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PRESENTADO POR
LAURA VALENTINA GRISALES QUINTERO
PRESENTADO A
TRABAJO SOCIAL
FACULTAD DE HUMANIDADES
UNIVERSIDAD DEL VALLE, SEDE ZARZAL
2022
Elementos de las fotografías
(1950-1970)
Marcadas costumbres religiosas/católicas
Características regionales: región montañosa, fría y rural a más
de 1.900-2000 m.s.n.m.
Culturales Vestimenta: las mujeres llevaban vestidos o faldas largas,
cabello largo (hasta la cintura). Mientras que los hombres
llevaban pantalón con camisa, ruanas y botas
Comidas: animales silvestres como guatines, zarigüeyas y
gurres. También sancocho y natilla de maíz
(1970-2000)
(2000-Actualidad)
Motivos de las Dejar plasmado un bonito paisaje (en el álbum hay más fotos
fotografías de paisajes que de personas)
Nos sentíamos felices
Amigos y familiares reunidos
En opinión, son lazos inquebrantables que no necesariamente tienen que ser de afectividad,
pero sí de compromiso hacia los otros. Dentro de este mismo circulo, inconscientemente se
les impone a los miembros de la familia seguir una serie de conductas, normas y
costumbres que debe adoptar poco a poco mientras crece y se constituye como adulto para
que la sociedad lo pueda aceptar dentro de sus parámetros de normalidad.
Don Gerardo, mi abuelo se crío entre cultivos de café, plátano y lulo, en medio de
numerosos hermanos en una de las tierras más frías en cercanías del Choco. Con ruana al
hombro y en sus manos tarjadas cargaba un azadón, laborando las tierras desde sus
tempranos siete años; conoce lo que es la primaria y aprende a medio leer y escribir para
defenderse a pesar de los castigos crueles que le imponía su profesora por llegar tarde. Su
padre convencido de que su hijo iba a ser un respetable cura emprende ese sueño en
búsqueda de esa formación, lo que no prevé es que debía vender todos sus bienes materiales
y media alma en lo que le quedaba de vida. Renunciando a ese sueño, su hijo empieza el
trabajo de chofer en un jeep willys llevando a la gente a vender su cosecha en la plaza de
mercado, principiando lo que sería uno de los primeros transportes a motor en esa zona,
dejando en el pasado lo de andar a lomo de mula. Al mismo tiempo, se dedica en sus
tiempos libres a tocar serenatas para los enamorados, de las que mi abuela no se salvó. El
papá de mi abuelo funda una parte del pueblo, donando tierras de su finca para la
construcción de la primera escuelita y ofrece yegua y media (la más vieja) para transportar
materiales. Lastimosamente al padre de mi abuelo, esa alma noble le aqueja la lepra y se
convierte más adelante en la causa de su muerte.
Ambos viven la violencia entre godos y cachiporros a flor de piel. De niña mi abuela ve
constantemente como pasan mulas cargando cadáveres y en medio de su inocencia pregunta
por qué esos hombres montan de esa manera tan rara las bestias. Mientras que mi abuelo y
su familia siendo fuertemente conservadores, pasan noches de terror escondiéndose debajo
de la cama en una de las regiones rurales más liberales del Norte del Valle, y con miedo a
fallar a la respuesta de la pregunta: ¿ustedes de qué partido son?. Para terminar de dañar el
orgullo familiar, la oveja negra de la familia era apodado “lamparilla”, perteneciente a una
disidencia llamada “las chusmas”, robaban, mataban y causaban terror en el pueblo.
Paradójicamente, Gerardo conoce a la que seria mi abuela: Rosalba, una liberal de 14 años
huérfana que vive explotada laboralmente por su hermano que es profesor y que la llenaba
de promesas falsas, al prometerle a ella que no se quedaría solo con la primaria, sino que le
ayudaría a terminar su educación, ella quería estudiar medicina y se le daba muy bien curar
las peores heridas. Sin embargo, el destino fue otro y mi abuelo pide la mano de Rosalba, él
por amor y ella no solo por amor, también para escapar del maltrato de su hermano. Siendo
fielmente católicos, los hijos de la familia de godos y cachiporros se unen en sagrado
matrimonio, cuan romeo y julieta, pero con el “final feliz” y con 14 años de diferencia.
Pasan a vivir con la familia de mi abuelo. Don Gerardo se convierte en el consorte
económico, mientras que ella se encargara de la crianza y labores en una familia ajena a
ella. Viendo la situación de extrema pobreza y que a mi abuelo no le alcanza para comprar
alimentos básicos, ni haciendo recorridos de pueblo en pueblo, ni con las canciones que
toca en las parrandas de borrachos. Entonces a Rosalba le toca hacer labores del campo y
sembrar hortalizas para vender en un sistema de intercambio con los tenderos. Cuando se
medió acomodan, ella se inscribe en el “bachiller virtual” de la época que consistía en
sintonizar la emisora en determinados horarios para escuchar las clases y mandar por medio
del correo las respuestas a los trabajos y exámenes. Sin embargo, entre las labores del
campo y de la casa; la crianza de sus hijos y el bachiller termina por desistir de esta última.
Alrededor de sus vida, procrean 7 hijos, de los cuales tres mueren a temprana edad, uno por
accidente, el otro por enfermedad y el ultimo por un trabajo de parto difícil el cual asistía la
partera del pueblo, algo que los deja marcados, no olvidaran aún despues de transcurrir 50
años.
Dejan las labores del campo y se mudan a un caserío en donde terminan sumidos en las
ventas de helados, dulces y buñuelos que les proporciona mayores utilidades para la
subsistencia. Posteriormente, expanden su negocio incluyendo todo tipo de artículos:
lencería de paño para mujeres y zapatos para cachaquear los domingos. Por otro lado,
empiezan a crear lazos de amistad en su nuevo hogar. Estas mismas personas los hacen
dudar de la religión católica y convertir al protestantismo testificando que era una
verdadera fuente de cambio espiritual. Tanto es, que se van caminando tres horas ida y
vuelta cada semana para escuchar las palabras de represión y enseñanza del pastor.
Cambian sus vestimentas por unas más sobrias, compran una biblia más grande y la querida
costumbre del cigarrillo en mi abuelo se acaba. El auge fue sorprendente cuando llega el
primer televisor al caserío, poder ver a través de una imagen la representación de las
novelas románticas que antes solo podían escucharse por la radio mientras hacían sus
quehaceres, fue como magia el cambio. Macgiver para los niños y la novela “la fiera” para
las señoras; los señores aún se encontraban un poco escépticos con el entretenimiento. Pero
el asombro incluyo a todos cuando pavimentan la calle principal del caserío. Mi madre,
única hija de mis abuelos, llega a un punto de tensión en su adolescencia, se cuestiona
acerca de querer pasar la vida lavando los pantalones mugrosos a sus hermanos y prender
cada dia a las 5 a.m. el fogón de leña. Le exige entre lágrimas a su madre educación,
terminar por lo menos su bachillerato. Entre muchas dificultades, cumple su deseo de
educarse. En la flor de su juventud comienza la época de romance: ahorraba para llamar a
sus novios por telecom y se enviaban cartas de más de dos hojas. En ese contexto, se siente
la época del narcotráfico en Colombia. Al mismo tiempo, viven un poco la época de
desplazamientos y extorsiones por parte de las disidencias. Escuchan relatos y rechazan
rotundamente volver a una violencia que, aunque la hayan vivido toda la vida, nadie se
termina por acostumbrar tanto de forma directa como indirecta. Así que su mejor opción es
Álvaro Uribe Vélez, un candidato que garantiza combatir los secuestros y la violencia.