Está en la página 1de 3

Hechos

1. El 23 de septiembre de 2020 comparecen los abogados Nancy Yañez y Jaime Madariaga en


representación de Roberto Salinas, chileno, indígena Colla, quien a su vez es presidente y
representante legal de la “Comunidad Indígena Colla Río Jorquera y sus afluentes”, en
contra de la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Atacama (en adelante
COEVA), por la dictación de ciertas resoluciones que se analizarán más adelante, lo cual
culmina en la calificación de “ambientalmente favorable” para el proyecto “Prospección
Minera Norte Abierto Sector Caspiche” propuesto por la sociedad “Norte Abierto SpA”.
2. El proyecto de “Prospección Minera Norte Abierto Sector Cespiche” ingresó al Sistema de
Evaluación de Impacto Ambiental mediante una Declaración de Impacto Ambiental el 3 de
julio de 2018, siendo calificado ambientalmente favorable a través de la Resolución Exenta
N°009 del 6 de febrero de 2019 de la COEVA de Atacama. El proyecto contempla la
realización de prospección minera en el sector de Cespiche a través de sondajes del tipo
aire reverso y/o diamantina (322 plataformas), además de la construcción de un
campamento para 200 personas. Se encuentra localizado en la Región de Atacama,
comuna de Copiapó y Tierra Amarilla. El proyecto se desarrollará 3 áreas: a) área de
plataformas, b) área de campamento y c) área de exclusión ambiental. Además, tendrá
una duración total de 4 años y 2 meses, contando 1 mes para fase de construcción y otro
para la fase de cierre.
3. El 18 de julio de 2019, Roberto Salinas y la Comunidad Indígena dedujeron una solicitud de
invalidación administrativa en contra de dicha Resolución N°009 de Calificación Ambiental,
la cual fue rechazada por COEVA de Atacama el 24 de marzo del 2020 mediante la
Resolución Exenta N°33 del 30 de marzo de 2020.
4. Esta ultima resolución fue reclamada mediante recurso de reposición con recurso de
jerárquico en subsidio, sin embargo, el 22 de mayo de 2020, el Servicio de Evaluación
Ambiental (SEA) de Atacama rechaza el recurso de reposición mediante la Resolución
Exenta N°20200310113/2020, siendo esta decisión ratificada por la COEVA de Atacama
por medio de la Res. Ex. N°77 del 7 de agosto de 2020.
5. Finalmente, con respecto al recurso jerárquico interpuesto por la comunidad, se resolvió
no admitirlo a tramitación por medio de la Res. Ex N° 202099101529 del Director Ejecutivo
del Servicio de Evaluación Ambiental.
6. La comunidad alega, entre otras afectaciones, que la Resolución de Calificación Ambiental
es errónea puesto que, en base a su postura, el proyecto debió haber ingresado al Sistema
de Evaluación de Impacto Ambiental por medio de un Estudio de Impacto ambiental en
vez de una Declaración de Impacto Ambiental, debido a que se dan los supuestos
contenidos en las letras b), c), d), y f) del art. 11 de la Ley 19.300.
7. Por causa de esto y en virtud de que el proyecto va a desarrollarse en tierras indígenas
pertenecientes a la comunidad, esto traerá consigo cambios que afectarán
significativamente su forma de vida, sus actividades de sustento y de trashumancia, es por
esto y en virtud de lo señalado en el Convenio 169 de la OIT, que durante el procedimiento
de Evaluación Ambiental debió realizarse un proceso de consulta indígena previa, libre e
informada. Sin embargo, en el procedimiento se hizo una aplicación prioritaria de
normativa interna, en desmedro del Convenio 169.
Decisión del Tribunal de Primera Instancia

Este caso en particular se lleva en 2 sedes, una administrativa y una judicial. Inicia con la
reclamación de la Resolución de Calificación Ambiental favorable, ante la cual se dedujo una
solicitud de invalidación administrativa, la cual fue rechazada por la COEVA de Atacama. Esta
decisión de la COEVA fue impugnada por medio de un recurso de reposición con jerárquico en
subsidio, siendo el primero rechazado por el SEA y ratificado por la COEVA, y el segundo rechazado
por el Director Ejecutivo del SEA respectivo.

En base a esto, en un primer término los órganos administrativos se ciñeron a una interpretación
bastante restrictiva del nivel de protección de la norma ambiental, atendiendo a que, según la
consideración de estos órganos no se cumple con los supuestos contemplados en el art. 11 de la
ley 19.300, donde si se genera a lo menos uno de ellos, corresponde ingresar mediante Estudio de
Impacto Ambiental:

a) Riesgo para la salud de la población, debido a la cantidad y calidad de efluentes, emisiones o


residuos;

b) Efectos adversos significativos sobre la cantidad y calidad de los recursos naturales


renovables, incluidos el suelo, agua y aire;

c) Reasentamiento de comunidades humanas, o alteración significativa de los sistemas de vida y


costumbres de grupos humanos;

d) Localización en o próxima a poblaciones, recursos y áreas protegidas, sitios prioritarios para la


conservación, humedales protegidos, glaciares y áreas con valor para la observación astronómica
con fines de investigación científica, susceptibles de ser afectados, así como el valor ambiental del
territorio en que se pretende emplazar;

e) Alteración significativa, en términos de magnitud o duración, del valor paisajístico o turístico


de una zona, y

f) Alteración de monumentos, sitios con valor antropológico, arqueológico, histórico y, en


general, los pertenecientes al patrimonio cultural.

Siendo los literales b), c), d), y f) aquellos que los reclamantes alegan su especial concurrencia. Sin
embargo, la contraparte alega que el proyecto ingresó correctamente al SEIA mediante
Declaración de Impacto Ambiental, puesto que los impactos producidos por el proyecto no
alcanzan, a juicio de la Comisión, los niveles de impacto suficientes para entrar en alguna de las
categorías propuestas. Esto se debe a que, en primer lugar, no se considera que las actividades de
sondaje y construcción vayan a tener un gran impacto en los suelos, asimismo la empresa a cargo
del proyecto presentó planes de manejo para reducir impactos, contemplando una zona de
exclusión ambiental donde no se realizarán trabajos y además la humidificación de caminos para
evitar el levantamiento de polvo por el paso constante de vehículos livianos y pesados.

Así también, se determinó que las actividades desarrolladas en el proyecto no afectarían a la


comunidad directamente, esto debido a que la Comisión consideró que los cambios en el estilo de
vida a los que se vería sometida la comunidad no eran significantes, junto al hecho de que el
proyecto no tendrá una permanencia en el tiempo mayor a 4 años con 2 meses.

De esta forma, la Comisión también considera que no se produce una afectación a zonas
específicas de áreas protegidas, puesto que se determinó una “zona de exclusión ambiental”
donde se localiza la mayor cantidad de especies tanto de flora y fauna, las cuales según los
proponentes no se verán afectadas bajo ningún propósito.

Por esto mismo, y además de que la Comisión hizo un uso prioritario de normativa interna,
específicamente del artículo 7 del Decreto Supremo N° 66 del año 2013 y Decreto Supremo N°
40/2012, por sobre el referido Convenio 169, se determinó que no correspondía realizar un
procedimiento de Consulta Indígena.

Asimismo, se cuestiona si la solicitud de invalidación de la RCA fue presentada de forma


extemporánea, en base al criterio jurisprudencial de la invalidación impropia, el cual establece un
plazo de 30 días. Teniendo en cuenta que la Resolución 009/2019 fue dictada con fecha 6 de
febrero de 2019 y su invalidación fue solicitada el 18 de julio de 2019, 4 meses posteriores a su
publicación. Al respecto, con fecha 30 de marzo de 2020 la Comisión de Evaluación de Atacama
dictó la Resolución Exenta N° 33, en virtud de la cual se rechazó la solicitud de invalidación, sin
embargo, en el considerando 27 de dicha resolución es la propia COEVA quien señala “la solicitud
de invalidación antes individualizada, entendida como invalidación propiamente tal, no es
extemporánea, y, por ende, no es efectivo que exista un vicio del procedimiento al haberse
admitido a trámite la solicitud de invalidación, puesto que la facultad de la administración para
invalidar no ha caducado, ya que no se ha cumplido el plazo de 2 años que establece el artículo 53
de la Ley N°19.880”.

También podría gustarte