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(Pre)textos para el análisis político

D isciplinas, reglas y procesos


(Pre) textos
para el análisis político
Disciplinas, reglas y procesos

Eduardo Villarreal Cantú


Víctor Hugo Martínez González
(coordinadores)
320 Indice
P3442 (Pre}rexros par.ad análisis político. Disciplinas, reglas y procesos /
Ec!u21do Vilbrtt:tl <Antú y Victor Hugo Marrínez González (coordinado=)
México: Fbcso México: Univusidad Von Humboldt, 2010.
280 p.: giil ; 15x23 cm.

ISBN 978-607-7629·37·5

J.. Cicnd:u Políric:is. 2.· Socíologi.a Política. 3.- Si.scemas Políticos.


4.· Cambio Social 5 .• Políticas P6blicas. l.· Villarrcal Canrú, Edu21do,
coord. ll.· M•mne: Gontile:, Vicror Hugo, coord.

fa:roducción
Primera edición: 2010 ·,...:.:r Hugo Martínez González y Ed:t.or.
D.R. © 2010, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede México
Carretera al Ajusco núm. 377, col. Héroes de Padierna, Tlalpan, 14200 México, D.F.
www.Bacso.edu.mx

D.R. © 2010, Universidad Von Humboldt


Nayarit núm. 300, col. Unidad Nacional, 89410 Ciudad Madero, Ciencia política
Tamaulipas, México
Víctor A/arcón Olguín . ..... ....• ••
Sociología política
Coordinación editorial: Gisela González Guerra
Ángela Oyhandy Cioffi ........ .•••
Cuidado de edición: Julio Roldán
Psicología política
Diseño de forros: Cynthia Trigos Suzán
Ricardo Ernst Montenegro ...... •••
Diseño de interiores y formación electrónica: Flavia Bonasso
Asistencia editorial: Alma Delia Paz

ISBN 978-607•7629· 37·5 Segunda pz:


Reglas e~ ....
Este libro fue sometido a un proceso de dictaminación por académicos externos de acuerdo
c9n las normas establecidas por el Comité Editorial de la Flacso México. Constitución
Enrique Serrano Gómez .........• •
Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta del contenido de la Democracia
presente obra, sin contar previamente con la autorización por escrito de los editores, en tér· José Luis Berlanga Santos ........ .
minos de la Ley Federal del Derecho de Autor y, en su caso, de los tratados internacionales Sistemas de gobierno
aplicables. Moisés Pérez Vega .......... ... ..•
Partidos políticos
Impre.so y hecho en México. Printed and made in Mexíco. Víctor Hugo Martínez Gonza!e:: . ..•
Índice

:nrroducción
Víctor Hugo Martínez González y Eduardo Villarreal Cantú . ............... . ... 7
b u.e Ciencias Sociales, Sede México
bes .u Padierna, Tlalpan, 14200 México, D.F.
Primera parte
Disciplinas
b.:ild.:
i:o;!, 9410 Ciudad Madero, Ciencia política
Víctor A/arcón Olguín . .............................................. 23
Sociología política
Ángela Oyhandy Cioffi .............................................. 49
Psicología política
¡:z::i
Ricardo Ernst Montenegro ............... ............................ 71
c-omca: Flavia Bonasso

Segunda parte
Reglas e instituciones
!de dicraminación por académicos externos de acuerdo
Constitución
·e Editorial de la Flacso México.
Enrique Serrano Gómez ........................ ... ...... .. . ... ...... 95
a.-cial o coral, directa o indirecta del contenido de la Democracia
e roo h aurorización por escrito de los editores, en tér-
José Luis Berlanga Santos ............................ ............... 125
de Auror ~·· en su caso, de los tratados internacionales Sistemas de gobierno
Moisés Pérez Vega . .......................... .................. . ... 159
Partidos políticos
Víctor Hugo Martínez González ..................................... 183
~ '" .\fa:ico.
Tercera parte Introducción
Esferas y procesos

Sociedad civil
Sergio Ortiz Leroux. ............................................... 209
Movimientos sociales
Martín Retamozo ...................... . .......................... 233
Políricas públicas
Eduardo Villarreal Cantú . ............... ..... ...................... 257

Por algún azar inefable, quienes ?=-


mos la curiosidad cognitiva por la po
vida no fuese de ello una prueba, nas _
cerés común refuerce la amistad •: s:.:.s
son conceptos y ejercicios opuestos,
oquedad ética de la política se objeta
esta obra creemos, así, en una política
deben debatirse, pero en ningún caso
"las razones del poder': Éste tiene con~
tigarlo, como mostrara Jim Jarmusch
del control.
Por otro generoso azar, nuestras .
académicas también coincidirían. La. e
te favorable para sumar nuevas ,. m_
jar la relatividad de los grados escola:
como bien dice el argot), generaría el -
y entonces, por el reconocimiento ¿e
bilitados a emprender, este libro fue r
forma. Un segundo andamio vendr.a ·
minado de análisis político orgaru.::a.:o
Humboldt (Ciudad Madero). Desde
ración de ese deseo liberó las ideas cue
Introducción

.•. .. . . .. ... ......... . .. . . 209

.•..... ....... ... . . ... ..... . 233

•......... ................... 257

Por algún azar inefable, quienes presentamos esta obra comparti-


mos la curiosidad cognitiva por la política; a tal grado que, si nuestra
vida no fuese de ello una prueba, nos parecería un exceso que ese in-
terés común refuerce la amistad y sus placeres. Política y amistad no
son conceptos y ejercicios opuestos, especialmente cuando la alegada
oquedad ética de la política se objeta y resiste. Quienes coordinamos
esta obra creemos, así, en una política asociada a valores, que pueden y
deben debatirse, pero en ningún caso sucumbir inopinadamente ante
"las razones del poder". Éste tiene confines y, de vez en vez, hay que li-
tigado, como mostrara Jim Jarmusch en las imágenes de Los límites
del control.
Por otro generoso azar, nuestras formaciones y especializaciones
académicas también coincidirían. La cohabitación en aulas, igualmen-
te favorable para sumar nuevas y muchas lecturas que para despe-
jar la relatividad de los grados escolares ('cultura mata currículum':
como bien dice el argot), generaría el deseo de realizar esta obra. Ahí
y entonces, por el reconocimiento de las labores que estaríamos ha-
bilitados a emprender, este libro fue tomando su primera y nebulosa
forma. Un segundo andamio vendría con nuestra participación en el se-
minario de análisis político organizado en 2007 por la Universidad Von
Humboldt (Ciudad Madero). Desde entonces hasta la fecha, la madu-
ración de ese deseo liberó las ideas que a continuación esbozamos.

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Víctor Hugo Marrínez González y Eduardo Villarreal Cantú

(Pre)textos para el análisis político Esros pretextos de distinto co.or.


~r j ustificación, quieren poner a -
Si un pretexto es un motivo para hacer algo, los textos aquí reunidos unro de textos útiles para el ar.ilisis
tienen causas concretas y disimuladas. Las primeras son el armado de que el lector tiene en sus manos
un libro alrededor de ciertos conceptos políticos que, por su trascen- c:omo ensayos preparatorios para su ¿
dencia, ofrezcan al interesado en la política claves, marcos y literatura U5 obras, autores y agendas acader!lias
para su análisis. Estos textos son el pretexto para montar un peque- t..""'!!mentales a ese fin. Discutir lapo~­
ño manual introductorio. Subrayamos "pequeñó: Quien lea este trabajo, mes de debate, recalcar la irnposibilie2:1
téngalo presente, accederá a un conocimiento insuficiente de la apasio- ~réril, apurar la curiosidad por en:en.:.
nante complejidad política; pero también apostillamos "introductorio'; mr felizmente en que esto sea una tre2
pues la aprehensión de estos textos supone información necesaria para d mayor pretexto que nos mueve. .!.
adentrarse en esa misma complejidad. El modelo que seguimos, vale s guiente estructura de trabajo.
confesarlo, fue el dellibro que nos hubiera gustado leer cuando fuimos uni-
versitarios; uno que, pese a todas sus flaquezas, ausencias y erratas, sig-
nificase un aliento a la vocación del joven atraído por la política y esa La arquitectura de (Pre)textos
tan suya capacidad de seducirnos.
Debajo de esa causa franca, el libro encubre un pretexto menos Como las familias descienden de o~
obvio: creemos, con menos arrogancia que ilusión, estar en condicio- otros, escribió alguna vez Virginia \V
nes de aportar textos actualizados y pertinentes. Debiera ser así por lirico -lo tenemos por cierto y recon
la formación académica, reciente, seria y sistemática de la que fuimos oferta inventiva ni el develamiento de t!ii.
beneficiarios en las mejores instituciones de este país. Por esa suerte, ;..o sabíamos al principio y más ahora ~
este libro es también un tributo a los maestros que fueron eso para tados, léxicos, diccionarios o introduc~.
nosotros: maestros en el sentido más imborrable, a efecto de cuyas con los que nuestros (Pre)textos ~.:
enseñanzas resultamos contagiados del entusiasmo por el debate y la familia.
circulación de las ideas. Cual herederos de una generación previa, dis- ¿Cómo validar en esa prolija arm
tinguimos el mejor agradecimiento en seguir haciendo rodar la pa- cidente? Las apuestas serían dos: 1 C0.."1
sión por el conocimiento. De ellos a nosotros, y ahora de nosotros a especialistas en el concepto que firmar.
nuestros alumnos o lectores universitarios, cabe esperar que la ins- tura que, como efecto de su seguinue:::o
trucción transmitida incluya no sólo lecciones y diagnósticos clásicos, rizara la confección de estados del .m~ .::d
sino también pedagogías y enfoques diferentes (y hasta disruptivos) A causa de los flemáticos pe~o
del lenguaje técnico más conocido y aceptado. Cuestión de generacio- démicos y arbitrajes editoriales, no esL4tl
nes, pero sobre todo de la propia naturaleza inasequible del conoci- dos, pero ello no es óbice para que ~ e
miento. Los conceptos sociales, por algo lo decía Weber en sus ensayos Gracias, por otra parte, a que los a::-
metodológicos, son necesariamente mudables. Brindar un reporte re-
novado de algunas de estas evoluciones conceptuales inspira así este
El denco de autores de (Pre)textO:S ind"::'l'e 2 &:s
esfuerzo.
mas su confianza y espaldarazo a este p~
Olguín.
\ 'iil.uTcal Cantú Inrroducción

Estos pretextos de distinto color, no es necedad insistir en nuestra


mejor justificación, quieren poner a disposición de los estudiantes un
2lgo los textos aquí reunidos conjunto de textos útiles para el análisis de la política. Con ese blanco,
.......~-- ~ primeras son el armado de lo que el lector tiene en sus manos son unos (pre)textos conjugados
~..- - rolíticos que, por su trascen- como ensayos preparatorios para su deseable y posterior encuentro con
It:ca claves, marcos y literatura las obras, autores y agendas académicas aquí integradas. (Pre)textos ins-
::>:etexto para montar un peque- rrumentales a ese fin. Discutir la política, ensanchar sus entradas y ni-
.,_~_..,...,•¡:.-equeño': Quien lea este trabajo, Yeles de debate, recalcar la imposibilidad de declararla muerta, silente o
::im1enco insuficiente de la apasio- estéril, apurar la curiosidad por entenderla y, al mismo tiempo, conve-
arnbién apostillamos "introductorio': nir felizmente en que esto sea una tarea inacabada e inacabable es, pues,
:supone información necesaria para el mayor pretexto que nos mueve. A ello pensamos que contribuye la
ep.dad. El modelo que seguimos, vale siguiente estructura de trabajo.
.!bieragustado leer cuando fuimos uni-
sus flaquezas, ausencias y erratas, sig-
.:ie~ joven atraído por la política y esa La arquitectura de (Pre)textos
os.
a, el libro encubre un pretexto menos Como las familias descienden de otras, así los libros descienden de
:rog:ancia que ilusión, estar en condicio- otros, escribió alguna vez Virginia Woolf. Un libro para el análisis po-
- dos y pertinentes. Debiera ser así por lítico -lo tenemos por cierto y reconocido- no es precisamente una
me, seria y sistemática de la que fuimos oferta inventiva ni el develamiento de un territorio ignoto por recorrer.
sciruciones de este país. Por esa suerte, Lo sabíamos al principio y más ahora después de revisar manuales, tra-
.!ro a los maestros que fueron eso para tados, léxicos, diccionarios o introducciones al pensamiento político,
r.::ido más imborrable, a efecto de cuyas con los que nuestros (Pre)textos guardan (y presumen) cierto aire de
g!ados del entusiasmo por el debate y la familia.
nerederos de una generación previa, dis- (Cómo validar en esa prolija atmósfera bibliográfica otro libro rein-
h<.ienro en seguir haciendo rodar la pa- cidente? Las apuestas serían dos: 1) con una amplia convocatoria entre
ellos a nosotros, y ahora de nosotros a especialistas en el concepto que firman aquí, 1 y 2) mediante una estruc-
s unfrersitarios, cabe esperar que la ins- tura que, como efecto de su seguimiento por parte de los autores, garan-
no sólo lecciones y diagnósticos clásicos, tizara la confección de estados del arte del tema abordado.
en:"oques diferentes (y hasta disruptivos) A causa de los flemáticos pero indispensables dictámenes aca-
c:do y aceptado. Cuestión de generacio- démicos y arbitrajes editoriales, no están aquí todos los ensayos recibi-
ropia naturaleza inasequible del conoci- dos, pero ello no es óbice para que la compilación sea rica e ilustrativa.
, por algo lo decía Weber en sus ensayos Gracias, por otra parte, a que los autores suscribieron la estructura
mente mudables. Brindar un reporte re-
-e,; oluciones conceptuales inspira así este
El elenco de autores de (Pre)textos incluye a dos auténticos maestros, a quienes agradece-
mos su confianza y e1paldarazo a este proyecto: Enrique Serrano Gómez y Víctor Alarcón
Olguín.

8 9
Víctor Hugo Marcínez González y Eduardo Villarreal Canrú

propuesta, sin por ello ahogar su escritura personal, la compilación en-


trega una panorámica sobre conceptos capitales del análisis político, sis- su.:: definiciones, historias literarias-v
tematizando y discutiendo a beneficio de tal fin las definiciones, historias cU ciertos problemas conceptuales d.d
literarias, debates contemporáneos y lecturas recomendadas para la expo- qu.:ere servir de pretexto, marco v h •
sición de los conceptos tratados. Como ya lo mencionamos, el "paisaje ~ento, generosidad y erudición ( \·éa.-.se
de fondo" para que nuestras apuestas resultasen efectivas ha sido nues- a r "Constitución': elaborados por \
tro propio concierto como politólogos, sociólogos o psicólogos socia- -especcivarnente) que los autores pt:.SI
les de reciente formación. Que ciertas teorías posclásicas de la sociedad ?ua el lector valdrá la pena el tiempo~
civil, los partidos políticos, las políticas públicas o los movimientos so- lz siguientes entradas para estimular s-_
ciales desfilaran y destacaran en nuestros cursos, es cosa de un azar que En "Ciencia políticá: Víctor Ala.re
nos supera. Compartirlas, con el ánimo de aprontar un pretexto para plina consolidada, cuya permanente e
el análisis de la presunta novedad de estos planteamientos es, en cam- :rua e identidad refleja no una crisis,
bio, una responsabilidad que en el camino de su cumplimiento no per- :..nteractuante con otros campos eplS:
dió el encanto. :oria es ésa: la de los balances, autocn
los que la ciencia política se rehace' e -
Pero no sólo de enfoques teóricos
Temas y problemas conceptuales de (Pre)textos gramas de investigación contrarios
redictos sobre la salud o enfermeda,:
"No puedo entender el gusto de la gente por Every breath you take, una entiende y polemiza Alarcón, de ~ fa;·
letra deprimente sobre un tipo obsesivo': Así expresaba Gordon Sumner rrativas en disputa y, en otras tantas
(mejor conocido como Sting) su sorpresa ante la canción menos román- desprecio frente al difícil pero men:ono
tica y alegre de The Police que, vaya cosa, el público creyó un texto de ciencia política no tenga una teoría gen
amor y dicha. Esta fortuna ocurre, a decir de Simmel, cuando las obras conocimientos, que sea híbrida r en su
ganan su propia autonomía y despiertan las lecturas o recepciones más res, es un atributo de su fortaleza.
disímbolas. Que los politólogos, en cambio, sea;¡
Por la diversidad de ensayos aquí reunidos, por su naturaleza inter- rancias mutuas desde las que sus linC2S
conectada, mas no rígida ni lineal, y porque es nuestro deseo que el lec- Alarcón, es un punto flaco a comba;:i..~
tor ingrese a este "bosque narrativo" por la puerta de su agrado, interés o cuperación del trabajo en proyectos e
capricho, este libro no posee un tablero de direcciones unívoco o invio- de exigencia y calidad objetivas que .....
lable. A guisa, sin embargo, de algunas (flexibles) instrucciones de uso, pectiva, academia o grupo en parti.:ul.t.
organizamos sus temas y problemas conceptuales del siguiente modo: de "las mesas separadas" y la divisió~ e.e
cuelas para, sin obviar estas frucnfer.i.s
1) Disciplinas: ciencia política, sociología política, psicología política. foque integral e integrador que con.&i~--.....
2) Reglas e instituciones: constitución, democracia, sistemas de gobier- sintetizadora, sistemática, acumula:iva
no, partidos políticos. A ello apunta Alarcón, apronL.anc..a
3) Esferas y procesos: sociedad civil, movimientos sociales, políticas propuesta, en un itinerario que capt:....."2:
públicas. en el siglo x1x hacia elementos explica.u

10 ll
.:.D ~tllarreal Cantú Introducción

:r:::::::.:'2 ;>ersonal, la compilación en- El desarrollo de estos temas, dispuestos en los compartimentos de
-'~:--' c;.:ales del análisis político, sis- definiciones, historias literarias y debates contemporáneos, anu-
...:.S
- ......,_~.... ~ ~ fin las definiciones, historias c.a ciertos problemas conceptuales del análisis político al que este libro
~s recomendadas para la expo- .~ere servir de pretexto, marco y herramienta. A juzgar por el conoci-
<> ~-a lo mencionamos, el "paisaje mJ.ento, generosidad y erudición (véanse los capfrulos de "Ciencia políti-
E'::::S;;:rzs :esultasen efectivas ha sido nues- '2: y "Constitución': elaborados por Víctor Alarcón y Enrique Serrano,

,,._.__--=.:.-os, sociólogos o psicólogos socia- oespectivamente) que los autores pusieron en el empeño, sentimos que
_;:::as teorías posclásicas de la sociedad ?1.r3. el lector valdrá la pena el tiempo de consumir estas páginas. Sirvan
:?.:as públicas o los movimientos so- b..s siguientes entradas para estimular su apetito.
_esrros cursos, es cosa de un azar que En "Ciencia políticá: Víctor Alarcón expone que ésta es una disci-
a.'llmo de aprontar un pretexto para ?hna consolidada, cuya permanente e insaciable búsqueda de autono-
¿ de estos planteamientos es, en cam- =ia e identidad refleja no una crisis, sino una expansión creciente e

~ n i e! camino de su cumplimiento no per- cteractuante con otros campos epistemológicos. Su más íntima trayec-
toria es ésa: la de los balances, autocríticas y epítetos (Dahl dixit), sobre
os que la ciencia política se rehace y continuará reproduciéndose.
Pero no sólo de enfoques teóricos y metodológicos diferentes o pro-
~ruales de (Pre)textos gramas de investigación contrarios están hechos los contradictorios ve-
:-edictos sobre la salud o enfermedad de la ciencia política. También,
ll de la gente por Every breath you take, una entiende y polemiza Alarcón, de un fardo de egos en competencia, na-
)()obsesivo': Así expresaba Gordon Sumner rrativas en disputa y, en otras tantas ocasiones, de desconocimiento o
su sorpresa ante la canción menos román- desprecio frente al difícil pero meritorio avance de la disciplina. Que la
¡.ie. vaya cosa, el público creyó un texto de ciencia política no tenga una teoría general o un cuerpo homogéneo de
x:urre, a decir de Simmel, cuando las obras .:onocimientos, que sea híbrida y en su seno acoja las teorías más dispa-
" despiertan las lecturas o recepciones más res, es un atributo de su fortaleza.
Que los politólogos, en cambio, sean renuentes a remontar las igno-
iyos aquí reunidos, por su naturaleza ínter- rancias mutuas desde las que sus líneas de estudio han crecido, aprecia
. neal, y porque es nuestro deseo que el lec- ..\larcón, es un punto flaco a combatirse con el debate entre pares, la re-
rrativo" por la puerta de su agrado, interés o cuperación del trabajo en proyectos colectivos, la creación de contextos
· un tablero de direcciones unívoco o invio- de exigencia y calidad objetivas que trasciendan los propios de una pers-
.ie algunas (flexibles) instrucciones de uso, pectiva, academia o grupo en particular. Superar, pues, el lugar común
J2:emas conceptuales del siguiente modo: de "las mesas separadas" y la división de la disciplina en corrientes o es-
cuelas para, sin obviar estas fructíferas diferencias, avanzar hacia "un en-
ica. sociología política, psicología política. foque integral e integrador que configure el concepto de una disciplina
r.sorución, democracia, sistemas de gobier- sintetizadora, sistemática, acumulativa y extensivá:
A ello apunta Alarcón, aprontando los registros que respaldan su
~d civil, movimientos sociales, políticas propuesta, en un itinerario que captura: a) los inicios de la ciencia política
en el siglo XIX hacia elementos explicativos más allá de la argumentación

10 11
Víctor Hugo Marcínez González y Eduardo Villarreal Cantú

histórica, la justificación ética o la mera descripción; b) la incidencia del


positivismo, el racionalismo y el método científico en la construcción de
una ciencia política con contenido empírico; e) los frutos de la ciencia
política a partir de seis enfoques: instirucionalismo, conductismo, análi,
sis sistémico, elección racional, marxismo y posmodernismo.
Que la ciencia política precisa esquivar las tentaciones de un relato
soberbio y excluyente, queda, por otro lado, ejemplificado con el tex,
to de "Sociología política·: a cargo de Ángela Oyhandy Cioffi. La cien, - ~.;.-a!enres, r por eso mis;;io :
cía política conductista, cercana, pariente e imitadora en su momento soaología política al funcion.a.i.nu~
de los métodos y técnicas de la sociología, fue definida por Duverger -:-:eras. Po: u.-i lado sisi
como sinónimo de sociología política. A ello, empero, seguiría una dis, ~e.a )vfosca, Michels, Pareto pi.-:t
criminación arrogante que, en palabras de Brian Barry (1974), separa, . ~ '..a rrágica pero ine·.-i~ e
ría a la ciencia política sociologizante ("menor, precientíficá') de una ::o, renuentes al elitismo demoa:a;:i:cq
supuesta ciencia política objetiva, auténtica y definida por el paradigma .le raíces marxistas, unos; de corte F
economicista. Desde la sociología política, explica Oyhandy a través de m0<..1acia no es sólo posible sino un
sus clásicos ("libros que nunca terminan de decir lo que tienen que decir': radicalización.
atesora Ítalo Calvino ), la diferenciación con la ciencia política puede no "Psicología políticá: capítulo fud
ser grosera, y sí razonada y fecunda. La sociología política, así el caso, se · oisciplinas': constituye una entrad.a
definiría entonces también desde "una opción superadora de las rígidas ;onzar la discusión contra todo em.
separaciones disciplinarias': .• foncenegro nos recuerda en su e~
Si la sociología política comparte con la ciencia política la fascinan, ~ca no es nuevo y ostenta orígenes m.u
te discusión sobre el significado de la política y el poder polírico,2 ésta, u conducta política bajo un esqu~
beneficiándose de ese terreno común y del "tipo de preguntas y el punto iad instrumental.
de vista que caracterizan el hábito sociológico de considerar las accio, Si el comportamiento político es:¿
nes humanas como elementos de elaboraciones más amplias': posibili, .:e miedos, esperanzas, símbolos e
taría estudiar el campo político en relación con otros aspectos sociales nerre Ernst, es algo más que psicru ::
(economía, educación, familia, cultura). Lo político, pues, observado y ?<>líticos. "Examinar lo que de ps1qw.:o
articulado analíticamente dentro (pero también más allá) de sus aspee, plica, en efecto, un estudio analítico <f.Je
tos o dimensiones institucionalizadas. ?<>lítico; que no dispone, en concre~o. a
La sociología política, si de debates clásicos hablamos, se apropia del ~ve para conseguir control o gober.i
problema del orden social. ¿Cómo y por qué la sociedad existe y sobrevi, "amos, lo que de lo psicológico r pa..
ver, es una interrogante que, en clave sociológica, Oyhandy detalla recu, =ón y el entendimiento humanos.
rriendo al estructural,funcionalismo (Parsons, Merton, Alexander) y al

"Proletarización de la vida espirirual: .:...'"J::l


2
¿Qué es la política y qué puede esperarse de ella? es, no en balde, una pregunta canónica del políticos. "Democracia, ese abuso de I,¡ es;::¡;;;;..:;::~
pensamiento político que Norberto Bobbio prioriza en su obra (Femández Sanrillán, menee aforismo de Lichcenberg: ·El bienes:::
1996: 55-59). votos, pese a que todo el mundo reconoa q:x

12
-...o V-i.Jarreal Cantú Introducción

~-ripción; b) la incidencia del n::2..--xismo (Marx, Gramsci y epígonos). Si el primero enfatiza, con evi-
=e~C3 aenrifico en la construcción de .:.e::cias que así lo avalan, la política como un centro de integración so-
....-i.:o; e) los frutos de la ciencia a,;.;.. el segundo, tampoco carente de pruebas, resalta la dominación que
--..::onalismo, conductismo, análi- e.e :o político es consustancial y privativo. Dos miradas rivales y, sin em-
:::;o=x:::sr::i.o \. posmodernismo. ~~o, sostiene y despliega Oyhandy, imposibles de erradicar por cuanto
,csq'.fr·ar las tentaciones de un relato _ :iaruraleza inacabada del (des )orden social se juega justamente en esa
-o lado, ejemplificado con el tex- .:cnringente e irreductible ambivalencia política.
.. ue Angela Oyhandy Cioffi. La cien- Ambivalentes, y por eso mismo persuasivos, son también los aportes
ra...-!ente e imitadora en su momento ::.l! ~sociología política al funcionamiento de la democracia en las socie-
SOL,ología, fue definida por Duverger :,,des complejas. Por un lado, sistematiza la autora, la corriente desen-
cica. A ello, empero, seguiría una dis- c..:tada (Mosca, Michels, Pareto) para la que la democratización social
pal.¡bras de Brian Barry (1974), separa- G.e<-Íene en la trágica pero inevitable burocratización de la política.3 Por
gi::anre ("menor, precientíficá') de una :ro, renuentes al elitismo democrático de Schumpeter, los enfoques
~. auténtica y definida por el paradigma ¿e raíces marxistas, unos; de corte pluralista, otros) para los que la de-
gia poÜtica, explica Oyhandy a través de ü:ocracia no es sólo posible sino un horizonte de continua y deseable
. ~erminan de decir lo que tienen que decir': radicalización.
-enciación con la ciencia política puede no "Psicología poüticá: capítulo final de la primera parte titulada
..:unda. La sociología política, así el caso, se .Jisciplinas'; constituye una entrada particularmente jugosa. Para vi-
esd.e una opción superadora de las rígidas
u .§:Orizar la discusión contra todo empeño reduccionista, Ricardo Ernst
:.fontenegro nos recuerda en su ensayo que el vínculo psicología-polí-
omparte con la ciencia política la fascinan- ~ca no es nuevo y ostenta orígenes más ricos que el acartonamiento de
L¿o de la política y el poder político,2 ésta, la conducta política bajo un esquema de preferencias fijas y racionali-
~ .:omún y del "tipo de preguntas y el punto C.ad instrumental.
1abiro sociológico de considerar las accio- Si el comportamiento político está hecho de intereses pero también
:>.S de elaboraciones más amplias': posibili- 2.e miedos, esperanzas, símbolos e imágenes, la psicología poütica, ad-
1.:0 en relación con otros aspectos sociales rierte Ernst, es algo más que psicología puesta al servicio de cálculos
.a. cultura). Lo político, pues, observado y :x>Üticos. "Examinar lo que de psíquico hay en el quehacer político'; im-
:-.:ro \pero también más allá) de sus aspec- ?Üca, en efecto, un estudio analítico que no subsume lo psicológico en lo
iilizadas. :><>lítico; que no dispone, en concreto, a lo psicológico en el plano de una
:e debates clásicos hablamos, se apropia del ::ave para conseguir control o gobernabilidad políticas. Que no rehúsa,
:omo y por qué la sociedad existe y sobrevi- --amos, lo que de lo psicológico y político escapan a los límites de la ra-
~ clave sociológica, Oyhandy detalla recu- =on y el entendimiento humanos.
n~mo (Parsons, Merton, Alexander) y al

3 "Proletarización de la vida espiritual'; dirán Ostrogorski o Weber al hablar de los partidos


= Je ella? es, no en balde, una pregunta canónica del políticos. "Democracia, ese abuso de la estadíscicá; ironizará Borges refrescando un incle-
= Bobbio prioriza en su obra (Fernández Santillán, mente aforismo de Lichtenberg: "El bienestar de muchos países se decide por mayoría de
votos, pese a que todo el mundo reconoce que hay más gente mala que buená'.

12 13
Víctor Hugo Martínez González y Eduardo Villarreal Cantú Inrroducaoc

Para llegar a ello, con ritmo y acierto pedagógicos, Ernst sistemati- tro de esta comprensible ruptura asocia.:.:.z
za los antecedentes e interpretaciones más influyentes de la psicología =s..ado4 y el individuo.5
política. En lontananza, ya Platón, Sun Tzu, Maquiavelo o los descen- Puntual y acabado en el retrato dási.
dientes finiseculares de "los padres fundadores" de las repúblicas lati- muros espirituales de la polis~ ei •aro
noamericanas, ensayarían con afanes varios los primeros cruces entre ~ e! recuento de los conflictos alre¿edo. •
psicología y política. Civilización y barbarie, título del escritor y tam- ~ SJ.Stematización del orden jurídico ¿d <
bién ex presidente de Argentina, Domingo Faustino Sarmiento, sería, ÜJ;:sticución es efecto. Estado absoluns::z
por su capacidad de fundar una tradición (lo pasional como "incom- E>eral (Harrington, Locke) encarnaran .::
prensible" y bárbaro), el arquetipo de sistemas educativos construidos ~ en su acceso y ejercicio de la sobe:¿ru;;
políticamente sobre la dualidad psicológica racional/irracional (Piglia, .:mrralización del poder (soberanía ~se::.
2001). Más cercanas en el tiempo, el autor ubicará tres expresiones de Sdunitt será nostálgico) y el imperac'.·o
psicología política cuyos contenidos son mensurables por su simpatía :ario, la conjunción Estado-Constituaoü ¡
o distancia frente a la metáfora racional/irracional y su secuela pato- espontáneo cuanto el resultado de luch.u :5i
logía/normalidad (sociales): 1) la teoría de la Psicología de las masas, -..a.."'1os. En otros tonos, la discusión posi;:zu
de Gustave Le Bon; 2) el conductismo social y 3) la corriente latinoa- '"2lismo, la defensa de criterios normaci"n:i;s
mericana que concebirá "lo psicológico como cultura y contexto; lo so- o Rawls, o el llamado garantismo, son ~?
cial como variación y lucha; lo político como dominación, resistencia C::osofía del derecho que Serrano tamb:en <
y liberación': Si el concepto Constitución manrier.e _
"Constitución': texto que abre la segunda parte, denominada"Reglas s.ones descriptivas y normativas, el cie I:>a!
e instituciones': concita a un tiempo una disertación fina, pero didácti- co:iimientos y valores, corre una sue:-Le :s
ca, por parte de Enrique Serrano. La Constitución, fija Serrano como .s:.:itetiza José Luis Berlanga Santos, sob:~
perspectiva de análisis, "representa el punto en el que se condensan los .:::la de la mayoría y las garantías indi\'!~

ideales de libertad que han motivado las luchas políticas a lo largo de la rian, por otra parte, la participación ciu~
historiá: Con tal premisa por faro, su ensayo arroja luz sobre el concepto en la democracia se puede hacer cua!a1!1t
en cuestión y otros relacionados con éste: Estado, legalidad, legitimidad, .::er cualquier cosá'), la autonomía ~::-a
derechos, liberalismo, contractualismo, etcétera. .'"\cometer el estudio de la democracia ro::
Si bien distinto en sus connotaciones clásica ("forma de organiza- ::;"aS sería, frente al análisis empírico .,. ~
ción del poder imperante en una sociedad") y moderna ("sistema de .:a, lo propio e irrenunciable de la filoso~ E
normas rsupremas y últimas por las que se rige el Estado"), el término .:orno de un diseño institucional que ~os f'."4C
Constitución tiene, no obstante ello, vasos comunicantes entre sus orí- es fuente de creatividad y energía dvicas.
genes grecolatinos y sus posteriores transformaciones. "Para realizar un
análisis adecuado del concepto, es menester diferenciar entre sus acep-
Frecuentemente reducida al control monopólico~
ciones clásica y moderna, pero sin perder de vista la relación que existe culiaridad del Estado moderno (la legitirrudai! .:e •
entre ellas': La presencia de una dimensión descriptiva y otra normati- vincular el control de los recursos de coacaé:i .;. -
va, tanto en significados clásicos como modernos, el influjo de la tradi- ticiá'. Sobre esta complejidad en la obra de \\ eoc;.
1996: 91-114) y Serrano (1994).
ción constitucionalista grecolatina en el contractualismo o la referencia
Sobre la emergencia del individuo moderno ~
a un principio moral de justicia, explica Serrano, son continuidades den- (1988).

14 15
Incroducción

...._-'-..Alpedagógicos, Ernst sistemati- ae esca comprensible ruptura asociada al nacimiento moderno del
-~~- mas influyentes de la psicología &:2do- y el individuo.5
T=u, Maquiavelo o los descen- P..mrual y acabado en el retrato clásico de la Constitución como
c:Udores" de las repúblicas lati- rr uros espirituales de la polis'~ el texto de Serrano no lo es menos
vanos los primeros cruces entre -ecuento de los conflictos alrededor de la formación del Estado y
·rharie, título del escritor y tam- ·ematización del orden jurídico, del que el concepto moderno de
Domingo Faustino Sarmiento, sería, :irución es efecto. Estado absolutista (Bodino, Hobbes) y Estado
midición (lo pasional como "incom- ~ Harríngcon, Locke) encarnarán dos proyectos estatales opues-
d.e sistemas educativos construidos c:ü su acceso y ejercicio de la soberanía. Sujeta a este debate entre

cológica racional/ irracional (Piglia, .:=n::.::ación del poder (soberanía absoluta de la que en el siglo xx
e: autor ubicará tres expresiones de -~a: será nostálgico) y el imperativo (liberal) de dividirlo para limi-
dos son mensurables por su simpatía :a conjunción Estado-Constitución no será, pues, un fenómeno
rac1onal/irracional y su secuela pato- ~.taneo cuanto el resultado de luchas sociales y procesos revolucio-
u teoría de la Psicología de las masas, :x>S. En otros tonos, la discusión positivismo jurídico versus iusnatu-

-ucrismo social y 3) la corriente latinoa- mo, la defensa de criterios normativos en autores como Habermas
cológico como cultura y contexto; lo so- R.....-ls, o el llamado garantismo, son perspectivas contemporáneas de la
o ?olítico como dominación, resistencia ~:la del derecho que Serrano también ordena y esclarece.
51 el concepto Constitución mantiene una tensión entre sus dimen-
abre la segunda parte, denominada "Reglas -es descriptivas y normativas, el de Democracia, compuesto de pro-
"etnpo una disertación fina, pero didácti- .:r.;:::;ruentos y valores, corre una suerte similar. Entre los primeros,
o. La Constitución, fija Serrano como -~ José Luis Berlanga Santos, sobresaldrían las elecciones, la nor-
nea el punto en el que se condensan los ¿e la mayoría y las garantías individuales. Valores democráticos se-
aocivado las luchas políticas a lo largo de la ?Or otra parte, la participación ciudadana, la responsabilidad cívica
furo, su ensayo arroja luz sobre el concepto ce :.a democracia se puede hacer cualquier cosa, pero no se debe ha-
s con éste: Estado, legalidad, legitimidad, .:ualquier cosá'), la autonomía personal, la tolerancia o el diálogo.
dll.lismo, etcétera. ~ecer el estudio de la democracia con bases metafísicas y prescrip-
nnotaciones clásica ("forma de organiza- sería, frente al análisis empírico y descriptivo de la ciencia políri-
- una sociedad") y moderna ("sistema de - propio e irrenunciable de la filosofía política. Insuflada de ideales
:.-or las que se rige el Estado"), el término de un diseño institucional que los proteja, la cultura democrática
~e ello, vasos comunicantes entre sus orí- _ente de creatividad y energía cívicas.
~ores transformaciones. "Para realizar un
-o es menester diferenciar entre sus acep-
f:=entemence reducida al control monopólico de los recursos de coacción fisica, "la pe-
ro sin perder de vista la relación que existe ct:..mdad del Estado moderno (la legitimidad dd poder esta.cal de la que habla Weber) es
!!.na dimensión descriptiva y otra normati- -..cubr d concrol de los recursos de coacción al monopoüo de la administración de jus-
cos como modernos, el influjo de la tradi- = Sobre esta complejidad en la obra de Weber, viast Bobbio (en Fernández Sanrillán,
x.6: 91-114) y Serrano (1994).
o-ina en el contractualismo o la referencia
:5oore la emergencia dd individuo moderno pueden consultarse Dumont (1987) y Béjar
, explica Serrano, son continuidades den- SSS).

14 15
Víctor Hugo Martín ez González y Eduardo Villarreal Cantú

La relación de la democracia con las tradiciones políticas del repu- Oscrogorski, Michels) a la réplica que
blicanismo, el liberalismo y el socialismo, apuntala Berlanga, incidirá os democráticos (Duverger, Su: -
también en la polémica (siempre e inevitablemente candente) por lo que 0'15ÍS de los partidos (negada a su •'C.
la democracia es o debiera ser. Expuestas con precisión y equilibrio, las ~ do), el ensayo penetra en una b ~
coordenadas de este debate contemporáneo (enfoques procedimenta- entre 1945 y 1998 sólo en Europa
les contra enfoques participacionistas como derivas de la clásica disputa cia.li.stas) y potente a pesar de sus .:.in
entre liberalismo y republicanismo) familiarizarán al lector con teorías partido (de cuadros, masas, carcb-
democráticas (elitista, poliárquica, económica, deliberativa, radical, etc.) ""g:lilizativa, funcional, ideológica, ele-.:
al servicio de una querella inconclusa. ~tigación, que no bien cobran f.t..'TI2
Concluido en su fase original, pero redivivo y en boga a partir de el utriunfo" de los partidos cartel t -
vueltas de tuerca y líneas de estudio en evolución, el debate presidencia- etodológica e indicadores empíncos
lismo contra parlamentarismo conforma el eje sobre el que Moisés Pérez ltrtínez.
desglosa el concepto "Sistemas de gobierno': "Forma de organización y Por otras razones también poliserrjco,.
relación de las instituciones de gobierno de una sociedad': define Pérez -primer texto de la tercera parte, '
un concepto de particulares resonancias en América Latina por la dia- ....e Sergio Ortiz Leroux firma, es morn
triba académica de Linz y otros teóricos contra el presidencialismo y su n..erpos filosóficos con confines teoncas
alegada fragilidad. Que éste, no obstante sus impasses y contrariedades, apto es inocente, el de sociedad CÍ\-Ü. e --
permanezca como un sistema de gobierno estable, refutaría hipótesis deseos e intenciones de varios ismos en -
que debieron ajustarse e incorporar más factores en la ecuación anaütica .;canismo, pluralismo o comunitaris:;-o
sistemas de gobierno-rendimiento democrático. Dos décadas de debate, para los que la sociedad civil debiera
rastrea Pérez, darían paso así al estudio de "arreglos específicos que in- "US. A efecto de contar con una definía
ciden en el desempeño del presidencialismo': Fragmentación partidaria, '1;..Spare la discusión, por sociedad ci\il.
tipo de poderes constitucionales del Ejecutivo y el Legislativo, formula- ~fera de interacción social entre el mer
ción de políticas públicas, gravitación del sistema electoral y de los go- _aca), compuesta de una red de as.,._..4.U.._.
biernos divididos, violación de los mecanismos de rendición de cuentas,6 sociales y formas de comunicación
son, entre otras, variables anaüticas que robustecerán esta discusión. De nos o grupos sociales en asuntos de :__
éstas, con apuntes que completan un minucioso estado de la cuestión, político, esto es, fundamentarlo y coni
informa e ilustra el ensayo de Pérez. dlstinto a lo institucional, profesio
"Partidos políticos" de Víctor Martínez, el texto postrer de la se- clave y acicate del renacimiento comer.:;_
gunda parte, constituye un objeto de estudio marcado por las encru- do a procesos que el autor glosa: la car¿; ~
cijadas y desencuentros teóricos y metodológicos. Atravesando la (in) ..a ex Unión Soviética y Europa del Esre:
definición teórica, historia y debates contemporáneos del concepto, el en la Europa continental y en América
autor despliega una miscelánea literaria (clásica y posclásica) colmada de :fuctor y el futuro de la democracia en las
hipótesis en pugna. De la primigenia, los partidos dañan la democracia Centroeuropa.

6
Un valioso examen empírico de la precaria rendición de cuencas en México se encuentra en
Villarreal ( 2008). G enealogía y piruetas del concepto "cnsis· K

16
~o \ -illarreal Cantú Introducción

tndiciones políticas del repu- ~gorski, Michels) a la réplica que distingue en ellos los mejores ve-
...............~"""·' apuntala Berlanga, incidirá -2os democráticos (Duverger, Sartori), pasando por la conjetura de
=niublemente candente) por lo que -crisis de los partidos (negada a su vez por la crisis del concepto crisis de
_:::i::~~:as con precisión y equilibrio, las ~ .io), el ensayo penetra en una bibliografía oceánica ("11,500 tex-
1.:-,::r:::=:;x>raneo (enfoques procedimenta- enrre 1945 y 1998 sólo en Europa Occidental'; cifran algunos espe-
b:=:::::2S como derivas de la clásica disputa .::tL.StaS) y potente a pesar de sus vacíos y lances erráticos. Tipologías
f.uniliarizarán al lector con teorías cz f>artido (de cuadros, masas, catch-a/l, cartel), perspectivas analíticas
~onómica, deliberativa, radical, etc.) o::;.mizativa, funcional, ideológica, elección racional) y programas de
:es~gación, que no bien cobran fama son materia de contrahipóte-
::::.:z:. pero redivivo y en boga a partir de el "triunfo" de los partidos cartel versus las fallas en su construcción
::io en evolución, el debate presidencia- -~:odológica e indicadores empíricos), nutren y enlazan el trabajo de
roniorma el eje sobre el que Moisés Pérez .i.-.ínez.
¿e gobiernó'. "Forma de organización y Por otras razones también polisémico, el concepto de"Sociedad civil';
- ~obierno de una sociedad': define Pérez -primer texto de la tercera parte, denominada "Esferas y procesos"-,
resonancias en América Latina por la dia- • _e Sergio Ortiz Leroux firma, es motivo de antinomias y recelos entre
:eóricos contra el presidencialismo y su ~os filosóficos con confines teóricos diferenciados. Si ningún con-
no obstante sus impasses y contrariedades, ~:o es inocente, el de sociedad civil, observa Ortiz Leroux, anima los
ta de gobierno estable, refutaría hipótesis c.eseos e intenciones de varios ismos en competencia. Liberalismo, repu-
r;oorar más factores en la ecuación analítica ..:anismo, pluralismo o comunitarismo son, entre otras, cosmovisiones
·enro democrático. Dos décadas de debate, ~ los que la sociedad civil debiera exhibir una u otras señas identita-
u al estudio de "arreglos específicos que in- .:::..s. A efecto de contar con una definición que no clausure en tanto que
esidencialismó: Fragmentación partidaria, :::spare la discusión, por sociedad civil, traza el autor, cabe entender "una
es del Ejecutivo y el Legislativo, formula- aiera de interacción social entre el mercado (economía) y el Estado (po-
•'icadón del sistema electoral y de los go- ::ca}, compuesta de una r.ed de asociaciones autónomas, movimientos
los mecanismos de rendición de cuentas,6 sociales y formas de comunicación política, que vinculan a los ciudada-
•L!Cl.S que robustecerán esta discusión. De °'5 o grupos sociales en asuntos de interés común': (Des)estatalizar lo
.eran un minucioso estado de la cuestión, : ..:rico, esto es, fundamentarlo y conferirle autonomía desde un lugar
:::i:.:into a lo institucional, profesionalizado o ya instituido, ha sido la
ictor Martínez, el texto postrer de la se- -··e y acicate del renacimiento contemporáneo de la sociedad civil, liga-
1>bjeto de estudio marcado por las encru- ~ a procesos que el autor glosa: la caída de los regímenes totalitarios de
cos y metodológicos. Atravesando la (in) b ex Unión Soviética y Europa del Este; las transiciones a la democracia
iebates contemporáneos del concepto, el e: la Europa continental y en América Latina; la crisis del Estado bene-
ea literaria (clásica y posclásica) colmada de iactor y el futuro de la democracia en las sociedades postindustriales de
rmgenia, los partidos dañan la democracia Cenrroeuropa.

~ rendición de cuentas en México se encuentra en

Genealogía y piruetas dd concepto "crisis" se encuentran en Koselleck {2007).

16 17
Víccor Hugo Martíne:z Gonzále:z y Eduardo Villarreal Cantú

Que la sociedad civil, desmitificando muchas de las ilusiones pues- :t L1 vez signo democratizador de l.a.s
tas en ésta, siga siendo más una buena idea que un espacio de influjos ~ es~e proceso.

y proezas democráticas sin reversa, podría justificar cierto desencanto. Así como el estudio de la demoa:-.ao~
Contra éste, no por nada cierra así el ensayo, la agenda de investigación, :::..:nsofica, moral y jurídica (O'Donne
más urgente que nunca, exige el replanteamiento intelectual y fáctico de ::::as de ofrecer calidad democracia
los puentes entre el sistema político y el sistema social. ~.orar y explotar el diálogo e imerac
El penúltimo concepto de (Pre)textos, "movimientos sociales" de Hasta aquí con la antesala de con~
Martín Retamozo, es en sí mismo una evocación de la plausible recons- a::uenro eterno a Moisés López Rosas,
trucción del puente sistema político-sistema social. Los movimientos -:a Flacso México ejerció de rabioso
sociales, privilegia con vehemencia Retamozo, "son una muestra de la d-e alumno, maestro y doctorante b
contingencia del orden social, de la posibilidad de que determinadas csf' ·.;rcuoso y espléndido en el arte de
relaciones sociales se estructuren de otra formá'. Su estudio supone, ' ce. aprovecha por fin a llenarte de odo
por ello, "la oportunidad de rastrear las huellas del futuro, las poten-
cialidades y limitaciones que los sujetos tienen para hacer la historia
por venir':
Tal conclusión, consecuencia de un análisis exhaustivo de enfoques
académicos, pero también de posiciones políticas e ideológicas (marxis-
mo, funcionalismo, elección racional, teoría de la movilización de recur-
sos, del proceso político, del paradigma orientado a la identidad y los
Faentes
"nuevos movimientos sociales"), sobresale en un trabajo que no olvida
rescatar el expediente latinoamericano sobre la cuestión. La acción co-
lectiva, irreductible al pragmatismo del gorrón y cuenta nueva (free rider), &..-:-·, Brian (1974). Los sociólogos, los
es, como Retamozo devela, un reflejo de los dilemas y conflictos que ~.:onomistas y la democracia, Buenos
cimientan los desgarros, pero también solidaridades de las sociedades -\!res, Amorrortu.
modernas. Sé;~. Helena (1988). El ámbito ín-
"Políticas públicas': artículo final de (Pre)textos, es un concepto que t1-;o. Privacidad, individualismo )

Eduardo Villarreal Cantú desmenuza cargando las tintas en la corres- -i.odernidad, Madrid, Alianza.
ponsabilidad gobierno-ciudadanía. Un enfoque de la ciencia política, V~"'Ilont, Louis (1987). Ensayos sobre
senten~a el autor, comprometido con la visión de lo público más allá e: individualismo. Una perspecti~ a
del Estado. "Lo público de las políticas pasa, siempre, por interacciones - 1tropológica sobre la ideología mo-
entre ciudadanos e instituciones que posibilitan las metas colectivas y da-na, Madrid, Alianza.
los medios para llegar a éstas': Sustanciar ciudadanamente el gobierno, ~dez Santillán, José (1996.
insiste Villarreal, en tanto que "el adjetivo de público obedece a la ne- Xorberto Bobbio: el filósofo y la po/1-
cesaria condición de que en el diseño y puesta en marcha de las polí- t:..::a (Antología), México, FCE.
ticas públicas estén presentes la opinión y visión de diferentes agentes :.:O.sdleck, Reinhard (2007). Crítica)
públicos (englobados en las categorías gubernamentales, sociales y pri- ;risis: un estudio sobre la patogéntJu
vados)': Redes de políticas públicas, remarca el ensayo, como premisa ~l mundo burgués, Madrid, Trona.

18 !9
EC::rao \'illarreal Cantú Introducción

•=:::=.::&::,~e muchas de las ilusiones pues- .... ~ ~ez signo democratizador de las dimensiones, fases y resultados
• :.iea que un espacio de influjos _ e....J! proceso.
:oo.:na justificar cierto desencanto. ......s! como el estudio de la democracia precisa el auxilio de la teoría
e:isayo, la agenda de investigación, :lea, moral y jurídica (O'Donnell, 2007), las políticas públicas, en
.ameamiento intelectual y fáctico de ~ i e ofrecer calidad democrática, recomienda Villarreal, requieren
..,,__,__~~} el sistema social. .:>rar y explotar el diálogo e interacción con la sociología política.
PT:- ~extos, "movimientos sociales" de :-Iasta aquí con la antesala de contenidos. Sólo nos resta un agrade-
t:na evocación de la plausible recons- - ~to eterno a Moisés López Rosas, quien en su paso por esta vida y
::co-sistema social. Los movimientos - !a Flacso México ejerció de rabioso defensa en la cancha de futbol;
_ aa Retamozo, "son una muestra de la _ ~~o, maestro y doctorante brillante en aulas; de amigo, ante todo
¿e la posibilidad de que determinadas '"lm!oso y espléndido en el arte de querer y ser querido. "Donde es-
.:u-en de otra formá: Su estudio supone, ª ?rovecha por fin a llenarte de cielo los pulmones':
e r:as:rear las huellas del futuro, las poten-
..e os sujetos tienen para hacer la historia Víctor Hugo Martínez González
Eduardo Villarreal Cantú
.encía de un análisis exhaustivo de enfoques Copilco, México, D.F., junio de 2010
~ posiciones políticas e ideológicas ( marxis-
raaonal, teoría de la movilización de recur-
d paradigma orientado a la identidad y los
fuentes
les , sobresale en un trabajo que no olvida
)a.-nericano sobre la cuestión. La acción co-
l.a.cismo del gorrón y cuenta nueva (free rider), -:-·, Brian (1974). Los sociólogos, los O'Donnell, Guillermo (2007). Diso-
~ reflejo de los dilemas y conflictos que ...:.;»iomistas y la democracia, Buenos nancias. Críticas democráticas a la de-
ro también solidaridades de las sociedades ~es, Amorrortu. mocracia, Buenos Aires, Prometeo.
se-~. H elena (1988). El ámbito ín- Piglia, Ricardo (2001) . Crítica y fic-
culo final de (Pre)textos, es un concepto que -.o. Privacidad, individualismo y ción, Barcelona, Anagrama.
iesmenuza cargando las tintas en la corres- ..:i..-lernídad, Madrid, Alianza. Serrano, Enrique (1994). Legitima-
iadanía. Un enfoque de la ciencia política, ::.::iont, Lou is ( 1987). Ensayos sobre ción y racionalización. Weber y Ha-
nerido con la visión de lo público más allá ~ individualismo. Una perspectiva bermas: la dimensión normativa del
as políticas pasa, siempre, por interacciones - ~:ropológica sobre la ideología mo- orden secularizado, Barcelona, UAM/
iones que posibilitan las metas colectivas y ~a, Madrid, Alianza. Anthropos.
as~ Sustanciar ciudadanamente el gobierno, -~..ández Santillán, José (1996). Villarreal, Abe! (2008). "Vigilancia y
c:ue "el adjetivo de público obedece a la ne- _ ·arberto Bobbio: el filósofo y la polí- fiscalización legislativa en México.
; el diseño y puesta en marcha de las polí- .:.:.. (A ntología), México, FCE. Los casos de Nuevo León, Distri-
:es la opinión y visión de diferentes agentes ~eck, Reinhard (2007). Crítica y to Federal y Tiaxcala ( 1997-2004)';
categorías gubernamentales, sociales y pri- :'1.Sis: un estudio sobre la patogénesis México, Facultad de Ciencias P-Olíti-
pablicas, remarca el ensayo, como premisa ~l mundo burgués, Madrid, Trotta. cas y Sociales, UNAM (tesis doctoral).

18 19
Primera parte

Disciplinas
Gencia política
·:r Alarcón Olguín *

Introducción

La ciencia política se ha estandarizado a nivel mundial como una dis-


?'.ina con numerosas subdivisiones e intereses, capaz de trascender las
~ciguas fronteras que la confinaban al mero estudio de los aconteci-
IL:".!entos asociados con la toma de decisiones de gobierno. Hoy en día,
'-'..5 preocupaciones de los politólogos se han multiplicado, ya no sólo

oorque se necesitan diagnósticos prescriptivos que intenten dar cuenta


ce cómo se han dado las cosas o quiénes se hallan involucrados en los
?:ocesos y acciones del poder, sino que ahora se demandan explicaciones
5ernánticas sobre el sentido y situación de los hechos, la interpretación y
::oyección de escenarios, o de apoyo a las afirmaciones y sugerencias a
.:nplementar, basados en la construcción de evidencia empírica relevante
.;:ue permita probar las hipótesis propuestas. Desde esta lógica, la ciencia
::iolítica ha acumulado retos y respuestas que la obligan a convertirse en
~ '<üsciplina híbridá: cada vez más dialogante, interactuante y abierta
~especto de sus propios límites. 1
De manera similar a lo acontecido en el desarrollo y crecimiento de
ias ciudades modernas, el "vecindario de la ciencia políticá' se ha enri-

Politólogo. Profesor-investigador T itular "C'; Departamento de Sociología, Universidad


Autónoma Metropolitana (uAM) Iztapalapa. Área de Procesos Políticos. Correo electró-
nico: <alar@xanum.uam.mx>.
La postura de la hibridación dentro de la ciencia política ha sido espléndidamente desarro-
llada por autores como Mattei Dogan en Goodin y Klingemann (2001).

23
Víctor Alarcón Olguín

quecido con nuevas polémicas y actores, cada uno de ellos proponiendo -.o únicamente preocupada por los
orientaciones que hasta ahora -en mi opinión- siguen siendo rele- .:edan articular las decisiones de foil
vantes para el buen curso de la disciplina, aunque ello no nos exime de En este punto, más que repec:- d
reconocer riesgos y quizá recomendar prudencia en la puesta en marcha a.:. de las llamadas "mesas separadas·
de proyectos conceptuales o temáticos, si éstos carecen de la debida va- p=-opuesta plantea exponer el argum
loración sobre los impactos que generarían en el desarrollo de las agen- cocer la división existente en mareru
das de investigación y docencia imperantes dentro de una cierta región ro=- momentos para tener especifici
o comunidad. ~r dónde estamos y qué defend
Más que hablar de una estructura unívoca en sus métodos, técni- ~adamente sustancial remontar las
cas o aplicaciones, la posición que adoptaré en este ensayo intenta tra- ~uruas que han oscurecido y vuelto
zar, de manera apenas indicativa, las tendencias que la ciencia política d.:sciplina.
ha desarrollado particularmente durante las últimas décadas. Si bien no Por ello, aquí se adoptará la idea c.
trata de sostenerse en una exposición cronológica, ocasionalmente será 6sciplina sintetizadora, sistemática a:
necesario realizar cierto tipo de contextualización en torno a los sucesos :-reno de las aplicaciones posibles \. .;
y actores detonantes para la adopción de cierto tipo de propuestas do- gun lo posibiliten sus habilidades fr
minantes en la disciplina. : ..ie la propia problemática social de
La idea de recuperar un "estado de la cuestión" de la politología ~ perspectiva de promover un enfoqtU
implica arrancar todo análisis a partir de la delimitación de lo que sue permita complementar abierta }' .
Georges Burdeau llamaba el"universo político" (Burdeau, 1982-1986; .os que sean útiles al analista polm..:o.
1976); esto es, precisar el alcance de nuestro objeto de conocimiento :.e ecléctico. Aunque, a decir verdad,
y qué lo conforma en primera instancia. La ciencia política (en tan- ser rachado de reduccionista o de m.fi
to actividad no espontánea ni intuiciva, capaz de aplicar acciones in- r::.ievos conocimientos.4
tencionadas para producir un cierto tipo de resultado que prevenga Aceptando, entonces, que la perc ::-
o corrija los problemas que afecten las relaciones y la convivencia será parcial y provisional en sus constd
entre los individuos, mediante pasos debidamente reflexionados y a del desarrollo de la ciencia política
programados) requiere de un cuerpo explicativo en materia de teo- ze condensa en tres rubros: a) conso
rías, conceptos y técnicas que faciliten su organización y capacidades :ia, b) enfoques dominantes dentro ~
resolutivas. '.'!lentos que vuelven vigente a la di~
Así, necesitamos una ciencia política que no sólo explique y ayude ?resentaré una reflexión conclusiva g
a comprender palabras, situaciones o cosas (de suyo, la misión primi-
genia de toda disciplina social), sino que dicha tarea la realice sin que
su propia existencia se vuelva contraria a la de su creador. En la medi-
da que la política sea vista como algo inútil, perverso y separado de los Gustavo Emmerich desarrolla la idea de
propios ciudadanos, solamente preocupada por estudiar al poder o el ciudadanos como parte de su definicion de
Estado (tal como la siguen percibiendo muchos en los ámbitos más Expresión que, obviamente, nos llev.i al f3
En oportunidades previas he expuesto
tradicionales de la disciplina), se estaría pensando una actividad poco
integral e integrador de la política. Rcrruro.
perceptiva y no orientada hacia las necesidades de los actores sociales, (Alarcón Olguín, 2002; 2006).

24
Ciencia política

--~-.. cid.a uno de ellos proponiendo - unicamente preocupada por los diseños y los procedimientos que
opinión- siguen siendo rele- ~articular las decisiones de gobierno. 2
~-,.~-· aunque ello no nos exime de En este punto, más que repetir el recurso de exponer la presen-
prudencia en la puesta en marcha . de las llamadas "mesas separadas" dentro de la ciencia política,3 mi
..,....___....~........ s! estos carecen de la debida va- -.,puesta plantea exponer el argumento de que no basta sólo con reco-
~an en el desarrollo de las agen- -er la división existente en materia de escuelas o corrientes (válido
c_-.,..-.·- res dentro de una cierta región ~ momentos para tener especificidades y direcciones concretas para
~--er dónde estamos y qué defendemos), sino que también resulta ex-
unívoca en sus métodos, récni- ~emadamente sustancial remontar las falsas distancias e ignorancias
adoptaré en este ensayo intenta era-
llt - .!ruas que han oscurecido y vuelto tortuoso el propio avance de la
las tendencias que la ciencia política ~plina.
:e .iurante las últimas décadas. Si bien no Por ello, aquí se adoptará la idea de configurar el concepto de una
ción cronológica, ocasionalmente será ~plina sintetizadora, sistemática, acumulativa y extensiva en el te-
ue ccntextualización en torno a los sucesos :7rnO de las aplicaciones posibles y disponibles para el politólogo, se-
.iopción de cierto tipo de propuest~s do- '!~, lo posibiliten sus habilidades frente a las necesidades y exigencias
-: _e la propia problemática social demanda. En este sentido, cabe asumir
·esrado de la cuestión" de la politología perspectiva de promover un enfoque integral e integrador de la política
is a partir de la delimitación de lo que :-..:e permita complementar abierta y pertinentemente todos los recur-
• .!nÍ\·erso político" (Burdeau, 1982-1986; ""S que sean útiles al analista político, aun a riesgo de que sea tildado

canee de nuestro objeto de conocimiento .:.e ecléctico. Aunque, a decir verdad, este último adjetivo es preferible a
!'.a instancia. La ciencia política (en tan- :s.er tachado de reduccionista o de inflexible en la posibilidad de generar
ni intuitiva, capaz de aplicar acciones in- :::uevos conocimientos.4
n cierto tipo de resultado que prevenga Aceptando, entonces, que la percepción de temas que se expondrán
te afecten las relaciones y la convivencia ~ parcial y provisional en sus consideraciones, lo que compartiré acer-
re pasos debidamente reflexionados y ca del desarrollo de la ciencia política entre el paso de los siglos xx y xxr
:in cuerpo explicativo en materia de teo- ;e condensa en tres rubros: a) consolidación de la identidad disciplina-
e faciliten su organización y capacidades n.a, b) enfoques dominantes dentro de la disciplina, y e) ubicar los ele-
::lentos que vuelven vigente a la disciplina. Una vez desarrollados éstos,
rncia política que no sólo explique y ayude ?resentaré una reflexión conclusiva general.
éones o cosas (de suyo, la misión primi-
na: , sino que dicha tarea la realice sin que
contraria a la de su creador. En la medi-
mo algo inútil, perverso y separado de los Gusravo Emmerich desarrolla la idea de una ciencia política orientada al servicio de los
~e preocupada por estudiar al poder o el ciudadanos como parte de su definición de la disciplina (Emmerich y Alarcón, 2007).
percibiendo muchos en los ámbitos más Expresión que, obviamente, nos lleva al ya clásico libro de Gabrid A. Almond ( 1990).
En oportunidades previas he expuesto mi posrura en romo a lo que denomino análisis
, se estaría pensando una actividad poco
integral e integrador de la política. Remiro, entonces, a revisar direcramenre dichos trabajos
:U. las necesidades de los actores sociales, (Alarcón Olguín, 2002; 2006).

24 25
Vícror Alarcón Olguín Ciencia poUcia

~Podemos hablar de una ciencia política consolidada~ es.o de tipologías y modelos rígidos, implid
~ en medio de otras tradiciones in::elcc:-
La trayectoria de la ciencia política se ubica formalmente a partir del siglo ":"la, la sociología y el derecho. Sin emba..'1
XIX, cuando se aplican elementos explicativos más allá de la argumen, pe:- mostrar su autonomía y especificida.:: f
tación histórica, la justificación ética o la descripción de las estructuras S la actualidad se enfrenta a los retos C".:e
gubernamentales para definir su materia y enfoques de estudio. En esta ~ cada vez más estrecha, como lo vererr
dirección, el ingreso del positivismo, el racionalismo y el método científi, cc::no la comunicación, la psicología, la ~
co hacen factible poner atención no sólo en los fenómenos políticos en sí, ~onales, la economía y la adminisrr...::ic
sino también en los medios, las motivaciones, los datos y técnicas orien, :::sciplinas fueron definidas por muchos _
radas para entender la estructura y los comportamientos asociados con ?O constitutivo, en tanto se hablaba er: :- ..
el ejercicio de poder. Co:no se observa, esta rápida descripcio::; d
En una primera etapa de búsqueda, la sistematización general de las .:::e se han suscitado en las ciencias s~e
ciencias sociales permitió definir un proyecto con aspiraciones secuen, ;::.us muestra que la ciencia política en es?tt
ciales (en materia de comprender el orden, concatenación e importancia :..dor en lo referente a sus ámbitos de ap~.:
de los acontecimientos), teleológicas (que permitieran percibir la direc,
ción y sentido final de esos sucesos) y categóricas (que el conocimiento
obtenido tuviera condiciones consistentes, veraces y jerárquicas sobre si, Por ejemplo, cabe ver el balance de Gabrid A...~
Essay'; incluido en su libro Ventures in PoliciG:;
tuaciones previamente examinadas) . El propósito era tener una ciencia
análisis proviene de la experiencia estadouní¿e:i:.se.
social objetiva, imparcial y unívoca en sus diagnósticos, conceptos y re, en que la disciplina fue desarrollándose no sól..c ?:!:
sultados. La pretensión e impacto ha sido enorme, para bien y para mal sino por la búsqueda consciente de medios r esr.::o
con el objetivo de volverse necesaria para =cr..da
de la disciplina, pues ésta se ha sometido a una incesante polémica en
ro del gobierno y la administración del Estadc
torno a definir o no la existencia de un conocimiento capaz de expresar, socialización de los individuos denrro de las ~
se en leyes y principios incontrovertibles. de la American Political Science Associacion A.PS&
A merican Political Science Review (APSR) para~
Un siglo y medio después, con temas como las condiciones de caos,
gaciones, así como la realización de congresos ==L
complejidad, de dinámicas multifactoriales y multinivel, entre los nume, hacia orras latirudes para definir la form~
rosos elementos que pueden intervenir simultáneamente en los procesos bien ya había desarrollos similares en Ingla.:err.a,
unidense catapultó el surgimiento de los p~-=
de interacción individual y colectiva, nos damos cuenta de que la cien,
de gobierno (Government) que surgieron er. -:~
cia social es ciertamente provisional y apenas interpretativa de las cir, 1880), Chicago, Harvard, Johns Hopkins ' }..
cunstancias que se expresan dentro de coyunturas específicas. Como lo demasiado tiempo para que se diera la func:bció;¡ a;
of Econornics and Political Science {LSE), o d.e b
han definido varios autores: la ciencia política puede ser vista como una
en Francia, e incluso de la Internacional Pol':ic:2! Se
"pequeña" o 'gran" ciencia, pero es indudable que ha podido encarar los contemplar esfuerzos similares que coloar.m ¿.: ~
retos de la construcción que implican tener condiciones de autonomía necesidad de Estado. En cambio, la situación ?J.o.'°'
expresadas en cuerpos teóricos y conceptuales de relevancia para lidiar cho de que la ciencia política regional apenas =
zación (ALACIP), la cual ha podido realizar ~~
con las exigencias de interpretar y transformar la realidad circundante en México se ha perdido el trabajo de organi.::.aaoc
(Shepsle y Bonchek, 2005: 11, 19). 1974 con el Colegio Nacional de Ciencias .
cía de orros países del continente, como A.~
El nacimiento de la ciencia política con un contenido empírico, inte,
Venezuela, cuya institucionalización y av.L"1.:t .;¡;¡;;¡
resada en la aplicación de pruebas cruciales y la comparación mediante el desarrollo reciente de la ciencia política en !.2 ~

26
Ciencia política

a consolidada~ ese de tipologías y modelos rígidos, implicó que su orientación se abriera


a.so en medio de otras tradiciones intelectuales, como la filosofía, la his-
formalmente a partir del siglo na, la sociología y el derecho. Sin embargo, los dilemas de la disciplina
m'Os más allá de la argurnen- p:i: mostrar su autonomía y especificidad pertinente no se han detenido.
b descripción de las estructuras =--: l.a actualidad se enfrenta a los retos que le implican interactuar de ma-
----.... \' enfoques de estudio. En esta e-ra cada vez más estrecha, como lo veremos más adelante, con campos
raaonalismo y el método científi- remo la comunicación, la psicología, la antropología, las relaciones inter-
.sólo en los fenómenos políticos en sí, .-.;;.=ionales, la economía y la administración; incluso estas tres últimas
--.......~...,·ones, los datos y técnicas orien- ::::.sciplinas fueron definidas por muchos como parte de su propio cuer-
os comportamientos asociados con f" constitutivo, en tanto se hablaba en plural de las "ciencias políticas':
Como se observa, esta rápida descripción de los vínculos y ramificaciones
ed.a, la sistematización general de las ~::e se han suscitado en las ciencias sociales desde el siglo XIX a la fecha,
un proyecto con aspiraciones secuen- - os muestra que la ciencia política en especial ha tenido un camino alen-
el orden, concatenación e importancia ~or en lo referente a sus ámbitos de aplicación. 5
:tüS que permitieran percibir la direc-
s) y categóricas (que el conocimiento
IlSlS(entes, veraces y jerárquicas sobre si- Por ejemplo, cabe ver d balance de Gabrid A. Almond enº' History of Politica1 Science: An
Essay~ incluido en su libro Venturcs in Political Science (Almond, 2002: 23-62). Si bien dicho
das' . El propósito era tener una ciencia análisis proviene de la experiencia estadounidense, no deja de ser ilustrativo en las maneras
- en sus diagnósticos, conceptos y re- en que la disciplina fue desarrollándose no sólo por preocupaciones y méritos individuales,
-::o ha sido enorme, para bien y para mal sino por la búsqueda consciente de medios y espacios para hacerla prosperar y que cumpliera
con el objetivo de volverse necesaria para entender no sólo los procesos de funcionamien-
somet:ido a una incesante polémica en
to dd gobierno y la administración dd Estado, sino también los modos de participación y
de un conocimiento capaz de expresar- sociali%ación de los individuos dentro de las actividades políticas. La fundación en 1903
\ ertibles. de la American Political Science Association (APSA) y de una revista especializada como la
American Political Scienu Review (APSR) para permitir la divulgación de articulos e investi-
.:on remas como las condiciones de caos,
gaciones, así como la realización de congresos anuales, son hitos cruciales que se extenderán
kifactoriales y multinivel, entre los nume- hacia Otras latitudes para d efinir la formalización y profesionalización de la disciplina. Si
ervenir simultáneamente en los procesos bien ya había desarrollos similares en Inglaterra, Alemania o Francia, la aportación estado-
unidense catapultó el surgimiento de los programas de estudio asociados con las escuelas
:nva, nos damos cuenta de que la cien-
de gobierno (Government) que surgieron en lugares como Columbia (siendo la primera en
·onal y apenas interpretativa de las cir- 1880), Chic.igo, Harvard, Johns Hopkins y Michigan, por ejemplo. Sin embargo, no pasó
~o de coyunturas específicas. Como lo demasiado tiempo para que se dien la fundación expresa en Inglaterra de la London School
of Econornics and Political Science (LsE), o de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas
ciencia política puede ser vista como una
en Francia, e incluso de la Internacional Political Science Association (rPsA), en 1949, para
D es indudable que ha podido encarar los contemplar esfuerzos similares que colocaran a la enseñanza de la ciencia política como una
mplican tener condiciones de autonomía necesidad de Estado. En cambio, la situación para América Latina y México resulta en el he-
cho de que la ciencia política regional apenas cuenta desde hace una década con una organi-
y conceptuales de relevancia para lidiar
zación (ALACIP ), la cual ha podido realizar congresos bianuales desde 2002 Por d contrario,
y transformar la realidad circundante en México se ha perdido el rrabajo de organización gremial que se venía desarrollando desde
19. 1974 con d Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, a diferen-
cia de otros paises del continente, como Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia y
::-olirica con un contenido empírico, inte-
Venezuela, cuya institucionalización y avance han sido muy meritorios. Para un balance del
cruciales y la comparación mediante el desarrollo reciente de la ciencia política en la región, remito a Altman (2006).

27
Víctor Alarcón Olguín Ciena..~

Si bien hay un claro proceso de difusión y extensión de la discipli- Cabe señalar que el informe relacim
na desde los primeros epicentros que se generan en Europa y Estados C.) \ Villiam A. Robson (profesor de la

Unidos, la ciencia política no alcanzará su verdadera independencia y ::':"'.ma la elaboración de un estudio co- _
reconocimiento en el contexto internacional sino hasta el término de -951y 1952 por la IPSA, el cual inco~
la segunda guerra mundial. Por vez primera, se percibe la necesidad de (;-ran Bretaña, Francia, Suecia (como er-r
saber planear y conservar la estabilidad de los gobiernos para así evi- .:.os); India y Egipto (que abarcabaI'- ..as
tar una nueva aparición de los modelos totalitarios. De esta manera, el ?olonia (que recupera la dimensión soci.23
curso de la ciencia política se volvió más estrechamente ligado al estu- >..: preeminencia en América Latina deb.=
dio de las relaciones internacionales (dando así paso al fortalecimiento ~"1ela Nacional de Ciencias Políticas • ~
de la política comparada) y hacia la administración pública y la econo- .?malmente, el estudio abarcó diez países e
mía (lo que definió el fortalecimiento de las políticas públicas) (Somit y o cuenta los casos de Canadá y Ale::-..an
Tanenhaus, 1986). ::o porque precisamente se orientaba ::r ,
La percepción de que la democracia, los derechos y las libertades no c.érodo científico, mediante la recole.::.:mJ
podían ser un mero ejercicio deductivo de comprensión conceptual en ~ comparación y la definición de para.7~
lo relativo a su filosofía e intención ética, sino que aquéllos debían es- ~ o descartaran acciones realizadas .:¡,as
tudiarse a profundidad para asociarlas con los procesos inductivos que :-..:e describía un balance de recomend.aC11
habrían de ser impulsados e instruidos entre los actores sociales y sus li- ~ fu turo.8
derazgos políticos, hace ver que tenían que promoverse proyectos acadé- El punto de análisis ubicado por K. ~
micos y acciones de gobierno de largo alcance y mucho más coordinados ca aún carente de una unidad y un ;~-:1.3
para acortar así las diferencias existentes entre las naciones en materia :-os de conocimiento. Por otra parre. .ie:l
de desarrollo político y económico, por lo que la ciencia política debía :s.. la enseñanza de la ciencia política r~
asumir la tarea de convertirse en una disciplina capaz de cumplir con su .::.a de formación profesional de cuadros ~
divisa histórica de proporcionar la capacidad y respuesta que poseen los .:hiere al criterio de ser un suplemer.~
liderazgos para tener estructuras de poder fuertes y sensibles a las nece- :ras especialidades, como la sociolop o
sidades sociales. N o obstante ello, Robson detec-...a ',';tL
La coyuntura posterior a la segunda guerra mundial permite enton- ~;:re todos los países incluidos en la ~~
ces que la ciencia política tuviese un primer anclaje de corte internacio- lo.s instituciones de gobierno, el ejerocio d
nal gracias a la manera en que la Unesco proyecta, en 1950, la aparición .:i.?ativas de las organizaciones socia:es a:
de cinco volúmenes destinados a conocer, promover y sistematizar la :i! los grupos de presión). Traducidos o:
enseñanza de las ciencias sociales en el ámbito universitario, pensan- ?.!estos por la IPSA, para ese entonces&:
do muy particularmente en la expectativa de impactar en las regio-
nes y naciones amenazadas por la ausencia de instituciones y prácticas
El responsable de redactar la información so.::~
democráticas.6
y N úñez, precisamente uno de los funáaéo.cs
ción fue entregada antes de la puesta en ~-=
de 1951, aunque sí se indica dentro del~
implementado.
6
Las materias desarrolladas fueron la sociología, las relaciones internacionales, el derecho El informe no apareció en su versión en ~
comparado, la econonúa política y la ciencia política. Unión Panamericana y la Organización die·~

28
Ciencia política

...._-.isión y extensión de la discipli- GSe señalar que el informe relativo a la ciencia política lo redac-
se generan en Europa y Estados :::.iam A. Robson (profesor de la LSE), quien tuvo como materia
_._._.-_....:-;¡ su verdadera independencia y :a elaboración de un estudio comparativo regional aplicado entre
~onal sino hasta el término de --5. ·· 1952 por la IPSA, el cual incorporó los casos de Estados Unidos,
- ?~.mera, se percibe la necesidad de - Bretaña, Francia, Suecia (como ejemplos de los países desarrolla-
::;;:a..,._;c_~.:.ad
• de los gobiernos para así evi- illdia y Egipto (que abarcaban las realidades asiática y africana);
~os totalitarios. De esta manera, el ~ (que recupera la dimensión socialista) y México7 (que mostraba
más estrechamente ligado al estu- p:ttminencia en América Latina debido a la reciente fundación de la
=;;::;a::cs dando así paso al fortalecimiento -::da Nacional de Ciencias Políticas y Sociales (ENcPys) en la UNAM).
la administración pública y la econo- :nente, el estudio abarcó diez países en la medida que Robson tomó
- - enrode las políticas públicas) (Somit y .:::enta los casos de Canadá y Alemania. Su estudio es paradigmáti-
~rque precisamente se orientaba bajo las premisas de aplicación del
-~ocracia, los derechos y las libertades no ~odo cientifico, mediante la recolección de información vía encuesta,
.:.educrivo de comprensión conceptual en -cmparación y la definición de parámetros de significación que avala-
:ención ética, sino que aquéllos debían es- = o descartaran acciones realizadas hasta entonces y, finalmente, por-
asocia.rlas con los procesos inductivos que describía un balance de recomendaciones y acciones concretas para
r..st!"UÍdos entre los actores sociales y sus li- =::.ruro.8
L!e tenían que promoverse proyectos acadé- El punto de análisis ubicado por Robson es encontrar una discipli-
de largo alcance y mucho más coordinados ~ 2ún carente de una unidad y un lenguaje propios, frente a otros cam-
:i..s existentes entre las naciones en materia s de conocimiento. Por otra parte, detecta la situación de vislumbrar
om..ico, por lo que la ciencia política debía ..a enseñanza de la ciencia política responde precisamente a la exigen-
~ en una disciplina capaz de cumplir con su - de formación profesional de cuadros especializados, o simplemente se
ur la capacidad y respuesta que poseen los .::..-áere al criterio de ser un suplemento formativo dentro del cuerpo de
.:ras de poder fuertes y sensibles a las nece- ::-as especialidades, como la sociología o el derecho.
No obstante ello, Robson detecta varios elementos de concordancia
la segunda guerra mundial permite enton- r..:re todos los países incluidos en la muestra: el interés por el estudio de
1ese un primer anclaje de corte internacio- ....... instituciones de gobierno, el ejercicio del poder y de las formas parti-
e la Unesco proyecta, en 1950, la aparición -;:-anvas de las organizaciones sociales en materia política (a la manera
ios a conocer, promover y sistematizar la :.L. los grupos de presión). Traducidos en los campos de materias pro-
ciales en el ámbito universitario, pensan- - ...:estos por la IPSA, para ese entonces son cuatro los grandes terrenos
!a expectativa de impactar en las regio-
·<>r k ausencia de instituciones y prácticas
El responsable de redactar la información sobre el caso mexicano fue don Lucio Mendieta
y N úñez, precisamente uno de los fundadores de la ENCPys. Por desgracia, su contribu-
ción fue entregada antes de la p uesta en marcha de la carrera de Ciencia Política en el año
de 1951, aunque sí se indica dentro del informe una sinopsis del plan de estudios a ser
implementado.
· b sociología, las relaciones internacionales, el derecho El informe no apareció en su versión en español, sino hasta 1961, bajo el patrocinio de la
bocnaa política. Unión Panamericana y la Organización de Estados Americanos (onA).

28 29
Víctor Alarcón Olguín

generales que se sugerían para promover la enseñanza y la cohesión disci- ~ siquiera una mínima enumeran
plinaria: teoría política, instituciones políticas, relaciones internacionales, st: presenta como una empresa de m\
partidos, grupos y opinión pública (Unión Panamericana/OEA, 1961: 4). ¡;;¡s desde el punto de vista de la int _

En contrapartida, el informe de Robson reconoce que los desniveles - . Sin embargo, vale la pena indicar
existentes respecto del grado de autonomía e identidad de la ciencia po- 0S guiarán en tomo al punto de respo

lítica son un factor que influye poderosamente para establecer los limi- ~bre el nivel de coherencia y sistema -
tes propios de la disciplina, pues la velocidad con que se manifiestan en ..aremos entonces de una disciplina
las diversas naciones analizadas incluso presentan dificultades apreciables, erodológicas cada vez más definidas
como ya se percibía con los casos de las relaciones internacionales y la encender con mayor precisión que
administración pública, las cuales estaban originalmente asociadas con ckrse para remontar sus limitaciones
la idea de que éstas apoyaban la existencia de las llamadas 'ciencias políti- Así, resultan insoslayables tres de
cas': Así que mientras ya en algunas latitudes se encuentra el desafío de ...dos en los años recientes para C001f
la fragmentación; en otras, la disciplina apenas está en la fase de surgi- e la disciplina politológica en el terr
miento y expresión propia. De esta manera, la ciencia política existente :i.mdbook of Political Science, en 8 vols
tenía frente a sí los retos de remontar la situación subsidiaria que ame- wdounidenses Nelson Polsby y Fred
nazaba con pulverizarla, debido a las presiones existentes en ambos ex- Oxford Handbooks in Political Science,
tremos de su desarrollo. t mos por el profesor australiano Ro
Sin embargo, se concluye que la libertad de enseñanza y el creci- 1996 había sido editor, junto con H
miento de la pertinencia científica de sus investigaciones en el contexto rundbook of Political Science, que si b
de la aplicación y transformación concretas de la realidad harán que la ~~..ico, se manifestó como continuado-
disciplina se vuelva por sí misma un referente de convergencia y cohe- ü::ado por Polsby y Greenstein en los -
sión para las propias ciencias sociales. Para Robson, la pertinencia de la Aunque no exclusivamente relaci
ciencia política se fortalecerá en la medida que su enseñanza y desarro- Nlícica, y por la relevancia de los aut
llo no se quede sólo en las universidades, sino que se asuma el desarrollo ;ile la pena referir aquí la Encicloped:a
de institutos y centros de investigación aplicada (Unión Panamericana/ t..ciicada en 1968 y coordinada por Da' d
OEA, 1961: 84-85). '"';ccionario Unesco de las ciencias socia
Si observamos dicho trabajo a la distancia, los resultados del infor- ....gostini, 1985, el cual tiene el mériro de
me de la Unesco son elocuentes: al paso de los años, la ciencia política '.o-1S desarrolladas con un enfoque prion

ganó una importante cuota de identidad y legitimidad en casi todas las


regiones del planeta, no sólo por el éxito en la expansión de centros y
universidades interesados en la disciplina, sino porque la exigencia de
los acontecimientos políticos lo hicieron tan pertinente como necesario. La organización general de dicha obra es:
vol. 2: Micropolitical T11cory; vol. 3: M..:
Desde entonces a la fecha, resulta impresionante la cantidad de pro- Politics¡ vol. 5: Governrnental Institutions ca;:;
yectos (individuales, colectivos, nacionales, multinacionales) que nos vol. 7: Strategies of Inquiri; vol. 8: Interno:
permiten .rastrear no sólo la formulación de tratados, manuales o in- Los volúmenes publicados entre 2006 }" _ •
Polirics, Political Theory, Public Policy.
troducciones al estudio de los conceptos, métodos o técnicas aplicables
and Polirics, Contextual Political Aml}'SU.
para el campo de la política. No estamos aquí en condiciones de recu- Political Behavior.

30 31
Ciencia política

~~~~I:a enseñanza y la cohesión disci- "iciera una mínima enumeración de éstos (lo que en sí mismo
ricas, relaciones internacionales, .:a como una empresa de investigación importante a estas altu-
on Panamericana/oEA, 1961: 4). .::::S..-:e el punto de vista de la integración constructiva de la discipli-
ROoson reconoce que los desniveles embargo, vale la pena indicar algunas premisas generales que
~omía e identidad de la ciencia po- =aran en torno al punto de responder positivamente a la pregunta
~samente para establecer los lími- ¿nivel de coherencia y sistematización alcanzado; por lo que ha-
·-elocidad con que se manifiestan en 1'S entonces de una disciplina con preocupaciones ontológicas y
'.!.)() presentan dificultades apreciables, ~lógicas cada vez más definidas y que a la vez permiten afrontar
de las relaciones internacionales y la :er..ier con mayor precisión qué tipo de esfuerzos han de empren-
~ estaban originalmente asociadas con para remontar sus limitaciones actuales.
- a:isrencia de las llamadas "ciencias políti- . resultan insoslayables tres de los más grandes esfuerzos gene-
~..:.~.as latitudes se encuentra el desafío de en los años recientes para compendiar el estado de la cuestión
d!sciplina apenas está en la fase de surgi- ~iplina politológica en el terreno bibliográfico internacional: el
esra manera, la ciencia política existente _ook of Political Science, en 8 vols., de 1975, coordinado por los es-
• onrar la situación subsidiaria que ame- ..............,.idenses Nelson Polsby y Fred Greenstein;9 así 'Como la serie de los
do a las presiones existentes en ambos ex- •.: Handbooks in Political Science, recientemente promovida en diez
_s por el profesor australiano Robert E. Goodin,10 quien a su vez en
que la libertad de enseñanza y el creci- ::. había sido editor, junto con Hans Dieter Klingemann, del New
afica de sus investigaciones en el contexto '":.~ok of Política{ Science, que si bien fue impreso como volumen
tcion concretas de la realidad harán que la -::- se manifestó como continuador directo del esfuerzo general rea-
a un referente de convergencia y cohe- ..-..::o por Polsby y Greenstein en los años setenta.
sociales. Para Robson, la pertinencia de la .""\unque no exclusivamente relacionados con el campo de la ciencia
e:. la medida que su enseñanza y desarro- ~ca, y por la relevancia de los autores y términos incluidos, también
cersidades, sino que se asuma el desarrollo ..a pena referir aquí la Enciclopedia internacional de las ciencias sociales,
cigación aplicada (Unión Panamericana/ e=-:ada en 1968 y coordinada por David Sills, en once tomos, así como el
_--.onario Unesco de las ciencias sociales, en cuatro volúmenes, Planeta-
ajo a la distancia, los resultados del infor- ~tini, 1985, el cual tiene el mérito de ser una de las primeras empre-
•Les: al paso de los años, la ciencia política ¿esarrolladas con un enfoque prioritariamente hispanoamericano.
e identidad y legitimidad en casi todas las
?Or el éxito en la expansión de centros y
!.a disciplina, sino porque la exigencia de
lo hicieron tan pertinente como necesario. :.a organización general de dicha obra es: vol. 1: Political Science, Scope and Theory;
"01. 2: Micropolitical Theory; vol. 3: Macropolitical Theory, vol. 4: Nongovernmental
l resulta impresionante la cantidad de pro-
Politics; vol. 5: Governmental Institutions and Processes; vol. 6: Policies and Policymaking;
ros. nacionales, multinacionales) que nos "'01. 7: Strategies of Tnquiri; vol. 8: Tnternational Poli tics.
formulación de tratados, manuales o in- :.Os volúmenes publicados entre 2006 y 2008 abarcan los siguientes campos: Compararive
Politics, Political Theory, Public Policy, Political Methodology, Political Economy, Law
'5 conceptos, métodos o técnicas aplicables
and Politics, Comexrual Political Analysis, Internacional Rdations, Political Institutions y
• -o estamos aquí en condiciones de recu- Political Behavior.

30 31
Víctor Alarcón Olguín

¿Qué tipo de orientaciones nos ofrecen estos trabajos? Apoyándonos .::::iC!plinaria. Esto es, tener mayor
en la visión de Shapiro, asumimos que la ciencia política contemporánea ~rendido en el nivel formal de co
ha trabajado en tres componentes de identidad: a) enfocar su trabajo en :...a ciencia política no debe siru.ar.se
el desarrollo de las teorías; b) percibir la importancia de los instrumen- s:::::xlivisiones parecieran ser como len=-
tos metodológicos como un factor de contundencia en la demostración c:::re sí. No se aspira tampoco a que d:
de los resultados; y c) rescatar el punto de origen sobre el que se sustenta experto en nada. Sin embargo, resul~
el análisis político, tal y como lo sería centrar la atención en los proble- experto en la problemática pohci..:2 ~ _
mas mismos de la realidad. La identificación de estas tres dimensiones ~ de teoría, metodología y técnt..:as :
permite captar la importancia que tiene promover un desarrollo de la .:t::.:..quier dimensión problemática en la .
ciencia política sustentada sobre un criterio de equilibrio y complemen- La identidad de una disciplina r.o
tación entre todas estas dimensiones (Shapiro, 2004: 20). g.::a para derivar en un objetivo tui·
Por otra parte, no puede olvidarse la importancia de los aspectos de ;n- aón. Por ello resulta muy importan;
observación y precisión que deben tenerse respecto al objeto de estudio, ..:onfundir la selección y difusión de
definiéndose así los ámbitos macro, meso y micro de la investigación, que es:..:mos dentro de sectas u órdenes
no sólo nos permiten tomar en cuenta la intensidad de cobertura espa- i:::>:.oxamente una expectativa de real!:: -
cial que podamos darle a la problemática, sino también nos facilita su ~ aertos enfoques de estudio, como se
vinculación con los elementos temporales de la investigación, pudiendo ~..:amente a la pertinencia de los resm-
así definir la condición histórico-retrospectiva (pasado), coyuntural (pre- a. ..i solidez científica, sino que debemos

sente inmediato) y prospectivo-proyectivo (estudio de futuros y escena- ~ su vigencia ha correspondido mas b


rios) en los que la problemática seleccionada expresa las posibilidades rr.-ilidad en el terreno ideológico-polla
con que podemos acercarnos a los actores, las agencias (medios/ proce-
sos) y estructu ras que regularmente se involucran en el interés del ana-
lista político. Desde luego, estos aspectos tendrían poca relevancia si no Fo foques dominantes de estudio. ;..
se encuentran vinculados con los factores de incorporación de los ele- erdaderas expresiones de respu
mentos cualitativos y cuantitativos que permiten establecer parámetros
de referencia y evaluación sobre los datos e información que apoyan a la E..-. el desarrollo de esta sección, se te
investigación en su conjunto (Leonard, 1999). ~dones generadas por el pohto
De esta manera, el crecimiento de las distinciones que se debe con- p:-.:.es nos proporciona quizás una de ~
siderar dentro de la disciplina en materia de su identidad y consisten- A:'.l:':"ca del desarrollo general de la disci7
cia habría de permanecer en la perspectiva de que lo avanzado en estos r:-..a:lio siglo. La figura 1 muestra la pers_..
rubros no deriva en acciones excluyentes o de incompatibilidad. A di- : ubica hacia 1950, con la presenaa :n
ferencia de otros autores que observan la situación como el manteni- re. uridico y constitucional, así como .:id
miento de diferencias y confrontaciones que obligan a defender su coto -:duso ligado con el desarrollo de !.a :
metodológico, teórico o problemático, cabe pensar en una postura en la c:c-:ninantes, para luego desplazarse al _
que la enseñanza y la práctica de la ciencia política se desplacen precisa- i.....:. teorías de la elección racional, que e

mente cada vez más hacia un horizonte de libertad intelectual, enlama- -.;. disciplina más ligada con la exp!o.
teria de experimentación e hibridación entre todos los niveles de acción :z;.:.cación de encuestas y el aporte de !os

32
C ieno.a polioc.a

trabajos? Apoyándonos ~~__.,~.,ria. Esto es, tener mayor diversidad de perspectivas, sin perder
política contemporánea ~dido en el nivel formal de construcción, definición y aplicación.
enfocar su trabajo en L.a aencia política no debe situarse en una condición en la que sus
=:;;::::"-Z~¡,a de los instrumen- =>1.S!ones parecieran ser como lenguajes cada vez menos compatibles
~::=:~:=::?2 en b demostración ~ s:. ~o se aspira tampoco a que el politólogo sea un aprendiz de todo
sobre d que se sustenta ~o en nada. Sin embargo, resulta importante tomar en cuenta que
.ttmaon en los proble- ~o en la problemática política pueda seguir teniendo bases gene-
esas rres dimensiones ~ reoría, metodología y técnicas prácticas que le permitan abordar
i:::::iClCl~ un desarrollo de la _.:;er dimensión problemática en la que se encuentre inserto.
e equilibrio y complemen- .....::. identidad de una disciplina no puede ser una ciencia sólo pen-
:ro, 2004: 20). ::-a.ra derivar en un objetivo unívoco, por muy loable que sea su in-
-.r...-~~ b ~porcancia de los aspectos de ..,!1. Por ello resulta muy importante sortear el obstáculo relativo a
rm~ respecto al objeto de estudio, ~::fundir la selección y difusión de enfoques con la falsa idea de que
rr.~s" ,. micro de la investigación, que •.os dentro de sectas u órdenes militantes que deben defender or-
_mra la intensidad de cobertura espa- - xamente una expectativa de realidad. La preferencia y permanencia
~.er.lática, sino también nos facilita su .::?.ertos enfoques de estudio, como se verá enseguida, no se ha debido
;emporales de la investigación, pudiendo .:a."!lente a la pertinencia de los resultados establecidos en lo referente
-rerrospectiva (pasado), coyuntural (pre- solidez científica, sino que debemos hacernos cargo de que mucho
·pro: eccivo (estudio de futuros y escena- _ _ ,.¡gencia ha correspondido más bien a situaciones de coyuntura y
ca seleccionada expresa las posibilidades .....dad en el terreno ideológico-político.
a los actores, las agencias (medios/ proce-
.... eme se involucran en el interés del ana-
aspecros tendrían poca relevancia si no ~'"oques dominantes de estudio. ;Modas de coyuntura
los factores de incorporación de los ele- -erdaderas expresiones de respuesta a las necesidades~
s que permiten establecer parámetros
re los daros e información que apoyan a la ~ d desarrollo de esta sección, se tomará como punto de referencia las
Leonard, 1999). ~~n:aciones generadas por el politólogo británico Colin Hay (2002),
emo de las distinciones que se debe con- ?'...e5 nos proporciona quizás una de las visiones más completas existentes
erc materia de su identidad y consisten- a:erca del desarrollo general de la disciplina precisamente en este último
perspectiva de que lo avanzado en estos .-~o siglo. La figura 1 muestra la perspectiva de orden general que el au-
excluyentes o de incompatibilidad. A di- : ubica hacia 1950, con la presencia inicial del institucionalismo de cor-
observan la situación como el manteni- ~_;...uidico y constitucional, así como del conductismo de corte sistémico
ntaciones que obligan a defender su coto l:lduso ligado con el desarrollo de la psicología social) como tendencias
·rico, cabe pensar en una postura en la ..:,.:¡minantes, para luego desplazarse, al paso del tiempo, hacia el uso de
ci.e la ciencia política se desplacen precisa- I:...s teorías de la elección racional, que convierten a la ciencia política en
.ori::onte de libertad intelectual, enlama- c:n.a disciplina más ligada con la exploración de escenarios, la estadística, la
"'n dación entre todos los niveles de acción 2?licación de encuestas y el aporte de los elementos de la economía.

32 33
í Víctor Alarcón Olguín CienO.

Con posterioridad, el diagnóstico de Hay describe que la ciencia po- :-esupuestos teóricos e instrumentales
lítica se desplazó precisamente hacia la formulación de corrientes híbri- nvalidad y distancia existentes enrre
das vinculadas con el conductismo y el análisis institucional, asumiendo Por otra parte, la revisión de Hay •
a su vez la interacción de la elección racional en ambas propuestas, con ie rudio que resultan particularmente rn:-

lo que el nuevo institucionalismo tiene ahora no sólo el componente la politología, desde una experiencia
histórico, sino uno de corte cultural y otro basado en el estudio de esce- noamericana, como lo ejemplificar.a..~
narios y cursos de acción ( constructivismo, análisis de patrones de de- smodernismo,11 los cuales han perm.a:
pendencia, individualismo metodológico, teoría de juegos y la acción rrentes en dichos ámbitos geográficos, si
colectiva) que le hacen depender de las opciones lógicas que puedan ser :.uón básicamente defensiva y con muy
construidas por los actores. ~os recientes, ya que su base analítia si-=
'-"lámica de resistencia interpretativa ~
gica, más que de resolución concren.. _
Figura 1. Evolución de las principales corrientes de la ciencia política •:mados por el capitalismo, el neolik
s coloca en una dimensión más a ~ 2.e
De esta manera, estaríamos ame la _
~iejo institucionalismo Nuevo institucionalismo m renovado muy poco respecto de la
- - -
- cL.s por la realidad misma y frente a o:-
ccir que un marxismo de elección raci
_ que revisa las condiciones sociales . ::..
Conductismo Posconductismo
:..os culturales, los movimientos socules
portes que no son desdeñables, pues ?4
-"1 explorando y trazando vínculos co~
Teoría de la elección racional .::nductistas, sistémicas y racionalist.4.
Si abordaremos cómo se expresan -
as coyunturales y en problemática.s ~
1950 1960 1970 1980 1990 2000
ucir que la formulación de Hay nos r
Fuente: Hay (2002:1 1). ca traza líneas cada vez más con·-er;
o.:: más global en su parte metodolofca.
;:sta aún en sus aplicaciones técnicas · ::
Por otra parte, las opciones posconductuales y las de tipo sistémico ccesidades regionales y locales, pa..~
se orientan a su vez a revisar las motivaciones e intereses de los actores f :-evaleciente en América Latina. Sl..'1
no sólo desde un punto de vista contextual o situacional, sino que aho- e encía política presenta un desarrollo -
ra se pueden trazar factores de mayor convergencia en temas específicos p-...ra con lo que se ha observado en o~
como la cultura y la comunicación política, los estudios electorales y del
voto, o el diseño y selección de políticas públicas para instituciones o
Almond (1990, 13: 31) ubicaba el cs..:ma.-x> ce
grupos específicos. Bajo esta lógica, las tres líneas de acción dentro de la como uno caracterizado por la divis1on u"''......~
ciencia política van hasta ahora en rutas que estabilizan sus principales \·ez trazadas por su percepci6n ideolopca d:;;:;

34 35
Ciencia política

e Hay describe que la ciencia po- ~~~


_estos teóricos e instrumentales, además de que se va reduciendo
b formulación de corrientes híbri- .._..:.ad y distancia existentes entre aquéllas.
e! análisis institucional, asumiendo orra parte, la revisión de Hay permite señalar dos enfoques de
IC.:~IOD racional en ambas propuestas, con que resultan particularmente muy ilustrativos dentro del campo
-......._.... nene ahora no sólo el componente --~ología, desde una experiencia más cercana para la condición la-
.,.__-= y otro basado en el estudio de esce- ericana, como lo ejemplificarían el desarrollo del marxismo y el
_.:::,'ismo, análisis de patrones de de- ~._....~~ernismo, 11 los cuales han permanecido como perspectivas recu-
c~ógico, teoría de juegos y la acción en dichos ámbitos geográficos, si bien se les reconoce en una po-
er ¿e las opciones lógicas que puedan ser :-:lSicamente defensiva y con muy escasas innovaciones durante los
~entes, ya que su base analítica sigue estando más trazada en una
:a de resistencia interpretativa, crítica y de corte discursivo-ideo-
'Jlás que de resolución concreta, en contra de los problemas oca-
Dales corrientes de la c iencia política ·ios por el capitalismo, el neoliberalismo y la globalización, lo cual
.oca en una dimensión más a ras de tierra.
De esta manera, estaríamos ante la presencia de paradigmas que se
Nuevo institucionalismo -enovado muy poco respecto de la velocidad y capacidad mostra-
~~r la realidad misma y frente a otros enfoques. Sin embargo, cabe
- que un marxismo de elección racional, o un enfoque posmodemis-
_e revisa las condiciones sociales del género, el discurso, los estu-
Poscon uctismo
.:ulrurales, los movimientos sociales y la comunicación masiva, son
.es que no son desdeñables, pues precisamente muchos de ellos es-
......7lorando y trazando vínculos con las posturas instirucionalistas,
Teoría de la elección racional
· _cristas, sistémicas y racionalistas.
S: abordaremos cómo se expresan dichas corrientes dentro de temá-
..:oyunturales y en problemáticas de estudio más aterrizadas, cabría
1980 1990 2000
- que la formulación de Hay nos permite precisar cómo la ciencia po-
........:¡ rraza líneas cada vez más convergentes, para volverse una discipli-
-:-.as global en su parte metodológica, aunque indudablemente no tan
. aún en sus aplicaciones técnicas y preocupaciones de respuesta a las
.es posconductuales y las de tipo sistémico e:s!dades regionales y locales, particularmente para la circunstancia
las motivaciones e intereses de los actores _ ~eciente en América Latina. Sin embargo, como se ha indicado, la
isra contextual o siruacional, sino que aho- .cia política presenta un desarrollo singular y ascendente si se le com-
:::.e mayor convergencia en temas específicos -;. .:on lo que se ha observado en otros campos disciplinarios.
iaóón poütica, los estudios electorales y del
de poüticas públicas para instituciones o
"..mond (1990, 13: 31) ubicaba el escenario de las mesas separadas en la ciencia política
óyca, las tres Üneas de acción dentro de la
co:no uno caracterizado por la división metodológica entre derecha e izquierda, y éstas a su
:-. en rutas que estabilizan sus principales Ye trazadas por su percepción ideológica dura o blanda de sus posrulados.

35
Víctor Alarcón Olguín

Cuadro 1. Enfoques de estudio dentro de la ciencia política

Características Premisas principales Conceptos ·budones


clave
!_nfoques
1 !r."ilf un vínculo entre sus presunciones tt'Óoas
realidad que han pretendido representa;
Las instituciones son la parte central del análisis. Éstas mo- -Institución
delan y dan significado a la conducta social y el contexto. -Organización "'OQCer el papel mediador que tienen i~ n7
-La historia cuenta en la medida que aporta anteceden- -Secuencia ~.ones para orientar los comportamienr0<
Viejo y nuevo
tes importantes para la evaluación del desempeño que se - Trayectorias .duales y colectivos, traduciendo dichos tn-
instituciona- -Patrones de
puede esperar de las instituciones. "ºs en resultados.
lismo - Los sistemas poiíticos son complejos e impredecibles. dependencia
- Los actores no siempre se comportan de manera vincula- -Cambio y equilibrio ar la complejidad y contingencia de los' ~
da con la reali7.<lción de sus intereses materiales. -Diseño políticos a través de sus unidades const1t.,·
tales como burocracias, legislaturas, jud1u1t1r
asociaciones, grupos de interés, etcétera
-
-Se trabaja con una sólida lógica inductiva. Se pueden de-
rivar leyes de cobertura general a partir de observaciones -Causa-efecto
técnicas estadísticas para analizar los dat is
;,i.
empíricas específicas. -Correlación
Conduclismo -La conducta observa regularidades a través del tiempo, lo -Significación e-idencias.
y posconduc- que permite el establecimiento de postulados con alean- - Tendencia
-Aditud -C'esarrolla una ruta inductiva para crear hipo•
tismo ce general.
n escalas altas de predicción y con niveles -Je
-Se asume un análisis de los datos imparcial y objetivo. -Escalas de valor
.zregación sustanciales.
-Los comportamientos son definibles y evaluables a partir - Representación
de parámetros y tipologías conceptuales.
-Racionalidad
-Utilidad
- Interés -moducir los elementos del conflicto y los mte-
-Los actores individuales son los principales jugadores y ~como bases motivacionales en la acción
-Escenario
constructores de escenarios. Se orientan bajo los supues- 'tica públ i<A y privada, así como en el plano
-Qptimización de renta
Elección ra-
tos de racionalidad, interés propio y de maximización so- -Free-riding 'idual y coleciivo.
bre minimización de la utilidad.
cional -Punto de equilibrio
-la búsqueda de transferencias y pumas de equilibrio en -'.C'esarrollar un sentido dedudivo sobre la base
-Mercado
materia de negociación les permite tener una noción de (e simplificar y hacer coincidir los intereses de
-Cooperación
orden y jerarquías en la selección de preferencias. " actores con los de las instituciones en tému-
-Competencia
-Ador "de incentivos y recompensas.
-Juego
-Elabora una teoría del cambio y la revolución con base
-Clase
en la historia y la demostración de las desigualdades eco- ~s:ablece vínculos de orden generales entre .&S
nómicas que ha producido un sistema de organización y -Sociedad
- Revolución clrocturas de pensamiento y la orientación [)t)-
producción como lo es el capita lismo. ""tl'Tle a fines para lograr el cambio social.
-Construye una noción de la sociedad basada en una suce- -Capitalismo
Marxismo
-Dominación
sión de conflictos materiales y lucha de clases. -?lantea una crítica general a las diferencias ex::s-
- Hegemonía
-Permite entender los patrones de preeminencia y las relacio- entes entre los individuos a partir de los antere-
ncs de intercambio existentes entre los sujetos. Genera una -Sujeto
-Dependencia Jentes histórico-culturales.
teoría del valor y la acumulación del poder y la riqueza.
-Desarrolla una perspectiva ecléctica y flexible en materia -Narración
-'ia proporcionado una importante válvula de es-
de adoptar una visión más interpretativa, más introspecii- -Discurso
va y distante a cargo del sujeto. -Cultura npe para comprender la naturaleza de los it~
Posmoder- ~ políticos basados en la información la a>-
-El discurso y el contexto cobran importancia para descri- - Instante
nismo bir y comprender la brevedad del presente. Se marca una -Hermenéutica ,.-.micación, la antropología o las trayectoria< ~
noción crítica pero limitada de los acontecimientos. -Situación Jeden ofrecer un retomo al sujeto y su esenoa
p ;ida.
-Se pone particular atención a la cultura, la ética y los valores. -Experiencia

Fuente: reelaboración propia, adaptando criterios del cap. 1 de Hay (2002).

36
Ciencia política

e encía política

Conceptos Umitaciones
clave

-Pese a su reconocimiento al papel de la histo·


·un vínculo entre sus presunciones teóricas
ria, presenta escasa sensibilidad respecto de las
.lidad que han pretendido representar. condiciones endógenas del cambio institucional,
del an.í 1sis. foas mo- - Institución
-Organización atribuyéndolo con fr<.'Cuencia a factores externos
50Cl<ll \ el contexto. ·er el papel mediador que tienen las ins- o coyunturas críticas.
~.a anteccdcn- -Secuencia <>es para orientar los comportamientos in-
~ño que se -Trayectorias ~ y colectivos, traduciendo dichos in- -Tiende a presentar un esquema lógico de exposi-
-Patrones de os en resu Itados.
ción, en el que los actores son prisioneros de la
dependencia propia dinámica contextual en la cual se ~n­
-Cambio y equilibrio r la complejidad y contingencia de los siste-
vuelven.
- Diseño !lQo íticos a través de sus unidades constiMi-
.aes como burocracias, legislaturas, judicatu-
-El despliegue de los contextos explicativos regu·
...ociaciones, grupos de interés, etcétera. larmente obliga a desbordar los análisis.

-Causa-decto ..- ·é<:nicas estadísticas para analizar los datos - Tendencia a restringirse hacia las variables "vi-
-Correlación sibles".
-Significación dencias.
-Tendencia -No siempre posee ni prevé explicaciones parsi-
-Oei...:rolla una ruta inductiva para crear hipótesis
-Actitud
~las altas de predicción y con niveles de moniosas y plausibles ante la presencia de "irra-
-Escalas de valor cionalidades" o comportamientos imprevistos.
-Representación ;gegación sust.inciales.

- Racionalidad
-Utilidad
-Interés Jducir los elementos del conflic.10 y los inte- -Una visión restringida de los actorc..-s políticos.
'ePS como bases motivacionales en la acción
-Escenario
xa pública y privada, así como en el plano
-Optimización de renta -La cantidad de variables y escenarios plausibles
- Free-riding •idual y colectivo. que se generan dentro de sus análisis desborda la
-Punto de equ il ibrio capacidad de los propios actores.
-Mercado oe.arrollar un sentido dcduc.tivo sobre la base
-Cooperación .. "lplificar y hacer coincidir los intereses de
-Resta importancia a los factores históricos y cul-
-Competencia ..ictores con los de las instituciones en térmi-
turales.
de incentivos y recompensas.
- Actor
- Juego

-Clase
'"lece vínculos de orden generales entre las
- Sociedad
~.JCturas ele pensamiento y la orientación con-
-."luchas veces sus metas están sustentadas más
-Revolución en criterios ideológicos que metodológicos.
b:-oe a fines para lograr el cambio social.
-Capitalismo
-Dominación -Desarrolla rcduccionismos conceptuales centra-
-Hegemonía "tea una crítica general a las diferencias exis-
;es entre los individuos a partir de los antece- dos en algún tipo de variable o sujeto como ma-
-Sujeto nifestación última de sus principios de acción.
:es histórico-culturales.
- Dependencia

-Narración
-Discurso nroporcionado una importante válvula de es-
- Se le vislumbra como una postura muy acota-
pata comprender la naturaleza de los fenó-
-Cultura da al presente, la cual no ofrece posibilidades de
~políticos basados en la información, la co-
-Instante construcción de consensos en materia de eviden-
- Hermenéutica ...ación, la antropología o las trayectorias que
cia. Se asume como una postura que defiende la
:;;ueC1erl ofrecer un retomo al sujeto y su esencia
-Situación singularidad de los acontecimientos.
-Experiencia ..a.

u •erios del cap. 1 de Hay (2002).

36 37
Víctor Alarcón Olguín

Es interesante percibir entonces cierta ambivalencia dentro de la


disciplina respecto de su etapa actual. Mientras muchos hablan de
tiempos de tragedia, los cuales se deben al empobrecimiento y aban- ez.,pos~----1--
º-b~je_to_ __ _ _ _ _-t
dono de la teoría o los componentes humanísticos por una perspec- Nos permite analiza• los
--.pología ritua les, reprcsentac"Xle>
tiva técnico-gerencial, empírica y cuantitativa; por otra parte, existe la redes sociales, así como
~a
percepción de que la politología ha progresado a pasos exponenciales, sociedades del pasaoo
- ------'- -
de manera que la riqueza en materia de fuentes y temáticas alcanzadas
.-,fía política
hacen ahora prácticamente imposible abarcar su enseñanza de mane-
ra general. 12 Trata de situar la compOSla!t
pueden manifestarse der:!:"O
Si retomamos la propuesta de Colin Hay (2002) respecto de lasco- "'logía política
los actores y grupos o;
rrientes dominantes dentro de la disciplina, conviene revisar las temá- de poder.

ticas que éstas han aportado, con el fin de darnos cuenta cómo aquéllas -ninistración y
han tenido o no resonancia para la realidad latinoamericana. Resumo ricas públicas
aquí los elementos que Hay ubica para los paradigmas de la elección
racional, el conductismo antiguo y contemporáneo, así como el viejo y
nuevo institucionalismo, a la vez que el esquema contempla los elemen-
nografía política y
tos que se distinguen del marxismo y el posmodernismo. Con ello, el tica comparada
lector tendrá una rápida visión sintética de conjunto acerca de las carac-
terísticas primordiales de cada uno de ellos, con el fin de que se les dé
seguimiento por cuenta propia.
Desde luego, las corrientes aquí enunciadas deben vincularse con onomía política

las expresiones más recurrentes en las que hoy se divida la ciencia polí-
tica, situación que vuelve asequible vislumbrar la extensión con que po-
demos hacer aterrizar a la disciplina en sus intereses de estudio. Si bien storia política
parece obvio, este segundo eje constructivo de la ciencia política mira
hacia un contexto transversal y externo, a diferencia del ámbito interno y
particularista que nos ofrece la perspectiva teórico-metodológica. Así, el
contexto de la hibridación y complementación muestra un radio de op- >teología política

ciones más amplio respecto de lo que se tenía en el pasado. Una pequeña


muestra de ello se ofrece en el cuadro 2.

Derecho político y
12
La defensa de la filosoHa y la historia dentro de la teoría poütica frente al secuestro de ésta 'Constitucional
a cargo de la dimensión normativa de la metodología formal, sin ducLi es un punto nodal
de discusión que subsiste hasta el presente. Resulta pertinente aquí remitir a una de las
polémicas clásicas en la materia como la sostenicLi entre Eric Voegelin y Hans Kelsen a
raíz de la aparición del libro La nueva ciencia de la política, a cargo del primero y publicado
uente: Elaboración propia.
originalmente en 1952 (Voegelin, 2006; Kelsen, 2006).

38 39
Ciencia política

2.":lbivalencia dentro de la C.Jadro 2. Campos interd isciplinarios de la ciencia política


liemras muchos hablan de
al empobrecimiento y aban- Campos Objeto
_manisticos por una perspec- Nos permite analizar los problemas de construcción de los
-.uopología rituales, representaciones, cultura, mitos, líneas de relación y
~dva; por otra parte, existe la
fX1l ruca redes sociales, así como la organización primitiva del poder en las
gresado a pasos exponenciales, sociedades del pasado.
ue á:emes y temáticas alcanzadas Define la presencia de conceptos y va lores en su connotación más
:: 'Osofía política
ce abarcar su enseñanza de mane- asequible desde el punto de vista ético y moral.
Trata de situar la composic ión, comportam ientos e intereses que
pueden manifestarse dentro del ordenamiento social por parte de
Col.in Hay (2002) respecto de lasco- Xx:iología política
los actores y grupos organizados con respecto a las decisiones
.:u.s...iplina, conviene revisar las temá- de poder.

d fin de darnos cuenta cómo aquéllas -.dministración y


Nos permiten establecer los modelos de elección racional
y preferencias con los cuales se resuelven los dilemas de
1::2la realidad latinoamericana. Resumo ':JO/íticas públicas
la aplicac ión e implementación del poder por parte de las
ca para los paradigmas de la elección instituciones de gobierno.
.!O r contemporáneo, así como el viejo y Establecen las condiciones de entendimiento de lo similar y
lo diferente que pueden tener los Estados y naciones en lo
:= ql.!e el esquema contempla los elemen-
Geografía política y relativo a su diseño de acciones y estructuras. En este sentido,
ci.smo y el posmodernismo. Con ello, el "'olítica comparada su v ínculo con las relac iones internac ionales nos permite captar
sin::ética de conjunto acerca de las carac- la interacción existente entre los Estados, sus problemas de
reconocimiento y potencial confl icto en términos de guerra y paz.
tmo de ellos, con el fin de que se les dé
Tanto en su dimensión nacional e internacional, nos permite
entender las mecánicas de decisión que deben tomar los Estados
s aquí enunciadas deben vincularse con iconomía política y los actores en términos de optimizar sus recursos, ca lcular
sus gastos y ganancias en materia de comercio, mercados y
s en las que hoy se divida la ciencia polí- producción de los bienes comunes públ icos o privados.
Lible vislumbrar la extensión con que po- Permite trazar una memoria colectiva que define la trayectoria y
,plina en sus intereses de estudio. Si bien -íistoria política
uso de los valores de una sociedad política, además de propiciar
niveles de entendim iento acerca de la tempora lidad, secuencia
constructivo de la ciencia política mira
y efectos de los actos asociados con el ejercicio del poder.
a-:erno, a diferencia del ámbito interno y
Entendida como el campo que analiza las motivaciones
~pectiva teórico-metodológica. Así, el individuales y colectivas que explican los comportamientos. En
r..plementación muestra un radio de op- "sicología política este sentido, cobran importancia las condiciones de cooperación,
mediación y confl icto que pueden prevalecer dentro de las
o que se tenía en el pasado. Una pequeña comun idades y grupos.
:uadro 2. Vi nculado con el ámbito jurídico, nos permite entender la
consistencia de los actos legislativos, las instituciones burocráticas,
las judicaturas e incluso las reglas que regulan la composición
de las estructuras de gobierno y actores de autoridad que estarían
::>erecho político y
autorizados para competir electoralmente, así como facil itar la
.2 .:m:ro de la teoría política frente al secuestro de ésta constitucional
expresión y representación a los ciudadanos en la vida política,
.:k u metodología formal, sin duda es un punco nodal sin dejar de lado la evaluación y estudios de los diversos ámbitos
,,~re. Resulta pertinente aquí remitir a una de las de los derechos y las garantías que están asociados con los
'DO b sostenida entre Eric Voegelin y Hans Kelsen a propios ci udadanos.
• n.en:i.; de la política, a cargo del primero y publicado
=.;ente: Elaboración propia.
006; MI.sen, 2006).

39
Víctor Alarcón Olguín Cien=,.

Como se observa, una mera enumeración de los terrenos sobre los La ciencia política debe hacerse e
que se traza la ciencia política contemporánea nos llevaría finalmente a :as y aquí es donde debemos busa.r
reconocer un listado interminable de asuntos que no pueden captarse ea desde los ámbitos literario, cine;.¡
de manera unilateral. Curiosamente, la exigencia de una ciencia política - :ionalizar el mundo son dimens'.o::-.es
más transversal es necesaria (incluso rompiendo los espacios de las pro- propia acción de la política en canm
pias ciencias sociales) para tratar de entender los problemas ecológicos, -uo quizá lo más difícil sea "sentir··
las pandemias como el sida, las catástrofes naturales y el uso racional de -.os una misión de la ciencia poli:::ca
la energía, los cuales nos afectan de igual manera como los asuntos elec- ~ramente humana. Los pensadores
torales, la globalización, la discriminación, el peso de los medios de co- ei ejercicio de la política como un "arre

municación, el analfabetismo educativo o la pobreza. La ciencia política -::e requería destreza y sensibilidad :
tiene ante sí no sólo una prioridad que le haga cumplir con sus exigen- :,pacidad de saber vincular la imagu:u
cias de rigurosidad y aportación al conocimiento humano, sino que tam- .-ecalcar a una ciencia política rigurc~
bién está obligada a trabajar para llegar a prontas y mejores soluciones ~on, pero no por eso alejada de los ~
para muchos de los dilemas que aquí hemos mencionado. :.e la imagen, la letra y el espíritu.
Resulta importante no cerrar este apartado sin reflexionar sobre
una serie de direcciones no convencionales que también son parte de la
disciplina. Ya se ha dicho que hay una importante discusión que define a :Por qué la ciencia política es vig
una ciencia política influida tanto por la interdisciplina y la hibridación,
como por el impacto que posee su compromiso ideológico; e incluso por •. {e acerco a cerrar este apretado b~
la tríada teoría-metodología-práctica. Sin embargo, no me gustaría de- :es de la ciencia política contempor
jar de pensar que uno de los temas centrales de la ciencia política estaría expresado por César A. Cisneros -
asociado con las emociones y los sentimientos, o incluso con la expec- que las ciencias sociales en lo general
tativa con que la política ha sido ligada con la religión en términos de ~· Mbajo" riesgo en cuanto a deterilll!'..a.o
encontrar la "trascendencia" y la contemplación que nos lleve a la esen- se pueden abordar los problemas .::..e
cia ética de los comportamientos individuales o colectivos que puedan contundente.
ser considerados como correctos. Esto es, asumir que la bondad, el amor De manera específica, se diría c:uc
o la belleza (codo lo que aquí se denominaría "estética política" o incluso del poder se limite a repetir clichés o
se asocia con la llamada "teología políticá') nos puedan llevar a que la po- correcto, interesada en sólo proteger
lítica pueda superarse a sí misma y 'expresarsé' mediante un lenguaje no investigación, termina dejando de bti
oscuro y ciertamente accesible para todos.13 resolutiva que ha de aportar codo e
do de la propia experiencia social. 1..2
del experto se vuelve un tema tor<L. en
u comendar siempre poner en la balm-
Por ejemplo, a lo largo del siglo XX dest<ican sobremanera en el contexto de la teología
política contemporánea trabajos como los de Paul Tilich, Ernst Bloch, Raimond Panikkar gencia posible entre objetividad ·; e
o incluso los de Car! Schmitt, quienes se adentraron en estudiar las bases laicas o divinas
de los derechos naturales y civiles; mientras que dentro de la polémica de la estética po-
lítica se tiene ni más ni menos que a los exponentes de la Escuela de Francforr (Adorno, surrealismo (Bretón o Arraud) acerca~
Marcuse y Horkheimer), quienes contrastan fuertemente con la corriente francesa del realidad, en términos similares a los rea;:.:m=i

40 -1
Ciencia política

.-:'::f:"-.::c= ce los terrenos sobre los La ciencia política debe hacerse comprender más allá de los especia-
-·-.--.~-- nos llevaría finalmente a tas y aquí es donde debemos buscar e incidir en que su estudio se lea
"-"--........~ que no pueden captarse "ea desde los ámbitos literario, cinematográfico y visual. Comprender y
~cia de una ciencia política acionalizar el mundo son dimensiones fáciles de asumir como tareas de
:mdo los espacios de las pro- propia acción de la política en tanto manifestación del pensamiento.
·er los problemas ecológicos, !'eoo quizá lo más difícil sea "sentir y disfrutar la políticá: Que asuma-
na.rurales y el uso racional de ros una misión de la ciencia política desde una postura no soberbia y
C"anera como los asuntos elec- ...stamente humana. Los pensadores de la Antigüedad fundamentaban
el peso de los medios de co- ~· ejercicio de la política como un "arté: una obra de lento procesamiento
o .a pobreza. La ciencia política .re requería destreza y sensibilidad, pero sobre todo que necesitaba la
~ e haga cumplir con sus exigen- a?acidad de saber vincular la imaginación con la realidad. Por ello, cabe
oc"'.Tliento humano, sino que tam- -ecalcar a una ciencia política rigurosa basada en el dato y la informa-
:: a prontas y mejores soluciones con, pero no por eso alejada de los valores y las formas enriquecedoras
hemos mencionado. .:e la imagen, la letra y el espíritu.
e apartado sin reflexionar sobre
orules que también son parte de la
importante discusión que define a :Por qué la ciencia política es vigente~
r la interdisciplina y la hibridación,
mpromiso ideológico; e incluso por le acerco a cerrar este apretado balance de las características genera-
-- . Sin embargo, no me gustaría de- .es de la ciencia política contemporánea, trayendo a colación un punto
mrales de la ciencia política estaría expresado por César A. Cisneros (2007) en lo referente a reconocer
.nm1entos, o incluso con la expec- ;::-..ie las ciencias sociales en lo general hoy se rigen por criterios de "aleó'
r.ida con la religión en términos de · bajó' riesgo en cuanto a determinar el nivel de peligrosidad con que
templación que nos lleve a la esen- ;e pueden abordar los problemas de la sociedad. Nada más cierto y
\ iduales o colectivos que puedan .:ontundente.
o es, asumir que la bondad, el amor De manera específica, se diría que una politología que desde el lado
nunaría 'estética políticá' o incluso .!el poder se limite a repetir clichés o esté regida por las exigencias de lo
ºca· nos puedan llevar a que lapo- correcto, interesada en sólo proteger la seguridad de quien patrocina la
resarsé' mediante un lenguaje no nvestigación, termina dejando de lado a la propia validez liberadora y
;'esolutiva que ha de aportar todo conocimiento precisamente partien-
.:io de la propia experiencia social. La responsabilidad del intelectual o
.:iel experto se vuelve un tema toral, en cuya respuesta sólo se puede re-
sobremanera en el contexto de la teología .:omendar siempre poner en la balanza precisamente la mayor conver-
~ Tilich, Emst Bloch, Raimond Panikkar ;encía posible entre objetividad y congruencia, así como entre valores
• aron en estudiar las bases laicas o divinas
que dentro de la polémica de la estética po-
tes de la Escuela de Francfort {Adorno, surrealismo (Bretón o Arraud) acerca de cómo superar la mera contemplación crítica de la
D:l fuen:emente con la corriente francesa del realidad, en términos similares a los reaccionarios románticos y conservadores del siglo XIX.

41
Víctor Alarcón Olguín Cieno.a

e intereses, sin dejar de reconocer que los problemas de creencias, ideo- En mi opinión, la politología d~
logías y de percepción moral siempre estarán presentes en cada uno de .:..:.sciplina noblé:15 cuya presencia ha ~
nosotros. i.= largo recorrido histórico, y a la .,'e::
En concordancia con Karl Mannheim, cabe señalar que no hay ni ..:.esarrollo científico, si estamos en :a ~
puede haber imparcialidad ideológica en el análisis político, pero sí de- -:-.arco de la integración y converge!'.cia .:i.
mostración contundente de que se han seguido los pasos pertinentes ~ afirmaciones que expresaría sin reme:
en materia de los protocolos metodológicos, para así mostrar el apego ;.¿._-uro científico, no por la ruta de la
objetivo a la cientificidad que apoya a los argumentos y recomendacio- catos, los experimentos cruciales o l.a m-
nes que se establecen para dirigir la toma de decisiones que demanda la s:.:perado la visión intuitiva para dar acr
coyuntura.14 6 ca en torno al proceso de generaéo- e
Nuestras utopías no son ni pueden ser meros actos ideatorios, sino La ciencia política se construye y
que implican defender un compromiso con el conjunto sistemático de .::ida que fortalezca su lenguaje cor..:e;:
opciones construidas con fundamentos, información pertinente y accio- -:cetodológico y técnico; pero sobre t
nes plausibles que permitan la inserción y apoyo participativo (sobre ores criterios de calidad en materia .:!e
bases libres y democráticas) de la mayor cantidad de gente. Una ciencia .::e los conocimientos producidos. Aqm
política eficaz no sólo es formal o abstracta, sino que a su vez siempre ?ropia que podamos ser capaces de -
estará en la obligación de demostrar su pertinencia, para así tener una :-articularmente desde nuestro mirae
base de legitimidad práctica. ~ la mera condición imitativa y ad.a?U
Estamos ante el deber de fomentar no una ciencia política encerrada .i la disciplina, para trasladarnos a la :z:

en sí misma, y que sólo sea tema de discusión entre profesores, sino una originalidad endógena, que se perc:Joe.
disciplina capaz de generar inquietudes y respuestas adecuadas acerca :iablar de una disciplina más homoger.e::
de cómo conocer al mundo, qué tipo de identidades y memoria históricas re y asimétrica respecto de la que se cu;.
hacen que se mantenga o se constituya el poder y las instituciones públi- .ie conocimiento.
cas a cargo de la sociedad. Por ende, no podemos desdeña:-
En forma similar, estamos comprometidos respecto a definir con :>ara comprender nuestra realidad :()CZ,
rigurosidad una comprensión de los ciclos y tendencias que articulan desarrollo institucional, la moderni::d.:
a los procesos decisorios. La ciencia política se remite entonces a tener nzación, la dimensión de lo ciudad.am
una clara y contundente inserción en los temas de la comunicación, la !dentidades, el ámbito del género y co-
psicología, la economía, el derecho, el campo internacional, la dimensión :.a globalización, si nos atenemos a un.i
cultural y antropológica, por sólo citar los aspectos disciplinarios en los :os temas que han ocupado a la reflex!O:
cuales tienen cabida los temas y corrientes explorados en este trabajo. Tampoco podemos minimizar :os
sencia de una interminable combs..aa:
. . I•
actores, mstanc1as y procesos po.;occ
sistémicos, marxistas, culturalisras
14
Mannheim llegaba a esa conclusión en el marco de explicar por qué hasta ese momento no
había una 'cienciá' de la política. Sin embargo, su argumento es iluminadorjustamente para
entender cómo se construye el camino en esa dirección (Mannheim, 1958, en especial el
cap. 3, "Perspectiva de una ciencia p olítica. Relación entre teoría social y práctica políricá'). Retomo aquí la espléndida expresión dt ú:!'.:=

42 _,,..
Ciencia política

:pov..emas de creencias, ideo- En mi opinión, la politología debe verse más que nunca como una
:2.:l presentes en cada uno de .i.isciplina noblé: 15 cuya presencia ha implicado a lo largo de los siglos
.;n largo recorrido histórico, y a la vez un corto pero muy vertiginoso
lit;.::::~::cn, cabe señalar que no hay ni O::esarrollo científico, si estamos en la idea de asociar su presencia en el
ce d análisis político, pero sí de- :;iarco de la integración y convergencia de las ciencias. Sin duda, una de
- seguido los pasos pertinentes ..as afirmaciones que expresaría sin temor es que se ha logrado dicho es-
c.:C:Jliil:l't:~cos, para así mostrar el apego ~ruto científico, no por la ruta de la simple asimilación o sumisión a los
z los argumentos y recomendacio- Jaros, los experimentos cruciales o la mera estadística, sino porque se ha
rom.a de decisiones que demanda la ;uperado la visión intuitiva para dar acceso, entonces, a una conciencia
erica en torno al proceso de generación del conocimiento.
.ien ser meros actos ideatorios, sino La ciencia política se construye y avanzará cada vez más en la me-
~::::l.:.So
con el conjunto sistemático de 2.ida que fortalezca su lenguaje conceptual, además de su instrumental
~rns, información pertinente y accio- :nerodológico y técnico; pero sobre todo, si logra elevar y acordar me-
mserción y apoyo participativo (sobre ares criterios de calidad en materia de relevancia y objetividad acerca
la mayor cantidad de gente. Una ciencia .::e los conocimientos producidos. Aquí radica la verdadera cientificidad
~ o abstracta, sino que a su vez siempre :ropia que podamos ser capaces de consolidar en los años venideros,
s:rar su pertinencia, para así tener una :-articularmente desde nuestro mirador hispanoamericano, para supe-
:ar la mera condición imitativa y adaptativa con que hemos mantenido
nentar no una ciencia política encerrada ~la disciplina, para trasladarnos a la tan ansiada condición creativa y de
. de discusión entre profesores, sino una .:>riginalidad endógena, que se percibe, sin duda, como necesaria para
uierudes y respuestas adecuadas acerca ~lar de una disciplina más homogénea, a la vez que menos dependien-
cipo de identidades y memoria históricas :e y asimétrica respecto de la que se cultiva en otras latitudes o centros
:;:fruya el poder y las instituciones públi- ..ie conocimiento.
Por ende, no podemos desdeñar las enseñanzas que nos han dado
comprometidos respecto a definir con :ara comprender nuestra realidad local, el estudio de los problemas del
ie ~os ciclos y tendencias que articulan ~esarrollo institucional, la modernización, la dependencia, la democra-
·naa política se remite entonces a tener :::!.Zación, la dimensión de lo ciudadano, los movimientos sociales, las
on en los temas de la comunicación, la .dentidades, el ámbito del género y comportamientos políticos, así como
'lO, el campo internacional, la dimensión .a globalización, si nos atenemos a una apretada sinopsis secuencial de
o citar los aspectos disciplinarios en los .os temas que han ocupado a la reflexión latinoamericana.
corrientes explorados en este trabajo. Tampoco podemos minimizar los impactos obtenidos con la pre-
~ncia de una interminable combinación de estudios específicos sobre
.:....-rores, instancias y procesos políticos con enfoques metodológicos
s!Stémicos, marxistas, culturalistas, historicistas, de elección racional
d marco de explicar por qué hasta ese momenco no
=rgo, su argumento es iluminador justamente para
io c:n esa dirección {Mannheim, 1958, en especial el

oaca. Rdación entre teoría social y práctica políticá'). Retomo aquí la espléndida expresión de Collini, Winch y Burrow (1987).
~

..._., 43
Víctor Alarcón Olguín

individual y colectiva; o bien los enfoques comparativos, instituciona- En este sentido, cabe apelar a
listas, prospectivos y retrospectivos en materia de escenarios y trayecto- ~ lo social, de la misma manen
rias, en materia de construcción y selección de políticas públicas, agentes .:orno compromiso ético sal\.'ar \
y estructuras, sin dejar de lado a las perspectivas discursivas, contextua- .:d.?e buscar opciones heterodoxas.
les y situacionales, entre las muchas que han sido enunciadas de manera ..a responsabilidad que le implica
panorámica en este texto. .......... que diagnostica, prescribe r ap a
Esto ciertamente plantea un reto de fondo en lo relativo a superar las La ciencia política será capa= de
etiquetas del provincialismo o el regionalismo, para definir entonces la de- F.50 en sus fundamentos metodol ~
fensa de una ciencia política más global e interactuante en su disponibi- , u par de los retos que le demandi
lidad de resolver problemáticas, teniendo a la mano todo el instrumental e:-o igualmente debe ubicar sus lí
técnico y conceptual para que seamos nosotros, a partir de nuestra capa- - ;;lientos conceptuales ni deform1a
cidad y experiencias, quienes hagamos la diferencia en materia de ofrecer _e bagan infértiles los esfuerzos \ r
las mejores alternativas para controlar y erradicar en su caso las dificul- a.esarrollar la investigación o la ens ·
tades presentes o futuras. 16 Un riesgo recurrente es seguir manteniendo ~·:ertirse, la ciencia política preser.ta
una línea de discusión que asuma la existencia de una ciencia política --.:en plausible pensar en su vigenc..a
buena o mala, debido a su origen estadounidense o europeo, y que noso- por atender los problemas sociales.
tros estamos obligados a elegir en medio de esta dicotomía.
En mi opinión, la problemática no está allí, sino en la manera con-
creta que cada uno aplica su conocimiento, en pos de la defensa o trans- Conclusión
formación del statu quo. Insistir en esta suerte de dinámica asociada con
la idea de percibirnos como parte de una disciplina dependiente y victi- ~eseo concluir este trabajo con t.üU
mizada por los grandes poderes sólo produce eso: la reproducción de la ::-:-opia experiencia como politólogo
inferioridad y la marginación, en lugar de ponemos a trabajar en resol- --:en por vocación (pienso que la die
ver los problemas que le interesan a la población, al margen de las ata- ~r siendo para nosotros esa jaula
duras ideológicas que impiden a muchos reconocer la pertinencia de que .:io nuestros ámbitos de acción r retl
una técnica o concepto específico pueda emplearse al margen de si éste este punto para resaltar que mucho
formaba parte del cuerpo o protocolo autorizado. De ahí la intención de :irofesión depende también de cómo
superar uno de los rasgos que caracteriza el quehacer convencional de las ;uento mediante la divulgación ,. La
ciencias sociales, que termina viendo a los métodos o las técnicas como ;nás colectivos.
fines 'en sí mismos, y no como medios de apoyo para tomar decisiones y Por ello es importante reiterar
transformar la realidad activamente. que las ciencias sociales no sólo han
:iarias en sus objetivos, sino que co
cometido se logrará en la medid.a que
16
En este punto, bien vale remitir a las enseñanzas y el legado trazado por Marcos Kaplan. :.ndividualistas de trabajo y pod.arnos
Sin duda resulra imperativo recomendar su trabajo de 1976, uno de los pocos diagnósticos cas grupales y redes que faciliten .;
serios que existen acerca del desarrollo de la ciencia política en el contexto latinoamericano.
A mi parecer, la agenda temática ahí trazada marca los retos que siguen sin contestarse a
misma descripción de campos e im:
cabalidad hasta la fecha (Kaplan, 1976). tenores así lo indican de manera m-

44 45
Ciencia política

!::::J:::::!S comparativos, instituciona, En este sentido, cabe apelar a una ciencia política realista y sensi,
~.a de escenarios y trayecto, -J: a lo social, de la misma manera que un médico cirujano se impo,
-""--............... de políticas públicas, agentes ¡:,¿ como compromiso ético salvar vidas no importando si para lograrlo

~vas discursivas, contextua, c.ebe buscar opciones heterodoxas, pero fundamentadas precisamente
=x han sido enunciadas de manera ~Ja responsabilidad que le implica desarrollarlas sobre una base cientí,
t:.:a que diagnostica, prescribe y aplica el mejor tratamiento disponible.
de fundo en lo relativo a superar las La ciencia política será capaz de comprenderse y reinventarse a cada
...::onalismo, para definir entonces la de, ?.l.SO en sus fundamentos metodológicos y técnicos, con el fin de estar
:: .. aal e interactuante en su disponibi, - la par de los retos que le demanda su evolución y dinámicas sociales.
~....endo a la mano todo el instrumental ?ero igualmente debe ubicar sus límites, a efecto de no pretender esti,
s nosotros, a partir de nuestra capa, -~.nuentos conceptuales ni deformaciones interpretativas o de aplicación
_::a..-nos la diferencia en materia de ofrecer ~.:e hagan infértiles los esfuerzos y recursos que puedan invertirse para
üe!ar y erradicar en su caso las d.ificul, .:.esarrollar la investigación o la enseñanza de la profesión. Como puede
nesgo recurrente es seguir manteniendo .:dvertirse, la ciencia política presenta un territorio de alternativas que
:na. la existencia de una ciencia política .::.acen plausible pensar en su vigencia y la renovación de su compromiso
estadounidense o europeo, y que noso, ?<lr atender los problemas sociales.
en medio de esta dicotomía.
ca no está allí, sino en la manera con,
ocimiento, en pos de la defensa o trans, Conclusión
- e!C esta suerte de dinámica asociada con

_e de una disciplina dependiente y victi, .Jeseo concluir este trabajo con una apostilla que nace a partir de mi
!S solo produce eso: la reproducción de la ;:-opia experiencia como politólogo convencido por convicción y tam,
:: :ugar de ponernos a trabajar en resol, ::-~én por vocación (pienso que la dicotomía weberiana no tiene por qué
es.111 a la población, al margen de las ara, ~ir siendo para nosotros esa jaula de hierro existencial que ha separa,
a ::1:.ichos reconocer la pertinencia de que O::o nuestros ámbitos de acción y reflexión). Me permito traer a colación
~ co pueda emplearse al margen de si éste este punto para resaltar que mucho de lo que sostiene la validez de una
wcolo autorizado. De ahí la intención de ?rofesión depende también de cómo se socializa y articula el conocí,
racreriza el quehacer convencional de las ::úento mediante la divulgación y la cooperación en proyectos cada vez
ºendo a los métodos o las técnicas como ::1ás colectivos.
medios de apoyo para tomar decisiones y Por ello es importante reiterar -como ya se dijo anteriormente-
enre. que las ciencias sociales no sólo han de ser cada vez más interdiscipli,
::arias en sus objetivos, sino que convendría agregar que mucho de este
cometido se logrará en la medida que aprendamos a remontar esquemas
as ~ y el legado trazado por Marcos Ka.plan. mdividualistas de trabajo y podamos pasar a la recuperación de dinámi,
l:.ár su trabajo de 1976, uno de los pocos diagnósticos .:as grupales y redes que faciliten dichos esfuerzos de colaboración. La
llo de !a ciencia política en el contexto latinoamericano.
aa::a.:b marca los retos que siguen sin contestarse a :n.isma descripción de campos e intereses mostrados en las secciones an,
1-0 :eriores así lo indican de manera muy sugerente.

45
Víctor Alarcón Olguín

Resulta claro que falta mucho por hacer en materia de profesionali- fuentes
zación, mejora de recursos y diversificación/consolidación de temáticas.
Allí es donde resulta importante llamar la atención de todos nosotros A...;.rcón Olguín, Víctor (2006). ~La
respecto de cómo nos encargarmos conjuntamente de estos retos; pero .mportancia del método para d
sobre todo, saber trasmitir la estafeta desde el ámbito mismo de las au- análisis político': en V. Alarcon
Olguín (coord.). Metodologías para
las y en el contexto de los espacios públicos con decisiones firmes y con
responsabilidad. Las tareas para una ciencia política comprometida con ei .Jnálisis político: enfoques, proml'5
e instituciones, México, UAM/Plaza.,.
la realidad y las soluciones concretas que se necesitan para erradicar las
desigualdades de todo tipo apenas empiezan. ·.-aldés, pp. 39-59.
w.rcón Olguín, Víctor (2002)."Hacia
Ésa debe ser la divisa de quienes ejercemos una disciplina tan anti-
una teoría integral del análisis polia-
gua y asociada al ser humano, incluso resulta ingenuo argumentar (por
co~ Casa del Tiempo 35, núms. 2-1-
no decir otra cosa más severa) que la misma deba perecer o despedirse
rwnond, Gabriel A. (2002). Venture:.;
de sus creadores. No nos equivoquemos. Algunos paradigmas o con-
m Political Science. Narratives and
ceptos entrarían en desuso a partir del buen o mal desempeño que pro-
vean para alentar la evolución de los campos de estudio, los métodos y Rejlections, Boulder, Col., Lynne
las técnicas que hagamos sus practicantes. Pero esto es algo muy dis- Rynner.
-Wnond, Gabriel A. (2001). "His-
tinto a anunciar tormentas justicieras que deban purificar las almas de
los pecadores. En una era de contenido científico, el reto es justamente rory of Polirical Science: An Essa\· '.
conectar al politólogo a un ejercicio basado en la vocación, la convic- 23-62 (existe traducción en Ro-
ción y la aplicación del conocimiento responsable precisamente para bert Goodin y Hans-Dieter Khn-
construir edificios sólidos y no muros de lamentaciones. Ésta es la gran gemann (eds.), Nuevo manual de
deuda histórica, ética y científica que la politología del siglo xx ha he- ciencia política, vol. l, Madrid, lsr-
redado a la del xxi. mo, pp. 83-149] .
..>Jinond, Gabriel A. (1999) (1990.
A Discipline Divided. Schools an.i
Lecturas recomendadas Sects in Political Science, Newbur·
Park, Cal., Sage [existe traduccion
Visiones generales de la ciencia política en Polsby et al. (1975), Goodin en México, FCE, 1999].
~ ~ingemann (2001) y Shapiro (2004). El desarrollo de la ciencia po- A.ltman, David (2006). "From F-.i-
línca en Estados Unidos en Farr et al. (1999). Un examen de la ciencia kuoka to Santiago: Institutionali-
política en América Latina en Altman (2006). La pluralidad de escuelas zation of Political Science in Laán
en la ciencia política en Almond (1999 y 2002). Análisis de los enfo- Amenca': PS-Political Science 11"1-.;
ques interdisciplinarios en la ciencia política en Hay (2002). El ·con- Politics, vol. 39, núm. l, pp.196-203.
cepto y enfoque de la hibridación en ciencia política en Dogan (2001) Burdeau, George (1982-1986). Tr.;-
y Alarc~n Olguín (2006). Un tratado reciente de ciencia política en tado de ciencia política, 3 vols., 8 r.s..
Emmench y Alarcón Olguín (2007), asimismo, metodología del análisis México, ENEP Acatlán-uNAM.
político en Alarcón Olguín (2006).

46
Ciencia política

en materia de profesionali- Fuentes


consolidación de temáticas.
-:..::=:¡::=zoiri/
- b atención de todos nosotros .......:-eón Olguín, Víctor (2006). "La Burdeau, George (1976). Método de
:mtamente de estos retos; pero unportancia del método para el la ciencia política, Buenos Aires, De-
ts:;::::::::.dc=<.de el ámbito mismo de las au- .t.'lálisis político'; en V. Alarcón palma.
cos con decisiones firmes y con ~~guín (coord.). Metodologías para Cisneros Puebla, César A. (2007).
aencia política comprometida con _ .málisis político: enfoques, procesos "Hacia una 'sociología peligrosa':
que se necesitan para erradicar las _ tJstituciones, México, UAM/ Plaza y metodología crítica para una so-
empiezan. aldés, pp. 39-59. ciedad en movimiento': Casa del
es ejercemos una disciplina tan anti- ~eón Olguín, Víctor (2002)."Hacia Tiempo 2, núm. 3, pp. 3-9.
uso resulta ingenuo argumentar (por .:na reoría integral del análisis políti- Collini, Stefan, Donald Winch y John
ue la misma deba perecer o despedirse co: Casa del Tiempo 35, núms. 2-17. Burrow (1987). La política, ciencia
uemos. Algunos paradigmas o con- r-....1nond, Gabriel A. (2002). Ventures noble. Un estudio de la historia inte-
'Lir del buen o mal desempeño que pro- n Política/ Science. Narratives and lectual del siglo x1x, México, FCE.
"' e los campos de estudio, los métodos y Reflections, Boulder, CoL, Lynne Dogan, Mattei (2001). "La ciencia
racricances. Pero esto es algo muy dis- Rynner. política y las otras ciencias socia-
cieras que deban purificar las almas de -.:.'llond, Gabriel A. (2001). "His- les': en Robert Goodin y Hans-
1:enido científico, el reto es justamente mry of Política! Science: An Essay'; Dieter Klingemann,Nuevo manual
rrcicio basado en la vocación, la convic- 23-62 (existe traducción en Ro- de ciencia política, vol. 1, Madrid,
mienco responsable precisamente para bert Goodin y Hans-Dieter Klin- Istmo.
muros de lamentaciones. Ésta es la gran gemann (eds.), Nuevo manual de Emmerich, Gustavo E. (2007)."(Qué
- que la politología del siglo xx ha he- ciencia política, vol. 1, Madrid, Ist- es la ciencia política?': en G.E. Em-
mo, pp. 83-149). merich y V. Alarcón Olguín (eds.),
-..'.mond, Gabriel A. (1999) (1990). Tratado de ciencia política, Barcelo-
A Discipline Divided. Schools and na, Anthropos/ UAM, pp. 17-32.
Sects in Political Science, Newbury Farr, James, John S. Dryzek, y Ste-
Park, Cal., Sage (existe traducción phen T. Leonard (1999). La cien-
pohrica en Polsby et al. (1975), Goodin en México, FCE, 1999). cia política en la historia, Madrid,
2004). El desarrollo de la ciencia po- ..-ilcman, David (2006). "From Fu- Istmo.
iT ec ,lL (1999). Un examen de la ciencia kuoka to Santiago: Institutionali- Hay, Colín (2002). Política/ Analysis.
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.i 1999 y 2002). Análisis de los enfo- Americá; PS-Political Science and Palgrave.
'"'enaa política en Hay (2002). El con- Politics, vol. 39, núm.1, pp.196-203. Kaplan, Marcos (1976). Teoría políti-
r: en ciencia política en Dogan (2001) 3urdeau, George (1982-1986). Tra- ca y realidad latinoamericana, Méxi-
tratado reciente de ciencia política en tado de ciencia política, 3 vols., 8 rs., co, FCE.
- ). asimismo, metodología del análisis México, ENEP Acatlán-UNAM.

47
Víctor Alarcón Olguín

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pedagógicos de una ciencia políti- (2005). Las fórmulas de la política.
ca': en James Farr, John S. Dryzek Instituciones, racionalidad y compor-
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del conocimiento, Madrid, Aguilar. UniónPanamericana/OBA (1961).La
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Political Science, 8 vols., Reading, sable general: William A. Robson), En las páginas siguientes nos propc
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Shapiro, Ian (2004). "Problems, Me- mericana/ OEA (Estudios y Mo- \:.1ología política. Abandonando, pcr n
thods and Theories in the Srudy of nografías, 2). .ie realizar una revisión exhaustiva de
Polirics, or: What's Wrong with Po- Voegelin, Eric (2006). La nueva cien- .evantes de esta disciplina, se preser:r.an
litical Science and what to Do about cia de la política. Una introducción, que han complejizado y enriquecido u
It'; en l. Shapiro, Rogers M. Smith Buenos Aires, Katz Editores. pclítica. Esta selección ha priorizado la
:es clásicos, que en tal carácter, a pesar
.. tiempos remotos, continúan ilum
nuestras sociedades contemporáneas.
hecho, volverán sobre esta idea: la ''g:
..:as, ya por su valor en sí mismas, ra rxir
abordajes más actuales retoman y com~
una herencia notable.
Tres son los ejes que organizan es~e
breve revisión de las diversas definia
propuesta de una opción superadora 2.e
narias; en segundo lugar, una vía de er-:
cores fundamentales a través de dos dcb

Licenciada en Sociología por la Uni~


Ciencias Sociales por la Flacso México v
t.JNAM. Correo electrónico: <angelam-ba:i~iilf

48
E. .. 1asoud (eds. ), Problems Sociología política
• i.s in the Study of Politics, Ángela Oyhandy Cioffi*
"-""--__... •.:ge U.P., pp.19-41.
~.,,...--. Kenneth y Mark Bonchek
- . Lis fórmulas de la política.
u:rones, racionalidad y compor·
:ur.:o, México, crns/Taurus.
.;¡: Albert y Joseph Tanenhaus

1986). El desarrollo de la ciencia po·


ru:.¡ estadounidense, México, Ger·

Unión Panamericana/ OEA (1961). La


enseñanza universitaria de las cien· Introducción
cias sociales: ciencia política (respon·
sable general: WilliamA. Robson), En las páginas siguientes nos proponemos ofrecer una visión pano·
\Vashington, D.C., Unión Pana- rámica sobre los temas, problemas y enfoques que caracterizan la so-
mericana/ OEA (Estudios y Mo- ciología poütica. Abandonando, por razones de espacio, la pretensión
nogra.6as, 2). de realizar una revisión exhaustiva de los autores y las discusiones re-
\'oegelin, Eric (2006). La nueva cien· levantes de esta disciplina, se presentan algunos núcleos problemáticos
cia de la política. Una introducción, que han complejizado y enriquecido la mirada contemporánea sobre la
Buenos Aires, Katz Editores. política. Esta selección ha priorizado la exposición de una serie de deba-
tes clásicos, que en tal carácter, a pesar de haberse originado en lugares
y tiempos remotos, continúan iluminando el análisis de la política en
nuestras sociedades contemporáneas. Las conclusiones del capítulo, de
hecho, volverán sobre esta idea: la vigencia de ciertas perspectivas clási-
cas, ya por su valor en sí mismas, ya por su incidencia en el modo en que
abordajes más actuales retoman y complejizan lo que de los clásicos es
una herencia notable.
Tres son los ejes que organizan este capítulo: en primer término, una
breve revisión de las diversas definiciones de la sociología política y la
propuesta de una opción superadora de las rígidas separaciones discipli-
narias; en segundo lugar, una vía de entrada al estudio de una serie de au-
tores fundamentales a través de dos debates paradigmáticos: 1) la disputa

Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de la Plata (Argentina); maestra en


Ciencias Sociales por la Fla.cso México y doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la
UNAM. Correo electrónico: <angelaoyhandy@yahoo.com.ar >.

49
Víctor Alarcón Olguín

Kelsen, Hans (2006). ¿Una nueva cien- y Tarek E. Masoud (eds.), Problems Sociología política
cia de la política? Réplica a Eric Voe- and Methods in the Study of Politics, gda Oyhandy Cioffi*
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Leonard, Srephen (1999). "Los fines Shepsle, Kenneth y Mark Bonchek
pedagógicos de una ciencia políti- (2005). Las fórmulas de la política.
ca'; en James Farr, John S. Dryzek Instituciones, racionalidad y compor-
y S. Leonard (eds.), La ciencia po- tamiento, México, CIDE/Taurus.
lítica en la historia. Madrid, Istmo, Somit, Albert y Joseph Tanenhaus
pp. 92-130. (1986). EI desarrollo de la ciencia po-
Mannheim, Karl (1958). Ideología y lítica estadounidense, México, Ger-
utopía. Introducción a la sociología nika.
del conocimiento, Madrid, Aguilar. Unión Panamericana/ OEA (1961). La
Polsby, Nelson W. y Fred l. Greens- enseñanza universitaria de las cien- :ntroducción
tein (eds.) (1975). Handbook of cias sociales: ciencia política (respon-
Political Science, 8 vols., Reading, sable general: WilliamA. Robson), E n las páginas siguientes nos pro:
Mass., Addison-Wesley. Washington, D.C., Unión Pana- :amica sobre los temas, problemas v
Shapiro, Ian (2004). "Problerns, Me- mericana/ OEA (Estudios y Mo- .:iología política. Abandonando,. par.
thods and Theories in the Study of nografías, 2). de realizar una revisión exhausnva '1e
Politics, or: What's Wrongwith Po- Voegelin, Eric (2006). La nueva cien- .evantes de esta disciplina, se prese"...an
litical Science and what ro Do about cia de la política. Una introducción, que han complejizado y enri.qu~ci~o b.
Ir'; en l. Shapiro, Rogers M. Smirh Buenos Aires, Katz Editores. política. Esta selección ha pnonzaao b.
ces clásicos, que en tal carácter, a pesar
v tiempos remotos, continúan ilurr.·
nuestras sociedades contemporáneas..
hecho, volverán sobre esta idea: la vig
cas, ya por su valor en sí mismas, va ~
abordajes más actuales retoman v .::
una herencia notable.
Tres son los ejes que organizan ~
b reve revisión de las diversas de&.;
propuesta de una opción superadora
narias; en segundo lugar, una vía de er.
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- - - - --
* Licenciada en Sociología por la Uni\=si.:.-
Ciencias Sociales por la Flacso Méxlco
• UNAM. Correo dectrónico: <angelao}'"'-;;¡.;;:
•-,......

48
E. .. ~ud (eds.), Problems Sociología política
fuhxi.s in the Study of Poli tics, A.ngela Oyhandy Cioffi*
~e, U.P., pp.19-41.
Kennerh y Mark Bonchek
.'.:!::J::;:s;,c,
- . Lis fórmulas de la política.
:uc;ones, racionalidad y compor-
t"lco, México, CIDE/Taurus.
Sc-..;r, Albert y Joseph Tanenhaus
: 986 . El desarrollo de la ciencia po-
a.:.; estadounidense, México, Ger-
•1
m..c.a.
l:-ción Panamericana/OEA (1961). La
mseñanza universitaria de las cien- Introducción
cias sociales: ciencia política (respon-
sable general: William A. Robson), En las páginas siguientes nos proponemos ofrecer una visión pano-
\Vashington, D.C., Unión Pana- rámica sobre los temas, problemas y enfoques que caracterizan la so-
mericana/ OEA (Estudios y Mo- ciología política. Abandonando, por razones de espacio, la pretensión
nografías, 2). de realizar una revisión exhaustiva de los autores y las discusiones re-
\ ·oegelin, Eric (2006). La nueva cien- levantes de esta disciplina, se presentan algunos núcleos problemáticos
cia de la política. Una introducción, que han complejizado y enriquecido la mirada contemporánea sobre la
Buenos Aires, Katz Editores. política. Esta selección ha priorizado la exposición de una serie de deba-
ces clásicos, que en tal carácter, a pesar de haberse originado en lugares
y tiempos remotos, continúan iluminando el análisis de la política en
nuestras sociedades contemporáneas. Las conclusiones del capítulo, de
hecho, volverán sobre esta idea: la vigencia de ciertas perspectivas clási-
cas, ya por su valor en sí mismas, ya por su incidencia en el modo en que
abordajes más actuales retoman y complejizan lo que de los clásicos es
una herencia notable.
Tres son los ejes que organizan este capítulo: en primer término, una
breve revisión de las diversas definiciones de la sociología política y la
propuesta de una opción superadora de las rígidas separaciones discipli-
narias; en segundo lugar, una vía de entrada al estudio de una serie de au-
tores fundamentales a través de dos debates paradigmáticos: 1) la disputa

* Licenciada en Sociología P.,r la Universidad Nacional de la Piara (Argentina); maestra en


Ciencias Sociales por la Flacso México y doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la
UNAM. Correo electrónico: <angelaoyhandy@yahoo.com.ar>.

49
Ángela Oyhandy Cioffi

entre quienes piensan la política como vehículo de integración social (es- '..!zación del poder. Entonces, desde
tructural-funcionalismo) y los que la conciben como medio de domina- p<>der político respecto de otras rebt:
ción (marxismo); 2) la dicotomía entre quienes señalan como tendencia siguientes atributos: 1) cohesión. 2
dominante de las sociedades complejas la oligarquización de la política a un modelo estructural, 4) legin
(destacada por Max Weber y los elitistas), y quienes destacan las posi- Lejos de ser aceptada por codos
bilidades abiertas hacia la democratización (en la versión marxista de la cica, este tipo de definición que ar
democracia directa y en la concepción pluralista de la sociedad); por úl- institucionalizados ha sido ampL:am
timo, se presenta un mapa de acceso a una serie de temas estudiados por mido es el que asigna a la sociologu
la sociología política contemporánea, cuyos avances, insisto, tienen co- políticos de las estructuras sociales, r
nexión con problemas clásicos. tudio de las estructuras políticas. E.s4e
Los objetivos de este capítulo estarán cumplidos si, al concluir su dad de distinguir nítidamente e!'.tre
lectura, el lector ha encontrado los argumentos necesarios para respon- sociales, olvidando que "para el pe
der las siguientes preguntas: género del cual lo 'políticó, lo 'relig:
tantas especies" (Bobbio et al., 1991
l. ¿Qué es la sociología política y qué características la distinguen de Otro parámetro que recurrent
otras disciplinas en el estudio de la política? tinción es el que sostiene que la ci
2. ¿Cuáles han sido algunos de los debates y preocupaciones teóricas de estudiar aisladamente los fenom .
fundamentales de la sociología política? la encargada de analizar la política a -
3. ¿Cómo organizar un plan de lectura mínimo para acercarnos a la so- nómenos sociales. Por último, men.:i
ciología política? metodológica, que reserva la deno. -
lisis que recurren a métodos emplri.:
para referirse a los estudios que a
Definición de sociología política inscribiría en la ciencia política.
En la actualidad, este tipo de .:
¿Cuál es el aporte específico de la sociología al análisis político? O, dicho sas metodologías y objetos de esruc.io
de otro modo, ¿qué distingue a la sociología política de otras disciplinas cia política como la sociología po:.:~
en el estudio de los fenómenos políticos? En primer lugar, cabe aclarar investigación empírica y ambas ~
que se trata de la rama o área de la sociología que se dedica al examen comprobada eficacia de los abor~
de las relaciones de poder. Una definición paradigmática es la adoptada en obsoletas estas rígidas separac
por Maurice Duverger en su texto Sociología política. Para él la sociolo- sociología y ciencia políticas no se ~ -
gía política es la ciencia dedicada al estudio del "poder, del gobierno, de tas áreas o regiones de la vida scx.--:.al.
la autoridad, del mando" (Duverger, 1982: 23). No bien analizamos las ciólogos y politólogos se acercan .:
implicancias de la identificación de lo político con el poder, comienzan fenómenos políticos. Reparemo~ }
las complicaciones: ¿toda relación de mando y obediencia entra en el registro e interpretación de algunas ..,
ámbito de competencia de la sociología política?, ¿cualquier tipo de au- "La sociología política se ocupa .,
toridad es política? Duverger identifica este problema e intenta u;a vía ma Bottomore (1982: 9), en una ~
de superación a través de la introducción del criterio de la instituciona- ta la ruta de definiciones que a.filan

50
Sociología política

____...,_.,,de integración social (es, lización del poder. Entonces, desde esta perspectiva, la especificidad del
.::.=:::C:>Ctl como medio de domina, poder político respecto de otras relaciones de autoridad radicaría en los
~ señalan como tendencia siguientes atributos: 1) cohesión, 2) estabilidad material, 3) vinculación
oligarquización de la política a un modelo estructural, 4) legitimidad.
_ ____.......,, ) quienes destacan las posi, Lejos de ser aceptada por todos los cultores de la sociología poJí,
__.._.n (en la versión marxista de la tica, este tipo de definición que circunscribe la política a sus aspectos
p{u.rilisra de la sociedad); por ú}, institucionalizados ha sido ampliamente criticada. Otro criterio esgri,
' una serie de temas estudiados por mido es el que asigna a la sociología política el estudio de los efectos
cuyos avances, insisto, tienen co, políticos de las estructuras sociales, reservando a la ciencia política el es,
rodio de las estructuras políticas. Este argumento presupone la posibfü,
dad de distinguir nítidamente entre estructuras políticas y estructuras
.u-gumentos necesarios para respon, sociales, olvidando que "para el pensamiento sociológico lo 'social' es el
género del cual lo 'político: lo 'religiosó lo 'económico; constituyen otras
tantas especies" (Bobbio et al., 1991).
) qué características la distinguen de Otro parámetro que recurrentemente se postula como base de la dis,
de la política? tinción es el que sostiene que la ciencia política es la disciplina encargada
os debates y preocupaciones teóricas de estudiar aisladamente los fenómenos políticos y la sociología política
a política? la encargada de analizar la política a partir de su interacción con otros fe,
nómenos sociales. Por último, mencionaremos la diferenciación, en clave
metodológica, que reserva la denominación sociología política a los aná,
lisis que recurren a métodos empíricos y experimentales. Por el contrario,
para referirse a los estudios que apelan al razonamiento filosófico, se los
rica inscribiría en la ciencia política.
En la actualidad, este tipo de distinciones tajantes a partir de diver,
so..•ología al análisis político? O, dicho sas metodologías y objetos de estudio han sido superadas. Tanto la cien,
l so..J.ología política de otras disciplinas cía política como la sociología política recurren a similares métodos de
palícicos? En primer lugar, cabe aclarar investigación empírica y ambas se nutren de la reflexión filosófica. La
e la sociología que se dedica al examen comprobada eficacia de los abordajes interdisciplinarios ha convertido
dinición paradigmática es la adoptada en obsoletas escas rígidas separaciones. En definitiva, la diferencia entre
o Sociología política. Para él la sociolo, sociología y ciencia políticas no se fundamenta en su dedicación a distin,
al estudio del "poder, del gobierno, de tas áreas o regiones de la vida social, sino en el modo diverso en que so,
-er. 1982: 23). No bien analizamos las ciólogos y politólogos se acercan con sus tradiciones y preguntas a los
de io político con el poder, comienzan fenómenos políticos. Reparemos y ahondemos en este punto mediante el
-, de mando y obediencia entra en el registro e interpretación de algunas definiciones elocuentes.
ología política?, ¿cualquier tipo de au, "La sociología política se ocupa del poder en su contexto social'; afir,
::ifica este problema e intenta una vía ma Bottomore (1982t 9), en una definición que, si bien genérica, sien,
~ucción del criterio de la instituciona, ta la ruta de definiciones que afilan la precisión. "La sociología política

51
Ángela Oyhandy Cioffi

es una rama de la sociología que se ocupa básicamente de analizar la in- re: que se encuentran aprisionados cn 1

teracción entre política y sociedad [estudiando para ello] el comporta- B~uman, 1994: 13).
miento político dentro de un marco o perspectiva sociológicá' (Dowse Las preguntas centrales de un
y Hughes, 1975: 23-31). Que la sociología política estudie los funda- las que se interrogan por el modo en
mentos sociales de la política, privilegiando en ello "la interacción en- sen influidas por las acciones de o.
tre política y sociedad" conforme las tradiciones y preguntas propias de rr<>tos. En palabras de Bauman: ;En
la. disciplina sociológica, supone entonces como sus marcas distintivas: ~ cualquier cosa que hagan o pue
~rras personas?, ¿en qué sentido riene
1) Una especificidad centrada en su método y herramientas de inves- .:ompañía de otros, en intercambio
tigación. El de la sociología política es un enfoque que observa la -nanost (Bauman, 1994: 16). En di:
dimensión política y su vinculación con lo social a partir de una pre- ...osriene que "la labor de la. sociolog12
ferencia por la teoría sociológica en la construcción del objeto de es- que existe entre aquéllo que la soae-
tudio (Brambila, 2000). cemos nosotros mismos" (Giddens -
2) Una naturaleza singular que, subrayando la interdependencia entre bién se destaca la centralidad otorga
los componentes del sistema social y los elementos diferenciadores existente entre las estructuras soc1x.es
del sistema político, deviene en "un híbrido interdisciplinario (entre este punto de vista -el cual aqu1
sociología y ciencia política) con una síntesis cualitativamente dis- nos ayudará a estudiar el campo p<L
tintá' (Calderón, 2003: 91). sociales (economía, educación, f:
3) Una orientación, que por destacar precisamente la interacción en- rie de conceptos y modelos de d.Juou.LM. .
tre lo social y lo político, no limita los hechos políticos a un subpro- que las estructuras políticas expanc.~
ducto de los hechos sociales: "las instituciones políticas, a la vez que minación de los actores sociales.
están asentadas en un entramado social, influyen a su vez sobre el El lector advertirá que una de,..
sistema social del que forman parte" (Dowse y Hughes, 1975: 27). 1 nación política, la democracia, la.
dentro de las instituciones y los proc
Establecido lo anterior, aquí se sostendrá que un modo pertinente las expresiones de los movimien:os
de destacar la especificidad de la sociología política consiste en iden- lectivas y las demandas de la. socied.a.:.
tificar el tipo de preguntas y el punto de vista que caracterizan a la tituido. Tal definición permite
sociología. Siguiendo a Zigmunt Bauman: lo que identifica a la socio- y articular las distintas dimens1cnes
logía es el hábito de considerar las acciones humanas (en nuestro caso que una sociedad denomina cor::o _
específicamente a las acciones políticas )2 como "elementos de elaboracio- superar las visiones sobre la polín
nes más amplias, es decir, de una disposición no aleatoria de los acto- dico e institucional al equiparar

La sociología política, que no obvia la auronomía de lo político, niega el reduccionismo


sociológico de la política, esto es, la tentación de ver en lo político no más que una variable
dependiente de lo social. Sobre este punto, resaltando al respecto el trabajo de Lipset y
Rokkan sobre los clivajes sociales y su conversión (vía la organización partidista) en c!'li'.pre-
siones políticas, véase Sarcori (1969).
Las cursivas son mías.

52
ej:s~meme de analizar la in- -es que se encuentran aprisionados en una red de dependencia mutuá'
-;:-_::::;¡;::::;:ia"l para ello; el comporta- Bauman, 1994: 13).
sociológicá' (Dowse Las preguntas centrales de un abordaje sociológico de la política son
~~.a estudie los funda- las que se interrogan por el modo en que las acciones de cada actor social
i.a interacción en- son influidas por las acciones de otros actores sociales próximos y re-
p=eguntas propias de :notos. En palabras de Bauman: "¿En qué sentido tiene importancia que
m;ucas distintivas: en cualquier cosa que hagan o puedan hacer las personas dependan de
otras personas?, ¿en qué sentido tiene importancia que vivan siempre en
E:xrnmiencas de inves- compañía de otros, en intercambio, en cooperación con otros seres hu-
c:fucr.!e que observa la manost (Bauman, 1994: 16). En dirección similar, Amhony Giddens
soci;ú a partir de una pre- sostiene que "la labor de la sociología consiste en investigar la conexión
COl:Strucaon del objeto de es- que existe entre aquéllo que la sociedad hace de nosotros y lo que ha-
cemos nosotros mismos" (Giddens, 1998: 32). En esta definición tam-
"ando la interdependencia entre bién se destaca la centralidad otorgada por esta disciplina a la relación
:social y los elementos diferenciadores existente entre las estructuras sociales y la acciones de los sujetos. Desde
U."1 híbrido interdisciplinario (entre este punto de vista -el cual aquí adoptaremos-, la sociología política
..:on una síntesis cualitativamente dis- nos ayudará a estudiar el campo político en relación con otros espacios
sociales (economía, educación, familia, cultura, etc.), a partir de una se-
L4.Car precisamente la interacción en- rie de conceptos y modelos de análisis que se interrogan por el modo en
~ los hechos políticos a un subpro- que las estructuras políticas expanden o limitan la libertad y autodeter-
L"lStiruciones políticas, a la vez que minación de los actores sociales.3
r..ado social, influyen a su vez sobre el El lector advertirá que una definición así permite estudiar la domi-
parre tDowse y Hughes, 1975: 27). 1 nación política, la democracia, la participación (entre otros temas), tanto
dentro de las instituciones y los procedimientos autorizados, como desde
sostendrá que un modo pertinente las expresiones de los movimientos sociales, las nuevas identidades co-
sociología política consiste en iden- lectivas y las demandas de la sociedad civil que rebasan la lógica de lo ins-
flllnto de vista que caracterizan a la tituido. Tal definición permite pensar lo político como relación social
Bauman: lo que identifica a la socio- y articular las distintas dimensiones que se expresan en los fenómenos
uciones humanas (en nuestro caso que una sociedad denomina como políticos. Esta mirada es capaz de
- s ; como 'elementos de elaboracio- superar las visiones sobre la política que reproducen el discurso jurí-
disposición no aleatoria de los acto- dico e institucional al equiparar política y gobierno. Ahora bien, como

- mú de lo político, niega el reduccionismo


~ •·er en lo político no más que w1a variable Interrogantes como ";en qué modo influye la clase social en la distribución de los votos en
r=ilando al respecto el trabajo de Lipset y las elecciones o por qué podría el factor generacional tener influencia en las ideologías po·
- ( •"Í.1 la organización partidista) en expre- líticas!'; serian así, en opinión de Horowitz (1977: 25), preguntas propias de la sociología
política. Un clásico en la materia, que interroga por las condiciones sociales de la democra-
cia, es Llpset y su conoci!a obra El hombre político (1993).

53
Ángela Oyhandy Cioffi

han señalado los críticos de la sociología política, la misma definición de subsistemas (económico, polio.ro.
también nos enfrenta a una serie de problemas resumidos en el peligro pecíficas y cuyo buen desempeñe de
de disolver el estudio de la polfrica dentro de una teoría general de las del todo social. ¿Cómo se logra es:e
sociedades; o, dicho de otro modo, de ensanchar excesivamente los lí- dentro de cada uno de ellos?
mites de la sociología política hasta hacerla coincidir con una sociolo- Parsons elabora una compleja
gía general. Sin embargo, como argumentaremos a lo largo de todo el to de la sociedad, a la que denomina
capítulo, las potencialidades analíticas que nos ofrece la sociología para supone la interdependencia entre
el estudio de la política ameritan el esfuerzo de minimizar los riesgos que nos ocupa, el poder político
de esta dispersión. capacidad para alcanzar metas sen
disponibilidades económicas (adar
gración) y lealtad (mantenimiento
Algunos debates y tensiones clásicas la política en esta teoría es la orv
ción de las metas colectivas. Concr
Dominación y consenso: dos miradas posibles Parsons está sometido a tres cOnJ
sobre las instituciones políticas se resumen de la siguiente manera:

De acuerdo con Duverger (1982), es posible afirmar que la reflexión l. La legitimación de las mecas ~
sociológica sobre la política se encuentra jalonada por dos interpreta- en función de los valores del s
ciones rivales: la primera equipara la política con la lucha por el poder y cepción, a través de este subs •
este último es identificado con la dominación. Por el contrario, la segun- cica y la legal, asimismo se con
da interpretación analiza la política a partir de su capacidad de integrar 2. La capacidad de movilizar el
a los individuos y evitar la disolución de la sociedad. En esta exposición políticas que deben implemen
lo sostendremos que, más que dos miradas mutuamente excluyentes, la 3. La movilización de los recursos
ambivalencia entre estos dos polos opuestos (integración y dominación) que hoy se denomina "políticas
constituye una de las características distintivas de la política.4 subsistema burocrático.
Empecemos con el estudio del fenómeno político, en clave de in-
tegración, a través del análisis de los aportes del estructural-funciona- Para este modelo teórico, en un
lismo. Una de las preguntas fundamentales que intenta responder esta ciado, la principal función del poder
teoría es lo que se ha denominado 'el problema del orden": ¿cómo y por junto. Alexander (2000) ha señ
qué la sociedad se mantiene unida? Una primera respuesta afirma que de Parsons constituye un esfuer::
la cohesión social se organiza en torno a la existencia de una serie de me- rialistas e idealistas de pensamie.
tas y valores compartidos. Específicamente, Talcott Parsons (uno de zo de articulación, Parsons te
los máximos exponentes del estructural-funcionalismo) sostiene que la
sociedad debe ser pensada como un sistema compuesto por una serie
En este ensayo nos basamos en la
Parsons en su madurez. En él subdiridc
Para profundizar en esca ambivalencia de la política, conviene al lector la consulta de ción, capacidad para alcanzar meu.s.
Bovero (1985). sis y evaluación de Parsons se halla m

54
Sociología política

o. !a misma definición de subsistemas (económico, político, etc.) que cumplen funciones es-
...,-:ps resumidos en el peligro pecíficas y cuyo buen desempeño de conjunto contribuye al equilibrio
e.e una teoría general de las del todo social. ¿Cómo se logra este ajuste perfecto entre subsistemas y
c::s2Ildiar excesivamente los lí- dentro de cada uno de ellos?
~ coincidir con una sociolo- Parsons elabora una compleja descripción acerca del funcionamien-
~emos a lo largo de todo el to de la sociedad, a la que denomina "modelo de intercambió:5 que pre-
• e nos ofrece la sociología para supone la interdependencia entre subsistemas. Por ejemplo, para el caso
.:.::.er::o de minimizar los riesgos que nos ocupa, el poder político (que en su teoría se identifica como la
capacidad para alcanzar metas) será legítimo en la medida que reciba
disponibilidades económicas (adaptación), legitimación cultural (inte-
gración) y lealtad (mantenimiento de patrones). El papel específico de
·1ás1cas la política en esta teoría es la organización orientada hacia la consecu-
ción de las metas colectivas. Concretamente, el subsistema político para
u...-adas posibles Parsons está sometido a tres conjuntos primordiales de exigencias, que
se resumen de la siguiente manera:

. , es posible afirmar que la reflexión l. La legitimación de las metas colectivas y la capacidad de alcanzarlas
cuentra jalonada por dos interpreta- en función de los valores del sistema social más amplio. En su con-
l la política con la lucha por el poder y cepción, a través de este subsistema se vincula la organización polí-
iominación. Por el contrario, la segun- tica y la legal, asimismo se contribuye a la integración social.
:a a partir de su capacidad de integrar 2. La capacidad de movilizar el apoyo de los electores y seleccionar las
ión de la sociedad. En esta exposición políticas que deben implementarse.
; miradas mutuamente excluyentes, la 3. La movilización de los recursos necesarios para la aplicación de lo
-opuestos (integración y dominación) que hoy se denomina"políticas públícas·: Esta tarea la desempeña el
as distintivas de la política.4 subsistema burocrático.
e: fenómeno político, en clave de in-
os aportes del estructural-funciona- Para este modelo teórico, en un sistema político complejo y diferen-
lrnentales que intenta responder esta ciado, la principal función del poder es contribuir a la estabilidad del con-
¿problema del orden'': ¿cómo y por junto. Alexander (2000) ha señalado que el estructural-funcionalismo
a: Cna primera respuesta afirma que de Parsons constituye un esfuerzo de síntesis entre las tradiciones mate-
rr.o a la existencia de una serie de me- rialistas e idealistas de pensamiento social. Pero, a pesar de este esfuer-
ilicarnente, Talcott Parsons (uno de zo de articulación, Parsons termina asignando un papel fundamental
.:rural-funcionalismo) sostiene que la
~ sistema compuesto por una serie
En este ensayo nos basamos en la descripción del llamado modelo AGIL, desarrollado por
Parsons en su madurez. ~n él subdivide al sistema social en cuatro dimensiones: adapta-
~ la políáca, conviene al lector la consulta de ción, capacidad para alcanzar metas, integración y mantenimiento de patrones. Una sínte-
sis y evaluación de Parsons se halla en Alexander {2000),

55
Ángela Oyhandy Cioffi

a los aspectos consensuales del orden social, subestimando la función En el extremo opuesto, la t
que ejerce la coacción en la imposición de las metas colectivas. Si bien eje explicativo de la sociedad. A
ello supone una debilidad, una fortaleza del estructural-funcionalismo tablece la prioridad analítica de la
es la concepción del poder político como un atributo multidimensio- esta concepción, las clases soci~es
nal. En esta tesitura, 6 el poder necesita disponibilidades económicas, le- con la propiedad de los medios de
gitimación cultural, lealtad y respaldo. Por ello se concibe el subsistema estructura en torno del conflicto
político en permanente relación de intercambio con los subsistemas eco- to res (proletarios). El carácter de
nómico e integrativo. Para ser generalizado, para ser legítimo, el poder las instituciones políticas y jurídiC4S-
necesita de los productos que le provee cada una de esas fuentes. mo ha recurrido a la metáfora arq¡
Así, a través de un complejo modelo teórico, el estructural-funciona- de la sociedad, definiendo a las ~
lismo brinda herramientas de análisis para entender cómo se relacionan superestructura, en donde la p ·
distintos espacios y niveles institucionales. De esta forma, proporciona Así, en estas sociedades divididas
un modelo para estudiar las instituciones políticas y a la vez ofrece una zan su poder no sólo en el espac 1
explicación sobre el modo en que los valores sistémicos son internalizados social, de manera que las institua
por los individuos a través de la educación, la estructuración de sistemas de instrumentos para la preservación
roles, la eficacia de las recompensas y los castigos informales. Sin embargo, las instituciones estatales desem
la focalización del funcionalismo en los problemas de mantenimiento del ción del poder de la clase dirigen:e.
equilibrio social le impide identificar los antagonismos sociales y lo tor- ¿Qué puede aportarnos el
na insensible para dar entidad analítica al conflicto. Fundamentalmente, Si bien es indudable que la soc:
su modelo del intercambio descuida el modo en que la desigual distribu- de la temprana sociedad capitahsu
ción de la riqueza producida socialmente interviene en la producción de análisis marxistas nos llaman la :u
poder. ¿No será que bajo la apariencia del consenso se esconde la imposi- el poder político y el Estado en r
ción de los valores de algunas minorías? Ésta es una de las preguntas que y transformación social. Bajo e.sea
han lanzado los críticos del estructural-funcionalismo. Los detractores las relaciones interpersonales de las
de Parsons consideran que su esquema teórico invisibiliza la dominación ticas de las instituciones polítio..s,
y los conflictos entre grupos antagónicos, exagerando, además, el grado nes en sí mismo, sino en la det
de consenso realmente existente en las sociedades. De modo paradigmá- (superestructura) por las relacion
tico, los teóricos del conflicto consideran que la señalada primada de las En resumidas cuentas, afirmamos
metas colectivas y los mecanismos de integración sistémicos en el modelo enfatiza el papel de la política en la
funcionalista ocultan el modo en que los valores e intereses de los domi- ciedad, el marxismo resalta el ca
nantes son impuestos a los dominados.7 dad política. Para la teoría marxt
las divisiones de clase y la desigua:.
Parsons discute con las concepciones que subrayan la naturaleza jerárquica del poder, en fa·
rizando la importancia de los mecanismos que, como el sufragio universal, han avanzando
en la institucionalización del principio de igualdad en las sociedades contemporáneas. Esta metáfora, utilizada por el propio
Al respecto, Alexander señala: .. la desigualdad y la discriminación debilitan el respeto de base sobre la cual se edifican las r
un grupo dominado hacia reglas de juego comunes y definiciones comunes de la situación.. rrara de un decenninismo directo
(2000: 94). impone formas y límites a las rclac >ncs

56
Sociología política

En el extremo opuesto, la teoría marxista postula el conflicto como


metas colectivas. Si bien eje explicativo de la sociedad. A través del concepto de lucha de clases, es-
esrrucrural-funcionalismo tablece la prioridad anaütica de la disputa entre grupos antagónicos. En
un atributo multidimensio- esta concepción, las clases sociales se definen en función de su relación
rubilidades económicas, le- con la propiedad de los medios de producción y la sociedad capitalista se
estructura en torno del conflicto entre propietarios (burguesía) y produc-
t=:!re:unbio con los subsistemas eco- rores (proletarios). El carácter de esta confrontación signa la fisonomía de
=ado, para ser legítimo, el poder las instituciones poüticas y jurídicas. Para graficar esca relación, el marxis-
cada una de esas fuentes. mo ha recurrido a la metáfora arquitectónica8 de la economía como base
teórico, el estructural-funciona- de la sociedad, definiendo a las instituciones poüticas y culturales como
para encender cómo se relacionan superestructura, en donde la primera explica y determina a la segunda.
nales. De esca forma, proporciona Así, en escas sociedades divididas en clases, las clases dirigentes organi-
ones poücicas y a la vez ofrece una zan su poder no sólo en el espacio de producción, sino en codo el ámbito
ores sistémicos son incernalizados social, de manera que las instituciones bajo su control tienden a volverse
:ion, la estructuración de sistemas de instrumentos para la preservación de su dominio. De modo privilegiado,
os castigos informales. Sin embargo, las instituciones estatales desempeñan un papel medular en la organiza-
- problemas de mantenimiento del ción del poder de la clase dirigente, legitimando las desigualdades.
los antagonismos sociales y lo cor- ¿Qué puede aportarnos el análisis marxista al estudio de la política?
oca al conflicto. Fundamentalmente, Si bien es indudable que la sociedad actual difiere en muchos aspectos
el modo en que la desigual distribu- de la temprana sociedad capitalista del siglo XIX que describe Marx, los
nen::e interviene en la producción de análisis marxistas nos llaman la atención hacia la necesidad de estudiar
ta del consenso se esconde la imposi- el poder político y el Estado en relación con los procesos de producción
: Ésta es una de las preguntas que y transformación social. Bajo esta perspectiva, el punto focal no está en
-funcionalismo. Los detractores las relaciones interpersonales de las diferentes élites, ni en las caracterís-
In.a teórico invisibiliza la dominación ticas de las instituciones políticas, ni en el proceso de toma de decisio-
cos, exagerando, además, el grado nes en sí mismo, sino en la determinación de las instituciones políticas
:sociedades. De modo paradigmá- (superestructura) por las relaciones sociales de producción (estructura).
leran que la señalada primacía de las En resumidas cuentas, afirmamos que si el estructural-funcionalismo
~'1::egración sistémicos en el modelo enfatiza el papel de la política en la integración de los individuos a la so-
~os valores e intereses de los domi- ciedad, el marxismo resalta el carácter coercitivo y clasista de la activi-
los.- dad política. Para la teoría marxista, las instituciones políticas legitiman
las divisiones de clase y la desigualdad a partir de su negación, apelando
"2Il b naruralezajerárquica del poder, enfa-
cpt como el sufragio universal, han avanzando
!:hd en bs sociedades contemporáneas. Esta metáfora, utilizada por ~I propio Marx, transmite la idea del nivel económico como la
y b discriminación debilitan el respeto de base sobre la cual se edifican las relaciones políticas e ideológicas. En su concepción, no se
l!llCS )" definiciones comunes de la siruación" trata de un determinismo directo sino, más bien, de una forma estrucrurante amplia que
impone formas y límites a las relaciones sociales.

57
Ángda Oyhandy Cioffi

a instancias como el sufragio universal y las políticas sociales de asisten- A pesar de cierto esquematismo.
cia a las clases subalternas. ~e integración y dominación nos
La versión del marxismo que aquí describimos concibe la política :eorías que han signado el anális!S
como una variable dependiente de las relaciones sociales de producción .:emporáneas. Ambas han sido so
y ha sido criticada desde distintas posiciones por su "economicismo': Sin ceptualizaciones. Aun así, todavu
embargo, inmerso en esta tradición, un autor como Antonio Gramsci disparando preguntas interesantes
destacó (en las primeras décadas del siglo xx y desde la realidad de la so-
ciedad italiana) la relevancia de las dimensiones culturales y políticas en
las sociedades occidentales. En la obra de Gramsci se expresa un redi- ~a política en sociedades actuales:
mensionamiento de la política, fundamentalmente a partir del concepto complejidad y democratizacion
de hegemonía, en el cual se subraya la incidencia de la dirección cultural
e ideológica de los dominantes sobre los dominados en la construcción Otro de los nudos problemáticos
y mantenimiento de la desigualdad. El teórico italiano piensa la super- do destaca la relación existente enrre
estructura a partir de dos dimensiones de análisis: en primer término, cial (división del trabajo) y la con
la sociedad política que agrupa a los distintos aparatos e instituciones Expliquemos un poco más este a<
estatales y, en segundo lugar, la sociedad civil, que en su conceptualiza- gestiona la política en nuestras so...~
ción incluye a instituciones públicas y privadas. La sociedad política ga- En primer lugar, reparemos en el
rantiza la coerción, y la sociedad civil es el espacio de construcción del dente de la república. Junto a él. ~
consenso. Así, para Gramsci, la hegemonía constituye una compleja ar- Hacienda, Seguridad, entre orras.
ticulación de coerción y consenso. Se trata de un concepto acuñado para de estas agencias, observaremos un
dar cuenta de la especificidad de la dominación capitalista en Occidente, en subsecretarías. Luego, pasem\)$
apuntalada por robustas sociedades civiles. Aquí quisiera señalar dos idénticas subdivisiones temáticas
aportes fundamentales del marxismo de base gramsciana para el estu- recordar que sólo estamos ex
dio de la política: federal, ¡no debemos olvidar que
cada uno de los estados de un pais
l. La importancia de las construcciones ideológicas para garantizar una Ahora imaginemos un caso
dominación dotada de cierta estabilidad. Tratándose de una teoría debe procesar el sistema político
de inspiración materialista, no sólo se trata de estudiar valores, ideas que regula el tránsito vehicular en
y normas, sino fundamentalmente las instituciones que las producen mínimo de coordinación entre el
y difunden: iglesias, universidades y medios de comunicación. posiblemente a partir de los 1 · '
2. La necesidad de estudiar el papel de los intelectuales para una aca- el Poder Legislativo debe desem
bada compresión de la política. En la concepción gramsciana, al nivel coincidencias en la comisión en
de la sociedad civil, los intelectuales son los encargados de elaborar la carse en los distintos bloques p
ideología de la clase dominante, dándole así conciencia de su papel y descripción basada en los canales
transformándola en una "concepción del mundó' que impregna tod<2 nos olvidar la existencia de disnn:a.s
el cuerpo social. En la sociedad política, los intelectuales son los fun- Además, cada uno de los poderes
cionarios encargados de la gestión de los aparatos estatales. miento de especialistas que rrabap

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Sociología política

ricas sociales de asisten- A pesar de cierto esquematismo, la introducción de la dicotomía en-


~e integración y dominación nos permitió sobrevolar dos de las grandes
nb1mos concibe la política ::eorías que han signado el análisis sociológico sobre las sociedades con-
ones sociales de producción (emporáneas. Ambas han sido sometidas a profundas críticas y recon-
::c=r:10ncs por su "economicismo': Sin ceptualizaciones. Aun así, todavía siguen brindando poderosas imágenes
autor como Antonio Gramsci \. disparando preguntas interesantes para el estudio de la política.
xx r desde la realidad de la so-
~iones culturales y políticas en
de Gramsci se expresa un redi- La política en sociedades actuales: la tensión entre
mentalmente a partir del concepto complejidad y democratización social
b mcidencia de la dirección cultural
los dominados en la construcción Otro de los nudos problemáticos que la sociología política ha teoriza-
El teórico italiano piensa la super- do destaca la relación existente entre los procesos de diferenciación so-
ones de análisis: en primer término, cial (división del trabajo) y la construcción de legitimidad democrática.
los distintos aparatos e instituciones Expliquemos un poco más este asunto, observando el modo en que se
edad civil, que en su conceptualiza- gestiona la política en nuestras sociedades actuales. Pensemos en México.
- y privadas. La sociedad política ga- En primer lugar, reparemos en el titular del Poder Ejecutivo, el presi-
cnil es el espacio de construcción del dente de la república. Junto a él, varias secretarías: Educación Pública,
;emonía constituye una compleja ar- Hacienda, Seguridad, entre otras. Si focalizamos dentro de cada una
Se trata de un concepto acuñado para de estas agencias, observaremos un complejo organigrama que se divide
dominación capitalista en Occidente, en subsecretarías. Luego, pasemos al Poder Legislativo y observaremos
es civiles. Aquí quisiera señalar dos idénticas subdivisiones temáticas y partidarias. Pero, además, debemos
mo de base gramsciana para el estu- recordar que sólo estamos examinando al Poder Ejecutivo y al Legislativo
federal, ¡no debemos olvidar que este nivel de complejidad se replica en
cada uno de los estados de un país federal!
·ones ideológicas para garantizar una Ahora imaginemos un caso hipotético: un asunto bien sencillo que
rabilidad. Tratándose de una teoría debe procesar el sistema político mexicano, como la reforma de una ley
sólo se trata de estudiar valores, ideas que regula el tránsito vehicular en una ciudad. Por un lado, debe haber un
te las instituciones que las producen mínimo de coordinación entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo,
r medios de comunicación. posiblemente a partir de los legisladores oficialistas. Al mismo tiempo, en
~ de los intelectuales para una aca- el Poder Legislativo debe desenvolverse un proceso de construcción de
En la concepción gramsciana, al nivel coincidencias en la comisión encargada del tema, proceso que debe repli-
es son los encargados de elaborar la carse en los distintos bloques partidarios con posibilidades de veto. Esta
dándole así conciencia de su papel y descripción basada en los canales institucionales formales no debe hacer-
. ºón del mundo" que impregna todo nos olvidar la existencia de distintas instancias informales de negociación.
política, los intelectuales son los fun- Además, cada uno de los p~deres señalados ha de contar con el asesora-
n de los aparatos estatales. miento de especialistas que trabajen en la función pública (asesores inter-

59
Ángela Oyhandy Cioffi

nos), así como consultar a expertos externos (académicos, consultores) a una realidad de grupos e instirua
fin de optimizar el conocimiento sobre el tema. También debe existir un términos del contractualismo in
trabajo de comunicación y persuasión hacia los medios de comunicación, Como correlato de este proceso.
en atención a la divulgación de la futura normativa y a sus posibles efectos la creciente importancia socia! de
electorales. Pero, concomitantemente, un régimen democrático demanda actúan y dominan en función dd
cierto mínimo nivel de aceptación y consulta ciudadana para garantizar el aportes del marxismo nos permi~
buen desempeño de una política (que no se desobedezca masivamente la de la posibilidad de alcanzar el·· b en
nueva ley, por ejemplo) y que el gobierno que la puso en práctica no sea intereses en conflicto (los antag"
castigado en las próximas elecciones. lista otros procesos de fragmenraa
Detengamos aquí el nivel de complejidad, pero nótese que no es- rócratas y políticos, entre dirigentes
tamos hablando de problemas de corrupción, incapacidad, diletantis- Rabotnikof, conviene aclarar que pan
mo, sino que nuestro énfasis se coloca en otro nivel de análisis: estamos perversión o desviación, sino el r
haciendo referencia a una característica estructural de la política en las mocratización de instancias ante.
sociedades modernas, como la existencia de organizaciones masivas, bu- una mayor nivelación del acceso :t
rocráticas y jerárquicas, tanto dentro del Estado (agencias, comisiones, to de la complejidad de las deman
oficinas, etc.), como fuera de éste (partidos políticos, sindicatos, asocia- mos cómo la burocratización es
ciones empresariales y demás). Aludimos el funcionamiento político las organizaciones políticas y socales
de una democracia en una sociedad compleja, sin embargo, no hemos juego político), así como por la co
recurrido al uso de conceptos como soberanía popular, bien común o empujan a la profesionalización de
voluntad general; todos términos pertenecientes a una narrativa de la de- Desde esta perspectiva, la bu:
mocracia moderna que destaca el papel de la participación del ciudadano la dirección de los asuntos humanos
en la construcción del poder político a partir de la extensión del sufra-
gio universal. Por el contrario, como veremos en las páginas siguientes, tro autor, la democracia es una ::
la sociología política nos devuelve otra imagen sobre el proceso de de- Cabe señalar que una de las te
mocratización social. Y es que cuando el discurso democrático entroniza ciología política durante las pnm
al individuo racional, Max Weber nos señala la irrupción en la vida po- sión con el discurso del liberalismo
lítica de las organizaciones de masas. Cuando se exalta el papel de lavo- a las esperanzas depositadas en :i a
luntad general en la toma de decisiones, Weber llama la atención sobre ción de la participación y la capaa
la complejización de las tareas del Estado y sobre la incorporación de la
ciencia y la técnica en la gestión y la producción. Eventos todos ellos que
dan cuenta de la inevitable burocratización de la vida política. En pa- Si bien inevitable, en tanto la buroc
labras de Nora Rabotnikof (1994: 168): "la inevitabilidad del sufragio cionalizaci6n (formalización, cálculo
se enriquece al considerar (como va= a
universal y la activación y movilización de las masas, replantearán desde
líticas de la burocracia) la neccsi<lld de
distintas perspectivas valorativas el tema de la democracia. En otro senti- mentales que tomarían una suerte de
do, delinearán el gran temá sociológico: la centralidad de la organizaciÓQ. especiales para gobernar en nombre fa
siguiendo a Weber, se equilibraría a:.i coa
Sindicatos, partidos y asociaciones de todo tipo evidencian el papel pro-
Sobre ello, véase su conferencia La:
tagónico de la organización que hace que la realidad contemporánea sea y las úcturas sobre Weber compilad.u por

60
Sociología política

aadémicos, consultores) a una realidad de grupos e instituciones que ya no podía ser abordada en
También debe existir un :érminos del contractualismo individualistá:
medios de comunicación, Como correlato de este proceso, la descripción weberiana apunta a
··.·a y a sus posibles efectos ~ creciente importancia social de los especialisras, es decir, de quienes
~men democrático demanda actúan y dominan en función del saber (científico y técnico). Así, si los
¡:;; ciudadana para garantizar el aportes del marxismo nos permitían formular un juicio crítico respecto
~ desobedezca masivamente la de la posibilidad de alcanzar el "bien común': con base en la existencia de
que la puso en práctica no sea intereses en conflicto (los antagonismos de clase), Weber agrega a esta
lista otros procesos de fragmentación: entre especialisras y legos, entre bu-
éj1dad, pero nótese que no es- rócratas y políticos, entre dirigentes y masas. Retomando nuevamente a
rrupción, incapacidad, diletantis- Rabotnikof, conviene aclarar que para Weber la burocratización no es una
en otro nivel de análisis: estamos perversión o desviación, sino el resultado inevitable del proceso de de-
ca estructural de la política en las mocratización de instancias antes regidas por criterios estamentales, de
maa de organizaciones masivas, bu- una mayor nivelación del acceso a los cargos y al consumo, y del aumen-
del Estado (agencias, comisiones, to de la complejidad de las demandas sociales. De este modo, observa-
- arridos políticos, sindicatos, asocia- mos cómo la burocratización es empujada tanto por la masificación de
.idimos el funcionamiento político las organizaciones políticas y sociales (la incorporación de las mayorías al
-1 compleja, sin embargo, no hemos juego político), así como por la complejidad y especialidad de tareas que
o soberanía popular, bien común o empujan a la profesionalización de las tareas del Estado.9
enecientes a una narrativa de la de- Desde esta perspectiva, la burocratización de la vida política eleva
pel de la participación del ciudadano la dirección de los asuntos humanos hasta una cima de eficiencia técni-
-o a partir de la extensión del sufra- ca nunca antes alcanzada. Por ello, su avance es irresistible. Para nues-
º \'eremos en las páginas siguientes, tro autor, la democracia es una técnica, un medio para alcanzar un fin.
~ imagen sobre el proceso de de- Cabe señalar que una de las tensiones propias del desarrollo de la so-
~o el discurso democrático entroniza ciología política durante las primeras décadas del siglo xx es la discu-
os señala la irrupción en la vida po- sión con el discurso del liberalismo político. Como ya señalamos, frente
Cuando se exalta el papel de lavo- a las esperanzas depositadas en la democracia como vehículo de amplia-
nes, \Veber llama la atención sobre ción de la participación y la capacidad de las mayorías para intervenir en
Es~do y sobre la incorporación de la
?roducción. Eventos todos ellos que
-ación de la vida política. En pa- Si bien inevitable, en canco la burocratización conectaba con y derivaba del proceso de ra-
!68' : "la inevitabilidad del sufragio cionalización (formalización, cálculo, especialización, control eficiente), el análisis de Weber
se enriquece al considerar (como vacuna a la ausencia de conducción y responsabilidad po·
cron de las masas, replantearán desde
lírios de la burocracia) la necesidad de circunscribir lo político a las decisiones guberna-
tema de la democracia. En otro senti- mentales que tomarían una suerte de élite, los políticos profesionales, dorados de cualidades
co: la centralidad de la organización. especiales para gobernar en nombre y a favor de las masas. La expansión de la burocracia,
siguiendo a Weber, se equilioraría así con un parlamento fuerte y con un liderazgo probado.
·e rodo tipo evidencian el papel pro-
Sobre ello, véase su conferencia La política como vocación {1967), sus Escritos políticos (1982)
:e que la realidad contemporánea sea y las Lecturas sobre Weber compiladas por Galván y Cervantes (1984).

61
Ángela Oyhandy Cioffi

las decisiones colectivas, Weber formula un diagnóstico sociológico que ¿Cuál es el polo opuesto de
apunta en otra dirección. Quizás por ello ha sido ubicado por algunos conexión existente entre el d.-=rT<'..
autores dentro de la corriente denominada elitismo sociológico. Dentro sión del trabajo) y la burocra. -
de este grupo suele distinguirse entre los elitistas clásicos (Mosca, Pareto presentamos dos teorías que
y Michels) y los elitistas democráticos, como Weber y Schumpeter. eEn sociedad, postulan la posibilidad
qué se basa esta distinción? quización de la actividad polinC2.
Tomaremos la obra de Robert Michels (1983) como ejemplo para- mocracia directa en la formulaao
digmático del elitismo clásico. Al formular su famosa"ley de hierro de las de la democracia.
oligarquías'; Michels sienta la tesis según la cual el funcionamiento defi- Desde la perspectiva mar.e. ita,.
citario de la democracia constituye una característica intrínseca de todo máticas del desarrollo del sistema
sistema social complejo. Esto significa que no debe explicarse como un nación de las relaciones sociale-;
fenómeno excepcional, producto de un bajo nivel de desarrollo social y siguiendo la lectura que hace de
económico, de una educación inadecuada o del dominio capitalista sobre precisamente la naturaleza int ·
las fuentes del poder. Las necesidades de división del trabajo y de espe- trabajo y estructura de clases lo q .le
cialización que demandan las sociedades complejas excluyen la partici- gar a la conclusión de que es po .
pación de las mayorías en la toma de decisiones. Para llevar al extremo su con la abolición del capitalismo
tesis, Michels la fundamenta en una investigación empírica sobre la re- Para los fines de nuestro prohl
lación existente entre los miembros y los cuadros dirigentes del Partido superadora a partir de la construc
Socialista Alemán. En sus conclusiones sostiene que toda organización tinta: la comunista. ¿En qué se basa
partidaria que haya alcanzado un grado considerable de complejidad la legalidad burguesa que estro...
reclama la existencia de un número de personas que dediquen todo su versalidad imaginaria que encubre
tiempo al trabajo del partido. El precio de este aumento de la burocracia dominante. Por ello, la posibilid.au
es la concentración del poder en la cumbre y la pérdida de in.fluencia de se entrañaría una escapatoria de b
la mayoría de sus miembros (bases). Desde su punto de vista, en las de- Como vimos líneas arriba, \ \ ·
mocracias modernas el liderazgo debe ser prerrogativa de una minoría. una tendencia general irrevers1b e
Si bien Weber coincidiría en algunos puntos con esta caracterización, vocada por la división del trabajo
su preocupación política y teórica está más relacionada con el predomi- posible transición al socialismo n
nio de la burocracia que con el elitismo. Su temor se basa en la posi- ma de la burocratización de l::
ble disolución de la política en la administración (Rabotnikof, 1994). ciedad. Por el contrario, para . .1.
Profundamente influido por las circunstancias políticas de la Alemania política aparece como una m '-
de finales del siglo x1x, Weber veía el peligro del inmovilismo y la im- burguesa y, por ende, puede descu
potencia política en la consolidación de un gobierno de funcionarios. la eliminación de la sociedad cap
La tensión entre técnica y política caracteriza en su análisis el futuro de ¿Cómo piensa el autor de! 1'
la democracia. Por eso, alejado del discurso de la democracia como re- ganización de la política capa:: de
presentación de la voluntad general y consciente de la superioridad téc- no ha desarrollado un estudio StSt
nica de la burocracia, apuesta por la articulación y el contrapeso e~tre algunos rasgos de este modelo en
Parlamento, liderazgo político (carismático) y burocracia. nomía centralizada no es neces.ano

62
Sociología política

:zgn.>srico sociológico que ¿Cuál es el polo opuesto de esta mirada pesimista sobre la íntima
do ubicado por algunos conexión existente entre el desarrollo de una sociedad moderna (divi-
.-i¡x:;.;;= didsmo sociológico. Dentro sión del trabajo) y la burocratización de las relaciones sociales:> Aquí
cfns.-.as clásicos (Mosca, Pareto presentamos dos teorías que, desde distintas concepciones sobre la
\\'eber y Schumpeter. ¿En sociedad, postulan la posibilidad de trascender el elitismo y la oligar-
quización de la actividad política. En primer lugar, la apelación a la de-
-'-'~"':J.;> ( 1983) como ejemplo para- mocracia directa en la formulación marxista y, luego, la teoría pluralisra
su famosa "ley de hierro de las de la democracia.
_:m la cual el funcionamiento defi- Desde la perspectiva marxista, una de las consecuencias más dra-
característica intrínseca de todo máticas del desarrollo del sistema de producción capitalista es la alie-
que no debe explicarse como un nación de las relaciones sociales y, con ésta, de los individuos. Por eso,
an bajo nivel de desarrollo social y siguiendo la lectura que hace de esta obra Giddens, se concluiría que 'es
t!.ada o del dominio capitalista sobre precisamente la naturaleza intrínseca de la conexión entre división del
es de división del trabajo y de espe- trabajo y estructura de clases lo que da a Karl Marx la posibilidad de lle-
d.ades complejas excluyen la partici- gar a la conclusión de que es posible la trascendencia de esta alienación
.:ieasiones. Para llevar al extremo su con la abolición del capitalismó' (Giddens, 1994: 374) .
investigación empírica sobre la re- Para los fines de nuestro problema, Marx encuentra una alternativa
' y los cuadros dirigentes del Partido superadora a partir de la construcción de una sociedad radicalmente dis-
nes sostiene que toda organización tinta: la comunista. ¿En qué se basa esta afirmación:> Marx sostiene que
pdo considerable de complejidad la legalidad burguesa que estructura la burocracia se apoya en una uni-
D de personas que dediquen todo su versalidad imaginaria que encubre los intereses específicos de la clase
trio de este aumento de la burocracia dominante. Por ello, la posibilidad de destruir esta dominación de cla-
• bre y la pérdida de influencia de se entrañaría una escapatoria de la trampa burocrática de la sociedad.
. :Jesde su punto de vista, en las de- Como vimos líneas arriba, Weber concebía la burocratización como
ser prerrogativa de una minoría. una tendencia general irreversible, producto de la especialización pro-
·nos puntos con esta caracterización, vocada por la división del trabajo social. Por ello consideraba que una
ci más relacionada con el predorni- posible transición al socialismo no sería capaz de trascender el proble-
. mo. Su temor se basa en la posi- ma de la burocratización de la política ni cambiar la forma de la so-
.:irninistración (Rabotnikof, 1994). ciedad. Por el contrario, para Marx la organización burocrática de la
unstancias políticas de la Alemania política aparece como una manifestación concreta de la dominación
t el peligro del inmovilismo y la im- burguesa y, por ende, puede descartarse y superarse históricamente con
:: de un gobierno de funcionarios. la eliminación de la sociedad capitalista.
:aracreriza en su análisis el futuro de ¿Cómo piensa el autor del Manifiesto comunista una forma de or-
Ciscurso de la democracia como re- ganización de la política capaz de superar la forma burocrática:> Si bien
[ r consciente de la superioridad téc- no ha desarrollado un estudio sistemático al respecto, es posible extraer
articulación y el contrapeso entre algunos rasgos de este modelo en sus escritos: "Para mantener una eco-
·rico) y burocracia. nomía centralizada no es necesario que exista un orden burocrático tan

63
Ángela Oyhandy Ciofli Soo

independiente; el socialismo posibilitará simplificar la administración .


del Estado y dejar a la sociedad civil y a la opinión pública crearse sus ór- sa acerca del funcionamiento de b _
ganos propios, independientes del poder del gobiernó' (Marx citado en plejas que enfatiza aspectos y pro~
Giddens, 1994: 381). Otra de las posibles lecciones para la construcción sociológico nos ayuda a entender
de las instituciones políticas de la futura sociedad socialista es la necesi- rociones políticas en la resolucio!l ~
dad de elegir a los funcionarios mediante sufragio universal, y mantener ciedad de masas, la apelación a h ¿
el carácter revocable de estos mandatos por parte de los electores. De de la construcción de consensos }
este modo, se evitaría la apropiación de los cargos políticos por parte de parte, el pluralismo cuestiona la ? .:
los burócratas y la consolidación de las instituciones políticas como en- político como un centro único de .:
tidades ajenas e independientes de los votantes. des complejas.
Bajo otra clave de lectura, los sociólogos pluralistas proponen una Cada uno de estos enfoques
versión alternativa al elitismo sociológico. Su punto de partida es un re- cía directa; pluralismo político' d
chazo a la descripción elitista de la política, pues, para los pluralistas, en tentativas de respuesta, un proble!':'.2
las sociedades complejas no existe un único centro de poder en la toma dades modernas: la tensión entre
de decisiones políticas, sino que'existen múltiples centros de poder, nin- Si por democratización social encer; -
guno de los cuales es completamente soberano" (Dahl, 1967: 54). Si los sistema de gobierno definido por t •
elitistas daban cuenta de una inexorable oligarquización de las institu- ponsable y sustantiva" (Pitkin, l 9ó
ciones políticas en la democracia moderna, que entronizaba a una élite denciarían serían los intrincados re~
en el vértice del poder político, los pluralistas destacan, por el contra-
rio, que la multiplicidad de demandas e intereses que se ponen en juego l. Una alta complejidad, que por
en una sociedad compleja provoca que ningún grupo, clase u organiza- ción social (lo económico se .;
ción, sea capaz de dominar al conjunto social. Por ello, pluralistas como lo ético y lo religioso; la cultura
T ruman, Dahl y Polsby, distinguen entre Estado, sociedad civil, poder tionaría la centralidad de la ?01~
económico y poder político. Desde esta perspectiva, ser dominante en crarizador. Principios como _a
una de estas instancias de poder no genera necesariamente la capacidad -argumentada por Weber b.
de dominar las restantes. Así, desde el pluralismo sociológico, la política dejarían de ser, para el argum -
es pensada como una esfera de negociación y conflicto entre diferentes cos de la democracia. Si ésta ~
grupos públicos y privados (partidos, sindicatos, corporaciones empre- tencia, un procedimiento raao
sariales, etcétera). disputa, su aspecto más suscan_
Por oposición al diagnóstico de los elitistas clásicos, esta multiplici- en tensión con su cara más pr
dad de instancias de producción de demandas al sistema político habilita- 2. Por esos frecuentes registros .
ría cierta democratización del poder. Una de las críticas más consistentes to de la democracia directa, .:o-
a esta teoría alude, por otra parte, a su sobreestimación de la capacidad de de la democracia representat'.·.-a.
ciertos grupos para influir en la toma de decisiones políticas, así coipo su pular que no se subsuma y sí _
tendencia a pensar al Estado como un agente neutral que canaliza y pro- elecciones. La premisa de un · -
cesa demandas sociales y políticas, subestimando sus vínculos con ciertos a una politización informada r r
grupos de poder económico. cierto pensamiento liberal-derr:

64
Sociología política

lificar la administración Cada una de estas teorías nos proporciona una descripción diver-
on pública crearse sus ór- sa acerca del funcionamiento de la política en nuestras sociedades com-
gobiernó' (Marx citado en plejas que enfatiza aspectos y problemas distintos. Mientras el elitismo
,....,.,_~ kcciones para la construcción sociológico nos ayuda a entender los problemas de eficacia de las insti-
.soaedad socialista es la necesi- ruciones políticas en la resolución de las demandas que plantea una so-
--~· sufragio universal, y mantener ciedad de masas, la apelación a la democracia directa retoma la cuestión
por parte de los electores. De de la construcción de consensos y la legitimidad democrática. Por su
los cargos políticos por parte de parte, el pluralismo cuestiona la propia posibilidad de concebir el poder
~ m.stiruciones políticas como en- político como un centro único de coordinación y referencia en socieda-
rotantes. des complejas.
stX1ólogos pluralistas proponen una Cada uno de estos enfoques ( oligarquización o elitismo; democra-
ogico. Su punto de partida es un re- cia directa; pluralismo político) destaca, con sus propios diagnósticos y
política, pues, para los pluralistas, en tentativas de respuesta, un problema característico de la política en socie-
:!11 unico centro de poder en la toma dades modernas: la tensión entre complejidad y democratización social.
:en múltiples centros de poder, nin- Si por democratización social entendemos, mínimamente, la idea de un
~e soberano" (Dahl, 1967: 54). Si los sistema de gobierno definido por un tipo de"representación política res-
rabie oligarquización de las institu- ponsable y sustantivá' (Pitkin, 1985), lo que estas teorías revisadas evi-
oderna, que entronizaba a una élite denciarían serían los intrincados retos para hacerlo posible:
pluralistas destacan, por el contra-
e intereses que se ponen en juego l. Una alta complejidad, que por avanzar los procesos de diferencia-
que ningún grupo, clase u organiza- ción social (lo económico se distingue de lo político, lo político de
.ro social. Por ello, pluralistas como lo ético y lo religioso; la cultura y el arte se autonomizan, etc.), cues-
entre Estado, sociedad civil, poder tionaría la centralidad de la política como eje integrador y demo-
esta perspectiva, ser dominante en cratizador. Principios como la voluntad general o el bien común
genera necesariamente la capacidad - argumentada por Weber la impotencia ética de la política-
el pluralismo sociológico, la política dejarían de ser, para el argumento elitista, los fundamentos unívo-
ociación y conflicto entre diferentes cos de la democracia. Si ésta es, entonces, un método de compe-
los, sindicatos, corporaciones empre- tencia, un procedimiento racional para desahogar los intereses en
disputa, su aspecto más sustantivo (sus ideales y promesas) entraría
los elitistas clásicos, esta multiplici- en tensión con su cara más procedimental.
-' emandas al sistema político habilita- 2. Por esos frecuentes registros menores de democratización, el alega-
. Una de las críticas más consistentes to de la democracia directa, constituyendo una crítica a los límites
..! sobreestimación de la capacidad de de la democracia representativa, apuesta por una participación po-
de decisiones políticas, así como su pular que no se subsuma y sí trascienda el método racional de las
~ agente neutral que canaliza y pro- elecciones. La premisa de un ciudadano absoluto, dispuesto siempre
• timando sus vínculos con ciertos a una politización informada y reflexiva, es, sin embargo, negada por
cierto pensamiento liberal-democrático.

65
Ángela Oyhandy Cioffi

3. El peligro de que la organización política devenga en oligarquía ha estado presente en los


(Michels) tendría, para los pluralisras, un antídoto en una compe- tema político. Más orig'J".44
tencia política de tipo poliárquico, esto es, fortalecida con los grados rente, la obra de Niklas :__
necesarios de liberalización y participación que favorezcan la lucha b) Cuestionado por sus pre~er.
y difusión del poder entre muchos grupos políticos. Esta idea, cues- estructural-funcionalismo, e;.
tionada por centros de poder (económico, mediático y otros.) aún hacia las importantes teo:us
monopólicos o cárceles de partidos políticos con menos diferencias rrollos, opuestos cambien a 2
que semejanzas, actualiza también la tensión aquí aludida. de C. Wright Milis desc:aan:
del estructural-funcio LG..o....·;~"'"'
e)
Vitalidad y secuencias contemporáneas de los clásicos despertaría, a su vez, ª'4..'"l
La capacidad individual de
Esta revisión de conceptos, categorías y discusiones clásicas tuvo por dualismo metodológico, ci
objetivo fungir como una vía de acceso a la sociología política. Los auto- Entre éstas sobresale la de
res y teorías expuestos, a pesar de haberse originado en contextos tem- racional.
porales y espaciales lejanos de nuestra realidad, permiten planteamos d) Como un camino analíciw -:--
preguntas pertinentes para entender el funcionamiento de las socieda- sociología (agente) vers:.: b
des modernas. Lejos de ser un resumen sobre la sociología política, se vínculo micro-macro o !.a ;::
trata de una invitación a profundizar en los senderos de una disciplina das, respectivamente, por .~
dedicada a subrayar el carácter histórico y relacional de la política. Para vas líneas de estudio.
acentuar la vitalidad de las perspectivas registradas y persuadir al lector
de sus secuencias en debates más recientes, concluiré con un breve com- 2. Del lado del marxismo, el ya -
pendio de algunas líneas contemporáneas de análisis: 10 avanzarán hacia un "marxismo a.-
dualismo metodológico y la teona
l. El problema del orden social, trabajado aquí con Parsons (la política nal. Con una teoría del sujeto ~ ­
como consenso) y Marx (la política como conflicto), tiene secuen- (Adorno, Horkheimer, Marcu.se,
cias interesantes y también disputadas: también a la actualización del rr..a.;:
el papel irreductible del conflicto
a) Del lado del estructural-funcionalismo, continuaciones en las nía) de Mouffe y Laclau suma..."'2.:"
obras de Gabriel Almond y seguidores al respecto del papel de 3. Finalmente, el debate entre m -
los valores y la cultura política en sociedades modernas. 11 El sociología política muchas y va.: · -
componente sistémico de la teoría parsoniana, por otra parte, dernidad y a una presunta pero
la razón, impactará en los ...u..<.:.'-'>q
sociales, del posmodernismo co-;-
JO
Para profundizar en lo que aquí sólo enunciaré, véanse Bottomore y Nisbet (2001), Baerr
sentido o, por el contrario, de :a
(2001), Coller (2003), Iglesias y Herrera (2005).
11
Trabajos de Robert Putnam (1993) sobre el capital social y de Ronald lngleharr (2000) concluso que no debiera aba..'16
sobre valores posmateriales prosiguen de algún modo esta Ünea. problemas de integración social ....

66
Sociología política

_,______......_ devenga en oligarquía ha estado presente en los estudios de David Easton sobre el sis-
ancdoto en una compe- tema político. Más original, tanto que merecería un texto dife-
es. fortalecida con los grados rente, la obra de Niklas Luhmann es de gran potencia.
-=::::::~n.on que favorezcan la lucha b) Cuestionado por sus pretensiones de ser una teoría general, el
-_¡pos políticos. Esta idea, cues- estructural-funcionalismo, en los estudios de Merton, avanzaría
,..--~..-m. co, mediático y otros.) aún hacia las importantes teorías de rango medio. Con otros desa-
políticos con menos diferencias rrollos, opuestos también a la idea de "la gran teoríá: los trabajos
b <:ensión aquí aludida. de C. Wright Milis destacan por sus críticas al conservadurismo
del estructural-funcionalismo.
e) La reacción al holismo metodológico de la teoría de Parsons
despertaría, a su vez, avances notables en la microsociología.
La capacidad individual de elección, prestigiada por el indivi-
nas \' discusiones clásicas tuvo por dualismo metodológico, tiene muchas propuestas analíticas.
o a la sociología política. Los auto- Entre éstas sobresale la de Jon Elster y las teorías de la acción
, rse originado en contextos tem- racional.
• rra realidad, permiten plantearnos d) Como un camino analítico para superar el debate de la micro-
:- el funcionamiento de las socieda- sociología (agente) versus la macrosociología (estructura), el
-.:en sobre la sociología política, se vínculo micro-macro o la teoría de la estructuración, trabaja-
rar en los senderos de una disciplina das, respectivamente, por Alexander y Giddens, serán atracti-
rico y relacional de la política. Para vas líneas de estudio.
· ras registradas y persuadir al lector
.:lentes, concluiré con un breve com- 2. Del lado del marxismo, el ya mencionado Elster y otros autores
raneas de análisis:'º avanzarán hacia un "marxismo analítico" que renovará, vía el indivi-
dualismo metodológico y la teoría de juegos, el marxismo tradicio-
• ajado aquí con Parsons (la política nal. Con una teoría del sujeto distinta, la teoría crítica de Francfort
·~:ica
como conflicto), tiene secuen- (Adorno, Horkheimer, Marcuse, Habermas y otros) contribuirá
:!:adas: también a la actualización del marxismo. Rescatando, por otra parte,
el papel irreductible del conflicto social, los trabajos (sobre hegemo-
iincionalismo, continuaciones en las nía) de Mouffe y Laclau sumarán riqueza a la teoría del conflicto.
• seguidores al respecto del papel de 3. Finalmente, el debate entre modernidad y democracia tendrá en la
rJlínca en sociedades modernas.11 El sociología política muchas y variadas secuencias. La crítica a la mo-
la ;:eoría parsoniana, por otra parte, dernidad y a una presunta pero discutida condición universal de
la razón, impactará en los análisis renovados de los movimientos
sociales, del posi;;nodernismo como un desencanto ante la crisis de
sentido o, por el contrario, de la modernidad como un proyecto in-
e! .:2ptul social y de Ronald lnglehart (2000) concluso que no debiera abandonarse (Habermas, Giddens). Los
.:n modo ese. ünea. problemas de integración social moderna, ya previstos por Tónnies,

67
Ángela Oyhandy Cioffi

Durkheim y otros clásicos, sientan así un dilema analítico que los Brambila, Aurora (2000). "Sociologu
contemporáneos retoman y profundizan. En lo que respecta particu- política'; en Laura Baca et aL, Uxi.
larmente al Estado, a su capacidad de fijar reglas, estímulos o Ümites de la política, México, Flacso Men-
al comportamiento, d neoinstitucionalismo de corte sociológico re- co/ FcE/SEP / Conacyt/Fundaoo
cuperará la idea weberiana de la autonomía estatal, es decir, el aná- Heinrich Bol!, pp. 709-713.
lisis de la poütica y del Estado como una variable independiente. Calderón, José María (2003). M,Y.
"Traer de vuelta al Estado" fue, así, un tributo a lo que lúcidamente ciología política o sociología de -
Weber había ya detectado. políticá; en Álvaro Arreola }' \ c-
rónica Camero (coords.), La socio-
logía hoy en la UNAM, t. l. México,
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Manuales introductorios de sociología poütica en Oowse y Hughes gico, Madrid, Tecnos.
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sobre los autores clásicos de la sociología política en Giddens (1976, mocracy in the United States, Chica-
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gías más recientes en Baert (2001), Coller (2003) e Iglesias y Herrera Dowse, Robert yJohn Hughes ( 19~5
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Sobre hegemonía: Gramsci (1975) y Laclau y Mouffe (1987). Para Duverger, Maurice (1982). Sociologr.a
complejidad social: Luhmann (1998), Torres Nafarrete (2006) y Zolo política, Barcelona, Ariel.
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Sociología política

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son puestos el uno al lado del o-
cursos neoconservadores -que
política como un espacio de rra;
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Ciencias Sociales por la Flacso ~.1
UNAM. Correo decrr6nico: <r""''=...,,

70
York, Oxford University Psicología política
P?-66-100. Ricardo Ernst Montenegro*
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Zolo, Danilo (1994). Democracia y
complejidad, Buenos Aires, Nueva Introducción
Visión.
Psicología y política son dos conceptos que en nuestra época rara vez
son puestos el uno al lado del otro. Ya sea por la fuerza de ciertos dis-
cursos neoconservadores -que imponen la "costumbré' de signar a la
política como un espacio de transacción perversa y propio de agentes
sociales egoístas que actÚan pensando sólo en su beneficio- , o bien
por la inercia de algunas intransigencias epistemológicas - que abomi-
nan de cualquier coordinación entre nociones complejas y problemáti-
cas, en un intento por sostener el espacio y el poder de ciertos gremios
profesionales con pretensiones científicas- , poner juntos los términos
de psicología y política es hoy una operación que, a los ojos de muchos,
parece poco adecuada. Para algunos, poco feliz; para otros, abiertamente
errónea. Sin perjuicio de estas tendencias, psicología y política son dos
campos que, como veremos, a lo largo de los siglos se han desarrollado
de una forma mucho más cercana y coordinada de lo que se supon~ _)
Desde la sutil y profunda consideración de lo mental que hicieran
los progenitores de la polis griega y los estrategas chinos hace más de
2 500 años, hasta la sistemática y tecnificada intervención de los psicó-
logos militares y los técnicos electorales modernos, la psicología y lapo-
lítica se han entrecruzado e informado mutuamente desde hace siglos.

* Licenciado en Psicología por la Universidad de Santiago de Chile (usach); maestro en


Ciencias Sociales por la Flacso México, y doctor en Estudios Latinoamericanos por la
UNAM- Correo electrónico: <rernsrm@horrnail.com>.

71
Ricardo Emst Montenegro

Si bien a la política como campo de reflexión, creación y lucha, se le reco- ..:oherente con la fenomenología de bs
nocen fechas de fundación mucho más antiguas que a la psicología, ésta, por una estrategia de reflexión ...
a su vez, en cuanto indagación acerca de cómo la gente piensa, siente y se crón de distintos momentos y as.
comporta, también cuenta ya con milenios de desarrollo y operación en m te el lector el camino a través dd e:
la cultura humana, representando por ello una matriz de información y ,. conclusiones.
herramientas que ningún sujeto deseoso de progresar en el arte de go- Inevitables resultan los prejum
bernar puede desdeñar o ignorar. De la misma manera, la política, en de los autores de las historias como
cuanto actividad y espacio fundamentales en la construcción de la mate- características particulares de los rr
rialidad y el simbolismo de la vida social en comunidad, comporta una a cabo tal diálogo. De esta manera,
dimensión ineludible para los interesados en la comprensión y dominio política, así como de otras muchas t:
del complejo intelecto-voluntad-deseos-contexto, este objeto del cual se más problemático de lo que en un
ocupan las disciplinas que se conviene en llamar psicología. forma sencilla de retomar esta cu
No obstante la riqueza y profundidad de las indagaciones que al res- Seguramente el paciente lector ¡-a se
pecto podemos emprender -y a las que, como en algunos casos vere- historias elaboradas desde esta el ·
mos, éstas nos conducen- , la diversidad de los lectores a quienes están como soberbia pretensión de ser ~
dirigidas estas reflexiones preliminares (académicos, estudiantes y otros en algún momento interpelan a ~
públicos interesados), así como las obvias limitaciones de espacio, nos la explicación de sus objetos, existe
obligan a una presentación que no puede tener sino un carácter introduc- cias bibliohemerográficas (textos.
torio. Máxima en cuanto a la extensión de las preguntas sobre las que debe subsidiarios que son tenidos por r
intentar iluminar; mínima en relación con la profundidad con la cual és- la materia de que se ocupan. Ko o
tas pueden, en el marco de las limitaciones ya mencionadas, ser tratadas. ruralidad" de esta perspectiva -2..il
siderar "los hechos tal cual son~ en la
representa una metáfora que inter-.:.a
Interludio teórico-metodológico particular sobre las cosas, una ap.
tecimientos sociales son estáticos,
Teóricamente resulta necesaria una breve digresión sobre distintas ma- las cosas': o bien pueden ser comp
neras de concebir lo psíquico, para que desde ahí cobre sentido nuestro pero que en todos los casos son s
intento por describir cierta especificidad en el concepto psicología polí- ta, desinteresada y verdadera. Hu
tica. Metodológicamente, es pertinente explicar el sentido del ejercicio do a lo largo de la historia hUII1.d.Da
historizador que conduce nuestro argumento y exposición. Empecemos restando valor y espacio a otras •
por este punto. tes, no hace otra cosa que sostener
¿Por qué iniciar la reflexión desde la historia~ Creemos en el valor de ahí, al conjunto de todas sus co
proceder, sobre todo en los ejercicios introductorios y con ciertas preten- fructífera de encarar esta cuescior. es
siones pedagógicas, más inductivamente, de una cierta lectura de los "he- cuanto a los distintos posicio1l&JJ.w:~
chos" a la "ideá; podríamos decir, antes que deductivamente, es decir, de la involucrados en una relación de ..:
"idea" a los "hechos': Convencidos del carácter esencialmente construido La digresión que aquí presentamos
del conocimiento, nos parece más productivo, y hasta cierto punto más gunda alternativa.

72
Psicología política

Ita!:=::::. creación y lucha, se le reco- coherente con la fenomenología de las realidades que estudiamos, optar
~ que a la psicología, ésta, por una estrategia de reflexión y exposición que, mediante la considera-
o la gente piensa, siente y se ción de distintos momentos y aspectos del fenómeno en cuestión, recree
cie desarrollo y operación en ante el lector el camino a través del cual arribamos a nuestras conjeturas
una matriz de información y y conclusiones.
de progresar en el arte de go- Inevitables resultan los prejuicios y las elecciones individuales tanto
:i misma manera, la política, en de los autores de las historias como de sus posibles lectores, así como las
es en la construcción de la mate- características particulares de los momentos y lugares en los que se lleva
tcal en comunidad, comporta una a cabo tal diálogo. De esta manera, hablar de la historia de la psicología
dos en la comprensión y dominio política, así como de otras muchas cuestiones, se torna un ejercicio algo
s-contexto, este objeto del cual se más problemático de lo que en un primer momento se pensaría. Una
en llamar psicología. forma sencilla de retomar esta cuestión es negar esas condicionantes.
dad de las indagaciones que al res- Seguramente el paciente lector ya se habrá encontrado varias veces con
que, como en algunos casos vere- historias elaboradas desde esta elección, la cual implica la tan inexacta
d.ad de los lectores a quienes están como soberbia pretensión de ser "la historia de': En todos los temas que
a.cadémicos, estudiantes y otros en algún momento interpelan a la historia por relatos que cooperen en
,.¡as limitaciones de espacio, nos la explicación de sus objetos, existe un cierto cuerpo mínimo de referen-
de tener sino un carácter introduc- cias bibliohemerográficas (textos, revistas y demás fuentes) y discursos
de las preguntas sobre las que debe subsidiarios que son tenidos por relatos verdaderos y correctos acerca de
con la profundidad con la cual és- la materia de que se ocupan. No obstante, la aparente "inocencia" y "na-
:!CS ya mencionadas, ser tratadas. turalidad" de esta perspectiva -así como de la expresión acerca de con-
siderar "los hechos tal cual son'; en la que ésta se basa- no es tal. Antes,
representa una metáfora que intenta hacer prevalecer una cierta mirada
particular sobre las cosas, una aproximación en la cual, o bien los acon-
tecimientos sociales son estáticos, obedecen a una cierta "naturaleza de
re-. e digresión sobre distintas ma- las cosas'; o bien pueden ser comprendidos neutral y transparentemente,
e desde ahí cobre sentido nuestro pero que en todos los casos son susceptibles de una explicación comple-
den el concepto psicología polí- ta, desinteresada y verdadera. Huelga decir adónde nos han conduci-
te explicar el sentido del ejercicio do a lo largo de la historia humana ideas como ésas; una posición que,
u-mento y exposición. Empecemos restando valor y espacio a otras miradas, preferentemente a las disiden-
tes, no hace otra cosa que sostener el statu quo de la interpretación y, de
la hlStoria~ Creemos en el valor de ahí, al conjunto de t9das sus consecuencias. Otra manera más realista y
rroductorios y con ciertas preten- fructífera de encarar esta cuestión es la que reconoce esas condiciones en
lle, de una cierta lectura de los "he- cuanto a los distintos posicionamientos éticos y políticos de los sujetos
<pe deductivamente, es decir, de la involucrados en una relación de conocimiento, cualesquiera que ésta sea.
caracter esencialmente construido La digresión que aquí presentamos se constituye en sintonía con esta se-
ucnrn, y hasta cierto punto más gunda alternativa.

73
Ricardo Ernst Montenegro

Desde la consideración teórica, o sea aquella sobre la especificidad Sumariamente, sólo para efecros
de lo psíquico y las distintas maneras como se comprendería y sería in- ciones más exhaustivas,1 las r t
tegrado a una concepción sobre el análisis político, también son precisas resumen de la siguiente manen.
un par de notas igualmente introductorias. Para la tradición conductista
La idea sobre la existencia, en la vida inteligente, de una dimensión los siglos XVI y XVII, el ser h
trascendente, distinta de lo puramente material -base de una noción si bien altamente compleja r su
de lo psíquico- ha acompañado a la humanidad desde su nacimiento medio social le impone, a la ve=
como especie socialmente articulada. Durante siglos, esta idea encon- sa-efecto, mensurabilidad de :
tró un objeto en la naturaleza, sus múltiples entidades vivientes y las procesos y resultados. En esta
fuerzas que regulan sus actividades; desde el animismo primitivo has- animal inteligente que, si bien p
ta las religiones organizadas, los seres humanos hemos intentado dotar rural - que lo han llevado a
de sentido y controlar todo lo que va más allá de la simple materialidad de no presenta diferencias suscanm
nuestra existencia. o funcional, en relación con el r
Sin perjuicio del antiguo interés por comprender y manipular esta ballenas, orcas, delfines, chimr
dimensión de la vida, durante la mayor parte de nuestra historia este as- esto, desde el punto de vista ce
pecto de la realidad se concibió fundamentalmente a través de existencia ducta, en esta tradición se con.. -
y relación con poderosas exterioridades (dioses), de las cuales los seres posible de entrenamiento sist
humanos sólo participaban en parte (alma), y ante las que las opciones al modelamiento conducrual v12
para hacer se restringían al sometimiento (gracia) o el exterminio (con- terminado en su devenir por los
dena). No fue sino hasta el siglo XIX, al avanzar el proceso de seculari- arcos estímulo-respuesta que e
zación de la vida social y sucederse las primeras victorias del llamado con el medio ambiente. Esqu
"método" científico, que la relación entre los seres humanos y este re- es el ser humano como actor
gistro de lo mental pudo mutar, permitiendo comenzar a ensayar una
comprensión y operación racionales sobre esta dimensión de la vida, tencia, constitución y desarrollo
creando las condiciones para la elaboración de un concepto sobre lo psí- erige en buena medida opom •
quico, esto es, el registro que surge en la interacción entre lo físico y lo concepción, el ser humano rep.
mental, a partir del cual se desarrolla y despliega la vida anímica, cogni- de la vida desde la consideracion
tiva y volitiva de los seres humanos. la trascendencia del ámbito de
Así, hacia fines del siglo XIX y comienzos del xx, aparecen en el ho- sarrollo de lenguaje. En funaon
rizonte del discurso y las prácticas científicas - y por extensión en los nos representarían una fornu
distintos ámbitos de la vida social donde éstos influyen- las tres tradi- inteligente. Desde este punto de
ciones fundamentales, en relación con las cuales se organizan la,.mayoría yen como tales luego de un i
de las restantes, desde las que se ha concebido lo psíquico: el conductis- social (primero en el círculo f
mo, el psicoanálisis y el humanismo; tres concepciones generales sobre
la vida psíquica humana y desde las que se elaboran distintas respues-
Para una revisión general sobrc los
tas para las preguntas acerca de ¿qué es el ser humano?, ¿de qué mane- rencia es la obra de Alonso\ ~
ra se constituye como tal? y ¿cómo podemos influir sobre su devenir? del mundo, una buena referencu a

74
Psicología política

~ sobre la especificidad Sumariamente, sólo para efectos ilustrativos que orienten otras indaga-
se comprendería y sería in- ciones más exhaustivas,1 las respuestas ofrecidas por estas tradiciones se
rico, también son precisas resumen de la siguiente manera.
Para la tradición conductista, heredera de la revolución mecanicista de
·wgente, de una dimensión los siglos xv1 y xvn, el ser humano es fundamentalmente una máquina,
Tial -base de una noción si bien altamente compleja y sujeta a las múltiples interacciones que su
medio social le impone, a la vez sometida a los mismos principios de cau-
.......~te siglos, esta idea encon- sa-efecto, mensurabilidad de factores y modelamiento contingente de
nples entidades vivientes y las procesos y resultados. En esta línea, se piensa que el ser humano es un
·e el animismo primitivo has- animal inteligente que, si bien producto de generaciones de evolución na-
humanos hemos intentado dotar tural -que lo han llevado a ocupar la cima en el ecosistema terrestre- ,
allá de la simple materialidad de no presenta diferencias sustantivas, desde el punto de vista estructural
o funcional, en relación con el resto de los mamíferos superiores (como
r comprender y manipular esta ballenas, orcas, delfines, chimpancés, orangutanes y gorilas). Por todo
r parte de nuestra historia este as- esto, desde el punto de vista de las posibilidades de influir en su con-
entalmente a través de existencia ducta, en esta tradición se considera al ser humano como perfectamente
es ,dioses), de las cuales los seres posible de entrenamiento sistemático y aprendizaje acumulativo, sujeto
alma), y ante las que las opciones al modelamiento conducrual vía condicionamiento operante, estando de-
to ,gracia) o el exterminio (con- terminado en su devenir por los resultados contingentes de los múltiples
~ avanzar el proceso de seculari- arcos esómulo-respuesta que construye, a propósito de su interacción
primeras victorias del llamado con el medio ambiente. Esquemáticamente, en relación con la política,
rre los seres humanos y este re- es el ser humano como actor racional.
"tiendo comenzar a ensayar una Si bien también reconociendo el sustrato biológico-animal de la exis-
sobre esta dimensión de la vida, tencia, constitución y desarrollo de los seres humanos, el psicoanálisis se
ºón de un concepto sobre lo psí- erige en buena medida oponiéndose a la lectura recién descrita. Para esta
la interacción entre lo físico y lo concepción, el ser humano representa un salto cualitativo en la evolución
} despliega la vida anímica, cogni- de la vida desde la consideración de dos de sus cualidades características:
la trascendencia del ámbito de las necesidades físicas y la posesión y de-
"enzos del xx, aparecen en el ho- sarrollo de lenguaje. En función de estas dos diferencias, los seres huma-
tificas -y por extensión en los nos representarían una forma completamente nueva y distinta de vida
de éstos influyen- las tres tradi- inteligente. Desde este punto de vista, los sujetos humanos se constitu-
b.s cuales se organizan la mayoría yen como tales luego ele un lento proceso de maduración y aprendizaje
ncebido lo psíquico: el conductis- social (primero en el círculo familiar; luego en otros más amplios) en el
tres concepciones generales sobre
que se elaboran distintas respues- - -- - - --
es e: ser humano?, ¿de qué mane- Para una revisión general sobre los d=ollos de La psicología en América, una buena refe·
rencia es la obra de Alonso y Eagly {1999). Para esa misma revisión, en relación con el resto
emos influir sobre su devenir~ del mundo, una buena referencia es Wolman ( 1991).

75
Ricardo Ernst Montenegro

cual interiorizan un cuerpo específico de mandatos para la conducta y simultáneamente a la psicologu


de códigos para la interpretación, estableciéndose un complejo de signi, fundamental las maneras en las
ficados concretos que dotan de sentido su existencia y los orientan en las intentarían luego comprender )
distintas interacciones que establecen. Así, el margen de influencia que Una primera propuesta
puede tenerse sobre la conducta de los individuos estará, en esta lectura, te pensador griego Platón (4r, ~
en función directa de las posibilidades que se tengan de modificar los Pª' ples fracasos al intentar la puesu
trones de significados y la interpretación que de ellos realicen los propios al mundo una de las primeras
sujetos. Esquemáticamente, en relación con la política, es el ser humano en un todo coherente un cierto
como objeto de seducción. na (una teoría del alma entendi~
Aunque vinculado con estas dos tradiciones de pensamiento y ope, conocimiento, dividida a su v~ en
ración social, el llamado humanismo en psicología representa una visión siones) con una teoría ética r
alternativa alas dos ya esbozadas. Sin negar los condicionamientos bio, lósofos y dividido en clases que
lógicos y simbólicos que concurren en la determinación de lo humano, alma: artesanos o trabajadores ~
esta perspectiva enfatiza la existencia de la conciencia, sobre sí mismos Por las mismas épocas enco
y el entorno, como aspecto diferenciador y característico de la condición ticula coherentemente los saber
humana; a partir de ésta, la vida y experiencia de los seres humanos resul, más que un libro de práctica
ta cualitativamente distinta de la de cualquier otra forma de vida inteli, no Sun Tzu (400,320 a.C.\ El
gente. Según esta tradición, la constitución de los sujetos es un proceso testimonio sistemático de los ·
esencialmente autodirigido, hecho posible por la acción de la concien, nocimiento de la naturaleza bu
cia reflexiva y la voluntad de los individuos, movilizado desde la tendencia
de éstas al desarrollo, la autorrealización, así como dotado de contenido expresión "Conoce al enemigo
por la propensión de las mismas al equilibrio. De esta manera, el mar, no correrás jamás el más ·
gen de influencia sobre los individuos está dado por la capacidad para misma línea, su obra será la pr
modelar los niveles de dicha conciencia y los objetos en los cuales ésta se en materia de guerra y polína
fija. Esquemáticamente, en relación con la política, es el ser humano la lucha por la supremacía b
como sujeto de persuasión y transformación. también las almas de los opor.
Hechas estas consideraciones teóricas y metodológicas básicas, re, vechosa aquéllas de sus propu..;
visemos algunos antecedentes en el devenir del concepto de psicolo, llamada "guerra psicológica".
gía política que nos permitan, mediante su consideración e indagación,
avanzar en una propuesta para su definición. 2 Para detalles sobre esta propue$U
Vaya un ejemplo de la manip~

--
A ntecedentes y algunas encrucijadas de la psicología política
tivo del odio, como arma de comb=
cortó la nariz a todos los prisionc:1l&
ron encarnizadamente. T'ien Tm
de que vosotros, el pueblo de Yc:c.
Alrededor de 2 500 años atrás, en dos lugares distintos de la Tierra, y en tepasados. ¡Ah! ¡Nuestra sanp-csc
comenzó a violar las tumbas ' a
momentos sucesivos, se originaron dos propuestas diferentes en torno a desde las murallas de la ci~ a
problemas que se relacionan con el sentido y orden social, que involucran de ellos el deseo de lanzarse al

76
Psicología política

daros para la conducta y simultáneamente a la psicología y la política, y que marcarían de manera


S:il::!.:::::llle::dcse un complejo de signi- fundamental las maneras en las cuales sus descendientes, o sea nosotros,
aw:encía y los orientan en las intentarían luego comprender y abordar ésos y otros problemas.
t: margen de influencia que Una primera propuesta podemos situarla en la obra del eminen-
- .duos estará, en esta lectura, te pensador griego Platón (427-347 a.C.), quien a pesar de sus múlti-
~ ~ rengan de modificar los pa- ples fracasos al intentar la puesta en práctica de sus ideas políticas, legó
~e de ellos realicen los propios al mundo una de las primeras construcciones teóricas que articulaban
con la política, es el ser humano en un todo coherente un cierto conocimiento sobre la naturaleza huma-
na (una teoría del alma entendida como principio vital y condición del
craciicíones de pensamiento y ope- conocimiento, dividida a su vez en tres facultades: razón, voluntad y pa-
eri psicología representa una visión siones) con una teoría ética y política (el Estado ideal gobernado por fi-
.::.egar los condicionamientos bio- lósofos y dividido en clases que se corresponden con las tres partes del
er la determinación de lo humano, alma: artesanos o trabajadores, guerreros y filósofos). 2
de la conciencia, sobre sí mismos Por las mismas épocas encontramos una segunda propuesta que ar-
dor y característico de la condición ticula coherentemente los saberes de la psicología y la política. Mucho
·encía de los seres humanos resul- más que un libro de práctica militar, la obra del brillante estratega chi-
cualquier otra forma de vida inteli- no Sun Tzu (400-320 a.C.), El arte de la guerra, representa el primer
.rucíón de los sujetos es un proceso testimonio sistemático de los intentos por aplicar con sabiduría el co-
ible por la acción de la concíen- nocimiento de la naturaleza humana en los momentos de la confron-
duos, movilizado desde la tendencia tación bélica; intento reflexivo y práctico bellamente reflejado en la
:ión, así como dotado de contenido expresión "Conoce al enemigo, conócete a ti mismo y, en cien batallas,
equilibrio. De esta manera, el mar- no correrás jamás el más mínimo peligro" (Sun Tzu, 2007: 2@En la
t'S está dado por la capacidad para misma línea, su obra será la precursora de los modernos desarrollos que
... ,_. los objetos en los cuales ésta se en materia de guerra y política (vistas como estaciones del continuo en
con la política, es el ser humano la lucha por la supremacía) buscan doblegar no sólo los cuerpos, sino
también las almas de los oponentes, así como manejar de manera pro-
neas y metodológícas básicas, re- vechosa aquéllas de sus propias tropas, esto es, la contemporáneamente
devenir del concepto de psicolo- llamada 'guerra psicológicá:3
re su consideración e indagación,
1ción.
Para detalles sobre esta propuesta platónica véase, respectivamente, El Fedor y La República.
Vaya un ejemplo de la manipulación psicológica, en este caso de complejo cognitivo-afec·
tivo del odio, como arma de combar~ "Cuando el ejército de Yen rodeó Chi Mo en el Ch'i,
adas de la psicología política cortó la nariz a codos los prisioneros de Ch'i. Los hombres de Ch'i, fuera de sí, se defendie-
ron encarnizadamente. T 'ien Tan envió un agente secreto a decir: 'Nos consume el miedo
de que vosotros, el pueblo de Yen, arranquéis de sus rumbas a los cuerpos de nuestros an-
:ugares distintos de la Tierra, y en tepasados. ¡Ah! ¡Nuestra sangre se helaría en las venas!' Inmediatamente el ejército de Yen
s propuestas diferentes en torno a comenzó a violar las rumbas y a quemar los cadáveres. Los defensores de Chi Mo asistían
desde las murallas de la ciudad a este espectáculo con lágrimas en los ojos, y se apoderó
ado y orden social, que involucran de ellos el deseo de lanzarse al combare, pues la ira había duplicado sus fuerzas. T'ien Tan

77
Ricardo Ernst Montenegro

j Durante siglos, estas propuestas fueron paulatinamente puestas en dres fundadores" decidieron e
práctica y representaron la semilla a partir de la cual, ya desde el siglo xv1, do la primera al servicio de la seg:
se daría el lento pero sostenido desarrollo de lo que hoy llamamos con "civilizar" a las masas de indígerus
propiedad psicología poütica. El primer chispazo que presagió el dina- nacientes repúblicas a través des•
mismo en tales cursos sería la obra por todos conocida y pieza, según cepción y funcionamiento por la
algunos, fundadora de la ciencia poütica moderna; nos referimos, por De este cruce moderno, y m.1S o
supuesto, a El Príncipe de Nicolás Maquiavelo (1469-1527). Primera un primer exponente destacado
obra en marcar con claridad el acento en lo que realmente es en oposi- Le Bon (1841-1931). Sus obr.li
ción a la idea de reflexionar i°bre lo que debería ser, esto es, la llamada cología política y la defensa social
perspectiva de la realpolitik. ¡perá el primer teórico moderno en decla- bajos clásicos del campo. Al igual
mar abiertamente las ventajas del engaño, la astucia y la capacidad de e italianos, éstas se concentran en
infundir temor en propios y ajenos como cualidades fundamentales de un acerca de las maneras más eficien
gobernante exitoso.4 bernados. No obstante, por pnm
Algunos siglos después, Fn
cierta medida a propósito de las lec- citamente los supuestos saberes ¿
ciones derivadas de la llamada Revolución francesa (1789-1799), desde áreas (la"individual': la"de las m
mediados del siglo XIX una parte importante de la élite europea, y co- con la disciplina de la historia. ·
rrelativamente también de las latinoamericanas educadas en su seno, perarse, despertaron las más d.r; •
comenzaron a cifrar sus esperanzas por "humanizar" y "mejorar" las con- gida que le brindó una parte im
diciones de dominación social, de la cual eran artífices y conductores, en de su país,5 hasta el abierto reciu.=
las promesas de transformación que portaba la ciencia. Paulatina pero nes políticas de centro e izquier..U,
sostenidamente escas élites se volvieron cada vez más receptivas a los sociales de la época, todos los
'adelantos" que nuevas ciencias como la psicología les o&ecían en pos de vidualismo conservador, su claro
tales objetivos. En ese escenario fue donde se realizaron, hacia fines
del siglo xxx y principios del xx, los primeros cruces expücitos entre "inconscienté: "alma colectiva····e
psicología y poütica, cuando los descendientes finiseculares de los "pa- No sabemos si específicam
su título lo sugiere, la obra de ~
supo entonces que sus tropas estaban dispuestas e infligió a Yen una humillante derrota" y análisis del yo (1921) se enge
(Sun T:zu, 2007: 18). los planteas lebonianos, y con
"Dejando, pues, a un lado las fantasías, y preocupándon os sólo de las cosas reales, digo que ginal a partir de la cual se d ~
todos los hombres, cuando se habla de ellos, y en particular los príncipes, por ocupar posi-
ciones más elevadas, son juzgados por algunas de estas cualidades que les valen o censura psicología y política. El aporte
o elogio (... ).Sé que no habrá nadie que no opinase que sería cosa muy loable que, de entre una visión que priorizará la co
todas las cualidades nombradas, un príncipe poseyese las que son consideradas buenas; gicos involucrados en la consr:.=u
pero como no es posible poseerlas todas, ni observarlas siempre, porque la naturalezi hu-
mana no lo consiente, le es preciso ser ran cuerdo que sepa evitar la vergüenza de aquellas del devenir de la acción poünca,
que le significarían la pérdida del Estado, y, si puede, aún de las que no se lo harían perder,
pero si no puede no debe preocuparse gran cosa y mucho menos de incurrir en la infamia
de vicios si los cuales diflcilmente podría salvar el Estado, porque si consideramos esto con
frialdad, hallaremos que, a veces, lo que parece virrud es causa de ruina, y lo que parea vicio conrraban, entre otros, figuras cnmo
sólo acaba por rraer el bienestar y la seguridad" (Maquiavelo, 1999: 123-125). Francia, Raymond Poincaré.

78
Psicología política

jl3ulatinamente puestas en dres fundadores" decidieron experimentar en ingeniería social colocan-


.b cual, ya desde el siglo xv1, do la primera al servicio de la segunda, llevando adelante sus intentos por
----=--" de lo que hoy llamamos con "civilizar" a las masas de indígenas y mestizos que predominaban en las
dilipazo que presagió el dina- nacientes repúblicas a través de sistemas educativos permeados en su con-
rodos conocida y pieza, según cepción y funcionamiento por la joven disciplina de la psicologíJJ
moderna; nos referimos, por De este cruce moderno, y más o menos abierto, entre los dos campos,
_:.uavelo (1469-1527). Primera un primer exponente destacado será el psicólogo social francés Gustave
m lo que realmente es en oposi- Le Bon (1841-1931). Sus obras Psicología de las masas (1895) y La psi-
ckbería ser, esto es, la llamada cología política y la defensa social (1921) se consideran los primeros tra-
p:-tmer teórico moderno en decla- bajos clásicos del campo. Al igual que sus antecedentes griegos, chinos
- -o, la astucia y la capacidad de e italianos, éstas se concentran en la tarea de orientar a los gobernantes
o cualidades fundamentales de un acerca de las maneras más eficientes de controlar con provecho a sus go-
bernados. No obstante, por primera vez ello se intenta utilizando explí-
medida a propósito de las lec- citamente los supuestos saberes de la psicología, coaligando tres de sus
ción francesa (1789-1799), desde áreas (la "individual': la "de las multitudes" y la llamada ·ae los pueblos")
portante de la élite europea, y co- con la disciplina de la historia. Los trabajos de Le Bon, como era de es-
americanas educadas en su seno, perarse, despertaron las más diversas reacciones. Desde la calurosa aco-
r ºhumanizar"y"mejorar"las con- gida que le brindó una parte importante de la clase intelectual y política
:ual eran artífices y conductores, en de su país,5 hasta el abierto rechazo que suscitó en diversas organizacio-
portaba la ciencia. Paulatina pero nes políticas de centro e izquierda, así como entre destacados científicos
on cada vez más receptivas a los sociales de la época, todos los cuales vieron con profundo recelo su indi-
l.a psicología les ofrecían en pos de vidualismo conservador, su claro rechazo a los movimientos obreros y de
donde se realizaron, hacia fines corte socialista, así como su uso problemático de ciertas nociones como
llS primeros cruces explícitos entre "inconscienté: "alma colectivá' y "conductor': entre otros.
ndientes finiseculares de los "pa- No sabemos si específicamente elaborada ad versus Le Bon, aunque
su título lo sugiere, la obra de Sigmund Freud Psicología de las masas
e infligió a Yen una humillante derrocan )' análisis del yo (1921) se erige como una clara respuesta a varios de
los planteos lebonianos, y constituye un ejemplo de otra vertiente ori-
~donos sólo de las cosas reales, digo que
ginal a partir de la cual se desarrollarán con los años estos cruces entre
Ten panicular los príncipes, por ocupar posi-
a:u & escas cualidades que les valen o censura psicología y política. El aporte freudiano se traducirá con el tiempo en
~que sería cosa muy loable que, de entre una visión que priorizará la consideración de los aspectos psicopatoló-
poseyese las que son consideradas buenas;
gicos involucrados en la constitución y conducta de los sujetos actores
~ siempre, porque la naturaleza hu-
::o que sepa evitar la vergüenza de aquellas del devenir de la acción política, construyendo lecturas que, poniendo el
pnede. aun de las que no se lo harían perder,
f mucho menos de incurrir en la inf.un.ia
2r d Estado, porque si consideramos es ro con
Entre los invitados a los almuerzos de tertulia que organizaba a inicios del siglo, se en-
"l:tUd es causa de ruina, y lo que parece vicio contraban, encre otros, figuras como Paul Valéry, Henri Bergson y el propio presidente de
~hqwavelo, 1999: 123-125). Francia, Raymond Poincaré.

. 79
Ricardo Ernst Montenegro

acento en la estructuración temprana de la psique de los individuos, in- desde principios de los años set~"'
tentan develar los sentidos puestos en juego a lo largo y ancho de los di- situaciones de violencia político-<:
versos procesos políticos estudiados. impelidos a enfrentarse con la .:.
Con el devenir de estos desarrollos, ya desde comienzos de 1930 por estas luchas, empresa que les
en adelante, comienzan a ejercerse variadas acciones que intentarán se- ción, la elaboración de nuevos rr:
guir de la manera más completa posible las "recomendaciones" surgidas insuficiente de aquéllos vigentes.
de estas reflexionesNcomo ya habíamos visto antes, una de las prime- En esta breve descripción de
ras áreas receptivas~ tales orientaciones fue la milicia. Bajo el lema de en llamar psicología política, pueden
modernizar la gestión de sus recursos humanos, el ejército de Estados torno a las que se ha construido
Unidos, durante el primer lustro de los años treinta, comenzó la utiliza- más detalle algunas de dichas disr
ción de test de evaluación psicológica (llamados en aquel momento "alfa"
y"betá') para la selección y asignación del personal dentro de su esque-
ma organizacional y operativo. Al poco andar (especialmente luego de Debates contemporáneos
sus experiencias en la última gran guerra europea, la de Corea y luego la
de Vietnam), y como ya habían mostrado con meridiana claridad Sun Si bien hemos presentado un relaro
Tzu y Maquiavelo siglos atrás, se comenzó a revelar otra vez el enorme nificativos, se remonta al año 4l1tl
potencial que, a efectos de conseguir la victoria, tenía el conocimiento, lítica nace como disciplina cienr. -
moldeamiento y control de la psique humana. Lo que pareció en un pri- sociales, hace poco más de un s ::
mer momento un arrebato de "modernismo técnicó' sin mayor utilidad estado marcado por derroteros }
comprobada, terminó por revelarse (especialmente a lo largo de la gue- ron el devenir de aquéllas, sigui
rra fría, las múltiples guerras de liberación nacional y los ya tristemente a las grandes contingencias soc:.c~
célebres episodios de terrorismo de Estado que caracterizaron el desa- Como ya dijimos, el lugar
rrollo del siglo xx) como uno de los principales espacios de batalla de el cual uno piensa, habla y acrua-
--. realizado. A la luz de esto, no es d.
las guerras moderna~.
Un triste ejemplo contemporáneo de lo anterior es la condenable discusión que ha alimentado los
participación de psicólogos en los "programas de interrogatorio" ( eufe- cología política tiene que ver con
mismo para referirse a las sesiones de tortura) conducidos por la milicia jetos concretos que participan de
estadounidense en su última guerra de conquista, ahora llamada 'guerra modelan el lugar que ciertos m ~
contra el terrorismo': y que actualmente se debate tras bambalinas en el ocupar en el concierto de lo scx.-u.::.
seno de la American Psychology Association (APA) tal y como denunció cificidad de la materia, son lleva
el periodista Mark Benjamin hace poco tiempo atrás. 6 básicamente compuestas, ademas
La contraparte de esto que, como todo en la realidad también la tie- erados en la toma de decisión de
ne, es la tarea de contención y profilaxis realizada por una parte impor- cos, profesionales del campo) a:.:::
tante de psicólogos y otros profesionales latinoamericanos, los cuales, de la sociedad cercanos a todos
En tal sentido, y al igual que
feroz y se centró primero en .1s
Para más detalles, véase, pot ejemplo, la entrevista que hace poco le hizo la activista Amy
Goodman (2007). formar un campo de trabajo eco

80
Psicología política

~.!e de los individuos, in- desde principios de los años setenta y en gran medida a propósito de las
z .o '..argo y ancho de los di- situaciones de violencia político-social dominantes en la región, se vieron
impelidos a enfrentarse con la enorme magnitud del daño producido
por estas luchas, empresa que les demandó, además de coraje e imagina-
uciones que intentarán se- ción, la elaboración de nuevos marcos teóricos y metodológicos dado lo
recomendaciones" surgidas insuficiente de aquéllos vigentes.
' LSto antes, una de las prime- En esta breve descripción de algunos hitos de lo que se conviene
fue la milicia. Bajo el lema de en llamar psicología política, pueden intuirse ciertas discusiones axiales en
umanos, el ejército de Estados torno a las que se ha construido este campo disciplinar. Revisemos con
años treinta, comenzó la utiliza- más detalle algunas de dichas disputas.
'.Ibmados en aquel momento "alfa"
del personal dentro de su esque-
o andar (especialmente luego de Debates contemporáneos
erra europea, la de Corea y luego la
aado con meridiana claridad Sun Si bien hemos presentado un relato que, buscando por antecedentes sig-
enzó a revelar otra vez el enorme nificativos, se remonta al año 400 a.C., lo cierto es que la psicología po-
ia victoria, tenía el conocimiento, lítica nace como disciplina científica, al igual que el resto de las ciencias
humana. Lo que pareció en un pri- sociales, hace poco más de un siglo. En este contexto, su desarrollo ha
músmo técnico" sin mayor utilidad estado marcado por derroteros y coyunturas similares a las que definie-
especialmente a lo largo de la gue- ron el devenir de aquéllas, siguiendo un curso inextricablemente ligado
ción nacional y los ya tristemente a las grandes contingencias sociales que moldearon el siglo xx.
Estado que caracterizaron el desa- Como ya dijimos, el lugar social que cada cual ocupa -y desde
principales espacios de batalla de el cual uno piensa, habla y actúa- prefigura el contenido y sentido de lo
realizado. A la luz de esto, no es de extrañar que una primera fuente de
eo de lo anterior es la condenable discusión que ha alimentado los debates contemporáneos sobre la psi-
rogramas de interrogatorio" ( eufe- cología política tiene que ver con las distintas ideas e intereses de los su-
rorrura) conducidos por la milicia jetos concretos que participan de ésta o sus inmediaciones, mismos que
~e conquista, ahora llamada 'guerra modelan el lugar que ciertos individuos y grupos creen que ésta ha de
• .re se debate tras bambalinas en el ocupar en el concierto de lo social. Tales debates, en función de la espe-
:ation (APA) tal y como denunció cificidad de la materia, son llevados a cabo en esferas muy restringidas,
o tiempo atrás. 6 básicamente compuestas, además de por ciertos altos burócratas involu-
rodo en la realidad también la tie- crados en la toma de decisión de política pública, también por académi-
realizada por una parte impor- cos, profesionales del campo y algunos otros intelectuales y miembros
.iales lacinoamerícanos, los cuales, de la sociedad cercanos a todos ellos.
En tal sentido, y al igual que en todo grupo pequeño, la lucha fue
que hace poco le hizo la activista Amy feroz y se centró primero en las batallas por delimitar un espacio, con-
formar un campo de trabajo con determinados "problemas'; "métodos"

81
Ricardo Ernst Montenegro

y "expertos''. Todo esto se tradujo, con el correr del tiempo y a través de interactuando motivados por el
disputas que en muchos casos continúan sin saldar,7 en el inicio de un do como una disciplina de los ..
largo proceso de separación y diferenciación del campo en relación con vez, definidos como conducus
aquél que, en teoría, lo viera nacer, esto es, el de la psicología social. en una sociedad, leyéndose así !o
,..._ Arraigadas en distintas definiciones acerca de lo psicológico, lo so, social normado racional y co
cial y lo político, y en un movimiento en el que coinciden la progresión En la misma línea, lo psic
histórica y la transformación conceptual, identificamos, grosso modo y supuestamente voluntaria, se
y siguiendo a Montero (1999: 9)fes lectur~ sobre lo que ha sido como la socialización política )
considerado psicología política: la primera, de manera simultánea con por mencionar las más destaca
las elaboraciones en el resto de la psicología, la hace a fines del siglo conocimiento que provea más )
x1x y puede representarse en la figura y los trabajos del ya menciona, por y sobre los sujetos en el do
do Gustave Le Bon, en los cuales el término psicología política aparece ra dicho interés se focaliza en .as
asociado a la idea de indagación y administración de las variables psi, procedimientos definidos por .:.
cológicas implicadas en el proceso político en los ámbitos de las formas centrando el foco leboneano, a:
y prácticas de gobierno. No en vano, Le Bon considerará El Príncipe de nos inorgánico de la masa, as¡ e
Maquiavelo como la única obra en el campo que precede a su Psicología élites.
política de 1910. - una tercera forma de encen:.
Reduciendo casi hasta lo grosero, diremos que en esta clave lo psi, de las tensiones antes referidas, se
cológico está caracterizado por una noción de lo mental, estructurada ta. Sensibilizados por los come
por la dicotomía racional/ irracional, atribuyéndosele superioridad mo, los que se encontraban, algunos
ral y práctica a la primera en detrimento de la segunda. A su vez, lo so, zan el desarrollo sistemático de b.
cial es leído desde el principio del individualismo elitista, justificando gía política. Desde Chile, en e'
las jerarquías fundamentales, naturalizándolas y promoviéndolas. De trabajos que encuentran un h!.o
esto deriva Le Bon una teoría y práctica políticas que toma partido por mitaciones del acto de imporur
el conservadurismo en su clave gatopardista: comprendamos mejor a las contextos y en función de orro1
masas, actualicemos nuestra intervención sobre ellas para prevenir su des, de construir nuevos modelos
borde, podría decirnos en un hipotético diálogo. dad social donde han de ser ª?
Con muy pocos matices, hasta la primera mitad del siglo xx surge se asume que la psicología polí
una nueva y vigorosa tradición en la psicología política, desarrollada cas en la política, sino más bien
fundamentalmente en Estados Unidos y algunos países de Europa con co hay en el quehacer político: '"d
fuerte influencia anglosajona. Al amparo del paradigma funcional/ con, en el examen del comportam!
ductista, donde lo social se lee como un sistema de actores racionales, cuanto mediación de la política
actores y grupos" (Martín, Baro,
pecificidad de lo político en el -
En Oblitas y Rodríguez (1999) puede aún notarse esto con claridad. Por ejemplo, en la adquiriría carácter político st q
"Presentación'; Oblitas entenderá la psicología política como un "área de la psicología con-
temporánea" (1999: 7); mientras que D'Adamo y García la encienden como "uno de los
así como en el carácter del acr
ámbitos de la psicología social aplicada" (1999: 293). por quienes no ocupan un car=

82
Psicología política

interactuando motivados por el interés individual, el campo es concebi-


do como una disciplina de los hechos obviamente políticos; y éstos, a su
¿ ..:4II1po en relación con vez, definidos como conductas del quehacer público institucionalizado
e :.a psicología social. en una sociedad, leyéndose así lo político como el espacio de interacción
.&Z.ttca de lo psicológico, lo so- social normado racional y consensuadamente.
que coinciden la progresión En la misma línea, lo psicológico, reducido a conducta consciente
denrificamos, grosso modo y supuestamente voluntaria, se interesará por el estudio de temáticas
k-cturas sobre lo que ha sido como la socialización política y los procesos de toma de decisión, sólo
tta de manera simultánea con por mencionar las más destacadas. O sea, se mantiene el interés por un
ogia, la hace a fines del siglo conocimiento que provea más y mejor control en las tareas de gobierno
·!os trabajos del ya menciona- por y sobre los sujetos en el dominio de lo político, sin embargo, aho-
. o psicología política aparece ra dicho interés se focaliza en las conductas asociadas a los espacios y
· istración de las variables psi- procedimientos definidos por la lógica institucional de lo político, des-
nco en los ámbitos de las formas centrando el foco leboneano, al menos en teoría, del actuar más o me-
Bon considerará El Príncipe de nos inorgánico de la masa, así como de las tácticas y estrategias de las
po que precede a su Psicología élites.
) - Una tercera forma de entender la psicología política, y que da cuenta
diremos que en esta clave lo psi- de las tensiones antes referidas, se produce en los años setenta y ochen-
ción de lo mental, estructurada ta. Sensibilizados por los contextos de violencia y represión política en
:ribuyéndosele superioridad mo- los que se encontraban, algunos profesionales latinoamericanos comien-
ro de la segunda. A su vez, lo so- zan el desarrollo sistemático de la corriente latinoamericana en psicolo-
>"idualismo elitista, justificando gía política. Desde Chile, en el sur, hasta México, en el norte, aparecen
=andolas y promoviéndolas. De trabajos que encuentran un hilo común en el reconocimiento de las li-
políticas que toma partido por mitaciones del acto de importar teorías y prácticas generadas en otros
•· ra: comprendamos mejor a las contextos y en función de otros intereses, lo cual se articula con la tarea
n sobre ellas para prevenir su des- de construir nuevos modelos y explicaciones que se ajusten a la reali-
diálogo. dad social donde han de ser aplicados. En esta perspectiva, en general,
pnmera mitad del siglo xx surge se asume que la psicología política no intenta aplicar teorías psicológi-
psicología política, desarrollada cas en la política, sino más bien pretende examinar lo que de psíqui-
-algunos países de Europa con co hay en el quehacer político: "el aporte específico de la psicología está
del paradigma funcional/ con- en el examen del comportamiento político[ ... ), el comportamiento en
un sistema de actores racionales, cuanto mediación de la política [... ],la política en cuanto es actuada por
actores y grupos" (Martín-Baró, 1990: 210). Se rechaza concebir la es-
pecificidad de lo político en el carácter del acto mismo (cualquier acción
~ esco con claridad. Por ejemplo, en la
adquiriría carácter político si quien la realiza es el presidente de un país),
rol.inca como un "área de la psicología con-
y García la entienden como "uno de los así como en el carácter del actor (muchos actos pueden ser realizados
293. por quienes no ocupan un cargo en el aparato estatal: huelgas, manifes-

83
Ricardo Ernst Montenegro

taciones, sindicales, etc.). Antes bien, se concibe en función de su rela- hegemónicos. Al poco andar de au
ción de sentido con las fuerzas y el orden social de una formación social cralidad y gravedad implicada en
determinada: "en la medida en que una actividad promueva los intereses "vínculo comprometido': "rraunu
de un determinado grupo social y que afecte o influya en el equilibrio de el ejercicio terapéutico obedecí
fuerzas sociales y en el orden social tal como se encuentran en un deter- tralidad en la intervención" ya era
minado momento, esa actividad tiene carácter político" (Martín-Baró, licenciatura, pero cuando se p!eng
1990: 214). En pocas palabras: lo psicológico como cultura y contexto; política sistemática como aque·
lo social como variación y lucha; lo político como dominación, resisten- compartida por paciente y cera:-
~.Y liberación. _ teóricamente insostenible (Lira )
Todas estas maneras de proceder no pueden ser reconocidas como y Jensen, 1996).9

l
alternativas homogéneas, excluyentes y sucesivas que han dominado
correlativamente en los distintos espacios de legitimidad del campo,
pues si bien surgieron en distintos momentos históricos de la discipli- 9 Ya en la formación de grado apare;-u.
1 na, perviven en múltiples espacios, prosiguen en sus disputas internas temas, la sorpresa cuando encontr".
de altas personalidades de la burxr=
1 y persisten en su pugna por lograr la hegemonía dentro del[;carril. Así, 'Clesorden de estrés posrraumáoco·
(- la psicología política no escapa a la poliforiÍa conceptual en a que nació. de catalogar y aproximarse a los >tnd:
v De alguna manera, el debate dentro de la disciplina parece haber llega- más directas de la represión y b •
y facilita el proceso de diagnóstico, d;
(,\ \~ M do a un punto en el cual se discuten no sólo los matices técnicos o teóri- Agger y Jensen, 1996) han planteado
ll,. z.. t;"\ cos que la sustentan como campo y forma de indagación, sino también en estas personas este concepto res::::.::a
las interpretaciones de sentido vigentes a lo largo de su historia que han mero, la referencia al rraum2 es '"J,? e
narural a un accidente automO\~
prefigurado su labor y sus resultados, esto es, la base a partir de la cual expeóencias significarivameme dib==al
ésta se define ante sí misma y frente al resto de las disciplinas. Se ha la relación estrecha entre sinto~
vuelto permanentemente al problema inicial de toda reflexión sistemá- rras la psicopatologia individual b
situación traumática (Lira y Cas~
tica que aspira a constituirse en ciencia, es decir, la cuestión acerca de tresor; quitándole toda connoracion
la delimitación. Situación que se vincula estrechamente con el carácter de ideología porque hace invisible
altamente interdisciplinario que progresivamente distingue al campo. En segundo lugar, los síntomas dcsat::11
de violencia política, no obstante, "la
Un caso interesante al respecto es el de la psicología política en su a un set específico de dolencias [-
variante clínica. Por mucho tiempo relegada, 8 esta tradición fue du- PTSD es mayor a corto plazo, sin

rante años una importante fuente de relatos y prácticas útiles no sólo fermedades (... )" (Becker, 1994' - 9
somáticas incluyendo problemas ..:.e
para los fines de la mínima contención ante el daño producto de la vio- establecer relaciones de pareja e :.
lencia política ejercida por los diversos autoritarismos imperantes en más crónico y severo que en el rei-tode
nuestra región, sino, además, a efectos de reinstalar los debates en tor- lado, los síntomas que describe e!. cs::rcs

no a categorías y procedimientos de la psicología hasta ese momento


ren a los signos individuales del=
implica. "Cuando ocurren daños p<K
involucra siempre por lo menos a: _
bién estructuras comunicacion.ales
8 de los límites entre la familia \
Principalmente en función de la acusación de estar impregnada desde su origen por un
cierto u vicio individualista" que le impediría concebir a los sujetos más allá de los márgenes res: hijos parentalizados, padres ~
del espacio de consulta individual o de la familia próxima. duelo alterados, violencia in~

84
Psicología política

en función de su rela-
.:::=::ot>e hegemónicos. Al poco andar de mi propia práctica logré captar la cen-
de una formación social tralidad y gravedad implicada en debates en torno a categorías como
u::.d promueva los intereses "vínculo comprometido': "traumatización extrema" y otras. Pensar en
e influya en el equilibrio de el ejercicio terapéutico obedeciendo el principio canónico de la "neu-
se encuentran en un deter- tralidad en la intervención" ya era cuestionable en las discusiones de la
-rer político" (Martín-Baró, licenciatura, pero cuando se piensa en éste en un entorno de violencia
peo como cultura y contexto; política sistemática como aquél, que en cuanto experiencia de vida es
como dominación, resisten- compartida por paciente y terapeuta, se vuelve un ejercicio práctica y
teóricamente insostenible (Lira y Weinstein, 1987; Lira, 1996; Agger
-- o pueden ser reconocidas como y Jensen, 1996).9
· sucesivas que han dominado
r .iaos de legitimidad del campo,
. omentos históricos de la discipli- 9 Ya en la formación de grado aparecía, entre aquellos pocos que se interesaban por estos
rosiguen en sus disputas internas temas, b sorpresa cuando encontrábamos en los manuales de psicopacología y en boca
hege~a dentro_del cam_i1 Así, de alcas personalidades de la burocracia de la salud en Chile las descripciones sobre el
"desorden de estrés postraumárico" (PTsD, por sus siglas en inglés) como la "mejor forma"
lifonía conceptual en la que nació. de catalogar y aproximarse a los síndromes que parecían afectar a aquellos sujetos víctimas
de la disciplina parece haber llega- más directas de la represión y b violencia polícica. Si bien la categoría resulta ordenadora
º sólo los matices técnicos o teóri- y facilita el proceso de diagnóstico, diversos autores (Becker, 1994; Lira y Castillo, 1991;
Agger y Jensen, 1996) han planteado que a la hora de describir las características del daño
forma de indagación, sino también en estas personas este concepto resulta deficiencc por múltiples razones. Entre otras, pri-
~es a lo largo de su historia que han mero, la referencia al trauma es vaga e imprecisa: los ºesrresores" van desde una catástrofe
natural a un accidente automovilístico no constituyéndose -dentro de este concepto- en
, esto es, la base a partir de la cual
experiencias significativamente diferentes. De esta manera, se dificulta la comprensión de
e al resto de las disciplinas. Se ha la relación estrecha entre sinromatología y contexto social y se corre el riesgo de ocultar
inicial de toda reflexión sistemá- tras la psicopatología individual los procesos sociopolíticos implicados en el origen de la
situación traumática (Lira y Castillo, 1991). Así, "el crimen de la tortura se convierte en 'cs-
c1a, es decir, la cuestión acerca de
tresor; quitándole toda connotación política(...] el estresor se revela como palabra cargada
.:ula estrechamente con el carácter de ideología porque hace invisible la dimensión política del dailó' (Beckcr, 1994: 77-78).
:: esivamente distingue al campo. En segundo lugar, los síntomas descritos por el PTSD aparecen típicamence en las víctimas
de violencia política, no obstante, "la sintomacología de las víctimas es múlciple no limitada
es el de la psicología política en su
a un set específico de dolencias [ ...J la posibilidad de encontrar síntomas descritos por el
relegada, 8 esta tradición fue du- PTSD es mayor a corto plazo, sin embargo, a largo plazo puede aparecer todo tipo de en-
e relatos y prácticas útiles no sólo fermedades (... ]" (Becker, 1994: 79). El daño parece involucrar enfermedades psíquicas y
n ante el daño producto de la vio- somáticas incluyendo problemas de índole más bien social -por ejemplo, dificultades para
establecer relaciones de pareja e inestabilidad en el trabajo- como también tener un curso
s autoritarismos imperantes en más crónico y severo que en el resto de la pobbción (Barudy, 1990; Becker, 1994). Por otro
s de reinstalar los debates en tor- lado, los síntomas que describe el estrés postraumático son unipersonales, es decir, se refie-
e la psicología hasta ese momento ren a los signos individuales del trauma en desmedro de los daños interpersonales que éste
implica. "Cuando ocurren daños por la persecución política o la guerra, la traumarización
involucra siempre por lo menos al grupo familiar entero. Parte de la enfermedad son tam-
bién esrrucrura.s comunicacionales marcadas por el miedo y la angustia, son la rigidización
de CK.lr impregnada desde su origen por un de los límites entre la familia y medio ambiente y la desaparición de límites intrafumilia-
concdnr a los sujetos más allá de los márgenes res: hijos parenralizados, padres infantilizados, familias enteras sumergidas en procesos de
próxima. duelo alterados, violencia incrafumiliar, ere:' ( Becker, 1994: 81).

85
Ricardo Emsr Monrenegro

Como dijeran algunos de los actores principales de este relato: la generación y utilización de t:r
pro der:ducir, modelar o du =
Nuestra psicología ha sido así una sistematización de carácter selec- sujetos No obstante este escl.a:-
tivo de problemas específicos vinculados a la salud mental de grandes su cons cuencia: asociar ps1col
mayorías, que estimamos importante comprender y difundir porque tro posibilidades complemenc.u
puede ser útil no sólo para nuestros pacientes, y nosotros mismos, cá: "política de la psicología... r
sino para codos aquellos que necesitan comprender el mundo en que Avanzando en especificar cor:. ?
viven, sin que existan allí espacios negados, suprimidos o reprimidos, tima, despejemos someramem:e
principalmente por razones políticas (Fasic, 1987). las otras tres.
En lo que respecta a la "pS1
Llegados a este punto, y luego del recorrido mínimo que realiza- sencilla remite a la tradición .:le
mos en relación con sus antecedentes y debates contemporáneos, pa- co los eventos políticos, usualm
semos ahora a revisar brevemente algunos puntos que nos permitan nidos en el ámbito del accionar
elaborar una definición mínima del concepto psicología política. (por ejemplo, el análisis e inten-:-
de preferencias, conducta elecro.
lítica de la_.e_sicologíá: a su \'C::
Definición del concepto luacr6n""y la decisión que se ha.:
y práctica sociales, en términos .:.~
Cuando se combinan términos conceptuales, los resultados suelen ser cio de poder (por ejemplo, las e
más heterogéneos de aquéllos que resultan de la combinación de otra cla- en los Estados nacionales res~ü3
se de objetos. Por ello, partamos de un par de definiciones de psicología La "política psicológicá: por ex:
y política que, sumándose a lo ya expuesto, ayuden en el ·esclarecimiento la esferaen la ruaI se usen con fin
de la categoría que analizamos. técnicas desarrollados en el esr
Una definición de psicología podría rezar como sigue: campo de prác- conductas y e:tra!as comuru -
ticas y significados sociales más o menos compartidos acerca de lo huma- pos organizados).
no en cuanto a su ser y conducta que, al devenir en institución, genera Con todas escas precisiones,
una extensa variedad, desigualmente coordinada entre sí, de cuerpos de o menos así: la psicología pohcica
saber y técnica aplicados sobre la psique y el cuerpo, que en su operación lidad de la psicología en la que
coadyuvan en la producción de teorías y prácticas específicas constitutivas de las posiciones y funciones de
de individuos en sujetos. A su vez, una caracterización del término política reflexionar sobre la coherenaa en:
podría, en sentido amplio, entenderla como la esfera constituida por los res q~e as encarnan, así como in::
sentidos, las reglas y las prácticas que modelan y definen el devenir de la .· ' ) turas. al y como se especifia. en
vida pública, el gobierno y el poder en las comunidades humanas. De ma- pers ectiva, en general, se asume
nera restringida, como aquella dimensión de las relaciones humanas en la car aplicar teorías psicológia..s en
cual se pone en juego el equilibrio del par sujeción/dominación. que de psíquico hay en el que
Puesto así, y a la luz de nuestras anteriores reflexiones, la coordina- El atento lector percibira q'~
ción entre psicología y política se torna evidente en al menos un punto: son más las preguntas que ~ a::.

86
o~ 'n· ·C>Cf.
Psicología política 1...

la generación y utilización de unos ciertos saberes, técnicas y reglas en


pro def:ducir, modelar o dirigir unas conductas específicas de los
s;;:;::::::::z:i~-.a.:ion
de carácter selec- sujetos No obstante este esclarecimiento, hemos de hacernos cargo de
.z b. salud mental de grandes su con cuencia: asociar psicología y política redunda en al menos cua-
render y difundir porque tro posibilidades complementarlas y dfferentes: "psicofogía de la políti-
entes, y nosotros mismos, cá; "polídcade la psi~ología':''política psicológicá' y "psicología políticá:
comprender el mundo en que Avanzando en especificar con precisión lo que entendemos por esta úl-
-OS· suprimidos o reprimidos, tima, despejemos someramente lo que puede entenderse de cada una de
a.sic, 1987). las otras tres. ( v. '-i)
.-1 En lo que respecta a la "psicología ~ la polític~; la definición más
de recorrido mínimo que realiza- sencilla remire a la tradiciónCle"Considerar bajo un prisma p~icológi­
es \ debates contemporáneos, pa- co los eventos políticos, usualmente entendiendo por éstos a los defi-
algunos puntos que nos permitan nidos en el ámbito del accionar de los canales institucionales regulares
-oncepto psicología política. (por ejemplo, el análisis e intervención sobre motivaciones, formación
de preferencias, conducta electoral, partidaria y social de base). La "po-
lítica de la psicologíá; a su vez, se especificaría en el ámbito de la eva-
luación y la decisión que se hacen sobre la psicología como institución
y práctica sociales, en términos de su dinámica y desarrollo como espa-
eptuales, los resultados suelen ser cio de poder (por ejemplo, las decisiones y normativas legales vigentes
ran de la combinación de otra da- en los Estados nacionales respecto de la formación y práctica del campo).
par de definiciones de psicología La "política psicológicá; por extensión, podrá entenderse entonces como
esto, ayuden en el ·esclarecimiento la esfera enla cuarsellsen con fines y en espacios políticos los saberes y
técnicas desarrollados en el espacio de lo psicológico (por ejemplo, las
rezar como sigue: campo de prác- conductas y estratras comunicacionales de los gobiernos u otros gru-
os compartidos acerca de lo huma- pos organizados).
•e, al devenir en institución, genera Con todas estas precisiones, nuestra definición mínima rezaría más "LJ. 2s
coordinada entre sí, de cuerpos de o menos así: la psicología política puede asumir la forma de tina especia-
. ue r el cuerpo, que en su operación lidad de la psicología en la que, en lugar de postular una extrapolación
ts y prácticas específicas constitutivas de las posiciones y funciones de un campo a otro, lo que se intenta es
caracterización del término política reflexionar sobre la coherencia entre las lógicas y estrategias de los acto-
como la esfera constituida por los ' res q~e as encarnan, así como intervenir sobre sus recursos y sus coyun-
modelan y definen el devenir de la .i, turas. al y como se especifica en la tradición latinoamericana, en esta
!as comunidades humanas. De ma- pers ectiva, en general, se asume que la psicología política no ha de inten-
!ón de las relaciones humanas en la tar aplicar teorías psicológicas en la política, sino más bien examinar lo
par sujeción/dominación. que de psíquico hay en el quehacer político.
ameriores reflexiones, la coordina- El atento lector percibirá que con esta propuesta de caracterización
ª evidente en al menos un punto: son más las preguntas que se abren que las que se cierran. No en vano,

87
Ricardo Ernsc Montenegro

y luego de recorrer un derrotero similar al aquí presentadof=a de las Fuentes


más destacadas profesionales del campo en la región ha propuesto una
clasificación mínima del campo de la psicología política en la cual se Acosta, María Teresa y Javier Urihc
cons:iderarrcuatro E.erspe~ (psicosociológica, psicoanalítica, discur- {1991)."La psicología poüric.a en
siva y estructural-funcional) susceptibles de articularse con seis mode- concepción lebonianá; en J. j.!2.l:
. los diferentes (liberacionista-crítico, psi~ ' · retórico-dis~, et al., Ensayos de psicología pe.

1 psicohistórico, racionalista y marxista);(Montero, 1 99: 9-24)ldando


[i cuenta de la magnitud y heterogeneidad--de-l s erzos que cfa'it forma
en México, México, UAM, pp. 39
Agger, Inger y Süren Jensen 19961
J y vida al campo de la psicología política. Trauma y cura en situaciones de
,h.L<-rl 1 No es la intención de este escrito cerrar la discusión, sino apenas de- rrorismo de Estado. Derechos hu
linear algunos de sus aspectos principales, siempre con la esperanza que nos y salud mental en Chile é~
de ésta se desprendan reflexiones o intuiciones de provecho para cual- dictadura militar, Santiago de
quier sujeto interesado en la comprensión de lo social y en el ejercicio de le, Chile América/Cesoc.
una práctica que lo transforme. Ahora es el turno del lector. Alonso, M. y A. Eagly {eds.) 1999
Psicología en las Américas, Gi
Sociedad Interamericana de
--~
Lecturas recomendadas logía.

-
Sobre los esfuerzos sudamericanos en el campo, excelentes referen-
cias son los trabajos de Fasic (1987), Lira (1991, 1996), D'Adamo y
Barudy,Jorge {1990)."El dolo: i..'!
ble de la tortura en las familias
exiliados en Europá; en T
García (1999), D'.Adamo, García y Montero (1995). Para lo mismo en aspectos médicos, psicológicos y
Centroamérica una referencia ineludible es la obra completa de Marcin- les. Prevención y tratamiento.
Baró (especialmente Martín-Baró, 1990). En el caso de México, buenas nario Internacional, Santiaf.:-
referencias son los trabajos de Juárez (2000) y Mota (1999). Para los Chile, DITT/cooEPU, pp. 88-:2-
ejercicios estadounidenses, véase Milgram (1969), Hermann (1986) y Becker, David {1994). ~Tra ..
Elster (1995). Sobre la tradición europea, Fromm (1956), Moscovici duelo e identidad: una re5e
(1987), Billing (1987, 1991) y Potter (1996). De manera general, se con- conceptual'; en David Becker:
sideran insustituibles las revisiones de los clásicos antiguos como Sun briel Morales y María Inés .'\.:-
Tzu, Platón, Maquiavelo, Le Bon y Freud, así como los excelentes traba- lar (eds.), Trauma psicosoru::.
jos de recopilación y análisis de Montero (1990, 1994, 1999, 2001). adolescentes latinoamerica>U>s
mas de acción grupal, Sa."l.
de Chile, Chile América C
pp. 68-104.
Billing, Michael {2002). "El psi·
anticuarió; Psic. Soc. Rei·isuz 1
nacional de Psicología Soci.-: l .
l, {Puebla, México), pp. 139-

88
Psicología política

_ resentadof=a de las Fuentes


re-;:on ha propuesto una
~-""=' _ poütica en la cual se Acosta, María Teresa y Javier Uribe Traducción de Luzrna Javiedes de
_ e;;. psicoanalítica, discur- (1991)."La psicología política en la Billing.
a..~.:ularse con seis mode-
~
concepción leboniana'; en J. Juárez Billing, Michael (1991). Ideology and
,.,,.._.....,,~~'-"4- retórico-discursivo, et al., Ensayos de psicología política Opinions. Studies in Rhetorical Psy-
-;rero, 1 99: 9-24)f dando en México, México, UAM, pp. 39A8. chology, Londres, Sage.
s erzos que cfaii forma Agger, lnger y Süren Jensen (1996). Billing, Michael (1987). "Introduc-
Trauma y cura en situaciones de te- rion: Anriquarian Psychology'; en
-= ...1 discusión, sino apenas de- rrorismo de Estado. Derechos huma- Michael Billing, Arguing and Think-
es siempre con la esperanza que nos y salt,d mental en Chile bajo la ing. A Rhetorical Approach to So-
¡¡¡¡2ones de provecho para cual- dictadura militar, Santiago de Chi- cial Psychology, Londres, Cambridge
on de lo social y en el ejercicio de le, Chile América/Cesoc. University Press [1989].
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Barudy,Jorge (1990)."El dolor invisi- (1999). "Propuesta para una agen-
n el campo, excelentes referen- ble de la tortura en las familias de da temática de la psicología política
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om:ero (1995). Para lo mismo en aspectos médicos, psicológicos y socia- ras y Ángel Rodríguez (coords.),
e es la obra completa de Martín- les. Prevención y tratamiento. Semi- Psicología política, México, Plaza y
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t 2000) y Mota (1999). Para los Chile, DITT / CODEPU, pp. 88-124. na, pp. 293-303.
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1996 . De manera general, se con- conceptual'; en David Becker, Ga- Psicología de la acción política, Bar-
e :os clásicos antiguos como Sun briel Morales y María Inés Agui- celona, Paidós.
d. así como los excelentes traba- lar (eds.), Trauma psicosocial y Elster, Jon (1995). Psicología política,
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89
Ricardo Ernst Montenegro

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91
Segunda parte

Reglas e instituciones
Constitución
Enrique Serrano Gómez*

Introducción

E1término constitución posee una díversidad de significados, de los


1

cuales, para los fines de este trabajo, cabe destacar dos: el primero posee
una larga tradíción y se encuentra ligado al sentido etimológico del tér-
mino: constitutio denota la naturaleza, composición o estructura de algo.
De acuerdo con esto, en su acepción política, la Constitución es la forma
de organización del poder imperante en una sociedad (status publicus-
status reipublícae); el segundo significado, propio del mundo moderno,
consiste en el sistema de normas supremas y últimas por las que se rige
el Estado. A su vez, en cada uno de estos significados cabe distinguir
una dimensión descriptiva y una dimensión normativa. Para realizar un
análisis adecuado del concepto de constitución es menester diferenciar
claramente entre estas acepciones, pero sin perder de vista la relación
existente entre sí. Ello sólo puede lograrse si se renuncia al presupuesto
de la teoría clásica de la definición (per genus et di.fferentiam) respecto de

* Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-lztapalapa. Estudió filo·


so6a en la UNAM y en la Universid...d de Consranza (Alemania). Correo electrónico: <esg@
lGlnum.uam.mx>.
El rema de la Constitución y los ideales conscitucionaliscas abarca gran parte del pensa·
miento político. En este trabajo no pretendo abarcar la riqueza de este campo problemá-
tico, ni siquiera en lo que respecta a los amores que directamente trabajan el tema de la
Constitución. Mi objetivo es más modesto: proponer una perspectiva de análisis, en la cual
este concepto representa el punto en el que se condensan los ideales de libertad que han
motivado las luchas policicas a lo largo de la historia.

95
Enrique Serrano Gómez

que todo concepto debe remitir a una esencia o un núcleo invariable y se dos -respondió Zeus- y ~ _
asume que los diversos sentidos de Constitución son una expresión de ciudades si sólo algunos de
las transformaciones históricas de los sistemas políticos. nocimientos. Además impón
participar del honor y la jusn<ll
de la ciudad (polis).
La Constitución de los antiguos
En esta narración mítica se
En el pensamiento grecolatino clásico, la Constitución (politeía-consti- so espontáneo de los seres h
tutio) es la modalidad de organización de una ciudad (polis) o de un bargo, para lograr desarrollar la
territorio. Gran parte de los presupuestos comunes a esta tradición se requiere crear una Constitución ·
condensan en el mito de Prometeo y Epimeteo que narra Protágoras en el mediante la referencia a un prin
diálogo platónico homónimo (322a). De acuerdo con este mito, los dio- las acciones. En las sociedades en
ses encargan a estos hermanos distribuir los atributos necesarios entre pera lo que se denominaba st.ms
todas las criaturas para que sobrevivan. flícto, animado por un creciente
Epimeteo, el menor de ellos, se ofrece a realizar esta compleja labor de En esta lucha, sin mediaciones
equilibrio. A algunas criaturas las dota de fuerza, a otras de alas, unas se imponen los más fuertes, par
obtienen una abundante descendencia y, a las que se alimentan de és- gobernados se convierte en un \
tas, en cambio, una exigua descendencia, etc. Sin embargo, "como no era generan formas de gobierno ile~
del todo sabio" se olvida de la especie humana (los seres humanos esta- cipio de justicia, mantienen uru
ban desnudos, descalzos y sin armas). Al revisar la labor de su hermano, que impide el desarrollo de la
Prometeo se percata del error y para remediarlo osa robar la sabiduría gobierno ilegítimas, al depender
profesional (técnica) de Atenea y el fuego de Hefesto y los otorga a los no poseen una forma defini&
seres humanos. Pero como estas criaturas todavía no poseen el arte de de los miembros de la sociedad
la política (el arte de vivir dentro de una polis) en cuanto tratan de aso- La única manera de superar
ciarse entran en conflicto y, por tanto, se mantienen aislados e inermes tanto, generar una Constitucion
frente al peligro que representan las fieras, incluidas en ellas sus propios les. Para la tradición grecolaruu
congéneres. de la sociedad no se reduce a u
todo, es una cuestión práctica
Zeus, entonces, temió que sucumbiera toda nuestra raza, y envió a tra en juego la determinación
Hermes que trajera a los seres humanos el sentido moral (aidós-pu- ejercicio de la libertad. Es dem;
dor) y la justicia, para que hubiera orden en las ciudades y ligaduras descriptiva y la normativa; to.la
acordes de amistad. Le preguntó, entonces, Hermes a Zeus de qué eunomía, que define el buen
modo daría el sentido moral y la justicia a los seres humanos. ¿Las Aunque nunca se accedió a l.:!:
reparto como están repartidos los conocimientos? Están repartidos buen orden social, sí se estab:el.
éstos así: uno solo que domine la medicina vale para muchos, y lo
mismo los otros profesionales. ¿También ahora la justicia y el sentido
La Constitución (politda-consw..
moral los infundiré así a los humanos, o los reparto a todos? A ro- establecen y regulan las relaciones

96
Constitución

~'"1 núcleo invariable y se dos -respondió Zeus- y que todos sean parócipes. Pues no habría
t::O:lC~ son una expresión de ciudades si sólo algunos de ellos participaran, como de los otros co-
b:=:!!:!l;a.5 poÜricos. nocimientos. Además impón una ley de mi parte: Que el incapaz de
participar del honor y la justicia lo eliminen como a una enfermedad
de la ciudad (polis).

En esta narración mítica se destaca que la sociabilidad es un impul-


b Constitución (politeía-consti- so espontáneo de los seres humanos, ligado a la supervivencia; sin em-
de una ciudad (polis) o de un bargo, para lograr desarrollar la cooperación en la convivencia social se
estos comunes a esta tradición se requiere crear una Constitución,2 es decir, un orden institucional, el cual,
zmeteo que narra Protágoras en el mediante la referencia a un principio de justicia común, permita integrar
De acuerdo con este mito, los dio- las acciones. En las sociedades en las que no existe una Constitución im-
mr los atributos necesarios entre pera lo que se denominaba stásis, esto es, una situación en la que el con-
flicto, animado por un creciente espíritu de facción, tiende a polarizarse.
-e a realizar esta compleja labor de En esta lucha, sin mediaciones institucionales y sin reglas, simplemente
ta de fuerza, a otras de alas, unas se imponen los más fuertes, por lo que la relación entre gobernantes y
:a y. a las que se alimentan de és- gobernados se convierte en un vínculo de dominio. De esta manera, se
cia, etc. Sin embargo, "como no era generan formas de gobierno ilegítimas, las cuales, al carecer de un prin-
ehumana (los seres humanos esta- cipio de justicia, mantienen una situación de conflicto sin mediaciones,
Al revisar la labor de su hermano, que impide el desarrollo de la sociedad. Según esta tesis, las formas de
remediarlo osa robar la sabiduría gobierno ilegítimas, al depender de la arbitrariedad de los dominadores,
..!ego de Hefesto y los otorga a los no poseen una forma definida que permita estabilizar las expectativas
t:uras todavía no poseen el arte de de los miembros de la sociedad, es decir, carecen de una Constitución.
•na polis) en cuanto tratan de aso- La única manera de superar los riesgos inherentes a la stásis es, por
, se mantienen aislados e inermes tanto, generar una Constitución que permita regular las relaciones socia-
fieras, incluidas en ellas sus propios les. Para la tradición grecolatina clásica, el problema de la Constitución
de la sociedad no se reduce a un asunto técnico (tecné), sino que, ante
todo, es una cuestión práctica (praxis), en la que, como tal, se encuen-
e1"2 coda nuestra raza, y envió a tra en juego la determinación de las condiciones que hacen posible el
os el sentido moral (aidós-pu- ejercicio de la libertad. Es decir, para ellos es inseparable la dimensión
:den en las ciudades y ligaduras descriptiva y la normativa; toda Constitución implica un principio de
mrnnces, Hermes a Zeus de qué eunomía, que define el buen orden que debe regir en la colectividad.
, aoa a los seres humanos. (Las Aunque nunca se accedió a un consenso amplio sobre lo que significa el
conocimientos? Están repartidos buen orden social, sí se establecieron ciertos puntos de coincidencia. En
medicina vale para muchos, y lo
nb1~ ahora la justicia y el sentido
La Consárución (politeía-constitutio) es lo que crea el espacio público común en el que se
os, o los reparto a todos? A to- establecen y regulan las relaciones de poder (polis-civitas).

97
Enrique Serrano Gómez

primer lugar, existe un acuerdo sobre la necesidad de distinguir entre los dadano sea un legislador, para, de
regímenes políticos surgidos de la violencia, propia de la stásis, y los regí, permitan llegar a identificar su'
menes fundamentados en un consenso entre las diversas fuerzas socia, que el orden civil garantiza a rod
les. En estos últimos se opera una inversión en la prioridad política de y, paralelamente, los ciudadanos
las relaciones sociales. Si en términos genéticos la prioridad reside en la nes. La lealtad absoluta del au
relación asimétrica entre gobernantes y gobernados, en ellos la prioridad particulares, sino al principio de _
se traslada al vínculo simétrico entre ciudadanos, desde el cual se eligen, los otros. Por eso, esa legalidad
posteriormente, los ciudadanos encargados de ejercer las tareas especia, to para encauzar los disensos. La
lizadas del gobierno. Con ello los gobernantes dejan de ser los domina, leyes que emanan de un consenso
dores, para convertirse en servidores de los ciudadanos en general. Jit
de libertad: Volenti non iniura.
Evidentemente, dicha inversión de prioridades significa que se esta, Este principio de justicia :o
blecen instituciones y procedimientos que limitan el poder de los gober, la noción de República: 'l\sí pues,
nantes. En el caso de la democracia ateniense, por ejemplo, su Constitución propia del pueblo; pero pueblo no
establece que el centro del poder político reside en la asamblea de todos reunido de cualquier manera '1no
los ciudadanos ( ekklesia), de la que emanan las decisiones políticas más so en torno a un derecho y una
importantes; entre éstas la elección por sorteo de los que deben ocupar cación cuantitativa de los regi.m
los puestos ejecutivos del gobierno (a excepción de los mandos milita, en sinónimo de gobierno legíomo.
res). En el mito que hemos mencionado, Zeus ordena que el sentido mación del orden civil en un esp
moral y la justicia sean repartidos a todos los ciudadanos para que lapo, nos) del que emanan las leres que
lis pueda consolidarse. Con ello se expresa el ideal de isonomía, esto es, la el término Tiranía se utiliza par.a
igualdad de los ciudadanos ante la ley, que se basa en el deber y derecho voluntad de los gobernantes se
de participar en la gestión de los asuntos públicos.3 que carece de una Constirucion.
De ahí que otro punto de amplia coincidencia en la tradición gre, ricia será retomado en el mundo
colatina clásica se encuentra en la noción de justicia que debe coronar social. Con la figura del conc:a..~
la Constitución de la polis o civitas, ligada al atributo de ciudadano. Por orden civil de una sociedad; el e
una parte, se caracteriza al ciudadano por su pertenencia activa al orden se condensa la manera en que d
civil, lo cual significa que, a diferencia de la sociabilidad espontánea, su der a un gobierno legítimo. Esm
membresía del orden civil es un acto voluntario. Dicho de otra manera, ple una función teórica ( descr. r
lo que caracteriza al ciudadano es su capacidad de actuar (libremente). el fin de las acciones políticas .
Pero, por otra parte, se le exige al ciudadano que obedezca a las normas, Dentro de la tradición co
que representan los muros espirituales de la polis. La manera de conci, sistematiza gran parte de las r
liar la libertad con la obediencia a la legalidad consiste en que cada ciu, tiempo, abre nuevos rumbos par.a
ca en el reconocimiento del e

Sobre el ideal de isonomía, véase La oración fúnebre de Pericles, en la Historia de la Guerra


del Peloponeso, de Tucídides (libro II). Especialmente el párrafo que inicia así: "Tenemos Cicerón, Sobre la República, 1, 25 •
una constitución (un régimen político) que no emula las leyes de otros pueblos, y más que ornnis hominurn coerus, sed cocn
imitadores de los demás, somos un modelo a seguir [-__ )". sociarus".

98
Constitución

~:::s:~a de distinguir entre los dadano sea un legislador, para, de esta manera, crear las condiciones que
de la stásis, y los regí -
• :.1 permitan llegar a identificar su voluntad con la ley. Se logra en la medida
las diversas fuerzas socia- que el orden civil garantiza a todos los ciudadanos el derecho a disentir
r---'---" er. ~a prioridad política de y, paralelamente, los ciudadanos asumen la responsabilidad de sus accio-
cos la prioridad reside en la nes. La lealtad absoluta del ciudadano no es al contenido de las normas
~ados, en ellos la prioridad particulares, sino al principio de legalidad que debe regir su relación con
danos, desde el cual se eligen, los otros. Por eso, esa legalidad siempre debe contener un procedimien-
os de ejercer las tareas especia- to para encauzar los disensos. La idea es que sólo pueden ser justas las
tes dejan de ser los domina- leyes que emanan de un consenso social, al que se accede en condiciones
e los ciudadanos en general. de libertad: Volenti non fit iniura.
prioridades significa que se esta- Este principio de justicia lo encontramos expresado claramente en
que limitan el poder de los gober- la noción de República: 'l\.sí pues, la República (cosa pública) es la cosa
e'lse, por ejemplo, su Constitución propia del pueblo; pero pueblo no es todo conjunto de seres humanos
co reside en la asamblea de todos reunido de cualquier manera, sino un conjunto reunido por un consen-
.anan las decisiones políticas más so en torno a un derecho y una utilidad común':-1 Más allá de la clasifi-
r sorteo de los que deben ocupar cación cuantitativa de los regímenes políticos, la República se convierte
excepción de los mandos milita- en sinónimo de gobierno legítimo, en la medida que implica la transfor-
do, Zeus ordena que el sentido mación del orden civil en un espacio público (abierto a todos los ciudada-
os los ciudadanos para que lapo- nos) del que emanan las leyes que deben regir sus relaciones. En cambio,
cesa el ideal de isonomía, esto es, la el término Tiranía se utiliza para referirse a todo régimen en el que la
que se basa en el deber y derecho voluntad de los gobernantes se encuentra por encima de la ley, esto es,
ros públicos.3 que carece de una Constitución. Cabe destacar que este principio de jus-
coincidencia en la tradición gre- ticia será retomado en el mundo moderno por las teorías del contrato
'on de justicia que debe coronar social. Con la figura del contrato no se pretende explicar la génesis del
~ad.a al atributo de ciudadano. Por orden civil de una sociedad; el contrato original es una ficción en la que
ror su pertenencia activa al orden se condensa la manera en que debe constituirse el orden civil para acce-
de la sociabilidad espontánea, su der a un gobierno legítimo. Esto es, la figura del contrato social no cum-
\"Oluntario. Dicho de otra manera, ple una función teórica (descriptiva), sino una función práctica (definir
capacidad de actuar (libremente). el fin de las acciones políticas).
dano que obedezca a las normas, Dentro de la tradición constitucionalista grecolatina, Aristóteles
les de la polis. La manera de conci- sistematiza gran parte de las teorías de sus predecesores y, al mismo
egalidad consiste en que cada ciu- tiempo, abre nuevos rumbos para la reflexión teórica. Su novedad radi-
ca en el reconocimiento del carácter contingente y, por tanto, plural del

~ de Pericles, en la Historia dt la Guerra


mente el párrafo que inicia así: "Tenemos Cicerón, Sobre la Repr¡b/ica, l, 25 (39). "Res publica (ese) res populi, populus autem non
emula las leyes de otros pueblos, y más que omnis hominum coccus, sed coccus mulrirudinis, iuris consenso et utilicaris comunione
a seguir { ... ]". sociacus".

99
Enrique Serrano Gómez

mundo humano, sin perder la exigencia de universalidad normativa im- la práctica política, en su inr
plícita en la noción de eunomía (el mejor gobierno). justo en sentido estricto. Como
Reconocer la contingencia y pluralidad del mundo humano implica
que, a diferencia del proyecto de su maestro Platón, no se puede iniciar la Una constitución que promu~
discusión en tomo a la Constitución pretendiendo definir en abstracto do con leyes que hagan que b
el mejor régimen que deben adoptar las sociedades. El punto de parti-
da se encuentra, por el contrario, en el estudio empírico de las diferentes servir de base, no s6lo al pro
constituciones (según Diógenes Laercio, Aristóteles analizó "ciento cin- a codas las leyes [... ]. Aunque
cuenta y ocho regímenes de ciudades, de acuerdo con sus formas: demo- idea que presenta ese max1m:1
cráticas, oligárquicas, tiránicas, aristocráticas"). Sólo después de realizar cuada para aproximar progr
esa labor descriptiva, se tienen las bases para sustentar la reflexión nor- seres humanos a la mayor per!i
mativa (práctica) en tomo al mejor régimen político:
tenerse la humanidad, ni, pcr
Pues bien, como nuestros antecesores dejaron sin investigar lo relati- riamente separa la idea y su r
vo a la legislación, quizá será lo mejor que lo examinemos nosotros, porque se trata precisamente de
y en general la materia concerniente a las constituciones, a fin de que quear coda frontera predece
podamos completar, en la medida de lo posible, la filosofía de las cosas
humanas. Anee codo, pues, intentemos recorrer aquellas partes que La falta de una adecuación pl
han sido bien tratadas por nuestros predecesores; luego, partiendo el ideal de Constitución, implica
de las constituciones que hemos coleccionado, intentemos ver qué rantizan el ejercicio de la libertad
cosas salvan o destruyen las ciudades, y cuáles a cada uno de los regí- nente del orden civil. Se deja atr.ll
menes, y por qué causas unas ciudades son bien gobernadas y orras puede ser obra de un legislador
al contrario. Después de haber investigado escas cosas, tal vez este- de Platón), para sustentar que
mos en mejores condiciones para percibir qué forma de gobierno es largo de un amplio lapso de ci
mejor, y c6mo ha de ser ordenada cada una, y qué leyes y costumbres la mejor Constitución conocid... ~
ha de usar. 5 cía de muchas generaciones. S1 ::-
entre la noción descriptiva r la :"
Aristóteles establece ya la necesidad de diferenciar tres niveles en el entre estas dos nociones un v:n
estudio de la Constitución: 1) el nivel descriptivo, en el que se analizan pragmático (la mejor Consrirua
los distintos regímenes políticos, 2) el nivel pragmático, donde se busca particular).
determinar el mejor régimen posible en cada contexto particular, y 3) el Por otra parte, el reconoci..
nivel normativo, en el cual, con base en la experiencia de los otros dos ni- do humano implica no sólo asu
veles, se pretende definir el régimen al que deben aspirar todas las socie- sino también admitir la pluralr
dades. Este modelo normativo debe funcionar como la estrella polar de tea un nuevo reto al ideal de JUS
exige abandonar la visión orb
Arisrórdes, E.tica Nicomáquta {libro X, 9). El texto es el último párrafo de esra obra de
la filosofía platónica, y aceptar d
érica, en el que se marca el paso al esrudio de la políóca. tos o clases sociales existe un e

100
Consricución

la práctica política, en su interminable búsqueda de un régimen político


justo en sentido estricto. Como dirá mucho más tarde Kant:
d mundo humano implica
--on, no se puede iniciar la Una constitución que promueva la mayor libertad humana de acuer-
....:lendo definir en abstracto do con leyes que hagan que la libertad de cada uno sea compatible
soaedades. El punto de parti- con la de los demás es, como mínimo, una idea necesaria, que ha de
• ·o empírico de las diferentes servir de base, no sólo al proyecto de una constitución política, sino
Anstóteles analizó 'ciento cin- a todas las leyes (... ]. Aunque es ro no llegue a producirse nunca, la
~cuerdo con sus formas: demo- idea que presenta ese maximum como arquetipo es plenamente ade-
acas"). Sólo después de realizar cuada para aproximar progresivamente la constitución jurídica de los
para sustentar la reflexión nor- seres humanos a la mayor perfección posible. En efecto, nadie puede
men político: ni debe determinar cuál es el supremo grado en el cual tiene que de-
tenerse la humanidad, ni, por tanto, cuál es la distancia que necesa-
dejaron sin investigar lo relati- riamente separa la idea y su realización. Nadie puede ni debe hacerlo
r que lo examinemos nosotros, porque se trata precisamente de la libertad, la cual es capaz de fran-
a las constituciones, a fin de que quear toda frontera predeterminada (Kant, 1978: A317, 8374: 312).
o posible, la filosofía de las cosas
os recorrer aquellas partes que La falta de una adecuación plena entre las constituciones existentes y
predecesores; luego, partiendo el ideal de Constitución, implica que la justicia reside en las leyes que ga-
ecc1onado, intentemos ver qué rantizan el ejercicio de la libertad, lo cual hace posible la reforma perma-
} cuáles a cada uno de los regí- nente del orden civil. Se deja atrás la idea de que una buena Constitución
-1es son bien gobernadas y otras puede ser obra de un legislador sabio (como se plantea en La República
C?gado estas cosas, tal vez este- de Platón), para sustentar que ésta debe ser un producto colectivo a lo
ab1r qué forma de gobierno es largo de un amplio lapso de tiempo. Los romanos aducían que poseían
una, y qué leyes y costumbres la mejor Constitución conocida porque era el producto de la experien-
cia de muchas generaciones. Si bien, a partir de este punto, se diferencia
entre la noción descriptiva y la normativa de Constitución, se mantiene
d de diferenciar tres niveles en el entre estas dos nociones un vínculo gracias al nivel que hemos llamado
descriptivo, en el que se analizan pragmático (la mejor Constitución posible dentro de un contexto social
nfrel pragmático, donde se busca particular).
n cada contexto particular, y 3) el Por otra parte, el reconocimiento del carácter contingente del mun-
la experiencia de los otros dos ni- do humano implica no sólo asumir la pluralidad de regímenes políticos,
que deben aspirar todas las socie- sino también admitir la pluralidad dentro de cada sociedad. Ello plan-
imaonar como la estrella polar de tea un nuevo reto al ideal de justicia inherente a la Constitución, porque
exige abandonar la visión organicista del orden social, sistematizada en
tatO es d último párrafo de csra obra de la filosofía platónica, y aceptar el hecho de que entre los diferentes estra-
poli oca. tos o clases sociales existe un conflicto de intereses. Para enfrentar este

101
Enrique Serrano Gómez

reto, Aristóteles empieza por distinguir dos sentidos de justicia: la justi, versal (legalidad) es un requJJ to
cia universal o legal y la justicia particular, conformada esta última, a su posible a la justicia distribun"a.
vez, por la justicia distributiva y la justicia conmutativa. En relación con flicro entre los grupos sociales
la justicia universal o legal, Aristóteles sostiene, al igual que sus predece, nómeno violento, con lo cu:L ~
sores, que las leyes justas son las que emanan de un consenso construido políticos dentro del orden mm
en condiciones de libertad. Por eso, esas mismas leyes deben garantizar Decir que la justicia uni•e
siempre el ejercicio de la libertad configurando el orden civil (polis,civi, la justicia distributiva, aparenr
tas) como un espacio público en el que los ciudadanos pueden actuar li, mado sentido común. La expen
bremente. En la medida que, como se ha dicho, ningún sistema de leyes virnientos políticos son mom-:ad
existentes se ajusta plenamente al imperativo de justicia, la corrección a mismo Aristóteles destaca que
la legalidad (el principio de equidad) se debe realizar mediante la partí, como causa la desigualdad. Pero
cipación, directa e indirecta, de todos los ciudadanos. gar esta experiencia, sino en a.i
Mientras la justicia legal se sustenta en un principio de igualdad tituido por la legalidad, no ene
(todos los miembros del orden civil son iguales frente a la ley), la jus, de bienes, no se lograrán avances
ticia distributiva se fundamenta en el principio de la proporcionalidad distributiva. Ello se debe a rres
que puede expresarse de la siguiente manera: deben recibir igual los que su principio de legalidad, tiene
tienen méritos iguales y desigual cantidad de bienes los que tienen mé, carácter violento y ello sólo ben
ritos desiguales, desigualdad que debe ser proporcional a la diferencia quier instancia particular que:: se
entre los méritos. Si A y B representan los méritos, mientras que x y z ricia distributiva (la jerarqwa
representan la cantidad de bienes que reciben cada uno, la fórmula del sociales) impondrá su peculiar
principio de proporcionalidad de la justicia distributiva es A-:-B = x-:-z. toria siempre han existido mdn
Sin embargo, Aristóteles destaca que la fórmula de la justicia distribu, magógicamente las demandas
tiva no define el contenido de lo que se reconocería socialmente como instrumentalizar la fuerza s~--w
mérito, ni la jerarquía que debe establecerse entre los distintos méritos particular ("Las democracias se
de los diferentes grupos sociales. Es decir, dicha fórmula únicamente los demagogos, pues, unas veces.
representa una orientación general, pero está muy lejos de ofrecer una samente a los que tienen rique-
solución al complejo problema de la distribución de los bienes sociales. en el aspecto público, arrastran ...
En la medida que existe un conflicto de intereses entre los diferen, Las conquistas en el cam='."lo
tes grupos sociales, el tema de la justicia distributiva es y será una cues, solidan cuando los grupos t"!"'U.:
tión disputada. Aristóteles expresa esta tesis al sostener la presencia de y, con ello, adquieren la faCU:~
una lucha insuperable entre ciudadanos pobres y ciudadanos ricos y, por sus demandas dentro del prcx
tanto, entre el principio democrático y el principio oligárquico de orga, La exigencia de inclusión en el
nización del poder político. Aristóteles sostiene que la ausencia de una gar al ideal republicano de la
solución en abstracto al problema de la justicia distributiva hace nece, Constitución, se trata de comb
sario que todos los grupos o estratos sociales participen en la definición cos y democráticos dentro de un
política de los criterios distributivos; para ello se requiere que pobres y porar a los diferentes grupos
ricos sean reconocidos como ciudadanos libres. Es decir, la justicia uni, entre poderes. Esta idea se en

102
Constitución

senndos de justicia: la justi- versal (legalidad) es un requisito indispensable para aproximarse lo más
rmada esta última, a su posible a la justicia distributiva. Aunque la legalidad no suprime el con-
J"'lurativa. En relación con flicto entre los grupos sociales impide que éste se transforme en un fe-
e, al igual que sus predece- nómeno violento, con lo cual se sientan las bases para alcanzar acuerdos
de un consenso construido poüticos dentro del orden institucional,
smas leyes deben garantizar Decir que la justicia universal (legalidad) tiene una prioridad sobre
::nirando el orden civil (polis-civi- la justicia distributiva, aparentemente, contradice la experiencia y el lla-
ciudadanos pueden actuar lí- mado sentido común. La experiencia indica que la mayoría de los mo-
a dicho, ningún sistema de leyes vimientos poüticos son motivados por las demandas distributivas. El
~rativo de justicia, la corrección a mismo Aristóteles destaca que las sublevaciones tienen, normalmente,
se debe realizar mediante la partí- como causa la desigualdad. Pero la tesis aristotélica no consiste en ne-
s ,os ciudadanos. gar esta experiencia, sino en advertir que mientras el orden civil, cons-
crenta en un principio de igualdad tituido por la legalidad, no encauce la disputa en torno a la distribución
son iguales frente a la ley), la jus- de bienes, no se lograrán avances sustanciales y duraderos en la justicia
i principio de la proporcionalidad distributiva. Ello se debe a tres razones; 1) la falta de un orden civil, con
manera: deben recibir igual los que su principio de legalidad, tiene como efecto que el conflicto adquiera un
adad de bienes los que tienen mé- carácter violento y ello sólo beneficia a los que tienen más poder; 2) cual-
roe ser proporcional a la diferencia quier instancia particular que se asigne para definir los criterios de jus-
:ar. los méritos, mientras que x y z ticia distributiva (la jerarquía entre los méritos de los distintos grupos
e reciben cada uno, la fórmula del sociales) impondrá su peculiar punto de vista; 3) a lo largo de la his-
ncia distributiva es A +B = x+z. toria siempre han existido individuos o grupos que han utilizado de-
e la fórmula de la justicia distribu- magógicamente las demandas de la justicia distributiva, con el fin de
se reconocería socialmente como instrumentalizar la fuerza social que desata la pobreza para su beneficio
lecerse entre los distintos méritos particular ("Las democracias se alteran sobre todo por la insolencia de
decir, dicha fórmula únicamente los demagogos, pues, unas veces, en el aspecto privado, denunciando fal-
rero está muy lejos de ofrecer una samente a los que tienen riquezas, los incitan a aliarse [ ... J y otras veces,
distribución de los bienes sociales. en el aspecto público, arrastrando a la masá: Política 1340b).
uCTO de intereses entre los diferen- Las conquistas en el camino hacia la justicia distributiva sólo se con-
cia distributiva es y será una cues- solidan cuando los grupos marginados también acceden al orden civil
e:sra tesis al sostener la presencia de y, con ello, adquieren la facultad de articular discursiva y prácticamente
os pobres y ciudadanos ricos y, por sus demandas dentro del proceso de definición de los fines colectivos.
) el principio oligárquico de orga- La exigencia de inclusión en el orden civil de la pluralidad social da lu-
es sostiene que la ausencia de una gar al ideal republicano de la Constitución mixta. En esta modalidad de
la justicia distributiva hace nece- Constitución, se trata de combinar elementos monárquicos, aristocráti-
sociales participen en la definición cos y democráticos dentro de un mismo orden civil, no sólo para incor-
¡:-ara ello se requiere que pobres y porar a los diferentes grupos, sino también, con ello, lograr un equilibrio
os libres. Es decir, la justicia uni- entre poderes. Esta idea se encuentra expuesta sistemáticamente en el

103
Enrique Serrano Gómez

célebre libro sexto de las Historias de Polibio. De acuerdo con este pen- terno, administrada por un ~
sador, toda forma de gobierno simple, esto es, fundada sobre un centro administrativo. En cambio, h:Wla
de poder y un principio de organización único, resulta inestable. La for- gulación ha sido estatuida ra.:i
ma de gobierno estable es, por el contrario, aquella en la que cada poder orden. El análisis de esta bre• e
se encuentra equilibrado y contrapesado. terminaciones básicas del Esr2d
a la pretensión del monopolio de
forma peculiar de organización
La Constitución de los modernos so de centralización del poder
puede ubicar entre los siglos Xlll
En el lenguaje cotidiano, el término Estado se utiliza para designar la or- simplemente el primus inter !""n'S.
ganización política de las sociedades en general, es decir, el ámbito social quiere un poder soberano, esto es.
en el que se encuentra en juego la toma de decisiones colectivas vincu- lización del poder político apar
lantes y en el que se establece la relación asimétrica entre gobernantes y del Estado: 1) un ejército pro:
gobernados, en la cual el poder de mando de los primeros se sustenta en nistrativo profesional permanen·
el uso de los recursos de coacción. El riesgo que entraña este significado tamente modernos se converrira
tan amplio, que también se encuentra en diversas teorías políticas, es que y 3) un sistema tributario mane·
se pierdan de vista las enormes diferencias que existen entre los diversos nales de dominio.
sistemas políticos que encontramos en la historia. Me parece que la flexi- Por otra parte, la unidad pd
bilidad conceptual que se requiere para describir la diversidad histórica vés de la acción del Estado hace
se ve mejor servida cuando se establece una distinción entre la noción oposición a la ideología nacion
general de organización política y la noción de Estado, entendida como la no empieza por ser una unidad
organización política propia de las sociedades modernas. Esta distinción ciertos casos, hace posible la
es utilizada, entre otros, por Max Weber, quien en Economía y sociedad partir de la unidad política ,. eco
afirma: genera una unidad cultural.
El aspecto más imponan:e
Una asociación de dominación debe llamarse asociación polícica cuan- de los recursos de coacción fís:a.
do y en la medida en que su existencia y la validez de sus ordenaciones, cho, muchos Estados no logr..r
dentro de un ámbito geográfico determinado, estén garantizados de noción de pretensión en la ca.-¿c
un modo continuo por la amenaza y aplicación de la fuerza física por
parte de su cuadro administrativo. Por Estado debe entenderse un ins-
tituto político de actividad continuada, cuando y en la medida en que 6
"En la Europa medieval no podía
ese cuadro administrativo mantenga con éxito la pretensión al mono- crucruras políticas que abarcasen a
que las estructuras de las comtwu~a
polio legítimo de la coacción física para el mantenimiento del orden
variables. Ante codo, está estableado
vigente (Weber, 2004: § 17). corios y gentes y, por consigu1cn:.e, de
medieval cenía rdaciones pol::-.as
residía en las propiedades de n=
Cabe advertir que Weber habla de asociación (Verband) cuando
rios lo reconociesen como el m..s
existe una regulación, que establece un límite entre lo externo y lo in- 1994: 15-16).

104
Constituci6n

De acuerdo con este pen- terno, administrada por un dirigente y, esporádicamente, un cuadro
es, mndada sobre un centro administrativo. En cambio, habla de instituto (Anstalt) cuando dicha re-
-o, resulta inestable. La for- gulación ha sido estatuida racionalmente o, por lo menos, con cierto
aquella en la que cada poder orden. El análisis de esta breve caracterización permite localizar las de-
terminaciones básicas del Estado moderno. Ligar la noción de Estado
a la pretensión del monopolio de la violencia política implica que esta
forma peculiar de organización política es resultado de un largo proce-
so de centralización del poder político (en el caso europeo, este proceso se
puede ubicar entre los siglos xm y xvm). Mientras el rey medieval es
o se utiliza para designar la or- simplemente el primus ínter pares, el rey en los Estados modernos ad-
general, es decir, el ámbito social quiere un poder soberano, esto es, supremo.6 Como efecto de la centra-
ma de decisiones colectivas vincu- lización del poder político aparecen una serie de instituciones propias
'ón asimétrica entre gobernantes y del Estado: 1) un ejército profesional permanente, 2) un cuadro admi-
ndo de los primeros se sustenta en nistrativo profesional permanente, que en el caso de los Estados estric-
riesgo que entraña este significado tamente modernos se convertirá en lo que se conoce como burocracia,
en diversas teorías políticas, es que y 3) un sistema tributario monetario que trasciende los vínculos perso-
!neas que existen entre los diversos nales de dominio.
la historia. Me parece que la flexi- Por otra parte, la unidad política de un territorio que se logra a tra-
describir la diversidad histórica vés de la acción del Estado hace posible la formación de las naciones. En
Ieee una distinción entre la noción oposición a la ideología nacionalista, es necesario subrayar que la nación
:ión de Estado, entendida como la no empieza por ser una unidad cultural, sino una unidad política que, en
'edades modernas. Esta distinción ciertos casos, hace posible la unidad económica (mercado interno). A
eber, quien en Economía y sociedad partir de la unidad política y económica, en algunos contextos sociales se
genera una unidad cultural.
El aspecto más importante del Estado no es el control monopólico
llamarse asociación política cuan- de los recursos de coacción física, como generalmente se afirma; de he-
)' la validez de sus ordenaciones, cho, muchos Estados no lograron realmente ese monopolio (subrayo la
do, estén garantizados de noción de pretensión en la caracterización weberiana). La peculiaridad
aplicación de la fuerza Rsica por
Estado debe entenderse un ins-
• ruando y en la medida en que "En la Europa medieval no podía hablarse de Estados en el sentido acrual, es decir, de es·
con exito la pretensión al mono- rrucruras políticas que abarcasen a rodas las genres de un gran territorio [ ... ). Hoy sabemos
el mantenimiento del orden que las esrructuras de las comunidades medievales eran muchísimo más complicadas y
variables. Ame todo, está esrablecido que no puede hablarse de soberanía real sobre terri·
torios y gentes y, por consiguiente, de Estados, hasta bien entrada la Edad Media. Un rey
medieval renía relaciones políticas directas con relativameme pocas personas. Su poder
residía en las propiedades de rierra que él y sus parienres poseían, y en que orros propieta·
asociacton (Verband) cuando
ríos lo reconociesen como el más poderoso y estuviesen dispuestos a somerérselé (Shul::e.
límite entre lo externo y lo in- 1994: 15-16).

105
Enrique Serrano Gómez

del Estado moderno es vincular el control de los recursos de coacción al teóricos del Estado absolucisu
monopolio de la administración de justicia. Precisamente la legitimidad soberanía implica un poder
del poder estatal (de la que habla Weber) proviene de esa actividad ad- otro poder) y absoluto (en la
ministrativa. Mientras el derecho germánico, que predominó en la Edad to que utilizan estos autores
Media, estaba conformado por las normas tradicionales que regulan el consiste en sostener que d e •
conflicto entre particulares (ordalías, juicios de Dios, ere.), el derecho guridad si es realmente so
estatal moderno presupone la consolidación de un sistema institucional en una monarqwa, porque .os
' 1

en el que encarna la autoridad de la tercera persona, como mediación propician la división del poder.
entre los particulares. Es decir, con el derecho estatal moderno aparecen flicto continuo, al que Hobbes
los tribunales, la policía, los sistemas penitenciarios y, especialmente, la Por eso, tanto Bodino como
sistematización de las normas jurídicas por parte de juristas profesiona- no mixto. De acuerdo a su
les al servicio del Estado. Incluso el derecho consuetudinario de la tradi- pos en las tareas del gobierno es
ción anglosajona es sancionado y sistematizado por el Estado. de esa manera, generar un s:'
Para decirlo de una manera clara, aunque no del todo precisa, el de- Constitución en el sentido d.:
recho aparece como un artificio del Estado. La actividad de sistemati- efecto de la soberanía, por lo que
zación del orden jurídico por parte del Estado representa la condición que mantenía la tradición co
necesaria para el surgimiento del concepto moderno de Constitución, esto la centralización del poder. En
es: conjunto de normas superiores que regulan las relaciones de poder. Si afirma que "ley fundamenta.: en
la de los antiguos se refiere, ante todo, al hecho de la organización con- fracasa y es radicalmente di.su •
creta del orden civil, la Constitución de los modernos denota, en pri- destruidos': Más adelante, en el
mer lugar, las normas supremas de ese orden. Sin embargo, hay que tener cosas que debilitan al Estad:>
cuidado con esta distinción, pues, a pesar de lo que sostienen algunos dirige de modo sencillo y direcm
teóricos constitucionalistas modernos, la Constitución de los modernos el poder soberano pueda div:.:
también es inseparable de una estructura peculiar de la organización po- es simplemente disolverla'; Ya
lítica. Es decir, nunca la Constitución se ha reducido a un fenómeno me- destruyen uno al otro". Su con
ramente normativo. es mantener la unidad y, con
sus propias palabras: "Y, por
cuya virtud los súbditos escin
Soberanía versus Constitución buido al soberano, sea éste un
cual no puede mantenerse L.
La conjunción entre Estado y Constitución no es un fenómeno espon- En un segundo momenw
táneo, sino el resultado de un largo periodo de luchas sociales. En un solutismo, es cuando se esca~
primer momento, la consolidación del Estado exigió una confrontación del pensamiento constiructo
con la multiplicidad de poderes intermedios que caracterizaban al feu- to de que toda Constitución
dalismo. En estos conflictos políticos, en los que estaba en juego acceder der político mediante su dw:
a la soberanía, el ideal clásico de Constitución era contrario a las aspi- la ideología liberal y su idd ü.e
raciones estatales. Esta situación se expresa en los dos representantes ralismo se nutre del pensanu

106
Consótución

recursos de coacción al teóricos del Estado absolutista: Bodino y Hobbes. Para el primero, la
_.__.... Precsarnente la legitimidad soberanía implica un poder perpetuo (en el sentido de que no deriva de
.ene de esa actividad ad- otro poder) y absoluto (en la medida que no es divisible). El argumen-
_ ,...___....,. que predominó en la Edad to que utilizan estos autores para defender a la monarquía absolutista
.....~,,.., tradicionales que regulan el consiste en sostener que el Estado sólo puede garantizar la paz y la se-
os de Dios, etc.), el derecho guridad si es realmente soberano. Y esa exigencia es más fácil realizarla
r. de un sistema institucional en una monarquía, porque los regímenes aristocráticos y democráticos
:!rcera persona, como mediación propician la división del poder, dando lugar, de esta manera, a un con-
a-echo estatal moderno aparecen flicto continuo, al que Hobbes denominó estado de naturaleza.
pc.!tenciarios y, especialmente, la Por eso, tanto Bodino como Hobbes, se oponen también al gobier-
por parte de juristas profesiona- no mixto. De acuerdo a su perspectiva, incorporar a los diferentes gru-
ccho consuetudinario de la tradi- pos en las tareas del gobierno es trasladar el conflicto social al Estado y,
arizado por el Estado. de esa manera, generar un sistema político amorfo, es decir, carente de
aunque no del todo precisa, el de- Constitución en el sentido de estructura o forma. Para ellos ésta es un
Escado. La actividad de sistemati- efecto de la soberanía, por lo que la buena Constitución, en contra de lo
el Estado representa la condición que mantenía la tradición constítucionalista clásica, es la que mantiene
peo moderno de Constitución, esto la centralización del poder. En el capítulo XXVI del Leviatán, Hobbes
regulan las relaciones de poder. Si afirma que "ley fundamental en toda república es aquella sin la cual ésta
a. hecho de la organización con- fracasa y es radicalmente disuelta, como un edificio cuyos cimientos son
de los modernos denota, en pri- destruidos': Más adelante, en el capítulo XXIX, en el que habla de las
orden. Sin embargo, hay que tener cosas que debilitan al Estado, sostiene: "Hay una sexta doctrina que se
de lo que sostienen algunos dirige de modo sencillo y directo contra la esencia de república, y es que
la Constitución de los modernos el poder soberano pueda dividirse. Pues dividir el poder de una república
peculiar de la organización po- es simplemente disolverlá: ya que "los poderes mutuamente divididos se
ha reducido a un fenómeno me- destruyen uno al otro". Su conclusión es que la única ley fundamental
es mantener la unidad y, con ella, la integridad del poder estatal. Con
sus propias palabras: "Y, por tanto, es una ley fundamental aquella en
cuya virtud los súbditos están obligados a apoyar cualquier poder atri-
buido al soberano, sea éste un monarca o una asamblea, condición sin la
cual no puede mantenerse la repúblicá:
ción no es un fenómeno espon- En un segundo momento, caracterizado por las luchas contra el ab-
nodo de luchas sociales. En un solutismo, es cuando se establece un vínculo entre el Estado y las tesis
Estado exigió una confrontación del pensamiento constitucionalista clásico; especialmente la tesis respec-
edios que caracterizaban al feu- to de que toda Constitución auténtica implica establecer límites al po-
- los que estaba en juego acceder der político mediante su división. Precisamente, en estas luchas se forja
-::ución era contrario a las aspi- la ideología liberal y su ideal de Estado de derecho. En sus inicios, el libe-
resa en los dos representantes ralismo se nutre del pensamiento político medieval, que había heredado

107
Enrique Serrano Gómez

la noción de Constitución del mundo grecolatino clásico. Por ejemplo, el en el republicanismo clásico, se
liberalismo extrae directamente del pensamiento medieval el principio rica (la supremacía del todo ~
de la compilación de Justiniano, según el cual lo que a todos toca debe en los que se reconoce iura >.
ser aprobado por todos (quod omnes tangit ab omnibus approbetur). Este En cambio, en la modernid.a2 se
principio se deriva de la idea de justicia que se ha mencionado: donde individuos. Como afirma ~Iam
hay consentimiento voluntario no hay injusticia. Ya se ha dicho también
que la realización de esta idea de justicia exige configurar el orden ci- La lucha por el derecho :no.:
vil de la sociedad como un espacio público que permite la participación progresiva ordenación del .:!er
de los diferentes grupos sociales, como se establece en la noción de go- tamental. La historia de ta: .
bierno mixto. Entre los autores que defienden este principio en la Edad de los filósofos del iusnaru.r
Media, cabe destacar a Henry Bracton, que ordenó y recopiló las leyes victoria con las declaracio:ies
y las costumbres del reino de Inglaterra. En esta recopilación se sostie- lar con la francesa de lí89
ne que para que una ley adquiera validez, se requiere no sólo la autori-
zación .del rey, sino también el consentimiento de los notables y de toda El camino hacia la conc
la comunidad política en general (commoners ). "Todo lo que debe de- marca el tránsito del repubic
cidirse por el reino y por la totalidad de la comunidad política, debe ser en dos actores fundamentales:
discutido y determinado en el parlamento, por el rey nuestro señor, con mero de ellos, en su obra ~
el consenso de los prelados, de los condes, de los barones y de los com- la primera ley fundamenta: ¿e
moners, según la antigua costumbre': equitativa de la propiedad; d.e
De hecho, en Inglaterra, patria del constitucionalismo moderno, no que permita al mayor número e
se percibe el ideal de Constitución como el resultado de una ruptura, sino a una pequeña parcela. La p. ~
como la continuidad de una larga tradición en la que se encuentran co- para garantizar la libertad ¿e
nectados la Magna Charta (1215) con los documentos básicos del cons- trariedades del poder político
titucionalismo inglés, como las Confirmation Acts (1610), las Peticiones de el límite central del poder es- -
derechos (1628), el Habeas Corpus Act (1679), la Bill of Rights, el Mutiny como segunda ley fundamen:
Act, la Toleration Act (los tres de 1689), el Act of Settlement (1701). La un Senado, en donde son e:ec
continuidad en este proceso histórico se encuentra en la llamada rule of ta superior a las cien libras, r
law (el gobierno de las leyes), que representa la base del Estado de de- resto de los propietarios.- 1--1
recho moderno. Entonces, por una parte, se puede decir que existe una mixta, sino de una que define
continuidad entre el republicanismo clásico y el liberalismo. Sin embar- dicho Hobbes, aparece como la
go, por otra parte, se da una importante ruptura o discontinuidad entre un elemento necesario para e
ellos, determinada por dos factores: 1) las transformaciones en la organi- Sin negar sus raíces rep ·
zación política de la sociedad, que confluyen en la apropiación del Estado tematización de la teoría :.t
de todas las funciones de imperium (gobierno) y, con éstas, el monopolio de
la creación de las normas que deben regir en la sociedad; 2) el desarrollo
Existe una importante infiu=
de una economía de mercado. Dicha ruptura o discontinuidad consiste
de Maquiavelo, estos autores se
en lo siguiente: en la concepción jurídica de la Edad Media, al igual que Cicerón (Pocock, 2002).

108


Constitución

-----'-'--'--""clásico. Por ejemplo, el en el republicanismo clásico, se asume la primacía de la comunidad polí-


IJlr!::s;.o:=:::~.:C' medieval el principio tica (la supremacía del todo sobre las partes); por eso, son pocos los casos
o que a todos toca debe en los que se reconoce iura y libertades a los individuos en cuanto tales.
cm11ibus approbetur). Este En cambio, en la modernidad se liga indisolublemente los derechos a los
se ha mencionado: donde individuos. Como afirma Mauricio Fioravanti:
.ia. Ya se ha dicho también
erige configurar el orden ci- La lucha por el derecho moderno se presenta así como la lucha por la
que permite la participación progresiva ordenación del derecho en sentido individualista y anries-
se establece en la noción de go- tamental. La historia de tal lucha se inicia con las primeras intuiciones
~aden este principio en la Edad de los filósofos del iusnaturalismo y alcanza una primera y sustancial
que ordenó y recopiló las leyes victoria con las declaraciones revolucionarias de derechos, en particu-
• . En esta recopilación se sostie- lar con la francesa de 1789 (Fioravanti, 1996: 36) .
.:ie=, se requiere no sólo la autori-
~ento de los notables y de toda El camino hacia la concepción individualista de los derechos, que
•.,10ners). "Todo lo que debe de- marca el tránsito del republicanismo clásico al liberalismo, se aprecia
.: e la comunidad política, debe ser en dos actores fundamentales: James Harrington y John Locke. El pri-
enro, por el rey nuestro señor, con mero de ellos, en su obra The Commonwealth of Oceana, sostiene que
.cies, de los barones y de los com- la primera ley fundamental de la república consiste en la distribución
equitativa de la propiedad; de ahí la necesidad de una reforma agraria
Hconstitucionalismo moderno, no que permita al mayor número de individuos posible acceder aunque sea
e el resultado de una ruptura, sino a una pequeña parcela. La propiedad representa la primera condición
'ción en la que se encuentran co- para garantizar la libertad de los individuos frente a las posibles arbi-
l los documentos básicos del cons- trariedades del poder político, es decir, la propiedad privada se erige en
:ai::on Acts (1610), las Peticiones de el límite central del poder estatal. Para implementar ese límite se exige,
1679), la Bill of Rights, el Mutiny como segunda ley fundamental, un sistema electoral, conformado por
~ , el Act of Settlement (1701). La un Senado, en donde son electores y elegibles quienes poseen una ren-
se encuentra en la llamada rule of ta superior a las cien libras, y una Cámara donde son representados el
resenta la base del Estado de de- resto de los propietarios.7 Harrington ya no habla de una Constitución
e, se puede decir que existe una mixta, sino de una que define un gobierno mixto. Si la primera, como ha
· ico y el liberalismo. Sin embar- dicho Hobbes, aparece como la antesala de la guerra civil, el segundo es
re ruptura o discontinuidad entre un elemento necesario para construir un orden civil estable.
las cransformaciones en la organi- Sin negar sus raíces republicanas, Locke lleva a cabo la primera sis-
[u· ·en en la apropiación del Estado tematización de la teoría liberal. Hobbes había ya reconocido que el
erno) y, con éstas, el monopolio de
e:::-ir en la sociedad; 2) el desarrollo
Existe una importante influencia de Maquiavelo en este republicanismo inglés. A través
ruptura o discontinuidad consiste
de Maquiavelo, estos autores se conectan con el republicanismo clásico, especialmente con
l .:a de la Edad Media, al igual que Cicerón (Pocock, 2002).

109
Enrique Serrano Gómez

objetivo central del Estado era garantizar la seguridad de los individuos, que se sustentan en la razón m:
ahora Locke sostiene que la centralización del poder, lejos de garanti- humanos, por lo que su valid~= es
zar esa seguridad, la cuestiona radicalmente. ¿Qué o quién nos prote- distintos contextos sociales. En
ge de ese Leviatán que se dice nuestro protector? Desde la perspectiva Smith sostienen que los derechos
de Locke, la propuesta de Hobbes es tan insensata como querer guare- con lo cual, aparentemente, se
cerse del peligro que representan las mofetas y los zorros refugiándose La aportación de Kant, en
en la jaula del león. De esta manera, vuelve a establecer el vínculo entre plantear la necesidad de discingu.tr
Constitución y división de los poderes (en este caso de los del Estado). fundamentales. En términos g
En su argumentación ya se encuentra con toda claridad la tesis moderna sultado de una larga historia de
respecto de que el orden civil y, con éste, los derechos individuales, prece- nos a la dinámica poütica de[ :>r
den al Estado. Para sustentar esta tesis, retoma el viejo recurso argumen- y lo siguen haciendo, conforme
tativo de distinguir entre dos pactos (en su forma moderna contratos): tema. Sin embargo, su valide:: no
1) El pactum societatis, en el que los individuos se reconocen recíproca- Legislativo, ya que son una con~
mente como personas (sujetos de derechos y deberes) y, con ello, se cons- civil sustente racionalmente su ~
tituye el orden civil; 2) el pactum subíectionis, por el que los individuos apoya esta última tesis se reco
definen una autoridad común que permita regular los conflictos que sur- nera: si la justicia de las normas
gen entre ellos. El Estado ya no es, así, el creador de la Constitución del los ciudadanos, las normas que ::
orden civil, sino únicamente su garante (esta idea es el núcleo de la no- una condición necesaria que debe
ción moderna de sociedad civil). tensión de justicia:
A partir de este momento, el primer significado de Constitución ya
no es el orden concreto de la comunidad poütica, sino las normas funda- Todo derecho depende de leyes.
mentales a las que se debe ajustar el orden civil para garantizar la libertad para todos lo que debe estar ....
de los individuos. Para cumplir con su función básica, la Constitución el acto de una voluntad pd> o..
se encuentra conformada por un catálogo de derechos fundamentales y tanto, no ha de cometer mj
un conjunto de normas que determinan la estructura que debe adquirir tal voluntad no puede ser sino
el Estado para hacer realidad esos derechos. El aspecto básico de esa es- todos deciden sobre codos\',~
tructura es el principio de la división de los poderes para conformar un sólo contra sí mismo nadie ~
sistema de pesos y contrapesos que limiten y controlen el ejercicio del
poder. Es decir, la Constitución posee un aspecto normativo (derechos
fundamentales) y un aspecto pragmático (la ingeniería institucional li- pudiera ser justo; por con.)]_
gada a la realización de los derechos). A través del aspecto pragmático, que limitara su legislacion
la noción moderna de Constitución mantiene una continuidad con la puede ser legisladora para wu
noción antigua o clásica. tal, que sólo puede emanar &
El problema que se genera en la teoría de Locke es la determinación contrato originario.8
del carácter de esos derechos fundamentales, ya que él los define como
atributos que posee el individuo con independencia del orden civil (de-
Kant, en su trabajo ¿Qui ~s Ilus:na:
rechos naturales). Al igual que la tradición iusnaturalista, Locke afirma piedra de toque de la legitirmcbd e.e

110
Constitución

seg'.!ridad de los individuos, que se sustentan en la razón (recta ratio) y no en la voluntad de los seres
dd poder, lejos de garantí- humanos, por lo que su validez es ajena a la dinámica que impera en los
.......--~ :Qué o quién nos prote- distintos contextos sociales. En oposición a esta tesis, Hume y Adam
ecror:' Desde la perspectiva Smith sostienen que los derechos fundamentales son un artificio social,
msensata como querer guare- con lo cual, aparentemente, se niega su pretensión de validez universal.
'--""-"'et ....1. , s y los zorros refugiándose La aportación de Kant, en relación con esta polémica, consiste en
'":'e a establecer el vínculo entre plantear la necesidad de distinguir entre génesis y validez de los derechos
en este caso de los del Estado). fundamentales. En términos genéticos, en efecto, esos derechos son el re-
con toda claridad la tesis moderna sultado de una larga historia de luchas sociales y, por tanto, no son aje-
, los derechos individuales, prece- nos a la dinámica política del orden civil; por el contrario, han variado,
retoma el viejo recurso argumen- y lo siguen haciendo, conforme se operan las transformaciones del sis-
en su forma moderna contratos): tema. Sin embargo, su validez no depende de la arbitrariedad del Poder
di\-iduos se reconocen recíproca- Legislativo, ya que son una condición trascendental para que el orden
b:hos y deberes) y, con ello, se cons- civil sustente racionalmente su pretensión de justicia. El argumento que
ernonis, por el que los individuos apoya esta última tesis se reconstrUiría sencillamente de la siguiente ma-
ita regular los conflictos que sur- nera: si la justicia de las normas jurídicas depende del consenso libre de
• el creador de la Constitución del los ciudadanos, las normas que garantizan el ejercicio de esa libertad son
re esta idea es el núcleo de la no- una condición necesaria que debe existir para ligar el derecho a su pre-
tensión de justicia:
er significado de Constitución ya
lad política, sino las normas funda- Todo derecho depende de leyes. Pero una ley pública, que determina
den civil para garantizar la libertad para todos lo que debe estar jurídicamente permitido o prohibido, es
función básica, la Constitución el acto de una voluntad pública, de la que procede todo derecho y, por
ogo de derechos fundamentales y tanto, no ha de cometer injusticia contra nadie. Mas, a este respecto,
. la estructura que debe adquirir tal voluntad no puede ser sino la voluntad del pueblo entero (ya que
chos. El aspecto básico de esa es- todos deciden sobre todos y, por ende, cada uno sobre sí mismo), pues
de los poderes para conformar un sólo contra sí mismo nadie puede cometer injusticia (Volenti non f it
cen y controlen el ejercicio del iniura). Mientras que, tratándose de otro distinto de uno mismo, la
un aspecto normativo (derechos mera voluntad de éste no puede decidir sobre uno mismo nada que
rico (la ingeniería institucional li- pudiera ser justo¡ por consiguiente, su ley requeriría aun de otra ley
. A través del aspecto pragmático, que limitara su legislación, y por ello ninguna voluntad particular
mantiene una continuidad con la puede ser legisladora para una comunidad [ ... ).A esta ley fundamen-
tal, que sólo puede emanar de la voluntad general del pueblo, se llama
na de Locke es la determinación contrato originario.8
encales, ya que él los define como
· ndependencia del orden civil (de-
Kant, en su trabajo ¿Qué es Tiustración? señala: "Pues ahí [en el consenso general] se halla la
'ción iusnaturalista, Locke afirma piedra de toque de la legitimidad de toda ley pública. Si esa ley es de tal índole que resultara

111
Enrique Serrano Gómez

Como se ha dicho, la figura del contrato social no pretende descri- se interpretó de diversa.s ...........=
bir la génesis del orden civil, ya que se trata del recurso de una argumen- que esas incerpretacior.es se .
tación normativa para exponer las condiciones que deben crearse para nante en La Revoluoon esra ..
realizar la exigencia de justicia inherente a la Constitución. Esas con- cesa. En una primera apro..........~,
diciones son para Kant: a) la libertad de cada miembro de la sociedad, popular es claro: se trat• de
en tanto ser humano, b) la igualdad de éste con cualquier otro, en tan- pueblo, al reconocer a este
to súbdito, y e) la independencia de cada miembro de una comunidad, lo expresa Thomas Paine:·La
en tanto ciudadano. Y agrega: "Estos principios no son leyes que dicta el sino del pueblo que cons:::!rm-c
Estado ya constituido, sino más bien son las únicas leyes con arreglo a las ción es un poder sin derecho:
cuales es posible el establecimiento de un Estado, en conformidad con la organización política~
los principios racionales puros del derecho humano externo en general': En el caso de la Revolua
Cabe subrayar que los derechos fundamentales, como leyes, son creados ción como instancia suprema
por el Poder Legislativo; pero su validez no depende de la voluntad de emanan de un Parlamento qut
ese poder, en tanto representan la condición necesaria para que una le- les. Esto es lo que subyace a
gislación positiva sea considerada como legítima. representation. La idea es q-~ a
La posición de Kant no resultaría clara para sus contemporáneos. mentaría no se les puede e·..:z=
La noción de una voluntad del pueblo unido, entre otras, engendró con- norma, pues ésta reqweri. .:.e
fusión y polémica. De hecho, los juristas profesionales que se dedicaron cional básico). En oposición a
a la teoría del derecho hicieron a un lado la posición kantiana, conside- erige en representante del E'.'
rando que era mera metafísica. Por lo que la discusión en torno al ca- lucionarios americanos exigen
rácter de los derechos fundamentales continúa hasta nuestros días. La limitado (el peligro reside en
filosofía del derecho quedó atrapada en el falso dilema entre positivismo re de la soberanía). De esta
jurídico y iusnaturalismo. Esto, como veremos más adelante, fue deter- portantes: 1) la Constiruaon
minante para el futuro de la ideas en torno a la Constitución. recopilan las leyes supre~
poder constituyente del ?-
der constituyente popular se
Soberanía popular y Constitución tución; 2) la implementac. :i
de vigilar que las leyes par.:i1.:
Como hemos expuesto, en el proceso de formación de los Estados moder- ajusten a la Constitución.
nos surgió una tensión entre la exigencia de soberanía (centralización del El ideal que predoil1.lll2
poder) y el imperativo de dividirlo para limitarlo, propio del ideal clásico de un gobierno en el cual ro.:.
de Constitución. En los procesos revolucionarios se buscó superar esa tanto derivan del poder co.-
tensión mediante la noción de soberanía popular. Sin embargo, tal noción bién controlar el poder de :.as
el pueblo en su totalidad. P~
blo es una realidad plud ·
imposible a todo un pueblo otorgarle su conformidad [ . .. J entonces no es legítima; pero si
es simplemente posible que un pueblo se muestre conforme a ella, entonces, constituirá un
duyendo la mayoría, pue¿e
deber tenerla por legítimá'. leyes que garantizan el sis~

112
Constitución

1mt::-;¡:;:1 socialno pretende descri- se interpretó de diversas maneras. En términos muy generales, se diría
<ecurso de una argumen- que esas interpretaciones se pueden agrupar en dos: una fue la domi-
,..._.._.es que deben crearse para nante en la Revolución estadounidense y la otra en la Revolución fran-
_ Constitución. Esas con- cesa. En una primera aproximación, parece que el concepto de soberanía
d.a miembro de la sociedad, popular es claro: se trata de trasladar el poder soberano del gobierno al
~e con cualquier otro, en tan- pueblo, al reconocer a este último la facultad suprema de legislar. Como
m1embro de una comunidad, lo expresa Thomas Paine: "La Constitución es un acto no del gobierno,
:icipios no son leyes que dicta el sino del pueblo que constituye un gobierno, y un gobierno sin constitu-
las únicas leyes con arreglo a las ción es un poder sin derecho': Pero, ¿qué significa este cambio radical en
un Estado, en conformidad con la organización política?
o humano externo en general': En el caso de la Revolución estadounidense, se apela a la Constitu-
encales, como leyes, son creados ción como instancia suprema para oponerse a las leyes particulares que
e:: no depende de la voluntad de emanan de un Parlamento que no incluye a los diversos grupos socia-
ndición necesaria para que una le- les. Esto es lo que subyace a la conocida consigna: no taxation without
o legítima. representation. La idea es que a los individuos sin representación parla-
clara para sus contemporáneos. mentaria no se les puede exigir legítimamente el cumplimiento de una
unido, entre otras, engendró con- norma, pues ésta requiere de su consentimiento (principio constitu-
t.l.S profesionales que se dedicaron cional básico). En oposición a la idea de que el Parlamento, en tanto se
do la posición kantiana, conside- erige en representante del pueblo, debe ser el poder supremo, los revo-
o que la discusión en torno al ca- lucionarios americanos exigen que el Parlamento mismo sea un poder
continúa hasta nuestros días. La limitado (el peligro reside en que el representante del pueblo se apode-
n el falso dilema entre positivismo re de la soberanía). De esta exigencia, surgen dos contribuciones im-
1·eremos más adelante, fue deter- portantes: 1) la Constitución como un documento escrito en el que se
romo a la Constitución. recopilan las leyes supremas, que es considerado como producto del
poder constituyente del pueblo. Precisamente, en el concepto de po-
der constituyente popular se fusionan las ideas de soberanía y consti-
n tución; 2) la implementación de un tribunal constitucional encargado
de vigilar que las leyes particulares que emanan de los Parlamentos se
" formación de los Estados moder- ajusten a la Constitución.
de soberanía (centralización del El ideal que predomina en el constitucionalismo americano es el
limitarlo, propio del ideal clásico de un gobierno en el cual todos los poderes se encuentran limitados, en
-olucionarios se buscó superar esa tanto derivan del poder constituyente. Incluso, aparece necesario tam-
za popc4lar. Sin embargo, tal noción bién controlar el poder de las mayorías que pretenden identificarse con
el pueblo en su totalidad. Para los constirucionalistas americanos el pue-
blo es una realidad plural y escindida; ninguna instancia particular, in-
d.id [ ... ] entonces no es legítima; pero si
e conforme a ella, entonces, constituirá un cluyendo la mayoría, puede actuar o hablar en su nombre. Por eso, las
leyes que garantizan el sistema de libertades deben estar por encima del

113
Enrique Serrano Gómez

poder legislativo. Utilizando una expresión reciente del profesor Garzón


Valdés se trata de un "coto vedado': ya que ese sistema de libertades es
un requisito indispensable para garantizar la aspiración de justicia del mún y persistente del conflicto
orden civil. Como ejemplo de esta prioridad constitucional del sistema riqueza. Pero, de acuerdo con S'-!S
de libertades basta mencionar la Primera Enmienda: "El Congreso no mir la pluralidad y el conflicto, .
hará ley alguna por la que adopte una religión como oficial del Estado o para que sirva a la estabilidad ' ::
se prohíba practicarla libremente, o que coarte la libertad de palabra o de ción de tan variados y opuestos
imprenta, o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente y para pe- de la legislación moderna"'. La
dir al gobierno la reparación de los agravios': puede progresar en una rep:ili
En los ensayos de Hamilton, Madison y Jay, que componen El constitucional es utilizar la a.rnb
Federalista, encuentran su expresión teórica las ideas del constituciona- ambición de otros, hasta lograr
lismo estadounidense. La idea que comparten estos textos es que debe bien público. Más tarde, Toa¡u
evitarse que el pueblo pierda el control de su gobierno, pero, al mismo la pluralidad del constitucion.ilis
tiempo, se requiere impedir que las mayorías populares, con la com- tendencias centralistas que pre-...
plicidad de sus representantes, gobiernen opresivamente. El antídoto guo régimen como en la Re~·ob
contra estos riesgos se encuentra en una constitución republicana, en El punto culminante de :.a
la que, a través de una ciencia de la organización institucional, se logre la Revolución francesa y, espea
establecer un adecuado sistema de pesos y contrapesos, el cual permi- Ser Humano y del Ciudadano 2
ta realizar el gobierno de las leyes. A pesar de recuperar los ideales re- segundo afirma: "La finalidad de
publicanos clásicos, la mayor contribución de estos autores es realizar ción de los derechos naturales e
el esfuerzo de adaptarlos a las condiciones de las sociedades modernas. derechos son la libertad, la pror:
Incluso, en contraste con cierto republicanismo conservador, para ellos sión''. Posteriormente, el arrícu.:o
la complejidad de las naciones modernas facilita el acceso a los ideales la garantía de estos derechos no
republicanos: ción de poderes, no tiene Cor.sñ
ganización del poder político. Sir.
Cuanto más pequeña es una sociedad, más escasos serán los distin- derechos fundamentales, liga.:i"'5 a
tos partidos e intereses que la componen; cuanto más escasos son los ra institucional (división de pod
distintos partidos e intereses, más frecuente es que el mismo partido Sin embargo, en la Revo!':.!~
tenga la mayoría; y cuanto menor es el número de individuos que com- pretación de la noción de so
ponen esa mayoría y menor el círculo en que se mueven, mayor será la sidera un sujeto unitario. De est2
facilidad con que podrán concertarse y ejecutar sus planes opresores. problema de la construcciór. de
Ampliad la esfera de acción y admitiréis una mayor variedad de par- considerar que el objetivo de la
tidos y de intereses; haréis menos probable que una mayoría del total ladar el poder soberano del fil
tenga motivo para usurpar los derechos de los demás ciudadanos; y si esta posición se encuentran L4UllO
ese motivo existe, les será más difícil a todos los que lo sienten descu- liar noción de voluntad genera!
brir su propia fuerza, y obrar todos en concierto (Hamilton, Madison pone énfasis en los límites de los
y Jay, 1994: 40, X). con la misma fuerza que el ~e:-

114

..
Constituci6n

~re del profesor Garzón En El Federalista se reconoce que la formación de facciones y parti-
ese sIStema de libertades es dos es consustancial a la dinámica social y, además, que la causa más co-
jlm::::::;¡:=b ispiración de justicia del mún y persistente del conflicto entre sí es la desigual distribución de la
1n:::::;:;o;c,., constitucional del sistema riqueza. Pero, de acuerdo con sus autores, el objetivo no es tratar de supri-
E.!llllienda: "El Congreso no mir la pluralidad y el conflicto, sino organizarlo mediante la Constitución,
= on como oficial del Estado o para que sirva a la estabilidad y grandeza de la república ("La ordena-
co;.rre la libertad de palabra o de ción de tan variados y opuestos intereses constituye la tarea primordial
reururse pacíficamente y para pe- de la legislación moderná'). La lucha por la justicia distributiva sólo
. ~

puede progresar en una república ordenada. El arte de la legislación


- 'lOS.
hdison y Jay, que componen El constitucional es utilizar la ambición de un poder para contrarrestar la
~eorica las ideas del constituciona- ambición de otros, hasta lograr el equilibrio que permita la primacía del
comparten estos textos es que debe bien público. Más tarde, Tocqueville advirtió en este reconocimiento de
.ol de su gobierno, pero, al mismo la pluralidad del constitucionalismo estadounidense el remedio para las
mayorías populares, con la com- tendencias centralistas que predominaron en Francia, tanto en el anti-
. ernen opresivamente. El antídoto guo régimen como en la Revolución.
una constitución republicana, en El punto culminante de la historia del concepto de Constitución es
rganización institucional, se logre la Revolución francesa y, especialmente, la Declaración de los Derechos del
sos y contrapesos, el cual permi- Ser Humano y del Ciudadano (28 de agosto de 1789) que en su artículo
• pesar de recuperar los ideales re- segundo afirma: "La finalidad de toda asociación política es la conserva-
::n:ción de estos autores es realizar ción de los derechos naturales e imprescriptibles del ser humano. Estos
-;enes de las sociedades modernas. derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opre-
licanismo conservador, para ellos sión': Posteriormente, el artículo 16 sostiene: "Toda sociedad en la cual
... as facilita el acceso a los ideales la garantía de estos derechos no está asegurada ni determinada la separa-
ción de poderes, no tiene Constitución': Ésta no es cualquier forma de or-
ganización del poder político, sino aquella en la que existe un catálogo de
derechos fundamentales, ligados a los individuos, así como una estructu-
1>0nen; cuanto más escasos son los ra institucional (división de poderes) que garantice su vigencia.
ecuente es que el mismo partido Sin embargo, en la Revolución francesa llegó a predominar la inter-
d numero de individuos que com- pretación de la noción de soberanía popular en la que el pueblo se con-
en que se mueven, mayor será la sidera un sujeto unitario. De esta manera, se hace a un lado el complejo
,. ejecutar sus planes opresores. problema de la construcción de un sistema de pesos y contrapesos, para
~éis una mayor variedad de par- considerar que el objetivo de la Revolución consiste simplemente en tras-
1 bable que una mayoría del total ladar el poder soberano del monarca al sujeto pueblo. Antecedentes de
mos de los demás ciudadanos; y si esta posición se encuentran tanto en la filosofía de Rousseau y su pecu-
Ra rodos los que lo sienten descu- liar noción de voluntad general, como en la teoría de Sieyes, el cual, si bien
m .:oncierto (Harnilton, Madison pone énfasis en los límites de los poderes constituidos del Estado, sostiene
con la misma fuerza que el poder constituyente del pueblo que conforma

115
Enrique Serrano Gómez

a la nación es ilimitado.9 Mientras en la Asamblea Constituyente esta, En relación con este último :-
dounidense se impuso el ideal del gobierno equilibrado, en el ámbito la razón a Arendt: situar la prio.."1 -
francés, en ese momento, se impuso la creencia de que la tarea política con la justicia legal, lejos de per.;i
del proceso constituyente no es equilibrar poderes, sino expresar la so, de la riqueza, favorece el uso d
beranía del pueblo mediante un orden civil unificado. tributiva, por medio del cual se ·-
Ello tuvo fatales consecuencias, no sólo en esa coyuntura, sino tam, la pobreza, en beneficio de ~ g:-
bién en las luchas políticas en otros contextos sociales. En primer lu, revolucionarios en los que se r
gar, para sustentar esa supuesta homogeneidad, ya no se consideró que en nombre de la realización de b.
el pueblo era la totalidad de seres humanos que comparten un orden ninguna de las dos demandas, snw
constitucional, sino una fracción o grupo de ellos. El pueblo se identi, Por otra parte, cabe des~
ficó con el pueblo llano, el Tercer Estado, los pobres. En segundo lugar, cionario francés hicieron posib..e
en la medida que se asumió que aquél no era una realidad plural y es, esenciales de la noción de
cindida, sino un sujeto unitario que, con base en una voluntad general la Constitución. Ya en la Dei::.·-
puede definir unívocamente un bien común, se crearon las condiciones Ciudadano, del 24 de junio de :-9-
para que demagogos de todo tipo se presentaran como encarnaciones "Ninguna parte del pueblo puede
de esa voluntad general, lo que les autorizaba a hablar en nombre del cada sección del soberano reur. ·da
pueblo. En tercer lugar, ya no se percibió el conflicto como un efecto in, expresar su voluntad con entera
eludible de la pluralidad social, sino como una consecuencia de la cons, que usurpe la soberanía debe ~
piración de facciones que atentan contra el bien común. Por último, a humanos libres': Artículo 28: MU;:.=
pesar de la importancia que se otorga a la legalidad, la Constitución es sar, reformar y cambiar su Cons¡¡¡-
vista como un mero instrumento del grupo que dice representar el Pº' a las generaciones futuras a sus l
der popular. que expresa el ideal clásico de jus
Sin embargo, esta interpretación de la noción de soberanía popular tienen igual derecho a participar
que predominó en la Revolución francesa no es suficiente para emitir un miento de sus representantes o ~
juicio unívoco. La tesis de Hannah Arendt en su libro Sobre la revolución algoritmo que resuelva en t · ••
(1988), respecto de que el modelo revolucionario francés representa una ción de la riqueza, sino en cre:u- -
vía que conduce al fracaso, resulta excesiva. Se requiere hacer un balan, ciones que permitan la consranze
ce más cuidadoso, tomando en cuenta la complejidad de este fenómeno grupos sociales, en tomo al r~
histórico. Cabría considerar, por ejemplo, la motivación que represen, cia de la Revolución francesa :-ec
tó esta revolución para las luchas sociales, la demanda de implementar los grandes teóricos del siglo xu::
el sufragio universal directo que aparece en la Constitución jacobina de Mill, Tocqueville, entre muchos
1793 (fundamental para la relación entre Constitución y democracia) y,
por supuesto, la exigencia de justicia distributiva.
Hacia las constituciones co.ut
9
No afumo que ésta sea la inrerprecación adecuada de esros dos grandes autores (habría que
analizar sus posiciones teóricas con más detenimiento), pero fue la interpretación que se La creciente complejidad de !as
impuso en la práctica. namente las bases empíricas ¿e

116


Constituci6n

"'.~
Constituyente esta- En relación con este último punto, habría, sin embargo, que conceder
a¡:.ulibrado, en el ámbito la razón a Arendt: situar la prioridad en la justicia distributiva, en relación
~ de que la tarea política con la justicia legal, lejos de permitir el avance en la repartición equitativa
poderes, sino expresar la so- de la riqueza, favorece el uso demagógico de las demandas de justicia dis-
u,,Wcado. tributiva, por medio del cual se instrumentaliza la fuerza social que desata
en esa coyuntura, sino tam- la pobreza, en beneficio de un grupo político particular. En los procesos
ro:tos sociales. En primer lu- revolucionarios en los que se pospuso la Constitución de un orden libre,
.e!dad, ya no se consideró que en nombre de la realización de la justicia distributiva, nunca se accedió a
·nos que comparten un orden ninguna de las dos demandas, sino a formas de tiranía inéditas.
po de ellos. El pueblo se identi- Por otra parte, cabe destacar que las experiencias del proceso revolu-
.:c los pobres. En segundo lugar, cionario francés hicieron posible un aprendizaje respecto de los puntos
no era una realidad plural y es- esenciales de la noción de soberanía popular que han de incorporarse a
tor. base en una voluntad general la Constitución. Ya en la Declaración de los Derechos del Ser Humano y del
r!lun, se crearon las condiciones Ciudadano, del 24 de junio de 1793, se establece lo siguiente (artículo 26):
presentaran como encarnaciones "Ninguna parte del pueblo puede ejercer el poder del pueblo entero; pero
:onzaba a hablar en nombre del cada sección del soberano reunida en asamblea debe gozar del derecho a
:o el conflicto como un efecto in- expresar su voluntad con entera libertad". Artículo 27: "Todo individuo
mo una consecuencia de la cons- que usurpe la soberanía debe ser inmediatamente ejecutado por los seres
nrra el bien común. Por último, a humanos libres': Artículo 28: "Un pueblo tiene siempre el derecho de revi-
a 'ª legalidad, la Constitución es sar, reformar y cambiar su Constitución. Una generación no puede sujetar
grupo que dice representar el po- a las generaciones futuras a sus leyes': Y un artículo esencial en la medida
que expresa el ideal clásico de justicia, Artículo 29: "Todos los ciudadanos
-=e la noción de soberanía popular tienen igual derecho a participar en la formación de la ley y en el nombra-
esa no es suficiente para emitir un miento de sus representantes o de sus agentes': La justicia no reside en un
endt en su libro Sobre la revolución algoritmo que resuelva en términos técnicos el problema de la distribu-
lucionario francés representa una ción de la riqueza, sino en crear las circunstancias para generar las condi-
es1\'a. Se requiere hacer un balan- ciones que permitan la constante discusión, en la que participen todos los
la complejidad de este fenómeno grupos sociales, en torno al reparto equitativo de los bienes. La experien-
plo, la motivación que represen- cia de la Revolución francesa representa, además, el punto de partida de
. es, la demanda de implementar los grandes teóricos del siglo x1x: Burke, Kant, Hegel, Bentham, Stuart
~.:e en la Constitución jacobina de Mili, Tocqueville, entre muchos otros.
::re Constitución y democracia) y,
distributiva.
Hacia las constituciones contemporáneas
..1 de escos dos grandes autores (habrla que
cnro), pero fue la inrerpreraci6n que se La creciente complejidad de las sociedades modernas erosionó paulati-
namente las bases empíricas de la imagen del orden social en la que el

6 117
Enrique Serrano Gómez

Estado ocupa la cúspide. El Estado pierde el monopolio de lo político y, instituciones y costumbres ' •
con éste, la capacidad de gobernar las dinámicas que imperan en los di, de la razón y dirigidas a cierr
versos subsistemas sociales. Uno de los primeros pensadores en llamar constituyen el conjunto del sis-
la atención sobre esta situación inédita fue Carl Schmitt, quien advirtió venido y aceptado ser go
que el crecimiento cancerígeno del Estado no es el efecto de su poder, era construir una ciencia de' -
sino la expresión de su impotencia. Desde la lógica estatal, se crean cada que conlleva la diferenciación ¿e{
vez más organismos con la esperanza de poder enfrentar la multiplici, to que difícilmente se con~-ia
dad de problemas que emergen en las diferentes áreas del tejido social. como principio inmutables o ¿e
Estas organizaciones lejos de ofrecer soluciones se convierten en parte unívocamente definido.
del problema en la medida que mantienen un principio centralista de Lo sorprendente es que est.a -
organización. tas profesionales, hiciera a lL.'1
El error de Carl Schmitt fue considerar que romper con los lími, filosofía y teoría política clásicas
tes constitucionales, para recuperar la soberanía absolutista del Estado tífico. Sin embargo, a pesar de S'-
(al estilo Hobbes), ofrecía la posibilidad de acceder de nuevo la gober, supuestos más constantes del _
nabilidad en un sentido tradicional. Éste es el sentido de su Teoría de que Ludwig Wittgenstein l.Li;no
la Constitución, en el que defiende la dictadura presidencial como alter, mano, según la cual todas las :-
nativa frente al supuesto caos engendrado por el pluralismo. Este error nombres de objetos o propi · -
no fue exclusivo de la posición conservadora, sino también imperó en el la función del lenguaje única;r
campo progresista. Los regímenes socialistas cayeron presos de la ilu, que genera la falsa alternativa
sión de poder recuperar un centro de gobierno desde el que se podía que se ha movido la filosofia .::
tener un control de la dinámica social; pensemos lo que significan los El iusnaturalismo postula la
ideales de la dictadura del proletariado y de la economía planificada de ral, divino, histórico, etc.) al q_e
manera central (Weber, en su conferencia sobre el Socialismo, ya adver, cambio, de acuerdo con el desa;
tía los riesgos que ello entraña). El efecto práctico de esta postura no fue la posibilidad de acceder al cor
una sociedad gobernada racionalmente, sino los totalitarismos que mar, ner el presupuesto mencionai
caron la historia del siglo xx. A la complejidad creciente sólo puede res, carecen de un significado obj
ponderse con complejidad organizativa; la centralización puede llegar a son para esta postura teórica
ofrecer remedios pasajeros, los cuales, a mediano y largo plazo, se tradu, sentimientos de los sujetos q~e
cen en crisis sociales más profundas. A pesar de apelar a la expcn
Por otra parte, los valores que tradicionalmente se encuentran li, 6.co, los positivistas la mutilan ~
gados al constitucionalismo fueron cuestionados radicalmente. El Pº' limita a la descripción de hech
sitivismo jurídico aportó una crítica a los supuestos metafísicos de la promesa, no está describien¿o
tradición iusnaturalista, la cual había sustentado la postura teórica conforme a las reglas de ~ ·
de un número importante de representantes del constitucionalismo. las acciones. La validez de w
Recordemos, por ejemplo, que siguiendo a Locke, Bolingbroke, en su adecuación a los hechos, car:'~
Dissertation upon Parties (1734), afirmaba: "Por Constitución en tende, periencia. La validez de los ~ •
mos, siempre que hablamos con propiedad y exactitud, el conjunto de so generado en condiciones ce

118

.
Constirución

onopolio de lo político y, instituciones y costumbres derivados de ciertos principios inmutables


-~-ClS que imperan en los di- de la razón y dirigidas a ciertos fines inmutables del bien común, que
eros pensadores en llamar constituyen el conjunto del sistema según el cual la comunidad ha con-
C .u-1 Schmitt, quien advirtió venido y aceptado ser gobernadá: El objetivo del positivismo jurídico
"lo es el efecto de su poder, era construir una ciencia del derecho capaz de responder a los retos
e _;;. lógica estatal, se crean cada que conlleva la diferenciación del orden jurídico de la sociedad, proyec-
e poder enfrentar la multiplici- to que difícilmente se conciliaría con la idea tradicional de las normas
:Llerentes áreas del tejido social. como principio inmutables o de la existencia objetiva de un bien común
so.uciones se convierten en parre unívocamente definido.
nenen un principio centralista de Lo sorprendente es que esta teoría del derecho, realizada ya por juris-
tas profesionales, hiciera a un lado la experiencia y las aportaciones de la
-iderar que romper con los lími- filosofía y teoría política clásicas en nombre de un supuesto método cien-
a .soberanía absolutista del Estado tífico. Sin embargo, a pesar de su radicalidad, asumieron uno de los pre-
. d de acceder de nuevo la gober- supuestos más constantes del pensamiento metafísico. Me refiero a lo
re es el sentido de su Teoría de que Ludwig Wittgenstein llamó una figura de la esencia del lenguaje hu-
··cradura presidencial como alter- mano, según la cual todas las palabras con significado funcionan como
ado por el pluralismo. Este error nombres de objetos o propiedades naturales de éstos, lo cual implica que
:'.:?dora, sino también imperó en el la función del lenguaje únicamente es describir. Dicho presupuesto es el
· tas cayeron presos de la ilu- que genera la falsa alternativa entre iusnaturalismo o positivismo, en la
gobierno desde el que se podía que se ha movido la filosofía del derecho, incluso hasta nuestros días.
; pensemos lo que significan los El iusnaturalismo postula la existencia de un orden trascendente (natu-
o r de la economía planificada de ral, divino, histórico, etc.) al que se refieren los términos normativos. En
aa sobre el Socialismo, ya adver- cambio, de acuerdo con el desarrollo de la ciencia, el positivismo niega
o práctico de esta postura no fue la posibilidad de acceder al conocimiento de ese orden; pero, al mante-
e, sino los totalitarismos que mar- ner el presupuesto mencionado, concluye que los términos normativos
p ej idad creciente sólo puede res- carecen de un significado objetivo. Bien, mal, justo, injusto, entre otros,
; la centralización puede llegar a son para esta postura teórica instancias para expresar simplemente los
mediano y largo plazo, se tradu- sentimientos de los sujetos que perciben el mundo.
A pesar de apelar a la experiencia como base del conocimiento cientí-
"dicionalmente se encuentran li- fico, los positivistas la mutilan al no percibir que el uso del lenguaje no se
esr:ionados radicalmente. El po- limita a la descripción de hechos. Por ejemplo, cuando alguien hace una
los supuestos metafísicos de la promesa, no está describiendo nada del mundo externo, sino actuando
sustentado la postura teórica conforme a las reglas de esa institución social que hace posible coordinar
rantes del constitucionalismo. las acciones. La validez de las normas no reside en su verdad, es decir, su
do a Locke, Bolingbroke, en su adecuación a los hechos, tampoco en un principio supremo ajeno a la ex-
a: "Por Constitución entende- periencia. La validez de los términos normativos depende de un consen-
edad v exactitud, el conjunto de so generado en condiciones de libertad, lo cual es, precisamente, la idea

119
Enrique Serrano Gómez

de justicia que se plantea, por lo menos desde Aristóteles. Es cierto, que


el positivismo jurídico carecía de las herramientas conceptuales para dar minales son meramente or'l!.iill.l....iL.t~
cuenta de la intersubjetividad propia del lenguaje humano. Será la filo- que organizan, pero no limitan d
sofía del lenguaje cotidiano del siglo xx la que contribuirá a realizar esta minado Estadó' (1992: 21 ).
tarea y, con ello, ofrecer los medios para plantear el tema de los criterios En América Latina, por ej
de corrección de los términos normativos. En la actualidad, autores como constituciones en las que no a:i:s¡;
Habermas, Alexy y Rawls se han adentrado en el análisis de este campo lítico y éste permanece como un
que abre nuevas perspectivas a la filosofía del derecho. Incluso puede haber un catalogo -
La ambivalencia del positivismo jurídico se expresa ejemplarmente existir la estructura organizativa
en la Teoría pura del derecho de Kelsen. Por una parte, este autor contri- nas intenciones para ser util.i::.a.:ios
buye esencialmente a generar el aparato conceptual para describir la com- Sin embargo, el desarrollo .:ie u
plejidad del derecho moderno. Pero, por la otra, al enfrentar el tema de triunfo de la democracia, al ser r
la validez de las normas jurídicas carece de una respuesta satisfactoria. co capaz de obtener una legirur.
La pretensión de pureza de su teoría implica la exigencia de reconocer la electorales competitivos represe:-:::...
especificidad de la dimensión normativa de las prácticas sociales (la teo- existencia de un sistema demo.:. -
ría del derecho no se reduce a explicaciones sociológicas o psicológicas); estos procedimientos sólo ren.:i
sin embargo, al constatar que las normas y valores no se sustentan en los dores si se realizan dentro de un
hechos, se limita a sostener la imposibilidad de ofrecer una justificación requisitos básicos. Entre estos r ~
racional. Curiosamente, cuando despliega su defensa desencantada de la la presencia de una Consrirucion
democracia, sostiene que este régimen implica reconocer la pluralidad de un conjunto de normas que ena:
posiciones y la necesidad de que todas éstas se expresen en un espacio pú- pesos que limita el ejercicio del .
blico. De esta manera se vincula, sin él saberlo, a la idea de justicia que nes que hacen posible aproxirna.--se .
hemos mencionado. De hecho, John Stuart Mili, en el siglo XIX, ya ha- fundamentales. Cabe subrapr q--
bía desarrollado la defensa escéptica de la validez universal de la justicia, competitivos es una condición r:
al defender la libertad de opinión: al carecer de una certeza a priori so- de un sistema democrático.
bre la verdad o falsedad de las opiniones, todas tienen el derecho ama- El siglo xx también represe:::
nifestarse. Lo único que no puede tocarse son las normas que garantizan derechos fundamentales, has:a a::
la apertura de ese espacio público a la polémica continua sobre lo justo y ligados directamente a la jusriCL! -
lo injusto. to, la historia de las constirucon
La crisis política del siglo xx, aunada a esta situación teórica, propi- civiles, políticos y sociales, se ¿ _
ció una transformación del concepto de Constitución. Ésta dejó de ser la uno de sucesión histórica, como se
organización política, expresada en normas sistematizadas, cuyo objetivo chos de primera, segunda y tercer;¡
es someter el ejercicio del poder al derecho, evitando la arbitrariedad de de carácter lógico, ya que, como
los gobernantes. En el uso generalizado, se habló de Constitución como
cualquier conjunto de reglas supremas en las que se define cualquier or-
10
den político. Sobre este fenómeno, Sartori afuma: "Las constituciones
nominales son, por lo tanto, nominales en el sentido de que se apropian

120
Constitución

An.stóteles. Es cierto, que del nombre Constitución. Ello equivale a decir que las constituciones no-
-~--~:~conceptuales para dar minales son meramente organizativas, es decir, el conjunto de las reglas
-=~·e humano. Será la filo- que organizan, pero no limitan el ejercicio del poder político en un deter-
e conc:ribuirá a realizar esta minado Estadó' (1992: 21).
En América Latina, por ejemplo, encontramos un gran número de
En :a actualidad, autores como constituciones en las que no existe un auténtico control del poder po-
o en el análisis de este campo lítico y éste permanece como un medio de dominación y explotación.
del derecho. Incluso puede haber un catálogo de derechos fundamentales, pero al no
dico se expresa ejemplarmente existir la estructura organizativa correcta, permanecen como meras bue-
Por una parte, este autor contri- nas intenciones para ser utilizados retóricamente por la clase política.
conceptual para describir la com- Sin embargo, el desarrollo de la historia del siglo xx desembocó en el
r r la otra, al enfrentar el tema de triunfo de la democracia, al ser reconocida como el único régimen políti-
ece de una respuesta satisfactoria. co capaz de obtener una legitimación racional. La presencia de procesos
. plica la exigencia de reconocer la electorales competitivos representa el criterio empírico para distinguir la
In-a de las prácticas sociales (la teo- existencia de un sistema democrático. Pero, como advirtió Schumpeter,
:iones sociológicas o psicológicas); estos procedimientos sólo tendrían éxito en sus objetivos democratiza-
\. valores no se sustentan en los dores si se realizan dentro de un marco institucional que cumple ciertos
ilidad de ofrecer una justificación requisitos básicos. Entre estos requisitos se encuentra, en primer lugar,
ega su defensa desencantada de la la presencia de una Constitución en su sentido clásico, 10 esto es, como
implica reconocer la pluralidad de un conjunto de normas que encarna en un sistema de pesos y contra-
estas se expresen en un espacio pú- pesos que limita el ejercicio del poder político y establece las condicio-
él saberlo, a la idea de justicia que nes que hacen posible aproximarse a los ideales inscritos en los derechos
Sruart Mili, en el siglo x1x, ya ha- fundamentales. Cabe subrayar que la presencia de procesos electorales
iie la validez universal de la justicia, competitivos es una condición necesaria, mas no suficiente, para hablar
carecer de una certeza a priori so- de un sistema democrático.
nes, todas tienen el derecho a ma- El siglo xx también representó la ampliación de lo que se considera
e son las normas que garantizan derechos fundamentales, hasta abarcar los llamados derechos sociales,
polémica continua sobre lo justo y ligados directamente a la justicia distributiva. En relación con este pun-
to, la historia de las constituciones ha demostrado que, entre derechos
da a esta situación teórica, propi- civiles, políticos y sociales, se debe establecer un orden; no se trata de
de Constitución. Ésta dejó de ser la uno de sucesión histórica, como se da entender cuando se habla de dere-
nnas sistematizadas, cuyo objetivo chos de primera, segunda y tercera generación. La exigencia es un orden
erecho, evitando la arbitrariedad de de carácter lógico, ya que, como había planteado Aristóteles, al no existir
o, se habló de Constitución como
as en las que se define cualquier or-
10
Para evitar una polémica terminológica, se podría utilizar un sentido amplio y empírico
&arrori afirma: "Las constituciones
de Constitución, como lo defiende el positivismo; pero, al mismo tiempo, distinguir un
en el sentido de que se apropian concepto restringido, ligado a la tradición clásica y su exigencia de un orden civil libre.

121
Enrique Serrano Gómez

una fórmula universal de distribución, se requiere la presencia de dere- Lasalle, Ferdinand (2002). ¿( .. es
chos civiles y políticos para avanzar sólidamente en la distribución equi· una Constitución?, Barcelona ......::
tativa. En la historia existen numerosos casos (la Alemania de Bismarck, Locke,John (1997). Dos ensayos sohz
varias constituciones latinoamericanas, entre muchos otros) donde se el gobierno civil, Madrid, Auscnl.
utilizan derechos sociales restringidos para escamotear los derechos ci- Marshall, Thomas (1998). Ciu.: 1
• •

viles y políticos; de esta manera, se mantienen las estructuras de do- nía y clase social, Madrid, Aliaa::.a.
minación política tradicionales mediante estructuras que bloquean el Mill,John Stuart (1985).Delgob:ac:
desarrollo de la ciudadanía a través de relaciones clientelistas. representativo, Madrid, Tecnos.
En la actualidad, el llamado garantismo plantea recuperar el senti- Montesquieu (2002). El espímu de
do normativo de Constitución, para el cual los límites del poder político leyes, Madrid, Istmo.
tienen como objetivo hacer realidad los derechos individuales, que con· Paine, Thomas (1984). Derec~
vierten al orden civil en un espacio de libertad. Ahora bien, no se trata hombre, Madrid, Alianza.
simplemente de recuperar las posiciones teóricas del pasado, sino deter-
minar todas las condiciones que permiten mantener ese fin bajo condi-
ciones políticas y sociales inéditas. Gran parte de este trabajo teórico y
Textos sobre el tema de la Co~s
práctico está en vías de realizarse.
Areola, Miguel (1986). Los der-dxs
del hombre, Madrid, Alianza.
Fuentes Bockenforde, Ernsc-Wolfgang 2000
Estudios sobre el Estado de d~e: •
Obras clásicas la democracia, Madrid, Trona.
Carbonell, Miguel (2005). Un<l
Arendt, Hannah (1988). Sobre la re- Hamilton, Alexander, James Madi- toria de los derechos Jundamen· •
volución, Madrid, Alianza. son y JohnJay (1994). El Federalis- México, Porrúa.
Aristóteles (2000). Política, Madrid, ta, México, FCE. Carbonell, Miguel (ed.) (2003.
Gredos. Han, Herbert (2002). El concepto de de- Neoconstitucionalismo(s), .\ta¿,_ -
Aristóteles (1998). Ética Nicomáquea, recho, Buenos Aires, Abeledo-Perrot. Trocea.
Madrid, Gredos. Hegel, Friedrich (1999). Principios de la Carbonell, Miguel (ed.)
Bentham,Jeremy (2003). Un fragmen· filosofía del derecho, Barcelona, Edhasa.
to sobre el gobierno, Madrid, Tecnos. Hobbes, Thomas (1999). Leviatán, Porrúa.
Burke, Edmund (2003). Reflexiones Madrid, Alianza. Carbonell, Miguel y Pedro S-'-
sobre la Revolución en Francia, Ma- Kant, Immanuel (1989). Metafísica (2005). Garantismo, Madrid,~x.-
drid, Alianza. de las costumbres, Madrid, Tecnos. Díaz, Elías y José Luis Colomer
Cicerón (1992). Sobre la República. Kelsen, Hans (2002). Esencia y valor de (2002). Estado, justicia, ,1,,.,~oe1
Sobre las leyes, Madrid, Tecnos. la democracia, Granada, Comares. Madrid, Alianza.
Constanc de Rebecque, Benjamin Kelsen, Hans (1995). Teoría general del Ferrajoli, Luigi (2006).
(1989). Escritos políticos, Madrid, CEC. derecho y el Estado, México, UNAM. Madrid, T rotta.

122
Constitución

_ce la presencia de dere- Lasalle, Ferdinand (2002). ¿Qué es Platón (1988). La República, Diálogos
~:.=~:::·e en la distribución equi- una Constitución?, Barcelona, Ariel. IV, Madrid, Gredos.
ta Alemania de Bismarck, Locke,John (1997). Dos ensayos sobre Rousseau, Jean-Jacques (1985). Del
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Akal. al apartado de lecturas recomer. -

Definición

La democracia, en su sentido e
poder, demos=pueblo). Como

* Maestro en Ciencia Política, lJ r.


ro en la Universidad de Monrerrcy


124
_-Cuenca, Ignacio y Pablo Lle- Democracia
_002). Artículos federalistas y José Luis Berlanga Santos*
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derechos humanos, Madrid, Tecnos. Introducción
'.Veber, Max (2004). Economía y socie-
dad, México, FCE. E1propósito de este texto es introducir al lector en el tema de la de-
mocracia. En primer lugar, presento los elementos que componen la
definición de democracia agrupados en dos grandes dimensiones: pro-
cedimientos y valores. Un segundo apartado aborda brevemente la his-
toria de la democracia, desde sus orígenes en la antigua Grecia hasta su
relación con otras tradiciones políticas: el republicanismo, el liberalismo
y el socialismo. El tercer apartado intenta establecer ciertas coordenadas
Cirdenas, Jaime et aL (2007). La del debate contemporáneo sobre la democracia. A partir del eje de la par-
Constitución Política de los Estados ticipación ciudadana, se articularán dos enfoques distintos: el elitista y el
Unidos Mexicanos. (Para entender participacionista. Se concluye el capítulo con una breve reflexión sobre los
l.1), México, Nostra. problemas actuales de la democracia. Por la naturaleza introductoria del
Rarnnaud, Philippe y Stephane Rials texto, se privilegia una visión panorámica del tema. El lector interesado en
2001). Filosofía política, Madrid, profundizar en alguno( s) de los diversos aspectos tratados, puede acudir
Akal. al apartado de lecturas recomendadas o a la bibliografía consultada.

Definición

La democracia, en su sentido etimológico, es el poder del pueblo (kratos=


poder, demos=pueblo ). Como lo expresó Lincoln en sus palabras de

* Maestro en Ciencia Políóc:i., Universidad Autónoma de Puebla. Profesor de Tiempo comple-


to en la Universidad de Monterrey (UdeM). Correo electrónico: <berlangajl@yaboo.com>.

125
José Luis Berlanga Santos

1863 en Gettysburg: la democracia es el gobierno del pueblo, por el Reglas y procedimientos


pueblo y para el pueblo. En efecto, en un régimen democrático, los
asuntos públicos le competen, en primer lugar, al demos, a la ciudada, Para Bobbio (1996: 24), "la úruC2
nía. Los protagonistas son los ciudadanos. Democracia es el gobierno bla de democracia [...) es co11S1d
de muchos. Así queda claro en la famosa oración fúnebre de Pericles, reglas (primarias o fundamen:.i.ks
líder ateniense del siglo v a.C.: "nuestro gobierno se llama Democracia, do para tomar las decisiones cm
porque la administración de la república no pertenece ni está en Pº' condiciones: 1) el derecho de pa::
cos sino en muchos" (Tucídides, 1998: 83). Pero todavía resulta muy la toma de decisiones colecm'a.S se
general nuestra definición de democracia. Se requiere desglosarla en de ciudadanos¡ 2) la regla fun ·
dimensiones. la mayoría¡ y 3) los que pued.:1..:-
El concepto de democracia presenta dos dimensiones principales: ben de tener alternativas reales \
las reglas y procedimientos, por un lado, y los principios y valores, por una u otra.
el otro. Imposible definir la democracia excluyendo o mutilando a al, Dahl (1993), por su parte..
guno de estos dos polos. No obstante, la relación entre ambas dimen, que haya democracia en un país:
siones es conflictiva. Quienes enfatizan las reglas suelen ser empiristas¡ bernamentales recae constitucio
se preguntan: ¿cómo funciona la democracia? y ¿cómo podemos me, 2) los gobernantes son elegidos en
dirla? En cambio, quienes enfatizan los valores suelen ser normativos¡ ciales; 3) el sufragio es inclusi> o:
se interrogan: ¿qué es la democracia?, ¿cuál es su significado profun, a votar; 4) asimismo, prácriam
do? Los primeros son realistas, describen hechos, hacen ciencia. Los cho a ser candidatos a ocupar ar~
segundos son idealistas, se preocupan por el deber ser, hacen filosofía libertad de expresión sobre cu
(cuadro 1). Hay una tensión irresoluble. Buscar equilibrios mínimos, desempeño del gobierno; 6 !os
tender puentes frágiles, es lo que se puede hacer. Abordaré, en conse, diversas fuentes de informaavn.
cuencia, ambas facetas. 7) los ciudadanos pueden formar
pendientes, incluyendo partidos
los siguientes procedimientos
Cuadro 1. Dimensiones de la democracia
Elecciones. Quienes gobiern.a:i
__!eglas, procedimientos Valores, principios trario a la autocracia que l.'llf'
Empírica Normativa por derecho hereditario o ¿e
-
- Realista
Lo que es
Idealista
Lo que debe ser
cracia los gobernantes se es.: _
y limpias. Así, nadie pued..
Hechos Ideales que deben ser otros quienc:.¡¡ lo
Descriptiva Prescriptiva
Ciencia política Filosofía política Norma de la mayoría. Las d
meten a la regla mayoriu..~
Fuente: elaboración propia.
la mayor cantidad de votos..
dos: que no se violenten sus

126
Democracia

~~::iiemo del pueblo, por el Reglas y procedimientos


regimen democrático, los
-gar, al demos, a la ciudada- Para Bobbio (1996: 24), "la única manera de entenderse cuando se ha-
Democracia es el gobierno bla de democracia[ ...] es considerarla caracterizada por un conjunto de
_ oración fúnebre de Pericles, reglas (primarias o fundamentales) que establecen quién está autoriza-
do para tomar las decisiones colectivas y bajo qué procedimientos': Tres
ca no pertenece ni está en po- condiciones: 1) el derecho de participar (directa o indirectamente) en
: 83). Pero todavía resulta muy la toma de decisiones colectivas se atribuye a un número muy elevado
cia. Se requiere desglosarla en de ciudadanos; 2) la regla fundamental de la democracia es la regla de
la mayoría; y 3) los que puedan decidir o elegir a quienes decidan, de-
nra dos dimensiones principales: ben de tener alternativas reales y estar en condiciones de optar entre
udo, y los principios y valores, por una u otra.
racia excluyendo o mutilando a al- Dahl (1993), por su parte, enumera siete requisitos mínimos para
te, la relación entre ambas dimen- que haya democracia en un país: 1) El control sobre las decisiones gu-
-an las reglas suelen ser empiristas; bernamentales recae constitucionalmente en los funcionarios electos;
democracia? y (CÓmo podemos me- 2) los gobernantes son elegidos en elecciones periódicas, libres e impar-
las valores suelen ser normativos; ciales; 3) el sufragio es inclusivo: casi todos los adultos tienen el derecho
cia~, ,cuál es su significado profun- a votar; 4) asimismo, prácticamente todos los adultos tienen el dere-
escriben hechos, hacen ciencia. Los cho a ser candidatos a ocupar cargos públicos; 5) los ciudadanos poseen
pan por el deber ser, hacen filosofía libertad de expresión sobre cuestiones políticas, incluyendo críticas al
luble. Buscar equilibrios mínimos, desempeño del gobierno; 6) los ciudadanos tienen el derecho a buscar
"" puede hacer. Abordaré, en conse- diversas fuentes de información, las cuales están protegidas por la ley;
7) los ciudadanos pueden formar asociaciones u organizaciones inde-
pendientes, incluyendo partidos y grupos de interés. Entonces, habría
los siguientes procedimientos básicos en una democracia:
acia
Elecciones. Quienes gobiernan son electos. La democracia es lo con-
trario a la autocracia que implica autoelegirse, o bien ser jefe político
Normativa por derecho hereditario o de conquista. En contraste, en la demo-
Idealista cracia los gobernantes se escogen vía elecciones libres, competitivas
Lo que debe ser y limpias. Así, nadie puede decidir por sí mismo ser el "mejor': sino
Ideales que deben ser otros quienes lo seleccionen (Sartori, 2003).
- - - Prescriptiva
1 Filosofía política Norma de la mayoría. Las decisiones políticas fundamentales se so-
meten a la regla mayoritaria, es decir, triunfa la opción que obtiene
la mayor cantidad de votos. Las minorías se respetan en dos senti-
dos: que no se violenten sus derechos fundamentales y que haya ex-

127
José Luis Berlanga Santos

pectativas razonables de que en un futuro se puedan convertir en


mayoría.1 Inclusividad. La inclusión es
adultos tienen derecho a " -
Garantías individuales. La ley debe proteger los derechos funda- edad, según el cargo al que se
mentales de los individuos: libertades civiles (libertad de expresión, criminales y residentes rra..- -
pensamiento y creencias, de manifestación y reunión, derecho a la tos derechos ha marcadc la
propiedad privada y a contraer contratos válidos) y derechos hu-
manos (derecho a un debido proceso legal: a no ser arrestado arbi- Cultura política. Los ciu ~ ~
trariamente, a defenderse de las acusaciones, a la salvaguarda de la con elementos de juicio suii
integridad física en los interrogatorios). Estos derechos se afirman, expresar opiniones fundara
principalmente, frente al poder, frente al Estado. Suelen estar plas- De igual modo, deben mosc:
mados en las constituciones de los países. cía; deben sentirse identi.-la
de su régimen político.:
Las ideas que subyacen a estas reglas son:

Soberanía popular. En sintonía con la definición etimológica de de- Valores


mocracia, el poder es legítimo sólo si emana de la voluntad popular,
esto es, si es libremente consentido por la ciudadanía. El pueblo tie- El valor axial de la democracia es
ne derecho a autogobernarse, a darse sus propias leyes, a determinar gue de las demás tradiciones de _
su propio rumbo. Ningún poder puede estar por encima del pueblo. consiste en que todos los ciu
en la cosa pública, en los asu.'1:os
Representación. El demos no gobierna directamente, sino que elige a volverse visibles. En la demOL~
representantes en intervalos regulares. La toma de decisiones públi- legios; los ciudadanos se rece:¡ ~
cas por los gobernantes conserva un cierto grado de independencia Algo que simboliza este valor es
en relación con la voluntad de los representados. Los gobernados todos los votos cuentan lo
pueden expresar sus opiniones sin el control de los que gobiernan. cias sociales o naturales.
Las decisiones gubernamentales implican un proceso de debate Fueron los antiguos gnegos
(Manin, 1998). dad política. Los demás valo::es
como fuente de inspiración al ~

Dahl (1993) encuentra las siguientes ventajas de la norma de la mayoría: asegura que el
mayor número de ciudadanos vivan bajo leyes que ellos escogieron; en ciertas condiciones, 2 El tópico de la cultura poütica se
tiene más probabilidades de generar decisiones correctas; globalmente, produce más bene- va. Desde la época de la anag-.u.
ficios que costos; implica pluralidad, no grupos homogéneos y armónicos; es imperfeeta, (La Boérie), hasta la modem~
pero las alternativas son peores. Cita el estudio de Lijpharc (1987), en el que compara que a cada forma de gobierno k
paises con modelo mayoritarista y con modelo por consenso. Resultado: la mayor parte de los estudios empíricos, descaa el
las democracias estables no han adoptado sistemas esrrictamente mayoritaristas. Dahl con- fue vincular la cultura polioc:a am
cluye que no hay una norma única en la democracia. La mejor regla es la que se considere salenloscrabajosdelnglehan ~
al evaluar cuidadosamente las circunstancias en que han de tomarse las decisiones. la democracia.

128
Democracia

se puedan convertir en
Inclusividad. La inclusión es motor de la democracia. Todos los
adultos tienen derecho a votar y a ser votados (con restricciones de
edad, según el cargo al que se aspire), salvo los deficientes mentales,
es tlibertad de expresión, criminales y residentes transitorios. El proceso de ampliación de es-
non y reunión, derecho a la tos derechos ha marcado la historia de la democracia moderna.
ros válidos) y derechos hu-
egal: a no ser arrestado arbi- Cultura política. Los ciudadanos deben estar informados y contar
aones, a la salvaguarda de la con elementos de juicio suficientes para escoger buenas opciones,
os . Estos derechos se afirman, expresar opiniones fundamentadas y participar en debates públicos.
te al Estado. Suelen estar plas- De igual modo, deben mostrar compromiso y apoyo a la democra-
cia; deben sentirse identificados con las autoridades e instituciones
de su régimen político.2
itas son:

la definición etimológica de de- Valores


si emana de la voluntad popular,
por la ciudadanía. El pueblo tie- El valor axial de la democracia es la igualdad política. Este valor la distin-
sus propias leyes, a determinar gue de las demás tradiciones de pensamiento político. La igualdad política
uede estar por encima del pueblo. consiste en que todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a participar
en la cosa pública, en los asuntos comunes. Todos pueden alzar su voz,
directamente, sino que elige a volverse visibles. En la democracia no puede haber desigualdad o privi-
cs. La toma de decisiones públi- legios; los ciudadanos se reconocen como iguales en el ámbito político.
cierto grado de independencia Algo que simboliza este valor es el voto. Un ciudadano, un voto, es decir,
representados. Los gobernados todos los votos cuentan lo mismo, independientemente de las diferen-
d control de los que gobiernan. cias sociales o naturales.
rmplican un proceso de debate Fueron los antiguos griegos quienes crearon el principio de la igual-
dad política. Los demás valores importantes de la democracia tienen
como fuente de inspiración al republicanismo y al liberalismo. Los pri-

ck la norma de la mayoría: asegura que el


que ellos escogieron; en ciertaS condiciones, El tópico de la culcura política se inscribe en una tradición inceleccual robusta y muy longe·
correcras; globalmente, produce más bene- va. Desde la época de la antigua Grecia (Ariscóceles, Platón), pasando por el renacencismo
bomogéneos y armónicos; es imperfecta, ( La Boécie), hasta la modernidad (Moncesquieu, Rousseau, Tocqueville), se ha pensado
¿e Lijphan: (1987), en el que compara que a cada forma de gobierno le corresponde un cierto cipo de ciudadano. En el terreno de
por consenso. Resultado: la mayor parce de los estudios empíricos, destaca el crabajo pionero de Almond y Verba ( 1963), cuyo objetivo
esttictarnence mayoritaristas. Dahl con- fue vincular la culcura política con un gobierno democrático estable. Actualmente, sobre-
La mejor regla es la que se considere salen los trabajos de Inglehan: (en colaboración con Wclzel, 2006) en torno a los valores de
que han de tomarse las decisiones. la democracia.

129
José Luis Berlanga Santos

meros dos que enunciaré son típicos de la tradición republicana y los si- dir o descalificar a alguno.
guientes seis de la liberal. la diversidad" de valores p
(Woldenberg y Salazar, 199-
Participación ciudadana. Se puede definir la participación c1v1ca
como el proceso de apropiación de lo público por parte de la ciuda- No violencia. La violencia es
danía. Al participar en la esfera pública, las instituciones y las leyes presupone el avasallarnie--·o
ya no son externas al ciudadano, sino que en cierta forma son su- con el autoritarismo. Kar.
yas. Al tener la posibilidad efectiva de participar en la toma de de- un país democrático de u:c :>
cisiones públicas, el ciudadano es autónomo y libre: interviene en ciudadanos pueden qui~ a
los asuntos que le importan y que afectan su vida. Las instituciones sangre. Y en el terreno de :as
políticas dejan así de ser para los ciudadanos un poder extraño que no ha estallado ninguna g-..i
decide por ellos: rígido, inamovible, intocable (Castoriadis, 1998b). cracias (Bobbio, 1996).

Responsabilidad cívica. En la democracia se puede hacer cualquier Diálogo y negociación. En b


cosa, pero no se debe hacer cualquier cosa. No todo es posible. Se nas con las que no se pueda
precisa autolimitación. Los excesos generan desastres. Para los grie- rios, competidores. Se est.l\
gos, la hubris (desmesura) era fuente de discordia, de espanto, de concesiones. No se buscad e
vergüenza de uno mismo por no poner límites a las propias accio- negociación. La insatisfacao
nes. Lo que se requería era la phronesis: la prudencia, el sentido co- ras nunca triunfan totalmerue
mún, la responsabilidad, el buen juicio.
Libertad de asociación. Los\:
Autonomía personal. La democracia "se funda en valores que exi- otros para realizar propós i
gen una actitud respetuosa hacia la dignidad y autonomía de cada damentales en una demo.::
ser humano" (O'Donnell, 1999: 82). Cada uno es el mejor juez de gía, y, por el otro, fungen e
sus propios anhelos e intereses. Todos los adultos son lo suficien- contención frente a los ah
temente capaces de intervenir en las cuestiones políticas. No nece- nuir la brecha entre los r
sitan tutores o guardianes, alguien que les diga qué hacer o qué no existieran, el riesgo de cae- m
(Dahl, 1993). Autonomía significa la 'capacidad de los seres huma- rio sería muy alto (Tocque">
nos de razonar concientemente, de ser reflexivos y autodeterminan-
tes. Implica cierta habilidad para deliberar, juzgar, escoger y actuar Libre debate de las ideas. !..a
entre los distintos cursos de acción[... ]" (Held, 2001: 337).
guir. .. de eso se trata en u:i
Tolerancia y pluralidad. El mundo es diverso, la realidad está con- tación de opiniones r de ~
formada por múltiples miradas. Son muchas las tradiciones de de la sociedad y el carr.b.
pensamiento político que confluyen en los países: liberalismo, so- (Bobbio, 1996). Asimismo,
cialismo, conservadurismo, republicanismo, entre otras. Todos y fanatismos; las ideas se pu
estos discursos son legítimos. No hay vara que permita me- (Woldenberg y Salazar, l 99

130
Democracia

non republicana y los si, dir o descalificar a alguno. La democracia es "la coexistencia de
la diversidad" de valores, puntos de vista, ideologías e intereses
(Woldenberg y Salazar, 1997: 47).
r la participación cívica
blico por parte de la ciuda, No violencia. La violencia es incompatible con la democracia porque
, las instituciones y las leyes presupone el avasallamiento del otro. La violencia embona mejor
que en cierta forma son su, con el autoritarismo. Karl Popper señalaba que lo que distingue a
de participar en la toma de de, un país democrático de uno autoritario, es que sólo en el primero los
aurnnomo y libre: interviene en ciudadanos pueden quitar a los gobernantes sin derramamiento de
:afectan su vida. Las instituciones sangre. Y en el terreno de las relaciones internacionales, hasta ahora
audadanos un poder extraño que no ha estallado ninguna guerra entre los Estados que tienen demo,
e, intocable (Castoriadis, 1998b). cracias (Bobbio, 1996).

no...tacia se puede hacer cualquier Diálogo y negociación. En la democracia no hay enemigos; perso,
(.!ler cosa. No todo es posible. Se nas con las que no se pueda hablar. Existen interlocutores, adversa,
os generan desastres. Para los grie, rios, competidores. Se establecen acuerdos y compromisos; se hacen
'.1te de discordia, de espanto, de concesiones. No se busca el todo o nada. Ceder ayuda al diálogo y la
poner límites a las propias accio, negociación. La insatisfacción es obligada porque las propias postu,
1esis: la prudencia, el sentido co, ras nunca triunfan totalmente (Woldenberg y Salazar, 1997).
"cío.
Libertad de asociación. Los ciudadanos se unen voluntariamente con
acia wse funda en valores que exi, otros para realizar propósitos en común. Las asociaciones son fun,
L1. dignidad y autonomía de cada damentales en una democracia: por un lado, le dan vitalidad y ener,
2 . Cada uno es el mejor juez de gía, y, por el otro, fungen como un dique, como un mecanismo de
íodos los adultos son lo suficien, contención frente a los abusos de los gobernantes. Ayudan a dismi,
las cuestiones políticas. No nece, nuir la brecha entre los representantes y los representados. Si no
que les diga qué hacer o qué no existieran, el riesgo de caer en una tiranía o en un régimen autorita,
ta la ..capacidad de los seres huma, rio sería muy alto (Tocqueville, 1957).
k ser reflexivos y autodeterrninan,
deliberar, juzgar, escoger y actuar Libre debate de las ideas. La doxa, la opinión, es la piedra angular
n : ... )" (Held, 2001: 337). de la democracia. Considerar, sopesar, diferenciar, ponderar, distin,
guir... de eso se trata en un régimen democrático. La libre confron,
es diverso, la realidad está con, tación de opiniones y de posturas favorece la renovación gradual
Son muchas las tradiciones de de la sociedad y el cambio de mentalidad y de maneras de vivir
en en los países: liberalismo, so, (Bobbio, 1996). Asimismo, el debate abierto combate dogmatismos
blicanismo, entre otras. Todos
1
y fanatismos; las ideas se pueden discutir, no hay verdades absolutas
No hay vara que permita me, (Woldenberg y Salazar, 1997).

131
José Luis Berlanga Sancos

Historia pendientemente de su condia


ateniense (Tucídides, 1998 ;.-
La palabra democracia es acuñada por primera vez por Herodoto a me- privilegios quedan fuera. Se ?31
diados del siglo v a.C. en Los nueve libros de la historia, donde presenta sía, la asamblea popular. TO<l.:lS
una discusión entre tres dirigentes persas, Otanes, Megabyzo y Darío, labra (isegoria), sus votos •.·alen
sobre la mejor forma de gobierno a instaurar en Persia. Otanes condena con franqueza (parrhesia '. La
a la monarquía por irresponsable, arbitraria e injusta. los Quinientos (boule), legisla
directa. Los cargos políticos tn2S
En cambio, el gobierno del pueblo lleva en primer lugar el más bello tegrantes del Consejo, son desi=
de los nombres, isonomía (igualdad de derechos políticos); y en segun- bros de los jurados. Todos es~
do lugar, nada hace de aquellas cosas que un monarca hace. Pues por paideia (educación cívica). SO:...
sorteo se ejercen los cargos públicos, los magistrados son obligados reros o especialistas (arquit~~
a rendir cuentas del ejercicio del poder, toda decisi6n es sometida al gistrados tienen una duraaon -
voto popular. Propongo, pues, que nosotros rechacemos la monarquía Además, los magistrados deben
para dar el poder al pueblo; pues todo es posible para el mayor núme- ante el Consejo. Disposiciones
ro (citado por Bobbio, 1987: 16). significaba el destierro de alg-.!:"
la denuncia de ilegalidad cua.-.:.
Lo que describe Oranes, el 'gobierno del pueblo': no era una quimera, comunidad (Castoriadis, 1993'
fue una realidad histórica en Atenas, Grecia, de fines del siglo vi a.C. (año La participación ciudad.an.a.
51l), con la reforma de Clístenes, hasta el inicio de la hegemonía mace- espacio público. Para los pnm
dónica muy entrado el siglo IV a.C. (año 338) (Requejo Coll, 1990).3 con el hablar los unos con los
sólo a través de la pluralidad Je :
ver las cosas, el mundo adquma
Democracia ateniense tenían un carácter revelador. A
era, revelaba su identidad, sus _
El demos se autogobiema, es soberano, es decir, se rige por sus pro- espacio público se configuraba a
pias leyes, toma sus propias decisiones, posee su propia jurisdicción. La iguales (homoioi), del libre ir.re.
igualdad política es su valor central. Todos los ciudadanos tienen igual cuestiones públicas. Lo que u;:_
derecho a participar en el poder. (Aunque no todos eran ciudadanos; labra ciudadano: el que se F~
las mujeres, los esclavos y los extranjeros estaban excluidos.) Como lo quienes no participaban en r
decía Pericles, cualquiera que tenga algo que ofrecer a los demás, inde- porque sólo se dedicaban a su.s

De igual manera, se adviene la democracia aceniense como un proceso histórico de más


largo aliento. Enconces habría que remontarse a la segunda mitad del siglo vm a.C. con la
obra Trabajos y días de Hesíodo, donde la dike Uusricia) abarca también al demos (pueblo).
Y a las reformas de Solón en el 594 a.C. que debilitan jurídicamente a la ariscocracia en
favor del pueblo (García Gual, 1990). en Atenas.

132
Democracia

pendientemente de su condición social, forma parte de la democracia


ateniense (Tucídides, 1998). Hay igualdad ante la ley (isonomía)¡ los
-::::~~'e:: por Herodoto a me- privilegios quedan fuera. Se participa, se ejerce la soberanía en la eccle-
1storia, donde presenta sia, la asamblea popular. Todos cuentan con el derecho a tomar la pa-
Granes, Megabyzo y Darío, labra (isegoria), sus votos valen lo mismo (isopsephia) y deben hablar
..: en Persia. Otanes condena con franqueza (parrhesia). La asamblea, asesorada por el Consejo de
los Quinientos (boule), legisla y gobierna.4 Por eso es una democracia
directa. Los cargos políticos más importantes, los magistrados y los in-
eü primer lugar el más bello tegrantes del Consejo, son designados por sorteo, al igual que los miem-
derechos políticos); y en segun- bros de los jurados. Todos están formados para gobernar a través de la
que un monarca hace. Pues por paideia (educación cívica). Sólo se elige a los estrategas de guerra, teso-
los magistrados son obligados reros o especialistas (arquitectos, por ejemplo). Los cargos de los ma-
fu, coda decisión es sometida al gistrados tienen una duración breve y son revocables en todo momento.
tros rechacemos la monarquía Además, los magistrados deben rendir cuentas (euthune) de su gestión
• ~ posible para el mayor núme- ante el Consejo. Disposiciones atenienses relevantes: el ostracismo, que
significaba el destierro de algún líder rival para evitar el divisionismo, y
la denuncia de ilegalidad cuando alguien promovía una ley dañina a la
o del puebló; no era una quimera, comunidad (Castoriadis, 1998a).5
, de fines del siglo v1 a.C. (año La participación ciudadana generalizada implica la creación de un
el inicio de la hegemonía mace- espacio público. Para los primeros demócratas, la política tenía que ver
. o 338) (Requejo Coll, 1990).3 con el hablar los unos con los otros sobre los asuntos comunes. De hecho,
sólo a través de la pluralidad de perspectivas, de las diferentes formas de
ver las cosas, el mundo adquiría sentido, se volvía algo real. Las palabras
tenían un carácter revelador. A través de éstas, cada uno mostraba quién
era, revelaba su identidad, sus aspiraciones, sus sueños, sus opiniones. El
C'.es decir, se rige por sus pro- espacio público se configuraba a partir de la convivencia humana entre
posee su propia jurisdicción. La iguales (homoioi), del libre intercambio de puntos de vista en torno a las
foJos los ciudadanos tienen igual cuestiones públicas. Lo que importaba era la comunidad. De ahí lapa-
.que no codos eran ciudadanos; labra ciudadano: el que se preocupa por la ciudad y sus problemas. A
res estaban excluidos.) Como lo quienes no participaban en política, se les consideraba idiotas (idiotés),
lgo que ofrecer a los demás, inde- porque sólo se dedicaban a sus asuntos privados (Arendt, 1993).

A la asamblea solían asistir unas seis mil personas. Los ciudadanos en Atenas eran unos cin-
uense como un proceso histórico de más cuenta mil. El Consejo de los Quinientos se componía de cincuenta ciudadanos de cada una
2 b segunda mitad del siglo vm a.C. con la de las diez tribus (phyl.ai) en que se dividía la comunidad ateniense {Requejo Coll, 1990).
JUScicia) abarca también al demos (pueblo). Para examinar más a fondo el marco insrirucional de la democracia ateniense, véase Manin
debilitan jurídicamente a la aristocracia en ( 1998: 19-58), quien analiza detalladamente la selección por sorteo de los cargos públicos
en Arenas.

133
José Luis Berlanga Santos

Democracia y republicanismo Ya en plena modernidad


espíritu de participación O\'ÍO
En el siglo vn a.C., el legislador Licurgo ideó un gobierno mixto para Es, que el ciudadano es libre se.o
parta: le dio su parte de poder al rey, a los nobles y al pueblo, construyen, deben atender la voluntad g
do una organización política que duró varios siglos. Para Polibio (siglo bertad personal se consigue
n a.C.), las formas de gobierno puras tendían a corromperse. El único tica. En cierto sentido, har wu
modo de romper esta inercia era crear la "Constitución mixtá: es decir, La Revolución estadour...d
tomar lo mejor de la monarquía, de la aristocracia y de la democracia estelar del republicanismo. :..OS
para lograr estabilidad política. La República romana (509-43 a.C.) es utilizaban el término "felicidad
el ejemplo más exitoso de este tipo de gobierno. Los cónsules represen, los asuntos públicos no era Un2
taban el espíritu monárquico, el Senado a la aristocracia y los tribunos les daba a los ciudadanos acri\'OS
al pueblo (democracia). Cicerón (siglo 1 a.C.) se declaró partidario de por cualquier otro medio" ,Aren
esta forma combinada de gobierno: la república, es decir, "cosa públicá' los estadounidense particip
(res=cosa). Tanto Cicerón como Polibio tienen influencia de Aristóteles "No se podría trabajar más l.abo
(siglo IV a.C.), el primero que formula la idea del gobierno mixto, y con dense sólo se ocupara de sus
quien inicia la tradición republicana cuyos valores centrales enuncia en su mente desdichado" (Tocque· c.
tratado de la Política: participación ciudadana, bien común, virtud cívica
(Rivera, 1998).
En suma, el republicanismo clásico incluye a la democracia, pero Democracia y liberalismo
sólo como una parte de su organización mixta. Rechaza a la democra,
cía pura por su inestabilidad. En su clasificación de las formas de go, El liberalismo surge en el siglo
bierno, Aristóteles (1999) cataloga a la democracia como un régimen rechos naturales del individuo
corrupto, donde los pobres buscan satisfacer sus intereses particulares frente a los abusos del poder. 8
oprimiendo a los ricos. De hecho, en gran parte de la historia de la hu, necesario. Debe ser acotado ~
manidad, la democracia tendrá una connotación negativa (digamos, del ta una diferencia sustancial cor.
siglo IV a.c. al XVIII d.C.). busca limitar el poder, la dem
Al desaparecer la Roma clásica con el ascenso del Imperio y el pos, Sin embargo, las coincid
terior mundo teocrático de la Edad Media, el republicanismo no regresa legitimidad del Estado se func.a
sino hasta el surgimiento de las ciudades,repúblicas italianas (mediados Los gobernantes deben respo
del siglo XIII al xvr). Estas ciudades (Florencia, Venecia) afirmaron su ellos, y no a la inversa. Esta !de:t
libertad frente al poder del papa y el poder del emperador. Sus cargos
públicos eran electivos y tenían dos cámaras: consejo y podesta (Rivera, 6 Rousseau rechaza la democracu
1998). Estos ejemplos de autogobierno inspirarán a Marsilio de Padua la propuesta rousseauniaru.. V:
(siglo x1v) y Maquiavelo (siglo xv1). Marsilio resalta la idea de soberanía Y también por el ordenamiento
popular y Maquiavelo exalta la grandeza de la república romana por equi, el siguiente siglo, MonresqUIC'I:
los liberales p-0rque permne est:i~:d
librar los deseos de los nobles y de la plebe. En la tipología de éste, la repú, libertades individuales (aunque
blica puede ser aristocrática o democrática (Fernández Santillán, 1994). mixto de los republicanos .

134
Democracia

Ya en plena modernidad, siglo xvm, Rousseau (1998) recupera el


espíritu de participación cívica del republicanismo clásico para plantear
un gobierno núxto para Es- que el ciudadano es libre sólo si participa en la confección de leyes que
es \.al pueblo, construyen- deben atender la voluntad general y no los intereses particulares. La li-
s1glos. Para Polibio (siglo bertad personal se consigue cuando uno se entrega a la comunidad polí-
c;an a corromperse. El único tica. En cierto sentido, hay una apuesta por la democracia directa.6
Constitución mixrá; es decir, La Revolución estadounidense (siglo xvm) es el último momento
an.stocracia y de la democracia estelar del republicanismo. Los padres fundadores de Estados Unidos
hca romana (509-43 a.C.) es utilizaban el término "felicidad públicá'; sabían que la participación en
gobierno. Los cónsules represen- los asuntos públicos no era una carga, sino algo gozoso, disfrutable, que
do a la aristocracia y los tribunos les daba a los ciudadanos activos "un senrinúento de felicidad inaccesible
o I a.C.) se declaró partidario de por cualquier otro medio" (Arendt, 1988: 119). Tocqueville, al ver cómo
república, es decir, 'cosa públicá' los estadounidense participaban activamente en política, observaba:
io tienen influencia de Aristóteles "No se podría trabajar más laboriosamente en ser feliz'. Si el estadouni-
la idea del gobierno núxto, y con dense sólo se ocupara de sus asuntos privados, "llegaría a ser increíble-
·os valores centrales enuncia en su mente desdichado" (Tocqueville, 1957: 251).
~dana, bien común, virtud cívica

uco incluye a la democracia, pero Democracia y liberalismo


ón mixta. Rechaza a la democra-
cl.asificación de las formas de go- El liberalismo surge en el siglo xvn con Locke, quien reivindica los de-
l la democracia como un régimen rechos naturales del individuo (a la libertad, a la vida, a la propiedad)
ll.;:isfacer sus intereses particulares frente a los abusos del poder. El Estado es un constructo artificial, un mal
gran parte de la historia de la hu- necesario. Debe ser acotado por las leyes, por el derecho.7 Aquí se presen-
l>nnotación negativa (digamos, del ta una diferencia sustancial con los demócratas: núentras el liberalismo
busca limitar el poder, la democracia busca distribuirlo (Bobbio, 1989).
n el ascenso del Imperio y el pos- Sin embargo, las coincidencias también son notables. Para Locke, la
ledia, el republicanismo no regresa legitinúdad del Estado se funda en el consentinúento de los individuos.
·es-repúblicas italianas (mediados Los gobernantes deben responder a los gobernados, estar al servicio de
Florencia, Venecia) afirmaron su ellos, y no a la inversa. Esta idea liberal embona bien con la democracia
poder del emperador. Sus cargos
amaras: consejo y podesta (Rivero,
Rousseau rechaza la democracia liberal representativa. Resulta sumamente dificil clasificar
o inspirarán a Marsilio de Padua la propuesta rousseauniana. Vallespin ( 1998} lo intenta y la llama "democracia radical".
silio resalta la idea de soberanía Y también por d ordenanúento insrirucionaL Loclce esboza la división de poderes que, en
t.a de la república romana por equi- el siguiente siglo, Montesquieu planteará con precisión. Esta división es fundamental para
los liberales porque permite establecer "pesos y contrapesos" al poder, resguardando así las
En la tipología de éste, la repú-
libertades individuales (aunque también la idea de la división de poderes remite al gobierno
.ca Fernández Santillán, 1994). mixto de los republicanos).

135
José Luis Berlanga Santos

que se basa en el "poder del pueblo': Para los demócratas, el poder es vá- Los liberales proponen que ~e
lido sólo si está sustentado en el apoyo y asentimiento de los ciudadanos propietarios, es decir, que tl:rlf'
(Sartori, 2003). Este principio, inspirador de las Revoluciones inglesa, los demócratas quieren ampliar
francesa y estadounidense, lleva a la adopción del procedimiento de la dualmente los límites para '"0-
elección, institución central del gobierno representativo (Manin, 1998). grado de participación del ? .!ro
Pareciera entonces que el advenimiento del sistema representativo, Santillán, 1994).
con la idea de que el pueblo elige a sus gobernantes, fortalece la relación El tercer foco de c:e
entre liberalismo y democracia. No obstante, la hará más tensa. Tres as- los representantes. En los orig
pectos esclarecen esta cuestión: el problema de la escala, la extensión del firmemente que las personas ele--
sufragio y la selección de "los mejores': mejores que sus electores en e>
En el siglo xvm, Montesquieu observa que las sociedades moder- 1998). Para Madison, un !.:be~
nas son mucho más grandes y complejas que las antiguas: el surgimiento elaboración de la Constituc.., -
de los Estados-nación reemplaza a las ciudades-repúblicas. El gobierno representativo consiste en q ..;.e
representativo sería la solución al problema de la escala. Stuart Mill, en sándola por el tamiz de un f="-
el XIX, también defendió este tipo de gobierno: "no puede exigirse me- dencia puede discernir mejor
nos que la admisión de todos a una parte de la soberanía. Pero puesto que patriotismo y amor a la jusn.:U
en toda comunidad que exceda los límites de una pequeña población consideraciones parciales o de
nadie puede participar personalmente sino de una porción muy peque- Jay, 1943: 39). Por supuesto,
ña de los asuntos públicos el tipo ideal de un Gobierno perfecto es el es la igualdad política, no co:-:-:
Gobierno representativó' (Stuart Mill, 2000: 43). En la misma tesitura, son individuos distinguidos ·• F
los federalistas (Hamilton, Madison y Jay) proponen una república re- promedio.
presentativa para Estados Unidos por ser un Estado grande con pobla- Adicionalmente, una prof
ción numerosa. En cambio, la democracia (participación directa) sería ciones liberal y democrática :
propia de las ciudades pequeñas (Fernández Santillán, 1994). Siéyes, uno de los artífices de ta
Al aumentar la cantidad de ciudadanos, disminuye la oportunidad tipo de gobierno es el más ap
de participar. Los representantes sustituyen a la asamblea ciudadana. Se dad moderna, porque los o~.ii:
restringe así la participación cívica (Dahl, 1989). Los demócratas que- intereses privados y no tienen u_
dan a disgusto porque el poder no se distribuye con la amplitud debida. confían el gobierno a quienes
"El pueblo inglés piensa que es libre y se engaña: lo es solamente durante a esas tareas (citado por i'> lanin.
la elección de los miembros del Parlamento: tan pronto como éstos son tad de los antiguos compar.-i.ia a
elegidos, vuelve a ser esclavo, no es nada. El uso que hace de su libertad París en 1818, Constant pla.:-:
en los cortos momentos que la disfruta es tal, que bien merece perderlá' to de los antiguos era dividir d _
(Rousseau, 1998: 51). una misma patria: esto era :o e::
Una segunda fuente de conflicto tiene que ver con la discusión modernos es la seguridad de s-..:s
sobre la extensión del derecho al voto, punto clave de los primeros go- te que la libertad de los m<Xe
biernos representativos. Incluso, esto conduce a que, durante la prime- libertad de los antiguos demo-
ra mitad del siglo XIX, el liberalismo y la democracia se vuelvan rivales. dernas, el individuo se reah::.4 en

136
Democracia

.::anócratas, el poder es vá- Los liberales proponen que este derecho al sufragio sea exclusivo de los
'"-"'_....... temo de los ciudadanos propietarios, es decir, que tenga un carácter restringido; mientras que
las Revoluciones inglesa, los demócratas quieren ampliar el voto lo más posible y desaparecer gra-
-=e~~ del procedimiento de la dualmente los límites para votar. Una vez más, no hay acuerdo en el
.esentativo (Manin, 1998) . grado de participación del pueblo en los asuntos políticos (Fernández
.:±el sistema representativo, Santillán, 1994).
mames, fortalece la relación El tercer foco de tensión se vincula con las características de
re la hará más tensa.Tres as- los representantes. En los orígenes del gobierno representativo, se cree
.a de la escala, la extensión del firmemente que las personas electas para los cargos públicos deben ser
mejores que sus electores en cuanto a riqueza, talento y virtud (Manin,
n'a que las sociedades moder- 1998). Para Madison, un liberal que influyó significativamente en la
as que las antiguas: el surgimiento elaboración de la Constitución estadounidense, el efecto del sistema
ciudades-repúblicas. El gobierno representativo consiste en que "afina y amplía la opinión pública pa-
, lema de la escala. Stuart Mill, en sándola por el tamiz de un grupo escogido de ciudadanos, cuya pru-
:: bierno: "no puede exigirse me- dencia puede discernir mejor el verdadero interés de su país, y cuyo
re de la soberanía. Pero puesto que patriotismo y amor a la justicia no estará dispuesto a sacrificarlo ante
rr.fres de una pequeña población consideraciones parciales o de orden temporal" (Hamilton, Madison y
sino de una porción muy peque- Jay, 1943: 39). Por supuesto, los demócratas, cuyo valor por excelencia
1 de un Gobierno perfecto es el es la igualdad política, no comparten esta idea de que los representantes
2000: 43). En la misma tesitura, son individuos distinguidos y prominentes, superiores a los ciudadanos
Ja·· proponen una república re- promedio.
ser un Estado grande con pobla- Adicionalmente, una profunda diferencia conceptual entre las tradi-
racia 1,participación directa) sería ciones liberal y democrática aflora con el gobierno representativo. Para
dez Santillán, 1994). Siéyes, uno de los artífices de la representación política en Francia, este
panos, disminuye la oportunidad tipo de gobierno es el más apropiado para las condiciones de la socie-
t":.:\ en a la asamblea ciudadana. Se dad moderna, porque los ciudadanos están demasiado ocupados en sus
.'., 1989). Los demócratas que- intereses privados y no tienen tiempo para los asuntos públicos. Por ello
tribuye con la amplitud debida. confían el gobierno a quienes sí puedan dedicarse de tiempo completo
engaña: lo es solamente durante a esas tareas (citado por Manin, 1998). En su célebre discurso La liber-
ento: tan pronto como éstos son tad de los antiguos comparada a la de los modernos, en el Ateneo Real de
~. El uso que hace de su libertad París en 1818, Constant planteó con claridad el antagonismo: "El obje-
les tal, que bien merece perderlá' to de los antiguos era dividir el poder social entre todos los ciudadanos de
una misma patria: esto era lo que ellos llamaban libertad. El objeto de los
cro tiene que ver con la discusión modernos es la seguridad de sus goces privados" (1988: 76). De tal suer-
punto clave de los primeros go- te que la libertad de los modernos (liberalismo) es privada, en tanto la
conduce a que, durante la prime- libertad de los antiguos (democracia) es pública. En las sociedades mo-
1.a democracia se vuelvan rivales. dernas, el individuo se realiza en la esfera privada, fuera de la política. En

137
José Luis Berlanga Santos

contraste, en las sociedades antiguas sólo en el espacio público los ciuda- Detengámonos en el pci~:u-J!
danos se sentían realizados. tativo del socialismo (comente
Pese a todo, liberales y demócratas terminan aliándose en la segun- mocracia (de tipo liberal rep.
da mitad del siglo xrx, en parte para hacer un frente común contra el forma de enmascarar lo centnl: h
socialismo que en la Revolución de 1848 mostró un incremento de fuer- ños de los medios de produccio
za. Pero principalmente se unen al darse cuenta que sus principios eran su cuerpo para venderlo como
conciliables. La ampliación progresiva de los derechos políticos ( dere- un gendarme de los intereses de
cho al voto a los pobres, a las mujeres, a los jóvenes) fue el elemento clave marxista de la democracia como
de la unión. Por un lado, los liberales aceptaron que el método democrá- dadera'' democracia sólo se a.
tico es la mejor salvaguarda de la libertad individual. A través de éste, los sión de las clases sociales. Sm
ciudadanos se pueden defender mejor de los abusos del Estado; y, por a Marx y vio allí elementos r
el otro, los demócratas reconocieron que la protección de las libertades ción política del pueblo (emen
que defiende el liberalismo es necesaria para el buen funcionamiento directa, revocación de manda:o,
de la democracia. Participar en las votaciones sólo adquiere sentido si centralizado. Todo esto no te:u.a
se realiza libremente, es decir, respetando las libertades de opinión, de pero apuntaba a la transfornuo
prensa, de reunión, de asociación (Bobbio, 1989). grar la sociedad comunista. Es
trumento del proletariado para
la igualdad política (democracu
Democracia y socialismo ra igualdad: la material ( soci
Una visión alternativa a La
La relación entre demócratas y socialistas tampoco estuvo exenta de gimiento data de la segunda rru
conflictos. En un principio, parecía haber un nexo sólido entre ellos: la 1875). Se alió con el marxisn:o
igualdad. Graco Babeuf, en el Manifiesto de los iguales, en 1797 señaló lítico del movimiento obrero
que la igualdad de derechos, propia de la democracia, debía ser comple-
mentada con la igualdad real, propia del socialismo. Rousseau proponía en reformas concretas como el
una democracia respaldada por la igualdad material. Marx veía al socia- mocracia liberal como impr
lismo compatible con el gobierno popular ("producto libre del hombré'). Estado como guardián del in<:
No obstante, la distancia entre los dos conceptos de igualdad era consi- minación. Además, pensaba •
derable. La igualdad política y la igualdad económica son cosas muy dis- aprenden a conocer sus lírrures
tintas. Mientras Rousseau hablaba de cooperación en la asamblea, de una bran a la legalidad. Bernsmn se
democracia de ciudadanos, de la política como algo valioso en sí mismo, la minoría por la mayoría v de
Marx hablaba de cooperación en el campo de las fuerzas productivas, de Rosa Luxemburgo, pensadora
una democracia de los productores, de la política como algo instrumental tas': Para ella, las reformas po:-
(Femández Santillán, 1994).8 eran un medio para la revoh.:a

8
Tocqueville fue radical al respecto: "la democracia y el socialismo se unen s61o por una tad, el socialismo quiere la 1~
palabra, la igualdad; pero nótese la diferencia: la democracia quiere la igualdad en la liber· Sarrori, 2003: 287).

138
Democracia

~cio público los ciuda- Detengámonos en el pensamiento de Marx, el autor más represen-
tativo del socialismo (corriente que surge en el siglo x1x). Para él, la de-
-=-..un:..o.an aliándose en la segun- mocracia (de tipo liberal representativa) no era más que una farsa, una
u.--. frente común contra el forma de enmascarar lo central: la explotación de los "burgueses" (los due-
rro un incremento de fuer- ños de los medios de producción) hacia los proletarios (los que sólo tienen
aienta que sus principios eran su cuerpo para venderlo como fuerza de trabajo). El gobierno no es sino
.:.t os derechos políticos ( dere- un gendarme de los intereses de los capitalistas. De ahí la descalificación
j-0venes) fue el elemento clave marxista de la democracia como "burguesá' o meramente"formal': La"ver-
~taran que el método democrá- dadera'' democracia sólo se alcanzaría al llegar el comunismo: la supre-
~ mdividual. A través de éste, los sión de las clases sociales. Sin embargo, la Comuna de París entusiasmó
de los abusos del Estado; y, por a Marx y vio allí elementos "realmenté' democráticos: la autoorganiza-
pe la protección de las libertades ción política del pueblo (entendido como clase trabajadora), democracia
F para el buen funcionamiento directa, revocación de mandato, organización horizontal, sistema des-
oraciones sólo adquiere sentido si centralizado. Todo esto no tenía valor por sí mismo, porque era político,
mdo las libertades de opinión, de pero apuntaba a la transformación de los medios de producción para lo-
io, 1989). grar la sociedad comunista. Es decir, ese tipo de democracia era un ins-
trumento del proletariado para lograr sus fines emancipadores. Así pues,
la igualdad política (democracia) resulta sólo un peldaño para la verdade-
ra igualdad: la material (socialismo) (Vallespín, 1998).
Una visión alternativa a la marxista fue la socialdemocracia, cuyo sur·
li.!istas tampoco estuvo exenta de gimiento data de la segunda mitad del XIX (con el programa de Gocha en
íaher un nexo sólido entre ellos: la 1875). Se alió con el marxismo y se convirtió en el principal referente po-
~o de los iguales, en 1797 señaló lítico del movimiento obrero hasta la primera guerra mundial. Bemstein
e la democracia, debía ser comple- fue uno de sus teóricos más importantes. A diferencia de Marx, sí creía
_d socialismo. Rousseau proponía en reformas concretas como el sufragio universal; consideraba a la de-
dad material. Marx veía al socia- mocracia liberal como imprescindible para llegar al socialismo, y veía al
hlar ,"producto libre del hombre"). Estado como guardián del interés general, no como instrumento de do-
conceptos de igualdad era consi- minación. Además, pensaba que dentro de la democracia los partidos
· .,¿económica son cosas muy dis- aprenden a conocer sus límites y a entrar en negociaciones; se acostum-
ooperación en la asamblea, de una bran a la legalidad. Bernstein se pronunció en contra de la opresión de
ka como algo valioso en sí mismo, la minoría por la mayoría y de la cancelación de libertades individuales.
mpo de las fuerzas productivas, de Rosa Luxemburgo, pensadora marxista, criticó sus posturas "revisionis-
ia política como algo instrumental tas': Para ella, las reformas, por más benéficas que fueran, únicamente
eran un medio para la revolución (Ruiz Miguel, 1992).

lllC:aaa y d socialismo se unen sólo por una tad, el socialismo quiere la igualdad en las incomodidades y en la servidumbre" (citado por
t: u ~acracia quiere la igualdad en la liber- Sarrori, 2003: 287).

139
José Luis Berlanga Santos

Kautsky (destacado teórico socialista) y los partidos socialdemócra- lugar, las dicotomías o modelos en
tas europeos apostaron al parlamentarismo y participaron en gobiernos para realizar el contraste. A man
en la época de entreguerras. Lenin, el principal líder de la Revolución tiva entre democracia repr~.­
rusa, y quien llevó a la práctica las ideas marxistas, tachó a Kautsky de con quiénes toman las decis1o:ic:s
"renegadó: El enfrentamiento entre las dos principales corrientes del so- elegidas para ese fin. Otro e.Jemt'
cialismo fue duro, pero se evitó el rompimiento. La ruptura definitiva visión que se tenga del ser h ....·...............¡
con los marxistas-leninistas se dio hasta después de la segunda guerra hace Nino (1997), quien fomu
mundial (con el programa del Partido Socialdemócrata alemán en 1959 la democracia que suponen !os
en el Congreso de Bad Godesberg) (Ruiz Miguel, 1992). &ente a las concepciones de !.:. -
En el terreno empírico, el régimen marxista de la URSS fue incom- preferencias de las personas.
patible con la democracia: dictadura de partido único, negación de dere- En este apartado abordare d
chos civiles y políticos, y Estado totalitario. En el caso de los gobiernos ción ciudadana. Considero que
socialdemócratas, hubo respeto a la economía de mercado, a las eleccio- la democracia de algún modo ~
nes y al Estado de derecho; se construyeron pactos entre gobierno, em- acotado, limitado, o un poder ..:
presarios y trabajadores; y se edificó el Estado benefactor.9 la concepción elitista pugnar.a r
cepción participativa por una m:
democracia elitista abreva del
Debate contemporáneo va recupera el espíritu de la Ar
Antes de describir ambos n:-
En las discusiones contemporáneas sobre la democracia, se presenta el tarios. En general, el enfoque
conflicto irreductible entre sus dos dimensiones: las reglas y los proce- procedimental de la democraa.a,
dimientos, por un lado, y los valores y principios, por el otro (véase el conectaría más con la dimens10~
cuadro 1). Así, unos enfatizan la representación, y otros la participación. algo meramente aproximativo, q:
Unos le dan prioridad a los hechos, a lo empírico, mientras que otros pri- los modelos no son necesaria.T
vilegian lo normativo, el deber ser. Unos le apuestan al realismo, otros a mentarios. De hecho, ésta sera :.,.
los ideales. En fin, unos abordan el fenómeno de la democracia desde la de la conciliación, en vez de la .:o
ciencia política y otros desde la filosofía política.
Un par de observaciones: primero, resulta imposible establecer níti-
damente dos bandos, dos bloques homogéneos de autores y enfoques a
10
Cabe el matiz de que algunos ~
partir de las dimensiones mencionadas. Hay muchos entrecruzamien- Sruart Mili, por ejemplo, señalab~
tos y articulaciones complejas. Por poner un ejemplo, Bobbio es un filó- participar, y Tocqueville exalt::iM b
sofo político (dimensión normativa) que, como ya vimos, le otorga una perseguir objetivos comunes. Y dd
Maquiavelo y Arendt tenían = ~
gran importancia a las reglas (dimensión procedimental); en segundo 11

La construcción del Estado benefactor, sin embargo, derivó en una crisis de magnas pro·
porciones: burocraázación, corrupción, endeudamiento público, proteccionismo comer·
cial, inhibición de la iniciativa individual y paternalismo.

140
Democracia

partidos socialdemócra- lugar, las dicotomías o modelos en pugna dependen del eje que se escoja
parriciparon en gobiernos para realizar el contraste. A manera de ilustración, la tradicional disyun-
?::..! líder de la Revolución tiva entre democracia representativa y democracia directa tiene que ver
.rstas, tachó a Kautsky de con quiénes toman las decisiones públicas: el pueblo o unas personas
principales corrientes del so- elegidas para ese fin. Otro ejemplo: se agrupan modelos a partir de la
.ienco. La ruptura definitiva visión que se tenga del ser humano, ya sea pesimista u optimista. Así lo
después de la segunda guerra hace Nino (1997), quien forma dos grandes grupos: las concepciones de
:-ialdemócrata alemán en 1959 la democracia que suponen los intereses de la gente como inalterables,
- :\iliguel, 1992). frente a las concepciones de la democracia como transformadora de las
marxista de la URSS fue incom- preferencias de las personas.
t partido único, negación de dere- En este apartado abordaré el debate a partir del eje de la participa-
bno. En el caso de los gobiernos ción ciudadana. Considero que la vieja disputa entre el liberalismo y
nomía de mercado, a las eleccio- la democracia de algún modo sigue vigente: ¿qué queremos, un poder
eron pactos entre gobierno, em- acotado, limitado, o un poder distribuido de una manera amplia~ Así,
Estado benefactor.9 la concepción elitista pugnaría por una participación modesta y la con-
cepción participativa por una mucho más robusta. En cierto sentido, la
democracia elitista abreva del liberalismo y la democracia participati-
va recupera el espíritu de la Atenas democrática y del republicanismo.10
Antes de describir ambos tipos de democracia, dos últimos comen-
re la democracia, se presenta el tarios. En general, el enfoque elitista se vincula más con la dimensión
ensiones: las reglas y los proce- procedimental de la democracia, en tanto que el enfoque participativo se
• principios, por el otro (véase el conectaría más con la dimensión normativa. Pero esto se debe tomar como
ntación, y otros la participación. algo meramente aproximativo, que dista mucho de ser exacto. Segundo,
empírico, mientras que otros pri- los modelos no son necesariamente incompatibles; pueden ser comple-
s :e apuestan al realismo, otros a mentarios. De hecho, ésta será la postura que defenderé: la moderada, la
'.'neno de la democracia desde la de la conciliación, en vez de la combativa, la de la confrontación (aunque
política. algunos autores que se revisarán sí adoptan posiciones radicales).11
resulta imposible establecer níti-
ogéneos de autores y enfoques a
JO Cabe el matiz de que algunos liberales clásicos no descuidaban el rema de la participación.
. Hay muchos entrecruzamien-
Stuart Mili, por ejemplo, señalaba los efectos cívico-pedagógicos positivos del hecho de
ner un ejemplo, Bobbio es un filó- participar, y Tocqueville exaltaba la idea de la asociación civil, d acruar en conjunto para
ue, como ya vimos, le otorga una perseguir objetivos comunes. Y del lado republicano, tanto Aristóteles, Polibio, Cicerón,
1ón procedimental); en segundo Maquiavelo y Arendt tenían u.n devado aprecio por las leyes y las instituciones.
11
Reconozco que la cuesrión terminológica amerita una mayor discusión. Los térnúnos "de-
mocracia elirisra" y 'aemocracia participativa" distan mucho de ser precisos (habrá autores
que embonen bien con la clasificación, pero orros no tanto). Sin embargo, a falta de pala-
r~o. derivó en una crisis de magnas pro- bras más precisas, simplemente me sumo a una terminología que se emplea desde hace
• nuento público, proteccionismo corner- cuatro décadas en la literatura sobre la democracia (Bachrach, 1973; Cohen y Arato, 2000).
o. De cualquier modo, me resulta aceprablemcnre apropiada para darle cobertura al eje de

141
José Luis Berlanga Santos

Democracia elitista mocracia de otras formas de


es una competencia de élites po:-
-
El precursor de la teoría elitista sobre la democracia es Max Weber, quien Schumpeter, suelen caer en d :
combate a los idealistas por contaminar la política con juicios de valor. cuestiones políticas. Las nusas.
En la realidad, nos dice Weber, lo que hay es diversidad humana y "poli, manipulables. Las élites polí::ias
teísmo de valores': Se requiere libertad valorativa, esto es, tomar distan, nos de una forma análoga a ~
cia de las propias concepciones del bien para percibir distintas escalas de democracia se asemeja al mer
valores. Por ello, son importantes los procedimientos y las instituciones. Dicho en forma muy esq~
Porque posibilitan la expresión de la pluralidad. Porque los consensos rían los elitistas y sus detractores.
amplios solamente se generan en torno a éstos (Serrano, 2001). empírico,12 Dahl (1989) plant~
La política, por otro lado, tiene que ver con la capacidad de direc, régimen democrático existe en b
ción del Estado. De ahí la importancia que otorga Weber al liderazgo "poliarquíá: Para Dahl, no es
político. Los líderes, sobre todo los que se sitúan en el Parlamento, son sociedades modernas, la dismb
quienes determinan los fines públicos (mientras que la burocracia esta, irrealizable puede conducir al
tal se encarga de los medios para alcanzar dichos fines). Las elecciones si la gente percibe que el régimen
conectan al líder con las masas (vía la confianza y adhesión). Además, el probablemente deje de creer en
electorado puede destituir a los políticos ineficientes, a los malos líderes blar de "poliarquías': Esto si~
(Serrano, 2001; Held, 2001). mocracias es difusa; hay difer~res
En este orden de ideas ( revaloración de los procedimientos y del es un pluralismo de élites en e
liderazgo), surge la propuesta de Schumpeter (1983), quien induda, gobierno emana de la neg002L,o::i
blemente es el iniciador del debate entre elitistas y participacionistas En el mismo sentido, Sar:: :m
con su obra Capitalismo, socialismo y democracia (publicada en 1942). central en las democracias mOü
Al igual que Weber, critica el idealismo de las concepciones clásicas de co sea una"poliarquía selectiva • es
la democracia, que la asociaban con la soberanía popular, el bien co, sean electas por sus méritos. La
mún y la voluntad general. No existe el "bien común"; la realidad es plu, mejores. Más allá de esto, su pape{
ral y conflictiva. Resulta utópico que en una sociedad democrática nos pan mucho, existe el peligro de q:
pongamos de acuerdo en un único bien. Propone una nueva definición: za y el temor hacia las élites es un
"método democrático es aquel sistema institucional, para llegar a las los problemas futuros. Lo que ü.
decisiones políticas, en el que los individuos adquieren el poder de de, como en el mito de Saturno, p·
cidir por medio de una lucha de competencia por el voto del pueblo"
(1983: 343). Entonces, por un lado, la democracia es ante todo un con,
12
junto de procedimientos (elecciones limpias, periódicas y competitivas).
Se construye, así, un criterio objetivo mínimo para distinguir a la de, 13

contraste escogido: la participación ciudadana. En la literatura reciente se suele usar la


dicotonúa aggregative model versus deliberative model (Young. 2000; Shapiro, 2003), pero formar un "público arenro~ bien
sus coordenadas son un poco distintas a mi eje. entre sus juicios y los de las éli:es r

142
Democracia

mocracia de otras formas de gobierno. Y, por el otro lado, la democracia


es una competencia de élites por el voto de los ciudadanos. Éstos, para
::acia es Max Weber, quien Schumpeter, suelen caer en el prejuicio y en el impulso irracional en las
política con juicios de valor. cuestiones políticas. Las masas, en gran medida, son incompetentes y
ts diversidad humana y "poli- manipulables. Las élites políticas moldean la voluntad de los ciudada-
- rativa, esto es, tomar distan- nos de una forma análoga a la publicidad comercial. De esta manera, la
f"C' percibir distintas escalas de democracia se asemeja al mercado y los ciudadanos a los consumidores.
-.,..,..• .,-1· ·entos y las instituciones. Dicho en forma muy esquemática, los seguidores de Schumpeter se-
pluralidad. Porque los consensos rían los elitistas y sus detractores, los participacionistas. Desde un enfoque
a éstos (Serrano, 2001). empírico,12 Dahl (1989) plantea una teoría pluralista de la democracia. El
•.ie ver con la capacidad de dírec- régimen democrático existe en la realidad y funciona en los hechos como
-~ que otorga Weber al liderazgo "poliarquíá: Para Dahl, no es realista, por las cuestiones de escala de las
e se sitúan en el Parlamento, son sociedades modernas, la distribución equitativa del poder. Más aún, lo
(mientras que la burocracia esta- irrealizable puede conducir al escepticismo sobre la democracia, es decir,
-ar dichos fines). Las elecciones si la gente percibe que el régimen democrático real se aleja mucho del ideal,
confianza y adhesión). Además, el probablemente deje de creer en ese tipo de régimen. Por eso es mejor ha-
leos ineficientes, a los malos líderes blar de "poliarquías': Esto significa que la estructura de poder en las de-
mocracias es difusa; hay diferentes polos o centros de poder. Lo que existe
kcion de los procedimientos y del es un pluralismo de élites en competición y en conflicto. La política del
umpeter (1983), quien induda- gobierno emana de la negociación y compromisos de las diversas élites. 13
enrre elitistas y particípacionistas En el mismo sentido, Sartori ( 2003) le adjudica a las élites el papel
.fonocracia (publicada en 1942). central en las democracias modernas. Propone que el régimen democráti-
hlo de las concepciones clásicas de co sea una"poliarquía selectivá', es decir, élites con capacidad y talento, que
la soberanía popular, el bien co- sean electas por sus méritos. La tarea de los ciudadanos es seleccionar a los
e! bien común"; la realidad es plu- mejores. Más allá de esto, su papel debe ser marginal. De hecho, si partici-
e en una sociedad democrática nos pan mucho, existe el peligro de que destruyan a los líderes."La desconfian-
n. Propone una nueva definición: za y el temor hacia las élites es un anacronismo que nubla nuestra visión de
institucional, para llegar a las los problemas futuros. Lo que debemos temer, pues, es que la democracia,
t.ividuos adquieren el poder de de- como en el mito de Saturno, pueda destruir a sus propios líderes, creando
petencia por el voto del pueblo"
la democracia es ante todo un con-
12
li-npias, periódicas y competitivas). En los esrudios empíricos de la ciencia polírica, la definición de los conceptos es fundamen·
cal para después operacionaliurlos (a rravés de indicadores) y medir la realidad.
mínimo para distinguir a la de- 13
Habría que marizar el elitismo de Dahl. En sus trabajos reciemes (1993), muestra preocu-
pación por la participación ciudadana. Por ejemplo, su propuesta de "minipopulus": asam·
bleas (a nivel federal, estatal y local) de unos mil ciudadanos elegidos al azar para deliberar
~ En la literatura reciente se suele usar la dunnte un año sobre una cuestión pública en particular y dar su veredicto. La idea es con·
modd \ Young, 2000; Shapiro, 2003), pero formar un "público atento~ bien informado, representativo, que manifestaría discrepanci2s
t:JC!· entre sus juicios y los de las élites y los otros "públicos atentos~

143
José Luis Berlanga Santos

así las condiciones para su reemplazo por contraélites antidemocráticas" apatÍa; recluyen al ciudadano en
(citado por Bachrach, 1973: 72). Según Sartori, la participación "fuerté' preguntan cuáles son las CO·~<A.. l.Q

presupone intensidad. La intensidad tiende a producir extremismo. Y si el co que se tiene; al mandar las cu
fanatismo se generaliza, el proceso democratizador sucumbiría. se pierden referentes para e.·.l!-.ur
Desde el rational choice, 14 Downs (1973) plantea una teoría econó- nes gubernamentales (Bach~
mica de la democracia, aplicando la lógica de la economía al campo de la 1970)."Si la democracia no es mas
política. El comportamiento de los actores políticos es igual de racional mientos, ¿por qué los ciudaci.an
y egoísta que el de los actores económicos. Los partidos, protagonistas (Touraine, 1995: 18).
en un régimen democrático, son empresarios que buscan maximizar ga- La participación es una parte
nancias y reducir costos. "Venden" política a cambio de votos. Así como lada con su principio fundam
el dinero es el incentivo fundamental en el mercado, el poder es el prin- equitativa del poder. Los elitisras.
cipal estímulo en la democracia. Cada partido político es un equipo de gente ordinaria, en cierta medíd.2
hombres que quieren sus puestos solamente para gozar de los ingresos, ma de gobierno a la cual se ad!
el prestigio y el poder que conlleva dirigir el aparato gubernamental. La porque ayuda a desarrollar las .
función social de los políticos (formular políticas públicas) sólo se cum- a participar participando. Los :.
ple como subproducto de sus motivaciones privadas. De nuevo, el énfa- con la democracia, mejora la al
sis está en las élites (partidos en este caso) y se tiene en baja estima al ., mentan las actitudes prodem
pueblo (utilizable para conseguir votos). Participar en aras del bien de la versidad, disposición para llegar~
comunidad caería en la órbita de lo irracional (e irreal). 15 Justamente la participacion
dad de los enfoques distintos a
ilustraré someramente las di;
Democracia participativa
que ponen a una cierta cuesuon o
Las críticas a las posturas elitistas de la democracia no se hicieron es-
perar: subestiman a los ciudadanos comunes y corrientes; ensalzan la

El rational choict es una corriente relevante dentro de la ciencia política. Utiliza el mécodo Cuadro 2. Enfoques de la de
deductivo: de un axioma se explica codo lo demás. La premisa es la siguiente: los seres huma-
nos acrúan por su interés individual, son egoístas: sólo buscan su propio bien. "Hemos su-
puesto que el individuo cuyo cálculo hemos analizado (el individuo 'representativo' o 'medio') Enfoque
está motivado por un interés egoísta, que sus compañeros en la decisión constitucional están Democracia fuerte
motivados del mismo modo, y que, dentro del conjunto de reglas elegido para la elección
colectiva, los participantes son elegidos del mismo modo'' (Buchanan y Tullock, 1993: 353). Democracia delibera tiva
15
Un último apunte: los teóricos elitistas suelen sustentar sus afirmaciones en encuestas. Una Democracia radical
de las más citadas es la de Voting. aplicada en un pueblo esc:adounidense a mediados d el Democracia cosmopolita
siglo xx, cuyos resultados fueron contundentes: "Una premisa que subyace a la teoría de la
democracia es que el ciudadano está altamente motivado para participar en la vida política. Democracia multicultural
Pero curiosamente una característica del comportamiento electoral consiste en que para un Democracia creativa
gran número de personas la motivación es débil, si no es que es inexistente (... )" (Berelson,
Lasarzfeld y McPhee, 1954: 306-308). Fuente: elabora ción propia.

144
Democracia

·tes antidemocráticas" apatÍa; recluyen al ciudadano en su ámbito privado; los elitistas no se


-""-"""""''" ~participación ''fuerté' preguntan cuáles son las consecuencias éticas del tipo de sistema políti-
~ prrducir extremismo. Y si el co que se tiene; al mandar las cuestiones normativas a un segundo plano,
.,._..__._-.4dor sucumbiría. se pierden referentes para evaluar las instituciones públicas y las decisio-
-3 plantea una teoría econó- nes gubernamentales (Bachrach, 1973; Cohen y Arato, 2000; Pateman,
c.e !a economía al campo de la 1970)."Si la democracia no es más que un conjunto de reglas y procedi-
r-olíticos es igual de racional mientos, (por qué los ciudadanos habrían de defenderla activamente:>''
s. Los partidos, protagonistas (Touraine, 1995: 18).
os que buscan maximizar ga- La participación es una parte nuclear de la democracia. Está vincu-
aca a cambio de votos. Así como lada con su principio fundamental: la igualdad política, la distribución
d mercado, el poder es el prin- equitativa del poder. Los elitistas, al minusvalorar la participación de la
partido político es un equipo de gente ordinaria, en cierta medida mutilan una parce esencial de la for-
Jmente para gozar de los ingresos, ma de gobierno a la cual se adhieren. Participar es un bien en sí mismo
ngu el aparato gubernamental. La porque ayuda a desarrollar las potencialidades humanas. Y se aprende
políticas públicas) sólo se cum- a participar participando. Los frutos son preciosos: crece la satisfacción
ciones privadas. De nuevo, el énfa- con la democracia, mejora la calidad de las evaluaciones al régimen, y au-
aso) y se tiene en baja estima al mentan las actitudes prodemocráticas: virtud cívica, tolerancia a la di-
). Participar en aras del bien de la versidad, disposición para llegar a acuerdos (Pateman, 1970).
cional (e irreal).15 Justamente la participación sería el rasgo en común de la gran varie-
dad de los enfoques distintos a la democracia elitista. En lo que sigue,
ilustraré someramente las diversas perspectivas que se aglutinan bajo el
nombre de democracia participativa. Lo que las distingue es el acento
que ponen a una cierta cuestión o aspecto (cuadro 2).
l:t democracia no se hicieron es-
omunes y corrientes; ensalzan la

::ro de la ciencia política. Utiliza d método Cuadro 2. Enfoques de la democracia participativa


. La premisa es la siguiente: los seres huma-
: sólo b = su propio bien. "Hemos su-
- o ( d individuo'represenrativo' o'medió) Enfoque Autores Énfasis
compañeros en la decisión constirucional están Democracia fuerte Macpherson, Pateman, Barber Autogobierno extensivo
-d conjunro de reglas degido para la elección
,__
o modo" (Buchanan y Tullock, 1993: 353). Democracia deliberativa Habermas, Cohen, Bohman Consensos comunicativos
-
~tentar sus afirmaciones en encuestas. Una Democracia radical 1Mouffe, Laclau, Zizek Conflicto, pluralidad 1
= Wl pueblo estadounidense a mediados del Democracia cosmopolita Held, Beck, Giddens Ampliación a esferas glob~
• L'na premisa que subyace a la teoría de la
Democracia multicultural Taylor, Kymlicka, Walzer Reconocimiento del otro
re moóvado para participar en la vida política. ...
F?Orum.ienro electoral consiste en que para un Democracia creativa Arendt, Castoriadis, Lefort Creatividad, imaginación
•i no es que es inexistente[...]" (Berelson, - - -- 1
1

Fuente: elaboración propia.

145
José Luis Berlanga Sancos

Democracia fuerte cionales. Alcanzan un acuerdo


to. Estas ideas, al llevarse al ~
A fines de los sesenta, Macpherson y Pateman emprenden una crítica de de la democracia deliberativa.
la teoría democrática elitista. Esta corriente podría llamarse "democracia ción política, para ser legitima.
fuerte': 16 Ambos autores comparten la idea de que las libertades forma- acerca de los fines entre agentes
les en las democracias liberales deben volverse concretas, tangibles. Las ción sobre asuntos públicos. en~
desigualdades de clase, sexo y raza limitan la participación política de democracias.
grandes masas de individuos. En las relaciones cotidianas, la idea liberal Habermas (1999; 2000) ?
de que somos libres e iguales pierde significado (Held, 2001). está vinculada a un proceso de ¿
El derecho igual para todos al autodesarrollo sólo se alcanzaría ple- la participación de todos los e:..
namente con la participación directa y continua de los ciudadanos en la nifica discutir y evaluar los C:s.
toma de decisiones que los afectan. Si bien no es realista que en la po- minada. La esfera pública no
lítica nacional se participe ampliamente, en otras esferas sí es posible. razones. "Solamente son válidas
Macpherson habla de "partidos participativos'; con una democracia in- les todas las personas posiblem
terna sólida, y de organizaciones de pleno autogobierno, en el lugar de participantes de un discurso raa
trabajo y en las comunidades locales. Pateman coincide en que lo~ asun- Como señala Cohen, si la fuen~e
tos de política exceden el ámbito gubernamental. Ella pone el acento los procesos discursivos, los ciu
en la industria. Practicar la democracia en el lugar de trabajo generaría sea claro el nexo entre deliberacron
un círculo virtuoso en la percepción ciudadana: la participación vale la nexión sea débil.17
pena, las propias opiniones y preferencias sí cuentan, la posibilidad de
influir en las decisiones que nos atañen es real. El ciudadano se volvería
activo e ilustrado. Para estos autores, la única forma de que el ser huma- Democracia radical
no se realice es a través de la autodeterminación, el autocontrol y la capa-
cidad de definir las propias opciones de vida (Held, 2001). Con la publicación de Hegemn
y Laclau plantean una pers°'"'~"•
cracia radical y plural': Su idea ~
Democracia deliberativa izquierda (no socialdemócraL.a ~
pero que trascienda al mana.smo.
En Teoría de la acción comunicativa, Habermas resalta la importancia de
lograr consensos comunicativos en la sociedad. En una "situación ideal
de discurso'; las personas entablan un diálogo basado en argumentos ra-
17
Orros autores que han d~
va son Bohman, Feres y Fung- ~
mencionar a Rawls (en su Tc"TW ~
16
En la literatura se le ha denominado 'Clemocracia participativa'; así lo hace por ejemplo rariva (Avritzer, 2001; Elster. 2001
Held en su síntesis de este modelo (2001: 297-308). Usaré el término #democracia fuerte# tivo son Public Delibtration .Bofu::m:.
como sinónimo, porque así lo emplea Benjamin Barber (1998), cuya propuesta es muy si- Thompson, 1996).
18
milar ala de Macpherson (1982) y Pateman (1970), y para dejar el concepro de democracia Autores como Ziiek se ubican e::. ~
participativa como árbol y los enfoques en los que se divide como ramas. Derrida, Lacan y Heidegger Bo==.

146
Democracia

cionales. Alcanzan un acuerdo mediante el triunfo del mejor argumen-


to. Estas ideas, al llevarse al terreno de la política, configuran el enfoque
r;::!:::AD emprenden una crícica de de la democracia deliberativa. Elster (2001: 18) lo resume así: "la elec-
•podría llamarse 'é:iemocracia ción política, para ser legítima, debe ser el resultado de una deliberación
de que las libertades forma- acerca de los fines entre agentes libres, iguales y racionales': La argumenta-
erse concretas, tangibles. Las ción sobre asuntos públicos, entonces, cumple un papel central en las
la participación política de democracias.
:iones cotidianas, la idea liberal Habermas (1999; 2000) plantea que la legitimidad democrática
gnificado (Held, 2001). está vinculada a un proceso de deliberación pública que debe contar con
•esarrollo sólo se alcanzaría ple- la participación de todos los ciudadanos involucrados. Deliberación sig-
continua de los ciudadanos en la nifica discutir y evaluar los distintos aspectos de una cuestión deter-
•i bien no es realista que en la po- minada. La esfera pública no sería ajena al debate y al intercambio de
te, en otras esferas sí es posible. razones. "Solamente son válidas aquellas normas y acciones con las cua-
·pativos'; con una democracia in- les todas las personas posiblemente afectadas puedan concordar como
p!eno autogobiemo, en el lugar de participantes de u~ discurso racional" (citado por Avritzer, 2001: 60).
Pareman coincide en que los asun- Como señala Cohen, si la fuente de legitimidad de la democracia son
lbernamental. Ella pone el acento los procesos discursivos, los ciudadanos preferirán instituciones donde
:i:J. en el lugar de trabajo generaría sea claro el nexo entre deliberación y resultados a aquellas donde esta co-
·udadana: la participación vale la nexión sea débil.17
cías sí cuentan, la posibilidad de
en es real. El ciudadano se volvería
la unica forma de que el ser huma- Democracia radical
;nunación, el autocontrol y la capa-
-' e vida (Held, 2001). Con la publicación de Hegemonía y estrategia socialista (1985), Mouffe
y Laclau plantean una perspectiva democrática que denominan "demo-
cracia radical y plural': Su idea es presentar una alternativa ''fuerté' de
izquierda (no socialdemócrata) al modelo de las democracias liberales,
pero que trascienda al marxismo. 18
la.bermas resalta la importancia de
a sociedad. En una "situación ideal
diálogo basado en argumentos ra-
17
Otros autores que han desarrollado las implicaciones institucionales de esta perspecti·
va son Bohman, Feres y Fung; véase la revista Metapolítica (2000). Por otro lado, cabe
mencionar a Rawls (en su Teoría de la justicia) como precursor de la democracia delibe-
ticn.= participativ:i, así lo hace por ejemplo rativa (Avritzer, 2001; Elster, 2001). Dos textos de referencia obligada del modelo delibera-
-308 . Usaré el término "democracia fuerté' tivo son Public Deliberation (Bohman, 1996) y Democracy and Disagreement (Gurmann y
i::m B:irber ( 1998), cuya propuesta es muy si- Thompson, 1996).
1970 , y para dejar el concepto de democracia 18
Autores como Zizek se ubican en esta corriente. Algunas de sus fuentes intelectuales son
• que se divide como ramas. Derrida, Lacan y Heidegger (Buenfil Burgos, 1998).

147
José Luis Berlanga Santos

Si bien este enfoque reconoce el triunfo de valores democrático-li- homogeneización de la cultura


berales como la libertad individual y los derechos humanos y las ins- autodeterminarse.
tituciones que los protegen, no comulga con la pretensión de alcanzar La era global obliga a rep: ·
consensos definitivos en torno a ellos. La interpretación de dichos va- La "democracia cosmopolita es b
lores e instituciones no puede sino reflejar la enorme pluralidad de los pósito es la ampliación y desa.. .cl
actores sociales. En las relaciones humanas existe siempre una dimen- los niveles regionales y mun~
sión antagónica y hostil Los conflictos son inevitables e interminables. democratizadores en el ámb1ro dd
Potencialmente, el otro se constituiría en mi enemigo, alguien que niega las vías de participación cívica en
mi propia identidad y a quien, por tanto, es menester eliminar. Lo políti- esferas internacionales. Creaaon
co se nutre de estos antagonismos, sean étnicos, religiosos, económicos, sobre problemas transnacionalcs.
de género, etc. El papel de una política democrática moderna es crear de las organizaciones gubernar:¡
instituciones que permitan transformar el antagonismo en "agonismo': organismos como la ONU, forra.:
es decir, que los actores políticos no se vean como enemigos, sino como nales que protegen los derechos ·
adversarios. nan al concepto de una democr.k.- u
Si la democracia continúa privilegiando el consenso y la armonía, en
vez del "vibrante enfrentamiento de las posiciones políticas democráti-
cas" (Mouffe, 2003: 117), de la confrontación de proyectos claramente Democracia multicultural
distintos, el vacío de poder que inevitablemente se genera será ocupa-
do por fuerzas extremistas nacionalistas o populistas. Lo mejor para la Hoy en día las tasas de inmigraa
democracia es reconocer el conflicto y la pluralidad, y construir los es- vadas. Las sociedades demoetajQS
pacios donde se puedan expresar. No existe posibilidad de que se cons- grupos tradicionalmente mar!:'.·
truyan acuerdos racionales y universales. En la democracia, lo que hay minorías étnicas y religiosas e.x.:gen
son luchas y reivindicaciones sociales de carácter particular y limitado. dos maneras de responder a est~
Estas luchas involucran pasiones, no sólo argumentos. Y en éstas nadie dimental o a través de un modelo
se impone definitivamente. Se trata de establecer una "hegemoníá: esto exclusión de grupos con modos a e
es, un dominio parcial y temporal (Mouffe, 1999). ¿cómo abordar las diferencias a
un Estado democrático~ El enf
derecho de cada quien a elegir · u.s
Democracia cosmopolita lidad de establecer fines comun~

En la actualidad, es un hecho innegable la pérdida de soberanía de las


19
naciones-Estado debido a la globalización. La democracia liberal par- Para un mayor desarrollo del mod
este modelo se ubicaría a Beck 2001
tía de la idea de que el consentimiento, expresado a través de eleccio- nacionales de ciudadanos globales .a
nes legitima al gobierno en un territorio delimitado. No obstante, las (oNG de carácter rransnacional romo
20
nuevas interconexiones estatales, regionales y globales cuestionan la de- Este modelo yo lo denomino <i:cmcx::.:::i
mocracia como forma nacional de organización política. La economía ====w
debate entre el liberalismo )' el
como uno de los autores mis reprcs.c=:!'I
mundial, los organismos internacionales, el derecho internacional y la gué este último adjetivo al rémuno •

148
Democracia

ce • afores democrático-li- homogeneización de la cultura limitan la capacidad de los Estados para


rechos humanos y las ins- auto determinarse.
- 1.a pretensión de alcanzar La era global obliga a replantear el modelo democrático tradicional.
mrerpretación de dichos va- La 'Ciemocracia cosmopolitá' es la alternativa de Held (2001). Su pro-
l.a enorme pluralidad de los pósito es la ampliación y desarrollo de las instituciones democráticas en
,....._......,..., existe siempre una dimen- los niveles regionales y mundiales (como complemento de los procesos
son inevitables e interminables. democratizadores en el ámbito del Estado-nación). La idea es ampliar
en 'l1i enemigo, alguien que niega las vías de participación cívica en la toma de decisiones públicas en las
• es menester eliminar. Lo políti- esferas internacionales. Creación de parlamentos regionales, referendos
~ étnicos, religiosos, económicos, sobre problemas transnacionales, transparencia y rendición de cuentas
e:?. democrática moderna es crear de las organizaciones gubernamentales mundiales, democratización de
.ar el antagonismo en "agonismo': organismos como la ONU, fortalecimiento de los tribunales internacio-
vean como enemigos, sino como nales que protegen los derechos fundamentales son propuestas que abo-
nan al concepto de una democracia de carácter global.19
f ando el consenso y la armonía, en
las posiciones políticas democráti-
ontación de proyectos claramente Democracia multicultural
ublemente se genera será ocupa-
ras o populistas. Lo mejor para la Hoy en día las tasas de inmigración internacionales son cada vez más ele-
t ·, la pluralidad, y construir los es- vadas. Las sociedades democráticas se vuelven multiculturales. Además,
eriste posibilidad de que se cons- grupos tradicionalmente marginados como las mujeres, homosexuales,
es. En la democracia, lo que hay minorías étnicas y religiosas exigen inclusión. Según Taylor (2001a), hay
es de carácter particular y limitado. dos maneras de responder a este desafío: a través del liberalismo proce-
solo argumentos. Y en éstas nadie dimental o a través de un modelo cívico-asociativo.20 ¿Cómo combatir la
e establecer una "hegemoníá: esto exclusión de grupos con modos de vida distintos o culturas diferentes?,
fouffe, 1999). ¿cómo abordar las diferencias a fin de lograr una mejor convivencia en
un Estado democrático? El enfoque liberal-procedimental presupone el
derecho de cada quien a elegir sus propios fines y metas. No hay posibi-
lidad de establecer fines comunes. Lo único que se puede compartir es la

~le la pérdida de soberanía de las


l9
-ación. La democracia liberal par- Para un mayor desarrollo del modelo de democracia cosmopolita, véase Held ( 1997). En
este modelo se ubicaría a Beck (2001) con su idea de "partidos cosmopoliras" (partidos crans-
mro. expresado a través de eleccio- nacionales de ciudadanos globales) y a Giddens (1998), con su "políóca global desde abajo#
rnrio delimitado. No obstante, las (ONG de carácter transnacional como Greenpeace y Amnistía Incernacional).
~onales y globales cuestionan la de-
20
Este modelo yo lo denomino "democracia mulciculrural''. En la amplia literatura sobre el
debate entre el liberalismo y el mukiculturalismo (o comwútarismo), a Taylor se le ubica
rganización política. La economía
como uno de los autores más representativos del enfuque mulcicultural. Simplemente agre·
nales, el derecho internacional y la gué este último adjetivo al término "democraciá'.

149
José Luis Berlanga Santos

adhesión a un conjunto de derechos y procedimientos. De hecho, tomar y actuar junto con los demás. La
en cuenta las distintas metas sería fomentar la división. Debemos ser libertad creativa.23
"ciegos" a las diferencias: mientras menos sepamos de la gente, será más Según Castoriadis ( 1993.1
fácil tratarla con justicia. distingue de los animales. T odn
El modelo cívico,asociativo, al que se adhiere Taylor, propone una a sí mismas: crean sus formas de
alternativa: la gente puede vincularse no a pesar de sus diferencias, sino antigua Grecia sería la primera
gracias a éstas. La premisa de este enfoque es que cada uno de nosotros creaba, se autoinstituía. De ahi
tiene un interés moral en el desarrollo del otro. Sólo al asociarnos con esta ley justa o injusta?, (esta ·
los demás, logramos crecimiento y plenitud. Somos personas plenas no bello o feo? Y estas interrogacio
si actuamos individualmente, sino juntos, en la interacción y compren· tas definitivas, sólo provisionales.
sión mutua. 21 mocracia se haya inventado en
Lefort (1990; 1991), fin
la democracia moderna hay u.-u.
Democracia creativa der, de la ley y del saber. Como d
el derecho y el saber se indepen -'
Los principales exponentes de esta corriente son Arendt, Castoriadis y interminable sobre los fundam
Lefort. Yo la llamaría 'Clemocracia creativá:22 La creatividad en Arendt derecho y del saber. Los sectores
(1993) se revela a través de su categoría de natalidad: la capacidad hu- artísticos, educativos, médicos.
mana para crear cosas nuevas, espontáneas, no determinadas, imposibles bajo sus propias normas. Qut:
de prever o predecir. La acción política es el campo apropiado donde se principio que los una. Así, co::
despliega la nacalidad. Actuar políticamente significa asumir la iniciativa, a la posibilidad de innovar en
realizar lo inesperado, configurar lo nuevo, establecer nuevos comienzos mente en la aventura democrá

21
Para revisar con más amplirud las ideas de Taylor, véase Multiculturalismo y política dd reco· Arendt no cree que las instirua<'OCS
nocimiento (200lb). Touraine (1995) se suma a la propuesta de Taylor: el reconocimienro la acción innovadora. Ella prop--ne
del otro es la razón de ser de la democracia. Las principales amenazas a la democracia pro- la revolución, 1988: 271-285 , ct."jOl
vienen, por un lado, de los excesos del mercado y del consumo que destruyen la diversidad (1919), los Soviets (1905; 19¡- b
de las culruras y, por el otro, del comunitarismo exacerbado que cae en fanatismos e inrole- en común: la espontaneidad de su
rancias. Otros mulriculruralistas que se podrían mencionar son Walzer con Las esferas de políticos profesionales. La asptl"'aOCC •
la justicia, y Kymlicka con Ciudadanía multicultural. actuación conjunta, de la praxi;, ,
22
Tres observaciones: 1) el único texto que conozco que ha intentado vincular a estos auto· estratégicos como en los paradc
res con una nueva perspectiva democrática es el de Dubiel, Rodel y Frankenberg (1997), estables para que los ciudadano
sin embargo, aquí el eje articulador de los tres discursos es la conrraposición entre la de- interacruar en torno a lo públ.tn
24
mocracia y el totalitarismo, no la creatividad; 2) una objeción narural es que A rendt no
creía en la democracia. Argumentaría que ella es una demócrata a pesar suyo. El acento democracia como procedimiento
que pone en la igualdad política, valor central de la democracia, es una prueba de ello. Más 25 Según Lefort, "Pensar lo poi.toro
aún, Arendt resalta que la acción política creativa es practicable por codos los ciudadanos; política [ ...)" (1991: 20). A los
3) algunos autores como Dewey, Jeas y Beck han utilizado el término "aemocracia crea- eros, como si su observación no
tiva'; pero desde un enfoque sociológico. En lo que estoy pensando es en un tratamiento interroguen sobre la forma en <j>lliC se
politológico. de esrudio interpreta su mundo:

150
Democracia

--........~~entos. De hecho, tomar y actuar junto con los demás. La actuación conjunta es un ejercicio de la
~~t= la división. Debemos ser libertad creativa.23
Según Castoriadis (1998a), la imaginación creadora es lo que nos
distingue de los animales. Todas las sociedades se inventan, se fundan
se adhiere Taylor, propone una a sí mismas: crean sus formas de existencia, sus reglas, sus mundos. La
a pesar de sus diferencias, sino antigua Grecia sería la primera sociedad autónoma: sabía que se auto-
.:e es que cada uno de nosotros creaba, se autoinstituía. De ahí que los griegos lo cuestionaban todo: (es
ctel otro. Sólo al asociarnos con esta ley justa o injusta~, ¿esta institución es buena o mala?, (este valor es
rud. Somos personas plenas no bello o feo~ Y estas interrogaciones no tenían límites. No había respues-
:os, en la interacción y compren- tas definitivas, sólo provisionales. Para nada resulta gratuito que la de-
mocracia se haya inventado en esa época.24
Lefort (1990; 1991), finalmente, señala que con el surgimiento de
la democracia moderna hay una desvinculación entre las esferas del po-
der, de la ley y del saber. Como el poder ya no es el centro de la sociedad,
el derecho y el saber se independizan de éste. Entonces se abre un debate
miente son Arendt, Castoriadis y interminable sobre los fundamentos y sobre la legitimidad del poder, del
b.civa~ 22 La creatividad en Arendt derecho y del saber. Los sectores de actividad (económicos, científicos,
· de natalidad: la capacidad hu- artísticos, educativos, médicos, jurídicos, deportivos, etc.) se organizan
eas, no determinadas, imposibles bajo sus propias normas. Quedan divididos, ya no hay un gran y único
~ es el campo apropiado donde se principio que los una. Así, con esta indeterminación, se abre un espacio
..ente significa asumir la iniciativa, a la posibilidad de innovar en todos los sentidos, de participar activa-
e..o, establecer nuevos comienzos mente en la aventura democrática. 25

•=se Multiculturalismo y política dtl reco- 23 Arendt no cree que las instituciones de la democracia representativa sean apropiadas para
a .a propuesta de Taylor: el reconocimiento la acción innovadora. Ella propone como alternativa el sistema de consejos (véase Sobre
¡mncipales amenazas a la democracia pro· la revolución, 1988: 271-285), cuyos ejemplos son la Comuna de París (1871), los Riites
y dd consumo que destruyen la diversidad (1919), los Soviets (1905; 1917) y los Consejos de la Revolución húngara (1956). Rasgos
exacerbado que cae en fanatismos e intole- en común: la espontaneidad de su nacimiento y constitución, contra la planeación de los
~ mencionar son Walzer con Las esferas de políticos profesionales. La aspiración a fundar un nuevo orden. Exigencia de la acción, de la
al. acruación conjunta, de la praxis creativa, no sólo la ejecución de programas o lineamientos
::<.""<' que ha intentado vincular a estos auro- estratégicos como en los partidos. Creación de espacios de libertad, es decir, de estructuras
d de Dubiel, Rodel y Frankenberg (1997), estables para que los ciudadanos participen. Su interés es más político (hablar, discutir,
d.i~os es la concraposici6n entre la de- interactuar en torno a lo público) que socioecon6mico.
2 una objeción natural es que Arendt no 24
Para una critica fuerte de Castoriadis a la democracia procedimental, véase su artículo •La
~ una dem6crata a pesar suyo. El acento democracia como procedimiento y como régimen" (1998b).
~la democracia, es una prueba de ello. Más 25
Según Lefort, "Pensar lo político requiere una ruptura con el punto de vista de la ciencia
~practicable por todos los ciudadanos; política[... ]" (1991: 20). A los polit61ogos les critica que pretendan ser objetivos y neu·
ban utilizado el término '<iemocracia crea- tros, como si su observación no derivara de una experiencia de la vida social, y que no se
lo que estoy pensando es en un tratamiento interroguen sobre la forma en que se configura la sociedad, es decit, sobre cómo el objeto
de estudio interpreta su mundo: lo que es legítimo y lo que no, lo verdadero y lo falso, lo

151
José Luis Berlanga Santos

Conclusiones El desafío es mayúsculo pan


ter una renovación de las insn.
No hay duda de que la democracia liberal ha triunfado en las socieda, na. Vale la pena, asimismo, im?'
des contemporáneas. Y con justa razón: las libertades individuales, los fuente de creatividad y energu
derechos humanos, los procesos electorales, son condición necesaria de un modo apasionado r \ig:
para la existencia de un régimen democrático. Si se restringen estos de, lo que los atenienses llamabar.
rechos, la democracia desfallece; el autoritarismo toca a la puerta. En suma, urge crear espacios F
Empero, hoy acudimos a una crisis de la democracia representativa. par más en la deliberación r en b
Hay una especie de corto circuito entre los representantes y los represen, debe distribuirse con equidad.
tados. Los ciudadanos desconnan de los partidos, de los diputados, de de nosotros tiene mucho que dar a
los gobernantes. A su vez, los representantes se desentienden de la ciu,
dadanía. El resultado es predecible: la gran apatía ciudadana y los serios
problemas de corrupción e ineficacia de los gobiernos. Lecturas recomendadas
A mi juicio, la raíz de la crisis es tanto teórica como práctica. A nivel
teórico, la dimensión "realistá' de la democracia, las reglas y los procedí, Para una visión panorámica dei te
miemos, ha terminado por avasallar a la otra dimensión de la democracia: tos los libros de Dahl ( 1993 . s.._~
la normativa, la de los principios y los valores. Se ha perdido el equili, vale la pena revisar la sisreman.:..
brio, la tensión irresoluble de la que hablé al inicio de este texto. Tiene democracia elaborada por Dd A:.
que surgir un arte combinatorio de ambas dimensiones. A nivel prácti, ma década, la literatura sobre .1.Sf
co, el problema es que se han perdido las instituciones que permiáan la sido fructífera. Algunos ejemplos
participación efectiva de los ciudadanos. Los espacios públicos (con los Diamond y Plattner (2001', Cnu..
rasgos que le atribuían los antiguos griegos: preocupación por el mun, Respecto de la historia de la d
do, relaciones horizontales, autenticidad de las palabras) prácticamente ideas, véase Bobbio (1987; 19~
han desaparecido. La democracia se ha burocratizado: el Estado se ha, tomo al debate contemporaneo
lla lejos de la acción ciudadana. Los ciudadanos ordinarios ven al poder (1973), Del Águila (1995) r. rmo
como algo casi metafísico. Y el gobierno se reduce a pura administración Acudir a los clásicos resulc:a
(son los expertos, los tecnócratas, los que deciden los asuntos públicos). cídides (1998) y Aristóteles 1999
Adicionalmente, la democracia se ha comercializado. El nexo entre repre, Cicerón (1997). De la época m
sentantes y electores se ha vuelto la relación propia del vendedor y el com, (1987) y Rousseau (1998); del Ü
prador (por ejemplo, a través de la mercadotecnia política). Los medios (2000), Sruart Mill (2000), Co
de comunicación contribuyen también a la invasión de la democracia por milton, Madison y Jay (1943 : d
parte de la lógica mercantil. Su obsesión por el rating los lleva a banalizar En el terreno de los esrudi
las cuestiones políticas y a privilegiar el escándalo. El ciudadano se vuelve concentran la atención: la cah
un espectador pasivo del "espectáculo" político. cuentas (accountability). En e•

normal y lo patológico. Esre tipo de interpretaciones es lo que singulariza a cada sociedad, 26


Para profundizar en los desaños ~'
lo que las diferencia unas de orras. (2000).

152
Democracia

El desafío es mayúsculo para las democracias existentes. 26 Es menes-


ter una renovación de las instituciones democráticas en clave republica-
munfado en las socieda- na. Vale la pena, asimismo, impulsar las asociaciones de la sociedad civil,
iberrades individuales, los fuente de creatividad y energía cívica. Hace falta, por último, promover
son condición necesaria de un modo apasionado y vigoroso una cultura política democrática,
Si se restringen estos de- lo que los atenienses llamaban paideia, esto es, la educación ciudadana.
:...smo toca a la puerta. En suma, urge crear espacios públicos. Los ciudadanos deberían partici-
..a democracia representativa. par más en la deliberación y en la toma de decisiones públicas. El poder
representantes y los represen- debe distribuirse con equidad. Creo, al igual que Pericles, que cada uno
parridos, de los diputados, de de nosotros tiene mucho que dar a los demás.
res se desentienden de la ciu-
~ apatía ciudadana y los serios
:os gobiernos. Lecturas recomendadas
~to reórica como práctica. A nivel
ocracia, las reglas y los procedi- Para una visión panorámica del tema de la democracia, son muy comple-
orra dimensión de la democracia: tos los libros de Dahl (1993), Sartori (2003) y Held (2001). Asimismo,
valores. Se ha perdido el equili- vale la pena revisar la sistemática recopilación de textos clave sobre la
i.ble al inicio de este texto. Tiene democracia elaborada por Del Águila y Vallespín (1998). En la últi-
ioas dimensiones. A nivel prácti- ma década, la literatura sobre aspectos normativos de la democracia ha
mstiruciones que permitían la sido fructífera. Algunos ejemplos serían Young (2000), Shapiro (2003),
Los espacios públicos (con los Diamond y Plattner (2001), Crick (2002), Tilly (2007) y Keane (2009).
egos: preocupación por el mun- Respecto de la historia de la democracia desde el punto de vista de las
. de las palabras) prácticamente ideas, véase Bobbio (1987; 1989) y Fernández Santillán (1994). En
t burocratizado: el Estado se ha- torno al debate contemporáneo sobre la democracia, véase Bachrach
idadanos ordinarios ven al poder (1973), Del Águila (1995) y Nino (1997).
se reduce a pura administración Acudir a los clásicos resulta imprescindible. De la antigua Grecia: Tu-
e deciden los asuntos públicos). cídides (1998) y Aristóteles (1999). De la Roma clásica: Polibio (1986) y
ercializado. El nexo entre repre- Cicerón (1997). De la época moderna, del republicanismo: Maquiavelo
ón propia del vendedor y el com- (1987) y Rousseau (1998); del liberalismo: Locke (1998), Montesquieu
.:adotecnia política). Los medios (2000), Sruart Mill (2000), Constant (1998), Tocqueville (1957) y Ha-
1 la invasión de la democracia por milton, Madison y Jay (1943); del socialismo: Marx (1998).
por el rating los lleva a banalizar En el terreno de los estudios empíricos, dos temas muy recientes
-ándalo. El ciudadano se vuelve concentran la atención: la calidad de la democracia y la rendición de
cuentas (accountability). En cuanto al primero, los textos de O'Donnell

es lo que singulariza a cada sociedad, 26


Para profundizar en los desa.ños acrualcs de la democracia, viase Bobbio (1996) y Yallespín
(2000).

153
José Luis Berlanga Santos

(2004) y de Diarnond y Morlino (2005) examinan el concepto. En la re- Bobbio, Norberto (1989' . .::'..
vista Metapolítica (2005) se encuentran publicados varios artículos so- mo y democracia, México. FCE.
bre el tema. La medición de la democracia incluye ahora aspectos como Bobbio, Norberto (1987). La
el Estado de derecho y el desarrollo humano. De la relación entre la de las formas de gobierno rn
"rule of law" y los gobiernos democráticos, consúltese la compilación de toria del pensamiento políuco, ~
textos de Przeworski y Maravall (2003). Respecto del segundo tema co, FC E.
(rendición de cuentas), el libro coordinado por Schedler, Diamond y Bohman, James (1996). P:iK~
Plattner (1999) brinda un panorama general de la cuestión. Se distin- beration: Pluralism, Compk:át¡
guen las dos vertientes del término: vertical (Estado-ciudadanía) y hori- Democracy, Cambridge, MI:- - -
zontal (entre poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial), así como sus dos Buchanan, James y Gordon T~
dimensiones: answerability (información pública, monitoreo) y enforce- ( 1993). El cálculo del consenso. ?
ment (agencia que imponga sanciones). damentos lógicos de la tÚr-wcr;-
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154
Democracia

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la democracia radical': en Rafael sion and Democracy, Nueva York,
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Introducción

Una añeja discusión ha OCU?a


como de los modernos, pasandrl
ta la moderna ciencia poütica: ,
canónica interrogación ha adqui:
en la ciencia política de finales .:
tauración y reinstauración dem
número de países de América
xx, cobró relevancia examinar '-
para la supervivencia y estabili.hd
una extensa producción acad
la ciencia política y que llena b.s·
físicas o virtuales. Ante ello, no
pales ejes, problemas y perspe
propósito de las siguientes líneas.
de este océano literario.
Como punto de partida ~
sica de los sistemas de gobierno.
rencias estructurales entre presi-
otro, el contraste entre el moddo

* Doctor en Ciencia Política por b


Academia de Ciencia Política di:
(uAcM). Correo electrónico: <roo~~

158
ps.' , La democracia en sus tex- Sistemas de gobierno
Madrid, Alianza, pp. 157-173, Moisés Pérez Vega*
~ente cap. 3.
z.:=-, Micael (2004). Las esferas de
_;..sticia: una defensa del pluralis-
a;c ; la igualdad, México FCE.

~01.:ienberg. José y Luis Salazar


1997). Principios y valores de la de-
otiocracia, México, IFE.
ioung. Iris Marion (2000). Inclu-
s1on and Democracy, Nueva York,
Oxford University Press.
Introducción

U na añeja discusión ha ocupado la reflexión tanto de los antiguos


como de los modernos, pasando de la teoría y la filosofía políticas has-
ta la moderna ciencia política: ¿cuál es la mejor forma de gobierno? Esta
canónica interrogación ha adquirido nuevos bríos, aristas y direcciones
en la ciencia política de finales del siglo xx. Ante los procesos de ins-
tauración y reinstauración democráticas que tuvieron lugar en un buen
número de países de América Latina durante el último tercio del siglo
xx, cobró relevancia examinar cuál era la forma de gobierno más apta
para la supervivencia y estabilidad de los nuevos regímenes. Se trata de
una extensa producción académica que ocupa un espacio destacado en
la ciencia política y que llena bastantes anaqueles de las bibliotecas, sean
físicas o virtuales. Ante ello, no queda sino tratar de rastrear los princi-
pales ejes, problemas y perspectivas de análisis sobre el tema. Ése es el
propósito de las siguientes líneas. A continuación la carta de navegación
de este océano literario.
Como punto de partida se ofrece una distinción conceptual bá-
sica de los sistemas de gobierno, estableciendo, por un lado, las dife-
rencias estructurales entre presidencialismo y parlamentarismo y, por
otro, el contraste entre el modelo original presidencial estadounidense

* Doctor en Ciencia Política por la Flacso México. Profesor de tiempo completo de la


Academia de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México
(uACM). Correo dectrónico: <moyvcga@hormail.com>.

159
Moisés Pérez Vega

y los presidencialismos que se han desarrollado en Latinoamérica. democrático, lo cual depende de


Enseguida se propone una lectura de la evolución del debate en torno a del poder y no sólo de las re -
los diseños constitucionales de gobierno, a partir de tres cortes o "gene- Hecha esta precisión, Ail..uJlLCI
raciones" de trabajos de investigación en la materia, ordenación basada sidencial. Existen tres criterios
en el surgimiento de distintas interrogantes y nuevos problemas inves- de un sistema de gobierno pr
tigativos bajo diferentes ópticas teórico-analíticas.1 Sintéticamente, el
tránsito de la discusión sería: 1) evaluación comparativa de los modelos 1) La elección popular direc...i
puros de presidencialismo y parlamentarismo (la inaugural y conocida sidente) por un tiempo .iete
discusión presidencialismo frente a parlamentarismo); 2) variantes del suficiente).
presidencialismo a partir del análisis de microinstituciones y preferen- 2) El Ejecutivo no es des.:
cias de los actores; y 3) refutaciones y replanteamientos sobre la paráli- parlamentario.
sis bajo gobiernos divididos. El apartado final presenta las conclusiones 3) El presidente dirige el E_ ec
y esboza líneas futuras de investigación.
Otra definición esboza rres
otros aspectos importantes pan
Conceptos: sistema presidencial y parlamentario
1) El Ejecutivo es encabe-..ado:
La noción de régimen o sistema de gobierno apunta a la forma de orga- 2) Los periodos del jefe del
nización y relación de las instituciones de gobierno de una sociedad. El fijos, y no están sujetos mu::
término "régimen de gobierno" es diferente de otros más amplios o de di- 3) El Ejecutivo nombra y dínge
ferente naturaleza, como los de régimen político o Estado.2 Como bien nalmente de autoridad :egi..s
lo señala Pasquino (1997: 670),"el análisis de las formas de gobierno se
plantea como conceptualmente distinto del análisis concerniente a las Esta última definición enf.o
formas de Estado (o de régimen)': Cuando se alude a las formas o regíme- gue al régimen presidencia:. es -
nes de gobierno desde una perspectiva contemporánea, se alude, así, a sistema presidencial respecte de
la dinámica de las relaciones entre Poder Ejecutivo y Poder Legislativo. mixtos:5 el origen y la supen ;·
La bipartición clásica distingue entre forma de gobierno parlamentaria va y legislativa. Para contrasur
y presidencial. Por si sólo ello no nos dice nada acerca de las condiciones,
métodos o reglas de acceso a las posiciones de gobierno; ello se relaciona Un ejemplo ilustrativo fue :-..,~~
con las características del régimen político. De manera que la distinción democrático con una forma prt:Ade>i:l<:ii
de los regímenes de gobierno no presupone la existencia de un régimen Marchew Shugarc (2006), •·c:o,rop:==nil
Handbook of Política/ lnstitutums. Es:::
- - - ---- que propone cuatro criterios la cm! sr
Assamblies (1992).
Al fundamentarse en temas-problema, cabe aclarar que dicha periodización no comporta
límites temporales dgidos y daros; la finalidad del ejercicio de disección es dar cuenca de la Los regímenes "mixtos'' o "híbridaS
evolución de los debates con intenciones expositivas. El lector tendrá la mejor opinión si parlamentario, en virtud de lo q:x
dio se logró. cial~ "semiparlamentario" o·premx:-
Para aclarar diferencias entre Estado, régimen político y gobierno, vlase O'Donnell un 'ejecutivo dual'; que impha b
(2004: 149-191). Ejecutivo con un primer nunistr.> q:x

160
Sistemas de gobierno

-rollado en Latinoamérica. democrático, lo cual depende de ciertas condiciones de acceso y ejercicio


~ución del debate en torno a del poder y no sólo de las relaciones entre ramas de gobiemo.3
2 partir de tres cortes o "gene- Hecha esta precisión, analicemos las características del régimen pre-
h materia, ordenación basada sidencial. Existen tres criterios definitorios que constituyen el modelo puro
=:m~esy nuevos problemas inves- de un sistema de gobierno presidencial (Sartori, 1994: 97-1O1):
-analíticas.1 Sintéticamente, el
aon comparativa de los modelos 1) La elección popular directa o casi directa del jefe de Estado (el pre-
:arismo (la inaugural y conocida sidente) por un tiempo determinado (condición necesaria, pero no
parlamentarismo); 2) variantes del suficiente).
de rnicroinstituciones y preferen- 2) El Ejecutivo no es designado ni desbancado mediante el voto
1 y replanteamientos sobre la paráli- parlamentario.
rtado final presenta las conclusiones 3) El presidente dirige el Ejecutivo.
ción.
Otra definición esboza tres criterios mínimos, pero resalta también
otros aspectos importantes para diferenciar el presidencialismo:
r parlamentario
1) El Ejecutivo es encabezado por un presidente electo popularmente.
g-obierno apunta a la forma de orga- 2) Los periodos del jefe del Ejecutivo y de la asamblea legislativa son
es de gobierno de una sociedad. El fijos, y no están sujetos mutuamente al voto de confianza.
· eme de otros más amplios o de di- 3) El Ejecutivo nombra y dirige el gabinete, y está dotado constitucio-
men político o Estado. 2 Como bien nalmente de autoridad legislativa.4
bilisis de las formas de gobierno se
inro del análisis concerniente a las Esta última definición enfatiza la separación de poderes que distin-
iando se alude a las formas o regíme- gue al régimen presidencial, es decir, aclara la diferencia sustancial del
óva contemporánea, se alude, así, a sistema presidencial respecto de los regímenes parlamentarios y de los
er Ejecutivo y Poder Legislativo. mixtos: 5 el origen y la supervivencia independiente de las ramas ejecuti-
e forma de gobierno parlamentaria va y legislativa. Para contrastar el principio de separación de poderes, es
dice nada acerca de las condiciones,
ones de gobierno; ello se relaciona
Un ejemplo ilustrativo fue México, que durante décadas vivió bajo un régimen político no
:..:rico. De manera que la distinción democrático con una forma presidencial de gobierno.
upone la existencia de un régimen Matthew Shugart (2006), "Compararive Executive-Legislative Relations'; en The Oxford
Handbook ofPolitical lnstitutio1is. Esta concepción es una versión modificada de una anterior
que propone cuatro criterios, la cual se encuentra en M. Shugarc y J.M. Carey, Presidents and
e achrar que dicha periodización no comporca Assamblies (1992).
b,¿ dd tjercicio de disección es dar cuenca de la Los regímenes "mixtos" o "híbridos" poseen características de los sistemas presidencial y
l?OSJ:::ivas. El lector tendrá la mejor opinión si parlamentario, en vircud de lo que reciben diversas denominaciones como "semipresiden-
cial'; º'semiparlamenrario" o º'premier-presidencial~ Estos sistemas se distinguen por poseer
g=e:i político y gobierno, véase O'Donnell un "ejecutivo dual~ que implica la elección popular del presidente que comparce el Poder
Ejecutivo con un primer ministro que está sujeto a la aprobación y confianza de la asamblea

161
Moisés Pérez Vega

necesario señalar los dos rasgos definitorios del modelo puro del régimen legislativa (control o no de ro.a
parlamentario: Las cinco modalidades son gob.
partido minoritario, gobierno &
1) La autoridad ejecutiva, conformada por el primer ministro y el gabi, lición minoritaria y gobierno a~
nete, surge de la asamblea legislativa. Por otro lado, desde difere~¡cs
2) El Ejecutivo está sujeto a la potencial destitución a través del voto nado las diferencias existentes e.:
de no confianza de la mayoría de la asamblea legislativa. Así, en los ricanos y el diseño instituciol1k de
parlamentarismos, el gobierno emana de la asamblea y puede ser 2002; Jones, 1995; Colomer, 2006.
destituido por ésta. He aquí la distinción básica: mientras que en la distinción entre el diseño or:.:.-
los sistemas presidenciales el Ejecutivo es electo de forma separada se -el modelo de pesos y con...
del Legislativo y su supervivencia en el cargo no depende de la ma, dencialismó' que se ha desarro
yoría de la asamblea legislativa, en los regímenes parlamentarios el El modelo original de pesos
gobierno deriva su autoridad del Parlamento y puede ser destituido Madison de que la ambición debe
por éste. Dicho más sucintamente: los sistemas presidenciales se la ambición (Hamilton, Machson
basan en el principio de separación de poderes; los parlamentarios rivalidad de intereses se produ...
en el de fusión de poderes; y los semipresidenciales en el de com, del Ejecutivo y del Legislativo o
partición de poderes (en razón de la existencia de un Ejecutivo dual, segmentos del electorado (adern.as
que se comparte entre el presidente y el primer ministro) ( Hurta, existencia de elecciones no con.:w
do, 1999).6 dores). El presupuesto era que d.~
nes independientes y contrapu ·
Ahora bien, hasta el momento se han mencionado los rasgos básicos Así, la idea del modelo de pesos
del régimen presidencial que permiten diferenciarlo de los otros sistemas debe estar distribuido entre va..-ios
de gobierno. Sin embargo, se aprecian diferentes esquemas presidencia, se evite que uno de éstos abuse ~
les en función de diversos criterios y ópticas. Así, se distingue entre pre- de gobierno puede entromere!"SC
sidencialismo de mayoría y presidencialismo pluralista, atendiendo al grado para equilibrar su poder, lo que
de pluralidad y de dispersión en los ejercicios de la competencia y del de poderes (Aguilar, 2000). E.'1
poder poütico (Lanzaro, 200lb: 23,24). Una clasificación más elabora, cionales de América Latina ado:- •
da plantea cinco modalidades de gobierno presidencial, en la que cada poderes - el modelo de "lím:~es
una determina un tipo de relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. La bierno debe estar dividido en. ~es
tipología considera dos variables: negociación (número de partidos con ejecutiva, legislativa y judici~. 2
los que el presidente acuerda la conformación del gabinete) y mayoría debe limitarse a cumplir su fun.:-i
neró que los poderes transgre.i.
cia al no establecerse garanéa.s ~
legislativa. Pan una perspectiva de las difercnres variantes y furma.s de funcionamiento del En la actualidad, el modelo
semipresidencialismo, véase Roben Elgie (1999), y P. Schleiter y E. Morgan·Jones (2007). forjó en Estados Unidos preser.za
6
Adicionalmenre, la dinámica de los sistemas presidenciales, parlamentarios y semipresi·
denciales se distingue por sus relaciones de control, esto es, desde la teoría de delegación cipalmente en dos aspectos: er. b:s
basada en modelos del agente-principal. He desarrollado e$a distinción en Pérez (2007). el surgimiento de gobiernos dn

162
Sistemas de gobierno

si:==::::. de! modelo puro del régimen legislativa (control o no de mayoría legislativa por parte del presidente).
Las cinco modalidades son gobierno de partido mayoritario, gobierno de
partido minoritario, gobierno de coalición mayoritaria, gobierno de coa-
- el primer ministro y el gabi- lición minoritaria y gobierno apartidario (Chasqueti, 2001: 330).
Por otro lado, desde diferentes perspectivas analíticas se han mencio-
destitución a través del voto nado las diferencias existentes entre los sistemas de gobierno latinoame-
asamblea legislativa. Así, en los ricanos y el diseño institucional de Estados Unidos (Cox y Morgenstern,
~ :an.• de la asamblea y puede ser 2002; Jones, 1995; Colomer, 2006, entre otros). En este sentido, se hace
mstínción básica: mientras que en la distinción entre el diseño original del presidencialismo estadouniden-
tivo es electo de forma separada se - el modelo de pesos y contrapesos (checks and balances )- y el "presi-
en el cargo no depende de la ma- dencialismo" que se ha desarrollado en Latinoamérica.
en los regímenes parlamentarios el El modelo original de pesos y contrapesos se basa en la idea de James
Parlamento y puede ser destituido Madison de que la ambición debe ponerse en juego para contrarrestar
me: los sistemas presidenciales se la ambición (Hamilton, Madison y Jay, 2000). Con esta concepción, la
·:on de poderes; los parlamentarios rivalidad de intereses se produciría a raíz de la elección independiente
i>S semipresidenciales en el de com- del Ejecutivo y del Legislativo (bicameral), que representarían diferentes
e.e la existencia de un Ejecutivo dual, segmentos del electorado (además de mecanismos adicionales como la
leme y el primer ministro) (Hurta- existencia de elecciones no concurrentes de presidente, diputados y sena-
dores). El presupuesto era que de ese modo serían creadas dos institucio-
nes independientes y contrapuestas, capaces de controlarse mutuamente.
nan mencionado los rasgos básicos Así, la idea del modelo de pesos y contrapesos postula que el poder
n diferenciarlo de los otros sistemas debe estar distribuido entre varios cuerpos gubernativos, de tal forma que
diferentes esquemas presidencia- se evite que uno de éstos abuse de los otros. Desde esta óptica, una rama
opticas. Así, se distingue entre pre- de gobierno puede entrometerse legítimamente en los asuntos de otra
.·"'lo pluralista, atendiendo al grado para equilibrar su poder, lo que implica que no hay una estricta división
ejercicios de la competencia y del de poderes (Aguilar, 2000). En cambio, casi todos los diseños constitu-
-24 . Una clasificación más elabora- cionales de América Latina adoptaron la teoría pura de la separación de
b1erno presidencial, en la que cada poderes -el modelo de "límites funcionales"-, que postula que el go-
rre el Ejecutivo y el Legislativo. La bierno debe estar dividido en tres ramas que desempeñan las funciones
egociación (número de partidos con ejecutiva, legislativa y judicial, donde cada uno de estos departamentos
Úormación del gabinete) y mayoría debe limitarse a cumplir su función y no usurpar las de los otros. Ello ge-
neró que los poderes transgredieran sus respectivas esferas de competen-
cia al no establecerse garantías que lo previnieran.
rcruc:s ,..manees y formas de funcionamienco del En la actualidad, el modelo original de pesos y contrapesos que se
l ?99 , \'P. Schleiter y E. Morgan·Jones (2007).
forjó en Estados Unidos presenta variaciones en América Latina, prin-
a.as presidenciales, parlamentarios y semipresi·
k ~amrol, esro es, desde la teoría de delegación cipalmente en dos aspectos: en las reglas electorales (con el fin de evitar
! desarrollado esa discinción en Pérez {2007). el surgimiento de gobiernos divididos con representación de intereses

163
Moisés Pérez Vega

distintos en la presidencia y el Congreso) y en la distribución de pode- seños institucionales de gob er.::;


res entre ramas de gobierno, otorgando al presidente fuertes poderes democráticas. Los argumentos
para promover cambios legislativos, aun en ausencia de un apoyo le- ron un amplio debate sobre ..u
gislativo mayoritario (Negretto, 2003). De esta manera, la mayoría de lismo y del parlamentarism.:; ro
los sistemas presidenciales en América Latina "evolucionaron en con- democráticos. Su contribua\,;n ...._
tra de los objetivos de sus fundadores originales" (Cheibud Figueiredo, estudio de los regímenes de goo
2003: 170-171). Argelina Cheibub sostiene que las condiciones básicas explicar la quiebra de las demcx:
para un adecuado funcionamiento de un sistema de pesos y contrape- corrido mucha tinta desde qi..~
sos están ausentes en muchos países de la región, esencialmente por dos gros" del presidencialismo. PÁ •
razones: en primer lugar, porque durante el siglo xx los gobiernos re- alejando de la clásica dualidad p•
presentativos adquirieron la forma de "democracia de partidos': lo cual analizar más puntualmente otros
consumó el temor de Madison sobre la existencia de "divisiones esta- desempeño de las democracias ?
bles de conflicto político"; en segundo lugar, por la concentración de po- los estudios se enfocaron ya no --
deres legislativos en manos del Ejecutivo; es decir, la existencia de los tucional ), sino a arreglos es""""'......,'-ll
partidos políticos y el fortalecimiento de la rama ejecutiva distorsionan del presidencialismo en el sub.: -
los objetivos originales del modelo madisoniano de checks and balances. gunos de los principales argurn -
Por su parte, Llanos y Mustapic (2005: 20) sostienen, cuando anali- Juan Linz detectó un con; - -
zan los casos latinoamericanos, que las premisas del modelo madisonia- afectan negativamente al presi..uü
no no se verifican, pues "nada garantiza que la división entre Ejecutivo sidencial se refieren principalr::
y Legislativo, a partir de elecciones independientes, dé origen a institu-
ciones que se comporten de forma independiente, dispuestas, además, a) La doble legitimidad. La d -
a controlarse entre sí". En este aspecto, los vínculos partidistas entre po- blea mediante el voto pop
deres y las formas organizativas del proceso decisorio de las legislaturas legitimidad de su mand-1.;o.
pueden unir lo que el diseño institucional tiende a separar. Por ello, si entre poderes, especialm~n.:e
se quiere examinar el funcionamiento de los regímenes políticos, resulta (cuando el presidente carece
esencial analizar conjuntamente diseño institucional y distribución del b) El periodo fijo del mand..;:: -
poder partidario entre ramas de gobierno. sidencialismo, pues cancela
tos por mecanismos insc=u
destituir al presidente n..an-
Presidencialismo frente a parlamentarismo: puede disolver a aquél s: le es
la evaluación comparativa de los "modelos puros"
El supuesto teórico es que b.s -
A raíz de los procesos de democratización de los países de América político, supuesto que se deri- :a de
Latina hacia fines del siglo xx, ha existido un renovado interés en el oinstitucionalismo. Este enfoq=
estudio del funcionamiento de las instituciones políticas de la región. investigación consensuado; s::i
son determinantes para expbar k:s -
Desde mediados de los años ochenta, el estudio comparativo de las ins-
Una primera versión de los arg-~'11CC::l5
tituciones políticas se ha centrado en definir cuáles son los mejores di- versión abreviada en inglés aparc:oo e:

164
Sistemas de gobierno

~ la distribución de pode- seños institucionales de gobierno para la estabilidad y consolidación


a.i' presidente fuertes poderes democráticas. Los argumentos del politólogo español Juan Linz inicia-
m ausencia de un apoyo le- ron un amplio debate sobre las ventajas y desventajas del presidencia-
De esta manera, la mayoría de lismo y del parlamentarismo en el funcionamiento de los regímenes
Larina 'evolucionaron en con- democráticos. Su contribución principal fue reinsertar en el debate el
-;gmales" (Cheibud Figueiredo, estudio de los regímenes de gobierno como variable independiente para
nene que las condiciones básicas explicar la quiebra de las democracias presidenciales.7 Sin embargo, ha
~ .!.i. sistema de pesos y contrape- corrido mucha tinta desde que Linz planteó su diagnóstico de los "peli-
e ra región, esencialmente por dos gros" del presidencialismo. Paulatinamente, las investigaciones se fueron
re el siglo xx los gobiernos re- alejando de la clásica dualidad presidencialismo/parlamentarismo para
e "democracia de partidos'; lo cual analizar más puntualmente otros factores institucionales que afectan el
re la existencia de "divisiones esta- desempeño de las democracias presidenciales. Dicho en otras palabras,
lugar, por la concentración de po- los estudios se enfocaron ya no tanto a los macrorreglas (diseño consti-
rurivo; es decir, la existencia de los tucional), sino a arreglos específicos que influían en el funcionamiento
de la rama ejecutiva distorsionan del presidencialismo en el subcontinente (microrreglas). Repasemos al-
n.adisoniano de checks and balances. gunos de los principales argumentos y hallazgos de estos debates.
2005: 20) sostienen, cuando anali- Juan Linz detectó un conjunto de dimensiones institucionales que
premisas del modelo madisonia- afectan negativamente al presidencialismo.8 Las críticas al gobierno pre-
b que la división entre Ejecutivo sidencial se refieren principalmente a cuatro aspectos problemáticos:
.dependientes, dé origen a institu-
:dependiente, dispuestas, además, a) La doble legitimidad. La elección separada del presidente y la asam-
. los vínculos partidistas entre po- blea mediante el voto popular conduce a que cada uno reclame la
"roceso decisorio de las legislaturas legitimidad de su mandato, situación que genera enfrentamiento
onal tiende a separar. Por ello, si entre poderes, especialmente en un escenario de gobierno dividido
de los regímenes políticos, resulta (cuando el presidente carece de mayoría parlamentaria).
_-o institucional y distribución del b) El periodo fijo del mandato. Esto comporta una gran rigidez del pre-
sidencialismo, pues cancela la posibilidad de resolución de conflic-
tos por mecanismos institucionales, ya que ni el Parlamento puede
destituir al presidente cuando le retira su confianza, ni el presidente
flentarismo: puede disolver a aquél si le es adverso.
"modelos puros"
El supuesto reóríco es que las instiruciones tienen un impacro autónomo sobre el proceso
ti::ación de los países de América político, supuesto que se deriva de la corriente teórica conocida genéricamente como ne-
existido un renovado interés en el oinstirucionalismo. Esrc enfoque no es un cuerpo teórico homogéneo, con un programa de
r..sriruciones políticas de la región. investigación consensuado; sin embargo, comparte el presupuesto de que las instituciones
son determinantes para explicar los resultados sociales y políticos.
el estudio comparativo de las ins- Una primera versión de los a.rgumenros de este especialista español se halla en Linz ( 1984); wu
1 ciefinir cuáles son los mejores di- versión abreviada en inglés apareció en Linz (1990); véase también Linz(1996; 1994; 1997'.

165
Moisés Pérez Vega

e) La lógica de "ganador único". La naturaleza de la elección presiden- en privado en una sociedad dn


cial genera un juego de suma cero, lo que resulta perjudicial para la rables propósitos de Linz.
estabilidad democrática. Por su parte, Dieter Nohlm
d) El "estilo presidencial de la política". Los grandes poderes asociados a dencialismo-parlamentarisrr.o S'-:
la presidencia conllevan a la sobrepersonalización del poder en la fi- receta mágica que no es tal. El ::-:-
gura presidencial. piejo, la historia más rica, la ca:
y mucho mayor la responsabili
En especial, la"legitimidad dual" y los periodos fijos de los mandatos mentan reformas en d sistenu ~
provocan que los sistemas presidenciales posean escasa flexibilidad ins- ciedades latinoamericanas rr.!S
titucional para la resolución de conflictos entre ramas de gobierno, cuya
consecuencia es el bloqueo entre el Ejecutivo y el Legislativo. La conclu- pectiva institucional-histórica, ·
sión a la que llega el especialista español es que el parlamentarismo es duce al mínimo la variedad hist
más favorable a la estabilidad democrática que el presidencialismo. Hasta ese momento, los esa?
Las reacciones a los planteamientos de Linz -algunas reforzan- del tipo de régimen como var.aD;;
do las críticas al presidencialismo, otras refutándolas- no se hicieron cuencias sobre la estabilidad 2em
esperar. Stepan y Skach (1997) señalaban que la esencia del "presiden- en otras palabras, examinan :os·
cialismo puró' - la independencia de los poderes- crea la posibilidad parlamentarismo para esclarece.
de impasse entre Ejecutivo y Legislativo, para lo cual no hay mecanis- go, investigaciones posteriores ?
mos constitucionales para procesarlo. Estos autores examinan la exis- factores.
tencia de 43 democracias consolidadas en el mundo entre 1979 y 1989,
y apuntan que 34 eran parlamentarias, dos semipresidenciales y sólo
cinco presidenciales. Su conclusión es que el "parlamentarismo puro" se De las macro a las microrre~
asocia en mayor medida con la consolidación democrática que el "presi- de la diversidad de los sis te
dencialismo puro':
Por su parte, Lijphart (1997) critica del presidencialismo su ten- Durante los años noventa, se ::
dencia inherente al gobierno mayoritario. El problema radica en que el a evaluar los argumentos de : m-
presidencialismo conduce a la concentración del poder, no ya en un solo cias presidenciales de manera "
partido, sino en una persona y, al hacerlo, suprime artificiosamente la como estudios de "segunda :
pluralidad política. perspectiva es el de Matthew S.:-
Por otro lado, varios autores identificaron debilidades de los argu- los especialistas relativizaron b.s
mentos de Linz. Así, Horowitz (1996) cuestiona los razonamientos de no presidencial. En este senn2.o. ~
dicho autor, afirmando que: a) se basan en una muestra regional dema- mayor porcentaje de rupturas ..:_
siado selectiva de experiencias comparativas, procedentes principalmente mas presidenciales. Al respec:o.
de América Latina; b) se fundamentan en un punto de vista mecanicista estudio a lo largo del siglo xx
e incluso caricaturesco de la presidencia; e) suponen un sistema particu- do a 21 regímenes parlamenta:
lar para elegir al presidente, que no es necesariamente el mejor sistema y regímenes mixtos (Shugart } C.Z:
d) al ignorar las funciones que puede desempeñar un presidente elegido formaron las críticas en virruces

166
Sistemas de gobierno

_.__"""'~-A de la elección presiden- en privado en una sociedad dividida, sus pretensiones anulan los admi-
• _e resulta perjudicial para la rables propósitos de Linz.
Por su parte, Dieter Nohlen (1998) sostiene que la alternativa presi-
grandes poderes asociados a
UlS dencialismo-parlamentarismo sugiere la existencia y oportunidad de una
~~nalización del poder en la fi- receta mágica que no es tal. El problema - dice el autor- "es más com-
plejo, la historia más rica, la capacidad social-tecnológica más restringida
y mucho mayor la responsabilidad de aquéllos que propician e instru-
C'S periodos fijos de los mandatos mentan reformas en el sistema poütico, dado que, en definitiva, son las so-
es posean escasa flexibilidad ins- ciedades latinoamericanas mismas las que disfrutarán o padecerán las
.::os entre ramas de gobierno, cuya consecuencias de toda reforma o no reforma políticá: Desde una pers-
ecutivo y el Legislativo. La conclu- pectiva institucional-histórica, Nohlen sostiene que la óptica de Linz re-
añol es que el parlamentarismo es duce al mínimo la variedad histórica de las instituciones políticas.
cica que el presidencialismo. Hasta ese momento, los estudios se enfocan básicamente al análisis
ros de Linz -algunas reforzan- del tipo de régimen como variable explicativa para describir las conse-
refutándolas- no se hicieron cuencias sobre la estabilidad democrática (variable dependiente). Dicho
ilaban que la esencia del "presiden- en otras palabras, examinan los "modelos puros" de presidencialismo y
los poderes- crea la posibilidad parlamentarismo para esclarecer la estabilidad democrática. Sin embar-
vo, para lo cual no hay mecanis- go, investigaciones posteriores plantean la necesidad de analizar más
. Estos autores examinan la exis- factores.
en el mundo entre 1979 y 1989,
· , dos semipresidenciales y sólo
que el "parlamentarismo puro" se De las macro a las microrreglas: el análisis
lidación democrática que el "presi- de la diversidad de los sistemas presidenciales

cinca del presidencialismo su ten- Durante los años noventa, se realizó una serie de trabajos tendientes
o. El problema radica en que el a evaluar los argumentos de Linz sobre el desempeño de las democra-
l:?"ación del poder, no ya en un solo cias presidenciales de manera más detallada, los cuales etiquetaríamos
tcerlo, suprime artificiosamente la como estudios de "segunda generación". El trabajo inaugural de esta
perspectiva es el de Matrhew Shugart y John Carey. En primer lugar,
ntificaron debilidades de los argu- los especialistas relativizaron las críticas linzianas al sistema de gobier-
6 cuestiona los razonamientos de no presidencial. En este sentido, critican el argumento de Linz de que el
.m en una muestra regional dema- mayor porcentaje de rupturas democráticas haya tenido lugar en siste-
·arr:as, procedentes principalmente mas presidenciales. Al respecto, apuntan que, si se amplía el periodo de
in en un punto de vista mecanicista estudio a lo largo del siglo xx, los quiebres de la democracia han afecta-
:ia; e' suponen un sistema particu- do a 21 regímenes parlamentarios, a 12 regímenes presidenciales y a seis
necesariamente el mejor sistema y regímenes mixtos (Shugart y Carey, 1992). Además, los autores trans-
cesempeñar un presidente elegido formaron las críticas en virtudes del sistema presidencial:

167
Moisés Pérez Vega

La rigidez de los mandatos era observada como un atributo de pre- el Ejecutivo y el Legislativo a ?~
visibilidad del régimen de gobierno; la criticada elección presidencial presidente: los poderes constfr ....
era considerada un elemento de transparencia del sistema; y la doble interactúan para determinar d ::
legitimidad de los mandatos volvía a ser considerada, tal como lo indi- dentes sobre las políticas.
ca la teoría del gobierno presidencial, como un instituto que favorece Los poderes constitucional~
la rendición de cuentas y los controles entre los gobernantes (check rentes al cargo de presidente que
and balances) (Chasqueti, 2001: 320). tomadas en consideración a la
Shugart, 1997: 40). Los poderes
En su estudio, Shugart y Carey evalúan los poderes legislativos de con el tipo de sistema de parricios.
los presidentes (veto, poder de decreto, poder para introducción de le- tido o coalición del partido del
gislación, poder para iniciar referendo) y los poderes no legislativos (for- de disciplina partidaria.
mación y destitución del gabinete, voto de censura y disolución de la Para evaluar de manera mas
asamblea), concluyendo que los presidencialismos más problemáticos darios': Mainwaring y Shugart c
son los que permiten una gran fragmentación partidaria y los que otor- o coalición del presidente en :.. le-.'.:
gan al presidente gran autoridad legislativa. pues ésta influye en la confi~
Otros trabajos comparten el argumento respecto del problema de res de los partidos para obtener d
la fragmentación partidaria en esquemas presidenciales. Al respecto, lograr el apoyo individual de • ::
Mainwaring (1993) sostiene que el régimen presidencial no es disfun- los autores no llegan a una co•.
cional per se, sino que su funcionamiento tiene problemas cuando se tar con partidos disciplinados en
genera un sistema multipartidista (la"difícil combinación"). De acuerdo pues aquéllas dependen de la e
con esto, el mulcipartidismo agrava los problemas del presidencialismo o unificado. Es decir, se prefieren
en tres formas: al incrementar la probabilidad de estancamiento en la biernos unificados y partidos :.:i:
relación Ejecutivo-Legislativo; al promover la polarización ideológica; al conclusión tentativa es que hav tIIU
dificultar la construcción de coaliciones entre partidos. deres constitucionales y poderes F
Por su parte, MarkJones (1995) pondera el diseño de leyes electo- tienden a encontrarse presidenaas
rales como un factor para aumentar la efectividad de los regímenes pre- ridad constitucional-legislativa en
sidenciales. Jones examina cuatro aspectos de las leyes electorales: la ne bajos poderes partidarios · · a b
fórmula electoral para elegir presidente, el tiempo de las elecciones para casos analizados es reducido. ~:..
presidente y Legislativo (elecciones concurrentes o no concurrentes),
la magnitud de los distritos para la elección del Legislativo y la fórmula
electoral para asignar los asientos legislativos. Ello con la finalidad de Los tipos de poderes constiruaon.2lcs
disponer de los mecanismos electorales que permitan al presidente con- poder exclusivo de introducción ~i!:::q
el staru quo, reaccionando al ir~
tar con un apoyo considerable en el Legislativo.
-.·O<U..-...
presidentes pueden vetar temas
Con el fin de evaluar comparativamente el funcionamiento de los temas de una iniciativa en los ci:m
sistemas presidenciales de América Latina - ampliando la perspectiva Congreso para su reconsideracon
el Ejecutivo, al firmar un decrero se
analítica iniciada por Shugart y Carey-, Mainwaring y Shugart ( 1997)
último, el poder exclusivo de int=
sostienen que hay dos tipos de poderes que definen las relaciones entre exclusiva de propuestas legislarr= m

168
Sistemas de gobierno

o un atributo de pre- el Ejecutivo y el Legislativo a partir de las facultades con que cuenta el
~ elección presidencial presidente: los poderes constitucionales y los partidarios. Ambos poderes
=::;¡:::c:Ja:' del sistema; y la doble interactúan para determinar el grado de influencia que tienen los presi-
amsiderada, tal como lo indi- dentes sobre las políticas.
o un instituto que favorece Los poderes constitucionales9 del presidente se refieren a los "inhe-
cnrre los gobernantes (check rentes al cargo de presidente que obligan a que sus preferencias sean
tomadas en consideración a la hora de aprobar leyes" (Mainwaring y
Shugart, 1997: 40). Los poderes partidarios del presidente se relacionan
evalúan los poderes legislativos de
t
-'º poder para introducción de le-
con el tipo de sistema de partidos, y se definen por: a) el tamaño del par-
tido o coalición del partido del presidente en la legislatura y b) el grado
o r los poderes no legislativos (for- de disciplina partidaria.
rom de censura y disolución de la Para evaluar de manera más realista los "poderes presidenciales parti-
idencialismos más problemáticos darios': Mainwaring y Shugart consideran no sólo el tamaño del partido
enración partidaria y los que otor- o coalición del presidente en la legislatura, sino la disciplina partidaria,
lariva. pues ésta influye en la confianza que los presidentes tengan en los líde-
r.:.'Tiento respecto del problema de res de los partidos para obtener el voto de su partido o, por el contrario,
remas presidenciales. Al respecto, lograr el apoyo individual de legisladores o por facciones. Al respecto,
éF.men presidencial no es disfun- los autores no llegan a una conclusión clara sobre las ventajas de con-
úento tiene problemas cuando se tar con partidos disciplinados en formatos de gobierno presidenciales,
·dificil combinación"). De acuerdo pues aquéllas dependen de la existencia de un gobierno, ya sea dividido
s problemas del presidencialismo o unificado. Es decir, se prefieren partidos disciplinados cuando hay go-
habilidad de estancamiento en la biernos unificados y partidos indisciplinados en gobiernos divididos. La
• over la polarización ideológica; al conclusión tentativa es que hay una relación inversa entre el grado de po-
es entre partidos. deres constitucionales y poderes partidarios de los presidentes. Es decir,
?Ondera el diseño de leyes electo- tienden a encontrarse presidencias muy poderosas en términos de auto-
efectividad de los regímenes pre- ridad constitucional-legislativa en sistemas en los que el Ejecutivo tie-
1:-ectos de las leyes electorales: la ne bajos poderes partidarios y a la inversa. Sin embargo, el número de
-e, el tiempo de las elecciones para casos analizados es reducido. Finalmente, Mainwaring y Shugart sostie-
-oncurrentes o no concurrentes),
lección del Legislativo y la fórmula
tivos. Ello con la finalidad de Los tipos de poderes constitucionales son cuatro: veto, veto parcial, poder de decreto y
que permitan al presidente con- poder exclusivo de introducción legislativa. El poder de veto permite al presidente defender
=-· lativo. el statu quo, reaccionando al intento de la legislarura de alterarlo. Con el veto parcial los
presidentes pueden vetar temas específicos de una iniciativa, pueden promulgar artículos o
~ente el funcionamiento de los temas de una iniciaciva en los cuales estén de acuerdo, miencras pueden vetar y regresar al
_.arina -ampliando la perspectiva Congreso para su reconsideración sólo las partes vetadas. El poder de decreto se da cuando
d Ejecutivo, al firmar un decreto, se convierte en ley estableciendo un nuevo statu quo. Por
- , Mainwaring y Shugart (1997)
úlcimo, el poder exclusivo de introducción legislaciva se refiere al derecho de introducción
que definen las relaciones entre exclusiva de propuestas legislativas en determinadas áreas.

169
Moisés Pérez Vega

nen que el presidencialismo tiende a funcionar más efectivamente cuan- El fantasma de la parálisis bajo
do los presidentes poseen facultades legislativas limitadas y cuentan con cuestionamientos, replant
un bloque amplio de apoyo legislativo.
De este modo, el estudio de Mainwaring y Shugart mostraría la varie- No obstante su sofisticación en :
dad de los sistemas presidenciales de Latinoamérica respecto de las facul- estudios de "segunda generaa;:m·
tades presidenciales en el proceso legislativo y en el formato de sistema originaria de la naturaleza co. -
de partidos, abriendo una perspectiva para evaluar los escenarios de in- problema del "bloqueo" o la p
teracción entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. ficultad ahora se enfocaba er. ·e
Posteriormente, las relaciones entre presidentes y congresos se ana- negativamente la gobernabili,.Ja? ..
lizan a partir de los efectos que tienen en la formulación de políticas Latina. De manera que el bloqueo
públicas. El punto de partida de un trabajo emblemático de este en- tipartidistas con una excesiva ~
foque sostiene que la distinción entre "macroinstituciones" (presiden- existe una separación de propostz
cialismo-parlamentarismo) es inadecuada, ya que explicar resultados determina fundamentalmente el
políticos requiere concentrarse en los detalles de la estructura institu- 2001). En esta visión, la alta ~
cional (Haggard y McCubbins, 2001: 4). Así, se examina cómo afectan tiende a ser problemática, ya Cf..!e
ciertos arreglos institucionales la elaboración de políticas, especialmente nere un gobierno minoritario r t:¡
la estabilidad o adaptabilidad de las políticas. Primeramente, se distin- Ejecutivo y el Legislativo. Para e,;
gue entre la separación de poderes y la de propósitos; esta última signi- de gobierno, pero -se argume:-~
fica que múltiples actores con diferentes preferencias controlan puntos de sistemas presidenciales. La ca.:i
decisión sobre las políticas. El dilema sobre la estabilidad/adaptabilidad así: multipartidismo-gobiemo rr-
de las políticas depende de los incentivos creados por las instituciones síntesis, hay un evidente temor a
políticas. De esta manera, se esperaría mayor estabilidad de las políticas las que el partido del Ejecuc!~·o -:.
públicas cuando hay varios jugadores de veto y cuando los actores cuen- su supuesta fatal consecuencia:
tan con una gran separación de propósitos. Esto último depende de los y Legislativo. Sin embargo, anali.s:is
incentivos para cultivar el voto personal, 1º así como el número y la frac- normativamente el fenómeno ¿e
cionalización de los partidos. que no hay evidencia empírica 0-
En suma, diversas investigaciones de los años noventa cuestiona- menes presidenciales para forjar e
ron, por un lado, la visión genérica y dualista de Linz y subrayaron nos, la asociación de gobierno C.: _
las virtudes del régimen presidencial respecto del parlamentario. El Josep Colomer plantea ur-2 &
diagnóstico pesimista linziano quedaba en entredicho. Por el otro, al mite comprender la estructura r r
examinar los poderes y preferencias de los actores, la literatura reveló tucionales de gobierno. Para C
la existencia de diferentes pautas de funcionamiento de los sistemas puede ser "horizontal" o" verriC2..!:
presidenciales. ne mayoría en la asamblea v. en d
tral no controla la mayor parre .:.e
esta óptica, los gobiernos di\'12.k.
10
El voro personal se define como "la porción del apoyo elecroral que un candidaro obriene
binetes de coalición mulripam,.
por sus cualidades, calificaciones, actividades y rrayecroria personales" (Caín et aL, 1987). la división entre el presidente r b.

170
Sistemas de gobierno

'--=::3on;U más efectivamente cuan- El fantasma de la parálisis bajo gobiernos divididos:


~-as limitadas y cuentan con cuestionamientos, replanteamientos y alternativas

...,...--=-.......,,...g \' Shugart mostraría la varie- No obstante su sofisticación en términos teóricos y metodológicos, los
....:¡:¡moamérica respecto de las facul- estudios de "segunda generación" no rompían totalmente con la idea
...;,.o y en el formato de sistema originaria de la naturaleza conflictiva de los sistemas presidenciales (el
para evaluar los escenarios de in- problema del "bloqueó' o la "parálisis" entre ramas de gobierno). La di-
Legislativo. ficultad ahora se enfocaba en "combinaciones difíciles" que impactaban
cnLre presidentes y congresos se ana- negativamente la gobernabilidad de los presidencialismos de América
enen en la formulación de políticas Latina. De manera que el bloqueo era más probable con sistemas mul-
un trabajo emblemático de este en- tipartidistas con una excesiva fragmentación parlamentaria, o cuando
e~rre "macroinstituciones" (presiden- existe una separación de propósitos extrema entre poderes, lo cual lo
iadecuada, ya que explicar resultados determina fundamentalmente el sistema electoral (Cox y McCubbins,
los detalles de la estructura institu- 2001). En esta visión, la alta fragmentación partidaria de la asamblea
0 1: 4). Así, se examina cómo afectan tiende a ser problemática, ya que aumenta la probabilidad de que se ge-
~laboración de políticas, especialmente nere un gobierno minoritario y que éste produzca el bloqueo entre el
las políticas. Primeramente, se distin- Ejecutivo y el Legislativo. Para evitar esto, una vía es hacer coaliciones
y la de propósitos; esta última signi- de gobierno, pero - se argumenta- éstas tienden a ser frágiles en los
enres preferencias controlan puntos de sistemas presidenciales. La cadena causal del argumento se resumiría
, a sobre la estabilidad/adaptabilidad así: multipartidismo-gobierno minoritario-parálisis gubernamental. En
ntivos creados por las instituciones síntesis, hay un evidente temor a los gobiernos divididos {situaciones en
·a mayor estabilidad de las políticas las que el partido del Ejecutivo no dispone de mayoría legislativa) y a
res de veto y cuando los actores cuen- su supuesta fatal consecuencia: la parálisis decisoria entre Ejecutivo
ropósitos. Esto último depende de los y Legislativo. Sin embargo, análisis posteriores replantearon conceptual y
a nal, 10 así como el número y la frac- normativamente el fenómeno de los gobiernos divididos, demostrando
que no hay evidencia empírica que sostenga la incapacidad de los regí-
íones de los años noventa cuestiona- menes presidenciales para forjar coaliciones de gobierno y, mucho me-
"'ª y dualista de Linz y subrayaron nos, la asociación de gobierno dividido y parálisis gubernamental.
r.c1al respecto del parlamentario. El Josep Colomer plantea una definición de gobierno dividido que per-
edaba en entredicho. Por el otro, al mite comprender la estructura y funcionamiento de los sistemas consti-
;ias de los actores, la literatura reveló tucionales de gobierno. Para Colomer (2001: 179) el gobierno dividido
' de funcionamiento de los sistemas puede ser "horizontal" o "vertical': En el primer caso, ningún partido tie-
ne mayoría en la asamblea y, en el segundo, el partido del gobierno cen-
tral no controla la mayor parte de los gobiernos regionales o locales. Bajo
esta óptica, los gobiernos divididos horizontales se generarían en los ga-
pon dd apoyo electoral que un candidato obtiene
binetes de coalición multipartidista (en sistemas parlamentarios) y por
~y rr:iyectoria personales" (Cain et aL, 1987). la división entre el presidente y la asamblea (en sistemas presidenciales

ro 171
Moisés Pérez Vega s

y sernipresidenciales); en el segundo caso, se hace referencia a la des- Desde una perspectiva


centralización política en sistemas unitarios y federales. Más específica- conveniencia del establecimien-
mente, en el caso de gobiernos divididos "horizontales'; ningún partido no. Lijphart distingue dos moc
tiene mayoría en la asamblea y se forma un gabinete de coalición multi- consensual. El autor se muestra
partidista, como suele suceder en los regímenes parlamentarios basados presa que
en la representación proporcional; o el partido del presidente no tiene
mayoría absoluta en la asamblea (50 por ciento + 1) como sucede en El modelo mayoritario cor.ce:n:a
regímenes presidenciales y semipresidenciales bajo elecciones prioritaria- mayoría escasa [...] mienrras c:l
mente no concurrentes. En el caso de gobiernos divididos "verticales'; el dispersar y limitar el poder de -
partido del gobierno central no controla la mayor parte de los gobiernos chamente relacionada es que d
regionales o locales. excluyente, competitivo y de .:
La definición de Colomer es relevante, pues esclarece que los go- consensual se caracteriza po~ ...a
biernos divididos no son patrimonio único de los sistemas presidencia- (Lijphart, 2000: 14).
les. Con la definición de gobierno dividido "horizontal'; el autor amplía
el horizonte de aplicación del concepto a todos los sistemas constitu- Lijphart analiza compara ·
cionales: presidencialismo (gobierno dividido), semipresidencialismo (co- mico de las democracias con.se
habitación) y parlamentarismo (gabinetes de coalición multipartidista). evidencia muestra resultados arr.n.
Por otro lado, se concibe a los gobiernos divididos en términos de marse la superioridad de los s!S:
los efectos positivos que generan para el régimen político y no tanto decisiones y elaborar políticas. A
como un problema (causantes de bloqueo gubernamental). Al respecto, senso presentan claras venra:a.:. -
Colomer sostiene que el desempeño de las instituciones políticas sería que implica mejores resultado~
evaluado en función de su capacidad para generar la mayor satisfacción ca, mayor participación y sans;•-
para el mayor número de individuos (principio de utilidad social). Este aspectos.
autor argumenta que los regímenes democráticos pluralistas basados en En síntesis, los gobiernos &~.::....
electorados complejos, reglas de votación inclusivas y división de pode- presidenciales y, además, los esq-
res tienden a producir resultados socialmente eficientes. De este modo, múltiples ganadores) tienen ve~~
las fórmulas institucionales pluralistas, como la representación propor- yorirario no poseen.
cional y la división de poderes horizontal y vertical, producirían mayor Por otro lado, contrario a 1.a ·
utilidad social que las fórmulas simples basadas en reglas de votación ha demostrado que los regíme~es
mayoritarias que favorecen la concentración del poder en un solo ga- truir coaliciones de gobierno e:: e
nador. De esta manera, Colomer concluye que ciertos arreglos institu- 1998; Amorim Neto, 2002; Cb
cionales incrementan la posibilidad de satisfacer las preferencias de los bien los datos muestran que las -
ciudadanos: los regímenes parlamentarios de representación proporcio- mayor porcentaje de éstas alca;- -
nal, el federalismo descentralizado y bicameral, la división horizontal de tarismo, se afirmaría que la cons
poderes entre el presidente y la asamblea, si los incentivos para la coope- lismo es un fenómeno más habiL'
ración interinstitucional y multipartidista son efectivos para prevenir el blo- Finalmente, la relación en~e
queo y el conflicto. cia democrática, así como encre =

172
Sistemas de gobierno

se hace referencia a la des- Desde una perspectiva distinta, Arend Lijphart coincide en la
federales. Más específica-
jlc:::;:ni;:irs \- conveniencia del establecimiento de instituciones plurales de gobier-
.orizontales': ningún partido no. Lijphart distingue dos modelos de democracia: el mayoritario y el
-: gabinete de coalición multi- consensual. El autor se muestra favorable al modelo consensual y ex-
:enes parlamentarios basados presa que
partido del presidente no tiene
por ciento + 1) como sucede en El modelo mayoritario concentra el poder político en manos de una
..::.<les bajo elecciones prioritaria- mayoría escasa (...] mientras el modelo consensual intenta dividir,
gobiernos divididos "verticales': el dispersar y limitar el poder de distintas formas. Una diferencia estre-
la la mayor parte de los gobiernos chamente relacionada es que el modelo mayoritario de democracia es
excluyente, competitivo y de confrontación, mientras que el modelo
e\-ante, pues esclarece que los go- consensual se caracteriza por la inclusión, el pacto y el compromiso
l> unico de los sistemas presidencia- (Lijphart, 2000: 14).
n idido "horizontal': el autor amplía
~ro a codos los sistemas constitu- Lijphart analiza comparativamente el desempeño macroeconó-
,·fo;dido), semipresidencialismo (co- mico de las democracias consensuales y mayoritarias: en general, la
netes de coalición multipartidista). evidencia muestra resultados ambiguos, razón por la cual no puede afir-
~b1ernos divididos en términos de marse la superioridad de los sistemas mayoritarios a la hora de tomar
el régimen político y no tanto decisiones y elaborar políticas. A pesar de ello, los sistemas de con-
!l<lueo gubernamental). Al respecto, senso presentan claras ventajas en cuanto a calidad democrática, lo
o de las instituciones políticas sería que implica mejores resultados en representación e igualdad políti-
il para generar la mayor satisfacción ca, mayor participación y satisfacción con la democracia, entre otros
s principio de utilidad social). Este aspectos.
tiemocráticos pluralistas basados en En síntesis, los gobiernos divididos no son patrimonio de los sistemas
~ción inclusivas y división de pode- presidenciales y, además, los esquemas consensuales de gobierno (o de
:ialmente eficientes. De este modo, múltiples ganadores) tienen ventajas que los esquemas de gobierno ma-
ras, como la representación propor- yoritario no poseen.
wntal y vertical, producirían mayor Por otro lado, contrario a la visión sostenida por algunos autores, se
&ples basadas en reglas de votación ha demostrado que los regímenes presidenciales son capaces de cons-
mrración del poder en un solo ga- truir coaliciones de gobierno en contextos de mulripartidismo (Deheza,
ncluye que ciertos arreglos institu- 1998; Amorim Neto, 2002; Cheibub, Przeworski y Saiegh, 2004). Si
de satisfacer las preferencias de los bien los daros muestran que las coaliciones son más frecuentes y que un
unos de representación proporcio- mayor porcentaje de éstas alcanzan estatus mayoritario en el parlamen-
bicameral, la división horizontal de tarismo, se afirmaría que la construcción de coaliciones en el presidencia-
nblea, si los incentivos para la coope- lismo es un fenómeno más habitual de lo que comúnmente se creía.
ra son efectivos para prevenir el blo- Finalmente, la relación entre gobiernos minoritarios y superviven-
cia democrática, así como entre gobiernos minoritarios y "parálisis" en

173
Moisés Pérez Vega

sistemas presidenciales no está validada por la evidencia. Así, median- raCion interinstitucional: repr
te la comparación de sistemas presidenciales, parlamentarios y mixtos para las elecciones legislativa.-.;
entre 1946 y 1996, se concluye que bajo la ocurrencia de gobiernos mi- ría relativa calificada con seganch
noritarios presidenciales no es más probable la parálisis, y que ésta no el Congreso para la eleccion prcu
afecta la supervivencia de las democracias (Cheibud, 2002). Asimismo, términos cortos. En cuanto a !.'5
un estudio reveló que Estados Unidos y países de Sudamérica con expe- y Negretto examinan la dismbu ...
riencias de gobiernos divididos no habían presentado parálisis guberna- entre el presidente y el Congreso.
mentales como se pensaba (Morgenstern y Domingo, 1997). Respecto de varios procedimientos legisk
del efecto del estatus del gobierno (mayoría unipartidista, coalición ma- como del presidente): aprobaaon
yoritaria, minoría unipartidista y coalición minoritaria) sobre la produc- lismo y control cameral del gabm
ción legislativa, se rebate también la idea de la supuesta eficacia decisoria mayor cooperación entre los p.:
de los gobiernos de mayoría (Cheibub, Przeworski y Saiegh, 2004: 577- res proponen una regla relaci,·am
579). Si bien los gobiernos de mayoría son los que tienen mayor éxito dencial (mayor al 50 por ciento -1
legislativo, los gobiernos minoritarios unipartidistas manejan un des- de los miembros del Congreso ,
empeño legislativo ligeramente más bajo, pero por encima de los dos poder de agenda moderado del E
restantes formatos de gobierno. sujetas a enmienda abierta; el ur-
Después de este recorrido por el debate presidencialismo frente a el bicameralismo incongruente, :-
parlamentarismo, se ha puesto de manifiesto que los "peligros del pre- les; una mayor cooperación enrre
sidencialismo" en buena medida se exageraron y que mediante la incor- ceso de formación del gabinete. I
poración del análisis de diversos factores (sobre todo institucionales) argumentos de varios aurores que
se observa que el régimen presidencial presenta y alberga importantes denciales son viables en la medida
variaciones de funcionamiento. Si bien, en general, en América Latina desarrollar su agenda en el Con=
no ha sido catastrófico el desempeño del presidencialismo, ello no sig- guirse a través del gobierno ~
nifica que se deje de reflexionar en torno a arreglos institucionales que cuenta con la mayoría absoluta de
mejoren el desempeño de los sistemas de gobierno de la región. De allí de la concentración de podere~
que tenga vigencia la búsqueda de la mejor forma de gobernar en con- go, cualesquiera de estas opciones
diciones de pluralidad, lo cual implica cavilar sobre dispositivos que poder en la presidencia, aunque
incentiven la cooperación de los poderes Ejecutivo y Legislativo en con- ral y social minoritario, así como
textos de pluripartidismo, donde es muy común la creación de gobier- opiniones representadas en e! ?
nos divididos. 2003: 15).
Al respecto se han propuesto algunas reformas deseables para los sis- Varios regímenes presidencU!es
temas presidenciales de América Latina, entre las que destacan las plan- por supuesto) enfrentan el desafio
teadas por Colomer y Negretco (2003: 13-61). Ellos analizan dos tipos les que propicien un mejor fun
de fórmulas institucionales: las reglas electorales y las normas que re- vidad y eficacia. Más que buscar
gulan el proceso postelectoral de coma de decisiones. En relación con eficacia, consideramos que d~
las primeras, los autores defienden un conjunto de reglas electorales que permitan una adecuada rep
que promoverían tanto una representación equitativa como la coope- y que generen colaboración enttt

174
Sistemas de gobierno

- :a evidencia. Así, median- ración interinstitucional: representación proporcional personalizada


~:ni::es, parlamentarios y mixtos para las elecciones legislativas; reglas de mayoría absoluta o de mayo-
~ ocurrencia de gobiernos mi- ría relativa calificada con segunda vuelta, ya sea por los votantes o por
Z:i1e la parálisis, y que ésta no el Congreso para la elección presidencial; elecciones concurrentes con
Cheibud, 2002). Asimismo, términos cortos. En cuanto a las reglas de toma de decisiones, Colomer
?:uses de Sudamérica con expe- y Negretto examinan la distribución de poderes Legislativo y Ejecutivo
~""!. presentado parálisis guberna- entre el presidente y el Congreso. En concreto, se enfocan al análisis
-er-;J y Domingo, 1997). Respecto de varios procedimientos legislativos (tanto a iniciativa del Legislativo
r..a 'Orla unipartidista, coalición ma- como del presidente): aprobación del presupuesto, papel del bicamera-
lición minoritaria) sobre la produc- lismo y control camera! del gabinete. Con la finalidad de incentivar una
dea de la supuesta eficacia decisoria mayor cooperación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, los auto-
i.b, Przeworski y Saiegh, 2004: 577- res proponen una regla relativamente baja de superación del veto presi-
iría son los que tienen mayor éxito dencial (mayor al 50 por ciento + 1, pero menor a las dos terceras partes
os unipartidistas manejan un des- de los miembros del Congreso), sobre todo en sistemas bicamerales; un
bajo, pero por encima de los dos poder de agenda moderado del Ejecutivo en forma de leyes de urgencia
sujetas a enmienda abierta; el unicameralismo en los Estados unitarios;
~: debate presidencialismo frente a el bicameralismo incongruente, pero asimétrico, en los Estados federa-
:anifiesto que los "peligros del pre- les; una mayor cooperación entre el presidente y el Congreso en el pro-
xageraron y que mediante la incor- ceso de formación del gabinete. Tales planteamientos difieren de los
::tores (sobre todo institucionales) argumentos de varios autores que consideran que los regímenes presi-
:ial presenta y alberga importantes denciales son viables en la medida en que los presidentes son capaces de
ien, en general, en América Latina desarrollar su agenda en el Congreso, una condición que suele conse-
o del presidencialismo, ello no sig- guirse a través del gobierno unificado (cuando el partido del Ejecutivo
orno a arreglos institucionales que cuenta con la mayoría absoluta de escaños en la asamblea), o a través
a.s de gobierno de la región. De allí de la concentración de poderes legislativos en el Ejecutivo. Sin embar-
l mejor forma de gobernar en con- go, cualesquiera de estas opciones "comporta una alta concentración del
lica cavilar sobre dispositivos que poder en la presidencia, aunque ésta sólo cuente con un apoyo electo-
eres Ejecutivo y Legislativo en con- ral y social minoritario, así como una reducción de los intereses y las
muy común la creación de gobier- opiniones representadas en el proceso decisorio" (Colomer y Negretto,
2003: 15).
mas reformas deseables para los sis- Varios regímenes presidenciales de América Latina (México incluido,
;na, entre las que destacan las plan- por supuesto) enfrentan el desaflo de llevar a cabo reformas instituciona-
3: 13-61). Ellos analizan dos tipos les que propicien un mejor funcionamiento en términos de representati-
ts electorales y las normas que re- vidad y eficacia. Más que buscar suprimir la pluralidad en aras de la
ma de decisiones. En relación con eficacia, consideramos que deben privilegiarse arreglos y mecanismos
un conjunto de reglas electorales que permitan una adecuada representación política de los ciudadanos
'ltación equitativa como la coope- y que generen colaboración entre las ramas de gobierno.

175
Moisés Pérez Vega

Conclusiones sistemas electorales respecro de os


nos de universalismo contra fi
Después de más de dos décadas de debate presidencialismo contra par, entre más se centren las elecao~
lamentarismo, la discusión actual no propone una sustitución entre sis- menos probable que las poliaa.s
temas constitucionales de gobierno. El debate ya no gira en torno a y McCubbins, 2001).
las macrorreglas (diseño constitucional), sino a arreglos espeóficos que Sin duda, el tema de las r
influyen en el funcionamiento del presidencialismo en el subcontinen- Legislativo plantea nuevas ime;-r
te (microrreglas), es decir, pequeñas reglas que articulan la maquinaria ahondar en los determinantes ¿.: --
institucional de un esquema de gobierno. Más que pensar en la transi- matos de gobiernos sin mayona. 5
ción de un régimen a otro, en Latinoamérica lo que más se necesita es desempeño de los gobiernos mm
reflexionar sobre el funcionamiento de las democracias presidenciales cación del partido del Ejecutivo
establecidas. Ha perdido sentido discutir si el parlamentarismo es su- de veto del Ejecutivo; e) la formaa
perior al presidencialismo en el sostenimiento de la democracia. Tiene gretto, 2004).
sentido, a su vez, reflexionar sobre el funcionamiento de cada uno de Finalmente, sería muy prove.:h
éstos y sobre la necesidad o no de adoptar mecanismos institucionales los sistemas constitucionales de los
propios de cada esquema constitucional para mutuamente complemen- una asignatura pendiente que enn
tarse. Desde esta perspectiva, enunciamos algunas líneas que considera- gímenes de gobierno dentro de la a
mos relevantes como parte de una agenda de investigación para evaluar global de democratización en Am
el desempeño de las democracias presidenciales.
En vista de los déficit que los procesos de democratización arrojan
en los países de América Latina, una línea de estudio apunta a indagar Lecturas recomendadas
más sobre los procesos de rendición de cuentas que se generan en los re-
gímenes políticos. Los procesos de rendición de cuentas y control de tipo Sobre los rasgos distintivos de iO"S
horizontal (entre poderes del Estado) tienden a ser muy débiles, en espe- (1994), Shugart y Carey (1992 ·
cial el que se ejerce desde las legislaturas. Así, en primer término, resulta rativo sobre el desempeño de los
necesario investigar qué tipos de mecanismos de control se ejercen desde la teoría de la elección social se
las legislaruras11 para controlar las políticas implementadas por la buro- el funcionamiento de los regímen
cracia y qué factores institucionales o partidarios intervienen en la puesta véanse Linz y Valenzuela (199- ,
en marcha y efectividad de tales mecanismos. hlen y Fernández (1998), Lan::aro
Otra línea consiste en apreciar el efecto de los sistemas electorales un enfoque analítico sobre fomu=
sobre los incentivos y los resultados del proceso de formulación de polí- rica Latina. Respecto de la fomu...
ticas públicas. Así, se evaluaría el efecto de ciertas características de los denciales y parlamentarios, véase
Przeworski y Saiegh (2004); en s
11
(1998) y Chasqueti (2001).
Existe una distinción d e los mecanismos de control parlamentario centrándose en el proceso
de formulación de las políticas, reconociendo como concroles ex ante aquéllos que se crean
antes de la implementación de las políticas, y como controles ex post los que se ejercen
durante y después de la implementación.
Sistemas de gobierno

sistemas electorales respecto de los resultados de las políticas en térmi-


nos de universalismo contra focalización. Al respecto, se sostiene que
- presidencialismo contra par- entre más se centren las elecciones en candidatos y no en partidos, es
: ne una sustitución entre sis- menos probable que las políticas públicas sean universales (Haggard
B debate ya no gira en torno a y McCubbins, 2001).
smo a arreglos específicos que Sin duda, el tema de las relaciones entre los poderes Ejecutivo y
- .dencialismo en el subcontinen- Legislativo plantea nuevas interrogantes. Específicamente habrá que
>'.'eglas que articulan la maquinaria ahondar en los determinantes de la cooperación entre poderes en for-
er-no. Más que pensar en la transi- matos de gobiernos sin mayoría. Sobre esto se ha argumentado que el
oamérica lo que más se necesita es desempeño de los gobiernos minoritarios es afectado por: a) la ubi-
de las democracias presidenciales cación del partido del Ejecutivo en el espacio político; b) la fortaleza
lscutir si el parlamentarismo es su- de veto del Ejecutivo; e) la formación de coaliciones de gobierno (Ne-
tenimiento de la democracia. Tiene gretto, 2004).
e! funcionamiento de cada uno de Finalmente, sería muy provechoso examinar el funcionamiento de
~optar mecanismos institucionales los sistemas constitucionales de los países a nivel subnacional. Ésta es
mal para mutuamente complemen- una asignatura pendiente que enriquecerá la subespecialidad de los re-
lamos algunas líneas que considera- gímenes de gobierno dentro de la ciencia política y la visión del proceso
- enda de investigación para evaluar global de democratización en América Latina, incluido México.
~idenciales.
rocesos de democratización arrojan
a lmea de esrudio apunta a indagar Lecturas recomendadas
t:e cuentas que se generan en los re-
ndición de cuencas y control de tipo Sobre los rasgos distintivos de los sistemas de gobierno, véanse Sartori
tienden a ser muy débiles, en espe- (1994), Shugart y Carey (1992) y Shugart (2006). Un estudio compa-
tras. Así, en primer término, resulta rativo sobre el desempeño de los sistemas de gobierno bajo la óptica de
Fmos de control se ejercen desde la teoría de la elección social se encuentra en Colomer (2001). Sobre
..:ricas implementadas por la buro- el funcionamiento de los regímenes presidenciales en América Latina,
partidarios intervienen en la puesta véanse Linz y Valenzuela (1997), Mainwaring y Shugart (1997), No-
lnismos. hlen y Fernández (1998), Lanzaro (2001b). Negretto (2004) presenta
' efecto de los sistemas electorales un enfoque analítico sobre formatos minoritarios de gobierno en Amé-
1el proceso de formulación de polí- rica Latina. Respecto de la formación de coaliciones en sistemas presi-
ao de ciertas características de los denciales y parlamentarios, véase el estudio comparativo de Cheibud,
Przeworski y Saiegh (2004); en sistemas presidenciales, véanse Deheza
(1998) y Chasqueti (2001).
tmcol parlamentario centrándose en el proceso
IDcomo conrroles ex ante aquéllos que se crean
v como controles ex post los que se ejercen

177
Moisés Pérez Vega s-

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Partidos políticos
Víctor Hugo Martínez González*

Introducción

"Mira qué brazos tan largos tengo y por todos sitios no hay más que
vacío': Hija de la pluma de Ingmar Bergman (1990: 67), quizá esta frase
podría firmarla cualquier partido político. Porque los partidos son hoy,
como nunca, fuertes en las democracias, pero, no obstante, se dice y re-
pite hasta la saciedad, sufren un divorcio con los ciudadanos. ¿Por qué la
paradoja? Para responder a esto, se explorará aquí la literatura partidista
internacional.
Para dotar de contenido las partes del texto retomaré cuatro hi-
pótesis esparcidas en cien años de bibliografía partidista: 1) los par-
tidos perjudican la democracia, razón por la que deben desaparecer
(Ostrogorski en 1902); 2) los partidos de masas son las organizacio-
nes del futuro (Duverger en 1951); 3) los partidos están en crisis y se-
rán sustituidos por movimientos y otras formas de organización social
(Lawson y Merkl en 1988) y 4) los partidos se han transformado y revi-
talizado (Katz y Mair en 2002).
Apoyado en estas hipótesis, pero también en sus correspondien-
tes objeciones, el aráculo sobrevolará debates interesantes, por ejemplo:

* Doctor en Ciencia Política por la Flacso México. Profesor-investigador de la Acadenúa de


Ciencia Polícica y Adrninisttación Pública en la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México, plantel San Lorenzo Tezonco. Una primera versión de este texto apareció en Perfiles
l.Atinoamaicanos 33 (2009). Las traducciones de citas de hbros en inglés son núas. Agradezco
las observaciones de los diccarninadores. Correo decrrónico: <plomo@homuil.com>.

183
Víctor Hugo Martinez González

1) los partidos son un fin en sí mismo y no - como creyeran Ostrogorski La (in)definición teórica de fos ¡
o Michels- un medio para la realización de ideales políticos (Weber,
1967); 2) los partidos de masas e ideológicos son una excepción ya en la En ciencias sociales, definir coaO?-
década de 1950 (K.irchheimer, 1954a; Epstein, 1967); 3) la debilidad tido es una jaqueca. Sabiendo ese,
del partido de masas no conforma una crisis de éste, sino su fortaleci- garía incompleto: "el partido e:s __...
miento mediante otro engranaje y desempeño (Webb, 2005); y 4) aun- en el seno de un Estado, a me::~.::
que renovados y estables, los partidos crean una reprobable 'éiemocracia gobierno, y puesto que norm;;.lz:.~
sin demos" (Mair, 2006a: 25). rés social intenta, hasta cierro ?'.!Ir
El desarrollo de los puntos previos, atravesando lo que llamo la li- Ware catalogue de incompleta ,,_ .
teratura clásica y posclásica de partidos (Martínez, 2010a), ofrecerá una Duverger evadiría definir a los ?a.-
miscelánea de lecturas orientativas para quien, ganando la incompren- ra particular" (1957: 11), r ;:-..aia
sión de cercanos y lejanos, sigue apreciando los partidos como objetos Panebianco, contagiado por ese SI.i"
apasionantes de estudio. Pero es oportuno que quien atienda esta mis- de un concepto que, comporta::i.::o
celánea lo tenga claro, debe leerse con ciertas advertencias: cos, perjudicara la investigaaor;.. 'E
obtendría la medalla (1961: 1.6 =-
1) El criterio del autor, o como Daalder (1983) lo confesara en su sín- considerar a los partidos como ~ ~
tesis de la literatura, "la ordenación personal de los temas"; variable se consideren a sí mismas como 'Y
imposible de soslayar ante la ausencia de una teoría general de los consideradas':
partidos (Katz y Crotty, 2006). Varias razones justifican q-..:e
2) La inconmensurabilidad del universo literario, ya porque en sí mis- abundantes, o siguiendo la esrra:~-:.:
ma la bibliografía es inagotable ("cerca de 11,500 textos entre 1945 términos vagos. Podemos esquer;-_a
y 1998': ¡sólo en Europa occidental!: Bartolini, Caramani y Hug, ra, los partidos no son lo misr:J.o et
1998); ya porque una aprehensión cabal de tal océano precisaría Estados Unidos, los partidos so~ mo
abordar ejes interconectados (la metodología de estudio; las fases leninista no se parece en nada ~ am
de la ciencia política; las etapas conceptuales e históricas de la de- (Polonia). El concepto partido ?O
mocracia; la relación entre teoría, metodología y política real; el ré- co condicionado por el origen goop
gimen institucional en que se hallan los partidos, etc.). Michels (1962), que en 1911 ~;o~¡:
3) En estas circunstancias, este artículo es obligadamente insuficien- una oligarquía, se removería ei":. ~ o:
te. Por su forma: la pedagogía del texto sólo es esquemática. Por do es ahora definido como "una .m;
su fondo: el documento, respaldado en la diferencia analítica y fac- 1997: 73). Segunda, la definido;: -
tual entre partidos y sistemas de partidos (Duverger, 1957; Sartori, do también de debates acadérr..ic
1980; Janda, 1993; Wolinetz, 2006), se ocupa únicamente de la li- los partidos "son un cuerpo de ::;en:
teratura sobre partidos.1 Y por su objetivo: desahogar contenidos en te sus esfuerzos conjuntos, e: · ·_
el marco de la discusión académica. particular en el cual todos es~ Ull
1980: 28. Las cursivas son r.-2.s • 5
Una revisión reciente de partidos, sistemas de partidos y sistemas electorales se encuentra
cualidades la unidad interna. ::.:-2 :::.,¡
en Larrosa {2007). tiva. Pero esto lo niegan otros e

184
Partidos políticos

-como creyeran Oscrogorski La (in)definición teórica de los partidos


de ideales políticos (Weber,
i::;.:x!'?:l
¿;cos son una excepción ya en la En ciencias sociales, definir conceptos es un serio problema. Y el de par-
Epscein, 1967); 3) la debilidad tido es una jaqueca. Sabiendo eso, Ware trazaría un concepto que juz-
en.sis de éste, sino su fortaleci- garía incompleto: "el partido es una institución que busca influencia
..peño (Webb, 2005); y 4) aun- en el seno de un Estado, a menudo intentando ocupar posiciones en el
crean una reprobable "democracia gobierno, y puesto que normalmente defiende más de un único inte-
rés social intenta, hasta cierto punto, agregar intereses" (1996: 5). Que
os, atravesando lo que llamo la li- Ware catalogue de incompleta su definición, no es extraño. En 1951,
IWS ,Martínez, 2010a), ofrecerá una Duverger evadiría definir a los partidos. "Una comunidad de estructu-
para quien, ganando la incompren- ra particular" (1957: 11), y ¡nada más!, fue su propuesta conceptual.
~reciando los partidos como objetos Panebianco, contagiado por ese síndrome, avalaría en 1982 la ausencia
reuno que quien atienda esta mis- de un concepto que, comportando frecuentemente prejuicios analíti-
"ª ciertas advertencias: cos, perjudicara la investigación. Entre las no definiciones, Hodgkin
obtendría la medalla (1961 : 16): "probablemente es más conveniente
ta:der (1983) lo confesara en su sín- considerar a los partidos como todas las organizaciones políticas que
cion personal de los temas"; variable se consideren a sí mismas como partidos y que son generalmente así
:1.Sencia de una teoría general de los consideradas':
Varias razones justifican que los conceptos de partidos sean, o bien
'verso literario, ya porque en sí mis- abundantes, o siguiendo la estrategia de Duverger, Panebianco o Hodgkin,
cerca de 11,500 textos entre 1945 términos vagos. Podemos esquematizar con dos explicaciones: prime-
mal!: Bartolini, Caramani y Hug, ra, los partidos no son lo mismo en todo tiempo y lugar: en Europa y
&ion cabal de tal océano precisaría Estados Unidos, los partidos son incompatibles; el viejo partido de corte
t metodología de estudio; las fases leninista no se parece en nada al actual Partido de Bebedores de Cerveza
conceptuales e históricas de la de- (Polonia). El concepto partido político es, pues, un concepto polisémi-
ll. metodología y política real; el ré- co condicionado por el origen geográfico, histórico y la evolución social.
, los partidos, etc.). Michels (1962), que en 1911 definió al socialdemócrata alemán como
rículo es obligadamente insuficien- una oligarquía, se removería en su tumba si leyera que ese mismo parti-
el meto sólo es esquemática. Por do es ahora definido como "una anarquía levemente acoplada" (Losche,
do en la diferencia analítica y fac- 1997: 73). Segunda, la definición no unívoca de un partido es resulta-
partidos (Duverger, 1957; Sartori, do también de debates académicos sin un consenso feliz. Para algunos,
006', se ocupa únicamente de la li- los partidos "son un cuerpo de hombres unidos para promover, median-
1 objetivo: desahogar contenidos en te sus esfuerzos conjuntos, el interés nacional basados en un principio
ta. particular en el cual todos están conformes" (Burke, citado por Sartori,
1980: 28. Las cursivas son mías). Según esto, un partido tendría como
?UtJdos y sistemas electorales se encuentra cualidades la unidad interna, una tarea normativa y una ideología priva-
tiva. Pero esto lo niegan otros conceptos: "los partidos son sistemas de

185
Víctor Hugo Martínez González
,..,_ __
~--

conflictos con subcoaliciones de activistas que abogan por diversas es- ¿Acaso el problema es irreso:¿....e:
trategias" (Kitschelt, 1989: 47);"los partidos son un equipo de personas pondría una buena salida del :abe:io::
que tratan de controlar el aparato de gobierno" (Downs, 1973: 27); "un ciones según su enfoque de a.nm:s..
partido político no es un grupo de hombres que intentan fomentar el Con este criterio/brújula. :~
bienestar público 'a base de un principio sobre el que todos se han pues- ríamos las definiciones de pam.:.o~
to de acuerdo' [ ... ] un partido es un grupo cuyos miembros se propo- histórico, estructural, de compo::-..am:
nen actuar de consuno en la lucha de la competencia por el poder político" gico. Charlot (1987) los reduce a c.?:.Zl
(Schumpeter, 1996: 359). co, y sistémico. Montero y G um:he:-
El debate académico tiene otro punto álgido en la definición, o no, funcionalismo y elección racional. á:
de un partido como una organización. Para Ostrogorski, Michels o cuelas o tradiciones de estudio: o:-?"
Duverger, un partido es, precisamente, una estructura estable. Con esa rational choice. 2 Contar con mili?·'
idea, Panebianco firmaría que "los partidos son ante todo organizacio- ronces, una maldición si los con.:e;:-
nes" (1990: 14). Opuesto a esa visión, Epstein sostendría una antagóni- pectiva analítica que predeterrrur-..a
ca: "los partidos son cualquier grupo, aunque laxamente organizado, que Así las cosas, un concepto COüll
busca puestos gubernamentales bajo una cierta etiquetá' (1967: 9). Para responde y se adapta a una mU:cip~.:
Epstein, puede leerse en su texto, el concepto partido es aplicable inclu- distintos jugadores y que trata ie
so a un solo individuo que busca ganar puestos públicos, adoptando para aquellas demandas" (Panebianco, .9
ello un nombre partidario. un dibujo teórico elaborado desee
El debate gana otro pico en definir, o no, a los partidos según los fi- otra parte, que "los partidos son
nes que persiguen. Conceptos como 'el partido es una institución que que se han estabilizado a lo largo 2
busca enlazar al público con el poder político a través de ubicar a sus re- (Beyme, 1986: 35), representa un.:
presentantes en posiciones de poder" (Lawson, 1976: 3), depositan su el meollo partidista. La muy conoa.
núcleo en las funciones que los partidos desarrollan. Para una concep- "los partidos son cualquier grt:?O ?
ción amplia, éstas son la selección de élites, la formulación de políti- y que puede colocar mediante elec.:i
cas, la conducción del gobierno, la educación política de los ciudadanos blicos': encarna una idea propia ¿e
y la intermediación entre individuos y Estado (Merriam, 1923: 391). conceptuar a los partidos, como ~
Para una concepción restringida, la única y auténtica función es "alcanzar de políticos sin ninguna estrucri.r.:.
cargos públicos" (Key, 1962: 315). Pero este tipo de aproximación, en la ambiciones individuales de qwenes
que el concepto de partido es una variable dependiente de sus fines, no mática del enfoque de la eleccio:: .::!.
está libre de censura. Para Duverger, Blondel (1978) o Panebianco, de- bles de ser estudiados desde di-. e-aa
finir así a los partidos acusa un sesgo: privilegiar la conquista de cargos que sus retratos conceptuales no ~
olvida que la lucha electoral es sólo un medio, entre otros, por el que el ría sino un rico, inacabado y por~
partido procura sus objetivos.
Pomper (1992) redactó un artículo para armonizar la cuantía de
formulaciones teóricas, pero en su intento, empleando tres vías para or-
ganizar las definiciones (énfasis en élites o masas, objetivos, y estrate-
En Maránez (2010a) desarrollo b.s =
gias), terminaría contabilizando ¡ocho conceptos distintos de partido! escuelas.

186
Partidos políticos

e abogan por diversas es- ¿Acaso el problema es irresoluble? Aunque no perfecta, Lawson pro-
_,--•,.,._ se. n un equipo de personas pondría una buena salida del laberinto: localizar y ponderar las defini-
..,-':-.-._..e Downs, 1973: 27); "un ciones según su enfoque de análisis.
:-res que intentan fomentar el Con este criterio/brújula, ¿bajo qué enfoques analíticos clasifica-
sobre el que todos se han pues- ríamos las definiciones de partido? Lawson (1976) recomienda cinco:
-~ cuyos miembros se propo- histórico, estructural, de comportamiento, funcional-sistémico e ideoló-
.:ompecencia por el poder políticó' gico. Charlot (1987) los reduce a cuatro: estructural, funcional, ideológi-
co, y sistémico. Montero y Gunther (2002) discriminan tres: inductivo,
-o álgido en la definición, o no, funcionalismo y elección racionaL En este trabajo consideraré cuatro es-
. Para Ostrogorski, Michels o cuelas o tradiciones de estudio: organizativa, ideológica, funcionalista, y
- una estructura estable. Con esa rational choice.2 Contar con múltiples conceptos de partidos no es, en-
r'---ndos son ante todo organizacio- tonces, una maldición si los conceptos son evaluados dentro de la pers-
•, Epstein sostendría una antagóni- pectiva analítica que predetermina su forma .
aunque laxamente organizado, que Así las cosas, un concepto como "el partido es una estructura que
una cierta etiquetá' (1967: 9). Para responde y se adapta a una multiplicidad de demandas por parte de sus
-oncepto partido es aplicable inclu- distintos jugadores y que trata de mantener el equilibrio conciliando
1: puestos públicos, adoptando para aquellas demandas" (Panebianco, 1990: 36), puede ser entendido como
un dibujo teórico elaborado desde la óptica organizativa. Afumar, por
nir, o no, a los partidos según los fi- otra parte, que "los partidos son sobre todo organizaciones ideológicas
1>'"d partido es una institución que que se han estabilizado a lo largo de conflictos diversos sobre el dogmá'
político a través de ubicar a sus re- (Beyme, 1986: 35), representa un concepto para el que la ideología sería
r'" Lawson, 1976: 3), depositan su el meollo partidista. La muy conocida definición de Sartori (1980: 92),
·dos desarrollan. Para una concep- "los partidos son cualquier grupo político que se presenta a elecciones
cie élites, la formulación de políti- y que puede colocar mediante elecciones a sus candidatos a cargos pú-
:ucación política de los ciudadanos blicos': encarna una idea propia de la escuela funcionalista. Finalmente,
r Estado (Merriam, 1923: 391). conceptuar a los partidos, como hace Krehbiel (1993), como fracciones
.ca r auténtica función es "alcanzar de políticos sin ninguna estructura organizativa, será, por su énfasis en las
ero este tipo de aproximación, en la ambiciones individuales de quienes lo conforman, una definición sinto-
· le dependiente de sus fines, no mática del enfoque de la elección racional. Si los partidos son suscepti-
Blondel (1978) o Panebianco, de- bles de ser estudiados desde diversas aproximaciones, nada raro, luego,
1>: privilegiar la conquista de cargos que sus retratos conceptuales no arrojen un cuerpo homogéneo de teo-
medio, entre otros, por el que el ría sino un rico, inacabado y portentoso debate.

tulo para armonizar la cuantía de


eato, empleando tres vías para or-
lires o masas, objetivos, y estrate- En Martínez (2010a) desarrollo las premisas y contenidos episcemológicos de escas
o conceptos distintos de partido! escuelas.
Víctor Hugo Marrínez González

Historia literaria vigente" (Beyme, 1986: 17), t


ra política.3
Agotar el baúl literario de los partidos es imposible. Con toda parque- Los teóricos, puestos de a.....
dad, lo que puede hacerse es apenas: a) dividir salvajemente la infor- venimiento de los partidos !!g.a.:!
mación en apartados (inicios, fase clásica, crisis -declive o renova- embargo, en la relación de éstos 1::
ción-); b) hilvanar apuntes con un ángulo selectivo y no comprensivo; tencian o lastiman? Desde s1
e) esperar, si el intento sale bien, que el lector sea seducido por la cu- ra más peregrina-, esta cuesnon
riosidad de atender el desfile de citas bibliográficas. Con ese afán, co- los primeros (Ostrogorski, ~lich
mienzo con tres notas introductorias: 1) Ostrogorski escribió en 1902 cracia; para otros, la democracu
el primer libro sobre la materia; 2) LaPalombara y Weiner, en 1966, (Duverger). A medio camino
realizaron la mejor síntesis de las teorías sobre el origen partidista; dirán asépticamente que los par.:t
3) en los años cincuenta del siglo pasado el estudio de los partidos se efectivo para movilizar y repr
consolidaría. nas" (Crotty, 2006: 26). Desde i.:>S
dos-democracia discurre así por
definitiva.
Los orígenes de los partidos ¿Qué teorías explican la ar
puesta académica a esta pre~
¿Cuándo nacieron los partidos? y ¿qué teorías explican su surgimien- (1966: 3-42), quienes constrm·o
to? Para dos preguntas, dos respuestas. Vamos a la primera. Los par- las propuestas de Weber, Du\·er::
tidos son un fenómeno contemporáneo. Sus antecedentes no van más o Lipset y Rokkan (1967). Est.1.
allá de la segunda mitad del siglo XIX. Para Duverger (1957: 15), los teorías roruladas como: la teoría
partidos "en el sentido moderno de la palabra, no existen antes de ría de la modernízacíón.
1850". Para Weber (1967: 128), "los partidos son hijos de la demo- La teoría institucional, como
cracia, del derecho -concedido la víspera del siglo xx- de las ma- plano institucionalista, concreta..
sas al sufragio': Para hablar apropiadamente de partidos será preciso, gencia de partidos. El origen de .
entonces, observar la irrupción de algo diferente a los clubes, logias desarrollo de los sistemas parlam
o grupos del siglo XVIII carentes de las características inéditas de un popular. Autores como Sarton ¿
partido: "una organización permanente no sujeta a la muerte del fun- los partidos en la transformacion
dador; una estructura que conecte unidades nacionales y locales; una por la reformas institucionales .i
determinación de ejercer el poder; una voluntad de mantener el poder bieron "buscar la adición de un :
mediante el apoyo de militantes y electores" (LaPalombara y Weiner, acopio de voto' (1980: 48). Parad
1966: 6). partidos parece ligado al de la ci
La transición de clubes a partidos políticos - convienen también sufragio y de las prerrogativas
especialistas- no será un proceso terso sino difícil y enfrentado a
distintas oposiciones. La más añeja: los partidos dividen "facciosa-
Sartori, como todo relato anrolóp..-o ce
mente" a la sociedad. Contra ese handicap, los partidos, portadores de
primer capírulo de su Partidos ) , •
"un comportamiento político disidente frente al sistema de normas entre partidos y facciones.

188
Partidos políticos

vigente" (Beyme, 1986: 17), tendrían que labrarse un lugar en la esfe-


ra política.3
rmposible. Con toda parque- Los teóricos, puestos de acuerdo en las señas sui géneris o en el ad-
dr:'idir salvajemente la infor- venimiento de los partidos ligado al sufragio masivo, no lo estarán, sin
- crisis -declive o renova- embargo, en la relación de éstos con la democracia. ¿Los partidos lapo-
.;:-o selectivo y no comprensivo; tencian o lastiman? Desde siempre - puede rastrearse en la literatu-
d .ecror sea seducido por la cu- ra más peregrina- , esta cuestión merece opiniones ambivalentes. Para
b~bliográficas. Con ese afán, co- los primeros (Ostrogorski, Michels), los partidos menoscaban la demo-
: Ostrogorski escribió en 1902 cracia; para otros, la democracia será viabilizada justamente por ellos
~:tPalombara y Weiner, en 1966, (Duverger). A medio camino entre el temor y la apología, otros más
teorías sobre el origen partidista; dirán asépticamente que los partidos habrían sido sólo "un mecanismo
pasado el estudio de los partidos se efectivo para movilizar y representar al conjunto masivo de las perso-
nas" (Crotty, 2006: 26). Desde los inicios de la literatura, el nexo parti-
dos-democracia discurre así por sendas contradictorias y sin resolución
definitiva.
¿Qué teorías explican la aparición de los partidos? La mejor res-
puesta académica a esta pregunta es la de LaPalombara y Weiner
~qué teorías explican su surgimien- (1966: 3-42), quienes construyen una visión de conjunto dónde ubicar
tas. Vamos a la primera. Los par- las propuestas de Weber, Duverger, Neumann (1965), Sartori, Beyme
raneo. Sus antecedentes no van más o Lipset y Rokkan (1967). Esta película conceptual consiste en tres
JX. Para Duverger (1957: 15), los teorías rotuladas como: la teoría institucional, las teorías de crisis y la teo-
·e la palabra, no existen antes de ría de la modernización.
os partidos son hijos de la demo- La teoría institucional, como su nombre lo anticipa, se centra en un
l •:ispera del siglo xx- de las ma- plano institucionalista, concretamente en el vínculo parlamentos-emer-
damente de partidos será preciso, gencia de partidos. El origen de los partidos, se postula así, obedece al
~ algo diferente a los clubes, logias desarrollo de los sistemas parlamentarios y a la extensión del sufragio
e las características inéditas de un popular. Autores como Sartori delinean, de este modo, el arranque de
teme no sujeta a la muerte del fun- los partidos en la transformación de grupos aristocráticos que, forzados
unidades nacionales y locales; una por la reformas institucionales del sufragio (1832, 1867 y 1884), de-
na voluntad de mantener el poder bieron "buscar la adición de un partido electoral, un instrumento de
lectores" (LaPalombara y Weiner, acopio de voto" ( 1980: 48). Para decirlo con Duverger: "el desarrollo de los
partidos parece ligado al de la democracia, es decir, a la extensión del
¿os políticos -convienen también sufragio y de las prerrogativas parlamentarias (... ] el mecanismo ge-
o rerso sino difícil y enfrentado a
._ia: los partidos dividen "facciosa-
Sartori, como todo relato antológico de partidos parece inevitable que recuerde, dedica el
nd1cap, los partidos, portadores de primer capírulo de su Partidos y sistemas de partidos (1980: 19-35) al deslinde conceprual
1ence frente al sistema de normas encre partidos y facciones.

189
Víctor Hugo Martínez González

neral de esta génesis es simple: creación de grupos parlamentarios, en desintegración del ancien régi-~ 7
primer lugar; en segundo lugar, aparición de comités electorales y, fi- jo y cansino orden político los e.o-:
nalmente, establecimiento de una relación permanente entre estos dos Estado y la sociedad civil de ::n
elementos" (1957: 15-21).4
Veamos las teorías de crisis. Los partidos, se afirma aquí (LaPalombara
y Weiner, 1966: 14), brotan de implosiones como guerras, depresión eco- ¿La época gloriosa del parri¿o .:.t
nómica, explosión demográfica, etc. Coyunturas así crean crisis de legiti-
midad, de participación e integración sociales, cuyo fruto, puesto en jaque Duverger publicó en 1951 Les ;"'
un viejo orden, es la organización de partidos para encauzar las nuevas ble para conocer el partido de ma.
demandas. Esta idea alentaría la propuesta de Lipset y Rokkan (1967: tidos con un método org~
1-64) sobre la formación de los Estados nacionales. Los partidos y sus democracia. El mismo dictamen
sistemas, sugieren ellos, surgen de clivajes o fracturas históricas conecta- gica (Beyme), la funcionalisra .!.Ju
das con la construcción estatal: división entre el centro y periferia (parti- Schlesinger). En este apartado :-ea
dos nacionales versus regionales); entre tendencias eclesiásticas (partidos época clásica que, vista crítica.'!'c:t:
religiosos) y seculares (partidos no confesionales); entre ciudades y el tracciones heroicas': diría Kirsc:-d:
campo (partidos urbanos versus campesinos); entre el trabajo asalariado glorioso que los partidos ¿habnAn
y el capital, ruptura que incita a partidos obreros y empresariales. Situado entre el Estado r la sou
Retomemos ahora la teoría de la modernización. Los sistemas polí- taría rasgos internos ( organi.::.acio-
ticos, arguyen LaPalombara y Weiner (1966: 19), atraviesan por mu- ambiente social) peculiares. Imer-n.
chas reformas institucionales y crisis históricas, pero el nacimiento de de militantes, de los que obtendn.a •
los partidos no fue siempre el resultado de ello. Los partidos, luego en- Por ese lazo, estos partidos tendrían
tonces, serían más bien secuelas de un cierto proceso de modernización y bases, cuyo funcionamiento ~
en virtud del que: a) los ciudadanos modificarían sus actitudes hacia la lamentaría ("el aparató') creada ?'!'
autoridad para influir en el poder; b) una parte de la élite gobernante disciplinados, estos partidos ofrece
estaría dispuesta a ganarse el apoyo público y c) los cambios socioeco- te integración social. Catap ul~
nómicos, la proliferación de clases profesionales, el incremento en los rían ideológicos y programáticos.. ~
niveles de información, la expansión de mercados o el apogeo de la tec- cumplirían una notable tarea ee ~
nología (1966: 20), harían indispensable la fundación de los partidos mente fincadas y enlazadas, aseg-.:..4
como "una manifestación y condición de la modernidad" (1966: 30). Dirigida a sectores electorales pro:.<
Ninguna de estas teorías está exenta de reproches académicos que favorecería la movilización de u.a
cuestionan su potencial heurístico. Con todo, su concierto nos permite papel, los partidos de masas fu.~~~
cerrar este apartado, asentando que los partidos habrían florecido por la grupos sociales participan en la !'
En suma, los partidos de masas Co:I
y extensas, daros vínculos iden;:r::a..:;
Para completar esta versión literaria, Weber (1967: 125-129) tiene páginas también funda- ticas ideológicas, y bases elector~es
mentales, con cuya suma el lector quedará enterado del paso de los partidos aristocráticos
(de notables, de "cuadros'; o '<le creación intemá') a los partidos modernos (de masas, po- Esas características, hay q::e ;-e
pulares, o de 'creación externá'). social muy específico: una esL:".!...-:-.:

190
Partidos políticos

~s parlamentarios, en desintegración del ancien régime, ahí donde el desmantelamiento del vie-
comités electorales y, fi- jo y cansino orden político los convocara como canales de enlace entre el
-.:::anente entre estos dos Estado y la sociedad civil de un moderno régimen de gobierno.

~ rirma aquí (LaPalombara


~ mo guerras, depresión eco- ¿La época gloriosa del partido de masas?
~'d.S así crean crisis de legiti-
es cuyo fruto, puesto en jaque Duverger publicó en 1951 Los partidos políticos, un libro imprescindi-
~os para encauzar las nuevas ble para conocer el partido de masas. Duverger, quien estudió los par-
:iesw de Lipset y Rokkan (1967: tidos con un método organizativo, los consideraría un aliento para la
• nacionales. Los partidos y sus democracia. El mismo dictamen lo compartirían la perspectiva ideoló-
res o fracturas históricas conecta- gica (Beyme), la funcionalista (Almond, Sartori) y la racional (Downs,
. entre el centro y periferia (parti- Schlesinger). En este apartado recreo el partido de masas durante una
'endencias eclesiásticas (partidos época clásica que, vista críticamente, produciría cierta mitología ("abs-
nfesionales); entre ciudades y el tracciones heroicas': diría Kitschelt) al respecto de un supuesto pasado
illlos); entre el trabajo asalariado glorioso que los partidos ¿habrían traicionado?
s obreros y empresariales. Situado entre el Estado y la sociedad civil, el partido de masas osten-
:odernización. Los sistemas polí- taría rasgos internos (organización doméstica) y externos (papeles en el
1966: 19), atraviesan por mu- ambiente social) peculiares. Internamente, contendría un gran número
tistóricas, pero el nacimiento de de militantes, de los que obtendría casi la totalidad de su financiamiento.
o de ello. Los partidos, luego en- Por ese lazo, estos partidos tendrían una mecánica articulada entre líderes
nerto proceso de modernización y bases, cuyo funcionamiento dependería de una organización extrapar-
odificarían sus actitudes hacia la lamentaria ("el aparato") creada para velar por la cohesión. Fuertemente
t:na parte de la élite gobernante disciplinados, estos partidos ofrecerían a sus miembros una prominen-
:blico y e) los cambios socioeco- te integración social. Catapultados, además, por conflictos de clase, se-
•resionales, el incremento en los rían ideológicos y programáticos. Externamente, los partidos de masas
~ mercados o el apogeo de la tec- cumplirían una notable tarea de representación. Sus estructuras, local-
ble la fundación de los partidos mente fincadas y enlazadas, asegurarían el contacto entre masas y líderes.
.e la modernidad" (1966: 30). Dirigida a sectores electorales predefinidos y bien limitados, esa función
,~ de reproches académicos que favorecería la movilización de un determinado grupo social. Dado ese
r. codo, su concierto nos permite papel, los partidos de masas fungirían como canales mediante los cuales
partidos habrían florecido por la grupos sociales participan en la política formulando demandas al Estado.
En suma, los partidos de masas comportarían bases organizativas sólidas
y extensas, daros vínculos identitarios con el electorado, estrategias polí-
16- : 125-129) tiene páginas también funda- ticas ideológicas, y bases electorales estables en el tiempo.
~º dd paso de los partidos aristocráticos
2"' a !os partidos modernos (de masas, po-
Esas características, hay que resaltarlo, armonizarían con un tejido
social muy específico: una estructura socioeconómica con clivajes pro-

191
Víctor Hugo Martínez Gonz<ilez

clives de ser representados; una concepción de la política centrada en la


competición entre partidos que encamaban los clivajes más profundos; ésta iniciaré el próximo aparu..:O.
una visión de la democracia que (aún) no restringía la lucha política a cada la bibliografía clásica de los
la trama electoral. Bajo condiciones así, la literatura clásica legaría cua- delo de partido ni un enfoque
lidades francamente románticas del partido de masas: su mayor interés, los fundadores de la literatura. L2.r
antes que ganar votos, en "promover valores espirituales y morales en la literatura clásica se extraería la ·-
vida políticá' (Duverger, 1957: 29); la creación (como efecto de lapa- en lontananza demasiado difer
sión por los partidos) de "células de a bordo que reúnen a los marinos en pectiva amplia, quizá el añorado:
un mismo navíó' (Duverger, 1957: 57); el contagio, entre los partidos de Welfare State, más un fenómeno
derecha, del modelo organizativo de los partidos de masas de izquierda ca. Enfocarlo así, revisando luga:-
(Duverger, 1957: 19); o, en tinta de Neumann (1965), la conversión del ces, cuestiona la melancolía por t.:-
individuo, gracias los partidos, en un zoon politikon, republicano y atento
a la fortuna de su comunidad.
(Qué tanto hay de cierto y de mito en esta bella imagen? Buceando La ¿crisis~ de los partidos
en la literatura, encontramos reportes que niegan la leyenda de una épo-
ca gloriosa. El primero de éstos arranca incluso en el momento que los Entre los años cincuenta y
partidos comienzan a ser estudiados. Para Ostrogorski (1902), Michels que alumbró la noción de crisis _
(1911) o Weber (1922), los partidos, lejos de cualquier idealización, ha- cidos de masas de integración
brían sido desde su origen creaturas bastante parecidas a la idea que hoy catch-alr: apuesta formulada des.:.e
tenemos de éstos. Ostrogorski y Michels los calificarían, respectivamen- da en un libro de LaPalombara ·
te, como máquinas devoradoras de la democracia en las que la oligarquía artículo telegrafía un ciclo litera.-i
era una ley de hierro. Weber (1979: 228-229), menos normativo y dra- xx) en el que, resonando el rele·. o
mático, estimaría que "los partidos tienen como fin proporcionar poder all, se abrirían dos líneas de esm.:
a sus dirigentes (y sus) programas objetivos no es raro que sólo sean me- hecho inminente y de oscuros au=
dio de reclutamiento para los que están fuerá: cepto crisis de los partidos': Este ~
Un segundo contraargumento, que riñe directamente con las tesis cambio que los partidos viviríaii
de Duverger, emanaría de la pluma de Epstein: "Los partidos no se defi- ción), tendrá sus simientes en la.,,
nen, contra lo que Duverger pensara, por su grado y fortaleza de organi-
zación (1967: 11); la teoría partidista de Duverger falla al proponer un
cierto tipo de partido como el correcto y ejemplar (1967: 351); el parti-
no en el aparato extraparlamencano.
do socialista de masas es sólo producto de un tiempo y lugar limitados, (1959), empero, es la fuente crítica=
por lo que Duverger yerra al proclamar un 'contagio de izquierdá por el sus refutaciones, habría hecho en 195.
de masas. Esca hipótesis, apoyad.a CG -
que los partidos de cuadros imitarían a los de masas" (1967: 354-355).5 6 La usual referencia de este duahs..'0'3
cidos catch-alf; suele provocar un.a
catch-all no han dejado de ser pa::
Diamant (en 1952) y Lavau (en 1953), iniciarían la denuncia de fallos teóricos y metodo- clasista o confesional, no promllt'=i
lógicos en Duverger. Mckenzie (autor, en 1958, dd libro clásico de mayor repercusión en economía de lenguaje me referiré a
Inglaterra) discreparía con la distribución del poder interno: en el grupo parlamentario, y debe tener presente esta nota.

192
Partidos poüticos

~b política centrada en la Una tercera disonancia sería aportada por Kirchheimer. Pero con
los ¿¡vajes más profundos; ésta iniciaré el próximo apartado. Para cerrar éste, una reflexión: revisi-
rcs....--mgía la lucha política a tada la bibliografía clásica de los partidos, no existió nunca un sólo mo-
-erarura clásica legaría cua- delo de partido ni un enfoque analítico único. Más aún, si atendemos a
¿e masas: su mayor interés, los fundadores de la literatura, tampoco hubo una edad gloriosa. De la
espirituales y morales en la literatura clásica se extraería la impresión de que los partidos no fueron
.aeacion (como efecto de la pa- en lontananza demasiado diferentes a lo que hoy son. Visto en pers-
... que reúnen a los marinos en pectiva amplia, quizá el añorado partido de masas habría sido, como el
contagio, entre los partidos de Welfare State, más un fenómeno excepcional que una constante históri-
partidos de masas de izquierda ca. Enfocarlo así, revisando lugares comunes que alguna vez fueron feli-
mann (1965), la conversión del ces, cuestiona la melancolía por una etapa heroica de los partidos.
politikon, republicano y atento

en esta bella imagen:' Buceando La ¿crisis:' de los partidos


ue niegan la leyenda de una épo-
incluso en el momento que los Entre los años cincuenta y sesenta del siglo xx surgiría una hipótesis
Para Ostrogorski (1902), Michels que alumbró la noción de crisis partidista, la cual fue el paso de "los par·
jos de cualquier idealización, ha- tidos de masas de integración clasista o confesional a partidos de masas
astante parecidas a la idea que hoy catch-all'; apuesta formulada desde 1954 por Kirchheimer y (re)publica-
ls los calificarían, respectivamen- da en un libro de LaPalombara y Weiner (1966).6 En este apartado, el
kmocracia en las que la oligarquía artículo telegrafla un ciclo literario (de los sesenta a los noventa del siglo
S-229), menos normativo y dra- xx) en el que, resonando el relevo de los partidos de masas por los catch-
r.en como fin proporcionar poder all, se abrirían dos líneas de estudio: 1) la crisis de los partidos como un
·. os no es raro que sólo sean me- hecho inminente y de oscuros augurios y 2) la cortaziana "crisis del con-
fuerá: cepto crisis de los partidos': Este debate, inspirado por la naturaleza del
te riñe directamente con las tesis cambio que los partidos vivirían (crisis/ declive versus crisis/ revitaliza-
Epstein: "Los partidos no se defi- ción), tendrá sus simientes en la asimilación académica de Kirchheimer
r su grado y fortaleza de organi-
~e Duverger falla al proponer un
,. ejemplar (1967: 351); el parti-
no en el aparato extraparlamentario, dirá Mckenzie, reside el poder partidario. Wildavsky
de un tiempo y lugar limitados, (1959), empero, es la fuente crítica más reputada. Duverger, tal vez aquí L'l quintaesencia d e
un 'contagio de izquierdá por el sus refutaciones, habría hecho en 1951 más una predicción que una descripción del partido
de masas. Esca hipótesis, apoyada en daros, en Scarrow (2000: 90-94).
1:os de masas" (1967: 354-355).5
La usual referencia de este dualismo como el tránsito de "los partidos de masas a los par·
tidos catch-alf; suele provocar una lectura de Kirchheimer viciada de origen. Para éste, los
catch-aU no h.m dejado de ser partidos de masas, sino partidos, que por perder su sello
b denuncia de fallos teóricos y metodo· clasista o confesional, no promueven más una verdadera y profunda integración social. Por
dd libro clásico de mayor repercusión en economía de lenguaje me referiré a éstos simplemente como partidos catch-all, pero el lector
podtt interno: en el grupo parlamentario, y debe tener presente esta noca.

193
Víctor Hugo Martínez González

como un teórico de la decadencia partidista o, por el contrario, como un en estos cambios o su aparició:: es
teórico de la adaptación de los partidos a los cambios sociales.7 Kirchheimer se encargaría de ez:roc
Kirchheimer, suele resumirse, teorizó el cambio de los partidos de do catch-all aparece son ambig-.!AS
masas a los catch-all parties, proceso en virtud del que los partidos alteran Resumir a Kirchheimer no es.
sus estrategias, desplazan su centro de poder de los miembros a las élites, su hipótesis con frecuencia se :e,~
y compiten con un pragmatismo que erosiona su ideología. Pero aunque falsa dualidad entre partidos de ::;-~
cierta, una síntesis como ésta es proclive a ciertos equívocos, por ejem- ve. ¿Los partidos catch-all prom~
plo, a) ignorar la condición inconclusa y en vías de reformulación de la gización de la política o, desafaC
hipótesis de Kirchheimer; 8 b) desconocer las impugnaciones de colegas derivada de otros sitios, resienr~
académicos (Tarrow, Wolinetz, LaPalombara, Daalder, entre otros) y e) ese proceso? A juzgar por lo que .
simplificar lo que en el artículo de Kirchheimer es de una complejidad tra de muchas de sus reseñas\ e. ~
mayor.9 gundo: "the catch-all partíes in Et ri?
El análisis de Kirchheimer es en verdad complejo, y el primer moti- which has substantially contribni:e.¡
vo de ello es la cantidad de temas que enuncia, pero no necesariamente Las cursivas son mías).11
desarrolla: crisis de la poütica, cambio social, cambio cultural, cambio "Los partidos catch-all aparece¡;
electoral, cambio partidista, crisis de partidos. Sobra decir que la esen- que ha contribuido sustancia.lwe:¡¡
cia de la hipótesis catch-all depende del hilado de todos estos asuntos. este modo, una frase que devela e.e
¿El partido catch-all promueve el cambio social o lo padece; precipita o social ex ante, como origen de :os .
se resigna a la crisis de la política; celebra o sufre las nuevas actitudes ción partidista a posteriori, como 2
culturales:' do'' (Kirchheimer, 1966: 199). E
En segundo lugar, Kirchheimer despliega una redacción confusa. El de los catch-all, conllevará para K:..-i::
partido catch-all, por ejemplo, es referido indiscriminadamente como con- cial: si la prosperidad económica :u:
servative catch-all party; democratic catch-all party¡ catch-all people party; o to, mengua el magnetismo ideolog
catch-all mass party. Catch-all (ha sido traducido al español como "aga- y confesionales, dicho cambio er.
rra todo'') es un concepto que designa cambios partidistas de tipo orga- y la mecánica de los partidos. ":-:'.1
nizativo, ideológico, funcional, electoral. Pero, ¿existe alguna secuencia así Kirchheimer- , se hizo ine·::~
mercado político [... ] el partido c..
ca de diferencias de clase más :-n
En Marcínez (2007) sumo a estas interpretaciones otras dos lecturas politológicas de
más reconocibles, está sometido a
Kirchheimer: oposición (diatriba que niega la existencia de partidos catch-alQ; validación
( reformulaciones que, dando por cierta la hipótesis, exploran su evolución hacia otras tipo- (1966: 184 y 190).
logías de partido como catch-all plus).
Dos años antes de la publicación de su artículo en el volumen de LaPalombara y Weiner,
Kirchheimer había presentado en Italia, con el mismo título, una conferencia con dife- 10
Kirchheimer (1966: 185-191), añ.-c-.2.,
rencias ·sustantivas respecto del famoso texto de 1966 (véase Krouwel, 2003; así como la cia de leyes causales para el nacinuc;:¡)
excelente antología de textos de Kirchheimer editada por Burin y Shell, 1969). 11
La idea errónea de que los partidos
La lectura reduccionista de Kirchheimer se vería impulsada en México por un factor par- de la desideologización provendría a.e
ticular: su traducción demoraría hasta 1980, arribando en una versión inexacta y mutilada 0
el verbo "appear" se tradujo como St =
(un título diferente, errores importantes de traducción, seis páginas menos respecto del rencia de "aparecen'; permite una l~-7.
ensayo original). vez de reactivo, en la desideolo~

194
Partidos políticos

?Or el contrario, como un en estos cambios o su aparición es simultánea? Finalmente, y el propio


ca."llbios sociales.7 Kirchheimer se encargaría de enredarlo, las causas por las que un parti-
_ cambio de los partidos de do catch-all aparece son ambiguas y hasta contradictorias en su esrudio. 10
-:::!..'.: del que los partidos alteran Resumir a Kirchheimer no es, pues, asunto fácil. Tan no es así que
de los miembros a las élites, su hipótesis con frecuencia se tergiversa. Ya mencioné el equívoco de la
:ia su ideología. Pero aunque falsa dualidad entre partidos de masas y catch-all. Pero hay otro más gra-
;;. ciertos equívocos, por ejem- ve. ¿Los partidos catch-all promueven en primera instancia la desideolo-
en vías de reformulación de la gización de la política o, desafiados por una desideologización previa y
cocer las impugnaciones de colegas derivada de otros sitios, resienten como ninguna organización política
&:.aa:bara, Daalder, entre otros) y e) ese proceso? A juzgar por lo que Kirchheimer escribiera (pero en con-
~chheimer es de una complejidad tra de muchas de sus reseñas), el sentido de su ensayo estaría por lo se-
gundo: "the catch-all parties in Europe appear ata time ofde-ideologization
••erdad complejo, y el primer moti- which has substantially contribuited to their rise and spread'' (1966: 187.
1e enuncia, pero no necesariamente Las cursivas son mías).11
b10 social, cambio cultural, cambio "Los partidos catch-all aparecen en un periodo de desideologización
~ partidos. Sobra decir que la esen- que ha contribuido sustancialmente a su ascenso y expansión': será, de
del hilado de todos estos asuntos. este modo, una frase que devela dos dinámicas: una desideologización
nbio social o lo padece; precipita o social ex ante, como origen de los catch-all parties; y una desideologiza-
:elebra o sufre las nuevas actitudes ción partidista a posteriori, como adaptación a "un mundo transfigura-
do" (Kirchheimer, 1966: 199). El mundo transfigurado, causa explicativa
despliega una redacción confusa. El de los catch-all, conllevará para Kirchheimer una premisa de cambio so-
ido indiscriminadamente como con- cial: si la prosperidad económica rompe los históricos clivajes de conflic-
uh-aU party; catch-all people party; o to, mengua el magnetismo ideológico y debilita a los partidos clasistas
io traducido al español como "aga- y confesionales, dicho cambio en la estructura social modifica el papel
ia cambios partidistas de tipo orga- y la mecánica de los partidos. "Tras la segunda guerra mundial - dirá
oral. Pero, ¿existe alguna secuencia así Kirchheimer- , se hizo inevitable el reconocimiento de las leyes del
mercado político [ ... ] el partido de integración, producto de una épo-
ca de diferencias de clase más profundas y estructuras confesionales
~ones otras dos lecturas politol6gicas de
más reconocibles, está sometido a la presión de convertirse en catch-alf'
:2 u
existencia de partidos catch-all); valídaci6n
:xi(esis, exploran su evolución hacia otras tipo- (1966: 184y190).

'C'".:!o en el volumen de LaPalombara y Weiner,


= d mismo título, una conferencia con dífe- JO
Kirchheimer (1966: 185-191), afirma, niega y vuelve a afirmar después la posible existen-
m> de 1966 (véase Krouwel, 2003; así como la cia de leyes causales para el nacimiento de los partidos catch-alL
e editada por Burin y Shell, 1969). 11
La idea errónea de que los partidos catch-all son para Kirchheimer promotores originales
~ ~ impulsada en México por un factor par· de la desideologización provendría de una imprecisión en la traducción del texto. En ésta,
uribando en una versión inexacta y mutilada el verbo "appear" se tradujo como "se encuenttan" (Kirchheimer, 1980: 333), lo cual, a dife-
lt =duccíón, seis páginas menos respecto del rencia de "aparecen'; permite una lectura que da al partido catch-all un papel proactivo, en
vez de reactivo, en la desideologizacíón.

195
Víctor Hugo Marrinez González

Un partido catch-aU, condensará Kirchheimer en un párrafo muy cita- 1977; Dalton et al., 1984; ~
do (1966: 190-191), tendría como marcas: 1) reducción del bagaje ideoló- zaría, así, el cambio/crisi5 p.i.~
gico; 2) fortalecimiento de los grupos de dirección; 3) devaluación de la de las identidades colecti\-as b
militancia; 4) reemplazo de un electorado clasista o confesional por uno nes de la democracia, el crecirr_
heterogéneo y 5) lazos con una variedad de grupos para asegurar mayor el surgimiento de movimie:lLOS
apoyo electoral. Conseguir un éxito electoral inmediato, y no la lealtad sentación, la pérdida de vo~os,. o
o integración social de los votantes, induciría estos cambios paródistas.12 inequívocos de la debilidad ) :
En suma, hacía 1954(a), año en que por primera vez Kirchheimer to de análisis del cambio pa..."11 -
emplea el concepto catch-all party, este autor invertirá la tesis de Duverger dad (pos)material condicior..a.oi
para presentar a los partidos ideológicos como una etapa transitoria un esquema analítico como el .::e
dentro de una evolución general hacia agencias electorales que confor-
marían un cartel incapaz de revolucionar el statu quo. 13
Pasemos ahora a un debate ligado al parteaguas de Kirchheimer: Figura 1
(el cambio de los partidos constituye su declive o, más bien, su fortale-
cimiento? Para los seguidores de Kirchheimer como un teórico precoz Cambio en la
estructura social
de la crisis partidista, la devaluación de la ideología y los militantes será
percibido como un declive partidista. Pero para otros, que lo conside- Cambio cultural
de valores
ran un visionario de la capacidad adaptativa de los partidos, los cambios
partidistas significarán su mayor equipamiento para responder a los de-
safíos sociales. Si todo punto de vista es la vista desde un punto, la su- Fuente: Crewe y Denver (l 985: 1b .

puesta crisis de los partidos perfilará, según Appleton y Ward (1995:


114), dos escuelas: la de los declinists (teóricos del declive, descomposi-
ción o deterioro partidistas) y la de los revivalist (defensores de la adap- Frente a un juicio como el-~
tación, metamorfosis o revitalización de los partidos). tionar las premisas de lo que s~
Entre los años sesenta y finales del siglo xx (debo ahorrarme el re- sombría y los tratados caras~o~.s
lato) el mundo transitó de una época de cambios a un cambio de épo- como contraargumentos:
ca. La literatura partidista, atenta a los vuelcos sociales que los paródos
han enfrentado, prohijaría un diálogo entre dos prefijos, "post" y "de': que 1) La continuidad, y no der._,-u
aluden a un momento de evolución o de franca crisis. En sociedades históricamente inferior\' ::o
(post)industriales o (pos)materiales, los partidos sufren un desajuste electoral como indicador es:
ante cambios que los llevan a su (de )clive o (des )composición (Inglehart, electoral no garantiza el ca=i
(Mair, 1993).
2) La estabilidad de los parn¿
12
Kirchheimer visualizará esta r:ransformación partidisra con un acentuado dejo nostálgico y titucionalización de sus ~
desencanto moral Véanse especialmeme los últimos párrafos de su ensayo de 1966 (200). miento electoral de los ::__
El concepto partido cartd ha cobrado, a partir del trabajo de Kacz y Mair ( 1995), relevancia
3) La definición de la crisis oa:
en la discusión contemporánea. También desde los años cincuenta, Kirchhcimer (1954b)
intuiría ese modelo partidista. y fortalecimiento que, en :-

196
Partidos políticos

Lz::=::~:::::c en un párrafo muy cita- 1977; Dalton et al., 1984; Lawson y Merkl, 1988). El cambio social for-
reducción del bagaje ideoló- zaría, así, el cambio/crisis partidista. Aspectos como la fragmentación
-o:...ión; 3) devaluación de la de las identidades colectivas, la pérdida de confianza en las institucio-
da.sisca o confesional por uno nes de la democracia, el crecimiento de los sentimientos antipartidistas,
c;e pupos para asegurar mayor el surgimiento de movimientos sociales con mayor capacidad de repre-
d inmediato, y no la lealtad sentación, la pérdida de votos, o la volatilidad electoral, serían síntomas
:u escos cambios partidistaS.12 inequívocos de la debilidad y posible muerte de los partidos. El conjun-
_e ror primera vez Kirchheimer to de análisis del cambio partidista, para el que el influjo de una socie-
..c:or invertirá la tesis de Duverger dad (pos)material condicionará el (de)clive de los partidos, propondrá
_;--os como una etapa transitoria un esquema analítico como el de la figura 1 (Crewe y Denver, 1985: 16):
' agencias electorales que confor-
~ el statu quo. 13
t.io al parteaguas de Kirchheimer: Figura 1
su declive o, más bien, su fortale-
chheimer como un teórico precoz Cambio en la
estructura social
de la ideología y los militantes será Desalineamiento Cambio/declive
~- Pero para otros, que lo conside- Cambio cultu~ '-----"p_a_rt_id_is_ta_ __/ de los partidos
lprativa de los partidos, los cambios de valores .J
·pamiento para responder a los de-
;a es la vista desde un punto, la su- Fuente: Crcwe y Denver (1985: 16).
-a. según Appleton y Ward (1995:
~ teóricos del declive, descomposi-
s revivalist (defensores de la adap- Frente a un juicio como el anterior, la controversia emanará de cues-
c de los partidos). tionar las premisas de lo que Str0m y Svasand ( 1997: 4) llaman "la visión
id siglo xx (debo ahorrarme el re- sombría y los tratados catastrofistas de los partidos': La réplica esgrimirá
ia de cambios a un cambio de épo- como contraargumentos:
s rnelcos sociales que los partidos
Di entre dos prefijos, "post" y "de'; que 1) La continuidad, y no derrumbe, de los clivajes tradicionales. El nivel,
o de franca crisis. En sociedades históricamente inferior y no mayor, de volatilidad electoral. El cambio
los partidos sufren un desajuste electoral como indicador espurio de cambio partidista: la volatilidad
·ve o (des )composición (Inglehart, electoral no garantiza el cambio partidista ni su ausencia lo excluye
(Mair, 1993).
2) La estabilidad de los partidos tradicionales, potenciada por la ins-
a ?"-.-Ódista con un acentuado dejo nostálgico y titucionalización de sus clivajes competitivos y por el magro rendi-
1 =irnos párrafos de su ensayo de 1966 (200).
miento electoral de los nuevos partidos (Mair, 1997).
¡¡.cid rrabajo de Kacz y Mair (1995), relevancia
1:5.Joe los años cincuenta, Kirchheimer (1954b) 3) La definición de la crisis partidista como un proceso de adaptación
y fortalecimiento que, en palabras de Aldrich (1995: 160), obligaría

197
Víctor Hugo Marrínez González

a sustituir el prefijo "dé' (declive, decaimiento, descomposición) por juego: a) un debate subpcenre
otro de significado opuesto: (re)emergencia, (re)vitalización, (re) tuación y operacionalización ~
surgimiento de los partidos. te de (meta)debate sobre la \
y el papel en ella de los pam.;
"Si el papel de los partidos continúa declinando, atestiguaremos su terconectados ( neocorporar!\
eclipse o reemplazo por otras instituciones que vinculen más efectiva, tificación partidista, valores .:u:.
mente a los ciudadanos con su gobierno" (Flanagan y Dalton, 1984: 13). partidos, etc.) y d) para termúu:
"Las consecuencias hipotetizadas por la literatura del declive partidis, y corta duración. Que los paro
ta son demagógicas y extremistas" (Reiter, 1989: 326). Afirmaciones pero si ese cambio significa ur..a
tan dispares como éstas nutren el debate por la crisis partidista. La raíz aún, desencadena un candeme d
del problema crece por una ecuación que, mientras para unos es una sen,
tencia cristalina, para otros es una pregunta con tendencia a una res,
puesta negativa. La ecuación es ésta: Cambio social = cambio electoral Debates contemporáneos
= crisis partidista. Por supuesto, aseveran los teóricos del declive. No
necesariamente, contrarrestan los teóricos de la adaptación de los par, Desarrollado en los últimos rr
tidos. El asunto, además de una riña metodológica en torno a la cau, crisis partidista parece tener un
salidad del cambio en los partidos, recorre otra línea de desencuentro: obituarios literarios, el cada\ e..
la de la profundidad, mayor o menor, de los cambios sociales y cambios na parte. La capacidad darv:L
electorales que gravitarían sobre la decadencia, o reforzamiento, de ría, así, como línea de esruruc
los partidos. de estas organizaciones. En ese
es la de un modelo orga.nC::-o-o
(1995, 2002) como partido :.":
Cuadro 1. El debate por la crisis de los partidos dio en la evolución partidisu,
netración entre el partido y el ~ -
Aserto o de la sociedad civil para com·emr
pregunta sobre Cambio social Cambio electoral Cambio partidista colusión interpartidista (los ra:
la relación
cooperar entre sí). La ayuda ~
Declive tuales partidos dependen econ
Radical en sus
Dec/inists Extremo Decadencia
consecuencias bría acelerado esta metamor:.:>SlS..
Desfallecimiento
i--
- Considerable, mas Con los partidos cartel. ª:
Adaptación
Revivalists no radical en sus Limitado Transformación riodo en los que los fines de b
efectos Fortalecimiento la poütica deviene una profcsi
Fuente: Martínez (201 Oa). partidos, gracias a la adopaon ¿e
(campañas personalizadas y m

La discusión literaria por la crisis de los partidos, vemos así, es de 14


Para ampliar el rema y su ~
una complejidad apasionante. Dentro de ésta, varios niveles están en (2005) y Martínez (2010b).

198
Partidos políticos

_.,_ _...__..-""' descomposición) por juego: a) un debate subyacente, teórico y metodológico, sobre la concep-
ll=:::o::::;i::maa (re)vitalización, (re) tuación y operacionalización del cambio en los partidos; b) una suer-
te de (meta)debate sobre la visión teórica y práctica de la democracia
y el papel en ella de los partidos; c) una cantidad ingente de temas in-
~nando, atestiguaremos su terconectados (neocorporativismo, nuevos movimientos sociales, iden-
que vinculen más efectiva- tificación partidista, valores culturales, organización y funciones de los
Fbnagan y Dalton, 1984: 13). partidos, etc.) y d) para terminar de liarla, hipótesis de consumo rápido
~ .::eratura del declive partidis- y corta duración. Que los partidos cambiaron es algo que nadie niega;
~:e!", 1989: 326). Afirmaciones pero si ese cambio significa una adaptación o un declive, más claro es
-e por la crisis partidista. La raíz aún, desencadena un candente desacuerdo académico.
e, mientras para unos es una sen-
~"TUnta con tendencia a una res-
C.mibio social = cambio electoral Debates contemporáneos
eran los teóricos del declive. No
ricos de la adaptación de los par- Desarrollado en los últimos treinta años del siglo xx, el debate por la
merodológica en torno a la cau- crisis partidista parece tener un veredicto incontestable: a pesar de sus
orre otra línea de desencuentro: obituarios literarios, el cadáver de los partidos no apareció por ningu-
'e ios cambios sociales y cambios na parte. La capacidad darwinista de los partidos para persistir abri-
ecadencia, o reforzamiento, de ría, así, como línea de estudio, "las transformaciones contemporáneas"
de estas organizaciones. En ese renglón, la propuesta con mayor acogida
es la de un modelo organizativo emergente definido por Katz y Mair
(1995, 2002) como partido cartel. Contemplado como un "nuevo" esta-
partidos dio en la evolución partidista, dicho partido manifestaría una interpe-
netración entre el partido y el Estado (los partidos dejan de ser agentes
de la sociedad civil para convertirse en agencias estatales), y un patrón de
tmbio electoral Cambio partidista colusión interpartidista (los partidos dejan de rivalizar para más bien
cooperar entre sí). La ayuda/financiamiento estatal, ahí donde los ac-
Declive
tuales partidos dependen económicamente de los recursos públicos, ha-
Decadencia
Desfallecimiento bría acelerado esta metamorfosis.14
- - -- - - !
Adaptación Con los partidos cartel, agregan Katz y Mair, daría inicio un pe-
Transformac ión riodo en los que los fines de la política se hacen más autorreferenciales,
Fortalecimiento
la política deviene una profesión alejada del ciudadano de a pie, y los
partidos, gracias a la adopción de canales tecnológicos de comunicación
(campañas personalizadas y mediáticas), serían cada vez más poderosos,

de los partidos, vemos así, es de 14


Para ampliar el cerna y su debace, véanse Koole (1996), Kacz y Mair ( 1996), Denerbcck
G de ésta, varios niveles están en (2005) y Marrinez (2010b).

199
Víctor Hugo Marónez González

pese a sufrir una hemorragia de militantes prescindibles para remitir sus 2003); la (des)mitificación de
mensajes al electorado. Eficaces, pero decrecientemente legítimos en el
ánimo ciudadano, los partidos cartel, indican también Katz y Mair, po- ere otras, avenidas promisona.s e.e
drían ser causa, y no remedio, del malestar con la democracia partidista. La potencia de esta agen.ia
Recientemente, retomando esta última advertencia, Mair (2006a) reflexión. Como sucede con la .__ -
situaría a los partidos como responsables de alimentar una "democra- midad de teorías y métodos es .
cia sin demos': esto es, sin el ingrediente de apoyo y respaldo popular políticos es cada vez más lo cr-e
que debiera ser imprescindible. El punto, puesto en la mesa por quien estos avances los que alimentan
más ha escrito a favor de la no crisis partidista, resulta paradigmático de Ya sea porque la propia cieno.a!:
una franja académica crucial: la necesidad, presente en las nociones so- herramientas analíticas (la elo.:
bre "la calidad de la democraciá' (Martínez, 2009) y en alusiones a las lista); ya porque la supermena2
obligaciones sociales y no sólo gubernamentales de los partidos (Mair los como variables independi -
dixit), de evaluar la relación partidos-democracias, ya no sólo con crite- utilizar por Panebianco, Kirscr.d
rios de eficacia y utilidad sociales, sino también con premisas y conteni- porque, luego de observar (er. n
dos normativos. tencia y asistencia de los para.:
El partido cartel, inmerso en esa discusión, hace parte de otro deba- análisis de la democracia enfre&
te capital: la actualización de las teorías utilizadas para estudiar partidos. partidos políticos y la calidad .::
Con un título poético, Political Parties: Old Concepts and New Challenges, y otros retos en la materia, er. C'-
Gunther, Montero y Linz (2002) lanzarían el reto analítico de (re)pen- enfoques, trabajos, recuerdo :u
sar la vigencia de conceptos y autores clásicos. Discusiones sobre la so- de lo que ha leído. Un (pre :c:xt'
lidez epistemológica del partido cartel; la fiebre tipológica que embriaga los textos aquí introducidos.
los análisis (partidos de cuadros, de masas, catch-all, cartel, people's party,
catch-all plus, posmoderno, ómnibus, empresarial); 15 la conceptuación de
la institucionalización partidista más allá de lo que Panebianco estipu- Lecturas recomendadas
lara en 1982 (Randall y Svasand, 2002; Freidenberg y Levitsky, 2007);
la construcción de una tipología de sistema de partidos que trascienda la Para estados de la cuestión, \ ea.se
de Sarcori de 1976 (Mair, 2006b; Wolinetz, 2004 y 2006); la renova- y Gunther (2002), y Katz }' C:o ....
ción del rational choice hacia una versión más blanda y heterodoxa; el re- verger (1957), Neumann 1965
ajuste de un (neo)funcionalismo más apropiado a las funciones actuales Sartori (1980), Panebianco ! ....
de los partidos (Lawson y Poguntke, 2004); la disección analítica de los chelc (1989), Katz y Mair 199~
partidos en varias dimensiones (Katz y Mair 1992 y 1994; Webb et al., (1997), Dalton y Wattenberg .:
2002); la edificación de una teoría propia para las nuevas democracias Lawson y Poguntke (2004 ~ r-
que no importe ramplonamente avances de la literatura europea (Biezen,

16
Algunos de estos estudios pueden
IS
Gunther y Diamond (2001) proponen quince tipos de partido, exceso que Krouwel y Crotty, 2006). Para el C2SO co:xz=
(2006: 256) vincula con "lo errático del proceso teórico relacionado con la transformación que estar a la espera de la pro=
de los partidos~ autor completará sus aV2Jlces ~ t

200
Partidos políticos

:!S:indibles para remitir sus 2003); la (des)mitificación de clásicos como Duverger o Michels; o la (re)
~temente legítimos en el consideración de vacíos en las teorías del origen de los partidos; son, en-
~---..., r.ambién Katz y Mair, po- tre otras, avenidas promisorias de investigación académica.16
.:o:: la democracia partidista. La potencia de esta agenda evidencia la consolidación de esta área de
- advertencia, Mair (2006a) reflexión. Como sucede con la ciencia política, la pluralidad y no unifor-
.ie alimentar una ''democra- midad de teorías y métodos, es reflejo de este desarrollo. De los partidos
.:.e apoyo y respaldo popular políticos es cada vez más lo que se investiga y conoce. Son precisamente
-:: puesto en la mesa por quien estos avances los que alimentan novedosas y sugerentes líneas de estudio.
"'--::cisca, resulta paradigmático de Ya sea porque la propia ciencia política mira a los partidos con renovadas
~d, presente en las nociones so- herramientas analíticas (la elección racional en clave neoinstituciona-
L"":mez, 2009) y en alusiones a las lista); ya porque la supervivencia de los partidos ha urgido a retomar-
namentales de los partidos (Mair los como variables independientes (la tradición organizativa vuelta a
-democracias, ya no sólo con crite- utilizar por Panebianco, Kitschelt, Katz, Mair o la misma Lawson); ya
o ra.mbién con premisas y conteni- porque, luego de observar (en tiempos de transición democrática) la exis-
tencia y asistencia de los partidos a las elecciones como punto ideal, el
:U.scusión, hace parte de otro deba- análisis de la democracia enfrenta ahora el desafío de explicar cómo los
i.S utilizadas para estudiar partidos. partidos políticos y la calidad democrática pueden converger. Tras éste
: Old Concepts and New Challenges, y otros retos en la materia, en cuya búsqueda se dispararán más títulos,
::arian el reto analítico de (re)pen- enfoques, trabajos, recuerdo al lector el inevitable carácter instrumental
¡ clásicos. Discusiones sobre la so- de lo que ha leído. Un (pre)texto, apenas, para después encarar sin éste
!; la fiebre tipológica que embriaga los textos aquí introducidos.
usas, catch-all, cartel, people's party,
~presarial); 15 la conceptuación de
allá de lo que Panebianco estipu- Lecturas recomendadas
)2; Freidenberg y Levitsky, 2007);
,::ema de partidos que trascienda la Para estados de la cuestión, véase Jan da ( 1993 ), Mella (1997), Montero
'olinetz, 2004 y 2006); la renova- y Gunther (2002), y Katz y Crotty (2006). Sobre literatura clásica, Du-
on más blanda y heterodoxa; el re- verger (1957), Neumann (1965), Kirchheimer (1966), Epstein (1967),
apropiado a las funciones actuales Sartori (1980), Panebianco (1990). Sobre literatura posclásica, Kits-
~004) ; la disección analítica de los chelt (1989), Katz y Mair (1992, 1994, 1995), Aldrich (1995), Mair
·: \lfair 1992 y 1994; Webb et al., (1997), Dalton y Wattenberg (2000), Gunther, Montero y Linz (2002),
ro? ia para las nuevas democracias Lawson y Poguntke (2004), la revista Party Politics.
:es de la literatura europea (Biezen,

16
Algunos de estos estudios pueden consultarse en el nuevo Handbook ofParty Politics (Katz
=ce cipos de partido, exceso q ue Krouwel y Crorty, 2006). Para el caso concreto de la nueva tipología de sistemas de partidos, hay
eso teórico relacionado con la transformación que estar a la espera de la próxima aparición de un libro de Wolinecz (2010), en el que este
autor completará sus avances ya publicados.

201
Víctor Hugo Martínez González

Fuentes Epstein, Leon (1967). Polit

Aldrich, John (1995). Why Partie.s? Crewe, Ivor y David Denver (eds.)
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Política de Canadá.
Sociedad civil
Sergio Ortiz Leroux*

Definición

La noción de sociedad civil resurgió en las últimas décadas como un


concepto paraguas que ofreció cobertura a discursos políticos y aspira-
ciones sociales de la más diversa naturaleza. Algunos firmaron el acta
de nacimiento del concepto sociedad civil, al tiempo que se apresura-
ron a declarar el acta de defunción de nociones como "pueblo'; "masá'
o "proletariado': Otros la identificaron como un referente simbólico
enarbolado por los ciudadanos de Europa del Este y América Latina
para luchar contra los Estados autoritarios. Algunos más asociaron este
singular concepto con la emergencia de los movimientos sociales y la
creación de esferas públicas en las sociedades europeas industriales y
postindustriales. Otros -los menos- ligaron esta noción con la esfera
no estatal conformada por los agentes del libre mercado. Lo cierto, más
allá de la posición adoptada, es que la sociedad civil se instaló por mé-
ritos propios como uno de los referentes clave tanto del discurso cientí-
fico como de la práctica política de las sociedades contemporáneas. De
la noche a la mañana, el discurso de la sociedad civil pasó del olvido al
cuidado intensivo, de la invisibilidad al deslumbramiento. Muchos va-
cíos y lagunas fueron llenados con su magia encantadora.

* Doctor en Ciencias Sociales por la Flacso México. Profesor-investigador de tiempo com-


pleto de la Academia de Ciencia Política y Administración Urbana de la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México (uACM) y profesor de asignatura de la FCPys, UNAM.
Miembro del SNI (candidato). Correo electrónico: <orti:zleroux@hotrnail.com>.

209
Sergio Ortiz Leroux

Sin embargo, el súbito consenso alrededor de la noción de sociedad compuesta de asociaciones ~


civil provocó no pocos excesos y confusiones sobre sus alcances, fronte- papel de intermediación con bs
ras y definiciones. De ahí la necesidad de volver a las definiciones bási- De aquí que la noción de sociedad
cas, aunque éstas no sean de diccionario. Por sociedad civil, entendemos, teoría como en la práctica po:l±!I:~
palabras más palabras menos, una esfera de interacción social entre el de sociedad compuesto por ~
mercado (economía) y el Estado (política), compuesta de una red de mente diferenciadas: el Estado,
asociaciones autónomas, movimientos sociales y formas de comunica-
ción política (Cohen y Arato, 2000: 8), que vinculan a los ciudadanos
o grupos sociales en asuntos de interés común (Taylor, 1995: 269). Las Historia
definiciones menos exhaustivas limitan el campo de la sociedad civil a
las asociaciones autónomas de ciudadanos, mientras que las más rigu- En el pensamiento clásico de la
rosas la asocian no solamente con las asociaciones civiles, sino también tenía una acepción distinta a :a
con los movimientos sociales y las formas de comunicación política. era un espacio intermedio enrre d
Pero todas coinciden, más o menos, en diferenciar a la sociedad civil de Estado y sociedad civil fueron
la sociedad política y en reconocer el carácter autolimitado de su acción.
A diferencia del proletariado, que condensaba un proyecto histórico
que suponía la superación del Estado y del mercado, la sociedad civil ya
no se plantea la abolición del mercado o la extinción del Estado sino, en
todo caso, se propone influir en la sociedad política y en la sociedad eco- únen en cuanto animales
nómica, o defender las instituciones y movimientos del "mundo de vida" Politiké koinonía, en cuaru:o
(Habermas) del proceso de colonización de los subsistemas económico y libres e iguales bajo un sis~
político. De hecho, se usa regularmente el término sociedad civil para dis- (Fernández Santillán, 2003: 31
tinguirlo del de sociedad política. De ahí que muchas asociaciones ciuda-
danas se autodenominen organizaciones no gubernamentales, con el fin Societas civilis, entonces, es b
de resaltar su carácter no estatal Menos clara es la relación existente en- nia politiké griega. Sin embar_
tre la sociedad civil y el mercado. Mientras el modelo liberal de la socie- peculiar ambigüedad etimológia.
dad civil incluye dentro de esta esfera a los organismos privados -como tanto como derivado de cii·i:a.s
la familia- y a organizaciones de tipo económico -sindicatos, cáma- ya dijimos, el equivalente latino
ras patronales-, el modelo republicano pone acento no solamente en la partir de su relación con e¡;. •
independencia de la sociedad civil respecto del ámbito del Estado, sino hombres dejan de ser primi:::.
también en relación con la esfera del mercado. El liberalismo resalta la di- mantiene esta misma ambrp.:.
mensión privada-individual de la sociedad civil, mientras el republicanis- que la noción sociedad civi! p
mo destaca la dimensión pública-colectiva de la misma. Así, lo privado de Estado o como opuesta a la
la sociedad civil alude a la utilidad o interés individual y lo público de la
sociedad civil atañe a lo que es de interés o utilidad común.
En suma, el discurso contemporáneo de la sociedad civil aparece li-
"En su acepción originaria. des::
gado al proceso de consolidación de una esfera social plural y autónoma, [ . ..}, 'sociedad civil' (soc1,c.;u civiJcs x

210
Sociedad civil

.!e la noción de sociedad compuesta de asociaciones civiles y movimientos sociales, que cumple el
-~~- soore sus alcances, fronte- papel de intermediación con las esferas del Estado y del libre mercado.
cer a las definiciones bási- De aquí que la noción de sociedad civil adquiera consistencia tanto en la
teoría como en la práctica políticas, en el marco de un modelo tripartito
~ interacción social entre el de sociedad compuesto por tres esferas sociales estructural y funcional-
compuesta de una red de mente diferenciadas: el Estado, el mercado y la sociedad civil.
sociales y formas de comunica-
<i.:e vinculan a los ciudadanos
común (Taylor, 1995: 269). Las Historia
-, d campo de la sociedad civil a
os, mientras que las más rigu- En el pensamiento clásico de la Antigüedad, el término sociedad civil
asociaciones civiles, sino también tenía una acepción distinta a la que conocemos hoy. La sociedad civil no
ormas de comunicación política. era un espacio intermedio entre el mercado y el Estado. Por el contrario,
diferenciar a la sociedad civil de Estado y sociedad civil fueron asumidos como expresiones sinónimas:
rarácter autolimitado de su acción.
condensaba un proyecto histórico A la comunidad política se le denominaba Politiké koinonia. Este tér-
r del mercado, la sociedad civil ya mino sería traducido más adelante al latín como societas civilis. Es
o la extinción del Estado sino, en la polis entendida como el lugar en el que los seres humanos se re-
edad política y en la sociedad eco- únen en cuanto animales políticos, zoon politikon. Así fue definida la
movimientos del "mundo de vidá' Politiké koinonia, en cuanto comunidad ético-política de ciudadanos
· n de los subsistemas económico y libres e iguales bajo un sistema de gobierno legalmente constituido
el término sociedad civil para dis- (Fernández Santillán, 2003: 31).
; que muchas asociaciones ciuda-
es no gubernamentales, con el fin Societas civilis, entonces, es la traducción latina medieval de la koino-
clara es la relación existente en- nia politiké griega. Sin embargo, la expresión societas civilis muestra una
nrras el modelo liberal de la socie- peculiar ambigüedad etimológica. En efecto, el adjetivo puede ser usado
a los organismos privados -como tanto como derivado de civitas (de ahí que la societas civilis sería, como
económico - sindicatos, cáma- ya dijimos, el equivalente latino de la koinonia politiké griega), como a
ho pone acento no solamente en la partir de su relación con civilitas, es decir, con el estado en el que los
~cto del ámbito del Estado, sino hombres dejan de ser primitivos, bárbaros, salvajes, etc. La expresión
ercado. El liberalismo resalta la di- mantiene esta misma ambigüedad durante la Edad Media. De suerte
ilid civil, mientras el republicanis- que la noción sociedad civil puede ser representada como sinónimo de
;nva de la misma. Así, lo privado de Estado o como opuesta a la sociedad natural o primitiva.1
r..:erés individual y lo público de la
res o utilidad común.
eo de la sociedad civil aparece li- "En su acepción originaria, desarrollada en el ámbito de la doctrina política tradicional
¡¡;¡ esfera social plural y autónoma, [...), 'sociedad civil' (societas civiles) se conrrapone a 'sociedad natural' (societas nacuralis), }"

211
Sergio Orriz Leroux

Sin embargo, desde los inicios de la modernidad va surgiendo una "Del mismo modo que los
dualización del espacio público (lo social y lo político),2 y con ello se abre dencia natural para \;,"Ír _
paso también el concepto de sociedad civil en su acepción moderna de bién a la comunidad n<lL""..4""21
esfera no política, diferenciada del Estado. Dos autores resultan funda- civiles. Las primeras les - ~
mentales en esta dualización: John Locke y Charles de Montesquieu. En piedad. No hay que deci2.!:- pe:
la teoría de los dos contratos de Locke, el pacto unionis y el pacto subje- debe ser decidido más que~
tionis, se vislumbra ya la diferencia moderna entre un orden social pre- (Montesquieu, 1993: 3-H •
escatal y el gobierno: "En el primer pacto, se condensa el acuerdo de los
ciudadanos sobre la necesidad de crear un orden institucional que per- Para Montesquieu, las :~~
mita coordinar sus acciones. En el segundo pacto, esos mismos ciuda- que regulan las relaciones entre
danos constituyen al Estado como un medio para garantizar la vigencia se dan dentro de una nació~
del orden institucional'' (Serrano Gómez, 1999: 60). Como se obser- político o público) y las que se
va, la dualidad del contrato lockeano hace manifiesta la diferencia entre distinguir Montesquieu el á.--::b •
Estado y sociedad. La sociedad existe antes que el gobierno y no el go- nos) del ámbito de lo político ¿
bierno antes que la sociedad. Esta última proviene, más bien, de un pri- (el espacio entre los ciudadanos
mer contrato que saca a los individuos aislados del Estado de naturaleza en adelante, desempeñar un ?'ti
y este cuerpo de reciente formación instaura el gobierno, el cual se defi- mica mercantil y la política es· •
niría como soberano pero, de hecho, se encuentra en una relación fidu- vil moderna se instituye como un
ciaria con la sociedad: si abusa de su confianza, la sociedad recupera su y del mercado.
libertad de acción. Sin embargo, el filósofo inglés usa el término socie- Desde una mirada diferen~~
dad civil en su sentido tradicional, como sinónimo de sociedad política, la sociedad civil centrada, no ?
pero prepara el terreno para la aparición del nuevo y opuesto significado cas, sino en su actividad econ
del siglo siguiente. po en la noción de civil socig e
Sobre estas bases, Montesquieu será el primer autor que elaborará Ferguson, Smith y Hume. E~ la
de forma explícita la distinción moderna entre las categorías de Estado y clásico Un ensayo sobre la ¡.,:s:
sociedad civil, cuando alude a la diferencia entre ley civil (loi civile) y ley identificar cuatro grandes ser.
política (loi politique). En el Espíritu de las leyes (1750, libro 26), el filóso- tran en la frontera entre la An.::
fo francés advierte que no hay que regular por los principios del derecho civil civilizada (sociedad cin!i= ·
político las cosas que dependen del derecho civil: entonces conocido, de evoluao:i
puesta a las sociedades bárba..~
ciedades agrícolas; b) la socida_
si bien alude al mismo feno::;.er.
es sinónimo de 'sociedad políticá (en correspondencia con la derivación, respectivamente,
de civitas y de polis) y, por lo tanto, de Esradon (Bobbio, 199la: 1519). da, se distingue porque se ac~
2
El pensamiento político de la Antigüedad se opone firmemente a las distinciones moder- mente modernos de naturale-..:2
nas entre Estado, mercado y sociedad civil Su modelo no se compone de tres, sino d e dos del trabajo; e) la sociedad ciVL
parres: privado-f.uniliar (oikos) y público-político (polis). La vida en la polis incluye rodo
cipo de relaciones sociales, de suerte que lo "político" coincide con lo "social': Lo civil, público
cual la dimensión 'civil" de iA
y ciudadano es al nusmo tiempo social y sociable (Bobbio, l 99lb: 1222). ra del mercado, que se def..::.e e

212
Socie<Lid civil

dad va surgiendo una "Del mismo modo que los hombres han renunciado a su indepen-
cico),2 y con ello se abre dencia natural para vivir bajo leyes poüticas, han renunciado tam-
t t ~u acepción moderna de bién a la comunidad natural de los bienes para vivir sujetos a leyes
Dos autores resultan funda- civiles. Las primeras les aseguran la libertad, y las segundas la pro-
Charles de Montesquieu. En piedad. No hay que decidir por las leyes de la libertad (... J lo que no
pa.:ro unionis y el pacto subje- debe ser decidido más que por las leyes concernientes a la propiedad"
. ;. entre un orden social pre- (Moncesquieu, 1993: 341).
~ condensa el acuerdo de los
....,-: orden institucional que per- Para Montesquieu, las leyes positivas pueden ser de tres tipos: las
~-ido pacto, esos mismos ciuda- que regulan las relaciones entre naciones (derecho de gentes); las que
edio para garantizar la vigencia se dan dentro de una nación entre gobernantes y gobernados (derecho
e::, 1999: 60). Como se obser- político o público) y las que se dan entre ciudadanos (derecho civil). Al
:ice manifiesta la diferencia entre distinguir Montesquieu el ámbito de lo civil (derechos entre ciudada-
ces que el gobierno y no el go- nos) del ámbito de lo político (derechos del ciudadano), la sociedad civil
ina proviene, más bien, de un pri- (el espacio entre los ciudadanos) adquiere la autonomía necesaria para,
. lados del Estado de naturaleza en adelante, desempeñar un papel de mediación entre la esfera econó-
r:iura el gobierno, el cual se defi- mica mercantil y la política estatal. Gracias a ese margen, la sociedad ci-
~ encuentra en una relación fidu- vil moderna se instituye como un ámbito social diferenciado del Estado
nfianza, la sociedad recupera su y del mercado.
>sofo inglés usa el término socie- Desde una mirada diferente, pero no opuesta, destaca la visión de
o sinónimo de sociedad política, la sociedad civil centrada, no precisamente en las instituciones políti-
del nuevo y opuesto significado cas, sino en su actividad económica y cultural. Esta lectura toma cuer-
po en la noción de civil society desarrollada por los ilustrados escoceses:
e:rá el primer autor que elaborará Ferguson, Smith y Hume. En la obra de Adam Ferguson, autor del ya
µ entre las categorías de Estado y clásico Un ensayo sobre la historia de la sociedad civil (1767), podemos
ncia entre ley civil (loi civile) y ley identificar cuatro grandes sentidos de la sociedad civil que se encuen-
u leyes ( 1750, libro 26), el filóso- tran en la frontera entre la Antigüedad y la modernidad: a) la sociedad
por los principios del derecho civil civilizada (sociedad civilizada), que se refiere al último estadio, hasta
techo civil: entonces conocido, de evolución de la historia de la humanidad, contra-
puesta a las sociedades bárbaras - cazadoras y pastoriles- y a las so-
ciedades agrícolas; b) la sociedad civil comercial (sociedad comercial), que
si bien alude al mismo fenómeno histórico que la sociedad civil civiliza-
.dencia con la derivación, respectivamence,
Bobbio, 1991a: 1519). da, se distingue porque se acompaña de una serie de elementos típica-
J?O:'.'lC firmcmence a las distinciones moder- mente modernos de naturaleza económica: comercio, crédito y división
=odelo no se compone de tres, sino de dos del trabajo; c) la sociedad civil de mercado (sociedad de mercado), en la
polis). La vida en la polis incluye todo
JJ- coincide con lo "social': Lo civil, público
cual la dimensión "civil" de la sociedad se ciñe exclusivamente a la esfe-
Bobbio, 199lb: 1222). ra del mercado, que se define como el espacio en el cual convergen y se

213
Sergio Ortiz Leroux

relacionan entre sí los individuos, entendidos éstos como agentes priva- mediante el cual la socieda.:i ~~
dos que buscan la satisfacción de su propio interés particular y d) la so- en individuos independien:es ~-~
ciedad civil virtuosa (sociedad virtuosa), que se diferencia de la sociedad Estado.3
comercial porque no subordina a la norma económica las demás dimen- Sin embargo, la reduccion cr.,.;
siones de la vida social, sino que reconoce los planos ético y político del permanecerá por mucho rier:i?O- =.
individuo (Wences Simon, 2006: 23-24). intelectual marxista, elabora :.m.a -
Un nuevo giro en la tuerca de la historia del concepto de sociedad ci- sociedad civil, con el fin de co:-.u:;:·
vil se da con G.W.F. Hegel, quien desarrolla en los Principios de la filosofía blica. En sus escritos políticos, h
del derecho (1820) una concepción de la sociedad civil que se encuentra supraestructura, constituido ~
a mitad de camino entre lo privado y lo público, entre la economía y la cuya función es la formación ¿e un
política. El filósofo alemán visualizó a la sociedad civil como un ámbi- entre base material y supraes;;n!..7-
to intermedio entre la comunidad familiar (lo privado) y el Estado (lo tre economía y política, la dualieao
público) propio de las sociedades modernas: "La sociedad civil es la di- tincíón entre el aspecto del CO!l.Sel:iS
ferencia que se coloca entre la familia y el Estado, aunque el perfeccio- la fuerza, respectivamente, del ~
namiento de ella se sigue más tarde que el del Estado, ya que la diferencia
presupone al Estado al cual ella, para subsistir, tiene que tener ante sí Hay que distinguir entre la :kX
como autónomo. La creación de la sociedad civil pertenece, por lo de- y en el sentido en que la exp::'
más, al mundo moderno" (citado por Serrano Gómez, 1999: 65). Con (o sea, en el sentido de hegemo::
ello, el filósofo alemán rechaza cualquier simplificación en el diagnós- social sobre la entera socied.a.!
tico de este ámbito social y admite la legitimidad de un espacio de in- el sentido que dan a la exprcsKt;:
tereses y necesidades privados y de derechos subjetivos, que trasciende ciedad civil es, en cambio. l.a so.:ll
la comunidad familiar y el sistema político (Peña, 2003: 2000). En este sociedad familiar y a la Igles~ G
lugar de cruce, Hegel distingue tres momentos de la sociedad civil: a) el
"sistema de las necesidades" (mercado)¡ b) la administración de justicia Como se observa, la teoría ~ (
y c) y la policía (en el sentido tradicional de reglamentación pública) y duce una profunda ínnovaciOii ;es
la corporación. ya que en su obra la sociedad cm:
Por su parte, Karl Marx simplifica el concepto hegeliano de sociedad tructura económica, sino a u::o ~
civil al dejar únicamente la parte del sistema de necesidades, es decir, la política: la hegemonía culru...-;u
parte que se refiere a la economía y el trabajo. Para el filósofo alemán, la so- (sociedad política). En adelar-~:e -
ciedad civil, como instancia diferenciada de lo estatal es el resultado de representada en la teoría poi.íaw
la emancipación de la clase burguesa del dominio del Estado absolutis- partir de un modelo dicotómico .=
ta. La sociedad civil es vista como el ámbito donde la burguesía pudo
consolidar y expandir su poder económico, hasta llegar a convertir al
Estado en un mero instrumento de sus intereses. Con esto, el significa- '~llí donde el Estado político ~
do de sociedad civil pierde su dimensión jurídico-política y se asocia es- doble vida no sólo en sus pez=~
una vida celeste y una vida ~ h
trictamente al de sociedad burguesa. Esta asociación la desarrolla Marx
comunitario, y la vida en la wacU
en La cuestión judía (1843), especialmente cuando describe el proceso 1993: 34-35). Las cursivas son~

214
Sociedad civil

- ............. esos como agentes priva- mediante el cual la sociedad civil se emancipa del Estado y se escinde
-e:es particular y d) la so- en individuos independientes que se proclaman libres e iguales ante el
~ 2iferencia de la sociedad Estado.3
o:onómica las demás dimen- Sin embargo, la reducción de la sociedad civil al nivel económico no
planos ético y político del permanecerá por mucho tiempo. En efecto, Antonio Gramsci, político e
intelectual marxista, elabora una noción más rica y compleja del término
del concepto de sociedad ci- sociedad civil, con el fin de conceptualizar la complejidad de la vida pú-
en los Principios de la filosofía blica. En sus escritos políticos, la sociedad civil e$ ya un elemento de la
sociedad civil que se encuentra supraestructura, constituido por el conjunto de "aparatos hegemónicos';
público, entre la economía y la cuya función es la formación de un consenso. Mientras la diferenciación
I.t sociedad civil como un ámbi- entre base material y supraestructura corresponde a la diferenciación en-
(lo privado) y el Estado (lo tre economía y política, la dualidad sociedad civil y Estado denota la dis-
mas: "La sociedad civil es la di- tinción entre el aspecto del consenso (la lucha ideológica) y el aspecto de
. el Estado, aunque el perfeccio- la fuerza, respectivamente, del sistema político:
d del Estado, ya que la diferencia
subsistir, tiene que tener ante sí Hay que discinguir encre la sociedad civil, cal como la entiende Hegel
·edad civil pertenece, por lo de- y en el sentido en que la expresión se utiliza a menudo en estas notas
Serrano Gómez, 1999: 65). Con (o sea, en el sentido de hegemonía político y cultural de un grupo
·er simplificación en el diagnós- social sobre la entera sociedad, como contenido ético del Estado) y
egirimidad de un espacio de in- el sentido que dan a la expresión los católicos, para los cuales la so-
rechos subjetivos, que trasciende ciedad civil es, en cambio, la sociedad política o el Estado, frente a la
rico (Peña, 2003: 2000). En este sociedad familiar y a la Iglesia (Gramsci, 1977: 290-291).
meneos de la sociedad civil: a) el
; b la administración de justicia Como se observa, la teoría de Gramsci sobre la sociedad civil intro-
Gal de reglamentación pública) y duce una profunda innovación respecto de toda la tradición marxista,
ya que en su obra la sociedad civil no pertenece al momento de la es-
!1 concepto hegeliano de sociedad tructura económica, sino a uno de los dos niveles de la superestructura
srema de necesidades, es decir, la política: la hegemonía cultural (sociedad civil), diferente de la coacción
~o. Para el filósofo alemán, la so- (sociedad política). En adelante, la noción de sociedad civil ya no será
de lo estatal es el resultado de representada en la teoría política y social moderna y contemporánea, a
el dominio del Estado absolutis- partir de un modelo dicotómico Estado-sociedad civil, sino a partir de
mbito donde la burguesía pudo
mico, hasta llegar a convertir al
1intereses. Con esto, el significa- 'i\.lli donde el Estado político ha alcanzado su verdadera madurez, el hombre lleva una
n jurídico-política y se asocia es- doble vida no sólo en sus pensamientos, en la conciencia, sino en la realidad, en la vida:
•~ asociación la desarrolla Marx una vida celeste y una vida terrena, la vida en la comunidad política, en la que vale como ser
comunitario, y la vida en la sociedad b11rguesa, en la que actúa como hombre privado" (Marx,
em:e cuando describe el proceso 1993: 34-35). Las cursivas son mías.

215
Sergio Ortiz Leroux

un modelo tripartito de sociedad, compuesto por las esferas del Estado, Debates contemporáneos
el mercado y la sociedad civil.
Desde un lugar distinto, el sociólogo estadounidense Talcott Parsons La recuperación concempori:-.ea
elabora también un modelo tripartito de sociedad en el que aparece la so- en buena medida, en las nocion
ciedad civil como una esfera social irreductible a la política del Estado y Con éstas, la sociedad civil res-..::;-e
a la economía del mercado. Si bien es cierto que el padre del funcionalis- lucha por conquistar y consot.::.z:-
mo no utiliza explícitamente la noción de sociedad civil a lo largo de su el renacimiento contempora..-ieo
obra, no menos cierto es que se pueden rastrear los principales elementos trechamente ligado al deba~e - - •
y dimensiones constitutivas de este peculiar concepto político bajo la mo- nera de fuente de inspiración, e
dalidad de la llamada comunidad societaria, categoría que, en clave parso- concepto: a) la crisis y caída ce
niana, se diferencia tanto de la economía y la organización política de la totalitarios de la Unión SO\-:étia
sociedad como de la esfera cultural o sistema fiduciario. La comunidad y noventa; b) las llamadas "r:ra:-.si.
societaria en Parsons no es una figura nostálgica que pretenda regresar a continental y en América Lat:.:"..a
la armonía y pureza de las comunidades tradicionales, ni es tampoco una sis del Estado benefactor }' e: i:.:.~
forma de asociación basada en adscripciones primigenias (sangre, raza, postindustriales de Centroeuro:
etnia, nación, etc.), sino en todo caso se trata de la esfera de intermedia-
ción social entre el ámbito del Estado y la esfera del mercado que cumple
la función de integración de una sociedad moderna, compleja y estructu- La crisis y caída del socialis:no
ralmente diferenciada. Es precisamente en el horizonte de la modernidad
donde emergen sus características principales. Esta fuente de inspiración cier-,e
En términos generales, la sociedad civil parsoniana puede definir- vil desarrollada por Gramsci. cr. -;.
se como una estructura social compleja compuesta de leyes y asocia- de un modelo tripartito de sou
ciones. De ahí que esta esfera social pueda representarse en términos y sociedad. Para los críticos =ieo
de dos dimensiones distintas: "normatividad" y 'colectividad" (Parsons, cario y totalitario -en Ale!Y'.z-
1974: 22-40). La primera dimensión, la normativa, abarca el aspecto de de Frandort: Rodel, Franker..be:-
la sociedad civil compuesto por un sistema de orden legítimo producido gunda izquierdá' de los años
por la institucionalización de valores culturales aceptados socialmente; Rosanvallon; y en Europa dd ":'.:"
y la dimensión colectiva comprende el aspecto de la sociedad civil vista el problema teórico fue cómo~·
como una entidad única, vinculada y organizada. La dimensión norma- pecto de la política y la eco::o:7"
tiva comprende la racionalización del derecho y la formalización de los de su estrategia fueron los de ::_:
componentes cívico, político y social de la ciudadanía, los cuales estabili- rización radical de las razones 2e
zan el proceso de diferenciación moderno entre la comunidad societaria ción de los lazos sociales ~~era
y el Estado; mientras que la dimensión colectiva descansa en la figura de construir una esfera pública ~ ~
las asociaciones, consideradas como cuerpos de ciudadanos que tienen (Olvera, 1999: 28-29).
una identidad común a partir de que mantienen relaciones primordial- Dentro de esta fueme de -
mente de consenso con su orden normativo. Su estructura esencial está de Ulrich Redel, Gunrer FttcA:-
vinculada a la solidaridad mutua entre sus miembros integrantes. boraron una teoría crítica ceb: -

216
Sociedad civil

Debates contemporáneos

:.!nidense Talcott Parsons La recuperación contemporánea de la noción de sociedad civil abreva,


;;¡ad en el que aparece la so- en buena medida, en las nociones elaboradas por Gramsci y Parsons.
::-:e a la política del Estado y Con éstas, la sociedad civil resurge como un referente insustituible en la
que el padre del funcionalis- lucha por conquistar y consolidar regímenes democráticos. En efecto,
':L sociedad civil a lo largo de su el renacimiento contemporáneo de la idea de la sociedad civil está es-
ns:rear los principales elementos trechamente ligado al debate sobre tres procesos históricos que, a ma-
concepto político bajo la mo- nera de fuente de inspiración, contribuyeron en la recuperación de este
·'· categoría que, en clave parso- concepto: a) la crisis y caída de los regímenes socialistas autoritarios y
::?.a ·: la organización política de la totalitarios de la Unión Soviética y Europa del Este en los años ochenta
sistema fiduciario. La comunidad y noventa; b) las llamadas "transiciones a la democraciá' en la Europa
ostálgica que pretenda regresar a continental y en América Latina en los años setenta y ochenta, y e) la cri-
rradicionales, ni es tampoco una sis del Estado benefactor y el futuro de la democracia en las sociedades
¡pciones primigenias (sangre, raza, postindustriales de Centroeuropa. Veamos cada uno de estos procesos.
se trata de la esfera de intermedia-
. la esfera del mercado que cumple
ead moderna, compleja y estructu- La crisis y caída del socialismo autoritario y totalitario
en el horizonte de la modernidad
~cipales. Esta fuente de inspiración tiene sus raíces en la noción de sociedad ci-
td civil parsoniana puede definir- vil desarrollada por Gramsci, en quien encontró una justificación teórica
leja compuesta de leyes y asocia- de un modelo tripartito de sociedad que diferenciara Estado, mercado
pueda representarse en términos y sociedad. Para los críticos neo y posmarxistas del socialismo autori-
Lr:idad" y 'colectividad" (Parsons, tario y totalitario -en Alemania, la "tercera generación" de la Escuela
la normativa, abarca el aspecto de de Francfort: Rodel, Frankenberg y Dubiel; en Francia, la llamada "se-
rema de orden legítimo producido gunda izquierda" de los años setenta: Lefort, Castoriadis, Gortz y
culrurales aceptados socialmente; Rosanvallon; y en Europa del Este: Kolakowski, Michnik y Wajda-,
aspecto de la sociedad civil vista el problema teórico fue cómo fundamentar la autonomía de lo social res-
organizada. La dimensión norma- pecto de la política y la economía. Los principios normativos comunes
.ierecho y la formalización de los de su estrategia fueron los de autoorganización de la sociedad, la secula-
e la ciudadanía, los cuales estabili- rización radical de las razones de justificación de la política, la reconstruc-
:-mo entre la comunidad societaria ción de los lazos sociales fuera del Estado autoritario y el llamado a
rr colectiva descansa en la figura de construir una esfera pública independiente de los espacios controlados
;uerpos de ciudadanos que tienen (Olvera, 1999: 28-29).
mantienen relaciones primordial- Dentro de esta fuente de inspiración, destacan las contribuciones
oacivo. Su estructura esencial está de Ulrich Rodel, Gunter Frankenberg y Helmut Dubiel, quienes ela-
~ sus miembros integrantes. boraron una teoría crítica de la política que dio cobertura a los nuevos

217
Sergio Orciz Leroux

movimientos sociales, iniciativas ciudadanas y, en general, a todas las co- danos que circunscriben su :l.-
rrientes favorecedoras de la desestatización de la política. De ahí que el mía del derecho frente al ~ de
desarrollo de una sociedad civil diferenciada y autónomamente organi- saber frente al poder. He ahí los
zada constituya el inicio de otra forma de concebir el Estado y, por su- democrática.4
puesto, lo político, que de ser algo específico del poder ejercido por el En Europa del Este, por ~
Estado, pasaría a ser todo aquel espacio susceptible de ser politizado. tipo soviético fue la que más~
La noción de sociedad civil la concibe la tercera generación de francfur- ción de la sociedad frente al Estado
tianos como un ámbito social, un "espíritu públicó' independiente, que nó a esta estrategia "el nuevo e\
aparece como el primer factor para el proceso de transformación demo- el carácter no revolucionario ¿e b
crática iniciado por las sociedades con regímenes totalitarios y autorita- fracasadas experiencias revoll.lCl
rios en la URSS y Europa del Este (Maestre, 1997: 7-8). y reformista "desde arriba.. e
En sintonía con los filósofos alemanes, Claude Lefort recupera y re- tó que no era posible desuw.;..:...c:M>J.
formula la idea de sociedad civil en el marco de su teoría sobre el llama- Por lo tanto, debía dejarse c e:
do 'Clispositivo simbólico de la democraciá: Para Lefort, la democracia es Comunista y transformar a la
una forma de sociedad política, opuesta a la sociedad totalitaria, que se ca- entre el Estado y la sociedad se
racteriza por la desintrincación entre el polo del poder, el polo de la ley y en los siguientes supuestos: w d
el polo del saber, y por la aceptación de la división y el conflicto sociales. transformación, puesto que no se
Cuando Lefort hace referencia al polo de la ley, destaca el papel que han que está apoyado por una fuer....a
desempeñado los derechos del hombre en el proceso de constitución de tivo fundamental es la autono
la sociedad democrática. Para el filósofo francés, la sociedad democráti- ma político, dado que éste no ?
ca se instituye a partir del reconocimiento del derecho a tener derechos. Su mediante una vasta transfo,..,.,_.......,.
eficacia simbólica radica, precisamente, en que los derechos del hombre
aparecen estrechamente ligados a la conciencia de éstos.
El dispositivo simbólico de los derechos del hombre ha generado, se- Las transiciones a la democra...
gún Lefort, cambios singulares en la estrategia y en el discurso de las lu- en la Europa continental y ,_;\m
chas inspiradas en la noción de los derechos. En primer lugar, estas luchas
no aspiran a una solución global de los conflictos sociales mediante la A la par de la recuperación de La
conquista o la destrucción del poder político. Su objetivo es menos am- neomarxistas, se dio el resu..··gi••
bicioso, pero más efectivo: la instauración de un poder social que ponga las transiciones a la democracia.
en tela de juicio la legitimidad del Estado. En segundo lugar, las lu- lectual, resaltan las contribuo
chas inspiradas en la noción de los derechos ya no asumen su identi- Schmitter, quienes señalaron q
dad bajo una figura homogénea -sea ésta el pueblo, el proletariado o
el partido- ni tienden a fusionarse en un solo contingente, sino que re-
conocen la heterogeneidad de sus reivindicaciones y la legitimidad de
cada una de éstas. En tercer lugar, estas luchas adquieren su identidad
bajo el cobijo de la figura de la sociedad civil, ese referente simbólico que
ofrece sentido de pertenencia a todos los grupos o movimientos ciuda-

218
Sociedad civil

en ~eneral, a todas las co- danos que circunscriben su acción fuera del Estado. En suma, autono-
b política. De ahí que el mía del derecho frente al poder, de la sociedad civil frente al poder y del
autónomamente organi- saber frente al poder. He ahí los nuevos signos políticos de la sociedad
-cebrr el Estado y, por su- democrática.4
del poder ejercido por el En Europa del Este, por su parte, la oposición polaca al régimen de
s:ISCeptible de ser politizado. tipo soviético fue la que más claramente mostró la idea de la autoorganiza-
tttcera generación de francfur- ción de la sociedad frente al Estado autoritario. Adam Michnik denomi-
púbüco" independiente, que nó a esta estrategia "el nuevo evolucionismó: Con este nombre resaltaba
oc-eso de transformación demo- el carácter no revolucionario de la política de la oposición. Después de las
gimenes totalitarios y autorita- fracasadas experiencias revolucionarias "desde abajó' (Hungría en 1956)
rre, 1997: 7-8). y reformista "desde arribá' (Checoslovaquia en 1968), Michnik acep-
es, Claude Lefort recupera y re- tó que no era posible desmantelar el Estado autoritario por estas vías.
narco de su teoría sobre el llama- Por lo canto, debía dejarse el control del Estado en manos del Partido
. ~ Para Lefort, la democracia es Comunista y transformar a la sociedad 'aesde abajó: La nueva relación
la sociedad totalitaria, que se ca- entre el Estado y la sociedad se sostenía, según el teórico de Solidaridad,
polo del poder, el polo de la ley y en los siguientes supuestos: "a) el carácter autolimitado del proyecto de
t.. división y el conflicto sociales. transformación, puesto que no se pretende modificar un régimen político
e la ley, destaca el papel que han que está apoyado por una fuerza militar imperial; b) el principio norma-
e en el proceso de constitución de tivo fundamental es la autonomización de la sociedad respecto del siste-
o francés, la sociedad democráti- ma político, dado que éste no puede ser destruido pacíficamente, a no ser
to del derecho a tener derechos. Su mediante una vasta transformación de la sociedad" (Olvera, 1999: 31).
t en que los derechos del hombre
nciencia de éstos.
- os del hombre ha generado, se- Las transiciones a la democracia
tegia y en el discurso de las lu- en la Europa continental y América L atina
os. En primer lugar, estas luchas
s conflictos sociales mediante la A la par de la recuperación de la noción de sociedad civil por los críticos
L.tico. Su objetivo es menos am- neomarxistas, se dio el resurgimiento de este concepto en los analistas de
·ón de un poder social que ponga las transiciones a la democracia. Dentro de este horizonte político e inte-
~rado. En segundo lugar, las lu- lectual, resaltan las contribuciones de Guillermo O'Donnell y Philippe
echos ya no asumen su identi- Schmitter, quienes señalaron que la "resurrección de la sociedad civil"
esta el pueblo, el proletariado o
un solo contingente, sino que re- 4
En palabras de Leforr (1991: 46): "La originalidad política de la democracia, que me parece
Uldicaciones y la legitimidad de desconocida, es señalada en ese doble fenómeno: un poder consagrado a permanecer en
luchas adquieren su identidad busca de su propio fundamento, porque la ley y el poder ya no están incorporados en la
civil, ese referente simbólico que persona de quien o quienes la ejercen, una sociedad que acoge el conflicto de las opin iones y
d debate sobre los derechos, pues se han disuelco las referencias de la certeza que permitían
bs grupos o movimientos ciuda- a los hombres situarse en forma determinada los unos respecto de los otros''.

219
Sergio Ortiz Leroux

constituye uno de los prerrequisitos más importantes de la transición Para los defensores del -
hacia regímenes democráticos. Por sociedad civil, los transitólogos entien- un papel central en el proceso
den un conjunto de asociaciones voluntarias, movimientos populares y cias avanzadas del cenero .:!e
grupos profesionales que participan en asuntos de interés público. Su Estado benefactor afirmaron
"activación" resulta fundamental para erosionar la legitimidad del régi- dad civil provocaron una s:.
men autoritario y darle visibilidad a las demandas y actores emergentes defensores de dicho Estado p
que serán portadores del cambio político. Esta activación culmina en políticos.5 En contraste, los c.
movilizaciones masivas que normalmente anticipan la caída de la dicta- supuestos éxitos económicos.
dura o el régimen autoritario. Estado benefactor.6
Sin embargo, una vez que la movilización de la sociedad civil obli- A la par de este debate, em~
ga a las élites políticas a iniciar un proceso de negociación, es necesario vimientos sociales como actores
ponerle un límite a la movilización de la sociedad, pues de otra manera nea. En los años setenta y och
la culminación de las negociaciones no sería posible, ya que los actores insistieron en que la aparición &
autoritarios podrían sentirse amenazados por la oleada movilizatoria. de adjudicarse a una serie de C4"
Por ello, el pacto final se torna en un asunto exclusivo de las élites polí- ta, de los cuales el principal es que
ticas (Olvera, 1999: 35-36). De esto se desprende que en las teorías de en sociedades posindustriales en
la transición democrática la sociedad civil tiene un carácter efímero y, en del poder y la acumulación. !...os
cierta medida, instrumental, pues no se asume ésta como un activo fun- retos simbólicos al nuevo orcier
damental del nuevo orden democrático, sino más bien como un catali- nan su lógica profunda.
zador del cambio político destinado a bajar su perfil o desaparecer con
la emergencia del nuevo régimen. En todo caso, son los partidos políti-
cos y el gobierno los actores centrales de la transición, y la sociedad civil Según la doctrina económiC2 lcn'nes::::ll
es más bien una pieza secundaria que sería utilizada por las élites como esómular las fuerzas del crccur..m:o

mecanismo de presión o chantaje.


servicios estatales ayuda a los qu.r
elimina problemas explosi~-os ¿¿
papel formal de los sindicaros de
La crisis del Estado benefactor y el futuro de la democracia de la política pública "equilibra" b
capital y modera el conflicto de chscs
El concepto de sociedad civil no solamente fue recuperado por los acto-
res sociales en su lucha contra las dictaduras y los totalitarismos de iz-
quierda y de derecha, sino también fue un referente fundamental en la
demanda de ampliación de la vida democrática en las sociedades indus-
triales y postindustriales del centro de Europa. El debate sobre la crisis
del Estado benefactor en los años setenta, que enfrentó a los defensores
neoconservadores del libre mercado con los defensores del Estado social,
puso en el centro el problema de la relación entre el Estado y la sociedad,
y entre el capitalismo y la democracia en los países centroeuropeos.

220
Sociedad civil

Para los defensores del Estado benefactor, la sociedad civil tuvo


os transitólogos entien- un papel central en el proceso de democratización de las democra-
mo·.'lmientos populares y cias avanzadas del centro de Europa. Por el contrario, los críticos del
~;;::a:)S de interés público. Su Estado benefactor afirmaron que las crecientes demandas de la socie-
p::::n:.:'" la legitimidad del régi- dad civil provocaron una situación general de "ingobernabilidad': Los
undas y actores emergentes defensores de dicho Estado presentaron argumentos económicos y
Esta activación culmina en políticos.5 En contraste, los defensores del laissezjaire criticaron los
~ ~acicipan la caída de la dicta- supuestos éxitos económicos, políticos y culturales del modelo del
Estado benefactor.6
- -!onde la sociedad civil obli- A la par de este debate, emerge también la crítica de los nuevos mo-
de negociación, es necesario vimientos sociales como actores clave de la sociedad civil contemporá-
sociedad, pues de otra manera nea. En los años setenta y ochenta, Alain Touraine y Alberto Melucci
sería posible, ya que los actores insistieron en que la aparición de los nuevos movimientos sociales pue-
dos por la oleada movilizatoria. de adjudicarse a una serie de cambios estructurales del sistema capitalis-
rumo exclusivo de las élites polí- ta, de los cuales el principal es que los países centrales se han convertido
desprende que en las teorías de en sociedades posindustriales en las que la información es el nuevo eje
~ tiene un carácter efímero y, en del poder y la acumulación. Los nuevos movimientos sociales expresan
asume ésta como un activo fun- retos simbólicos al nuevo orden capitalista, en la medida en que cuestio-
a, smo más bien como un catali- nan su lógica profunda.
oajar su perfil o desaparecer con
do caso, son los partidos políti-
e la transición, y la sociedad civil Según la doctrina económica keynesiana, las políticas del Estado benefactor sirven para
ería utilizada por las élites como estimular las fuerzas del crecimiento económico y prevenir recesiones pronunciadas, alen·
tando la inversión y estabilizando la demanda. En términos políticos, el Estado benefactor
también aumentaría la estabilidad y productividad: por una parte, el derecho legal a los
servicios estatales ayuda a los que sienten los efectos negativos del mercado a la vez que
elimina problemas explosivos del conflicto indusrrial; y por la otra, el reconocimiento del
papel formal de los sindicatos de trabajadores en la negociación colectiva y en la formación
· · ruro de la democracia de la política pública "equilibran la relación de poder asimétric.i entre la mano de obra y el
capital y modera el conflicto de clases (Cohen y Araco, 2000: 30-32).
6
re fue recuperado por los acto- Desde el punto de vista económico, son tres las acusaciones que se presentan contra las
puras y los totalitarismos de iz- políticas del Estado benefactor: conducen a un desincentivo para invertir (impuestos), para
trabajar (seguro social y de desempleo) y constituyen una grave amenaza para la viabilidad
un referente fundamental en la de la clase media independiente (altas tasas de impuestos e inflación). En el aspecto polí-
' cica en las sociedades indus~ tico, se argumenra que los propios mecanismos introducidos por los Estados benefactores
para resolver sus conflictos y crear mayor igualdad de oportunidades (derechos legales y un
Europa. El debate sobre la crisis
sector estatal ampliado) han conducido a nuevos conflictos y han violado los derechos de
. que enfrentó a los defensores algunos para favorecer a otros. Y en el aspecto culrural, se subraya el debilican1ienro de la
los defensores del Estado social, ética de la responsabilidad. Al mismo tiempo, esros mecanismos han generado un conjunto
roe entre el Estado y la sociedad, de expectativas crecientes y un aumento de las demandas que conducen a una siruación
general de ingob~rnabilidad (recuérdese el famoso texto sobre "La crisis de la democracia"
¡¡ los países centroeuropeos. elaborado por la Comisión Trilareral) (Cohen y Araro, 2000: 32-34).

221
Sergio Orti:z: Leroux

Desde la mirada de los nuevos movimientos, se subraya el hecho


de que el Estado benefactor ha olvidado dimensiones completas de
la vida social, como las relaciones de género, la ecología, el riesgo de la
política como guerra. De aquí se derivan los movimientos feminista,
ecologista y pacifista. Esta crítica apuntaba a la necesidad de redefinir
las redes de solidaridad social, cambiar la noción misma de progreso y
acabar con la guerra como fundamento de la política. La solución ofre- mento activo, transformador
cida por Clauss Offe es la "repolitización" de la sociedad civil, es decir, la sociales. De ahí que la socieda¿ e
complementación de las instituciones representativas de la democracia tolimitada que busca companb -
con otras formas de representación descentralizadas y autopromovidas cado, las necesidades y esttucru..-is
(Olvera, 1999: 33-34). del mundo de vida.
Dentro del campo de los nuevos movimientos sociales, no puede Después de un periodo mis o
dejarse de mencionar la obra de Jürgen Habermas.7 Si bien es cierto que bre la noción de sociedad civil :
el filósofo alemán no desarrolló una teoría específica de la sociedad ci- masiano, se ha abierto en la a
vil, también es cierto que se puede reconstruir un concepto de sociedad e investigaciones sobre este S!...'1:
civil a partir de su herencia teórica, tarea desarrollada por algunos de sus zan -no sin problemas y con
discípulos, en especial Cohen y Arato. Partiendo de la dualidad entre sis- radigmas distintos de las ciena.a.s
tema y mundo de vida, estos autores han asociado la defensa del mun- de encuentros y desencuentros. se
do de vida a los movimientos de la sociedad civil. Ellos encuentran en des líneas de investigación, pr
la parte institucional del mundo de vida, es decir, en las instituciones y sociedad civil: a) sociedad ci\'i _
formas asociativas que requieren la acción comunicativa para su repro- nueva gobemanza; e) sociedad
ducción, el fundamento de la sociedad civil. Aquí, las instituciones ha- la sociedad civil y e) el desenca."1:
cen referencia a la estructura de los derechos, a la operación del sistema ra a revisar cada una.
judicial y a los aparatos que garantizan la reproducción sociocultural de
la sociedad. Cohen y Arato señalan que los movimientos e instituciones
de la sociedad civil se localizan tanto en la esfera privada, como en la pú- Sociedad civil global y glob11lr::.u
blica, y están vinculados al mercado y al Estado como puntos de contac-
to entre los subsistemas y la sociedad. El resurgimiento del discurso ce
En clave habermasiana, la sociedad civil tendría dos componentes al fenómeno de la globalizacion.
principales: por un lado, el conjunto de instituciones que definen y de- mica, política, cultural e in fo~
fienden los derechos individuales, políticos y sociales de los ciudada- zación de la sociedad civil. Lar.
nos y que propician su libre asociación, la posibilidad de defenderse de a la década de los noventa, )' ·
la acción estratégica del poder y del mercado y la viabilidad de la ínter- ternacionales no gubernamer.~
defensa y movimientos socu.'CS _
noción es parte de una disCUSI
7
dición de ser global) y glo0"1~~
Para esce apartado se recuperan las ideas principales de dos trabajos fundamencales: Araco
y Cohen (1999: 83-112) y Olvera (1996: 31-44). globalidad). Por ello, la conc

222
Sociedad civil

·"' se subraya el hecho vención ciudadana en la operación misma del sistema; por el otro, el
ensiones completas de conjunto de movimientos sociales que continuamente plantean nuevos
S::e:-:~ b ecología, el riesgo de la principios y valores, nuevas demandas sociales, así como vigilar l.a apli-
movimientos feminista, cación efectiva de los derechos ya otorgados. Así pues, la sociedad civil
.. l.a necesidad de redefinir contendría un elemento institucional definido básicamente por la estruc-
oaón misma de progreso y tura de derechos de los Estados benefactores contemporáneos, y un ele-
.:le la política. La solución ofre- mento activo, transformador, constituido por los nuevos movimientos
.....e :a sociedad civil, es decir, la sociales. De ahí que la sociedad civil se visualice como una estrategia au-
re:resentativas de la democracia tolimitada que busca compatibilizar en el largo plazo la lógica del mer-
-er.rraüzadas y autopromovidas cado, las necesidades y estructuras del sistema político y las necesidades
del mundo de vida.
movimientos sociales, no puede Después de un periodo más o menos largo, en el que la reflexión so-
Habermas.7 Si bien es cierto que bre la noción de sociedad civil gravitó alrededor del paradigma haber-
eoría específica de la sociedad ci- masiano, se ha abierto en la actualidad una nueva generación de estudios
nstruir un concepto de sociedad e investigaciones sobre este singular término político, en donde se cru-
desarrollada por algunos de sus zan -no sin problemas y contradicciones- disciplinas, enfoques y pa-
Partiendo de la dualidad entre sis- radigmas distintos de las ciencias sociales y humanidades. En este punto
ban asociado la defensa del mun- de encuentros y desencuentros, se identifican, por lo menos, cinco gran-
x:iedad civil. Ellos encuentran en des líneas de investigación, presentes y futuras, sobre el discurso de la
, es decir, en las instituciones y sociedad civil: a) sociedad civil global y globalización; b) sociedad civil y
ºón comunicativa para su repro- nueva gobernanza; e) sociedad civil y calidad democrática; d) teorías de
¿ civil. Aquí, las instituciones ha- la sociedad civil y e) el desencanto hacia la sociedad civil. Pasemos aho-
echos, a la operación del sistema ra a revisar cada una.
:a reproducción sociocultural de
!os movimientos e instituciones
n la esfera privada, como en la pú- Sociedad civil global y globalización
Ü Estado como puntos de contac-
El resurgimiento del discurso de la sociedad civil no permaneció ajeno
id civil tendría dos componentes al fenómeno de la globalización. Por el contrario, la globalización econó-
le instituciones que definen y de- mica, política, cultural e informativa ha tenido como correlato la globali-
r:icos y sociales de los ciudada- zación de la sociedad civil. La noción de sociedad civil global se remonta
• la posibilidad de defenderse de a la década de los noventa, y abarca un conjunto de organizaciones in-
ercado y la viabilidad de la ínter- ternacionales no gubernamentales, redes de difusión transnacionales de
defensa y movimientos sociales globales (Scholte, 2005: 173-201). Esta
noción es parte de una discusión más amplia sobre globalidad (la con-
~ de dos trabajos fundamentales: Arato
dición de ser global) y globalización (la tendencia de incremento de la
globalidad). Por ello, la concepción de sociedad civil global es insepara-

223
Sergio Ortiz Leroux

ble de la noción de globalización en su forma más general. Si la globali- Sociedad civil y nueva goben;.; :
zación es entendida como desterritorialización,8 entonces, ¿qué supone
la sociedad civil global2 Esta noción comprende, en términos generales, la La revalorización de la soae...: ;r -
actividad cívica que: a) se dirige a problemas que rebasan las fronteras de Estado ha provocado un füer-1 -
los Estados nacionales: cambio climático; enfermedades como el sida; (Aguilar, 2004; Mayntz, 2001: 1-
derechos humanos; armas atómicas; crítica a agencias gubernamen- tuciones estatales y no estata:e:s ~
tales globales como la OCDE, el FMI, el BM; cuestionamiento a aspec- participan y a menudo coope:-ar o:
tos de la globalización económica como la producción, el comercio, las políticas públicas. La cooperaao;; ei:
inversiones, las finanzas; b) involucra comunicación transfonteriza: la formulación de políticas p6:ica:s
comercio aéreo, telecomunicaciones, redes computacionales y medios ·a) mediante una gobernaciór: ::o-:J>.:
masivos electrónicos; e) tiene una organización global y d) trabaja con públicas y los actores corpora2· os
la premisa de la solidaridad supraterritorial. A partir de estas cua- formulación de las políticas pG ·.:zi
tro expresiones de supraterritorialidad, la sociedad civil global ha ad- neocorporativos; b) a través de ~
quirido proporciones significativas a finales del siglo xx y principios la que la gobernación se traslada .:.~
del XXI. multidimensionalidad de capas .~
Ahora bien, ¿qué provocó su expansión y desarrollo? La sociedad ci- de regulación; c) mediante la coo?
vil global es parte de un conjunto de procesos de globalización. En efec- vil, bajo la forma de redes rnil.-:25 ~
to, las mismas fuerzas que impulsaron la globalización en general son observan en niveles más especi2.:os
las que incrementaron la actividad cívica transfronteriza. Cuatro condi- ejemplo, en las telecomunicacio;:;.es
ciones han sido vitales para la globalización: a) el pensamiento global es miento de lo que se ha denomic.a.:.
crucial, pues las personas se vuelven capaces de imaginar el mundo como en la cual la sociedad civil se 6m.
un lugar sencillo de ser construido en el orden de relaciones globales con- y aplicación de regulaciones, s:::o ~
cretas; b) el desarrollo capitalista es fundamental desde el momento en exclusiva responsabilidad (socic.i...:
que la globalización ha sido esparcida fuertemente por los esfuerzos de
empresas para maximizar ventas y minimizar costos; c) la tecnología es
crucial desde el momento en el que el desarrollo de las comunicaciones y Sociedad civil y calidad demo:n•· :
el procesamiento de información han soportado la infraestructura para
las conexiones globales y d) la regulación es fundamental, ya que medidas En el campo de la ciencia po~:ica ie
como la estandarización y la liberalización han proveído la estructura le- dad civil ya no gira en tomo de b.s
gal que estimula la globalización. sino sobre los problemas r ¿f'Sd;=¡O!
f
craciá: Si bien es cierto que la.s éem
canas, han asegurado condico:=.cs 1
poder y libertades civiles r ~
En el mundo contemporáneo, la gran escala de desterritorialización no tiene precedentes. bién es cierto que enfrentan c_-r ~
En el espacio global, el "lugar" no está definido territorialmente. De suerte que las rela- de las instituciones represecrz...~
ciones globales tienen que ser llamadas en su carácter de "supraterritoriales''. Ej emplos del
fenómeno global abundan actualmente: faxes, McDonald's, agotamiento del ozono, emi- ciones democráticas enfati::a.""O:-. e:i:.,;
siones de CNN, tarjetas de crédito Visa, internet, etcétera. las reglas del juego electora!. ~

224
Sociedad civil

general. Si la globali- Sociedad civil y nueva gobernanza


entonces, ¿qué supone
--"--....• er. términos generales, la La revalorización de la sociedad civil como una esfera autónoma del
_e rebasan las fronteras de Estado ha provocado un fuerte impacto en el patrón de gobernación
(Aguilar, 2004; Mayntz, 2001: 1-8). En la nueva gobernanza, las insti-
_z¡ a agencias gubernamen - tuciones estatales y no estatales, los actores públicos, privados y sociales
· .:uestionamiento a aspec- participan y a menudo cooperan en la formulación y aplicación de las
p~oducción, el comercio, las políticas públicas. La cooperación entre el Estado y la sociedad civil para
comunicación transfonteriza: la formulación de políticas públicas se lleva a cabo de diferentes formas:
e.:es computacionales y medios a) mediante una gobernación neo corporativa en la que las autoridades
~!::ación global y d) trabaja con públicas y los actores corporativos privados colaboran en los procesos de
·rorial. A partir de estas cua- formulación de las políticas públicas, especialmente a través de acuerdos
.. la sociedad civil global ha ad- neocorporativos; b) a través de una gobernación multiestratificada en
Snales del siglo xx y principios la que la gobernación se traslada de un estatismo unidimensional a una
multidimensionalidad de capas locales, regionales, nacionales y globales
;ón y desarrollo~ La sociedad ci- de regulación; e) mediante la cooperación entre Estado y sociedad ci-
rocesos de globalización. En efec- vil, bajo la forma de redes mixtas de actores públicos y privados que se
la globalización en general son observan en niveles más específicos de los sectores de las políticas, por
cransfronteriza. Cuatro condi- ejemplo, en las telecomunicaciones y la salud, y d) por medio del creci-
1.óón: a) el pensamiento global es miento de lo que se ha denominado la "privatización'' de la gobernación,
'aces de imaginar el mundo como en la cual la sociedad civil se involucra no solamente en la formulación
orden de relaciones globales con- y aplicación de regulaciones, sino que estas funciones pasan a ser de su
damental desde el momento en exclusiva responsabilidad (sociedad civil sin gobierno).
:=.rertemente por los esfuerzos de
fmizar costos; c) la tecnología es
lesarrollo de las comunicaciones y Sociedad civil y calidad democrática
portado la infraestructura para
n es fundamental, ya que medidas En el campo de la ciencia política empírica, la discusión sobre la socie-
ón han proveído la estructura le- dad civil ya no gira en torno de las llamadas transiciones democráticas,
sino sobre los problemas y desafíos de la llamada "calidad de la demo-
craciá: Si bien es cierto que las democracias, sobre todo las latinoameri-
canas, han asegurado condiciones mínimas de competencia y acceso al
poder y libertades civiles y políticas básicas para los ciudadanos, tam-
le desterrirorialización no tiene precedentes. bién es cierto que enfrentan un serio déficit en el funcionamiento efectivo
i:o rttrirorialmente. De suerte que las rela· de las instituciones representativas. Dicho con otras palabras: las transi-
a:-.ill:er de "supraterriroriales''. Ejemplos del
¡, McDonald's, agotamiento dd ozono, emi·
ciones democráticas enfatizaron el acuerdo de los actores políticos sobre
~=era. las reglas del juego electoral, pero descuidaron el acuerdo sobre las re-

225
Sergio Ortiz Leroux

glas para el ejercicio democrático, representativo y eficaz del poder. El Lo cierto, más allá de com~ _
resultado ha sido, en el mejor de los casos, la emergencia de democracias sociedad civil, después de so
electorales de baja calidad e ineficaces para hacer sustentable el orden teorías políticas, ha salido fo--
democrático. identificar sus distintas expr
En este marco discursivo, la sociedad civil se representa como un ac, asociaciones privadas que ::
tor social que contribuiría a mejorar la calidad de las democracias si se beralismo igualitario) (Sahill. 2
asume como un factor de control y vigilancia del poder. Las tareas o acti, esferas públicas de ciudad.anos
vidades que llevaría a cabo la sociedad civil para mejorar la calidad de las individuales, sino que tambien
democracias son numerosas: evaluar el desempeño de las instituciones munidad política asociados al
gubernamentales; vigilar los mecanismos legales e institucionales que ga, canismo) (Ortiz Leroux, 2CXr· ·;\
rantizan tanto una eficaz rendición de cuentas de los servidores públicos de comunidad ética (comunicaz
como una efectiva transparencia de los actos gubernamentales; analizar dad de grupos de adscripcion: rr;
la capacidad de las instituciones gubernamentales para garantizar un (multiculturalismo) (SauCl. 200
ejercicio controlado y balanceado de los poderes del Estado; reformar ra víá' entre el Estado y la esfen
los factores que inciden en el fortalecimiento del Estado democrático de 2007), entre otros.
derecho. Con iniciativas como éstas, los actores de la sociedad civil vigi,
larían y controlarían al gobierno y, con ello, mejoraría el desempeño de
las instituciones públicas.

Las altas expectativas deposiud.as


Teorías de la sociedad civil vocaron como respuesta la eme.::
encantadas sobre aquélla. La
En la teoría política contemporánea, la sociedad civil se ha convertido en que provoca encantamientos, ~
uno de los términos que más ha generado polémica y discusión. Debido y desaflos a la hora de mech..""se
a que se trata de un concepto ambiguo y polisémico, distintas teorías de sumida "civilidad" de la socieC.a.:.
la política se han hecho cargo de sus alcances y límites, de sus potencia, carácter incivil de las sociedad.es
lidades heurísticas y excesos retóricos, de sus posibles y no pocas veces túan no en función del bien com
conflictivas relaciones con la esfera del mercado y la del Estado. El resul, cada uno de sus miembros. i...25
tado ha sido un prolífico y fecundo debate entre las distintas teorías de espacio común de la toma de ~
la sociedad civil que ha contribuido a aclarar sus múltiples significados pacio en el que los grupos de lI" -
y el lugar que ésta ocupa en los discursos políticos contemporáneos. De intereses particulares por encima
manera que los liberalismos (igualitario, conservador), el comunitaris, de la sociedad. Con ello se por-..:..-.a
mo, el multiculruralismo, el republicanismo, las teorías críticas, la so, a la sociedad civil con lo bueno
cialdemocracia y los socialismos contemporáneos se han dado a la tarea malo y lo injusto.
de rastrear el sentido de la sociedad civil en sus respectivas ideologías. En segundo lugar, las teo:-...as -
En algunas ocasiones, recurriendo a autores y enfoques de su propia blemas a la hora de dar cue:--i:.a ~
tradición; en otras, en abierta confrontación con otra(s) tradición( es). civiles contemporáneas. Los

226
Sociedad civil

1115~:::n"O,. eficaz del poder. El Lo cierto, más allá de convergencias o divergencias, es que la noción de
cccgencia de democracias sociedad civil, después de someterse a la prueba de formol de distintas
hacer sustentable el orden teorías políticas, ha salido fortalecida ya que, por lo menos, podemos
identificar sus distintas expresiones: sociedad civil como sinónimo de
se representa como un ac- asociaciones privadas que persiguen bienes colectivos particulares (li-
....._.±;.d de las democracias si se beralismo igualitario) (Sahuí, 2007); como asociaciones autónomas y
:u dd poder. Las tareas o acti- esferas públicas de ciudadanos que no solamente gozan de derechos
?ara mejorar la calidad de las individuales, sino que también tienen determinados deberes con la co-
.:.esempeño de las instituciones munidad política asociados al cultivo de ciertas virtudes cívicas ( republi-
iegales e institucionales que ga- canismo) (Ortiz Leroux, 2007; Wences Simon, 2007); como una suerte
.:entas de los servidores públicos de comunidad ética (comunitarismo) (Vitale, 2007); como una diversi-
actos gubernamentales; analizar dad de grupos de adscripción: multinacionales, poliétnicos, inmigrantes
entales para garantizar un (multiculturalismo) (Sauca, 2007); como "tercer elemento" o "terce-
deres del Estado; reformar ra víá' entre el Estado y la esfera individual (bienestarismo) (Mindus,
del Estado democrático de 2007), entre otros.
actores de la sociedad civil vigí-
a ello, mejoraría el desempeño de
El desencanto hacia la sociedad civil

Las altas expectativas depositadas en el discurso de la sociedad civil pro-


vocaron como respuesta la emergencia de una serie de reflexiones des-
encantadas sobre aquélla. La sociedad civil ya no es la fórmula mágica
sociedad civil se ha convertido en que provoca encantamientos, sino un discurso que enfrenta problemas
'o polémica y discusión. Debido y desaflos a la hora de medirse con la realidad. En primer lugar, la pre-
,. polisémico, distintas teorías de sumida 'civilidad" de la sociedad civil no pone demasiada atención en el
- ces y límites, de sus potencia- carácter incivil de las sociedades civiles realmente existentes, las cuales ac-
de sus posibles y no pocas veces túan no en función del bien común, sino de los intereses particulares de
..ercado y la del Estado. El resul- cada uno de sus miembros. Las sociedades civiles serían, entonces, no el
are entre las distintas teorías de espacio común de la toma de decisiones colectivas vinculantes, sino el es-
clarar sus múltiples significados pacio en el que los grupos de interés defenderían y harían prevalecer sus
ios políticos contemporáneos. De intereses particulares por encima de los intereses generales del conjunto
10, conservador), el comunitaris- de la sociedad. Con ello se pondría en tela de juicio el supuesto que asocia
uúsmo, las teorías críticas, la so- a la sociedad civil con lo bueno y lo justo, y al Estado o al mercado con lo
mporáneos se han dado a la tarea malo y lo injusto.
·-il en sus respectivas ideologías. En segundo lugar, las teorías de la sociedad civil enfrentan serios pro-
¡¡t::rores y enfoques de su propia blemas a la hora de dar cuenta de la pluralidad interna de las sociedades
1:ación con orra(s) tradición(es). civiles contemporáneas. Los ciudadanos, se afirma, no son homogéneos,

227
Sergio Ortiz Leroux

ni participan exclusivamente en decisiones que involucran al interés ge-


neral. El ciudadano moderno también sería, al mismo tiempo, produc-
tor, consumidor, trabajador, padre de familia, miembro de una iglesia, estatización, entendida princr.:
etc. De ahí que los ciudadanos de la sociedad civil también participen en y último lugar, habría que refl
decisiones menores y, con ello, influyen sobre las decisiones de alta polí- tre la sociedad civil y los .rnn1.,-.H
tica o economía que se ejercen a otros niveles. Estos ciudadanos reales, y organizada, mafias de cuello
no ficticios, participan sólo de forma intermitente, pues están demasiado táculos de estos poderes fáGJ
atrapados en los asuntos de la vida cotidiana. De manera que no existe aguas del Estado y del mercaa
un ciudadano único y portador de virtudes universales, sino que existen "virgen" de la sociedad civi:. En
tantos ciudadanos como escenarios para poder vivir diversos tipos de turo del discurso de la sociedad
vida buena (Walzer, 1998: 385-386). la última palabra.
En tercer lugar, los discursos contemporáneos de la sociedad civil sue-
len menospreciar la presencia de intersticios inciviles entre la sociedad civil
y la sociedad política, y entre la sociedad civil y la sociedad económica, que Lecturas recomendadas
son altamente corrosivos: el desempleo, que dincilmente conduce a la civi-
lidad o a la deliberación colectiva; la criminalidad, que erosiona la autono- Sobre la historia conceptua.! .:ie
mía social y alienta la usurpación; los monopolios de control social local, Femández Santillán (2003 \
que interrumpen la deliberación, fomentan la intolerancia y oscurecen la poráneo de la sociedad cinl.
legitimidad de puntos de vista alternativos, y la irresponsabilidad imper- (1999), Arato (1999) y Cohen
sonal de los modernos medios de comunicación masiva comercializados mica de las teorías políticas con:·
(Whitehead, 1999: 26). a Sauca y Wences (2007).
Alrededor de estas cinco grandes líneas de investigación versará se-
guramente la discusión presente y futura sobre la noción de sociedad
civil. Nadie podrá asumirse como el rey filósofo que ofrezca respues- Fuentes
tas concluyentes y definitivas a cada uno de estos ejes problemáticos.
Al contrario, mientras más se mantenga abierta la discusión sobre el
significado, los alcances y los límites de este discurso, mejores serán las
aproximaciones que tendremos a éste. De lo que sí podremos hacernos
cargo, en todo caso, es de los grandes dilemas alrededor de los cuales gi-
rará la discusión futura sobre la noción de sociedad civil.
En primer lugar, habría que discutir si la globalización es una opor-
ciedad civil: de la teoría a la
tunidad que se abre para el fortalecimiento de la sociedad civil o es, por
dad, México, El Colegio de M
el contrario, un riesgo que pone en peligro su propia supervivencia. En
pp. 83-112.
segundo lugar, habría que debatir sobre la pertinencia de mantener una
Bobbio, Norberto (199la .
definición exhaustiva de la sociedad civil o, por el contrario, una defi-
dad civil'; en N. Bobbio, •
nición menos exhaustiva y definiciones secundarias que dieran cuenta
de su pluralidad ontológica. En tercer lugar, habría que polemizar so-

228
Sociedad civil

ucran al interés ge- bre la relación entre la sociedad civil y lo público (lo común y visible)
mo tiempo, produc- a fin de cuestionar la asociación automática entre sociedad civil y des-
embro de una iglesia, estatización, entendida principalmente como privatización. En cuarto
también participen en y último lugar, habría que reflexionar sobre las posibles relaciones en-
bs decisiones de alta polí- tre la sociedad civil y los poderes fácticos: narcotráfico, delincuencia
Esrns ciudadanos reales, y organizada, mafias de cuello blanco y demás. Sospecho que los ten-
-ente, pues están demasiado táculos de estos poderes fácticos no solamente han contaminado las
- De manera que no existe aguas del Estado y del mercado, sino también han profanado la tierra
_.Uversales, sino que existen "virgen" de la sociedad civil. En estos grandes debates, se jugará el fu-
poder vivir diversos tipos de turo del discurso de la sociedad civil. Un futuro en el que nadie tendrá
la última palabra.
raneos de la sociedad civil sue-
; inciviles entre la sociedad civil
ii~ y la sociedad económica, que Lecturas recomendadas
e difícilmente conduce a la civi-
r.alidad, que erosiona la autono- Sobre la historia conceptual de la sociedad civil, véase Bobbio (1989),
nopolios de control social local, Fernández Santillán (2003) y Peña (2003). Sobre el debate contem-
an la intolerancia y oscurecen la poráneo de la sociedad civil, léase a Olvera (1999), Serrano Gómez
s, \' la irresponsabilidad imper- (1999), Arato (1999) y Cohen y Arato (2000). Para una visión panorá-
..:ación masiva comercializados mica de las teorías poüticas contemporáneas de la sociedad civil, revisar
a Sauca y Wences (2007).
de investigación versará se-
ra sobre la noción de sociedad
filósofo que ofrezca respues- Fuentes
o de estos ejes problemáticos.
abierta la discusión sobre el
Aguilar, Luis F. (2004)."Gobernación/ (coords.), Diccionario de política,
es~e discurso, mejores serán las
gobernanzá' (manuscrito inédito). México, Siglo XXI, pp.1519-1524.
lo que sí podremos hacemos
Arato, Andrew y Jean Cohen (1999). Bobbio, Norberto (1991b). "Políti-
!maS alrededor de los cuales gi-
"Sociedad civil y teoría social': en cá: en N. Bobbio, N. Matteucci y
le sociedad civil.
Alberto J. Olvera (coord.), La so- G. Pasquino (coords.), Dicciona-
s'. la globalización es una opor-
ciedad civil: de la teoría a la reali- rio de política, México, Siglo XXI,
uo de la sociedad civil o es, por
dad, México, El Colegio de México, pp. 1215-1225.
o su propia supervivencia. En
pp. 83-112. Bobbio, Norberto (1989). "Sociedad
- pertinencia de mantener una
Bobbio, Norberto (199la). "Socie- civil'; en Estado, gobierno y sociedad.
o, por el contrario, una defi-
dad civil'; en N. Bobbio, Nicola Por una teoría general de la política,
cundarias que dieran cuenta
Matteucci y Gianfranco Pasquino México, FCE, pp. 39-67.
_:-ar, habría que polemizar so-

229
Sergio Ortiz Leroux

Cohen,Jean L. y Andrew Arato (2000). idea de la sociedad civil': en Alberto Serrano Gómez, Enrique
Sociedad civil y teoría política, Méxi· J. Olvera (coord.), La sociedad civil: "Modernidad y sociedad en
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Fernández Santillán, José (2003). El Colegio de México, pp. 27-53. ciedad civil: de la teoría a l.~ ~
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poráneo de sus teorías, Madrid,
rorra, pp.111-142.

231
Movimientos sociales
Martín Retamozo*

En el breve relato "Del rigor de la cienciá; Jorge Luis Borges evoca la his-
toria de un imperio en el cual la cartografía había llegado a tal desarrollo
que los expertos se dispusieron a realizar un mapa perfecto, uno que co-
incidiera exactamente con los detalles de aquel reino. El absurdo de tal
esfuerzo fue evidente para quienes lo necesitaban: un mapa de estas carac-
terísticas es completamente inútil (no podría desplegarse), un mapa con-
siste en una rigurosa simplificación atenta a ser útil para quien requiere de
sus servicios. Pues bien, este trabajo tiene por objeto introducir al lector al
campo de estudio de los movimientos sociales, para ello hemos elabora-
do este mapa de la cuestión que, lejos de la precisión del relato borgeano,
busca la virtud de ser una guía eficaz para quien se aproxima a la temática.
El presente capítulo, en consecuencia, ofrece un itinerario general y
las claves para que el lector se sumerja en el campo temático de su interés
vinculado a los movimientos sociales. Así, este mapa inicia con una primera
parte dedicada a los orígenes clásicos del debate en cuestión. En la segunda
visitaremos críticamente algunos de los esfuerzos dentro de los principa-
les paradigmas contemporáneos. Allí, presentaremos la teoría de la movi-
lización de recursos (y su continuación en el enfoque del proceso político),
el paradigma orientado a la identidad y las teorías sobre los "nuevos movi-
mientos sociales': Finalmente, revisaremos algunas claves para la concep-
tualización y el análisis de los movimientos sociales en América Latina.

* Doctor en Ciencias Sociales por la Flacso México. Profesor-investigador del Centro de


Investigaciones Socio-Históricas de la Universidad Nacional de La Plata. Conicet, Argen-
tina. Correo electrónico: <martin.retamozo@gmail.com>.

233
Martín Retarnozo

Introducción lización social. Enfoques como


por ejemplo, tuvieron nota.ble
La atención a los fenómenos de acción colectiva y movilizaciones socia- sieron en el centro del debate Us
les, contra lo que muchas veces se supone, ha sido recurrente en la re- las acciones de protesta. Dand
flexión política. También es cierto que en los estudios clásicos este tema psicosociológicas como las de
estuvo supeditado a otras preocupaciones tan disímiles, que van desde que también del propio Sipu.nd
la teoría de la guerra y la conformación del orden social (antiguo y mo- análisis de los grupos a pamr de
derno) hasta las luchas por las independencias nacionales. No obstante, y con elementos de la psicologu
parece innegable que el estudio de los movimientos sociales como un Este tipo de intentos de expli
campo específico cobró autonomía relativa cuando fueron tematizadas ción de los fenómenos sociales a
las movilizaciones de la década de los sesenta. Allí, y en gran parte debi- sugestión y contagio a parnr ¿e
do al fracaso de los enfoques y herramientas analíticas existentes hasta (Le Bon, 1895) que, a pesar d..: su
el momento, así como al profundo desafío que significaron estos movi- y potenciaban (Ortega y Gas:~
mientos, se abrió un terreno fértil para indagar en nuevas concepciones ción a actuar fuera de las nor.:u.s
que ayuden a explicar los acontecimientos de protesta, acción colectiva El funcionalismo, por su ?U'"
y movilización social.1 tas al problema de la acción v la
el papel de las normas, pero al
orientarse al estudio de las tenst
La cuestión desde una perspectiva clásica gue el comportamiento insoruc
en forma de grupos de presior' o
Son muchos los antecedentes rastreables en los debates actuales sobre colectivo anormal, no instirua
los movimientos sociales. Para contemporáneos de diversas corrientes den, los mecanismos de conc:ol
(Raschke, 1994; Tarrow, 1994), los primeros autores que se ocuparon quiebre se produce por las
de lo que hoy identificaríamos como asuntos teóricos vinculados a los modernización, con el adve ·
movimientos sociales fueron Marx y Engels. En una perspectiva clási- este segundo caso, la acción c
ca, el marxismo ha planteado los problemas que hoy denominamos de ciales existentes, sino que surge
acción colectiva, centrando su atención en los procesos de conforma- Merton han sido, con matice:,;,
ción de actores colectivos (las clases) y su accionar (las luchas). De este Neil Smelser (1963), en !l!U
modo, el marxismo produjo una multiplicidad de trabajos sobre la con- del comportamiento coleco·'O
formación de los sujetos y las características del conflicto social, tanto en colectiva no institucionalizad.a.
ámbitos académicos como políticos. rural. Con todo, la tesitura ep·
Desde una tradición totalmente diferente, surgieron otros intentos lectiva como un acontecinuento
de respuestas e interpretaciones de los fenómenos de conflicto y moví- un orden alterado, la cual debe
duales. Es decir, la acción coleaw.a

El campo de estudio de los movimientos sociales ha sido trabajado fundament<ilmence por


la sociología, pero esto no implica la imposibilidad de ser construido como objeto de estudio 2
También los trabajos de H=ruh A::
de la ciencia política, la historia, la antropología, la psicología social e incluso la filosofia. aunque desde una perspectin .......,,"-'-.....

234
Movimiencos sociales

lización social. Enfoques como las teorías sobre la sociedad de masas,


por ejemplo, tuvieron notable éxito en el periodo de la entreguerra y pu-
=>'2 •• movilizaciones socia- sieron en el centro del debate las características de los participantes en
siJo recurrente en la re- las acciones de protesta. Dando cuenta de las influencias de reflexiones
es~dios clásicos este tema psicosociológicas como las de Gustave Le Bon y Gabriel Tarde, aun-
u.-: Jisímiles, que van desde que también del propio Sigmund Freud, estas teorías se orientaron a un
o:-den social (antiguo y mo- análisis de los grupos a partir de categorías vinculadas a la personalidad
..:!25 nacionales. No obstante, y con elementos de la psicología, dejando de lado aspectos sociológicos.
Mmientos sociales como un Este tipo de intentos de explicación, en general, propusieron una reduc-
cuando fueron tematizadas ción de los fenómenos sociales a casos de irracionalidad producida por
ra. Allí, y en gran parte debi- sugestión y contagio a partir de una exacerbación de los sentimientos
nras analíticas existentes hasta (Le Bon, 1895) que, a pesar de su heterogeneidad, las masas compartían
tfio que significaron estos movi- y potenciaban (Ortega y Gasset, 1930), y que producían una disposi-
indagar en nuevas concepciones ción a actuar fuera de las normas y reglas. 2
ros de protesta, acción colectiva El funcionalismo, por su parte, también ha intentado dar respues-
tas al problema de la acción y la movilización. Especialmente retomando
el papel de las normas, pero alejándose de tentativas psicologistas para
orientarse al estudio de las tensiones estructurales. Por un lado, distin-
clásica gue el comportamiento institucional, normal o convencional expresado
en forma de grupos de presión o de interés. Por otro, el comportamiento
en los debates actuales sobre colectivo anormal, no institucional, que se origina en la ruptura del or-
ráneos de diversas corrientes den, los mecanismos de control social o de la estructura normativa. Este
eros autores que se ocuparon quiebre se produce por las transformaciones sociales en el periodo de la
sumos teóricos vinculados a los modernización, con el advenimiento de sociedades más complejas. En
l::i¡¿els. En una perspectiva clási- este segundo caso, la acción colectiva no está guiada por las normas so-
bas que hoy denominamos de ciales existentes, sino que surge frente a situaciones especiales. Parsons y
en los procesos de conforma- Merton han sido, con matices, exponentes de estas corrientes.
accionar (las luchas). De este Neil Smelser (1963), en una perspectiva similar, elaboró una teoría
licidad de trabajos sobre la con- del comportamiento colectivo con la que busca dar cuenta de la acción
.:as del conflicto social, tanto en colectiva no institucionalizada, orientada a resolver una tensión estruc-
tural. Con todo, la tesitura epistemológica sigue anclada en la acción co-
e . .
rerente, surgieron otros intentos lectiva como un acontecimiento excepcional cuya función es restablecer
fenómenos de conflicto y moví- un orden alterado, la cual debe explicarse a partir de las reacciones indivi-
duales. Es decir, la acción colectiva está en estrecha relación con el orden
11 ha sido trabajado fundamentalmente por
~ ~ Stt construido como objeco de estudio 2
También los trabajos de Hannah Arendt y Theodor W. Adorno indagan en esta dirección,
h ?Sicología social e incluso la filosoña. aunque desde una perspecciva filosófica diferente.

235
Martín Retamozo

social, especialmente cuando se manifiesta un defasaje entre las expecta- si bien no excluye motivaciones
tivas introyectadas por los sujetos y la ordenación social. Esta corriente se pias del individuo (sus preteren
concentra en identificar aspectos en las estructuras sociales que explican costos-beneficios de participa:
la acción de los hombres. Las acciones se conciben como emergentes en conductas de los individuos en :
espacios no estructurados o frente a las fallas de las normas sociales encar- micas, que a desentrañar las co
gadas de regular el comportamiento social. Las acciones colectivas, en- propiamente dichos.4 Sin emb.u =
tonces, serían la manifestación de un colapso de las formas de integración puesto que sirvieron como so~
normativa de las sociedades. Frente a estas situaciones, los individuos se cipales corrientes de invesng;i.oon
ven frustrados y descontentos, por lo tanto, motivados para participar en cialmente en Estados Unidos.
acciones colectivas. Smelser contempló la importancia de las creencias
para explicar las reacciones frente a las tensiones o desajustes sociales,
pero privilegió los aspectos estructurales. Las perspectivas contempo -

En la década de los sesenta, el


La lógica de la acción colectiva: hacia el
individualismo metodológico
testas que no tenían un carac:er
Un giro relevante se produjo a partir de la utilización de las considera- carácter irracional, sino que es~
ciones que hiciera Mancur Olson (1965) sobre la producción de bienes dos y dirigidos a espacios espec
públicos para pensar los movimientos sociales. Esto conllevó a abando- consolidadas. Este desconcier::o
nar la clase o el grupo como unidad de análisis, pero también las ten- grandes corrientes teóricas, cu ;:a.
siones en la estructura social. La atención se siruó en la racionalidad por un lado, la teoría de la mo•
individual y los problemas de cómo es posible la acción colectiva por acento en los componentes raa
parte de individuos autointeresados. De allí la influencia del individua- siderados por los anteriores p¿z
lismo metodológico. Olson se propuso analizar la posibilidad de la ac- Por otro lado, se realizaro:-
ción colectiva a partir de los presupuestos de la economía neoclásica. tos e identidades puestos en jt:..cgo
Es decir, supone la existencia de individuos que persiguen sus propios construyeron su análisis sobre ~
intereses y que se encuentran con problemas para la acción colectiva, sus acciones para obtener au:o
porque necesitan de un bien que no pueden suministrarse solos. Tal ceso identitario en sociedades ...
vez el más conocido de estos dilemas que ha presentado este autor sea Cohen (1985) distingue esto:> L

el famoso free rider, es decir, el actor racional que calcula costos de invo- estrategia los primeros; y on
lucrarse en la acción colectiva y decide no realizar esfuerzos que exige
la acción y, aprovechándose de la acción de los otros, obtener los bene-
ficios (en especial cuando son bienes públicos).3 El modelo olsoniano, La pertinencia dd lnd.ividw.lismo
las ciencias sociales en genera.: r d
generado un amplio debate. C.-mc;¡¡
Para una explicación del· Dilema del prisioneró' y sus consecuencias para la acción colecti- 1994) y de la Garza (2005 . UI
va, véase Elsrer (1993). (1989) al desencanto con~ pe:-s¡;:'Ci::i;;¡

236
Movimientos sociales

3d2saje entre las expecta- si bien no excluye motivaciones variables, pone el acento en las pro-
cial. Esta corriente se pias del individuo (sus preferencias, su información y sus cálculos de
11S::::::::D:ra.s sociales que explican costos-beneficios de participar), con lo que se acerca más a explicar las
:-en como emergentes en conductas de los individuos en grupos de interés o asociaciones econó-
las normas sociales encar- micas, que a desentrañar las complejidades de los movimientos sociales
La.s acciones colectivas, en- propiamente dichos.4 Sin embargo, los escritos de Olson son relevantes,
¿e las formas de integración puesto que sirvieron como soporte metodológico para una de las prin-
siruaciones, los individuos se cipales corrientes de investigación sobre los movimientos sociales, espe-
::iotivados para participar en cialmente en Estados Unidos.
la 1IDportancia de las creencias
tensiones o desajustes sociales,
s. Las perspectivas contemporáneas

En la década de los sesenta, el auge de las movilizaciones estudiantiles,


tia el feministas, pacifistas y ecologistas hizo evidente las limitaciones con-
ceptuales de los esquemas analíticos entonces vigentes para explicar pro-
testas que no tenían un carácter estrictamente de clase y tampoco un
!.a utilización de las considera- carácter irracional, sino que estaban protagonizadas por grupos defini-
5 sobre la producción de bienes dos y dirigidos a espacios específicos, en el marco de sociedades civiles
·ales. Esto conllevó a abando- consolidadas. Este desconcierto intelectual motivó la emergencia de dos
análisis, pero también las ten- grandes corrientes teóricas, cuya influencia llega hasta nuestros días:
:ion se situó en la racionalidad por un lado, la teoría de la movilización de recursos (TMR), que pone el
' posible la acción colectiva por acento en los componentes racionales y estratégicos de fenómenos con-
e allí la influencia del individua- siderados por los anteriores paradigmas como irracionales.
analizar la posibilidad de la ac- Por otro lado, se realizaron estudios enfocados a los nuevos conflic-
;:os de la economía neoclásica. tos e identidades puestos en juego en los procesos de movilización. Éstos
·uos que persiguen sus propios construyeron su análisis sobre las orientaciones de los grupos a través de
b!emas para la acción colectiva, sus acciones para obtener autonomía, reconocimiento y afianzar un pro-
ueden suministrarse solos. Tal ceso identitario en sociedades complejas. En un estudio ya clásico, Jean
e ha presentado este autor sea Cohen (1985) distingue estos trabajos refiriéndose como centrados en la
ional que calcula costos de invo- estrategia los primeros; y orientados a la identidad los segundos.
no realizar esfuerzos que exige
l de los otros, obtener los bene-
• licos).3 El modelo olsoniano, La pertinencia del individualismo metodológico y de la teoría de la elección racional para
las ciencias sociales en general y el esrudio de Jos movimientos sociales en particular, ha
generado un amplio debate. Críócas al uso de categorías olsonianas en Pizzomo ( 1988 y
v S-.lS consecuencias para la acción colecti- 1994) y de la Ga.rza (2005). Las obras de Elster, asimismo, se desplazan de una defensa
(1989) al desencanto con esta perspectiva teórica (2000).

237
Martín Recamozo

De la teoría de movilización de recursos El problema de la mo~ Ul-44Jll.,..


al enfoque del proceso político no a la pregunta ¿cómo es posible
mizadores, que se valen de sus
Como respuestas a los enfoques funcionalistas, estructuralistas y marxis- decidir su participación en .:.a
tas surgió, especialmente en Estados Unidos, una serie de estudios que a actuar colectivamente en a.ns
buscaron explicar las acciones colectivas desde el supuesto del carácter palabras, ¿cómo es posible s ....~
racional e instrumental de las acciones, basándose en los postulados del en jaque la obtención de la a.e
individualismo metodológico esbozado por Olson. En consecuencia, el sugieren que para resolver el ?
problema principal de la teoría se situó en explicar la participación de los pié en los incentivos colecnvos
individuos en las movilizaciones orientadas a cambiar alguna situación pondrían para obtener el rest::.-
social particular. Para McCarthy y Zald, autores pioneros en este para- colectivos son mecanismos de:
digma, un movimiento social es un 'conjunto de opiniones y creencias cos) que refuerzan la partiap
en una población, la cual representa preferencias para cambiar algunos desempeñan papeles imporunrc:s
elementos de la estructura social o de la distribución de recompensas en lización, medios de comunica..
una sociedad" (1977: 1218). Ahora bien, la pregunta que sigue quedan- mejorar el juego estratégico y _
do abierta es, precisamente, cómo se conforma esta estructura de creen- ticipar en tanto calculan que d
cias (en otras palabras: cómo se forma un movimiento social), algo que, es posible. Pero, además, se in..
a su vez, supone dar cuenta de los problemas de acción colectiva plantea- cación que se vincula a las es...
dos por Olson. existentes a la acción. Los íncip
El giro epistemológico alejó a estos autores pioneros de la centrali- una expansión de trabajos em:
dad de los cambios que producían tensiones en la sociedad y los enfocó sobre diferentes movimientos
hacia una perspectiva racionalista, centrada en las dinámicas internas de rarían con mayor precisión gre
los movimientos, en los recursos, las organizaciones y el juego estraté- En esta misma perspecnv:a.
gico de individuos que deciden actuar colectivamente. Este posiciona- dad de incorporar nuevas var...b
miento tuvo consecuencias metodológicas, puesto que se abandonaba tada a los recursos y las or:¡:..~..............
el agravio y las tensiones sociales como variable explicativa para con- Tarrow, McAdam y Tilly busa::
centrarse en aspectos pretendidamente objetivos, como los recursos y incorporar variables del comen.o
las organizaciones. Al sostener que en las sociedades encontramos ni- tudio de los movimientos ~-""~
veles de agravios constantes, la variable explicativa se encontró en la en el "proceso político': El anilisis
existencia de grupos organizados que se apropian y movilizan recursos cuentra inmerso un fenómer:o &
para obtener la acción colectiva. Si "La elaboración de la crisis presu- trabajos que buscaron det·ll"'T"',T'\T1,.,,,
pone la existencia de grupos organizados con recursos" (Jenkins, 1994: gencia del movimiento soca.!,
12), entonces es allí donde hay que enfocar la mirada. Los factores es- como 'estructura de oporruru.:
tructurales que habían sido privilegiados por las explicaciones estruc- 1991; 1994) y"repertorio de ac-.
tural-funcionalistas se abandonaron en favor de una concentración en Esto supone, según Larañ2
los recursos que poseen los actores para actuar en determinada ocasión, independiente para situarla en d
a partir de un cálculo de costos y beneficios. lla la acción, en lugar de aco~.U a

238
Movimientos sociales

El problema de la movilización social, entonces, se construye en tor-


no a la pregunta ¿cómo es posible que individuos autointeresados, maxi-
mizadores, que se valen de sus cálculos de recursos y oportunidades para
-~~cs:rucruralistas y marxis- decidir su participación en la acción en un juego estratégico, se decidan
..1 serie de estudios que a actuar colectivamente en aras de cambiar algo de la sociedadr En otras
e e: supuesto del carácter palabras, (CÓmo es posible superar el problema delfree rider que pondría
aose en los postulados del en jaque la obtención de la acción colectivar McCarthy y Zald (1977)
Olson. En consecuencia, el sugieren que para resolver el problema es necesario hacer especial hinca-
explicar la participación de los pié en los incentivos colectivos y los recursos que los organizadores dis-
a cambiar alguna situación pondrían para obtener el resultado de la acción colectiva. Los incentivos
aurores pioneros en este para- colectivos son mecanismos de premios y castigos (materiales o simbóli-
ºunro de opiniones y creencias cos) que refuerzan la participación. Por su parte, entre los recursos que
Eerencias para cambiar algunos desempeñan papeles importantes destacan: tiempo, dinero, profesiona-
distribución de recompensas en lización, medios de comunicación, liderazgos, los cuales se utilizan para
.., la pregunta que sigue quedan- mejorar el juego estratégico y lograr que los individuos se decidan a par-
furma esta estructura de creen- ticipar en tanto calculan que el éxito (la satisfacción de sus preferencias)
"1 movimiento social), algo que, es posible. Pero, además, se introquce una segunda variable en la expli-
e:nas de acción colectiva plantea- cación que se vincula a las estructuras organizativas de los grupos pre-
existentes a la acción. Los incipientes desarrollos de la TMR produjeron
amores pioneros de la centrali- una expansión de trabajos empíricos (muchos de ellos comparativos)
nes en la sociedad y los enfocó sobre diferentes movimientos sociales, algunos de los cuales se conside-
da en las dinámicas internas de rarían con mayor precisión grupos corporativos de interés o de presión.
ganizaciones y el juego estraté- En esta misma perspectiva, algunos especialistas vieron la necesi-
-olectivamente. Este posiciona- dad de incorporar nuevas variables para complementar la atención pres-
cas, puesto que se abandonaba tada a los recursos y las organizaciones del movimiento. Autores como
'-ariable explicativa para con- Tarrow, McAdam y Tilly buscaron ampliar el horizonte analítico para
. objetivos, como los recursos y incorporar variables del contexto político (e incluso cultural) para el es-
sociedades encontramos ni- tudio de los movimientos sociales, dando lugar a estudios enfocados
k explicativa se encontró en la en el "proceso político': El análisis del proceso político en el cual se en-
apropian y movilizan recursos cuentra inmerso un fenómeno de acción colectiva originó una serie de
ekboración de la crisis presu- trabajos que buscaron determinar condiciones políticas para la emer-
os con recursos" (Jenkins, 1994: gencia del movimiento social, y que los condujo a conceptos relevantes
· -ar la mirada. Los factores es- como 'estructura de oportunidades políticas'; "ciclo de protesta" (Tarrow,
s por las explicaciones estruc- 1991; 1994) y"repertorio de acción" (Tilly, 1978).
:a\·or de una concentración en Esto supone, según Laraña (1999), una ampliación de la variable
1cruar en determinada ocasión, independiente para situarla en el contexto político en el que se desarro-
-?Os. lla la acción, en lugar de acotarla a los recursos. Los autores que se agru-

239
Martín Recamozo

pan en el enfoque del "proceso político': si bien asumen la necesidad de culturales. El propósito de ...
· ...,·,u....._.
explicar las acciones colectivas en términos de conductas individuales, la dimensión simbólica, la cu.al es
relajan la óptica individualista propuesta por Olson para incorporar al ción de una demanda y la legi
análisis aspectos como la integración, la solidaridad y los valores como con su accionar instalan en d
variables explicativas de los movimientos sociales. Básicamente, el para- cialmente aceptados o consid
digma sitúa la explicación de la emergencia de los movimientos sociales ficas de violación de éstos. Asi.
en una conjunción de factores internos (recursos, organización, dine- que reconoce McAdam en !c-s
ro, tiempo) y variables externas como son las oportunidades dadas por Estados Unidos, su propues~ es
el contexto político en que se desarrolla la acción. plicación de la emergencia de m
La preocupación por los contextos políticos en los que se desarrolla la capacidad de articular los discu::
la acción y su influencia en las dinámicas de la acción colectiva, llevó a mientes con tradiciones simbólias
una especial atención por los factores estructurales e institucionales del El concepto de 'estructur:a <le
sistema político. En esta perspectiva, Eisinger (1973) propuso el concep- innumerables trabajos empiricos
to de 'estructura de oportunidades políticas" para referirse a las condi- zar cuándo la gente se decide a
ciones de un sistema político particular que facilita la acción colectiva. El necesario considerar que las es.
concepto fue ampliamente adoptado y autores como Tarrow lo popula- das en tanto que los propios sujct
rizaron debido a su potencialidad para incorporar nuevamente en el aná- sus propias acciones futuras v pa.."2
lisis los aspectos de las estructuras sociales, el Estado, los otros grupos sulta imprescindible pensar nu
organizados (posibles aliados, divisiones en las élites), las crisis econó- acción, de tal manera que salí: ~
micas, y demás factores relevantes para explicar la acción colectiva en un la determinación de las estruL.
momento determinado. McAdam (1994: 47) recono.:e.
En consecuencia, se ajusta la mirada para avanzar en la explicación objetivos en la estructura y la e
de la acción colectiva, considerando que "la gente se suma a los movi- provocan que una situación sea
mientos sociales como respuestas a las oportunidades políticas, y a conti- tunidad. En este camino se recon
nuación crea otras nuevas a través de la acción colectiva. Como resultado, tóricas, subjetivas y culturales qae
el 'c uándó de la puesta en marcha del movimiento social (cuándo se poner en tensión sus propios
abren las oportunidades políticas) explica en gran medida el ¿'por qué' t en la necesidad de incorporar
(Tarrow, 1997: 49). Esto propició la reintroducción de aspectos estruc- (Swidler, 1995) para comprend.tt
turales (regímenes políticos, estatales, económicos, historia, tradiciones) se lo ha realizado desde una \
en el análisis de sociedades concretas en las que ocurren las acciones. tas rituales, simbólicas e hisrónas.
Tarrow reparó en la importancia de las variables del sistema polí- las estrategias de acción (Klan.:
tico, sin embargo, el contenido de muchos de los movimientos socia- muchas veces en este paradipr..a b
les contemporáneos parece vincularse fuertemente a un plano cultural, da reducida a un recurso que
aunque operen sobre el sistema político y constituyan también allí su probable la acción colectiva.
campo de conflicto. En esta línea, dentro de la misma corriente, surgie- En síntesis, la incorporación
ron trabajos que buscan identificar una ventana de oportunidades para colectiva que postula la T tR.
la acción colectiva. McAdam (1994) investigará así las oportunidades blema pero desatiende otras. Es

24-0
Movimienros sociales

.;:::::::::::';!~ b necesidad de culturales. El propósito de introducir aspectos culturales es incorporar


.::::!::::::i:x::zs mdividuales, la dimensión simbólica, la cual es crucial en aspectos como la elabora-
~..i mcorporar al ción de una demanda y la legitimación de los movimientos sociales que
'"alores como con su accionar instalan en el espacio público la tensión entre valores so-
251cunente, el para- cialmente aceptados o considerados como valiosos y situaciones especí-
cO'"""'.mientos sociales ficas de violación de éstos. Así, frente al creciente sesgo estructuralista
organización, dine- que reconoce McAdam en los estudios sobre movimientos sociales en
º?Ortunidades dadas por Estados Unidos, su propuesta es incorporar variables culturales en la ex-
a.:.:ion. plicación de la emergencia de los movimientos sociales, particularmente
DC"uticos en los que se desarrolla la capacidad de articular los discursos y las reivindicaciones de los movi-
de la acción colectiva, llevó a mientos con tradiciones simbólicas compartidas.
rrucrurales e institucionales del El concepto de 'estructura de oportunidades" ha sido utilizado por
·nger (1973) propuso el concep- innumerables trabajos empíricos porque ofrece una matriz para anali-
' ncas" para referirse a las condi- zar cuándo la gente se decide a actuar colectivamente. No obstante, es
que facilita la acción colectiva. El necesario considerar que las estructuras de oportunidades no son cerra-
autores como Tarrow lo popula- das en tanto que los propios sujetos con su accionar las modifican para
corporar nuevamente en el aná- sus propias acciones futuras y para la actividad de otros grupos. Así, re-
ales, el Estado, los otros grupos sulta imprescindible pensar nuevamente la relación entre estructura y
en las élites), las crisis econó- acción, de tal manera que salir de un plano explica la acción a partir de
cxplicar la acción colectiva en un la determinación de las estructuras. Esto es así porque, como el propio
McAdam (1994: 47) reconoce, resulta difícil distinguir entre cambios
para avanzar en la explicación objetivos en la estructura y la construcción social de significados que
e la gente se suma a los movi- provocan que una situación sea subjetivamente interpretada como opor-
t rtunidades políticas, y a conti- tunidad. En este camino se reconoce la importancia de dimensiones his-
a.:ción colectiva. Como resultado, tóricas, subjetivas y culturales que no siempre la teoría incorporaría sin
l movimiento social (cuándo se poner en tensión sus propios supuestos. Por ejemplo, se ha reparado
c:i en gran medida el /por qué' t en la necesidad de incorporar esferas analíticas vinculadas a la cultura
mtroducción de aspectos estruc- (Swidler, 1995) para comprender los movimientos sociales, pero sólo
-<'nómicos, historia, tradiciones) se lo ha realizado desde una versión acotada como caja de herramien-
:is que ocurren las acciones. tas rituales, simbólicas e históricas, importantes para la elaboración de
de las variables del sistema polí- las estrategias de acción (Klandermans y Johnston, 1995). En definitiva,
chos de los movimientos socia- muchas veces en este paradigma la dimensión cultural e identitaria que-
fuertemente a un plano cultural, da reducida a un recurso que mejora el juego estratégico haciendo más
CC' \- constituyan también allí su probable la acción colectiva.
¡ro de la misma corriente, surgie- En síntesis, la incorporación del papel de los recursos para la acción
' entana de oportunidades para colectiva que postula la TMR, ilumina una parte importante del pro-
ini:esrigará así las oportunidades blema pero desatiende otras. Es concebible que los recursos faciliten

241
Martín Retamozo

la acción, sin embargo, el problema es que la existencia de recursos no


genera acción colectiva. Los recursos son una construcción (se ten-
drían herramientas, pero no saber cómo utilizarlas, porque no tienen
significado). res que comparten un campo rn
Por otra parte, además de los recursos materiales (dinero, espacios sos y por un proyecto de ·51-ocii~lill
para reuniones o transporte al servicio de la movilización), existen de relaciones de dominación. b
otros recursos como el conocimiento técnico, la experiencia política, los también la presencia de \Vdx: .:u
mitos y los imaginarios que son menos visibles, pero se constituyen en acción (Touraine, 1978; Bolos.
fundamentales para el éxito de la movilización. Ambos "recursos" deben dades contemporáneas movili:::.a
ser situados en contextos de movilización y de movimientos particulares (puesto que cohabitan un a...
que pueden incorporarlos mediante su resignificación subjetiva. Esto nos dad de las sociedades: "el mm-in:
alejaría de una visión del recurso como un elemento para el juego estraté- social de valores morales en o
gico y nos situaría en la pregunta por cómo los movimientos sociales re-
construyen y dan sentido (construyen) determinados recursos. Tampoco
la existencia de 'oportunidades" por sí misma explicaría la emergencia de
los movimientos sociales, en tanto que aquéllas requieren de una recons-
trucción subjetiva por parte de los sujetos. aparición de movimientos so.;:u::~
virando desde una defensa p •
1987: 99), hasta admitir que d
Movimientos sociales: acción e identidad adquirir diferentes formas, aun
(Touraine, 1997a: 99). En esas
El problema de la emergencia de los movimientos sociales, su constitu- rar, en los países centrales) los
ción, transformación y disposición para la acción colectiva ha sido es- po de tensión entre la disoC'..a.ao:i
tudiado desde el paradigma centrado en la identidad por autores como y los poderes comunitarios. E~
Alain Touraine y Alberto Melucci. Touraine, en Sociología de la acción vimiento social, es necesario la e
(1969), ofreció una nueva dirección en los estudios de los movimien- de identidad, un conflicto (con
tos, incorporando aspectos ligados a los actores sociales y el conflic- te) y una pugna por la totalidA.l.
to por las orientaciones de las sociedades industriales avanzadas. En dad. Touraine (1997a) iden .:.
tal sentido, el especialista francés considera que la crisis de la moder- sociales, según el tipo de .:onfü
nidad conlleva una multiplicidad de esferas de conflicto que produ- ren. Los movimientos historie.os.
cen, a su vez, la emergencia de nuevos sujetos y actores que necesitan sociedad a otra; los mo\;~em
ser investigados en una nueva configuración teórica que abandone la formación de aspectos culru..~
explicación meramente sistémica, pero también exclusivamente indi-
vidual para dar lugar al retorno de un actor en referencia al sistema
(Touraine, 1987: 17).
nómicos, éticos y estéticos coa b
En esta perspectiva, el concepto de movimientos sociales es clave medio" (1987: 67).
para dar cuenta de los conflictos producidos sobre las tensiones de las Países industrializados, con ea;,:=::OSI

242
Movimientos sociales

~~:::;::u de recursos no sociedades modernas que abren disputas por la historicidad5 dentro del
~cción (se ten- sistema de acción histórica. Sobre el conflicto se erige la concepción de
movimientos sociales de Touraine como un antagonismo entre dos acto-
res que comparten un campo cultural y disputan por el control de recur-
sos y por un proyecto de sociedad. En lo que refiere a la identificación
de relaciones de dominación, la herencia de Marx allí es evidente, pero
también la presencia de Weber al reconocer el papel de los valores en la
-.es, pero se constituyen en acción (Touraine, 1978; Bolos, 1999). El conflicto social de las socie-
on. Ambos "recursos" deben dades contemporáneas moviliza a actores que invocan ciertos valores
) de movimientos particulares (puesto que cohabitan un campo cultural) y disputan por la historici-
esignificación subjetiva. Esto nos dad de las sociedades: 'el movimiento societal defiende un modo de uso
'llil demento para el juego estraté- social de valores morales en oposición al que sostiene y trata de imponer
:ómo los movimientos sociales re- su adversario social" (Touraine 1997a: 104).
determinados recursos. Tampoco A pesar de los cambios que introduce desde sus primeros trabajos
· ma explicaría la emergencia de (mucho más ligados al marxismo), Touraine nunca abandona la dimen-
aquéllas requieren de una recons- sión del conflicto como constituyente del orden social y ámbito para la
os. aparición de movimientos sociales. Sin embargo, su concepción ha ido
virando desde una defensa primaria del conflicto de clase (Touraine,
1987: 99), hasta admitir que el conflicto central de una sociedad puede
cidad adquirir diferentes formas, aunque siempre exista un conflicto vertebral
(Touraine, 1997a: 99). En esas sociedades contemporáneas (cabe acla-
01:imientos sociales, su constitu- rar, en los países centrales)6 los movimientos sociales operan en un cam-
L-a la acción colectiva ha sido es- po de tensión entre la disociación de dos espacios: el poder del mercado
rn la identidad por autores como y los poderes comunitarios. En esta perspectiva, para que exista un mo-
ouraine, en Sociología de la acción vimiento social, es necesario la conjugación de tres elementos: un proceso
:c. los estudios de los movimien- de identidad, un conflicto (con un consecuente adversario u oponen-
tos actores sociales y el conflic- te) y una pugna por la totalidad, esto es, por el control de la historici-
lades industriales avanzadas. En dad. Touraine (1997a) identifica, a su vez, tres tipos de movimientos
·dera que la crisis de la moder- sociales, según el tipo de conflicto y la orientación que éstos adquie-
esferas de conflicto que produ- ren. Los movimientos históricos, que buscan controlar el cambio de una
sujetos y actores que necesitan sociedad a otra; los movimientos culturales, que pugnan por la trans-
ración teórica que abandone la formación de aspectos culturales (valores), y los movimientos sociales
ro también exclusivamente indi-
tn actor en referencia al sistema
Touraine define historicidad como "d conjunto de modelos culturales, cognoscitivos, eco-
nómicos, éticos y estéticos con los cuales una colectividad construye sus relaciones con el
ie movimientos sociales es clave medio" (1987: 67).

1
cidos sobre las tensiones de las Países industrializados, con economías capitalistaS y democracias liberales consolidadas.

243
Martín Retamozo

propiamente dichos o movimientos societales, que buscan el control de descuidar el "cómo" lo hacen. Su
la historicidad. Tal distinción es analítica y las movilizaciones sociales ceso de movilización (el co:ro .
pueden combinar rasgos históricos, culturales y societales. de la acción (el porqué).
A diferencia de otros autores, Touraine ha intentado comprender los Melucci propone una de:1~
fenómenos de movilización política en América Latina. Interrogándose "como forma de acción colecm7
por la existencia de movimientos sociales en la región, su respuesta es a) basada en solidaridad, b mie
lapidaria ( 1997b: 6): "El continente se caracteriza por un déficit de mo- pe los límites del sistema en .:r-e
vimientos sociales y, más ampliamente, de actores sociales". Ello no quie- cepción del movimiento soc.a!
re decir que no existan movimientos en América Latina, sino que su distinción con las que confu.ü .!
fuerza autónoma ha sido históricamente débil frente a procesos nacio- empírico movilizado (Raschke. 1
nal-populares que ampliaron los sectores dependientes del Estado. La distintivo del movimiento social
influencia, además, de movimientos antiimperialistas y armados en so- lectiva que se diferencia de oras
ciedades civiles no autónomas ni bien definidas, alteró las condiciones puesto que supone una imeg
políticas en que se producen los movimientos sociales. Luego de una dad e identidad) que pone en .::r
etapa dominada por regímenes nacional-populares adversos al brote de la acción.
movimientos sociales autónomos, la progresiva diferenciación de las so- Para Melucci, los mO\ · ; -
ciedades latinoamericanas permitirá decir al sociólogo francés ( 1997b: 9) crisis de sentidos provocad.:!. ;:io::-
que 'el continente está saliendo de la prehistoria de los movimientos so- alta densidad de informacion. En
ciales''. Muchas de las aportaciones de Touraine son valiosas, no obstan- a estas crisis y los intentos e.o
te, las características propias de las experiencias de movilización social Blanco, 1994). La atencion a las
en América Latina hacen necesaria su reconceptualización. establecen y donde construver.
lidaridad se torna, así, fundam
vilización social y acción colecm-;¡_
El movimiento social como "sistema de acción multipolar" atención en las dimensiones
tos, destacando allí el peso de
La empresa teórica de Melucci parte de retomar algunas de las limita- que es el lugar donde se cons
ciones de los enfoques que ponen el acento en factores de las tensiones les de la vida cotidiana son pr~
en las nuevas sociedades y los que sitúan en los recursos la explicación de estructura o tejido que co~­
(Bolos, 1999). Básicamente, el autor italiano se interroga sobre la perti- vimiento, en tanto que apor.m
nencia del concepto de movimientos sociales (y de nuevos movimientos acción. También nutren de
sociales) para dar cuenta de procesos de acción colectiva contemporá-
neos.' De esta manera, cuestiona las tradiciones funcionalistas por ha-
berse centrado en el "por qué" los grupos se movilizan, pero al precio de otros actores, sujetos y orgar.i::.4
sistema de acción.

La preocupación centra! de Mclucci ha sido por los movimiemos sociales de los países
centrales, sin embargo, su enfoque ha sido ucilizado para construir explicaciones de las mo- para la adopción de su tcocu = p =
vilizaciones en América Latina. Por otra parte, él mismo ha intentado realizar mediaciones "Introducción" a la ediaón m

244
Movimientos sociales

descuidar el "cómo" lo hacen. Su apuesta, entonces, es recuperar el pro-


ceso de movilización (el cómo) para indagar las causas y consecuencias
de la acción (el porqué).
Melucci propone una definición analítica de movimiento social
"como forma de acción colectiva que abarca las siguientes dimensiones:
?ºº' su respuesta es a) basada en solidaridad, b) que desarrolla un conflicto y e) que rom-
:rc:;ii:::?:i:::..:-::l. :x>r un déficit de mo- pe los límites del sistema en que ocurre la acción" (1999: 46). La con-
~ sociales': Ello no quie- cepción del movimiento social como un sistema de acción introduce una
ecica Latina, sino que su distinción con las que confunden movimiento con un actor colectivo
ce .::.ébL. frente a procesos nacio- empírico movilizado (Raschke, 1994: 124). De acuerdo con Melucci, lo
·e.s dependientes del Estado. La distintivo del movimiento social es que consiste en un tipo de acción co-
:iimperialistas y armados en so- lectiva que se diferencia de otras (por ejemplo, los ataques de pánico),
:.efinidas, alteró las condiciones puesto que supone una integración sostenida en el tiempo (solidari-
Tientos sociales. Luego de una dad e identidad) que pone en cuestión al sistema en que se desarrolla
:-populares adversos al brote de la acción.
•gresiva diferenciación de las so- Para Melucci, los movimientos sociales surgen como respuestas a la
:r al sociólogo francés (1997b: 9) crisis de sentidos provocada por el advenimiento de las sociedades con
:historia de los movimientos so- alta densidad de información. En consecuencia, conviene poner atención
ouraine son valiosas, no obstan- a estas crisis y los intentos colectivos por restituir ese horizonte (Revilla
eriencias de movilización social Blanco, 1994). La atención a las relaciones sociales que los individuos
~onceptualización. establecen y donde construyen identidades, sentidos compartidos y so-
lidaridad se torna, así, fundamental para comprender los procesos de mo-
vilización social y acción colectiva. En esa línea, Melucci ha puesto especial
cie acción multipolar" atención en las dimensiones pertinentes para el estudio de los movimien-
tos, destacando allí el peso de las redes sumergidas en la vida cotidiana
~ retomar algunas de las limita- que es el lugar donde se construyen sentidos colectivos. Las redes socia-
~.ro en factores de las tensiones les de la vida cotidiana son previas y de algún modo "prepolíticas" y hacen
m en los recursos la explicación de estructura o tejido que constituyen condiciones de posibilidad del mo-
h.ano se interroga sobre la perti- vimiento, en tanto que aportan recursos materiales y simbólicos para la
:iales (y de nuevos movimientos acción. También nutren de experiencias históricas que se constituyen en
k acción colectiva contemporá- soportes de procesos de identidad. El entramado social previo provee, en-
i.6ciones funcionalistas por ha- tonces, a los actores una serie de redes de comunicación y relaciones con
s se movilizan, pero al precio de otros actores, sujetos y organizaciones que facilitan la construcción de un
sistema de acción.

os movimientos sociales de los países


;o:.,opara construir explicaciones de las mo- para la adopción de su teoría en países del tercer mundo (Melucci, 1999, especialmente su
nusrno ha intentado realizar mediaciones "Introducción" a la edición en español).

245
Martín Recamozo

Melucci centra su atención en aspectos de la identidad, debido a que las nuevas formas de hacer
muchos de los movimientos sociales tienen el campo identitario como cioso y destructivo, puede b::-- -
espacio de construcción. De este modo, incluyendo la solidaridad y el participación de la ciudadmia
compromiso emocional, intenta superar ciertas limitaciones de otros tes de la política y de la dico:
paradigmas preocupados por los cálculos de actores racionales. La aten- el liberalismo.
ción a los procesos de construcción de un'nosotros: de una identidad co-
lectiva y las transformaciones que en estos terrenos se producen con el
transcurrir de las experiencias colectivas, son algunos de los ángulos que
ilumina el trabajo de Melucci.

Estado benefactor, gobernabilidad Estos movimientos sociales SI'_


y nuevos movimientos sociales pación política por fuera de lll
masas) de tal manera que co -
Las concepciones de Claus Offe (1985) sobre la emergencia de nue- viendo a los grupos mo\ - -
vos movimientos sociales constituyen una aproximación particular a los democrático.
procesos políticos europeos de la década de los setenta. Su reflexión in- Las reflexiones de Offe
daga en las nuevas formas de participación política en las democracias
occidentales, específicamente la aparición de los nuevos movimientos
sociales, como respuesta a la crisis de gobemabilidad del Estado be-
nefactor europeo (Offe, 1989). Para este estudioso, los movimientos movimientos sociales enfrer.
sociales se encuentran asociados al incremento de la politización de la autonomía e identidad , OEe
sociedad civil y la agudización de las tensiones entre la democracia liberal to con la preocupación de ;-.:
(y el sistema de partidos), por un lado, y el Estado benefactor de corte ke- mundo de la vida por la r.ta
ynesiano, por el otro. Esta contradicción conduce a la crisis bie gobema- los movimientos sociales e<. e!
bilidad de las democracias liberales occidentales en los países centrales, (1982), allí el potencial de est
a partir de los años setenta. A su vez, esta crisis presenta dos caminos ceso de racionalización de b.s
de interpretación y resolución: por un lado, el proyecto conservador a la vez que exige al sistema :
(Crozier, Hunrington y Watanuki, 1975) plasmado en el informe de esta manera, una mayor d
la Comisión T rialateral, que propone la retirada del Estado de la re- también por Niklas Luhmaru
gulación o intervención en espacios que se definen como no políticos, sociales de protestá'8 se ubºa::
básicamente el mercado (Offe, 1985: 815-817); por el otro, el proyecto encargados de transmitir ·i:.
basado en los nuevos movimientos sociales que apuesta a la reactiva- paciones para que sea el sisL
ción de la participación ciudadana en la esfera de la sociedad civil, espe-
cialmente en espacios no institucionalizados y "cuya existencia no está
Ante la imposibilidad de d
prevista en las doctrinas ni en la práctica de la democracia liberal y del
mann prefiere concenrn::se ~
Estado de bienestar" (Offe, 1988: 174). La no institucionalización de Nafurace, 2004).

246
Movimientos sociales

_.:::::::=;::.i.• debido a que las nuevas formas de hacer política, para Offe, lejos de ser un circulo vi-
.fcnntario como cioso y destructivo, puede brindar las condiciones para la apertura de la
s hdaridad y el participación de la ciudadanía a partir de una redefinición de los lími-
aones de otros tes de la polfrica y de la dicotomía público-privado, tal como la entiende
--'""' ~onales. La aten- el liberalismo.
La adopción de demandas no contempladas y acciones políticas no
institucionalizadas constituyen la razón de ser de los movimientos socia-
les que buscan comunicar sus redamos al sistema político. Offe se refiere
a los movimientos ecologistas, los de defensa de los derechos humanos
(feministas entre ellos), los movimientos pacifistas y los que promueven
formas de producción comunitarias alternativas de bienes y servicios.
Estos movimientos sociales significarían una redefinición de la partici-
pación política por fuera de las formas institucionalizadas (partidos de
masas) de tal manera que contengan la "sobrecargá' de la democracia, vol-
5 sobre la emergencia de nue- viendo a los grupos movilizados interlocutores legítimos en el sistema
~ aproximación particular a los democrático.
de los setenta. Su reflexión in- Las reflexiones de Offe tienen un centro de interés en los problemas
-ón política en las democracias que afrontaban los países centrales en los años setenta, vinculados a un
on de los nuevos movimientos proceso de racionalidad técnica y control social que (como buen herede-
gobernabilidad del Estado be- ro de la tradición francfortiana) el autor cuestiona, y al que los nuevos
te estudioso, los movimientos movimientos sociales enfrentaron a partir de defender un proyecto de
remeneo de la politización de la autonomía e identidad (Offe, 1988). En este punto, Offe toma contac-
1.1ones entre la democracia liberal to con la preocupación de Habermas (1989) sobre la colonización del
1Estado benefactor de corte ke- mundo de la vida por la racionalidad instrumental. Habermas concibe
conduce a la crisis ~e goberna- los movimientos sociales en el marco de su teoría de la esfera pública
cienrales en los países centrales, (1982), allí el potencial de éstos radica en que pueden proponer un pro·
esra crisis presenta dos caminos ceso de racionalización de las demandas en el seno de la sociedad civil,
~ lado, el proyecto conservador a la vez que exige al sistema político su incorporación produciendo, de
5 plasmado en el informe de esta manera, una mayor democratización. Este proceso fue identificado
retirada del Estado de la re- también por Niklas Luhmann, quien considera que los "movimientos
se definen como no políticos, sociales de protestá'8 se ubican en la periferia del sistema político y son
3-817); por el otro, el proyecto encargados de transmitir ("irritando" o "buscando resonanciá') preocu-
O.ales que apuesta a la reactiva- paciones para que sea el sistema político el que las resuelva. Es decir, no
esfera de la sociedad civil, espe-
- dos y "cuya existencia no está
s Ante la imposibilidad de delimitar el concepto de "nuevos movimientos sociales: Luh·
de la democracia liberal y del
mann prefiere concentrarse en los "movimientos de protestan (Luhmann, 1998; Torres
• La no institucionalización de Nafarrace, 2004).

247
Marón Retamozo

hay, propiamente, una dirección no institucionalizada de los movimien, por las llamadas "transicio~es a
tos, sino que están destinados a influir en la agenda de temas que son las teorías de los mmimienz
tratados por el sistema político, el cual los aborda desde su propia lógica que muchas veces no tenia.."1
de funcionamiento. Esto implica que los movimientos de protesta no se reflexiones teóricas (Calder
hacen cargo del problema que tematizan y presentan tanto a la opinión nes al pensar con esquemas qu~
pública como al sistema político. Allí radicaría el carácter de "nuevos" de colectivas históricas de A..-nenca.
estos movimientos, los cuales, a diferencia de los "viejos: no buscan ha, nal,populares, campesinos, m
cerse cargo de los problemas y la dirección de un proceso social, postu, culturales, ni a los regímenes
lando así un"radicalismo autolimitado" (Cohen y Arato, 2000: 557), en el muchos de los países. Estos eq:
que se reconoce la independencia de los subsistemas y en el cual la ac, el modo de abordar el prob
ción política tiene como uno de sus objetivos centrales la defensa y la rentes evidencias de las debili
democratización de la sociedad civil. comprender estos problenu.s }
dad del saber (Lander, 1993
En este marco y frente a ;IJU
El estudio de los movimientos sociales en América Latina de los problemas sociales v
sible como campo de análisis a
Siempre que existieron fenómenos de protesta social, de alguna u otra años ochenta florecieron di•·
manera, más o menos sistemáticamente, se ofrecieron interpretaciones centros de pensamiento \ Cl.ac.sq.
a tales movilizaciones. Las ocurridas en América Latina no fueron la ex, sociales. 11 En este espacio sur:
cepción. En este sentido, la reflexión sobre las movilizaciones colectivas jornadas que dieron lugar a .::o
populares ocupó una gran parte de los esfuerzos de la teoría social la, la influencia de autores como ?\
tinoamericana. En la perspectiva clásica, los enfoques dominantes pro, ción y las redes que suscenun
puestos para el análisis de los movimientos propios de América Latina el subcontinente por autores
estuvieron vinculados al funcionalismo9 y al marxismo.10 retomando la idea de obser. ;¡r
No obstante, hacia los años ochenta, se introdujeron las categorías Sin embargo, el propio C~d
elaboradas por los paradigmas centrados en los movimientos sociales. con una pregunta clave:"¡es •
Esta incorporación a la agenda de temas de las ciencias sociales latinoa, latinoamericanos con categorus
mericanas se produjo diacrónicamente a su utilización en los países cen, a problemas suscitados en orr.i.s
trales y en un contexto particular, tanto en lo teórico como en lo histórico. no es unívoca y dependera de la
En lo teórico, el panorama en la región estaba dominado por la crisis de teóricos pueda hacerse en
los paradigmas críticos, especialmente el marxismo y la teoría de la de, En parte, algunos esfuerzos po:
pendencia; mientras que el contexto histórico de la región estaba signado
JJ

9
Para una revisión de las tesis de Germani en relación con los movimientos sociales larinoa· go, como campo autónomo de
mericanos puede consultarse Cisneros Sosa (2001). hacia comienzos de los ochtt.US.
10
Es posible encontrar excepciones, como la de José Carlos Mariátcgui por ejemplo, que des· compilada por Calderón 19~
de el marxismo intentó pensar las características propias de la realidad peruana. Camacho y Menjivar (1989

248
Movimientos sociales

_,______-_.:;de los movimien- por las llamadas "transiciones" a la democracia. En este clima intelectual,
=~ d.a de temas que son las teorías de los movimientos sociales fueron "aplicadas" en contextos
....._ .:esde su propia lógica que muchas veces no tenían nada en común con los que originaron las
enros de protesta no se reflexiones teóricas (Calderón, 1986). Esto produjo muchas limitacio-
.-¡ran tanto a la opinión nes al pensar con esquemas que no estaban adecuados a las experiencias
t=o:::;¡:n:a el carácter de "nuevos" de colectivas históricas de América Latina (movimientos armados, nacio-
os"viejos': no buscan ha- nal-populares, campesinos, indígenas), ni a sus contextos económicos y
&: un proceso social, postu- culturales, ni a los regímenes autoritarios o dictatoriales que padecían
cn y Arato, 2000: 557), en el muchos de los países. Estos equívocos teóricos y epistemológicos sobre
subsistemas y en el cual la ac- el modo de abordar el problema de la movilización social fueron pa-
·envos centrales la defensa y la tentes evidencias de las debilidades del pensamiento eurocéntrico para
comprender estos problemas y constituyen una prueba de la coloniali-
dad del saber (Lander, 1993).
En este marco y frente a una forma de construcción epistemológica
iales en América Latina de los problemas sociales y políticos de América Latina que hacía invi-
sible como campo de análisis a los movimientos sociales, a inicios de los
rotesta social, de alguna u otra años ochenta florecieron diversos proyectos colectivos impulsados por
·e se ofrecieron interpretaciones centros de pensamiento (Clacso, Flacso) para estudiar los movimientos
América Latina no fueron la ex- sociales.11 En este espacio surgieron los primeros congresos, coloquios y
re las movilizaciones colectivas jornadas que dieron lugar a compilaciones sobre el tema. Por entonces,
¡ esfuerzos de la teoría social la- la influencia de autores como Melucci y su interés por las formas de ac-
!os enfoques dominantes pro- ción y las redes que sustentan las acciones colectivas era presentada en
ros propios de América Latina el subcontinente por autores como Fernando Calderón, especialmente
r al marxismo. 10 retomando la idea de observar los procesos de construcción de la acción.
.1, se introdujeron las categorías Sin embargo, el propio Calderón (1986: 335) tempranamente acierta
os en los movimientos sociales. con una pregunta clave: "¿es posible acercarse a los movimientos sociales
ts de las ciencias sociales latinoa- latinoamericanos con categorías elaboradas por teóricos para responder
su utilización en los países cen- a problemas suscitados en otras partes del mundo?" La respuesta tal vez
. lo teórico como en lo histórico. no es unívoca y dependerá de la apropiación que de los diversos aportes
estaba dominado por la crisis de teóricos pueda hacerse en función de los problemas de investigación.
1marxismo y la teoría de la de- En parte, algunos esfuerzos por pensar los avatares políticos y sociales
onco de la región estaba signado
11
Esto no significa que no hayan existido esfuerzos por comprender las movilizaciones co-
lectivas en la región, particularmente el movimiento obrero y el campesino. Sin embar-
n con los movimientos sociales latinoa- go, como cimpo autónomo de estudio los movimientos sociales se constituyeron recién
hacia comienzos de los ochentas. Enrre las principales obras conjuntas caben destacar la
C...los Mariátegui por ejemplo, que des- compilada por Calderón (1986), Calderón y Jelin (1987), Calderón y Dos Santos (1987),
as propw de la realidad peruana. Camacho y Mcnjivar (1989).

249
Martín Retamozo

en el subcontinente se plasmaron en las teorías sobre las transiciones Pizzorno) han procurado una
que incluían una pregunta por el lugar de las sociedades civiles y, allí, de no estratégico de los movúu..,........_
los movimientos sociales. tintos enfoques, sintéticarr.enz
Hacia finales de la década de los ochenta y principios de los noven- de los aportes, puesto que.?""~
ta, en un contexto marcado por el avance del neoliberalismo y sus refor- gicos disímiles. Incluso los ,~.,.,._...
mas en América Latina, emergieron fenómenos de movilización social de la identidad, los aportes dt
multifacéticos que alimentaron una enorme cantidad de trabajos sobre acabado por sesgar el aporte de
los movimientos sociales. Esta vez ya no vinculados al problema de la finición de preferencias r d
transición democrática, sino como intentos de dar cuenta de los conflic- búsqueda de síntesis, es no::
tos en el nuevo orden neoliberal. Las protestas sociales en Venezuela co- cierto, de los enfoques a par::zr
nocidas como 'el Caracazo" de 1989, el levantamiento zapatista de 1994, y pertinente para los fines
las movilizaciones campesinas en Brasil, indígenas y obreras en Bolivia, esto es imprescindible para cru
de desocupados en Argentina, son tan sólo algunas de las experiencias de nes que nos interesan.
acción colectiva en un nuevo contexto social que llega hasta nuestros días. Es evidente que el lecto:r •
Asimismo, la realización de encuentros como el Foro Social Mundial definición acabada de lo que
cruzó las emergencias nacionales con luchas de dimensiones globales una decepción. La mayoría de
como las altermundistas, las ecologistas y las perspectivas de género. categorías que adquieren de~
En América Latina, bastantes de las luchas sociales - como las ve- perspectivas teóricas y de im
nas- persisten abiertas y los esfuerzos por comprenderlas no tienen sólo ril batallar en la búsqueda de b
una motivación académica, sino que se involucran en las posibilidades de vo "movimientos sociales~ bis:
transitar hacia órdenes sociales más justos. En este aspecto, el aborda- como una construcción me:od
je de los asuntos concernientes a las protestas y movilizaciones sociales la posición del investigador, d
exige tanto la atención a los desarrollos teóricos a los que hicimos refe- vicciones, intereses, búsquedas.
rencia, como a innovaciones que promuevan puntos de vista heurísticos acabada de los movimientos
para avanzar en el tema. En cualquier caso, el análisis exhaustivo de la problema que el mapa del u.
historicidad de los órdenes sociales y la historia de los sujetos sociales que ría tan perfecta como inúri:.
disputan la conformación de la sociedad es clave para avanzar en la com- Por lo anterior, en lugar dt
prensión de los fenómenos particulares convertidos en objeto de estudio. los movimientos sociales, pr
abiertos al debate, en los au.:cs
de indagar y que se agregan a
Conclusiones mero es la atención a las d
movimientos. Esto ayuda.ria a
A lo largo de este capítulo, revisamos diferentes perspectivas, teorías y jetos identifican como injusu.s
paradigmas para el estudio de los movimientos sociales. En este punto do es el lugar de las subjeci-;·1 ~
es necesario destacar que han sido varios los intentos de diálogo entre construcciones que elaboran ~
los diferentes enfoques, especialmente entre las tradiciones continen- mismo de acción y mo..ili-aac::i.¡
tales y la estadounidense. Los autores citados (Tarrow, Tilly, Melucci, supone abordar los procesos de 1
250
Movimientos sociales

Pizzorno) han procurado una síntesis que permita atender tanto el pla-
no estratégico de los movimientos como su faz identitaria. Conciliar dis-
tintos enfoques, sintéticamente, no puede realizarse desde una sumatoria
p::i;:;cipios de los noven- de los aportes, puesto que parten de supuestos ontológicos y epistemoló-
~mo y sus refor- gicos disímiles. Incluso los esfuerzos por incorporar desde el paradigma
ÍID!:::".::t:S de movilización social de la identidad, los aportes de las teorías orientadas a la estrategia han
~dad de trabajos sobre acabado por sesgar el aporte de la primera al vincular identidad con de-
:.llados al problema de la finición de preferencias y el accionar estratégico. Quizás más que una
\lle dar cuenta de los conflic- búsqueda de síntesis, es necesario rearticular los aportes, disímiles por
!St3.s sociales en Venezuela co- cierto, de los enfoques a partir de una configuración teórica superadora
..:.ramiento zapatista de 1994, y pertinente para los fines específicos que las investigaciones plantean,
n.:llgenas y obreras en Bolivia, esto es imprescindible para enfocar nuestra atención a las movilizacio-
a1gunas de las experiencias de nes que nos interesan.
tl que llega hasta nuestros días. Es evidente que el lector que ha llegado hasta aquí buscando una
::orno el Foro Social Mundial definición acabada de lo que son los movimientos sociales, se llevará
chas de dimensiones globales una decepción. La mayoría de los conceptos de las ciencias sociales son
las perspectivas de género. categorías que adquieren determinado significado en relación con las
.uchas sociales -como las ve- perspectivas teóricas y de investigación en la que se insertan. Es esté-
r comprenderlas no tienen sólo ril batallar en la búsqueda de la definición acabada de ese objeto esqui-
olucran en las posibilidades de vo "movimientos sociales'; básicamente porque no existe como tal, sino
>s. En este aspecto, el aborda- como una construcción metodológica particular, la cual dependerá de
esras y movilizaciones sociales la posición del investigador, el problema a indagar que plantee, sus con-
~ricos a los que hicimos refe- vicciones, intereses, búsquedas, angustias y sus valores. Una definición
-an puntos de vista heurísticos acabada de los movimientos sociales tendría, sospechamos, el mismo
so, el análisis exhaustivo de la problema que el mapa del imperio al que hicimos referencia al inicio: se-
toria de los sujetos sociales que ría tan perfecta como inútil.
s clave para avanzar en la com- Por lo anterior, en lugar de proponer una definición de lo que son
nrertidos en objeto de estudio. los movimientos sociales, procuraremos identificar algunos ámbitos
abiertos al debate, en los cuales cualquier interesado en el tema pue-
de indagar y que se agregan a los mencionados en este trabajo. El pri-
mero es la atención a las demandas sociales en la conformación de los
movimientos. Esto ayudaría a observar las relaciones sociales que los su-
erentes perspectivas, teorías y jetos identifican como injustas y las que originan sus acciones. El segun-
~entos sociales. En este punto do es el lugar de las subjetividades colectivas y los sujetos sociales como
!os intentos de diálogo entre construcciones que elaboran demandas y se reconfiguran en el proceso
::rre las tradiciones continen- mismo de acción y movilización. El tercero, que se deriva del anterior,
cados (Tarrow, Tilly, Melucci, supone abordar los procesos de construcción de identidades colectivas,

251
Martín Retamozo

donde las formas tradicionales se entrecruzan con nuevos ámbitos de más destacados por la va.-!echd
identificación y reconocimiento relevantes para el estudio de las movi- menta con el de !barra y Tejtt:m.
lizaciones. El cuarto se sitúa en la pregunta por los modos de la acción Entre las fuentes rele\'a."Ucs
colectiva contemporánea, las experiencias de la protesta y los repertorios movimientos sociales en Amena
empleados en la contienda por los actores sociales. El quinto, finalmen- Social de América Latina F
te, tiene que ver con el impacto de las movilizaciones sociales en el plano gistros de los movimientos ~ b.
institucional, es decir, el efecto que las protestas han tenido en la orga- cializada en la temática, la cu.al
nización de cada una de las sociedades, sus alcances y limitaciones para encontrarse valiosos materiales
obtener respuestas a las demandas. Mobilization ofrece estudios sob:
Quisiéramos terminar este capítulo con una última reflexión a modo yormente desde un enfoque dd •
de corolario. Pensar que los órdenes sociales contemporáneos son pro- ro 69 de la revista Zona Ahima
ducciones históricas, que no hay una naturaleza última que los fundamen- contiene excelentes trabajos d
te y que son, en definitiva, las formas de organización que los hombres
se han dado para vivir, hace que el conflicto y el poder estén siempre
presentes en la sociedad. La erradicación del conflicto es también la ani- Fuentes
quilación de la política y la libertad de los hombres para construir otras
formas de organización social diferentes a las existentes. Los movimien- Bolos, Silvia (1999). La consm
tos sociales, como emergentes del descontento, son una muestra de la de actores sociales y la polític.i, ?-.
contingencia del orden social, de la posibilidad de que determinadas re- co, Universidad Iberoam.cr.1.1.A.G.iiJI
laciones sociales se estructuren de otra forma. En este sentido, la in- Plaza y Valdés.
vestigación de los sujetos sociales (entre éstos los movimientos) supone Calderón, Femando {comp.
también la oportunidad de rastrear las huellas del futuro, de las poten- Los movimientos sociales ante..;
cialidades y las limitaciones que los sujetos tienen para hacer la historia México, uNu/Clacso/Iss-L"SAM.
por verur. Calderón, F. y Elizabeth Jelin 19S-
Clases y movimientos sociales en
rica Latina: perspectivas ) re·aii.;~:s¡

Lecturas recomendadas Buenos Aires, Cedes.


Calderón, F. y Mario Dos 5.m:
Un trabajo introductorio muy destacado es el de Ana Rubio García {1987). Los conflictos por la:~ :s:
(2004). Para los clásicos, consúltese Laraña (1996). Una buena in- ción de un nuevo orden, Buc~JS
troducción a la teoría de la movilización de recursos es el trabajo de res, Clacso.
Jenkins (1994), y para su ampliación, los trabajos clásicos de McCharty Camacho, Daniel y Rafael ~i
y Zald (1973 y 1977). Entre la literatura del proceso político cabe men- {1989). Los movimientos pcp:
cionar a Tarrow (1994), McAdam, McCarthy y Zald (1999), así como en América Latina, México. ~
McAdam, Tarrow y Tilly (2001); mientras que entre los trabajos orien- XXI/uNu.
tados a la identidad Touraine (1987; 1997a; 1997b) y Melucci (1999).
Por su parte, Laraña y Gusfield (1994) compilan uno de los trabajos tica de los movimientos soC1.ktS.. ~

252
Movimientos sociales

.....:......... e n nuevos ámbitos de más destacados por la variedad de enfoques incluidos que se comple-
e'. estudio de las movi- menta con el de Ibarra y Tejerina (1998).
- .os modos de la acción Entre las fuentes relevantes para el estudio de la actualidad de los
p:-oresta y los repertorios movimientos sociales en América Latina, encontramos el Observatorio
sociales. El quimo, finalmen- Social de América Latina (promovido por Clacso), donde se llevan re-
-=.a.::ones sociales en el plano gistros de los movimientos en la región y se cuenta con una revista espe-
-es:as han tenido en la orga- cializada en la temática, la cual está disponible en Internet. Allí pueden
a!cances y limitaciones para encontrarse valiosos materiales bibliográficos. La revista internacional
Mobiliza.tion ofrece estudios sobre diferentes movimientos sociales, ma-
., una última reflexión a modo yormente desde un enfoque del "proceso político': El muy citado núme-
., es contemporáneos son pro- ro 69 de la revista Zona Abierta está dedicado íntegramente al tema y
' eza última que los fundamen- contiene excelentes trabajos desde diferentes ópticas.
organización que los hombres
lfl.icro y el poder estén siempre
1. del conflicto es también la ani- Fuentes
os hombres para construir otras
a las existentes. Los movimien- Bolos, Silvia (1999). La constitución te sobre la modernidad, la democracia
oncento, son una muestra de la de actores sociales y la política, Méxi- y la desigualdad social, México, Po-
bilidad de que determinadas re- co, Universidad Iberoamericana/ rrúa/ UAM, Azcapotzalco.
t forma. En este sentido, la in- Plaza y Valdés. Cohen, Jean L. (1985). "Strategy or
éstos los movimientos) supone Calderón, Femando (comp.) (1986). Identity: New Theoretical Para-
uellas del futuro, de las poten- Los movimientos sociales ante la crisis, digms and Contemporary Social
rros tienen para hacer la historia México, uNu/Clacso/Iss-uNAM. Movements':SocialResearch, vol. 52,
Calderón, F. y Elizabeth Jelin (1987). núm. 4, pp. 663-716
Clases y movimientos sociales en Amé- Cohen, J. L. y Andrew Arato (2000).
rica Latina: perspectivas y realidades, Sociedad civil y teoría política, Méxi-
Buenos Aires, Cedes. co, FCE.
Calderón, F. y Mario Dos Santos Crozier, Michel, Samuel Huntington
do es el de Ana Rubio García (1987). Los conflictos por la constitu- y Joji Waranuki (1975). The Crisis
!.ar.Úla (1996). Una buena in- ción de un nuevo orden, Buenos Ai- ofDemocracy. Report on the Govern-
:>n de recursos es el trabajo de res, Clacso. ability of Democracies to the Trilat-
s rrabajos clásicos de McCharty Camacho, Daniel y Rafael Menjivar eral Commission, Nueva York, New
L del proceso político cabe men- (1989). Los movimientos populares York University Press.
I:arrhy y Zald (1999), así como en América Latina, México, Siglo Eisinger, Peter (1973). "The Condi-
ras que entre los trabajos orien- XXI/UNU. tions of Protest Behaviour in Ame-
197a; 1997b) y Melucci (1999). Cisneros Sosa, Armando (2001). Crí- rican Cities'; American Political
1 compilan uno de los trabajos tica de los movimientos sociales. Deba- Science Review, vol. 67, pp.11-28.

253
Martín Retamozo

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Una introducción a los conceptos bá- Laraña, Enrique (1999). La construc- Movements: A PartialTheor'I" •
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254
Movimientos sociales

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del comportamiento colectivo'; Re- America: Professionalization and las teorías de la elección racional';
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movimientos sociales'; en E. La- Madrid, Sistema. ción Ortega y Gasset, núm. 3.
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ideología a la identidad, Madrid, cxs, Boundaries of Institucional Poli- Free Press [Teoría del comporta·
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255
Martín Retamozo

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Press, Cambridge [El poder en mo- movimientos sociales'; París, Éco-
vimiento. Los movimientos sociales, la le des Hautes Érudes en Sciences
acción colectiva y la política, Madrid, Sociales, LASA Forum, en <http://
Alianza]. lasa.international.pitt.edu> .
Tarrow, Sidney (1991). "Ciclo de Touraine, Alain (1987). El regreso del
proresrá; Zona Abierta, núm. 56, actor, Buenos Aires, Eudeba.
pp. 53-75. Touraine, Alain (1978). "Movimien-
Tilly, Charles (1978). From Mobiliza- tos sociales e ideologías en las socie-
tion to Revolution, Nueva York, Mc- dades dependientes'; en AA. VV.,
Graw-Hill. Teoría de los movimientos sociales, Introducción
Torres Nafarrate, Javier (2004). Luh- San José, Flacso.
mann: la política como sistema, Méxi- Touraine, Alain (1969). Sociología de Hasta hace relativamente _
co, FCE/UIA/UNAM. la acción, Barcelona, Ariel. ausente en los análisis y dba:es
Touraine, Ala.in (1997a). ¿Podremos atención de la ciencia política en
vivir juntos?, Buenos Aires, FCE. las características instiruciona;.cs
formas, dinámicas y actirudes .,
los excesos gubernamemales,
te (partidos políticos) o pr
(movimientos sociales). La ar
ampliamente, hacia las fo~.as
los mecanismos y decisiones .,
me los países latinoamericanos
electoral (es decir, que han: ::·
tos democráticos respecro .:ie
intereses analíticos se bar: a.-n;:
renta ese poder formal, es ¿~ 2
quien lo ejerce. Con ello, el eni
esa dirección analírica, ha ga..-
Los sistemas democrancc
que las acciones formales q-~e
mente no es deseable , los ::-

* Profesor-investigador de b. R::iao
Comparadas. Correo d~

256
A.bfil ,1997b). "De lama- Políticas públicas
oe :os regímenes nacio- Eduardo Villarreal Cantú*
~es a la víspera de los
::::zmos sociales'; París, Éco-
I-fames Érudes en Sciences
ces, LASA Forum, en <http:/ /
..c;emational.pitt.edu>.
c:::a::ne. Alain (1987). El regreso del
, Buenos Aires, Eudeba.
i.:...-ame, Alain (1978). "Movimien-
:os sociales e ideologías en las socie-
~es dependientes'; en AA. VV.,
L~ria de los movimientos sociales, Introducción
San José, Flacso.
:.:.raine, Alain (1969). Sociología de Hasta hace relativamente poco, el concepto de políticas públicas estaba
:a ..icción, Barcelona, Ariel. ausente en los análisis y debates políticos de la región latinoamericana. La
atención de la ciencia política en el continente estaba muy orientada hacia
las características institucionales de los regímenes políticos, así como a las
formas, dinámicas y actitudes de los actores que se organizaban contra
los excesos gubernamentales, ya sea para derrocarlos institucionalmen-
te (partidos políticos) o presionarlos hacia una mayor democratización
(movimientos sociales). La atención de la disciplina estaba abocada, más
ampliamente, hacia las formas como se accedía al poder, dejando de lado
los mecanismos y decisiones del ejercicio de éste. Sin embargo, confor-
me los países latinoamericanos han avanzado en términos de democracia
electoral (es decir, que han logrado instaurar instituciones y procedimien-
tos democráticos respecto de las formas de acceso al poder público), los
intereses analíticos se han ampliado hacia temas de la acción de quien de-
tenta ese poder formal, es decir, a la hechura, diseño, modo o proceder de
quien lo ejerce. Con ello, el enfoque de políticas públicas, que se orienta en
esa dirección analítica, ha ganado espacio y amplia visibilidad.
Los sistemas democráticos que se gestan en América Latina implican
que las acciones formales que se tomen para enfrentar lo que colectiva-
mente no es deseable (los "problemas públicos") deriven de una compleja

* Prnfesor-investigador de la Flacso México. Coordinador de la Maestría en Políticas Públicas


Comparadas. Correo electrónico: <evillarreal@flacso.edu.mx>.

257
Eduardo Villarreal Cantú

y muy dinámica relación entre las instituciones del Estado y sus titulares pistas generales sobre dicha
(gobernantes) y los miembros de la sociedad que la componen (gobema, integrales, sino, en todo caso, p
dos), no exenta de intereses heterogéneos, visiones diferentes, objetivos tema. Conviene comenzar.
disímbolos, etc. El objetivo de este ensayo es explicar, sencilla e introduc, El término de política p
toriamente, el concepto de políticas públicas desde una visión sociopolí, aunque cercanas entre sí, des
rica. Lo que pretendo con ello es advertir al lector(a) lego en el tema las una. Una rápida revisión a al~
muchas complejidades (empíricas y conceptuales) que están detrás del literatura nos ofrece el siguiemc
ejercicio del poder público en sociedades democráticas, que es el centro de concepto:
atención del enfoque analítico denominado políticas públicas. Pero quizá
más importante que eso, lo que nos mueve a presentar al lector(a) estas lí, + Lo que el gobierno
neas en la forma como se hace, es la fundamental advertencia de que no se + Los impactos de la a~
pueden entender las políticas como "públicas" en ausencia de ciudadanos + Una línea de acción d
enrolados en éstas. Lo público de las políticas, si se pretenden efectivamen, + Acción gubernamen~
te democráticas, debe pasar siempre por diferentes interacciones entre de sí misma.
ciudadanos e instituciones que posibiliten la determinación de metas co, + Acción de las autori
lectivas y los medios para llegar a éstas. Las formas y procesos de esas in, + Proceso por el cual se
teracciones varían ampliamente, pero no pueden estar ausentes. Conocer acción pública, es ¿
mejor el concepto de políticas públicas y algunos de sus más importantes coordinados, en pnn
nodos temáticos es lo que a continuación se desarrolla. + Conjunto interrelaci
foco es un área det
de decisiones adopudz
Concepto de políticas públicas nes públicas -lo a:.aJ
que han sido precedi.i
Una pregunta frecuente y pertinente de los tiempos actuales es ¿cómo go, han participado tL'U
bernar en sociedades caracterizadas por una evidente y problemática com, + Cursos de acción ·.• fl
plejidad? A esta interrogante se han abocado muchos de los esfuerzos de la objetivo público d
ciencia política contemporánea. El dinamismo de las sociedades actuales sarrollados por el se:t
ha obligado a pensar en formas y técnicas de gestión pública que contem, cipación de la com
plen la multiplicidad de actores y factores que intervienen en los procesos + Conjunto de sucesñ-2s
de gobierno y gobernanza.1 Una de las respuestas que se pueden encontrar gimen político freme a
en la literatura de la disciplina se halla en el enfoque de las políticas públi, y que buscan la resol
cas.2 Como ya se advirtió, este ensayo tiene como finalidad ofrecer algunas

un asunto o problema desde -::im


Para una amplia discusión en las diferencias entre gobierno, gobernabilidad y gobernación/ (Real Academia Española ~
gobernanza, vianse Aguilar (2006) y Cerrillo (2005). rual, sino una mtjor ubic:icióc ~
Más que una disciplina (entendida como 'me, facultad o ciencia"), las poliácas públicas son ge el enfoque. A pesar de qut es:.
un enfoque analítico de la ciencia poliáca, que nos ayudan a"dirigir la atención o d interés hacia no es usual esta disánción en b

258
PoUticas públicas

~ ,. sus titulares pistas generales sobre dicha perspectiva. No pretenden ser exhaustivas ni
cnmponen (goberna- integrales, sino, en todo caso, provocadoras de lecturas y análisis sobre el
~_..---~ ~ ferences, objetivos tema. Conviene comenzar, entonces, por definir el concepto.
:::a:;~=-- ~cilla e introduc- El término de política pública ha recibido diferentes acepciones que,
~ ::na visión sociopolí- aunque cercanas entre sí, destacan diferentes aspectos o elementos cada
- a lego en el tema las una. Una rápida revisión a algunas de las definiciones presentes en la
que están detrás del literatura nos ofrece el siguiente menú sobre lo que se entiende por este
.__,.,.,....,_,~cas, que es el centro de concepto:
::icas públicas. Pero quizá
a ~-esenr.ar al lector(a) estas lí- + Lo que el gobierno hace o deja de hacer.
.:al advertencia de que no se + Los impactos de la actividad gubernamental.
Cd5. en ausencia de ciudadanos + Una línea de acción elegida o una declaración de intenciones.
u. si se pretenden efectivamen- + Acción gubernamental dirigida hacia el logro de objetivos fuera
diferentes interacciones entre de sí misma.
la determinación de metas co- + Acción de las autoridades públicas en el seno de la sociedad.
formas y procesos de esas in- + Proceso por el cual se elaboran y se implementan programas de
,_,ueden estar ausentes. Conocer acción pública, es decir, dispositivos político-administrativos
~-unos de sus más importantes coordinados, en principio, alrededor de objetivos explícitos.
se desarrolla. • Conjunto interrelacionado de decisiones y no decisiones, cuyo
foco es un área determinada de conflicto o tensión social. Se trata
de decisiones adoptadas formalmente en el marco de las decisio-
nes públicas -lo cual les confiere la capacidad de obligar- , pero
que han sido precedidas de un proceso de elaboración en el cual
tiempos actuales es ¿cómo go- han participado una pluralidad de actores públicos y privados.
o.a evidente y problemática coro- + Cursos de acción y flujos de información relacionados con un
. o muchos de los esfuerzos de la objetivo público definido en forma democrática; los que son de-
o de las sociedades actuales sarrollados por el sector público y, frecuentemente, con la parti-
de gestión pública que contem- cipación de la comunidad y el sector privado.
que intervienen en los procesos + Conjunto de sucesivas iniciativas, decisiones y acciones del ré-
uesus que se pueden encontrar gimen político frente a situaciones socialmente problemáticas
el enfoque de las políticas públi- y que buscan la resolución de éstas.
~ como finalidad ofrecer algunas

un asunro o problema desde unos supuesros previos, para rratar de resolverlo acercadamenté'
gobierno, gobernabilidad y gobernación/ (Real Academia Española). La cualidad de enfoque no significa pérdida de riqueza concep-
ns. rual, sino una mejor ubicación dentro de la ciencia poUrica, la disciplina"rnadré' de la que sur-
¿...: o ciencia"), las poUócas públicas son ge el enfoque. A pesar de que esa precisión la considero pertinente, advierto al lecror(a) que
pC= a"dirigir la atención o d interés hacia no es usual esta distinción en la bibliografla del tema y con frecuencia se le Dama disciplina.

259
Eduardo Villarreal Cantú

El concepto de políticas públicas no ha sido ajeno, como puede ad- grado de coerción para su e!-.. =
vertirse, a esa tendencia en ciencias sociales de tener definiciones vario- lítico presente en el enfoque. _
pintas. Las opciones van desde miradas reducidas que se centran sólo en den pensarse las políticas ?~
el gobierno, hasta algunas tan amplias e imprecisas en las que cabe prác- democráticos, donde el in:er~
ticamente toda cuestión sociopolítica y ahí el enfoque no encuentra su gobernados sea una posib·li..:a.-
propia singularidad frente a otras disciplinas sociales. Las políticas públicas su:-
En aras de precisar lo mejor posible lo que es una política pública, acción y diálogo entre los acrcr.es
tomemos la definición de Aguilar (2007), quien ofrece una opción, aun- civil y mercados), quienes en ca:;
que larga, productiva para fines conceptuales: dios (cómo) para"resolver· SI:-
instituciones del sistema pOO:J.:O.
(Una política pública es] un conjunto (secuencia, sistema, ciclo) de námicas, por algunos Uam.a.:.a.s ª
acciones, estructuradas en modo intencional y causal, en tanto [que] sistemas donde el ejercicio 2d _
se orientan a realizar objetivos considerados de valor para la sociedad domina la imposición r la ::.!e"r---2.
o a resolver problemas cuya intencionalidad y causalidad han sido autoritarios.
definidas por la interlocución que ha tenido lugar entre el gobierno En suma, "al hablar de :-
y sectores de la ciudadania; acciones que han sido decididas por las au- que incorporan la opinión. la~
toridades públicas legítimas; acciones que son ejecutadas por actores ro de los privados, en su ca!!~ -
gubernamentales o por éstos en asociación con actores sociales (eco- Concedamos que en esta~
nómicos, civiles); y que dan origen o forman un patrón de comporta- gubernamental y aumenta eJ. rso
miento del gobierno y la sociedad. Se sustancia ciudadanamen:.e a:: . .

Esta definición nos permite resaltar algunas características esencia-


Polity, Politics, Policy
les de toda política pública: no se trata de decisiones aisladas, tomadas
coyunturalmente, sino agregados de decisiones congruentes y consisten-
¿Qué lugar tienen las políócas =
tes entre sí; que tienen detrás una explicación y argumentación teórica
que las identifica dentro de es¡:::¿ -
que las sustenta (es decir, están basadas en una teoría causal del cambio
español, un solo nombre pa..-z
social); formuladas e implementadas en espacios gubernamentales y no
en inglés se diferencian C.2.-....,,,.,...,~
gubernamentales, pues se parte de la idea de que en sociedades contem-
ternos, la política puede ser =
poráneas "lo público" trasciende lo gubernamental; 3 así como enmarca-
como resultado (Valles, :!003 .
das en normas jurídicas vigentes, lo que implica que se desarrollen y
ejecuten dentro de un Estado de derecho concreto, permitiendo cierto
Estructura (Polity ). Se re::e:-
una comunidad decer:r..ina:::a
Cada vez es más frecuente hablar, entonces, de acción pública, una "categoría de análisis que
permite explorar el punto de intersección de la acción gubernamental y la acción social. La
utilidad de este enfoque es que no se queda en la parcialidad de una visión de lo público Las interfaces soeiomara!a son
sólo desde lo gubernamental, y a la vez tampoco se queda en la parcialidad de una visión de der estatal, donde parricpan >:"_obc=:it
lo colectivo sólo desde la sociedad~ Al respecto, puede consulrarse Cabrero (2005). (Isunza, 2006).

260
Políticas públicas

grado de coerción para su cumplimiento. Un importante supuesto ana-


crones vario- lítico presente en el enfoque, pocas veces mencionado, es que sólo pue-
se centran sólo en den pensarse las políticas públicas en sociedades con sistemas políticos
que cabe prác- democráticos, donde el intercambio de opiniones entre gobernantes y
:?:::'.::X:;:::e no encuentra su gobernados sea una posibilidad real y concreta.
.cs. Las políticas públicas suponen, entonces, espacios de interlocución,
es mu política pública, acción y diálogo entre los actores de la escena pública (gobierno, sociedad
C.ece una opción, aun- civil y mercados), quienes en conjunto deciden los objetivos (qué) y los me-
dios (cómo) para "resolver" situaciones que democráticamente, a través de
instituciones del sistema político, definen como problemáticas. Estas di-
:uenna, sistema, ciclo) de námicas, por algunos llamadas "inteifaces socioestatales';4 son inherentes a
! causal, en tanto [queJ sistemas donde el ejercicio del poder es democrático, no así donde pre-
·os de valor para la sociedad domina la imposición y la fuerza, como sucede en dictaduras o gobiernos
·.:iad y causalidad han sido autoritarios.
"do lugar entre el gobierno En suma, "al hablar de políticas públicas, queremos decir decisiones
µn sido decididas por las au- que incorporan la opinión, la participación, la corresponsabilidad y el dine-
son ejecutadas por actores ro de los privados, en su calidad de ciudadanos electores y contribuyentes.
con actores sociales {eco- Concedamos que en esta perspectiva disminuye el solitario protagonismo
c.an un patrón de comporta- gubernamental y aumenta el peso de los individuos y sus organizaciones.
Se sustancia ciudadanamente al gobiernó' (Aguilar, 1992).

gt:nas características esencia-


decisiones aisladas, tomadas
Polity, Politics, Policy
rones congruentes y consisten-
¿Qué lugar tienen las políticas públicas en la ciencia política?, ¿qué es lo
:ion y argumentación teórica
• una teoría causal del cambio que las identifica dentro de esta disciplina? El término "política" tiene, en
pacios gubernamentales y no español, un solo nombre para tres dimensiones analíticas diferentes, que
de que en sociedades contem- en inglés se diferencian claramente. Según el punto de vista que adop-
ental;3 así como enmarca- temos, la política puede ser percibida como estructura, como proceso y
implica que se desarrollen y como resultado (Valles, 2003):
1 .:oncreto, permitiendo cierto
Estructura (Polity). Se refiere al modo, usualmente estable, en que
una comunidad determinada organiza sus actuaciones políticas. La
- ,..;b!ica, una "categoría de análisis que
llQl ~.;bernamental y la acción social. La
pzra.ilid.ad de una visión de lo público 4
Las interfaces socioestatales son espacios de participación, interpelación y control del po-
•~en la parcialidad de una visión de der estatal, donde participan gobernantes y gobernados, no casual sino intencionalmente
consultarse Cabrero (2005). (Isunza, 2006).

261
Eduardo Villarreal Cantú

estructura implica la arquitectura fija -instituciones y reglas- por o cómo es la relación enrre sus
la que transitan los comportamientos políticos. Los parlamentos, Cuando la atención se pone. ce
las constituciones, el sistema electoral, las instituciones guberna- cir, en las formas como los ~
mentales, etc., son ejemplos del "telón de fondo" que tiene la política, sus acciones- nos adenrramos a
los cuales normalmente fijan los límites de actuación de los actores propone metodologías v me<:od
que participan en ésta. Se trata de la delimitación institucional del
accionar de los actores-agentes políticos.

Proceso (Poli tics). Se refiere a las formas de conducta (individuales o


colectivas) que se encadenan dinámicamente en el ejercicio de lapo- Estructuras Procesos
lítica. Desde esta perspectiva, se atiende de manera particular a los Sistema, orden,
comportamientos de diferentes sujetos, examinando sus actuaciones, institución, regla
motivaciones, intereses e intervenciones. Los factores que estimulan 1----- - - - 1 - - ne"""'gocia<:!...ones
Polity Politics
y explican las negociaciones entre legisladores o entre gobernantes y
gobernados, son sujetos de esta dimensión, así como las causas que Fuente: Vallés (2003: 46).
explican por qué unos grupos sociales se convierten en partidos po-
líticos y otros conforman movimientos sociales, por mencionar sólo
un ejemplo. Vale decir, entonces, que mientras la parte estable de la Historia
política se analiza desde la dimensión de la estructura (polity ), lapo-
lítica en acción (poli tics) se presenta como proceso. El enfoque de políticas públiGU
posterior a la segunda guerra
Resultado (Policy). Cuando contemplamos la política como resulta- ca sirvió de base para pensar en
do, en realidad nos referimos a la combinación que la estructura y el sociales con la misma lógica y
proceso arrojan en un caso determinado, particular. Las decisiones como objetivo los asuntos o r
que los actores formales toman (politics) en el marco de una estruc- internas) como la pobreza, d ~
tura dada (policy) terminan resultando en algo concreto que puede del enfoque hay un consenso
ser analizado y estudiado (policy) de manera particular y desde un Laswell es el trabajo fundaciom!
enfoque preciso (policies ). ricas" (policy sciences).6
Si esquematizamos e~ des.al:
Las expresiones que en español solemos utilizar para estas dimen- de las políticas, diríamos que en
siones son, respectivamente, sistema político, política y políticas públicas cincuenta a los setenta) "e! ob~
(cuadro 1). Estas dimensiones nos ayudan a mostrar que las políticas pú- consistió en estudiar y raaor
blicas tienen un cariz analíticamente separado (aunque nunca desconec-
tado) de otros temas y debates más tradicionales de la ciencia política.
Cuando nos hacemos preguntas respecto de, por ejemplo, cómo gobierna Para una revisión más deulla.:!.z de
véase DeLeon (2006). Ciu ~
el partido Violeta (cuestionamiento clásico del enfoque de políticas), nos 6 Publicado originalmente bz¡o d
interesamos por conocer algo diferente a qué tipo de sistema pertenece, Existe traducción al español, a::o

262
Políticas públicas

:10nes y reglas- por o cómo es la relación entre sus miembros o sus adversarios partidistas.
-os. Los parlamentos, Cuando la atención se pone, de nuevo, en el ejercicio del poder -es de-
:"5nruciones guberna- cir, en las formas como los gobernantes deciden, implementan y evalúan
~o que tiene la política, sus acciones- nos adentramos a temas en los que el enfoque de políticas
..:L 1cruación de los actores propone metodologías y métodos de análisis.
:niración institucional del

Cuadro 1. Las tres dimensiones de la política


¿e conducta (individuales o
amente en el ejercicio de lapo- Estructuras Procesos Resultados
de de manera particular a los Sistema, orden, Secuencia de actos, serie Política pública, respuestas e
s, examinando sus actuaciones, institución, regla de conductas, conjunto de intervenciones forma les sobre
negociaciones problemas sociales
f nes. Los factores que estimulan Polity Politics Policy
~ :Sladores o entre gobernantes y
•.ensión, así como las causas que Fuente: Vallés (2003: 46).
es se convierten en partidos po-
tros sociales, por mencionar sólo
e mientras la parte estable de la H istoria
onde la estructura (polity ), lapo-
como proceso. El enfoque de políticas públicas aparece en Estados Unidos en la época
posterior a la segunda guerra mundial.5 El "éxito" en la estrategia béli-
tplamos la política como resulta- ca sirvió de base para pensar en una forma de enfrentar los problemas
mbinación que la estructura y el sociales con la misma lógica y determinación, pero teniendo entonces
nado, particular. Las decisiones como objetivo los asuntos o problemas internos (las 'guerras sociales"
·tics) en el marco de una estruc- internas) como la pobreza, el desempleo, la inflación, etc. En los estudios
do en algo concreto que puede del enfoque hay un consenso amplio en aceptar que el artículo de Harold
d.e manera particular y desde un Laswell es el trabajo fundacional del enfoque de las "ciencias de las polí-
ticas" (policy sciences).6
Si esquematizamos el desarrollo histórico que ha tenido el enfoque
emos utilizar para estas dimen- de las políticas, diríamos que en sus primeras dos décadas (de los años
~1t1co, política y polfticas públicas cincuenta a los setenta) "el objetivo disciplinario de las políticas públicas
b.n a mostrar que las políticas pú- consistió en estudiar y racionalizar el policy decision making, el proceso
parado (aunque nunca desconec-
adicionales de la ciencia política.
;o de, por ejemplo, cómo gobierna Para una revisión más detallada de la historia del enfoque, desde la óptica estadounidense,
véase DeLeon (2006). Una mirada europea y crítica se encuentta en Torgerson (1999).
úo del enfoque de políticas), nos 6
Publicado originalmente bajo el tirulo The Policy Orientation, en Lerner y Laswell (1951).
a qué tipo de sistema pertenece, Existe ttaducción al español, con d tirulo La orientación hacia las políticas (1992).

263
Eduardo Villarreal Cantú

de diseño-decisión de las políticas para fines públicos" (Aguilar, 2006:


16). Luego, frente a diseños bien logrados y pensados, pero ejecucio-
nes imposibles o fallidas de éstos, la tendencia del enfoque viró hacia
la gestión de las políticas. Así, se pasó de un original énfasis en la racio-
La formulación de sow:.:wno
nalización de la decisión hacia el estudio y propuestas analíticas sobre la
elaboran y negocian pan
implementación de las decisiones. En años recientes, la literatura del en-
políticos.
foque ha cargado su atención hacia el concepto de gobernanza, pues di-
versos estudios de gestión pública empezaron a arrojar como resultado La toma de decisión: los
la necesaria intervención/ cooperación de actores no gubernamentales
y privados en los asuntos públicos, en coordinación con las actividades y
responsabilidades tradicionales de los actores gubernamentales.7 La implementación: una
la fase ejecutiva de la poJttru~

Cuadro 2. Énfasis del enfoque de políticas (cortes temporales)

1950-1970 1970-1990' 7990 en adelante


Racionalizar Mejorar la implementación/ Estudios de gobernanza: colaboración
-
la decisión gestión de las políticas entre actores públicos (gobierno, sociedad Cuadro 3. El ciclo de poi
pública. (eficiencia y eficacia). y mercados) sobre problemas sociales.

• Los estudios de gerencialismo (contenidos en lo que se denominó New Pub/ic Managmenr Fase l. Identificación
o Nueva Gerencia Pública), de gran influencia en la administración pública, aparecieron en de un problema
esta época. Para una revisión de esta corriente, véase Bozeman (1998), Barzelay (2003) y
Arellano (2004).
·Apreciación de los acon-
tecimientos
Fuente: elaboración propia. ·Definición de un problema
·Agregado de intereses
·Organización de las de-
mandas
Ciclo de políticas · Representación y acceso
ante las autoridades
públicas
Una de las características más notables del enfoque es la forma que ana- · Demanda de la acción
líticamente divide, para efectos metodológicos, el proceso de una política pública
pública. Esta forma de deconstruir la realidad ha sido la fuente de nume-
rosos trabajos del enfoque. Siguiendo a Mény yThoenig (1992: 105), el Fuente: Mény yThoenig 199:!
ciclo de política pública se compone de cinco fases, en la que a cada cual
corresponden un sistema de acción específico, actores y relaciones parti-
culares, así como compromisos y estructuras sociales únicas: En la literatura se enrum=
mayoría de éstos concuttd.z
más bien, en que algunos de!~'t'¡:;:ai
Para una re\'isión del desarrollo histórico del enfoque, véase Ernesto Carrillo {2004). los diferentes model~ ~

264
Políticas públicas

cos" (Aguilar, 2006: La identificación de un problema: el sistema político advierte que un


per..s.1..:ios, pero ejecucio- problema exige un tratamiento y lo incluye en la agenda de una au-
.....~........ ¿¿ enfoque viró hacia toridad pública.
~:nal énfasis en la racio-
La formulación de soluciones: se estudian las posibles respuestas, se
- _esras analíticas sobre la
elaboran y negocian para establecer un proceso de acción de agentes
políticos .
de gobernanza, pues di-
• i'O
m..'1a arrojar como resultado La toma de decisión: los involucrados en el asunto público eligen una
~ acrores no gubernamentales solución particular que se convierte en política legítima.
:-.i:nación con las actividades y
-::ores gubernamentales.7 La implementación: una política es aplicada y puesta en marcha. Es
la fase ejecutiva de la política.

as cortes temporales)
La evaluación: se produce una evaluación de resultados que lleva al
final de las acciones emprendidas o a su rediseño.8
1990 en adelante
!OS de gobernanza : colaboración
actores públicos (gobierno, sociedad Cuadro 3. El ciclo de políticas
ados) sobre problemas sociales.

lflle se denominó New Public Managment ~e l. Identificación Fase 11. Fase 111. Fase IV. Fase V. ]
administración pública, aparecieron en de un problema Formulación Toma de lmplemen- Evaluación
'.3Se Bozeman (1998), Barzelay (2003) y de solucionf's 1decisión tación

·Apreciación de los acon- ·Elaboración .creación de · Ejecución ·Reacciones


tecimientos de propuestas una coalición · Gestión y a la acción
·Definición de un problema ·Estudio de ·Legitimación administra- ·Juicio
·Agregado de intereses soluciones de una polí- ción 1 sobre los
·Organización de las de- ·Adecuación tica elegida ·Producción efectos
mandas de los criterios de efectos ·Expresión
· Representación y acceso
ante las autoridades
públicas
~el enfoque es la forma que ana-
ogicos, el proceso de una política
¡·Demanda de la acción ·Propuesta de ·Política ·Impacto ·Acción
pública una respuesta eíectiva de sobre el política
.Wdad ha sido la fuente de nume- acción terreno o reajuste

~ fény y Thoenig (1992: 105), el Fuente: Mény y Thoenig (1992: 106).


cinco fases, en la que a cada cual
~ci.fico, actores y relaciones parti-
::ruras sociales únicas:
En la literatura se encuentran diferentes modelos sobre el "ciclo de políticas'; aunque la
mayoría de éstos concuerda con los cinco aquí presenr.ados. Los marices entre sí se ubican,
más bien, en que algunos desagregan aún más algunas de estas fu.ses. Para una revisión de
~~ i·~as~ Ernesto Carrillo (2004). los diferentes modelos sobre el 'é:iclo de políciais~ v(ase Aguilar {1992).

265
Eduardo Villarreal Cantú

Este marco de análisis, que de entrada parece demasiado rígido, li- La dimensión oper..;::t.;:
neal y formal, es más bien la forma en que mentalmente se piensa y estu- evaluación. En ésta se
dia una política, aunque se sabe que en realidad el proceso está abierto a producción de servicios.
toda clase de efectos de retroacción y superposición (Mény y Thoenig, ción más técnica, aunque e:c
1992: 104). La idea del ciclo es, entonces, sólo para efectos analíticos y ticipativos, ligados tamo a
metodológicos, donde de ninguna manera se piensa que así suceden los de ciertos aspectos ,. al
problemas en los hechos. Para autores franceses como Mény y Thoenig: la visión micro o concreta
"El proceso de una polfrica es el complemento indisociable de la sustan- instrumentos, mediciones
cia del analista: proceso y contenido constituyen las dos caras de una
misma realidad. En definitiva, el problema que se plantea el analista es
la manera de descomponer su objeto de estudio en elementos empíricos siones (y no fases) abre canuncs
más finos, sin por ello perder de vista el conjunto del paisaje. Para ello, y otros más en América - -...
se han propuesto múltiples claves analíticas': debilidades institucionales )
De ahí que un acercamiento a la literatura del enfoque refleje que lama- permiten funcionamientos .
yoría de los análisis hasta ahora confeccionados tenga como base esta estruc- cías consolidadas (lugar origina:.
tura analítica o referencia metodológica. Los estudios sobre agenda pública, igualdad económica y polbca
diseño, implementación y evaluación de políticas abundan en la literatura continente americano, as! como
del enfoque, y todos tienen como referencia esta secuencia procedimental. democráticos -por hablar
Recientemente, sin embargo, las fases tienden a reconsiderarse dimen- cativos de la región- son -
siones analíticas que operarían simultánea o parcialmente solapadas, bajo quier política pública.
tres divisiones que enriquecen la forma bajo la cual se analiza un proceso Así, a la complejidad de
de políticas (Gomá y Subirats, 1998; !barra et aL, 2002): agregar que nuestros paises
yas soluciones deben de cons
La dimensión simbólica o conceptual: corresponde al proceso de cons- versales que implican desafios
trucción de problemas, explicitación de demandas, elaboración de es una forma de "adoptar·
discursos apoyados en determinados valores, marcos cognitivos y ses), permitiendo una mejor
sistemas de creencias, así como a la conformación de agendas públi- nos, donde la política se pra..'UiC2.
cas de actuación. Es una visión macro o general, un tanto abstracta, prácticos), muy propios• difi
de las ideas y preferencias, así como de las ideologías y cosmovisio- nectan estas dimensiones en u
nes de los actores interesados. tos están presentes en cada wu
casos como los nuestros.
La dimensión sustantiva: corresponde al proceso de formulación de
políticas y toma de decisiones. Es decir, la dimensión donde se ne-
gocian contenidos y opciones de fondo, formalizándose por medio Redes de política pública
de decisiones jurídicamente respaldadas. Es la visión meso o inter-
media, que da paso a la interacción de los actores, así como a los es- A diferencia de las polmcas gu¡i
cenarios de cooperación y conflicto que entre sí se suscitan. ya como realizaciones de las _

266
Políticas públicas

de:m.siado rígido, li- La dimensión operativa: corresponde a la fase de implementación y


~---_....eme se piensa y estu- evaluación. En ésta se ponen en marcha mecanismos específicos de
.._ ...... d proceso está abierto a producción de servicios, programas y proyectos. Puede ser la concep-
IC:!!~~ón l Mény y Thoenig, ción más técnica, aunque en ella pueden abrirse nuevos espacios par-
~ efectos analíticos y ticipativos, ligados tanto a la gestión de recursos como a la evaluación
ensa que así suceden los de ciertos aspectos y al consiguiente rediseño de políticas. Se trata de
ta=~~- como Mény y Thoenig: la visión micro o concreta en la que sobresalen los procedimiencos,
-o indisociable de la sustan- instrumentos, mediciones y herramientas.
:u,·en las dos caras de una
que se plantea el analista es Esta forma de entender las políticas públicas desagregadas en dimen-
es..-udio en elementos empíricos siones (y no fases) abre caminos interesantes para casos como el de México
conjunto del paisaje. Para ello, y otros más en América Latina, donde los sistemas políticos presentan
~

cas. debilidades institucionales y tensiones organizacionales fuertes que no


del enfoque refleje que lama- permiten funcionamientos políticos estables, como sucede en democra-
os tenga como base esta estruc- cias consolidadas (lugar original del enfoque de políticas). La amplia des-
!.OS esrudios sobre agenda pública, igualdad económica y política entre los actores públicos y políticos del
~líricas abundan en la literatura continente americano, así como su incipiente incorporación a ambientes
· esta secuencia procedimental. democráticos -por hablar sólo de un par de problemas fuertes y signifi-
tienden a reconsiderarse dimen- cativos de la región- son características torales presentes en (casi) cual-
º parcialmente solapadas, bajo quier política pública.
:>ajo la cual se analiza un proceso Así, a la complejidad de las relaciones sociopolíticas per se, cabe
b et al., 2002): agregar que nuestros países latinoamericanos enfrentan problemas cu-
yas soluciones deben de considerar éstas y otras problemáticas trans-
corresponde al proceso de cons- versales que implican desafíos importantes. La noción de dimensiones
de demandas, elaboración de es una forma de "adoptar" críticamente el enfoque tradicional (por fa-
s valores, marcos cognitivos y ses), permitiendo una mejor adaptación a los contextos latinoamerica-
onformación de agendas públi- nos, donde la política se practica con particulares niveles (éticos, retóricos,
:ro o general, un tanto abstracta, prácticos), muy propios y diferentes a otras latitudes. Cómo se (des)co-
de las ideologías y cosmovisio- nectan estas dimensiones en la realidad latinoamericana y qué elemen-
tos están presentes en cada una son tareas que bien deben estudiarse en
casos como los nuestros.
¿e al proceso de formulación de
1ecir, la dimensión donde se ne-
do, formalizándose por medio Redes de política pública
i.adas. Es la visión meso o ínter-
.Je los actores, así como a los es- A diferencia de las políticas gubernamentales, que emanan del Ejecutivo,
que entre sí se suscitan. ya como realizaciones de las promesas de campaña, ya como visiones par-

267
Eduardo Villarreal Cantú

tidistas/ particulares de las problemáticas sociales (con el respectivo riesgo interfases gobernantes-go~
de la unilateralidad de la decisión), así como del uso de las competencias algunosdelospostulados ger.e:::l
establecidas para el propio gobierno en las normas jurídicas, las políti-
cas públicas tienen como condición sine qua non la participación de más
agentes que sólo los pertenecientes al gobierno. El adjetivo de "públicas" Cuadro 4: Comparación er:•-e
no es gratuito: obedece a la necesaria condición de que en su confección o
puesta en marcha estén presentes la opinión y visión de diferentes agen- Pluralismo
tes públicos (generalmente englobados en las categorías gubernamentales, Idea de Las políticas son ·e-
sociales y privados). Ello implica que los análisis de políticas públicas pue- partida sultado del con K ·
to entre múltiples
dan hacerse, también, bajo un lente conceptual particular y rentable: el de variados intereses
redes de políticas (policy network).9 usualmente contra-
puestos.
Esta perspectiva "se basa en la idea de diversidad de las relaciones
Estado-sociedad y la necesidad de desagregación del análisis para compren- Actores Diversidad de gru-
der de forma más completa las políticas públicas [... ].Más que proponer pos de interés.
ideas nuevas, reformula los principios y postulados básicos de enfoques teóri-
Proceso Abierto, libre de
cos existentes para adaptarlos al contexto político, económico y social (de los político restricciones a a
casos analizados)" (Chaqués, 2004: ix, las cursivas son mías). participaci ón.
El análisis de redes de política parte del supuesto de que, ante el cre-
ciente volumen de actividades de intervención estatal en las sociedades
contemporáneas, las acciones públicas requieren de una colaboración Decisiones Resultado de la
intensa del gobierno con los grupos sociales, poniendo de manifiesto su lucha e interacc ..,
de grupos de in·
incapacidad para asumir por sí solo la responsabilidad sobre estas ma- terés.
terias y la creciente dependencia respecto de los grupos sociales y priva-
dos. El análisis de redes se configura, entonces, como un marco teórico
Poder Disperso. Existen
alternativo que sirve para explicar estos cambios en la forma de dirigir y
contrapesos que
gestionar los problemas públicos. limi tan la concer-
Una de las formas en que ha sido abordado el tema de redes de polí- tración del ~·

ticas ha sido contrastándolo con las opciones de análisis politológico del Papel del Árbitro
Estado
pluralismo y el elitismo. 10 Suponiendo a ambas corrientes como formas ex-
tremas de relación Estado-sociedad y considerando el grado de (des )con- Fuente: adaptado de Chaqués _

centración del poder público, el análisis de redes se presenta como una


forma alternativa (intermedia) entre estas dos clásicas maneras de ver las
Así pues, una definicio;- =er.
junto de relaciones relariirum
Para un amplio análisis del enfoque de redes de políricas públicas, véase Rhodes y Marsh que interactúan a través de ur. -
(1992), Kickert, Klij n y Koppenjan (1997), Evans (1998) y Chaqués (2004).
JO
para alcanzar objetivos res~
Para u n análisis amplio de estas dos formas de gobierno, véase Alford y Friedland ( 1991) y
Marsh y S roker (1997). las cursivas son mías' _

268
Polícic:i.s públic:i.s

re pectivo riesgo interfases gobernantes-gobernados. El cuadro 4 resume, apretadamente,


i:!L la.:. competencias algunos de los postulados generales de esta comparación.
Jicas, las políti-
~cipación de más
a-~·eóvo de "públicas" Cuadro 4: Comparación entre pluralismo, redes de políticas y elitismo
q-..:e en su confección o
Vliion de diferentes agen- Pluralismo Redes de políti_c_as_ ___,l'-E_h_.t1_
·sm
_ o_
caregorías gubernamentales, Idea de Las poi íticas son re- Las políticas son el re- Las políticas son el
· de políticas públicas pue- partida sultado del conflic- sultado de la interacción resultado de acuerdos
to entre múltiples y constante entre el Estado y cerrados de carácter
ru.al particular y rentable: el de variados intereses, grupos sociales. Se carac- tripartito, en los que
usualmente contra- teriza por la diversidad y participan intereses
puestos. desagregación del análisis contrapuestos.
de diversidad de las relaciones en subsistemas políticos.
r..;áón del análisis para compren- Actores Diversidad de gru· Limitado a un número re- limitados a grupos con
úlilicas (... J. Más que proponer pos de interés. ducido de actores en cada organizaciones fuertes y
subsistema político . cohesionadas.
.• ufodos básicos de enfoques teóri-
Proceso Abierto, libre de Negociación constante Cerrado, monopolizado
olítico, económico y social (de los político restricciones a la entre actores. Puede adop- por pocos actores que
cursivas son mías). participación. tar formas diversas en cada participan en una ne-
1el supuesto de que, ante el cre- sector de actividad. gociación cerrada en la
formulación y desarrollo
ción estatal en las sociedades _ _______d_e_l_as políticas.
requieren de una colaboración Decisiones Resultado de la Resultado del intercambio Resultado de los acuer-
es, poniendo de manifiesto su lucha e interacción de recursos e información dos cerrados.
de grupos de in- de forma permanente
·pansabilidad sobre estas ma- terés. entre organizaciones gu-
de los grupos sociales y priva- bernamentales y grupos
sociales y privados.
;:onces, como un marco teórico
Poder Disperso. Existen Depende de las caracterís- 1Concentrado en pocos
bios en la forma de dirigir y contrapesos que ticas de la red. actores. La desigualdad
limitan la concen- en el acceso está institu·
1------1-t_ración del poder. cionalizada.
rdado el tema de redes de polí-
nes de análisis politológico del Papel del Árbitro Mediador Promotor
Estado
r.bas corrientes como formas ex-
iderando el grado de (des )con- Fuente: adaptado de Chaqués (2004).

.le redes se presenta como una


IS dos clásicas maneras de ver las
Así pues, una definición general de redes de política pública es "con-
junto de relaciones relativamente estables entre actores públicos y privados
e políoc:i.s públicas, viase Rhodes y Marsh que interactúan a través de una estructura no jerárquica e interdependiente,
ii::s !998 y Chaqués (2004). para alcanzar objetivos respecto de la política pública" (Chaqués, 2004: 36,
fihlc:r-...o. i.¿ase Alfurd y Fricdland ( 1991) y las cursivas son mías).

269
Eduardo Villarreal Can tú

El análisis de redes de políticas públicas se presenta, al igual que la Cuadro S. Diferentes marcos
noción de dimensiones, como una atractiva alternativa metodológica para públicas
los casos de políticas públicas latinoamericanas, donde la acción pública
es cada vez más plural, sin dejar de tener aún importantes élites deciso- Tipo de enfoque
rias (según los temas y problemas que se analicen). La democracia en el 1. Proceso
continente ha llegado a ritmos diferentes en los distintos asuntos públi- 2. Sustantivo
cos (áreas de política), y se ha instalado con diferente intensidad, según el
3. Lógico-positivista
nivel de gobierno que se trate (regional, nacional, local), por lo que el aná-
lisis de redes es una interesante opción al momento de estudiar el amplio 4 . Econométrico
mosaico que resulta de estos nuevos fenómenos. 5. Fenomenológico

6. Participativo/ Redes

7. Normativo / Prescriptivo
Marcos analíticos de políticas públicas
8. Ideológico
En la literatura de las políticas públicas11 existen, además del análisis de
9. Históri co
redes, distintos marcos analíticos bajo las cuales pueden analizarse los
asuntos públicos. Cada uno tiene una finalidad diferente y específica,
quedando a criterio del analista la utilización de uno o más de éstos. Lo
que cada marco intenta es destacar el(los) elemento(s) que, a su juicio,
determinan o explican las variables más importantes o decisivas alana- Líneas de investigación
lizar los casos de análisis de políticas.
Este conjunto de marcos analíticos enlistados (que por razones de es- Las políticas públicas son, e
pacio me es imposible profundizar) sólo intenta mostrar que el enfoque ciencia política en Iberoam~Q
de las políticas públicas está lejos de tener una sola forma de analizarse e opciones por explorar to<h· u.
interpretarse. Si bien es cierto que el enfoque dominante está fuertemen- partes del mundo adopte d
te influido por las visiones econométricas-prescriptivas, ello no implica larse cinco senderos por drur.:.e
que sean las únicas ni necesariamente las mejores formas de análisis. En rán presentes en el mediano p:!
América Latina, con la historia contemporánea de democratización que
se vive, cada vez son más útiles y tienen más presencia, por ejemplo, los Políticas públicas d~e •
análisis sociológicos de las políticas públicas. de la región latinoam •

12

11 La ciencia política, como otras discíplinas científicas, ha desarrollado numerosos modelos


analíticos que ayudan a entender la dinámica política de las sociedades. Entre esos mode·
los se encuentran el inscirucional, el elitista, de grupos, el racional, el incremental, la teoría Estos énfusis no deben ~-=~s;cq
de juegos, la elección pública y el sistémico. Para un examen de todos estos modelos bajo nario. Se trata, más bien. de !mas
el lente de las políticas públicas, véase Dye {1995). ha experimentado en l a =

270
Políticas públicas

:a, al igual que la Cuadro S. Diferentes marcos analíticos para e l estudio de las políticas
___,....,...,., metodológica para públicas
.ie la acción pública
::-...mtes élites deciso- Tipo de enfoque Objetivo primordial
-~.......,. La democracia en el 1. Proceso 1Analizar una parte del proceso de políticas
distintos asuntos públi- 2. Sustantivo Analizar un área o tema en particular de una política
L___
ente intensidad, según el An alizar las causas y consecuencias de las políticas
3. Lógico-positivista
• local), por lo que el aná- >------
usando métodos científicos
-
enro de estudiar el amplio 4. Econométrico Probar teorías económicas asociadas a problemas públicos
5. Fenomenológico Analizar situaciones a través de procesos intuitivos
·-
Analizar el papel de múltiples actores en la elaboración
6. Participativo / Redes
de políticas
7. Normativo/ Prescriptivo Formular políticas a tomadores de decisiones
-
Analizar políticas desde puntos de vista liberales
8. Ideológico
o conservadores
existen, además del análisis de
9. Histórico Analizar políticas a través del tiempo
cuales pueden analizarse los
nahdad diferente y específica, Fuente: adaptado de Lester y Steward (2000).

tcion de uno o más de éstos. Lo


s' elemento(s) que, a su juicio,
importantes o decisivas al ana- Líneas de investigación

~1 tados (que por razones de es- Las políticas públicas son, como ya dijimos, un enfoque reciente para la
intenta mostrar que el enfoque ciencia política en Iberoamérica, lo que implica que existen múltiples
una sola forma de analizarse e opciones por explorar todavía.12 Sin ser ajenos a las corrientes que en otras
~ue dominante está fuertemen- partes del mundo adopte el enfoque, en América Latina parecen perfi-
·prescriptivas, ello no implica larse cinco senderos por donde los análisis13 de las políticas públicas esta-
s mejores formas de análisis. En rán presentes en el mediano plazo:
ránea de democratización que
mas presencia, por ejemplo, los Políticas públicas desde el Legislativo y Judicial: la democratización
de la región latinoamericana ha dejado de manifiesto que para que

)2
La consolidación del enfoque en español se presentó a principios de los noventa, a través de
tres trabajos pioneros (dos traducciones y una antología), que son ya referencias obligadas
• ha desarrollado numerosos modelos para los estudiantes en roda Iberoamérica: Lindblom (1991), Mény y Thoenig (1992) y
i>l:~ca de las sociedades. Entre esos mode- Aguilu (1992).
rrupos. el racional, el incremental, la teoría 13
Estos énfasis no deben significar, sin embargo, que el enfoque pierda su carácter multidiscipli-
un examen de todos estos modelos bajo nario. Se trata, más bien, de líneas de trabajo que responden a los cambios que el continente
ha experimentado en la última década, donde las políticas públicas tienen mucho que aporrar.

271
Eduardo Villarreal Cancú

sean robustamente legítimas las políticas públicas implementadas plinas como la soaolog
en esos países, cada vez es más necesario el diálogo, la negociación Latina son las reiaao
y la colaboración entre los poderes institucionales en las decisiones público, del gobierno, de
públicas. El monopolio del ejercicio del poder que tuvo el Ejecutivo y gobernados, todo di
de muchos países de la región (ya por gobiernos autoritarios, ya por logía política. 1~
dictaduras) ha ido desapareciendo con la llegada de la democracia.
La incorporación de otros poderes formales (Legislativo y Judicial, Evaluación de polrr.cas
así como organismos autónomos) implica diferentes formas de co- cientes en el uso de os
ordinación política que el enfoque deberá atender y estudiar. Temas que deben desarrollarse,
como la transparencia, la rendición de cuentas, la profesionalización trumentos técnico-ad
de la burocracia, la fiscalización de recursos públicos, entre otros, políticas. Gobernar po-
están tomando cada vez más relevancia en las agendas públicas y ne- mientas de evaluación
cesariamente se conectan con el estudio de las políticas. La disciplina lo que significa que deben
del derecho (tanto en formulación de leyes, como en su interpreta- tos públicos para ser·
ción) tiene una función importante que desempeñar en el papel de tentes y políticamente ~
estas políticas, por lo que su incorporación en el análisis está siendo modelos de evaluación ad
cada vez más requerida. es, sin duda, una verrien-e
para América Latina.
Políticas públicas y sociología política: derivado de la influencia del
rational choice, 14 el enfoque de políticas ha tenido una fuerte pre-
sencia de disciplinas '(furas" en la tradición anglosajona ( matemá-
ticas, microeconomía, estadística, econometría, etc.). La recepción
en América Latina del estudio de políticas ha tenido también, en
términos generales, esa orientación. Sin embargo, es cada vez más
frecuente encontrar en los estudios de la región análisis sobre redes
de políticas, políticas públicas locales, gobernanza, estudios orga- ción, como se sabe, ha
nizacionales de políticas, entre otros, lo que refleja la intención de para el análisis tradia
combinar con el enfoque categorías de análisis sociológicas y poli- no es la excepción. Ho
tológicas, además de las tradicionales económicas o administrativas. dos o más países, repones
La razón de ello estriba, de nuevo, en que los procesos democrati- planeta, lo que mue•-e a
zadores que la región experimenta son campo natural para disci- allá de los límites naao

14
La teoría de la "elección racional"' es un marco analítico para entender (y &ecucnrcmenre
lS
modelar) el comportamiento social y econónúco. Es el paradigma teórico dominante en Al respecto, consúltcnst
los estudios de microecononúa, y cada vez es más influyente en la ciencia polírica moderna (1975), así como el ampbo co::::;;c=4
y otras disciplínas como la sociología. Para una explicación detallada, véanst, cnrre orros, 16 La Unión Europea es un
Beckcr (1978), Sen (1987), Green y Shapiro (1994). situaciones.

272
Políticas públicas

implementadas plinas como la sociología. Lo que se está reformando en América


ogo, la negociación Latina son las relaciones, estructuras y funcionamientos del poder
_ _...........es en las decisiones público, del gobierno, de la autoridad, del mando entre gobernantes
que tuvo el Ejecutivo y gobernados, todo ello estudiado desde hace tiempo por la socio,
_....,._...,os autoritarios, ya por logía política. 15
egada de la democracia.
es Legislativo y Judicial, Evaluación de políticas públicas: la permanente exigencia de ser efi,
diferentes formas de co, cientes en el uso de los siempre escasos recursos públicos implica
atender y estudiar. Temas que deben desarrollarse, cada vez con más precisión y solidez, ins,
cuencas, la profesionalización trumentos técnico,administrativos que evalúen la viabilidad de las
r~-ursos públicos, entre otros, políticas. Gobernar por políticas implica también contar con herra,
:u en las agendas públicas y ne, mientas de evaluación diseñadas "con sentidó' de políticas públicas,
o de las políticas. La disciplina lo que significa que deben considerar la multicausalidad de los asun,
e leves, como en su interpreta, tos públicos para ser "económicamente rigurosos, legalmente consis,
que desempeñar en el papel de rentes y políticamente equilibrados" (Aguilar, 2006). Confeccionar
racion en el análisis está siendo modelos de evaluación ad hoc a las circunstancias de nuestros países
es, sin duda, una vertiente pendiente de consolidación en el enfoque
para América Latina.
: derivado de la influencia del
cas ha tenido una fuerte pre, Políticas públicas globales: uno de los límites del enfoque, desde sus ini,
bdición anglosajona (matemá, cios, tiene que ver con que se pensó para sociedades donde el Estado,
nometría, etc.). La recepción nación tenía claros límites geográficos. Esto implicaba que se podía
lineas ha tenido también, en hablar de políticas públicas según los países analizados. La política
Sm embargo, es cada vez más urbanística francesa, la política energética estadounidense, la políti,
e la región análisis sobre redes ca medioambiental española, etc., eran ejemplos de ello. La globaliza,
, gobernanza, estudios orga, ción, como se sabe, ha fracturado muchos de los supuestos que valían
lo que refleja la intención de para el análisis tradicional de los Estados, y el enfoque de políticas
de análisis sociológicas y poli, no es la excepción. Hoy existen problemas públicos compartidos por
económicas o administrativas. dos o más países, regiones continentales enteras e, incluso, por todo el
que los procesos democrati, planeta, lo que mueve a la necesidad de pensar políticas públicas más
son campo natural para disci, allá de los límites nacionales. 16 Los obstáculos y límites para aplicar el
enfoque a estas realidades son muy desafiantes. Preguntas como las

~ aco para enrender (y frecucncemcnte


Es el paradigma teórico dominante en 15
Al respecto, consúltense los trabajos ya clásicos de Duverger (1968) y Dowse y Hughes
Is uyeme en la ciencia política moderna ( 1975), así como el amplio compendio de Janoski et al. (2005).
a:- aaón derallada, véanse, entre otros, 16
La Unión Europea es un buen ejemplo de los desaflos y oportunidades de este cipo de
~ siruaciones.

273
Eduardo Villarreal Cantú

siguientes parecen cada vez más impostergables de analizar: ¿quién de políticas públicas sign.if.:a
legitima las políticas supranacionales?, ¿cómo coercionar para la im- nes, actores y decisiones, lo q-e
plementación de políticas globales?, ¿cómo conciliar los intereses (po- para intentar miradas anab cios
líticos y legales) de los diversos grupos de un país con los intereses de de este siglo xx1.
grupos homólogos de otras latitudes? Problemas como la migración, Segundo, el nexo enr::e :-
el medio ambiente, la internet, entre muchos otros, son claros ejem- cíes) es innegable. Su influenC!2
plos de todo esto. enfoque. Las transformaooncs
noamericanos bien se podría; •
Gobernanza: el análisis de redes está ligado indisociablemente al en- analítica. Para ello habrá qce :e:
foque de gobernanza. Siguiendo de nuevo a Aguilar: 'el enfoque de se analizarían como variables ~
la gobernanza representa un cambio en la idea del gobierno y del cuando nos interesa saber C"..:e
gobernar: el paso de un centro a un sistema de gobierno, y el paso de racterísticas del sistema po!.::i.:o
un modo jerárquico de gobierno a uno más asociativo y coordina- cas, se les ve como variables~
dor" (Aguilar, 2006: 79). Los estudios de redes no sólo son una op- por su entorno más amplio'· .:w
ción metodológica viable e interesante, sino que en la medida que se impacto de una o varias po!.::ie4.S
consoliden, tendremos herramientas para visualizar si, como sucede lítico, procurando con ello e:-: :a
en otras regiones, podemos hablar efectivamente de gobernanza en nómicas, procesos políticos ·- a
nuestros países o seguimos bajo los parámetros analíticos del (sólo) variables independientes. AJT.b'5
gobierno. Pensarlo en esa dirección nos brindaría pistas para saber nuestro conocimiento sobre d :
el grado de cooperación/ obstrucción que existe en las relaciones so- que estimular su estudio r a?li.:.
ciopolíticas de nuestras dinámicas sociales o, lo que sería preferible, Tercero, habrá que incen~
nos ayudaría a analizar y proponer acciones concretas para estimu- utilizan y dominan herram:~
lar la coordinación necesaria y enfrentar mejor los problemas públi- análisis cualitativos para e: es __
cos vigentes. Los estudios de caso son una opción metodológica que la que parte el enfoque ob:iga a
tienen una muy favorable perspectiva en este sentido. de políticas entre analisr.as ~
dores. El desafío para un ;.nre.Eg
tidisciplinariedad, no en es?O=I'
Conclusiones variables y perspectivas an.a!ma
decisional como la posdernwr..i....
El propósito de estas líneas ha quedado cumplido: el lector cuenta ahora minos, mas no aislad.ame~
con algunas ideas generales del enfoque de políticas que requieren, para
mejor comprensión, una revisión a detalle de los textos aquí señalados
17
Aguilar (1997: 24) señili ~-el=:..
o de otros más sobre el tema. Me quedan tres consideraciones finales.
síonal, y su propósito disc~-xi
Primero, el enfoque de políticas públicas tiene mucho que aporrar mientras tanto, los esrudios de
al entendimiento de las dinámicas sociopolíticas actuales. Su mayor vir- acento en el momento~ e
anticipar las dificultados y ax;:dej;::
tud es que, cuando se le visualiza desde una perspectiva ampliada, reco-
de la intervención de mli!r:. ~
ge la complejidad que caracteriza nuestros tiempos. Pensar en análisis motivos toman partido a fu..o. ~

274

274
Políticas públicas

•o:::::;¡::;o:x::es ¿e analizar: ¿quién de políticas públicas significa meter en juego instituciones, organizacio-
coeráonar para la im- nes, actores y decisiones, lo que no sólo resulta atractivo, sino necesario
.:c:JCh.ar los intereses (po- para intentar miradas analíticas integrales de lo que pasa en los albores
......... ~...!5 con los intereses de de este siglo XXI •
?c:bk:nas como la migración, Segundo, el nexo entre política (politics) y políticas públicas (poli-
i=:::::rios otros, son claros ejem- cies) es innegable. Su influencia recíproca permite apostar "larga vida" al
enfoque. Las transformaciones que se viven en México y en países lati-
noamericanos bien se podrían analizar con esta sugerente herramienta
f22o indisociablemente al en- analítica. Para ello habrá que tener en cuenta que las políticas públicas
e<.·o a Aguilar: "el enfoque de se analizarían como variables dependientes o independientes. Esto es,
en la idea del gobierno y del cuando nos interesa saber qué condiciones socioeconómicas y qué ca-
ema de gobierno, y el paso de racterísticas del sistema político operan en la configuración de las políti-
o más asociativo y coordina- cas, se les ve como variables dependientes (la política pública determinada
os de redes no sólo son una op- por su entorno más amplio); cuando, por el contrario, nos interesa ver el
e, sino que en la medida que se impacto de una o varias políticas públicas en la sociedad y el sistema po-
para visualizar si, como sucede lítico, procurando con ello entender los enlaces entre fuerzas socioeco-
efectivamente de gobernanza en nómicas, procesos políticos y resultados públicos, se les analiza como
parámetros analíticos del (sólo) variables independientes. Ambas formas de analizar las políticas mejoran
r:os brindaría pistas para saber nuestro conocimiento sobre el funcionamiento social, por lo que habrá
que existe en las relaciones so- que estimular su estudio y aplicación.
bciales o, lo que sería preferible, Tercero, habrá que incentivar cada vez más diálogos entre los que
tcciones concretas para estimu- utilizan y dominan herramientas cuantitativas y los que se apoyan en
r.r:ar mejor los problemas públi- análisis cualitativos para el estudio de las políticas. La complejidad de
, una opción metodológica que la que parte el enfoque obliga a que no se bifurquen las investigaciones
_ en este sentido. de políticas entre analistas técnico-normativos y político-contextualiza-
dores. El desafío para un inteligente uso del enfoque radica en la mul-
tidisciplinariedad, no en especializaciones ciegas o renuentes a incluir
variables y perspectivas analíticas. Importa tanto la decisión pública pre-
decisional como la posdecisional. 17 Se requiere que se avance en ambos ca-
::unplido: el lector cuenta ahora minos, mas no aisladamente, sino de manera complementaria.
<ie políticas que requieren, para
file de los textos aquí señalados 17
Aguilar (1997: 24) señala que 'el análisis (de políticas) se ha caracrerizado por ser predeci·
e tres consideraciones finales. sional, y su propósito disciplinario ha sido mejorar la calidad y la eficiencia de la decisión;
bhcas tiene mucho que aportar mientras tanto, los esrudios de implementación y evaluación de politicas han puesto el
políticas actuales. Su mayor vir- acento en el momento posdecisional, en el sentido de que, al decidir, hay que considerar y
anticipar las dificultados y complejidades que acarrea llevar a efecro lo decidido, a causa
1.!Da perspectiva ampliada, reco- de la intervención de múltiples actores administrativos y políticos que por muy diversos
:ros tiempos. Pensar en análisis motivos toman partido a favor o en contra de la política".

275
Eduardo Villarreal Cantú

Lecturas recomendadas Arellano, David ( 2004' . .i\fas


la reinvención del gobterr.ci= _
Para visiones amplias e introductorias del enfoque, véase Aguilar (1992), mentos de la nueva gesc:ón _
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(Pre)textos para el análisis político. Disciplinas, reglas y procesos


se terminó de imprimir en julio de 2010
en los talleres de Formación Gráfica, S.A. de C.V., Matamoros
núm. 112, col. Raúl Romero, 57630 Ciudad Nezahualcóyotl,
Estado de México. Para su elaboración se usaron tipos Adobe
Jenson Pro y Oprima.
Se tiraron 1000 ejemplares.

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