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SERIE DE SERMONES “SOMOS LA IGLESIA – HACIA LA PRÁCTICA DE LOS UNOS A

LOS OTROS”
SERMON 1: MIEMBROS LOS UNOS A LOS
OTROS
¿Qué significa la iglesia local para ti?

Quizá tú amas a la iglesia. Amas a la gente. Te encanta la predicación y los cánticos. Quizás anhelas asistir el
domingo, y tener comunión con otros miembros de la iglesia a lo largo de la semana, o tal vez, para ti la iglesia es
simplemente un lugar en el que apareces un par de veces al mes. Llegas tarde a escondidas, y te marchas antes de
tiempo.

Pues bien, en Casa de Amor estamos convencidos de que la iglesia local es primeramente el medio por el cuál Dios
quiere mostrar su gloria a las naciones, pero, en segundo lugar, la iglesia consiste en personas que tienen en común
la vida de Cristo y se relacionan en amor practicando el principio de “los unos a los otros” como fundamento de su
Fe en Común.

Hechos 2:44 “Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común;”

Entonces, la iglesia no es un lugar. No es un edificio. No es un punto de predicación. No es un proveedor de


servicios espirituales. La Iglesia es el pueblo de Dios; es la expresión visible del Nuevo Pacto, es el cuerpo de Cristo
en donde cada uno de sus miembros forma parte de la vida de la iglesia. Recordar la esencia de la Iglesia nos
debería ayudar a reconocer lo que es importante y lo que no lo es.

Es por ello, que entender a la Iglesia como un cuerpo compuesto por diferentes miembros nos llevará a practicar de
forma correcta el llamado bíblico de que somos “Miembros los Unos a los otros”

Muchos de nosotros tendemos a tratar nuestra membresía de la iglesia como consumidores. Queremos recibir ciertos
bienes y servicios que cumplan nuestros deseos y queremos obtener estos bienes y servicios a buen precio.

Sin embargo, tal y como veremos en esta mañana, las Escrituras nos enseñan que nuestra actitud hacia la iglesia
debería ser justo lo opuesto. El texto bíblico enseña que los cristianos no deberíamos acercarnos a la iglesia como
consumidores, sino como miembros de un cuerpo.

Esto significa que debemos comprometernos unos con otros, depender unos de otros, honrarnos unos a otros, y
cuidarnos unos a otros. En todo lo que hacemos en la iglesia, no deberíamos buscar el cumplimiento de nuestros
deseos sino el bien común.

1 Corintios 12:12-27 “12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros
del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos
bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo
Espíritu. 14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no
soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por
eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría
el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque
si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el
cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo
necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios;
23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente; y los que en
nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no
tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no
haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera
que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los
miembros con él se gozan. 27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.”
En 1 Corintios 12 Pablo comienza hablando acerca de los dones espirituales, los cuales los corintios habían estado
usando para servirse a sí mismos. En los primeros versículos del capítulo, Pablo les recuerda que todos sus dones
son dados por el mismo Espíritu y para el bien común.

Cuando Pablo escribe en el versículo 13 que todos fuimos bautizados en un cuerpo, nos enseña que todos nosotros
estamos unidos a Cristo y unos a otros. Esta profunda unidad que tenemos con Cristo, en otras palabras, es también
el fundamento de nuestra unidad unos con otros.

Es por ello, que abordaremos tres aspectos esenciales para el entendimiento de que somos “Miembros Los Unos a
los Otros” y las implicancias que esto tiene para la vida y desarrollo de la iglesia local.

Primeramente, debemos [1] Entendernos como miembros del cuerpo de Cristo. En segundo lugar [2] Aceptar a los
miembros que son parte del cuerpo de Cristo. Y por último [3] Honrar y Ayudar a los miembros del cuerpo de
Cristo.

[1] Entendernos como miembros del cuerpo de Cristo

1 Corintios 12:15-19 “15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo
fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado
los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro,
¿dónde estaría el cuerpo?”

Un templo tiene ladrillos. Un rebaño tiene ovejas. Una vid tiene ramas. Y un cuerpo tiene miembros.

En un sentido general, ser miembro de la iglesia universal comienza cuando Cristo nos salva y nos hace miembros
de su cuerpo.

Romanos 12:5 “así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”

No obstante, su obra ha de tener su expresión en una iglesia local. Es en este sentido, que la práctica de nuestra
función como miembros del cuerpo universal de Cristo comienza cuando nos comprometemos con un cuerpo en
particular, en este caso, Iglesia Casa de Amor.

La Escritura, por tanto, nos enseña a congregarnos de forma regular para que podamos regocijarnos regularmente en
nuestra común esperanza y estimularnos con regularidad al amor y a las buenas obras.

Hebreos 10:23-25 “23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día
se acerca.”

El entendernos como miembros del cuerpo de Cristo tiene lugar cuando los cristianos se aferran los unos a los otros
con responsabilidad y amor.

Al identificarnos con una iglesia local en particular, no solo estamos diciendo a los pastores de la iglesia y a los
otros miembros que nos comprometemos con ellos, sino que nos comprometemos con ellos a reunirnos, a ofrendar,
a orar y a servir. Les estamos diciendo que esperen ciertas cosas de nosotros y que nos consideren responsables si no
seguimos haciéndolas.

Entendernos miembros del cuerpo significa asumir responsabilidades y obligaciones mutuas, según lo vemos
enfatizado en todo el texto bíblico en donde nos habla de reciprocidad: amarse unos a otros, servir unos a otros,
animarnos unos a otros. Todos estos mandatos deberían estar incluidos en el pacto de una iglesia sana.

La práctica de que somos miembros los unos de los otros es un acto en el que decimos, «Ahora soy tu
responsabilidad, y tú eres mi responsabilidad».

Tristemente, vemos como muchos miembros del cuerpo de Cristo no crecen, no se desarrollan, no sirven a su
prójimo, no participan activamente de la comunidad de fe y no hacemos nada al respecto.
Una iglesia que practica el ser miembros lo unos de los otros, no requiere la perfección de parte de sus miembros;
requiere humildad y honestidad. No les pide tomar decisiones huecas, sino un discipulado verdadero.

Existen más de 30 mandatos en la Biblia que no pueden llevarse a cabo sin ser parte de un cuerpo de creyentes.
Asumir un compromiso nos ayuda a dar y recibir consejo entre nosotros y a expresar activamente nuestra fe.

[2] Aceptar a los miembros que son parte del cuerpo de Cristo

1 Corintios 12:20-21 “20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede
decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.”

Los miembros del cuerpo de Cristo y de una iglesia local son interdependientes. Todos nos necesitamos unos a
otros. Nadie debería decir que la iglesia no le necesita, y nadie puede decir que no necesita a otros miembros de la
iglesia.

Detrás de la declaración, “No te necesito”, el Apóstol Pablo estaba exponiendo frente a la congregación la actitud de
algunos grupos de los corintios que se veían a sí mismos como espiritualmente superiores y no necesitaban a otros.

Esta actitud era común en la asamblea corintia. Unos pocos miembros prominentes y dotados con dones actuaban
como si no necesitaran a nadie, como si ellos pudieran llevar a cabo su ministerio y vida cristiana diaria por sí
mismos o solo con unos pocos amigos íntimos.

Tenían un concepto equivocado de su propia importancia y subestimaban a todos los demás creyentes. Con esta
actitud estaban desobedeciendo un principio clave en la enseñanza de Jesús.

Mateo 18:10 “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos
ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.”

Hoy en día, pasa en muchas iglesias y nosotros no estamos ajenos a ello, en donde los miembros de la iglesia pueden
reunirse en pequeños grupos pensando que son superiores, hablando mal de su hermano y menospreciando el valor
que Dios le ha dado a cada miembro del cuerpo de Cristo.

Es por ello, que Pablo le recuerda a la iglesia en corinto y hoy nos recuerda a nosotros la gran necesidad que
tenemos de todo el cuerpo de Cristo. Amados hermanos, nos necesitamos, somo interdependientes para nuestro
crecimiento y desarrollo cristiano.

A veces esta actitud hacia los miembros del cuerpo de Cristo se origina por una mala idea de que, debido a que
estamos completos en Cristo y que Él es nuestra suficiencia, no necesitamos a nadie mas para vivir una vida
cristiana fiel. Sin embargo, esta idea contradice completamente las Escrituras.

Dios nos ha creado y nos ha redimido no solo para Él, sino también unos para otros. Nunca habríamos sabido de
Dios o del evangelio si no hubiera sido porque alguien nos habló de Cristo. No habríamos podido crecer en la fe y en
la obediencia si no hubiera sido por maestros y hermanos en la fe que nos guiaran y ayudaran a entender las
escrituras. Posiblemente no podríamos llevar adelante nuestro ministerio sin ser mutuamente dependiente con otros.

[3] Honrar y Ayudar a los miembros del cuerpo de Cristo

1 Corintios 12:22-27 “22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios;
23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente; y los que en
nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no
tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no
haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera
que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los
miembros con él se gozan. 27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.”

El Apóstol Pablo está colocando un énfasis en el contraste entre los miembros fuertes y los miembros débiles del
cuerpo. Los miembros fuertes son aquellos que generalmente destacan. Pero las partes que llamamos débiles
realmente son indispensables.
Una persona que es callada por naturaleza podría no ser tomada en cuenta por los que son más comunicativos y
están en más contacto con la gente. Sin embargo, esta persona con frecuencia resulta ser poderosa en oración y héroe
de la fe. Es un miembro indispensable de la comunidad cristiana y su aparente debilidad es más bien su fuerza.

Es por ello, que en la iglesia de Corinto Pablo exhorta a que nadie menosprecie a ninguno de sus miembros
llamándolo débil, pues este tipo de gente es esencial para el bienestar de la congregación.

En el texto bíblico encontramos dos claves para la vitalización del cuerpo de Cristo y sus miembros. Primeramente
«Dándole más honor, esto es honra, a los que carecen de él». Dios mezcla los componentes individuales dentro de la
iglesia para que los débiles reciban mayor atención, no los fuertes.

La segunda clave para la vitalización del cuerpo de Cristo y sus miembros «De manera que si un miembro padece,
todos los miembros se duelen con él». Describe el efecto genuino que el cuidado puede tener sobre los miembros de
la iglesia.

Antes que ser pasivos, debemos ayudar a otros que estén padeciendo necesidad y buscar la ayuda de otros miembros
para sobrellevar las cargas.

Los que están en posiciones de liderazgo e importancia, esto es aquellos que son más decorosos, deberían ser
cuidadosos, mostrar aprecio y proteger a aquellos miembros menos decorosos. Los cristianos mas capacitados están
especialmente obligados a alentar a los de poco ánimo, a sostener a los débiles y a ser pacientes para con todos.

1 Tesalonicenses 5.14 “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco
ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.”

Conclusión

Honrar y Ayudar a los miembros de la iglesia tiene un propósito fundamental, esto es “para que no haya
desavenencia en el cuerpo”.

Solo esta clase de amor y preocupación mutua puede prevenir o sanar la división y preservar la unidad. El que sufre
es consolado y el que es bendecido se regocijan con él. No hay envidias de unos para otros, ni rivalidad ni
competencia, ni malicias, ni inferioridad ni superioridad, sino que, la ferviente intención de Honrar y Ayudar a los
miembros de Casa de Amor.

Las únicas personas que pueden Honrar y Ayudar correctamente y estar unidos son los cristianos, quienes son el
cuerpo de Cristo y miembros cada uno en particular.

1 Pedro 5:2-3 “2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no como teniendo señorío sobre los
que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.”

1 Pedro 5:10 “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis
padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.”

La iglesia es un hospital espiritual y porque no, también físico, en donde acuden las personas, quebrantadas y
heridas de sus batallas buscando sanidad y ánimo. La Iglesia debe ser un lugar seguro en un mundo lleno de
inseguridades.

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