencias sociales" en El
problema de la realidad social; Bs. As., Argentina; Amorrortu; 1974; POPPER,
Karl: La sociedad abierta y sus enemigos; Bs. As., Argentina; Paidós; 1985; cap. 13 y 14
y NAGEL, Ernest : La estructura de la ciencia ; Bs. As., Argentina ; Paidós ; 1968 ; cap.
XIV.. Tanto Popper como Nagel han criticado seriamente el postulado weberiano de
interpretación subjetiva, en primer lugar porque, según ellos conduce al psicologismo
(la derivación de todas las leyes sociales a partir de los estados psicológicos humanos y
por tanto una reducción de los fenómenos sociales a estados mentales de mentes
individuales), y por otro lado, a los ojos de los filósofos, el postulado presenta
dificultades epistémicas insalvables: las fuentes de la acción no son accesibles a la
observación sensorial, la imposibilidad de comprobar que un estado psicológico
específico determine el fenómeno explicado, la relación causal entre los estados
subjetivos y la conducta social manifiesta es ininteligible para el investigador social, etc.
Por su parte, Schutz sostiene que las críticas son infundadas y que se basan en una
interpretación errónea del postulado de Weber.
12. Giddens no utiliza un concepto objetivista de estructura, cuya formulación clásica puede
inetificarse en los escritos de Durkheim y en la literatura funcionalista de Parsons y
Merton.
13. Las condiciones no reconocidas de la acción son los aspectos de la realidad que el agente
desconoce, pero sobre los cuales influirá; las consecuencias no anticipadas son todos los
efectos no previstos o no deseados que tiene un curso de acción determinado.
14. Giddens no identifica la cognoscibilidad de los agentes con aquello que es conocido de
manera consciente, sino que entiende la subjetividad como la interacción de: 1) la
conciencia discursiva : que es la capacidad que tiene el agente para dar cuenta o explicitar
las razones de lo que está haciendo, pero los relatos que los individuos son capaces de
ofrecer respecto de su conducta no es todo lo que saben acerca de ella ; y 2) la conciencia
práctica : que es el conjunto de conocimientos tácitos sobre cómo proceder en los
distintos contextos de la vida social, que son utilizados hábilmente en la ejecución de la
conducta cotidiana, pero que el actor no es capaz de formular discursivamente.
15. El hombre es un animal simbólico que está inserto en tramas de significación que él
mismo ha creado, su mundo cotidiano está constituido por infinidad
de sistemas de signos interpretables o símbolos en interacción, el hombre vive
cotidianamente en un mundo simbólico, provisto de sentido, un sentido que viene dado
pero que también es constituido y reproducido por el comportamiento individual. Los
defensores del holismo metodológico se equivocan al desconocer estas estructuras de
significación y el alcance social que tienen en la conducta del individuo y en el todo
social del que forman parte. En este punto coinciden tanto Schütz, como Weber y
Geertz.
16. La estructura teleológica supone que el actor realiza un fin eligiendo en una situación
dada los medios más adecuados, la idea central es la de una decisión entre alternativas de
acción orientada a la realización de un propósito.
4. El meta-análisis como recurso
EL META-ANÁLISIS: UNA METODOLOGÍA PARA LA INVESTIGACIÓN EN
EDUCACIÓN
Resumen
Se presenta la metodología del meta-análisis como herramienta para la investigación educativa.
Un meta-análisis implica una síntesis cuantitativa de la evidencia acumulada sobre una pregunta
de investigación previamente definida. La respuesta se basará en la información contenida en los
estudios previamente publicados (estudios primarios). Las principales características del meta-
análisis son la precisión, la objetividad y la replicabilidad. Su aplicación permite obtener una
estimación combinada del tamaño del efecto. También permite evaluar la heterogeneidad
observada en un campo de estudio. Ello permite a su vez formular nuevas hipótesis que
incorporan el papel de variables que no se habían tenido en cuenta hasta el momento. Un meta-
análisis comienza con la formulación del problema. A continuación, se lleva a cabo la localización
de estudios relacionados con ella. En la fase de codificación se caracterizan los trabajos recogidos
en la fase anterior. Finalmente, un análisis estadístico conduce a los resultados, que se
presentarán en una publicación que asegure la replicabilidad del estudio. Entre las herramientas
gráficas asociadas al meta-análisis destaca el llamado Forest Plot, que permite presentar de forma
conjunta las estimaciones puntuales y de intervalo de los estudios seleccionados para el meta-
análisis. Aunque el potencial del meta-análisis es evidente, también presenta algunas debilidades
derivadas de la falta de acotación de los constructos estudiados o de la existencia de un sesgo en
la publicación de resultados, sobre todo de los estadísticamente significativos. La valoración
general que se hace del papel del meta-análisis en la investigación en educación es positiva,
aunque también se señalan áreas de mejora. Se indican algunos recursos, tanto bibliográficos
como de software, que permiten a los investigadores interesados adentrarse en esta herramienta
tan útil en el campo de la investigación educativa.

Entre las diferentes metodologías de investigación en educación hay una que está cobrando fuerza
en estos últimos años. Nos referimos al meta-análisis, entendido como una metodología que
permite estimar la media y la varianza de los efectos subyacentes de la población a partir de una
colección de estudios empíricos que abordan la misma pregunta de investigación (Field y Gillet,
2010). Cada vez más nos encontramos con investigaciones que utilizan esta metodología, aunque,
en ocasiones, sin el rigor y precisión necesaria. Indican que han utilizado el meta-análisis, pero el
proceso de selección de estudios, los criterios de inclusión, el cálculo de tamaños de efecto, el
análisis real a través de diferentes paquetes estadísticos y la estimación de sesgos de publicación,
entre otros aspectos, no son considerados suficientemente, lo que nos lleva a concluir que el/los
investigadores/es no conocen realmente las exigencias de esta metodología.

Es verdad que existen muy buenos manuales y textos centrados en la descripción de cada una de
las metodologías científicas, y también sobre meta-análisis (Botella y Gambara, 2002; Botella y
Sánchez-Meca, 2015; Card, 2011; Cooper, Hedges y Valentine, 2009; Higgins y Green, 2008; Mark,
Lipsey y Wilson, 2001; entre otros), pero, a la vez, consideramos que desde las revistas científicas
se debe hacer una labor pedagógica extraordinaria acercando, de forma sintética, el contenido de
diferentes metodologías y técnicas de investigación, especialmente de aquellas que, poco a poco,
se están incorporando en las investigaciones educativas y no existe tradición en su uso. Y, más
aún, si expertos en una determinada metodología elaboran un artículo de revisión en el que se
aportan las ideas principales sobre ella, facilitando esa exposición clarificadora tan necesaria. En
suma, aclarar a qué nos referimos, en este caso, cuando hablamos de la metodología científica del
meta-análisis, para qué se utiliza, qué información aporta, cómo se diseña, qué se exige, etc.

Con este objetivo, en el último número de la revista Educación XX1, se ha publicado el artículo “El
meta-análisis: una metodología para la investigación en educación”, firmado por Juan Botella,
catedrático de Metodología de las Ciencias del Comportamiento, en la Universidad Autónoma de
Madrid, gran y reconocido experto en este tema y Ángela Zamora, doctora en Ciencias de la
Educación y profesora tutora en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Es un artículo que complementa otros anteriores publicados en Papeles del Psicólogo y Aula
Abierta con los títulos: Revisiones sistemáticas y meta-análisis: Herramientas para la práctica
profesional (Sánchez-Meca y Botella, 2010) y Cómo realizar una revisión sistemática y un meta-
análisis (Sánchez-Meca, 2010), respectivamente.

Abordar esta metodología resulta de gran interés ya que su uso y difusión es muy relevante en
diferentes disciplinas de ciencias sociales y ciencias de la salud, y poco a poco, se está
introduciendo con fuerza en las investigaciones en educación. Ahora bien, resulta interesante
saber que se trata de una metodología que se inició en educación. Pero vayamos al artículo:

Algunas aportaciones metodológicas nacidas en disciplinas de las ciencias sociales han acabado
teniendo una gran aceptación en otras. En el caso de la educación su mayor triunfo de exportación
es la metodología del meta-análisis (MA). Fue en una conferencia impartida por Gene V. Glass
como presidente de la American Educational Research Association (AERA), publicada como artículo
en Educational Researcher (Glass, 1976), cuando se empleó este término por primera vez para
hacer referencia a la naciente metodología. Sin duda no fue casual que naciese precisamente en
una disciplina como la educación, llena de resultados dispersos y a veces contradictorios. La
necesidad de un mayor rigor y sistematicidad eran palpables y fueron el caldo de cultivo idóneo.
Los problemas asociados a la síntesis de la evidencia acumulada en la investigación era ya una
preocupación antigua, pero no se había creado una metodología específica para realizar esta
tarea.

Curiosamente, en muchas disciplinas (incluida la educación) se oían voces reclamando un mayor


rigor metodológico en las investigaciones, pero ese mismo rigor no se reclamaba para las
revisiones. El espíritu de los tiempos (el Zeigeist de los historiadores) pedía a gritos algún cambio
en esa dirección.

Los primeros ejemplos de MAs fueron revisiones en los ámbitos de la educación y la psicología.
Concretamente, Glass (1976) ilustró su propuesta inicial con sendas síntesis de resultados, aún muy
rudimentarias, sobre la eficacia de la psicoterapia (posteriormente publicada: Smith y Glass, 1977)
y sobre la relación entre el estatus socioeconómico y el rendimiento académico (resultados de una
tesis doctoral presentada ese mismo año). Glass hizo dos aportaciones principales: el propio
nombre de la metodología y la propuesta de emplear índices de tamaño del efecto (TE) para
traducir los resultados de todos los estudios a una métrica común. Por el contrario, sus métodos
estadísticos aún no eran los apropiados. Hubo que esperar hasta la publicación del libro de Hedges
y Olkin (1985) para contar con modelos estadísticos adecuados para el escenario meta-analítico. El
artículo seminal de Glass es ya uno de los artículos metodológicos más citados (4.948 citas según
google académico; acceso el 1-1-2017). Cuarenta años después de su nacimiento el MA es una
metodología utilizada en todas las disciplinas en las que se emplea el análisis estadístico, aunque
seguramente es en medicina donde se han dedicado más esfuerzos y recursos a su desarrollo y
refinamiento. El propio Glass ha proporcionado una valoración aprovechando el aniversario (Glass,
2016).

En las páginas siguientes hacemos una presentación, necesariamente sucinta, de las claves de esta
metodología, de sus fortalezas y debilidades y de sus perspectivas futuras. Además de divulgar sus
potencialidades, nuestra pretensión es invitar a los investigadores del ámbito de la educación que
no la conozcan a asomarse a la misma.

Se recomienda vivamente al público interesado continuar leyendo este magnífico trabajo, que, sin
duda, no defraudará. No es común encontrar rigurosas aportaciones sintéticas de una
metodología científica, que anime a conocerla y a continuar profundizando en ella.

Referencias bibliográficas:
Botella, J. y Gambara, H. (2002). Qué es el meta-análisis. Madrid: Biblioteca Nueva.

Botella, J. y Sánchez-Meca, J. (2015). Meta-análisis en Ciencias Sociales y de la Salud. Madrid:


Síntesis.

Botella, J. y Zamora, Á. (2017). El meta-análisis: una metodología para la investigación en


educación. Educación XX1, 20(2), 17-38, doi: 10.5944/educXX1.18241

Tarjeta, NA (2011). Aplicada Meta-Análisis de Investigación de Ciencias Sociales. Nueva York:


Guilford Press.

Cooper, H., Hedges, LV, & Valentine, JC (Eds.). (2009). El manual de la síntesis de la investigación y
el meta-análisis. Nueva York: Fundación Russell Sage.

El campo, AP, y Gillett, R. (2010). Cómo hacer un meta-análisis. British Journal of Mathematical y
Psicología de Estadística, 63 (3), 665-694.

Higgins, JP, & Green, S. (Eds.). (2008). Manual Cochrane para las revisiones sistemáticas de
intervenciones. Chichester, UK: John Wiley & Sons.

Mark W. Lipsey, y Wilson, DB (2001). Meta-análisis práctico. Thousand Oaks, CA: Sage.

Sánchez-Meca, J. (2010). Cómo realizar una revisión sistemática y un meta-análisis. Aula Abierta,
38, 53-64.

Sánchez-Meca, J., y Botella, J. (2010). Revisiones sistemáticas y meta-análisis: Herramientas para la


práctica profesional. Papeles del Psicólogo, 31(1), 7-17.

También podría gustarte