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Atención del Auxiliar de


Enfermería en las
necesidades de eliminación.
Recogida de muestras
Francisco Cordón Llera, José Mª Garrido Miranda y
tema Mª Dolores Jordán Valenzuela

1. Introducción
Los productos de eliminación de un individuo, son elaborados por el propio organismo
y expulsados al exterior. Esta excreta de todas las sustancias nocivas e inútiles que resultan del
metabolismo es necesaria para un buen funcionamiento del organismo, de tal manera, que la
eliminación es tan importante como la ingestión y digestión de los alimentos.
Además, esta eliminación de las sustancias de desecho por las vías naturales del
organismo, nos va a aportar datos útiles para conocer el estado del individuo, de su patología,
la efectividad del tratamiento, etc. Por tal motivo, todos los productos de eliminación deben
ser observados cuidadosamente y, en caso de aparecer signos anormales, se debe poner en
conocimiento al personal de enfermería, así como registrarlo en el libro de incidencias.
En el caso que nos ocupa los profesionales Auxiliares de Enfermería que desarrollan
su profesión en la Atención Primaria, están familiarizados con la recogida de muestras de
eliminación sobre todo de orina, pero no sólo nos conformamos con que sepan recoger y
almacenar correctamente este tipo de muestras, sino que es imprescindible que conozcan la
fisiología de su producción y factores que puedan alterarla, pero no sólo de la orina, sino del
resto de sustancias de desecho producidas por nuestro organismo, que aunque no tan comunes
como la orina no dejan de tener su importancia clínica.
Cada vez son más las peticiones que se realizan y cursan en los centros de salud para la
recogida de muestras, dado que los seguimiento de patologías tanto crónicas como seguimientos
posthospitalarios se hacen de modo ambulatorio, esto evita desplazamientos innecesarios de los
pacientes a los centros hospitalarios de referencia y un control más individualizado por parte
de su médico de cabecera. Por esto, los profesionales Auxiliares de Enfermería deben estar al
día de todas las posibles intervenciones y de los términos relacionados con las mismas.

2. VÍas de eliminación
El organismo humano presenta diferentes vías de eliminación de estos productos de
deshecho, las cuales veremos a continuación:

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2.1. Pulmonar y cutánea.
En este caso estamos ante una pérdida por evaporación, la cual normalmente no es
visible y por lo tanto a veces difícil de cuantificar. Es una pérdida fija y constante en condiciones
normales, se estima que en una persona adulta es de aproximadamente 1000 ml/24 h. La
eliminación a través de los pulmones se realiza mediante el aire espirado, en el que se eliminan
pequeñas cantidades de agua. Existen determinadas situaciones en las que ésta pérdida se va
a encontrar aumentada:
• Estados febriles: el aumento de la temperatura corporal va a suponer igualmente
un aumento de las pérdidas por esta vía de eliminación, se estima que por cada
grado que aumenta la temperatura durante 24 horas, la pérdida se incrementa
en 150 ml/24 horas.
• Disnea: la sensación de dificultad respiratoria va a producir en el individuo un
aumento del número de respiraciones por encima de la frecuencia normal (12-
20 respiraciones/minuto). Se estima que un aumento de 5 respiraciones/minuto
mantenido durante 24 horas, incrementa la pérdida en 100 ml/24 horas.
Las pérdidas cutáneas son las que se producen a través del sudor, esta pérdida de agua
por esta vía va a ser muy variable, dependiendo de factores como temperatura ambiental,
ejercicio físico y estados patológicos. Se debe tener en cuenta que en la eliminación por sudor,
además de agua se eliminan también iones como cloro y sodio.
Una sudoración manifiesta y continua en condiciones normales está estimada en una
pérdida de 500 ml/24 horas, si existen datos evidentes de una sudoración excesiva (pijama
empapado o ropas de la cama), la pérdida será de 1000 ml/24 horas.

2.2. Vías urinarias.


Son los productos de eliminación excretados por el aparato urinario en forma de orina.
A través de esta vía, se elimina la mayor parte del exceso de agua corporal, así como la mayor
parte de los productos nitrogenados de desecho procedentes del metabolismo. El aparato
urinario desempeña un papel muy importante en la conservación del balance de líquidos y
electrolitos.

2.3. Vía digestiva.


A través de esta vía se eliminan los productos de desecho del organismo resultantes del
proceso de digestión (los alimentos ingeridos se mezclan con los jugos gástricos y mediante una
serie de procesos se transforman en sustancias más sencillas que se absorben). Estos productos
de desecho son expulsados al exterior por la vía rectal mediante movimientos peristálticos del
colon.

3. Eliminación urinaria
Como hemos comentado anteriormente, la eliminación urinaria es la llevada a cabo
por el aparato urinario, a continuación haremos un breve repaso anatomofisiólogico de los
órganos que lo componen (fig. 1):
• Riñones: órgano par situado en la parte posterior de la cavidad abdominal, a
ambos lados de la columna vertebral y por debajo del diafragma. Su principal
función es la eliminación de los productos de desecho del metabolismo y controlar
la concentración de los diferentes componentes de los líquidos corporales
mediante un sistema de filtración.

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• Uréteres: son dos tubos musculares (de 25-35 mm de longitud y 3 mm de
diámetro en el adulto) en forma de embudo cuya misión es la de transportar
la orina de los riñones a la vejiga, en la cual penetran diagonalmente y tienen
un sistema de válvula de sentido único que normalmente previene que la orina
regrese a los uréteres en dirección a los riñones.
• Vejiga: órgano muscular hueco situado detrás de la sínfisis púbica, por delante del
recto en el hombre y del útero en la mujer. Presenta 3 orificios, dos que conectan
con los uréteres (desde donde recibe la orina de los riñones) y uno conecta con
la uretra (por donde la orina sale al exterior). Su función es almacenar la orina
hasta el momento de la eliminación, con una capacidad de 300-400 ml., cuando
la vejiga alcanza esta capacidad emite impulsos sensoriales que son recogidos
por la médula espinal y enviados a los centros superiores del cerebro (se produce
la sensación de necesidad de orinar), en ese momento se contrae el músculo de
la pared y se relaja el esfínter interno con lo cual se permite que la orina fluya
hacia la uretra.
• Uretra: es el conducto que va desde la vejiga hasta el meato urinario y por el cual
discurre la orina durante la micción. La uretra femenina es un conducto rectilíneo
de entre 2,5 y 4 cm. de longitud y la uretra masculina de entre 15 y 20 cm. En
ambos casos tienen una función excretora, en el hombre además cumple una
función reproductiva al permitir el paso del semen desde las vesículas seminales.
Tanto la uretra masculina como femenina, poseen dos esfínteres musculares,
uno interno situado en la base de la vejiga y es de control involuntario y otro
externo que es de control voluntario.

Córtex
Médula

Cápsula supra- Uréter


rrenal

Vejiga

Uretra
Fig. 1. Sistema urinario.

3.1. Función urinaria normal.


La orina normal presenta unas características y patrones normales como son:

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3.1.1. Volumen.
La cantidad de orina eliminada, así como el número de veces que se orina al día, difiere
de unas personas a otras, por regla general y como término medio se puede decir que un adulto
normal orina entre 5-6 veces al día (sin necesidad de levantarse por la noche), y suele eliminar
entre 1200 y 1500 ml de orina en 24 horas, en el caso de los niños entre 300 y 1500 ml/día
(esta cifra puede verse elevada sí la ingesta de líquidos es elevada). Se denomina diuresis a la
cantidad de orina eliminada en un cierto tiempo (diaria, horaria).

3.1.2. Color.
El color normal de la orina suele ser de un tono ámbar, siendo de un color más intenso
la primera orina de la mañana debido a que está más concentrada. Una ingesta más elevada de
líquidos la puede tornar más clara. Otros tonos (turbia, marrón, etc.), pueden ser un indicativo
de presencia de pus, sangre o determinados microorganismos.

3.1.3. Consistencia.
Debe ser líquida.

3.1.4. Olor.
Suele ser suave, siendo más intenso cuanto más concentrada sea la orina. Un olor dulzón
es indicativo de presencia de cuerpos cetónicos (por ejemplo en la diabetes).

3.1.5. Esterilidad.
En condiciones normales es un líquido que no contiene microorganismos, en caso
contrario sería un indicativo de infección.

3.1.6. pH.
En condiciones normales oscila entre 4,5 y 8. El pH disminuye con una dieta rica en
proteínas, ácidos y sodio, y aumenta con la ingesta de alimentos como leche, verduras y cítricos.
Alteraciones en el pH influyen en la formación de cálculos.

3.1.7. Densidad.
Oscila entre 1.010 y 1.025 g/ml. Una densidad baja es indicativa de sobrehidratación o
un trastorno que afecta a nivel renal para concentrar solutos, y una densidad alta es indicativa
de deshidratación o patologías que provocan una reabsorción de agua a nivel renal.

3.1.8. Glucosa.
En una orina normal no debe aparecer, su presencia es un indicador de alteraciones en
el metabolismo de la misma.

3.1.9. Cuerpos cetónicos.


Tampoco deben aparecer, su presencia es indicativo de alguna patología.

3.1.10. Sangre.
Igualmente tampoco debe aparecer en condiciones normales, su presencia indica algún
problema.

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A continuación definiremos algunos términos que indican alteraciones urinarias:
• Poliuria: emisión diaria de orina en una cantidad superior a la normal, es decir,
superior a los 1.500 ml/24 h.
• Polaquiuria: es el aumento de la frecuencia miccional, es decir, el número de
veces que se orina durante el día, superando de forma excesiva las 5-6 veces
que mencionábamos anteriormente.
• Anuria: cese total de la producción de orina o casi nula.
• Nicturia: necesidad de levantarse por la noche para ir al baño a orinar.
• Incontinencia: incapacidad para controlar la micción.
• Disuria: micción difícil, dolorosa e incompleta de la orina.
• Enuresis: también se denomina «mojar la cama», y hace referencia a cuando los
niños se siguen orinando más de dos veces al mes después de la edad de 5 o 6
años.
• Cetonuria: presencia de cuerpos cetónicos en orina.
• Glucosuria: presencia de glucosa en orina.
• Hematuria: presencia de hematíes (sangre en orina).
• Piuria: presencia de leucocitos en orina por encima de 8-10 por campo.
• Proteinuria: presencia de proteínas en orina.
• Lipiduria: presencia de lípidos en orina.
• Cilindruria: presencia de cilindros en orina.
• Nitrituria: presencia de nitritos en orina.

3.2. Factores que influyen en la eliminación urinaria.


3.2.1. Factores del crecimiento.
• Feto: los riñones son capaces de formar y excretar orina a partir de la 11ª-12ª
semanas de gestación. La orina es vertida a la placenta, la cual interviene en la
regulación de líquidos y electrolitos.
• Bebé: no poseen el control voluntario, la orina es de color amarillo claro debido
a la escasa concentración.
• Niño: alrededor de los 2 años la función renal alcanza su madurez. A partir de
los 18 meses empieza a adquirir la capacidad de controlar la orina y avisar a
sus cuidadores. El control total (incluyendo la noche), se adquiere a los 4 años
aproximadamente.
• Adulto: desde la etapa anterior hasta los 50 años ocurren pocos cambios, salvo
el crecimiento de los riñones en proporción al resto del cuerpo. A partir de los
50 años comienza a disminuir la funcionalidad renal, lo que va a influir en la
capacidad de concentración de la orina, la cual disminuye.
• Ancianos: con la edad disminuye la funcionalidad del riñón, así como el tono
muscular a nivel de la vejiga, esto conlleva un aumento en la necesidad de
micción, un aumento en la frecuencia de eliminación urinaria (sobre todo por
la noche), así como un aumento del volumen residual de orina.

3.2.2. Ingesta de líquidos y alimentos.


Un organismo sano mantiene el equilibrio entre el volumen de líquido ingerido y
eliminado, de tal manera que si se aumenta el líquido ingerido aumenta el líquido eliminado.
Hay determinados líquidos y alimentos que influyen en la eliminación de orina, por ejemplo
líquidos como el café y el té, y alimentos ricos en agua como la fruta, cereales y leche. Otros

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por el contrario, como los caldos grasos y conservas, pueden provocar una retención de líquido
por su riqueza en sodio. Otros alimentos van a influir en el color de la orina, así por ejemplo
alimentos ricos en caroteno como la zanahoria, intensifican el color ámbar de la orina, mientras
que alimentos como la remolacha y mora harán que adquiera un tono rosado.

3.2.3. Factores psicosociales.


La eliminación de orina es una acción que debe llevarse a cabo en unas condiciones
más o menos favorables para el individuo, factores como la falta de tiempo, intimidad,
postura adecuada, etc., pueden generar situaciones como ansiedad, tensión muscular, vaciado
incompleto de la vejiga con la consiguiente retención de orina.

3.2.4. Medicación.
Existen medicamentos que van a favorecer la excreción de orina como los diuréticos, y
otros que van a favorecer su retención, como es el caso de los antihistamínicos.

3.2.5. Tono muscular y nivel de actividad.


La falta de tono muscular puede ocasionar problemas en la contracción muscular a nivel
de la vejiga y en el control del esfínter externo de la uretra y, por tanto, falta de control en la
micción. Por ejemplo, cuando un paciente ha tenido durante cierto tiempo colocada una sonda
vesical y esta es retirada, va a tener dificultades para recuperar el control de la orina.

3.2.6. Patologías.
Trastornos endocrinos como la diabetes insípida, provocan un aumento de la eliminación
urinaria, trastornos del flujo sanguíneo como los que aparecen en la arterioesclerosis
disminuyen el volumen de orina. En estados febriles también nos podemos encontrar cambios
con respecto a una orina más concentrada, debido a la pérdida de líquido que se produce
por el sudor.

3.2.7. Procedimientos quirúrgicos y diagnósticos.


Técnicas diagnósticas como la citoscopia pueden provocar una inflamación de la uretra.
La aplicación de anestesia espinal que reduce la sensibilidad a la necesidad de orinar, además,
ciertos anestésicos pueden reducir la tensión arterial, la filtración glomerular y, por lo tanto,
la producción de orina.

3.3. Recogida de muestras.


Es muy importante recoger bien la muestra y enviarla lo más rápidamente posible al
laboratorio, ya que el retraso en el envío hace que a veces no se encuentre microorganismos
patógenos que sí están presentes en la muestra pero que por cambios de temperatura, falta
de nutrientes, etc., pueden morir durante el tiempo de espera.
Para obtener un resultado correcto es preciso asegurar una recogida, manejo y proceso
adecuados a las muestras recogidas antes de su análisis, así como mantener las más elementales
normas de higiene y protección del personal que ha de manejar y transportar las muestras
frente al riesgo de infección. Así, no se pueden enviar muestras que no vayan adecuadamente
protegidas, o que estén derramadas, o que el contenedor esté manchado.
Las muestras se deben mandar perfectamente etiquetadas al laboratorio, indicando:
nombre y apellidos del paciente, nº de historia, nº de habitación y cama que ocupa en ese

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momento, así como ir acompañadas de su correspondiente volante de petición por parte del
facultativo solicitante de las pruebas a realizar.
Hay diversos factores relacionados con el personal encargado de tomar las muestras
que pueden influir en el resultado de las muestras recogidas:
• Identificación incorrecta del paciente.
• Preparación incorrecta del paciente, por ejemplo no realizar un lavado aséptico
cuando se precisan muestras de orina estériles para cultivos.
• Extracción y manipulación incorrecta de la muestra, si bien se ha realizado una
recogida correcta de la muestra, se descuida la asepsia en la manipulación para
guardarla, contaminando la muestra.
En función de las pruebas a realizar, existen diversos métodos para la recogida de
muestras de orina:

3.3.1. Recogida simple de orina.


Es el método más habitual y fácil para el análisis de orina de determinadas sustancias,
pH, densidad, etc. No es necesario que la orina sea recogida en condiciones estériles, aunque sí
se recomienda que la zona genital esté lo más aseada posible. Se recomienda recoger la primera
orina de la mañana, ya que es la que está más concentrada. La muestra se recogerá en un frasco
limpio y si no puede enviarse con rapidez al laboratorio debe guardarse en la nevera (fig. 2).

Fig. 2. Marquesita de orina.

3.3.2. Recogida de orina para cultivo.


Este tipo de recogida debe garantizar la no contaminación de la muestra, el Auxiliar
de Enfermería es quién se va a encargar de recoger la muestra y para ello debe preparar el
material necesario, colaborar en la explicación al paciente de lo que se le va a realizar, etiquetar
los recipientes donde se va a recoger la orina para remitirlos al laboratorio lo antes posible y
cuidar de que la limpieza del paciente anterior y posterior a la recogida sea la adecuada. El
procedimiento para este tipo de recogida lo podemos esquematizar de la siguiente manera:
• Explicar al paciente lo que se le va a hacer así como la forma adecuada de aseo
para evitar contaminar la muestra. Deberá asear al paciente en el caso de que
no pueda hacerlo el mismo.
- Varones: deberá realizarse el lavado de genitales retirando el prepucio y
lavando el glande zona de meato con agua y jabón.
- Mujeres: lavar los genitales externos con agua y jabón, a la hora de recoger
la muestra se separan los labios para que la orina no tome contacto con los
genitales externos.

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• Es preferible la primera micción de la mañana, tomando la muestra de la parte
media de la micción, es decir, se desprecia la primera parte del chorro.
• Se recogerá en un frasco estéril que no debe abrirse hasta el momento de su
uso. Posteriormente se etiquetará con los datos del paciente.
• La muestra se debe enviar inmediatamente al laboratorio, de no ser posible se
guardará en el frigorífico hasta un máximo de 8 horas.
• En el caso de los niños pequeños, la toma se efectuará igual que en los adultos
utilizando una bolsa o colector estéril (fig. 3).

Fig. 3. Colector orina para niños.

3.3.3. Recogida de orina de 24 horas.


Se utiliza para determinar la concentración de determinadas sustancias en la orina como
hormonas, creatinina, electrolitos, etc (tabla 1). El procedimiento para su recogida se realiza
de la siguiente forma:
• Se utilizará un recipiente específico para recogida de orina
de 24 horas (fig. 4).
• Se inicia su recogida una mañana, desechando la primera
micción del día que se hará en el wc, a partir de ese momento
se recogerán todas las demás micciones hasta la primera del
día siguiente incluida.
• Se puede remitir ese frasco al laboratorio, pero lo más
correcto es coger en una marquesita de orina una muestra
de ese total, indicando en el etiquetado del bote el total del
volumen de orina que ha emitido en las 24 horas.

Fig. 4. Bote para recogida de orina de 24 horas.

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Material necesario para recoger una muestra de orina

Material común. Etiquetas. Guantes estériles o no, dependiendo del


procedimiento. Petición.
Análisis rutinario. Frascos y tubos de recogida de 50 cc aprox. Tiras
reactivas.
Niños. Bolsa de orina pediátrica o neonatal.
Orina de 24 horas. La muestra se recoge en un recipiente de plástico
con capacidad para 1.000-2.000 cc, preferiblemente
opacos. Si es preciso proteger de la luz, cubrir
con papel de aluminio. En algunas ocasiones, es
necesario el uso de conservantes, para impedir el
crecimiento de gérmenes.
Urocultivo. El frasco de recogida es estéril. Gasas estériles y
guantes estériles. Aseo de los genitales.
Muestra de orina de sondaje vesical. Aguja y jeringa de 10 cc. Antiséptico. Paño estéril.
Gasas estériles. Pinza de clamp.
Test de embarazo. Kit con test y pipeta. Frasco de recogida. Guantes.
Tabla 1. Material necesario para recoger una muestra de orina.

4. Eliminación digestiva
Como hemos visto anteriormente, consiste en la eliminación del organismo de los
productos de desecho resultantes del proceso de digestión y es esencial para la salud. A estos
productos de desecho excretados se le conoce con el nombre de heces.
El proceso de digestión es llevado a cabo por el sistema digestivo, del cual haremos un
breve repaso (fig. 5):
• Cavidad bucal: es una cavidad en la cual se encuentra la lengua y los dientes. Es
la zona de recepción del alimento y en ella tienen lugar dos procesos importantes:
la masticación y la insalivación del alimento. La masticación tiene como finalidad
ablandar, triturar y moler el alimento para mezclarlo con la saliva (insalivación),
para así disolver el alimento y facilitar su deglución.
• Esófago: es un tubo que desciende verticalmente entre la tráquea y la columna
vertebral, desde la faringe hasta el estómago, atraviesa el diafragma y se
comunica con el estómago a través de un orificio llamado cardias. En el esófago
se producen contracciones activadas del músculo esofágico que van a realizar el
traslado del bolo alimenticio originado en la cavidad bucal hasta el estómago.
• Estómago: órgano en forma de fuelle de gaita alargada situado por debajo del
diafragma. En su pared hay fibras musculares lisas, oblicuas, longitudinales y
circulares, además está tapizado por una túnica mucosa en la que están instaladas
las glándulas encargadas de segregar el jugo gástrico. Recibe el bolo alimenticio
desde el esófago sobre el cual actúan los jugos gástricos, que una vez procesados
pasan a la siguiente porción.
• Intestino delgado: se halla a continuación del estómago y comprende el duodeno,
yeyuno e íleon. En su interior existen multitud de salientes de 1 mm de longitud,
las vellosidades intestinales. Aquí se llevan a cabo varias funciones, por una parte,
el intestino delgado secreta moco con la misión de proteger la mucosa y facilitar
el tránsito intestinal, así como enzimas que van a actuar sobre el quimo. También

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presenta un tono muscular que va a realizar diferentes movimientos (motilidad
intestinal), con el fin de amasar y propulsar el quimo. Todas estas acciones van
a facilitar la continuación de la digestión de los principios inmediatos para
posibilitar la absorción intestinal así como el transporte de los productos de
desecho hacia la siguiente porción del sistema digestivo.
• Intestino grueso: se extiende a continuación del intestino delgado, con el que se
comunica a través de la válvula ileocecal y consta de 3 partes: el ciego, que es la
porción que se comunica con el intestino delgado, colon (ascendente, transversal
y descendente) y recto que termina en el ano. El colon recibe los productos
de la digestión de forma semilíquida, aquí se absorbe gran parte del agua de
manera que según van pasando por este tramo digestivo estos productos se van
transformando en consistencia más sólida. La misión más importante del colon
viene determinada por los movimientos del mismo, son movimientos tanto de
retropropulsión (cuya finalidad es mantener el quimo en el colon ascendente
para deshidratarlo), como movimientos de propulsión que facilitan el avance de
la masa fecal y la evacuación.

Fig. 5. Sistema digestivo.

4.1. Eliminación intestinal normal.


Es la expulsión de heces del recto a través del ano. La frecuencia es muy variable de
unas personas a otras, pudiendo oscilar entre varias veces al día a tres veces por semana. La
cantidad también puede variar de 100 a 400 gr. al día. Su color también es variable, desde el
amarillo al marrón. Las heces deben estar exentas de elementos extraños como moco, pus,
sangre, etc.

72 tema 5. Atención del Auxiliar de Enfermería en las necesidades de eliminación


4.2. Factores que afectan a la defecación.
4.2.1. Edad.
En edades extremas (niños y ancianos), afecta no sólo al carácter de la eliminación, sino
también a su control. En el caso de los niños, el control voluntario de la eliminación de heces no
se adquiere hasta que el sistema neuromuscular está desarrollado, aproximadamente a los 2 ó
3 años. Con el envejecimiento se produce una atonía del colon, de los músculos abdominales y
peristaltismo más lento, con lo cual la eliminación de las heces se va a alterar dando lugar a una
reducción en la frecuencia de expulsión y en las características de las heces (más secas y duras).

4.2.2. Dieta.
Comer de una manera regular favorece una eliminación regular, pero ello no implica
todo, para favorecer la defecación se recomienda incluir en la dieta alimentos ricos en fibra
y eliminar otros que dificulten la digestión como son los alimentos picantes. La cantidad de
líquido también contribuye a una adecuada defecación, cuanto mayor sea la ingesta de líquidos,
menos duras y secas serán las heces.

4.2.3. Actividad y ejercicio físico.


El ejercicio físico estimula el peristaltismo, por lo que un nivel de actividad muscular
óptimo a nivel intestinal contribuye a una eliminación fecal más factible.

4.2.4. Factores psicológicos.


El estado anímico de una persona influye en la eliminación fecal. Así pues, cuando
una persona está ansiosa aumenta el peristaltismo intestinal y pueden aparecer cuadros de
diarrea. En cambio, cuando una persona presenta un cuadro depresivo, el ritmo intestinal baja
afectando a la eliminación e incluso a la consistencia de las heces.

4.2.5. Fármacos.
Hay fármacos que tienen efectos colaterales que pueden afectar a la expulsión de heces,
como por ejemplo la administración de morfina. Y otros determinados fármacos que se indican
para facilitar la eliminación de las heces como es el caso de los laxantes.

4.2.6. Pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas.


Hay determinadas pruebas diagnósticas que necesitan que el paciente esté en ayunas y
no pueda tomar ni líquido ni comida durante una determinado tiempo previo. Otras pruebas,
además del ayuno incluyen la administración de fármacos como el bario que pueden ocasionar
estreñimiento. Igualmente, las intervenciones quirúrgicas que afecten a los intestinos suelen
ocasionar una parálisis temporal de los mismos.

4.2.7. Dolor.
Si el reflejo de la defecación conlleva dolor puede llevar a un estreñimiento.

4.2.8. Trastornos sensoriales y motores.


Lesiones o problemas a nivel medular pueden provocar una reducción en la estimulación
sensorial de la defecación y provocar un estreñimiento. También puede aparecer un menor
control del esfínter anal y encontrarnos con casos de incontinencia. Problemas de movilidad

tema 5. Atención del Auxiliar de Enfermería en las necesidades de eliminación 73


(fractura de cadera, pelvis, etc.) conllevan que la persona no pueda ir al wc y tenga que defecar
en la cama, esto no suele ser cómodo y puede ocasionar estreñimiento.
Como posibles alteraciones podemos enumerar:
• Estreñimiento: disminución en la frecuencia y/o eliminación de heces secas y
duras con al respecto al patrón normal. Puede estar causada por movimiento
lento de las heces a través del intestino grueso, se absorbe más líquido en el
intestino.
• Fecaloma: presencia de masa fecal, generalmente muy endurecida en el recto.
Causada normalmente por malos hábitos de defecación y estreñimiento.
• Flatulencia: exceso de aire en los intestinos produciéndose una distensión
abdominal. Generalmente por malos hábitos alimenticios.
• Diarrea: aumento en la frecuencia y/o eliminación de heces fluidas sueltas. Ocurre
por el paso rápido del quimo por el intestino, con lo cual disminuye el tiempo
disponible de absorción por el intestino.
• Incontinencia fecal: pérdida de la capacidad voluntaria para controlar las
descargas fecales. Ocasionada por patología neuromuscular, tumores, traumas
en la médula espinal, etc.

4.3. Recogida de muestras.


Los gérmenes que se pretenden detectar normalmente en el estudio rutinario de tipo
bacteriológico de las heces son mayoritariamente Campilobacter, Yersinia, Salmonella y Shigella
aunque también se pueden detectar las Candidiasis de carácter intestinal u otras enfermedades
producidas por vibrios, disbiotismos o estafilococos.
Antes de la administración de cualquier tratamiento es preciso tomar una muestra de
las heces para su estudio microbiológico de manera que se llevará a cabo la obtención de la
siguiente forma:
• Tomar una pequeña parte de la muestra utilizando una espátula y centrándonos
a ser posible sobre las zonas con mucosa, de contenido hemorrágico o purulento
introduciendo dicha porción en un recipiente utilizado para el transporte de este
tipo de muestras que debe cumplir las características de tener la boca ancha,
estar estéril y ser susceptible de ser cerrado de una forma hermética y a rosca
(fig. 6).
• Si es preciso en la toma de la muestra la
utilización de un escobillón, será necesaria la
introducción del mismo por el orificio rectal
hasta llegar a la zona interna de la ampolla
rectal, no siendo suficiente el frotado en la
zona perianal solamente.

Fig. 6. Contenedor de muestra de heces.

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4.3.1. Investigación de parásitos en heces.
• Tomar la muestra de las heces teniendo en cuenta que durante las 24 horas
anteriores el enfermo no haya ingerido medicamentos que lleven incluidos en
su composición sales de bario o carbón además de una restricción en la ingestión
de hidratos de carbono.
• Si la consistencia de las heces es dura o de tipo pastoso deben de mantenerse a
temperatura ambiente evitando meterlas en la nevera. El traslado a laboratorio
no es tan urgente si mantienen esta consistencia.
• Cuando la consistencia de las heces es líquida no se permite la demora en el
traslado de la muestra hasta el lugar donde va a ser analizada por lo que se
llevará a cabo de la manera más rápida posible debiendo procurarse evitar que
la muestra se enfríe.
• Los recipientes utilizados para la recogida y transporte de las heces son los
mismos que se usan para los cultivos de la orina, existiendo la posibilidad de que
algunas veces en lugar de una muestra, se tengan que recoger tres muestras de
una forma seriada con intervalos de cinco días entre una muestra y otra.
• Para el estudio de Oxiuros se utilizará una cinta adhesiva cuando el paciente se
levanta por la mañana antes de que lleve a cabo su higiene, presionando la cinta
sobre la zona perianal por la parte adhesiva de la cinta, siempre sin sobrepasar
el esfínter anal.

4.3.2. Sangre oculta en heces.


Existen diversos métodos o pruebas a nivel de laboratorio para la detección de sangre
oculta en las heces del paciente siendo el propio laboratorio quien nos dará las indicaciones
oportunas con respecto a la cantidad de heces y en envase a utilizar para su transporte.
Es importante tener en cuenta ciertas consideraciones en este sentido como:
• Utilización de depresores para la introducción de la muestra en el frasco
transportador.
• Uso de guantes que evite contaminar a la persona que toma la muestra o a la
propia muestra en sí.
• Tener en cuenta que el paciente no presente hemorroides pues podría despistar
en el diagnóstico.
• Observar particularmente los casos de mujeres con la menstruación.
• Utilizar una cuña limpia que evite la contaminación de la muestra con orina.

5. Administración de enemas
Administramos un enema cuando introducimos una solución líquida a través del
orificio rectal en el colon y recto con las finalidad de administrar medicación, alimentos o
líquidos o como mes el caso que nos interesa, para la evacuación de los residuos existentes
en el intestino.
Según la finalidad podemos diferenciar distintos tipos de enema:
• Emoliente: cuando se pretende con su administración conseguir la detención
de la diarrea.
• Antihelmítico: cuando se pretende expulsar los oxiuros existentes en el intestino.
• Antiespasmódico: si lo que se pretende es solucionar un problema de distensión
abdominal.

tema 5. Atención del Auxiliar de Enfermería en las necesidades de eliminación 75


• Evacuante: cuando existe estreñimiento o retención prolongada de heces.

5.1. Proceso de administración de un enema.


• Preparar el material como guantes, lubricante, cuña, gasas, sonda rectal, protector
de cama, recipiente de la solución (fig. 7).
• Colocar al paciente en posición Sims que es en decúbito lateral izquierdo con la
pierna flexionada.
• Preparar el equipo eliminando el aire de la sonda y conectando el tubo para su
administración.
• Ponerse guantes e insertar la sonda previa lubricación del extremo distal por el
orificio rectal.
• Elevar el frasco y dejar descender el líquido hasta su introducción en el interior
de la zona rectal.
• Volver a pinzar la sonda y extraerla cuando se haya vaciado el frasco.
• Instar al paciente que retenga el enema para que le haga efecto.

Fig. 7. Preparación de material para adminis-


tración de enema.

6. Cuidados de la ostomía
Hablamos de ostomía cuando se aboca el tracto gastrointestinal hasta la superficie
cutánea con la finalidad de dar salida a las heces a través de la abertura artificial realizada
en el abdomen (fig. 8). Es decir se crea un orificio en la zona abdominal que es similar al
ano, con la diferencia que en el ano existe un
esfínter que con su contracción o relajación
voluntaria permite o no el paso de las heces
al exterior, y en las ostomías no existe esfínter
con lo que la salida de las heces se produce de
manera involuntaria a ritmo establecido por los
movimientos peristálticos del intestino.

Fig. 8. Ostomía.

76 tema 5. Atención del Auxiliar de Enfermería en las necesidades de eliminación


6.1. Dispositivos de drenaje.
Los dispositivos de drenaje pueden ser de distintos modelos. Por ejemplo si atendemos
al número de piezas de las que constan podemos encontrar dispositivos de una sola pieza
que son una bolsa con una zona adhesiva que se adhiere a la piel del paciente de manera
que las heces se van almacenando en dicha bolsa y cuando se llena, se retira la bolsa entera
separando la zona adhesiva de la piel del paciente desechando la bolsa; o también de dos
piezas que constan de un dispositivo circular que contiene una zona adhesiva que se pega a
la piel del paciente alrededor del estoma (quedando el estoma situado en la zona central de
dicho dispositivo circular) y otra zona no adhesiva que es donde se encaja la bolsa donde
se acumulan las heces. Una vez llena la bolsa se retira de dicho dispositivo de manera que la
bolsa es desechada y el dispositivo circular queda pegado a la piel, volviendo a colocar en dicho
dispositivo circular una nueva bolsa sin necesidad de despegarlo de la piel. La ventaja del de
dos piezas es que no se despega el dispositivo circular cada vez que desechemos la bolsa por lo
que la piel se irrita menos que con el de una pieza, ya que este último si que se despega cada
vez que hay que cambiar la bolsa (fig. 9).

Fig. 9. Bolsas de colostomía.

6.2. Cuidados de la piel del estoma.


La piel del estoma es una zona muy vulnerable padecimiento de erosiones, enrojecimiento,
irritación, como consecuencia del paso constante de heces y del frecuente cambio de la bolsa
colectora; por lo tanto se considera de importancia vital mantener una adecuada higiene de la
zona lavando con agua y jabón sin friccionar y realizando un secado exhaustivo, procurando
no utilizar cremas hidratantes que pudieran dificultar la adherencia del dispositivo colector.

tema 5. Atención del Auxiliar de Enfermería en las necesidades de eliminación 77


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