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Republica bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación universitaria

Universidad Bolivariana de Venezuela

Programa de iniciación universitaria

Núcleo: recreativo

Núcleo recreativo

Luis China
CI:30291525
Etimología y naciones de la cultura

Etimológicamente hablando, la palabra cultura en español viene de cultus


en latín (que a su vez significa cuidado del campo o ganado, y también
culto a los dioses) y se remonta a la raíz indoeuropea kwel- sin pasar por el
griego. Se puede argumentar que el vocablo comparte origen con una
serie de palabras relacionadas con promover el crecimiento o nacimiento
de algo, como agrícola, colono o cultivo.
Algunos pensadores le atribuyen a Cicerón una definición temprana de
cultura. En sus Disputas tusculanas (45 a.C.), el ilustre romano, afirmó que
“el espíritu, como la tierra, necesita cultivo; y que la filosofía es eso:
cultura autem animi philosophia est, la filosofía es el cultivo del espíritu”.
Pero esta no era una definición de cultura, sino de filosofía.
Parafraseando a Gabriel Zaid, en Mil Palabras, “la cultura (en latín) era el
cultivo de la naturaleza, su transformación en algo humanamente
habitable, bajo la protección de los dioses; y también el culto de los dioses
y el desarrollo de las facultades humanas”.
Este, en definitiva, el primer concepto de cultura el que prevalece, con
ciertos matices. “La cultura como libertad que crece, gracias a las grandes
obras literarias, musicales y visuales (…), la que se hace personalmente,
tanto el momento de creación, como en el momento de recrearlos y
recrearse leyéndolos, escuchándolos, viéndolos”, expresa el autor.
Una de las definiciones más completas del siglo pasado es la del
antropólogo británico Edward Burnett Tylor, quien en El concepto de
cultura: textos fundamentales define la cultura como “un complejo
conjunto que incluye los conocimientos, las creencias, el arte, la moral, las
leyes, los sistemas de producción y distribución de la riqueza, las
costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el
ser humano como miembro de una sociedad”.
Desde el origen de los tiempos, las culturas se han ido dividiendo por
características geográficas, éticas y de tradiciones marcadas:
* Cultura occidental: define a países europeos o influenciados por la
inmigración europea, como los EEUU. Tiene sus raíces en el Período
Clásico Greco-Romano y en el auge de la Cristianidad en el siglo XIV. Otras
influencias fuertes provienen de los grupos étnicos y linguísticos latino,
celta, germánico y helénico. Las influencias de la cultura occidental se ven
en casi todos los países del mundo.

* Cultura oriental: se refiere a las normas sociales de países en el Lejano


Oriente asiático (China, India, Japón, entre otros). Estuvo influenciada por
la religión y el cultivo del arroz. En general, en la cultura oriental hay mens
distinción entre la sociedad secular y la filosofía religiosa que en
Occidente.

* Cultura latina: se le considera de esta cultura a muchas de las naciones


de habla hispana, a aquellas partes de América Central, América del Sur y
México donde se habla español o portugués. Si bien España y Portugal se
encuentran en el continente europeo, son los principales influyentes en la
creación de dicha cultura. Pertenecen a aquella, principalmente, las
personas que usan idiomas derivados del latín, también conocidos como
lenguas romances.

* Cultura del Medio Oriente: abarcando aproximadamente 20 países,


tienen en común el idioma árabe, pero tienen una gran variedad de
dialectos. La religión es otra cosa que tienen en común estos países, que
son a la vez la cuna de religiones como el judaísmo, el cristianismo y el
islam.

* Cultura africana: localizada en la región donde hace 120.000 años se


originó la humanidad, África es multidiversa. Nigeria sola tiene más de 300
tribus. Actualmente, se divide en dos grupos culturales: África del Norte y
África Subsahariana. La primera tiene fuertes lazos con Medio Oriente,
mientras que la segunda comparte características históricas, físicas y
sociales, y son muy distintas a las del Norte de África. Un ambiente hostil
contribuyó a la formación de distintos lenguajes, cocinas y estilos
musicales entre estas lejanas poblaciones.
Otra interesante división de culturas reciente (o algo similar) es la que
propone Samuel Hutington en el Choque de Civilizaciones (1996),
incluyendo factores políticos, sociales y religiosos relacionados a los años
de la Guerra Fría. Inspirado en los textos de historiadores como Arnold J.
Toynbee y Carroll Quigley propone una división de nueve civilizaciones:

*Subsahariana
* Latinoamericana
* Sínica
*Hindú
*Budista
* Nipona
* Occidental
* Ortodoxa
*Islámica

Sin embargo, estas dos últimas, si bien son exhaustivas a nivel político,
religioso y geográfico, no consideran otras poblaciones como las
indígenas, tanto las indo-americanas, asiáticas, africanas, europeas y
océanicas, acaso por su poca participación en los conflictos globales de la
segunda mitad del siglo XX.

Si uno retrocediera tan solo cinco siglos, la importancia de estas, sería


mayor, dada su crucial participación durante la expansión mundial de las
coronas española y británica, por poner solo dos ejemplos.

* Culturas indígenas: el vocablo proviene del latín, y alude a lo que es


relativo a la población originaria de un territorio que habita, cuyo
establecimiento prolongado y estable precede al de otros pueblos.
Generalmente esta cultura es variopinta de acuerdo a su ubicación
geográfica, aunque tienen en común: pertenecer a tradiciones
organizativas distintas al estado moderno; y pertenecer a culturas que
sobrevivieron a la expansión planetaria de la civilización occidental.
Generalmente constituyen grupos dentro de uno o más estados
nacionales de corte europeo, y “lo indígena” hace referencia a un
remanente pre-europeo. Los indígenas están por todo el planeta y son
muy diversos: en Siberia, en América, o en Australia (en este último país se
les llama aborígenes). Ciertas culturas pre-europeas como la china o la
egipcia, no suelen considerarse indígenas.

Así las cosas, la cultura nos deja una sensación de permanente


movimiento. Pero…¿de qué hablamos cuando nos referimos a la cultura
en medio de la revolución tecnológica? En la siguiente entrega de este
artículo partido en dos, hablaremos sobre la cultura de cara al presente y
futuro.

La Paideia en la cultura Occidental


La paideia (en griego παιδεία, “educación” o “formación”, a su vez de
παις, país, “niño”) era, para los antiguos griegos, el proceso de crianza de
los niños, entendida como la transmisión de valores (saber ser) y saberes
técnicos (saber hacer) inherentes a la sociedad.

La paideia se centraba en los elementos de la formación que harían del


individuo una persona apta para ejercer sus deberes cívicos. Bajo el
concepto de paideia se agrupan elementos de la gimnasia, la geometría, la
gramática, la retórica, las matemáticas y la filosofía, que se suponía debían
dotar al individuo de conocimiento y cuidado sobre sí mismo y sobre sus
expresiones. Por lo tanto, no incluía habilidades manuales o erudición en
temas específicos, que eran considerados mecánicos e indignos de un
ciudadano. El primero en configurar la paideia como un humanismo cívico
integral fue el orador y pedagogo griego Isócrates.

El ideal de paideia estaba dado por la estructura específica de la polis


griega, en que una casta relativamente reducida de ciudadanos, exentos
de las necesidades manuales con la excepción de la guerra, dedicaban su
vida a la participación en los asuntos cívicos. El dominio cuidado de la
lengua griega distinguía a los locales de los forasteros e inmigrantes; la
expresión oral, cuidadosamente elaborada, respondía la obligación de
mostrarse como un individuo refinado en el ágora, donde las habilidades
persuasivas resultaban cruciales. Las ciencias puras indicaban una
disposición de ánimo objetiva y poco concernida con los asuntos
mundanos, una cualidad deseable en un potencial legislador. Las proezas
gimnásticas confirmaban el dominio de sí y el carácter viril —también
garantizado por el comportamiento en combate— que completaban el
perfil aristocrático.

El lugar del concepto de paideia fue ocupado en Roma por la humanitas,


que en textos de Cicerón significa claramente cultura, educación y
pedagogía propias del hombre libre y a la cual están relacionadas todas las
disciplinas. Humanitas llegó a indicar el desarrollo de las cualidades que
hacen al hombre un ser verdaderamente humano, que lo enriquecen con
una cultura y lo diferencian del bárbaro. El concepto implicaba por tanto
la construcción del hombre civil que vive y opera en la sociedad humana.
De aquí proviene la designación de “humanidades” para los estudios
vinculados a la cultura y el movimiento ideológico, filosófico, pedagógico y
cultural conocido como Humanismo que caracterizó el Renacimiento
grecolatino en Europa. La noción se rescató reiteradamente a lo largo de
la historia occidental por parte de movimientos aristocratizantes que
oponían una concepción global de la formación humana al énfasis en las
habilidades prácticas; un movimiento de este tipo inspiró a Pierre de
Coubertin a restaurar la tradición de los juegos olímpicos.

A mediados del siglo xx, el filólogo alemán Werner Jaeger publicó el más
detallado estudio sobre la noción de paideia hasta la fecha, bajo el título
Paideia: Los Ideales de la Cultura Griega (1933-1945). En el desarrollo del
libro primero en los capítulos I y II, Jaeger describe el concepto como la
aspiración a construir un tipo ideal de hombre marcado por la virtud, a la
cual llamaban (ἀρετή) areté. La areté es la excelencia en la función propia
(belleza (kalós)+ virtud).

Inflexiones epistemológicas de la noción de cultura


Una idea de saber puede referirse a toda situación objetiva como
subjetiva, tanto teórica como práctica. En este sentido juega un papel
conectivo con el conocimiento. Provee el reconocimiento de las
dimensiones de la realidad en la que estamos situados.
La aprehensión de la realidad por medio de la cual ésta queda fijada en un
sujeto, expresada, transmitida a otros sujetos, sistematizada e
incorporada a una tradición nos lleva a la cultura (Reale, 1998). El modo
de situar la aprehensión es en la experiencia, cúmulo de vida sumergida
en la cultura, que luego se constituye como conocimiento de tal manera
que retrata infinitamente sus surcos o relieves vitales. Esto es, el
contenido de la experiencia basado en el conocimiento. Una memoria
petrificada como forma de operación de la experiencia para las
generaciones futuras y presentes.
Aquí lo que importa es su efecto gradual en los distintos ámbitos del
mundo. La práctica y la teoría devienen en contenido más que en
condición de la experiencia. A este tipo de saber que arranca o proviene
de los confines de la cultura puede nombrarse como saber-dialógico. Lo
contrario a este tipo de saber sería un saber-discernir como teoría del
conocimiento. El saber-discernir trata de una configuración sobre la
episteme. Significa la búsqueda de la esencia o de una substancia. A la par
arroja un entender sobre las cosas y un demostrar. Incluso ha dado paso a
la teoría de la ciencia posterior a su desprovisación metafísica que la
marcó en sus inicios y durante el inicio de la Modernidad.
Episteme que comprende la necesidad de la cosa en el raciocinio y en la
argumentación (silogismo y lógica del raciocinio). Desde un punto de vista
ontológico es un más allá del discurrir: lógica de los principios o bien
principios efectivos de la realidad. El mero ser queda desbordado por un
llegar a ser y el saber es descubrir cómo algo ha llegado a ser lo que es,
cómo se ha constituido (Heidegger, 2011). Desde Fichte se recalca esta
idea situada desde una lectura sobre los posicionamientos metafísicos
según Heidegger (2011); la interpretación está en que la filosofía es
ciencia. Se trata de una tesis de principio que concede lo concordante.
Implica a su vez una doctrina de la ciencia en tanto que es necesaria, y lo
es como disposición natural. Una derivación significativa de esta tesis es la
discusión lógica de dónde procede el objeto; este hay que desarrollarlo
desde la esencia de la propia ciencia. ¿Qué idea concluyente podemos
recuperar de esto dicho? Vale la pena citar la interpretación que nos
brinda Heidegger (2011, p. 176):

Prioridad del procedimiento, es decir, del saber en cuanto tal, que primero
se determina y puede determinarse lo que puede saberse, para de este
modo determinarse a sí mismo por completo.
El objeto de la filosofía. Lo objetual de este saber.
¿Adónde tiene que haberse llegado para que se haga posible un
planteamiento así en el propio saber?
Alguna puntualización o derivación sería la no generación de memoria, la
no constitución de una organización interna de la experiencia compartida
del mundo. El punto de inflexión es que el saber cómo teoría conduce a
una posición vertical más que una fuente abierta a la experiencia, se ciñe
sobre la misma un orden escrupuloso. Sería en todo caso un no saber
sobre la cultura. Aquí no significa anular toda realidad epistémica, más
bien plantear que si se quiere una epistemología de la interculturalidad,
hay que volver a revisar las bases gnoseológicas del conocimiento
especializado antes de procurar una nueva inventiva categorial. Proyectar
elementos culturales que sopesen una reflexión sobre la praxis, más que
un ser del saber implica un ser experiencial interpelado incluso por un
saber teórico.
Esta última idea sería una tesis a construir largamente. Mientras tanto la
cuestión es pensar qué tan factible es este modo, la interculturalidad
cuando ha sido pensada como relación entre etnias distintas, como
choque de civilización al estilo de Huntington (2001), como una situación
dimensional de las relaciones globales de cualquier tipo (Canclini, 2011).
Un saber implica el ser no es el contenido (aspecto que tiende a un saber-
discernir y todo su aparato conceptual) de la experiencia del mundo, sino
condición de nuestra experiencia de mundo. Implica lo cultural como
plano de la realidad óntica que establece una totalidad compleja de
procesos y relaciones. Se configura como densidad dinámica. Hay
subjetividad situada, atravesada, como primordialidad.
Los parámetros fisiológicos del cuerpo humano los cuales reflejan las
funciones esenciales de nuestro cuerpo
La fisiología humana estudia las funciones del cuerpo humano. Es una de
las Ciencias más antiguas del mundo. La función biológica es el objeto de
su estudio. Desvelar como el organismo se mantiene con vida. En este
escenario, maneja las denominadas constantes fisiológicas, que reflejan
los parámetros fisiológicos, como frecuencia cardíaca, respiratoria,
presión arterial, temperatura, peristalsis, pH, reflejos pupilares y rutiliano,
tiempo de vigilia, ciclo ovárico, peso, talla, etc
La Homeostasis refleja la constancia de las condiciones del medio humano
interno. Las funciones de cada uno de los órganos se superponen a las de
los restantes, en un coro armonioso que permite la vida del ser humano.
El medio interno está compuesto hasta en un 65% de líquido, la mayor
parte intracelular. Hasta un 65% es agua y el 35% restante extracelular. En
este último se encuentran diluidos los iones y nutrientes que aseguran la
función de las células, es el denominado medio interno. El equilibrio
homeostático es la clave de la vida. Su fallo puede ser incompatible con la
vida. Los sistemas de control son decisivos y, entre ellos, los genéticos,
que tienen lugar en el interior de las células, resultan ser los más
complejos. Hay otros que actúan a nivel de órgano o sistema, como
regulaciones de concentraciones de oxígeno, de dióxido de carbono, los
reguladores de la presión arterial o la temperatura corporal, etc. El
mecanismo básico de control se establece en términos de
retroalimentación negativa, es decir, en función de que la concentración
de algún factor sea muy diferente de la apropiada, tanto positiva como
negativamente, con lo que se disparan mecanismos que devuelven al
factor el valor que debiera mantener. En suma, se mantiene la
homeostasis. La denominada retroalimentación positiva, es fatal para el
organismo porque genera mayor inestabilidad. Se le denomina círculo
vicioso, y no es más que una espiral creciente retroalimentada, por tanto
explosiva. Por ejemplo, una hemorragia provoca la pérdida de sangre,
pudiendo llegar a superar el umbral de funcionamiento correcto del
corazón. La presión arterial cae y las arterias coronarias disminuyen el
riego sanguíneo al corazón, lo que provoca que el músculo cardiaco
empiece a sufrir por falta de oxígeno. El corazón se debilita y se encamina
al colapso. Círculo vicioso. En casos, la retroalimentación positiva es
saludable, como la oxitocina en al parto. De todos es conocido que la
temperatura corporal se sitúa entre 35.5 ºC y 37 ºC; la frecuencia
respiratoria entre 12 y 20 respiraciones por minuto; la frecuencia cardíaca
entre 60 – 100 latidos por minuto; la diuresis entre 800 y 1500 mililitros
diarios; el peso varía con la edad sexo y altura, pero el Índice de Masa
corporal (IMC) se sitúa entre 18.5 y 24.99; la presión arterial entre 80
(sistólica) y 120 (diastólica) milímetros; la evacuación de heces entre 1 y 3
veces por día; el pH del cuerpo entre 7.32 y 7.42, es decir, ligeramente
básico, etc.

Las capacidades coordinativas de ser humano, aquellas que nos permiten


ejecutar los movimientos de manera eficaz, precisa y armónica
Las capacidades coordinativas forman parte de las llamadas capacidades
físicas: las condiciones del organismo que suelen estar vinculadas al
desarrollo de una determinada acción o actividad. Estas capacidades son
establecidas por los genes, pero pueden perfeccionarse mediante el
entrenamiento.
Las capacidades físicas se dividen en capacidades condicionales y
capacidades coordinativas. Las capacidades físicas condicionales están
vinculadas a la posibilidad de concretar un movimiento en la menor
cantidad posible de tiempo (velocidad), a mantener un esfuerzo
prolongadamente (resistencia), a posibilitar el máximo recorrido que se
pueda de una articulación (flexibilidad) y a superar una resistencia a través
de la tensión (fuerza).
Además de todo lo expuesto, podemos resaltar el hecho de que se
considera que las capacidades coordinativas se encargan de llevar a cabo
tres funciones básicas. Y es que ejercen una labor fundamental en el
aprendizaje motor, en la vida en general y en el alto rendimiento
deportivo.
En concreto, las capacidades coordinativas son aquellas que permiten a
una persona ejecutar movimientos de manera eficaz, precisa y armónica.
La ejecución de una acción motora que requiere de exactitud depende de
estas capacidades coordinativas para lograr la ubicación correcta del
cuerpo en el momento adecuado.
Un tenista profesional, por ejemplo, debe potenciar todas sus capacidades
físicas. Es evidente que necesita tener velocidad para desplazarse,
flexibilidad para devolver los golpes del rival, resistencia para jugar varias
horas y fuerza para impactar la pelota. Pero también debe perfeccionar
sus capacidades coordinativas para reaccionar ante cada impacto de su
oponente, sincronizando sus movimientos sin desorientarse y llegando a
tiempo para ejecutar sus propios golpes.

Las Capacidades Físicas, que son de suma importancia para la preparación


de nuestro cuerpo
Una capacidad es una cualidad o una condición. Son todas aquellas
cualidades del ser humano, fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad que
se desarrollan durante el crecimiento y están determinadas por ciertas
etapas de madurez, llamadas " fases sensibles” que indican los momentos
biológicos en que son propensas a su entrenabilidad para optimizar el
desarrollo de la estructura física.Las capacidades físicas condicionales
están determinadas por complejos procesos bioquímicos del organismo, la
composición de los aparatos y sistemas del mismo, el periodo del
crecimiento y desarrollo, los factores hereditarios, la alimentación y
especialmente por el grado de estimulación dentro del ambiente social en
el que se desenvuelve el organismo. Todas estas capacidades tienen un
periodo propicio de estimulación en su desarrollo o mantenimiento, de
ahí que sea tan importante para ser grandes campeones y/o, en todo
caso, para desarrollar una condición física que ayudara al buen
funcionamiento del organismo para conservar la salud. El individuo puede
vivir toda su vida con sus facultades físicas naturales sin realizar actividad,
física o deportiva, por lo que el incremento y posterior deterioro de su
fuerza, resistencia y velocidad estaría a la par de su desarrollo e involución
biológicos, acelerados estos últimos por la inmovilidad creciente adscrita
al ambiente laboral moderno y la educación formal. El juego, la
recreación, la educación física, la actividad física, la preparación física y el
deporte constituyen las posibilidades que permiten el desarrollo,
estabilización y mantenimiento de las capacidades físicas del organismo
del hombre moderno y a ello se le suma ahora la gimnasia laboral como
una estrategia, dado que el tiempo libre tiende a desaparecer y las
obligaciones tanto laborales como académicas limitan cada vez más el
movimiento del ser humano, con lo cual aparece el deterioro y la
enfermedad. En este sentido va tomando fuerza la gimnasia laboral o
pausas activas dado que la condición física es el estado óptimo de
desarrollo y estabilización de las capacidades funcionales del organismo
en cualquier etapa de la vida y que está relacionada en este contexto
como el estado saludable del ser humano.

Origen y población del continente americano


El nombre del continente surge en honor al explorador italiano Américo
Vespucio que participó en al menos dos viajes al “nuevo mundo”.
La primera vez que se usó ese nombre para el continente fue en un mapa
de 1507 del cartógrafo alemán Martin Waldseemüeller, que es
considerado el certificado de nacimiento de América.
Se especula que el cartógrafo tomó el nombre de Américo y lo transformó
en femenino “porque los otros nombres de los continentes en Latín son
femeninos”, le contó a BBC Mundo en un artículo de 2018, John Hessler,
curador de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, donde se
encuentra la única copia de ese mapa que sobrevivió al paso del tiempo.
El origen del poblamiento americano.
Los primeros seres humanos en llegar al continente americano
provinieron de Asia. Aunque se ha discutido mucho acerca de la
posibilidad de que América hubiera sido poblada originalmente por
negros, semitas, caucásicos, australoides u otros grupos, hay pruebas
suficientes para afirmar que el carácter racial de los habitantes originales
de este continente fue mongoloide.
El poblamiento de América es el proceso por el cual se diseminó la especie
humana en el continente americano. Los científicos no tienen dudas de
que los seres humanos no son originarios de América, por lo que ésta fue
poblada por hombres provenientes de otra parte.
La marcha humana que llegó a América avanzó muy lentamente al interior
del continente. La penetración hacia el sur, desde Alaska, se realizó a lo
largo de muchas generaciones. El movimiento de las familias dependió
sobre todo de la cantidad de alimentos disponibles en las cercanías donde
se encontraran. En los lugares y tiempos en que sobraba la comida,
permanecían más tiempo; cuando faltaban los recursos, se dispersaban de
nuevo.
Al adentrarse al continente americano, con su diversidad geográfica y
ecológica – tan diferente entre el extremo norte, los trópicos, el ecuador y
el extremo sur-, el ser humano tuvo que modificar y ajustar su forma de
vida y los utensilios que fabricaba. El origen del poblamiento americano.
Hace miles de años, entre el 70,000 y el 20,000 a.p., el hombre cruzó el
estrecho de Bering persiguiendo animales en búsqueda de alimento. El
hemisferio norte del planeta experimentaba un periodo glaciar. La
existencia de hielos permanentes provocó que los niveles del mar
descendieran alrededor de 50 m, lo que permitió la formación de un
camino, libre de agua entre Asía y América.

Las culturas precolombinas y Abya Yala


Se llaman culturas precolombinas a las que existieron en el contintente
americano antes de que arribara al mar Caribe el navegante genovés
Cristóbal Colón, el 12 de octubre de 1492. Colón arribó a Cuba el 27 de
octubre de 1492 y sus naves recorrieron durante cuarenta días la costa
norte oriental de la Isla, pudo apreciar, junto a los encantos de la
naturaleza exuberante, la presencia de pobladores pacíficos e ingenuos
que le ofrecían algodón, hilado y pequeños pedazos de oro a cambio de
baratijas.Abya Yala en la lengua del pueblo cuna significa “tierra madura”,
“tierra viva” o “tierra que florece” y es sinónimo de América. El pueblo
cuna es originario de la sierra Nevada al norte de Colombia; habitaba la
región del golfo de Urabá y de las montañas de Darién y actualmente vive
en la costa caribeña de Panamá, en la comarca de Kuna Yala (San Blas).
La expresión Abya Yala ha sido empleada por los pueblos originarios del
continente para autodesignarse, en oposición a la expresión “América”. Si
bien esta última había sido usada por primera vez en 1507 por el
cosmólogo Martin Wakdseemüller, sólo se consagró a finales del siglo
XVIII y comienzos del siglo XIX, cuando las elites criollas trataban de
afirmarse frente a los conquistadores europeos en pleno proceso de
independencia. Aunque los diferentes pueblos originarios que habitan el
continente atribuyan nombres propios a las regiones que ocupan –
Tawantinsuyu, Anauhuac, Pindorama–, la expresión Abya Yala viene
siendo cada vez más usada por ellos con el objetivo de construir un
sentimiento de unidad y pertenencia.
Si bien algunos intelectuales, como el sociólogo catalán-boliviano Xavier
Albó, ya la habían utilizado como contrapunto de la designación muy
difundida de “América”, la primera vez que se la utilizó con ese sentido
político fue en la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades
Indígenas de Abya Yala, realizada en Quito en 2004. Hay que destacar que
en la I Cumbre, realizada en México en el año 2000, la expresión Abya Yala
todavía no había sido invocada, como puede leerse en la Declaración de
Teotihuacan, donde se presentaron así: “los Pueblos Indígenas de América
reafirmamos nuestros principios de espiritualidad comunitaria y el
inalienable derecho a la Autodeterminación como Pueblos Originarios de
este continente”.A partir de 2007, sin embargo, en la III Cumbre
Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala
realizada en Iximche, Guatemala, no sólo se autoconvocaron como Abya
Yala sino que resolvieron constituir una Coordinación Continental de las
Nacionalidades y Pueblos Indígenas de Abya Yala,
Como espacio permanente de enlace e intercambio, donde puedan
converger experiencias y propuestas, para que juntos enfrentemos las
políticas de globalización neoliberal y luchemos por la liberación definitiva
de nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua
y de todo patrimonio natural para vivir bien.
Poco a poco, en los diferentes encuentros del movimiento de los pueblos
originarios, el nombre “América” está siendo sustituido por Abya Yala, lo
cual no sólo indica otro nombre sino también la presencia de otro sujeto
enunciador del discurso hasta ahora callado y sometido en términos
políticos: los pueblos originarios.
La idea de un nombre propio que abarcase todo el continente se impuso a
esos diferentes pueblos y nacionalidades en el momento en que
comenzaron a superar el largo proceso de aislamiento político al que se
vieron sometidos después de la invasión de sus territorios en 1492, con la
llegada de los europeos. Junto con Abya Yala existe todo un nuevo léxico
político que también está en construcción, donde la propia expresión
“pueblos originarios” cobra sentido. Esa expresión afirmativa fue la que
esos pueblos en lucha encontraron para autodesignarse y superar la
generalización eurocéntrica de “pueblos indígenas”. Finalmente, antes de
la llegada de los invasores europeos había en el continente una población
estimada entre 57 y 90 millones de habitantes que se distinguían como
mayas, cunas, chibchas, mixtecas, zapotecas, ashuares, huaoranis,
guaraníes, tupinikimes, kayapós, aimaras, ashaninkas, kaxinawas, ticunas,
terenas, quechuas, karayás, krenaks, araucanos/mapuches, yanomamis,
xavantes, entre tantos pueblos y tantas nacionalidades originarios

Caribes y Arawak, Forjadores de la resistencia indígena.


Meses antes de que Cristóbal Colón confundiera en 1492 las islas del
Caribe y las Antillas con el Paraíso Terrenal, la región tenía una altísima
densidad demográfica. Seis millones de americanos (un quinto de la actual
población de la zona) vivían de la caza, la pesca y las guerras. Tres pueblos
las ocupaban: los ciboneys, establecidos en las partes oeste de las actuales
Cuba y Haiti; los taíno-arawaks en las Grandes Antillas (las actuales Cuba,
Jamaica, Haití, República Dominicana, Puerto Rico y Trinidad); y los caribes
que ocuparon las hoy Pequeñas Antillas (que se encuentran al este de las
Grandes Antillas).
De estos pueblos hoy nada queda, salvo medio millar de caribes
confinados en reservas en la actual Dominica, la mayoría mezclados con
africanos, y una pequeña población que conserva rasgos indígenas en
Cuba y Puerto Rico. El impacto cultural, la esclavitud y las enfermedades
que traían los europeos borraron estos pueblos de la faz del erróneo
paraíso.
Si la historia de los taínos (pertenecientes al grupo lingüístico de los
arawaks, que ocuparon un área que se extendía desde la actual Florida
hasta el Paraguay y al norte de Argentina) terminó con la llegada de los
europeos, esta misma historia había empezado desde hacia muchos siglos,
cuando alrededor del siglo V a.C. salieron de la cuenca del río Orinoco,
ocuparon la isla de Trinidad y desde allí se propagaron a todas las Antillas,
donde, después de haber empujado a los ciboneys hacia el oeste de Cuba
y Haití, se dedicaron sobre todo a la agricultura y al comercio y se
organizaron en comunidades administradas por jefes religiosos, llamados
caciques, en una estructura social jerárquica cuyo grado más bajo era
ocupado por los esclavos.
Poco antes de la llegada de los europeos, los taínos habían sido
desplazados de las Pequeñas Antillas por los caribes, cuyos nombre
originario era Galibi, provenientes, como los arawaks, del norte de
Sudamérica. Los caribes eran grupos móviles y guerreros con una
organización social simple y principalmente dedicada a la guerra y la
conquista. Las mujeres de los caribes mayoritariamente de origen
arawaks, tomadas por medio de la conquista militar.
En su primer viaje, Colón llegó a las islas Bahamas, y siguió por Cuba -
donde encontró los taíno- e Hispaniola.Las islas hicieron gran impacto
sobre el almirante quien, impresionado por el clima, la vegetación y la
desnudez de los americanos, creyó encontrar el paraíso terrenal. El
almirante, que murió pensando que había llegado a Asia y no a un
continente que los mapas europeos no registraban, además de por
lecturas bíblicas, estaba influido por las lecturas de viajes, sobre todo por
el de Marco Polo hacia China. Así que, como había contado Polo en su
cuadernos, temía a personajes como los “Come-hombres” y los “Hombres-
perro” y creyó encontrarlos en los caribes, según lo que había entendido
de los cuentos de los taíno-arawaks que, víctimas de la actitud guerrera de
los caribes, relataban la existencia de tribus guerreras y feroces que
comían hombres (la palabra “caníbal” deriva de estas tribus a las cuales
los españoles rebautizaron como “caníbales”). Los cuentos de viaje de
Colón contribuyeron así a la creación de mitos del Nuevo Mundo: el de El
Dorado, los Siete pueblos de Cibola, o las Amazonas.
La conquista del paraíso significó el infierno para arawaks y caribes: en un
siglo, los primeros pasaron de una población de 2-3 millones de personas
a pocos miles. La alta tasa de mortandad se debió a su exposición a
enfermedades desconocidas que introdujeron los europeos y a la
brutalidad de los conquistadores. Los caribes intentaron resistir a los
invasores, pero este solo demoró su aniquilamiento, que llegaría en el
siglo XVII.
Sin encontrarlo, Colón buscaba oro de forma obsesiva. A cambio del oro
que faltaba Colón llevó a Europa, junto con aves coloridas y especias,
algunos taínos como esclavos, regalo que la reina no aceptó, por
considerarlos súbditos del imperio. En la práctica, sin embargo, en sus
propias tierras, los taínos, aunque nominalmente súbditos, fueron
explotados como esclavos, forzados a trabajar en condiciones que
aceleraron su extinción. A causa del aniquilamiento de las poblaciones
indígenas, los europeos, desprovistos de mano de obra, empezaron la
importación en gran escala de esclavos desde África. Tropezar con el
Paraíso Terrenal reintrodujo la práctica de la esclavitud (que había
desaparecido con la imposición del cristianismo durante la Edad Media)
entre los europeos.
Hoy en día, los pocos arawaks sobrevivientes se encuentran en Guyana,
Suriname, Guyana Francesa y Puerto Rico, donde viven organizados en
confederaciones, naciones y municipios que dicen ser la voz de todo el
pueblo taíno del área caribeña y de la diáspora de Estados Unidos. Entre
todas estas organizaciones la única reconocida oficialmente por Estados
Unidos como legítimo gobierno tribal es la Nación Tribal Jatibonicu Taíno
de Borikén.

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