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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RAFAEL MARIA BARALT”


VICERRECTORADO ACADÉMICO
PROGRAMA POSTGRADO
DOCTORADO EN EDUCACIÓN
SEMINARIO DE TEORIA, INNOVACION Y TECNOLOGIA EDUCATIVA

TECNOLOGIA EDUCATIVA COMO CAMPO DE ESTUDIO


ANDRAGÓGICO EN EDUCACION UNIVERSITARIA

TUTORA: PARTICIPANTE:
DRA. ELIZABETH MUJICA SORZIRET NAVAS / C.I. 3723633

SANTA ANA DE CORO- FALCÓN- VENEZUELA


TECNOLOGIA EDUCATIVA COMO CAMPO DE ESTUDIO
ANDRAGÓGICO EN EDUCACION UNIVERSITARIA

I PARTE

- Interacción de la Tic en educación universitaria

Con el propósito de lograr un entendimiento de las TIC, se debe recurrir a


su conceptualización. Ibáñez y García (2009, p. 21) las definen como “un
conjunto de herramientas electrónicas utilizadas para la recolección,
almacenamiento, tratamiento, difusión y trasmisión de la información
representada de forma variada”. Desde la misma perspectiva, Melo (2011, p.
220) considera que son “un conjunto de herramientas, equipos, programas
informáticos, aplicaciones, redes y medios, que permiten la compilación,
procesamiento, almacenamiento, transmisión como voz, datos, textos, ideas
e imágenes”.

La integración de las tecnologías en la educación implica tener en cuenta


la relación que ha de establecerse entre el uso de nuevos medios y la
innovación educativa. “La diferenciación de las sucesivas etapas por las que
atraviesa el docente ante la integración de las TIC, puede resultar de utilidad,
tanto para realizar diagnósticos de las situaciones en las que nos
encontramos, como para diseñar estrategias formativas” (García-Valcárcel,
2008, p. 63). En la era de la comunicación y la información, se considera que
el aprendizaje será la base para el desarrollo, el crecimiento y el progreso de
la sociedad. Por lo tanto, el sistema educativo debe favorecer la formación
continua y permanente de los docentes en cada uno de los niveles
educativos, a fin de responder a las necesidades, los intereses y los retos de
la población estudiantil. Para lograrlo, se requiere facilitar el acceso a
Internet, a fin de promover el aprendizaje y la formación en y con las TIC.

Para que la integración de las TIC en educación pueda efectuarse de una


manera apropiada es necesario profundizar las acciones orientadas a la
formación de los docentes. Los usos educativos de las TIC no surgen de
forma automática porque exista la posibilidad técnica, sino porque hay
profesores con proyectos educativos que aprovechan la potencia
comunicativa del ordenador para llevarlos a cabo. Se presume que los
profesores no están suficientemente preparados ni motivados para utilizar
nuevos medios y posiblemente hay docentes que no han usado ninguno,
porque no imaginan qué hacer con estos en clase. Sólo en la medida que
tengan la experiencia directa y que perciban sus posibilidades reales, podrán
cambiar su práctica pedagógica habitual.

La integración de las TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje debe


facilitar e impulsar el desarrollo de formas adecuadas de organización del
conocimiento específico en los estudiantes, al mismo tiempo, permitir la
reflexión sobre sus propias actividades de aprendizaje, de manera que
puedan ejercitar y desarrollar procesos y habilidades cognitivas.

La formación inicial de los profesores en la universidad acerca de las TIC,


así como la de los docentes en servicio, es muy escasa. La formación suele
referirse al mero uso instrumental, olvidando los aspectos metodológicos y
de integración curricular que permitan construir propuestas didácticas en
áreas específicas del saber. Por ello, los profesores deben tener la
oportunidad y el apoyo necesario para emplear las TIC en resolver
problemas reales vinculados estrechamente con sus tareas docentes, ya sea
en el diagnóstico, selección y organización de contenidos, en la evaluación
del aprendizaje, asesoramiento, estrategias instruccionales, etc. La reflexión
acerca de la pertinencia y del impacto de las estrategias implementadas
puede convertirse en fuente para estructurar nuevas estrategias para el
desarrollo de contenidos.

En este sentido, puede considerarse que la integración se da cuando


éstas se incorporan en forma habitual y natural en el ambiente de
aprendizaje, sin forzarlas artificialmente. Cuando, como señala Gross (2000),
lo visible del ordenador no será el ordenador sino la tarea que se esté
realizando. Según esta autora la integración no termina con satisfacer las
funciones educativas de informar, intervenir, comunicarse o evaluar sino que
esta integración

(…) supone una modificación global del sistema educativo que a su vez tiene
que adaptarse a las modificaciones de la sociedad informacional, tales como
la concepción del trabajo, del tiempo, del espacio, de la información, del
conocimiento, etc. En definitiva la integración va más allá del mero uso
instrumental de la herramienta y se sitúa en el propio nivel de innovación del
sistema educativo. (p. 40).

Para la integración de las TIC no tenemos que adquirir necesariamente


una formación como informáticos sino como usuarios. Ante la incursión de
los ordenadores en diversos ámbitos de la vida social, la escuela respondió,
en un principio, con la alfabetización informática, para el uso de diversos
lenguajes de programación. Ahora es cuando nos estamos dando cuenta que
los ordenadores además de ser un objeto de estudio en sí mismos,
constituyen un medio para la enseñanza y el aprendizaje, logrando así el
desplazamiento del uso instrumental de la tecnología hacia la utilización
pedagógica dentro del proceso de desarrollo de las instituciones educativas.

Esta transformación obedece a múltiples circunstancias, entre las que


destacamos a título ilustrativo que los sistemas hipertextuales se acercan a
las formas de pensamiento humano y, por lo tanto, permiten que el
estudiante acceda a la información en forma libre, lo cual ayuda a su
apropiación, y que el uso del correo electrónico e Internet proporcionan al
estudiante experiencias de acercamiento a realidades poco conocidas, lo que
supone una nueva forma de conocimiento social.
- Aplicaciones didácticas

Las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC)


permiten a los usuarios desarrollar sistemas de trabajo más efectivos y
eficientes. Particularmente, el computador ofrece numerosas posibilidades
para al proceso instruccional, tales como la amplificación, en cuanto facilita
que los mejores recursos educativos lleguen a un mayor número de usuarios;
la información, aumentando considerablemente los datos y conocimientos
que puede utilizar el aprendiz; la conectividad, permitiendo que se pueda
establecer contacto con instituciones, investigadores y otros profesionales; la
interactividad, al propiciar el establecimiento de un “diálogo ” entre el que
aprende y el material instruccional, aspecto éste sumamente importante para
el uso eficiente del computador en los procesos educativos.

Sin embargo, a pesar de los enormes beneficios que pudieran aportar


en los procesos educativos, se puede apreciar que la incorporación de las
TIC ha sido y sigue siendo muy lenta. Por un lado, los educadores prefieren
utilizar estrategias y recursos más convencionales y, por el otro, no existe
suficiente evidencia empírica que respalde las ventajas que ofrecen las
tecnologías en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por esta razón, una
de las principales aplicaciones del computador en la escuela lo representa el
desarrollo de habilidades intelectuales que subyacen en la enseñanza de los
contenidos. La interactividad constituye, de este modo, una de las
características fundamentales que requieren de mayor estudio para el uso
eficiente de las tecnologías de la información en educación.

Autores como Waldegg (2002) y Jonassen (2000) señalan que las


tecnologías deben servir de herramientas para la construcción del
conocimiento, de manera que los estudiantes aprendan “con ” las
computadoras y no “de” ellas. Cuando son utilizadas por los estudiantes para
representar su conocimiento, necesariamente involucran el pensamiento
crítico acerca del contenido que están estudiando y exigen que los alumnos
piensen de manera diferente acerca de lo que saben. De este modo,
actividades de aprendizaje que exigen del estudiante la planificación, la toma
de decisiones y la autorregulación, son responsabilidad del estudiante, no del
computador. La tecnología puede servir de catalizador para facilitar estas
destrezas, siempre y cuando estimule la reflexión, la discusión y la solución
de problemas en el contexto educativo.

Las herramientas TIC ofrecen tanto a docentes como a estudiantes


multitud de posibilidades para facilitar el aprendizaje colaborativo, un enfoque
didáctico con grandes ventajas para los estudiantes. Con la ayuda de
las TIC, se puede realizar una gran cantidad de actividades para apoyar los
contenidos temáticos. A la vez, se incrementa la cantidad de recursos y
medios de comunicación que los estudiantes puedan comunicarse en forma
digital con el docente y con otros compañeros, compartir documentos y
editarlos en tiempo real o establecer tareas y asignarlas a cada miembro del
grupo. Los siguientes recursos ofrecen la posibilidad de realizar muchos de
estos pasos en cualquier momento y lugar a través de Internet y con la ayuda
de las nuevas tecnologías.

Entornos de trabajo

1. Office365. El entorno colaborativo de Microsoft proporciona un espacio


para la creación de minisites, grupos de trabajo, almacenaje en la nube, chat
o edición online de documentos, entre otras herramientas útiles para trabajar
de forma colaborativa.

2. Zoho. Grupo de aplicaciones web que permiten crear, compartir y


almacenar archivos en línea. También incluye chat, videoconferencias, mail,
calendario y herramientas de ofimática en línea.
3. Google Apps for Education. Entorno colaborativo enfocado especialmente
al ámbito de la educación, en el que se incluyen diversas herramientas de
Google que permiten trabajar en línea: Gmail, Google Drive, Google
Calendar, Docs o  Sites.

4. Edmodo. Plataforma educativa que permite compartir documentos e


información y comunicarse en un entorno privado, a modo de red social.

Recursos para comunicarse, debatir y colaborar

5. Blogger. Herramienta de creación de blogs de Google, sencilla y eficaz,


para todo tipo de usuarios.

6. WordPress. Una de las herramientas de creación de blogs más completas,


ya que permite personalizar y adaptar la bitácora a las necesidades de cada
usuario.

7. Tumblr. Plataforma de microblogging centrada sobre todo en la imagen,


aunque permite también incluir textos, videos, enlaces o audios.

8. Wikia. Sitio web que permite al usuario crear de forma sencilla su


propio wiki en el que incorporar contenido de forma individual y colaborativa.

9. Wikispaces. Espacio para creación y alojamiento de Wikis. Cuenta con


una herramienta, Wikispaces Classroom, especialmente desarrollada para el
ámbito escolar que incluye un newsfeed y la posibilidad de organizar grupos
o clases y monitorizar el trabajo de cada alumno. Es de pago pero permite
prueba gratuita.

10. Remind. Aplicación de mensajería segura donde los números quedan


ocultos. Además, permite enviar adjuntos y clips de voz, y establecer una
agenda de tareas con recordatorios.
11. Google Hangouts. Aplicación con la que se puede establecer un grupo de
chat o videochat (hasta 10 personas) que permite enviar lecciones online a
los alumnos o crear una clase o grupo virtual de intercambio de opiniones.

12. Marqueed. Herramienta online con la que los usuarios pueden realizar


marcas y comentarios sobre una imagen para poner en común sus ideas e
intercambiar opiniones de forma visual. Permite crear grupos y proyectos.

13. Voxopop. Sistema de foros con voz. Los usuarios incluidos en


determinado grupo de trabajo pueden opinar respecto al tema propuesto
mediante audios que van apareciendo como respuestas.

14. Padlet. Herramienta para crear murales virtuales de forma colaborativa,


en los que se pueden incluir elementos multimedia, vínculos y documentos.

15. Stormboard. Herramienta online para hacer lluvias de ideas 2.0 e


intercambiar opiniones sobre un tablero virtual. La versión gratuita permite
trabajar con grupos de hasta cinco usuarios.

16. Mindmeister. Aplicación para elaborar mapas mentales en línea y de


forma colaborativa, útiles hacer lluvias de ideas o estructurar los ejes del
trabajo. Permite insertar multimedia, gestionar y asignar tareas y convertirlos
en una presentación o en un documento imprimible.

17. Symbaloo. Tablero virtual para compartir enlaces o recursos web


interesantes, perfecto para recopilar fuentes o documentación.

Herramientas para compartir archivos

1. Dropbox. El servicio de almacenamiento en línea más utilizado, para


guardar todo tipo de archivos. Ofrece la posibilidad de crear carpetas
compartidas con otros usuarios y conectarse desde distintos dispositivos
mediante apps.

2. Google Drive. Almacenamiento en la nube de 15 Gb, para guardar y


compartir todo tipo de documentos y carpetas. Disponible como aplicación
para móviles y tabletas. Además, permite editar directamente los
documentos en línea con Google Docs.

3. WeTransfer. Una forma sencilla de enviar documentos, especialmente de


gran tamaño (hasta 2 Gb), a cualquier usuario a través de un enlace por
email. Los archivos no se almacenan, solo se conservan durante unos días y
después se borran.

4. Jumpshare. Espacio online para subir archivos en alta calidad sin que se


pierda información y compartirlos con quien se quiera.

Recursos para organizar el trabajo

1. Google Calendar.  El calendario online de Google permite establecer


tareas y fechas, citas, alarmas y recordatorios y, además, puede compartirse
entre varios usuarios que añaden eventos comunes.

2. Hightrack. Gestor de tareas online y descargable para organizar el trabajo,


gestionar una agenda de tareas personal y establecer plazos de entrega o
cumplimiento.

3. WorkFlowy. Herramienta en línea con la que se puede establecer un flujo


de trabajo colaborativo con tareas jerarquizadas de forma muy visual. Los
usuarios o invitados a la lista pueden aportar y modificar el flujo según se
cumplan objetivos.
4. Symphonical. Calendario virtual a modo de pizarra en el que se pueden
añadir y gestionar tareas a través de notas adhesivas multimedia. Permite la
edición colaborativa entre un grupo establecido y enlaza directamente con
Google Hangouts para chatear o hacer videoconferencias.

- Formación universitaria y tecnología educativa: nuevos usos y roles

Cuando en educación universitaria se considera incorporar las TIC a los


procesos educativos, se establece el propósito de innovar en las prácticas
pedagógicas a través del uso de la tecnología, con el fin de comprender y
transformar el saber, el saber hacer y el saber ser de los actores de la
educación (Díaz, 2008). Por su parte, Izquierdo, Pardo y Sánchez (2010)
consideran que utilizar las TIC en la educación superior representa la
transformación de la práctica pedagógica de los docentes, y el desarrollo
profesional de los mismos, pues los forma y prepara para hacer frente a las
demandas y cambios de la era en la que se encuentran. A fin de lograrlo, es
necesario realizar una integración planificada de las TIC en los contextos
educativos. Así, para que esta sea estructurada se considera necesario tener
en cuenta los siguientes aspectos (Benito, 2005), citado por García,
González y Guerra (2010, p. 142.):

• Planificación de las estrategias adecuadas para la introducción de las TIC


en los planes de cada universidad.

• Caracterización específica de cada universidad y los objetivos que se


pretenden lograr. Han de ser planes realistas, acordes con las posibilidades
reales de cada universidad.

• Valoración de las TIC como una oportunidad para reflexionar sobre la


educación y el trabajo de formación universitario.
• Integración de las TIC como cultura institucional en el diario quehacer de
las universidades.

Actualmente, si se compara la educación con aquella que reguló a


generaciones pasadas, en la que el objetivo común en todos los sistemas
educativos se refería a calidad y equidad, se hace necesario replantear y
reevaluar sus dinámicas y su sentido. Así, entonces, Hopenhayn (2003)
menciona, entre otras posibilidades, la de la necesidad de replantear el papel
del estado, los contenidos y las prácticas pedagógicas, es decir, repensar el
papel y la formación de los docentes para la introducción y apropiación de las
tecnologías de información y comunicación.

En este orden de ideas, Bustos (2005), así como Cabero (2006),


consideran que los roles del docente, la didáctica enmarcada en la reflexión
de la enseñanza, los recursos con los que se lleva a cabo la generación del
aprendizaje, la retroalimentación y la evaluación, constituyen diversos
aspectos a analizar. De igual forma, Padilla, Vega y Rincón (2014)
manifiestan que también lo es preguntarse sobre cómo influyen las TIC en el
tipo de persona y sociedad que se forma, a fin de otorgar sentido a lo que se
aprende para la vida.

Esta construcción de sentido es la constante falencia en el desarrollo


formativo, puesto que la reforma educativa tecnológica no es suficiente tan
solo con la adecuación y aplicación de recursos digitales, y resulta necesario
establecer fundamentos sobre los cuales desarrollar la innovación educativa
a fin de responder a los conflictos del presente. Para lograrlo, es
imprescindible formar ciudadanos que asuman su responsabilidad laboral
desde un punto de vista crítico. Así, en el propósito de ahondar en esta
búsqueda de derrotero, es pertinente replantear el rol del docente. Desde los
paradigmas tradicionales, de los cuales es posible dar cuenta hoy en día
puesto que se encuentran presentes en los intercambios académicos y las
aulas de clase universitarias, es posible ubicar al docente como transmisor,
guía y dirigente de un modelo educativo en que la responsabilidad de
aprendizaje reposa sobre sus hombros.

No obstante, es preciso también señalar lo inadecuado que esto resulta


para la época de revolución informática y comunicativa en la que nos
encontramos. Múltiples enfoques académicos, así como estudios e
investigaciones en todos los niveles, dan aval suficiente para considerar
incongruente, y hasta contraproducente, la puesta en Tecnologías de
información y comunicación en educación superior marcha de una formación
que no tenga como una de las herramientas principales a las tecnologías de
la información y la comunicación.

No obstante, Bonilla (2003) señala: Las nuevas tecnologías no fueron


concebidas para la educación; no aparecen naturalmente en los sistemas de
enseñanza; no son ‘demandadas’ por la comunidad docente; no se adaptan
fácilmente al uso pedagógico y, muy probablemente, en el futuro se
desarrollarán solo de manera muy parcial en función de demandas
provenientes del sector educacional (p. 120). En este sentido, se puede
considerar que el docente debería propender a otorgarle a estas
herramientas la importancia suficiente, de modo que su utilización se vea
reflejada positivamente en el aula y en la potencialización de los
componentes de las competencias de los estudiantes. Específicamente,
desde la docencia universitaria, es urgente establecer y desarrollar prácticas
pedagógicas o metodologías que garanticen aprendizajes significativos que
capaciten al estudiante para enfrentarse a un contexto laboral o profesional.

De acuerdo con que los estudiantes les llega la información por múltiples
vías (la televisión, la radio, Internet, entre otros.), los docentes no pueden
permanecer al margen de estos nuevos modos de construcción de la
realidad cotidiana. De esta manera, la solución no está solo en el cambio del
rol docente, sino que implica una transformación del modelo educativo y, por
ende, de la práctica pedagógica. Todo indica que para transformar la
formación profesional docente y el sistema escolar en general, es
indispensable cambiar de estrategia, es decir, transformar la forma
tradicional de pensar y actuar frente a las reformas e innovaciones
educativas.

Esto, ya que ante las propuestas y programas de mejora y actualización


curricular, se debe reconocer que los docentes representan uno de los
principales factores de cambio para que las reformas resulten significativas y
efectivas. Así, los docentes se desempeñarían como miembros de un equipo
en el que el trabajo educativo trascenderá los límites del aula, y se realizará
en una dinámica de construcción de redes entre ellos y los estudiantes.
Alcanzar este ideal implica preparación, capacitación y objetivos renovados
con sentido social, a fin de participar en el diseño de propuestas, programas,
metodologías y experiencias que permitan desarrollar acciones en las que
los estudiantes aprendan y pongan a prueba una diversidad de
competencias, en respuesta a situaciones, fenómenos y problemas
complejos.

Ante las demandas a la profesión docente, se esperaría que estos


realicen esfuerzos en capacitarse y prepararse para potenciar el desarrollo
de sus competencias TIC. Además, que reflexionen y analicen de manera
crítica el sentido e importancia de las TIC en el contexto educativo. Es
necesario que los docentes aprovechen las bondades y fortalezas de las TIC,
y trabajen de manera conjunta con comunidades de docentes en tareas de
innovación e investigación sobre su práctica El docente del siglo XXI debe
ser altamente competente en el diseño, el desarrollo y la valoración de
ambientes de aprendizaje, en los cuales se puedan emplear herramientas y
recursos tecnológicos de manera formativa y pertinente, de modo que se
aproveche el potencial informativo, comunicativo y motivador que tienen
(Marqués, 1996).

Por esta razón, cabe recordar lo propuesto por Freire desde su enfoque
humano y liberador, según el cual la cultura del diálogo no debe
fragmentarse, al contrario, se supone que las nuevas herramientas nutren las
dinámicas comunicativas, de modo que el docente aproveche esos espacios
de interacción significativa, otorgue sentido a su labor y encuentre los
caminos necesarios para desarrollar las potencialidades de sus estudiantes.
Ahora bien, a lo largo de los últimos años se ha visto cómo numerosos
dispositivos se tornan obsoletos ante los nuevos avances tecnológicos, como
es el caso de los antiguos disquetes con los que se compartían y
almacenaban trabajos e información.

Hoy es habitual encontrar en algunas universidades aulas virtuales de


aprendizaje, las cuales facilitan el encuentro, la comunicación y las tutorías
entre docente-estudiante, mediados por servicios de mensajería instantánea
como Messenger, GTalk, Skype, etc. Al este respecto, Coll (citado por
Carneiro, Toscano y Díaz, 2009), considera que, si bien en muchas
universidades se han venido implementado las TIC de forma creciente como
un apoyo a la labor docente, no parece que hayan generado algún cambio en
las prácticas pedagógicas de los docentes. Esto en razón a que se evidencia
un desfase entre la potencialidad de las TIC incorporadas en las aulas, y la
escasa renovación de las dinámicas pedagógicas.

Este autor señala que lo novedoso de las TIC no se encuentra en el


componente tecnológico que se da desde la información y la comunicación,
ya que el ser humano siempre ha empleado tecnologías diversas para
comunicar ideas, expresar emociones, pensamientos, puntos de vista,
necesidades, intereses, etc. La novedad tampoco se encuentra en los
sistemas simbólicos presentes en el manejo de la información, pues los
elementos semióticos presentes en las pantallas de los ordenadores
(imágenes fijas o en movimiento, sonidos, letras y textos escritos, gráficos,
lenguaje oral, datos numéricos, etc.), son los mismos que pueden trabajarse
en cualquier aula tradicional. La manera en que docentes y estudiantes
organizan y llevan a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje, es, en sí
misma, el resultado de un proceso de negociación y de construcción conjunta
mediada por las TIC.

En consecuencia a lo antes expuesto, la mediación pedagógica que


poseen, sin que se agote su uso en simples herramientas de intercambio de
datos; antes por el contrario, las TIC deben funcionar de manera que
susciten la creatividad, generen aprendizajes significativos, brinden espacios
de diálogo y trabajos, tanto individuales, como colaborativos, promuevan el
empleo de competencias para pensar, sentir y actuar ante las dificultades,
retos y exigencias del mundo circundante, mejoren los procesos
comunicativos, así como el diseño y el desarrollo de experiencias de
aprendizaje activo, entre muchas otras bondades. Tecnologías de
información y comunicación en educación superior.

Es por ello que Ibáñez (2008, p. 75) plantea cómo, desde la web 2.0,
pueden enumerarse varios aportes que sutilmente van configurando nuevos
paradigmas de enseñanza que benefician la labor docente y los procesos
formativos: 1. Producción individual de contenidos (esto es, el auge del
contenido generado por el usuario individual), y promover el rol de profesores
y estudiantes como creadores activos del conocimiento; 2. Aprovechamiento
del poder de la comunidad, es decir, aprender con y de otros usuarios,
compartiendo conocimiento (auge del software social); 3. Aprovechar la
arquitectura de la participación de los servicios web 2.0; 4. Utilización de
herramientas sencillas e intuitivas sin necesidad de conocimientos técnicos;
5. Apertura: trabajar con estándares abiertos, uso de software libre,
utilización de contenido abierto, remezcla de datos y espíritu de innovación;
6. Creación de comunidades de aprendizaje caracterizadas por un tema o
dominio compartido por los usuarios; y 7. Efecto red: pasar del trabajo
individual a la cooperación entre iguales.

Así, Segura (citado por Carneiro, Toscano y Díaz, 2009), manifiesta que
las TIC brindan diversas posibilidades para apoyar y enriquecer la labor
docente en la planificación, el diseño y el desarrollo de las dinámicas
educativas, pues estimulan y motivan a los estudiantes por la asignatura;
permiten desplegar en ellos la creatividad, la imaginación y la comunicación,
gracias a los espacios ilimitados que hacen posible construir en comunidad;
mejoran las habilidades para la resolución adecuada de situaciones y
problemas, el trabajo en grupo, la autoestima y autonomía; posibilitan
desarrollar redes de interacción con personas a distancia, se abre el contexto
educativo al mundo, y se gestan comunidades virtuales de aprendizaje para
favorecer la formación profesional docente; y promueven la reflexión
pedagógica sobre la apropiación, la integración y el uso pedagógico de estas
herramientas.

Para un mejor aprovechamiento de las TIC en el aula, se considera


esencial tener en cuenta estándares con un sentido y propósitos
establecidos, no solo desde la labor docente, sino también desde los
currículos y los fundamentos de los programas universitarios, a fin de que
exista coherencia entre el discurso pedagógico de la educación superior y su
realidad en los salones de clase. En este sentido, a continuación se
presentan algunas consideraciones sobre las competencias y estándares de
competencias TIC en educación superior.

- Medios, materiales, cognición, metacognición y el aprendizaje

Medios y materiales: los más usuales son los ordenadores, los teléfonos
móviles, las bases de datos y la más popular e influyente, Internet. También
se incluyen dentro de las TIC otros medios como la televisión, la radio, el
teléfono, internet, antena satelital, computador, DVD, escáner, impresora,
fibra óptica, entre otros. Hoy en día los grandes avances tecnológicos han
logrado un importante apoyo en el desarrollo de la humanidad. Por tanto
buscamos que este apoyo sea trasladado a la educación y así lograr mejorar
ampliamente el proceso educativo.

  El uso de las TIC en el ámbito educativo es un punto clave para mejorar


significativamente los resultados del proceso enseñanza-aprendizaje y
basándonos en las teorías constructivistas y el desarrollo de habilidades,
estas herramientas nos permitirán que tanto docentes como alumnos
obtengan grandes beneficios de su uso. La implementación de estas
herramientas tecnológicas nos permitirá llevar de una forma más dinámica la
teoría y la práctica en un aula. La práctica nos transportará a un medio donde
se pueda experimentar, probar, conocer más allá de la información obtenida
en un aula. Las aplicaciones como simuladores, videojuegos, etc. refuerzan
el aprendizaje adquirido para aterrizar en un contexto real.

Basándonos en las Teorías de Ausubel, la evolución del conocimiento en


las áreas de la psicología y la pedagogía, junta con la disponibilidad de las
herramientas tecnológicas constituyen los factores que modifican o amplían
el papel de los medios para la instrucción. El empleo de esos medios debe
acompañar, no sólo al estadio de desarrollo cognitivo del alumno, sino
también a la complejidad de los contenidos. Su utilización no se debe
restringir a funciones de enriquecimiento o de evaluación, sino que debe de
abarcar funciones importantes en la transmisión de información al alumno.

Por esa razón, y especialmente después de los grados más elementales,


los materiales curriculares, deben seleccionarse en función de los
estudiantes y no de los profesores, considerando el contexto social que se
atraviesa. Ausubel afirma que una de las vías más promisorias para mejorar
el aprendizaje escolar, consiste en mejorar los materiales de enseñanza
(Ausubel, Novack. 1978) e incluye en ellos los medios, dada su obvia
relación con los materiales de enseñanza. En esta teoría los medios se
vuelven más importantes en la medida en que facilitan el aprendizaje
significativo. De esta manera el autor antes citado recomienda el empleo de
la instrucción programada y dice que cuando el contenido de un currículo
está adecuadamente preparado y probado con anterioridad y, además,
contiene instrumentos para una retroalimentación paralela tiene poco valor
utilizar al profesor como un filtro a través de las materias específicas que
llegan al alumno.

Cuando el material de enseñanza se transmite directamente a los


alumnos, no solo dicho material alcanza su fin en una forma más clara y
efectiva sino que puede ser esencia para una instrucción, individualizada,
según el ritmo propio del alumno, superando así las limitaciones pedagógicas
y físicas de muchos docentes. No se elimina el papel del profesor, sino que
se canaliza hacia la estimulación de los intereses, hacia el planteamiento y
dirección de las actividades de aprendizaje y hacia la provisión de una
retroalimentación más completa e individualizada.

  Hoy en día algunos profesores han puesto de manifiesto su apatía por la


implementación de las TIC en la educación y han estructurado fuertes
barreras evitando el desarrollo de estas herramientas al interior de diferentes
centros educativos, además de hacer del conocimiento su franca resistencia
al cambio innegable y necesario que atraviesa la sociedad y que incide de
manera directa en el proceso de enseñanza-aprendizaje que hoy busca
reducir las prácticas docentes basadas en el conductismo para implementar
contenidos programáticos y estrategias académicas basadas en el
constructivismo.

  Ausubel no propone modelos o reglas para la selección de medios,


considera varias posibilidades para el empleo de medios y materiales, y
sugiere áreas en las que son particularmente útiles. Él utiliza los términos
ayudas instructivas en sentido genérico, e incluye en ellos, todos los medios
que los profesores emplean con propósitos educativos: libros, cuadernos de
ejercicios, modelos esquemáticos, diagramas, demostraciones, laboratorios,
televisión, computadoras, etc.

Cognición: es la facultad de un ser vivo para procesar información a partir


de la percepción, el conocimiento adquirido y características subjetivas que
permiten valorar la información. Las nuevas tecnologías permiten establecer
relaciones mentales sobre diferentes conceptos. Es mucha la información a
la que internet permite tener acceso. Las nuevas tecnologías permiten
conectar datos de un modo sencillo. Así la capacidad de comprensión del
individuo se multiplica. Las herramientas cognitivas son herramientas no
inteligentes que recaen sobre el aprendiz para generar conocimiento, esto
significa que hay una responsabilidad del estudiante, no del computador. Una
de las mayores tecnologías aplicadas es el lenguaje, el cual amplifica el
pensamiento del aprendiz.

Metacognición: si descomponemos etimológicamente la palabra


metacognición, tenemos que meta, proviene del prefijo griego que significa
“más allá” y cognición del latín cognoscere que significa “conocer”. La
metacognición, en general se entiende como “pensar sobre el pensamiento”
(Cheng, 1993 citado en Klingler & Vadillo, 2000: 84). Por su parte, John
Flavell (1985) denomina a la metacognición como la “cognición acerca de la
cognición”. Establece que el desarrollo de las habilidades metacognoscitivas
desempeña un papel importante en muchos tipos de actividad cognoscitiva
como: persuasión oral, comprensión lectora, la recepción, la atención, la
solución de problemas y diversas formas de autocontrol (Flavell, 1985: 104).

Si descomponemos etimológicamente la palabra metacognición, tenemos


que meta, proviene del prefijo griego que significa “más allá” y cognición del
latín cognoscere que significa “conocer”. La metacognición, en general se
entiende como “pensar sobre el pensamiento” (Cheng, 1993 citado en
Klingler & Vadillo, 2000: 84). La metacognición es una forma de aprendizaje
que busca en los estudiantes el “aprender a aprender” formando en ellos la
autoconciencia y autorregulación, a través de estrategias metacognitivas
teórico-prácticas posibles de aplicar en la práctica docente; asimismo
incorpora en los procesos psicopedagógicos los entornos virtuales que
potencian la comprensión del conocimiento; dependerá de la selección de las
herramientas virtuales, en función de los contenidos, propiciando en ellos un
aprendizaje colaborativo con sus compañeros/as en forma virtual.

Siguiendo este orden de ideas, lo anteriormente expuesto contribuirá a


potencializar en los estudiantes capacidades y aptitudes necesarias para
desarrollar habilidades del pensamiento como: memorizar, comprender,
analizar, sintetizar, aplicar y crear nuevos aprendizajes significativos; así
como también, solucionar problemas y tomar decisiones acertadas. De esta
manera, este nuevo aprendizaje garantizará pensadores prácticos, seguros y
eficaces, respondiendo a las exigencias de la sociedad moderna y
globalizada.

Aprendizaje: Las TICs son consideradas como herramientas de gestión del


conocimiento que mejoran el aprendizaje y lo hacen significativo para los
estudiantes, porque facilitan el intercambio de información científica,
permiten el acceso a contenidos lingüísticos y culturales diversos y facilitan la
colaboración y comunicación. La incorporación de las TICs ha cobrado auge
en los procesos de enseñanza/aprendizaje, teniendo su lugar propio las
actividades académicas de los estudiantes y, en algunas ocasiones, en el
plan de estudios de los docentes.

Entonces, el desarrollo de experiencias de enseñanza/aprendizaje desde


los diferentes niveles educativos se han ido multiplicando con el paso de los
años, en virtud a nuevas formas de entender su presencia en las aulas,
además de ser vistas y en muchos casos sentidas, como un recurso más en
los procesos de innovación (Marín, 2015). De acuerdo con Ruiz, Mendoza, y
Ferrer (2014), actualmente los estudiantes traen consigo, en mayor o menor
grado, conocimientos, saberes y experiencias relacionadas con el uso de las
TICs, estos contenidos son fundamentos pues posibilitan el aprendizaje
significativo mediante actividades apoyadas en las TICs, que estimulan y
motivan el aprendizaje en los estudiantes, para convertirlos en constructores
de su propio conocimiento y adquirir competencias.

Por su parte, Trujillo, Aznar y Cáceres (2015) indican que los estudiantes
señalan la acción innovadora con el uso de las TICs como una propuesta de
aprendizaje enriquecedora basada en una metodología alternativa a la
tradicional, que les permite marcar su propio ritmo de aprendizaje, accesible
y en constante contacto y comunicación con los grupos. Las TIC son
herramientas que fortalecen tanto el proceso de enseñanza como el de
aprendizaje, así como aumentan las oportunidades para acceder al
conocimiento, desarrollar habilidades colaborativas e inculcar valores
positivos a los estudiantes.

II PARTE

¿Qué es innovación y tecnología educativa?

 Moreno (1995) define la innovación como la selección, organización y


utilización creativa de recursos humanos y materiales de maneras nuevas y
propias, que den como resultado la conquista de un nivel más alto con
respecto a las metas así como objetivos previamente marcados. De acuerdo
con Piña y Senior (2020), también “es conocida como un componente o
producto de interrelación que incide o condiciona a la ciencia y tecnología
(CyT)” (p.313). De tal forma que elaborar actividades con cambios
impactantes era signo de evolución creativa y positiva, logrando así, que la
innovación comenzara a considerarse como un requisito fundamental en el
desarrollo de proyectos, generando cambios en las estructuras organizativas
con la creación de departamentos de innovación y tecnología o instituciones
afines para la búsqueda permanente de procesos creativos. 

Torres y Cobo (2017) sostienen que para 1984 la UNESCO definía a la


tecnología educativa como el modo sistemático de concebir, aplicar y evaluar
el conjunto de procesos de enseñanza-aprendizajes, teniendo en cuenta a la
vez los recursos técnicos y humanos así como las interacciones entre ellos,
como forma de obtener una más efectiva educación. Al respecto, Area (2009)
plantea que la informática ha irrumpido en las vidas de las personas como un
vendaval que ha arrasado con los modos y formas culturales, laborales y
comunicativas hasta ahora tradicionales.

Frente a un proceso parsimonioso de adaptación a la innovación


tecnológica, en la actualidad se asiste a una revolución que ocurre en el seno
de la vida cotidiana. A nivel mundial, la sociedad está experimentando algo
inusual. El desborde inmensurable de un virus ha afectado el progreso
constante de todas las organizaciones, en especial la educativa por la
modalidad académica. El BM (2020), insta que en los países que no tomen
acciones en corto plazo, la pobreza de aprendizaje se incrementará.

En ese orden de ideas, muchas instituciones a nivel mundial


reprogramaron su proceso para resguardar la población y garantizar
resultados en sus proyectos o fines laborales, que a pesar de perjudicar el
desempeño habitual y afectado la economía, algunos sistemas, como el
empresarial, educativo, entre otros, lograron superar las desavenencias por
la contribución telemática, que permite la transmisión de información ya sea
en un archivo o texto electrónico, o en tiempo real apoyado en equipos
audiovisuales.
El sistema educativo en el siglo XXI ha buscado integrar los métodos de
enseñanza, el rol del docente, la población estudiantil, con la tecnología
educativa, pero a pesar de muchos esfuerzos, un gran porcentaje de la
población se encuentra fuera del alcance tecnológico digital, trayendo como
consecuencia continuar con los métodos básicos y presenciar la deserción
estudiantil con la aparición del virus.

En el 2020, a medida que la pandemia de la COVID se propagaba por todo


el planeta, la mayor parte de los países anunciaron el cierre temporal de
escuelas, lo que afectó a más del 91% de los estudiantes en todo el mundo.
En abril de 2020, cerca de 1600000 de niños y jóvenes estaban fuera de la
escuela” (UNESCO, 2020b).

El BM (2020), en el informe sobre el impacto del Covid-19 en la educación,


erige que ésta la pandemia representa una amenaza para la educación
mundial debido a su doble impacto: 1) Los impactos inmediatos al cierre de
escuelas y universidades; y 2) los impactos por la crisis económica
provocada por la respuesta a la pandemia. Organizaciones como la
UNESCO en su calidad de orientar el quehacer internacional, con miras a
ayudar a los países para entender la función que puede desarrollar la
tecnología y garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad así
como promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, realiza un
esfuerzo por fomentar la colaboración internacional y garantizar que la
educación no se detenga, por lo que la UNESCO inicia en marzo de 2020 la
coalición mundial para la educación COVID-19 (UNESCO, 2020b), creando
una alianza multisectorial entre el sistema de las Naciones Unidas, las
organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación y los
asociados de TI para diseñar e implantar soluciones innovadoras, aspirando
lo siguiente:
a. Ayudar a los países a movilizar recursos e implementar soluciones
innovadoras y adecuadas al contexto, con el fin de proporcionar una
educación a distancia a la vez que se aprovechen los enfoques de alta
tecnología, baja tecnología o sin tecnología.

b. Buscar soluciones equitativas y el acceso universal.

c. Garantizar respuestas coordinadas y evitar el solapamiento de los


esfuerzos.

d. Facilitar la vuelta de los estudiantes a las escuelas cuando vuelvan a


abrir para evitar un aumento significativo de las tasas de abandono escolar.

Al respecto, Pais (2020) menciona que Emanuela Di Gropello, gerente del


área de educación del Banco Mundial para Latinoamérica y el Caribe, en una
entrevista para BBC Mundo destacó a 4 países latinoamericanos que
lograron establecer estrategias tecnológicas para la educación a distancia;
encabezada por Uruguay, el cual ya se destacaba en la enseñanza online,
creando los medios para los entes involucrados en dicho proceso, como el
uso de la plataforma CREA, red social donde cada docente puede cargar
materiales, enviar y calificar tareas, así como dialogar con sus alumnos.
Asimismo, la plataforma gamificada de matemáticas Matific y Biblioteca País,
con más de 7.000 libros recreativos y materiales de estudio en formato de
texto, audio e imágenes. Mientras México en segundo lugar, ha invertido
mucho esfuerzo y por muchos años en el desarrollo de una televisión
educativa multigrado, sacándole provecho a los medios tradicionales, como
la radio o la televisión, para llegar a los hogares más vulnerables.

Como tercer país citado, se encuentra Colombia, teniendo de apoyo


plataformas educativas creadas por empresas privadas o fundaciones y a su
vez, una plataforma del Ministerio de Educación colombiano; hay más de
80.000 recursos educativos digitales, organizados por grados, que incluyen
desde videos hasta aplicaciones y juegos. Y finalmente Chile, usando tanto
“Aprendo en Línea”, una plataforma con recursos digitales para el
autoaprendizaje en casa y en familia, así como, Aptus orientado a los centros
educativos y que incluye desde software educativo hasta capacitaciones para
docentes y evaluaciones para los alumnos.

En este mismo orden de ideas, el BM (2020) insta que resulte esencial


aprender de los casos de éxitos e integrarlos en los procesos regulares, de
manera que puedan mantenerse en el tiempo, como el uso efectivo de la
tecnología en sistema de aprendizaje a distancia, así como invertir en
desarrollar sistemas de información efectivos.

Al respecto, los procesos que conllevan a la adaptación de sus planes de


estudio, así como a las condiciones actuales, deben basarse en modelos de
autoevaluación, donde una de las macro dimensiones o eje con relación
directa al uso de tecnologías de información, se fundamenta en la
infraestructura o condiciones institucionales, con soporte en TIC, en la cual
se manejen estructuras dinámicas que se actualicen bajo un esquema
tecnológico digital, con el fin de consolidar las estructuras académicas, de
estudios semipresenciales y virtuales que contribuyan a los planes de
internacionalización de la educación superior propuestos por la República del
Ecuador.

Asimismo, en Ecuador sólo el 37% de los hogares tiene acceso a internet y


9 de cada 10 cuenta con televisor o telefonía celular, lo que según el Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF Ecuador, 2020), ha sido
una alternativa para llegar a los niños y asegurar a través de estos medios,
que continúen aprendiendo. A su vez, orientando a los docentes y padres de
familia sin acceso tecnológico en actividades que permitan cultivar en los
niños conocimientos a través de la naturaleza. También se cuenta con la
franja educativa Educa TV transmitida en los canales nacionales.

En este sentido, UNESCO (2020b) sostiene que: “Cada país, de acuerdo a


sus posibilidades y situación está desarrollando diversas soluciones para
atender las necesidades educativas que surgen de la suspensión de clases
presenciales” (p.3). Al respecto, la CEPAL (2020), manifiesta que América
Latina se enfrenta a desafíos en la formación de los docentes en materia de
TIC. Por ejemplo, en el Brasil en 2018, solo el 20% de éstos participaron en
un curso de educación continua para el uso de computadoras e Internet para
la enseñanza. En cuanto al uso de este medio, el 16% informó que la
utilizaba una o más veces al día; mientras que el 20% lo hacía una vez a la
semana, y el 18% al menos una vez al mes.

¿Cuáles son los enfoques de la tecnología?

Según Quintanilla (2001), las grandes orientaciones o enfoques en las


teorías sobre la técnica y la tecnología, pueden ser agrupadas en tres
apartados: la orientación instrumental, la cognitiva, y la sistémica. Enfoque
tecnológico: se centra en cómo entregar la información optimizando el
proceso de enseñanza aprendizaje a través de la búsqueda y selección de
medios tecnológicos eficaces para producir aprendizajes según los fines
deseados. De acuerdo a los enfoques de la tecnología educativa
encontramos:

 Enfoques bajo la perspectiva técnico-empírica: La teoría de la


educación, buscando dar rango científico a la actividad educativa, se
apoyó durante años en un enfoque empírico-análitico, cuyos
presupuestos epistemológicos provenientes de las Ciencias Naturales
fueron trasvasados al terreno de las Ciencias Sociales. Por ello, la
propuesta tecnológica en este campo también quedó vinculada a una
concepción positivista (autores como Skinner, Briggs, Chadwick, Gagné,
Merrill, RomIszowski…) que buscaba conocer las leyes que rigen la
dinámica de la realidad educativa y mantenía una visión
instrumentalizadora de la ciencia donde la Tecnología Educativa asumía
la dimensión prescriptiva. Bajo esta perspectiva técnico-empírica
distinguimos los enfoques principales de la Tecnología Educativa
centrados respectivamente en los medios instructivos:

 Enfoque centrado en los medios instructivos. En el segundo cuarto


del siglo XX la Psicología se dedicó más a temas de tipo teórico,
adoptando el modelo de las Ciencias de la Naturaleza, y la Tecnología
Educativase ocupó de problemas prácticos de la enseñanza, centrándose
especialmente en los materiales, aparatos y medios de instrucción. La
idea imperante era que al introducir un nuevo medio en las aulas la
combinación adecuada del medio, el sujeto aprendiz, el contenido de la
materia y la tarea instructiva aumentaría el aprendizaje; visión
tecnocrática de la realidad educativa cuyos postulados se centran en la
necesidad de que el profesor cuente con buenas y variadas herramientas
para llevar a cabo la acción docente, ya que la riqueza y variedad de
estímulos elevará la atención y la motivación de los estudiantes y
facilitará la adquisición y recuerdo de la información.

 Enfoque conductista y neoconductista. Aunque Thorndike a principios


de siglo ya había establecido algunos de sus principios y Presseyhabía
desarrollado máquinas de enseñar en la década de los años 30, para
muchos la Tecnología Educativanace en los años 50 con la publicación de
las obras de Skinner “La ciencia del aprendizaje y el arte de la
enseñanza” y “Máquinas de enseñanza”, donde se formulan unas
propuestas de enseñanza programada lineal bajo presupuestos científicos
conductistas basados en el condicionamiento operante. La Psicología y la
Tecnología Educativa vuelven a acercarse.
 Enfoques bajo la perspectiva mediacional: Con la influencia de las
corrientes didácticas de tipo interpretativo, se proponen nuevas
conceptualizaciones más subjetivas y comprensivas para la Tecnología
Educativa, que pasa a fundamentarse en la psicología cognitiva y que, en
su propósito de mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje
mediante la aplicación de recursos tecnológicos se interesa más por las
características cognitivas de los alumnos y sus procesos internos, por el
contexto en el que se desarrollan las actividades educativas y por los
aspectos simbólicos de los mensajes vehiculados en los medios, que por
los medios mismos. Comprende a su vez estos enfoques:

 La interacción simbólica. Desde el enfoque de la interacción simbólica,


los medios no son simplemente instrumentos transmisores de información,
son sobre todo sistemas simbólicos de representación de la realidad que
interaccionan con las estructuras cognitivas de los estudiantes. Por lo
tanto estos sistemas simbólicos deben ser acordes con las características
cognitivas de los sujetos. Desde este enfoque la Tecnología Educativase
centra en el diseño de situaciones instruccionales y la creación de
elementos adaptados a las características cognitivas de los estudiantes,
perspectiva que siguen psicólogos como BRUNER, OLSON, CLARK y
SALOMON.

 Enfoque curricular contextualizado. A partir de los años setenta, con la


influencia de las corrientes didácticas de tipo interpretativo, surgen varios
enfoques renovadores que ven la necesidad de romper con la simplicidad
de las visiones anteriores, criticadas como parciales y responsables del
fracaso de tantas y tantas promesas. Desde estos planteamientos se
pretende encontrar nuevos caminos que permitan explorar con rigor
asuntos complejos y aportar conocimiento sobre los procesos que tienen
lugar en los centros y en las aulas, sobre cómo el profesorado y el
alumnado integra el uso de los medios, sobre su papel y función en el
diseño y desarrollo del curriculum y sobre el valor educativo de las
actividades realizadas con la ayuda de diversos medios y recursos.

 Enfoque crítico-reflexivo: En la década de los 80 el interés levantado


por la Teoría Crítica, que enfatiza el hecho de que las comunicaciones
educativas no son neutrales ya que tienen lugar en un contexto
sociopolítico, propicia un movimiento denominado Tecnología Educativa
Crítica que, conectado a diversas corrientes de reflexión se cuestiona los
valores sociales dominantes y se pregunta por el papel que deben
desarrollar los procesos tecnológicos y de forma especial los medios y
materiales de enseñanza.

Desde el enfoque crítico-reflexivo los medios se consideran sobre todo


instrumentos de pensamiento y cultura, y adquieren su significado en el
análisis, la reflexión crítica y la transformación de las prácticas de la
enseñanza. Su selección debe atender a las diferencias culturales, sociales y
psicológicas de los estudiantes y ser respetuosa con los problemas
transculturales

Fundamentos de la tecnología educativa

Se entiende por Tecnología Educativa al acercamiento científico basado


en la teoría de sistemas que proporciona al educador las herramientas de
planificación y desarrollo, así como la tecnología, busca mejorar los procesos
de enseñanza y de aprendizaje a través del logro de los objetivos educativos
y buscando la efectividad y el significado del aprendizaje. La tecnología es la
ciencia aplicada a la resolución de problemas concretos. Constituye un
conjunto de conocimientos científicamente ordenados, que permiten diseñar
y crear bienes o servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y la
satisfacción de las necesidades esenciales y los deseos de la humanidad.
La tecnología educativa es el resultado de las prácticas de diferentes
concepciones y teorías educativas para la resolución de un amplio espectro
de problemas y situaciones referidos a la enseñanza y el aprendizaje,
apoyadas en las tecnologías de información y comunicación (TIC’s). La
Tecnología Educativa es una forma sistemática de diseñar, desarrollar y
evaluar el proceso total de enseñanza-aprendizaje, en términos de objetivos
específicos, basada en las investigaciones sobre el mecanismo del
aprendizaje y la comunicación que, aplicando una coordinación de recursos
humanos, metodológicos, instrumentales y ambientales, conduzca a una
educación eficaz” (INCIE, 1976).

 Desde la teoría de la comunicación: La educación en medios sitúa al alumno


como emisor activo y receptor crítico. Enseña a codificar y analizar
críticamente.

Desde la psicología. Psicología gestal: importancia comunicativa de la figura.


Conductismo: teoría de refuerzo, enseñanza programada. Cognitiva y
constructivista: desarrollo de habilidades cognitivas en la interacción.

Tecnologías de la información. Generación y creación de nuevas


ocupaciones y profesiones. Creación de nuevos contextos laborales. Nuevas
formas de atender la formación laboral.
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