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Derecho Constitucional
Desde la antigüedad, el hombre ha tratado de vivir en comunidad. Esa vida en comunidad
suele generar disputas personales, controversias, conflictos de intereses, etc. De ahí la
necesidad de buscar guías, acuerdos básicos, consensos, que resuelvan dichas disputas,
permitiendo una convivencia pacífica y armónica, y para que, en definitiva, no predomine la
“ley del más fuerte”.
El Derecho Constitucional es la rama del derecho público que tiene por objeto el estudio de
las leyes fundamentales que definen un Estado. Abarca lo relativo a la forma de Estado,
forma de gobierno, derechos y garantías esenciales de las personas y regulación de los
poderes públicos.
En nuestro país ese conjunto de normas que determinan los derechos, deberes y garantías
de sus habitantes y que delimita las competencias de los distintos poderes estatales está
consagrado en la Constitución Nacional dictada en 1853.
La Constitución Nacional
La Constitución es la ley fundamental de un Estado con jerarquía superior al resto de las
leyes. Es el conjunto de normas jurídicas escritas que establecen y reglamentan la vida
política del país, regulando la estructura y actuación del poder, garantizando el libre ejercicio
de los derechos y garantías fundamentales de quienes habitan la República, determinando
además, la forma de Estado y el régimen político o forma de gobierno.
La Constitución Provincial
El artículo 5 de la Constitución Nacional establece que cada provincia “dictará para sí una
Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios,
declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su administración de
A su vez el artículo 121 dispone que "las provincias conservarán todo el poder no delegado
por esta Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por
pactos especiales al tiempo de su incorporación”. Las provincias se dan sus propias
instituciones locales y se rigen por ellas; eligen a sus gobernadores, legisladores y demás
funcionarios sin intervención del gobierno federal.
Derecho Civil
El Derecho Civil incluye un conjunto de normas que regulan nuestra vida diaria, desde la
mañana a la noche y desde el nacimiento hasta la muerte; son esos derechos cuyo goce
efectivo hace que realmente podamos percibir que somos personas y ciudadanos de
verdad.
Dichas reglas integran un cuerpo normativo único para toda la República Argentina: el
Código Civil y Comercial y resultan obligatorias para todos los que habitan el territorio
argentino, con independencia de que sean ciudadanos o extranjeros, domiciliados o
transeúntes.
Divorcio: el trámite es más simple. Puede ser pedido por cualquiera de los cónyuges y no
es necesario que invoque una causa. Alcanzará con que uno de los dos decida romper la
pareja. Para eso, deberá elaborar un plan y presentarlo ante el juez, proponiendo cómo se
organizará la vida familiar desde entonces: los gastos, la vivienda, los hijos, las deudas,
etcétera. La otra parte de la pareja podría enterarse de tal decisión, al recibir la notificación
judicial. Se protege al cónyuge que sufre un desequilibrio por el divorcio, reconociéndose el
derecho a una compensación.
Adopción: se prioriza el interés del menor por sobre el de los adoptantes. Puede adoptar
una pareja o una persona sola. Se reconoce el derecho del adoptado a conocer los datos
relativos a su origen.
Responsabilidad parental (de padres y madres): rige el interés superior del niño/a.
Consagra la participación progresiva del menor en las decisiones sobre su persona.
Contempla la responsabilidad del cónyuge o conviviente de quien tiene a su cargo el
cuidado del menor. Desaparece el concepto de "tenencia" de los hijos/as y se reemplaza
Protección del ambiente: incorpora normas y principios que lo ubican entre los Códigos
más modernos. En ningún caso se puede afectar la sustentabilidad de los ecosistemas, la
flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales y el paisaje, entre otros.
Las personas jurídicas, también llamadas de existencia ideal, como las asociaciones,
sociedades, estados, etc. que no tengan existencia física.
El procedimiento civil
Como ya vimos, existe en nuestro país una Constitución Nacional y tantas Constituciones
provinciales como provincias conforman nuestra organización federal. Asimismo, las leyes
que nos rigen en materias como el Derecho Civil y el Derecho Penal son únicas para todo el
territorio argentino. Por ejemplo: la edad en que las personas alcanzamos la mayoría de
edad en la Argentina es igual para todos y todas, independientemente de la provincia en
que la persona nace. Otro ejemplo: los delitos y el monto de la pena que le corresponde a
cada delito, es igual en todo el territorio argentino.
Pero a la hora de regular el procedimiento judicial (cómo se hacen los juicios, cómo es el
procedimiento a seguir para defender los derechos, etc.) cada provincia dicta sus propias
normas. Así, tenemos tantos procedimientos penales y tantos procedimientos civiles como
provincias existen en el territorio argentino.
Ana (la parte actora) representada por su abogado, inicia el litigio presentando su demanda
en el juzgado civil. Luis (la parte demandada) y su abogada, deberán responder esa
demanda.
El servicio de Administración de Justicia genera gastos que deben ser pagados por los
interesados en que el conflicto se resuelva (tasas, impuestos y honorarios). Si una persona
carece de recursos para poder afrontar los gastos, podrá solicitar el "beneficio de litigar sin
gastos”: se trata de un trámite especial, corto y simple para que la persona acredite que
carece de recursos económicos suficientes para afrontar los costos que implica un juicio.
Asimismo, si cuenta con este beneficio, puede elegir ser patrocinado por un abogado
particular o por un Defensor Oficial Civil. Pero siempre es obligatorio contar con la
asistencia de un abogado para iniciar y proseguir un juicio.
Derecho Penal
El Derecho Penal es el conjunto de reglas jurídicas que establecen qué conductas
constituyen delitos y la pena que corresponde a cada uno de ellos. Para ilustrar esto,
veamos algunos delitos incluidos en el Código Penal.
Artículo 79: Se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro,
siempre que en este Código no se estableciere otra pena.
Artículo 106: Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que abandonare a un
menor de diez años u otra persona incapaz por causa de enfermedad, quien deba mantener
o cuidar. La pena será de reclusión o prisión de dos a seis años, si a consecuencia del
abandono resultare un grave daño en el cuerpo o en la salud del menor o del incapaz.
Artículo 159: Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil, el
que, por maquinaciones fraudulentas, sospechas malévolas o cualquier medio de
propaganda desleal, tratare de desviar, en su provecho, la clientela de un establecimiento
comercial o industrial.
Artículo 295: Sufrirá prisión de un mes a un año, el médico que diere por escrito un
certificado falso, concerniente a la existencia o inexistencia, presente o pasada, de alguna
enfermedad o lesión cuando de ello resulte perjuicio.
Como vemos, cada enunciado describe la conducta que se considera delito y también la
sanción prevista (el mínimo y el máximo).
Procedimiento penal
El artículo 18 de la Constitución Nacional establece que "Ningún habitante de la Nación
puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso”
estableciendo de este modo la necesidad de que exista una resolución judicial, dictada en el
marco de un proceso específico, para que pueda ser aplicada alguna de las sanciones
previstas en el Código Penal.
Ese proceso específico está detallado en una ley que dicta la provincia de Buenos Aires y
que denominaremos Proceso Penal.
La denuncia: puede realizarla una persona que se considere afectada o tuviera noticia de
la comisión de un delito. También puede iniciarla el propio Ministerio Público Fiscal cuando
reciba de cualquier modo -por ejemplo, a través de la policía- la noticia mencionada. En el
siguiente módulo volveremos a este tema.
La Investigación Penal Preparatoria (IPP): esta etapa, a cargo de la fiscalía, tiene por
objetivo principal recolectar la prueba que indique la existencia de un hecho delictivo,
individualizar a su autor o autores y eventualmente requerir que sean llevados a juicio.
Si al finalizar esta etapa, la fiscalía considera que hay prueba suficiente, la causa continúa
el proceso penal, pasando a la etapa siguiente
Etapa intermedia: en esta segunda etapa del proceso penal el jueza verifica la corrección
de los actos realizados en la etapa de investigación y la validez de aquellas pruebas con las
que el fiscal pretende probar la culpabilidad del acusado. No cualquier prueba puede servir
para acusar a una persona. Superada esta etapa, se llega al juicio
Juicio oral y público: esta etapa constituye el núcleo del proceso acusatorio y oral; en ella
participan como actores principales las partes que litigarán: imputado y su defensa, la
fiscalía y el tribunal (jueces/jurados)
Terminado el debate, el tribunal pasará a deliberar en sesión secreta. Los jueces valorarán
la prueba aplicando las reglas de la sana crítica, respetando los principios de la lógica y el
sentido común, exigiéndoles la ley que expresen su convicción sincera sobre la verdad de
los hechos juzgados, con desarrollo escrito de las razones que llevan a aquella convicción.