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1° PRUEBA SUMATIVA
Lecciones 1 y 2
PUNTAJE
NOMBRE: TOTAL REAL
CURSO: III°A – B – C Ens. Media
31
FECHA DE APLICACIÓN: Abril 2022
OBJETIVOS de APRENDIZAJE
OA 1. Formular interpretaciones surgidas de su análisis literario.
OA 3. Analizar críticamente textos de diversos géneros discursivos no literarios orales,
escritos y audiovisuales.
I. INSTRUCCIONES:
Lea atentamentecada texto y responda las preguntas que continúan.
HABILIDADES EVALUADAS
- Localizar 2–3
- Relacionar - Interpretar 1 – 4 – 5 – 6 – 7 – 9 – 10 – 11 – 12 –
13 – 14 – 16 – 17 – 18 – 19 – 20 – 21
- Reflexionar 8 – 15
TEXTO 1
Lee el siguiente texto y responde las preguntas 1 a 10
—Sabemos que todos, todos, los elementos químicos se forman dentro de las estrellasy se
entregan de vuelta al espacio a través de supernovas y cosas así –dice, sentada enun café de
Providencia, al mediodía de un sábado–. En el fondo, una estrella muere y deese gas se forma
una estrella nueva que tiene una composición química que está cientopor ciento relacionada
con lo que la estrella anterior estuvo haciendo en su vida. Es comoun ADN. Y así es como, en
el fondo, una generación le entrega material genético a lasiguiente.
La astrónoma chilena, elegida este año por la revista especializada Science News
como la única latinoamericana dentro de los 10 científicos sub 40 con más futuro del mundo,
estápreocupada por saber de dónde vienen, cómo se ubican, de qué están hechas y cómo se
desplazan las estrellas que brillan en el cielo hoy, y también las de un remoto ayer.
Su último proyecto, en el que plantea que se pueden construir árboles
genealógicosestelares retrocediendo en la historia de una estrella hacia sus antepasados, ella
busca reconstruir un patrón transgeneracional. Algo que haga a una familia de estrellas
singular.
Más que hacia el futuro, la línea de investigación de Paula avanza hacia el pasado, al
origen de la Vía Láctea y su evolución: 13 mil seiscientos millones de años atrás.
Hija mayor de tres hermanas, de mamá de origen alemán, con tres hermanas también, y
un papá chileno con siete hermanos, Paula Jofré recuerda que fue un trabajo escolar
deinvestigación el que la llevó a querer ganar certezas sobre el universo en que creció.
—No sabía sobre qué hacer el trabajo y mi mamá sugirió el tema: los planetas. Me pareció,
porque no sabía nada ellos. Mi familia, de arquitectos y diseñadores, tampoco sabía demasiado
sobre cómo investigar –recuerda–. Fuimos a la biblioteca de Las Condes a buscar un libro y,
como muchos, como todo el mundo, fuimos al observatorio del cerro Calán. Ahí nos recibió,
seguro, José Maza. Debe haber sido él.
Paula sonríe al recordar la simpatía del célebre astrónomo Premio Nacional de
Ciencias (1999) y autor de best sellers de divulgación científica como Marte, la próxima frontera
(2018) y Somos polvo de estrellas (2017). Él, por décadas, antes de la fama, era el habitante
más conspicuo del observatorio de la Universidad de Chile, el que respondía las preguntas a
cuanto estudiante llegaba para saber más del sistema solar.
—Me acuerdo de que ese día me compraron su libro Astronomía contemporánea, uno de los
primeros que él debe haber sacado. Lo leí y me pareció fascinante. A pesar de que no entendía
mucho, lo encontraba súper interesante. Cada frase era información nueva. Algo que nunca
había escuchado. Y eso me gustó. Entonces después mis trabajos eran sobre planetas, la luna.
Me empecé a identificar con eso, como que era parte de mí.
Paula recuerda que el tema empezó a resonar también en su mundo familiar. Pronto
llegó un telescopio de regalo, cursos extraescolares, mapas estelares, fotografías nocturnas y
viajes de observación:
—Ya más grande, como a los 15 o 16 años, recuerdo que íbamos de vacaciones a la casa de
unos amigos en Pucón. Subíamos hacia el volcán en la noche a mirar constelaciones y mi papá
traía su petaca de whisky. Era como cool. Me sentía grande, y empecé a sentir más bonito el
tema. Era un momento íntimo que teníamos como familia también. Pero de ahí a que yo
quisiera dedicarme a la astronomía, no fue algo planeado.
Por el contrario, Paula cuenta que su padre, arquitecto, tenía considerado que ella
seguiría con la oficina familiar de arquitectura.
—No fue fácil decirle que no, que ese era su cuento y no el mío... Aunque igual mi tercera
postulación fue Arquitectura, después de Astronomía en la Católica y plan común de Ingeniería
en la Chile –cuenta–. Era como dejar que el destino decidiera.
—¿Cree en el destino? (estrella es sinónimo de destino).
—No creo que uno esté destinado a hacer una cosa, pero sí creo que hay que dejarse llevar
más por las coincidencias que van conduciendo hacia algún lado. No tiene sentido vivir
rebelándose ante las coincidencias.
De su paso por la universidad, en el campus San Joaquín, recuerda el aprendizaje de
cómo la ciencia se hacía en un colectivo reunido en torno a una misma pasión interna, más allá
de las apariencias del exterior. Ella, exalumna del Colegio Alemán y Las Ursulinas, recuerda
cómo en su promoción, la quinta generación de astrónomos de la UC, sintió la libertad:
–Sentía que la astronomía era parte mía, pero tenía cero modelo a seguir. Tampoco sabía
mucho de la materia, pero sí sentía que era un mundo como desconocido que, si no me metía a
explorarlo, nunca a iba a saber de qué se trataba. En cambio, carreras como Arquitectura me
parecían que yo veía qué iba ser de mí: me iba a quedar en Chile, iba a estar casada, tener a
mis hijos. Una casa bonita, un marido ordenado. Esa era la alternativa.
—¿No era lo que quería para su futuro?
—Me parecía fome. No sentía atractivo ese futuro. Yo venía de un colegio muy humanista
donde nadie se interesaba en esto. Los panoramas de sábado en la tarde en Las Ursulinas
eran ir de shopping o ir a las piscinas a broncearse, mientras yo iba a clases de astronomía.
Siempre fui un poco distinta. En el colegio siempre me molestaban: porque era demasiado
blanca, demasiado alemana, demasiado matea. Siempre alguien me estaba molestando.
Molesta un poco la diferencia. En la universidad sentía que como cada uno tenía sus propias
diferencias, nos complementábamos bien. Cada uno era como especial. Éramos la tropa de los
freaks.
De esa tropa, Paula también aprendió pronto que el futuro de la astronomía no estaba
necesariamente en Chile, un país que ya vivía el auge de la instalación de los telescopios
internacionales.
—En Chile está todo muy centrado en la observación. Y para mí el siguiente paso era irme a
Alemania. Y me fui sin seguir mucho los consejos de mis profesores ni de mis padres, que me
decían que me fueran a Estados Unidos a Harvard o Caltech –cuenta–. Yo me quería ir a
Alemania, porque me empezó a pesar nuevamente la infancia.
Claudia Guzmán Vivanco http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=530656
4. ¿Qué perspectiva adopta Paula Jofré cuando recuerda cómo era su colegio?
A) Admirativa, pues valora positivamente su paso por el colegio.
B) Nostálgica, pues tiene buenos recuerdos de su paso por el colegio.
C) Objetiva, pues no manifiesta ninguna apreciación personal sobre el colegio.
D) Crítica, pues realiza un contraste entre las actividades de ella y sus compañeras.
E) Irónica, pues manifiesta una burla sobre las actividades realizadas por sus compañeras.
7. Con respecto a lo dicho sobre el destino, se puede inferir que Paula Jofré
A) no cree en él, aunque sí da valor a las coincidencias.
B) siente que el destino eligió por ella sobre su futuro.
C) considera que las personas no deben rebelarse ante el destino.
D) sabe que el destino es importante para el futuro de las personas.
E) sabe que las personas están destinadas a hacer algo en particular.
TEXTO 2
Lee el siguiente texto y responde las preguntas
Punto Final
Cuando nos conocimos, ella me dijo: “Te doy el punto final. Es un punto muy valioso,
no lo pierdas. Consérvalo, para usarlo en el momento oportuno. Es lo mejor que puedo darte y
lo hago porque me mereces confianza. Espero que no me defraudes”. Durante mucho tiempo,
tuve el punto final en el bolsillo. Mezclado con las monedas, las briznas de tabaco y los
fósforos, se ensuciaba un poco; además, éramos tan felices que pensé que nunca habría de
usarlo. Entonces compré un estuche seguro y allí lo guardé. Los días transcurrían venturosos,
al abrigo de la desilusión y del tedio. Por la mañana nos despertábamos alegres, dichosos de
estar juntos, cada jornada se abría como un vasto mundo desconocido, lleno de sorpresas a
descubrir. Las cosas familiares dejaron de serlo, recobraron la perdida frescura, y otras, como
los parques y los lagos, se volvieron acogedoras, maternales. Recorríamos las calles
observando cosas que los demás no veían y los aromas, los colores, las luces, el tiempo y el
espacio eran más intensos. Nuestra percepción se había agudizado, como bajo los efectos de
una poderosa droga. Pero no estábamos ebrios, sino sutiles y serenos, dotados de una rara
capacidad para armonizar con el mundo. Teníamos con nuestros sentidos una singular melodía
que respetaba el orden exterior, sin sujetarse a él.
Con la felicidad, olvidé el estuche, o lo perdí, inadvertidamente. No puedo saberlo.
Ahora que la dicha terminó, no encuentro el punto final por ningún lado. Esto crea conflictos y
rencores suplementarios. “¿Dónde lo guardaste? -me pregunta ella, indignada-. ¿Qué esperas
para usarlo? No demores más, de lo contrario, todo lo anterior perderá belleza y sentido.” Busco
en los armarios, en los cajones, en el forro de los sillones, debajo de la mesa y de la cama.
Pero el punto no está; tampoco el estuche. Mi búsqueda se ha vuelto tensa, obsesiva. Es
posible que lo haya extraviado en alguno de nuestros momentos felices. No está en la sala, ni
en el dormitorio, ni en la chimenea. ¿El gato se lo habrá comido?
Su ausencia aumenta nuestra desdicha de manera dolorosa. En tanto el punto no
aparezca, estamos encadenados el uno al otro, hoy esos eslabones están hechos de rencor,
apatía, vergüenza y odio. Debemos conformarnos con seguir así, desechando la posibilidad de
una nueva vida. Nuestras noches son penosas, compartiendo la misma habitación, donde el
resquemor tiene la estatura de una pared y asfixia, como un vapor malsano. Discutimos por
cualquier cosa, aunque los dos sabemos que, en el fondo, se trata de la desaparición del punto,
de la cual ella me responsabiliza. Creo que a veces sospecha que en realidad lo tengo,
escondido, para vengarme de ella. “No debí confiar en ti-se reprocha-. Debía imaginar que me
traicionarías.”
Era un estuche de plata, largo, de los que antiguamente se usaban para guardar rapé.
Lo compré en un mercado de artículos viejos. Me pareció el lugar más adecuado para
guardarlo. El punto estaba allí, redondo, minúsculo, bien acomodado. Pero pasaron tantos
años. Es posible que se extraviara durante una mudanza, o quizás alguien lo robó, pensando
que era valioso. Luego de buscarlo en vano casi todo el día, me voy de casa, para no encontrar
su mirada de reproche, su voz de odio. Toda nuestra felicidad anterior ha desaparecido, y sería
inútil pensar que volverá. Pero tampoco podemos separarnos. Ese punto huidizo nos liga, nos
ata, nos llena de rencor y de fastidio, va devorando uno a uno los días anteriores, los que
fueron hermosos.
Sólo espero que en algún momento aparezca, por azar, extraviado en un bolsillo, confundido
con otros objetos. Entonces será un gordo, enlutado, sucio y polvoriento punto final, a
destiempo, como el que colocan los escritores noveles.
10. ¿A qué se refiere el protagonista cuando señala que se sentían “como bajo los efectos de
una poderosa droga”? Se refiere a que:
A) sufrían una gran angustia.
B) discutían aireadamente.
C) vivían armónicamente.
D) sentían mucho rencor.
E)querían un cambio.
12. A partir del texto, ¿qué caracteriza el ambiente en que viven los personajes luego de perder
el punto final?
A) El desconcierto.
B) La indiferencia.
C) La monotonía.
D) El rencor.
E) La emoción.
14. ¿Cómo se siente la mujer al ver que el protagonista no logra encontrar el punto final?
A) Irritada.
B) Confundida.
C) Temerosa.
D) Esperanzada.
E)Nerviosa.
TEXTOS 3
Lee los siguientes textos y responde las preguntas
TEXTO B:
TEXTO A: Penélope La tela de Penélope o quién engaña a
Penélope era hija del rey Ícaro de Esparta y quién
de la ninfa Periboa. Fue la esposa de Odiseo Hace muchos años vivía en Grecia
(Ulises), rey de Ítaca y el más sabio de todos los un hombre llamado Ulises (quien a pesar
héroes griegos de la Guerra de Troya. El matrimonio de ser bastante sabio era muy astuto),
tenía un hijo llamado Telémaco. Durante los 20 años casado con Penélope, mujer bella y
de ausencia de su marido, a causa de la guerra y singularmente dotada cuyo único defecto
del largo camino de regreso a casa, Penélope era su desmedida afición a tejer,
demostró ser una esposa fiel y tan imaginativa como costumbre gracias a la cual pudo pasar
Odiseo, manteniendo a su marido en la memoria y sola largas temporadas.
resistiendo la presión de los nobles de Ítaca que Dice la leyenda que en cada
pretendían casarse con ella. ocasión en que Ulises con su astucia
Consiguió engañar durante todos esos largos observaba que a pesar de sus
años a todos sus pretendientes, que disponían sin prohibiciones ella se disponía una vez
estorbo de las viandas preparadas en su palacio. más a iniciar uno de sus interminables
Les mantuvo entretenidos, haciéndoles creer que se tejidos, se le podía ver por las noches
casaría con uno de ellos cuando terminase de tejer preparando a hurtadillas sus botas y una
el sudario de su suegro Laertes. Pasaba los días buena barca, hasta que sin decirle nada
haciendo ver cómo tejía sin descanso y las noches se iba a recorrer el mundo y a buscarse a
destejiendo, demostrando que su inteligencia sí mismo.
solamente podía compararse a la de su marido, que De esta manera ella conseguía
finalmente llegó a Ítaca para vengarse y matar a mantenerlo alejado mientras coqueteaba
todos los pretendientes. Hasta que Odiseo no le con sus pretendientes, haciéndoles creer
reveló que conocía el secreto de una de las patas que tejía mientras Ulises viajaba y no que
de la cama que él mismo había hecho con una rama Ulises viajaba mientras ella tejía, como
de olivo plantado cerca de su palacio, Penélope no pudo haber imaginado Homero, que,
se convenció de que era su marido el que había como se sabe, a veces dormía y no se
regresado. Después de su reunión, Penélope y daba cuenta de nada.
Odiseo vivieron felices durante muchos años.
17. La intertextualidad puede observarse, en ambos textos, en:
I. Los nombres de los personajes. Augusto Monterroso
https://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/penelope/
II. El espacio físico en el que sucede la acción.
III. El tipo de narrador presente en ambos textos.
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo I y II
D) Solo II y III
E) I, II y III
TABLA DE RESPUESTAS
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
¿Por qué la astronomía es un aporte transversal para todas las áreas de la ciencia?
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PAUTA DE CORRECCIÓN
Su texto lleva un título atractivo 1 pto.
Respeta el espacio asignado (entre 8 y 12 líneas) 1 pto.
La ortografía corresponde al nivel de III medio (máx. 3 errores) 1 pto.
La redacción es comprensible (no necesita ser explicada) 1 pto.
Incluye una tesis, formulada adecuadamente 1 pto.
Incluye dos argumentos, que avalen su tesis 2 ptos.
Estructura su texto en tres párrafos: introducción (tesis), desarrollo
(dos argumentos) y conclusión (cierre) 3 ptos.