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Unidad I: Introducción.

La Modernidad y sus pliegues


 
Para comprender el debate Modernidad – Posmodernidad, debemos primero tener
en claro las ideas que participan del mismo. Y para realizar una introducción comprensiva
a la modernidad debemos retrotraernos al Renacimiento. Aceptando que las ideas surgen
en un contexto político, económico, social y cultural determinados, debemos comenzar
con un breve repaso de dicho período.
Seguiremos los textos propuestos en los manuales según los períodos que
describen y según sus aportes a éste panorama general propuesto.
 
1.      Siglos XV y XVI: Renacimiento
 
Si bien sabemos que las periodizaciones son útiles a los fines de comprender y
analizar las ideas, no debemos olvidar que la historia es un proceso en el cual los
cambios son paulatinos y que siempre podemos encontrar los gérmenes de un período en
el anterior y que el mismo deja sus rastros en el siguiente. Hay períodos grises,
continuidades, rupturas, transiciones prolongadas, etc.
Las caracterizaciones del Renacimiento las tomamos de los siguientes textos:
- B. Russell, Nacimiento de la filosofía moderna
- Risco M y Marcos D., Aspectos generales de la filosofía moderna
- Maidana S., Contexto social, político, económico y cultural de los inicios de la
modernidad
- Gaarder J., Cap. Renacimiento
 
Características generales:
 
- Período de florecimiento cultural, se consideró un renacer del arte y la cultura de
la Antigüedad. Se produce un cambio muy importante en la visión del hombre y es por ello
que se habla de giro antropocéntrico o Humanismo, donde el hombre pasa a ocupar el
interés central.
- Proceso de secularización: rompe con la visión teológica del mundo de la Edad
Media. Dios deja de ser el centro de la escena en la vida de los hombres.
- Universo unificado en una única región ontológica para todos los seres (no
jerárquico)
Compuesto por los mismos fenómenos a diferentes escalas (micro en el caso del
hombre y macro en el cosmos)
- Modelo naturista cuyo principio de explicación es la analogía: concibe a la
naturaleza como un gran animal viviente.
- Fomento del librepensamiento en oposición al dogmatismo que caracterizó al
medioevo.
- En el campo de la ciencia el conocimiento es visto en función de su utilidad,
prevalece una concepción pragmática que privilegia la observación (experiencia sensible),
la recolección de datos y la experimentación. En oposición a la tradición medieval de
acatar el mandato de la autoridad de los textos (Santo Tomás, Aristóteles)
De esta recuperación de los estudios empíricos es resultado, entre otros, el
descubrimiento de Copérnico, que en 1543 postula el sistema astronómico heliocéntrico
(el sol como centro del universo) en reemplazo de la concepción geocéntrica.
- Con la invención de la imprenta crece la posibilidad de difundir nuevas ideas y
socavar los cimientos de las antiguas autoridades. La Iglesia pierde el monopolio del
conocimiento.
La brújula: abrió los mares y amplió el mundo a los exploradores y al comercio.
Quiebre del mundo estático, finito y ordenado del hombre medieval.
La pólvora es otro invento que posibilitó que, por medio de las nuevas armas,
Europa se imponga sobre otras culturas como la americana y asiática. 
- Esta apertura al mundo y los avances de la ciencia traen aparejado un cambio en
el modo de producción: del modelo feudal de economía cerrada a un sistema dinámico y
de apertura de mercados. Transición de la economía en especie a la economía monetaria
y emergencia de la burguesía.
- En el Siglo XVI se produce la Reforma Protestante: Defiende la libre
interpretación de la Biblia y la idea del individuo en contacto directo con Dios. La religión
se recluye en la conciencia individual y se retira de los asuntos públicos (al menos en los
niveles de omnipresencia que ocupó durante la Edad Media)
Deja de ofrecerse la misa en latín y la Biblia es traducida a lenguas vulgares (la
Iglesia pierde la tutela de la fe).
- Todos estos cambios produjeron una reacción de la Iglesia y es la época donde
abundan los procesos por brujería y la quema de herejes, como sucedió con Giordano
Bruno.
Siguiendo el hilo cronológico de este renacer de la vida y la cultura podemos ver
continuidades, desarrollos y rupturas en la Modernidad, este tema también es terreno de
debate o planteo de diferentes posturas.
- En el texto de Luis Villoro encontramos una valoración del Renacimiento como
núcleo germinal o marco conceptual de una figura del mundoaún vigente. El autor
describe un conjunto de creencias básicas que nacen en el Renacimiento y sostiene que
las mismas, más complejas y desarrolladas, se prolongan en la Modernidad.
De este conjunto de creencias Villoro considera que la central es la del hombre
como fuente de todo sentido.
Ahora bien, el planteo va más allá todavía e incluye en el análisis la situación de
crisis o malestar de la Modernidad y sostiene que las causas de la misma también se
pueden remontar al Renacimiento (de manera germinal). 
El afán de dominio, la codicia, el vacío ante la pregunta ¿qué sentido tiene el
hombre?,  el cuestionamiento a la idea de progresoy de la historia como una
manifestación racional del mismo hacia una sociedad emancipada, son los puntos que
trata el texto de Villoro.  
 
2.      Modernidad
 
Se podría resumir la transición a la Modernidad con la siguiente frase:
- “Hasta las verdades más respetadas son puestas en tela de juicio, y ha
empezado a soplar un viento que levanta las doradas vestiduras de príncipes y prelados,
dejando al desnudo piernas más gordas o más flacas, pero exactamente iguales a las
nuestras”
De la obra “Galileo Galilei” de Bertolt Brecht
Durante la Modernidad cambian todos los aspectos de la vida del hombre junto
con su puesto en la naturaleza y en la sociedad. Para comprender su complejidad es
necesario marcar las diferencias entre los siglos XVII y XVIII:
Los autores que caracterizan ambos siglos son:
- Maidana S., “Contexto social, político, económico y cultural de los inicios de la
modernidad”
- Risco M. y Marcos D., “Aspectos generales de la filosofía moderna”
- Obiols G., “Modernidad y Posmodernidad: elementos para entender un debate”
 
a)      Siglo XVII
 
Características generales
 
- La impronta del modelo matemático pone el énfasis en expresar las
observaciones científicas en un lenguaje matemático exacto.
Las frases de Galileo Galilei (1564-1642) “mide lo que se pueda medir, y lo que no
se pueda medir, hazlo medible” y “el libro de la naturaleza está escrito en lenguaje
matemático” son expresión de ésta época.
- Racionalización: abarca todos los aspectos de la vida del hombre
- La preocupación por el conocimiento y búsqueda de un método que permita el
avance de la razón son claves en el pensamiento moderno. 
El punto de inflexión y apertura hacia la Modernidad es el pensamiento de
Descartes (1596-1650):
- La duda como método: como buen racionalista (la razón como fuente privilegiada
de conocimiento) Descartes sostiene que el hombre nace con ideas innatas y que la
experiencia es fuente de engaño. El cogito, como primera verdad, es el punto donde la
duda se detiene y a partir del cual se reconstruyen las ciencias. Es la instauración del
sujeto como fundamento del conocimiento.
- El mecanicismo como modelo explicativo del mundo físico: toda realidad natural
tiene una estructura comparable a la de una máquina.
- Carácter universal de la razón: la razón contiene en sí los principios a partir de
los cuales es posible deducir el comportamiento del mundo.
Pero Descartes no logra prescindir de Dios como Primer Principio o Causa Primera
de todo ser, verdad y orden.
-El modelo deductivo de las matemáticas es el que le ofrece al hombre moderno
los conocimientos evidentes, rigurosos y simples que le garantizan certeza y precisión.
 
 
b)      Siglo XVIII: Ilustración
 
Para caracterizar éste período sumamos autores que lo tratan de manera
particular:
- Kant I., “¿Qué es la Ilustración?”
- Gaarder J. Cap. “Ilustración”(pone el acento en los avances científicos)
La famosa frase de Kant nos sirve como guía: “la Ilustración es la salida del
hombre de la minoría de edad”
 
Características generales
 
- El Siglo XVIII está marcado por una nueva concepción del saber que toma como
modelo el proceder analítico de la física de Isaac Newton (1642-1727).
La deducción es sustituida por el análisis. Los fenómenos son el punto de partida
del conocimiento y a partir de ellos se intentan descubrir relaciones regulares para
formular leyes. Servirse de la observación y la experimentación, es decir de la
experiencia, ateniéndose a los hechos, es la clave de la ciencia moderna. 
- Se instala la cuestión de la importancia de los sentidos (de los que Descartes
desconfiaba) en el origen del conocimiento. Diferentes posturas se derivan de la misma:
Empirismo (Locke, Hume), idealismo trascendental (Kant). etc.
- La razón alcanza un nuevo sentido como forma de adquisición (y no de
deducción) de conocimiento y logra su autonomía. No se apoya en principios
trascendentes ni busca validez absoluta.
- Crece la convicción de que no hay nada que el hombre no pueda alcanzar con su
esfuerzo y capacidad y ya no necesita de Dios como garante. El sujeto es el legislador de
todo orden. El ejercicio de la razón se identifica con el ejercicio de la libertad.
- En este marco, la sociedad es concebida como una creación libre de los
hombres, como resultado de un contrato voluntario. Dicho contrato tiene por objetivo velar
por los derechos individuales conforme a un orden racional.
- Los “ilustrados” confiados en el poder de la razón y en la idea de progreso, se
encaminan hacia la emancipación humana.
- Conocer para dominar es uno de los rasgos claves de la Ilustración. La
naturaleza al servicio del hombre.
- Desde el punto de vista ético, el sujeto es el legislador universal que promulga las
normas. El hombre es el sentido y el fin de sus acciones.
 - Mencionaremos las características fundamentales del Empirismo:
Locke y Hume son sus mayores exponentes y son quienes sostienen que el
conocimiento comienza con la experiencia. Para ellos sólo hay conocimiento de hechos
particulares y se oponen a todo tipo de postulado metafísico, ya que carece de correlato
empírico (impresión sensible). En el marco de esta crítica Hume se opone a la idea de
causalidad, entre otras.
- Un pensador clave de la modernidad: Inmanuel Kant (1724-1806)
Ver las siguientes autoras:
- Susana Maidana, “Contexto social, político, económico y cultural de los inicios de
la modernidad”
- Esther Díaz, “¿Qué es la posmodernidad?”
Bajo la combinación de la influencia de Hume y su crítica a la idea de causalidad,
por un lado y la física newtoniana por otro, Kant realiza una crítica de la razón.
Por “crítica” tenemos que entender el análisis o investigación de los límites de razón.
Hasta dónde puede la razón conocer, hacer y esperar. Qué y cómo conoce la
ciencia es el eje de su pensamiento, así como también la preocupación por el tema moral
y la libertad del hombre .
Kant postula que el hombre de ciencia encuentra en la naturaleza lo que
previamente puso en ella. Es decir, el sujeto (entendimiento) interviene y condiciona al
objeto de conocimiento. Estos condicionamientos son a priori (previos e independientes
de la experiencia) y por ello se denominan trascendentales. A la vez que son condición de
posibilidad del conocimiento.
- Deudora de la Ilustración: en 1789 se produce la Revolución Francesa y su
lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad” sostiene un concepto individualista de libertad
natural, previa al Estado y un concepto de libertad como soberanía popular.
Siglo XIX: Críticas a la razón moderna
 
Autores a seguir:
- Maidana S., “Contexto social, político, económico y cultural de los inicios de la
modernidad”
- Obiols G., “Modernidad y Posmodernidad: elementos para entender un debate”
El Positivismo, con Augusto Comte (1798-1857) como su fundador, postula que el
científico debe estudiar lo dado, los hechos, lo verificable, lo mensurable. Lo positivo debe
ser entendidocomo lo útil (saber para hacer) y también como lo relativo, en oposición a lo
absoluto. Persigue el conocimiento que se caracteriza por la objetividad, esto es, que
debe ser copia de la realidad y constatable. No hay conocimientos a priori. Los hechos se
presentan en forma de leyes que se constituyen a partir de la observación empírica. La
sociología es concebida como una ciencia natural y la denomina “física social”.
En éste siglo se producen importantes cambios en el campo económico, político y
social (ver Obiols): consolidación del desarrollo industrial, cambian los modos de
producción, ascenso de la burguesía y surgimiento del proletariado (despliegue del
capitalismo). Surgimiento de los nacionalismos como fuerzas políticas.
En el marco del romanticismo alemán surge el pensamiento de Federico Nietzsche
con su crítica a la filosofía de occidente, a la moral y al cristianismo.
Obiols habla de continuidad crítica de la Ilustración en pensadores como Comte,
Hegel y Marx. Porque expresan, según él, un pensamiento que cree ver en el desarrollo
histórico de la humanidad una cierta lógica (cada uno a su manera).
Además porque confían en la posibilidad de progreso de la humanidad (idea típica
de la modernidad)y la realización de un proyecto colectivo.
Los tres cuestionan las ideas “ilustradas” a la vez que son sus puntos de partida.
Por lo cual se los puede considerar expresiones de la modernidad surgidas en el siglo XIX
y que tendrán grandes repercusiones en el siglo XX.
La autora E. Díaz asume la postura según la cual la modernidad se habría agotado
a mediados del siglo XX.
 
4.      Posmodernidad
 
Autores:
- Maidana S., “Acercamiento a la Potsmodernidad”
- Obiols, G., “Modernidad y Posmodernidad: elementos para entender un debate”
Voces de una polémica
Nicolás Casullo: “resalta como rasgo fundamental del proceso de racionalización
que caracteriza a la modernidad a la crítica, tanto de las viejas representaciones del
mundo como de la propia crítica, lo que hace que sea imposible pensar la finalización de
la modernidad. Todo intento por cuestionarla, opera como los principios críticos que la
misma modernidad instaura” (citado en el texto de M.Risco y D.Marcos) 
Obiols parte desde los orígenes del término “Posmodernidad”.Surge, nos dice, a
fines de 1970 con las primeras publicaciones de Touraine y Lyotard. Y acompañada con
términos como “sociedad posindustrial” y “condición posmoderna”.
Sería la cultura que correspondería a las sociedades posindustriales, sociedades
con desarrollo capitalista avanzado (pos Segunda Guerra Mundial).
Características de las sociedades posindustriales (o capitalismo tardío para otros
autores):
- Notable desarrollo de las fuerzas productivas que trae aparejado la modificación
en la composición de las clases sociales y una enorme generación de riqueza material.
Se amplía la brecha entre ricos y pobres y crece la marginalidad social.
- Producción de artículos en pequeñas series y duración breve de los mismos por
la innovación tecnológica constante.
- Crece la producción de servicios: la industria demanda menos personal pero con
mayor capacitación. El conocimiento se convierte en la fuerza de producción principal
que, junto con el manejo de la información son garantía de éxito económico.
- Cambios en las formas de comercialización: el marketing, la proliferación de los
shoppings, etc. son expresión de ello.
- Para Obiols la cultura posmoderna que surge de éstas sociedades
posindustriales seextiende, por obra de los medios de comunicación, por todo el mundo.
Esto no quiere decir que todas las sociedades del mundo sean de tipo posindustrial (como
por ejemplo Latinoamérica), más bien muy lejos de ello.
Cabe aclarar que éste es el punto central de la polémica actual, ninguna postura
debe ser considerada como definitiva ni mucho menos como verdadera. Los textos
propuestos son algunas de las diferentes voces de un debate candente: ¿continuidad o
ruptura con la modernidad?, la respuesta queda abierta.
Características de la cultura posmoderna
- Época de desencanto o fin de las utopías por la ausencia de los grandes
proyectos que descansaban en la idea de progreso.  Crisis de los grandes relatos según
Lyotard.
El texto de Obiols se detiene en el análisis de éste desencanto.
- Se acentúa el individualismo, el hedonismo, la exaltación de la juventud y la
belleza del cuerpo. El consumo, el confort, el dinero y el “soy lo que tengo”.
- Obiols cita y desarrolla el pensamiento de una de las voces de moderada
defensa de la cultura “posmo”: Lipovetzky, quien la considera como la segunda revolución
individualista “La gente quiere vivir enseguida, aquí y ahora, conservarse joven y no forjar
el hombre nuevo”, dice Lipovetzky.
- Se cuestiona el papel de la ciencia, ya que ésta tampoco habría cumplido con su
promesa de alcanzar la verdad ni de lograr un mundo mejor.
- El texto de S. Maidana brinda un panorama general que sirve para comprender
los ejes fundamentales de esto que denomina proceso complejo:
a- La crisis del sujeto y la razón: donde autores como Marx, Freud y Nietzsche son
claves para la comprensión de la misma. La ideología como condicionante, el inconciente
y el lenguaje como coacción son algunas de las ideas más influyentes.  
b- El fin de la historia y de la ética: la crisis de la idea de un sentido único de la
historia y de la idea de progreso. No hay valores ni normas absolutas. Cambio
del “deber” moderno al “goce” posmoderno (estetización).
c- La sociedad de la simulación con la influencia de los medios de comunicación.
d- La cotidianidad postmoderna que describe Lipovetsky.
 
 

Unidad 2: Teoría del conocimiento


 
Razón: ¿certeza o incertidumbre?
Encontramos, entre los textos que el manual ofrece en este eje, una interesante
caracterización de la modernidad que sirve para introducirnos en las cuestiones más
importantes de este período: el problema del método, los límites de la razón y del
conocimiento humano, la construcción de un tipo específico de racionalidad llamada
científico-instrumental, la transformación del mundo a la medida del paradigma vigente, la
búsqueda de certezas que fundamente una ciencia segura y verdadera. Para ello se
analiza la columna vertebral que hace a las tres grandes corrientes gnoseológicas de la
modernidad: el racionalismo, el empirismo y el idealismo crítico. Descartes, Hume y Kant
ofrecen sus vivas y resonantes voces frente a estos problemas. Pero también el aporte de
fuentes secundarias que ayudan a entender mejor lo planteado por tan destacados
filósofos. Más atractivo resulta aún el eje cuando esta forma moderna de ver el mundo se
pone en entredicho desde el pensamiento de la posmodernidad o la modernidad tardía, o
simplemente desde aquellos que han puesto en tela de juicio el énfasis que los modernos
colocan en la racionalidad instrumental.
Son propios de la modernidad la férrea fe en el progreso ilimitado de la humanidad
gracias a la razón, que establece un optimismo nunca antes visto; una concepción del
saber que revela la dimensión pragmática del conocimiento, ya que hay que “saber para
hacer” y que se vincula con el poder, “saber es poder” había señalado Bacon; la
construcción de sistemas universales que determinen la forma en que el hombre deba
comportarse, deba relacionarse con los otros y organizarse en sociedad; la imposición de
una mentalidad mercantilista que llevará a plantearse como fin la búsqueda de riqueza y
el afán de lucro; la afirmación de la autonomía del individuo que es correlativa a la
afirmación del sujeto pensante; la inminente necesidad de dominar y transformar la
naturaleza a gusto y paladar de tal sujeto; el avance de la ciencia, la técnica y la
tecnología manifiesto en las aplicaciones que coadyuvaron a una vida más confortable y
segura; el intento de liberación de las trabas de la autoridad en lo religioso, lo científico, lo
cognoscitivo, etc. En efecto, estos y otros rasgos marcaron el rumbo y la dirección del
paradigma moderno.
Ahora bien, en este contexto Descartes busca un punto de partida radical que
represente un conocimiento evidente, esto es, claro y distinto y que sirva de base en la
construcción de toda su filosofía racionalista. Para ello, insta a desprenderse de todos los
prejuicios y creencias falsas que vengan de la tradición usando la duda como un método
que permita obtener una verdad indubitable, un principio inconmovible. Cogito ergo sum
es el principio al que llega luego de atravesar sus meditaciones metafísicas. Pero el
francés se topa con el problema del solipsismo en el final de este recorrido escéptico.
Para solucionar dicho inconveniente (y para evadir su posible “condena” de los resquicios
de la Inquisición que unos años antes habían obligado a la retractación de Galileo),
Descartes demuestra a través de tres pruebas la existencia de Dios. Ello le sirve, además,
para demostrar la existencia del resto de las sustancias extensas, de las cosas exteriores
a su propia subjetividad pensante. El método planteado por Descartes implica el
seguimiento de reglas fáciles y ciertas que impidan la confusión y aumenten el grado de
conocimiento de quien las usa. Los preceptos de evidencia, análisis, composición y
enumeración denotan, hasta hoy, un conocimiento con un alto nivel de exigencia, que
busca certezas y que asume la autosuficiencia de la razón para conocer.
Distinta es la postura de David Hume quien, desde la filosofía insular, alienta al
conocimiento basado casi exclusivamente en la experiencia. Con relación a esto, Hume
es tajante: el conocimiento comienza y termina en la experiencia. Discute con el
racionalismo y con el innatismo y en vez de tomar a la Matemática como modelo -que ya
lo habían hecho Descartes y todo el siglo XVII- toma como su guía a la ciencia de la
naturaleza y en especial a Newton. La observación y la experimentación es el método
usado por los empiristas, y es justamente el límite en donde se encuentra el conocimiento
humano. El hombre sólo conoce los datos singulares, los fenómenos, lo cual no implica la
inexistencia de entes metafísicos que los trasciendan, pero el escepticismo propio de los
empiristas en general y de Hume en particular lleva a afirmar la imposibilidad de conocer
lo que supera los confines de la experiencia. El objeto de estudio de la propuesta
gnoseológica de Hume es la naturaleza humana. Básicamente, en el intento humeano de
hacer un análisis del contenido de la mente, el hombre conoce percepciones que, de
acuerdo con su grado de fuerza y vivacidad, se dividen en impresiones e ideas. Las
impresiones están determinadas por los datos que recibimos de los sentidos, en cambio
las ideas son el recuerdo mental de las impresiones una vez transcurrido el tiempo. A
partir de esto, se establece el principio de correspondencia que dictamina que a toda
impresión simple le corresponde una idea simple. Este principio es el arma de la cual se
vale Hume para hacer una fuerte crítica a las nociones tradicionales de la metafísica, por
ejemplo a la causalidad, que dejará de ser una fuerza objetiva para convertirse en la
prioridad de la causa respecto del efecto, en una relación espacio-temporal y una
conjunción constante entre ambas, percibida siempre así gracias a la costumbre y a la
creencia como determinaciones subjetivas de la mente.
Gracias a la crítica humeana de la causalidad, Kant pudo despertarse del sueño
dogmático y formular su revolución copernicana, que consiste en atribuirle al sujeto un
papel activo y condicionante en la relación con el objeto que implica el conocimiento. Kant
va más allá del escepticismo del escocés, pues para ser tal, el conocimiento científico
requiere de universalidad y necesidad. El conocimiento comienza con la experiencia pero
no deriva todo de ella, había pronunciado Kant. En efecto, para ordenar el caos de
sensaciones emanados de la realidad y percibidos por el sujeto, es necesario un primer
ordenamiento que lo dan las formas puras a priori de la sensibilidad, llamadas Espacio y
Tiempo. A partir de aquí, es necesario que intervenga el Entendimiento con sus conceptos
a priori, vale decir, con sus categorías que reordenan lo ordenado por Espacio y Tiempo y
posibilitan el conocimiento de los fenómenos. Aquello que está detrás de lo que aparece,
lo nouménico, es incognoscible aunque esto no impida que se pueda pensar. En este más
allá de la experiencia comienza a operar la razón que para Kant tiene sed de totalidad y
en su función reguladora es una disposición que lleva al hombre a pensar en Alma,
Mundo y Dios. Ahora bien, en realidad, Kant optó por hacer una crítica de la razón -
erigiéndola en tribunal de sí misma-, tratando de marcar tanto los límites del conocimiento
como sus condiciones de posibilidad. Impactado por el camino seguro que han seguido
ciencias como la Matemática y la Física, se pregunta cómo son posibles y si la Metafísica
podría llegar a serlo. Como todo conocimiento se reduce a la actividad de juzgar en tanto
que realiza juicios, Kant analiza los juicios de la ciencia. Los juicios analíticos implican
igualdad entre el sujeto y el predicado, se autocontienen; son, por lo tanto, juicios
explicativos, universales, necesarios y a priori. Los juicios sintéticos no representan tal
igualdad, ya que el predicado agrega notas características al sujeto; son, por lo tanto,
ampliativos, particulares, contingentes y a posteriori. Los juicios de la ciencia no pueden
ser ni uno ni otro ya que no permitirían el progreso, por ello deben ser sintéticos a priori,
es decir, que ofrezcan universalidad y necesidad pero al mismo tiempo admitan el avance
de la ciencia. Con relación a esto, Kant sostiene que la Metafísica no es posible como
ciencia pero sí como una disposición natural del hombre a conocer lo que está más allá
de la experiencia, pues no se conforma con ella.
La racionalidad filosófica que se representa en estos y otros pensadores modernos
se desarrolló, produjo efectos, y se puede decir que la civilización actual es resultado de
esa evolución puesta en acto por los hombres. Muchos son los cuestionamientos que ha
recibido esta forma de pensar. Desde el nihilismo nietzscheano y su recuperación por la
vida, el arte y lo dionisíaco a la crítica de Horkheimer que denuncia a la “ciencia
pura” como un solapado instrumento de dominio que se convierte en freno de todo
progreso; desde la ceguera ligada al uso degradado de la razón y la ciencia denunciadas
por Morin -quien propone abrirse al pensamiento y la complejidad de lo real- a la
implementación de un nuevo imaginario social en donde todo es mostrable en la
dimensión mediática, en donde la pantalla remplazó al panóptico y en donde la meta es el
espectáculo, como bien señala Esther Díaz; desde las posiciones netamente
irracionalistas que identifican lo real con lo irracional al relativismo cognoscitivo
posmoderno defensor de “verdades provisorias y contingentes”; desde algunos
cuestionamientos a la ciencia y al cientificismo que ven en ella la causante de ciertos
efectos nocivos e indeseables para la humanidad a los detractores de la razón como
herramienta para la resolución de conflictos. Sin embargo, hay posiciones como las de
Maliandi, Popper o Klimovsky quienes, a su manera, intentan recuperar el lugar
destronado de la razón y la ciencia, no defendiendo las consecuencias que trajo consigo
el uso inapropiado que los hombres hemos hecho de la misma, sino alentando a la
aceptación de la falibilidad del conocimiento humano, a la aceptación de la dimensión
conflictiva y crítica de la razón y los saberes, y evitando la unilateralidad que se expresa
en teorías reduccionistas que nublan la mirada de los sujetos cognoscentes. Como la cita
usada por Popper en uno de sus textos quien, tomando palabras del Fausto de Goethe,
muestra cómo el diablo señala lo siguiente: “Detestas la razón y la ciencia, ¿los mayores
poderes de la mente? El infierno desea ansiosamente esta suerte de gente, vosotros sois
de mi empresa la ganancia”.

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