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Es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. Exige un orden y unos lineamientos para
poder lograr más rápidamente los objetivos deseados, soportando las molestias que ésto ocasiona
Sí, sí, sí, suena muy fácil decirlo (o leerlo) pero no el hacerlo. Lo sabemos. Sin embargo, aquí te
dejamos los 8 (más o menos) simples pasos para que puedas recuperar la disciplina o, al menos,
intentarlo.
1. Conoce tus puntos débiles. Sí, nadie es perfecto, absolutamente nadie. Así que nada mejor que
asumir tus debilidades (patatas fritas, dormir a deshoras, sustancias como el café, muchas horas
con el móvil en la mano, poco ejercicio, nervios, darle demasiadas vueltas a las cosas) y frenarlas.
O no frenarlas pero sí ser consciente de ellas para que, cuando ataquen, sepas remediarlas o te
des cuenta de qué está frenando lo que quieres hacer.
2. Aleja las tentaciones y haz un compromiso contigo misma. Ser disciplinado no es algo que
seas, es algo que haces. No se nace con la disciplina, es un hábito que se va adquiriendo. Así, si
sabes que ves mucho el móvil antes de dormir y terminas durmiendo dos horas más tarde, apágalo
y descansa. Si quieres comer sano, tira o regala la comida basura que tengas cerca o, si quieres
ser más productiva en el trabajo, silencia el teléfono y las notificaciones de las redes sociales.
3. Céntrate en lo que quieres conseguir, traza un plan y no pierdas la meta. Si quieres ser más
disciplinada para conseguir un objetivo (dormir más, leer más, hacer más deporte, cualquier cosa)
es importante que tengas muy claro qué es lo que quieres conseguir y/o alcanzar. Repasa cada
mañana tu(s) objetivo(s) y haz todo lo que sea necesario para llegar a ello.
4. Construye tu disciplina. Como te hemos dicho antes, la disciplina no es algo con lo que nazcas,
es un hábito/comportamiento adquirido. Y, como cualquier conocimiento, habilidad o aprendizaje,
cuanto más lo practicas, más mejoras. Así, como cualquier otra cosa que vayas a aprender de
nuevas, te va a costar al principio, pero no por ello debes rendirte. A medida que tus objetivos sean
más grandes, ambiciosos o complejos, más disciplina y esfuerzo vas a necesitar. Por eso, intenta
ser disciplinada en tu día a día, en cosas más o menos manejables, así te será mucho más sencillo
o factible.
5. Crea nuevos hábitos simplificándolos. Es decir, si quieres hacer algo nuevo, comer más sano o
dormir más o perder peso, por ejemplo (sí, son los más clichés pero los más generalizados
también) empieza poco a poco. ¿Esto qué quiere decir? Pues que si quieres dormir más, no
pienses en dormir dos horas antes, eso te va a agobiar. Vete a la cama quince minutos antes. Si
quieres hacer ejercicio para perder peso, empieza con diez o quince minutos al día, algo que
parece poco pero, cada día, va sumando.
6. Come a menudo y de forma sana. Parece otra tontería pero no lo es. Si tienes hambre, estás de
malhumor, nerviosa o con el estómago encogido, no podrás centrarte en lo importante. No comer
conlleva una falta de azúcar y eso te hace estar más depresiva, alicaída y pesimista. Además,
somos lo que comemos, así que, si quieres empezar a cambiarte, no hay mejor forma de empezar.
7. No pongas freno o tope a tus límites o tu poder. Suena muy new age, sí, pero es así. Si piensas
que tienes poca capacidad para hacerlo, de disciplina, de logro o lo que sea, no lo conseguirás. Si
no eres consciente o no cuantificas lo que puedes o no puedes hacer, no te frenas y sientes menos
presión.
8. Haz un plan de back up, auto-premiate y si fallas, perdónate a ti misma y sigue adelante. Por
ejemplo, si has decidido comer más sano pero vas de camino a una fiesta, traza un plan. Sabes
que habrá cosas aceitosas fritas y algunas más sanas. Pues ve a por las sanas (o todo lo sanas
que puedan ser). Si lo consigues, un día a la semana permítete comer algo que tengas muchas
ganas o más antojo/mono. Si no lo consigues, no te fustigues ni te estés lamentando, ya conoces
tu punto débil
9. Una persona disciplinada es aquella persona ordenada con sus hábitos y que trata de involucrarse y tener un
compromiso con lo que se decide que va a hacer. No basta con la perseverancia. Hace falta un orden. Tener
disciplina implica tener un orden
¿Qué importancia tiene la disciplina para el éxito de la vida?
La disciplina, es el canal que te libera de las excusas para alcanzar tus objetivos. Esta cualidad te
permite empoderarte para dividir tus metas en pequeñas acciones, que alineadas te llevan a alcanzar
un bien mayor. Por esta razón, ser disciplinado es una virtud invaluable
Trabajo
Generar el hábito de la disciplina en nuestra vida diaria, es una tarea que puede
resultar difícil para muchos. Sin embargo, la disciplina puede traer muchas más
ventajas que desventajas, de hecho te puedo decir con certeza que no encuentro
una desventaja en ser disciplinado.
Para poder tener éxito en tu vida, es fundamental contar con disciplina. Podría
mencionar otros como, creatividad, constancia, esfuerzo, talento, inteligencia. Pero
la disciplina es la pieza clave para lograr tus objetivos.
Sin disciplina, cualquier cosa que hagas, que incluye el ámbito laboral, hasta el
ámbito personal, como el ejercicio, vicios, comer saludable, serían imposibles de
lograr.
Este tipo de normas, son necesarias para poder lograr objetivos, tal vez si fallas,
nadie te dirá nada, pero te estarás fallando a ti mismo, y mucho tiene que ver con
la conciencia, el hecho de que cumpliendo las normas auto impuestas, te sientas
mejor.
Tal vez otra norma, podría ser el dejar de fumar, porque sabes que no le hace bien
a tu cuerpo, entonces estableces el objetivo y pasos necesarios para lograrlo.
Bajar la cantidad de cigarrillos al día, o dejar de fumar por completo, etc.
Exigirte más de la cuenta, dar ese extra, debe de ser necesario al momento de
practicar la disciplina. ¿Por qué?, porque al momento que establecemos un
compromiso con nosotros mismos, debemos saber que somos capaces de eso y
más, una persona en busca de la excelencia, no le gusta estar en su zona de
confort.
Ser disciplinado debe de ser un hábito, algo que debes de cultivar día a día.
Aunque a veces no quieras o sientas que no puedes, DEBES DE, eso es parte de
la disciplina.