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Dado que la exigencia legal para la aplicación de este procedimiento es que el acusado admita los hechos, los
mismos son fijados por un acto procesal que es la acusación y, judicialmente, son establecidos cuando el tribunal admite
la acusación. Esta determinación judicial es la que otorga certeza al acusado sobre los hechos que él podría admitir,
precisamente por ello prevé el art 375 del COPP que la admisión puede concretarse “desde la audiencia preliminar, una
vez admitida la acusación, hasta antes de la recepción de pruebas”
De la redacción del artículo 375 del COPP resulta claro que el Tribunal de Control, verificada la admisión de los
hechos, solo está facultado para dictar una sentencia condenatoria. Si bien la norma declara que el imputado podrá
solicitar al tribunal “la imposición inmediata de la pena respectiva”, es claro que formulada tal solicitud y habiendo sido
admitida la acusación aun de forma parcial, corresponde fijar judicialmente la pena a la que el imputado se haría
merecedor. Para esta determinación debe considerarse el bien jurídico afectado y el daño social causado además de las
circunstancias modificativas de la responsabilidad penal (atenuantes y agravantes) que puedan concurrir.
Este procedimiento especial contribuye a mi entender a encauzar la selectividad espontanea del sistema penal,
pues se trata de un procedimiento expedito que procura la obtención de una decisión definitiva en un plazo más breve y
por ende se puede traducir en una mayor efectividad del sistema.