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UNIVERSIDAD DE GUANJUATO

División de Arquitectura, Arte y Diseño DAAD


Licenciatura en Arquitectura

Critica y Análisis de la Arquitectura (Edad Moderna)


Profesor: De la Rosa Falcón Gregorio Gerardo

Alumna: Alondra García Ramírez


400 C

UG – CAHALL – 2022 – 3.3


Durante el siglo XIX, se generó el termino ciudad dual; en este, se planteaba la presencia de la clase
dominante y de la clase dominada en el contexto urbano, lo cual evidenciaba las características
antagónicas de dos sectores bien diferenciados entre sí y su coexistencia en un mismo medio.
Entre las características que conformaban el habitad de las clases en la época, se encuentra la
degradación en que se desarrolla el ciclo vital del proletariado urbano. Por ello, la comunidad urbana
migra hacia la ciudad buscando una mayor calidad de vida y por ende la solución de problemas de la
vivienda precaria. Para solucionar esto se ofrecían dos opciones: hacinarse en viejas viviendas del centro
histórico o instalarse en suburbios.

Gracias a esto la obtención de la plusvalía a través de la renta del suelo generó un impulso financiero e
industrial, debido a la demanda de la construcción de viviendas obreras.
Con esto las viviendas claramente sufrieron un impacto grave con la revolución industrial; surgieron casas
regimentadas, bloques horridos y montones, carentes de iluminación y ventilación natural con altos
índices de mortalidad donde la población trabajadora terminaba por apiñarse.

Debido a esta situación surgieron las primeras leyes y reglamentos urbanos, donde se comenzó a
considerar los términos entre el hacinamiento entre los barrios obreros en calidad de salud y bienestar
para la vivienda y sus individuos. De esta manera los problemas de diseño quedaron relegados del
habitad obrero hasta la aparición de los códigos racionalistas en el siglo XX dando una mayor voz a la
clase obrera.

También se dio lugar a la aplicación de nuevas técnicas aplicadas al sistema territorial de la producción,
distribución y consumo, estableciendo tres niveles básicos de códigos formales representativos en el siglo
XIX: la prolongación de los códigos clásicos e históricos para identificar aquella arquitectura que
circunscribe las funciones de la burguesía, la negación cultural del marco de vida del proletariado y las
nuevas soluciones tecnológicas que requería el sistema ambiental.
En esta parte surge un nuevo profesionista: el ingeniero civil.
De esta manera la arquitectura asume una nueva función dentro del contexto urbano para quienes
construyen.
El proceso de la revolución industrial trajo consigo nuevas técnicas y soluciones a las nuevas
necesidades, entre las cuales se vieron envueltas la evolución de algunos materiales como lo fue la
implementación y mejoramiento del hierro y vidrio acorde a las exigencias derivadas de los
requerimientos funcionales.
Con respecto de la ingeniería en el campo de la arquitectura, los procesos se vieron reflejados a través
de la construcción (puentes, fábricas, almacenes, cubiertas, galerías, mercados cubiertos, almacenes) y
la implementación de las nuevas tecnologías y su fusión con las técnicas tradicionales.
Toda esta arquitectura vivió su gran auge alrededor de toda Europa, generando diversas edificaciones
donde podemos apreciar la conjetura entre la arquitectura y la ingeniería y como es que mediante sus
aportes logra dar una interesante solución a las problemáticas tanto arquitectónicas como estructurales
de la época.
De la misma manera, la arquitectura y la ingeniería dejaron huella en los diversos tipos de edificaciones
de carácter más público, por lo que nos damos cuenta de que no se encuentran únicamente reflejadas en
un sector industrializado, como bien lo fueron museos, escuelas, monumentos, bibliotecas, teatros, etc.)

En esta parte podemos apreciar la evolución de la arquitectura desde el enfoque utilitario industrializado
que se le da en un principio pensado en la utilidad con la que se podía innovar para la clase obrera y la
realización de un trabajo mucho más específico, sin embargo al momento en que se comienza a pensar
en su modo de vida, logramos ver como se sensibiliza ante las condiciones y situaciones que enfrenta el
individuo dejando de lado su clase social y viéndolo más bien como parte de la sociedad y un ser que a
su vez tiene necesidades que cubrir. Partiendo de esto, la arquitectura se extiende hasta llegar al punto
en que no hace distinción y comienza a innovar para generar mejoras entre toda su población.

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