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Este caso en particular se lleva en 2 sedes, una administrativa y una judicial. Inicia con la
reclamación de la Resolución de Calificación Ambiental favorable, ante la cual se dedujo una
solicitud de invalidación administrativa, la cual fue rechazada por la COEVA de Atacama. Esta
decisión de la COEVA fue impugnada por medio de un recurso de reposición con jerárquico en
subsidio, siendo el primero rechazado por el SEA y ratificado por la COEVA, y el segundo rechazado
por el Director Ejecutivo del SEA respectivo.
En base a esto, en un primer término los órganos administrativos se ciñeron a una interpretación
bastante restrictiva del nivel de protección de la norma ambiental, atendiendo a que, según la
consideración de estos órganos no se cumple con los supuestos contemplados en el art. 11 de la
ley 19.300, donde si se genera a lo menos uno de ellos, corresponde ingresar mediante Estudio de
Impacto Ambiental:
Siendo los literales b), c), d), y f) aquellos que los reclamantes alegan su especial concurrencia. Sin
embargo, la contraparte alega que el proyecto ingresó correctamente al SEIA mediante
Declaración de Impacto Ambiental, puesto que los impactos producidos por el proyecto no
alcanzan, a juicio de la Comisión, los niveles de impacto suficientes para entrar en alguna de las
categorías propuestas. Esto se debe a que, en primer lugar, no se considera que las actividades de
sondaje y construcción vayan a tener un gran impacto en los suelos, asimismo la empresa a cargo
del proyecto presentó planes de manejo para reducir impactos, contemplando una zona de
exclusión ambiental donde no se realizarán trabajos y además la humidificación de caminos para
evitar el levantamiento de polvo por el paso constante de vehículos livianos y pesados.
De esta forma, la Comisión también considera que no se produce una afectación a zonas
específicas de áreas protegidas, puesto que se determinó una “zona de exclusión ambiental”
donde se localiza la mayor cantidad de especies tanto de flora y fauna, las cuales según los
proponentes no se verán afectadas bajo ningún propósito.
Por esto mismo, y además de que la Comisión hizo un uso prioritario de normativa interna,
específicamente del artículo 7 del Decreto Supremo N° 66 del año 2013 y Decreto Supremo N°
40/2012, por sobre el referido Convenio 169, se determinó que no correspondía realizar un
procedimiento de Consulta Indígena.