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CAPÍTULO 3

EL MODELO

PEDAGÓGICO

Objetivo:
Que el estudiante sea capaz de revelar la esencia del Proceso Formativo, lo cual le
permitirá precisar el papel de la Pedagogía en el modelo de hombre a formar y lo más
importante, en el proceso mismo de su Formación.

Contenido:
Situaciones actuales en relación con la Pedagogía. El contexto. Situaciones internas. El
problema fundamental de la Pedagogía. Aproximación inicial al objeto de estudio de la
Pedagogía. La primera ley de la Pedagogía: El modelo de hombre. El Proceso de
Formación, su complejidad. Sus dimensiones. La instrucción. La educación. El desarrollo.
Lo anímico y lo místico. La relación entre las dimensiones del proceso formativo. El objeto
de estudio en el proceso de aprendizaje. Los principios. Clasificación de los procesos.
Categorías de la Pedagogía. El sistema de teorías pedagógicas: Pedagogía, Didáctica,
Currículo y Gestión Escolar. La Pedagogía, ¿arte, tecnología o ciencia?
En el primer capítulo ofrecimos el fundamento filosófico y epistemológico en que se
apoya la investigación de esta obra. En el capítulo anterior estudiamos el objeto de
formación y precisamos que era el ser de una determinada personalidad, que se expresa
tanto en la conducta como en el pensamiento de la persona, como individuo y como
hombre.
Apoyados en la concepción filosófica, epistemológica y psicológica desarrollada en los
capítulos anteriores empecemos a precisar el objeto de estudio de esta ciencia, sus
componentes, relaciones y demás aspectos más significativos de la ciencia pedagógica.
Un momento imprescindible en cualquier ciencia consiste en determinar qué es lo que
se estudia. Es decir, cuál es su objeto de estudio e investigación.
Esto es así porque si no se es capaz de determinar un objeto que sólo sea estudiado por
dicha ciencia, que no se identifique con el de otra, pierde su razón de ser.
Esto no excluye que haya áreas de intersección con otras ciencias, en tanto hay aspectos
de la misma que son tratados por ambas; pero, lo que sí debe quedar claro que, como
totalidad, atiende sólo a un objeto particular.
El autor define1 que el objeto de estudio de la ciencia Pedagogía es el Proceso de
Formación. Este proceso le da respuesta a la problemática que está presente en la
sociedad en la cual los egresados de la escuela no están preparados para desempeñarse
adecuadamente en correspondencia con las necesidades sociales y para la transformación
de dicha sociedad.
En ese sentido, podemos decir que toda sociedad aspira a formar un tipo de hombre, que
reúna las mejores cualidades que históricamente dicha sociedad ha ido alcanzando,
concibiendo y proyectando.
Profesamos el criterio de que ante la problemática actual de naturaleza socio-económica
en que a partir del desarrollo de sus fuerzas productivas y, consecuentemente, de las
relaciones de producción que la sociedad posee, que en la actualidad se ve influido por la
globalización a escala universal de la producción y su mercado y por la agresión de los
Estados de naturaleza imperialistas a los países del tercer mundo, se tienen que ir
cambiando las cualidades que deben poseer sus ciudadanos. Ante esta contradicción básica
del proceso formativo (problema-objetivo) el autor propone un modelo teórico que ofrece
una caracterización esencial del objeto de estudio de la Pedagogía, el Proceso de
Formación del hombre, que dé respuesta a la necesidad de preparar a los ciudadanos de
una determinada sociedad.
Hay que significar ante todo, que la propuesta es un sistema abierto, lo que implica el
vínculo necesario e imprescindible entre el proceso pedagógico y el contexto social en que
se desarrolla.
En este capítulo haremos una introducción inicial al modelo, que nos servirá para su
descripción. A partir de ella, se caracterizará el contenido del Proceso Formativo para cada
dimensión lo que permitirá, al relacionar el contenido con el objetivo, elaborar el mapa de
contenidos (Capítulo 4). Apoyado en ese análisis se regresará, en el capítulo 5 y 6, al
proceso como totalidad, pero con un mucho mayor nivel de profundidad.

1
El autor destaca la palabra define para acentuar el hecho de que no lo ha deducido de otro juicio
más general, o lo toma de otro autor, lo define como tal formando parte del modelo que empieza a
introducir que, como sistema, tiene que aprobar la práctica o rechazarlo.

2
En conclusión, la lógica que seguiremos en este capítulo es la siguiente:
 Precisar, cuál es el problema principal de la Pedagogía.
 Determinar el objetivo a lograr, que trata de resolver el problema planteado.
 Mostrar el mecanismo, que permita alcanzar el objetivo y la solución de
dicho problema, denominado Proceso de Formación, que se constituye en el
objeto de estudio de la Pedagogía.
 Establecer las dimensiones del Proceso Formativo y sus características más
importantes, en su relación con la función que cada una de ellas desempeña.
 Retomar con más profundidad la definición de que el objeto de formación en
el proceso es la personalidad de los educandos.
 Argumentar el carácter de ciencia de la Pedagogía.

3.1 Situaciones problémicas actuales en relación con la


Pedagogía
Vamos a determinar en este epígrafe el conjunto de factores que están presentes tanto
en la sociedad, como en la Pedagogía misma, sobre la base de los cuales se presenta el
problema principal de la Pedagogía:

 El contexto
Nuestras sociedades contemporáneas están inmersas en una profunda revolución
científico-técnica en que la cibernetización y la automatización de los procesos
productivos, de servicio y en especial de las comunicaciones, han transformado todas las
concepciones que se tenían acerca del comercio, los negocios, la producción, la educación,
entre otros.
A esto se le debe sumar las modificaciones que a escala universal trajeron las grandes
transformaciones sociales que se produjeron durante el siglo XX.
Consecuencia de esta situaciones socio globalizadoras es frecuente escuchar; en el seno
de nuestras sociedades contemporáneas, que las mismas están en crisis; no sólo ellas como
totalidad, sino sus instituciones en general y las docentes en particular, tales como, las
universidades. A los jóvenes se les imputa que no poseen valores y que también están en
crisis como generación.
En resumen, podemos generalizar las situaciones externas mencionadas en tres grandes
grupos:
 La revolución científico técnica.
 Transformaciones sociales a escala universal.
 Crisis de las instituciones convencionales.
Esas situaciones no encontraron respuestas en la ciencia de la formación de las mujeres
y los hombres de cada sociedad que es la Pedagogía que hasta ahora se concibió. (A partir
de ahora utilizaremos, con el mayor respeto, como término genérico, el concepto hombre
para incluir a toda la especie humana, que tiene en cuenta, en primer lugar, a la mujer,
como factor trascendente en el desarrollo de la ciencia pedagógica y de las
transformaciones sociales que sobre esa base pedagógica se producen o producirán).

3
 Situaciones internas
A los mencionados factores externos se le suman otros de naturaleza interna de la
Pedagogía. Veamos:
 Para algunos la Pedagogía no es ciencia sino simplemente un arte o una
tecnología.
 Otro conflicto radica en que las valoraciones que varios autores hacen sobre el
objeto de esta ciencia y sus componentes, al no apoyarse en un enfoque
dialéctico (más bien positivistas), sólo aportan respuestas muy limitadas. Por lo
general, se quedan en un plano empírico y arriban, como elementos más
trascendentes, a un conjunto de principios que, sin ser erróneos, tampoco ofrecen
una caracterización esencial.
 En la práctica no se han resuelto las relaciones y el papel que deben desempeñar,
en la caracterización de la Pedagogía, las categorías fundamentales de dicha
ciencia, como son la instrucción, el desarrollo, la educación y la mística; las
cuales, en ocasiones, generan tal confusión que da pie a interpretaciones
extremistas a escala social.
 Así mismo, es confuso en varios autores y escuelas de pensamiento, el papel que
desempeñan las teorías pedagógicas y sus diferencias, la Pedagogía, la Didáctica,
el Diseño Curricular y la Gestión Educativa y las así llamadas ciencias de la
educación.

3.2 El problema fundamental de la Pedagogía


Esas situaciones, tanto las externas como las internas, requieren de la elaboración de un
modelo de la ciencia Pedagógica que proponga la vía de la transformación de las
mencionadas situaciones, mediante un proceso formativo de la personalidad de los
ciudadanos de una determinada sociedad.
Para ello debemos, primero que todo, definir cuál es el problema fundamental de la
Pedagogía: Un país desarrollado, o que aspire a serlo, tiene que satisfacer la necesidad de
que todos sus miembros posean determinadas características o cualidades de su
personalidad, que les permita desempeñarse adecuadamente en correspondencia con las
necesidades sociales, tanto en el orden de sus capacidades, como de sus valores y otros
tipos de cualidades de la personalidad.
Estas cualidades expresan el estado de la preparación que, como solución a sus
necesidades, deben poseer los ciudadanos de un país para darle respuestas a los problemas
que se presentan en los procesos productivos y de servicios, en sus compromisos políticos,
en fin sociales.
Aquel país en el que todos sus ciudadanos ejecutan sus labores a un nivel de excelencia
es una nación preparada y puede ocupar un lugar de vanguardia en el concierto universal de
los Estados. Una sociedad está preparada cuando todos o la mayoría de sus ciudadanos lo
están; un individuo está preparado cuando puede enfrentarse a los problemas que se le
presentan en su puesto de trabajo y los resuelve, fundamentado en las concepciones éticas y
morales más progresistas de la época.
La preparación de los ciudadanos de un país es una de las necesidades más importantes
a satisfacer en cualquier sociedad, lo que se convierte en un problema esencial de la misma.

4
El problema fundamental de la Pedagogía expresa la situación inicial del proceso de
formación que, inmerso en el contexto social, no satisface la necesidad social de la
preparación integral de los ciudadanos de un determinado país, para que participen
activamente como miembros de su sociedad, en aras de la satisfacción de sus necesidades
más acuciantes, desde las posiciones éticas y sensibles más progresistas para esa época
dada.

3.3 Aproximación inicial al objeto de estudio de la Pedagogía


Para resolver el problema que se presenta hace falta acudir a la práctica social. Mediante
su observación definimos2 que:
La formación es el proceso que, en su desarrollo, garantiza que el individuo se
disponga integralmente para su desempeño vital, mediante el cual las nuevas generaciones
adquieren la cultura precedente, transformándola y enriqueciéndola, a partir de la cual se
convierten en instrumentos vitales para el progreso social, para implementar la política de
cambio.
Esta primera aproximación apriorística al modelo, que propone el autor es,
evidentemente, un tanto simplista. No obstante, la misma deja claro que la formación es el
proceso que ejecuta el que se forma sobre la base de la influencia de toda la sociedad en su
conjunto.
Sin embargo, aún siendo esta una definición muy simple, repito, rechaza la definición
del objeto de estudio de la Pedagogía, “como un sistema de influencias conscientemente
organizado, dirigido y sistematizado sobre la base de una concepción pedagógica
determinada,…”. (Compendio de Pedagogía, Editorial Pueblo y Educación, 2002, Pág. 53).
En dicha definición, hay varias cosas que queremos valorar críticamente:
 El carácter pasivo y externalista de lo que es el objeto de formación, ya que se
identifica la formación solo con un sistema de influencias externas.
 La tautología que encierra la definición en la que se trata de explicar a la Pedagogía,
a partir de que se apoya en una concepción pedagógica.
Adjudicarle a la formación una naturaleza pasiva y solamente dependiente de la
influencia externa de la sociedad sobre el individuo, no sólo es errónea sino que acomoda a
quienes tienen la necesidad y autoridad para formar, a que con su sola presencia e
influencia resuelve el problema, con lo que le quita el carácter complejo del proceso en que
el sujeto en proceso de formación es un ente activo en que se desenvuelve e incluso, en
alguna manera, también forma a su educador. Pareciera en esa definición que lo social
absolutiza la formación, excluyendo a lo individual; error que determinadas sociedades que
han sido ejemplo de transformaciones, las han llevado hoy día a un atolladero.
Esta definición lastra la naturaleza dialéctica del proceso y responsabiliza solamente a
agentes externos; esa es la teoría feudal de la “tabla rasa” que, entonces, hace siglos, pudo
ser relativamente válida, pero que ahora no se aproxima a la realidad, compleja, llena de
factores influyentes, nada mecánicos; sin contar que la persona, desde su gestación, posee
cualidades de su personalidad que no se reducen sólo al código genético de que es portador,
sino a otras cualidades que, en forma de aptitudes, sensibilidades y otros, lo van definiendo
en su propia individualidad, aún antes de nacer.

2
Definir es el procedimiento lógico que ubica el objeto de definición en un genérico y después lo diferencia
del más cercano.

5
3.4 La primera ley de la Pedagogía: El modelo de hombre a
formar
Para dar una respuesta más esencial al problema que se presenta, el autor propone un
modelo que, caracterizando al objeto de estudio, exprese, de un modo más profundo, la
manera de resolver el problema de la preparación de los ciudadanos de un determinado
país.
Un aspecto fundamental de dicho modelo se concibe del siguiente modo: Para satisfacer
la necesidad, el problema, de la preparación integral de los ciudadanos de una sociedad
hace falta educarlos. Es decir, que la respuesta a la necesidad de la preparación se alcanza
si los ciudadanos están educados, que constituye el objetivo a lograr.
De esto se infiere que debe existir un proceso (objeto) que tiene como aspiración
(objetivo) la educación de esos ciudadanos y que le da solución al problema de su
preparación. Lo que implica que, entre la necesidad o problema: La preparación y su
posible solución u objetivo: La educación; hay un elemento intermedio u objeto, que es el
Proceso Formativo que constituye la síntesis dialéctica de ambos.

LA FORMACIÓN
Objeto (Qué)

LA PREPARACIÓN LA EDUCACIÓN
Problema (por qué) Objetivo (para qué)

LAS DIMENSIONES
El contenido (qué)

En conclusión, la caracterización de las leyes pedagógicas se está haciendo sobre la base


de relaciones tetralécticas y en las cuales cada elemento que se vincula es una expresión del
Proceso de Formación: En la ley que se muestra, que es la expresión pedagógica de la
segunda ley de los Procesos Conscientes, formula la relación del proceso de formación con
el medio externo, atendiendo al fin que persigue, en aras de la formación del hombre, en la
cual se relacionan la preparación, la educación y la formación, en sus cuatro dimensiones.
(Que veremos más adelante)
Esta formulación nos permite definir, ahora a un mayor nivel de profundidad que: La
Formación es el proceso cuya función es la de dar respuesta a la necesidad (problema) de
la preparación del hombre y que tiene como objetivo a la educación; es decir, a la
formación del hombre en todos los aspectos de su personalidad.3
El resultado final de la formación del hombre implica su educación, es “prepararlo para
la vida” (José Martí). La educación es el proceso y el resultado cuya función es la de
formar al hombre para la vida, de “templar el alma para la vida” (José de la Luz), en toda
su complejidad.

3
La no comprensión del carácter de ciencia de la Pedagogía, la no comprensión de que está
sometida a leyes, excluye la posibilidad de dirigir el proceso formativo y no cumplir con su encargo
social.

6
 Caracterización dialéctica
La caracterización dialéctica de esta relación es la siguiente:
 La formación es aquel proceso que mediatiza la contradicción dialéctica que
surge entre: La situación inicial de la sociedad, que manifiesta la necesidad de la
preparación del ciudadano para que cumpla un determinado papel en la sociedad
(el problema); y la situación final que se aspira alcanzar, la de un hombre
educado, en correspondencia con los intereses más caros de dicha sociedad (el
objetivo).
 La unidad dialéctica de la relación es consecuencia de lo igual o lo diferente
entre ambos aspectos: La igualdad se da porque todo es proceso de formación.
Pero, a la vez, se manifiesta la diferencia que fundamenta la contradicción: Por
un lado la preparación, como expresión de la necesidad, del problema, del
Proceso Formativo en su situación o estado inicial; y por el otro, la educación, el
Proceso de Formación en un una situación o estado final esperado, de
transformación de la personalidad del sujeto, la educación.
 El objeto, el proceso, como tercer elemento mediador es, justamente, el que
implica la superación del hombre en todas sus cualidades materiales y
espirituales, que están presentes en su propia personalidad y lo separa, como un
ser cualitativamente distinto, de los animales y de la naturaleza en general, dado
su carácter consciente y espiritualmente superior, pero relacionadas con ellos y
potenciándolos.
 El análisis de dicho proceso en sus dimensiones características es el cuarto
componente, que también es mediador en la solución a la contradicción básica
entre preparación-educación.
Esa relación entre estas cuatro categorías: problema, objeto, objetivo y contenido, por su
grado de esencia, tiene carácter de ley.
La expresión sistémica de la satisfacción de todas esas necesidades se concreta en la
educación, modelo del tipo de hombre a formar.
En resumen, el problema fundamental de la Pedagogía, la necesidad de la preparación
de las cualidades fundamentales de la personalidad de los ciudadanos de una determinada
sociedad, se resuelve mediante el Proceso Formativo, en el cual se trata de alcanzar el
modelo o tipo de hombre que reúna las mejores características o cualidades propias del
tiempo en que se vive, que es la educación.
Después de estas valoraciones podemos pasar a una definición de Pedagogía más
esencial, que hace uso de los enfoques sistémico y dialéctico.
La Pedagogía es la ciencia que tiene como objeto de estudio el Proceso de Formación,
con vista a la educación, a la preparación del hombre para la vida.
En conclusión, la primera ley vincula todos los componentes de estado del proceso y
relaciona el problema con el objetivo, el objeto y los tipos de dimensiones y todos ellos
entre sí, lo que da pie a concebir, a diseñar adecuadamente el proceso formativo y hacerlo
eficaz y pertinente.
En esa relación tetraléctica se vinculan en sentido horizontal, los componentes que
poseen mayor grado de subjetividad: El problema como necesidad subjetiva y la aspiración,
también subjetiva, de su solución: el objetivo; y, en la dirección vertical, lo más objetivo: el
objeto, con ayuda del cual se puede resolver el problema mediante el arribo al objetivo y su
estructura de dimensiones que es el contenido.

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3.5 El Proceso de Formación, su complejidad. Sus
dimensiones
En el modelo que va desarrollando el autor acerca del Proceso de Formación, objeto de
estudio de la Pedagogía, se hace necesario destacar que el mismo tiene una naturaleza
compleja. Una de las caracterizaciones del objeto complejo se hace con ayuda del concepto
dimensión.
La dimensión es un concepto que caracteriza a la proyección de un objeto en una cierta
dirección. La dimensión expresa la estructura interna de los componentes de un objeto que
posibilita, que desempeñe una determinada función. Si un proceso puede tener más de una
función, ésta es una señal de que posee también más de una estructura interna, más de una
dimensión, lo que es un índice de su complejidad.
La educación, como resultado a alcanzar, posee una estructura compleja dada por el
conjunto de dimensiones que tiene el proceso formativo de la personalidad del estudiante.
El autor, a partir de la observación de la práctica del Proceso de Formación, y sobre la
base de complejas inferencias teóricas precisa que, el Proceso Formativo, está constituido
por cuatro dimensiones, en tanto induce de la mencionada práctica que se pueden apreciar
la existencia de cuatro funciones básicas:
 la instrucción,
 la educación.
Esta última, a su vez, posee una estructura compleja conformada por tres dimensiones:
 el desarrollo,
 lo anímico,
 lo místico.

 La instrucción
De la observación, de la práctica se infiere que la primera función que cumple el
Proceso de Formación es la instrucción: Para que un individuo se considere preparado es
necesario que se haya apropiado de una parte de la cultura que lo ha precedido y,
consecuentemente, domine un tipo de actividad social, una profesión, a esto lo llamaremos
la función instructiva del proceso.
Definimos que un hombre es instruido, cuando puede resolver los problemas presentes
en su actividad cotidiana, en su práctica social, es decir, cuando domina su profesión. En
consecuencia, lo primero que tiene que resolver el Proceso Formativo, con vistas a preparar
al hombre, es “dar carrera para vivir”.
La instrucción es, de todas las dimensiones del proceso, la que se manifiesta de un
modo evidente. El Proceso Formativo cotidiano se desarrolla mediante la instrucción. La
misma tiene una naturaleza específica, concreta, dependiendo directamente de los
contenidos, de aquellos aspectos de la cultura que son utilizados durante la ejecución del
Proceso Formativo.
Durante la instrucción el estudiante se apropia de los conocimientos, que no son más
que las características del objeto que estudia y domina las habilidades, con ayuda de las
cuales se pueden resolver los problemas.
La habilidad es la acción dominada por el sujeto en el proceso de apropiación de un
objeto específico, concreto, cuyo conocimiento implica el dominio de un hacer específico y
que le permite resolver una familia de problemas también específica.

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La instrucción es el proceso cuya función es la de formar a los hombres
en una rama del saber humano, de una profesión, de “dar carrera para
vivir”.
 La educación
Sin embargo, el Proceso Formativo aspira no sólo ofrecer carrera para vivir, sino que
aspira a mucho más, a alcanzar cualidades más trascendente en la personalidad del
escolar, del estudiante: La educación.
INSTRUCCIÓN EDUCACIÓN
El proceso educativo, como dimensión del Proceso de Formación, está dirigido a la
formación de las propiedades más trascendentes de la personalidad del hombre, inmerso en
una cierta sociedad:
 En el pensar, a partir de la sistematización de las habilidades que va formando
durante la instrucción;
 en sus actitudes ante la vida, como resultado de las significaciones que va
haciendo cada vez que se apropia de un contenido instruccional;
 en los sentimientos que el mismo demuestre en los avatares del vivir,
consecuente con el sentido que destaca durante la apropiación de cualquier
contenido.
Esas propiedades inherentes a la subjetividad de las personas, expresan sus rasgos más
profundos y esenciales. Cada una de ellas es el resultado de sistematizar una característica
del concepto y la habilidad con la que va trabajando durante la instrucción.
La educación es el proceso y el resultado de una instrucción proyectada en un plano
estratégico, dirigida a la transformación de las cualidades más trascendentes de la
personalidad de los hombres, durante la formación instruccional, durante el dominio del
contenido que se ofrece en la instrucción.
La educación es el proceso y el resultado cuya función es la de formar al
hombre para la vida, de “templar el alma para la vida”, en toda su
complejidad. Dicha complejidad se manifiesta en que la educación está
también conformada por un conjunto de funciones o dimensiones:
 El desarrollo
Como referíamos anteriormente la educación es, a su vez, una dimensión compleja. El
carácter complejo de lo educativo se expresa en que el mismo posee también un conjunto
de dimensiones del pensamiento mencionadas anteriormente: El saber, el hacer, el valorar y
el sentir. Veamos:
De la observación de la práctica del Proceso de Formación se aprecia que, durante la
instrucción y en aras de la educación, se desarrollan facultades o potencialidades
funcionales, tanto espirituales como físicas, de quien participa en dicho proceso.
La formación desarrolladora, por su contenido, se expresa al apropiarse el estudiante de
la experiencia que se adquiere en la actividad productiva de las generaciones precedentes,
mediatizadas por las características propias de su personalidad.

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El hombre nace con determinadas predisposiciones tanto físicas como espirituales
(aptitudes) que, en dependencia de su participación en los procesos sociales, las puede
desarrollar.
El dominio de la experiencia de un tipo de actividad social presupone el correspondiente
desarrollo de las facultades de los hombres. El pensar, define el autor, conjuga el saber y
el hacer, en una unidad dialéctica: El pensamiento pasa por el conocimiento y su estructura;
para pensar hay que conocer y viceversa. El orden de la apropiación del conocimiento,
establece la condición para desarrollar sus facultades, la formación de la habilidad, la
capacidad y la competencia. Para estar preparado se requiere, por tanto, instruirse y, a la
vez, desarrollar sus potencialidades funcionales o facultades: capacidad y competencia.
La facultad es la dimensión de la personalidad de naturaleza compleja y se forma a
través de la habilidad, en la capacidad y la competencia. La capacidad expresa el poder
hacer, la expresión de las potencialidades físicas y cognitivas para llevar a cabo la
ejecución, en la solución de un problema complejo.
La capacidad es la expresión sistematizada de habilidades; la facultad, determina el
soporte psico-fisiológico existente para la ejecución de los procesos. Es decir, la capacidad
se relaciona más con el proceso que va a suceder, mientras que la facultad lo hace con el
resultado alcanzado, que se sirve de fundamento para el proceso que se desarrollará.
La capacidad se forma a través de las habilidades. A partir de las capacidades que se van
formando el sujeto adquiere nuevas facultades, que le posibilitan ejecutar las habilidades.
La competencia es un hacer complejo que implica el dominio de un sistema de
capacidades, durante la ejecución de tareas, para la solución de problemas.

La capacidad

La habilidad La facultad

La competencia
En resumen, el desarrollo es el tipo de proceso cuya función es la de formar
hombres en plenitud de sus facultades tanto espirituales como físicas, de
“templar el espíritu y el cuerpo”, de poseer un pensamiento propio y creador.

 Lo actitudinal (lo anímico)


Esta dimensión de lo educativo se refiere a aquellas características de la personalidad de
los educandos, que se forman a partir de la significación que el contenido que va
dominando el escolar posee para el mismo, guiado por el profesor; el cual destaca aquellas
aristas de dicho contenido que mejor acentúen las cualidades que se quieren formar en la
personalidad del escolar, en el alma de los mismos.
La significación es consustancial al ser del objeto, que va unido de un modo inseparable
a su esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella.
La adecuada sistematización de dichas significaciones durante la actividad práctica va
formando los valores y, en última instancia, lo actitudinal, el carácter del escolar. Estas
características de la personalidad, poseen una naturaleza anímica4.

4
Anímico es la ccreencia en la existencia de espíritus que valoran y dinamizan todas las cosas.

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Lo anímico, como dimensión del proceso formativo, establece las características del
hombre a forma, nos precisa el camino de su formación, que nos sirvan de principios
pedagógicos, para la dirección de lo cognitivo, lo procedimental y lo intelectual; además de
lo puramente vegetativo en la persona.
La formación del alma del escolar es el resultado de la influencia que el proceso
educativo va ejerciendo sobre el mismo atendiendo a sus propias particularidades, en que
no se descarta aquellas que posee previamente el sujeto desde su concepción y nacimiento,
que no se reduce sólo a lo genético, sino también a cualidades anímicas innatas.
El alma es aquella dimensión de la personalidad que, en un plano espiritual, se
constituye en principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e
intelectual de la vida, lo que aún siendo del campo espiritual está vinculado explícitamente
con la lógica del pensamiento; es decir, que la comprobación de la verdad se rige por la
razón, en contradicción dialéctica con lo místico en que la creencia es lo más importante,
como veremos a continuación.

 El sentimiento (lo místico)


Esta dimensión de lo educativo se refiere a la formación de los sentimientos en los
educandos, los cuales tienen su origen en el sentido que los contenidos que estudian tienen
para los mismos. La formación, en la dimensión afectiva, es el resultado de la
sistematización en un plano espiritual de los distintos sentidos que al contenido le impregna
el escolar durante el proceso formativo.
Durante el proceso fisiológico de recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos
que se produce a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto o la situación de su
propio cuerpo, es lo que permite el modo particular de entender algo o juicio que se hace de
ello y que posibilita la inteligencia o conocimiento con que se ejecutan algunas cosas y que
le da la razón de ser, la finalidad, de la conducta de la persona.
La sistematización de los sentimientos genera, en última instancia, una actitud hacia las
cosas que le rodean y que en perspectiva prepara al educando a la conformación de su
propia mística5, el cual impregna todo su quehacer y constituye un principio que da
forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida.
Lo místico posee un punto de vista cercano a la fe, en que la razón no constituye
solamente el instrumento fundamental de la verdad que, aunque no se desvincula de
ella, prioriza lo que se cree, como punto de partida y final de su espiritualidad.

3.6 La segunda ley de la Pedagogía: Lo complejo en el proceso


formativo
Recapitulando, para la satisfacción de la necesidad de la preparación del hombre
inmerso en la sociedad se hace necesario que éste se eduque.
La educación es la dimensión más trascendente de todas las que se desarrollan en el
Proceso Formativo: Para educar hay que pasar por la instrucción; y lo contrario, a partir de
la educación se logran niveles más altos de instrucción.
Pero a su vez, la educación es un proceso complejo: El ciudadano diariamente se ve en
la necesidad de apropiarse de un contenido, de una rama del saber para que, utilizándola
5
Lo místico se refiere a la vida espiritual.

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como herramienta, pueda desarrollar su profesión (la instrucción). Esa es, justamente, la vía
que le posibilita, debidamente encauzada, lograr en su formación atributos de la subjetivi-
dad de la personalidad, del ser, que le hacen afín a su papel ciudadano, la educación.
La segunda ley de la Pedagogía se formula: La aspiración de educar al hombre es
consecuencia de su paso por la instrucción.
La educación abarca la instrucción, el desarrollo (las facultades), lo anímico (el valorar)
y lo místico (el sentir), pero no hay que entenderla mecánicamente, como círculos
concéntricos o como estratos de una pirámide. Su interpretación es dialéctica. La
instrucción pedagógicamente consciente es una con la educación.

 Dialéctica de la segunda ley


La identidad dialéctica de las dimensiones hay que entenderla de la siguiente manera:
Hay un aspecto que le da igualdad a las cuatro dimensiones que consiste en que todas son
tipos de procesos formativos. Lo místico, lo anímico, el desarrollo y la instrucción son
procesos; pero desde el punto de vista formativo son subprocesos o dimensiones del
Proceso Formativo.
La diferencia radica en que responden a funciones distintas:
 A lo afectivo y valorativo, formar las cualidades más estables de la personalidad
de naturaleza ética, estética, caracterológica, volitiva, entre otras, y cuya
substancia es esencialmente subjetiva; formar los Principios de vida del sujeto,
en su alma, en su espíritu.
 A lo desarrollador, la formación de sus potencialidades funcionales, que
expresan la consecuencia de la formación de naturaleza educativa: formar el
pensar y cuyo resultado en planos complicados se comprueba en la práctica de la
solución de problemas complejos, como consecuencia de que el mismo puede
enfrentarse a ellos y resolverlos; formar al hombre con poder, competente.
 A lo instructivo, la formación de una profesión, que es la vía operativa y
concreta en que se desarrolla el Proceso Formativo, para desarrollar los otros tres
procesos; la sistematización de la instrucción consiste en formar al hombre culto,
ilustrado.
En resumen, la observación de la práctica social nos permitió introducir un modelo en el
que se precisa que existe un proceso totalizador, cuyo objetivo es formar al hombre como
ser social y a partir de su realidad bio-psico-social y espiritual, y de ese modo dar respuesta
a la necesidad de su preparación, denominado Proceso de Formación, que agrupa, con
carácter de ley, en una unidad dialéctica, los procesos místico, anímico, desarrollador e
instructivo.
Entre el proceso de naturaleza instructiva y el desarrollador prima lo lógico, lo formal, lo
que se infiere de lo material, en la inmediatez de una ciencia formal. A partir de lo anímico
(valorativo), se produce un salto cualitativo en que lo espiritual es la naturaleza
fundamental de dichos procesos, aquí lo lógico se combina con la intuición, con la creencia
y con la fe, que expresa las dimensiones más trascendentes de lo humano, que sin
abandonar la razón, acude a cualidades más eminente e inmanente, como son los
sentimientos, la voluntad entre otros.
“La religión sin la razón es ciega; la ciencia, sin la religión es sorda” (A. Einstein).
La Pedagogía es la ciencia que tiene como objeto de estudio el Proceso Formativo. El
estudio de la Pedagogía nos permite dirigir científicamente la formación: La educación, la

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instrucción y el desarrollo de los ciudadanos de una sociedad, para alcanzar altos niveles de
calidad y excelencia, en correspondencia con los más caros intereses de esa sociedad.
Esa relación dialéctica, de las dimensiones de la formación: lo místico, lo
anímico, el desarrollo y la instrucción, con carácter de ley, la hemos
denominado: La formación del hombre.
DESARROLLO

MÍSTICO INSTRUCTIVO

ANÍMICO
Esta relación entre las dimensiones del Proceso Formativo es expresión tetraléctica del
diseño de dicho Proceso.
En resumen, el modelo que estamos proponiendo, repito, se apoya en los siguientes
criterios o premisas que, a manera de principio de la Teoría de los Procesos Conscientes,
constituyen el substrato de todo el andamiaje lógico de la ciencia Pedagógica; dicho
principio no se deduce de otros criterios o relaciones más básicas, sino que son la
inferencia inductiva que el autor hace de su apreciación de la práctica:
 El problema del Proceso de Formación es la preparación de los ciudadanos de
un país.
 El objeto de estudio de la Pedagogía es el Proceso de Formación.
 Sobre lo que incide el Proceso de Formación: El objeto de Formación es la
personalidad del individuo, es el ser, dimensión subjetiva de la personalidad.
 El objetivo es la educación del ciudadano.
 El Proceso de Formación, mediante el análisis, se caracteriza en
correspondencia con las funciones que cumple, en cuatro dimensiones.
 Hay algo que es común en las distintas dimensiones, ya que son todas ellas
Procesos de Formación. Pero, a la vez, cada una de ellas son diferentes con
relación a las otras, ya que la modificación en la personalidad de las personas es
cualitativamente distinta en cada una de ellas. Las mismas se ejecutan al mismo
tiempo, pero sus resultados se alcanzan en lapsos distintos. Son diferentes, pero
se dan relacionadas entre sí dialécticamente, formando parte de un solo proceso,
el Proceso de Formación.
 A medida que los objetivos de las distintas dimensiones pedagógicas, son más
trascendentes, los mismos se forman en planos más abstractos y esencial de la
subjetividad, en el ser de la personalidad de la persona, en su alma, en su
espiritualidad, que constituyen los Principios de vida del individuo.
 Cada una de las cuatro dimensiones del Proceso de Formación, como cualquier
otro Proceso Consciente, se caracteriza mediante los componentes: Realidad,
sujeto, contexto, problema, objeto, objetivo, contenido, método, forma, medio,
resultado y evaluación.

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 La caracterización esencial del Proceso Formativo se hace sobre la base de las
relaciones que se establecen entre las características anteriormente
mencionadas, denominada leyes.
 Las leyes son cuatro, la que establece el vínculo entre la realidad y el sujeto
cognoscente, el proceso y el medio externo o entre los componentes de estado
del proceso; la que precisa la relación entre los componentes del proceso, entre
los componentes de estado y los operacionales; y la cuarta, la establecen los
vínculos entre el resultado alcanzado con el resto de los componentes del
proceso, a través de la evaluación.
 Como son procesos distintos cada uno de ellos tienen sus componentes también
distintos. Es decir, los objetivos, los contenidos, los métodos, etc. son iguales
pero, a la vez, también son diferentes, para cada dimensión.
 En especial, hay que significar la relación entre el contenido de cada dimensión
y el objetivo correspondiente (mapa de contenido, ver capítulo 4).
 Así mismo, se establece un vínculo con el o los métodos, para caracterizar la
dinámica de cada dimensión y su papel en el desarrollo del Proceso Formativo,
como totalidad.
Estas características las aplicaremos y por lo tanto, lo comprenderemos mucho mejor en
los próximos capítulos.

3.7 Clasificación de los procesos. Categorías de la Pedagogía


A partir de lo ya estudiado hasta aquí y para precisar las categorías fundamentales de la
Pedagogía se hace necesario caracterizar cada uno de los procesos por separado y, a la vez,
relacionarlos, para clasificarlos.

 Clasificación, atendiendo a la función que desempeña cada tipo de


proceso
El Proceso Formativo, como ya sabemos, se puede clasificar, sobre la base del criterio:
Fines que persigue, en tres tipos de procesos: el educativo, el desarrollador y el instructivo,
que se corresponde con la clasificación ya hecha atendiendo a las funciones de cada
proceso explicadas en la segunda ley. En primer lugar, la Educación o Proceso Educativo
que es el proceso social que se desarrolla como sistema para influir en la formación de los
rasgos más trascendentes de la personalidad de todos los miembros de dicha sociedad.

 Clasificación, atendiendo al tipo de institución


El proceso educativo se puede clasificar, a su vez, atendiendo al tipo de institución que
participa en su ejecución. La sociedad dispone de un conjunto de instituciones para el
desarrollo de su trabajo educativo: la escuela, la familia y la sociedad en su conjunto, a
través de las organizaciones políticas, de masas, religiosas, etc. Cuando se estudian todas
estas instituciones es la Educación en sentido amplio. A estas tres instituciones sociales
relacionadas dialécticamente le corresponde el esencial papel de formar al hombre,
desempeñando cada una de ellas un papel priorizado en dependencia de las condiciones que
en cada momento existan; sin embargo, a la escuela se le asigna el papel rector de la
educación de las nuevas generaciones y de ser el centro de su ejecución, por su carácter
sistémico y porque en la misma se desenvuelven profesionales de esta actividad, los que
están armados de la teoría pedagógica y pueden desempeñar su tarea de un modo más

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eficiente. Ésta es la Educación en sentido estrecho. En resumen el proceso educativo se
puede clasificar atendiendo al tipo de institución que participa en su desarrollo, en sentido
amplio cuando es toda la sociedad, y sentido estrecho si sólo participa la escuela.

 Clasificación, atendiendo al nivel teórico y su sistematicidad


El Proceso Formativo también se puede clasificar atendiendo al nivel teórico, científico
y de sistematicidad con que desarrollan los distintos tipos de procesos formativos.
El Proceso educativo escolar es aquel Proceso Formativo, de carácter sistémico y
profesional fundamentado en una concepción teórica pedagógica generalizada,
intencionalmente dirigida a preparar a las nuevas generaciones para la vida social y en
primer lugar para el trabajo.
El Proceso de enseñanza aprendizaje (docente-educativo) es aquel proceso educativo
escolar que del modo más sistémico se dirige a la formación social de las nuevas
generaciones y en él, el estudiante se instruye, capacita y educa, es decir, forma sus
conocimientos, su pensamiento y sus sentimientos.
El Proceso extradocente es aquel Proceso educativo que siendo escolar, se desarrolla
con un menor grado de sistematicidad, por ejemplo, la participación de los estudiantes en el
coro de la escuela, cuyo desarrollo no pertenece a ninguna materia en específico.
El Proceso extraescolar es aquel que se desarrolla fuera de la escuela aunque es dirigido
por ella, el mismo posee un menor grado de sistematicidad, por ejemplo, la actividad de los
pioneros exploradores.
El resto de las influencias educativas, Proceso educativo no escolar, que ejerce la
sociedad sobre sus miembros tiene un carácter más espontáneo y empírico y se apoya en
mucho menor grado en las generalizaciones teórica de la ciencia pedagógica; aunque debe
ser el docente quien centre el desarrollo de todos esos procesos, por ejemplo los programas
de televisión infantil.
Esquema de las clasificaciones del Proceso Formativo, de acuerdo con el nivel teórico,
de cientificidad y sistematicidad con que se desarrolla.

Proceso Formativo escolar


Proceso de enseñanza aprendizaje.
Proceso extradocente.
Proceso extraescolar.

Proceso Formativo no escolar


Proceso educativo de la familia.
Proceso educativo de las organizaciones políticas y de masas.
Proceso educativa en las comunidades.
La educación en sentido amplio y estrecho, el desarrollo y la instrucción como
resultados, procesos y funciones; el proceso de enseñanza aprendizaje (docente-educativo),
el proceso extra docente, el proceso extraescolar y el proceso educativo no escolar del resto
de las instituciones sociales son las categorías de la Pedagogía, como ciencia, que tiene
como objeto integrador el Proceso Formativo en general.

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3.8 El sistema de teorías pedagógicas: La Pedagogía, La
Didáctica, El Currículo y La Gestión Educativa
Hay cuatro teorías que estudian aspectos del Proceso Formativo, que en el modelo
pedagógico que defiende el autor, son parte de dicho proceso: La Pedagogía, la Didáctica,
el Currículo y la Gestión Educativa.
La Pedagogía es la teoría que estudia el Proceso Formativo en sus aspectos más
generales, estableciendo la relación entre la sociedad y sus necesidades y el modelo de
hombre que se aspira alcanzar, formar, mediante el cual se contribuye a la satisfacción
efectiva de dichas necesidades; así como, las dimensiones de ese proceso y sus
características e interrelaciones. Si se prioriza un componente en lo pedagógico hay que
atender al objetivo, al modelo de hombre a formar; y si se habla de una relación dialéctica
se habla del vínculo objetivo-problema.
El centro de la Pedagogía se ubica en los componentes el problema y el objetivo, en el
por qué y el para qué; y tiene su apoyo fundamental en las corrientes filosóficas,
psicológicas, sociológicas, religiosas, metafísicas más progresistas de la actualidad, en todo
lo que contribuya a acercar a la concepción del hombre a su naturaleza universal. Tiene su
centro en la dimensión educativa del proceso del cual se irradian las otras.
La Didáctica es la teoría que estudia el Proceso Formativo y cada uno de sus
dimensiones, en su singularidad, durante el desarrollo específico del proceso, haciendo
énfasis en el modo de su desarrollo, en el cómo, en especial en el proceso de enseñanza
aprendizaje o Proceso de Formación eficiente. La atención fundamental de la didáctica es el
método (forma y medio) y tiene en su centro a la dimensión instructiva del proceso, para
alcanzar lo educativo; la dialéctica fundamental del proceso es la relación objetivo-método.
El Diseño Curricular es la teoría que proyecta dicho proceso, en que se hace énfasis en
el contenido de la cultura que se traslada a la escuela. El currículo es el proceso que
mediatiza el mundo de la vida con el mundo de la escuela. La relación fundamental que
atiende lo curricular es el vínculo entre el objeto y el contenido, como expresión
pedagógica de la cultura y tiene como centro a la dimensión desarrolladora del proceso, lo
que asegura una concepción eficaz del proceso de Enseñanza Aprendizaje.
Cada uno de ellos se lleva a cabo sobre la base de las leyes de los procesos conscientes,
en que lo didáctico hace énfasis en el método, lo curricular en el contenido y lo pedagógico
en el objetivo. El método, como expresión operacional del proceso en que estructura su
ejecución; el contenido, como aspectos de la cultura escogidos para llevar el proceso; el
objetivo, como proyección de la aspiración social.
Desde el punto de vista de la gestión del proceso, el diseño curricular atiende
fundamentalmente a la etapa de diagnóstico y de diseño (eficacia); la Didáctica, a la
ejecución y evaluación del proceso (eficiencia) y la Pedagogía, a la planificación
estratégica (efectividad). La relación compleja y dialéctica entre lo pedagógico, lo didáctico
y lo curricular se establece a partir de que todos estudian el Proceso Formativo; el primero,
como ideal en su generalidad; el segundo, en su ejecución; y el tercero, en su diseño y
proyección, a partir del mundo real, del mundo de la vida.
El currículo es el proceso que diseña el proceso de enseñanza aprendizaje. Es quien
establece el vínculo, entre el ideal general de hombre que encierra la Pedagogía; y su
expresión singular en la realidad escolar, de naturaleza didáctica. Ello se alcanza mediante
la selección y sistematización del mundo real, concretado en aquella parte de la cultura que

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se escoge para que, inmerso en el proceso de enseñanza aprendizaje, posibilite la formación
del escolar.
El currículo es un mediador entre el proyecto histórico-cultural de la escuela de una
sociedad, expresado en un lenguaje pedagógico, y el proyecto formativo de una institución
docente, concretado en lo didáctico. Es el puente entre dos mundos, el social y su cultura y
el de la escuela y su contenido, entre el mundo real y el mundo de la escuela; en él se
registran una multitud de relaciones entre el pasado, el presente y el futuro de la sociedad,
entre lo viejo y lo nuevo, lo conocido y lo desconocido, entre el saber cotidiano y el saber
científico.
La intención de la organización educativa es construir el currículo a partir de la
experiencia del hombre en el mundo real, de manera tal que adquiera un sentido formativo
general, pedagógico; con una orientación específica, didáctica. Ello implica una
planificación concreta de las acciones de la institución, es decir, el currículo muestra
caminos, lo didáctico lo implementa, lo pedagógico es el faro.
La Pedagogía se desarrolla en la escuela a través de la Didáctica y se regula mediante el
Diseño Curricular. Lo curricular, visto en el plano del desarrollo de la personalidad de los
escolares es didáctico. Lo didáctico, visto como satisfacción de la necesidad social es
curricular. Siendo lo pedagógico, como lo más general, como lo más integrador, la
totalidad de ambos. Esa es su dialéctica.
Cuando el objeto de la Didáctica entra en acción, en este caso relacionado con un
determinado proceso de enseñanza aprendizaje, cada uno de los aspectos y componentes
relevantes de éste ha sido pensado y modulado desde un proceso de gestión institucional
que lo antecede o que en todo caso lo enmarca, que es el currículo.
En el sistema social están presenten los diferentes sistema de saberes. Cada profesión se
construye sobre la base de ellos. La escuela, a través del currículo, selecciona, de esos
sistemas de saberes, lo que un profesional necesita conocer para resolver una determinada
gama de problemas en el sistema social, lo cual lo hace eficaz. El proceso didáctico hará
que esa adquisición de saberes se lleve a cabo adecuadamente, lo cual lo hace eficiente. Los
tres procesos, el currículo y el didáctico, bajo un sistema pedagógico, relacionan el sistema
del mundo de la escuela con el sistema del mundo de la vida, lo cual lo hace efectivo.
La gestión educativa, se refiere a la institución más que al proceso formativo en sí
mismo, en que los aspectos de los medios materiales, humanos y financieros están
presentes, la denominamos Gestión Educativa.
Todas estas reflexiones nos posibilitan establecer un vínculo explícito entre los procesos
formativos, pedagógico, enseñanza aprendizaje y curricular y sus teorías respectivas, la
Pedagogía, la Didáctica, la Gestión Educativa y el Diseño Curricular.

GESTIÓN EDUCATIVA

PEDAGOGÍA DIDÁCTICA

DISEÑO
CURRICULAR
Lo pedagógico como totalidad es, a la vez, una dimensión de la tetralogía dialéctica, es
su aspecto general, que tiene en lo didáctico su expresión singular, concreta y que son

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mediatizados mediante un tercer proceso o dimensión que es el Curricular o la Gestión
Educativa de carácter particular. Sin embargo, la relación lleva el nombre de sistema
pedagógico porque es de las cuatro ciencias o teorías la más general, la que le da sus
características más comunes.
Independientemente que lo didáctico y lo curricular poseen las categorías y las leyes de
la Pedagogía, son más ricos y multifacéticos. Esto es así porque incluye además de lo
general otros aspectos específicos particulares y singulares, que pasaremos a explicar en
capítulos posteriores.
Los conceptos Pedagogía, Didáctica, Gestión Educativa y Diseño Curricular expresan,
además de teorías, categorías pedagógicas.
La valoración de las concepciones existentes al respecto expresan un criterio unilateral
en que se caracteriza a la Didáctica atendiendo solo a lo metodológico o al proceso de
enseñanza aprendizaje y la Pedagogía sólo a lo educativo, lo cual es parcialmente verdad,
pero es portador de un enfoque dicotómico y, en última instancia falso; al identificar a
ambas teorías en una “sola rama” (Compendio de Pedagogía, Editorial Pueblo y Educación,
2002, Pág. 54), que trata de superar lo dicotómico, pero no es capaz de establecer sus
diferencias.
La posición que se defiende, en la que se está consciente que no expresa ninguna
verdad absoluta, sí pensamos que está más cerca de la realidad social, de la realidad
escolar.
Una vez caracterizado el modelo que describe el Proceso Formativo atendiendo a sus
aspectos más generales, pasemos a estudiar más detalladamente los distintos componentes
del Proceso Formativo (Capítulo 4).

3.9 La Pedagogía, ¿arte, tecnología o ciencia?


En este capítulo se ha tratado de demostrar científicamente que la Pedagogía es la
encargada de responder a la siguiente problemática: La caracterización de las cualidades
que deben poseer los ciudadanos de un determinado país.
Sin embargo, algunos definen a la Pedagogía como un arte: El arte de hacer desarrollar
el Proceso de Formación, para lograr lo que se propone en la educación del escolar.
En ese sentido, entendemos al arte, como la expresión de la subjetividad de los hombres
mediante la cual, en procesos creativos, éstos plasman sus sentimientos y carácter en
imágenes de naturaleza estética, a manera de comunicación con otros hombres.
Para otros, se convierte en una tecnología.
La tecnología es el proceso mediador entre la necesidad social y un producto terminado,
con ayuda del cual se satisface dicha necesidad, en el que el hombre hace uso de
determinadas técnicas y medios.
El autor está convencido de que la Pedagogía recoge todos estos enfoques: como arte,
como tecnología, pero también como ciencia.
Lo primero es consecuencia de destacar la creatividad personal, en una dimensión
espiritual, de aquel que ejerce la labor de la formación; lo segundo, es el resultado de ser
consecuente con procedimientos debidamente establecidos, para arribar a un resultado
práctico concreto y eficiente.
Sin embargo, el autor defiende que la Pedagogía, es también una ciencia, entendiendo
por ciencia, el proceso que desarrolla un investigador haciendo uso de sus capacidades

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investigativas, que permite revelar las características de un objeto de estudio, sus
componentes y relaciones; así como su propia metodología.
Sin embargo, tanto en la ciencia como en el arte están presentes la realidad y el sujeto
que se relaciona con ella; es decir, en ambos casos están presentes siempre lo objetivo y lo
subjetivo:
 En la ciencia el sujeto investigador selecciona una parte de la realidad y precisa
en ella un objeto de estudio, sobre el cual desarrolla la investigación con vista a
descubrir sus características, componentes y relaciones, expresando sus
conclusiones en conceptos, en subjetividad.
 En el arte, el artista expresa en una obra u objeto concreto su subjetividad,
plasmando objetivamente sus sentimientos.
Sobre esa base partimos del presupuesto que, el pedagogo apoyado en las relaciones
científicas puede dirigir el mencionado proceso de un modo consciente y alcanzar los
resultados de la manera más eficiente y eficaz (la ciencia), sin desconocer con ello, la
impronta personal (el arte) y los mecanismos ya establecidos sobre la base de los medios o
técnicas utilizadas (la tecnología).
A partir de estas reflexiones, declaramos que:
La Pedagogía es la ciencia que tiene como objeto de estudio al Proceso de Formación.
En esta definición se revelan las dos características generales de cualquier teoría
científica, su objeto y su metodología. Se considera ciencia a aquella disciplina que posee
un objeto y una metodología propia que no coincide con ninguna otra.
Durante todo el capítulo, y en buena medida a lo largo de todo este libro, iremos
ofreciendo los argumentos que posibiliten demostrar el carácter de ciencia de la Pedagogía.
En conclusión, el autor defiende la idea de que la Pedagogía, porque posee un objeto
propio y una metodología también propia, es una ciencia, lo cual será objeto de
demostración a lo largo de toda la obra.
Pero, también rescata el hecho de que es un arte y una tecnología, lo que también se
demostrará. La ausencia de cualquiera de estos tres componentes lastra esencialmente el
cuerpo de esta rama del saber.

3.10 Conclusiones
En este capítulo, en que hemos esbozado en una primera aproximación el modelo que
pretende explicar el proceso pedagógico, el Proceso de Formación, nos hemos acercado a
su definición.
Como dijimos en el inicio de este capítulo, su objetivo consiste en que quede demostrado,
por la argumentación ofrecida, el carácter de ciencia de la Pedagogía, que posee su propio
objeto, el Proceso de Formación.
El autor a partir de la observación de la práctica del Proceso de Formación, establece un
modelo, en el cual se precisa que, el Proceso Formativo está constituido por cuatro
dimensiones. La relación esencial que caracteriza la dinámica del Proceso de Formación se
establece entre estas dimensiones, que es el contenido de esta ciencia.
La esencia de dicho proceso es el resultado de las relaciones entre las dimensiones
instructiva, desarrolladora, anímica y mística, que nos permite establecer el tipo de hombre
a formar y sus características esenciales.

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La presencia de cuatro dimensiones no limita la idea de que el proceso es uno solo y,
aunque lo educativo es síntesis de ellos, cada uno tiene su propia personalidad y por lo
tanto tiene una influencia decisiva en los otros.
En resumen, el modelo que estamos proponiendo para el Proceso de Formación, se
apoya en los siguientes criterios que, a manera de principios dialécticos constituyen el
substrato de todo el andamiaje lógico sobre la base de los cuales se establece el modelo de
la ciencia Pedagógica:
 Hay algo que es común en las distintas dimensiones, ya que son todas ellas Procesos
de Formación.
 Pero, a la vez, cada una de ellas son distintas con relación a las otras tres.
 Las mismas se ejecutan al mismo tiempo, aunque sus resultados se alcanzan en
lapsos distintos.
 A medida que los objetivos de las distintas dimensiones son más trascendentes, los
mismos se forman en planos más abstractos de la subjetividad, en la personalidad de
la persona, en el alma, en el espíritu.
 Como son procesos distintos cada uno de ellos tienen sus componentes distintos. Es
decir, los objetivos, los contenidos, los métodos, etc. son también distintos, aunque
ellos se relacionan entre sí, dialécticamente, formando parte de un solo proceso el
Proceso de Formación.
En el capítulo también se empieza a estudiar en su esencia al Proceso Formativo y en
consecuencia se estableció la primera ley, en la que se vincula el problema de la
preparación de los ciudadanos de un país con el objetivo de educarlos. El Proceso
Formativo se convierte en el mediador de la contradicción anterior, que le da solución y
mediante la cual se llega a la solución del problema, haciendo uso de sus cuatro
dimensiones: La instrucción, el pensamiento, lo anímico y lo místico, que es la segunda ley
de la ciencia pedagógica.
El modelo que empezamos a elaborar se caracteriza por el carácter de ciencia de la
teoría que explica al mencionado proceso, sin excluir su también condición de arte y
tecnología.

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