Nicolasita, soltera de 42 años, es considerada en su localidad una ejemplar. De la noche a la mañana esta opinión ha cambiado radicalmente ante el hecho supuesto de su embarazo, la noticia cunde con prisa por toda la localidad, se cierran las puertas a su paso, la desoirán... cientos de comentarios mal intencionados, de ejemplar a callejera, hasta el sacerdote la expulsa del templo. Si tomamos como punto de partida el cuento de Julio Correa “Nicolasita del Espíritu Santo” y nos detenemos en la sociedad que presenta, identificamos que se trata de una sociedad donde se mueven personajes humildes, ignorantes, sujetos a creencias supersticiosas. El chisme y la maledicencia se enseñorean en ella. Una sociedad primitiva, olvidada (por las autoridades), pues habitantes no cuentan con las mínimas asistencias sociales, ni médico tienen; la educación, a juzgar por la forma de actuar de sus personajes, es escasa. El sacerdote, poco inclinado a la compasión y misericordia, asume la posición de juez que solo juzga; no ayuda, ni demuestra piedad por una colaboradora, (la expulsa del templo a Nicolasita). No se detiene a investigar, ni a analizar la situación; demuestra poco conocimiento de los que trabajan con él, ofrece muy poco apoyo espiritual. Como todos los demás se deja estar. ¿Cómo puede aceptar la respuesta de su parroquiana que el hijo fuese del Espíritu Santo? ¿Por qué no ayudó a Nicolasita a comprender? El único que se muestra consciente de la situación es el Dr. Benítez, pero está de paso... y si pudo hacer algo, no lo hizo porque cuando llegó estaba muerta. Finalmente, el doctor certifica que su muerte se debe a una enfermedad y se descubre que Nicolasita nunca estuvo embarazada. Las relaciones de una obra literaria con la sociedad pueden referirse a tres aspectos: La sociología del autor; El contenido social de la obra; La influencia de la literatura en la sociedad.